La
esplendorosa ave sobre voló de un extremo a otro del gran comedor, no fue
difícil para algunos pocos el reconocerla, en especial porque que aterrizo
sutilmente justo en frente del anciano director. El ave inclino respetuosamente
la cabeza, como si estuviera alegre de volver a ver a su antiguo amo y amigo. Después
de que Dumbledore le acariciara la cabeza como era su costumbre le entrego tres
sobres con diferentes destinatarios.
Albus
tomo el sobre que iba dirigido a él, lo abrió y le dio lectura, al principio
pareció curioso y sorprendido por lo que leía y después apareció una sonrisa
traviesa que solos los merodeadores habían visto, después inclino la cabeza
como despidiéndose del fénix y este voló nuevamente con las otras dos cartas
directamente hacia Harry.
-¿Fawkes?-
dijo extrañado el azabache recibiendo el ave que le daba la bienvenida de la
misma forma que a Dumbledore.
-¿Es el
fénix del que leímos hace un momento?- le pregunto Dora.
-Si- respondió.
-Hay
pero que lindo, yo también quiero un fénix de mascota- exclamo con una sonrisa,
provocando algunas risas.
-Bueno,
para los que un no lo sepan- hablo Albus llamando la atención de todos- él es Fawkes,
el fénix del que leímos hace poco, y la razón por la que este aquí, es que ha
traído un mensaje del futuro, para ser preciso, de la misma época de la que
vino la otra profesora McGonagall- varios murmullos se dejaron escuchar- tal
parece, que tendremos más visitantes de varias épocas, y la mayoría de ellos de
seguro serán una gran sorpresa- volvió a poner la misma sonrisa- también nos
solicitan esperar para comenzar el ercer libro, ya que ellos se unirán a la
lectura en ese momento- agrego- las
otras dos cartas están dirigidas a Harry Potter, y Remus Lupin, ya ellos
decidirán compartir la información de su contenido.
Después
de esas palabras Harry tomo las dos cartas y le paso la suya al licántropo,
ambos leyeron sus respectiva correspondencia, Harry le mostro su carta a sus
amigos y Remus hizo lo mismo con sus amigos, después las doblaron y guardaron
llenando de curiosidad a los demás.
-Muy
bien, a quien le gustaría leer el último capítulo de hoy- pregunto a la
audiencia.
-Bueno
Albus, si me lo permite- hablo Slughorn pidiendo el libro- muy bien el
siguiente capítulo se titula “Aragog”
Hagrid
se sorprendió por el título, aunque claro su yo del futuro les aconsejo que
fueran a verlo, por su parte el resto de los presentes no entendieron en lo más
ánimo de que iba ese título, y ron por su parte sufrió en escalofría a recordar
aquella noche.
El verano estaba a punto de llegar a los
campos que rodeaban el castillo. El cielo y el lago se volvieron del mismo azul
claro y en los invernaderos brotaron flores como repollos.
-La descripción
suena muy bien, pero con el ambiente que viven en ese momento no importa en lo
más mínimo- comento Andrómeda.
Pero sin poder ver a Hagrid desde las
ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás, a
Harry aquel paisaje no le gustaba.
-No lo
dudo hijo- aseguro James- desde hace mucho Hogwarts no es Hogwarts sin la
presencia de Hagrid.
-Todo
por culpa de ese imbécil de Fudge- espeto Sirius.
-Por
supuesto, todo lo posible para aparentar que hace su trabajo-lo apoyo Marlene.
Y lo mismo podía decirse del interior del
castillo, donde las cosas iban de mal en peor.
-Con lo
restrictivo que era todo no lo dudo- aseguro Ted.
Harry y Ron habían intentado visitar a
Hermione, pero incluso las visitas a la enfermería estaban prohibidas.
—No podemos correr más riesgos —les dijo
severamente la señora Pomfrey a través de la puerta entreabierta—. No, lo
siento, hay demasiado peligro de que pueda volver el agresor para acabar con
esta gente.
Varios
escalofríos se dejaron sentir, en especial Ginny.
-Pero
es muy injusto- exclamo Sirius- ellos solo quieren ver a su amiga, no es como
si ellos de repente se convergieran en el monstruo y los atacaran.
-Aun
cuando los dejara pasar, la chica esta petrificada, no podía escucharlos ni
hacer nada por ella- se defendió la señora Pomfrey- además que sería más seguro
para ellos que no fueran a verla.
-Pero
es su amiga, no puede impedir que…
-Sirius
ya fue suficiente- le detuvo Marlene- no tiene sentido discutir por eso, así
que mejor deja que el profesor siga leyendo.
-Está
bien- acepto de malagana.
Ahora que Dumbledore no estaba, el miedo se
había extendido más aún, y el sol que calentaba los muros del castillo parecía
detenerse en las ventanas con parteluz.
-Obviamente
se sentían mucho más inseguros sin Dumbledore ahí- comento Frank.
Apenas se veía en el colegio un rostro que no
expresara tensión y preocupación, y si sonaba alguna risa en los corredores,
parecía estridente y antinatural, y enseguida era reprimida.
-Por
eso decían que no tenían ni ánimos de hacer bromas verdad sobrinos- comento Gideon
viendo a los gemelos Weasley.
-Sin
duda fue una época bastante negra para ustedes, los compadecemos- agrego Fabián
viendo con pena a sus sobrinos.
Harry se repetía constantemente las últimas
palabras de Dumbledore: «Sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me
quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida.» Pero ¿con qué finalidad
había dicho aquellas palabras? ¿A quién iban a pedir ayuda, cuando todo el
mundo estaba tan confundido y asustado como ellos?
-Oh,
gran parte de significado no se puede interpretar de una forma tan literal a cómo
la ve joven Potter- comento el anciano director.
-Tal
vez todo sería más fácil decir las cosas directamente- comento Sirius.
-Pero
no es como acostumbra hacer las cosas-
intervino Harry-en ese época aún era joven, y después de un tiempo te
acostumbras a sus comentarios.
-Exactamente
cuántas veces has pasado por eso-pregunto con curiosidad Dora. A lo que el
azabache respondió encogiendo los hombros.
La indicación de Hagrid sobre las arañas era
bastante más fácil de comprender.
-Es
porque eso era completamente literal- comento James.
-Pero
eso será tan fácil como difícil- agrego Remus- sobre todo si tomamos en cuenta
la fobia que les tiene Ron.
El problema era que no parecía haber quedado
en el castillo ni una sola araña a la que seguir. Harry las buscaba
adondequiera que iba, y Ron lo ayudaba a regañadientes.
-No
estoy segura de que sea buena idea- comenzó Lily- pero a esas alturas todas la
arañas abran huido del catillo, para encontrarlas deberían buscar a fuera.
-Lo que
sería más complicado ya que no dejan que los estudiantes a todos solos por ahí-
agrego James.
Además se añadía la dificultad de que no les
dejaban ir solos a ningún lado, sino que tenían que desplazarse siempre en
grupo con los alumnos de Gryffindor.
-Pero
eso solo lo hacen por su propia seguridad-aseguro Alice un poco aliviada.
La mayoría de los estudiantes parecían
agradecer que los profesores los acompañaran siempre de clase en clase, pero a
Harry le resultaba muy fastidioso.
Los
merodeadores pusieron una sonrisa en sus labios sin poder evitarlo, ese era
tipo de actitud que ellos aprobaban, un cando las circunstancias fueran muy
diferentes.
-Ciertamente
era molesto estar en grupo todo el tiempo- lo apoyo Fred.
-Aunque
claro nuestras razones no eran las mismas para sentirnos así- agrego George.
-Aun así
Alice tiene razón- aseguro la señora Weasley- en esos momento no pueden andar por
ahí sin cuidado, ya vieron lo que le paso a….
-Pero
aun así, no dudo que encontraran la forma de salirse con la suya- atajo
Alastor, lo cual no fue de agrado para las madres de los involucrados.
Había una persona, sin embargo, que parecía
disfrutar plenamente de aquella atmósfera de terror y recelo. Draco Malfoy se
pavoneaba por el colegio como si acabaran de darle el Premio Anual.
-Claro,
él estaba seguro de que no le pasaría nada- comento Harry.
-Por el
simple hecho de que era una serpiente- escupió Sirius.
-Más
bien porque mi padre así lo aseguro- comento el rubio- que simplemente no debía
hacer nada y que estaría bien.
-¿Y
cómo es que ese maldito lo sabía?- interrogo Alastor.
-Ya lo descubrirán-
aseguro Harry- profesor- le solicito.
Harry no comprendió por qué Malfoy se sentía
tan a gusto hasta que, unos quince días después de que se hubieran ido
Dumbledore y Hagrid, estando sentado detrás de él en clase de Pociones, le oyó
regodearse de la situación ante Crabbe y Goyle:
-Estuviste
alardeando otra vez- indago Astoria por lo bajo.
-No
recuerdo bien, pero por cómo era en ese momento de seguro no será nada bueno-
aseguro Draco.
—Siempre pensé que mi padre sería el que
echara a Dumbledore —dijo, sin preocuparse de hablar en voz baja—. Ya os dije
que él opina que Dumbledore ha sido el peor director que ha tenido nunca el
colegio.
-Sí,
incluso se los dijo en la cara a los chicos, aunque él no sabía- comento con
rencor Fran recordando lo de la poción multijugos.
Quizá ahora tengamos un director decente,
alguien que no quiera que se cierre la Cámara de los Secretos. McGonagall no
durará mucho, sólo está de forma provisional...
-¡Pero
Draco, ¿cómo puedes…?!
-no
sabía lo que decía mamá, solo era un arrogante que hablaba por habar- exclamo
el ante el reclamo de Narcisa.
-Y por
eso te rompieron la boca aquella vez- agrego burlonamente ron.
-Sí, lo
recuerdo.
Snape pasó al lado de Harry sin hacer ningún
comentario sobre el asiento y el caldero solitarios de Hermione.
