martes, 12 de enero de 2016

Capítulo 71.- En el expreso de Hogwarts




-muy bien, el siguiente capítulo se titula “En el expreso de Hogwarts”- leyó el señor Weasley después de recibir el libro.

-genial, ya egresaran al colegio- dijo con emoción Sirius- a decir verdad en esta ocasión se tomaron muchos capítulos para llegar a este momento.

-pues sí, pero a diferencia de los libros anteriores no tuvimos que soportar a los Dursley- razono Albus.

-además fueron capítulos muy emocionantes por lo del mundial de quidditch- salo James.

-hay cariño, si por ti fuera el libro solo trataría de quidditch verdad- hablo Lily.

-claro que no Lis, además del quidditch también deben de aparecer las conquistas y relaciones amorosas de mi hijo- el aludido voleo a ver a su padre con un lave sonrojo y mirada represiva

-en ese aso los libros serian demasiado cortos auch- grito Ron al recibir un codazo de su amigo

-gracias por tu apoyo he- ironizo Harry provocando la risa de muchos de los presentes.

-en verdad debemos de hacer algo al respeto- aseguro James

-pues si cornamenta, pero recuera que primero tenemos que trabajar con la relación de Remus y mi sobrina, después seguiremos con la de Harry y la mini-pelirroja y después también debemos hacer algo con la relación de Albus y su pelirroja

-¡¿y por qué mejor no trabajas en tu propia relación con Marlene y nos dejas a los demás en paz?!- le reclamo Remus viendo a su amigo- Arthur, mejor comienza la lectura- le solicito antes de que alguien más agregar algo.

Cuando Harry despertó a la mañana siguiente, había en el ambiente una definida tristeza de fin de vacaciones. La copiosa lluvia seguía salpicando contra la ventana mientras él se ponía los vaqueros y una sudadera. Se vestirían con las túnicas del colegio cuando estuvieran en el expreso de Hogwarts.

-se vería muy extraño que fueran con las túnicas del colegio hasta la estación del tren- aseguro Albus.

Por fin él, Ron, Fred y George bajaron a desayunar. Acababan de llegar al rellano del primer piso, cuando la señora Weasley apareció al pie de la escalera, con expresión preocupada.

-Siempre están ocurriendo cosas- exclamo James- solo espero que esta vez ustedes no estén involucrados

-claro que no- aseguro Harry- si nos afectaba en cierto modo pero no teníamos que ver directamente con ninguno- agrego, después de todo, se trataba de quien sería su próximo profesor.

— ¡Arthur! —llamó mirando hacia arriba—. ¡Arthur! ¡Mensaje urgente del Ministerio!

-estuviste muy solicitado en esos tiempos verdad abuelo- comento Hugo

-así parece, no creo haber tenido tanto trabajo en mucho tiempo- aseguro el pelirrojo.

Harry se echó contra la pared cuando el señor Weasley pasó metiendo mucho ruido, con la túnica puesta del revés, y desapareció de la vista a toda prisa. Cuando Harry y los demás entraron en la cocina, vieron a la señora Weasley buscando nerviosa por los cajones del aparador (« ¡Tengo una pluma en algún sitio!», murmuraba) y al señor Weasley inclinado sobre el fuego, hablando con...

-apuesto a que tampoco sabias que podían combinarse por medio de la red flu cierto- salto Draco de inmediato.

-pues no, tampoco lo sabía- aseguro Harry- y debo decir que es algo incómodo.

-en especial cuando estas arrodillado hablando con otra persona y que alguien llegue y te patee en el trasero- exclamo Fabián viendo en recriminación a su gemelo.

-no me reclames hermano, hasta tú debes de admitir que habrías actuado igual de estar en mi posición- se defendió Gideon- si es una oportunidad que pocas veces se presenta- obviamente eso reavivo nuevas carcajadas de los bromistas y algunos oros.

Para asegurarse de que los ojos no lo habían engañado, Harry los cerró con fuerza y volvió a abrirlos.

Semejante a un enorme huevo con barba, la cabeza de Amos Diggory se encontraba en medio de las llamas.

-recuerdo esa ocasión- comento Cedric- mí padre estaba como loco buscando como solucionar el problema, por fortuna se le ocurrió hablarle al señor Weasley.


Hablaba muy deprisa, completamente indiferente a las chispas que saltaban en torno a él y a las llamas que le lamían las orejas.

-oigan, hablando de fuego- salto Sirius- ¿qué fue lo que paso con el fénix de Dumbledore?, del que leímos durante el segundo libro.

Todos los presentes voltearon a verlo por la extraña pregunta, algunos incluso ya se habían olvidado del ave, y no comprendían porque sacaba el tema en ese preciso momento.

-en serio canuto, de todas la cosas que podrías preguntar sales con eso- dijo Remus poniendo en palaras lo que muchos pensaban.

-¿Qué?, no tiene nada de malo, además recuerden que ayudo mucho al cachorro en el segundo libro, y no le hemos agradecido adecuadamente- se justificó el oji gris.

-Fawkes se encuentra actualmente en mi despacho- comunico Dumbledore- en este momento el lugar que suele ocupar se encuentra vacío, y no considero un inconveniente que lo utilice mientras estamos aquí.

-muy bien-respondió Sirius.

-entonces lo mejor será que regresemos a la lectura- aseguro Dora.

—... Los vecinos muggles oyeron explosiones y gritos, y por eso llamaron a esos... ¿cómo los llaman...?, «pocresías». Arthur, tienes que ir para allá...

—¡Aquí está! —dijo sin aliento la señora Weasley, poniendo en las manos de su marido un pedazo de pergamino, un tarro de tinta y una pluma estrujada.

-se oye como algo complicado- comento Frank- y si le hablan a Arthur debe de haber algún artefacto muggle involucrado, pero porque tanta apuración

-lo mejor será que dejemos que Arthur continúe con la lectura querido- aseguró Alice.

—... Ha sido una suerte que yo me enterara —continuó la cabeza del señor Diggory—. Tenía que ir temprano a la oficina para enviar un par de lechuzas, y encontré a todos los del Uso Indebido de la Magia que salían pitando. ¡Si Rita Skeeter se entera de esto, Arthur...!

-sin duda lo que menos necesitas es que esa maldita sigua asiendo de las suyas- comento Charlie.

— ¿Qué dice Ojoloco que sucedió? —preguntó el señor Weasley, que abrió el tarro de tinta, mojó la pluma y se dispuso a tomar notas.

-valla, acaban de mencionarte Alastor- comento Kingsley viendo a su compañero.

-si, tal parece que mi yo futuro tendrá participación en el libro- aseguro ojo loco sin mostrar que le fuera de mucha importancia.

-bueno, eso aún no es seguro, bien podrían solo haberlo mencionado en esa ocasión- comento un joven de Gryffindor del pasado.

