miércoles, 9 de marzo de 2016

Capítulo 73.- Ojoloco Moody




En otro momento tiempo espacial

Todos se encontraban un poco cansados aun por lo del día anterior, era compresible, después de todo, no era algo fácil distorsionar el tiempo y el espacio para enviar a sus hijos y a algunas personas más a un espacio de tiempo detenido, además algunos de ellos tardaron un poco de tiempo en conciliar el sueño por  lo que era más compresible que estuvieran cansados.

En ese momento todos ellos se encontraban en la sala principal cuando sorpresivamente una ráfaga de fuero apareció de repente asustándolos a todos, segundos después Fawkes salió de las llamas, circunvoló la habitación y suavemente se posó en el descansabrazos de sofá donde se encontraba Harry.

-Fawkes, ¿qué haces aquí?- le pregunto al ave que levanto una pata mostrándole un pedazo de pergamino atado en ella- una carta- dijo extrañado.

-¿Es de Dumbledore?- pregunto de inmediato Hermione a su amigo que desataba y desdoblaba el papel.

-No- respondió el azabache- la lera, la letra se parece a la de Sirius

-¡¿Qué?!- exclamaron todos prestando más atención.

-Pero ¿Cómo?, al único que le dijimos que Fawkes podría comunicarse con nosotros  fue a Dumbledore, no creo que él les haya comentado a los demás que enviamos- aseguro la castaña.

-Tal vez lo dedujo- intervino Draco- digo, usamos Fawkes para enviarles un recado no, tal vez pensó que también funcionaria a la inversa.

-Es posible- concedió Ron- ¿y qué es lo que dice el viejo Sirius?

-Pues- vio en dirección a Hermione, eso sin duda le fascinaría- básicamente nos está pidiendo que enviemos a más personas.

-¡¿Qué?!- volvieron a exclamar- ¿cómo que enviar a más personas?- continuo Ginny

-Sí, dice que si podemos enviar a Krum

-Parece que ya llegaron al cuarto libro- comento Neville.

-Si genial pero,  a ese ¿por qué lo quiere?- salto de inmediato Ron.

-Tal vez pensó que sería divertido, posiblemente para ponerte celoso- teorizo nuevamente Neville mientras Hermione bufaba

-También a una tal Ángela- todos  vieron eso con extrañeza- no creo conocer a nadie con ese nombre, pero dice que tiene algo que ver Albus.

-¿Albus el director o Albus tu hijo?- pregunto Draco pero Harry solo se encogió de hombros.

-Esperen, creo que yo he iodo algo de mi hijo- salto Astoria- una vez dijo que era divertido cuando Albus estaba cerca de una tal Ángela.

-Entonces puede tratarse de una novia o alguien que le gusta, ¿no les ha comentado nada?- pregunto nuevamente el rubio

-No- respondieron Harry y Ginny- y además quiere que enviemos a Lyall y Hope pero no dice nada mas de ellos.

-Genial, y entonces como quiere que sepamos quienes son- dijo el rubio

-Los padres de Remus- dijo una nueva voz.

-Profesor Dumbledore- dijeron todos posando su vista en el cuadro con marco dorado en la pared.

-Siendo meterme en su plática, pero me pareció escuchar algo interesante.

-No se preocupe profesor- le restó importancia Harry- pero ¿qué fue lo que acabo de decir?

-Lyall y Hope, son los padres de Remus Lupin, Hope murió en algún momento después de la primera guerra y no estoy seguro del destino de Lyall.

-Bueno, parece que esos nuevos integrantes que quiere que enviemos no tienen mucha relación con las lecturas- comento Asoria.

-Claro que no tienen nada que ver- exclamo Hermione- obviamente solo quiere que enviemos a Krum y a Ángela para poder divertirse, pues acaso cree que lo que estamos haciendo es fácil.

-Ya lo dijese, a Víktor y a Ángela los quiere para divertirse, y en cuanto a los padres de Lupin puede ser algo para cumplir el mismo propósito o tal vez como para que ayuden a su con su relación- hablo Harry, para ese momento confiaba en que ya todos supieran o al menos sospecharan que su ex profesor y la metamorfomaga tenían un futuro juntos.

-Es verdad, no dijeron que fue muy difícil que el profesor Lupin y Tonks comenzaran su relación, y que fue por eso que los enviaron en un momento en que pudieran convivir- comento Astoria.

-Si con ese propósito fue que lo hicimos - acepto Ginny- la verdad es que Tonks las paso muy difíciles en ese tiempo.

-Pero no es suficiente- exclamo Hermione- nos hemos metido con magia que nadie conoce, estamos poniendo el riesgo el tejido de la realidad misma, si seguimos presionando ese espacio atemporal que creamos solo por estas cosas.

-Oh no creo que debas preocuparte mucho por eso- interrumpió Luna impresionando a todos- es cierto que lo que hacemos es muy peligroso, pero también es cierto que no fue una decisión fácil, no decidimos hacer esto de un día al otro, literalmente nos tomó años de investigación y practica para crear este hechizo, incluso cuando teníamos mucho trabajo dedicábamos unos momentos para pensar en el hechizo, además nos preparamos meticulosamente para tener todo lo que necesitemos, si logramos estabilizar la fractura temporal con tantas personas bien podríamos enviar a unos pocos más.

-Pero Luna ¿y si esos pocos más son suficientes para arruinarlo todo?- ataco de nuevo la castaña.

-No creo que en verdad pienses en eso- le respondió la rubia- tu sabes que es lo suficientemente estable para lograrlo- muy para disgusto de la castaña, Luna tenía razón, después de todo, ella más que nadie trabajo para que fuera lo más fuerte y seguro posible.

-Además, si hay algún problema bien podríamos regresar parcialmente a algunos cuantos de los presentes- propuso Neville.

-Por ejemplo Fudge, él no tiene mucha participación después del quinto libro- aprobó y propuso Draco

-Tampoco Krum, el solo aparece en uno y no es importante.

-No es completamente cierto- intervino Harry- también estuvo en la boda de Bill u Fleur, y fue de ayuda

-Habríamos descubierto lo de Gregorovitch con o sin Krum- respondió el pelirrojo suponiendo lo que su amigo y cuñado quería decir.

-Llevas varios años de casado, tienes dos hijos y aun así sigues teniendo celos- exclamo Draco

-Eso nunca cambiara- aseguro Ginny- así es como se comporta Ron.

-Bueno, si vamos a hacer esto nuevamente al menos deberíamos estar más informados- salto Astoria - ¿a quién más está solicitando aparte de los que ya mencionaste?- le pregunto al azabache.

-A ver- releyó la carta- a mis abuelos- respondió

-¿los de tu padre o los de tu madre?- pregunto su esposa.

-Ambos

-Yo aún no estoy convencida de que sea buena idea- volvió a hablar Hermione- no hay motivos para enviar a nadie más realmente.

-Es cierto-le concedió Harry- aunque me hubiera gustado conocer a mis abuelos, aunque ahora solo tendría algunos recuerdos de ellos cuando el tiempo retomara su camino

Hermione poso los ojos sobre su amigo, para él la familia era algo muy importante, se habían tomado el tiempo de investigar, y sabía que aunque lograran cambiar su pasado aún era muy probable que no pudiera conocer a ninguno de sus abuelos, ellos habían muerto de forma independiente a la guerra que vivieron, si no supiera que su amigo era casi tan insensible como su esposo hubiera considerado que ese era un chantaje emoción soberbio.

-Si es que surge algún problema, yo podría hablar con mi contraparte para que pueda hacer algo para evitar algo malo- comento Dumbledore notando como varios de los presentes, que la determinación de la castaña comenzó a bacilar con el comentario del azabache- es complicado pero yo también puedo ir al retrato que enviaron a ese punto- la castaña se mordió el labio aun con algo de inseguridad, pero sin duda, el apoyo de Dumbledore era un poco más relajante.

-Bueno, podríamos intentarlo- acepto al final la mujer- pero le enviare una carta severa a Sirius, no debe de tomarse las cosas tan a la ligera.

-Bien, entonces lo mejor ser que empecemos- dijo Draco- no creo que sea fácil localizar a esas personas que quieren que enviemos.

-Yo podría ayudar con Ángela- salto Neville- si es compañera de Al yo podría reconocerla- hizo un recordatoria rápido de sus alumnos del colegio- de hecho creo suponer de quien se trata- agrego recordando a cierta pelirroja.

-Bien una menos- dijo Astoria- yo ayudare a localizar a los demás.

-El resto de nosotros preparemos el hechizo, será un poco más complicado sin la ayuda de Teddy- dijo Luna.

Todos ellos bajaron nuevamente a sótano donde tenía todo lo necesario para realizar el hechizo, no pensaron que volverían a hacer eso nuevamente, tenía que hacer muchas cosas, desde ubicar a las personas en el pasado como situarse en el momento justo en que llegarían a ese espacio atemporal en donde leían los libros.


En el gran comedor.

-Muy bien, el siguiente capítulo se titula “ojo loco Moody”- leyó Marlene con claridad.

