jueves, 5 de octubre de 2017

Capitulo 79.-La comprobación de las varitas mágicas


Decidió que esperaría solo un poco más, pero si cuando terminaba la hora de la comida la pelirroja no hacia acto de presencia le importaría un demonio lo que le dijeran, iría a buscar a su Lily por cada rincón del castillo si fuera necesario.

Por fortuna para él no fue necesario hacer tal cosa, pues sorpresivamente Lily Evans acababa de aparecer un par de minutos después de que aparcería la comida, caminaba con la misma tranquilidad con la que se había ido, de inmediato varios ojos se posaron sobre la chica esperando saber cómo se encontraba, en cuanto estuvo cerca James se puso de pie como un resorte y se acercó a ella.

-Lily, ¿está bien? - le dijo de inmediato.

-sí, ¿por qué no debería de estarlo? - respondió con total tranquilidad

-bueno pues, lo que ocurrió…

-eso es pastel de calabaza- le interrumpió la pelirroja ignorando completamente y tomo asiento y comenzó a comer dejando parado a James.

Aquellos que conocían a la pelirroja se sorprendieron por como actuaba, parecía “tranquila” esa sería la palabra, prosiguieron con su desayuno viendo de reojo a la joven de vez en cuando.

- ¿Qué leyeron en mi ausencia? - pregunto de pronto.

-he bueno, de lo de Harry, el cáliz, los campeones…- comenzó James, en ningún momento pensó como contarle los pormenores del capítulo anterior, aun cuando tampoco fue tan relevante.

-eso es muy específico- dijo con clara ironía- de esta forma seria como no saber nada, mejor pásame el libro

- ¿Qué?

-que me pases el libro, puedo leer mucho más rápido que la mayoría, terminare el capítulo antes de terminar de comer.

Sin estar muy seguros le terminaron pasando el libro a la pelirroja quien de inmediato se situó en el capítulo antes leído y comenzó con lo suyo.


-está muy calmada no lo crees- dijo por lo bajo Sirius.

-así parece- respondió Marlene- la siento un poco extraña, mejor veamos como continua.

-en verdad creen que este bien- les pregunto Harry a sus amigos.

-creo que si- respondió Hermione- parece que se está bloqueando de los problemas tomando una actitud muy despreocupada, supongo que con el tiempo ira asimilando la situación y regresara a la normalidad.

-eso espero- termino el azabache viendo como su madre centraba la vista en el libro.

La comida continuo sin mayores complicaciones, aunque un par de veces pudieron escuchar a Lily realizar unos comentarios como “un niño, si como no” o “valla educación para ser francesas”, era evidente cuales eran las partes que leyó en ese momento.

-bien ya terminé- dijo Lily cerrando el libro- y me decepciona la actitud de cierto chico- agrego viendo de reojo a Ron, quien entendió la indirecta de la mujer.

-muy bien- hablo Dumbledore cuando terminaron de comer- creo que sería momento, le parece bien señorita Evans

-he, ha sí, pero que alguien más lea, que yo ya no quiero hacerlo en lo que resta del día- dijo la chica

-está bien, algún voluntario para leer- pregunto el director.

-yo lo are profesor- se propuso Frank- bien, el capítulo se llamaLa comprobación de las varitas mágicas”

-la comprobación de varitas, para que quieren algo como eso- exclamo Remus.

-posiblemente para cerciorarse que las varitas están en buenas condiciones para desempeñarse en las pruebas, recuerda que es con lo único que contaran- exclamo Remus.

-pues espero que eso lo hagan en privado, no creo que sea conveniente que cualquiera sepa la información de sus varitas- comento Alastor

-en especial si ese que metió el nombre de Harry en el cáliz, podría usarlo para sabotearlo- agrego Dora.

-bueno creo que lo mejor sería que continuáramos- propuso James, esperaba ver alguna reacción en Lily, pero más bien esta parecía aburrida.

Al despertar el domingo por la mañana, a Harry le costó un rato recordar por qué se sentía tan mal. Luego, el recuerdo de la noche anterior estuvo dándole vueltas en la cabeza. Se incorporó en la cama y descorrió las cortinas del dosel para intentar hablar con Ron y explicarle las cosas, pero la cama de su amigo se hallaba vacía. Evidentemente, había bajado a desayunar.

-en otras palabras, había huido el muy cobarde- espeto Sirius

-Sirius lo prometiste- salto de inmediato Marlene.

-aunque no es completamente falso- agrego Lily- no huye, solo lo está evitando por sus estúpidos celos.

-valla, yo pensé que con quien lo pasaría peor sería con Sirius- comento por lo bajo ron a sus amigos.

-si bueno, normalmente no lo haría- dijo Harry

-solo está sacando su estrés, después de eso seguro regresa a la normalidad

-se dice fácil, pero mientras tanto me estarán atacando- rebatió el pelirrojo

-pues, puedes pedirle a Hermione que te consuele después- propuso Harry con media sonrisa.

-creo que ya le estas aprendiendo algo a tu padre- dijo entre divertido y molesto.

Harry se vistió y bajó por la escalera de caracol a la sala común. En cuanto apareció, los que ya habían vuelto del de­sayuno prorrumpieron en aplausos.

-deben entender que para nosotros era una gran hazaña- comento Seamus- aunque después supiéramos que no había hecho nada.

-no puso su nombre en el cáliz, pero la forma en que realizo las pruebas si fue impresionante- agrego Neville.

-por supuesto, no se podría esperar menos de mi hijo- aseguro Lily.

La perspectiva de bajar al Gran Comedor, donde estaría el resto de los alumnos de Gryffindor, que lo tratarían como a una especie de héroe, no lo seducía en absoluto.

-y además las otras casas, en especial Hufflepuff y Slytherin, te tratarían de la forma opuesta- comento Draco.

-eso es cierto- agrego luna- en mi casa la mayoría pensaba igual que las otras dos casas, eran pocos los que en verdad estaban dispuestos a apoyarte.

La alternativa, sin embargo, era quedarse allí y ser acorralado por los hermanos Creevey, que en aquel momento le insistían por señas en que se acer­cara.

Los aludidos sonrieron con cierta pena recordando esa parte.

-lo mejor sería si tus amigos te llevaran algo de comer y desaparecieran por algún lugar del colegio- comento Sirius.

-en ese momento les resultaría muy útil la sala de menesteres- agrego James- ¿cuándo fue que dieron con ella?

-en el quinto curso- respondió Harry.

-un poco tarde, y ahora solo tienes a uno de tus amigos- continuo Sirius.

Caminó resueltamente hacia el retrato, lo abrió, traspasó el hueco y se encontró de cara con Hermione.

—Hola —saludó ella, que llevaba una pila de tostadas envueltas en una servilleta—. Te he traído esto... ¿Quieres dar un paseo?

-por suerte que Hermione puede comprender la situación en la que eta Harry- alabo James.

—Buena idea —le contestó Harry, agradecido.

-eso sí es saber ser un buen amigo- dijo de inmediato Lily.

-un poco brusco pelirroja, pero yo concuerdo- apoyo Sirius- aunque también se podría malinterpretar, porque parecería que son más que amigos.

-y así fue, a Ginny le molestaba que Hermione pasara tanto tiempo con Harry.

-¡Luna!, no es necesario entrar en esos detalles- le reclamo Ginny con un medio sonrojo.

Bajaron la escalera, cruzaron aprisa el vestíbulo sin desviar la mirada hacia el Gran Comedor y pronto recorrían a zancadas la explanada en dirección al lago, donde estaba anclado el barco de Durmstrang, que se reflejaba en la su­perficie como una mancha oscura. Era una mañana fresca, y no dejaron de moverse, masticando las tostadas, mientras Harry le contaba a Hermione qué era exactamente lo que había ocurrido después de abandonar la noche anterior la mesa de Gryffindor. Para alivio suyo, Hermione aceptó su versión sin un asomo de duda.

Ron bajo la cabeza en ese momento, como siempre su maldita inseguridad sacaba lo peor de sí mismo, Hermione comprendió de inmediato y abraso a su novio tratando de consolarlo.

—Bueno, estaba segura de que tú no te habías propues­to —declaró cuando él terminó de relatar lo sucedido en la sala—. ¡Si hubieras visto la cara que pusiste cuando Dum­bledore leyó tu nombre!

-debió de ser muy divertido haberla visto- comento Gideon.

-de hecho, muchos la vimos, pero estábamos muy enfocados en que participaría que no lo notamos- continuo Fred.

-ni tampoco pensaron que no quería el festejo que hicieron esa noche- agrego James.