-no lo creo- rebatió Frank- no mencionarían a alguien de esa forma solo porque si, de alguna forma Alastor estará involucrado en el transcurso del libro- no falta decir que la gran mayoría estaban de acuerdo con el auror.

La cabeza del señor Diggory puso cara de resignación.

—Dice que oyó a un intruso en el patio de su casa. Dice que se acercaba sigilosamente a la casa, pero que los contenedores de basura lo cogieron por sorpresa.

-contenedores de basura- repitieron los gemelos Prewet

-una medida de defensa que debí haber implementado- escupió ojo loco- espero que ese maldito se haya llevado un buen susto- solo los que sabían con seguridad que en efecto se trató de un ataque estuvieron de acuerdo con él

— ¿Qué hicieron los contenedores de basura? —inquirió el señor Weasley, escribiendo como loco.

—Por lo que sé, hicieron un ruido espantoso y prendieron fuego a la basura por todas partes —explicó el señor Diggory

-un sistema de alarma un poco excesivo ¿no?- comento James “S”

-no, para ojo loco es solo algo común- aseguro Fred- solo espera conocerlo mejor sobrino

—. Parece ser que uno de los contenedores todavía andaba por allí cuando llegaron los «pocresías».

El señor Weasley emitió un gruñido.

—¿Y el intruso?

—Ya conoces a Ojoloco, Arthur —dijo la cabeza del señor Diggory, volviendo a poner cara de resignación—. ¿Que alguien se acercó al patio de su casa en medio de la noche? Me parece más probable que fuera un gato asustado que anduviera por allí cubierto de mondas de patata.

Alastor resoplo con molestia, que se creían al tomarlo por un loco así,

-se hizo con una muy mala fama- aseguro George- la verdad nadie creería que en verdad lo atacaron.

-¡y tú que puedes saber ¡-rebatió Alastor- después de vivir lo que yo he vivido sabrían que no se puede ser demasiado precavido.

-la verdad es que has vivido mucho ojo loco, y eres un gran aliado en tiempos de crisis y guerras, pero te cuesta encajar en tiempos de paz- alego Bill, incluso el mismo Alastor tenía que aceptar que el pelirrojo tenía algo de razón.

Pero, si los del Uso Indebido de la Magia le echan las manos encima a Ojoloco, se la ha cargado. Piensa en su expediente.

-no creo que a él le interese mucho lo que aparezca en s expediente- comento Sirius.

-tal vez, pero en esos momentos tenía otras cosas que hacer- aseguro Harry- ya pronto sabrán que quiero decir.

-como siempre- exclamo nuevamente el oji gris.

Tenemos que librarlo acusándolo de alguna cosa de poca monta, algo relacionado con tu departamento. ¿Qué tal lo de los contenedores que han explotado?

—Sería una buena precaución —repuso el señor Weasley, con el entrecejo fruncido y sin dejar de escribir a toda velocidad

-también podrían pedirle ayuda a Dumbledore- aconsejo James

-sí, pero creo que Arthur podría ser perfectamente capas de arreglar el asunto- intervino Lily- no siempre debemos de depender de Dumbledore.

—. ¿Ojoloco no usó la varita? ¿No atacó realmente a nadie?

—Apuesto a que saltó de la cama y comenzó a echar maleficios contra todo lo que tenía a su alcance desde la ventana —contestó el señor Diggory—, pero les costará trabajo demostrarlo, porque no hay heridos.

-me siento mal por aquellas personas que sean sus vecinos- comentó Gideon- imagina las cosas que deben soportar.

-bastaría con que se ignoraran mutuamente no creo que a ojo loco le molestara que lo dejaran tranquilo- agrego Fabián.

—Bien, ahora voy —dijo el señor Weasley. Se metió en el bolsillo el pergamino con las notas que había tomado y volvió a salir a toda prisa de la cocina.

La cabeza del señor Diggory miró a la señora Weasley.

—Lo siento, Molly —dijo, más calmado—, siento haber tenido que molestaros tan temprano... pero Arthur es el único que puede salvar a Ojoloco, y se supone que es hoy cuando Ojoloco empieza su nuevo trabajo. ¿Por qué tendría que escoger esta noche...?

-nuevo trabajo, valla, me pregunto que podrá ser – exclamo Frank, el veía muy difícil que su compañero pudiera desempeñar otro trabajo que no fuera el de auror.

-y yo me pregunto quién sería la persona que lo contrataría- agrego Alice, el también lo conocía y sabía perfectamente lo complicado que era tratar con él.

—No importa, Amos —repuso la señora Weasley—. ¿Estás seguro de que no quieres una tostada o algo antes de irte?

—Eh... bueno —aceptó el señor Diggory.

-es difícil negarse a la oferta- comento Hugo- la comida de la abuela en verdad es muy buena.

-sí, pero la comida de mi mamá tampoco es mala- salto Lily “L”- siempre que van comer terminas repitiendo plato.

-no es de sorprenderse, siendo hijo de Ron sin duda come el doble que una persona normal

-¡Fred!- le reclamo el pelirrojo- no solo me la paso comiendo.

-no, también duermes como un tronco- agrego George- comer y dormir, como un gato, no sé porque no te llevas mejor con Crookshanks

-Oh cállense- reitero Ron ante las risa de los presentes.

La señora Weasley cogió una tostada untada con mantequilla de un montón que había en la mesa de la cocina, la puso en las tenacillas de la chimenea y se la acercó al señor Diggory a la boca.
—«Gacias» —masculló éste, y luego, haciendo «¡plin!», se desvaneció.

-nunca he pasado o recibido comida de esa forma- comentó Ted- me pregunto qué tan seguro será eso.

-¿qué quieres decir?- pregunto Sirius.

-bueno, cuando viajamos por las chimeneas es común terminar con algo de hollín, y si eso pasa con la comida pues…- respondió Ted.

-cariño, ¿en verdad crees que eso es algo importante?- reclamo Andrómeda.

-claro que si querida prima, como se podría comer algo cubierto con hollín.

-hay, otro que solo piensa con el estómago- exclamo Marlene.

-claro que no solo pienso con el estómago, cuando estoy con una chica pienso con…

-hag no lo quiero saber- le interrumpió la rubia.

-no, no es lo que estás pensando

-de igual forma cállate.

Harry oyó al señor Weasley despidiéndose apresuradamente de Bill, Charlie, Percy y las chicas. A los cinco minutos volvió a entrar en la cocina, con la túnica ya bien puesta y pasándose un peine por el pelo.

—Será mejor que me dé prisa. Que tengáis un buen trimestre, muchachos —les dijo el señor Weasley a Harry, Ron y los gemelos, mientras se echaba una capa sobre los hombros y se disponía a desaparecerse—. Molly, ¿podrás llevar tú a los chicos a la estación de King’s Cross?

