jueves, 19 de octubre de 2017

Capítulo 80.- El colacuerno húngaro

-muy bien, el siguiente capítulo se llama…- comenzó Sirius leyendo el título, la media sonrisa que tenía en ese momento se borró y paso rápidamente de Harry hacia Lily, eso no sería bueno para el estrés actual de la pelirroja- el… el colacuerno húngaro 

- ¡¿Qué?!- gritaron varios de los presentes al mismo tiempo sorprendidos y asustados. 

-he disculpen- comenzó el señor Evans que no entendía muy bien la situación pero que comprendía que era algo malo por la actitud de las demás personas- nos podrían explicar que es eso 

-es un dragón- respondió de inmediato Charlie 

- ¡un dragón! - repitieron los señores Evans 

-sí, o mejor dicho, una especie de dragones que tenemos, siendo estos en particular considerados los más peligrosos de todos, tienen una altura aproximada de 50 pies, pueden lanzar fuego a más de quince metros, la llama es muy caliente y a pesar de su tamaño son bastantes rápidos y agiles al volar. 

-pues gracias por la catedra señor cuidador de dragones- ironizo dora- lo importante aquí es que ya descubrimos de que se tratara la primera prueba 

-sería lo más razonable, aunque no sabría muy bien decir cuál será su función específica- agrego Remus. 

-tal vez enfrentarlo o burlarlo para conseguir algo- propuso James- creo que será lo segundo pues cuatro magos son muy pocos para poder aturdir a un dragón 

-ese será el segundo- comento Lily 

- ¿qué dices? - pregunto James 

-ya antes Harry dijo que se vio involucrado con tres dragones, el primero fue la mascota de Hagrid y este debe ser el segundo- explico la pelirroja. 

-eso se va en aumento- salto Sirius- no quiero imaginarme cómo será su tercera experiencia- el trio se vio entre si recordándolo. 

-pero entonces ¿en ese capítulo aparecerá la primera prueba? - pregunto Teddy. 

-puede ser- declaro Andrómeda- o podría ser la forma en que se enteró de que la prueba involucra un dragón- ahora fue el turno de los cuatro campeones de cruzar miradas, ya verían que no se trataba de un solo dragón. 

-bueno, mejor me pongo a leer para salir de dudas- salto Sirius enfocando la vista al libro. 

La perspectiva de hablar cara a cara con Sirius fue lo único que ayudó a Harry a pasar las siguientes dos semanas, la única luz en un horizonte que nunca había estado tan oscuro. 

-bueno me alegra saber que mi presencia le sirvió de algo- comento Sirius. 

-serias mucho más útil leyendo más de corrido- aseguro Marlene. 

-lo siento querida, pero es inevitable para mí no hacer algún comentario, además no te habidas quejado antes- se defendió el animago, 

-pero lo hago ahora, ahora sigue leyendo- termino la rubia. 

Se le había pasado ya un poco el horror de verse a sí mismo convertido en campeón del colegio, y su lugar empezaba a ocuparlo el miedo a las pruebas a las que tendría que enfrentarse. 

- tiene que enfrentarse a dragones no es para menos- comento Molly. 

-aunque en ese momento un no sabe de qué va la prueba- agrego Charlie. 

-no me sor pendería que tú supieras algo-comento dora- después de todo, estamos hablando de dragones- el pelirrojo solo sonrió en complicidad. 

La primera de ellas estaba cada vez más cerca. Se la imaginaba agazapada ante él como un monstruo horrible que le cerraba el paso. Nunca había tenido tantos nervios. Sobrepasaban con mucho lo que hubiera podido sentir antes de un partido de quidditch, 

Lily soltó un bufido por la extrema fascinación que mostraban por el juego, al menos esa parte no había cambiado en lo más mínimo. 

incluido el último, jugado contra Slytherin, en el que se habían disputado la Copa de quidditch. 

-es más que evidente- aseguro James- por más peligroso que sea el quidditch no se compararía a una prueba del torneo, sin mencionar que incluso en el primer partido tienes una idea de que puede pasar y te entrenas para eso. 

-y en ese momento no tienen ni eso pues tienen que “enfrentarse a lo desconocido"- dijo con sarcasmo Sirius. 

Le resultaba muy difícil pensar en el futuro, porque sentía que toda su vida lo había conducido a la primera prueba... y que terminaría con ella. 

-Tan dramático como siempre no es así joven Potter- comento Fred 

-al final no te salió tan mal la prueba- agrego George. 

En realidad, no creía que Sirius lograra hacerlo sentirse mejor en lo que se refería a ejecutar ante cientos de personas un ejercicio desconocido de magia muy difícil y peligrosa, pero la mera visión de un rostro amigo lo ayudaría. 

-sí, porque la principal cara amiga que regularmente tiene está peleada con el- aseguro Lily claramente dirigiéndose a Ron. 

-ya tranquilízate querida- intervino James sabía bien como podía ser su novia con las palabras y no quería del pelirrojo pasara por eso- no es necesario molestarse por eso, o si no 

-o si no ¿Qué?- repitió la joven consiguiendo que el azabache se pusiera blanco, no haba elegido bien sus palabras- lamento decirte que no tienes nada para amenazarme como Marlene con Sirius, de hecho, yo soy la que tiene el poder en la relación- termino ella haciendo saltar a su novio del asiento para después alegar lentamente su mano de lo que parecía ser la espalda baja del chico. 

-cornamenta, ¿exactamente que te hizo para que saltaras? - pregunto Sirius curioso 

-no te interesa- respondió el chico sobándose disimuladamente la parte que está más debajo de la espalda. 

Harry le mandó la respuesta diciéndole que se encontraría al lado de la chimenea de la sala común a la hora propuesta, y que Hermione y él pasaban mucho tiempo discutiendo planes para obligar a los posibles rezagados a salir de allí la noche en cuestión. 

-hubieras acudido a nosotros también Harry, pudimos haber sido de mucha ayuda- comento Fred 

-si bueno, en primera ustedes estaban con sus propio problemas- comenzó Harry- en segunda, de seguro hubieran querido saber la razón y no quería contarles de Sirius y en tercera, no quería que ahuyentaran a todos con una bomba fétida y después soportar yo el hedor- 

- ¿Qué?, nosotros nunca…- se lo pensó un momento- no, si hubiéramos sido capaces de hacer algo así- acepto al final George ante el asentimiento de su gemelo. 

En el peor de los casos, estaban dispuestos a tirar una bolsa de bombas fétidas, aunque esperaban no tener que recurrir a nada de eso, porque si Filch los pillaba los despellejaría.} 

-asta tú lo pensaste- dijeron a coro los gemelos. 

-bueno, eso ya era la última opción y ustedes serían capaces de ponerla en primero- se defendió el azabache y los pelirrojos le dieron la razón. 

Mientras tanto, la vida en el castillo se había hecho aún menos llevadera para Harry, porque Rita Skeeter había publicado su artículo sobre el Torneo de los tres magos, que resultó ser no tanto un reportaje sobre el Torneo como una biografía de Harry bastante alterada. 

Los del pasado bufaron exasperados preguntándose qué sarta de mentiras había escrito esa mujer mientras que los de la segunda generación recordaban dicho artículo. 

-esa maldita, más le vale que cuide sus palabras- aseguro Sirius. 

-ese solo es el primer artículo, ahí todavía quiere hacerlo ver como un héroe- aseguro Draco- los verdaderos problemas vendrán después. 

-tampoco es como si su primer artículo me hubiera facilitado mucho la vida- aseguro Harry 

-pero en comparación con el resto debes admitir que fue bastante decente- recalco el rubio- en especial para las chicas. 

-eso es cierto, muchas te comenzaron a ver como alguien tierno y sensible después de eso- agrego luna. 

-tierno y sensible- repitieron algunos- pues que decía el bendito articulo- pregunto James. 

-ya lo verán- respondió el joven Potter con un leve sonrojo en las mejillas. 

La mayor parte de la primera página la ocupaba una fotografía de Harry, y el artículo (que continuaba en las páginas segunda, sexta y séptima) no trataba más que de Harry. Los nombres (mal escritos) de los campeones de Durmstrang y Beauxbatons no aparecían hasta la última línea del artículo, y a Cedric no se lo mencionaba en ningún lugar. 

-debo admitir que esi fue algo bastante desagradable- acepto Fleur, molesta por haber sido dejados de lado. 

-Karkarov incluso se veía dispuesto a hechizar a la reportera por solo haberse enfoca en Harry- agrego Viktor. 

-pues ojala lo hubiera ahecho- aseguro Ron con fastidio. 

El artículo había aparecido diez días antes, y, cada vez que se acordaba de él, Harry todavía sentía ardores de estómago provocados por la vergüenza. El artículo de Rita Skeeter lo retrataba diciendo un montón de cosas que él no recordaba haber dicho nunca, y menos aún en aquel cuarto de la limpieza. 

-evidentemente solo quiere hacer todo lo posible para vender diarios- aseguro Frank. 

Supongo que les debo mi fuerza a mis padres. Sé que estarían orgullosos de mí si pudieran verme en este momento... 

-no sé si orgullosos, más bies estaríamos muy preocupados- aseguro James- no es que no nos enorgullezcamos de ti, es solo que la situación es bueno, tú me entiendes Harry, es solo que… 

-sí, mejor dejemos el tema como esta te parece- le interrumpió Harry entre fastidiado y divertido por lo que decía su padre. 

Sí, algunas noches aún lloro por ellos, no me da vergüenza confesarlo... Sé que no puedo sufrir ningún daño en el Torneo porque ellos me protegen... 

-él puede pensar mucho en sus padres, pero sinceramente no me lo puedo imaginar llorando así- comento Alice 

-esa maldita bruja en verdad solo escribió lo que quiso- aseguro Sirius- y entiendo el porque lo de “tierno y sensible”, no me parece muy masculino, pero sin duda le ayudaría a conseguir a algunas chicas. 

-Sirius, mi hijo ya tiene muchos problemas como para que también se enrede en líos de faldas- reclamo Lily 

-pero Lily, ya está en su cuarto año y no ha dado siquiera su primer beso- se defendió el animago- no crees que es trágico que viva esas experiencias 

-esa no es razón para que ande de mujeriego, si quieres experiencias así simplemente que se lleve a Ginny a algún rincón del castillo, para algo tiene la capa y el mapa 

-¡¡mamá!!- reclamo de inmediato Harry rojo de la pena al igual que su novia. 

-¿Qué?, si tuvieras una vida normal sería cuestión de tiempo para que lo hicieras, incluso ahora mismo lo podrías hacer para esconderte de sus hermanos- prosiguió la pelirroja consiguiendo que los pelirrojos enrojecieron pero de coraje. 

-más les vale que ni se les ocurra hacer algo como eso- les advirtió Ron de inmediato. 

-hay vamos, como si tu no hicieras algo parecido con Hermione si tuvieran la oportunidad- rebatió Ginny sonrojando a la pareja. 

