-muy bien,
el siguiente capítulo se llama…- comenzó Sirius leyendo el título, la
media sonrisa que tenía en ese momento se borró y paso rápidamente de Harry
hacia Lily, eso no sería bueno para el estrés actual de la pelirroja- el…
el colacuerno húngaro
- ¡¿Qué?!-
gritaron varios de los presentes al mismo tiempo sorprendidos y asustados.
-he
disculpen- comenzó el señor Evans que no entendía muy bien la situación pero
que comprendía que era algo malo por la actitud de las demás personas- nos
podrían explicar que es eso
-es un
dragón- respondió de inmediato Charlie
- ¡un
dragón! - repitieron los señores Evans
-sí, o mejor
dicho, una especie de dragones que tenemos, siendo estos en particular
considerados los más peligrosos de todos, tienen una altura aproximada de 50
pies, pueden lanzar fuego a más de quince metros, la llama es muy caliente y a
pesar de su tamaño son bastantes rápidos y agiles al volar.
-pues
gracias por la catedra señor cuidador de dragones- ironizo dora- lo importante
aquí es que ya descubrimos de que se tratara la primera prueba
-sería lo
más razonable, aunque no sabría muy bien decir cuál será su función específica-
agrego Remus.
-tal vez
enfrentarlo o burlarlo para conseguir algo- propuso James- creo que será lo
segundo pues cuatro magos son muy pocos para poder aturdir a un dragón
-ese será el
segundo- comento Lily
- ¿qué
dices? - pregunto James
-ya antes
Harry dijo que se vio involucrado con tres dragones, el primero fue la mascota
de Hagrid y este debe ser el segundo- explico la pelirroja.
-eso se va
en aumento- salto Sirius- no quiero imaginarme cómo será su tercera
experiencia- el trio se vio entre si recordándolo.
-pero entonces
¿en ese capítulo aparecerá la primera prueba? - pregunto Teddy.
-puede ser-
declaro Andrómeda- o podría ser la forma en que se enteró de
que la prueba involucra un dragón- ahora fue el turno de los
cuatro campeones de cruzar miradas, ya verían que no se trataba de un
solo dragón.
-bueno,
mejor me pongo a leer para salir de dudas- salto Sirius enfocando la
vista al libro.
La
perspectiva de hablar cara a cara con Sirius fue lo único que ayudó a Harry a
pasar las siguientes dos semanas, la única luz en un horizonte que nunca había
estado tan oscuro.
-bueno me
alegra saber que mi presencia le sirvió de algo- comento Sirius.
-serias
mucho más útil leyendo más de corrido- aseguro Marlene.
-lo siento
querida, pero es inevitable para mí no hacer algún
comentario, además no te habidas quejado antes- se defendió el animago,
-pero lo
hago ahora, ahora sigue leyendo- termino la rubia.
Se le había
pasado ya un poco el horror de verse a sí mismo convertido en campeón del
colegio, y su lugar empezaba a ocuparlo el miedo a las pruebas a las que
tendría que enfrentarse.
- tiene
que enfrentarse a dragones no es para menos- comento Molly.
-aunque en
ese momento un no sabe de qué va la prueba- agrego Charlie.
-no me sor
pendería que tú supieras algo-comento dora- después de todo, estamos
hablando de dragones- el pelirrojo solo sonrió en complicidad.
La primera
de ellas estaba cada vez más cerca. Se la imaginaba agazapada ante él como un
monstruo horrible que le cerraba el paso. Nunca había tenido tantos nervios.
Sobrepasaban con mucho lo que hubiera podido sentir antes de un partido
de quidditch,
Lily soltó
un bufido por la extrema fascinación que mostraban por el juego, al menos esa
parte no había cambiado en lo más mínimo.
incluido el
último, jugado contra Slytherin, en el que se habían disputado la Copa
de quidditch.
-es más que
evidente- aseguro James- por más peligroso que sea el quidditch no se
compararía a una prueba del torneo, sin mencionar que incluso en el primer
partido tienes una idea de que puede pasar y te entrenas para eso.
-y en ese
momento no tienen ni eso pues tienen que “enfrentarse a lo desconocido"-
dijo con sarcasmo Sirius.
Le resultaba
muy difícil pensar en el futuro, porque sentía que toda su vida lo había
conducido a la primera prueba... y que terminaría con ella.
-Tan
dramático como siempre no es así joven Potter- comento Fred
-al final no
te salió tan mal la prueba- agrego George.
En realidad,
no creía que Sirius lograra hacerlo sentirse mejor en lo que se refería a
ejecutar ante cientos de personas un ejercicio desconocido de magia muy difícil
y peligrosa, pero la mera visión de un rostro amigo lo ayudaría.
-sí, porque
la principal cara amiga que regularmente tiene está peleada con el- aseguro
Lily claramente dirigiéndose a Ron.
-ya
tranquilízate querida- intervino James sabía bien como podía ser su
novia con las palabras y no quería del pelirrojo pasara por eso- no es
necesario molestarse por eso, o si no
-o si
no ¿Qué?- repitió la joven consiguiendo que el azabache se pusiera
blanco, no haba elegido bien sus palabras- lamento decirte que no tienes nada
para amenazarme como Marlene con Sirius, de hecho, yo soy la que tiene el poder
en la relación- termino ella haciendo saltar a su novio del asiento
para después alegar lentamente su mano de lo que parecía ser la espalda
baja del chico.
-cornamenta,
¿exactamente que te hizo para que saltaras? - pregunto Sirius curioso
-no te
interesa- respondió el chico sobándose disimuladamente la parte que está más
debajo de la espalda.
Harry le
mandó la respuesta diciéndole que se encontraría al lado de la chimenea de la
sala común a la hora propuesta, y que Hermione y él pasaban mucho tiempo
discutiendo planes para obligar a los posibles rezagados a salir de allí la
noche en cuestión.
-hubieras
acudido a nosotros también Harry, pudimos haber sido de mucha ayuda- comento
Fred
-si bueno,
en primera ustedes estaban con sus propio problemas- comenzó Harry- en segunda,
de seguro hubieran querido saber la razón y no quería contarles de Sirius y en
tercera, no quería que ahuyentaran a todos con una bomba fétida
y después soportar yo el hedor-
- ¿Qué?,
nosotros nunca…- se lo pensó un momento- no, si hubiéramos sido capaces de
hacer algo así- acepto al final George ante el asentimiento de su gemelo.
En el peor
de los casos, estaban dispuestos a tirar una bolsa de bombas fétidas, aunque
esperaban no tener que recurrir a nada de eso, porque si Filch los
pillaba los despellejaría.}
-asta tú lo
pensaste- dijeron a coro los gemelos.
-bueno, eso
ya era la última opción y ustedes serían capaces de ponerla en primero- se
defendió el azabache y los pelirrojos le dieron la razón.
Mientras
tanto, la vida en el castillo se había hecho aún menos llevadera para Harry,
porque Rita Skeeter había publicado su artículo sobre el Torneo de
los tres magos, que resultó ser no tanto un reportaje sobre el Torneo como una
biografía de Harry bastante alterada.
Los del
pasado bufaron exasperados preguntándose qué sarta de mentiras había
escrito esa mujer mientras que los de la segunda generación recordaban dicho
artículo.
-esa
maldita, más le vale que cuide sus palabras- aseguro Sirius.
-ese solo es
el primer artículo, ahí todavía quiere hacerlo ver como un héroe- aseguro
Draco- los verdaderos problemas vendrán después.
-tampoco es
como si su primer artículo me hubiera facilitado mucho la vida-
aseguro Harry
-pero en
comparación con el resto debes admitir que fue bastante
decente- recalco el rubio- en especial para las chicas.
-eso es
cierto, muchas te comenzaron a ver como alguien tierno y
sensible después de eso- agrego luna.
-tierno y
sensible- repitieron algunos- pues que decía el bendito articulo- pregunto
James.
-ya lo
verán- respondió el joven Potter con un leve sonrojo en las
mejillas.
La mayor
parte de la primera página la ocupaba una fotografía de Harry, y el artículo
(que continuaba en las páginas segunda, sexta y séptima) no trataba más que de
Harry. Los nombres (mal escritos) de los campeones
de Durmstrang y Beauxbatons no aparecían hasta la última
línea del artículo, y a Cedric no se lo mencionaba en ningún lugar.
-debo admitir
que esi fue algo bastante desagradable- acepto Fleur, molesta
por haber sido dejados de lado.
-Karkarov incluso
se veía dispuesto a hechizar a la reportera por solo haberse enfoca
en Harry- agrego Viktor.
-pues ojala lo hubiera ahecho-
aseguro Ron con fastidio.
El artículo
había aparecido diez días antes, y, cada vez que se acordaba de él, Harry
todavía sentía ardores de estómago provocados por la vergüenza. El artículo de
Rita Skeeter lo retrataba diciendo un montón de cosas que él
no recordaba haber dicho nunca, y menos aún en aquel cuarto de la
limpieza.
-evidentemente solo
quiere hacer todo lo posible para vender diarios- aseguro Frank.
Supongo que
les debo mi fuerza a mis padres. Sé que estarían orgullosos de mí si pudieran
verme en este momento...
-no sé si
orgullosos, más bies estaríamos muy preocupados- aseguro James- no es
que no nos enorgullezcamos de ti, es solo que la situación
es bueno, tú me entiendes Harry, es solo que…
-sí, mejor
dejemos el tema como esta te parece- le interrumpió Harry entre
fastidiado y divertido por lo que decía su padre.
Sí, algunas
noches aún lloro por ellos, no me da vergüenza confesarlo... Sé que no puedo
sufrir ningún daño en el Torneo porque ellos me protegen...
-él puede
pensar mucho en sus padres, pero sinceramente no me lo puedo imaginar
llorando así- comento Alice
-esa maldita
bruja en verdad solo escribió lo que quiso- aseguro Sirius- y
entiendo el porque lo de “tierno y sensible”, no me parece
muy masculino, pero sin duda le ayudaría a conseguir a algunas chicas.
-Sirius, mi
hijo ya tiene muchos problemas como para que también se enrede en líos de
faldas- reclamo Lily
-pero Lily,
ya está en su cuarto año y no ha dado siquiera su primer beso- se
defendió el animago- no crees que es trágico que viva esas
experiencias
-esa no es
razón para que ande de mujeriego, si quieres
experiencias así simplemente que se lleve a Ginny a algún rincón
del castillo, para algo tiene la capa y el mapa
-¡¡mamá!!-
reclamo de inmediato Harry rojo de la pena al igual que su novia.
-¿Qué?, si
tuvieras una vida normal sería cuestión de tiempo para
que lo hicieras, incluso ahora mismo lo podrías hacer
para esconderte de sus hermanos- prosiguió la pelirroja
consiguiendo que los pelirrojos enrojecieron pero de coraje.
-más les
vale que ni se les ocurra hacer algo como eso- les advirtió Ron de inmediato.
-hay vamos,
como si tu no hicieras algo parecido con Hermione si tuvieran la oportunidad-
rebatió Ginny sonrojando a la pareja.
-además no
necesitan esconderse, pueden hacer lo que quieran en la sala de
menesteres, solo tiene que sacar a sus hijos y…
-no ayudas
Sirius- le detuvo Harry, eso era lo último que necesitaba- mejor
ponte a leer de una vez- prefería mil veces
las vergüenzas del libro que tener ese tipo de conversación.