Pero la pregunta es: ¿quién lo hizo? Porque Moody tiene razón, Harry: no creo que ningún estu­diante pudiera hacerlo... Ninguno sería capaz de burlar el cáliz de fuego, ni de traspasar la raya de...

—¿Has visto a Ron? —la interrumpió Harry.

-¿y ese que importa?- alego Sirius

-Sirius, hasta tu deberías comprender el no tener a tu mejor amigo a tu lado

-pero Remus…

-además tú también te has peleado con James, no creo que tengas moral para reclamarle algo.

-él tiene razón tío, ya deberías dejarlo por la paz- intervino Dora.

-mira sobrina, evidentemente tu no serás imparcial porque siempre defenderás a tu hombre

-aun así ya cálmate y deja que continúen leyendo- dijo terminantemente Marlene.

Hermione dudó.

—Eh... sí... está desayunando —dijo.

—¿Sigue pensando que yo eché mi nombre en el cáliz?

—Bueno, no.… no creo... no en realidad —contestó Her­mione con embarazo.

-y eso exactamente qué significa- salto de inmediato Sirius.

-ya lo explicare en el libro- dijo Hermione pidiéndole a Frank que continuara.

—¿Qué quiere decir «no en realidad»?

—¡Ay, Harry!, ¿es que no te das cuenta? —dijo Hermio­ne—. ¡Está celoso!

—¿Celoso? —repitió Harry sin dar crédito a sus oí­dos—. ¿Celoso de qué? ¿Es que le gustaría hacer el ridículo delante de todo el colegio?

-nunca lo hiciste- dijo de inmediato Ron- aunque eso no vendría al caso.

-pero habría sido mejor si hubieras estado ahí para ayudarlo.

-ya Sirius- le silencio Marlene- dijiste que intentarías controlarte pero solo te la pasas atacando.

-me estoy controlando, si vieras la de cosas mordaces que se ocurren, solo digo las más leves.

-ósea que te reprimes en calidad pero no en cantidad, dios- se lamentó la rubia.

-ya está bien no te enojes, tratare de bajarle un poco

-más te vale que lo hagas o tu temporada de abstinencia continuara indefinidamente- ataco Lily.

- ¿pero qué dices pelirroja? - pregunto asombrado de que hiciera un comentario tan casual acerca de algo relacionado con la intimidad.

-que si quieres que tu canutin tenga acción deberías ser un perro obediente- dijo la chica con una sonrisa de satisfacción- Frank, continua

—Mira —le explicó Hermione armándose de pacien­cia—, siempre eres tú el que acapara la atención, lo sabes bien. Sé que no es culpa tuya —se apresuró a añadir, viendo que Harry abría la boca para protestar—, sé que no lo vas buscando... pero el caso es que Ron tiene en casa todos esos hermanos con los que competir, y tú eres su mejor amigo, y eres famoso. Cuando te ven a ti, nadie se fija en él, y él lo aguanta, nunca se queja. Pero supongo que esto ha sido la gota que colma el vaso...

-eso es cierto- pregunto impresionado Bill

-algo así- acepto Ron- creo que nunca deje de ser el chico inseguro de once años.

-tal vez entonces pero las cosas van cambiando, si no solo mírame a mí- comento Neville- no puedes decir que no fue un gran cambio

-sí pero, mejor continuemos- termino ron, tenía ganas de decir que la situación era diferente y que tuvieron que pasar por cosas aún más duras para llegar a madurar un poco, pero sería adelantarse en la historia.

—Genial —dijo Harry con amargura—, realmente ge­nial. Dile de mi parte que me cambio con él cuando quiera. Dile de mi parte que por mi encantado... Verá lo que es que todo el mundo se quede mirando su cicatriz de la frente con la boca abierta a donde quiera que vaya...

—No pienso decirle nada —replicó Hermione—. Díselo tú: es la única manera de arreglarlo.

-seria lo mejor, o mejor dicho, la única forma de resolver eso rápidamente- aseguro Alice

-siempre y cuando no se vallan a los golpes- comento Frank

-eso es exagerado-exclamo su esposa.

-no completamente- intervino Remus- la última vez que James y Sirius pelearon terminaron en una pelea tras la cual se reconciliaron.

-eso es verdad- pregunto Marlene viendo al oji gris que le respondió con una sonrisita- en serio en ocasiones parecen barbaros.

-puede ser, pero, aunque no sea la mejor manera es una forma de exteriorizar todo lo que le molesta a una persona

—¡No voy a ir detrás de él para ver si madura! —estalló Harry. Había hablado tan alto que, alarmadas, algunas lechuzas que había en un árbol cercano echaron a volar

-Orgulloso como cualquier hombre- exclamo Lily- no me sorprendería que eso durara hasta el final del año

-no, solo fue hasta la primera prueba, y estaba arrepentido desde antes

-pero aun así cuanto te costó aceptarlo- reitero la pelirroja- en fin, eso ya no importa.

—. A lo mejor se da cuenta de que no lo estoy pasando bomba cuando me rompan el cuello o...

-no me agrada la facilidad con la que hablas de un tema tan delicado- exclamo James.

-tampoco debería de tomarlo demasiado en serio- se defendió Harry.

-pero dada su situación en específico no es raro que actué de esa manera con respecto a la muerte- salto Dora.

—Eso no tiene gracia —dijo Hermione en voz baja—, no tiene ninguna gracia.    —Parecía muy nerviosa—. He estado pensando, Harry. Sabes qué es lo que tenemos que hacer, ¿no? Hay que hacerlo en cuanto volvamos al castillo.

—Sí, claro, darle a Ron una buena patada en el...

Varios de los presentes soltaron algunas risas por el comentario del chico, y en el caso de Sirius se pudo percibir una risa algo siniestra.

-no es lo mejor que podría hacer pero tal vez sea lo que necesita.

- ¡Frank! - reclamo Alice

- ¿Qué?, ya escuchaste a Remus querida, tal vez con una buena pelea se desahoguen y sean amigos más rápido

-hay hombres- se lamentó la mujer- mejor continua con la lectura.

—Escribir a Sirius. Tienes que contarle lo que ha pa­sado. Te pidió que lo mantuvieras informado de todo lo que ocurría en Hogwarts. Da la impresión de que espera­ba que sucediera algo así. Llevo conmigo una pluma y un pedazo de pergamino...

—Olvídalo —contestó Harry, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie los oía. Pero los terrenos del castillo parecían desiertos

-pero que dices cachorro, eso sin duda sería un tema de mi importancia, porque no quisieras decírmelo- salto Sirius

-hay por favor, es obvio la razón por lo que no quiere decirte idiota- exclamo Lily

—. Le bastó saber que me dolía la cicatriz, para regresar al país. Si le cuento que alguien me ha hecho entrar en el Torneo de los tres magos se presenta­rá en el castillo.

-en primera, no creo que ni siquiera mi tío sea tan idiota para hacer algo como eso, otra vez- comento Dora

-hey sobrina- reclamo Sirius

-en segunda- continuo la peli rosa sin prestarle atención al animago- es completamente inútil querer guardar algo así como un secreto.

-ella tiene razón, en esas situaciones es mejor tomar la ofensiva pues si lo dejas pasar serán los demás quienes decidan por uno- apoyo Remus-

—Él querría que tú se lo dijeras —dijo Hermione con severidad—. Se enterará de todas formas.

—¿Cómo?

Varios voltearon los ojos y muchos bufidos de exasperación se escucharon en ese momento.

-lo siento, pero ahí si no tienes perdón- comento Draco- ya has vivido lo suficiente en nuestro mundo como para seas tan ingenuo.

-si ya lo sé, pero tenía muchas cosas en que pensar- se defendió Harry

-vamos, eso ni tú te lo puedes creer- termino el rubio.

—Harry, esto no va a quedar en secreto. El Torneo es famoso, y tú también lo eres. Me sorprendería mucho que El Profeta no dijera nada de que has sido elegido campeón... Se te menciona en la mitad de los libros sobre Quien-tú-sabes. Y Sirius preferiría que se lo contaras tú.

-por supuesto que si- aseguro Sirius- además que tú me darías los detalles más precisos.

-eso si en verdad te dice toda la verdad- agrego Remus- ya vimos que sería capaz de omitir información si le llega a preocupar algo.

—Vale, vale, ya le escribo —aceptó Harry, tirando al lago el último pedazo de tostada.

Lo vieron flotar un momento, antes de que saliera del agua un largo tentáculo, lo cogiera y se lo llevara a la pro­fundidad del lago. Entonces volvieron al castillo.

