martes, 30 de septiembre de 2014

Capítulo 35.- Aragog

La esplendorosa ave sobre voló de un extremo a otro del gran comedor, no fue difícil para algunos pocos el reconocerla, en especial porque que aterrizo sutilmente justo en frente del anciano director. El ave inclino respetuosamente la cabeza, como si estuviera alegre de volver a ver a su antiguo amo y amigo. Después de que Dumbledore le acariciara la cabeza como era su costumbre le entrego tres sobres con diferentes destinatarios.
Albus tomo el sobre que iba dirigido a él, lo abrió y le dio lectura, al principio pareció curioso y sorprendido por lo que leía y después apareció una sonrisa traviesa que solos los merodeadores habían visto, después inclino la cabeza como despidiéndose del fénix y este voló nuevamente con las otras dos cartas directamente hacia Harry.
-¿Fawkes?- dijo extrañado el azabache recibiendo el ave que le daba la bienvenida de la misma forma que a Dumbledore.
-¿Es el fénix del que leímos hace un momento?- le pregunto Dora.
-Si- respondió.
-Hay pero que lindo, yo también quiero un fénix de mascota- exclamo con una sonrisa, provocando algunas risas.
-Bueno, para los que un no lo sepan- hablo Albus llamando la atención de todos- él es Fawkes, el fénix del que leímos hace poco, y la razón por la que este aquí, es que ha traído un mensaje del futuro, para ser preciso, de la misma época de la que vino la otra profesora McGonagall- varios murmullos se dejaron escuchar- tal parece, que tendremos más visitantes de varias épocas, y la mayoría de ellos de seguro serán una gran sorpresa- volvió a poner la misma sonrisa- también nos solicitan esperar para comenzar el ercer libro, ya que ellos se unirán a la lectura en ese momento- agrego-  las otras dos cartas están dirigidas a Harry Potter, y Remus Lupin, ya ellos decidirán compartir la información de su contenido.
Después de esas palabras Harry tomo las dos cartas y le paso la suya al licántropo, ambos leyeron sus respectiva correspondencia, Harry le mostro su carta a sus amigos y Remus hizo lo mismo con sus amigos, después las doblaron y guardaron llenando de curiosidad a los demás.
-Muy bien, a quien le gustaría leer el último capítulo de hoy- pregunto a la audiencia.
-Bueno Albus, si me lo permite- hablo Slughorn pidiendo el libro- muy bien el siguiente capítulo se titula “Aragog”
Hagrid se sorprendió por el título, aunque claro su yo del futuro les aconsejo que fueran a verlo, por su parte el resto de los presentes no entendieron en lo más ánimo de que iba ese título, y ron por su parte sufrió en escalofría a recordar aquella noche.
El verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castillo. El cielo y el lago se volvieron del mismo azul claro y en los invernaderos brotaron flores como repollos.
-La descripción suena muy bien, pero con el ambiente que viven en ese momento no importa en lo más mínimo- comento Andrómeda.
Pero sin poder ver a Hagrid desde las ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás, a Harry aquel paisaje no le gustaba.
-No lo dudo hijo- aseguro James- desde hace mucho Hogwarts no es Hogwarts sin la presencia de Hagrid.
-Todo por culpa de ese imbécil de Fudge- espeto Sirius.
-Por supuesto, todo lo posible para aparentar que hace  su trabajo-lo apoyo Marlene.
Y lo mismo podía decirse del interior del castillo, donde las cosas iban de mal en peor.
-Con lo restrictivo que era todo no lo dudo- aseguro Ted.
Harry y Ron habían intentado visitar a Hermione, pero incluso las visitas a la enfermería estaban prohibidas.
—No podemos correr más riesgos —les dijo severamente la señora Pomfrey a través de la puerta entreabierta—. No, lo siento, hay demasiado peligro de que pueda volver el agresor para acabar con esta gente.
Varios escalofríos se dejaron sentir, en especial Ginny.
-Pero es muy injusto- exclamo Sirius- ellos solo quieren ver a su amiga, no es como si ellos de repente se convergieran en el monstruo y los atacaran.
-Aun cuando los dejara pasar, la chica esta petrificada, no podía escucharlos ni hacer nada por ella- se defendió la señora Pomfrey- además que sería más seguro para ellos que no fueran a verla.
-Pero es su amiga, no puede impedir que…
-Sirius ya fue suficiente- le detuvo Marlene- no tiene sentido discutir por eso, así que mejor deja que el profesor siga leyendo.
-Está bien- acepto de malagana.
Ahora que Dumbledore no estaba, el miedo se había extendido más aún, y el sol que calentaba los muros del castillo parecía detenerse en las ventanas con parteluz.
-Obviamente se sentían mucho más inseguros sin Dumbledore ahí- comento Frank.
Apenas se veía en el colegio un rostro que no expresara tensión y preocupación, y si sonaba alguna risa en los corredores, parecía estridente y antinatural, y enseguida era reprimida.
-Por eso decían que no tenían ni ánimos de hacer bromas verdad sobrinos- comento Gideon viendo a los gemelos Weasley.
-Sin duda fue una época bastante negra para ustedes, los compadecemos- agrego Fabián viendo con pena a sus sobrinos.
Harry se repetía constantemente las últimas palabras de Dumbledore: «Sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida.» Pero ¿con qué finalidad había dicho aquellas palabras? ¿A quién iban a pedir ayuda, cuando todo el mundo estaba tan confundido y asustado como ellos?
-Oh, gran parte de significado no se puede interpretar de una forma tan literal a cómo la ve joven Potter- comento el anciano director.
-Tal vez todo sería más fácil decir las cosas directamente- comento Sirius.
-Pero no es como acostumbra hacer las cosas-  intervino Harry-en ese época aún era joven, y después de un tiempo te acostumbras a sus comentarios.
-Exactamente cuántas veces has pasado por eso-pregunto con curiosidad Dora. A lo que el azabache respondió encogiendo los hombros.
La indicación de Hagrid sobre las arañas era bastante más fácil de comprender.
-Es porque eso era completamente literal- comento James.
-Pero eso será tan fácil como difícil- agrego Remus- sobre todo si tomamos en cuenta la fobia que les tiene Ron.
El problema era que no parecía haber quedado en el castillo ni una sola araña a la que seguir. Harry las buscaba adondequiera que iba, y Ron lo ayudaba a regañadientes.
-No estoy segura de que sea buena idea- comenzó Lily- pero a esas alturas todas la arañas abran huido del catillo, para encontrarlas deberían buscar a fuera.
-Lo que sería más complicado ya que no dejan que los estudiantes a todos solos por ahí- agrego James.
Además se añadía la dificultad de que no les dejaban ir solos a ningún lado, sino que tenían que desplazarse siempre en grupo con los alumnos de Gryffindor.
-Pero eso solo lo hacen por su propia seguridad-aseguro Alice un poco aliviada.
La mayoría de los estudiantes parecían agradecer que los profesores los acompañaran siempre de clase en clase, pero a Harry le resultaba muy fastidioso.
Los merodeadores pusieron una sonrisa en sus labios sin poder evitarlo, ese era tipo de actitud que ellos aprobaban, un cando las circunstancias fueran muy diferentes.
-Ciertamente era molesto estar en grupo todo el tiempo- lo apoyo Fred.
-Aunque claro nuestras razones no eran las mismas para sentirnos así- agrego George.
-Aun así Alice tiene razón- aseguro la señora Weasley- en esos momento no pueden andar por ahí sin cuidado, ya vieron lo que le paso a….
-Pero aun así, no dudo que encontraran la forma de salirse con la suya- atajo Alastor, lo cual no fue de agrado para las madres de los involucrados.
Había una persona, sin embargo, que parecía disfrutar plenamente de aquella atmósfera de terror y recelo. Draco Malfoy se pavoneaba por el colegio como si acabaran de darle el Premio Anual.
-Claro, él estaba seguro de que no le pasaría nada- comento Harry.
-Por el simple hecho de que era una serpiente- escupió Sirius.
-Más bien porque mi padre así lo aseguro- comento el rubio- que simplemente no debía hacer nada y que estaría bien.
-¿Y cómo es que ese maldito lo sabía?- interrogo Alastor.
-Ya lo descubrirán- aseguro Harry- profesor- le solicito.
Harry no comprendió por qué Malfoy se sentía tan a gusto hasta que, unos quince días después de que se hubieran ido Dumbledore y Hagrid, estando sentado detrás de él en clase de Pociones, le oyó regodearse de la situación ante Crabbe y Goyle:
-Estuviste alardeando otra vez- indago Astoria por lo bajo.
-No recuerdo bien, pero por cómo era en ese momento de seguro no será nada bueno- aseguro Draco.
—Siempre pensé que mi padre sería el que echara a Dumbledore —dijo, sin preocuparse de hablar en voz baja—. Ya os dije que él opina que Dumbledore ha sido el peor director que ha tenido nunca el colegio.
-Sí, incluso se los dijo en la cara a los chicos, aunque él no sabía- comento con rencor Fran recordando lo de la poción multijugos.
Quizá ahora tengamos un director decente, alguien que no quiera que se cierre la Cámara de los Secretos. McGonagall no durará mucho, sólo está de forma provisional...
-¡Pero Draco, ¿cómo puedes…?!
-no sabía lo que decía mamá, solo era un arrogante que hablaba por habar- exclamo el ante el reclamo de Narcisa.
-Y por eso te rompieron la boca aquella vez- agrego burlonamente ron.
-Sí, lo recuerdo.