Pero
Rita Skeeter no se había conformado con transformar sus «eh...» en
frases prolijas y empalagosas. También había entrevistado a otra gente sobre
él.
-sí, ya
vimos su forma de entrevistar a la gente- asevero Dora.
Finalmente,
Harry ha hallado el amor en Hogwarts: Colin Creevey, su íntimo amigo,
asegura que a Harry raramente se lo ve sin la compañía de una tal
Hermione Granger, una muchacha de sorprendente belleza, hija
de muggles y que, como Harry, está entre los mejores estudiantes del
colegio.
-yo, lo
siento Harry- dijo de inmediato Colin- no pensé que
te traería problemas.
-descuida Colín,
esa maldita se habría inventado algo así, aunque tu no le hubieras dicho nada-
aseguro Harry.
-además era
cuestión de tiempo para que los relacionaran, quien diría que la castaña se
quedaría con el pelirrojo con quien siempre pelea- aseguro
Sirius- aunque con James y Lily fue igual- pensó por un momento- y no
es como si Marlene y yo nos lleváramos muy bien antes- agrego- eso ya
empieza a parecer un cliché, a alguien más le ocurrió que…
-Sirius, ya
basta de esa estupidez y continúa leyendo por favor- le
detuvo Marlene antes de que el joven siguiera hablando.
Desde que
había aparecido el artículo, Harry tuvo que soportar que la gente
(especialmente los de Slytherin) le citaran frases al cruzarse con él en los
pasillos e hicieran comentarios despectivos.
A nadie
le resultó extraño que algo así ocurriera en el
castillo, en especial viniendo en su mayoría de los estudiantes
de Slytherin, aunque cabe mencionar que varios de la segunda generación
se comenzaron a sentir un poco mal por cómo se habían
burlado del joven por dicho artículo.
—¿Quieres un
pañuelo, Potter, por si te entran ganas de llorar en clase de Transformaciones?
—¿Desde
cuándo has sido tú uno de los mejores estudiantes del colegio, Potter? ¿O se
refieren a un colegio fundado por ti y Longbottom?
-eso paso
principalmente con los hombres, porque yo recuerdo que su club de fans
decían que...
-si está bien
Luna, no quiero enterarme de que lo que se decía de mi en
ese momento- le interrumpió Harry que en verdad no
quería saber.
-oh está bien-
dijo con simpleza la chica- pero si en algún momento quieres saberlo
me podrías preguntar a mi o a Ginny ya que fue ella la que me…
-¡Luna!-
dijo esta vez Ginny deteniendo a su amiga.
—¡Eh, Harry!
Más que
harto, Harry se detuvo en el corredor y empezó a gritar antes de acabar de
volverse:
—Sí, he
estado llorando por mi madre muerta hasta quedarme sin lágrimas, y ahora me voy
a seguir...
—No... Sólo
quería decirte... que se te cayó la pluma.
Varios de
los presentes comenzaron a reír en ese mismo momento por
el desliz del chico, en cierto punto lo comprendían, pero
aun así no podía dejar de ser gracioso.
Era Cho.
Harry se puso colorado.
—Ah, perdona
—susurró él, recuperando la pluma.
—Buena
suerte el martes —le deseó Cho—. Espero de verdad que te vaya bien.
Harry se
sintió como un idiota.
-y te viste
como un idiota- apoyo Ginny.
-hey, que
clase de apoyo es ese- le reclamo el chico
-están hablando de
la chica que te gusto antes qué ella cachorro, las pelirroja siempre
odiaran a las que estuvieron antes con sus hombres-
le aseguro Sirius.
-claro que
no, eso sería estar molesto con medio mundo mágico, nadie
puede tener tanto rencor
-¡Lily!-
reclamo de inmediato James mientras que los
demás soltaban tremendas carcajadas,
incluso Charlus y Dorea se pusieron a reír aunque
de una forma mucho más modesta.
A Hermione
también le había tocado su ración de disgustos, pero aún no había empezado a
gritar a los que se le acercaban sin ninguna mala intención. De hecho, a Harry
le admiraba la manera en que ella llevaba la situación.
-no estaba
tan habituada como Harry a ser el blanco de los
chismes, pero trataba de tomarlo
lo más sensatamente posible.
-además también
ayudaría que no fueras el blanco directo del chisme- agrego Rose.
-mmm, puede
ser- acepto la castaña recordando las cartas
que recibió tiempo después en su siguiente aparición en los
encabezados.
—¿De
sorprendente belleza? ¿Ella? —chilló Pansy Parkinson la primera vez
que la tuvo cerca después de la aparición del artículo de Rita Skeeter—.
¿Comparada con quién?, ¿con un primate?
-maldita arpía-
espeto de inmediato Ron molesto- como no puede meterse con inteligencia, pero
ya vera la muy…
-Ron tranquilízate,
no vale la pens hacer nada al respecto- le pidió Hermione
acariciándole los hombros para que se relajara.
—No hagas
caso —dijo Hermione con gran dignidad irguiendo la cabeza y pasando con aire
majestuoso por al lado de las chicas de Slytherin, que se reían como tontas—.
Como si no existieran, Harry.
-lo estas
tomando mejor de lo esperado- comento Andrómeda- eso demuestra tu madures.
Pero Harry
no podía pasar por alto las burlas. Ron no le había vuelto a hablar después de
decirle lo del castigo de Snape. Harry había tenido la esperanza de que
hicieran las paces durante las dos horas que tuvieron que pasarse en la
mazmorra encurtiendo sesos de rata, pero coincidió que aquel día se publicó el
artículo de Rita Skeeter, que pareció confirmar la creencia de Ron de que
a Harry le encantaba ser el centro de atención.
-no
exactamente- comento Ron- si me molesto lo del artículo, pero no es como si
creyera lo que dice el libro, es contradictorio.
-sin duda
que si- aseguro Draco- y supongo que aún falta para que decidan
reconciliarse.
Hermione
estaba furiosa con los dos. Iba de uno a otro, tratando de conseguir que se
volvieran a hablar, pero Harry se mantenía muy firme: sólo volvería a hablarle
a Ron si éste admitía que Harry no se había presentado él mismo al Torneo y le
pedía perdón por haberlo considerado mentiroso.
-hay pero
cuanto orgullo puede caber en alguien- dijo Lily.
-son
hombres, es demasiado fácil que se comporten de forma tan infantil- apoyo
Alice.
-bueno, ya
tranquilícense con su ataque hacia los hombres no- salto Frank- digo, a pesar
de cualquier defecto nos siguen queriendo.
-claro que
si mi amor, pero hasta tú debes de aceptar lo frustrante es
que estén peleados por algo como eso- dijo Alice.
-es más frustrante estar
en medio de los tontos que se están peleando- agrego Hermione.
—Yo no fui
el que empezó —dijo Harry testarudamente—. El problema es suyo.
—¡Tú lo
echas de menos! —repuso Hermione perdiendo la paciencia—. Y sé que él te echa
de menos a ti.
—¿Que lo
echo de menos? —replicó Harry—. Yo no lo echo de menos...
-hay Harry-
dijo Lily negando con la cabeza- en verdad te costaría una pierna y
un brazo aceptarlo he, y no creo que Ron Fuera diferente.
-si bueno,
fue algo solitario- aseguro el pelirrojo-
Pero era una
mentira manifiesta. Harry apreciaba mucho a Hermione, pero ella no era como
Ron. Tener a Hermione como principal amiga implicaba muchas menos risas y
muchas más horas de biblioteca.
-te
comprendo cachorro- exclamo Sirius- lo mismo sentía con lunático, y
luego cuando cornamenta salía con la pelirroja fue peor
- eso no es
cierto canuto- le contradijo Remus- desde mucho antes que James y Lily
salieran nuestro amigo pasaba más tiempo en la biblioteca.
-es cierto,
era su estrategia para estar cerca y conquistarla- aseguro
el oji gris.
Por su
parte Viktor Krum recordó que había sido el método
que inicialmente había utilizado para tratar de acercarse a Hermione,
aunque al final sus intentos no funcionaron, si bien fue su compañera
para el baile su relación no paso de ahí.
Harry seguía
sin dominar los encantamientos convocadores; parecía tener alguna traba con
respecto a ellos, y Hermione insistía en que sería de gran ayuda aprenderse la
teoría. En consecuencia, pasaban mucho rato al mediodía escudriñando libros.
-eso
me funciona a mi- comento la castaña- pero Harry necesita un
motivante un poco más grande para poder conseguirlo- dijo viendo de
reojo a su amigo.
-¿cómo lo
ocurrido en el tercer libro y el encantamiento patronus?- se aventuró Albus.
-así es,
tu padre es un tipo muy particular- respondió la castaña.
-pero si
hemos visto lo que se le dio el hechizo en…oh- comenzó Neville- ya
comprendo cual fue el motivante
-cualquiera que
lo pensara un poco lo sabría- apoyo Luna- claro, también haría falta que
conocieran la historia completa.
-sí, porque
nosotros no tenemos ni idea- aseguro Sirius un poco molesto.
Viktor Krum también
pasaba mucho tiempo en la biblioteca, y Harry se preguntaba por qué. ¿Estaba
estudiando, o buscando algo que le sirviera de ayuda para la primera prueba?
Hermione se quejaba a menudo de la presencia de Krum, no porque le
molestara, sino por los grupitos de chicas que lo espiaban escondidas tras las
estanterías y que con sus risitas no la dejaban concentrarse.
-oh, eso me
parece familiar- se burló Sirius.
-es lógico,
ya habían mencionado que el chico tenía cierto interés en Hermione, la
táctica más básica seria estar en el mismo lugar que ella- apoyo
Marlene.
-pero de
nada sirve que se queden sentando observando sin decir nada, eso es incómodo-
agrego Lily.
-bueno ya,
no le den ideas- intervino Ron.
-tranquilízate Weasley,
recuerda que al final te quedaste con la chica- salto Draco- como
lo hiciste siendo un patán de primera no lo sé, pero
lo hiciste.
-¿y a ti
quien te pregunto?- le rebatió con enojo.
-nadie, pero
hace mucho que no molestaba y si no lo hacía podría romper
el equilibrio del universo- respondió el rubio consiguiendo
las risas de varios de los presentes, ni siquiera Harry pudo
evitar reír ante el comentario de su anterior enemigo.
—¡Ni
siquiera es guapo! —murmuraba enfadada, observando el perfil de Krum—.
¡Sólo les gusta porque es famoso! Ni se fijarían en él si no supiera hacer el
amargo de Rosi.
-lo dijiste
mal- comento Lily- sin duda mi hijo te reclamara por eso- ante eso Hermione
le sonrió en confirmación.
—El «Amago
de Wronski» —dijo Harry con los dientes apretados. Muy lejos de disfrutar
corrigiéndole a Hermione aquel término de quidditch, sintió una punzada de
tristeza al imaginarse la expresión que Ron habría puesto si hubiera oído lo
del amargo de Rosi.
-evidentemente extrañas
a tu amigo- comento Charlus- y como tu dijiste, hay mucha diferencia entre
un amigo y otro
-pero eso
continuara hasta que algún de su brazo a torcer- apoyo el señor
Evans- y ojalá no tarden mucho para que eso pase.
Sirius continúo leyendo lo
rápido que parecían ir los días del chico acompañados del terror y
los comentarios sobre el artículo.
El sábado
antes de la primera prueba dieron permiso a todos los alumnos de tercero en
adelante para que visitaran el pueblo de Hogsmeade. Hermione le dijo a
Harry que le iría bien salir del castillo por un rato, y Harry no necesitó
mucha persuasión.