—¿Y qué lechuza voy a utilizar? —preguntó Harry, mientras subían la pequeña escalinata—. Me pidió que no volviera a enviarle a Hedwig.

—Pídele a Ron...

-si claro, sería más probable que saliera del castillo a buscarlo a pedirle algo a Ron en ese momento- aseguró Lily.

-bueno, en eso sin duda tiene razón- apoyo Hermione.

-bueno, de cualquier forma podría usar alguna lechuza del colegio- propuso James- todo sería mejor si alguien siguiera dando clases en Hogwarts y ese alguien le enseñara a enviar mensajes con su patronus- agrego viendo de reojo a Remus.

-James, ya hablamos de eso- se trató de defender el licántropo.

-otro que no se baja de su barco- agrego Lily- no importa lo que digas, que renunciaras al colegio es lo más estúpido que has hecho- aseguro- bueno lo segundo, el que te sigas negando a tener una relación seria con Dora es aún más estúpido- termino la pelirroja dejando a más de uno impresionado.

-creo que me está comenzando a gustar esta nueva Lily- susurro Sirius a Marlene para después recibir un codazo medio juguetón. Tal vez esta inusual y más directa Lily también ponga de su parte.

—No le pienso pedir nada a Ron —declaró tajantemen­te Harry.

Varios de los presentes, en especial varias mujeres, voltearon los ojos ante la obstinación del chico.

—Bueno, pues utiliza cualquiera de las lechuzas del colegio —propuso Hermione—. Están a disposición de to­dos.

-al fina terminarían haciendo lo mismo, la verdad es que no tiene tantos amigos para pedirle prestado alguna lechuza- comento Frank.

Así que subieron a la lechucería. Hermione le dejó a Harry un trozo de pergamino, una pluma y un frasco de tin­ta, y luego paseó entre los largos palos observando las lechuzas, mientras Harry se sentaba con la espalda apoyada en el muro y escribía:

-tal vez sería bueno que vieras que es lo que está escribiendo- comento Dora recibiendo varias miradas interrogantes- bueno, para cerciorarse de si escribe lo que debe

-eso ya me parece exasesino, digo, tampoco tienen que cuidarme de ese nivel tan obsesivo- se defendió Harry.

-pues si tu fueras capas de pensar un poco más en ti y pidieras ayudas en lugar de cargar el mundo tu solo- dijo esta vez Ginny

-pero es que yo…

-cuñado, ya deberías de saber que es inútil discutir con nuestra hermanita- comento Fred

-aun cuando tu llegaras a tener razón terminaras perdiendo ante ella- continuo George.

-así que mejor déjalo por la paz y continuemos con la lectura- termino nuevamente Fred.

Querido Sirius:

Me pediste que te mantuviera al corriente de todo lo que ocurriera en Hogwarts, así que ahí va: no sé si habrás oído ya algo, pero este año se celebra el Torneo de los tres magos, y el sábado por la noche me eligieron cuarto campeón. No sé quién introdu­ciría mi nombre en el cáliz de fuego, porque yo no fui. El otro campeón de Hogwarts es Cedric Diggory, de Hufflepuff.

-creo que estas yendo por las ramas ahijado- comento Sirius- a mí que me importaría saber de Cedric

-¡hey!, creo que debería de sentirme ofendido- comento Diggory

-perdón pero es cierto, mi preocupación es con Harry y lo que podría ocurrirle

Se detuvo en aquel punto, meditando. Tuvo la tentación de decir algo sobre la angustia que lo invadía desde la noche anterior, pero no se le ocurrió la manera de explicarlo, de modo que simplemente volvió a mojar la pluma en la tinta y escribió:

Espero que estés bien, y también Buckbeak.
Harry

-eso es algo- comenzó Lily- pero sin duda sería mejor que tuvieran un mejor modo de comunicarse, eso de cartearse tiene muchas limitaciones para que funcione.

-concuerdo- dijo James- si tan solo tuviera el espejo doble podrían hablar sin problemas, me pregunto dónde estarán.

-el tuyo tal vez está en la casa donde nos mataron y el de Sirius quien sabe dónde, no creo que haya regresado a la vieja casa Black

-bu… bueno, la verdad deje algunas cosas atrás cuando deje la casa- comentó Sirius con la misma impresión y cierta preocupación por la forma en que la pelirroja hablo de su muerte tan a la ligera.

-en verdad crees que este bien querida- pregunto por lo bajo el señor Evans a su esposa al ver la falta de reacción de su hija con ese tema.

-sí, solo necesita algo de tiempo- aseguro la señora Evans.

—Ya he acabado —le dijo a Hermione poniéndose en pie y sacudiéndose la paja de la túnica.

Al oír aquello, Hedwig bajó revoloteando, se le posó en el hombro y alargó una pata.

-eso no le gustara nada- comento Charlie- ya vimos lo orgullosa que es esa lechuza, sin duda te terminara odiando.

-y así no solo tendrá a ron enojado, sino también a su lechuza-agrego George

-gracias por tu apoyo idiota- espeto Ron.

—No te puedo enviar a ti —le explicó Harry, buscando entre las lechuzas del colegio—. Tengo que utilizar una de éstas.

Hedwig ululó muy fuerte y echó a volar tan repentina­mente que las garras le hicieron un rasguño en el hombro. No dejó de darle la espalda mientras Harry le ataba la carta a una lechuza grande. Cuando ésta partió, Harry se acercó a Hedwig para acariciarla, pero ella chasqueó el pico con furia y revoloteó hacia el techo, donde Harry no podía alcan­zarla.

-sí, era predecible- aseguro Charlie.

-pero después se reconciliará contigo o no- salto Neville- digo, después de todo es tu lechuza.

-pues sí, pero paso un tiempo- acepto Harry

-tal vez hubiera sido mejor que escribieras la cara y que Hermione la enviara, por lo menos así no hubieras perdido a Hedwig como paso con Ron.

-¡¿qué, tú también Luna?!- espeto Ron- además tú no tienes nada que…

-ya Ron tranquilízate- le detuvo Neville con un poco más de severidad de lo que le hubiera gustado- será mejor que continúes papá

—Primero Ron y ahora tú —le dijo enfadado—. Y yo no tengo la culpa.

Ron resoplo, era el capítulo más tortuoso para él y no podía esperar a que terminase y llegaran a la primera prueba, aunque en el fondo sabía que solo sería momentáneo, pues en el séptimo libro sería peor, solo esperaba que para ese punto la madre de Harry haya regresado a la normalidad.

Frank fue leyendo como inevitablemente Harry tuvo que enfrentarse al resto del colegio que creían que había sido el quien puso su nombre en el cáliz, con la diferencia de que las demás casas no les agrado lo sucedido. Específicamente los Hufflepuff que se habían vuelto antipáticos con los Gryffindor y los chicos con los que Harry se llevaba bien comenzaron a ignorarlo, seguramente pensando que quería robarle el protegiste que por un momento había sido solo de su casa. Sobra decir que los jóvenes de esa época no podían evitar sentirse mal por haber actuado de tal manera con el chico.

-sí, es cierto que nuestra casa no muchas veces sobresale de esa manera- comenzó Dora- pero tanto como negar a tus amigos por eso me parece excesivo.

-es lo que yo digo sobrina, aquellos que abandonan a sus amigos deberían de colgados de los…

-¡¡Sirius!!- le interrumpió Marlene- te lo advierto, si continuas con eso

- ¿qué aras? - le interrumpió el animago- me hechizaras o algo así

-no exactamente- comenzó la chica- de hecho pensaba usar la lencería de la última vez y hacerte un “inocente” bailecito mientras tienes un petrificus totalus. - la naturalidad con que lo dijo, además de lo dijo dejo impresionado a más de uno, en especial al propio Sirius que no pudo evitar imaginar la situación

-JAJAJAJA- se escuchó una tremenda carcajada- te calentaría para dejarte con ganas, ese si sería un castigo para ti- dijo entre risa Lily consiguiendo a su vez la risa de algunos más.

-me retracto, ya no me gusta tanto esta nueva Lily, quiero a la anterior- murmuro el animago.

-solo tienes que contenerte para omitir lo del hechizo- le susurro Marlene consiguiendo que el corazón del oji gris se acelerara.

Ron también le había retirado la palabra. Hermione se sentó entre ellos, forzando la conversación; pero, aunque uno y otro le respondían con normalidad, evitaban el con­tacto visual entre sí.

-wau, Albus y Scorpius nunca se han peleado de esa manera, no sé cómo soportaste esa situación mamá- comento Rose

-algo tenía que hacer- comento Hermione- ademas no creo que fuera diferente a lo que Harry soporto cuando estaba peleada con Ron

-ahora que lo pienso- comenzó Albus- a pesar de lo unidos que se muestran que son, también pelean mucho.