Snape pasó al lado de Harry sin hacer ningún comentario sobre el asiento y el caldero solitarios de Hermione.
-Por su bien más vale que no lo haga- aseguró Lily apretando los puños, esperaba que no fuera tan vil como hacer algo semejante.
—Señor —dijo Malfoy en voz alta—, señor, ¿por qué no solicita usted el puesto de director?
—Venga, venga, Malfoy —dijo Snape, aunque no pudo evitar sonreír con sus finos labios—. El profesor Dumbledore sólo ha sido suspendido de sus funciones por el consejo escolar. Me atrevería a decir que volverá a estar con nosotros muy pronto.
-Con quejicus de director nada bueno puede pasar- aseguro Sirius- ya es demasiado nefasto que sea un simple profesor.
-Co sería menos desastroso que tener a alguien como tu Black, pedazo de…
-¡¿Quieres pelear quejicus?!- le rebatió el oji gris.
-Cuando quieras infeliz- le devolvió-
-¡¡Si no se callan los dos les pondré un hechizo paralizante por el resto de la noche!!- gritaron en perfecta sincronía Harry y Lily, y por esas miradas fulminantes de cada uno supieron que no debían volver a habar.
—Ya —dijo Malfoy, con una sonrisa de complicidad—. Espero que mi padre le vote a usted, señor, si solicita el puesto. Le diré que usted es el mejor profesor del colegio, señor.
Sirius quería comentar algo, pero antes de hacerlo Marlene le paso el brazo por la espalda y con la mano le tapó la boca.
-Te acaban de amenazar y aun así pensabas reclamar algo- le acuso por lo bajo la rubia antes de soltarlo.
-Pues si lo iba a hacer- aseguro en un susurro- pero gracias por impedirlo- agregó antes de darle un fugaz beso muy cerca de la comisura de los labios.
-No hagas eso- respondió en automático.
Aunque claro, un leve rubor le dijo al hombre que a ella no le había desagradado tanto como quería hacerle pensar, y con una sonrisa volvió a escuchar la lectura. Mientras que a unos metros de ahí en otra mesa un par de chocas también enrojecieron, pero de rabia por haber notado la acción del oji gris.
Snape paseaba sonriente por la mazmorra, afortunadamente sin ver a Seamus Finnigan, que hacía como que vomitaba sobre el caldero.
Los merodeadores, los gemelos Weasley, Prewet y algunos de sus compañeros de casa sonrieron por la actitud del chico.
—Me sorprende que los sangre sucia no hayan hecho ya todos el equipaje —prosiguió Malfoy—. Apuesto cinco galeones a que el próximo muere. Qué pena que no sea Granger...
Una fuerte explosión interrumpió la lectura, y es que en ese momento Ron se había puesto de pie y había atacado al rubio, este por su parte, como no había recordado lo que había dicho aquella vez solo pudo reaccionar llevándose las manos a la cara para protegerse del peli rojo, pero la maldición nunca llego.
-¡Ronald1- exclamo Hermione a su novio.
-¡¡Pero que no oíste lo que dijo Hermione!!- le devolvió con rabia, teniendo toda la aprobación de los Weasley.
-Si lo sé, pero que clase de reacción ese esa- cuestiono la castaña.
-La misma que tuvo en esa ocasión- aseguro Harry- y tú- se dirigió a Malfoy- que bueno que tu novia tiene mejores reflejos que tu- aseguro.
Astoria tenía la varita en mano y era obvio que había sido quien había bloqueado a la perfección el ataque de Ron, al parecer ella si esperaba que su novio se soltara de la lengua nuevamente. Después de que Hermione logro tranquilizar a su novio, y de que Draco le agradeciera a Astoria por haberlo protegido, el profesor Slughorn retomo la lectura.
La campana sonó en aquel momento, y fue una suerte, porque al oír las últimas palabras, Ron había saltado del asiento para abalanzarse sobre Malfoy, aunque con el barullo de recoger libros y bolsas, su intento pasó inadvertido.
-Por fortuna- aseguro Alice- hasta ese momento han corrido con suerte y no los han atrapado, pero una discusión así les habría traído muchos problemas.
—Dejadme —protestó Ron cuando lo sujetaron entre Harry y Dean—. No me preocupa, no necesito mi varita mágica, lo voy a matar con las manos...
-Cielos Ron, en verdad sigues siendo igual de impulsivo en aquellos tiempos-cometo Bill.
-¡¿Pero que no estas escuchando lo dijo?!- se defendió el pelirrojo.
-Pego aun así, debegías de seg más madugo que eso- atajo Fleur- no puedes simplemente lanzagte a los golpes.
-Ella tiene razón- le apoyo Molly.
—Daos prisa, he de llevaros a Herbología —les gritó Snape, y salieron en doble hilera, con Harry, Ron y Dean en la cola, el segundo intentando todavía liberarse. Sólo lo soltaron cuando Snape se quedó en la puerta del castillo y ellos continuaron por la huerta hacia los invernaderos.
-Bueno, por lo menos ya se calmó- comento Frank- sería muy difícil si continuara queriendo pelear.
La clase de Herbología resultó triste, porque había dos alumnos menos: Justin y Hermione.
-Sería imposible estar animado en ese momento- atajo Alice.
-Saber que tus amigos están petrificados en la enfermería, y que el culpable sigue por ahí- agrego Marlene.
-Sin duda es algo terrible- agregó Sirius, el más que nadie detestaría que uno de sus amigos estuviera en esas condiciones.
La profesora Sprout los puso a todos a podar las higueras de Abisinia, que daban higos secos. Harry fue a tirar un brazado de tallos secos al montón del abono y se encontró de frente con Ernie Mcmillan.
Ahora veamos que se le ocurre decir a ese mocosos- increpo James que aún estaba molesto por sus acusaciones a su hijo.
Ernie respiró hondo y dijo, muy formalmente:
—Sólo quiero que sepas, Harry, que lamento haber sospechado de ti.
-¡¿Qué?!- se impresionaron los merodeadores.
Sé que nunca atacarías a Hermione Granger y te quiero pedir disculpas por todo lo que dije. Ahora estamos en el mismo barco y..., bueno...
Avanzó una mano regordeta y Harry la estrechó.
-¡¿Cómo?!- volvieron a decir.
Ernie y su amiga Hannah se pusieron a trabajar en la misma higuera que Ron y Harry.
-¡¿Y lo perdonaste?!- espeto Sirius- ¡¿después de todo lo que te dijo tantas veces tú lo perdonaste solo con eso?!- Harry simplemente se encogió de hombros.
-Pero hijo, ¿cómo pudiste?- exclamo esta vez James- eso lo debió de sacar de Lily seguro- la pelirroja sintió algo de orgullo por eso- yo nunca dejaría las cosas.
-Y no lo aremos cornamenta, esa simple disculpa no lo salvara- exclamo el oji gris lo cual altero nuevamente a los chicos que hablaron mal de Harry.
-Y luego acusan a Severus de ser rencoroso- atajo Lily.
-¡Oye!- le reclamaron el par de amigos.
-Profesor, continúe- le pidió la pelirroja.
—Ese tal Draco Malfoy —dijo Ernie, mientras cortaba las ramas secas— parece que se ha puesto muy contento con todo esto, ¿verdad? ¿Sabéis?, creo que él podría ser el heredero de Slytherin.
Todos los bromistas lanzaron un bufido de burla y exasperación por su comentario.
—Esto demuestra que eres inteligente, Ernie —dijo Ron, que no parecía haber perdonado a Ernie tan fácilmente como Harry.
-Es porque no debió de hacerlo- aseguro Sirius- después  haberlo acusado así, mínimo debió de hacer algo más que solo disculparse.
-Yo digo lo mismo, pero es así como se comporta Harry- agrego Ron- la verdad es muy desesperante.
-Bueno ya, en ese momento teníamos cosas más importantes que simplemente estar molesto con alguien- se defendió el azabache.
-Pero aun así hijo, te pasaste de noble… auch- comento James ganándose un codazo de parte de Lily.
— ¿Crees que es Malfoy, Harry? —preguntó Ernie.
—No —respondió Harry con tal firmeza que Ernie y Hannah se lo quedaron mirando.
-Si nos pareció muy extraño tanta seguridad- aseguro Ernie- pero era porque ustedes ya lo habían comprobado.
-Siempre que uno piensa ir ellos ya vienen de regreso-comento Fred.
-Es una de esas veces que están un paso delante de nosotros- apoyo George.
-Menos en el momento de realizar broma
-En eso siempre somos nosotros quienes llevamos la delante- termino George con una sonrisa de orgullo igual a la de su hermano y sus tíos gemelos.
Un instante después, Harry vio algo y lo señaló dándole a Ron en la mano con sus tijeras de podar.
-Deberías tener más cuidado con eso- comento Dora risueña- por surte no tenías una navaja- algunos sonrieron.
-Sí, lo siento- se disculpó.
— ¡Ah! ¿Qué estás...?
Harry señaló al suelo, a un metro de distancia. Varias arañas grandes correteaban por la tierra.
-Tal como dijo Lily, debían de buscaras fuera del colegio- ciento Remus- pero en ese momento no pueden seguirlas.
-Por fortuna- agregó Lily.
— ¡Anda! —Dijo Ron, intentando, sin éxito, hacer como que se alegraba—. Pero no podemos seguirlas ahora...
-Fue una experiencia bastante fuerte para ti no- atajo Hermione- ya me siento mal por haberme reído en esa ocasión.
-Y aún falta lo peor- aseguro Ron en un susurro para que solo la castaña lo oyera.