-el problema
vendrá cuando quieras sugerir que ron los acompañe- comento Remus.
-adivino,
eso es lo que hubieras hecho tu para tratar de reconciliar a tus amigos- indago
Dora
-pues me
temo que esta vez estas equivocada- le dijo con media sonrisa traviesa en el
rostro- yo los encerraría en un cuarto pequeño y dejaría que se rompieran la
cara
-¡¿Qué?!-
dijeron varios impresionados y porque no, algo divertidos.
-de hecho, si
lo hizo- afirmo james- nos encerró por casi doce horas.
-doce horas
de hambre, sed, y desesperación por salir- apoyo Sirius.
-de gritos
de auxilio para sacarnos y hechizos fallidos para tratar de salir.
-seguidos de más gritos,
reclamaciones y un centenar de puñetazos
-casi nos
desfiguramos el rostro en esa ocasión.
-eso hubiera
sido una verdadera tragedia para el mundo
-¿y que
paso después de que los dejara salir?- les pregunto Remus.
-bueno,
pues…- James en verdad no quería responder a eso.
-salieron de la
habitación abrasándose y pidiéndose disculpas entre
ustedes- los dos aludidos bajaron la mirada dándole la razón absoluta
a su castaño amigo.
-valla, yo
pensé que intentarías algo un poco más civilizado- comento
Dora con impresión.
-lo hice,
las dos primeras veces, pero para la tercera me convencí que ese
par de cabeza de piedra no entrarían en razón, no me dieron otra
alternativa- se justificó.
-ven, cuando
todo falla en una amistad dente hombres, hay que dejar que desfoguen su lado
salvaje- agrego Frank resaltando su punto de vista, consiguiendo
que más de alguna rodara los ojos- sé que no es lo mejor,
pero así es como funcionamos.
-me
desagrada completamente, pero es verdad- apoyo Lily.
-¿y si la
pelea es contra una mujer en lugar que en contra de
un hombre?- indago la metamorfomaga.
-no estaría
seguro, pero por lo que he visto es necesario o algún factor externo que
los obligue a enmendar sus diferencias, o hasta que alguno desista de
su terquedad y se disculpe- respondió Remas-
la verdad sería un poco más tardado.
-como en el
libro anterior cuando Ron estaba peleado con Hermione, no fue hasta
lo de sentencia a muerte del hipogrifo que se reconciliaron de verdad-
ejemplifico Lily.
-gracias por
usarme de ejemplo- ironizo el pelirrojo.
-que, debes de aceptar que
si bien al caso
-mejor sique
leyendo Sirius- le solicito el joven.
—Pero ¿y
Ron? —dijo—. ¡No querrás que vayamos con él!
—Ah, bien...
—Hermione se ruborizó un poco—. Pensé que podríamos quedar con él en Las Tres
Escobas...
—No —se
opuso Harry rotundamente.
Remus sonrió con
suficiencia al haber predicho lo que pasaría, por su parte Nymphadora que
noto su reacción solo pudo sonreír divertida y rodearlo con
su brazo libre.
—Ay, Harry,
qué estupidez...
-tal
vez debí de intentar el método de Remus- comento con malicia
la castaña.
-muy tarde-
dijo Harry- yo intente algo parecido pero no resulto.
-en
otras palabras intentaste comenzar una pelea- dedujo Lily ante el
asentimiento de su hijo.
—Iré, pero
no quedaré con Ron. Me pondré la capa
invisible.
—Como
quieras... —soltó Hermione—, pero me revienta hablar contigo con esa capa
puesta. Nunca sé si te estoy mirando o no.
-eso por lo
menos, nadie que te vea pensara que estas en tus cinco sentidos por hablarle al
aire- comento Sirius.
De forma que
Harry se puso en el dormitorio la capa invisible, bajó la escalera y marchó
a Hogsmeade con Hermione.
Se sentía
maravillosamente libre bajo la capa. Al entrar en la aldea vio a otros estudiantes,
la mayor parte de los cuales llevaban insignias de «Apoya a CEDRIC DIGGORY»,
aunque aquella vez, para variar, no vio horribles añadidos, y tampoco nadie le
recordó el estúpido artículo.
-por
supuesto que no- comento Ted- no sabían que estaban ahí, evidentemente eso
lo hacían especialmente para molestarte.
-es cierto,
de no traer la capa de seguro te hubieran siguiendo fastidiando-
aseguro Teddy.
—Ahora la
gente se queda mirándome a mí —dijo Hermione de mal humor, cuando salieron de
la tienda de golosinas Honeydukes comiendo unas enormes chocolatinas
rellenas de crema—. Creen que hablo sola.
—Pues no
muevas tanto los labios.
-hay papá,
entonces como quieres que hable- se burló James “S”.
-recuerdas
que te puedo castigar no es así- dijo el azabache medio en broma.
-Harry, no
asustes al niño- le recrimino Ginny entendiendo las intenciones de su novio.
-nah, James
o se asusta, más bien está acostumbrado a estar castigado-
siguió Albus.
-un momento,
porque ahora se burlan de mi cuando todo empezó con papá.
-los caminos
de la ida son muy misteriosos- argumento Scorpius antes que la
lectura se retomara.
—Vamos,
Harry, por favor, quítate la capa sólo un rato. Aquí nadie te va a molestar.
Algunos
dudaban un poco que eso pasara, después de todo, no eran los únicos
estudiantes que debían de visitar el pueblo.
—¿No?
—replicó Harry—. Vuélvete.
Rita Skeeter y
su amigo fotógrafo acababan de salir de la taberna Las Tres Escobas.
-esa maldita
mujer que hace ahí- exclamo Sirius.
-la novedad
es el torneo de los tres magos, es evidente que alguien debería estar ahí para
reportarlo- aseguro Lily- por desgracia la elegida parece que fue esa tipa.
-a pesar de
la enorme sarta de mentiras que escribe tiene a muchos seguidores-
se lamentó Hermione
-es
lamentable que tantas personas escuchen y se crean semejante tipo de
“reportajes”- aseguro James sin saber que varios de los presentes caerían en
ese grupo.
Pasaron al
lado de Hermione sin mirarla, hablando en voz baja.
-creo que
había sido buena idea averiguar que es de lo que taba hablando-
comento George.
-para
saber qué tipo de cosas está planeando para su siguiente
articulo- apoyo Fred.
Harry tuvo
que echarse contra la pared de Honeydukes para que
Rita Skeeter no le diera con el bolso de piel de cocodrilo. Cuando se
hubieron alejado, Harry comentó:
—Deben de
estar alojados en el pueblo. Apuesto a que han venido para presenciar la
primera prueba.
-la misma
mente siniestra que la madre- exclamo Sirius antes una sonrisa de
satisfacción de Lily.
-pero como
ella dice, se quedaría para todo el torneo, no solo para la primera prueba-
comento Draco- o al menos lo intento- agrego viendo a Hermione lo que
lleno de curiosidad a los presentes.
Mientras
hablaba, notó como si el estómago se le llenara de algún líquido segregado por
el pánico. Pero no dijo nada de aquello: él y Hermione no habían hablado mucho
de lo que se avecinaba en la primera prueba, y Harry tenía la impresión de que
Hermione no quería pensar en ello.
-muy
diferente a lo ocurrido para la segunda prueba- comento Harry.
-para tu
segunda prueba ya teníamos una pista de lo que deberías de hacer-
exclamo Hermione- en ese momento no teníamos ni idea y no quería
ponerte más nervioso.
-es cierto,
la verdad es que eres un poco insoportable cuando no tienes nada que
hacer, deberías ser más paciente- apoyo Ron.
-es bueno
saberlo, así sabré mejor como entrenarte cuando llegues a
la academia- aseguro Alastor.
—Se ha ido
—dijo Hermione, mirando la calle principal a través de Harry—. ¿Qué tal si
vamos a tomar una cerveza de mantequilla a Las Tres Escobas? Hace un poco de
frío, ¿no? ¡No es necesario que hables con Ron! —añadió irritada, interpretando
correctamente su silencio.
-no
se puede negar que los conoces demasiado bien- comento
Neville- incluso sin verlo puedes saber su reacción.
-bueno,
tampoco era tan difícil- aseguro la castaña- después de
todo en ese momento siempre reaccionaba igual cuando mencionaba a Ron
La taberna
Las Tres Escobas estaba abarrotada de gente, en especial de alumnos de Hogwarts
que disfrutaban de su tarde libre, pero también de una variedad de
magos que difícilmente se veían en otro lugar. Harry suponía que, al
ser Hogsmeade el único pueblo exclusivamente de magos de
toda Gran Bretaña, debía de haberse convertido en una especie de refugio para
criaturas tales como las arpías, que no estaban tan dispuestas como los magos a
disfrazarse.
-y los
gnomos también son iguales- aseguro Bill- pocas
veces verán a uno de ellos en un barrio muggle, les
molesta especialmente que los confundan con enanos.
-más que
su molestia lo peor es lo que pueden hacer- agrego Artur-
he escuchado anécdotas de algunos compañeros acerca de
ciertos encuentros de gnomos con muggles, y estos últimos no
terminaban nada bien.
-por muy
buenos que sean manejando el banco siguen siendo
unas criaturas algo
perversas- termino Ron recordando su última interacción con
alguien de esa especie.
Era dificil moverse
por entre la multitud con la capa invisible, y muy fácil pisar a alguien
sin querer, lo que originaba embarazosas situaciones.
-tal vez
para los demás que pensarían que una persona ajena
les había empujado- comento Sirius.
-bueno,
a mí tampoco me gustaba ir pisando a las persones a mi alrededor-
se defendió Harry.
-pues si no
fueran tan orgulloso habría solucionado todo desde antes
y así no tendrías que estar bajo la capa ni estar
separados- les recrimino Lily al par de amigos.
Harry fue
despacio, arrimado a la pared, hasta una mesa vacía que había en un rincón,
mientras Hermione se encargaba de pedir las bebidas. En su recorrido por la
taberna, Harry vio a Ron, que estaba sentado con Fred, George y
Lee Jordan.
-no tenía muchas
opciones- exclamo Ron- la verdad no estaba tan a gusto con este
par de problemáticos.
-claro, de
seguro querías estar con tu propio par de problemáticos- salto
Fred con tono ofendido
-solo tenías que
disculparte, no era algo tan difícil- apoyo George en el mismo
tono.
-puede ser-
acepto el menor de los varones Weasley- por otra parte, me pude dar cuenta
lo problemático que es tener solamente dos amigos.
-te
entiendo, algo similar me ocurrió a mí en el libro pasado-
apoyo Harry.
Resistiendo
el impulso de propinarle una buena colleja, consiguió llegar a la mesa y la
ocupó.
-entonces
hubieras revelado que estabas ahí- comento Sirius.
-como si
fuera tan difícil deducirlo- aseguro Marlene- con solo ver a
Hermione sentada sola en una mesa sería suficiente
para sacar la conclusión.
-Al menos
para aquellos que supieran de la capa de invisibilidad de Harry- agrego Dora.
Hermione se
reunió con él un momento más tarde, y le metió bajo la capa una cerveza de
mantequilla.
—Creo que
parezco un poco boba, sentada aquí sola —susurró ella—. Menos mal que he traído
algo que hacer.
-adivino, llevaste un
libro para leer- salto Gideon.