-además no necesitan esconderse, pueden hacer lo que quieran en la sala de menesteres, solo tiene que sacar a sus hijos y… 

-no ayudas Sirius- le detuvo Harry, eso era lo último que necesitaba- mejor ponte a leer de una vez- prefería mil veces las vergüenzas del libro que tener ese tipo de conversación. 

Pero Rita Skeeter no se había conformado con transformar sus «eh...» en frases prolijas y empalagosas. También había entrevistado a otra gente sobre él. 

-sí, ya vimos su forma de entrevistar a la gente- asevero Dora. 


Finalmente, Harry ha hallado el amor en Hogwarts: Colin Creevey, su íntimo amigo, asegura que a Harry raramente se lo ve sin la compañía de una tal Hermione Granger, una muchacha de sorprendente belleza, hija de muggles y que, como Harry, está entre los mejores estudiantes del colegio. 

-yo, lo siento Harry- dijo de inmediato Colin- no pensé que te traería problemas. 

-descuida Colín, esa maldita se habría inventado algo así, aunque tu no le hubieras dicho nada- aseguro Harry. 

-además era cuestión de tiempo para que los relacionaran, quien diría que la castaña se quedaría con el pelirrojo con quien siempre pelea- aseguro Sirius- aunque con James y Lily fue igual- pensó por un momento- y no es como si Marlene y yo nos lleváramos muy bien antes- agrego- eso ya empieza a parecer un cliché, a alguien más le ocurrió que… 

-Sirius, ya basta de esa estupidez y continúa leyendo por favor- le detuvo Marlene antes de que el joven siguiera hablando. 

Desde que había aparecido el artículo, Harry tuvo que soportar que la gente (especialmente los de Slytherin) le citaran frases al cruzarse con él en los pasillos e hicieran comentarios despectivos. 

A nadie le resultó extraño que algo así ocurriera en el castillo, en especial viniendo en su mayoría de los estudiantes de Slytherin, aunque cabe mencionar que varios de la segunda generación se comenzaron a sentir un poco mal por cómo se habían burlado del joven por dicho artículo. 

—¿Quieres un pañuelo, Potter, por si te entran ganas de llorar en clase de Transformaciones? 

—¿Desde cuándo has sido tú uno de los mejores estudiantes del colegio, Potter? ¿O se refieren a un colegio fundado por ti y Longbottom? 

-eso paso principalmente con los hombres, porque yo recuerdo que su club de fans decían que... 

-si está bien Luna, no quiero enterarme de que lo que se decía de mi en ese momento- le interrumpió Harry que en verdad no quería saber. 

-oh está bien- dijo con simpleza la chica- pero si en algún momento quieres saberlo me podrías preguntar a mi o a Ginny ya que fue ella la que me… 

-¡Luna!- dijo esta vez Ginny deteniendo a su amiga. 

—¡Eh, Harry! 

Más que harto, Harry se detuvo en el corredor y empezó a gritar antes de acabar de volverse: 

—Sí, he estado llorando por mi madre muerta hasta quedarme sin lágrimas, y ahora me voy a seguir... 

—No... Sólo quería decirte... que se te cayó la pluma. 

Varios de los presentes comenzaron a reír en ese mismo momento por el desliz del chico, en cierto punto lo comprendían, pero aun así no podía dejar de ser gracioso. 

Era Cho. Harry se puso colorado. 

—Ah, perdona —susurró él, recuperando la pluma. 

—Buena suerte el martes —le deseó Cho—. Espero de verdad que te vaya bien. 

Harry se sintió como un idiota. 

-y te viste como un idiota- apoyo Ginny. 

-hey, que clase de apoyo es ese- le reclamo el chico 

-están hablando de la chica que te gusto antes qué ella cachorro, las pelirroja siempre odiaran a las que estuvieron antes con sus hombres- le aseguro Sirius. 

-claro que no, eso sería estar molesto con medio mundo mágico, nadie puede tener tanto rencor 

-¡Lily!- reclamo de inmediato James mientras que los demás soltaban tremendas carcajadas, incluso Charlus y Dorea se pusieron a reír aunque de una forma mucho más modesta. 

A Hermione también le había tocado su ración de disgustos, pero aún no había empezado a gritar a los que se le acercaban sin ninguna mala intención. De hecho, a Harry le admiraba la manera en que ella llevaba la situación. 

-no estaba tan habituada como Harry a ser el blanco de los chismes, pero trataba de tomarlo lo más sensatamente posible. 

-además también ayudaría que no fueras el blanco directo del chisme- agrego Rose. 

-mmm, puede ser- acepto la castaña recordando las cartas que recibió tiempo después en su siguiente aparición en los encabezados. 

—¿De sorprendente belleza? ¿Ella? —chilló Pansy Parkinson la primera vez que la tuvo cerca después de la aparición del artículo de Rita Skeeter—. ¿Comparada con quién?, ¿con un primate? 

-maldita arpía- espeto de inmediato Ron molesto- como no puede meterse con inteligencia, pero ya vera la muy… 

-Ron tranquilízate, no vale la pens hacer nada al respecto- le pidió Hermione acariciándole los hombros para que se relajara. 

—No hagas caso —dijo Hermione con gran dignidad irguiendo la cabeza y pasando con aire majestuoso por al lado de las chicas de Slytherin, que se reían como tontas—. Como si no existieran, Harry. 

-lo estas tomando mejor de lo esperado- comento Andrómeda- eso demuestra tu madures. 

Pero Harry no podía pasar por alto las burlas. Ron no le había vuelto a hablar después de decirle lo del castigo de Snape. Harry había tenido la esperanza de que hicieran las paces durante las dos horas que tuvieron que pasarse en la mazmorra encurtiendo sesos de rata, pero coincidió que aquel día se publicó el artículo de Rita Skeeter, que pareció confirmar la creencia de Ron de que a Harry le encantaba ser el centro de atención. 

-no exactamente- comento Ron- si me molesto lo del artículo, pero no es como si creyera lo que dice el libro, es contradictorio. 

-sin duda que si- aseguro Draco- y supongo que aún falta para que decidan reconciliarse. 

Hermione estaba furiosa con los dos. Iba de uno a otro, tratando de conseguir que se volvieran a hablar, pero Harry se mantenía muy firme: sólo volvería a hablarle a Ron si éste admitía que Harry no se había presentado él mismo al Torneo y le pedía perdón por haberlo considerado mentiroso. 

-hay pero cuanto orgullo puede caber en alguien- dijo Lily. 

-son hombres, es demasiado fácil que se comporten de forma tan infantil- apoyo Alice. 

-bueno, ya tranquilícense con su ataque hacia los hombres no- salto Frank- digo, a pesar de cualquier defecto nos siguen queriendo. 

-claro que si mi amor, pero hasta tú debes de aceptar lo frustrante es que estén peleados por algo como eso- dijo Alice. 

-es más frustrante estar en medio de los tontos que se están peleando- agrego Hermione. 

—Yo no fui el que empezó —dijo Harry testarudamente—. El problema es suyo. 

—¡Tú lo echas de menos! —repuso Hermione perdiendo la paciencia—. Y sé que él te echa de menos a ti. 

—¿Que lo echo de menos? —replicó Harry—. Yo no lo echo de menos... 

-hay Harry- dijo Lily negando con la cabeza- en verdad te costaría una pierna y un brazo aceptarlo he, y no creo que Ron Fuera diferente. 

-si bueno, fue algo solitario- aseguro el pelirrojo- 

Pero era una mentira manifiesta. Harry apreciaba mucho a Hermione, pero ella no era como Ron. Tener a Hermione como principal amiga implicaba muchas menos risas y muchas más horas de biblioteca. 

-te comprendo cachorro- exclamo Sirius- lo mismo sentía con lunático, y luego cuando cornamenta salía con la pelirroja fue peor 

- eso no es cierto canuto- le contradijo Remus- desde mucho antes que James y Lily salieran nuestro amigo pasaba más tiempo en la biblioteca. 

-es cierto, era su estrategia para estar cerca y conquistarla- aseguro el oji gris. 

Por su parte Viktor Krum recordó que había sido el método que inicialmente había utilizado para tratar de acercarse a Hermione, aunque al final sus intentos no funcionaron, si bien fue su compañera para el baile su relación no paso de ahí. 

Harry seguía sin dominar los encantamientos convocadores; parecía tener alguna traba con respecto a ellos, y Hermione insistía en que sería de gran ayuda aprenderse la teoría. En consecuencia, pasaban mucho rato al mediodía escudriñando libros. 

-eso me funciona a mi- comento la castaña- pero Harry necesita un motivante un poco más grande para poder conseguirlo- dijo viendo de reojo a su amigo. 

-¿cómo lo ocurrido en el tercer libro y el encantamiento patronus?- se aventuró Albus. 

-así es, tu padre es un tipo muy particular- respondió la castaña. 

-pero si hemos visto lo que se le dio el hechizo en…oh- comenzó Neville- ya comprendo cual fue el motivante 

-cualquiera que lo pensara un poco lo sabría- apoyo Luna- claro, también haría falta que conocieran la historia completa. 

-sí, porque nosotros no tenemos ni idea- aseguro Sirius un poco molesto. 

Viktor Krum también pasaba mucho tiempo en la biblioteca, y Harry se preguntaba por qué. ¿Estaba estudiando, o buscando algo que le sirviera de ayuda para la primera prueba? Hermione se quejaba a menudo de la presencia de Krum, no porque le molestara, sino por los grupitos de chicas que lo espiaban escondidas tras las estanterías y que con sus risitas no la dejaban concentrarse. 

-oh, eso me parece familiar- se burló Sirius. 

-es lógico, ya habían mencionado que el chico tenía cierto interés en Hermione, la táctica más básica seria estar en el mismo lugar que ella- apoyo Marlene. 

-pero de nada sirve que se queden sentando observando sin decir nada, eso es incómodo- agrego Lily. 

-bueno ya, no le den ideas- intervino Ron. 

-tranquilízate Weasley, recuerda que al final te quedaste con la chica- salto Draco- como lo hiciste siendo un patán de primera no lo sé, pero lo hiciste. 

-¿y a ti quien te pregunto?- le rebatió con enojo. 

-nadie, pero hace mucho que no molestaba y si no lo hacía podría romper el equilibrio del universo- respondió el rubio consiguiendo las risas de varios de los presentes, ni siquiera Harry pudo evitar reír ante el comentario de su anterior enemigo. 

—¡Ni siquiera es guapo! —murmuraba enfadada, observando el perfil de Krum—. ¡Sólo les gusta porque es famoso! Ni se fijarían en él si no supiera hacer el amargo de Rosi. 

-lo dijiste mal- comento Lily- sin duda mi hijo te reclamara por eso- ante eso Hermione le sonrió en confirmación. 

—El «Amago de Wronski» —dijo Harry con los dientes apretados. Muy lejos de disfrutar corrigiéndole a Hermione aquel término de quidditch, sintió una punzada de tristeza al imaginarse la expresión que Ron habría puesto si hubiera oído lo del amargo de Rosi. 

-evidentemente extrañas a tu amigo- comento Charlus- y como tu dijiste, hay mucha diferencia entre un amigo y otro 

-pero eso continuara hasta que algún de su brazo a torcer- apoyo el señor Evans- y ojalá no tarden mucho para que eso pase. 