Ernie y Hannah escuchaban llenos de curiosidad.
-Pero miren que chismosos eran he- atajo Fabián.
-Pero aun así dudo que supieran que decían- agregó Gideon.
-Hasta el día de hoy lo supimos- comento Hannah.
Harry contempló a las arañas que se alejaban.
—Parece que se dirigen al bosque prohibido...
-¡¿Qué?! ¡no!- gritaron al mismo tiempo Lily y Molly- no estarán pesando regresar al boque prohibido ¿cierto?- continuo Molly.
-De hecho Harry regresaría, pero sería la primera vez de Ron en el bosque- comento Charlie ganándose un par de miradas severas de parte de su madre y de Lily.
-Mejor no digas nada mas hermanito- aconsejo George observando como las pelirrojas lo contemplaban.
-Créenos, no sale nada bueno de esas miradas- secundo Fred.
Y a Ron aquello aún le hizo menos gracia.
-No debería de darte gracia- aseguro Lily- el boque es muy peligroso.
-Bueno, solo en parte- agregó James- la verdad es nosotros nos hemos internado en el boque y no… digo, no debes de entrar en ese lugar- se corrigió cuando noto los centellantes ojos verdes de su novio. Algunos sonrieron por el control que tenía la mujer sobre el bromista.
Al acabar la clase, el profesor Snape acompañó a los alumnos al aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Harry y Ron se rezagaron un poco para hablar sin que los oyeran.
Para nadie fue sorpresa que hiciera eso, la verdad hasta los del pasado ya se habían acostumbrado a su comportamiento con el transcurso de esos dos libros.
—Tenemos que recurrir otra vez a la capa para hacernos invisibles —dijo Harry a Ron—. Podemos llevar con nosotros a Fang. Hagrid lo lleva con él al bosque, así que podría sernos de ayuda.
-En verdad estás pensando en ir- exclamo Lily- en verdad deberé de estar sobre ti las veinticuatro horas del día. Agrego con exasperación- ni con tu padre tuve que ser tan estricta
-No creo que sea necesario- comentó Harry con un poco de miedo.
-Podrías tener razón en eso- atajo Luna llamando su atención- yo creo que la razón por la que podías hacer todo eso es porque no tenías padres que te supervisaran, de otra forma no creo que hayas podido haberlo hecho.
-Aun así te tendré muy vigilado- aseguro de ultimo Lily.
—De acuerdo —dijo Ron, que movía su varita mágica nerviosamente entre los dedos
-¡Ronald, tú también!- increpo Molly de inmediato.
-No podía dejar solo a mi amigo, además teníamos que hacer algo con Hermione en ese estado- se defendió el pelirrojo.
-Eso va en contra del cometario de Luna- comentó Fred.
-El sí tenía padres pero parecía no impórtale mucho lo que dijeran- agrego George.
-Pero la cuestión es no dejarse atrapar-termino Fred.
-Gracias, eso fue de mucha ayuda-ironizo Ron
Pero... ¿no hay..., no hay hombres lobo en el bosque? —añadió, mientras ocupaban sus puestos habituales al final del aula de Lockhart.
Remus bajo la cabeza por el comentario del chico, pero una mueca que hizo después sobreentendió que se disculpaba por eso.
Prefiriendo no responder a aquella pregunta, Harry dijo:
—También hay allí cosas buenas. Los centauros son buenos, y los unicornios también.
-Los centauros en parte son buenos, pero los unicornios si lo son- aseguro Marlene con seguridad.
Ron no había estado nunca en el bosque prohibido. Harry había penetrado en él en una ocasión, y deseaba no tener que volver a hacerlo.
Lily sonrió complacida, por lo menos no era tan necio y temerario como lo era James, pero aun así, si tuviera que internarse en el bosque no dudaría ni un segundo en hacerlo.
Lockhart entró en el aula dando un salto, y la clase se lo quedó mirando. Todos los demás profesores del colegio parecían más serios de lo habitual, pero Lockhart estaba tan alegre como siempre.
— ¡Venga ya! —Exclamó, sonriéndoles a todos—, ¿por qué ponéis esas caras tan largas?
-Porque será pedazo de idiota- increpo James- tal vez por varios de sus compañeros están petrificados en la enfermería.
-En verdad me enferma que ese idiota este ahí- aseguro Sirius.
Los alumnos intercambiaron miradas de exasperación, pero no contestó nadie.
— ¿Es que no comprendéis —les decía Lockhart, hablándoles muy despacio, como si fueran tontos— que el peligro ya ha pasado? Se han llevado al culpable.
-Pero que, no si es eso es grandioso- atajo Fabián con ironía- el incompetente del ministerio actuando sin saber.
-Y un reverendo idiota como ese creyéndose todo lo que dicen, eso en verdad me fastidia- reclamo Gideon.
— ¿A quién dice? —preguntó Dean Thomas en voz alta.
—Mi querido muchacho, el ministro de Magia no se habría llevado a Hagrid si no hubiera estado completamente seguro de que era el culpable —dijo Lockhart, en el tono que emplearía cualquiera para explicar que uno y uno son dos.
-Así debería ser, pero el maldito del ministro no tiene ni la más mínima prueba o pista del verdadero culpable- espeto Frank furioso, como auror le molestaba demasiado que repartieran la ley en forma tan arbitraria.
—Ya lo creo que se lo llevaría —dijo Ron, alzando la voz más que Dean.
—Me atrevería a suponer que sé más sobre el arresto de Hagrid que usted, señor Weasley —dijo Lockhart empleando un tono de satisfacción.
-Ese estúpido no sabe absolutamente nada- increpo Remus- es humillante que el este en un salón de clase, deberían de…
-Remus tranquilo-atajo Dora tratando de clamar al hombre- sabes que no vale la pena molestarte por ese infeliz- le recordó- además con esa actitud estas inquietado a Teddy- agrego señalando al pequeño que lo veía de forma curiosa.
-Si está bien- dijo después de respirar hondo- perdón por eso- le dijo esta vez a Teddy acariciándole la cabeza haciéndolo sonreír.
-Y todavía niega que es el padre- comento por lo bajo Sirius a Marlene que asintió en automático.
Ron comenzó a decir que él no era de la misma opinión, pero se paró en mitad de la frase cuando Harry le arreó una patada por debajo del pupitre.
—Nosotros no estábamos allí, ¿recuerdas? —le susurró Harry.
-Debes de aprender a mantenerte bajo control chico- aseguro Alastor hablando con Ron- no puedes dejar que tu impulsividad te ganes t termines cometiendo errores como ese.
Pero la desagradable alegría de Lockhart, las sospechas que siempre había tenido de que Hagrid no era bueno, su confianza en que todo el asunto ya había tocado a su fin, irritaron tanto a Harry, que sintió deseos de tirarle Una vuelta con los espíritus malignos a su cara de idiota.
-Clásico carácter Potter-Evans- atajo Sirius ganándose una mirada penetrante de la pareja- hay, solo díganme que no es cierto.
Como ninguno de ellos replico algo Slughorn decidió continuar con la lectura. 
Pero en lugar de eso, se conformó con garabatearle a Ron una nota:
«Lo haremos esta noche.»
Ron leyó el mensaje, tragó saliva con esfuerzo y miró a su lado, al asiento habitualmente ocupado por Hermione. Entonces parecieron disiparse sus dudas, y asintió con la cabeza.
-Hay Ron- dijo Hermione un poco conmovida por la reacción del pelirrojo que se terminó sonrojando.
-Y aun así espero casi siete años en declarársele a hemiono comento Fred burlonamente- igual que Harry con Ginny.
-Pueden investigan muchas cosas pero en lo que es el romance son muy lentos- agrego George en el mismo tono.
Sin poderlo evitar los dos aludidos se sonrojaron mientras sus respectivas novias sonrían levemente.
Aquellos días, la sala común de Gryffindor estaba siempre abarrotada, porque a partir de las seis, los de Gryffindor no tenían otro lugar adonde ir. También tenían mucho de qué hablar, así que la sala no se vaciaba hasta pasada la medianoche.
-Otra vez aran todo en la noche- comento Neville- porque siempre tienen que ser así- preguntó como quien no quiere la cosa.
-Quien sabe, pero debes admitir que eso lo hace más emociónate- hablo Sirius recibiendo varias miradas- digo, argumentalmente para la historia, no digo que sea bueno que salgan tan entrada la noche.
-Bien, ahora dilo cuando no te estén amenazando con la mirada para que sea creíble- comento Marlene un tanto divertida.
-Gracias por el apoyo McKinnon- ironizo el oji gris.
Después de cenar, Harry sacó del baúl su capa para hacerse invisible y pasó la noche sentado encima de ella, esperando que la sala se despejara. Fred y George los retaron a jugar al snap explosivo y Ginny se sentó a contemplarlos, muy retraída y ocupando el asiento habitual de Hermione.
-Desde entonces nuestra hermanita quería ocupar el lugar de Hermione- atajo George.
-Sí, cuantas veces no vimos lo celosa que se ponía porque la castaña podía estar cerca de Harry- agrego Fred.
-¡¡Ya cierren la maldita boca!!- les reclamo Ginny con furia, si bien ahora Hermione era su amiga, nunca le había comentado los celos que sintió por ella.
-Ginny, ¿eso es cierto?- le pregunto la castaña.
-No quiero hablar de eso- respondió de inmediato ocultando el rostro sobre el pecho de su novio.
 Harry y Ron perdieron a propósito, intentando acabar pronto, pero incluso así, era bien pasada la medianoche cuando Fred, George y Ginny se marcharon por fin a la cama.