-o tal
vez adelantaría algunos deberes de la escuela-
secundo Fabian.
-pues
se equivocan los dos- aseguro la castaña- ya verán lo
que estaba haciendo.
Y sacó el
cuaderno en que había llevado el registro de los miembros de la
P.E.D.D.O.
-ya se
me hacía extraño que no mencionar ese
bendito movimiento- comento Sirius
Harry vio su
nombre y el de Ron a la cabeza de una lista muy corta. Parecía
muy lejano el día en que se habían puesto a inventar juntos aquellas
predicciones y había aparecido Hermione y los
había nombrado secretario y tesorero respectivamente.
-es
comprensible- apoyo Ted- en ese momento
su única preocupación era como no molestar a su amiga sin unirse
a su movimiento y ahora tenías que enfrentarte a esas
benditas pruebas
—No sé, a lo
mejor tendría que intentar que la gente del pueblo se afiliara a la P.E.D.D.O.
—dijo Hermione como si pensara en voz alta.
-podrías intentarlo, pero
dudo que consigas algún resultado positivo- comento Marlene- aparte
de que no a muchos les importara, en ese instante tienen su
mente repleta por el torneo.
—Bueno
—asintió Harry. Tomó un trago de cerveza de mantequilla tapado con la capa—.
¿Cuándo te vas a hartar de ese rollo de la P.E.D.D.O.?
—¡Cuando los
elfos domésticos disfruten de un sueldo decente y de condiciones laborales
dignas! —le contestó
-lo segundo
seria relativamente fácil de conseguir, pero lo
segundo sería un poco imposible por lo que ya hemos dicho-
comento Marlene.
-porque no
nos importa- salto Sirius.
-no- respondió la rabia dándole un
fuerte golpe a su novio- porque la mayoría de los
elfos considerarían indigno recibir un salario
—. ¿Sabes?,
estoy empezando a pensar que ya es hora de emprender acciones más directas. Me
pregunto cómo se puede entrar en las cocinas del colegio.
-por Merlín,
y para que tienen el bendito mapa del merodeador- exclamo Sirius como si fuera
lo más obvio.
-pero, ese
mapa les ayudaría a llegar pero no como entrar o si- indago Angela
-no
necesariamente, en el mapa decía el hechizo para utilizar el pasadizo de la
bruja tuerta- comento Harry cohibiendo un poco a la niña por
el hecho de estar hablando con el salvador del mundo mágico- supongo
que debe de haber algo que indique como entrar.
-pues sí,
hay una imagen de una manzana con unas ja ja ja alrededor- respondió Albus.
-ha,
entonces hay algo con la forma de una manzana a la que hay que
hacerle cosquillas- aventuro la joven pelirroja.
-perfecto
Angie, a James le tomo una sema completa averiguarlo-
comento Scorpius.
-¡¿Qué?!-
dijeron de inmediato los merodeadores y los gemelos Weasley, no
creían que a un verdadero bromista le costaría tanto descubrir una clave tan
simple.
-hey, no fue
tanto así
-claro que
no- apoyo Rose- solo tardo cuatro días hasta que nos pregunto a nosotros-
bueno, no fue tanto apoyo.
-de
cualquier forma ella tiene la mente más ágil que James-
aseguro Scopius- se ve que la elegiste bien Al, en verdad ella
te… ¡auch!- grito al recibir una patada por debajo de la mesa, pero para
nadie paso desapercibido el comentario del rubio, en especial para la
pequeña pelirroja.
-a este paso
terminaras con las piernas moradas- le susurro Rose a su amigo.
-lo sé-
aseguro Scorpius en el mismo tono- pero créeme que lo vale- la
joven Weasley solo sonrió divertida antes de volver a escuchar la
lectura.
—No tengo ni
idea. Pregúntales a Fred y George —dijo Harry.
-sí, y
no sé si fue una buena o mala idea- aseguro Fred.
-fue buena,
puedes creerme- aseguro Harry, pues de no ser así tal vez no haría
sabido que Dobby trabaja en el castillo.
Hermione se
sumió en un silencio ensimismado mientras Harry se bebía su cerveza de
mantequilla observando a la gente que había en la taberna. Todos parecían
relajados y alegres. Ernie Macmillan y Hannah Abbott intercambiaban
los cromos de las ranas de chocolate en una mesa próxima; ambos exhibían en sus
capas las insignias de «Apoya a CEDRIC DIGGORY».
Al lado de
la puerta vio a Cho y a un numeroso grupo de amigos de la casa Ravenclaw.
Ella no llevaba ninguna insignia de apoyo a Cedric, lo cual lo animó un
poco.
Ginny volteo
un poco la vista, sabía que era absurdo que se molestara por el
anterior interés amoroso de Harry, en especial porque ella también había
tenido a sus novios, pero no podía evitar sentirse incomoda. Harry notando eso
abraso por los hombros a su novia acariciándola dulcemente asiéndole
ver que para él, ella era la única dueña de su corazón, entonces la
pelirroja pensó que no era tan malo ser un poco infantil y posesiva en ocasiones
si con eso conseguía ese tipo de mimos de su Harry
¡Qué no
hubiera dado él por ser uno de aquellos que reían y charlaban sin otro motivo
de preocupación que los deberes! Se imaginaba cómo se habría sentido allí si su
nombre no hubiera salido en el cáliz de fuego.
-sin duda todo sería mejor
y mucho más fácil- comento Charlus-
pero lamentablemente parece qe te toco el grueso de la
suerte Potter.
-ojalá y
fuera solo por la suerte- comento por lo bajo Harry, pues la principal
razón de todo lo que le ocurrió ese año fue por el plan de un
psicópata que quería matarlo.
Para empezar,
no llevaría la capa invisible. Tendría a Ron a su lado.
El pelirrojo
se removió incomodo en su asiento.
Los tres
estarían contentos, imaginando qué prueba mortalmente peligrosa afrontarían el
martes los campeones de los colegios. Tendría muchas ganas de que llegara el
martes, para verlos hacer lo que fuera y animar a Cedric como todos
los demás, a salvo en su asiento prudentemente alejado...
-eso habría sido grandioso-
aseguro James- pero ya no puedes hacer nada al respecto.
Se preguntó
cómo se sentirían los otros campeones. Las últimas veces que había visto
a Cedric, éste estaba rodeado de admiradores y parecía nervioso pero
entusiasmado.
-eso de ser
famoso ayudaba un poco a distraerse del miedo y la incertidumbre-
acepto Cedric- pero todo se hacía más evidente cuando
estaba solo en mi habitación.
Harry se
encontraba a Fleur Delacour en los corredores de vez en cuando,
y tenía el mismo aspecto de siempre, altanero e imperturbable.
-la verdad
si estaba un poco pgeocupada- acepto- pego madame Maxime dijo
que me apoyagía en todo y que no debía demostgag pgeocupación.
-no
mostrar preocupación ante los demás- resalto Bill-
¿algún tipo de estrategia psicológica?
-pudiera
ser, y bien ejecutada bien podría ser efectiva-
razono Alastor.
Y, en cuanto
a Krum, se pasaba el tiempo en la biblioteca, escudriñando libros.
-bueno, creo
que ya es evidente lo que verdaderamente hacia- comento Krum
-se podría decir
que de los cuatro campeones eres el más imperturbable de todos-
comento James.
Harry se
acordó de Sirius, y el tenso y apretado nudo que parecía tener en el estómago
se le aflojó un poco. Hablaría con él doce horas más tarde, porque
aquélla era la noche en que habían acordado verse junto a la chimenea de la
sala común. Eso suponiendo que todo fuera bien, a diferencia de lo que había
ocurrido últimamente con todo lo demás.
-por favor
dime que si resulto- pidió Sirius mirando a su ahijado.
-en parte
si- respondió Harry- no hablamos de todo lo
que queríamos, pero si tocamos varios puntos.
-bueno, algo
es algo supongo- comento James- aunque primero veamos de que hablaron para
saber qué tan útil fue.
—¡Mira,
es Hagrid! —dijo Hermione.
De entre la
multitud se destacaba la parte de atrás de su enorme cabeza llena de greñas
(afortunadamente, había abandonado las coletas). Harry se preguntó por qué no
lo había visto nada más entrar, siendo Hagrid tan grande;
-tenía demasiadas
ideas en la cabeza, es muy fácil distraerse en esos momentos-
comento Teddy.
-Es cierto-
apoyo Victoire- recuerdo cuando Teddy tuvo sus TIMMO y EXTASIS,
me hubiera podido pasear en ropa interior frente a él y ni
se daría cuenta- dijo consiguiendo apenar al metamorfomago.
-¡¡¿Qué tu hiciste qué?!!- grito
Bill medio imaginándose la escena, porque no le gustaba pensar en su
hija en ese estado.
-nunca dije
que lo hice, dije que pude haberlo hecho- se defendió la chica.
-¿entonces
nunca...?
-no-
eso tranquilizo un poco al pelirrojo- si estuve muy coqueta
con él en esos momentos pero nada mas
-¿Qué?
-Bill, ya
deja en paz a la niña- le reprendió Fleur
-pero
querida...
-pego nada,
deja a nuestra hija tranquila, segugo le
hemos enseñado que tan lejos puede llevag sus juegos.
-eso no me
relaja- aseguro el joven recibiendo una mirada peligrosa de su
esposa- ya bueno me callo- exclamo al final, no quería saber si su
sangre veela también incluía aquel factor
de cuando se molestaban.
pero,
al ponerse en pie para ver mejor, se dio cuenta de que Hagrid se
hallaba inclinado, hablando con el profesor Moody. Hagrid tenía
ante él su acostumbrado y enorme pichel, pero Moody bebía de la
petaca.
-sin duda
eso le debió de fascinar a Rosmerta, que entren a su
local y que no consuman nada- comento Frank.
-sí,
pero sería imposible que Alastor bebiera otra cosa que
no haya sido preparada por el mismo- continuo Alice
La
señora Rosmerta, la guapa dueña de la taberna, no ponía muy buena cara
ante aquello:
--guapa- repitió Ginny
levantando una ceja
-bueno, es
que lo es hermanita, lo que se ve no se juzga- salió Ron en
su defensa.
-hay
hombres- exclamo Hermione rodando lo ojos, pero más que
una expresión de cansancio parecía divertida con
la situación.
miraba
a Moody con recelo mientras recogía las copas de las mesas
de alrededor.
-por
supuesto que sí, pero tampoco podía hacharlo del lugar, eso
se había visto mal- dijo Andrómeda.
Probablemente
le parecía un insulto a su hidromiel con especias, pero Harry conocía el
motivo: Moody les había dicho a todos durante su última clase de
Defensa Contra las Artes Oscuras que prefería prepararse siempre su
propia comida y bebida, porque a los magos tenebrosos les resultaba muy fácil
envenenar una bebida en un momento de descuido.
-y de ahi sale
la idea de que es un paranoico- comento medio en broma Sirius lo
que no fue de agrado para el auror.
Por
otra parte, Harry no podía dejar de pensar en su sexto
año cuando Roemerta había sido controlada con
la maldición imperius y de la botella envenenada que
se suponía debía llegar hasta Dumbledore. Aunque a simple vista
las ideas de Alastor parecía una autentica paranoia no dejaban
de tener sus puntos a favor.
Mientras
Harry los observaba, Hagrid y Moody se levantaron para
irse. Harry le hizo un gesto con la mano a Hagrid, pero luego recordó que
éste no podía verlo. Moody, sin embargo, se detuvo y miró con su ojo
mágico hacia el rincón en que se encontraba él.