—Por supuesto que sí —asintió ella—. Tú cuida de Ojoloco, que ya nos arreglaremos.

-bueno, pese a su paranoia es bueno saber que aún hay personas que le tienen estima a ojo loco- comento Dora.

-no eran muchas- intervino Bill- la verdad es que son un grupo reducido, y claro que tú estabas incluida.

-en serio, genial- exclamo la metamorfomaga.

-y era reciproco, tú eras de las pocas personas que Alastor estimaba- agrego Charlie- no por nada acepo ser tu menor en la academia de aurores.

-valla, espero que en verdad pase eso en mi tiempo.

-claro que si chiquilla- aseguro Alastor- has demostrado tener aptitudes para ser una auror, sin duda me encargare de tu entrenamiento- aseguro- y fuera posible también del chico Potter- agrego viendo a Harry (con su ojo mágico)

Al desaparecerse el señor Weasley, Bill y Charlie entraron en la cocina.

—¿Alguien mencionó a Ojoloco? —preguntó Bill—. ¿Qué ha hecho ahora?

—Dice que alguien intentó entrar anoche en su casa —explicó la señora Weasley.

—¿Ojoloco Moody? —Dijo George pensativo, poniéndose mermelada de naranja en la tostada—. ¿No es el chiflado...?

Alastor le mando una mirada al chico.

-bueno, que quieres que pensara- dijo el pelirrojo levantando las manos- no es como

—Tu padre tiene muy alto concepto de él —le recordó severamente la señora Weasley.

—Sí, bueno, papá colecciona enchufes, ¿no? —comentó Fred en voz baja, cuando su madre salió de la cocina—. Dios los cría...

-¡¡Fred!!- le grito su madre en represión por su comentario.

-pero mamá, hasta tu reclamas de sus aficiones- aseguro el pelirrojo en defensa.

-bueno si, acepto que no es lo más normal tener esas cosas, pero aun así no deberían de tratarlo de loco- acepto la mujer.

—Moody fue un gran mago en su tiempo —afirmó Bill.

—Es un viejo amigo de Dumbledore, ¿verdad? —dijo Charlie.


—Pero Dumbledore tampoco es lo que se entiende por normal, ¿a qué no?            —repuso Fred—. Bueno, ya sé que es un genio y todo eso...

Molly vio a sus hijos de forma media represiva por sus palabas, por su parte Dumbledore parecía que no le importaba gran cosa que hablaran así de él o de que lo consideraran un loco.

-ha pero por supuesto- exclamo Sirius- él va a ser su nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras

-¿y cómo sabes eso canuto?

-fácil cornamenta, el único que esta tan demente como para contratar a ojo loco es nuestro director, y con nuestro lunático fuera solo queda una vacante en la escuela.

-guau, me impresionas compañero- lo alabo James.

-es agradable ver que tu cerebro funciona de vez en cuando- agrego Remus provocando algunas risas.

— ¿Quién es Ojoloco? —preguntó Harry.

—Está retirado, pero antes trabajaba para el Ministerio —explicó Charlie—. Yo lo conocí un día en que papá me llevó con él al trabajo. Era un auror: uno de los mejores... un cazador de magos tenebrosos —añadió, viendo que Harry seguía sin entender

-y al final terminaste siendo uno- comento Draco- pero dime, en verdad pensaste en un trabajo adecuado, o simplemente fue lo primero que se te vino a la mente

-¡papá!- le reclamo Scorpius, no consideraba que fuera la manera de preguntarle algo así.

-pues, no pensé mucho en esos días a que me dedicaría después de terminar el colegio- lo que tenía en mente era la persecución de Voldemort y buscar la forma de acabar con el- pero no solo fue porque se ocurrió, en verdad me agrado la idea de convertirme en un auror.

-y supongo que no podre hacer nada para impedirlo- dijo Lily que observaba a su hijo con una sonrisa como de disculpa.

—. La mitad de las celdas de Azkabán las ha llenado él. Pero se creó un montón de enemigos... sobre todo familiares de los que atrapaba... y, según he oído, en su vejez se ha vuelto realmente paranoico. Ya no confía en nadie. Ve magos tenebrosos por todas partes.

-y pensar que de entre todos esos supuestos ataques ese fue uno real- comento por lo bajo Ron a sus amigo que asintieron.

Bill y Charlie decidieron ir a despedirlos a todos a la estación de King’s Cross, pero Percy, disculpándose de forma exagerada, dijo que no podía dejar de ir al trabajo.

-pero claro, yo no me habría esperado meno de él- dijo medio en tono acusatorio Sirius.

-creo que estas siendo muy duro con el- aseguro Marlene- si no es como sus demás hermanos, pero eso no quiere decir que sea algo malo.

El pelirrojo vio a la rubia que lo defendía en ese momento, como todos los del futuro no conocía muy bien a la joven, solo lo que habían presenciado durante la lectura, aun así, por lo poco que había visto, y por la afinidad que observaba que tenía con Sirius, Lily y los demás, Percy no dudaba que en el próximo libro fuera ella una de las personas que le reclamaría su estúpida forma de actuar.

—En estos momentos no puedo tomarme más tiempo libre —declaró—. Realmente el señor Crouch está empezando a confiar en mí.

Los jóvenes del trio penaban que ya en ese momento Crouch debía de estar bajo la maldición de Voldemort, después de todo, su hijo probablemente ya estaba sustituyendo a ojo loco.

—Sí, ¿y sabes una cosa, Percy? —le dijo George muy serio—. Creo que no tardará en aprenderse tu nombre.

Varios de los presentes se soltaron a reír mientras que Percy se sonrojaba levemente y algunos negaban con la cabeza aun incrédulos de que ese hombre no fuera capaz de recordar un simple nombre.

La señora Weasley tuvo que habérselas con el teléfono de la oficina de correos del pueblo para pedir tres taxis muggles ordinarios que los llevaran a Londres.

-no sé qué tan buena idea sea esa- comentó Rose- no creo que los muggles estén acostumbrados a llevar magos.

-pero no es como si tuvieran muchas opciones- alto Scorpius- sin su auto solo les quedaría usar algo como el autobús noctambulo para llegar.

-eso habría sido peor- aseguro Albus- en especial por las lechuzas y el gato de la tía Hermione, ya me imagino como se pondrían por viajar en esa cosa.

-bueno chicos, no es como si en ese viaje saliéramos muy bien lirados- exclamo Ron recordando los rasguños que recibió aquella vez.