-Cielos sobrinos- comento Fabián- sí que fueron muy inoportunos en esa ocasión.
-Ellos teniendo algo que hacer y ustedes estorbándoles- agrego Gideon.
-Bueno, realmente ellos no tendrían que hacer absolutamente nada de eso- intervino Ted- y en lo personal no me agrada imaginar que mi hijo pudiera hacer algo como eso.
-Si, por esa razón insiste y trata de disuadirme en que busque otro trabajo que no sea el de auror- comento Dora con cansancio, ya muchas veces había discutido sobre eso.
-Pero no creo que cambies de opinión, dijo, si lograste que el retraído de Remus tuviera relaciones contigo entonces nada…
-¡¡Sirius!!- le interrumpió Remus a todo pulmón con un tono escarlata en su rostro al igual que Dora- no puedes no siquiera respetar a tu sobrina y a sus padres, como dices eso estando ellos presentes.
 -Pero es algo natural- se defendió.
-Remus tiene razón- atajado Andrómeda que tampoco le gusto el comentario- la próxima vez seré yo la que te castigue.
-Bien lunático, ya te ganaste a la suegra- le felicito como si no le importará la amenaza de su prima.
-¡¡Sirius!!- le gritaron nuevamente.
-Te encanta molestarlos verdad- comento Marlene por lo bajo.
-Si me encanta, aun cuando me castiguen me divierto a lo grande- acepto el animago con una enorme sonrisa.
Harry y Ron esperaron a oír cerrarse las puertas de los dos dormitorios antes de coger la capa, echársela encima y salir por el agujero del retrato.
Slughorn relato como su trayecto fue tan complicado como el anterior.
—Naturalmente —dijo Ron de pronto, mientras cruzaban a grandes zancadas el negro césped—, cuando lleguemos al bosque podría ser que no tuviéramos nada que seguir. A lo mejor las arañas no iban en aquella dirección. Parecía que sí, pero...
Su voz se fue apagando, pero conservaba un aire de esperanza.
-Hay Ron, que poco duro la determinación que obtuviste en la clase de DCAO-comento Charlie- pero aun así entraron al bosque verdad.
-Sí -respondió Ron cabizbajo- lamentablemente para nosotros las arañas si se dirigían al bosque.
-Hay Ron- exclamo Hermione abrazándolo con ternura.
Llegaron a la cabaña de Hagrid, que parecía muy triste con sus ventanas tapadas. Cuando Harry abrió la puerta, Fang enloqueció de alegría al verlos.
-Obviamente, sin su amo en casa debe de sentirse muy solo en la cabaña- comentó Charlie, el más que nadie adoraba a los animales.
Temiendo que despertara a todo el castillo con sus potentes ladridos, se apresuraron a darle de comer caramelos de café con leche que había en una lata sobre la chimenea, de tal manera que consiguieron pegarle los dientes de arriba a los de abajo.
-¡Hey!- les recamo Charlie de inmediato.
-Teníamos que hacer algo o si no seriamos descubiertos- se defendió Ron.
-Pero después de eso lo estuvimos cuidando muy bien- agrego Harry apoyando a su amigo.
-Pues ojala lo hayan hecho- aseguro Sirius- a los perros hay que tratarlos bien y consentirlos- agrego. Aunque claro, algunos vieron con extrañeza ese comentario, por alguna razón el parecía tenerle un aprecio especial a esos animales y solo pocos conocían la razón de ello.
Harry dejó la capa sobre la mesa de Hagrid. No la necesitarían en el bosque completamente oscuro.
-Además no hay nadie que los pueda ver- comento Andrómeda “nadie humano por lo menos” pensó para sí, no sería bueno que lo dijera en voz alta.
—Venga, Fang, vamos a dar una vuelta —le dijo Harry, dándole unas palmaditas en la pata, y Fang salió de la cabaña detrás de ellos, muy contento, fue corriendo hasta el bosque y levantó la pata al pie de un gran árbol.
-Pero después el pobre estaba tan aterrado como yo- comento Ron en su momento.
Harry sacó la varita, murmuró: « ¡Lumos!», y en su extremo apareció una lucecita diminuta, suficiente para permitirles buscar indicios de las arañas por el camino.
-Ese hechizo les será muy útil-aseguro Remus- el bosque es muy obscuro aun en pleno día, y de noche lo es aún más.
-¿Y tú como sabes eso?- le pregunto de inmediato Nymphadora.
-He, bueno, es por algo personal, pero no es momento de hablar de eso- evadió el tema, y es que la razón tenía ver con su problema peludo, y no quería que ella se enterara de eso por el momento.
—Bien pensado —dijo Ron—. Yo haría lo mismo con la mía, pero ya sabes..., seguramente estallaría o algo parecido...
-Es cierto- atajo Bill- eso es aún peor, solo tienen una varita para defenderse en caso de que algo pase.
Harry le puso una mano en el hombro y le señaló la hierba. Dos arañas solitarias huían de la luz de la varita para protegerse en la sombra de los árboles.
—Vale —suspiró Ron, como resignándose a lo peor—. Estoy dispuesto. Vamos.
Hermione abrazo con más fuerza a Ron, sabía que el solo se resignó a hacer eso porque ella había sido atacada, los Weasley por su parte estaban asustado por joven, y al mismo tiempo no dejabas de admirar lo mucho que debía de querer a la castaña para hacer eso. Ni siquiera los gemelos quisieron hacer una broma en esta ocasión.
Slughorn fue narrando como se internaron en el bosque con Fang, de cómo anduvieron por veinte minutos atentos a cada ruido hasta llegar a una zona tan espesa que impedía ver el cielo.
-Cielos, sí que entraron profundo esta vez- comento Sirius sin poder contenerse.
Harry se detuvo y miró hacia donde se dirigían las arañas, pero, fuera del pequeño círculo de luz de la varita, todo era oscuridad impenetrable. Nunca se había internado tanto en el bosque. Podía recordar vívidamente que Hagrid, una vez que había entrado con él, le advirtió que no se saliera del camino.
-Es porque podría ser muy arriesgado- exclamo Lily llena de tención-que hay e esa pate del boque- agregó volteando a ver a James.
-Bueno, por lo que dice no podría estar seguro, pero aun así no conocemos todo el bosque- respondió el azabache.
-Perfecto, ahora que te necesito por lo revoltoso que eras- le reclamo.
-Lo siento cariño pero nos era más entretenido andar por todo el catillo- se justico el hombre.
Pero ahora Hagrid se hallaba a kilómetros de distancia, probablemente en una celda en Azkaban, y les había indicado que siguieran a las arañas.
Harry notó en la mano el contacto de algo húmedo, dio un salto hacia atrás y pisó a Ron en el pie, pero sólo había sido el hocico de Fang.
En un caso normal eso habría generado algunas risas pero nadie sonrió siquiera por la tensión que había formado.
— ¿Qué te parece? —preguntó Harry a Ron, de quien sólo veía los ojos, que reflejaban la luz de la varita mágica.
-Deberían regresar, ya se adentrado demasiado en ese lugar- aseguró Alice.
-Aunque por otro lado, ya han llegado hasta ahí
-¡¡Frank!!- le reclamo la mujer.
-No los estoy incitando, solo resalto el hecho de que poco probable que hagan lo que dices- se defendió el auror.
—Ya que hemos llegado hasta aquí... —dijo Ron.
Ocurrió justo lo que Frank y otros más de los presentes habían pesado que aria los chicos. La lectura continúo narrando como su camino se obstaculizo por las raíces y troncos apenas visibles por la tenue luz.
Caminaron durante una media hora por lo menos. Las túnicas se les enganchaban en las ramas bajas y en las zarzas. Al cabo de un rato notaron que el terreno descendía, aunque el bosque seguía igual de espeso.
De repente, Fang dejó escapar un ladrido potente, resonante, dándoles un susto tremendo.
Lo mismo ocurrió en el salón cuando llegaron a esa parte, en particular los Lily Molly james y Arthur escuchaban todo con atención esperando que nada malo pasara, pero el hecho de que el perro de Hagrid aullara o parecía una buena señal.
— ¿Qué pasa? —preguntó Ron en voz alta, mirando en la oscuridad y agarrándose con fuerza al hombro de Harry.
—Algo se mueve por ahí —musitó Harry—. Escucha... Parece de gran tamaño.
-¡¿Algo grande?!- exclamo Molly- ¿qué quiere decir con que algo grande?
-Tranquila mamá- atajo Ron- eso no fue nada malo- le aseguro para ver si con eso se relajaba- lo malo vendrá después- agrego por lo bajo para que solo Hermione lo oyera, lo que provoca que lo abrace con más fuerza.
-Mejor continuemos con la lectura- propuso Harry.
Escucharon. A cierta distancia, a su derecha, aquella cosa de gran tamaño se abría camino entre los árboles quebrando las ramas a su paso.
-¿Pero qué demonios es eso?- exclamo Frank- ¿qué clase de criaturas viven en el bosque?
-De muchos tipos, pero no crea que sea el momento- comento Hagrid.
— ¡Ah no! —Exclamó Ron—, ¡ah no, no, no...!
—Calla —dijo Harry, desesperado—. Te oirá.
-Él tiene razón- cometo Alastor- aun cuando sea difícil deben mantener la calma y permanecer alertas.
— ¿Oírme? —Dijo Ron en un tono elevado y poco natural—. Yo sí lo he oído. ¡Fang!
La oscuridad parecía presionarles los ojos mientras aguardaban aterrorizados. Oyeron un extraño ruido sordo, y luego, silencio.