-ya te vio-
dijo James- saben, no me gusta mucho que haya algo que pueda atravesar
la protección de la capa.
-tal vez
para ti, pero créeme que me ha sido muy útil en más de
una ocasión- aseguro Ojo loco.
Le dio
a Hagrid una palmada en la región lumbar (porque no podía llegar al
hombro), le susurró algo y, a continuación, uno y otro se dirigieron a la mesa
de Harry y Hermione.
—¿Va todo
bien, Hermione? —le preguntó Hagrid en voz alta.
—Hola
—respondió Hermione, sonriendo.
Moody se
acercó a la mesa cojeando y se inclinó al llegar. Harry pensó que estaba
leyendo el cuaderno de la P.E.D.D.O.
-me alegra
que así haya parecido, creo que no era conveniente que supieran que
intentaba hablar contigo- comento Moody.
hasta que le
dijo:
—Bonita
capa, Potter.
-eso debió de
haberte sorprendido mucho no es así joven Potter- dijo
Fred- debiste de estar asustado por ser descubierto.
-aunque en
realidad no estaba haciendo nada malo como habitualmente lo
hace, así que tampoco tenía que estar tan nervioso-
agrego George.
Harry lo
miró muy sorprendido. A unos centímetros de distancia, el trozo de nariz que le
faltaba a Moody era especialmente evidente. Moody sonrió.
—¿Su ojo es
capaz de... quiero decir, es usted capaz de...?
—Sí, mi ojo
ve a través de las capas invisibles —contestó Moody en voz baja—. Es
una cualidad que me ha sido muy útil en varias ocasiones, te lo aseguro.
El Alastor de
la sala sonrió en conformidad por lo dicho.
Hagrid también
le sonreía a Harry. Éste sabía que Hagrid no lo veía, pero era evidente
que Moody le había explicado dónde estaba.
Hagrid se
inclinó haciendo también como que leía el cuaderno de la P.E.D.D.O. y le dijo
en un susurro tan bajo que sólo pudo oírlo Harry:
—Harry, ven
a verme a la cabaña esta noche. Ponte la capa. —Y luego, incorporándose, añadió
en voz alta—: Me alegro de verte, Hermione. —Guiñó un ojo, y se fue. Moody lo
siguió.
-entonces
era Hagrid el que quería hablar con él, esperen- se
detuvo a si misma Dora- Hagrid, dragones, creo que ya
sabemos cómo descubrió lo de la primera prueba.
-creo
que debimos de haberlo supuesto desde un principio- agrego Remus.
-si lunático,
darle por su lado a mi sobrina porque si no pasaras hambre en la
noche- exclamo Sirius.
-Ya cállate y
sigue leyendo- le rebatió el castaño.
—¿Para qué
querrá que vaya a verlo esta noche? —dijo Harry, muy sorprendido.
—¿Eso te ha
dicho? —se extrañó Hermione—. Me pregunto qué se trae entre manos. No
sé si deberías ir, Harry... —Miró a su alrededor nerviosa y luego dijo entre dientes—:
Podrías llegar tarde a tu cita con Sirius.
-pero si no
iba tal vez nunca se hubiera entrado del dragón hasta
el día de la prueba- comento Albus.
-que era la
idea que los jueces tenían para la primera prueba- agrego Rose-
aunque es un alivio que lo supiera antes sigue siendo una trampa.
-pero viéndolo desde
otro punto de vista, si los otros
dos también deberían al dragón sería una trampa
de su parte, por lo que la trampa que hizo el padre de Albus solo fue
para equilibrar el marcador- razono Scorpius.
-Scor, no me
vengas con tus locas ideas ahora- pidió Rose.
Los de la
tercera generación no pudieron evitar reírse por esa escena
que tantas veces había pasado ya, por su parte Draco no pudo
evitar notar un poco de la astucia que todo Slytherin tiene,
se alegraba que aunque estuviera en otra casa mostrara esos
pequeños detalles que él valoraba.
Era verdad
que ir a ver a Hagrid a medianoche supondría tener que
apresurarse después para llegar a la una a la sala común de Gryffindor. Hermione
le sugirió que le enviara a Hagrid un mensaje con Hedwig diciéndole
que no podía acudir (siempre y cuando la lechuza aceptara llevar la nota,
claro).
-esa fue la
primera vez que me sentí aliviada de que me ignoraras Harry-
dijo Hermione- de no ser por eso
no hubiéramos podido prepararte.
Y aunque no
lo dijera abiertamente Cedric también estaba agradecido, de no
ser por eso ellos habían sido los únicos que no supieran de
los dragones y no se hubieran
poder alistado, aunque al final su plan
no había resultado ser tan efectivo como esperaba.
Pero Harry
pensó que sería mejor hacerle una visita rápida para ver qué quería. Tenía
bastante curiosidad, porque Hagrid no le había pedido nunca que
fuera a visitarlo tan tarde.
-bueno,
ciertamente no creo que Hagrid le pidiera eso
a algún estudiante si no fuera algo importante- comento Artur
-importante
tal vez, pero sus indicaciones en ocasiones pueden ser peligrosas- aseguro
Lily- no hay que olvidar lo ocurrido con las acromantulas en
su segundo año- eso puso un poco incomodo a Hagrid, el
no creía que los chicos corrieran peligro con Aragog.
-cómo podríamos olvidarlo-
dijo ron con un claro estremecimiento, consiguiendo dibujar
una sonrisa traviesa en el rostro de la pelirroja.
-Lily no
se te ocurra- salto de inmediato James.
-¿y yo que
hice?- pregunto la joven.
-reconozco esa
sonrisa, es la misma sonrisa que nosotros ponemos cuando
planeamos alguna maldad- explico el azabache- de
seguro querías torturar un poco a Ron hablando de las arañas como
castigo por cómo ha
estado ignorando a Harry, así que, no lo hagas- dijo
con cierta autoridad, no acostumbrado a ser la voz de la razón.
Por su parte
Lily se echó para atrás con los brazos cruzados y
una media sonrisa, se encontraba entre divertida
y frustrada por haber sido atrapada tan fácilmente.
-Espero que
tu mama regrese a la normalidad lo antes posible, en ese estado me da
un poco de miedo- acepto ron en un susurro a su amigo.
A las once y
media de esa noche, Harry, que había hecho como que se iba temprano a la cama,
volvió a ponerse la capa invisible y bajó la escalera hasta la sala común. Sólo
unas pocas personas quedaban en ella. Los hermanos Creevey se habían
hecho con un montón de insignias de «Apoya a CEDRIC DIGGORY», e intentaban
encantarlas para que dijeran «Apoya a HARRY POTTER», pero hasta aquel
momento lo único que habían conseguido era que se
quedaran atascadas en POTTER APESTA.
-fue un
buen intento pero no creo que sepan aun lo suficiente de magia para
lograrlo- comento James- lo mejor hubiera sido crear
sus propias insignias.
Harry pasó a
su lado de camino al retrato y esperó aproximadamente un minuto
mirando el reloj. Luego Hermione le abrió el retrato de la Señora Gorda, tal
como habían convenido. Él lo traspasó subrepticiamente y le susurró un
«¡gracias!» antes de irse.
Sirius narro
el camino de Harry hasta la cabaña del semi gigante.
—¿Eres tú,
Harry? —susurró Hagrid, abriendo la puerta.
—Sí
—respondió Harry, que entró en la cabaña y se desembarazó de la
capa—. ¿Por qué me has hecho venir?
—Tengo algo
que mostrarte —repuso Hagrid.
Parecía muy
emocionado. Llevaba en el ojal una flor que parecía una alcachofa de las más
grandes. Por lo visto, había abandonado el uso de aceite lubricante, pero era
evidente que había intentado peinarse, porque en el pelo se veían varias
púas del peine rotas.
-cielos, en
mi vida te había visto tan arreglado colega-
comento Sirius viendo como el semi gigante se sonrojaba- sabes,
si no fuera por los dragones parecería que querías que
viera tu sita romántica.
-¡¿cita?!-
repitieron varios- entonces no solo será a
Harry, también llevaras a Madame Maxime a ver a los
dragones- continuo Dora a lo que todos estuvieron de acuerdo.
—¿Qué vas a
mostrarme? —dijo Harry con recelo, preguntándose si habrían puesto
huevos los escregutos o si Hagrid habría logrado comprarle
a otro extraño en alguna taberna un nuevo perro gigante de tres cabezas.
Varios
sonrieron divertidos por las ideas de Harry con respecto a las curiosas
mascotas que solía tener su gigante amigo.
—Cúbrete con
la capa, ven conmigo y no hables —le indicó Hagrid—. No vamos a
llevar a Fang, porque no le gustaría...
—Escucha, Hagrid,
no puedo quedarme mucho... Tengo que estar en el castillo a la una.
Pero Hagrid no
lo escuchaba.
-Claro que
no, tenía otras cosas en las que pensar en ese momento- aseguro
Sirius con una sonrisa traviesa.
Abrió
la puerta de la cabaña y se internó en la oscuridad a zancadas. Harry
lo siguió aprisa y, para su sorpresa, advirtió que Hagrid lo llevaba
hacia el carruaje de Beauxbatons.
—Hagrid,
¿qué...?
—¡Shhh! —lo
acalló Hagrid, y llamó tres veces a la puerta que lucía las varitas
doradas cruzadas.
Abrió
Madame Maxime. Un chal de seda cubría sus voluminosos hombros.
Al ver a Hagrid, sonrió.
—¡Ah, Hagrid!
¿Ya es la «hoga»?
-he, no
quiera ser descortés ni ofender
a nadie, pero- comenzó Dora- es evidente que
a Hagrid le gustaba Madame Maxime pero
¿qué sentía ella por él?
-bueno, no
estoy seguga- respondió Fleur- pego yo cgeo que si
llego a sentig algo pog el, apagte del hecho que
pocos hombges son los que pueden estag con ella pog su complexión.
-ho bueno,
si es asi no hay problema, puedes continuar Sirius- le apremio
la metamorfomaga.
—«Bon suar»
—le dijo Hagrid, dirigiéndole una sonrisa y ofreciéndole la mano para ayudarla
a bajar los escalones dorados.
Sirius leyó los
pensamientos de Harry al no comprender porque lo había llevado
con Maxime cuando la podía ver en cualquier momento, hasta
que esos pensamientos fuera fueron interrumpidos por una pregunta de la mujer.
—¿Adónde me
llevas, Hagrid?
—Esto te
gustará —aseguró Hagrid—. Merece la pena, confía en mí. Pero no le digas a
nadie que te lo he mostrado, ¿eh? Se supone que no puedes verlo.
—Descuida
—le dijo Madame Maxime, luciendo sus largas y negras pestañas al
parpadear.
-¿acaso es
una cualidad que tiene todas las francesas?- dijo Bill.
-no sé de qué estas hablando quegido- respondió su
esposa haciendo lo mismo que su ex profesora haciendo reír al
pelirrojo- aunque es una lástima que guagdaga el secgeto como
lo había dado a entendeg.
-bueno, so
lo vemos des otro punto de vista
-Scorpius,
deja tu rozamiento de Slytherin por favor- le silencio
Rose provocando varias risas de los presentes.