—Arthur intentó que el Ministerio nos dejara unos coches —le susurró a Harry la señora Weasley en el jardín de delante de la casa, mientras observaban cómo los taxistas cargaban los baúles

-pero dudo que quisieran ser tan complacientes en esa ocasión- sentencio Sirius- pero el año pasado

-el año pasado pensaban que quería hacerle algo malo- interrumpo Marlene- ya sé que tienes problemas con el ministerio pero cálmate.

-está bien, pero solo porque tú me lo pides.

-valla, parece que ya te están amaestrando he tío- se burló Dora- ¿que clase de correa piensas comprarle?- le pregunto a Marlene

-mmm… aun no lo decido- le siguió el juego la rubia

-hey, eso no es justo- reclamo el oji gris- pero bien podrían ir a comprar correas, una para para perro y otra para un lobo, no es así lunático.

-¿y por qué vas contra mí?, si es tu sobrina quien se está burlando de ti

-hace rato tú también te burlase de mi lunático- aseguro Sirius- además como la pareja de mi sobrina también debes de compartir sus penurias.

-de cierta forma eso se escucha adecuado y equivocado a la vez- exclamo Remus, si bien era un comentario que podría considerarse maduro, lo estaba usando para algún tipo de burla extraña.

-bueno, ceo que yo mejor continuo- intervino el señor Weasley.

—. Pero no había ninguno libre... Éstos no parecen estar muy contentos, ¿verdad?

Harry no quiso decirle a la señora Weasley que los taxistas muggles no acostumbraban transportar lechuzas nerviosas, y Pigwidgeon estaba armando un barullo inaguantable.

-dudo que los muggle tengan ese tipo de mascotas- comento Astoria- pero lamentablemente no tenían una mejor opción.

Por otro lado, no se pusieron precisamente más contentos cuando unas cuantas bengalas fabulosas del doctor Filibuster, que prendían con la humedad, se cayeron inesperadamente del baúl de Fred al abrirse de golpe.

-ustedes con sus vendías bromas- exclamo la señora Weasley- que no se pueden quedar quietos- los gemelos solo sonrieron.

-bueno, al menos o fue uno de sus juegos artificiales tíos- comento James “S” viendo a los pelirrojos- eso habría sido mucho más difícil de explicar y más llamativo.

-Sí, pero en ese tiempo aun no teníamos nada, solo era un lindo proyecto en nueras cabezas- aseguro George viendo en dirección al vacío con un tono de voz soñadora.

Crookshanks se asustó con las bengalas, intentó subirse encima de uno de los taxistas, le clavó las uñas en la pierna, y éste se sobresaltó y gritó de dolor.

Auch dijeron vario a la vez al imaginarse la escena.

El viaje resultó muy incómodo porque iban apretujados en la parte de atrás con los baúles. Crookshanks tardó un rato en recobrarse del susto de las bengalas, y para cuando entraron en Londres, Harry, Ron y Hermione estaban llenos de arañazos.

-por eso prefiero los perros- aseguro Ron.

-entonces tal vez hubieran llegado llenos de mordidas y no de arañazos- comento Fabián.

-eso bien podría ser peor que los arañazos sobrino- secundo Gideon.

Fue un alivio llegar a King’s Cross, aunque la lluvia caía aún con más fuerza y se calaron completamente al cruzar la transitada calle en dirección a la estación, llevando los baúles.

Arthur leyó como ya acostumbrados, los jóvenes comenzaron a entrar en grupos de la forma más disimulada posible, para que los muggles no se dieran cuenta de lo que pasaba. Prosiguió leyendo la descripción del expreso de Hogwarts y la reluciente locomotora que tiraba vapor de la chimenea, mientras que los chicos subían a buscar un compartimiento solo.

Luego bajaron de un salto otra vez al andén para despedirse de la señora Weasley, de Bill y de Charlie.

—Quizá nos veamos antes de lo que piensas —le dijo Charlie a Ginny, sonriendo, al abrazarla.

-¿qué quieres decir pelirrojo?- interrogo Sirius- no vas a regresar a Rumania, no me digas que buscaras a mi sobrina para tener una cita

-¡Sirius déjate de idioteces!- salto de inmediato Remus.

huy te molestas porque te emparejo con mi sobrina, y ahora que la emparejo con el pelirrojo también te molestas, quien te entiende lunático- le dijo a su amigo que se sonrojaba, no había pensado lo que decía, pero sus palabras si parecían molestas.

-jeje, ahí si te atrapo colega- le dijo James- pero dejando eso de lado, que es lo que querías decir- agrego viendo al pelirrojo.

-bueno, tiene algo que ver con ese asunto que secreto el que hablaba Percy.

-entonces tú también tenías algo que ver con eso- indago Lily

-sí, se podría decir que sí.

— ¿Por qué? —le preguntó Fred muy interesado.

—Ya lo verás —respondió Charlie—. Pero no le digas a Percy que he dicho nada, porque, al fin y al cabo, es «información reservada, hasta que el ministro juzgue conveniente levantar el secreto».

—Sí, ya me gustaría volver a Hogwarts este año —dijo Bill con las manos en los bolsillos, mirando el tren con nostalgia.

-me alegga que si lo hubiegas hecho- dijo por lo bajo Fleur besándolo en los labios, esa fue la primera vez que vio a su querido esposo

-ha, ya se van a poner a practicar la concepción de Victoire

-Fred cierra la boca- le reclamo de inmediato Bill molesto y sonrojado.

— ¿Por qué? —quiso saber George, intrigado.

—Porque vais a tener un curso muy interesante —explicó Bill, parpadeando—. Quizá podría hacer algo de tiempo para ir y echar un vistazo a...

— ¿A qué?

-estoy seguro que eso ya lo estabas haciendo a propósito- aseguro George- la verdad es que no era tan difícil hablar.

-sí, solo querían molestarnos, eso era todo simplemente- apoyo Fred

-bueno, ustedes habrían hecho lo mismo sin duda- aseguro Bill.

Pero en aquel momento sonó el silbato, y la señora Weasley los empujó hacia las puertas de los vagones.

—Gracias por la estancia, señora Weasley —dijo Hermione después de que subieron al tren, cerraron la puerta y se asomaron por la ventanilla para hablar con ella.

—Sí, gracias por todo, señora Weasley —dijo Harry.

-me alegra que seas así de cortes- omento Lily- también me agrada que puedas cuidar tan bien de él Molly.

-no hay problema querida, se bien que ustedes harían lo mismo por mis hijos- aseguro la señora Weasley.

—El placer ha sido mío —respondió ella—. Os invitaría también a pasar la Navidad, pero... bueno, creo que preferiréis quedaros en Hogwarts, porque con una cosa y otra...

—¡Mamá! —exclamó Ron enfadado—. ¿Qué es lo que sabéis vosotros tres y nosotros no?

-la verdad no creo que fuera algo tan importante guardar el secreto- aseguro Draco- digo, que importaría si algunos estudiantes lo sabían.