Sirius continúo leyendo lo rápido que parecían ir los días del chico acompañados del terror y los comentarios sobre el artículo. 

El sábado antes de la primera prueba dieron permiso a todos los alumnos de tercero en adelante para que visitaran el pueblo de Hogsmeade. Hermione le dijo a Harry que le iría bien salir del castillo por un rato, y Harry no necesitó mucha persuasión. 

-el problema vendrá cuando quieras sugerir que ron los acompañe- comento Remus. 

-adivino, eso es lo que hubieras hecho tu para tratar de reconciliar a tus amigos- indago Dora 

-pues me temo que esta vez estas equivocada- le dijo con media sonrisa traviesa en el rostro- yo los encerraría en un cuarto pequeño y dejaría que se rompieran la cara 

-¡¿Qué?!- dijeron varios impresionados y porque no, algo divertidos. 

-de hecho, si lo hizo- afirmo james- nos encerró por casi doce horas. 

-doce horas de hambre, sed, y desesperación por salir- apoyo Sirius. 

-de gritos de auxilio para sacarnos y hechizos fallidos para tratar de salir. 

-seguidos de más gritos, reclamaciones y un centenar de puñetazos 

-casi nos desfiguramos el rostro en esa ocasión. 

-eso hubiera sido una verdadera tragedia para el mundo 

-¿y que paso después de que los dejara salir?- les pregunto Remus. 

-bueno, pues…- James en verdad no quería responder a eso. 

-salieron de la habitación abrasándose y pidiéndose disculpas entre ustedes- los dos aludidos bajaron la mirada dándole la razón absoluta a su castaño amigo.

-valla, yo pensé que intentarías algo un poco más civilizado- comento Dora con impresión. 

-lo hice, las dos primeras veces, pero para la tercera me convencí que ese par de cabeza de piedra no entrarían en razón, no me dieron otra alternativa- se justificó. 

-ven, cuando todo falla en una amistad dente hombres, hay que dejar que desfoguen su lado salvaje- agrego Frank resaltando su punto de vista, consiguiendo que más de alguna rodara los ojos- sé que no es lo mejor, pero así es como funcionamos. 

-me desagrada completamente, pero es verdad- apoyo Lily. 

-¿y si la pelea es contra una mujer en lugar que en contra de un hombre?- indago la metamorfomaga. 

-no estaría seguro, pero por lo que he visto es necesario o algún factor externo que los obligue a enmendar sus diferencias, o hasta que alguno desista de su terquedad y se disculpe- respondió Remas- la verdad sería un poco más tardado. 

-como en el libro anterior cuando Ron estaba peleado con Hermione, no fue hasta lo de sentencia a muerte del hipogrifo que se reconciliaron de verdad- ejemplifico Lily. 

-gracias por usarme de ejemplo- ironizo el pelirrojo. 

-que, debes de aceptar que si bien al caso 

-mejor sique leyendo Sirius- le solicito el joven. 

—Pero ¿y Ron? —dijo—. ¡No querrás que vayamos con él! 

—Ah, bien... —Hermione se ruborizó un poco—. Pensé que podríamos quedar con él en Las Tres Escobas... 

—No —se opuso Harry rotundamente. 

Remus sonrió con suficiencia al haber predicho lo que pasaría, por su parte Nymphadora que noto su reacción solo pudo sonreír divertida y rodearlo con su brazo libre. 

—Ay, Harry, qué estupidez... 

-tal vez debí de intentar el método de Remus- comento con malicia la castaña. 

-muy tarde- dijo Harry- yo intente algo parecido pero no resulto. 

-en otras palabras intentaste comenzar una pelea- dedujo Lily ante el asentimiento de su hijo. 

—Iré, pero no quedaré con Ron. Me pondré la capa invisible. 

—Como quieras... —soltó Hermione—, pero me revienta hablar contigo con esa capa puesta. Nunca sé si te estoy mirando o no. 

-eso por lo menos, nadie que te vea pensara que estas en tus cinco sentidos por hablarle al aire- comento Sirius. 

De forma que Harry se puso en el dormitorio la capa invisible, bajó la escalera y marchó a Hogsmeade con Hermione. 

Se sentía maravillosamente libre bajo la capa. Al entrar en la aldea vio a otros estudiantes, la mayor parte de los cuales llevaban insignias de «Apoya a CEDRIC DIGGORY», aunque aquella vez, para variar, no vio horribles añadidos, y tampoco nadie le recordó el estúpido artículo. 

-por supuesto que no- comento Ted- no sabían que estaban ahí, evidentemente eso lo hacían especialmente para molestarte. 

-es cierto, de no traer la capa de seguro te hubieran siguiendo fastidiando- aseguro Teddy. 

—Ahora la gente se queda mirándome a mí —dijo Hermione de mal humor, cuando salieron de la tienda de golosinas Honeydukes comiendo unas enormes chocolatinas rellenas de crema—. Creen que hablo sola. 

—Pues no muevas tanto los labios. 

-hay papá, entonces como quieres que hable- se burló James “S”. 

-recuerdas que te puedo castigar no es así- dijo el azabache medio en broma. 

-Harry, no asustes al niño- le recrimino Ginny entendiendo las intenciones de su novio. 

-nah, James o se asusta, más bien está acostumbrado a estar castigado- siguió Albus. 

-un momento, porque ahora se burlan de mi cuando todo empezó con papá. 

-los caminos de la ida son muy misteriosos- argumento Scorpius antes que la lectura se retomara. 

—Vamos, Harry, por favor, quítate la capa sólo un rato. Aquí nadie te va a molestar. 

Algunos dudaban un poco que eso pasara, después de todo, no eran los únicos estudiantes que debían de visitar el pueblo. 

—¿No? —replicó Harry—. Vuélvete. 

Rita Skeeter y su amigo fotógrafo acababan de salir de la taberna Las Tres Escobas. 

-esa maldita mujer que hace ahí- exclamo Sirius. 

-la novedad es el torneo de los tres magos, es evidente que alguien debería estar ahí para reportarlo- aseguro Lily- por desgracia la elegida parece que fue esa tipa. 

-a pesar de la enorme sarta de mentiras que escribe tiene a muchos seguidores- se lamentó Hermione 

-es lamentable que tantas personas escuchen y se crean semejante tipo de “reportajes”- aseguro James sin saber que varios de los presentes caerían en ese grupo. 

Pasaron al lado de Hermione sin mirarla, hablando en voz baja. 

-creo que había sido buena idea averiguar que es de lo que taba hablando- comento George. 

-para saber qué tipo de cosas está planeando para su siguiente articulo- apoyo Fred. 

Harry tuvo que echarse contra la pared de Honeydukes para que Rita Skeeter no le diera con el bolso de piel de cocodrilo. Cuando se hubieron alejado, Harry comentó: 

—Deben de estar alojados en el pueblo. Apuesto a que han venido para presenciar la primera prueba. 

-la misma mente siniestra que la madre- exclamo Sirius antes una sonrisa de satisfacción de Lily. 

-pero como ella dice, se quedaría para todo el torneo, no solo para la primera prueba- comento Draco- o al menos lo intento- agrego viendo a Hermione lo que lleno de curiosidad a los presentes. 

Mientras hablaba, notó como si el estómago se le llenara de algún líquido segregado por el pánico. Pero no dijo nada de aquello: él y Hermione no habían hablado mucho de lo que se avecinaba en la primera prueba, y Harry tenía la impresión de que Hermione no quería pensar en ello. 

-muy diferente a lo ocurrido para la segunda prueba- comento Harry. 

-para tu segunda prueba ya teníamos una pista de lo que deberías de hacer- exclamo Hermione- en ese momento no teníamos ni idea y no quería ponerte más nervioso. 

-es cierto, la verdad es que eres un poco insoportable cuando no tienes nada que hacer, deberías ser más paciente- apoyo Ron. 

-es bueno saberlo, así sabré mejor como entrenarte cuando llegues a la academia- aseguro Alastor. 

—Se ha ido —dijo Hermione, mirando la calle principal a través de Harry—. ¿Qué tal si vamos a tomar una cerveza de mantequilla a Las Tres Escobas? Hace un poco de frío, ¿no? ¡No es necesario que hables con Ron! —añadió irritada, interpretando correctamente su silencio. 

-no se puede negar que los conoces demasiado bien- comento Neville- incluso sin verlo puedes saber su reacción. 

-bueno, tampoco era tan difícil- aseguro la castaña- después de todo en ese momento siempre reaccionaba igual cuando mencionaba a Ron 

La taberna Las Tres Escobas estaba abarrotada de gente, en especial de alumnos de Hogwarts que disfrutaban de su tarde libre, pero también de una variedad de magos que difícilmente se veían en otro lugar. Harry suponía que, al ser Hogsmeade el único pueblo exclusivamente de magos de toda Gran Bretaña, debía de haberse convertido en una especie de refugio para criaturas tales como las arpías, que no estaban tan dispuestas como los magos a disfrazarse. 

-y los gnomos también son iguales- aseguro Bill- pocas veces verán a uno de ellos en un barrio muggle, les molesta especialmente que los confundan con enanos. 

-más que su molestia lo peor es lo que pueden hacer- agrego Artur- he escuchado anécdotas de algunos compañeros acerca de ciertos encuentros de gnomos con muggles, y estos últimos no terminaban nada bien. 

-por muy buenos que sean manejando el banco siguen siendo unas criaturas algo perversas- termino Ron recordando su última interacción con alguien de esa especie. 

Era dificil moverse por entre la multitud con la capa invisible, y muy fácil pisar a alguien sin querer, lo que originaba embarazosas situaciones.  

-tal vez para los demás que pensarían que una persona ajena les había empujado- comento Sirius. 

-bueno, a mí tampoco me gustaba ir pisando a las persones a mi alrededor- se defendió Harry. 

-pues si no fueran tan orgulloso habría solucionado todo desde antes y así no tendrías que estar bajo la capa ni estar separados- les recrimino Lily al par de amigos. 

Harry fue despacio, arrimado a la pared, hasta una mesa vacía que había en un rincón, mientras Hermione se encargaba de pedir las bebidas. En su recorrido por la taberna, Harry vio a Ron, que estaba sentado con Fred, George y Lee Jordan.  

-no tenía muchas opciones- exclamo Ron- la verdad no estaba tan a gusto con este par de problemáticos. 

-claro, de seguro querías estar con tu propio par de problemáticos- salto Fred con tono ofendido 

-solo tenías que disculparte, no era algo tan difícil- apoyo George en el mismo tono. 

-puede ser- acepto el menor de los varones Weasley- por otra parte, me pude dar cuenta lo problemático que es tener solamente dos amigos. 

-te entiendo, algo similar me ocurrió a mí en el libro pasado- apoyo Harry. 

Resistiendo el impulso de propinarle una buena colleja, consiguió llegar a la mesa y la ocupó. 

-entonces hubieras revelado que estabas ahí- comento Sirius. 