-Creo que conoceremos un poco más a Alastor- comento Ted- ya nos podremos dar una idea de cómo dará sus clases.

-Tal  vez, aunque nuestra primera clase con él fue el viernes de esa semana- comento Ron.

A la mañana siguiente la tormenta se había ido a otra parte, aunque el techo del Gran Comedor seguía teniendo un aspecto muy triste. Durante el desayuno, unas nubes enormes del color gris del peltre se arremolinaban sobre las cabezas de los alumnos, mientras Harry, Ron y Hermione examinaban sus nuevos horarios. Unos asientos más allá, Fred, George y Lee Jordan discurrían métodos mágicos de envejecerse y engañar al juez para poder participar en el Torneo de los tres magos.

-Es una lástima que nada de lo que hicieron fue realmente efectivo- comento Hermione con media sonrisa.

-Mentirosa, es evidente que no lo sientes en lo más mínimo- aseguro George.

-Sabes lo traumados que quedamos después de aquello- agrego Fred llamando la atención de su madre.

-¿Trauma?, pero se terminaron riendo- salto Harry.

-Es nuestra forma de afrontar la desventura- aseguraron los gemelos, claro está que pese al apoyo de sus tíos gemelos, nadie les creyó siquiera que eso era cierto.

—Hoy no está mal: fuera toda la mañana —dijo Ron pasando el dedo por la columna del lunes de su horario—. Herbología con los de Hufflepuff y Cuidado de Criaturas Mágicas... ¡Maldita sea!, seguimos teniéndola con los de Slytherin...

-Rara vez cambian las clases de esa manera- comento Charlie- cuando yo tenía esa clase también me tocaba con los de Slytherin.

-Y desde primero yo tuve a compañeros de Hufflepuff en herbologia- agrego Bill.

-Es hasta el sexto curso es cuando las cosas cambian un poco- comento Nymphadora- todo depende mucho de los TIMO´s

-Y por cierto sobrina, ¿no tuviste problemas con quejicus?- le pregunto Sirius, pues sabía que la clase de pociones era casi obligatoria para los que querían convertirse en aurores, y con Snape dando esa clase no le parecía que fuera una clase sencilla o muy justa

-No ha sido fácil pero me las he arreglado- respondió la metamorfomaga sin mucha importancia, aunque debía decir que era de las clases que más le quitaba el sueño.

—Y esta tarde dos horas de Adivinación —gruñó Harry, observando el horario. Adivinación era su materia menos apreciada, aparte de Pociones.

-Pociones es una de las clases básicas del colegio por lo que no puedes hacer nada- comento Lily- pero la clase de adivinación si podrías dejarla y tomar otra.

-Nunca quiso intentar tomar las clases de aritmancia- salo Hermione.

-Es que toda esa tarea que llevabas contigo me parecía muy complicada- se defendió Harry.

-Y en la clase de adivinación se podían dar el lujo de inventar cosas no- reitero la castaña- entonces siento decirte que tendrás que soportar a Trelawney.

-¿Inventar?- pregunto Lily levantando una ceja.

-No fue tano inventar- agrego el azabache- era un, método alterno de adivinación- dijo recordando la forma en que Ron lo nombro aquella vez.

-Bueno, no creo que deba molestarme, en tu caso específico no creo que esa clase te sea de mucha utilidad- exclamo la pelirroja mientras su hijo respiraba tranquilo, por un momento creyó que insistiría a que fuera mejor estudiante aun en esa clase.

La profesora Trelawney siempre estaba prediciendo la muerte de Harry, cosa que a él no le hacía ni pizca de gracia.

-A nadie le aria gracia- aseguro Albus- definitivamente esa clase está descartada para el próximo año.

-Entonces tú y Scorp vendrán a Aritmancia con migo

-He, mejor hablaremos de eso después no lo crees- salto Scorpius, no estaba seguro de acompañar a su íntima amiga a esa clase.

—Tendríais que haber abandonado esa asignatura como hice yo —dijo Hermione con énfasis, untando mantequilla en la tostada—. De esa manera estudiaríais algo sensato como Aritmancia.

-¿Que tienen ustedes con esa clase?- salto Fred- porque tanta fascinación he

-Sí, de entre todas las clases del castillo porque esa- apoyo George.

-Es una materia muy interesante- respondió Hermione- además, a ustedes que les interesan las clases, quieren que les recuerde las circunstancias de su último año.

-He no, creo que así estamos bien

-Si dices que es interesante entonces lo es- dijeron los gemelos, la verdad, aunque fuera inevitable, les gustaría que su madre tardara un poco más el saber que no terminaron su último año escolar, eso sin duda no le vendría en gracia.

—Estás volviendo a comer, según veo —dijo Ron, mirando a Hermione y las generosas cantidades de mermelada que añadía a su tostada, encima de la mantequilla.

-Eso está bien- sentencio Sirius- no valía la pena pasar hambre y más si nadie se daría cuenta del porqué.

—He llegado a la conclusión de que hay mejores medios de hacer campaña por los derechos de los elfos —repuso Hermione con altivez.

 -Y valla forma de hacerlo- exclamo Ron

—Sí... y además tenías hambre —comentó Ron, sonriendo.

-Simple y sencillamente no puedes mantenerte callado verdad- comentó Draco- no me sorprendería que te golpeara a cada momento.

-Mira quien lo dice, tu nunca cerrabas la maldita boca- le rebatió el pelirrojo.


De repente oyeron sobre ellos un batir de alas, y un centenar de lechuzas entró volando a través de los ventanales abiertos. Llevaban el correo matutino. Instintivamente, Harry alzó la vista, pero no vio ni una mancha blanca entre la masa parda y gris.

 -Es bueno que tengas a esa lechuza, es muy fácil reconocerla ante toda esa parvada- comento Frank.

-Pero sería fatal para enviar algunos mensajes- agrego de forma gruñona Alastor- es una lechuza muy llamativa y alguien podría tratar de interceptarla para obtener tu mensaje.

-Su situación no es tan tensa como la nuestra Alastor, ¿quién querría intentar leer las caras de Harry?- aseguro Frank.

Harry inevitablemente pensó que al menos por el momento era cierto, pero ya después el siguiente año incluso hirieron a su querida lechuza con tal de leer lo que escriba.

Las lechuzas volaron alrededor de las mesas, buscando a las personas a las que iban dirigidas las cartas y paquetes que transportaban. Un cárabo grande se acercó a Neville Longbottom y dejó caer un paquete sobre su regazo. A Neville casi siempre se le olvidaba algo.

-Simplemente es algo inevitable- comento el joven- por más que lo intento siempre hay una cosa u otra que se me olvida.

Al otro lado del Gran Comedor, el búho de Draco Malfoy se posó sobre su hombro, llevándole lo que parecía su acostumbrado suplemento de dulces y pasteles procedentes de su casa.

Draco sonrió levemente mientras de reojo veía a su madre, mientras tanto Lucius observaba la escena con cierto reproche, consideraba un desperdicio mandarle tales cosas a su hijo.

Tratando de olvidar el nudo en el estómago provocado por la desilusión,

-Si, en esta ocasión ni siquiera Hagrid te escribió- comento Sirius.

-¡¿Que es enserio?!- exclamo Marlene- ya tan pronto olvidaste que sigue esperando la respuesta a la carta que te envió en el verano.

-A claro- dijo el oji gris- lo de tu sueño y la cicatriz- muchos negaron con la cabeza por la actitud del joven, excepto claro, los que como él olvidaron completamente ese detalle.

Harry volvió a sus gachas de avena. ¿Era posible que le hubiera sucedido algo a Hedwig y que Sirius no hubiera llegado a recibir la carta?

-No lo más probable es que se le olvidar o que estuviera tirado de borracho por ahí- comento Marlene.

-¡Hey!, eso es un poco injusto- reclamo el animago.

-Acabaste de olvidar que te envió una carta

-Bueno si, pero…

-Y que no hace algunas semanas no habías quedado inconsciente escondido en un rincón de la torre de astronomía.

-Bueno si pero… hey, ¿cómo sabes tú que estuve ahí?

-He bueno yo- la rubia se sonrojo- bueno… te encontré.

-Y además hiciste otra cosa- agregó Lily con una sonrisa traviesa mientras su amiga la veía con represión.

-¿Qué otra cosa?- le pregunto con severidad Sirius.

-Bueno yo… con la varia… cambie tú, tu ropa por… por un vestido de copa- varios de los jóvenes del futuro se soltaron a reír, eso era algo que no sabían que había ocurrido.

-¡¿Qué hiciste qué?!

-Ya lo vise canuto, te dijimos que no habíamos sido nosotros- le reclamo James.

-Nos debes una disculpa- agrego Remus- y muchas cosas más por lo que nos hiciste aquel día.

-Pero ¿por qué lo hiciste?- interrogo Sirius a la mujer.

-No lo sé, te vi ahí y no soporte la tentación- dijo la rubia- pero vamos, no es como si tú hubieras desaprovechado una oportunidad así.