-Por su
bien más vale que no lo haga- aseguró Lily apretando los puños, esperaba que no
fuera tan vil como hacer algo semejante.
—Señor —dijo Malfoy en voz alta—, señor, ¿por
qué no solicita usted el puesto de director?
—Venga, venga, Malfoy —dijo Snape, aunque no
pudo evitar sonreír con sus finos labios—. El profesor Dumbledore sólo ha sido
suspendido de sus funciones por el consejo escolar. Me atrevería a decir que
volverá a estar con nosotros muy pronto.
-Con
quejicus de director nada bueno puede pasar- aseguro Sirius- ya es demasiado nefasto
que sea un simple profesor.
-Co sería
menos desastroso que tener a alguien como tu Black, pedazo de…
-¡¿Quieres
pelear quejicus?!- le rebatió el oji gris.
-Cuando
quieras infeliz- le devolvió-
-¡¡Si
no se callan los dos les pondré un hechizo paralizante por el resto de la noche!!-
gritaron en perfecta sincronía Harry y Lily, y por esas miradas fulminantes de
cada uno supieron que no debían volver a habar.
—Ya —dijo Malfoy, con una sonrisa de
complicidad—. Espero que mi padre le vote a usted, señor, si solicita el puesto.
Le diré que usted es el mejor profesor del colegio, señor.
Sirius
quería comentar algo, pero antes de hacerlo Marlene le paso el brazo por la
espalda y con la mano le tapó la boca.
-Te
acaban de amenazar y aun así pensabas reclamar algo- le acuso por lo bajo la
rubia antes de soltarlo.
-Pues
si lo iba a hacer- aseguro en un susurro- pero gracias por impedirlo- agregó
antes de darle un fugaz beso muy cerca de la comisura de los labios.
-No
hagas eso- respondió en automático.
Aunque
claro, un leve rubor le dijo al hombre que a ella no le había desagradado tanto
como quería hacerle pensar, y con una sonrisa volvió a escuchar la lectura. Mientras
que a unos metros de ahí en otra mesa un par de chocas también enrojecieron,
pero de rabia por haber notado la acción del oji gris.
Snape paseaba sonriente por la mazmorra,
afortunadamente sin ver a Seamus Finnigan, que hacía como que vomitaba sobre el
caldero.
Los
merodeadores, los gemelos Weasley, Prewet y algunos de sus compañeros de casa sonrieron
por la actitud del chico.
—Me sorprende que los sangre sucia no hayan
hecho ya todos el equipaje —prosiguió Malfoy—. Apuesto cinco galeones a que el
próximo muere. Qué pena que no sea Granger...
Una
fuerte explosión interrumpió la lectura, y es que en ese momento Ron se había
puesto de pie y había atacado al rubio, este por su parte, como no había
recordado lo que había dicho aquella vez solo pudo reaccionar llevándose las
manos a la cara para protegerse del peli rojo, pero la maldición nunca llego.
-¡Ronald1-
exclamo Hermione a su novio.
-¡¡Pero
que no oíste lo que dijo Hermione!!- le devolvió con rabia, teniendo toda la
aprobación de los Weasley.
-Si lo sé,
pero que clase de reacción ese esa- cuestiono la castaña.
-La
misma que tuvo en esa ocasión- aseguro Harry- y tú- se dirigió a Malfoy- que
bueno que tu novia tiene mejores reflejos que tu- aseguro.
Astoria
tenía la varita en mano y era obvio que había sido quien había bloqueado a la perfección
el ataque de Ron, al parecer ella si esperaba que su novio se soltara de la
lengua nuevamente. Después de que Hermione logro tranquilizar a su novio, y de
que Draco le agradeciera a Astoria por haberlo protegido, el profesor Slughorn
retomo la lectura.
La campana sonó en aquel momento, y fue una
suerte, porque al oír las últimas palabras, Ron había saltado del asiento para
abalanzarse sobre Malfoy, aunque con el barullo de recoger libros y bolsas, su
intento pasó inadvertido.
-Por
fortuna- aseguro Alice- hasta ese momento han corrido con suerte y no los han
atrapado, pero una discusión así les habría traído muchos problemas.
—Dejadme —protestó Ron cuando lo sujetaron
entre Harry y Dean—. No me preocupa, no necesito mi varita mágica, lo voy a
matar con las manos...
-Cielos
Ron, en verdad sigues siendo igual de impulsivo en aquellos tiempos-cometo
Bill.
-¡¿Pero
que no estas escuchando lo dijo?!- se defendió el pelirrojo.
-Pego
aun así, debegías de seg más madugo que eso- atajo Fleur- no puedes simplemente
lanzagte a los golpes.
-Ella
tiene razón- le apoyo Molly.
—Daos prisa, he de llevaros a Herbología —les
gritó Snape, y salieron en doble hilera, con Harry, Ron y Dean en la cola, el
segundo intentando todavía liberarse. Sólo lo soltaron cuando Snape se quedó en
la puerta del castillo y ellos continuaron por la huerta hacia los
invernaderos.
-Bueno,
por lo menos ya se calmó- comento Frank- sería muy difícil si continuara queriendo
pelear.
La clase de Herbología resultó triste, porque
había dos alumnos menos: Justin y Hermione.
-Sería
imposible estar animado en ese momento- atajo Alice.
-Saber
que tus amigos están petrificados en la enfermería, y que el culpable sigue por
ahí- agrego Marlene.
-Sin
duda es algo terrible- agregó Sirius, el más que nadie detestaría que uno de
sus amigos estuviera en esas condiciones.
La profesora Sprout los puso a todos a podar
las higueras de Abisinia, que daban higos secos. Harry fue a tirar un brazado
de tallos secos al montón del abono y se encontró de frente con Ernie Mcmillan.
Ahora veamos
que se le ocurre decir a ese mocosos- increpo James que aún estaba molesto por
sus acusaciones a su hijo.
Ernie respiró hondo y dijo, muy formalmente:
—Sólo quiero que sepas, Harry, que lamento haber
sospechado de ti.
-¡¿Qué?!-
se impresionaron los merodeadores.
Sé que nunca atacarías a Hermione Granger y
te quiero pedir disculpas por todo lo que dije. Ahora estamos en el mismo barco
y..., bueno...
Avanzó una mano regordeta y Harry la
estrechó.
-¡¿Cómo?!-
volvieron a decir.
Ernie y su amiga Hannah se pusieron a
trabajar en la misma higuera que Ron y Harry.
-¡¿Y lo
perdonaste?!- espeto Sirius- ¡¿después de todo lo que te dijo tantas veces tú
lo perdonaste solo con eso?!- Harry simplemente se encogió de hombros.
-Pero
hijo, ¿cómo pudiste?- exclamo esta vez James- eso lo debió de sacar de Lily
seguro- la pelirroja sintió algo de orgullo por eso- yo nunca dejaría las
cosas.
-Y no
lo aremos cornamenta, esa simple disculpa no lo salvara- exclamo el oji gris lo
cual altero nuevamente a los chicos que hablaron mal de Harry.
-Y
luego acusan a Severus de ser rencoroso- atajo Lily.
-¡Oye!-
le reclamaron el par de amigos.
-Profesor,
continúe- le pidió la pelirroja.
—Ese tal Draco Malfoy —dijo Ernie, mientras
cortaba las ramas secas— parece que se ha puesto muy contento con todo esto,
¿verdad? ¿Sabéis?, creo que él podría ser el heredero de Slytherin.
Todos
los bromistas lanzaron un bufido de burla y exasperación por su comentario.
—Esto demuestra que eres inteligente, Ernie
—dijo Ron, que no parecía haber perdonado a Ernie tan fácilmente como Harry.
-Es
porque no debió de hacerlo- aseguro Sirius- después haberlo acusado así, mínimo debió de hacer
algo más que solo disculparse.
-Yo
digo lo mismo, pero es así como se comporta Harry- agrego Ron- la verdad es muy
desesperante.
-Bueno
ya, en ese momento teníamos cosas más importantes que simplemente estar molesto
con alguien- se defendió el azabache.
-Pero
aun así hijo, te pasaste de noble… auch- comento James ganándose un codazo de
parte de Lily.
— ¿Crees que es Malfoy, Harry? —preguntó
Ernie.
—No —respondió Harry con tal firmeza que
Ernie y Hannah se lo quedaron mirando.
-Si nos
pareció muy extraño tanta seguridad- aseguro Ernie- pero era porque ustedes ya
lo habían comprobado.
-Siempre
que uno piensa ir ellos ya vienen de regreso-comento Fred.
-Es una
de esas veces que están un paso delante de nosotros- apoyo George.
-Menos
en el momento de realizar broma
-En eso
siempre somos nosotros quienes llevamos la delante- termino George con una sonrisa
de orgullo igual a la de su hermano y sus tíos gemelos.
Un instante después, Harry vio algo y lo
señaló dándole a Ron en la mano con sus tijeras de podar.
-Deberías
tener más cuidado con eso- comento Dora risueña- por surte no tenías una
navaja- algunos sonrieron.
-Sí, lo
siento- se disculpó.
— ¡Ah! ¿Qué estás...?
Harry señaló al suelo, a un metro de
distancia. Varias arañas grandes correteaban por la tierra.
-Tal
como dijo Lily, debían de buscaras fuera del colegio- ciento Remus- pero en ese
momento no pueden seguirlas.
-Por
fortuna- agregó Lily.
— ¡Anda! —Dijo Ron, intentando, sin éxito,
hacer como que se alegraba—. Pero no podemos seguirlas ahora...
-Fue
una experiencia bastante fuerte para ti no- atajo Hermione- ya me siento mal
por haberme reído en esa ocasión.
-Y aún
falta lo peor- aseguro Ron en un susurro para que solo la castaña lo oyera.
Ernie y Hannah escuchaban llenos de
curiosidad.