Y siguieron
caminando. Harry los seguía, cada vez más nervioso y mirando el reloj
continuamente. Hagrid debía de tener en mente alguna de sus disparatadas
ideas, que podía hacerlo llegar tarde a su cita. Si no llegaban pronto a donde
fuera, daría media vuelta para volver al castillo y dejaría
a Hagrid disfrutando con Madame Maxime su paseo a la luz de
la luna.
-todo sería más fácil si Hagrid no
quisiera hacerse tan misterioso- comento Remus.
-Que te pasa lunático,
ese tipo de misterio es lo que puede mantener entretenida a tu pareja durante
una cita, y puede dar muy bueno resultado- aseguro Sirius.
-pero su
cita es con maxime no con Harry, él tiene otros
asuntos que atender recuerdas- reitero el castaño.
Pero
entonces, cuando habían avanzado tanto por el perímetro del bosque
que ya no se veían ni el castillo ni el lago, Harry oyó algo. Delante había
hombres que gritaban. Luego oyó un bramido ensordecedor...
-evidentemente debíamos estar
lo más alejado posible del colegio y sus alrededores, tanto para
que no nos descubrieran como para no hacer ningún daño- comento
Charlie.
-entonces
es un hecho que tú estabas involucrado en todo eso-
afirmo Nymphadora- pero no creo que
se debieran de preocupar por no ser vistos,
digo, están en medio de la noche.
-pues
no sé, yo conozco a más de alguno que eso no
les importaría- dijo viendo a sus hermanos gemelos,
pero también haciendo referencia a sus tíos, al trio y
a los merodeadores principalmente.
Hagrid llevó
a Madame Maxime junto a un grupo de árboles y se detuvo.
Harry caminó aprisa a su lado. Durante una fracción de segundo pensó que lo que
veía eran hogueras y a hombres que corrían entre ellas. Luego se
quedó con la boca abierta.
¡Dragones!
-dragones- repitió Lily de
inmediato- "es" plural, eso quiere decir que
hay más de un dragón.
Eso
tenso aún mas de alguno de los presentes y reducía el
tipo de cosas que podían hacer los campeones, pues si hubiera
sido difícil controlar a un dragón ellos solos
si había más de uno hubiera
sido simplemente imposible.
Con
cierta preocupación en la voz Sirius fue leyendo cada uno de los
cuatro dragones que ahí se encontraban, y de como una treintena de
magos divididos en cuatro grupos intentaban de controlar a las gigantescas
bestias.
Fascinado,
Harry levantó la vista y vio los ojos del dragón negro, con pupilas verticales
como las de los gatos, totalmente desorbitados; si se debía al miedo o a la
ira, Harry lo ignoraba. Los bramidos de la bestia eran espeluznantes.
Los más cercanos
al semi gigante no pudieron evitar negar con la cabeza, el estar tan cerca
de una de esas bestias sin duda era un sueño hecho realidad para
él.
—¡No te
acerques, Hagrid! —advirtió un mago desde la valla, tirando de la cadena—.
¡Pueden lanzar fuego a una distancia de seis metros, ya lo sabes! ¡Y a
este colacuerno lo he visto echarlo a doce!
-oh
valla-dijo la señora Evans- eso es más de lo que nos explicaron
en un principio.
-si bueno,
tanto en las personas como en los dragones siempre habrá casos
especiales- aseguró Charlie.
—¿No es
hermoso? —dijo Hagrid con voz embelesada.
—¡Es
peligroso! —gritó otro mago—. ¡Encantamientos aturdidores, cuando cuente tres!
Harry vio
que todos los cuidadores de los dragones sacaban la varita.
—¡Desmaius!
—gritaron al unísono.
Los
encantamientos aturdidores salieron disparados en la oscuridad como bengalas y
se deshicieron en una lluvia de estrellas al chocar contra la
escamosa piel de los dragones.
-oh
por Merlín- exclamo Angela.
-tranquila,
eso es realmente poco para un dragón, algunos
necesitan más aun para poder quedar aturdidos, son unas bestias muy
resistentes- explico el pelirrojo.
-y
peligrosos- agrego la señora Weasley que no terminaba de gustarle que
su hijo se dedicara a eso.
Sirius continúo leyendo
como el dragón más próximo a ellos se desplomo aturdido
mientras los cuidadores aprovechaban eso para tensar las ataduras de
las cuatro bestias.
—¿Quieres
echar un vistazo más de cerca? —le preguntó Hagrid a
Madame Maxime, embriagado de emoción.
Se acercaron
hasta la valla, seguidos por Harry. En aquel momento se volvió el mago que le
había aconsejado a Hagrid que no se acercara, y Harry descubrió quién
era: Charlie Weasley.
La mayoría que conocía al
joven sonrieron ante su mención.
—¿Va todo
bien, Hagrid? —preguntó, jadeante, acercándose para hablar con
él—. Ahora no deberían darnos problemas. Les dimos una dosis adormecedora
para traerlos, porque pensamos que sería preferible que despertaran en la
oscuridad y tranquilidad de la noche, pero ya has visto que no les hizo mucha
gracia, ninguna gracia...
-sí, creo
que todos nos pudimos dar cuenta de que despertaron de muy mal
humor- comento Fred.
-todos nos
hemos levantado así más de laguna vez, aunque no todos
podemos lanzar fuego- agrego George.
—¿De qué
razas son, Charlie? —inquirió Hagrid mirando al dragón más
cercano, el negro, con algo parecido a la reverencia.
El animal
tenía los ojos entreabiertos, y debajo del arrugado párpado negro se veía una
franja de amarillo brillante.
—Éste es un colacuerno húngaro
—explicó Charlie—. Por allí hay un galés verde común,
-fue
el más difícil de conseguir- comento Charlie.
-¿en serio?-
se extrañó Dora- creía que en cuestión de
dragones los galeses eran los menos peligrosos.
-pues en
realidad así fue, pero fue complicado conseguirlo por
las circunstancias especiales- respondió el pelirrojo- los
dragones debían reunir ciertos requisitos y el caso de los otros
tres tuvimos varias semanas para encontrarlos, pero al ser
cuatro campeones pues, fue complicado conseguir al cuarto dragón- explico
que es el
más pequeño; un hocicorto sueco, que es el azul plateado, y un
bola de fuego chino, el rojo.
Charlie miró
a Madame Maxime, que se alejaba siguiendo el borde de la
empalizada para ir a observar los dragones adormecidos.
—No sabía
que la ibas a traer, Hagrid —dijo Charlie, ceñudo—. Se supone que los
campeones no tienen que saber nada de lo que les va a tocar, y ahora ella se lo
dirá a su alumna, ¿no?
-evidentemente lo hará,
es algo inevitable- aseguro Alastor- pero el
chico también está ahí, y no dudo que Karkarov tenga
un ojo abierto para descubrir algo, el problema sería el
chico Diggory
-no tanto, de seguro Harry se
lo dirá en cuanto tenga la oportunidad- aseguro James pensando en lo
que su Lily haría en su lugar.
—Sólo pensé
que le gustaría verlos. —Hagrid se encogió de hombros, sin dejar de mirar
embelesado a los dragones.
-hay Hagrid, deberías de prestarle más atención a
tu chica que a los dragones- salto Sirius de inmediato.
—¡Vaya cita
romántica, Hagrid! —exclamó Charlie con sorna.
Sirius soltó una
tremenda carcajada antes de recibir un zape de su novia para que
siguiera con la lectura.
—Cuatro...
uno para cada campeón, ¿no? ¿Qué tendrán que hacer?, ¿luchar contra ellos?
Eso estremeció a más de
uno de los presentes, en especial al escuchar cómo se
necesitaban varios hechizos simultáneos para poder aturdirlos.
—No, sólo
burlarlos, según creo —repuso Charlie—. Estaremos cerca, por si la cosa se
pusiera fea, y tendremos preparados encantamientos extinguidores. Nos pidieron
que fueran hembras en período de incubación, no sé por qué... Pero te digo una
cosa: no envidio al que le toque el colacuerno. Un bicho fiero de verdad.
La cola es tan peligrosa como el cuerno, mira.
-y para
variar es el que le tocara a Harry- exclamo Lily.
-lo dices
por el título del capítulo verdad pelirroja- indago
Sirius.
-no, lo
digo porque mi hijo es un Potter, y siempre le tiene que pasar ese
tipo de cosas- dijo con una seguridad abrumadora.
Charlie
señaló la cola del colacuerno, y Harry vio que estaba llena de largos
pinchos de color bronce.
Cinco de los
compañeros de Charlie se acercaron en aquel momento al colacuerno llevando
sobre una manta una nidada de enormes huevos que parecían de granito gris, y
los colocaron con cuidado al lado del animal. A Hagrid se le escapó
un gemido de anhelo.
—Los tengo
contados, Hagrid —le advirtió Charlie con severidad. Luego añadió
-gracias
Charlie, ya no queremos una experiencia como la de norberta-
aseguro Hermione.
-y que lo
digas, fui yo el que tuvo que llevársela.
—: ¿Qué tal
está Harry?
-pues podrías preguntárselo tú mismo
hermanito, eso si no estuviera escondido bajo la capa- dijo Fred.
—Bien
—respondió Hagrid, sin apartar los ojos de los huevos.
-esa mas
bien pareció una respuesta conveniente que una sincera-
aseguro George al leer el gran interés de Hagrid por los huevos.
—Pues espero
que siga bien después de enfrentarse con éstos —comentó Charlie en tono grave,
mirando por encima del cercado—. No me he atrevido a decirle a mi madre lo que
le esperaba en la primera prueba, porque ya le ha dado un ataque de nervios
pensando en él...
-aunque no sería difícil suponer
que involucraría drogones teniendo
a Charlie involucrado- comento Teddy
-de la misma
forma que sabíamos que aparecería Charlie cuando
aparecieron los dragones, no
se podía hablar de uno sin hablar del otro- agrego
Dora.
—Charlie
imitó la voz casi histérica de su madre—: «¡Cómo lo dejan participar en el
Torneo, con lo pequeño que es! ¡Creí que iba a haber un poco de seguridad, creí
que iban a poner una edad mínima!» Se puso a llorar a lágrima viva con el
artículo de El Profeta. «¡Todavía llora cuando piensa en sus padres! ¡Nunca me
lo hubiera imaginado! ¡Pobrecillo!»
-cielos
Molly, tu eres mejor que eso, no deberías de creer todo lo que dice
la prensa- dijo James- en especial de las veces que
Harry a dormido en tu casa y nunca ha llorado por
algo así.
-el que
Molly no lo haya visto n es prueba de que no
llora- aseguro Lily.
-pero yo no
he llorado por algo como eso- se defendió Harry.
-y no dije
que lo hicieras, solo quería resaltar que si en su momento lo
hubieras hecho te habrías ocultado para que nadie te viera-
se explicó la pelirroja-
por lo tanto, Molly nunca te hubiera visto.
-bueno si,
acepto esa parte, pero de igual forma no deveria de creer todo lo que
escribe, en especial si se trata de esa tipa- reitero James.
Harry ya
tenía suficiente. Confiando en que Hagrid no lo echaría de menos,
distraído como estaba con la compañía de cuatro dragones y de Madame Maxime,
se volvió en silencio y emprendió el camino de vuelta al castillo.
Sirius fue
leyendo los pensamientos de Harry mientras regresaba al
catillo, preguntándose como se defendería contra un
enorme dragón con lo que en ese momento
le parecía un simple palito que era su varita.