El animago se cruzó de brazos con cierta molestia, pero demasiado, ya que en el fono ella tenía razón, además que le alegraba que ella se pareciera un poco a él de lo que solía aceptar, demostraba que en verdad tienen cierta afinidad.

Sus preocupaciones le duraron todo el recorrido a través del embarrado camino que llevaba al Invernadero 3; pero, una vez en él, la profesora Sprout lo distrajo de ellas al mostrar a la clase las plantas más feas que Harry había visto nunca.

-Hay muchas más planas con aspectos más peculiares- aseguro Neville recordando aquella clase- pero por lo menos esta es relativamente inofensiva.

Desde luego, no parecían tanto plantas como gruesas y negras babosas gigantes que salieran verticalmente de la tierra. Todas estaban algo retorcidas, y tenían una serie de bultos grandes y brillantes que parecían llenos de líquido.

-Bubotuberculos- sentencio de inmediato Alice- la descripción suena a que se trata de esa planta.

—Son bubotubérculos —les dijo con énfasis la profesora Sprout—. Hay que exprimirlas, para recoger el pus...

— ¿El qué? —preguntó Seamus Finnigan, con asco.

—El pus, Finnigan, el pus —dijo la profesora Sprout—. Es extremadamente útil, así que espero que no se pierda nada. Como decía, recogeréis el pus en estas botellas. Tenéis que poneros los guantes de piel de dragón, porque el pus de un bubotubérculo puede tener efectos bastante molestos en la piel cuando no está diluido.

-¿Que función tienen esas palmas en la historia?- pregunto Lily.

-Pero que dices Lily, ¿por qué tendrían que…?

-Porque casi siempre que mencionan algo en una clase es porque después tomara algún papel- aseguro- en segundo hablaron de las mandrágoras y las usaron para depetrificarlos a todos, la clase del profesor Bins que mencionaron fue donde hablaron de la cámara secreta, y la única clase que mencionaron de Remus fue la del boggart, un criatura que estuvieron usando en sus clases especiales.

-Ese es un buen razonamiento- comento Remus- aunque las clases de ese farsante de Lockhart no tuvo mayores repercusiones, y también están las clases de Severus.

-Por eso mismo dije casi siempre- acepto la pelirroja.

-Bueno, si vuelven a aparecer de cierta forma esa planta- dijo Hermione recordando aquella carta- pero no fue un suceso muy importante.

Exprimir los bubotubérculos resultaba desagradable, pero curiosamente satisfactorio. Cada vez que se reventaba uno de los bultos, salía de golpe un líquido espeso de color amarillo verdoso que olía intensamente a petróleo. Lo fueron introduciendo en las botellas, tal como les había indicado la profesora Sprout, y al final de la clase habían recogido varios litros.

—La señora Pomfrey se pondrá muy contenta —comentó la profesora Sprout, tapando con un corcho la última botella

-Siempre he pensado que en esas clases deberían de retribuirnos de alguna manera- comento Sirius.

-¿Qué quieres decir?- le pregunto Marlene

 -Es que no lo sabes- respondió Sirius- será una clase y todo, pero tomando como ejemplo esta clase del cachorro consiguieron el pus para usarlo en la escuela, básicamente es como tener mano de obra gratuita.

-hay no lo puedo creer- exclamo Marlene- ¿quieres que les paguen por esas clases?

-No tiene que ser precisamente con dinero.

-Son solo tonterías- exclamo la rubia antes de retomar la lectura.

—. El pus de bubotubérculo es un remedio excelente para las formas más persistentes de acné.

-Además tiene algunas otras cualidades tópicas además del acné- comento Neville- siempre y cuando lo preparen porque en estado puro es algo peligroso

Les evitaría a los estudiantes tener que recurrir a ciertas medidas desesperadas para librarse de los granos.

-Eso es verdad- comento James- varios de nuestros compañeros hicieron tales locuras para librarse de los granos, pero siempre terminaban en la enfermería.

—Como la pobre Eloise Migden —dijo Hannah Abbott, alumna de Hufflepuff, en voz muy baja—. Intentó quitárselos mediante una maldición.

—Una chica bastante tonta —afirmó la profesora Sprout, moviendo la cabeza—. Pero al final la señora Pomfrey consiguió ponerle la nariz donde la tenía.

Varios de los presentes se pusieron a reír, les hubiera gustado saber más detalles de lo ocurrido pero no creían que eso llegara a pasar.

El insistente repicar de una campana procedente del castillo resonó en los húmedos terrenos del colegio, señalando que la clase había finalizado, y el grupo de alumnos se dividió: los de Hufflepuff subieron al aula de Transformaciones, y los de Gryffindor se encaminaron en sentido contrario, bajando por la explanada, hacia la pequeña cabaña de madera de Hagrid, que se alzaba en el mismo borde del bosque prohibido.

-Cuidado de criaturas mágicas- comentarios varios a la vez.

-Esperemos que sea mejor que las clases el año pasado- comento Alice.

-Bueno, fueron un tanto “interesantes”- comento Neville, algunos de sus compañeros torcieron los ojos, otros asían una mueca difícil de descifrar, si bien las clases fueron más interesantes que las anteriores, a ninguno le gustaría volver a tener que cuidar a esas cosas.

Hagrid los estaba esperando de pie, fuera de la cabaña, con una mano puesta en el collar de Fang, su enorme perro jabalinero de color negro. En el suelo, a sus pies, había varias cajas de madera abiertas, y Fang gimoteaba y tiraba del collar, ansioso por investigar el contenido. Al acercarse, un traqueteo llegó a sus oídos, acompañado de lo que parecían pequeños estallidos.

— ¡Buenas! —Saludó Hagrid, sonriendo a Harry, Ron y Hermione—. Será mejor que esperemos a los de Slytherin, que no querrán perderse esto: ¡escregutos de cola explosiva!

-¡¿Qué?!- preguntaron varios.

-Escregutos de cola explosiva- repitió Charlie- no recuerdo haber escuchado de una criatura como esa- varios vieron al pelirrojo con asombro.

-Esto es grabe, que un obsesivo de los animales como tú no sepa lo que es- comento Dora ganándose una irada severa del pelirrojo.

— ¿Cómo? —preguntó Ron.

Hagrid señaló las cajas.

— ¡Ay! —chilló Lavender Brown, dando un salto hacia atrás.

-Fue una visión horrible- comento la chica.

Marlene fue leyendo la descripción de los escregutos haciendo que muchos pensaran (como lo hizo Harry en su momento) que la exclamación de la chica fue correcta, tano los de la primera como de la tercera emporada no podían creer que criaturas como esas podían existir, pero por su parte los de segunda generación no podía evitar recordarlos y más cuando su tamaño fue aumentando cada vez más.

—Recién nacidos —dijo con orgullo Hagrid—, para que podáis criarlos vosotros mismos. ¡He pensado que puede ser un pequeño proyecto!

-Eso suena fantástico- dijo Sirius con una evidente ironía- ni siquiera saben que son y ahora tienen que criarlos.

-Por la descripción no creo que sea un proyecto fácil para realizar- agrego James, no sabía mucho de esas cosas como para estar seguro de que su hijo tuviera que ver con ellas.

— ¿Y por qué tenemos que criarlos? —preguntó una voz fría.

Acababan de llegar los de Slytherin. El que había hablado era Draco Malfoy. Crabbe y Goyle le reían la gracia.

Hagrid se quedó perplejo ante la pregunta.

—Sí, ¿qué hacen? —Insistió Malfoy—. ¿Para qué sirven?

-Aunque no quisiera admitirlo, muchos nos hicimos esa pregunta- omento Neville mientras que varios de los jóvenes del futuro se veían entre ellos, ciertamente es una duda que nunca se pudo aclarar.

Hagrid abrió la boca, según parecía haciendo un considerable esfuerzo para pensar. Hubo una pausa que duró unos segundos, al cabo de la cual dijo bruscamente:

—Eso lo sabrás en la próxima clase, Malfoy. Hoy sólo tienes que darles de comer. Pero tendréis que probar con diferentes cosas. Nunca he tenido escregutos, y no estoy seguro de qué les gusta. He traído huevos de hormiga, hígado de rana y trozos de culebra. Probad con un poco de cada.

-Eso es sumamente extraño- comento el que en ese tiempo daba la clase de cuidado de criaturas mágicas- que es lo que saben exactamente de esas criaturas- pregunto a nadie en específico, pero de igual manera nadie pudo darle una respuesta al profesor.

-Ni siquiera yo supe de esas cosas y mira que estuve muy involucrado ese año comento Charlie.

-No lo viste la vez que fuiste- le interrogo ron.

-No, estaba muy ocupado con... aquel asunto como para ver las nuevas mascotas de Hagrid- acepto el pelirrojo.

-Y supongo que no nos dirán que clase de situación es de la que hablas- comento James ante una sonrisa de disculpa del pelirrojo.