-Pero
miren que chismosos eran he- atajo Fabián.
-Pero
aun así dudo que supieran que decían- agregó Gideon.
-Hasta
el día de hoy lo supimos- comento Hannah.
Harry contempló a las arañas que se alejaban.
—Parece que se dirigen al bosque prohibido...
-¡¿Qué?!
¡no!- gritaron al mismo tiempo Lily y Molly- no estarán pesando regresar al
boque prohibido ¿cierto?- continuo Molly.
-De
hecho Harry regresaría, pero sería la primera vez de Ron en el bosque- comento
Charlie ganándose un par de miradas severas de parte de su madre y de Lily.
-Mejor
no digas nada mas hermanito- aconsejo George observando como las pelirrojas lo contemplaban.
-Créenos,
no sale nada bueno de esas miradas- secundo Fred.
Y a Ron aquello aún le hizo menos gracia.
-No debería
de darte gracia- aseguro Lily- el boque es muy peligroso.
-Bueno,
solo en parte- agregó James- la verdad es nosotros nos hemos internado en el
boque y no… digo, no debes de entrar en ese lugar- se corrigió cuando noto los
centellantes ojos verdes de su novio. Algunos sonrieron por el control que tenía
la mujer sobre el bromista.
Al acabar la clase, el profesor Snape acompañó
a los alumnos al aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Harry y Ron se
rezagaron un poco para hablar sin que los oyeran.
Para
nadie fue sorpresa que hiciera eso, la verdad hasta los del pasado ya se habían
acostumbrado a su comportamiento con el transcurso de esos dos libros.
—Tenemos que recurrir otra vez a la capa para
hacernos invisibles —dijo Harry a Ron—. Podemos llevar con nosotros a Fang.
Hagrid lo lleva con él al bosque, así que podría sernos de ayuda.
-En
verdad estás pensando en ir- exclamo Lily- en verdad deberé de estar sobre ti
las veinticuatro horas del día. Agrego con exasperación- ni con tu padre tuve
que ser tan estricta
-No
creo que sea necesario- comentó Harry con un poco de miedo.
-Podrías
tener razón en eso- atajo Luna llamando su atención- yo creo que la razón por
la que podías hacer todo eso es porque no tenías padres que te supervisaran, de
otra forma no creo que hayas podido haberlo hecho.
-Aun así
te tendré muy vigilado- aseguro de ultimo Lily.
—De acuerdo —dijo Ron, que movía su varita
mágica nerviosamente entre los dedos
-¡Ronald,
tú también!- increpo Molly de inmediato.
-No podía
dejar solo a mi amigo, además teníamos que hacer algo con Hermione en ese
estado- se defendió el pelirrojo.
-Eso va
en contra del cometario de Luna- comentó Fred.
-El sí tenía
padres pero parecía no impórtale mucho lo que dijeran- agrego George.
-Pero
la cuestión es no dejarse atrapar-termino Fred.
-Gracias,
eso fue de mucha ayuda-ironizo Ron
Pero... ¿no hay..., no hay hombres lobo en el
bosque? —añadió, mientras ocupaban sus puestos habituales al final del aula de
Lockhart.
Remus
bajo la cabeza por el comentario del chico, pero una mueca que hizo después sobreentendió
que se disculpaba por eso.
Prefiriendo no responder a aquella pregunta,
Harry dijo:
—También hay allí cosas buenas. Los centauros
son buenos, y los unicornios también.
-Los
centauros en parte son buenos, pero los unicornios si lo son- aseguro Marlene
con seguridad.
Ron no había estado nunca en el bosque
prohibido. Harry había penetrado en él en una ocasión, y deseaba no tener que
volver a hacerlo.
Lily sonrió
complacida, por lo menos no era tan necio y temerario como lo era James, pero
aun así, si tuviera que internarse en el bosque no dudaría ni un segundo en
hacerlo.
Lockhart entró en el aula dando un salto, y la
clase se lo quedó mirando. Todos los demás profesores del colegio parecían más
serios de lo habitual, pero Lockhart estaba tan alegre como siempre.
— ¡Venga ya! —Exclamó, sonriéndoles a todos—,
¿por qué ponéis esas caras tan largas?
-Porque
será pedazo de idiota- increpo James- tal vez por varios de sus compañeros están
petrificados en la enfermería.
-En
verdad me enferma que ese idiota este ahí- aseguro Sirius.
Los alumnos intercambiaron miradas de
exasperación, pero no contestó nadie.
— ¿Es que no comprendéis —les decía Lockhart,
hablándoles muy despacio, como si fueran tontos— que el peligro ya ha pasado?
Se han llevado al culpable.
-Pero
que, no si es eso es grandioso- atajo Fabián con ironía- el incompetente del
ministerio actuando sin saber.
-Y un reverendo
idiota como ese creyéndose todo lo que dicen, eso en verdad me fastidia-
reclamo Gideon.
— ¿A quién dice? —preguntó Dean Thomas en voz
alta.
—Mi querido muchacho, el ministro de Magia no
se habría llevado a Hagrid si no hubiera estado completamente seguro de que era
el culpable —dijo Lockhart, en el tono que emplearía cualquiera para explicar
que uno y uno son dos.
-Así debería
ser, pero el maldito del ministro no tiene ni la más mínima prueba o pista del
verdadero culpable- espeto Frank furioso, como auror le molestaba demasiado que
repartieran la ley en forma tan arbitraria.
—Ya lo creo que se lo llevaría —dijo Ron,
alzando la voz más que Dean.
—Me atrevería a suponer que sé más sobre el
arresto de Hagrid que usted, señor Weasley —dijo Lockhart empleando un tono de
satisfacción.
-Ese
estúpido no sabe absolutamente nada- increpo Remus- es humillante que el este
en un salón de clase, deberían de…
-Remus
tranquilo-atajo Dora tratando de clamar al hombre- sabes que no vale la pena
molestarte por ese infeliz- le recordó- además con esa actitud estas inquietado
a Teddy- agrego señalando al pequeño que lo veía de forma curiosa.
-Si está
bien- dijo después de respirar hondo- perdón por eso- le dijo esta vez a Teddy
acariciándole la cabeza haciéndolo sonreír.
-Y
todavía niega que es el padre- comento por lo bajo Sirius a Marlene que asintió
en automático.
Ron comenzó a decir que él no era de la misma
opinión, pero se paró en mitad de la frase cuando Harry le arreó una patada por
debajo del pupitre.
—Nosotros no estábamos allí, ¿recuerdas? —le
susurró Harry.
-Debes
de aprender a mantenerte bajo control chico- aseguro Alastor hablando con Ron-
no puedes dejar que tu impulsividad te ganes t termines cometiendo errores como
ese.
Pero la desagradable alegría de Lockhart, las
sospechas que siempre había tenido de que Hagrid no era bueno, su confianza en
que todo el asunto ya había tocado a su fin, irritaron tanto a Harry, que
sintió deseos de tirarle Una vuelta con los espíritus malignos a su cara de
idiota.
-Clásico
carácter Potter-Evans- atajo Sirius ganándose una mirada penetrante de la
pareja- hay, solo díganme que no es cierto.
Como
ninguno de ellos replico algo Slughorn decidió continuar con la lectura.
Pero en lugar de eso, se conformó con
garabatearle a Ron una nota:
«Lo haremos esta noche.»
Ron leyó el mensaje, tragó saliva con
esfuerzo y miró a su lado, al asiento habitualmente ocupado por Hermione. Entonces
parecieron disiparse sus dudas, y asintió con la cabeza.
-Hay
Ron- dijo Hermione un poco conmovida por la reacción del pelirrojo que se terminó
sonrojando.
-Y aun
así espero casi siete años en declarársele a hemiono comento Fred burlonamente-
igual que Harry con Ginny.
-Pueden
investigan muchas cosas pero en lo que es el romance son muy lentos- agrego George
en el mismo tono.
Sin
poderlo evitar los dos aludidos se sonrojaron mientras sus respectivas novias
sonrían levemente.
Aquellos días, la sala común de Gryffindor
estaba siempre abarrotada, porque a partir de las seis, los de Gryffindor no
tenían otro lugar adonde ir. También tenían mucho de qué hablar, así que la
sala no se vaciaba hasta pasada la medianoche.
-Otra vez
aran todo en la noche- comento Neville- porque siempre tienen que ser así- preguntó
como quien no quiere la cosa.
-Quien
sabe, pero debes admitir que eso lo hace más emociónate- hablo Sirius
recibiendo varias miradas- digo, argumentalmente para la historia, no digo que sea
bueno que salgan tan entrada la noche.
-Bien,
ahora dilo cuando no te estén amenazando con la mirada para que sea creíble-
comento Marlene un tanto divertida.
-Gracias
por el apoyo McKinnon- ironizo el oji gris.
Después de cenar, Harry sacó del baúl su capa
para hacerse invisible y pasó la noche sentado encima de ella, esperando que la
sala se despejara. Fred y George los retaron a jugar al snap explosivo y Ginny
se sentó a contemplarlos, muy retraída y ocupando el asiento habitual de
Hermione.
-Desde
entonces nuestra hermanita quería ocupar el lugar de Hermione- atajo George.
-Sí,
cuantas veces no vimos lo celosa que se ponía porque la castaña podía estar
cerca de Harry- agrego Fred.
-¡¡Ya
cierren la maldita boca!!- les reclamo Ginny con furia, si bien ahora Hermione
era su amiga, nunca le había comentado los celos que sintió por ella.
-Ginny,
¿eso es cierto?- le pregunto la castaña.
-No quiero
hablar de eso- respondió de inmediato ocultando el rostro sobre el pecho de su
novio.
Harry
y Ron perdieron a propósito, intentando acabar pronto, pero incluso así, era
bien pasada la medianoche cuando Fred, George y Ginny se marcharon por fin a la
cama.
-Cielos
sobrinos- comento Fabián- sí que fueron muy inoportunos en esa ocasión.