-bueno, es parte de un todo supongo- termino Hermione sin saber que más decir.

A Harry le pareció que hasta la profesora Sprout lo trataba de manera distante. Y es que ella era la jefa de la casa Hufflepuff.

-bueno, no lo parece, pero la profesora puede ser muy apasionada en ciertas ocasiones- aseguro Ted- pero ya se le pasará, y por lo menos seguirá siendo justa en las clases.

En circunstancias normales se hubiera muerto de ga­nas de ver a Hagrid, pero la asignatura de Cuidado de Cria­turas Mágicas implicaba ver también a los de Slytherin. Era la primera vez que se vería con ellos desde su conver­sión en campeón.

Como era de esperar, Malfoy llegó a la cabaña de Ha­grid con su habitual cara de desprecio.

-hay papá- se lamentó Scorpius- siempre tienes que ser tu verdad.

-en el colegio era el principal rival de Potter y su grupo, así que si, no podía desperdiciar algo como eso.

-lo bueno es que después cambio, no me imagino como hubiera sido Scorpius de haber sido educado por su yo pasado- comento Rose.

-sí, sería aún más difícil que se hicieran novios- salto James “S”

-que no somos novios, cuando te lo meterás en la cabeza- reclamo la pelirroja

-pero todos creen que en verdad son o serán novios- agrego Angela.

-¿que tú también Angie?- salto Rose a lo que la chica simplemente se encogió de hombros.

-porque siempre nos están molestando- exclamo esta vez Scorpius- nosotros nunca nos metemos con los amoríos de James o con el romance de Albus y Angela … auch- grito el rubio al recibir una pata por debajo de la mesa de parte de Albus.

-pero si te metes con nosotros, en especial con el romance de Al… auch- esta vez la exclamación de dolor fue de parte de James “S” quien también recibió un golpe de parte de su hermano.

Por su parte Angela se quedó impresionada por las cosas que decía, y si bien sabia los bromistas que ese grupo podía llegar a ser, no podía evitar notar el evidente sonrojo de su compañero azabache y la forma tan vehemente en como desviaba la vista evitando hacer contacto con ella. Será acaso que la “broma” no era tal y el joven en verdad… un tenue sonrojo apareció en sus mejillas ante la posibilidad, algo que no pasó desapercibido por los merodeadores, Lily y Ginny, pero ya después se ocuparían de eso, ahora tenían otros asuntos en los cuales enfocarse.

—¡Ah, mirad, tíos, es el campeón! —les dijo a Crabbe y Goyle en cuanto llegaron a donde él podía oírlos—. ¿Habéis traído el libro de autógrafos? Tenéis que daros prisa para que os lo firme, porque no creo que dure mucho: la mitad de los campeones murieron durante el Torneo. ¿Cuánto crees que vas a durar, Potter? Mi apuesta es que diez minutos de la primera prueba.

Varios de los jóvenes del futuro bajaron la vista con cierta pesadez, no tanto por lo que le ocurrió a Harry, sino porque en ese torneo en efecto una muerte, y a diferencia de esa ocasión, ya podían apreciar el incidente en toda su gravedad.

Crabbe y Goyle le rieron la gracia a carcajadas, pero Malfoy tuvo que dejarlo ahí porque Hagrid salió de la parte de atrás de la cabaña con una torre bamboleante de cajas, cada una de las cuales contenía un escreguto bastante grande. Para espanto de la clase, Hagrid les explicó que la razón de que los escregutos se hubieran estado matando unos a otros era un exceso de energía contenida, y la solu­ción sería que cada alumno le pusiera una correa a un escre­guto y lo sacara a dar una vuelta.

-¡¡¿Qué?!!- exclamaron varios en ese momento, con una combinación de sorpresa y miedo.

Lo único bueno de aquello fue que acaparó toda la atención de Malfoy.

—¿Sacarlo a dar una vuelta? —repitió con desagrado, mirando una de las cajas—. ¿Y dónde le vamos a atar la co­rrea? ¿Alrededor del aguijón, de la cola explosiva o del apa­rato succionador?

—En el medio —dijo Hagrid, mostrándoles cómo

-bueno, eso es más fácil para ti que para los demás, es un poco más complicado lastimarte a ti- comento Sirius.

—. Eh... tal vez deberíais poneros antes los guantes de piel de dragón, por si acaso. Harry, ven aquí y ayúdame con este grande...

En realidad, la auténtica intención de Hagrid era ha­blar con Harry lejos del resto de la clase.

-eso estaría bien, por lo menos así sabrá que tiene a alguien más que le crea y que puede ayudarlo- comento James

-¡hey!, está bien que yo

-he perdón Ron, pero no estaba hablando específicamente de ti, recuerda que las demás casas están en contra de mi hijo, de nuevo- interrumpió el azabache al pelirrojo que termino un poco apenado.

-pero sin duda serviría más que tú también estuvieras con él- agrego Sirius.

-sin olvidar que Hagrid solo podría apoyo moral pues al ser profesor no puede ayudarlo directamente- comento Lily- aunque si no se enteran de la ayuda no tendría problemas.

Eso último en verdad hizo sonreír a los merodeadores, y algunos jóvenes del futuro, en especial porque sabían que incluso la Lily de antes estaría de acuerdo de romper un par de reglas con al de asegurar el bienestar de su hijo.

Esperó hasta que todo el mundo se hubo alejado con los escregutos, y luego se volvió a Harry y le dijo, muy se­rio:

—Así que te toca participar, Harry. En el Torneo. Campeón del colegio.

—Uno de los campeones —lo corrigió Harry.

Debajo de las cejas enmarañadas, los ojos de color negro azabache de Hagrid lo observaron con nerviosismo.

—¿No tienes ni idea de quién pudo hacerlo, Harry?

Esas palabras del semi gigante no ayudaron mucho al estado actual de ron, ya que el hombretón le brindó su apoyo de inmediato.

-ya ves, el sí le creyó de inmediato, pero su amigo…

-de hecho Sirius- le interrumpió Teddy- lo que pasa realmente es que se siente desplazado por Harry y su fama

-y acaso esa es mejor opción- rebatió Ron

Bueno, solo quería interrumpir el discurso de Sirius.

-pues mira que astuto salió el mini lunático- aseguro ante una sonrisa traviesa.

—Entonces, ¿tú sí me crees cuando digo que yo no fui? —le preguntó Harry, haciendo un esfuerzo para disimular el sentimiento de gratitud que le habían inspirado las pala­bras de Hagrid.

—Por supuesto —gruñó Hagrid—. Has dicho que no fuiste tú, y yo te creo. Y también te cree Dumbledore.

—Me gustaría saber quién lo hizo —dijo Harry amarga­mente.

-más que eso me gustaría saber la razón- comento Alastor.

-pues ya lo habíamos dicho, para tratar de bueno, matarlo- dijo Fred tratando de ser cuidadoso con sus palabras.

-sí, pero después de pensarlo un poco, el más interesado en su muerte seria Voldemort, y si fuera así, con la obsesión que ha adquirido para con el chico, ¿estaría satisfecho con que muriera de esa forma? - dijo sin preocuparse de ser delicado- de estar en su lugar quisiera ser yo el que lo matara personalmente.

-puede que haya algo de razón con respecto a Voldemort- aseguro Dumbledore que era quien conocía mejor al mago oscuro.

Esas nuevas conjeturas impresionaron y pusieron a pensar a más de uno, si en verdad lo que Voldemort quería era matarlo en persona como podría conseguirlo, la seguridad en el castillo era muy alta, además que la descripción de Voldemort en el primer capítulo no era nada halagadora.

-pero eso suponiendo que se tratara del que no debe ser nombrado- comento Andrómeda.

-ya desde el inicio del libro vimos que parece tener un plan para atrapar a Harry- agrego Dora contradiciendo a su madre- además con la naturaleza que han tenido los libros hasta ahora, lo más probable es que en verdad él sea el villano principal de la historia.

-muy bien dicho chiquilla- alabo Alastor a la peli rosa

-lo mejor sería que aún no sacáramos conclusiones, señor Longbottom, podría continuar- solicito Dumbledore

Los dos miraron hacia la explanada. La clase se hallaba en aquel momento muy dispersa, y todos parecían encon­trarse en apuros. Los escregutos median casi un metro y se habían vuelto muy fuertes. Ya no eran blandos y descolori­dos, porque les había salido una especie de coraza de color gris brillante. Parecían un cruce entre escorpiones gigantes y cangrejos de río, pero seguían sin tener nada que pudiera identificarse como cabeza u ojos. Se habían vuelto vigorosos y difíciles de dominar.