Aun así, conociendo al joven y la situación actual debía de tratarse de algo relacionado con una criatura mágica para el torneo, muy probablemente, de dragones.

—Primero el pus y ahora esto —murmuró Seamus.

-Se podría decir que no fue de nuestros mejores días- apoyo Deán ante el asentimiento de varios compañeros más.

Nada salvo el profundo afecto que le tenían a Hagrid podría haber convencido a Harry, Ron y Hermione de coger puñados de hígado despachurrado de rana y tratar de tentar con él a los escregutos de cola explosiva.

A pesar de todo Hagrid no podía evitar sentirse bien al saberse a querido por esos chicos.

A Harry no se le iba de la cabeza la idea de que aquello era completamente absurdo, porque los escregutos ni siquiera parecían tener boca.

-Ese es un buen punto, aunque forzosamente deberían de alimentarse de alguna forma- comento Dora.

-Me alegra no tener que ser yo el que averiguar la forma- agregó Teddy ante la mirada acusatoria de los jóvenes que sí tuvieron que pasar por eso.

— ¡Ay! —Gritó Deán Thomas, unos diez minutos después—. ¡Me ha hecho daño!

Hagrid, nervioso, corrió hacia él.

— ¡Le ha estallado la cola y me ha quemado! —explicó Deán enfadado, mostrándole a Hagrid la mano enrojecida.

— ¡Ah, sí, eso puede pasar cuando explotan! —dijo Hagrid, asintiendo con la cabeza.

-Creo que estas tomando la situación con mucha tranquilidad compañero- comento James- sé que te fascinan esas criaturas pero no creo que ellos te apoyen.

-No quiero pensar en cómo reaccionara la señora Pomfrey cuando lleguen varios estudiantes con quemaduras- agrego Remus.

— ¡Ay! —Exclamó de nuevo Lavender Brown—. Hagrid, ¿para qué hacemos esto?

—Bueno, algunos tienen aguijón —repuso con entusiasmo Hagrid (Lavender se apresuró a retirar la mano de la caja). Probablemente son los machos... Las hembras tienen en la barriga una especie de cosa succionadora... creo que es para chupar sangre.

Algunos jóvenes el pasado no pudieron evitar realizar alguna exclamación de sorpresa o miedo.

-Esos animales son realmente extraños- comento Alice

—Ahora ya comprendo por qué estamos intentando criarlos —dijo Malfoy sarcásticamente—. ¿Quién no querría tener una mascota capaz de quemarlo, aguijonearlo y chuparle la sangre al mismo tiempo?

Scorpius negó con la cabeza pero con una leve sonrisa en la comisura de sus labios, y es que como el, a la gran mayoría le desagradaba la actitud y forma de hablar del chico en ese tiempo, pero aun así incluso los merodeadores no podían evitar sentir cierta empatía con sus palabras, algo que solo los escregutos de cola explosiva podían logar.

—El que no sean muy agradables no quiere decir que no sean útiles —replicó Hermione con brusquedad—. La sangre de dragón es increíblemente útil por sus propiedades mágicas, aunque nadie querría tener un dragón como mascota, ¿no?

Harry y Ron sonrieron mirando a Hagrid, quien también les dirigió disimuladamente una sonrisa tras su poblada barba.

Fue una sonrisa que más de alguno puso en ese momento, mientras que Marlene leía sobre el incidente de su primer año con Norberto (que después sabrán que es norberta) y del gusto de Hagrid por esos animales.

—Bueno, al menos los escregutos son pequeños —comentó Ron una hora más tarde, mientras regresaban al castillo para comer.

—Lo son ahora —repuso Hermione, exasperada—. Cuando Hagrid haya averiguado lo que comen, me temo que pueden hacerse de dos metros.

-Y su humor no era mejor- comento por lo bajo Harry recordando al que se topó en aquel laberinto.

—Bueno, no importará mucho si resulta que curan el mareo o algo, ¿no? —dijo Ron con una sonrisa pícara.

—Sabes bien que eso sólo lo dije para que Malfoy se callara —contestó Hermione

-Es bueno que siempre estés dispuesta a apoyar a tus amigos castaña- le alabo Sirius.

—. Pero la verdad es que sospecho que tiene razón. Lo mejor que se podría hacer con ellos es pisarlos antes de que nos empiecen a atacar.

-Oh- exclamo de inmediato Hagrid esa declaración le pareció un poco fuerte.

-Bueno, creo que con el tiempo veremos qué pasa con esos animales- aseguro James.

-Yo solo espero que no les traigan problemas- agregó Lily, más de lo que los escregutos pudieran hacer a los chicos, y es que esas criaturas parecían alguna cruza entre dos especies, y con los problemas que había tenido Hagrid con el ministerio (cuando lo metieron a Azkabán en segundo y el año pasado con lo del hipogrifo), esperaba que eso no les diera motivos para hacerle algo.

-Tranquila cariño todo estará bien- le aseguro su novio, aunque no con mucha seguridad.

Se sentaron a la mesa de Gryffindor y se sirvieron patatas y chuletas de cordero. Hermione empezó a comer tan rápido que Harry y Ron se quedaron mirándola.

-Bien por fin se terminó la huelga de hambre- comento Sirius.

-Pero no creo que se rinda tan fácilmente con ese tema- agrego Marlene.

-Claro que no, así no se comportaría nuestra Hermione- dijo esta vez Ron en parte complacido por la actitud de su novia y en parte molesto por todo lo que han tenido que soportar por su movimiento.

—Eh... ¿se trata de la nueva estrategia de campaña por los derechos de los elfos? —Le preguntó Ron—. ¿Intentas vomitar?

—No —respondió Hermione con toda la elegancia que le fue posible teniendo la boca llena de coles de Bruselas

-De seguro te veías igual que Ron cuando come- comento Ginny- él siempre come de esa manera.

-No siempre lo hago- se defendió el pelirrojo.

-Pero tampoco es extraño que te pongas a comer con tanta desesperación hermanito- contradijo George.

-En especial cuando no está mamá que te regañe por eso- agrego Fred.

—. Sólo quiero ir a la biblioteca.

-¡¿Qué?!- exclamaron James y Sirius- ni lunático iba a la biblioteca el primer día- continuo el oji gris.

-Tenía cosas que hacer y no estaban relacionadas con los deberes de la escuela- se defendió Hermione.

— ¿Qué? —Exclamó Ron sin dar crédito a sus oídos—. Hermione, ¡hoy es el primer día del curso! ¡Todavía no nos han puesto deberes!

Hermione se encogió de hombros y siguió engullendo la comida como si no hubiera probado bocado en varios días. Luego se puso en pie de un salto, les dijo « ¡Os veré en la cena!» y salió a toda velocidad.

Marlene continúo leyendo como Harry y ron se dirigieron al aula de adivinación después de que sonara la campana así con la clásica descripción del aula.

-Genial, comienzan un nuevo año con sus seudo-advinaciones y supuesta predicciones de muerte- exclamo Albus con cierto recelo.

-Y eso no has tenido que pasar por eso en persona- comento Harry.

-Bueno  era lo que se buscaban por continuar con esa clase, bien podrían haber elegido otra asignatura- reitero Hermione nuevamente- pero bueno, creo que ya no viene al caso reclamar nada.

—Buenos días —dijo la tenue voz de la profesora Trelawney justo a la espalda de Harry, que dio un respingo.

-Adivino, viene la descripción de la mujer- exclamo Sirius para que después la rubia leyera justamente eso- si ya lo sabía.

-Sirius ya deja eso por la paz- le reclamo Lily.

-Pero es que algo molesto que vuelvan a decir lo mismo- se defendió el oji gris.

-Pero no dirías lo mismo si fuera una descripción tuya- salto Marlene.

-Pues si ya recupere mi fantástica figura no me molestaría- aseguro el joven guiñándole un ojo a la chica.

-Tú no tienes remedio- sentencio ella con una sonrisa antes de retomar la lectura.

—Estás preocupado, querido mío —le dijo a Harry en tono lúgubre—. Mi ojo interior puede ver por detrás de tu valeroso rostro la atribulada alma que habita dentro. Y lamento decirte que tus preocupaciones no carecen de motivo. Veo ante ti tiempos difíciles... muy difíciles... Presiento que eso que temes realmente ocurrirá... y quizá antes de lo que crees...

Algunos voltearon los ojos al escuchar las palabras de la mujer, otros tomaron con un poco de veracidad (como Lavender y Parvati por ejemplo) y otros más resoplaron con cierta molestia.

-No puede hablar más que de tragedias- exclamo Rose

-Hasta donde hemos visto, no, solo sabe hablar de tragedias- corroboro Scorpius.

La voz se convirtió en un susurro. Ron miró a Harry, y éste le devolvió la mirada muy fríamente. La profesora Trelawney los dejó y fue a sentarse en un sillón grande de orejas ante el fuego, de cara a la clase. Lavender Brown y Parvati Patil, que admiraban intensamente a la profesora Trelawney, estaban sentadas sobre cojines muy cerca de ella.

-Evidentemente, ellas están completamente obsesionadas con esa profesora- comentó Gideon.