-Ellos
teniendo algo que hacer y ustedes estorbándoles- agrego Gideon.
-Bueno,
realmente ellos no tendrían que hacer absolutamente nada de eso- intervino Ted-
y en lo personal no me agrada imaginar que mi hijo pudiera hacer algo como eso.
-Si,
por esa razón insiste y trata de disuadirme en que busque otro trabajo que no sea
el de auror- comento Dora con cansancio, ya muchas veces había discutido sobre
eso.
-Pero
no creo que cambies de opinión, dijo, si lograste que el retraído de Remus
tuviera relaciones contigo entonces nada…
-¡¡Sirius!!-
le interrumpió Remus a todo pulmón con un tono escarlata en su rostro al igual
que Dora- no puedes no siquiera respetar a tu sobrina y a sus padres, como
dices eso estando ellos presentes.
-Pero es algo natural- se defendió.
-Remus
tiene razón- atajado Andrómeda que tampoco le gusto el comentario- la próxima
vez seré yo la que te castigue.
-Bien
lunático, ya te ganaste a la suegra- le felicito como si no le importará la
amenaza de su prima.
-¡¡Sirius!!-
le gritaron nuevamente.
-Te
encanta molestarlos verdad- comento Marlene por lo bajo.
-Si me
encanta, aun cuando me castiguen me divierto a lo grande- acepto el animago con
una enorme sonrisa.
Harry y Ron esperaron a oír cerrarse las
puertas de los dos dormitorios antes de coger la capa, echársela encima y salir
por el agujero del retrato.
Slughorn
relato como su trayecto fue tan complicado como el anterior.
—Naturalmente —dijo Ron de pronto, mientras
cruzaban a grandes zancadas el negro césped—, cuando lleguemos al bosque podría
ser que no tuviéramos nada que seguir. A lo mejor las arañas no iban en aquella
dirección. Parecía que sí, pero...
Su voz se fue apagando, pero conservaba un
aire de esperanza.
-Hay
Ron, que poco duro la determinación que obtuviste en la clase de DCAO-comento
Charlie- pero aun así entraron al bosque verdad.
-Sí
-respondió Ron cabizbajo- lamentablemente para nosotros las arañas si se
dirigían al bosque.
-Hay
Ron- exclamo Hermione abrazándolo con ternura.
Llegaron a la cabaña de Hagrid, que parecía
muy triste con sus ventanas tapadas. Cuando Harry abrió la puerta, Fang enloqueció
de alegría al verlos.
-Obviamente,
sin su amo en casa debe de sentirse muy solo en la cabaña- comentó Charlie, el más
que nadie adoraba a los animales.
Temiendo que despertara a todo el castillo
con sus potentes ladridos, se apresuraron a darle de comer caramelos de café
con leche que había en una lata sobre la chimenea, de tal manera que consiguieron
pegarle los dientes de arriba a los de abajo.
-¡Hey!-
les recamo Charlie de inmediato.
-Teníamos
que hacer algo o si no seriamos descubiertos- se defendió Ron.
-Pero
después de eso lo estuvimos cuidando muy bien- agrego Harry apoyando a su
amigo.
-Pues
ojala lo hayan hecho- aseguro Sirius- a los perros hay que tratarlos bien y
consentirlos- agrego. Aunque claro, algunos vieron con extrañeza ese comentario,
por alguna razón el parecía tenerle un aprecio especial a esos animales y solo
pocos conocían la razón de ello.
Harry dejó la capa sobre la mesa de Hagrid.
No la necesitarían en el bosque completamente oscuro.
-Además
no hay nadie que los pueda ver- comento Andrómeda “nadie humano por lo menos”
pensó para sí, no sería bueno que lo dijera en voz alta.
—Venga, Fang, vamos a dar una vuelta —le dijo
Harry, dándole unas palmaditas en la pata, y Fang salió de la cabaña detrás de
ellos, muy contento, fue corriendo hasta el bosque y levantó la pata al pie de
un gran árbol.
-Pero
después el pobre estaba tan aterrado como yo- comento Ron en su momento.
Harry sacó la varita, murmuró: « ¡Lumos!», y
en su extremo apareció una lucecita diminuta, suficiente para permitirles
buscar indicios de las arañas por el camino.
-Ese
hechizo les será muy útil-aseguro Remus- el bosque es muy obscuro aun en pleno
día, y de noche lo es aún más.
-¿Y tú
como sabes eso?- le pregunto de inmediato Nymphadora.
-He, bueno,
es por algo personal, pero no es momento de hablar de eso- evadió el tema, y es
que la razón tenía ver con su problema peludo, y no quería que ella se enterara
de eso por el momento.
—Bien pensado —dijo Ron—. Yo haría lo mismo
con la mía, pero ya sabes..., seguramente estallaría o algo parecido...
-Es
cierto- atajo Bill- eso es aún peor, solo tienen una varita para defenderse en
caso de que algo pase.
Harry le puso una mano en el hombro y le
señaló la hierba. Dos arañas solitarias huían de la luz de la varita para
protegerse en la sombra de los árboles.
—Vale —suspiró Ron, como resignándose a lo
peor—. Estoy dispuesto. Vamos.
Hermione
abrazo con más fuerza a Ron, sabía que el solo se resignó a hacer eso porque
ella había sido atacada, los Weasley por su parte estaban asustado por joven, y
al mismo tiempo no dejabas de admirar lo mucho que debía de querer a la castaña
para hacer eso. Ni siquiera los gemelos quisieron hacer una broma en esta
ocasión.
Slughorn
fue narrando como se internaron en el bosque con Fang, de cómo anduvieron por
veinte minutos atentos a cada ruido hasta llegar a una zona tan espesa que impedía
ver el cielo.
-Cielos,
sí que entraron profundo esta vez- comento Sirius sin poder contenerse.
Harry se detuvo y miró hacia donde se
dirigían las arañas, pero, fuera del pequeño círculo de luz de la varita, todo
era oscuridad impenetrable. Nunca se había internado tanto en el bosque. Podía
recordar vívidamente que Hagrid, una vez que había entrado con él, le advirtió
que no se saliera del camino.
-Es
porque podría ser muy arriesgado- exclamo Lily llena de tención-que hay e esa
pate del boque- agregó volteando a ver a James.
-Bueno,
por lo que dice no podría estar seguro, pero aun así no conocemos todo el
bosque- respondió el azabache.
-Perfecto,
ahora que te necesito por lo revoltoso que eras- le reclamo.
-Lo
siento cariño pero nos era más entretenido andar por todo el catillo- se
justico el hombre.
Pero ahora Hagrid se hallaba a kilómetros de
distancia, probablemente en una celda en Azkaban, y les había indicado que
siguieran a las arañas.
Harry notó en la mano el contacto de algo
húmedo, dio un salto hacia atrás y pisó a Ron en el pie, pero sólo había sido
el hocico de Fang.
En un
caso normal eso habría generado algunas risas pero nadie sonrió siquiera por la
tensión que había formado.
— ¿Qué te parece? —preguntó Harry a Ron, de
quien sólo veía los ojos, que reflejaban la luz de la varita mágica.
-Deberían
regresar, ya se adentrado demasiado en ese lugar- aseguró Alice.
-Aunque
por otro lado, ya han llegado hasta ahí
-¡¡Frank!!-
le reclamo la mujer.
-No los
estoy incitando, solo resalto el hecho de que poco probable que hagan lo que dices-
se defendió el auror.
—Ya que hemos llegado hasta aquí... —dijo
Ron.
Ocurrió
justo lo que Frank y otros más de los presentes habían pesado que aria los
chicos. La lectura continúo narrando como su camino se obstaculizo por las
raíces y troncos apenas visibles por la tenue luz.
Caminaron durante una media hora por lo
menos. Las túnicas se les enganchaban en las ramas bajas y en las zarzas. Al
cabo de un rato notaron que el terreno descendía, aunque el bosque seguía igual
de espeso.
De repente, Fang dejó escapar un ladrido
potente, resonante, dándoles un susto tremendo.
Lo
mismo ocurrió en el salón cuando llegaron a esa parte, en particular los Lily
Molly james y Arthur escuchaban todo con atención esperando que nada malo
pasara, pero el hecho de que el perro de Hagrid aullara o parecía una buena
señal.
— ¿Qué pasa? —preguntó Ron en voz alta,
mirando en la oscuridad y agarrándose con fuerza al hombro de Harry.
—Algo se mueve por ahí —musitó Harry—.
Escucha... Parece de gran tamaño.
-¡¿Algo
grande?!- exclamo Molly- ¿qué quiere decir con que algo grande?
-Tranquila
mamá- atajo Ron- eso no fue nada malo- le aseguro para ver si con eso se
relajaba- lo malo vendrá después- agrego por lo bajo para que solo Hermione lo
oyera, lo que provoca que lo abrace con más fuerza.
-Mejor
continuemos con la lectura- propuso Harry.
Escucharon. A cierta distancia, a su derecha,
aquella cosa de gran tamaño se abría camino entre los árboles quebrando las
ramas a su paso.
-¿Pero
qué demonios es eso?- exclamo Frank- ¿qué clase de criaturas viven en el
bosque?
-De
muchos tipos, pero no crea que sea el momento- comento Hagrid.
— ¡Ah no! —Exclamó Ron—, ¡ah no, no, no...!
—Calla —dijo Harry, desesperado—. Te oirá.
-Él
tiene razón- cometo Alastor- aun cuando sea difícil deben mantener la calma y permanecer
alertas.
— ¿Oírme? —Dijo Ron en un tono elevado y poco
natural—. Yo sí lo he oído. ¡Fang!
La oscuridad parecía presionarles los ojos
mientras aguardaban aterrorizados. Oyeron un extraño ruido sordo, y luego,
silencio.
— ¿Qué crees que está haciendo? —preguntó
Harry
—Seguramente, se está preparando para saltar
—contestó Ron.