-como si fuera tan difícil deducirlo- aseguro Marlene- con solo ver a Hermione sentada sola en una mesa sería suficiente para sacar la conclusión. 

-Al menos para aquellos que supieran de la capa de invisibilidad de Harry- agrego Dora. 

Hermione se reunió con él un momento más tarde, y le metió bajo la capa una cerveza de mantequilla. 

—Creo que parezco un poco boba, sentada aquí sola —susurró ella—. Menos mal que he traído algo que hacer. 

-adivino, llevaste un libro para leer- salto Gideon. 

-o tal vez adelantaría algunos deberes de la escuela- secundo Fabian. 

-pues se equivocan los dos- aseguro la castaña- ya verán lo que estaba haciendo. 

Y sacó el cuaderno en que había llevado el registro de los miembros de la P.E.D.D.O.  

-ya se me hacía extraño que no mencionar ese bendito movimiento- comento Sirius 

Harry vio su nombre y el de Ron a la cabeza de una lista muy corta. Parecía muy lejano el día en que se habían puesto a inventar juntos aquellas predicciones y había aparecido Hermione y los había nombrado secretario y tesorero respectivamente. 

-es comprensible- apoyo Ted- en ese momento su única preocupación era como no molestar a su amiga sin unirse a su movimiento y ahora tenías que enfrentarte a esas benditas pruebas 

—No sé, a lo mejor tendría que intentar que la gente del pueblo se afiliara a la P.E.D.D.O. —dijo Hermione como si pensara en voz alta. 

-podrías intentarlo, pero dudo que consigas algún resultado positivo- comento Marlene- aparte de que no a muchos les importara, en ese instante tienen su mente repleta por el torneo. 

—Bueno —asintió Harry. Tomó un trago de cerveza de mantequilla tapado con la capa—. ¿Cuándo te vas a hartar de ese rollo de la P.E.D.D.O.? 

—¡Cuando los elfos domésticos disfruten de un sueldo decente y de condiciones laborales dignas! —le contestó 

-lo segundo seria relativamente fácil de conseguir, pero lo segundo sería un poco imposible por lo que ya hemos dicho- comento Marlene. 

-porque no nos importa- salto Sirius. 

-no- respondió la rabia dándole un fuerte golpe a su novio- porque la mayoría de los elfos considerarían indigno recibir un salario 

—. ¿Sabes?, estoy empezando a pensar que ya es hora de emprender acciones más directas. Me pregunto cómo se puede entrar en las cocinas del colegio. 

-por Merlín, y para que tienen el bendito mapa del merodeador- exclamo Sirius como si fuera lo más obvio. 

-pero, ese mapa les ayudaría a llegar pero no como entrar o si- indago Angela 

-no necesariamente, en el mapa decía el hechizo para utilizar el pasadizo de la bruja tuerta- comento Harry cohibiendo un poco a la niña por el hecho de estar hablando con el salvador del mundo mágico- supongo que debe de haber algo que indique como entrar. 

-pues sí, hay una imagen de una manzana con unas ja ja ja alrededor- respondió Albus. 

-ha, entonces hay algo con la forma de una manzana a la que hay que hacerle cosquillas- aventuro la joven pelirroja. 

-perfecto Angie, a James le tomo una sema completa averiguarlo- comento Scorpius. 

-¡¿Qué?!- dijeron de inmediato los merodeadores y los gemelos Weasley, no creían que a un verdadero bromista le costaría tanto descubrir una clave tan simple. 

-hey, no fue tanto así 

-claro que no- apoyo Rose- solo tardo cuatro días hasta que nos pregunto a nosotros- bueno, no fue tanto apoyo. 

-de cualquier forma ella tiene la mente más ágil que James- aseguro Scopius- se ve que la elegiste bien Al, en verdad ella te… ¡auch!- grito al recibir una patada por debajo de la mesa, pero para nadie paso desapercibido el comentario del rubio, en especial para la pequeña pelirroja. 

-a este paso terminaras con las piernas moradas- le susurro Rose a su amigo. 

-lo sé- aseguro Scorpius en el mismo tono- pero créeme que lo vale- la joven Weasley solo sonrió divertida antes de volver a escuchar la lectura. 

—No tengo ni idea. Pregúntales a Fred y George —dijo Harry. 

-sí, y no sé si fue una buena o mala idea- aseguro Fred. 

-fue buena, puedes creerme- aseguro Harry, pues de no ser así tal vez no haría sabido que Dobby trabaja en el castillo. 

Hermione se sumió en un silencio ensimismado mientras Harry se bebía su cerveza de mantequilla observando a la gente que había en la taberna. Todos parecían relajados y alegres. Ernie Macmillan y Hannah Abbott intercambiaban los cromos de las ranas de chocolate en una mesa próxima; ambos exhibían en sus capas las insignias de «Apoya a CEDRIC DIGGORY». 

Al lado de la puerta vio a Cho y a un numeroso grupo de amigos de la casa Ravenclaw. Ella no llevaba ninguna insignia de apoyo a Cedric, lo cual lo animó un poco. 

Ginny volteo un poco la vista, sabía que era absurdo que se molestara por el anterior interés amoroso de Harry, en especial porque ella también había tenido a sus novios, pero no podía evitar sentirse incomoda. Harry notando eso abraso por los hombros a su novia acariciándola dulcemente asiéndole ver que para él, ella era la única dueña de su corazón, entonces la pelirroja pensó que no era tan malo ser un poco infantil y posesiva en ocasiones si con eso conseguía ese tipo de mimos de su Harry 

¡Qué no hubiera dado él por ser uno de aquellos que reían y charlaban sin otro motivo de preocupación que los deberes! Se imaginaba cómo se habría sentido allí si su nombre no hubiera salido en el cáliz de fuego. 

-sin duda todo sería mejor y mucho más fácil- comento Charlus- pero lamentablemente parece qe te toco el grueso de la suerte Potter. 

-ojalá y fuera solo por la suerte- comento por lo bajo Harry, pues la principal razón de todo lo que le ocurrió ese año fue por el plan de un psicópata que quería matarlo. 

Para empezar, no llevaría la capa invisible. Tendría a Ron a su lado. 

El pelirrojo se removió incomodo en su asiento. 

Los tres estarían contentos, imaginando qué prueba mortalmente peligrosa afrontarían el martes los campeones de los colegios. Tendría muchas ganas de que llegara el martes, para verlos hacer lo que fuera y animar a Cedric como todos los demás, a salvo en su asiento prudentemente alejado... 

-eso habría sido grandioso- aseguro James- pero ya no puedes hacer nada al respecto. 

Se preguntó cómo se sentirían los otros campeones. Las últimas veces que había visto a Cedric, éste estaba rodeado de admiradores y parecía nervioso pero entusiasmado. 

-eso de ser famoso ayudaba un poco a distraerse del miedo y la incertidumbre- acepto Cedric- pero todo se hacía más evidente cuando estaba solo en mi habitación. 

Harry se encontraba a Fleur Delacour en los corredores de vez en cuando, y tenía el mismo aspecto de siempre, altanero e imperturbable.  

-la verdad si estaba un poco pgeocupada- acepto- pego madame Maxime dijo que me apoyagía en todo y que no debía demostgag pgeocupación. 

-no mostrar preocupación ante los demás- resalto Bill- ¿algún tipo de estrategia psicológica? 

-pudiera ser, y bien ejecutada bien podría ser efectiva- razono Alastor. 

Y, en cuanto a Krum, se pasaba el tiempo en la biblioteca, escudriñando libros. 

-bueno, creo que ya es evidente lo que verdaderamente hacia- comento Krum 

-se podría decir que de los cuatro campeones eres el más imperturbable de todos- comento James. 

Harry se acordó de Sirius, y el tenso y apretado nudo que parecía tener en el estómago se le aflojó un poco. Hablaría con él doce horas más tarde, porque aquélla era la noche en que habían acordado verse junto a la chimenea de la sala común. Eso suponiendo que todo fuera bien, a diferencia de lo que había ocurrido últimamente con todo lo demás. 

-por favor dime que si resulto- pidió Sirius mirando a su ahijado. 

-en parte si- respondió Harry- no hablamos de todo lo que queríamos, pero si tocamos varios puntos. 

-bueno, algo es algo supongo- comento James- aunque primero veamos de que hablaron para saber qué tan útil fue. 

—¡Mira, es Hagrid! —dijo Hermione. 

De entre la multitud se destacaba la parte de atrás de su enorme cabeza llena de greñas (afortunadamente, había abandonado las coletas). Harry se preguntó por qué no lo había visto nada más entrar, siendo Hagrid tan grande; 

-tenía demasiadas ideas en la cabeza, es muy fácil distraerse en esos momentos- comento Teddy. 

-Es cierto- apoyo Victoire- recuerdo cuando Teddy tuvo sus TIMMO y EXTASIS, me hubiera podido pasear en ropa interior frente a él y ni se daría cuenta- dijo consiguiendo apenar al metamorfomago. 

-¡¡¿Qué tu hiciste qué?!!- grito Bill medio imaginándose la escena, porque no le gustaba pensar en su hija en ese estado. 

-nunca dije que lo hice, dije que pude haberlo hecho- se defendió la chica. 

-¿entonces nunca...? 

-no- eso tranquilizo un poco al pelirrojo- si estuve muy coqueta con él en esos momentos pero nada mas 

-¿Qué? 

-Bill, ya deja en paz a la niña- le reprendió Fleur 

-pero querida... 

-pego nada, deja a nuestra hija tranquila, segugo le hemos enseñado que tan lejos puede llevag sus juegos. 

-eso no me relaja- aseguro el joven recibiendo una mirada peligrosa de su esposa- ya bueno me callo- exclamo al final, no quería saber si su sangre veela también incluía aquel factor de cuando se molestaban. 

 pero, al ponerse en pie para ver mejor, se dio cuenta de que Hagrid se hallaba inclinado, hablando con el profesor Moody. Hagrid tenía ante él su acostumbrado y enorme pichel, pero Moody bebía de la petaca.  

-sin duda eso le debió de fascinar a Rosmerta, que entren a su local y que no consuman nada- comento Frank. 

-sí, pero sería imposible que Alastor bebiera otra cosa que no haya sido preparada por el mismo- continuo Alice 

La señora Rosmerta, la guapa dueña de la taberna, no ponía muy buena cara ante aquello:  

--guapa- repitió Ginny levantando una ceja 

-bueno, es que lo es hermanita, lo que se ve no se juzga- salió Ron en su defensa. 

-hay hombres- exclamo Hermione rodando lo ojos, pero más que una expresión de cansancio parecía divertida con la situación. 

miraba a Moody con recelo mientras recogía las copas de las mesas de alrededor.  

-por supuesto que sí, pero tampoco podía hacharlo del lugar, eso se había visto mal- dijo Andrómeda. 

Probablemente le parecía un insulto a su hidromiel con especias, pero Harry conocía el motivo: Moody les había dicho a todos durante su última clase de Defensa Contra las Artes Oscuras que prefería prepararse siempre su propia comida y bebida, porque a los magos tenebrosos les resultaba muy fácil envenenar una bebida en un momento de descuido. 