Se dio prisa
en bordear el bosque. Disponía de quince minutos escasos para llegar junto a la
chimenea donde lo aguardaría Sirius, y no recordaba haber tenido nunca tantos
deseos de hablar con alguien como en aquel momento. Pero entonces, de repente,
chocó contra algo muy duro.
Se cayó
hacia atrás con las gafas torcidas y agarrándose la capa.
—¡Ah!,
¿quién está ahí? —dijo una voz.
Harry se
apresuró a cerciorarse de que la capa lo cubría por completo, y se quedó
tendido completamente inmóvil, observando la silueta del mago con el que había
chocado. Reconoció la barbita de chivo: era Karkarov.
-Ja,
lo sabía, es mal nacido de Karkarov no se podía quedar
atrás en todo ese asunto, debió de haber esperado varias
noches esperando encontrar algo extraño.
-y yo
acostado en mi cama ignorante de mi suerte- comento Cedric
—¿Quién está
ahí? —repitió Karkarov, receloso, escudriñando en la oscuridad.
-demonios,
ahora tendrás que esperar a que se aleje lo suficiente para
que no te descubran-se lamentó James- y con la prisa que tienes para
llegar a tu reunión con Sirius.
Por su parte
el oji gris continúo leyendo como después de un
rato Karkarov se alejaba y Harry con sumo cuidado retomaba
su camino mitras razonaba en la forma en que Karkarov había llegado
hasta ahí y que ahora solo Cedric no sabía en qué consistía la
primera prueba.
Harry llegó
al castillo, entró a escondidas por la puerta principal y empezó a subir la
escalinata de mármol. Estaba sin aliento, pero no se atrevió a ir más despacio:
le quedaban menos de cinco minutos para llegar junto al fuego.
—«¡Tonterías!»
—le dijo casi sin voz a la Señora Gorda, que dormitaba en su cuadro tapando la
entrada.
—Si tú lo
dices... —susurró medio dormida, sin abrir los ojos, y el cuadro giró para
dejarlo pasar.
-es una
suerte que estuviera medio dormida, habría sido
incomodo que te preguntara que estabas haciendo fuera de la cama- comento
Frank.
Harry entró.
La sala común estaba desierta y, dado que olía como siempre, concluyó que
Hermione no había tenido que recurrir a las bombas fétidas para asegurarse de
que no quedara nadie allí.
-no, al
menos por esa ocasión la suerte nos sonrió- comento Hermione.
Harry se
quitó la capa invisible y se echó en un butacón que había delante de la
chimenea. La sala se hallaba en penumbra, sin otra iluminación que las
llamas. Al lado, en una mesa, brillaban a la luz de la chimenea las insignias
de «Apoya a CEDRIC DIGGORY» que los Creevey habían tratado de
mejorar. Ahora decía en ellas: «POTTER APESTA DE VERDAD.» Harry volvió a mirar
al fuego y se sobresaltó.
-desde
luego, es la primera vez que veías que te hablaban por la red Flu-
comento James.
-de hecho, fue
la segunda- corrigió Harry- casi al inicio del
libro había visto a Amos Diggory hablando con los
señores Weasley.
-oh es
cierto, pero igualmente eres nuevo en todo eso- termino el azabache.
La cabeza de
Sirius estaba entre las llamas. Si Harry no hubiera visto al señor Diggory de
la misma manera en la cocina de los Weasley, aquella visión le habría dado
un susto de muerte. Pero, en vez de ello, Harry sonrió por primera
vez en muchos días, saltó de la silla, se agachó junto a
la chimenea y saludó:
—¿Qué tal
estás, Sirius?
Sirius leyó su
propia descripción que resulto ser mucho mejor al aspecto
que tenía cuando escapo de Azkaban.
-solo así te
gusta leer las descripciones verdad- comento Marlene con
una sonrisa que fue compartida por el animago.
—No te
preocupes por mí. ¿Qué tal estás tú? —le preguntó Sirius con el
semblante grave.
—Yo estoy...
Durante un
segundo intentó decir «bien», pero no pudo. Antes de darse cuenta, estaba
hablando como no lo había hecho desde hacía tiempo: de cómo nadie le creía
cuando decía que no se había presentado al Torneo, de las mentiras de
Rita Skeeter en El Profeta, de cómo no podía pasar por los corredores
del colegio sin recibir muestras de desprecio... y de Ron, de la desconfianza
de Ron, de sus celos...
-me alegra
que pudieras desahogarte conmigo cachorro- comento Sirius- no
reo que pudiera ayudarte con lo de ron pero al menos de algo
te servirá sacarlo de tu pecho.
—... y
ahora Hagrid acaba de enseñarme lo que me toca en la primera prueba,
y son dragones, Sirius. ¡No voy a contarlo! —terminó desesperado.
-creo que te
subestimas un poco, la verdad es no lo hiciste nada mal- comento Charlie.
-si bueno,
digamos que tuve algo de ayuda- comento Harry.
Sirius lo
observó con ojos preocupados, unos ojos que aún no habían perdido del todo la
expresión adquirida en la cárcel de Azkaban: una expresión embotada, como
de hechizado. Había dejado que Harry hablara sin interrumpirlo, pero en
aquel momento dijo:
—Se puede
manejar a los dragones, Harry, pero de eso hablaremos dentro de un
minuto.
-oh no-
exclamo Lily- tal vez puedas decirles muchas cosas útiles, pero nada
de cómo enfrentarse a os dragones.
-¿cómo estas
tan segura pelirroja?- dijo medio ofendido Sirius, tal vez no era
muy estudioso pero bien podría darle alguna idea.
-hace
rato Harry implico que no pudieron terminar de hablar y si ese punto
lo dejan al último es fácil deducir que no llegaron a él-
todos parecieron estar de acuerdo con la chica.
-pero
entonces si mi tio no le brindo ayuda, ¿quien pudo
haber sido? - pregunto Dora.
-tendremos que
leer para descubrirlo- termino Remus pidiéndole a su amigo
que continuara.
No dispongo
de mucho tiempo... He allanado una casa de magos para usar la chimenea,
pero los dueños podrían volver en cualquier momento. Quiero advertirte
algunas cosas.
-sin
duda será muy problemático que la familia llegara antes- comento
Frank
—¿Qué cosas?
—dijo Harry, sintiendo crecer su desesperación. ¿Era posible que hubiera
algo aún peor que los dragones?
Todos esperaban impacientes
saber la respuesta a esa pregunta.
—Karkarov —explicó
Sirius—. Era un mortífago, Harry. Sabes lo que son los mortífagos,
¿verdad?
-entonces te
iras por ese lado no es así- comento James.
-pues sería muy lógico pensar
en que ese tipo estaría involucrado- se defendió Sirius.
-ha simple
vista sí, pero creo que ese sujeto tiene mucho más que perder si
quisiera apoyar a Voldemort- agrego- pero bueno, ya lo veremos después.
—Sí...
—Lo pillaron
y estuvo en Azkaban conmigo, pero lo dejaron salir. Estoy
seguro de que por eso Dumbledore quería tener un auror en
Hogwarts este curso... para que lo vigilara. Moody fue el que atrapó
a Karkarov y lo metió en Azkaban.
-eso explica
la enemistad que se han mostrado desde el primer momento que se
vieron-comento Gideon.
-Karkarov no estaría feliz
de verlo y Moody estaría feliz de regresarlo
a prisión- agrego Favian.
—¿Dejaron
salir a Karkarov? —preguntó Harry, sin entender por qué podían
haber hecho tal cosa—. ¿Por qué lo dejaron salir?
—Hizo un
trato con el Ministerio de Magia —repuso Sirius con amargura—. Aseguró que
estaba arrepentido, y empezó a cantar... Muchos entraron en Azkaban para ocupar su
puesto, así que allí no lo quieren mucho; eso te lo puedo asegurar.
Y, por lo que sé, desde que salió no ha dejado de enseñar Artes Oscuras a todos
los estudiantes que han pasado por su colegio. Así que ten cuidado
también con el campeón de Durmstrang.
-bueno, en
eso si estaba equivocado- comento Harry- si bien Karkarov no
fuera muy bueno, Viktor nunca ha demostrado ser alguien
malo.
-aunque
nunca pudimos conversar mucho que digamos- agrego Krum.
—Vale
—asintió Harry, pensativo—. Pero
¿quieres decir que Karkarov puso mi nombre en el cáliz?
Porque, si lo hizo, es un actor francamente bueno. Estaba furioso cuando salí
elegido. Quería impedirme a toda costa que participara.
-muy cierto-
comento Marlene- pero sin duda Sirius dirá que solo
era actuación, pero la verdad podría pasar cualquier cosa.
—Sabemos que
es un buen actor —dijo Sirius— porque convenció al Ministerio de
Magia para que lo dejara libre.
La
rubia sonrió con suficiencia, los años no pasaban
en balde y ya podía decir que conocía bastante
bien al animago.
Además he
estado leyendo con atención El Profeta, Harry...
—Tú y el
resto del mundo —comentó Harry con amargura.
-sí, pero de
la misma forma que el resto- comento Remus- el
no creería cien por ciento lo que alguien como esa
bruja de Skeeter escribiera.
—... y,
leyendo entre líneas el artículo del mes pasado de esa Rita Skeeter,
parece que Moody fue atacado la noche anterior a su llegada a
Hogwarts. Sí, ya sé que ella dice que fue otra falsa alarma —añadió rápidamente
Sirius, viendo que Harry estaba a punto de hablar—, pero yo no lo creo. Estoy
convencido de que alguien trató de impedirle que entrara en
Hogwarts.
El trio se
vio entre ellos, después averiguaron que en efecto el ataque fue
verdadero, aunque no precisamente para evitar que entrara en el
castillo.
Creo que
alguien pensó que su trabajo sería mucho más dificil con él de por
medio. Nadie se toma el asunto demasiado en serio, porque Ojoloco ve
intrusos con demasiada frecuencia. Pero eso no quiere decir que haya perdido el
sentido de la realidad: Moody es el mejor auror que ha
tenido el Ministerio.
—¿Qué
quieres decir? ¿Que Karkarov quiere matarme? Pero... ¿por qué?
Sirius dudó.
—He oído
cosas muy curiosas. Últimamente los mortífagos parecen más activos de
lo normal. Se desinhibieron en los Mundiales de quidditch, ¿no?
-pero
la mayoría se desapareció en cuando convocaron la
marca- resalto Bill- parecería que ellos estaban tan
asustados como cualquiera.
Alguno
conjuró la Marca Tenebrosa...
-ese sería el más preocupante
de todos- agrego Charlie- seria el que más fidelidad le mostro a ese
infeliz en ese momento.
y además...
¿has oído lo de esa bruja del Ministerio de Magia que ha
desaparecido?
—¿Bertha Jorkins?
—Exactamente...
Desapareció en Albania, que es donde sitúan a Voldemort los
últimos rumores. Y ella estaría al tanto del Torneo de los tres magos, ¿verdad?
-y el
destino que corrió la pobre mujer- comento
Alice recordando los ocurrido en los primeros capítulos- creo
que en verdad se han visto muy incompetentes al no ir a buscarla.
-sí, pero
ahora ya es demasiado tarde- aseguro Frank- y no es como si hubieran
tenido mucho éxito, dudo que Voldemort fuera
tan descuidado como para dejar que encontraran su cuerpo.
Para desgano
de muchos de los presentes, tuvieron que darle
la razón al auror.
—Sí, pero...
no es muy probable que ella fuera en busca de Voldemort, ¿no? —dijo Harry.