— ¿Qué crees que está haciendo? —preguntó Harry
—Seguramente, se está preparando para saltar —contestó Ron.
-¿Pero qué clase de criatura es?- volvió a peguntar Marlene impaciente.
-Bueno, no es precisamente una criatura- comentó Harry- pero esa cosa no es el problema, de hecho eso fue bueno.
-Si eso no fue el problema entonces ¿qué lo fue?- pregunto con seriedad Lily.
-He bueno, solo hay que seguir con la lectura- la evadió.
Aguardaron, temblando, sin atreverse apenas a moverse.
— ¿Crees que se ha ido? —susurró Harry.
—No sé...
Entonces vieron a su derecha un resplandor que brilló tanto en la oscuridad que los dos tuvieron que protegerse los ojos con las manos.
Todos se extrañaron por esa última descripción, que cosa podía ser que destellara tanto brillo como para dejarlos momentáneamente ciegos.
Fang soltó un aullido y echó a correr, pero se enredó en unos espinos y volvió a aullar aún más fuerte.
-Hay no pobre- escamaron Sirius, Charlie y Hagrid sintiendo pena por el pobre perro.
— ¡Harry! —gritó Ron, tan aliviado que la voz apenas le salía—. ¡Harry, es nuestro coche!
— ¿Qué?
-¡¿Cómo?!- dijeron mucho al mismo tiempo.
-¡¿Nuestro coche?! ¿El que volaron y estrellaron en el sauce boxeador?- exclamo Fred.
-Bueno, serio lógico pensarlo- comento Remus- después de todo se internó en el boque después de eso.
-Valla, con que ahí a estado todo este tempo, quien lo diría- agrego George.
-Eso es perfecto, el coche podría serles de mucha utilidad en ese momento-comento Sirius emocionado.
-A menos que les tenga algún rencor por lo de haberlo estrellado, en dado caso sería malo- atajo James.
-Hay cornamenta, y te quejas cuando decimos lo dramático que eres-aseguro Sirius.
— ¡Vamos!
Harry siguió a Ron en dirección a la luz, dando tumbos y traspiés, y al cabo de un instante salieron a un claro.
El coche del padre de Ron estaba abandonado en medio de un círculo de gruesos árboles y bajo un espeso tejido de ramas, con los faros encendidos. Ron caminó hacia él, boquiabierto, y el coche se le acercó despacio, como si fuera un perro que saludase a su amo. Un perro de color turquesa.
-Bien, eso demuestra que el coche no será una amenaza- dijo con cierto alivio Dora.
-Entonces que lo usen para salir del bosque- sugirió Andrómeda.
— ¡Ha estado aquí todo el tiempo! —Dijo Ron emocionado, contemplando el coche—. Míralo: el bosque lo ha vuelto salvaje...
Slughorn describió el estado del auto.
 A Fang no parecía hacerle ninguna gracia, y se mantenía pegado a Harry, temblando.
-Cómo va a gustarle, si lo asusto y termino enredándose en unas espinas- comento Sirius- hasta yo estaría molesto con él.
Mientras su respiración se acompasaba, guardó la varita bajo la túnica.
-¡¡¿Qué crees que estás haciendo chico?!!- atajo Alastor de inmediato- ese auto no será una amenaza pero aun así estas en un lugar muy inseguro como para confiarte de esa manera.
-No me gusta opero él tiene razón- aseguro Lily preocupado.
-Si guarde mi varita, pero nunca deje de estar atento a lo que nos rodeaba- se defendió Harry.
-Aun así hijo, el que tengas la varita guardada reduce tu velocidad de reacción, y eso es algo vital en esa situación- contraataco Lily.
-La verdad si tiene razón en eso- la apoyo Ginny viendo a su novio. Harry simplemente asintió levemente con la cabeza, pues sabía que no podía decir más para defenderse.
— ¡Y creíamos que era un monstruo que nos iba a atacar! —Dijo Ron, inclinándose sobre el coche y dándole unas palmadas—. ¡Me preguntaba adónde habría ido!
Harry aguzó la vista en busca de arañas en el suelo iluminado, pero todas habían huido de la luz de los faros.
-Entonces utilizaron ese chisme muggle y regresen al castillo- apremio Molly preocupada de que algo más ocurriera.
-Sería lo más sensato, pero creo que será difícil que algo así ocurra- se lamentó Frank.
—Hemos perdido el rastro —dijo—. Tendremos que buscarlo de nuevo.
Ron no habló ni se movió. Tenía los ojos clavados en un punto que se hallaba a unos tres metros del suelo, justo detrás de Harry. Estaba pálido de terror.
-Hay por Merlín- exclamo Sirius- apenas llegamos a una parte más o menos tranquila y ya volvimos a la tensión.
Hermione por su parte abrazo más fuerte a Ron pues suponía que era lo que seguiría a continuación.
Harry ni siquiera tuvo tiempo de volverse. Se oyó un fuerte chasquido, y de repente sintió que algo largo y peludo lo agarraba por la cintura y lo levantaba en el aire, de cara al suelo.
-¡Oh con un demonio!- increparon todos a la vez, esta vez sí era algo grande y peligroso lo que los había alcanzado.
Mientras forcejeaba, aterrorizado, oyó más chasquidos, y vio que las piernas de Ron se despegaban del suelo, y oyó a Fang aullar y gimotear... y sintió que lo arrastraban por entre los negros árboles.
-Hay por Merlín debieron de marcharse cuando pudieron- escalmo Molly- que son esas cosas que los tomaron- nadie se atrevió a responder a eso.
-¡¡aahh!!-grito Marlene llamando la atención de todos.
-¿Qué ocurre McKinnon?- le pregunto Sirius.
 -Mo, no nada- respondió pero aun si se veía alterada.
-¡Oh maldita sea!- exclamo esta vez Lily mientras veía a la rubia- la mascota de Hagrid, la a… acromantula- dijo entrecortadamente pero todos entendieron, mientras que Marlene asentía levemente.
Levantando como pudo la cabeza, Harry vio que la bestia que lo sujetaba caminaba sobre seis patas inmensamente largas y peludas, y que encima de las dos delanteras que lo aferraban, tenía unas pinzas también negras.
-Sin duda se tratara de una acromantula- aseguro Marlene nerviosa
Tras él podía oír a otro animal similar, que sin duda era el que había cogido a Ron.
-¡¿Pero como demonios puede haber tantas de esas cosas en el bosque?!- pregunto Charlie a lo que Hagrid había bajado la cabeza, era el quien le había conseguido pareja a Aragog.
-Wau, a nosotros siempre nos pareció entretenido husmear en el bosque- comenzó Fred.
-Pero quién diría que estaría repleto de esas cosas- termino George- como demonios escaparon de eso- muchos se comenzaron a hacer esas preguntas en cuanto mencionaron que clase de criaturas eran.
-Ya lo verán- respondió con simpleza Harry.
Se encaminaban hacia el corazón del bosque. Harry pudo ver a Fang que forcejeaba intentando liberarse de un tercer monstruo, aullando con fuerza, pero Harry no habría podido gritar aunque hubiera querido: parecía como si la voz se le hubiese quedado junto al coche, en el claro.
-Hay por Merlín, hay- repetía Lily preocupada por su hijo.
-Respira querida, Harry está aquí, eso quiere decir que se libró de eso- intervino James tomándola de las manos.
-Si lo sé, de otra forma estaría mucho más alterada de lo que ya lo estoy- aseguro la pelirroja tomando las manos de su novio.
Nunca supo cuánto tiempo pasó en las garras del animal, sólo que de repente hubo la suficiente claridad para ver que el suelo, antes cubierto de hojas, estaba infestado de arañas.
-Esas serán las arañar que escapaban del castillo- indago Fabián.
-Pues sí, es muy probable que sea así- respondió Gideon.
-Entonces se iban a refugiar con esas acromantulas- comento dora- sea lo que sea que este en el castillo debe de infundirles bastante miedo.
-Sería una buena deducción- acepto Remus que se sentía tan nervioso como os demás.
Estaban en el borde de una vasta hondonada en la que los árboles habían sido talados y las estrellas brillaban iluminando el paisaje más terrorífico que se pueda imaginar.
Arañas. No arañas diminutas como aquellas a las que habían seguido por el camino de hojarasca, sino arañas del tamaño de caballos, con ocho ojos y ocho patas negras, peludas y gigantescas.
-Cof, cof- se escuchó un tosido, voltearon a ver a Ron que se encontraba un poco pálido mientras estaba siendo reconfortado por Hermione, sin duda recordando esa experiencia, todos sentían pena por él
-¿Te sientes bien Ron?- le pregunto Molly reocupada.
-Sí, no es nada- aseguro- si lo soporte aquella vez lo hare ahora.
-Cielos Ron, en verdad lo siento- se disculpó Fred, el más que nadie se sentía fatal pues por su culpa su hermano tenía esa fobia a las arañas, para cualquiera debería ser aterrador estar rodeado por esas criaturas, y debía de ser pero para él por el miedo que ya de entrada tenia.
-Está bien, no era tú intención- le restó importancia el pelirrojo- profesor- le solicito que continuara.
El ejemplar que transportaba a Harry se abría camino, bajando por la brusca pendiente, hacia una telaraña nebulosa en forma de cúpula que había en el centro de la hondonada, mientras sus compañeras se acercaban por todas partes chasqueando sus pinzas, emocionadas a la vista de su presa.
-Presa- espeto Lily- más vale que ni se le ocurra…
-Ya Lily- le detuvo James- deja que el profesor continúe querida.