-¿Pero qué
clase de criatura es?- volvió a peguntar Marlene impaciente.
-Bueno,
no es precisamente una criatura- comentó Harry- pero esa cosa no es el
problema, de hecho eso fue bueno.
-Si eso
no fue el problema entonces ¿qué lo fue?- pregunto con seriedad Lily.
-He
bueno, solo hay que seguir con la lectura- la evadió.
Aguardaron, temblando, sin atreverse apenas a
moverse.
— ¿Crees que se ha ido? —susurró Harry.
—No sé...
Entonces vieron a su derecha un resplandor
que brilló tanto en la oscuridad que los dos tuvieron que protegerse los ojos
con las manos.
Todos
se extrañaron por esa última descripción, que cosa podía ser que destellara
tanto brillo como para dejarlos momentáneamente ciegos.
Fang soltó un aullido y echó a correr, pero
se enredó en unos espinos y volvió a aullar aún más fuerte.
-Hay no
pobre- escamaron Sirius, Charlie y Hagrid sintiendo pena por el pobre perro.
— ¡Harry! —gritó Ron, tan aliviado que la voz
apenas le salía—. ¡Harry, es nuestro coche!
— ¿Qué?
-¡¿Cómo?!-
dijeron mucho al mismo tiempo.
-¡¿Nuestro
coche?! ¿El que volaron y estrellaron en el sauce boxeador?- exclamo Fred.
-Bueno,
serio lógico pensarlo- comento Remus- después de todo se internó en el boque después
de eso.
-Valla,
con que ahí a estado todo este tempo, quien lo diría- agrego George.
-Eso es
perfecto, el coche podría serles de mucha utilidad en ese momento-comento
Sirius emocionado.
-A
menos que les tenga algún rencor por lo de haberlo estrellado, en dado caso sería
malo- atajo James.
-Hay
cornamenta, y te quejas cuando decimos lo dramático que eres-aseguro Sirius.
— ¡Vamos!
Harry siguió a Ron en dirección a la luz,
dando tumbos y traspiés, y al cabo de un instante salieron a un claro.
El coche del padre de Ron estaba abandonado
en medio de un círculo de gruesos árboles y bajo un espeso tejido de ramas, con
los faros encendidos. Ron caminó hacia él, boquiabierto, y el coche se le
acercó despacio, como si fuera un perro que saludase a su amo. Un perro de
color turquesa.
-Bien,
eso demuestra que el coche no será una amenaza- dijo con cierto alivio Dora.
-Entonces
que lo usen para salir del bosque- sugirió Andrómeda.
— ¡Ha estado aquí todo el tiempo! —Dijo Ron emocionado,
contemplando el coche—. Míralo: el bosque lo ha vuelto salvaje...
Slughorn
describió el estado del auto.
A Fang
no parecía hacerle ninguna gracia, y se mantenía pegado a Harry, temblando.
-Cómo
va a gustarle, si lo asusto y termino enredándose en unas espinas- comento Sirius-
hasta yo estaría molesto con él.
Mientras su respiración se acompasaba, guardó
la varita bajo la túnica.
-¡¡¿Qué
crees que estás haciendo chico?!!- atajo Alastor de inmediato- ese auto no será
una amenaza pero aun así estas en un lugar muy inseguro como para confiarte de
esa manera.
-No me
gusta opero él tiene razón- aseguro Lily preocupado.
-Si
guarde mi varita, pero nunca deje de estar atento a lo que nos rodeaba- se
defendió Harry.
-Aun así
hijo, el que tengas la varita guardada reduce tu velocidad de reacción, y eso
es algo vital en esa situación- contraataco Lily.
-La
verdad si tiene razón en eso- la apoyo Ginny viendo a su novio. Harry simplemente
asintió levemente con la cabeza, pues sabía que no podía decir más para
defenderse.
— ¡Y creíamos que era un monstruo que nos iba
a atacar! —Dijo Ron, inclinándose sobre el coche y dándole unas palmadas—. ¡Me
preguntaba adónde habría ido!
Harry aguzó la vista en busca de arañas en el
suelo iluminado, pero todas habían huido de la luz de los faros.
-Entonces
utilizaron ese chisme muggle y regresen al castillo- apremio Molly preocupada
de que algo más ocurriera.
-Sería
lo más sensato, pero creo que será difícil que algo así ocurra- se lamentó
Frank.
—Hemos perdido el rastro —dijo—. Tendremos
que buscarlo de nuevo.
Ron no habló ni se movió. Tenía los ojos
clavados en un punto que se hallaba a unos tres metros del suelo, justo detrás
de Harry. Estaba pálido de terror.
-Hay
por Merlín- exclamo Sirius- apenas llegamos a una parte más o menos tranquila y
ya volvimos a la tensión.
Hermione
por su parte abrazo más fuerte a Ron pues suponía que era lo que seguiría a
continuación.
Harry ni siquiera tuvo tiempo de volverse. Se
oyó un fuerte chasquido, y de repente sintió que algo largo y peludo lo
agarraba por la cintura y lo levantaba en el aire, de cara al suelo.
-¡Oh
con un demonio!- increparon todos a la vez, esta vez sí era algo grande y
peligroso lo que los había alcanzado.
Mientras forcejeaba, aterrorizado, oyó más
chasquidos, y vio que las piernas de Ron se despegaban del suelo, y oyó a Fang
aullar y gimotear... y sintió que lo arrastraban por entre los negros árboles.
-Hay
por Merlín debieron de marcharse cuando pudieron- escalmo Molly- que son esas
cosas que los tomaron- nadie se atrevió a responder a eso.
-¡¡aahh!!-grito
Marlene llamando la atención de todos.
-¿Qué
ocurre McKinnon?- le pregunto Sirius.
-Mo, no nada- respondió pero aun si se veía
alterada.
-¡Oh
maldita sea!- exclamo esta vez Lily mientras veía a la rubia- la mascota de
Hagrid, la a… acromantula- dijo entrecortadamente pero todos entendieron, mientras
que Marlene asentía levemente.
Levantando como pudo la cabeza, Harry vio que
la bestia que lo sujetaba caminaba sobre seis patas inmensamente largas y
peludas, y que encima de las dos delanteras que lo aferraban, tenía unas pinzas
también negras.
-Sin duda
se tratara de una acromantula- aseguro Marlene nerviosa
Tras él podía oír a otro animal similar, que
sin duda era el que había cogido a Ron.
-¡¿Pero
como demonios puede haber tantas de esas cosas en el bosque?!- pregunto Charlie
a lo que Hagrid había bajado la cabeza, era el quien le había conseguido pareja
a Aragog.
-Wau, a
nosotros siempre nos pareció entretenido husmear en el bosque- comenzó Fred.
-Pero
quién diría que estaría repleto de esas cosas- termino George- como demonios
escaparon de eso- muchos se comenzaron a hacer esas preguntas en cuanto
mencionaron que clase de criaturas eran.
-Ya lo
verán- respondió con simpleza Harry.
Se encaminaban hacia el corazón del bosque.
Harry pudo ver a Fang que forcejeaba intentando liberarse de un tercer
monstruo, aullando con fuerza, pero Harry no habría podido gritar aunque
hubiera querido: parecía como si la voz se le hubiese quedado junto al coche,
en el claro.
-Hay
por Merlín, hay- repetía Lily preocupada por su hijo.
-Respira
querida, Harry está aquí, eso quiere decir que se libró de eso- intervino James
tomándola de las manos.
-Si lo sé,
de otra forma estaría mucho más alterada de lo que ya lo estoy- aseguro la
pelirroja tomando las manos de su novio.
Nunca supo cuánto tiempo pasó en las garras
del animal, sólo que de repente hubo la suficiente claridad para ver que el
suelo, antes cubierto de hojas, estaba infestado de arañas.
-Esas serán
las arañar que escapaban del castillo- indago Fabián.
-Pues sí,
es muy probable que sea así- respondió Gideon.
-Entonces
se iban a refugiar con esas acromantulas- comento dora- sea lo que sea que este
en el castillo debe de infundirles bastante miedo.
-Sería
una buena deducción- acepto Remus que se sentía tan nervioso como os demás.
Estaban en el borde de una vasta hondonada en
la que los árboles habían sido talados y las estrellas brillaban iluminando el
paisaje más terrorífico que se pueda imaginar.
Arañas. No arañas diminutas como aquellas a
las que habían seguido por el camino de hojarasca, sino arañas del tamaño de
caballos, con ocho ojos y ocho patas negras, peludas y gigantescas.
-Cof,
cof- se escuchó un tosido, voltearon a ver a Ron que se encontraba un poco
pálido mientras estaba siendo reconfortado por Hermione, sin duda recordando
esa experiencia, todos sentían pena por él
-¿Te
sientes bien Ron?- le pregunto Molly reocupada.
-Sí, no
es nada- aseguro- si lo soporte aquella vez lo hare ahora.
-Cielos
Ron, en verdad lo siento- se disculpó Fred, el más que nadie se sentía fatal
pues por su culpa su hermano tenía esa fobia a las arañas, para cualquiera debería
ser aterrador estar rodeado por esas criaturas, y debía de ser pero para él por
el miedo que ya de entrada tenia.
-Está
bien, no era tú intención- le restó importancia el pelirrojo- profesor- le
solicito que continuara.
El ejemplar que transportaba a Harry se abría
camino, bajando por la brusca pendiente, hacia una telaraña nebulosa en forma
de cúpula que había en el centro de la hondonada, mientras sus compañeras se
acercaban por todas partes chasqueando sus pinzas, emocionadas a la vista de su
presa.
-Presa-
espeto Lily- más vale que ni se le ocurra…
-Ya Lily-
le detuvo James- deja que el profesor continúe querida.