-Tal vez incluso hasta están enamorada de ella- propuso Fabián

-¡¡Hey!!- reclamaron las dos jóvenes

-Algo similar a lo que pasaría si lunático fuera profesor de mi sobrina

-Sirius, de todos tus comentarios, este en particular, no tienen sentido de ser hecho en este momento- le aseguro Remus.

-como no Remus, la comparación en lo personal me parce correcta- aseguro James.

—Queridos míos, ha llegado la hora de mirar las estrellas —dijo—: los movimientos de los planetas y los misteriosos prodigios que revelan tan sólo a aquellos capaces de comprender los pasos de su danza celestial. El destino humano puede descifrarse en los rayos planetarios, que se entrecruzan...

-Firenze también nos enseñó astronomía, pero no de la mima manera que esa-comento por lo bajo Ron.

-Sí, y no les agrado en lo más mínimo que contradijera a Trelawney- agrego Harry viendo a ciertas chicas en particular.

Pero los pensamientos de Harry se habían lanzado a vagar. Aquel fuego perfumado siempre conseguía adormecerlo y atontarlo, y las divagaciones de la profesora Trelawney nunca lograban lo que se dice encandilarlo... aunque en aquel momento no podía dejar de pensar en lo que ella le acababa de decir: «Presiento que eso que temes realmente ocurrirá...»

-Pero en esa ocasión no tienes alguna preocupación- comentó Alice- al menos no como las que has tenido antes.

-Es cierto, aunque por todo lo que ha ocurrido en el verano tampoco podemos decir que sea un año normal- comento Frank recibiendo una mirada severa de su esposa y de Lily- bueno, es cierto- dijo el hombre.

Pero Hermione tenía razón, pensó Harry de mal talante: la profesora Trelawney no era más que un fraude.

Las jóvenes que tenían en alta estima a la profesora vieron de forma ofendida y molesta al azabache en ese momento.

En aquel momento no había nada que él temiera, en absoluto... bueno, salvo que se tuvieran en cuenta los temores de que hubieran atrapado a Sirius. Pero ¿qué sabía la profesora Trelawney? Hacía mucho que había llegado a la conclusión de que su don adivinatorio no era nada más que aprovechar las casualidades y echarle mucho misterio a la cosa.

-Eso es muy cierto- comentó Ted- la verdad aun no comprendo porque el profesor Dumbledore mantiene esa clase y más con ese tipo de profesora.

-Hay una buena razón para que siga ahí, pero eso ya lo verán después- comento Harry.

Excepto, claro está, aquella vez al final del último curso, cuando predijo que Voldemort se alzaría de nuevo. El mismo Dumbledore dijo que aquel trance le parecía auténtico, después de que Harry se lo describió...

-Y no fue la primera que hacia- hablo Lavender recordando las palabas del anciano director.

-Dos aciertos esporádicos no es algo de lo que debería alardear- aseguro Hermione desafiante a su compañera- en especial porque ni siquiera lo hizo con intención- esas palabas, como las de lavender, eran completamente ciertas.

-Siempre se pone así con esos temas- les pregunto Draco a los otros dos del trio que asintieron sin dudarlo

— ¡Harry! —susurró Ron.

— ¿Qué?

Harry miró a su alrededor. Toda la clase se estaba fijando en él. Se sentó más tieso. Había estado a punto de dormirse, entre el calor y sus pensamientos.

-Creo que no sería una mala idea, después de todo no creo que de algo sirva la clase- comentó Dora.

-Pero aun así es una clase, inútil o no, no debería de tomarse las cosas de esa manera- aseguro Teddy.

-Esas palabras fueron muy Lupin de tu parte jovencito- le dijo de inmediato Sirius.

—Estaba diciendo, querido mío, que tú naciste claramente bajo la torva influencia de Saturno —dijo la profesora Trelawney con una leve nota de resentimiento en la voz ante el hecho de que Harry no hubiera estado pendiente de sus palabras.

-Como si sus discursos fueran tan importantes- comento Fred quien recibió también un par de miradas ofendidas.

-Se llevara una buena sorpresa- comento Marlene.

-¿Qué quieres decir?- le interrogo Sirius.

-Bueno, según lo que se dé astrología, Harry no tendría nada que ver con Saturno- explico la rubia antes de retomar la lectura.

—Perdón, ¿nací bajo qué? —preguntó Harry.

—Saturno, querido mío, ¡el planeta Saturno! —Repitió la profesora Trelawney, decididamente irritada porque Harry no parecía impresionado por esta noticia—. Estaba diciendo que Saturno se hallaba seguramente en posición dominante en el momento de tu nacimiento: tu pelo oscuro, tu estatura exigua, las trágicas pérdidas que sufriste tan temprano en la vida... Creo que no me equivoco al pensar, querido mío, que naciste justo a mitad del invierno, ¿no es así?

-No, ahora sí que está muy perdida- comento con media sonrisa George al igual que su gemelo y algunos más de los Weasley, ellos conocían muy bien cuando cumplía años el azabache.

—No —contestó Harry—. Nací en julio.

-Y aun así siguen pensando que es una buena adivinadora- no era una pregunta, sino una afirmación de Andrómeda, y lo sabía por la actitud de esas dos chicas del futuro.

Ron se apresuró a convertir su risa en una áspera tos.

Media hora después la profesora Trelawney le dio a cada alumno un complicado mapa circular, con el que intentaron averiguar la posición de cada uno de los planetas en el momento de su nacimiento.

-Bueno, eso suena un poco coherente- comento Lily- aunque no se en que les beneficiara eso.

-Ni yo tampoco- le apoyo James que se ganó una mirada impresionada de su novia.

-Pero no se suponía que ustedes tomaron esa clase, como no puedes saberlo- le interrogo la pelirroja.

-Bueno tú sabes, no es una de esas clases importantes para nosotros y bueno, nosotros no siempre presamos atención.

-Y al profesor tampoco le importaba mucho, así que no nos quejábamos- apoyo Sirius más relajado que el azabache.

-La verdad no se ni porque me extraña, digo, después de todo se trata de ustedes.

Era un trabajo pesado, que requería mucha consulta de tablas horarias y cálculo de ángulos.

—A mí me salen dos Neptunos —dijo Harry después de un rato, observando con el entrecejo fruncido su trozo de pergamino

Varios de los presentes se rieron divertidos, incluso el mismo Harry se rio un poco, sin duda esa no era una clase para el joven oji verde, aunque claro, tampoco parecía estar muy interesado en cambar ese hecho

—. No puede estar bien, ¿verdad?

—Aaaaaah —dijo Ron, imitando el tenue tono de la profesora Trelawney—, cuando aparecen en el cielo dos Neptunos es un indicio infalible de que va a nacer un enano con gafas, Harry...

Nuevas risas se dejaron oír, pero esta vez por la broma del pelirrojo.

-Bueno dirás lo que quieras- dijo Fabián viendo a Hermione- la clase puede ser inútil para ellos, no aprenderán absolutamente nada en ella.

-Que la profesora es poco menos que un fraude- agrego Gideon- pero aun así, están pasando unos momentos muy divertidos.

Seamus y Deán, que trabajaban cerca de ellos, se rieron con fuerza, aunque no lo bastante para amortiguar los emocionados chillidos de Lavender Brown.

La joven se encogió un poco de hombros y un tenue color escarlata apareció en sus mejillas, no era algo vergonzoso, pero aun así,  la forma en que se exalto por ese error tampoco era algo para enorgullecerse.

— ¡Profesora, mire! ¡He encontrado un planeta desconocido!, ¿qué es, profesora?

—Es Urano, querida mía —le dijo la profesora Trelawney mirando el mapa.

Esa debía de ser una de las clases más divertidas que debieron de tener los jóvenes, por lo menos ellos estaban disfrutando mucho de tanas cosas, errores y ocurrencias que leían.

— ¿Puedo echarle yo también un vistazo a tu Urano, Lavender? —preguntó Ron con sorna.

Varios sonrieron ante esta nueva broma del pelirrojo, mientras que Molly le mandaba una irada media represiva y los gemelos Weasley le mostraban su aprobación por no haber desaprovechado esa oportunidad.

Desgraciadamente, la profesora Trelawney lo oyó,

-O no, eso será algo muy malo para ustedes- aseguro de inmediato Fred que había perdido su sonrisa.

Y seguramente fue ése el motivo de que les pusiera tanto trabajo al final de la clase.

—Un análisis detallado de la manera en que os afectarán los movimientos planetarios durante el próximo mes, con referencias a vuestro mapa personal —dijo en un tono duro que recordaba más al de la profesora McGonagall que al suyo propio—. ¡Quiero que me lo entreguéis el próximo lunes, y no admito excusas!

-Claro, no podía ser de otra manera- aseguró George con cierta molesta- pero que se cree esa mujer.

-Hey, que fue un trabajo muy interesante- la defendió Parvati.