La araña soltó a Harry, y éste cayó al suelo de cuatro patas. A su lado, con un ruido sordo, cayeron Ron y Fang. El perro ya no aullaba; se quedó encogido y en silencio en el mismo punto en que había caído. Ron parecía encontrarse tan mal como Harry había supuesto. Su boca se había alargado en una especie de grito mudo y los ojos se le salían de las órbitas.
-Hay mi pobre Ron- exclamo para sorpresa de todos Hermione, que hizo que su novio pusiera la cabeza en su pecho, sin embargo más que sentirse más tranquilo e pelirrojo enrojeció de vergüenza, en una circunstancia normal sus hermanos se hubieran burlado de él, pero ellos simplemente sonrieron dejando entender que las burlas llegarían después.
De pronto Harry se dio cuenta de que la araña que lo había dejado caer estaba hablando. No era fácil darse cuenta de ello, porque chascaba sus pinzas a cada palabra que decía.
-No sabía que las acromantulas podían hablar- exclamo Charlie.
-No es muy común, no todas las acromantulas llegan a desarrollar esa habilidad. Expreso el profesor Dumbledore.
— ¡Aragog! —Llamaba—, ¡Aragog!
Todos comprendieron que esa era la razón del título de ese capítulo.
-Entonces, si es la mascota que tenía Hagrid- comento Sirius- solo él le pondría nombre a una acromantula.
-No es posible- dijo Lily- no sé qué pretendías enviándolos ahí, pero si le pasa algo a mi hijo  juro que descubrirás de lo que soy capaz cuando estoy moleta Hagrid- eso asusto a algunos además del semi gigante.
Y del medio de la gran tela de araña salió, muy despacio, una araña del tamaño de un elefante pequeño. El negro de su cuerpo y sus piernas estaba manchado de gris, y los ocho ojos que tenía en su cabeza horrenda y llena de pinzas eran de un blanco lechoso. Era ciega.
-¿Ciega?, tal vez ocurrió cuando escapaba después de que Ryddle los acusara-comento Gideon.
-Eso no importan en este momento- le acuso Molly preocupada por su hijo menor y su casi hijo-hay, ojala que eso termine pronto.
— ¿Qué hay? —dijo, chascando muy deprisa sus pinzas.
—Hombres —dijo la araña que había llevado a Harry.
— ¿Es Hagrid? —Aragog se acercó, moviendo vagamente sus múltiples ojos lechosos.
—Desconocidos —respondió la araña que había llevado a Ron.
—Matadlos —ordenó Aragog con fastidio—. Estaba durmiendo...
-¡¿Qué?!- dijeron algunas al miso tempo, entre ellos Hagrid.
-Pero como puede ser, Aragog siempre me recibe en su hondonada sin problemas- continuo el hombretón.
-Porque tú eres un caso diferente Hagrid- aseguro Lily- no se comportara de la misma forma con todas las personas.
—Somos amigos de Hagrid —gritó Harry. Sentía como si el corazón se le hubiera escapado del pecho y estuviera retumbando en su garganta.
—Clic, clic, clic —hicieron las pinzas de todas las arañas en la hondonada.
Aragog se detuvo.
-Bien hecho, eso les dará un poco de tiempo- comento Frank- deben pensar que hacer para escapar de ahí.
—Hagrid nunca ha enviado hombres a nuestra hondonada —dijo despacio.
-No son hombres, son solo niños- espeto Molly- ellos menos que nadie deberían de estar ahí.
—Hagrid está metido en un grave problema —dijo Harry, respirando muy deprisa—. Por eso hemos venido nosotros.
— ¿En un grave problema? —Dijo la vieja araña, en un tono que a Harry se le antojó de preocupación—. Pero ¿por qué os ha enviado?
-Exactamente lo mismo me pregunto yo- dijo Lily vendo con reprimenda a Hagrid.
-Yo, lo siento Lily- se desculo el semi gigante avergonzado y un poco asuntado, esa pelirroja era de armas tomar.
-Pues deberías, no sé en qué demonios les podía resultar útil el que estén en ese maldito lugar- escupió nuevamente la pelirroja.
Harry quiso levantarse, pero decidió no hacerlo; no creía que las piernas lo pudieran sostener. Así que habló desde el suelo, lo más tranquilamente que pudo.
—En el colegio piensan que Hagrid se ha metido en... en... algo con los estudiantes. Se lo han llevado a Azkaban.
Aragog chascó sus pinzas enojado, y el resto de las arañas de la hondonada hizo lo mismo: era como si aplaudiesen, sólo que los aplausos no solían aterrorizar a Harry.
Todos en el gran comedor esperaban impacientes la resolución de todo eso, sin duda alguna eso debió de molestar a esa araña gigante para reaccionar así, solo esperaban que no la tomaran contra los chicos de alguna forma.
—Pero aquello fue hace años —dijo Aragog con fastidio—. Hace un montón de años. Lo recuerdo bien. Por eso lo echaron del colegio. Creyeron que yo era el monstruo que vivía en lo que ellos llaman la Cámara de los Secretos.
-Tal parece que si puede haber más de un monstruo en el castillo- aseguro Sirius.
Creyeron que Hagrid había abierto la cámara y me había liberado.
—Y tú... ¿tú no saliste de la Cámara de los Secretos? —dijo Harry, notando un sudor frío en la frente.
-Debes tener cuidado con tus preguntas chico- aseguro Alastor- lo mejor sería que analizaras con más atención lo que esa cosa te pueda decir.
--Deben de irse con sumo cuidado- apoyo Frank.
— ¡Yo! —dijo Aragog, chascando de enfado
Las pelirrojas (Lily, Molly y Ginny) y Hermione se tensaron por la reacción de la criatura ante su pegunta.
 Yo no nací en el castillo. Vine de una tierra lejana. Un viajero me regaló a Hagrid cuando yo estaba en el huevo.
-Valla, que buena memoria tiene esa cosa.
-¡Fabián por favor!- le reclamo Molly por su inoportuno comentario.
Hagrid sólo era un niño, pero me cuidó, me escondió en un armario del castillo, me alimentó con sobras de la mesa. Hagrid es un gran amigo mío, y un gran hombre.
-Solo nuestro Hagrid sería capaz de hacer algo como eso- aseguro Gideon ganándose una mirada severa de su hermana por la interrupción.
Cuando me descubrieron y me culparon de la muerte de una muchacha, él me protegió. Desde entonces, he vivido siempre en el bosque, donde Hagrid aún viene a verme.
-Impresionante- comento Slughorn- no sería posible que le solicitaras recolectar un poco de su veneno, ese tipo de cosas no es muy fácil de…
-¡¡Horace!!- le reclamo la profesora McGonagall, parecía molesta porque el profesor de pociones no se tomara la situación como era debido.- no es momento para esa cosas, así que le pediré que continúe con la lectura-
-Sí, ya voy Minerva- aseguro el retomando la lectura.
Hasta me encontró una esposa, Mosag, y ya veis cómo ha crecido mi familia, gracias a la bondad de Hagrid...
-Por esa razón es que hay tantas- razono Remus- pero me intriga saber cómo es que conseguiste una acromatina
-Después hablaremos eso con Hagrid, pero por lo pronto guarda silencio- le ordeno Dora.
 -Ya hasta esta actuado como tu esposa- atajo por lo bajo Sirius para que solo su amigo lo escuchara.
Harry reunió todo el valor que le quedaba.
— ¿Así que tú nunca... nunca atacaste a nadie?
—Nunca —dijo la vieja araña con voz ronca—. Mi instinto me habría empujado a ello, pero, por consideración a Hagrid, nunca hice daño a un ser humano.
-Muy considerado de su parte- ironizo Alice.
El cuerpo de la muchacha asesinada fue descubierto en los aseos.
A algunos les pareció un dato muy curioso, hasta ese momento no habían mencionado donde había muerto la joven, solo que había muerto, pero aun así nadie le dio tanta importancia.
Yo nunca vi nada del castillo salvo el armario en que crecí. A nuestra especie le gusta la oscuridad y el silencio.
—Pero entonces... ¿sabes qué es lo que mató a la chica? —Preguntó Harry—. Porque, sea lo que sea, ha vuelto a atacar a la gente...
-Sería estupendo por fin salir de esa maldita duda- exclamo james- así podríamos averiguar que hacer para detenerlo.
-Pero eso solo resolvería parte del misterio-comento una joven de Ravenclaw- también hay que averiguar quién es él manda a esa criatura a atacar a los estudiantes.
Ginny se sintió incomoda por ese comentario por lo que Harry le estuvo murmurando que eso había sido su culpa, que ella no había hecho nada para que se sintiera un poco mejor mientras los demás continuaban escuchando la lectura.
Los chasquidos y el ruido de muchas patas que se movían de enojo ahogaron sus palabras. Al mismo tiempo, grandes figuras negras parecían crecer a su alrededor.
—Lo que habita en el castillo —dijo Aragog— es una antigua criatura a la que las arañas tememos más que a ninguna otra cosa. Recuerdo bien que le rogué a Hagrid que me dejara marchar cuando me di cuenta de que la bestia rondaba por el castillo.
-Perfecto, en ese caso si lo sabe- exclamo Sirius.
-Pero entonces ¿por qué nadie saben lo que es?- indago Marlene con menos optimismo- digo, si Hagrid hubiera sabido que es esa cosa porque Aragog se lo dijo, dudo que no se lo haya contado a Dumbledore, en especial cuando comenzaron los ataques.