La araña soltó a Harry, y éste cayó al suelo
de cuatro patas. A su lado, con un ruido sordo, cayeron Ron y Fang. El perro ya
no aullaba; se quedó encogido y en silencio en el mismo punto en que había
caído. Ron parecía encontrarse tan mal como Harry había supuesto. Su boca se
había alargado en una especie de grito mudo y los ojos se le salían de las
órbitas.
-Hay mi
pobre Ron- exclamo para sorpresa de todos Hermione, que hizo que su novio
pusiera la cabeza en su pecho, sin embargo más que sentirse más tranquilo e
pelirrojo enrojeció de vergüenza, en una circunstancia normal sus hermanos se
hubieran burlado de él, pero ellos simplemente sonrieron dejando entender que
las burlas llegarían después.
De pronto Harry se dio cuenta de que la araña
que lo había dejado caer estaba hablando. No era fácil darse cuenta de ello,
porque chascaba sus pinzas a cada palabra que decía.
-No sabía
que las acromantulas podían hablar- exclamo Charlie.
-No es
muy común, no todas las acromantulas llegan a desarrollar esa habilidad.
Expreso el profesor Dumbledore.
— ¡Aragog! —Llamaba—, ¡Aragog!
Todos
comprendieron que esa era la razón del título de ese capítulo.
-Entonces,
si es la mascota que tenía Hagrid- comento Sirius- solo él le pondría nombre a
una acromantula.
-No es
posible- dijo Lily- no sé qué pretendías enviándolos ahí, pero si le pasa algo
a mi hijo juro que descubrirás de lo que
soy capaz cuando estoy moleta Hagrid- eso asusto a algunos además del semi
gigante.
Y del medio de la gran tela de araña salió,
muy despacio, una araña del tamaño de un elefante pequeño. El negro de su
cuerpo y sus piernas estaba manchado de gris, y los ocho ojos que tenía en su
cabeza horrenda y llena de pinzas eran de un blanco lechoso. Era ciega.
-¿Ciega?,
tal vez ocurrió cuando escapaba después de que Ryddle los acusara-comento
Gideon.
-Eso no
importan en este momento- le acuso Molly preocupada por su hijo menor y su casi
hijo-hay, ojala que eso termine pronto.
— ¿Qué hay? —dijo, chascando muy deprisa sus
pinzas.
—Hombres —dijo la araña que había llevado a
Harry.
— ¿Es Hagrid? —Aragog se acercó, moviendo
vagamente sus múltiples ojos lechosos.
—Desconocidos —respondió la araña que había
llevado a Ron.
—Matadlos —ordenó Aragog con fastidio—.
Estaba durmiendo...
-¡¿Qué?!-
dijeron algunas al miso tempo, entre ellos Hagrid.
-Pero
como puede ser, Aragog siempre me recibe en su hondonada sin problemas- continuo
el hombretón.
-Porque
tú eres un caso diferente Hagrid- aseguro Lily- no se comportara de la misma
forma con todas las personas.
—Somos amigos de Hagrid —gritó Harry. Sentía
como si el corazón se le hubiera escapado del pecho y estuviera retumbando en
su garganta.
—Clic, clic, clic —hicieron las pinzas de
todas las arañas en la hondonada.
Aragog se detuvo.
-Bien
hecho, eso les dará un poco de tiempo- comento Frank- deben pensar que hacer
para escapar de ahí.
—Hagrid nunca ha enviado hombres a nuestra
hondonada —dijo despacio.
-No son
hombres, son solo niños- espeto Molly- ellos menos que nadie deberían de estar
ahí.
—Hagrid está metido en un grave problema
—dijo Harry, respirando muy deprisa—. Por eso hemos venido nosotros.
— ¿En un grave problema? —Dijo la vieja
araña, en un tono que a Harry se le antojó de preocupación—. Pero ¿por qué os
ha enviado?
-Exactamente
lo mismo me pregunto yo- dijo Lily vendo con reprimenda a Hagrid.
-Yo, lo
siento Lily- se desculo el semi gigante avergonzado y un poco asuntado, esa
pelirroja era de armas tomar.
-Pues deberías,
no sé en qué demonios les podía resultar útil el que estén en ese maldito
lugar- escupió nuevamente la pelirroja.
Harry quiso levantarse, pero decidió no
hacerlo; no creía que las piernas lo pudieran sostener. Así que habló desde el
suelo, lo más tranquilamente que pudo.
—En el colegio piensan que Hagrid se ha
metido en... en... algo con los estudiantes. Se lo han llevado a Azkaban.
Aragog chascó sus pinzas enojado, y el resto
de las arañas de la hondonada hizo lo mismo: era como si aplaudiesen, sólo que
los aplausos no solían aterrorizar a Harry.
Todos
en el gran comedor esperaban impacientes la resolución de todo eso, sin duda alguna
eso debió de molestar a esa araña gigante para reaccionar así, solo esperaban
que no la tomaran contra los chicos de alguna forma.
—Pero aquello fue hace años —dijo Aragog con
fastidio—. Hace un montón de años. Lo recuerdo bien. Por eso lo echaron del
colegio. Creyeron que yo era el monstruo que vivía en lo que ellos llaman la
Cámara de los Secretos.
-Tal
parece que si puede haber más de un monstruo en el castillo- aseguro Sirius.
Creyeron que Hagrid había abierto la cámara y
me había liberado.
—Y tú... ¿tú no saliste de la Cámara de los
Secretos? —dijo Harry, notando un sudor frío en la frente.
-Debes
tener cuidado con tus preguntas chico- aseguro Alastor- lo mejor sería que
analizaras con más atención lo que esa cosa te pueda decir.
--Deben
de irse con sumo cuidado- apoyo Frank.
— ¡Yo! —dijo Aragog, chascando de enfado
Las
pelirrojas (Lily, Molly y Ginny) y Hermione se tensaron por la reacción de la
criatura ante su pegunta.
Yo no
nací en el castillo. Vine de una tierra lejana. Un viajero me regaló a Hagrid
cuando yo estaba en el huevo.
-Valla,
que buena memoria tiene esa cosa.
-¡Fabián
por favor!- le reclamo Molly por su inoportuno comentario.
Hagrid sólo era un niño, pero me cuidó, me
escondió en un armario del castillo, me alimentó con sobras de la mesa. Hagrid
es un gran amigo mío, y un gran hombre.
-Solo
nuestro Hagrid sería capaz de hacer algo como eso- aseguro Gideon ganándose una
mirada severa de su hermana por la interrupción.
Cuando me descubrieron y me culparon de la
muerte de una muchacha, él me protegió. Desde entonces, he vivido siempre en el
bosque, donde Hagrid aún viene a verme.
-Impresionante-
comento Slughorn- no sería posible que le solicitaras recolectar un poco de su
veneno, ese tipo de cosas no es muy fácil de…
-¡¡Horace!!-
le reclamo la profesora McGonagall, parecía molesta porque el profesor de
pociones no se tomara la situación como era debido.- no es momento para esa
cosas, así que le pediré que continúe con la lectura-
-Sí, ya
voy Minerva- aseguro el retomando la lectura.
Hasta me encontró una esposa, Mosag, y ya
veis cómo ha crecido mi familia, gracias a la bondad de Hagrid...
-Por
esa razón es que hay tantas- razono Remus- pero me intriga saber cómo es que
conseguiste una acromatina
-Después
hablaremos eso con Hagrid, pero por lo pronto guarda silencio- le ordeno Dora.
-Ya hasta esta actuado como tu esposa- atajo
por lo bajo Sirius para que solo su amigo lo escuchara.
Harry reunió todo el valor que le quedaba.
— ¿Así que tú nunca... nunca atacaste a
nadie?
—Nunca —dijo la vieja araña con voz ronca—.
Mi instinto me habría empujado a ello, pero, por consideración a Hagrid, nunca
hice daño a un ser humano.
-Muy
considerado de su parte- ironizo Alice.
El cuerpo de la muchacha asesinada fue
descubierto en los aseos.
A
algunos les pareció un dato muy curioso, hasta ese momento no habían mencionado
donde había muerto la joven, solo que había muerto, pero aun así nadie le dio
tanta importancia.
Yo nunca vi nada del castillo salvo el armario
en que crecí. A nuestra especie le gusta la oscuridad y el silencio.
—Pero entonces... ¿sabes qué es lo que mató a
la chica? —Preguntó Harry—. Porque, sea lo que sea, ha vuelto a atacar a la
gente...
-Sería estupendo
por fin salir de esa maldita duda- exclamo james- así podríamos averiguar que
hacer para detenerlo.
-Pero
eso solo resolvería parte del misterio-comento una joven de Ravenclaw- también
hay que averiguar quién es él manda a esa criatura a atacar a los estudiantes.
Ginny
se sintió incomoda por ese comentario por lo que Harry le estuvo murmurando que
eso había sido su culpa, que ella no había hecho nada para que se sintiera un
poco mejor mientras los demás continuaban escuchando la lectura.
Los chasquidos y el ruido de muchas patas que
se movían de enojo ahogaron sus palabras. Al mismo tiempo, grandes figuras
negras parecían crecer a su alrededor.
—Lo que habita en el castillo —dijo Aragog—
es una antigua criatura a la que las arañas tememos más que a ninguna otra
cosa. Recuerdo bien que le rogué a Hagrid que me dejara marchar cuando me di
cuenta de que la bestia rondaba por el castillo.
-Perfecto,
en ese caso si lo sabe- exclamo Sirius.
-Pero
entonces ¿por qué nadie saben lo que es?- indago Marlene con menos optimismo-
digo, si Hagrid hubiera sabido que es esa cosa porque Aragog se lo dijo, dudo
que no se lo haya contado a Dumbledore, en especial cuando comenzaron los
ataques.
-Es una
buena pregunta- aseguro Alice
-La
verdad es que Aragog nunca me lo quiso decir que era ese monstruo- se sinceró Hagrid.
— ¿Qué es? —dijo Harry enseguida.