-Sin duda disfrutaron haciéndola- dijo con sorna Hermione viendo a sus amigos que sonrieron, debían admitir que si se divirtieron un poco con su modo alternativo de adivinación.

— ¡Rata vieja! —Se quejó Ron con amargura mientras descendían la escalera con todos los demás de regreso al Gran Comedor, para la cena—. Eso nos llevará todo el fin de semana, ya verás.

-Pero tú tuviste la culpa hermanito, la broma estaba bien pero debiste ser más discreto- aseguro Fred.

-Y más con esa clase que solo los locos pueden tomar en serio- agrego George.

-Hey- reclamaron Lavender y Parvati de inmediato, sin duda esos fueron los párrafos que menos les habían gustado del libro hasta ahora.

— ¿Muchos deberes? —les preguntó muy alegre Hermione, al alcanzarlos—. ¡La profesora Vector no nos ha puesto nada!

-Y se lo restriegas en la cara- comento Draco- con todo respeto eso parecía intencional.

-No es verdad- se defendió la castaña- tal vez un poco pero no tenía la intención de molestarlos.

-Pero si lo hiciste sabes- aseguro Ron.

—Bien, ¡bravo por la profesora Vector! —dijo Ron, de mal humor.

Llegaron al vestíbulo, abarrotado ya de gente que hacía cola para entrar a cenar. Acababan de ponerse en la cola cuando oyeron una voz estridente a sus espaldas:

— ¡Weasley! ¡Eh, Weasley!

Harry, Ron y Hermione se volvieron. Malfoy, Crabbe y Goyle estaban ante ellos, muy contentos por algún motivo.

-Una nueva aparición tuya he- salto Scorpius con cierta decepción en la voz.

-Sí, eso me temo- aseguró el rubio.

-Fue uno de los mejores momentos de nuestra vida- aseguro ron con una sonrisa.

-Cállate Weasley- le reclamo Draco, él sabía que no había actuado bien, pero aun así el recuerdo de lo que hizo ese maldito seguía siendo un muy mal recuerdo, no era el peor, pero su una bastante desagradable.

-He, ¿de qué están hablando?- pregunto con cautela Rose.

-Ya lo veras querida- le respondió Hermione- lo mejor será continuar con la lectura- sugirió la castaña pensando que Draco y Ron podían comenzar una pelea si les permitiesen seguir hablando. Marlene que capto la intención de la joven volvió al libro.

— ¿Qué? —contestó Ron lacónicamente.

— ¡Tu padre ha salido en el periódico, Weasley! —Anunció Malfoy, blandiendo un ejemplar de El Profeta y hablando muy alto, para que todos cuantos abarrotaban el vestíbulo pudieran oírlo—. ¡Escucha esto!


MÁS ERRORES EN EL MINISTERIO DE MAGIA

-Adivino, Rita Skeeter- dijo James mientras los jóvenes del futuro asentían- esa maldita ya me está exasperando.

Marlene fue leyendo el articula de la mujer, en donde ni siquiera tuvieron la decencia de anotar el nombre del señor Weasley llamándolo Arnold

Malfoy levantó la vista.

—Ni siquiera aciertan con su nombre, Weasley, pero no es de extrañar tratándose de un don nadie, ¿verdad? —dijo exultante.

Todos, o mejor dicho casi todo los Weasley vieron con total repulsión al rubio que sentía esas penetrantes miradas en ese instante, la única excepción era Ron que un mantenía una muy vivida imagen de lo que paso después con su rival.

Todo el mundo escuchaba en el vestíbulo. Con un floreo de la mano, Malfoy volvió a alzar el periódico y leyó:

Marlene continuo leyendo el artículo que hablaba del incidente de Moody y diciendo en cómo pudo involucrar al ministerio en un incidente tan poco digno.

-Esa maldita, si alguien más hubiera ido de seguro habría hecho un escándalo aún más grande.- aseguro Frank.

-Pero al menos el incidente no trascendiera tanto para que ojo loco pudiera ir a Hogwarts- agrego James- es una latina que Arthur tenga que soportar eso.

-No hay problema, me alegra haber podido ayudar a un amigo- aseguro Arthur que aunque molesto por la situación, minimizo todo con esas palabras, por su parte ojo loco no pudo evitar cierto sentimiento de remordimiento por causarle problemas al pelirrojo, aunque

— ¡Y viene una foto, Weasley! —añadió Malfoy, dándole la vuelta al periódico y levantándolo—. Una foto de tus padres a la puerta de su casa... ¡bueno, si esto se puede llamar casa! Tu madre tendría que perder un poco de peso, ¿no crees?

Entonces el calmado rostro del señor Weasley se puso rojo, conteniendo la furia que acababa de aparecer en él, podía soportar lo que dijeran de su persona, pero que no se metieran con su esposa e hijos porque entonces se alteraba bastante, ahí está el incidente que paso en la tienda de libros cuando golpeo a Lucius antes  de que los chicos comenzaran su segundo curso.

Ron temblaba de furia. Todo el mundo lo miraba.

—Métetelo por donde te quepa, Malfoy —dijo Harry—. Vamos, Ron...

— ¡Ah, Potter! Tú has pasado el verano con ellos, ¿verdad? —dijo Malfoy con aire despectivo—. Dime, ¿su madre tiene al natural ese aspecto de cerdito, o es sólo la foto?

-Te estas ganado una buena Malfoy- exclamo Sirius.

-Tranquilo- intervino Marlene antes de que el joven hiciera alguna estupidez- eso aún no ha pasado en nuestro tiempo

-Pero paso en algún momento- reitero Sirius- y créeme que en verdad me estoy controlando aseguro el oji gris.

— ¿Y te has fijado en tu madre, Malfoy? —preguntó Harry. Tanto él como Hermione sujetaban a Ron por la túnica para impedir que se lanzara contra Malfoy—. Esa expresión que tiene, como si estuviera oliendo mierda, ¿la tiene siempre, o sólo cuando estás tú cerca?

El pálido rostro de Malfoy se puso sonrosado.

En ese momento Narcisa adquirió un tono escarlata igual al que su hijo tuvo en su momento, le molestaba sobre manera que hablaran así de ella, pero que podría decir para defenderse cuando su propio hijo el que había iniciado todo diciendo cosas similares, y de cierta forma, los había incitado a que le respondieran, eso le hacía sentir impotencia además de pena, pero no pena por su hijo si no por ella, nuevamente se preguntaba qué clase de padres (pero más concretamente que clase de madre) abrían sido para que Draco fuera de esa manera, no le cabía duda que si su hijo actuaba de esa manera no era su culpa sino la de ellos.

—No te atrevas a insultar a mi madre, Potter.

—Pues mantén cerrada tu grasienta bocaza —le contestó Harry, dándose la vuelta.

¡BUM!

-¡Cuidado Harry!- grito de inmediato James con preocupación y sorpresa, preocupación por su hijo y sorpresa por no haber previsto que el Draco de esa época sería capaz de hacer alto tan bajo como atacar por la espalda.

-¡Indigno, completamente indigno!- espeto esta vez Alastor- atacar por la espalda a alguien, si estuviera en ese momento ya verías lo que...

-Sí, lo he viso- le interrumpió el rubio, que aunque la realidad era que no se trataba del verdadero Alastor, pero por lo que había visto del  verdadero hasta ahora, el farsante actuaba perfectamente como él.

Hubo gritos. Harry notó que algo candente le arañaba un lado de la cara, y metió la mano en la túnica para coger la varita.

-Nada mal con tus reflejos- aseguro Frank- aunque hubiera sido mejor que hubieras podido predecir su reacción y no darle la espalda en primer lugar auch- se silenció al recibir un codazo de su esposa.

-Se trata de solo un niño no de un aprendiz de auror Frank- le reclamo Alice en ese momento.

Pero, antes de que hubiera llegado a tocarla, oyó un segundo ¡BUM! y un grito que retumbó en todo el vestíbulo.

— ¡AH, NO, TÚ NO, MUCHACHO!

Harry se volvió completamente. El profesor Moody bajaba cojeando por la escalinata de mármol.

-Valla, por fin- exclamo Sirius- el capítulo lleva su nombre pero apenas apareció, casi al final.

-Entonces no creo que descubramos las cosas que esperábamos en este capítulo- aseguro Ted que quería saber cómo era en su puesto de profesor.

Había sacado la varita y apuntaba con ella a un hurón blanco que tiritaba sobre el suelo de losas de piedra, en el mismo lugar en que había estado Malfoy.

-¿Un hurón?- repitieron varios a la vez sin entender mientras de Draco perdía un poco el color de su rostro

Unos pocos estaban aún más extrañados porque mencionaron que dicho animal estaba en el lugar del rubio, y estos pudieron notar una expresión bastante curiosa en Draco, eso les dijo que tenía alguna relación, pero aun no eran capaces de vislumbrar cual era.

Un aterrorizado silencio se apoderó del vestíbulo. Salvo Moody, nadie movía un músculo. Moody se volvió para mirar a Harry. O, al menos, lo miraba con su ojo normal. El otro estaba en blanco, como dirigido hacia el interior de su cabeza.