-Es una buena pregunta- aseguro Alice
-La verdad es que Aragog nunca me lo quiso decir que era ese monstruo- se sinceró  Hagrid.
— ¿Qué es? —dijo Harry enseguida.
Las pinzas chascaron más fuerte. Parecía que las arañas se acercaban.
— ¡No hablamos de eso! —Dijo con furia Aragog—. ¡No lo nombramos! Ni siquiera a Hagrid le dije nunca el nombre de esa horrible criatura, aunque me preguntó varias veces.
-Valla, un monstruo que le tiene miedo a otro monstruo, es un poco irónico- comento Fred.
-¡Fred, ya guarda silencio!- le reclamo su madre.
Harry no quiso insistir, y menos con las arañas que se acercaban cada vez más por todos lados. Aragog parecía cansada de hablar. Iba retrocediendo despacio hacia su tela, pero las demás arañas seguían acercándose, poco a poco, a Harry y Ron.
-Y a Fang, no olviden a Fang- atajo Sirius.
—En ese caso, ya nos vamos —dijo Harry desesperadamente a Aragog, al oír los crujidos muy cerca.
— ¿Iros? —dijo Aragog despacio—. Creo que no...
Eso era algo que venían temiendo desde hace rato, tendrían que encontrar una forma de escapar de ahí a la fuerza.
—Pero, pero...
—Mis hijos e hijas no hacen daño a Hagrid, ésa es mi orden. Pero no puedo negarles un poco de carne fresca cuando se nos pone delante voluntariamente. Adiós, amigo de Hagrid.
-Aragog- exclamo Hagrid escandalizado- como es posibles que actúes así, no puedes atacarlos.
-Hagrid, con todo respeto- comenzó Arthur- esa es la naturaleza de esas criaturas, solo son amables contigo porque él te considera tu amigo, pero aun así no son los animales dóciles que tu creer- termino.
Hagrid se comenzó a sentir mal, al parecer nunca supo eso, por lo que envió a esos pobres chicos a un peligro demasiado grande.
Harry miró a todos lados. A muy poca distancia, mucho más alto que él, había un frente de arañas, como un muro macizo, chascando sus pinzas y con sus múltiples ojos brillando en las horribles cabezas negras.
Al coger su varita, Harry sabía que no le iba a servir, que había demasiadas arañas, pero estaba decidido a hacerles frente, dispuesto a morir luchando.
James y Lily se sintieron desesperados por la situación de su hijo, pero en el fondo sintieron un pequeño atisbo de orgullo por la valentía que estaba desmotando al querer pelear hasta el final.
Pero en aquel instante se oyó un ruido fuerte, y un destello de luz iluminó la hondonada.
El coche del padre de Ron rugía bajando la hondonada, con los faros encendidos, tocando la bocina, apartando a las arañas al chocar con ellas.
-¡¡Eso!!- gritaron emocionados los gemelos Weasley y Prewett, al parecer ese auto les seria de mucha más utilidad, todos se sintieron más tranquilos por lo que ocurrió, e incluso Hagrid que también sentía pena por lo hijos de Aragog.
Algunas caían del revés y se quedaban agitando sus largas patas en el aire. El coche se detuvo con un chirrido delante de Harry y Ron, y abrió las puertas.
-Suban rápido y márchense- apremio Molly ansiosa porque salieran de ahí.
— ¡Coge a Fang! —gritó Harry, metiéndose por la puerta delantera.
-El perro- comentaron algunos extrañados.
Ron cogió al perro, que no paraba de aullar, por la barriga y lo metió en los asientos de atrás.
-Gracias por pensar el pobre perro chicos- le dijo Sirius a Ron y a Harry, varios de los presentes se extrañaban por el gran aprecio que el oji gris tenía por los perros.
-No podíamos dejarlo ahí- aseguró Ron con simpleza.
Las puertas se cerraron de un portazo. Ni Ron puso el pie en el acelerador ni falta que hizo. El motor dio un rugido, y el coche salió atropellando arañas.
Hagrid quiso decir algo por eso, pero entendió que no era el momento de hablar de eso, lo más importante era que los chicos salieran de ahí lo más rápido que fuera posible.
Subieron la cuesta a toda velocidad, salieron de la hondonada y enseguida se internaron en el bosque chocando contra todo lo que se les ponía por delante, con las ramas golpeando las ventanillas, mientras el coche se abría camino hábilmente a través de los espacios más amplios, siguiendo un camino que obviamente conocía.
-Incluso tuvo el tiempo de familiarizarse con el terreno- comento George.
-Sin duda que es un gran choche- agrego Fred con una sonrisa.
Harry miró a Ron. En la boca aún conservaba la mueca del grito mudo, pero sus ojos ya no estaban desorbitados.
— ¿Estás bien?
Ron miraba fijamente hacia delante, incapaz de hablar.
-Hay Ronnie, en verdad lo pasaste mal cierto- exclamo Hermione sintiendo pena por su novio.
-Sí, pero por favor no me llames Ronnie- le solicito, sabía que lo decía por cariño, pero aun así de esa forma lo llamaban sus hermanos cuando se burlaban de él.
-Valla, parece que alguien tendrá acción esta noche-  lo pico George queriendo que se avergonzaran.
-Y así será, pero no lo estés divulgando-  salió nuevamente a la defensa Ginny molestando a su hermano (a todos sus hermanos).
Se abrieron camino a través de la maleza, con Fang aullando sonoramente en el asiento de atrás. Harry vio cómo al rozar un árbol arrancaba de cuajo el retrovisor exterior. Después de diez minutos de ruido y tambaleo, el bosque se aclaró y Harry vio de nuevo algunos trozos de cielo.
Slughorn narro como llegaron al final del bosque, de cómo el perro corrió a la cabaña de su dueño en cuento lo dejaron salir, y como de igual forma Harry y Ron salieron también y de cómo el choche regreso al boque después de recibir una palmada de agradecimiento.
-Sin duda es similar a un perro- comento Gideon- y como ya están fuera de peligro creo que es momento de decir que debes congraciarte con nuestro cuñado Molly- le dijo a su hermana.
-Es cierto- lo apoyo Fabián- después de todo escaparon de eso gracias a que Arthur hechizo el coche con anterioridad, mínimo merece una disculpa.
 -Pero tengan cuidado, que ya somos muchos hermanos como para…
-¡Fred!- le detuvo Molly sonrojada- ya dejen de habar y dejen que el profesor continúe- solicito la apenada mujer.
Harry entró en la cabaña de Hagrid a recoger la capa invisible. Fang se había acurrucado en su cesta, temblando debajo de la manta. Cuando Harry volvió a salir, vio a Ron vomitando en el bancal de las calabazas.
—Seguid a las arañas —dijo Ron sin fuerzas, limpiándose la boca con la manga—. Nunca perdonaré a Hagrid. Estamos vivos de milagro.
-Ciertamente apenas nos libramos- comento Harry- pero nunca demostrase demostrarle ese enojo a Hagrid, creo que lo perdonaste muy rápido- agrego.
-Mejor cállate- le rebatió el pelirrojo.
—Apuesto a que no pensaba que Aragog pudiera hacer daño a sus amigos —dijo Harry.
-Claro que no, él nunca había actuado así antes- aseguro el semi gigante.
-Pero solo lo hacía porque tú estabas ahí Hagrid, era por ti- aseguro nuevamente Arthur.
— ¡Ése es exactamente el problema de Hagrid! —Dijo Ron, aporreando la pared de la cabaña—. ¡Siempre se cree que los monstruos no son tan malos como parecen, y mira adónde lo ha llevado esa creencia: a una celda en Azkaban!
-Si lo sé- exclamo Ron anticipándose a lo que podrían decir- fue un comentario bastante insensible, lo es y lo siento.
-Bueno, por lo menos has aprendido y madurara un poco- comento Molly.
No podía dejar de temblar—. ¿Qué pretendía enviándonos allá? Me gustaría saber qué es lo que hemos averiguado.
—Que Hagrid no abrió nunca la Cámara de los Secretos —contestó Harry, echando la capa sobre Ron y empujándole por el brazo para hacerle andar—. Es inocente.
-Es bueno saberlo, pero sería aún mejor tener algo para comprobarlo- comento Dora un poco molesta por esa injusticia.
-En resumen, todo por lo que pasaron fue completamente inútil- comento con tristeza Remus.
-No exactamente- atajo Harry- si descubrimos algo con eso, aunque lo hubiéramos podido haber descubierto de alguna forma más simple y menos riesgosa- eso les llamo mucho la atención.
-Pero que cosa pudieron sacar de eso además de la evidente inocencia de Hagrid- hablo ames.
.Ya lo veras, no creo que falte mucho para que el capítulo se termine- respondió.
Ron dio un fuerte resoplido. Evidentemente, criar a Aragog en un armario no era su idea de la inocencia.
Los bromistas sonrieron un poco por el pensamiento del pelirrojo, pero no valía la pena para hacer algún comentario.
Continuaron con la narración del trayecto con la capa invisible sobre ellos, desde la entrada principal, cruzando con cuidado el vestíbulo hasta que llegaron a su sala común donde por fin se deshicieron de la capa.
Ron cayó en la cama sin preocuparse de desvestirse. Harry, por el contrario, no tenía mucho sueño. Se sentó en el borde de la cama, pensando en todo lo que había dicho Aragog.
-Hay Harry/hijo deberías de descansar después de todo eso- dieron al mismo tiempo para su gran sorpresa Ginny y Lily.
-Sin duda es la mujer indicada para ti Harry- le aseguro un sonriente James- y así te tenga que hechizar, are que te fijes en ella en tu primer día de escuela.