-y de ahi sale la idea de que es un paranoico- comento medio en broma Sirius lo que no fue de agrado para el auror. 

Por otra parte, Harry no podía dejar de pensar en su sexto año cuando Roemerta había sido controlada con la maldición imperius y de la botella envenenada que se suponía debía llegar hasta Dumbledore. Aunque a simple vista las ideas de Alastor parecía una autentica paranoia no dejaban de tener sus puntos a favor. 

Mientras Harry los observaba, Hagrid y Moody se levantaron para irse. Harry le hizo un gesto con la mano a Hagrid, pero luego recordó que éste no podía verlo. Moody, sin embargo, se detuvo y miró con su ojo mágico hacia el rincón en que se encontraba él.  

-ya te vio- dijo James- saben, no me gusta mucho que haya algo que pueda atravesar la protección de la capa. 

-tal vez para ti, pero créeme que me ha sido muy útil en más de una ocasión- aseguro Ojo loco. 

Le dio a Hagrid una palmada en la región lumbar (porque no podía llegar al hombro), le susurró algo y, a continuación, uno y otro se dirigieron a la mesa de Harry y Hermione. 

—¿Va todo bien, Hermione? —le preguntó Hagrid en voz alta. 

—Hola —respondió Hermione, sonriendo. 

Moody se acercó a la mesa cojeando y se inclinó al llegar. Harry pensó que estaba leyendo el cuaderno de la P.E.D.D.O.  

-me alegra que así haya parecido, creo que no era conveniente que supieran que intentaba hablar contigo- comento Moody. 

hasta que le dijo: 

—Bonita capa, Potter. 

-eso debió de haberte sorprendido mucho no es así joven Potter- dijo Fred-  debiste de estar asustado por ser descubierto. 

-aunque en realidad no estaba haciendo nada malo como habitualmente lo hace, así que tampoco tenía que estar tan nervioso- agrego George. 

Harry lo miró muy sorprendido. A unos centímetros de distancia, el trozo de nariz que le faltaba a Moody era especialmente evidente. Moody sonrió. 

—¿Su ojo es capaz de... quiero decir, es usted capaz de...? 

—Sí, mi ojo ve a través de las capas invisibles —contestó Moody en voz baja—. Es una cualidad que me ha sido muy útil en varias ocasiones, te lo aseguro. 

El Alastor de la sala sonrió en conformidad por lo dicho. 

Hagrid también le sonreía a Harry. Éste sabía que Hagrid no lo veía, pero era evidente que Moody le había explicado dónde estaba. 

Hagrid se inclinó haciendo también como que leía el cuaderno de la P.E.D.D.O. y le dijo en un susurro tan bajo que sólo pudo oírlo Harry: 

—Harry, ven a verme a la cabaña esta noche. Ponte la capa. —Y luego, incorporándose, añadió en voz alta—: Me alegro de verte, Hermione. —Guiñó un ojo, y se fue. Moody lo siguió. 

-entonces era Hagrid el que quería hablar con él, esperen- se detuvo a si misma Dora- Hagrid, dragones, creo que ya sabemos cómo descubrió lo de la primera prueba. 

-creo que debimos de haberlo supuesto desde un principio- agrego Remus. 

-si lunático, darle por su lado a mi sobrina porque si no pasaras hambre en la noche- exclamo Sirius. 

-Ya cállate y sigue leyendo- le rebatió el castaño. 

—¿Para qué querrá que vaya a verlo esta noche? —dijo Harry, muy sorprendido. 

—¿Eso te ha dicho? —se extrañó Hermione—. Me pregunto qué se trae entre manos. No sé si deberías ir, Harry... —Miró a su alrededor nerviosa y luego dijo entre dientes—: Podrías llegar tarde a tu cita con Sirius. 

-pero si no iba tal vez nunca se hubiera entrado del dragón hasta el día de la prueba- comento Albus. 

-que era la idea que los jueces tenían para la primera prueba- agrego Rose- aunque es un alivio que lo supiera antes sigue siendo una trampa. 

-pero viéndolo desde otro punto de vista, si los otros dos también deberían al dragón sería una trampa de su parte, por lo que la trampa que hizo el padre de Albus solo fue para equilibrar el marcador- razono Scorpius. 

-Scor, no me vengas con tus locas ideas ahora- pidió Rose. 

Los de la tercera generación no pudieron evitar reírse por esa escena que tantas veces había pasado ya, por su parte Draco no pudo evitar notar un poco de la astucia que todo Slytherin tiene, se alegraba que aunque estuviera en otra casa mostrara esos pequeños detalles que él valoraba. 

Era verdad que ir a ver a Hagrid a medianoche supondría tener que apresurarse después para llegar a la una a la sala común de Gryffindor. Hermione le sugirió que le enviara a Hagrid un mensaje con Hedwig diciéndole que no podía acudir (siempre y cuando la lechuza aceptara llevar la nota, claro).  

-esa fue la primera vez que me sentí aliviada de que me ignoraras Harry- dijo Hermione- de no ser por eso no hubiéramos podido prepararte. 

Y aunque no lo dijera abiertamente Cedric también estaba agradecido, de no ser por eso ellos habían sido los únicos que no supieran de los dragones y no se hubieran poder alistado, aunque al final su plan no había resultado ser tan efectivo como esperaba. 

Pero Harry pensó que sería mejor hacerle una visita rápida para ver qué quería. Tenía bastante curiosidad, porque Hagrid no le había pedido nunca que fuera a visitarlo tan tarde. 

-bueno, ciertamente no creo que Hagrid le pidiera eso a algún estudiante si no fuera algo importante- comento Artur 

-importante tal vez, pero sus indicaciones en ocasiones pueden ser peligrosas- aseguro Lily- no hay que olvidar lo ocurrido con las acromantulas en su segundo año- eso puso un poco incomodo a Hagrid, el no creía que los chicos corrieran peligro con Aragog. 

-cómo podríamos olvidarlo- dijo ron con un claro estremecimiento, consiguiendo dibujar una sonrisa traviesa en el rostro de la pelirroja. 

-Lily no se te ocurra- salto de inmediato James. 

-¿y yo que hice?- pregunto la joven. 

-reconozco esa sonrisa, es la misma sonrisa que nosotros ponemos cuando planeamos alguna maldad- explico el azabache- de seguro querías torturar un poco a Ron hablando de las arañas como castigo por cómo ha estado ignorando a Harry, así que, no lo hagas- dijo con cierta autoridad, no acostumbrado a ser la voz de la razón. 

Por su parte Lily se echó para atrás con los brazos cruzados y una media sonrisa, se encontraba entre divertida y frustrada por haber sido atrapada tan fácilmente. 

-Espero que tu mama regrese a la normalidad lo antes posible, en ese estado me da un poco de miedo- acepto ron en un susurro a su amigo. 

A las once y media de esa noche, Harry, que había hecho como que se iba temprano a la cama, volvió a ponerse la capa invisible y bajó la escalera hasta la sala común. Sólo unas pocas personas quedaban en ella. Los hermanos Creevey se habían hecho con un montón de insignias de «Apoya a CEDRIC DIGGORY», e intentaban encantarlas para que dijeran «Apoya a HARRY POTTER», pero hasta aquel momento lo único que habían conseguido era que se quedaran atascadas en POTTER APESTA.  

-fue un buen intento pero no creo que sepan aun lo suficiente de magia para lograrlo- comento James- lo mejor hubiera sido crear sus propias insignias. 

Harry pasó a su lado de camino al retrato y esperó aproximadamente un minuto mirando el reloj. Luego Hermione le abrió el retrato de la Señora Gorda, tal como habían convenido. Él lo traspasó subrepticiamente y le susurró un «¡gracias!» antes de irse. 

Sirius narro el camino de Harry hasta la cabaña del semi gigante. 

—¿Eres tú, Harry? —susurró Hagrid, abriendo la puerta. 

—Sí —respondió Harry, que entró en la cabaña y se desembarazó de la capa—. ¿Por qué me has hecho venir? 

—Tengo algo que mostrarte —repuso Hagrid. 

Parecía muy emocionado. Llevaba en el ojal una flor que parecía una alcachofa de las más grandes. Por lo visto, había abandonado el uso de aceite lubricante, pero era evidente que había intentado peinarse, porque en el pelo se veían varias púas del peine rotas. 

-cielos, en mi vida te había visto tan arreglado colega- comento Sirius viendo como el semi gigante se sonrojaba- sabes, si no fuera por los dragones parecería que querías que viera tu sita romántica. 

-¡¿cita?!- repitieron varios- entonces no solo será a Harry, también llevaras a Madame Maxime a ver a los dragones- continuo Dora a lo que todos estuvieron de acuerdo. 

—¿Qué vas a mostrarme? —dijo Harry con recelo, preguntándose si habrían puesto huevos los escregutos o si Hagrid habría logrado comprarle a otro extraño en alguna taberna un nuevo perro gigante de tres cabezas. 

Varios sonrieron divertidos por las ideas de Harry con respecto a las curiosas mascotas que solía tener su gigante amigo. 

—Cúbrete con la capa, ven conmigo y no hables —le indicó Hagrid—. No vamos a llevar a Fang, porque no le gustaría... 

—Escucha, Hagrid, no puedo quedarme mucho... Tengo que estar en el castillo a la una. 

Pero Hagrid no lo escuchaba. 

-Claro que no, tenía otras cosas en las que pensar en ese momento- aseguro Sirius con una sonrisa traviesa. 

 Abrió la puerta de la cabaña y se internó en la oscuridad a zancadas. Harry lo siguió aprisa y, para su sorpresa, advirtió que Hagrid lo llevaba hacia el carruaje de Beauxbatons. 

—Hagrid, ¿qué...? 

—¡Shhh! —lo acalló Hagrid, y llamó tres veces a la puerta que lucía las varitas doradas cruzadas. 

Abrió Madame Maxime. Un chal de seda cubría sus voluminosos hombros. Al ver a Hagrid, sonrió. 

—¡Ah, Hagrid! ¿Ya es la «hoga»? 

-he, no quiera ser descortés ni ofender a nadie, pero- comenzó Dora- es evidente que a Hagrid le gustaba Madame Maxime pero ¿qué sentía ella por él? 

-bueno, no estoy seguga- respondió Fleur- pego yo cgeo que si llego a sentig algo pog el, apagte del hecho que pocos hombges son los que pueden estag con ella pog su complexión. 

-ho bueno, si es asi no hay problema, puedes continuar Sirius- le apremio la metamorfomaga. 

—«Bon suar» —le dijo Hagrid, dirigiéndole una sonrisa y ofreciéndole la mano para ayudarla a bajar los escalones dorados. 

Sirius leyó los pensamientos de Harry al no comprender porque lo había llevado con Maxime cuando la podía ver en cualquier momento, hasta que esos pensamientos fuera fueron interrumpidos por una pregunta de la mujer. 

—¿Adónde me llevas, Hagrid? 