— ¿Te ha dado? —gruñó Moody. Tenía una voz baja y grave.

—No —respondió Harry—, sólo me ha rozado.

-Por fortuna- exclamo James- fue una suerte que llegara en ese momento.

-Vamos cornamenta, los dos sabemos que el cachorro bien podría plantarle cara a ese- le aseguro Sirius.

-Aun cuando sea cierto, seguiría metiéndose en problemas por tener “un duelo” en medio del pasillo- aseguro Lily- al final no importa como resultara todo, habrían perdido porque estarían castigados.

— ¡DÉJALO! —gritó Moody.

— ¿Que deje... qué? —preguntó Harry, desconcertado.

—No te lo digo a ti... ¡se lo digo a él! —gruñó Moody, señalando con el pulgar, por encima del hombro, a Crabbe, que se había quedado paralizado a punto de coger el hurón blanco. Según parecía, el ojo giratorio de Moody era mágico, y podía ver lo que ocurría detrás de él.

-Justamente eso puede hacer- aseguro Alastor- y no solo eso, también puedo ver a través de muchas cosas que pueden ocular a mis enemigos.

-¿Cosas como qué?- pregunto con interés Dora.

-Capas de invisibilidad, paredes cercanas y algunos hechizos- respondió el auror.

-Capas de invisibilidad- repitió James viendo a su hijo, si eso fuera cierto sería muy problemático para Harry si lo llegase a descubrir saliendo a deshoras, aunque también al tratarse de alguien como Alastor ojo loco Mody, su reacción podría ser muy imprevisible.

Moody se acercó cojeando a Crabbe, Goyle y el hurón, que dio un chillido de terror y salió corriendo hacia las mazmorras.

— ¡Me parece que no vas a ir a ningún lado! —le gritó Moody, volviendo a apuntar al hurón con la varita.

El hurón se elevó tres metros en el aire, cayó al suelo dando un golpe y rebotó.

Algunos sonrieron con cierta gracias (sobre todo Ron) otros sintieron pena por el pobre animal sin saber oda la historia, y en cuanto a Draco bueno, a él no le hacía ni la más pisca d gracia todo lo que le ocurrió.

—No me gusta la gente que ataca por la espalda —gruñó Moody, mientras el hurón botaba cada vez más alto, chillando de dolor—. Es algo innoble, cobarde, inmundo...

-¡¡ ¿Qué?!!- grito con fuerza Narcisa, tal parece que ella había unido los cabos y descubierto que era lo que estaba pasando- ¡¡convertiste a mi hijo en un hurón!!- le recrimino a Alastor mientras el resto de los presentes acababan de comprender la situación.

-Hubiera sido más apropiado convertirlo en una rata- le devolvió ojo loco sin inmutarse en lo absoluto.

-Tu eres un maldito infeliz- le volvo a gritar la mujer.

-No creo que tengas derecho a reclamar nada con el tipo que familia que tienes mujer-termino el auror.

-Lo mejor será que continuemos con la lectura- intervino Dumbledore, no quería que esa pelea, que podría durar demasiado sin llegar a un sitio, se hiera más grande.

El hurón se agitaba en el aire, sacudiendo desesperado las patas y la cola.

-¿Y qué se siente tener cola he?- le interrogo Sirius con tono burlón.

-No me interesaba algo tan estúpido en ese momento- le devolvió Draco disgustado por tomar esa experiencia a broma- además tú te conviertes en perro, deberás saber que se siente una cola.

-Muy buen punto rubiecito- le concedió el animago.

—No... Vuelvas... a hacer... eso... —dijo Moody, acompasando cada palabra a los botes del hurón.

— ¡Profesor Moody! —exclamó una voz horrorizada.
La profesora McGonagall bajaba por la escalinata de mármol, cargada de libros.

-Y ahí fue donde nuestra diversión llego a su fin- comento George recibiendo una mirada molesta de Draco.

-Sí, la profesora no dejo que ojo loco continuara- agrego Fred.

-Eso no es un juego- exclamo Rose- podría haber salido lastimado por todo eso

-Y a ti que te importa este- le pregunto a la defensiva Ron.

-En nuestra época él no es tan malo- salto James “S”- además será su futuro suegro, el padre de su novio, así que…

-Ya cállate- le reclamaron Rose y Scorpius lo que hizo sonreír a algunos.

-En verdad que Sirius es una muy mala influencia- comento para sorpresa de muchos Ginny.

-Y yo que tengo que ver con eso mini pelirroja- salto Sirius.

-Pues que se pone a interrumpir como tú lo haces con el profesor Remus- explico la chica.

-No, James ha sido así desde antes de que los conociéramos- explico Albus- pero aun así no será bueno que dejen que esos dos interactúen mucho.

-¡Hey!- exclamaron James “S” y Sirius

—Hola, profesora McGonagall —respondió Moody con toda tranquilidad, haciendo botar aún más alto al hurón.

Frank, Alice y algunos más negaron con la cabeza en ese momento, muchos de los presentes, pero en especial aquellos que lo conocían un poco más, consideraron que era clásico que Alastor hablara con completa naturalidad en esos momentos.

— ¿Qué... qué está usted haciendo? —preguntó la profesora McGonagall, siguiendo con los ojos la trayectoria aérea del hurón.

—Enseñar —explicó Moody.

Los gemelos Weasley, Prewet, y algunos otros sonrieron por las palabras del hombre, un sentido del humor bastante turbia pero de igual forma la tremenda ironía con lo que decía eso era algo hilarante

—Ens... Moody, ¿eso es un alumno? —gritó la profesora McGonagall al tiempo que dejaba caer todos los libros.

—Sí —contestó Moody.

-Ni siquiera te moléstate en ocultarlo- dijo Frank- o por lo menos dar una excusa.

-no tengo porque disculparme- aseguro Alastor- un buen escarmiento es lo que ese hico necesita- agrego.

-pero tus métodos son mucho menos que ortodoxos- exclamo Alice.

— ¡No! —vociferó la profesora McGonagall, bajando a toda prisa la escalera y sacando la varita. Al momento siguiente reapareció Malfoy con un ruido seco, hecho un ovillo en el suelo con el pelo lacio y rubio caído sobre la cara, que en ese momento tenía un color rosa muy vivo. Haciendo un gesto de dolor, se puso en pie.

Draco sintió un leve escalofrió recordando ese momento, Astoria noto esto así que abrazo al rubio para que se sintiera mejor, por muy mal que hubiera actuado, seguía siendo una persona común y corriente, y también merecía recibir algo de amor.

— ¡Moody, nosotros jamás usamos la transformación como castigo! —Dijo con voz débil la profesora McGonagall—. Supongo que el profesor Dumbledore se lo ha explicado.

—Puede que lo haya mencionado, sí —respondió Moody, rascándose la barbilla muy tranquilo

Nuevamente una sonrisa apareció en los rostros de los bromistas.

-No creo que sea tan mala idea tenerlo como profesor- comento Gideon.

-No dirías eso si fuera a ti a quien te transformara- le reclamo Draco.

-Eso es completamente imposible- aseguro Fabián.

-De hecho no- salto Lily- solo tienen que hacer algo que no le agrade para recibir sus “castigos” como cualquier otro.
-
No es algo bueno que actué así- agrego Molly- pero tal vez es lo que algunos necesitan- termino la mujer viendo a los dos pares de gemelos que perdieron la sonrisa antes la “aprobación” de la señora Weasley a los métodos de Moody.

—, pero pensé que un buen susto...

— ¡Lo que hacemos es dejarlos sin salir, Moody! ¡O hablamos con el jefe de la casa a la que pertenece el infractor...!

-Claro, como si quejicus fuera a hacer algo en contra de una serpiente de su casa- salto de inmediato Sirius.

-Pero eso promoverá que Alastor hable con Snape, sin duda sería un encuentro interesante de ver.

-Eso sería bueno

-Pero es algo entre profesores, no creo que Harry esté presente en dicho encuentro- contradijo Marlene basándose en el hecho de que casi toda la historia se narraba desde el puno e vista el chico.

-Quien sabe, Harry suele estar en esos momentos precisos, después de todo es algo entrometido y auch…- grito ante la represión física (golpe) de pare de Lily.-Pero que violenta pelirroja

-Y si no quieres que su hijo se le una  será mejor que midas mejor tus palabras- agrego Harry en advertencia.

—Entonces haré eso —contestó Moody, mirando a Malfoy con desagrado.

Malfoy, que aún tenía los ojos llenos de lágrimas a causa del dolor y la humillación,

Tanto Astoria como Scorpius sintieron pena por su novia y padre respectivamente, lo abrazaron para tratar de trasmitirle su apoyo y hacerlo sentir un poco mejor, aunque en el fondo el chico sabía que esa experimenta no era nada comparado a los que tuvo que vivir un par de años después.

Miró a Moody con odio y murmuró una frase de la que se pudo entender claramente las palabras «mi padre».