-era un asunto oficial, fue algo importante no decir nada hasta que se hiciera oficial- aseguro Percy

-pero el ministro no tuvo problemas en contarle a mi padre- Fudge se sintió aludido- no creo que le importara mucho guardar el secreto.

-en eso tiene razón- concedió Ron- y no dejaban de decir cosas al respecto pero sin responder nada.

—Esta noche os enteraréis, espero —contestó la señora Weasley con una  sonrisa—. Va a ser muy emocionante... Desde luego, estoy muy contenta de que hayan cambiado las normas...

-muy bien ya comprendo- comento Sirius- entonces se están vengando por eso no.

-Sirius, no todos tenemos una mente tan bizarra como tú- dijo Harry- así que explica lo que esas diciendo.

-bueno, pues es que eso es justamente lo que hacen con nosotros- aseguro- solo hablan ente ustedes de las cosas que saben y no nos quieren decir.

-ha- dijeron varios comprendiendo.

-bueno, si es similar, pero no lo hacemos para vengarnos- aseguro Hermione.

— ¿Qué normas? —preguntaron Harry, Ron, Fred y George al mismo tiempo.

-sin duda de debe de tratar de algo importante e inclusive un poco peligroso- comento Ted- para que Molly se sintiera aliviada.

—Seguro que el profesor Dumbledore os lo explicará... Ahora, portaos bien, ¿eh? ¿Eh, Fred? ¿Eh, George?

-mamá hacia lo mismo- comento Gideon- siempre éramos nosotros y no decía nada de nuestra hermana.

-porque yo nunca me comporte como ustedes lo hacían- les rebatió Molly

-no como nosotros cierto- atajo Fabián- pero bien que te escondías para besuquearte con Arthur- los señores Weasley se sonrojaron notablemente.

-us… ustedes que saben de eso- tartamudeaba la señora Weasley.

-nada hermanita solo sospechas- dijo Gideon

-pero unas muy bien fundadas- agrego Fabián.

-bueno chicos ya basta- les reclamo Arthur- dejen de molestar a Molly- les dijo con severidad antes de retomar la lectura.


El tren pitó muy fuerte y comenzó a moverse.
—¡Decidnos lo que va a ocurrir en Hogwarts! —gritó Fred desde la ventanilla cuando ya las figuras de la señora Weasley, de Bill y de Charlie empezaban a  alejarse—. ¿Qué normas van a cambiar?

-Creo que como nosotros, tendrán que esperar a que se los digan en el banquete de Hogwarts- comento Andrómeda.

Pero la señora Weasley tan sólo sonreía y les decía adiós con la mano. Antes de que el tren hubiera doblado la curva, ella, Bill y Charlie habían desaparecido.

Harry, Ron y Hermione regresaron a su compartimiento. La espesa lluvia salpicaba en las ventanillas con tal fuerza que apenas distinguían nada del exterior. Ron abrió su baúl, sacó la túnica de gala de color rojo oscuro y tapó con ella la jaula de Pigwidgeon para amortiguar sus gorjeos.

-mala idea- salto de inmediato James “S”- esa cosa es algo que debe de ser ocultado, si alguien lo ve…

-alguien lo vera sin duda- aseguro Draco cabizbajo,

- otra vez tu verdad papá- comento Scorpius, la respuesta apareció en su mirada- cielos, cuantas más de esas escenas aparecerán.

-hasta que terminen los siete libros supongo respondió el rubio mayor- lamento que solo estés viendo mi lado malo.

-fue solamente una etapa- aseguro Rose- el resto de los años se ha esforzado en mostrarle su lado bueno, tanto a Scorpius como a todos los demás- agrego tratando de consolar tanto a su amigo como a su padre

-hay por favor no lo defiendas- atajo Ron

-y esa es una de las cosas que hay que arreglar par que puedan ser novios- aseguro James “S”

-James por favor- le reclamo Rose

-es cierto, no hay necesidad de esos comentarios James- apoyo Albus ante una sonrisa complaciente de su prima- no importa lo que el tío Ron y el padre de Scorp digan, la tía Hermione y la señora Astoria les darían todo su apoyo para que pudieran salir.

-Albus Severus Potter tú también- esta vez fue Scorpius el que reclamo ante la risa divertida del azabache, poco sabía que muy pronto el rubio tendría oportunidad de pagarle la broma con la misma moneda.

—Bagman nos quería contar lo que va a pasar en Hogwarts —dijo malhumorado, sentándose al lado de Harry—. En los Mundiales, ¿recordáis? Pero mi propia madre es incapaz de decir nada. Me pregunto qué...

-bueno si es cierto que en ese momento se podrían haber enterado de todo- comento Frank- por lo pronto solo pueden suponer que tiene algo que ver con el departamento de juegos.

-y también podría involucrar al departamento de cooperación magia internacional- agrego Alice.

-entonces se debe de tratar de algún tipo de evento deportivo internacional- exclamo Dora- eso suena divertido, pero no creo que haya muchos eventos como ese

— ¡Shh! —susurró de pronto Hermione, poniéndose un dedo en los labios y señalando el compartimiento de al lado.

Los tres aguzaron el oído y, a través de la puerta entreabierta, oyeron una voz familiar que arrastraba las palabras.

-siempre están escuchando cosas que no deferían- les acuso Percy- deberían de cambiar ese defecto en ustedes.

—... Mi padre pensó en enviarme a Durmstrang antes que a Hogwarts.

-no sabía que habían escuchado esa conversación- comento con impresión Draco.

-pues ya vez que si- dijo Ron- aunque no es como si hubieras revelado gran cosa, solo estabas presumiendo como siempre.

Conoce al director. Bueno, ya sabéis lo que piensa de Dumbledore: a ése le gustan demasiado los sangre sucia...

Varias miradas severas se posaron sobre el rubio que discretamente alcanzaba su varita, solo en caso de que alguien quisiera enviarle algo más que una simple mirada asesina.

En cambio, en el Instituto Durmstrang no admiten a ese tipo de chusma. Pero a mi madre no le gustaba la idea de que yo fuera al colegio tan lejos. Mi padre dice que en Durmstrang tienen una actitud mucho más sensata que en Hogwarts con respecto a las Artes Oscuras.

-bueno,  yo no diría eso exactamente- comento Dumbledore- pero sin duda tienen una concepción un tanto diferente a lo que se refiere a las artes oscuras.

Los alumnos de Durmstrang las aprenden de verdad: no tienen únicamente esa porquería de defensa contra ellas que tenemos nosotros...

-por lo que se oye, no parecen muy preocupados por como puedan usar ese tipo de magia- comento Ted.

-pese a lo que pueda parecer, ellos no promueven la utilización de magia oscura- dijo Dumbledore- pero consideran que aprenderla es algo básico para poder combatirla.