-son impresionantes- comento Charlie- aunque no sepamos que son o que utilidad pueden tener.

-bueno, si tuvieron alguna utilidad después de todo- comento Ron- pero eso lo verán después.

—Parece que lo pasan bien, ¿no? —comentó Hagrid contento.

Harry dio por sentado que se refería a los escregutos,

-evidentemente- aseguro Sirius- unos niños como ellos no podrían dominar a semejantes criaturas con tanta facilidad.

-es cierto que no podíamos dominarlos- comenzó Dean- pero retira eso de niños, es ofensivo- agrego ante el asentimiento de varios de sus compañeros.

porque sus compañeros de clase, decididamente, no lo esta­ban pasando nada bien: de vez en cuando estallaba la cola de uno de los escregutos, que salía disparado a varios me­tros de distancia, y más de un alumno acababa arrastrado por el suelo, boca abajo, e intentaba desesperadamente po­nerse en pie.

—Ah, Harry, no sé... —dijo Hagrid de pronto con un suspiro, mirándolo otra vez con preocupación—. Campeón del colegio... Parece que todo te pasa a ti, ¿verdad?

-bueno en eso deben de admitir que tiene razón- comento Draco.

-la verdad es que si- apoyo Neville- aunque también hay que aceptar que en varias de esas coas Harry solamente es arrastrado, como en esa ocasión.

-sí, pero en otras es culpa de esa curiosidad que tiene para todo- agrego Luna- aunque no es necesariamente malo, al final todas esas aventuras tuvieron que servir de algo.

Todos los de la época del trio penaba algo similar, y es que como no conocían exactamente que ocurrió en aquel último año que sus compañeros estaban desaparecidos, por lo que no sabían si en verdad sus experiencias pasadas ayudaron o no.

Harry no respondió. Sí, parecía que todo le pasaba a él. Eso era más o menos lo que le había dicho Hermione pa­seando por el lago, y ése, según ella, era el motivo de que Ron le hubiera retirado la palabra.

-pues con gusto te cambiaria mi lugar- comento Harry.

-gracias, pero pensando en todo lo que te pasa, prefiero quedarme como segundón- respondió ron en tono de burla.

-bueno, al menos pudieron madurar un poco en ese aspecto- agrego Lily viendo al par de amigos.

-si tan solo maduraran en otros aspectos sería más que perfecto- termino Hermione sonriendo con malicia.

Los días siguientes se contaron entre los peores que Harry pasó en Hogwarts.

-más de cuando pensaban que eras el heredero del idiota de Slytherin- varios de los miembros de la casa reclamaron ante el comentario de Sirius.

-algo similar- respondió el azabache.

Lo más parecido que había experimentado habían sido aquellos meses, cuando estaba en segundo, en que una gran parte del colegio sospechaba que era él el que atacaba a sus compañeros, pero en aquella ocasión Ron había estado de su parte.

-saben, creo que la mayoría del alumnado es demasiado voluble con sus sentimientos- comento Luna- pueden pasar de alabar a odiar a una persona con demasiada facilidad, y siempre cuando les resulta conveniente- aunque la joven hablaba con ligereza los demás jóvenes de la segunda generación no podían evitar sentirse fatal por recordar como trataron al que después de un tiempo se volvería su salvador.

-lamentablemente es un rasgo negativo de la raza humana- aseguro Remus- y no es algo que se pueda evitar.

-pero puede ser más llevadero si encuentras a personas que te apoyen a pesar de todo- agrego James viendo con gratitud a sus amigos.

-¡y que!, ni beso para tu novia- le reclamo Lily con brazos cruzados

-claro que si amor, todos los que quieras- aseguro el azabache dándole un beso en la mejilla que la pelirroja le ofrecía.

Le parecía que podría haber soportado la actitud del resto del colegio si hubiera vuelto a contar con la amistad de Ron,

-o por los pantalones más viejos de Merlín- murmuro Ron lo suficientemente alto para que varios escucharan.

-ya relájate Weasley, ya todo acabara rápido- exclamo Draco.

-y tú que puedes saber de momentos difi…- el rubio, su hijo, incluso los amos de Ron y los hijos de este lo miraron de forma interrogativa- muy bien, no pensé lo que decía- agrego al ver el error que estaba cometiendo, posiblemente él más que nadie podía comprender como se sentía.

pero no iba a intentar convencerlo de que se volvieran a hablar si él no quería hacerlo. Sin embargo, se sentía solo y no recibía más que desprecio de todas partes.

Nueva incomodidad apareció en los compañeros del azabache.

-cielos, como es posible que los hombres sean tan orgullosos- comento Marlene.

-es una lástima que así sean-apoyo Alice

Era capaz de entender la actitud de los de Hufflepuff, aunque no le hiciera ninguna gracia, porque ellos tenían un campeón propio al que apoyar. Tampoco esperaba otra cosa que insultos por parte de los de Slytherin (les caía muy mal, y siempre había sido así, porque él había contribuido muy a menudo a la victoria de Gryffindor frente a ellos, tanto en quidditch como en la Copa de las Casas). Pero había espera­do que los de Ravenclaw encontraran tantos motivos para apoyarlo a él como a Cedric. Y se había equivocado: la mayor parte de los de Ravenclaw parecía pensar que él se desespe­raba por conseguir un poco más de fama y que por eso había engañado al cáliz de fuego para que aceptara su nombre.

Además estaba el hecho de que Cedric quedaba mucho mejor que él como campeón. Era extraordinariamente guapo, con la nariz recta, el pelo moreno y los ojos grises,

-y para lo que sirvió- comento Cedric- sin tu ayuda tal vez no hubiera pasado la primera prueba o me podría haber ido peor.

-ayudaste a tu competencia- dijo con impresión Sirius.

-no sé de qué te sorprende, estamos hablando de Harry- le rebatió Lily.

-bueno, en eso si tienes razón- concedió el animago

-hubo situaciones especiales para eso, ya lo verán en su momento.

y aquellos días no se sabía quién era más admirado, si él o Viktor Krum. Harry llegó a ver un día a la hora de la comida que las mismas chicas de sexto que tanto interés habían mostrado en conseguir el autógrafo de Viktor Krum le pe­dían a Cedric que les firmara en las mochilas.

-se escuchará muy presuntuoso, pero eso fue algo agradable comento Cedric

-créeme que te comprendernos- aseguro Sirius- aunque preferiría que el cachorro fuera el popular- agrego provocando que Harry volteara los ojos.

-creo que a él no le agrada en nada esa idea canuto- comento con media sonrisa Remus.

Mientras tanto, Sirius no contestaba, Hedwig no lo de­jaba acercarse, la profesora Trelawney le predecía la muer­te incluso con más convicción de la habitual, y en la clase del profesor Flitwick le fue tan mal con los encantamientos con­vocadores que le mandó más deberes (y fue el único al que se los mandó, aparte de Neville).

-eso fue bastante extraño debo decir- comentó Neville- pero al final el trabajo extra te resulto efectivo.

-bueno, digamos que tuve un buen motivante en ese momento- aseguro Harry, y es que hasta que lo necesito no practico como era debido el hechizo

—De verdad que no es tan difícil, Harry —le decía Her­mione para animarlo, al salir de la clase. Ella había logrado que los objetos fueran zumbando a su encuentro desde cual­quier parte del aula, como si tuviera algún tipo de extraño imán que atraía borradores, papeleras y lunascopios—. Lo que pasa es que no te concentrabas.

-poniéndonos de su lado seria evidente que no podría concentrarse con el pésimo día que tiene- comento Gideon.

-es cierto, con tantas cosas malas pasándole es mucho pedir que se concentre bien- apoyo Favian.

-y a que viene dicho apoyo he- interrogo con curiosidad Harry

-con todo lo que estas pasando y aun te quejas de que te apoyemos- exclamo Gideon.

-lo que leen me paso ya hace un par de años, creo que su apoyo llego un poco tarde- continuo Harry

-o un poco antes porque en nuestra época aun no naces- propuso Favian.

-bueno, ya que establecieron que su apoyo es inútil podría continuar con la lectura- atajo Frank y antes de esperar respuesta retomo la lectura.

—¿Por qué sería? —contestó Harry con amargura. En ese momento pasó Cedric rodeado de un numeroso grupo de tontitas, todas las cuales miraron a Harry como si fuera un escreguto de cola explosiva especialmente crecido—. Pero no importa. Me muero de ganas de que llegue la clase doble de Pociones que tenemos esta tarde...