—Esto te gustará —aseguró Hagrid—. Merece la pena, confía en mí. Pero no le digas a nadie que te lo he mostrado, ¿eh? Se supone que no puedes verlo. 

—Descuida —le dijo Madame Maxime, luciendo sus largas y negras pestañas al parpadear. 

-¿acaso es una cualidad que tiene todas las francesas?- dijo Bill. 

-no sé de qué estas hablando quegido- respondió su esposa haciendo lo mismo que su ex profesora haciendo reír al pelirrojo- aunque es una lástima que guagdaga el secgeto como lo había dado a entendeg. 

-bueno, so lo vemos des otro punto de vista 

-Scorpius, deja tu rozamiento de Slytherin por favor- le silencio Rose provocando varias risas de los presentes. 

Y siguieron caminando. Harry los seguía, cada vez más nervioso y mirando el reloj continuamente. Hagrid debía de tener en mente alguna de sus disparatadas ideas, que podía hacerlo llegar tarde a su cita. Si no llegaban pronto a donde fuera, daría media vuelta para volver al castillo y dejaría a Hagrid disfrutando con Madame Maxime su paseo a la luz de la luna. 

-todo sería más fácil si Hagrid no quisiera hacerse tan misterioso- comento Remus. 

-Que te pasa lunático, ese tipo de misterio es lo que puede mantener entretenida a tu pareja durante una cita, y puede dar muy bueno resultado- aseguro Sirius. 

-pero su cita es con maxime no con Harry, él tiene otros asuntos que atender recuerdas- reitero el castaño. 

Pero entonces, cuando habían avanzado tanto por el perímetro del bosque que ya no se veían ni el castillo ni el lago, Harry oyó algo. Delante había hombres que gritaban. Luego oyó un bramido ensordecedor... 

-evidentemente debíamos estar lo más alejado posible del colegio y sus alrededores, tanto para que no nos descubrieran como para no hacer ningún daño- comento Charlie. 

-entonces es un hecho que tú estabas involucrado en todo eso- afirmo Nymphadora- pero no creo que se debieran de preocupar por no ser vistos, digo, están en medio de la noche. 

-pues no sé, yo conozco a más de alguno que eso no les importaría- dijo viendo a sus hermanos gemelos, pero también haciendo referencia a sus tíos, al trio y a los merodeadores principalmente. 

Hagrid llevó a Madame Maxime junto a un grupo de árboles y se detuvo. Harry caminó aprisa a su lado. Durante una fracción de segundo pensó que lo que veía eran hogueras y a hombres que corrían entre ellas. Luego se quedó con la boca abierta. 

¡Dragones! 

-dragones- repitió Lily de inmediato- "es" plural, eso quiere decir que hay más de un dragón. 

Eso tenso aún mas de alguno de los presentes y reducía el tipo de cosas que podían hacer los campeones, pues si hubiera sido difícil controlar a un dragón ellos solos si había más de uno hubiera sido simplemente imposible. 

Con cierta preocupación en la voz Sirius fue leyendo cada uno de los cuatro dragones que ahí se encontraban, y de como una treintena de magos divididos en cuatro grupos intentaban de controlar a las gigantescas bestias. 

Fascinado, Harry levantó la vista y vio los ojos del dragón negro, con pupilas verticales como las de los gatos, totalmente desorbitados; si se debía al miedo o a la ira, Harry lo ignoraba. Los bramidos de la bestia eran espeluznantes. 

Los más cercanos al semi gigante no pudieron evitar negar con la cabeza, el estar tan cerca de una de esas bestias sin duda era un sueño hecho realidad para él. 

—¡No te acerques, Hagrid! —advirtió un mago desde la valla, tirando de la cadena—. ¡Pueden lanzar fuego a una distancia de seis metros, ya lo sabes! ¡Y a este colacuerno lo he visto echarlo a doce! 

-oh valla-dijo la señora Evans- eso es más de lo que nos explicaron en un principio. 

-si bueno, tanto en las personas como en los dragones siempre habrá casos especiales- aseguró Charlie. 

—¿No es hermoso? —dijo Hagrid con voz embelesada. 

—¡Es peligroso! —gritó otro mago—. ¡Encantamientos aturdidores, cuando cuente tres! 

Harry vio que todos los cuidadores de los dragones sacaban la varita. 

—¡Desmaius! —gritaron al unísono. 

Los encantamientos aturdidores salieron disparados en la oscuridad como bengalas y se deshicieron en una lluvia de estrellas al chocar contra la escamosa piel de los dragones. 

-oh por Merlín- exclamo Angela. 

-tranquila, eso es realmente poco para un dragón, algunos necesitan más aun para poder quedar aturdidos, son unas bestias muy resistentes- explico el pelirrojo. 

-y peligrosos- agrego la señora Weasley que no terminaba de gustarle que su hijo se dedicara a eso. 

Sirius continúo leyendo como el dragón más próximo a ellos se desplomo aturdido mientras los cuidadores aprovechaban eso para tensar las ataduras de las cuatro bestias. 

—¿Quieres echar un vistazo más de cerca? —le preguntó Hagrid a Madame Maxime, embriagado de emoción. 

Se acercaron hasta la valla, seguidos por Harry. En aquel momento se volvió el mago que le había aconsejado a Hagrid que no se acercara, y Harry descubrió quién era: Charlie Weasley. 

La mayoría que conocía al joven sonrieron ante su mención. 

—¿Va todo bien, Hagrid? —preguntó, jadeante, acercándose para hablar con él—. Ahora no deberían darnos problemas. Les dimos una dosis adormecedora para traerlos, porque pensamos que sería preferible que despertaran en la oscuridad y tranquilidad de la noche, pero ya has visto que no les hizo mucha gracia, ninguna gracia... 

-sí, creo que todos nos pudimos dar cuenta de que despertaron de muy mal humor- comento Fred. 

-todos nos hemos levantado así más de laguna vez, aunque no todos podemos lanzar fuego- agrego George. 

—¿De qué razas son, Charlie? —inquirió Hagrid mirando al dragón más cercano, el negro, con algo parecido a la reverencia. 

El animal tenía los ojos entreabiertos, y debajo del arrugado párpado negro se veía una franja de amarillo brillante. 

—Éste es un colacuerno húngaro —explicó Charlie—. Por allí hay un galés verde común,  

-fue el más difícil de conseguir- comento Charlie. 

-¿en serio?- se extrañó Dora- creía que en cuestión de dragones los galeses eran los menos peligrosos. 

-pues en realidad así fue, pero fue complicado conseguirlo por las circunstancias especiales- respondió el pelirrojo- los dragones debían reunir ciertos requisitos y el caso de los otros tres tuvimos varias semanas para encontrarlos, pero al ser cuatro campeones pues, fue complicado conseguir al cuarto dragón- explico 

que es el más pequeño; un hocicorto sueco, que es el azul plateado, y un bola de fuego chino, el rojo. 

Charlie miró a Madame Maxime, que se alejaba siguiendo el borde de la empalizada para ir a observar los dragones adormecidos. 

—No sabía que la ibas a traer, Hagrid —dijo Charlie, ceñudo—. Se supone que los campeones no tienen que saber nada de lo que les va a tocar, y ahora ella se lo dirá a su alumna, ¿no? 

-evidentemente lo hará, es algo inevitable- aseguro Alastor- pero el chico también está ahí, y no dudo que Karkarov tenga un ojo abierto para descubrir algo, el problema sería el chico Diggory 

-no tanto, de seguro Harry se lo dirá en cuanto tenga la oportunidad- aseguro James pensando en lo que su Lily haría en su lugar. 

—Sólo pensé que le gustaría verlos. —Hagrid se encogió de hombros, sin dejar de mirar embelesado a los dragones. 

-hay Hagrid, deberías de prestarle más atención a tu chica que a los dragones- salto Sirius de inmediato. 

—¡Vaya cita romántica, Hagrid! —exclamó Charlie con sorna. 
Sirius soltó una tremenda carcajada antes de recibir un zape de su novia para que siguiera con la lectura. 

—Cuatro... uno para cada campeón, ¿no? ¿Qué tendrán que hacer?, ¿luchar contra ellos? 

Eso estremeció a más de uno de los presentes, en especial al escuchar cómo se necesitaban varios hechizos simultáneos para poder aturdirlos. 

—No, sólo burlarlos, según creo —repuso Charlie—. Estaremos cerca, por si la cosa se pusiera fea, y tendremos preparados encantamientos extinguidores. Nos pidieron que fueran hembras en período de incubación, no sé por qué... Pero te digo una cosa: no envidio al que le toque el colacuerno. Un bicho fiero de verdad. La cola es tan peligrosa como el cuerno, mira. 

-y para variar es el que le tocara a Harry- exclamo Lily. 

-lo dices por el título del capítulo verdad pelirroja- indago Sirius. 

-no, lo digo porque mi hijo es un Potter, y siempre le tiene que pasar ese tipo de cosas- dijo con una seguridad abrumadora. 

Charlie señaló la cola del colacuerno, y Harry vio que estaba llena de largos pinchos de color bronce. 

Cinco de los compañeros de Charlie se acercaron en aquel momento al colacuerno llevando sobre una manta una nidada de enormes huevos que parecían de granito gris, y los colocaron con cuidado al lado del animal. A Hagrid se le escapó un gemido de anhelo. 

—Los tengo contados, Hagrid —le advirtió Charlie con severidad. Luego añadió 

-gracias Charlie, ya no queremos una experiencia como la de norberta- aseguro Hermione. 

-y que lo digas, fui yo el que tuvo que llevársela. 

—: ¿Qué tal está Harry? 

-pues podrías preguntárselo tú mismo hermanito, eso si no estuviera escondido bajo la capa- dijo Fred. 

—Bien —respondió Hagrid, sin apartar los ojos de los huevos. 

-esa mas bien pareció una respuesta conveniente que una sincera- aseguro George al leer el gran interés de Hagrid por los huevos. 

—Pues espero que siga bien después de enfrentarse con éstos —comentó Charlie en tono grave, mirando por encima del cercado—. No me he atrevido a decirle a mi madre lo que le esperaba en la primera prueba, porque ya le ha dado un ataque de nervios pensando en él...  

-aunque no sería difícil suponer que involucraría drogones teniendo a Charlie involucrado- comento Teddy 

-de la misma forma que sabíamos que aparecería Charlie cuando aparecieron los dragones, no se podía hablar de uno sin hablar del otro- agrego Dora. 

—Charlie imitó la voz casi histérica de su madre—: «¡Cómo lo dejan participar en el Torneo, con lo pequeño que es! ¡Creí que iba a haber un poco de seguridad, creí que iban a poner una edad mínima!» Se puso a llorar a lágrima viva con el artículo de El Profeta. «¡Todavía llora cuando piensa en sus padres! ¡Nunca me lo hubiera imaginado! ¡Pobrecillo!» 

-cielos Molly, tu eres mejor que eso, no deberías de creer todo lo que dice la prensa- dijo James- en especial de las veces que Harry a dormido en tu casa y nunca ha llorado por algo así. 

-el que Molly no lo haya visto n es prueba de que no llora- aseguro Lily. 