—Escucha, yo
conocí a Bertha Jorkins —repuso Sirius con tristeza—. Coincidimos en
Hogwarts, aunque iba unos años por delante de tu padre y de mí. Y era idiota.
Muy bulliciosa y sin una pizca de cerebro. No es una
buena combinación, Harry. Me temo que sería muy fácil de atraer a una
trampa.
-y si ocurrió algo
parecido- comento Lily- pero no me cabe en la cabeza como pudo estar
la mujer para haber sido capturada por ese maldito de Pettigrew
—Así que...
¿Voldemort podría haber averiguado algo sobre el Torneo? —preguntó Harry—. ¿Eso
es lo que quieres decir? ¿Crees que Karkarov podría haber
venido obedeciendo sus órdenes?
—No lo sé —reconoció
Sirius—, la verdad es que no lo sé... No me pega que Karkarov vuelva
a Voldemort a no ser que Voldemort sea lo bastante fuerte para
protegerlo.
-igual que
esa rata traicionara- espeto con molestia Sirius.
-ya tranquilízate,
ya encontraran la solución a ese problema- le
dijo Marlene besándolo en la mejilla instándolo a
seguir leyendo.
Pero el que
metió tu nombre en el cáliz tenía algún motivo para hacerlo, y no puedo dejar
de pensar que el Torneo es una excelente oportunidad para atacarte haciendo
creer a todo el mundo que es un accidente.
-eso es
cierto, pero también estoy preocupado por lo que dijeron antes-
comento James- eso de que creen que Voldemort quiere acabar en persona
con Harry.
-deben ver
que esa también podría ser una posibilidad- aseguro Alastor.
-pero no
puede hacer nada mientras este en la casa de mi odiosa hermana o en
los terrenos del castillo, como demonios podrían sacarlo de
un lugar seguro y más aún, como ese
infeliz podría hacer algo convertido en
el pedazo de porquería que es en ese momento- espeto Lily.
-hay muchas
cosas que aún no comprendemos, además que no tenemos una
idea que quien fue él puso el nombre de Harry en
el cáliz o sus verdaderas
intenciones- intervino Dumbledore- lo
mejor será que continuemos con la lectura.
-claro
profesor- dijo Sirius antes de volver a leer.
—Visto así
parece un buen plan —comentó Harry en tono lúgubre—. Sólo tendrán que sentarse
a esperar que los dragones hagan su trabajo.
—En cuanto a
los dragones —dijo Sirius, hablando en aquel momento muy aprisa—, hay una
manera, Harry. No se te ocurra emplear el encantamiento aturdidor:
los dragones son demasiado fuertes y tienen demasiadas cualidades
mágicas para que les haga efecto un solo encantamiento de ese tipo. Se necesita
media docena de magos a la vez para dominar a un dragón con ese procedimiento.
-bueno,
eso sería muy útil si no lo hubiera descubierto ya
por sí mismo- exclamo Lily.
—Sí, ya lo
sé, lo vi.
—Pero puedes
hacerlo solo —prosiguió Sirius—. Hay una manera, y no se necesita más que un
sencillo encantamiento. Simplemente...
Pero Harry
lo detuvo con un gesto de la mano. El corazón le latía en el pecho
como si fuera a estallar. Oía tras él los pasos de alguien que bajaba por la
escalera de caracol.
-¡¡mierda!!-
exclamaron varios a la vez preocupados.
-justo en
la parte más importante- continuo Andrómeda preocupada
por su primo- pero no les queda más remedio, devén de
terminar su reunión en ese momento si no quieren ser descubiertos.
-sin
mencionar que entre más tarden más se arriesga Sirius
a que la familia regrese a su casa y
lo encuentren ahí- agregó Ted
—¡Vete! —le
dijo a Sirius entre dientes—. ¡Vete! ¡Alguien se acerca!
Harry se
puso en pie de un salto para tapar la chimenea. Si alguien veía la cabeza
de Sirius dentro de Hogwarts, armaría un alboroto terrible, y él tendría
problemas con el Ministerio. Lo interrogarían sobre el paradero de Sirius...
-bueno, sabrían que
estoy cerca del Hogwarts, pero no podrán saber el lugar
exacto donde me ocultaría ya que ni él sabe eso.
-pero sabrían que está en
contacto contigo y sería una excusa para tenerlo vigilado
y adiós futuras reuniones con tu ahijado-
le reclamo Marlene.
-cierto, y
ahí todavía creen que quiero hacerle daño al cachorro, tal
vez pensarían que lo tengo bajo un hechizo o incluso
me acusarían de haber puesto su nombre en el cáliz- reflexiono-
mejor continúo leyendo.
Harry oyó
tras él, en el fuego, un suave «¡plin!», y comprendió que
Sirius había desaparecido. Vigiló el inicio de la escalera de caracol.
¿Quién se habría levantado para dar un paseo a la una de la madrugada,
impidiendo que Sirius le dijera cómo burlar al dragón?
Era Ron.
Vestido con su pijama de cachemir rojo oscuro, se detuvo frente a Harry y
miró a su alrededor.
Varios de
los presentes soltaron el aire que habían contenido al
saber que podía ser descubierto, aun
cuando estuvieran peleados no creían que hubiera tanto
peligro que Ron supiera de la reunión con Sirius.
-parece
que llegue en el momento más inoportuno he, justo cuando
hablaban de los dragones- dijo medio en tono de broma Ron.
-sí, siempre
en el lugar equivocado, esa es nuestra suerte- medio
bromeo Harry consiguiendo una sonrisa de su amigo
—¿Con quién
hablabas? —le preguntó.
—¿Y a ti qué
te importa? —gruñó Harry
-hay Harry, sé que están enojados
entre ustedes, pero nada perderías en decirle de tu encuentro con
canuto- comento Lily- y tu cundo piensas continuar-
agrego dirigiéndose a Sirius que se había quedado mudo por
un segundo, no era habitual que le pelirroja usara su nombre de
merodeador.
-sí, ya
continuo.
—. ¿Qué
haces tú aquí a estas horas?
—Me
preguntaba dónde estarías... —Se detuvo, encogiéndose de hombros
-en verdad
estas preocupado por él- exclamo Molly- porque no se dejan de
payasadas de una vez y hacen las pases.
-aunque
no parezca en ese momento
ya quería reconciliarme con él, pero, bueno,
no sé, me parecía más difícil de lo que se
escuchaba.
-en especial
con muro que Harry había puesto entre ustedes- termino Lily
—. Bueno, me
vuelvo a la cama.
—Se te
ocurrió que podías bajar a husmear un poco, ¿no? —gritó Harry. Sabía que Ron no
tenía ni idea de qué era lo que había interrumpido, sabía que no lo había hecho
a propósito, pero le daba igual. En ese momento odiaba todo lo que tenía que
ver con Ron, hasta el trozo del tobillo que le quedaba al aire por debajo de
los pantalones del pijama.
Varias chicas, jóvenes y
casi todos los profesores presentes negaron con la cabeza ante esa
actitud del chico, los más mayores no podían evitar pensar
en lo difícil que era tener esa edad y la forma en que
complicaban los temas más simples.
—Lo siento
mucho —dijo Ron, enrojeciendo de ira—. Debería haber pensado que no
querías que te molestaran. Te dejaré en paz para que sigas ensayando tu próxima
entrevista.
-huy-
dijeron lo gemelo Weasley- eso sí fue un golpe bajo hermanito-
continuo Fred.
Harry cogió
de la mesa una de las insignias de «POTTER APESTA DE VERDAD» y se la tiró con
todas sus fuerzas. Le pegó a Ron en la frente y rebotó.
-pudo haber
sido peor, por lo menos le arrojo algo ligero- comento George.
—¡Ahí
tienes! —chilló Harry—. Para que te la pongas el martes. Ahora a lo mejor hasta
te queda una cicatriz, si tienes suerte... Eso es lo que te da tanta envidia,
¿no?
Todos
aguardaban expectantes, la escena era muy poco alentadora y no
se sorprenderían con que al final si
se terminaran golpeando hasta quedar aliviados.
A zancadas,
cruzó la sala hacia la escalera. Esperaba que Ron lo detuviera, e incluso le
habría gustado que le diera un puñetazo, pero Ron simplemente se quedó allí, en
su pijama demasiado pequeño, y Harry, después de subir como una exhalación, se
echó en la cama y permaneció bastante tiempo despierto y furioso con él. No lo
oyó volver a subir.
-no
lo creí conveniente, me quedé un rato más en la
sala común hasta que supuse que estaría dormido- comento el
pelirrojo.
-tal vez fue
lo mejor- comento Sirius recordando la pelea con la que se reconcilio con
James, aun cuando había sido efectiva había dolido mucho y
no quería que su ahijado pasara por eso- era el final
del capítulo- informo haciendo el intento de cerrar el libro.
-espere un
poco joven Black- le solicito Dumbledore- podría hacernos el favor de
decirnos el título del siguiente capitulo
-sí, por
supuesto- aseguro el ojo gris dándole vuelta a la siguiente hoja-
el título es, "La primera prueba"- eso levanto varios
murmullos.
-bien,
parece que cada prueba tendrá su propio
capitulo- reflexiono Dumbledore- muy bien, creo que lo
mejor sería dejar la lectura por el día de hoy- muchos
otros murmullos se dejaron escuchar en ese momento.
-pero
profesor, por lo general leemos un poco más de lo que
llevamos- exclamo James.
-cierto,
pero no todos los días tenemos
nuevos visitantes a los que poner al corriente de la
historia, por lo que estamos un poco, estropeados en los tiempos-
exclamo- creo que sería bueno que tuvieran un poco de
tiempo de libre antes de la cena y de irse a dormir.
Los jóvenes presentes no entendían muy vean a
que iba todo aquellos, pero decidieron no discutir. Por su parte si bien
era un poco cierto la justificación que le había dado a
los estudiantes, Dumbledore quería darle un
poco más de tiempo a Lily para que se recuperara a someterla a un
capitulo que podría estar lleno de tención, aunque claro, desde
cierto punto de vista, tal vez incluso el capítulo la podría ayudar
de la misma forma.
Varios
estudiantes comenzaron a salir pensando en como aprobechar su
inesperado tiempo libre.
Me ha encantado, quiero más </3
ResponderEliminarQué bueno que te gustara, ya actualizo.
EliminarNecesito sus reacciones a la primera prueba ya!!!
ResponderEliminarYa llegaran, ya llegaran.
EliminarGenial genial y simplemente genial
ResponderEliminarQue bueno que te gustara, ya actualizo.
EliminarMe encanta! Simplemente genial! ya quiero leer el siguiente ��
ResponderEliminarQue bueno que te gustara, ya subo el siguiente.
Eliminaroh, me muero porque llegue "el baile de navidad" y "la primicia de skeeter", esos caps van a estar que arden!!!!!!
ResponderEliminarEscribes genial!!! Nunca lo dejes de hacer!!!
Jeje, que pensaran James y Sirius cuando llegue lo del baile, y si le molestaba Skeeter con ese capítulo querrán matarla. Bueno, seguiré hasta el ultimo libro. Ya actualizo.
EliminarHola, gracias por actualizar, espero leerte pronto una vez mas :D
ResponderEliminarNo hay porque agradecer, ya subo el siguiente.
EliminarQue ganas de seguir leyendo, sigue con la historia por favor!
ResponderEliminarYa actualizo y podrás seguir leyendo.
Eliminar