Las pinzas chascaron más fuerte. Parecía que
las arañas se acercaban.
— ¡No hablamos de eso! —Dijo con furia
Aragog—. ¡No lo nombramos! Ni siquiera a Hagrid le dije nunca el nombre de esa
horrible criatura, aunque me preguntó varias veces.
-Valla,
un monstruo que le tiene miedo a otro monstruo, es un poco irónico- comento
Fred.
-¡Fred,
ya guarda silencio!- le reclamo su madre.
Harry no quiso insistir, y menos con las
arañas que se acercaban cada vez más por todos lados. Aragog parecía cansada de
hablar. Iba retrocediendo despacio hacia su tela, pero las demás arañas seguían
acercándose, poco a poco, a Harry y Ron.
-Y a
Fang, no olviden a Fang- atajo Sirius.
—En ese caso, ya nos vamos —dijo Harry
desesperadamente a Aragog, al oír los crujidos muy cerca.
— ¿Iros? —dijo Aragog despacio—. Creo que
no...
Eso era
algo que venían temiendo desde hace rato, tendrían que encontrar una forma de
escapar de ahí a la fuerza.
—Pero, pero...
—Mis hijos e hijas no hacen daño a Hagrid,
ésa es mi orden. Pero no puedo negarles un poco de carne fresca cuando se nos
pone delante voluntariamente. Adiós, amigo de Hagrid.
-Aragog-
exclamo Hagrid escandalizado- como es posibles que actúes así, no puedes atacarlos.
-Hagrid,
con todo respeto- comenzó Arthur- esa es la naturaleza de esas criaturas, solo
son amables contigo porque él te considera tu amigo, pero aun así no son los
animales dóciles que tu creer- termino.
Hagrid
se comenzó a sentir mal, al parecer nunca supo eso, por lo que envió a esos
pobres chicos a un peligro demasiado grande.
Harry miró a todos lados. A muy poca
distancia, mucho más alto que él, había un frente de arañas, como un muro
macizo, chascando sus pinzas y con sus múltiples ojos brillando en las
horribles cabezas negras.
Al coger su varita, Harry sabía que no le iba
a servir, que había demasiadas arañas, pero estaba decidido a hacerles frente,
dispuesto a morir luchando.
James y
Lily se sintieron desesperados por la situación de su hijo, pero en el fondo
sintieron un pequeño atisbo de orgullo por la valentía que estaba desmotando al
querer pelear hasta el final.
Pero en aquel instante se oyó un ruido
fuerte, y un destello de luz iluminó la hondonada.
El coche del padre de Ron rugía bajando la
hondonada, con los faros encendidos, tocando la bocina, apartando a las arañas
al chocar con ellas.
-¡¡Eso!!-
gritaron emocionados los gemelos Weasley y Prewett, al parecer ese auto les
seria de mucha más utilidad, todos se sintieron más tranquilos por lo que ocurrió,
e incluso Hagrid que también sentía pena por lo hijos de Aragog.
Algunas caían del revés y se quedaban
agitando sus largas patas en el aire. El coche se detuvo con un chirrido
delante de Harry y Ron, y abrió las puertas.
-Suban
rápido y márchense- apremio Molly ansiosa porque salieran de ahí.
— ¡Coge a Fang! —gritó Harry, metiéndose por
la puerta delantera.
-El
perro- comentaron algunos extrañados.
Ron cogió al perro, que no paraba de aullar,
por la barriga y lo metió en los asientos de atrás.
-Gracias
por pensar el pobre perro chicos- le dijo Sirius a Ron y a Harry, varios de los
presentes se extrañaban por el gran aprecio que el oji gris tenía por los
perros.
-No
podíamos dejarlo ahí- aseguró Ron con simpleza.
Las puertas se cerraron de un portazo. Ni Ron
puso el pie en el acelerador ni falta que hizo. El motor dio un rugido, y el
coche salió atropellando arañas.
Hagrid
quiso decir algo por eso, pero entendió que no era el momento de hablar de eso,
lo más importante era que los chicos salieran de ahí lo más rápido que fuera
posible.
Subieron la cuesta a toda velocidad, salieron
de la hondonada y enseguida se internaron en el bosque chocando contra todo lo
que se les ponía por delante, con las ramas golpeando las ventanillas, mientras
el coche se abría camino hábilmente a través de los espacios más amplios,
siguiendo un camino que obviamente conocía.
-Incluso
tuvo el tiempo de familiarizarse con el terreno- comento George.
-Sin
duda que es un gran choche- agrego Fred con una sonrisa.
Harry miró a Ron. En la boca aún conservaba
la mueca del grito mudo, pero sus ojos ya no estaban desorbitados.
— ¿Estás bien?
Ron miraba fijamente hacia delante, incapaz
de hablar.
-Hay
Ronnie, en verdad lo pasaste mal cierto- exclamo Hermione sintiendo pena por su
novio.
-Sí,
pero por favor no me llames Ronnie- le solicito, sabía que lo decía por cariño,
pero aun así de esa forma lo llamaban sus hermanos cuando se burlaban de él.
-Valla,
parece que alguien tendrá acción esta noche-
lo pico George queriendo que se avergonzaran.
-Y así será,
pero no lo estés divulgando- salió
nuevamente a la defensa Ginny molestando a su hermano (a todos sus hermanos).
Se abrieron camino a través de la maleza, con
Fang aullando sonoramente en el asiento de atrás. Harry vio cómo al rozar un
árbol arrancaba de cuajo el retrovisor exterior. Después de diez minutos de
ruido y tambaleo, el bosque se aclaró y Harry vio de nuevo algunos trozos de
cielo.
Slughorn
narro como llegaron al final del bosque, de cómo el perro corrió a la cabaña de
su dueño en cuento lo dejaron salir, y como de igual forma Harry y Ron salieron
también y de cómo el choche regreso al boque después de recibir una palmada de
agradecimiento.
-Sin
duda es similar a un perro- comento Gideon- y como ya están fuera de peligro
creo que es momento de decir que debes congraciarte con nuestro cuñado Molly-
le dijo a su hermana.
-Es
cierto- lo apoyo Fabián- después de todo escaparon de eso gracias a que Arthur hechizo
el coche con anterioridad, mínimo merece una disculpa.
-Pero tengan cuidado, que ya somos muchos
hermanos como para…
-¡Fred!-
le detuvo Molly sonrojada- ya dejen de habar y dejen que el profesor continúe-
solicito la apenada mujer.
Harry entró en la cabaña de Hagrid a recoger
la capa invisible. Fang se había acurrucado en su cesta, temblando debajo de la
manta. Cuando Harry volvió a salir, vio a Ron vomitando en el bancal de las
calabazas.
—Seguid a las arañas —dijo Ron sin fuerzas,
limpiándose la boca con la manga—. Nunca perdonaré a Hagrid. Estamos vivos de
milagro.
-Ciertamente
apenas nos libramos- comento Harry- pero nunca demostrase demostrarle ese enojo
a Hagrid, creo que lo perdonaste muy rápido- agrego.
-Mejor
cállate- le rebatió el pelirrojo.
—Apuesto a que no pensaba que Aragog pudiera
hacer daño a sus amigos —dijo Harry.
-Claro
que no, él nunca había actuado así antes- aseguro el semi gigante.
-Pero
solo lo hacía porque tú estabas ahí Hagrid, era por ti- aseguro nuevamente
Arthur.
— ¡Ése es exactamente el problema de Hagrid!
—Dijo Ron, aporreando la pared de la cabaña—. ¡Siempre se cree que los
monstruos no son tan malos como parecen, y mira adónde lo ha llevado esa
creencia: a una celda en Azkaban!
-Si lo sé-
exclamo Ron anticipándose a lo que podrían decir- fue un comentario bastante
insensible, lo es y lo siento.
-Bueno,
por lo menos has aprendido y madurara un poco- comento Molly.
No podía dejar de temblar—. ¿Qué pretendía
enviándonos allá? Me gustaría saber qué es lo que hemos averiguado.
—Que Hagrid no abrió nunca la Cámara de los
Secretos —contestó Harry, echando la capa sobre Ron y empujándole por el brazo
para hacerle andar—. Es inocente.
-Es
bueno saberlo, pero sería aún mejor tener algo para comprobarlo- comento Dora
un poco molesta por esa injusticia.
-En
resumen, todo por lo que pasaron fue completamente inútil- comento con tristeza
Remus.
-No exactamente-
atajo Harry- si descubrimos algo con eso, aunque lo hubiéramos podido haber
descubierto de alguna forma más simple y menos riesgosa- eso les llamo mucho la
atención.
-Pero
que cosa pudieron sacar de eso además de la evidente inocencia de Hagrid- hablo
ames.
.Ya lo
veras, no creo que falte mucho para que el capítulo se termine- respondió.
Ron dio un fuerte resoplido. Evidentemente,
criar a Aragog en un armario no era su idea de la inocencia.
Los
bromistas sonrieron un poco por el pensamiento del pelirrojo, pero no valía la
pena para hacer algún comentario.
Continuaron
con la narración del trayecto con la capa invisible sobre ellos, desde la entrada
principal, cruzando con cuidado el vestíbulo hasta que llegaron a su sala común
donde por fin se deshicieron de la capa.
Ron cayó en la cama sin preocuparse de
desvestirse. Harry, por el contrario, no tenía mucho sueño. Se sentó en el borde
de la cama, pensando en todo lo que había dicho Aragog.
-Hay
Harry/hijo deberías de descansar después de todo eso- dieron al mismo tiempo
para su gran sorpresa Ginny y Lily.
-Sin
duda es la mujer indicada para ti Harry- le aseguro un sonriente James- y así
te tenga que hechizar, are que te fijes en ella en tu primer día de escuela.
-¡James!-
le reclamo Lily.
-Estoy
seguro que ella estaría agradecida querida- aseguró a la defensiva el azabache
que señalo a una avergonzada Ginny, sin duda estaría agradecida por eso.