-pero igual es peligroso que dejen que unos niños aprendan a realizar ciertos hechizos- aseguro Andrómeda preocupada por el mal uso que algunos le podrían dar.

Hermione se levantó, fue de puntillas hasta la puerta del compartimiento y la cerró para no dejar pasar la voz de Malfoy.

—Así que piensa que Durmstrang le hubiera venido mejor, ¿no? —dijo irritada—. Me gustaría que lo hubieran llevado allí. De esa forma no tendríamos que aguantarlo.

-quien sabe que hubiera pasado si en verdad hubiera ido a Durmstrang- comento el rubio.

-él hubiera no existe, ni siquiera en el mundo de la magia- comentó Hermione.

-bueno, eso no es completamente cierto- comento Ted- después de todo, estamos aquí para cambiar las cosas o no…

-creo que esto podría comenzar una discusión interesante, aunque bastante complicada de entender- comento Luna

-lo mejor es que sigamos con la lectura- aseguro Ginny pidiéndole a su padre que continuara.

— ¿Durmstrang es otra escuela de magia? —preguntó Harry.

—Sí —dijo Hermione desdeñosamente—, y tiene una reputación horrible. Según el libro Evaluación de la educación mágica en Europa, da muchísima importancia a las Artes Oscuras.

-no me extrañaría que de ahí salieran muchos magos tenebrosos- comento Sirius.

-eso no es algo que puedes asegurar Sirius- aseguro Marlene- solo por su tipo de educación no puedes decir cómo será alguien, siempre pueden decidir como quien ser.

-cierto, y también pueden elegir cambiar para bien- agrego el animago abrasando a la rubia, era la segunda vez que hablaba con suma sensatez durante el capítulo, pero solo los cercanos al joven se percataron a donde miraba en ese momento y supieran que la frase estaba dirigida a su hermano Regulus.

—Creo que he oído algo sobre ella —comentó Ron pensativamente—. ¿Dónde está? ¿En qué país?

-sería casi un milagro que supiera eso- comento Charlie- dudo que un información como esa aparezca en algún libro.

—Bueno, nadie lo sabe —repuso Hermione, levantando las cejas.

—Eh... ¿por qué no? —se extrañó Harry.

—Hay una rivalidad tradicional entre todas las escuelas de magia. A las de Durmstrang y Beauxbatons les gusta ocultar su paradero para que nadie les pueda robar los secretos —explicó Hermione con naturalidad.

-es algo bastante común para casi cualquier escuela mágica- aseguro McGonagall- incluso Hogwarts tiene docenas de hechizos para ocultarla desde hacía muchos siglos atrás.

— ¡Vamos! ¡No digas tonterías! —exclamó Ron, riéndose—. Durmstrang tiene que tener el mismo tamaño que Hogwarts. ¿Cómo van a esconder un castillo enorme?

-de la misma forma que ocultaron Hogwarts y el enorme estadio para los mundiales de quidditch hermanito- comentó Bill- me sorprende que no lo sepan.

-ellos no son los que se ponen a investigar cosas- aseguro Hermione que veía a su amigo ya su novio que sonreían como en disculpa- casi siempre aprenden esas cosas sobre la marcha.

— ¡Pero si también Hogwarts está oculto! —dijo Hermione, sorprendida—. Eso lo sabe todo el mundo. Bueno, todo el mundo que ha leído Historia de Hogwarts.

-bueno, no te ofendas, pero historia de Hogwarts no es un libro muy popular que digamos- comento Seamus.

-si algunos de nuestra generación lo leyó fue por lo ocurrido con la cámara de los secretos- agrego Deán- y de cualquier forma

—Sólo tú, entonces —repuso Ron—. A ver, ¿cómo han hecho para
esconder un lugar como Hogwarts?

—Está embrujado —explicó Hermione—. Si un muggle lo mira, lo único que ve son unas ruinas viejas con un letrero en la entrada donde dice: «MUY PELIGROSO. PROHIBIDA LA ENTRADA.»

-además hay algunos repelentes para aquellos muggles que no entienden y aun así se tratan de acercar al castillo- agrego el profesor Flitwick

-¿por qué un muggle se querría acercar a un montón de ruinas?- exclamo Fred.

-por la misma razón que ustedes dos trataban de entrar al bosque prohibido- respondió Ginny.

-haa- dijeron al tiempo los gemelos Weasley y Prewet

— ¿Así que Durmstrang también parece unas ruinas para el que no pertenece al colegio?

—Posiblemente —contestó Hermione, encogiéndose de hombros—. O podrían haberle puesto repelentes mágicos de muggles, como al estadio de los Mundiales. Y, para impedir que los magos ajenos lo encuentren, pueden haberlo convertido en inmarcable.

— ¿Cómo?

-en serio ustedes dos nunca leen verdad- dijo con cierta exasperación Rose- se parecen a estos dos cabezas de piedra- agrego viendo a Scorpius y Albus que respondían con una sonrisa infantil.

-un inteligente y dos no tanto- comento Frank- tanto en nuestra generación, en la siguiente y la siguiente, parece que tenía que haber un grupo así- aseguro haciendo referencia a los merodeadores presentes y al rio de oro.

—Bueno, se puede encantar un edificio para que sea imposible marcarlo en ningún mapa.

—Eh... si tú lo dices... —admitió Harry.

-no valía la pena discutir contra ella- comento Albus- no creo que sirviera de nada.

—Pero creo que Durmstrang tiene que estar en algún país del norte —dijo Hermione reflexionando—. En algún lugar muy frío, porque llevan capas de piel como parte del uniforme.

—¡Ah, piensa en las posibilidades que eso tiene! —dijo Ron en tono soñador—. Habría sido tan fácil tirar a Malfoy a un glaciar y que pareciera un accidente... Es una pena que su madre no quisiera que fuera allí.

-¡hey!

-¡papá!- reclamaron Scorpius y Rose al mismo tiempo.

-no eta bien- les relajo Draco- solo te recuerdo que si me tiraras de un glaciar trataría de llevarte con migo- aseguro.

-solo si yo te hubiera permitido- le respondió el pelirrojo- podría haberte arrojado con un hechizo.

-y yo hubiera podido romper el glaciar para que calleras también

-pues yo…

-¡¡Ya basta!!- exclamaron Astoria y Hermione al mismo tiempo tapándole la boca a su respectivo novio- no es momento para estas peleas infantiles- prosiguió Astoria.

-además de que ya han peleado demasiado durante nuero tiempo en la escuela- agrego la castaña

Con una leve sonrisa en el rostro Arthur continuo la lectura narrando el viaje de los chicos, como la lluvia caía con más intensidad, de la llegada del carrito de la comida y claro, de la visita de varios amigos como Seamus Finnigan (aún llevaba la escarapela del equipo de Irlanda), Deán Thomas y Neville Longbottom con los que platicaban de quidditch, cosa que termino molestando a Hermione que tomo Libro reglamentario de hechizos, curso 4º tratando de prender el hechizo convocador.