-pero yo no he llorado por algo como eso- se defendió Harry. 

-y no dije que lo hicieras, solo quería resaltar que si en su momento lo hubieras hecho te habrías ocultado para que nadie te viera- se explicó la pelirroja- por lo tanto, Molly nunca te hubiera visto. 

-bueno si, acepto esa parte, pero de igual forma no deveria de creer todo lo que escribe, en especial si se trata de esa tipa- reitero James. 

Harry ya tenía suficiente. Confiando en que Hagrid no lo echaría de menos, distraído como estaba con la compañía de cuatro dragones y de Madame Maxime, se volvió en silencio y emprendió el camino de vuelta al castillo. 

Sirius fue leyendo los pensamientos de Harry mientras regresaba al catillo, preguntándose como se defendería contra un enorme dragón con lo que en ese momento le parecía un simple palito que era su varita. 

Se dio prisa en bordear el bosque. Disponía de quince minutos escasos para llegar junto a la chimenea donde lo aguardaría Sirius, y no recordaba haber tenido nunca tantos deseos de hablar con alguien como en aquel momento. Pero entonces, de repente, chocó contra algo muy duro. 

Se cayó hacia atrás con las gafas torcidas y agarrándose la capa. 

—¡Ah!, ¿quién está ahí? —dijo una voz. 

Harry se apresuró a cerciorarse de que la capa lo cubría por completo, y se quedó tendido completamente inmóvil, observando la silueta del mago con el que había chocado. Reconoció la barbita de chivo: era Karkarov. 

-Ja, lo sabía, es mal nacido de Karkarov no se podía quedar atrás en todo ese asunto, debió de haber esperado varias noches esperando encontrar algo extraño. 

-y yo acostado en mi cama ignorante de mi suerte- comento Cedric 

—¿Quién está ahí? —repitió Karkarov, receloso, escudriñando en la oscuridad. 

-demonios, ahora tendrás que esperar a que se aleje lo suficiente para que no te descubran-se lamentó James- y con la prisa que tienes para llegar a tu reunión con Sirius. 

Por su parte el oji gris continúo leyendo como después de un rato Karkarov se alejaba y Harry con sumo cuidado retomaba su camino mitras razonaba en la forma en que Karkarov había llegado hasta ahí y que ahora solo Cedric no sabía en qué consistía la primera prueba. 

Harry llegó al castillo, entró a escondidas por la puerta principal y empezó a subir la escalinata de mármol. Estaba sin aliento, pero no se atrevió a ir más despacio: le quedaban menos de cinco minutos para llegar junto al fuego. 

—«¡Tonterías!» —le dijo casi sin voz a la Señora Gorda, que dormitaba en su cuadro tapando la entrada. 

—Si tú lo dices... —susurró medio dormida, sin abrir los ojos, y el cuadro giró para dejarlo pasar. 

-es una suerte que estuviera medio dormida, habría sido incomodo que te preguntara que estabas haciendo fuera de la cama- comento Frank. 

Harry entró. La sala común estaba desierta y, dado que olía como siempre, concluyó que Hermione no había tenido que recurrir a las bombas fétidas para asegurarse de que no quedara nadie allí. 

-no, al menos por esa ocasión la suerte nos sonrió- comento Hermione. 

Harry se quitó la capa invisible y se echó en un butacón que había delante de la chimenea. La sala se hallaba en penumbra, sin otra iluminación que las llamas. Al lado, en una mesa, brillaban a la luz de la chimenea las insignias de «Apoya a CEDRIC DIGGORY» que los Creevey habían tratado de mejorar. Ahora decía en ellas: «POTTER APESTA DE VERDAD.» Harry volvió a mirar al fuego y se sobresaltó. 

-desde luego, es la primera vez que veías que te hablaban por la red Flu- comento James. 

-de hecho, fue la segunda- corrigió Harry- casi al inicio del libro había visto a Amos Diggory hablando con los señores Weasley. 

 -oh es cierto, pero igualmente eres nuevo en todo eso- termino el azabache. 

La cabeza de Sirius estaba entre las llamas. Si Harry no hubiera visto al señor Diggory de la misma manera en la cocina de los Weasley, aquella visión le habría dado un susto de muerte. Pero, en vez de ello, Harry sonrió por primera vez en muchos días, saltó de la silla, se agachó junto a la chimenea y saludó: 

—¿Qué tal estás, Sirius? 

Sirius leyó su propia descripción que resulto ser mucho mejor al aspecto que tenía cuando escapo de Azkaban. 

-solo así te gusta leer las descripciones verdad- comento Marlene con una sonrisa que fue compartida por el animago.  

—No te preocupes por mí. ¿Qué tal estás tú? —le preguntó Sirius con el semblante grave. 

—Yo estoy... 

Durante un segundo intentó decir «bien», pero no pudo. Antes de darse cuenta, estaba hablando como no lo había hecho desde hacía tiempo: de cómo nadie le creía cuando decía que no se había presentado al Torneo, de las mentiras de Rita Skeeter en El Profeta, de cómo no podía pasar por los corredores del colegio sin recibir muestras de desprecio... y de Ron, de la desconfianza de Ron, de sus celos... 

-me alegra que pudieras desahogarte conmigo cachorro- comento Sirius- no reo que pudiera ayudarte con lo de ron pero al menos de algo te servirá sacarlo de tu pecho. 

—... y ahora Hagrid acaba de enseñarme lo que me toca en la primera prueba, y son dragones, Sirius. ¡No voy a contarlo! —terminó desesperado. 

-creo que te subestimas un poco, la verdad es no lo hiciste nada mal- comento Charlie. 

-si bueno, digamos que tuve algo de ayuda- comento Harry. 

Sirius lo observó con ojos preocupados, unos ojos que aún no habían perdido del todo la expresión adquirida en la cárcel de Azkaban: una expresión embotada, como de hechizado. Había dejado que Harry hablara sin interrumpirlo, pero en aquel momento dijo: 

—Se puede manejar a los dragones, Harry, pero de eso hablaremos dentro de un minuto.  

-oh no- exclamo Lily- tal vez puedas decirles muchas cosas útiles, pero nada de cómo enfrentarse a os dragones. 

-¿cómo estas tan segura pelirroja?- dijo medio ofendido Sirius, tal vez no era muy estudioso pero bien podría darle alguna idea. 

-hace rato Harry implico que no pudieron terminar de hablar y si ese punto lo dejan al último es fácil deducir que no llegaron a él- todos parecieron estar de acuerdo con la chica. 

-pero entonces si mi tio no le brindo ayuda, ¿quien pudo haber sido? - pregunto Dora. 

-tendremos que leer para descubrirlo- termino Remus pidiéndole a su amigo que continuara. 

No dispongo de mucho tiempo... He allanado una casa de magos para usar la chimenea, pero los dueños podrían volver en cualquier momento. Quiero advertirte algunas cosas. 

-sin duda será muy problemático que la familia llegara antes- comento Frank 

—¿Qué cosas? —dijo Harry, sintiendo crecer su desesperación. ¿Era posible que hubiera algo aún peor que los dragones? 

Todos esperaban impacientes saber la respuesta a esa pregunta. 

—Karkarov —explicó Sirius—. Era un mortífago, Harry. Sabes lo que son los mortífagos, ¿verdad? 

-entonces te iras por ese lado no es así- comento James. 

-pues sería muy lógico pensar en que ese tipo estaría involucrado- se defendió Sirius. 

-ha simple vista sí, pero creo que ese sujeto tiene mucho más que perder si quisiera apoyar a Voldemort- agrego- pero bueno, ya lo veremos después. 

—Sí... 

—Lo pillaron y estuvo en Azkaban conmigo, pero lo dejaron salir. Estoy seguro de que por eso Dumbledore quería tener un auror en Hogwarts este curso... para que lo vigilara. Moody fue el que atrapó a Karkarov y lo metió en Azkaban. 

-eso explica la enemistad que se han mostrado desde el primer momento que se vieron-comento Gideon. 

-Karkarov no estaría feliz de verlo y Moody estaría feliz de regresarlo a prisión- agrego Favian. 

—¿Dejaron salir a Karkarov? —preguntó Harry, sin entender por qué podían haber hecho tal cosa—. ¿Por qué lo dejaron salir? 

—Hizo un trato con el Ministerio de Magia —repuso Sirius con amargura—. Aseguró que estaba arrepentido, y empezó a cantar... Muchos entraron en Azkaban para ocupar su puesto, así que allí no lo quieren mucho; eso te lo puedo asegurar. Y, por lo que sé, desde que salió no ha dejado de enseñar Artes Oscuras a todos los estudiantes que han pasado por su colegio. Así que ten cuidado también con el campeón de Durmstrang. 

-bueno, en eso si estaba equivocado- comento Harry- si bien Karkarov no fuera muy bueno, Viktor nunca ha demostrado ser alguien malo. 

-aunque nunca pudimos conversar mucho que digamos- agrego Krum. 

—Vale —asintió Harry, pensativo—. Pero ¿quieres decir que Karkarov puso mi nombre en el cáliz? Porque, si lo hizo, es un actor francamente bueno. Estaba furioso cuando salí elegido. Quería impedirme a toda costa que participara. 

-muy cierto- comento Marlene- pero sin duda Sirius dirá que solo era actuación, pero la verdad podría pasar cualquier cosa. 

—Sabemos que es un buen actor —dijo Sirius— porque convenció al Ministerio de Magia para que lo dejara libre.  

La rubia sonrió con suficiencia, los años no pasaban en balde y ya podía decir que conocía bastante bien al animago. 

Además he estado leyendo con atención El Profeta, Harry... 

—Tú y el resto del mundo —comentó Harry con amargura. 

-sí, pero de la misma forma que el resto- comento Remus- el no creería cien por ciento lo que alguien como esa bruja de Skeeter escribiera. 

—... y, leyendo entre líneas el artículo del mes pasado de esa Rita Skeeter, parece que Moody fue atacado la noche anterior a su llegada a Hogwarts. Sí, ya sé que ella dice que fue otra falsa alarma —añadió rápidamente Sirius, viendo que Harry estaba a punto de hablar—, pero yo no lo creo. Estoy convencido de que alguien trató de impedirle que entrara en Hogwarts.  

El trio se vio entre ellos, después averiguaron que en efecto el ataque fue verdadero, aunque no precisamente para evitar que entrara en el castillo. 

Creo que alguien pensó que su trabajo sería mucho más dificil con él de por medio. Nadie se toma el asunto demasiado en serio, porque Ojoloco ve intrusos con demasiada frecuencia. Pero eso no quiere decir que haya perdido el sentido de la realidad: Moody es el mejor auror que ha tenido el Ministerio. 

—¿Qué quieres decir? ¿Que Karkarov quiere matarme? Pero... ¿por qué? 

Sirius dudó. 

—He oído cosas muy curiosas. Últimamente los mortífagos parecen más activos de lo normal. Se desinhibieron en los Mundiales de quidditch, ¿no? 

-pero la mayoría se desapareció en cuando convocaron la marca- resalto Bill- parecería que ellos estaban tan asustados como cualquiera. 