-sin duda Severus será de mucha ayuda en ese momento- dijo con ironía James.

-más le vale que controle sus palabras- agrego Lily.

Por un momento Severus quiso reclamarle algo a James por su comentario, pero al oír a Lily no pudo más que guardar silencia y esperar a que su yo del futuro se contuviera, si la pelirroja podía ser muy certera con sus comentarios ácidos contra el en su “estado normal”, ahora que estaba más desinhibida, no quería pensar en que le ocurriría.

Frank fue narrando la perspectiva de Harry de como seria la clase de pociones y que dudaba que fuera mejor que la anterior.

Cuando, después de comer, él y Hermione llegaron a la puerta de la mazmorra de Snape, se encontraron a los de Slytherin que esperaban fuera, cada uno con una insig­nia bien grande en la pechera de la túnica.

Algunos cuantos de los presentes sonrieron nerviosamente ante la mención de las insignias, unas cosas que más de alguno llevo en su momento.

Por un momen­to, Harry tuvo la absurda idea de que eran insignias de la P.E.D.D.O. Luego vio que todas mostraban el mismo mensa­je en caracteres luminosos rojos, que brillaban en el corredor subterráneo apenas iluminado:

Apoya a CEDRIC DIGGORY:
¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!

-pero que- exclamo de inmediato Sirius- que tipo de cosa es eso.

-considerando la situación era evidente que saldría algo como eso- dijo de forma mediadora Remus.

-solo esperen, eso solo es la mitad de la historia- aseguró Draco, por lo que los jóvenes pusieron más atención a la lectura.

—¿Te gustan, Potter? —preguntó Malfoy en voz muy alta, cuando Harry se aproximó—. Y eso no es todo, ¡mira!

Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapa­reció para ser reemplazado por otro que emitía un resplan­dor verde:

POTTER APESTA

-esos son unos hijos de…- empezó Sirius

-ya tranquilízate- salto Marlene que también le disgustaba la situación- de quien fue la idea- pregunto a nadie en específico.

-no lo sabemos- respondió Draco- pero se imaginarán lo rápido que esas cosas se popularizaron.

-parece que alguien necesita otro ajuste de actitud- sugirió Sirius de forma maliciosa, algo que asusto a más de alguno que aun resentía la bromita anterior.

-eso sería casi como bromear a toda la escuela canuto además, creo que ahora hay otras cosas más importantes en las que concentrarnos- intervino James.

-me decepcionas cornamenta, pero está bien, lo dejar de momento pero ya veré la forma de convencerte- termino el animago

Los de Slytherin berrearon de risa. Todos apretaron su insignia hasta que el mensaje POTTER APESTA brilló intensa­mente por todos lados. Harry notó que se ponía rojo de furia.

-oh no, esto no se ve bien- dijo Alice- en ese momento Harry no dudara en ponerse a pelear con la mas mínima provocación.

—¡Ah, muy divertido! —le dijo Hermione a Pansy Par­kinson y su grupo de chicas de Slytherin, que se reían más fuerte que nadie—. Derrocháis ingenio.

-sí, sin duda habrá una pelea- aseguro Andrómeda- espero que nada malo les ocurra.

Ron estaba apoyado contra el muro con Dean y Seamus. No se rió, pero tampoco defendió a Harry.

El pelirrojo no pudo evitar pensar que si tal vez hubiera hecho algo tal vez pudiera haber podido evitar que Hermione pasara por tan mal rato, pero claro, eso a no importaba.

—¿Quieres una, Granger? —le dijo Malfoy, ofreciéndo­sela—. Tengo montones. Pero con la condición de que no me toques la mano. Me la acabo de lavar y no quiero que una sangre sucia me la manche.

Las miradas se dirigieron a Draco que simplemente las evito viendo hacia el suelo, ni siquiera quería ver a su hijo que estaba negando con la cabeza, en verdad era decepcionante para él conocer el tormentoso pasado de su padre. Por otra parte para más de alguno estaba más que claro que esa sería la gota que derramara el vaso

La ira que Harry había acumulado durante días y días pareció a punto de reventar un dique en su pecho. Antes de que se diera cuenta de lo que hacía había cogido la varita mágica. Todos los que estaban alrededor se apartaron y re­trocedieron hacia el corredor.

—¡Harry! —le advirtió Hermione.

—Vamos, Potter —lo desafió Malfoy con tranquilidad, también sacando su varita—. Ahora no tienes a Moody para que te proteja. A ver si tienes lo que hay que tener...

-eso es malo- aseguro Remus- aun cuando tengas éxito venciendo a Draco, con Snape tan cerca terminaras en problemas.

-pero nada la quitara la satisfacción de darle su merecido al rubio- aseguro Dora.

-gracias por el apoyo- dijo con Ironía Draco.

-vamos, hasta tú en este momento debes de admitir que te extra limitaste- se defendió la peli rosa y, muy a pesar del rubio, este tuvo que darle la razón asintiendo.


-de cualquier forma Remus tiene razón- aseguro Teddy- lo mejor sería que se tranquilizaran y lo ignoraran- varios resoplaron con cierta exasperación- ya después cuando estén solos y sin un profesor cerca se pueden agarrar a golpes si quieren

-¡¡Teddy!!- grito Dora- me enorgulleces mi pequeño- exclamo abrasando y dándole un beso en la mejilla.

No falta decir que los bromistas soltaron tremendas carcajadas, por otro lado Andrómeda negaba con la cabeza la falta de disipa qué demostraba su hija y Remus, pues era de los que más rio a la vez que negaba con la cabeza al mismo tiempo.

-ya después hablaremos de la forma de educar a Teddy, ahora lo mejor será que sigan leyendo- propuso el licántropo.

Se miraron a los ojos durante una fracción de segundo, y luego, exactamente al mismo tiempo, ambos atacaron:

¡Furnunculus! —gritó Harry.

¡Densaugeo! —gritó Malfoy.

De las varitas salieron unos chorros de luz, que choca­ron en el aire y rebotaron en ángulo. El conjuro de Harry le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy a Hermione. Goyle chi­lló y se llevó las manos a la nariz, donde le brotaban en aquel momento unos forúnculos grandes y feos. Hermione se tapa­ba la boca con gemidos de pavor.

-cielos, si te vas a pelear con alguien por lo menos te podrías dignar a dar en el blanco- dijo Lily dejando impresionado a Harry, lo que se esperaba es que le riñera por pelear y no por algo como eso

-he bueno, ya después mejorare en eso- dijo el azabache viendo a sus amigos que estaban igual de impresionados.

-cielos, si mamá fuera un poco mas así hubiera sido más fácil abrir nuestra tienda- comento por lo bajo George a su gemelo que asentía.

—¡Hermione! —Ron se acercó a ella apresuradamente, para ver qué le pasaba.

Harry se volvió y vio a Ron que le retiraba a Hermione la mano de la cara. No fue una visión agradable. Los dos in­cisivos superiores de Hermione, que ya de por si eran más grandes de lo normal, crecían a una velocidad alarmante. Se parecía más y más a un castor conforme los dientes alar­gados pasaban el labio inferior hacia la barbilla. Los notó allí, horrorizada, y lanzó un grito de terror.

-pobrecita- exclamo Alice- pero al menos no fue nada demasiado grabe, la señora Pomfrey sin duda la podrá curar en un segundo.

—¿A qué viene todo este ruido? —dijo una voz baja y apagada. Acababa de llegar Snape.

Los de Slytherin se explicaban a gritos. Snape apuntó a Malfoy con un largo dedo amarillo y le dijo:

—Explícalo tú.

-huy si, ese sin duda será un testimonio muy confiable- espeto Sirius.

-recuerda con quien están hablando, dudo que aunque sea el más objetivo de todos los estudiantes Snape solo oirá lo que le conviene- el oji gris vio a su novia y no pudo evitar que en esos momentos con Lily en ese estado sería el mejor momento para darle una lección a su viejo enemigo- no, ni lo pienses animal.

-yo no pensaba nada

-si claro, solo, no te aproveches de la situación está bien.

-parece que ella ya te conoce muy bien- comentó James que también suponía lo que pensaba su amigo.

-sí, eso será problemático para nuestras bromas- acepto el oji gris.

—Potter me atacó, señor...

—¡Nos atacamos el uno al otro al mismo tiempo! —gritó Harry.

—... y le dio a Goyle. Mire...

Snape examinó a Goyle, cuya cara no hubiera estado fuera de lugar en un libro de setas venenosas.

—Ve a la enfermería, Goyle —indicó Snape con calma.