Mientras revivían el partido de la Copa, Neville los escuchaba con envidia.

—Mi abuela no quiso ir —dijo con evidente tristeza—. No compró entradas. Supongo que habrá sido impresionante...

-no lo dudo, mi madre no es precisamente una fanática- comento Frank.

-en especial después de que rompiese el brazo por estar volando- agrego Alice.

—Lo fue —asintió Ron—. Mira esto, Neville...

Revolvió un poco en su baúl, que estaba colgado en la rejilla portaequipajes, y sacó la miniatura de Viktor Krum.

-todavía conservas esa cosa- exclamo Sirius- ya me imagino que le hiciste cuando se convirtió en tu rival de amores.

-primero debía aceptar que sentía algo por mí para poder tener un rival así- aseguro Hermione.

— ¡Vaya! —exclamó Neville maravillado, cuando Ron le puso a Krum en su rechoncha mano.

—Lo vimos muy de cerca, además —añadió Ron—, porque estuvimos en la tribuna principal...

-pero después lo conocieron mejor- comento Hugo- el último mundial al que fuimos nos lo presentaron.

-y tu padre cómo se comporta cuando está cerca- pregunto Marlene

-veía a Krum con cierto recelo- respondió en su lugar Rose- y ahora sabemos porque lo hacía.

—Por primera y última vez en tu vida, Weasley.
Draco Malfoy acababa de aparecer en el vano de la puerta. Detrás de él estaban Crabbe y Goyle, sus enormes y brutos amigotes, que parecían haber crecido durante el verano al menos treinta centímetros cada uno. Evidentemente, habían escuchado la conversación a través de la puerta del compartimiento, que Deán y Seamus habían dejado entreabierta.

-lo sentimos- respondieron los dos jóvenes.

-no creo que importe-agrego Neville- de seguro encontrarían algún momento para discutir por alguna cosa.

—No recuerdo haberte invitado a entrar, Malfoy —dijo Harry fríamente.

—¿Qué es eso, Weasley? —preguntó Malfoy, señalando la jaula de Pigwidgeon. Una manga de la túnica de gala de Ron colgaba de ella balanceándose con el movimiento del tren, y el puño de puntilla de aspecto enmohecido resaltaba a la vista.

-yo lo dije, esa cosa debería de estar metida bien adentro de tu baúl tío- reitero James “S”- me sorprende que sus amigos no se dieran cuenta de esa cosa.

-yo lo hice- acepto Neville- pero no pregunte nada, y luego con la conversación de los mundiales se me olvido.

-tienes idea de la oportunidad de burlarte de nuestro hermanito- dijo con impresión George.

-no todos son como ustedes- aseguro el chico de cara redonda.

-y yo agradezco que así sea- aseguro ron.

Ron intentó ocultar la túnica, pero Malfoy fue más rápido: agarró la manga y tiró de ella.

—¡Mirad esto! —Exclamó Malfoy, encantado, enseñándoles a Crabbe y a Goyle la túnica de Ron—. No pensarás ponerte esto, ¿eh, Weasley? Fueron el último grito hacia mil ochocientos noventa...

-y pensar que en verdad utilizo esa cosa- comento Padma, la hermana de Parvaty- era algo vergonzoso- agrego la chica recordando el baile.

— ¡Vete a la mierda, Malfoy! —le dijo Ron, con la cara del mismo color que su túnica cuando la desprendió de las manos de Malfoy.

Malfoy se rió de él sonoramente. Crabbe y Goyle se reían también como tontos.

-siempre me he preguntado si esos sabes para que son sus cabezas- exclamo Astoria.

-si son como sus padres yo no lo creo- aseguro Frank- no me extrañaría que fueran los peores del curso.

— ¿Así que vas a participar, Weasley? ¿Vas a intentar dar un poco de gloria a tu apellido? También hay dinero, por supuesto. Si ganaras podrías comprarte una túnica decente...

-¡¿Qué?!- dijeron varios al no entender a qué venia el comentario del rubio.

-ya les dije, el ministro de le dijo a mi padre lo que iba a ocurrir- les recordó a todos Draco- y en verdad pensé que ustedes también lo sabían.

-no, la mayor parte de la culpa fue de Percy- aseguro ron.

Percy tuvo la intención de decir algo, pero su padre retomo la lectura antes de que pudiera repetir que era un asunto oficial que no se podía revelar.

— ¿De qué hablas? —preguntó Ron bruscamente.

—¿Vas a participar? —repitió Malfoy—. Supongo que tú sí, Potter. Nunca dejas pasar una oportunidad de exhibirte, ¿a qué no?

Severus solo un evidente resoplido en ese momento, parecía que apoyaba de cierta forma la declaración del rubio.

-hay por favor no empezaras con eso Snape- exclamo James- hasta tú debes ver que no es tan parecido a mi sino a Lily.

-eso aún está por verse Potter- le aseguro Severus aun resistiéndose a aceptar dicha verdad, pero claro que había notado las similitudes con su Lily.

—Malfoy, una de dos: explica de qué estás hablando o vete —dijo Hermione con irritación, por encima de su Libro reglamentario de hechizos, curso 4º.

Una alegre sonrisa se dibujó en el pálido rostro de Malfoy.

-no podías desaprovechar esa oportunidad cierto- comento Scorpius a lo que su padre asintió.

— ¡No me digas que no lo sabéis! —dijo muy contento—. ¿Tú tienes en el Ministerio a un padre y un hermano, y no lo sabes?

-y también Charlie estaba muy involucrado en el asunto también- agrego el propio Ron.

-un tipo de juego internacional, la necesidad de túnicas de gala, la intervención de tu hermano que trabaja con dragones en Rumania- enlisto Sirius- pues que es eso que todos se traen.

-¿quién sabe?, pero todo se está complicando- agrego Marlene.

Dios mío, mi padre me lo dijo hace un siglo... Cornelius Fudge se lo explicó. Pero, claro, mi padre siempre se ha relacionado con la gente más importante del Ministerio... Quizá el rango de tu padre es demasiado bajo para enterarse, Weasley. Sí... seguramente no tratan de cosas importantes con tu padre delante.

-no tiene nada que ver con la realidad- aseguro Ted- pero supongo que para molestar dirías cualquier cosa.

-me sorprende que no terminaran golpeándose cada vez que  se tenían en frente- aseguro Andrómeda.

Volviendo a reírse, Malfoy hizo una seña a Crabbe y Goyle, y los tres se fueron.

Ron se puso en pie y cerró la puerta corredera del compartimiento dando un portazo tan fuerte que el cristal se hizo añicos.