 Alguno conjuró la Marca Tenebrosa...  

-ese sería el más preocupante de todos- agrego Charlie- seria el que más fidelidad le mostro a ese infeliz en ese momento. 

y además... ¿has oído lo de esa bruja del Ministerio de Magia que ha desaparecido? 

—¿Bertha Jorkins? 

—Exactamente... Desapareció en Albania, que es donde sitúan a Voldemort los últimos rumores. Y ella estaría al tanto del Torneo de los tres magos, ¿verdad? 

-y el destino que corrió la pobre mujer- comento Alice recordando los ocurrido en los primeros capítulos- creo que en verdad se han visto muy incompetentes al no ir a buscarla. 

-sí, pero ahora ya es demasiado tarde- aseguro Frank- y no es como si hubieran tenido mucho éxito, dudo que Voldemort fuera tan descuidado como para dejar que encontraran su cuerpo. 

Para desgano de muchos de los presentes, tuvieron que darle la razón al auror. 

—Sí, pero... no es muy probable que ella fuera en busca de Voldemort, ¿no? —dijo Harry. 

—Escucha, yo conocí a Bertha Jorkins —repuso Sirius con tristeza—. Coincidimos en Hogwarts, aunque iba unos años por delante de tu padre y de mí. Y era idiota. Muy bulliciosa y sin una pizca de cerebro. No es una buena combinación, Harry. Me temo que sería muy fácil de atraer a una trampa. 

-y si ocurrió algo parecido- comento Lily- pero no me cabe en la cabeza como pudo estar la mujer para haber sido capturada por ese maldito de Pettigrew 

—Así que... ¿Voldemort podría haber averiguado algo sobre el Torneo? —preguntó Harry—. ¿Eso es lo que quieres decir? ¿Crees que Karkarov podría haber venido obedeciendo sus órdenes? 

—No lo sé —reconoció Sirius—, la verdad es que no lo sé... No me pega que Karkarov vuelva a Voldemort a no ser que Voldemort sea lo bastante fuerte para protegerlo.  

-igual que esa rata traicionara- espeto con molestia Sirius. 

-ya tranquilízate, ya encontraran la solución a ese problema- le dijo Marlene besándolo en la mejilla instándolo a seguir leyendo. 

Pero el que metió tu nombre en el cáliz tenía algún motivo para hacerlo, y no puedo dejar de pensar que el Torneo es una excelente oportunidad para atacarte haciendo creer a todo el mundo que es un accidente. 

-eso es cierto, pero también estoy preocupado por lo que dijeron antes-  comento James- eso de que creen que Voldemort quiere acabar en persona con Harry. 

-deben ver que esa también podría ser una posibilidad- aseguro Alastor. 

-pero no puede hacer nada mientras este en la casa de mi odiosa hermana o en los terrenos del castillo, como demonios podrían sacarlo de un lugar seguro y más aún, como ese infeliz podría hacer algo convertido en el pedazo de porquería que es en ese momento- espeto Lily. 

-hay muchas cosas que aún no comprendemos, además que no tenemos una idea que quien fue él puso el nombre de Harry en el cáliz o sus verdaderas intenciones- intervino Dumbledore- lo mejor será que continuemos con la lectura. 

-claro profesor- dijo Sirius antes de volver a leer. 

—Visto así parece un buen plan —comentó Harry en tono lúgubre—. Sólo tendrán que sentarse a esperar que los dragones hagan su trabajo. 

—En cuanto a los dragones —dijo Sirius, hablando en aquel momento muy aprisa—, hay una manera, Harry. No se te ocurra emplear el encantamiento aturdidor: los dragones son demasiado fuertes y tienen demasiadas cualidades mágicas para que les haga efecto un solo encantamiento de ese tipo. Se necesita media docena de magos a la vez para dominar a un dragón con ese procedimiento. 

-bueno, eso sería muy útil si no lo hubiera descubierto ya por sí mismo- exclamo Lily. 

—Sí, ya lo sé, lo vi. 

—Pero puedes hacerlo solo —prosiguió Sirius—. Hay una manera, y no se necesita más que un sencillo encantamiento. Simplemente... 

Pero Harry lo detuvo con un gesto de la mano. El corazón le latía en el pecho como si fuera a estallar. Oía tras él los pasos de alguien que bajaba por la escalera de caracol. 

-¡¡mierda!!- exclamaron varios a la vez preocupados. 

-justo en la parte más importante- continuo Andrómeda preocupada por su primo- pero no les queda más remedio, devén de terminar su reunión en ese momento si no quieren ser descubiertos. 

-sin mencionar que entre más tarden más se arriesga Sirius a que la familia regrese a su casa y lo encuentren ahí- agregó Ted 

—¡Vete! —le dijo a Sirius entre dientes—. ¡Vete! ¡Alguien se acerca! 

Harry se puso en pie de un salto para tapar la chimenea. Si alguien veía la cabeza de Sirius dentro de Hogwarts, armaría un alboroto terrible, y él tendría problemas con el Ministerio. Lo interrogarían sobre el paradero de Sirius... 

-bueno, sabrían que estoy cerca del Hogwarts, pero no podrán saber el lugar exacto donde me ocultaría ya que ni él sabe eso. 

-pero sabrían que está en contacto contigo y sería una excusa para tenerlo vigilado y adiós futuras reuniones con tu ahijado- le reclamo Marlene. 

-cierto, y ahí todavía creen que quiero hacerle daño al cachorro, tal vez pensarían que lo tengo bajo un hechizo o incluso me acusarían de haber puesto su nombre en el cáliz- reflexiono- mejor continúo leyendo. 

Harry oyó tras él, en el fuego, un suave «¡plin!», y comprendió que Sirius había desaparecido. Vigiló el inicio de la escalera de caracol. ¿Quién se habría levantado para dar un paseo a la una de la madrugada, impidiendo que Sirius le dijera cómo burlar al dragón? 

Era Ron. Vestido con su pijama de cachemir rojo oscuro, se detuvo frente a Harry y miró a su alrededor. 

Varios de los presentes soltaron el aire que habían contenido al saber que podía ser descubierto, aun cuando estuvieran peleados no creían que hubiera tanto peligro que Ron supiera de la reunión con Sirius. 

-parece que llegue en el momento más inoportuno he, justo cuando hablaban de los dragones- dijo medio en tono de broma Ron. 

-sí, siempre en el lugar equivocado, esa es nuestra suerte- medio bromeo Harry consiguiendo una sonrisa de su amigo 

—¿Con quién hablabas? —le preguntó. 

—¿Y a ti qué te importa? —gruñó Harry 

-hay Harry, sé que están enojados entre ustedes, pero nada perderías en decirle de tu encuentro con canuto- comento Lily- y tu cundo piensas continuar- agrego dirigiéndose a Sirius que se había quedado mudo por un segundo, no era habitual que le pelirroja usara su nombre de merodeador. 

-sí, ya continuo. 

—. ¿Qué haces tú aquí a estas horas? 

—Me preguntaba dónde estarías... —Se detuvo, encogiéndose de hombros 

-en verdad estas preocupado por él- exclamo Molly- porque no se dejan de payasadas de una vez y hacen las pases. 

-aunque no parezca en ese momento ya quería reconciliarme con él, pero, bueno, no sé, me parecía más difícil de lo que se escuchaba. 

-en especial con muro que Harry había puesto entre ustedes- termino Lily 

—. Bueno, me vuelvo a la cama. 

—Se te ocurrió que podías bajar a husmear un poco, ¿no? —gritó Harry. Sabía que Ron no tenía ni idea de qué era lo que había interrumpido, sabía que no lo había hecho a propósito, pero le daba igual. En ese momento odiaba todo lo que tenía que ver con Ron, hasta el trozo del tobillo que le quedaba al aire por debajo de los pantalones del pijama. 

Varias chicas, jóvenes y casi todos los profesores presentes negaron con la cabeza ante esa actitud del chico, los más mayores no podían evitar pensar en lo difícil que era tener esa edad y la forma en que complicaban los temas más simples. 

—Lo siento mucho —dijo Ron, enrojeciendo de ira—. Debería haber pensado que no querías que te molestaran. Te dejaré en paz para que sigas ensayando tu próxima entrevista. 

-huy- dijeron lo gemelo Weasley- eso sí fue un golpe bajo hermanito- continuo Fred.  

Harry cogió de la mesa una de las insignias de «POTTER APESTA DE VERDAD» y se la tiró con todas sus fuerzas. Le pegó a Ron en la frente y rebotó. 

-pudo haber sido peor, por lo menos le arrojo algo ligero- comento George. 

—¡Ahí tienes! —chilló Harry—. Para que te la pongas el martes. Ahora a lo mejor hasta te queda una cicatriz, si tienes suerte... Eso es lo que te da tanta envidia, ¿no? 

Todos aguardaban expectantes, la escena era muy poco alentadora y no se sorprenderían con que al final si se terminaran golpeando hasta quedar aliviados. 

A zancadas, cruzó la sala hacia la escalera. Esperaba que Ron lo detuviera, e incluso le habría gustado que le diera un puñetazo, pero Ron simplemente se quedó allí, en su pijama demasiado pequeño, y Harry, después de subir como una exhalación, se echó en la cama y permaneció bastante tiempo despierto y furioso con él. No lo oyó volver a subir. 

-no lo creí conveniente, me quedé un rato más en la sala común hasta que supuse que estaría dormido- comento el pelirrojo. 

-tal vez fue lo mejor- comento Sirius recordando la pelea con la que se reconcilio con James, aun cuando había sido efectiva había dolido mucho y no quería que su ahijado pasara por eso- era el final del capítulo- informo haciendo el intento de cerrar el libro. 

-espere un poco joven Black- le solicito Dumbledore- podría hacernos el favor de decirnos el título del siguiente capitulo 

-sí, por supuesto- aseguro el ojo gris dándole vuelta a la siguiente hoja- el título es, "La primera prueba"- eso levanto varios murmullos. 

-bien, parece que cada prueba tendrá su propio capitulo- reflexiono Dumbledore- muy bien, creo que lo mejor sería dejar la lectura por el día de hoy- muchos otros murmullos se dejaron escuchar en ese momento. 

-pero profesor, por lo general leemos un poco más de lo que llevamos- exclamo James. 

-cierto, pero no todos los días tenemos nuevos visitantes a los que poner al corriente de la historia, por lo que estamos un poco, estropeados en los tiempos- exclamo- creo que sería bueno que tuvieran un poco de tiempo de libre antes de la cena y de irse a dormir. 

Los jóvenes presentes no entendían muy vean a que iba todo aquellos, pero decidieron no discutir. Por su parte si bien era un poco cierto la justificación que le había dado a los estudiantes, Dumbledore quería darle un poco más de tiempo a Lily para que se recuperara a someterla a un capitulo que podría estar lleno de tención, aunque claro, desde cierto punto de vista, tal vez incluso el capítulo la podría ayudar de la misma forma. 

Varios estudiantes comenzaron a salir pensando en como aprobechar su inesperado tiempo libre.