-¡James!- le reclamo Lily.
-Estoy seguro que ella estaría agradecida querida- aseguró a la defensiva el azabache que señalo a una avergonzada Ginny, sin duda estaría agradecida por eso.
-Ya sé que fue una experiencia muy fuerte- hablo Harry queriendo salir por la tangente- pero tenía muchas cosas en que pesar.
-Además con toda esa adrenalina no es extraño que no tenga sueño- cometo Remus en su defensa.
La criatura que merodeaba por algún lugar del castillo, pensó, se parecía a Voldemort, incluso en el hecho de que otros monstruos no quisieran mencionar su nombre. Pero Ron y él no se encontraban más cerca de averiguar qué era aquello ni cómo había petrificado a sus víctimas. Ni siquiera Hagrid había sabido nunca qué se escondía en la cámara de los Secretos.
-Lo dicho una autentica pérdida de tiempo- aseguró Sirius.
Harry subió las piernas a la cama y se reclinó contra las almohadas, contemplando la luna que destellaba para él a través de la ventana de la torre.
Remus se removió un poco incómodo por la mención del astro nocturno, y recordó la nota que había llegado del futro no hace mucho.
No comprendía qué otra cosa podía hacer. Nada de lo que habían intentado hasta el momento les había llevado a ninguna parte. Ryddle había atrapado al que no era, el heredero de Slytherin había escapado y nadie sabía si sería o no la misma persona que había vuelto a abrir la cámara.
-Lo cual es muy conveniente, pues los ataques de esa época si cesaron- comento Alastor.
-Puede que haya ocurrido lo que dijo la señorita Tonks ojo loco- comento Frank.
-Es probable, pero no es seguro- increpo nuevamente el hombre- me harta no poder hacer nada más que escuchar- y al menos los padres y amigos de los involucrados tenían el mismo sentimiento.
No quedaba nadie a quien preguntar. Harry se tumbó, sin dejar de pensar en lo que había dicho Aragog.
Estaba adormeciéndose cuando se le ocurrió algo que podía ser su última esperanza, y se incorporó de repente.
-No sé si lo haya disco, pero odio cuando haces eso colega- comento Ron.
-Lo siento, pero no es algo que pueda controlar- se defendió el azabache.
-Ron —susurró en la oscuridad—, ¡Ron!
Ron despertó con un aullido como los de Fang, abrió unos ojos desorbitados y miró a Harry.
Hubo unas pequeñas risas por el aullido comparado con el del perro de Hagrid, lo cual avergonzó un poco al chico.
-Aun estabas muy alterado- observo de inmediato Hermione.
—Ron: la chica que murió. Aragog dijo que fue hallada en unos aseos —dijo Harry, sin hacer caso de los ronquidos de Neville que venían del rincón—. ¿Y si no hubiera abandonado nunca los aseos? ¿Y si todavía estuviera allí?
-¡¡Myrtle!!- gritaron Lily, Dora, Remus y Marlene de inmediato, comprendiendo el rumbo de ideas del joven azabache.
-¡Por supuesto!- exclamo Alastor- fue la primera vez que mencionaron donde fue el ataque de hace cincuenta años, si fuera cierto tendrían por fin una verdadera pista.
Bajo la luz de la luna, Ron se frotó los ojos y arrugó la frente. Y entonces comprendió.
— ¿No pensarás... en Myrtle la Llorona?
-Es el final- informo Slughorn.
-Esa es la pista que obtuvieron de todo eso- resalto Frank.
-Pero entonces, ella realmente fue la primera víctima- indago Alice.
Automáticamente todos voltearon la vista al director Dumbledore esperando una respuesta, no dijo absolutamente nada, pero por la expresión de su rostro todos comprendieron que si había sido ella la primera víctima, todos, en especial los que disfrutaron en algún momento el molestarle, se sintieron fatal al saber cómo habían ocurrido las cosas.
-Fue un capitulo bastante intenso- hablo Albus llamando la atención- considero que faltan unos tres capítulos para el final de este libro, mañana podemos terminarlo, y después de que lleguen nuestros nuevos visitantes podremos comenzar el tercer libro, por lo pronto, disfruten de la cena- y con una ademan las mesas se fueron llenando de comida.
Casi todas la conversaciones que se desarrollaron en esa cena fue alrededor de lo acabaron de leer y el reciente descreimiento, todos excepto el trio que habían pasado por eso y de Ginny, que prefirió ir a hablar con sus padres de otra cosa, de hecho era porque quería hacerles una petición a ellos.
Después de concluir la cena, poco a poco todos los presentes se comenzaron a ir del gran comedor, había sido un largo día y tenían que descansar, los más involucrados se dirigirán a la sala d menesteres que acababa de aparecer, excepto una pelirroja que se dirigió a la entrada del comedor.
-Lily- le hablo James alcanzando a su novia- ¿a dónde vas?- le pregunto.
-lo ciento James, pero esta noche no podremos estar juntos- le dijo- es que todo esto me está molestando demasiado y quiero ir a la biblioteca para ver si encuentro algo de esa cosa que ronda el castillo- se justificó.
-Ha, bueno está bien, yo también te iba a decir que o íbamos a poder estar juntos hoy- le dijo el azabache- la nota que le llego a Remus hace rato era para informarle que habría una habitación especial para él y que le enviarían una poción para ayudarlo con su pequeño problema peludo- explico.
-¿En serio?- se impresiono la joven.
-Si, según dicen se inventara en uso años, y reducirá el dolor y lo volvería inofensivo.
-Es grandioso, pero ¿no les dieron la receta verdad?- pregunto la pelirroja, eso sería de mucha utilidad en el futuro.
-No, pero por el momento será útil- dijo pensando lo mismo que ella- bueno, entonces nos vemos después
-Sí, luego iré- correspondió dándole un beso en los labios.
Cuando el resto estuvieron en la sala de menesteres se pusieron a hablar y convivir entre ellos, a excepción claro de Snape y Lucius que de inmediato se retiraban a sus habitaciones para no tener que estar con ellos. En esta ocasión los merodeadores también estaban ausentes pues de inmediato siguieron las indicaciones a esa habitación especial que les habían dicho.
Poco a poco cada quien se fue retirando a su respectivas a habitaciones, en un momento Ginny que estaba con su amiga y el resto de sus hermanos, se puso de pie y después de susurrarle algo a Harry este también se levantó y siguió a la pelirroja que lo tomaba de la mano, se comenzaron a dirigir a una habitación cuando.
-Hey, ¿ustedes dos a donde creen que van?- les pregunto a la defensiva Fred
-Que te importa- le rebatió la pelirroja molesta.
-Nos importa porque eres nuestra hermana y o queremos que….
-¡¡Fred, George, dejen de molestar a su hermana!!- les reclamo Molly que se acercaba junto con Arthur.
-Pero mamá, ellos…- los gemelos queriendo reclamar algo pero no pudieron.
-Pero nada chicos, ella ya es prácticamente mayor de edad, y no pueden estarla acosando todo el tiempo- les interrumpió el señor Weasley.
-Además ella ya nos pidió permiso, así que déjenla tranquila-les ordeno Molly.
-¡Y si no lo hacemos ¿qué?- dijo George desafiante.
-Les arrojo una maldición y me iré a ser mi voluntad- afirmo con suma seriedad Ginny, viendo desafiante a todos sus hermanos.
-Yo cgeo que es un buen aggumento- comento Fleur
-Está bien, pero no queremos regresar a nuestro tiempo sabiendo que seremos tíos- argumento Fred más por el miedo que por la comprensión.
Idiotas- les acuso su hermanita antes de irse llevándose consigo a Harry. Lo cierto era que la peor parte de la historia estaba por comenzar y quería ser reconfortada por su novio esa noche.
En otro lugar de sala se enconaban los Tonks junto con su hija y su nieto, ahora que sabían quién era Teddy Ted quería pasar más tiempo con él, por lo que nuevamente dormirían juntos esa noche, era curioso para las mujeres ver como actuaba su esposo/padre con el pequeño niño, estaba a punto de acostarse a dormir cuando algo extraño apareció en la cama de la metamorfomaga.
-¿Qué es eso Nymphadora?- pregunto Andrómeda viendo como su hija levantaba un pedazo de papel.
-No sé, estaba en mi cama-respondió mientras Ted se acercaba a ellas con curiosidad, con cuidado inspecciono el papel- simplemente tiene escrita la palaba “sígueme” pero no reconozco la letra ni…
Se detuvo en medio de la oración porque el papel se comenzó a mover, se dobló sobre sí mismo hasta quedar como un pájaro de origami que comenzó a aletear volando por la habitación, se detuvo en frente de la puerta como esperándola.
-¿Lo vas a seguir hija?- interrogo con inseguridad Ted.
-No lo sé- lo pensó un poco- ¿podrían encargarse de Teddy mientras no estoy?
-Claro que si hija, eso tenlo por seguro.

-Bien- dicho eso fue a tomar una de sus capas, se la puso son los hombros y se acercó al pájaro de papel que salió volando por la sala que se encontraba casi vacía seguido de cerca por la metamorfomaga, llegaron a una pared donde apareció una puerta que parecía de metal, cuando la joven abrió dicha puerta la llevo a un corredor y en el fondo hacia otra puerta similar, intrigada porque el pájaro le seguía insistiendo camino hasta el fondo del corredor, cuando llego el pájaro se prendió en llamas, Dora pensó que quería llevarla a ese cuarto, así que respirando hondo entro en la habitación encontrándose con algo que nunca imagino.