-sé que te molesta demasiado ese rubiecito sobrino- aseguro Gideon- pero deberías de ser más cuidado con las cosas, te pudiste lastimar.

— ¡Ron! —le reprochó Hermione. Luego sacó la varita y susurró—: ¡Reparo!—Los trozos se recompusieron en una plancha de cristal y regresaron a la puerta.

-bueno, al menos ahí esta Hermione que puede reparar todos los desórdenes que puedes llegar a causar sobrino- intervino Fabián.

—Bueno... ha hecho como que lo sabe todo y nosotros no —dijo Ron con un gruñido—. «Mi padre siempre se ha relacionado con la gente más importante del Ministerio...» Mi padre podría haber ascendido cuando hubiera querido... pero prefiere quedarse donde está...

-bueno, hay que admitir que en eso tiene razón- concedió Percy- si no fuera por su fascinación por los artefactos muggles podría llegar bastante lejos en el ministerio.

-sí, pero eso no es lo único que importa hermanito- salto Fred- también hay que hacer lo que nos guste.

-tu sabes muy bien lo erróneo que es dejarse llevar por tus ambiciones o no- le dijo George con evidente reproche.

-no creo que sea necesario que me lo restrieguen- dijo de ultimo Percy antes de pedirle a su padre que continuará mientras la gran mayoría no comprendían lo que estaban diciendo.

—Por supuesto que sí —asintió Hermione en voz baja—. No dejes que te moleste Malfoy, Ron.

—¿Él? ¿Molestarme a mí? ¡Como si pudiera! —replicó Ron cogiendo uno de los pasteles en forma de caldero que quedaban y aplastándolo.

-no solo te molesta, te enfurece completamente hermanito- aseguro Bill.

Arthur narro como el mal humor del su hijo menor no desapareció durante el resto del trayecto, continuado de cómo cada de uno de los chicos cubrió a sus mascotas cuando bajaron del tren, pues la lluvia ya era bastante fuere, era como si les estuvieran vaciando sobre la cabeza un cubo tras otro de agua helada.

— ¡Eh, Hagrid! —gritó Harry, viendo una enorme silueta al final del andén.

—¿Todo bien, Harry? —le gritó Hagrid, saludándolo con la mano—. ¡Nos veremos en el banquete si no nos ahogamos antes!

Era tradición que los de primero llegaran al castillo de Hogwarts atravesando el lago con Hagrid.

-pobres chicos- exclamó de inmediato Alice- sin duda van a llegar empapados y completamente fríos.

-bueno, tampoco es para tanto- dijo James- nosotros también llegamos empapados y nada nos pasó.

-sí, pero ustedes se metieron al lago por propia voluntad- les recordó Lily.

-no es verdad, yo salte para rescatar a Remus que se había caído al lago.

-eso dices tú- intervino Remus- yo aún sostengo que fueron ustedes dos quienes me tiraron.

-como sea- salto Alice interrumpiendo su discusión- en noches como esas deberían de hacer algo para los pobres no tuvieran que mojarse así.

-pero solo basta un pase de varita y ya estarán secos- volvió a intervenir James ante la mirada represiva de Alice.

— ¡Ah, no me haría gracia pasar el lago con este tiempo! —aseguró Hermione enfáticamente, tiritando mientras avanzaban muy despacio por el oscuro andén con el resto del alumnado. Cien carruajes sin caballo los esperaban a la salida de la estación.

-oh, pero los carruajes si están siendo tirado por caballos- salto de inmediato Luna- o al menos algo que se les parece.

-si pero supongo que eso aparece hasta después- razono Neville, pues sabía que Harry también podía ver a los Thestrals

-sí, pero será hasta el sexto libro- termino Harry.

Harry, Ron, Hermione y Neville subieron agradecidos a uno de ellos, la puerta se cerró con un golpe seco y un momento después, con una fuerte sacudida, la larga procesión de carruajes traqueteaba por el camino que llevaba al castillo de Hogwarts.

-es el final- informo Arthur cerrando el libro.

-muy bien, considero que hemos avanzado bastante con la lectura el día de hoy- hablo con fuerza Dumbledore- creo que es momento de tomarnos un pequeño descanso y alimentarnos adecuadamente- dicho eso las mesas se comenzaron a llenar de comida nuevamente.

-genial, ya vamos a comer- exclamo de inmediato Ron mientras Hermione negaba con la cabeza.

-y  ti que te pasa- pregunto Marlene viendo a Sirius- por lo generar eres el primero que se abalanza sobre la comida- dijo notando el plato vacío del animago.

-si bueno, es que tengo algo que hacer- dijo levantándose de la mesa sorprendiendo a más de uno- si me tardo mucho por favor llena mi plato con todo lo que puedas- le solicito a Marlene antes de salir corriendo del gran comedor sin detenerse a las llamas de James que le hablaba para que se explicara.

El oji gris corrió por los corredores del castillo lo más rápido que podía, una idea había estado rondando en su cabeza por un corto tiempo y quería probar suerte, con rapidez llego frente a la estatua que marcaba la entrada al despacho del director y sin perder más tiempo comenzó a enlistar todos los dulces, golosinas y postres tanto mágicos como muggles que se le ocurrieran con la esperanza que uno de ellos fuera la clave.

En cierto momento la estatua comenzó a moverse para abrirle el paso al animago, este ni siquiera supo cuál fue el dulce que lo haya logrado pero no le importaba, llego al vacío despacho del director que se encoraba como tantas veces lo había visto, lo único nuevo era que los retratos de los directores de Hogwarts estaban vacíos y detrás del escritorio había un cuadro con un marco dorado que nunca había visto.

Sin darle mayor importancia a ese retrato vacío y se acercó al fénix que reposaba en su perchero y que lo observaba desde el momento en que entro al despacho.

-hola amiguito- dijo Sirius- necesito que me hagas un favor y espero que lo puedas hacer- agrego antes de tomar tinta, una pluma y un pedazo de pergamino para comenzar a escribir.




Primer capítulo del año.

Y como se está haciendo costumbre tengo algunas cosas que comunicarles.

Como habrán notado la actualización llego más tarde de cuando acostumbro, y me temo que desde ahora las actualizaciones se darán en este momento el día martes (en México) o el miércoles a la mismas horas (alrededor de las ocho y media de la noche en México), la razón es que mi tiempo de ocio sufrió un cambio, pues acabo conseguir nuevo trabajo y ya no tendré el tiempo que tenía antes para escribir. Si en alguna semana no actualizo tengan por seguro que la siguiente si lo hare, tratare de tomarme los ratos que tenga libre para poder adelantar en la historia porque en verdad no quisiera dejarla.

Espero puedan comprender mi situación y sin más que decir me despido

Hasta la próxima.