—¡Malfoy le dio a Hermione! —dijo Ron—. ¡Mire!

-en serio Ronnie, lo dices que como si le importara algo- aseguro Fred.

-lo deberían hacer es mandarlo al diablo y llevarla a la enfermería- siguió George.

Obligó a Hermione a que le enseñara los dientes a Sna­pe, porque ella hacía todo lo posible para taparlos con las manos, cosa bastante difícil dado que ya le pasaban del cuello de la camisa. Pansy Parkinson y las otras chicas de Slytherin se reían en silencio con grandes aspavientos, y se­ñalaban a Hermione desde detrás de la espalda de Snape.

Snape miró a Hermione fríamente y luego dijo:

—No veo ninguna diferencia.

-pedazo de idiota- espeto de inmediato Lily

-yo, lo siento- se disculpó Snape no queriendo provocar más a la pelirroja.

-no es a mí a quien le debes una disculpa- aseguro la chica.

-no es necesario en verdad- intervino de inmediato Hermione- eso ya no importa.

-bueno, como quieras- dijo con cierto desgano Lily antes de volver a prestar atención a la lectura

Hermione profirió un gemido y se le empañaron los ojos. Dando media vuelta, echó a correr por el corredor has­ta perderse de vista.

Tal vez fue una suerte que Harry y Ron empezaran a gritar a Snape a la vez, y también que sus voces retumba­ran en el corredor de piedra, porque con el alboroto le fue imposible entender lo que le decían exactamente. Pero cap­tó la esencia.

—Muy bien —declaró con su voz más suave—. Cin­cuenta puntos menos para Gryffindor, y Weasley y Potter se quedarán castigados. Ahora entrad, o tendréis que que­daros castigados una semana entera.

Mas gritos de protestas se escucharon en ese momento en el gran comedor por la injusticia cometida, aunque claro, en ese momento nada tenía que ver con los presentes.

-tal vez deberían de quitarle los mismos puntos a Slytherin cuando regresemos a nuestro tiempo- exclamo con severidad la profesora McGonagall impresionando a muchos.

-pero profesora, lo que hizo Snape en el libro no tiene nada que ver en nuestro tiempo- dijo una chica de Slytherin

-sí, como si a la mayoría de ustedes les importara lo que es justo ¿no? - espeto Lily- yo más bien les quitaría cien puntos.

Tal perspectiva no le fue de agrado a nadie de la casa esmeralda y no falta decir que varios vieron con rencor a Snape, y sería mucho peor si en verdad les quitaban dichos puntos.

Frank continúo leyendo como con una inmensa furia Harry entro a la clase seguido de Ron que también estaba furioso, así como la vana esperanza de que eso pudiera unirlo nuevamente a Ron, lo que no ocurrió, termino con la última burla de parte de Draco con la insignia.

La clase dio comienzo, y Harry clavó los ojos en Snape mientras imaginaba que le sucedían cosas horribles. Si hu­biera sabido cómo hacer la maldición cruciatus... Snape se habría caído de espaldas al suelo y allí se habría quedado, sacudiéndose y retorciéndose como aquella araña...

Severus vio con cierto rencor al azabache en ese momento, pero al final no dijo nada, sabía que no obtendría nada reclamándole y contra su voluntad tuvo que aceptar que él no hubiera actuado diferente. Por su parte los hijos de Harry y algunos que lo conocían se sorprendieron de las siniestras ideas que podía llegar a tener el chico.

—¡Antídotos! —dijo Snape, mirándolos a todos con sus fríos ojos negros de brillo desagradable—. Ahora de­béis preparar vuestras recetas. Quiero que las elaboréis con mucho cuidado, y luego elegiremos a alguien en quien probarlas...

Los ojos de Snape se posaron en Harry, y éste compren­dió lo que se avecinaba: Snape iba a envenenarlo. Harry se imaginó cogiendo el caldero, corriendo hasta el frente de la clase y volcándolo encima del grasiento pelo de Snape.

-sería buena idea saber que tan bueno es Snape para preparar antídotos- dijo sombríamente Lily haciendo que varios tragaran saliva.

Pero entonces llamaron a la puerta de la mazmorra, y Harry despertó de sus ensoñaciones.

Era Colin Creevey. Entró en el aula, sonrió a Harry y fue hacia la mesa de Snape.

—¿Sí? —preguntó éste escuetamente.

—Disculpe, señor. Tengo que llevar a Harry Potter arriba.

-eso le fascinara a quejicus- comento Sirius- pero para que lo querrán

-es evidente Sirius, tiene que ir a los de la comprobación de varita, recuerdas el título del capitulo

-ha claro, es que después de las idioteces de ese y la falta de apoyo de cierto pelirrojo olvide de que iba el capítulo- se defendió- y que conste, no ataque a ron, solo hice una observación- termino viendo a Marlene

-ya veremos Sirius, ya veremos- le respondió la rubia.

Snape apuntó su ganchuda nariz hacia Colin y clavó los ojos en él. La sonrisa de Colin desapareció.

—A Potter le queda otra hora de Pociones —contestó Snape con frialdad—. Subirá cuando la clase haya acabado.

Colin se ruborizó.

—Señor..., el señor Bagman quiere que vaya —dijo muy nervioso—. Tienen que ir todos los campeones. Creo que les quieren hacer unas fotos...

-no que tenían una comprobación de varitas- dijo extrañado Sirius

-bueno, yo solo pensé eso porque alcance a ver a una reportera y a un tipo con cámara, en verdad no tenía claro que era para que lo querían. - explico Colin

-bueno, eventualmente enviarían a alguien para cubrir el evento y entrevistar a los campeones- comento Andrómeda.

-sí, lástima que fue a esa maldita hija de…

-Ron cálmate- le detuvo Hermione antes de que su novio hablara de más- sabemos que esa es una maldita perra debes tranquilizarte.

Wau, para que la castaña hable de esa manera debe de tratarse de una porquería de persona- comento Sirius- me pregunto de quien se tratara- lo mismo se preguntaban varios de los presentes.

Harry hubiera dado cualquier cosa por que Colin no hu­biera dicho las últimas palabras. Se arriesgó a echar una ojeada a Ron, pero éste no quitaba la vista del techo.

-bueno, he de admitir que eso no ayudo mucho a la situación- acepto el pelirrojo.

-a este ritmo nada se solucionará- aseguro la señora Weasley- ninguno quiere dar el paso para reconciliarse.

—Muy bien, muy bien —replicó Snape con brusque­dad—. Potter, deje aquí sus cosas. Quiero que vuelva luego para probar el antídoto.

—Disculpe, señor. Tiene que llevarse sus cosas —dijo Colin—. Todos los campeones...

—¡Muy bien! —lo cortó Snape—. ¡Potter, coja su mochi­la y salga de mi vista!

-por lo menos sirvió para que dejaras la clase antes de tiempo, muchos hubiéramos querido estar en tu lugar en ese momento- comento Neville.

-por esa parte estuvo bien, pero lo que salió de esa interrupción no fue tan agradable- comento Harry- más específicamente por culpa de la “reportera”- agrego notando las miradas interrogativas de su padre y padrino- ya lo verán.

Harry se echó la bolsa al hombro, se levantó y se dirigió a la puerta. Al pasar por entre los pupitres de los de Slytherin, vio la inscripción «POTTER APESTA» brillando por todos lados.

—Es alucinante, ¿no, Harry? —comentó Colin en cuan­to Harry cerró tras él la puerta de la mazmorra—. ¿No te parece? ¿Tú, campeón?

-espero que esa ocasión no fuera tan atosigante como las veces anteriores- comento Colin.

-con todo lo que me pasaba esas palabras que tuve contigo fueran más que agradables- le respondió Harry con una media sonrisa.

—Sí, realmente alucinante —repuso Harry con pesa­dumbre, encaminándose hacia la escalinata del vestíbu­lo—. ¿Para qué quieren las fotos, Colin?

—¡Creo que para El Profeta!

-y después para corazón de bruja- comentó Ron

-también saliste en esa melosa y cursi revista- exclamo Sirius- pero si hay solo hablan de… ha- se detuvo un momento- adivino, te inventaron un romance con Hermione no.

-no exactamente- comento Harry- solo digamos que no la paso muy bien.

-eso explicaría el rencor que le guarda a esa reportera- concluyo Remus- bueno Frank, podrías continuar.

—Genial —dijo Harry con tristeza—. Justo lo que necesito. Más publicidad.

—¡Buena suerte! —le deseó Colin cuando llegaron.

Harry llamó a la puerta y entró.

Frank fue leyendo la descripción de la habitación donde lo esperaba Bagman.