-Ya sé
que fue una experiencia muy fuerte- hablo Harry queriendo salir por la
tangente- pero tenía muchas cosas en que pesar.
-Además
con toda esa adrenalina no es extraño que no tenga sueño- cometo Remus en su
defensa.
La criatura que merodeaba por algún lugar del
castillo, pensó, se parecía a Voldemort, incluso en el hecho de que otros
monstruos no quisieran mencionar su nombre. Pero Ron y él no se encontraban más
cerca de averiguar qué era aquello ni cómo había petrificado a sus víctimas. Ni
siquiera Hagrid había sabido nunca qué se escondía en la cámara de los
Secretos.
-Lo
dicho una autentica pérdida de tiempo- aseguró Sirius.
Harry subió las piernas a la cama y se reclinó
contra las almohadas, contemplando la luna que destellaba para él a través de
la ventana de la torre.
Remus
se removió un poco incómodo por la mención del astro nocturno, y recordó la
nota que había llegado del futro no hace mucho.
No comprendía qué otra cosa podía hacer. Nada
de lo que habían intentado hasta el momento les había llevado a ninguna parte.
Ryddle había atrapado al que no era, el heredero de Slytherin había escapado y
nadie sabía si sería o no la misma persona que había vuelto a abrir la cámara.
-Lo
cual es muy conveniente, pues los ataques de esa época si cesaron- comento
Alastor.
-Puede
que haya ocurrido lo que dijo la señorita Tonks ojo loco- comento Frank.
-Es probable,
pero no es seguro- increpo nuevamente el hombre- me harta no poder hacer nada más
que escuchar- y al menos los padres y amigos de los involucrados tenían el
mismo sentimiento.
No quedaba nadie a quien preguntar. Harry se
tumbó, sin dejar de pensar en lo que había dicho Aragog.
Estaba adormeciéndose cuando se le ocurrió
algo que podía ser su última esperanza, y se incorporó de repente.
-No sé
si lo haya disco, pero odio cuando haces eso colega- comento Ron.
-Lo
siento, pero no es algo que pueda controlar- se defendió el azabache.
-Ron —susurró en la oscuridad—, ¡Ron!
Ron despertó con un aullido como los de Fang,
abrió unos ojos desorbitados y miró a Harry.
Hubo
unas pequeñas risas por el aullido comparado con el del perro de Hagrid, lo cual
avergonzó un poco al chico.
-Aun
estabas muy alterado- observo de inmediato Hermione.
—Ron: la chica que murió. Aragog dijo que fue
hallada en unos aseos —dijo Harry, sin hacer caso de los ronquidos de Neville
que venían del rincón—. ¿Y si no hubiera abandonado nunca los aseos? ¿Y si
todavía estuviera allí?
-¡¡Myrtle!!-
gritaron Lily, Dora, Remus y Marlene de inmediato, comprendiendo el rumbo de
ideas del joven azabache.
-¡Por
supuesto!- exclamo Alastor- fue la primera vez que mencionaron donde fue el
ataque de hace cincuenta años, si fuera cierto tendrían por fin una verdadera pista.
Bajo la luz de la luna, Ron se frotó los ojos
y arrugó la frente. Y entonces comprendió.
— ¿No pensarás... en Myrtle la Llorona?
-Es el final-
informo Slughorn.
-Esa es
la pista que obtuvieron de todo eso- resalto Frank.
-Pero
entonces, ella realmente fue la primera víctima- indago Alice.
Automáticamente
todos voltearon la vista al director Dumbledore esperando una respuesta, no
dijo absolutamente nada, pero por la expresión de su rostro todos comprendieron
que si había sido ella la primera víctima, todos, en especial los que
disfrutaron en algún momento el molestarle, se sintieron fatal al saber cómo
habían ocurrido las cosas.
-Fue un
capitulo bastante intenso- hablo Albus llamando la atención- considero que
faltan unos tres capítulos para el final de este libro, mañana podemos
terminarlo, y después de que lleguen nuestros nuevos visitantes podremos
comenzar el tercer libro, por lo pronto, disfruten de la cena- y con una ademan
las mesas se fueron llenando de comida.
Casi
todas la conversaciones que se desarrollaron en esa cena fue alrededor de lo
acabaron de leer y el reciente descreimiento, todos excepto el trio que habían
pasado por eso y de Ginny, que prefirió ir a hablar con sus padres de otra
cosa, de hecho era porque quería hacerles una petición a ellos.
Después
de concluir la cena, poco a poco todos los presentes se comenzaron a ir del
gran comedor, había sido un largo día y tenían que descansar, los más
involucrados se dirigirán a la sala d menesteres que acababa de aparecer,
excepto una pelirroja que se dirigió a la entrada del comedor.
-Lily-
le hablo James alcanzando a su novia- ¿a dónde vas?- le pregunto.
-lo
ciento James, pero esta noche no podremos estar juntos- le dijo- es que todo
esto me está molestando demasiado y quiero ir a la biblioteca para ver si
encuentro algo de esa cosa que ronda el castillo- se justificó.
-Ha,
bueno está bien, yo también te iba a decir que o íbamos a poder estar juntos
hoy- le dijo el azabache- la nota que le llego a Remus hace rato era para
informarle que habría una habitación especial para él y que le enviarían una
poción para ayudarlo con su pequeño problema peludo- explico.
-¿En
serio?- se impresiono la joven.
-Si,
según dicen se inventara en uso años, y reducirá el dolor y lo volvería
inofensivo.
-Es
grandioso, pero ¿no les dieron la receta verdad?- pregunto la pelirroja, eso
sería de mucha utilidad en el futuro.
-No,
pero por el momento será útil- dijo pensando lo mismo que ella- bueno, entonces
nos vemos después
-Sí, luego
iré- correspondió dándole un beso en los labios.
Cuando
el resto estuvieron en la sala de menesteres se pusieron a hablar y convivir
entre ellos, a excepción claro de Snape y Lucius que de inmediato se retiraban
a sus habitaciones para no tener que estar con ellos. En esta ocasión los
merodeadores también estaban ausentes pues de inmediato siguieron las
indicaciones a esa habitación especial que les habían dicho.
Poco a
poco cada quien se fue retirando a su respectivas a habitaciones, en un momento
Ginny que estaba con su amiga y el resto de sus hermanos, se puso de pie y
después de susurrarle algo a Harry este también se levantó y siguió a la
pelirroja que lo tomaba de la mano, se comenzaron a dirigir a una habitación
cuando.
-Hey, ¿ustedes
dos a donde creen que van?- les pregunto a la defensiva Fred
-Que te
importa- le rebatió la pelirroja molesta.
-Nos
importa porque eres nuestra hermana y o queremos que….
-¡¡Fred,
George, dejen de molestar a su hermana!!- les reclamo Molly que se acercaba
junto con Arthur.
-Pero
mamá, ellos…- los gemelos queriendo reclamar algo pero no pudieron.
-Pero
nada chicos, ella ya es prácticamente mayor de edad, y no pueden estarla
acosando todo el tiempo- les interrumpió el señor Weasley.
-Además
ella ya nos pidió permiso, así que déjenla tranquila-les ordeno Molly.
-¡Y si
no lo hacemos ¿qué?- dijo George desafiante.
-Les
arrojo una maldición y me iré a ser mi voluntad- afirmo con suma seriedad
Ginny, viendo desafiante a todos sus hermanos.
-Yo
cgeo que es un buen aggumento- comento Fleur
-Está
bien, pero no queremos regresar a nuestro tiempo sabiendo que seremos tíos-
argumento Fred más por el miedo que por la comprensión.
Idiotas-
les acuso su hermanita antes de irse llevándose consigo a Harry. Lo cierto era
que la peor parte de la historia estaba por comenzar y quería ser reconfortada
por su novio esa noche.
En otro
lugar de sala se enconaban los Tonks junto con su hija y su nieto, ahora que
sabían quién era Teddy Ted quería pasar más tiempo con él, por lo que
nuevamente dormirían juntos esa noche, era curioso para las mujeres ver como
actuaba su esposo/padre con el pequeño niño, estaba a punto de acostarse a
dormir cuando algo extraño apareció en la cama de la metamorfomaga.
-¿Qué
es eso Nymphadora?- pregunto Andrómeda viendo como su hija levantaba un pedazo
de papel.
-No sé,
estaba en mi cama-respondió mientras Ted se acercaba a ellas con curiosidad,
con cuidado inspecciono el papel- simplemente tiene escrita la palaba “sígueme”
pero no reconozco la letra ni…
Se
detuvo en medio de la oración porque el papel se comenzó a mover, se dobló
sobre sí mismo hasta quedar como un pájaro de origami que comenzó a aletear
volando por la habitación, se detuvo en frente de la puerta como esperándola.
-¿Lo
vas a seguir hija?- interrogo con inseguridad Ted.
-No lo
sé- lo pensó un poco- ¿podrían encargarse de Teddy mientras no estoy?
-Claro
que si hija, eso tenlo por seguro.
-Bien-
dicho eso fue a tomar una de sus capas, se la puso son los hombros y se acercó
al pájaro de papel que salió volando por la sala que se encontraba casi vacía
seguido de cerca por la metamorfomaga, llegaron a una pared donde apareció una
puerta que parecía de metal, cuando la joven abrió dicha puerta la llevo a un
corredor y en el fondo hacia otra puerta similar, intrigada porque el pájaro le
seguía insistiendo camino hasta el fondo del corredor, cuando llego el pájaro
se prendió en llamas, Dora pensó que quería llevarla a ese cuarto, así que
respirando hondo entro en la habitación encontrándose con algo que nunca imagino.
me encanta el cap ya espero llegar al tercer libro, es super
ResponderEliminarEEsto va a ser muy hardcore, yo lo se *no podía seguir leyendo sin descargar emoción, sorry*
ResponderEliminar