— ¿Ah, sí? —dijo Moody en voz baja, acercándose con su cojera unos pocos pasos. Los golpes de su pata de palo contra el suelo retumbaron en todo el vestíbulo—. Bien, conozco a tu padre desde hace mucho, chaval.

-Me sorprende que teniendo a alguien como Alastor detrás de él pudiera librarse de Azkabán- comento Alice.

-Sin duda su dinero tuvo algo que ver con eso- agrego Ted.

Dile que Moody vigilará a su hijo muy de cerca... Dile eso de mi parte...

-No le agrado nada saber que él estaba en el colegio- comentó Draco.

-No lo dudo- aseguró Frank- sin importar que Alastor no tiene injerencia alguna en el ministerio, podría ser un verdadero problema para Lucius.

Bueno, supongo que el jefe de tu casa es Snape, ¿no?

—Sí —respondió Malfoy, con resentimiento.

—Otro viejo amigo —gruñó Moody—. Hace mucho que tengo ganas de charlar con el viejo Snape... Vamos, adelante... —Y agarró a Malfoy del brazo para conducirlo de camino a las mazmorras.

-¿Y cómo termino la conversación entre ojo loco y quejicus?- interrogo Sirius al rubio.

-Quien sabe- respondió Draco gana doce un par de miradas curiosas- cuando llegamos a las mazmorras se vieron con desagrado intercambiaron un par de palabras desafiantes entre ellos y luego me ordenaron que saliera- explicó- y no me iba a queda ahí para ver como terminaba.

-Aguafiestas- le reprendió Sirius, en verdad tenia curiosidad de lo que había pasado entre ellos.

La profesora McGonagall los siguió unos momentos con la vista; luego apuntó con la varita a los libros que se le habían caído, y, al moverla, éstos se levantaron de nuevo en el aire y regresaron a sus brazos.

-Tal vez hubiera sido más seguro el seguirlos- comento Andrómeda- no es que desconfié en Alastor, pero nunca se sabe lo que podría pasar.

—No me habléis —les dijo Ron a Harry y Hermione en voz baja cuando unos minutos más tarde se sentaban a la mesa de Gryffindor, rodeados de gente que comentaba muy animadamente lo que había sucedido.

— ¿Por qué no? —preguntó Hermione sorprendida.

-En verdad no tienes ni idea de porque no quiere ese momento de silencio- salto Fred.

-Sorprendente, en especial por la evidente tención y rencillas que hay entre ellos- agrego George.

—Porque quiero fijar esto en mi memoria para siempre —contestó Ron, con los ojos cerrados y una expresión de inmenso bienestar en la cara—: Draco Malfoy, el increíble hurón botador...

Varios sonrieron con diversión compartiendo la opinión del pelirrojo, pero otros como Draco y Narcisa no dejaban de verlo de forma molesta y recriminativa, lo cual no pudo aminorar la sonrisa que el pelirrojo tiene en ese momento.

Harry y Hermione se rieron, y Hermione sirvió estofado de buey en los platos.

—Sin embargo, Malfoy podría haber quedado herido de verdad —dijo ella—. La profesora McGonagall hizo bien en detenerlo.

-No cabe duda que eres hija de tu madre Rose- comento Teddy- hasta ella opina que no fue la mejor idea tratarlo así- aseguro mientras madre e hija sonreían con cierto orgullo de dicho parecido.

— ¡Hermione! —Dijo Ron como una furia, volviendo a abrir los ojos—. ¡No me estropees el mejor momento de mi vida!

Hermione hizo un ruido de reprobación y volvió a comer lo más aprisa que podía.

-Está bien que la comida es una prioridad, pero hasta comer demasiado rápido puede hacerte daño- comento Sirius.

-Y que lo diga alguien tan glotón como él sin duda debe de tratarse de algo serio- agrego Marlene imprimiendo un tono de diversión.

-¡Hey! que no soy tan glotón- aseguro el hombre.

-Más te vale, porque cuando se casen no quiero saber que mi amiga pasa hambre por tu culpa- aseguro Lily recibiendo una mirada sorprendida de una levemente sonrojada Marlene, de un incrédulo Sirius y de una mitad divertida de parte de James, Remus y de algunos más.

Lily comprendía que pocas veces hacia bromas como esa, pero comprendía que ese tipo de comentarios que su novio y amigo hacían con referencia a la relación (o futura relación) entre Remus y Dora era, desde su punto de vista, para ayudar a que el castaño aceptara y considerara viable que tuviera una relación de ese tipo, tal vez podría funcionar también con Sirius y Marlene, ya después vería que tan efectivo podría ser.

-Bien, por fin estas caminando por el sendero del bromista pelirroja- alto Sirius después de unos segundos.

-Pero nunca será como ustedes- aseguro la mujer- Marlene, podrías continuar- le solicito a la rubia saliendo de su impresión y retomando la lectura.

— ¡No me digas que vas a volver ahora, por la noche, a la biblioteca! —dijo Harry, observándola.

—No tengo más remedio —repuso Hermione—. Tengo mucho que hacer.

—Pero has dicho que la profesora Vector...

—No son deberes —lo cortó ella.

-¿Qué clase de cosas estás haciendo?- interrogo Marlene.

-Ya lo verán en unos capítulos más de seguro- aseguro la castaña, aunque no creía que fuera algo realmente relevante en la lectura prefería que se enteraran de su maravillosa idea en su momento.

Cinco minutos después, Hermione ya había dejado limpio el plato y había salido. Su sitio fue inmediatamente ocupado por Fred Weasley.

— ¿Qué me decís de Moody? —exclamó—. ¿No es guay?

—Más que guay —dijo George, sentándose enfrente de Fred.

—Superguay —afirmó Lee Jordan, el mejor amigo de los gemelos, ocupando el asiento que había al lado del de George—. Esta tarde hemos tenido clase con él —les dijo a Harry y Ron.

-¿Y cómo fue la clase de ustedes?, no creo que haya sido igual a la nuestra ¿no?- pregunto Ron.

-Cómo podríamos saberlo, ni siquiera sabemos cómo fue su primera clase con él- respondió Fred.

-Es probable que haya sido diferente para cada grado- aseguro Ginny- ya veremos cómo fue la primera clase de los chicos en su momento.

— ¿Qué tal fue? —preguntó Harry con interés. Fred, George y Lee intercambiaron miradas muy expresivas.

—Nunca hemos tenido una clase como ésa —aseguró Fred.

-Fue genial, aunque las clases de Lupin también eran muy buenas- aseguro George.

-Pero Alastor tiene muchas más experiencia con la pea contra las artes oscuras- aseguro Remus que sonreía por la palabras del pelirrojo.

-Tú también serias un grandioso auror sin duda- aseguro Dora abrasándolo por los hombros.

-Auw que tiernos, porque no se casan de una vez y conciben a su primer hijo… auca- grito ante el pellizco de su amigo.

-¿Eso fue por lo del matrimonio o por lo del hijo?

-Es para que te calles.

-Entonces si piensas en el matrimonio y en deshonrar a mi sobrina- Remus puso una mirada muy severa- a esta bien me callo

-Gracias.

—Ése sabe, tío —añadió Lee.

— ¿Qué es lo que sabe? —preguntó Ron, inclinándose hacia delante.

—Sabe de verdad cómo hacerlo —dijo George con mucho énfasis.

-En serio ¿él lo sabe?- siguió Gideon

-Claro que sabe que no oyes- respondió Fabián

— ¿Hacer qué? —preguntó Harry.

-¿Como que hacer qué?, pues lo que él sabe

-Algo que él sabe mejor que nadie más

-Van a seguir con sus tonterías- le reclamo Molly a sus hermanos- dejen que Marlene continúe con la lectura en paz- agrego mientras los gemelos no dejaban de sonreír.

—Luchar contra las Artes Oscuras —repuso Fred.

—Lo ha visto todo —explicó George.

—Sorprendente —dijo Lee.

Ron se abalanzó sobre su mochila en busca del horario.

— ¡No tenemos clase con él hasta el jueves! —concluyó desilusionado.

-Es el final- comento Marlene- al parecer la primera clase de Mody aparece en otro capítulo.

-Fue una buena clase, pero…- comenzó Neville pero no pudo continuar, esa clase fue particularmente más duro para él, mientras tanto el trio le mandaba una mirada de compasión y Luna lo abrazaba por el hombro, ella no sabía esa historia pero podía entender (al igual que sus padres) que era algo difícil.

-Bueno, creo que sería mejor que continuáramos con la lectura- comento Hermione antes de que comenzaran a hacer preguntas- solo un capítulo más antes de irnos a dormir verdad- interrogo viendo en dirección del director que le asintió afablemente- bien entonces déjenme leer el siguiente.

El libro recorrió de mano en mano el corto trecho de la mesa hasta el lugar donde Hermione se encontraba sentada, abrió el libro el libro en la próxima página y se dispuso a leer, pero antes de que pudiera leer siquiera el título ocurrió algo inesperado, algo que sorprendió a todos los presentes que no esperaban que volviera a pasar.