Como de costumbre, Viktor Krum estaba de pie en un rincón, sin hablar con nadie. Cedric y Fleur conversaban. Fleur parecía mucho más contenta de lo que la había visto Harry hasta el momento, y repetía su habitual gesto de sacudir la cabeza para que la luz arrancara reflejos a su largo pelo plateado.

-¿estabas coqueteando con él?- le pregunto de inmediato Bill a su esposa.

-he bueno- comenzó la chica- clago que no quegido

-claro que sí, cuando comenzaste a trabajas en Gringotts hacías eso para llamar mi atención.

-bueno si coqueteaba con él, pego aún no te conocía y él no me hizo mucho caso- se defendió la chica.

-tranquila, no te estoy acusando de nada, como dices paso antes de estar juntos- comenzó a decir el pelirrojo- pero es curioso saber de tus conquistas pasadas, dijo, hasta mi hermano menor andaba tras de ti

-hey, y a mi porque eme metes en la discusión he- le reclamo Ron.

-solo decía, no sean tan sensitivo- comento Bill

-ya veremos si te gusta tanto cuando ella se entere de tus antiguas andanzas

-podrías contarle si tan solo supieras de algunas de ellas.

-demonios- exclamo ron consiguiendo la risa de varios de los presentes.

-pego yo si quigro sabeg de esas andanzas- comento por lo bajo Fleur a su esposo con un pequeño atisbo de celos.

-está bien, pero después tu arias lo mismo- le devolvió Bill antes de volver a escuchar la lectura.

Un hombre barrigudo con una enorme cámara de fotos negra que echaba un poco de humo observaba a Fleur por el rabillo del ojo.

Bagman vio de pronto a Harry, se levantó rápidamente y avanzó como a saltos.

—¡Ah, aquí está! ¡El campeón número cuatro! Entra, Harry, entra... No hay de qué preocuparse: no es más que la ceremonia de comprobación de la varita. Los demás miem­bros del tribunal llegarán enseguida...

—¿Comprobación de la varita? —repitió Harry nervioso.

—Tenemos que comprobar que vuestras varitas se ha­llan en perfectas condiciones, que no dan ningún proble­ma. Como sabes, son las herramientas más importantes con que vais a contar en las pruebas que tenéis por delan­te —explicó Bagman

-y aquí es donde lunático se crese por haber tenido razón-comentó Sirius volteando los ojos.

-no es menos de lo tu harías canuto así que no fastidies- le devolvió el oji miel con una sonrisa de suficiencia.

—. El experto está arriba en estos momentos, con Dumbledore. Luego habrá una pequeña sesión fotográfica. Esta es Rita Skeeter —añadió, señalando con un gesto a la bruja de la túnica de color fucsia—. Va a escribir para El Profeta un pequeño artículo sobre el Torneo.

- ¿Rita Skeeter? - repitió Alice- me parece que he escuchado de ella, algunas alumnas mayores siempre comentaban de los chismes que llego a inventar cuando estaba en el colegio, claro que nunca la conocimos en persona.

-pues buena suerte tuvieron, aunque también hubiera sido bueno que fuera compañera suya- comentó Hermione- sin duda habría recibido más de una broma de su parte y hubiera sido genial.

-valla que te desagrada he- exclamo Sirius

-no se requiere mucho para tomarle rencor a esa tipa- aseguró Albus- nosotros no la hemos visto en persona aun así nos cae mal.

-es cierto, tal vez deberían de ir preparando sus bromas- salto Scorpius.

-todo a su momento, primero veamos que idioteces publica y luego veremos que hacerle- aseguro Lily- Frank continua.

—A lo mejor no tan pequeño, Ludo —apuntó Rita Skee­ter mirando a Harry.

Frank describió a Rita.

—Me pregunto si podría hablar un ratito con Harry an­tes de que empiece la ceremonia —le dijo a Bagman sin apartar los ojos de Harry—. El más joven de los campeones, ya sabes... Por darle un poco de gracia a la cosa.

—¡Por supuesto! —aceptó Bagman—. Es decir, si Harry no tiene inconveniente...

-claro que lo tiene, dudo que siquiera quiera estar ahí para otra cosa que no fuera la inspección- aseguro James

-y en verdad hubiera sido lo mejor- aseguro Harry- lamentablemente en ese momento no tenía ni idea de cómo era esa tipa- cada vez más a los oyentes les gusta menos la forma en que hablan de Rita.

—Eh... —vaciló Harry.

—Divinamente —exclamó Rita Skeeter.

-esa tipa se está tomando demasiadas libertades- comento Sirius. Si eso pensaba en el momento, ya vería cuando comenzaran a aparecer sus artículos, pensaron varios.

Sin perder un instante, sus dedos como garras cogie­ron a Harry por el brazo con sorprendente fuerza, lo vol­vieron a sacar del aula y abrieron una puerta cercana.

—Es mejor no quedarse ahí con todo ese ruido —expli­có—. Veamos... ¡Ah, sí, este sitio es bonito y acogedor!

Era el armario de la limpieza. Harry la miró.

-sí solo es una entrevista no es necesario apartarse del resto- comento Lily- ya comprendo lo que decían, no me agrada que esa tipa se relacione con Harry.

—Entra, cielo, está muy bien. Divinamente —repitió Rita Skeeter sentándose a duras penas en un cubo vuelto boca abajo. Empujó a Harry para que se sentara sobre una caja de cartón y cerró la puerta, con lo que quedaron a oscu­ras—. Veamos...

Abrió el bolso de piel de cocodrilo y sacó unas cuantas velas que encendió con un toque de la varita, y por arte de magia las dejó colgando en medio del aire para que ilumina­ran el armario.

—¿No te importa que use una pluma a vuelapluma, Harry? Me dejará más libre para hablar...

- ¿una qué? - preguntaron algunos de los presentes.

-es una pluma que utilizaba que escribía sola y… bueno, lo mejor será que lo lean por ustedes mismos- comento Hermione, ya verían que clase de escritos realizaba esa pluma.

—¿Una qué? —preguntó Harry.

Frank fue describiendo las acciones de Skeeter y la forma de la pluma y como la dejo sobre el pergamino

—Probando: mi nombre es Rita Skeeter, periodista de El Profeta.

Harry bajó de inmediato la vista a la pluma. En cuanto Rita Skeeter empezó a hablar, la pluma se puso a escribir, deslizándose por la superficie del pergamino:

La atractiva rubia Rita Skeeter, de cuarenta y tres años, cuya despiadada pluma ha pinchado tantas reputaciones demasiado infladas...

-acaso esa pluma escribe lo que se le da gana- exclamo Sirius.

-algo así, sin duda con eso trata de ser más “interesantes” las cosas con el único afán de vender más periódicos- comento Hermione.

-una herramienta perfecta para esa creadora de rumores- comento Alice- pero que pasa con alguien como Harry que no sabe y no quiere ofrecer algún tipo de entrevista.

-sin duda escribirá lo que se le dé la regalada gana- aseguro Sirius- podría ser cualquier cosa.

-será algo halagador y que sea de simpatía para los lectores- aseguro Draco- después es cuando empieza con sus difamaciones.

-tú lo sabes muy bien no es así- espero Ron, pues varios de los chismes fueron creados gracias a él y su grupo.

-si bueno, no puedo negar que en verdad si tuve algo que ver- expreso el rubio- pero hey, aunque yo no le hubiera dicho nada de cualquier forma se inventaría cosas, por lo que no es enteramente mi culpa los rumores de ese año.

-bueno, en eso tiene razón, el principal problema en ese aspecto era Skeeter y no Malfoy- acepto Hermione a lo que varios le dieron la razón.

—Divinamente —dijo Rita Skeeter una vez más.

Rasgó la parte superior del pergamino, la estrujó y se la metió en el bolso. Entonces se inclinó hacia Harry.

—Bien, Harry, ¿qué te decidió a entrar en el Torneo?

—Eh... —volvió a vacilar Harry, pero la pluma lo dis­traía. Aunque él no hablara, se deslizaba por el pergamino a toda velocidad, y en su recorrido Harry pudo distinguir una nueva frase:

Una terrible cicatriz, recuerdo del trágico pasado, desfigura el rostro por lo demás muy agradable de Harry Potter, cuyos ojos...

-deberías de decir algo cachorro, parece que lo peor que puedes hacer es quedarse callado- apremio Sirius.

-da igual lo que diga, esa maldita terminara escribiendo lo que sea- aseguro Lily- eso ni siquiera se puede llamar una entrevista.

-lo mejor es que salieras de ahí inmediatamente, de igual forma no importara en lo más mínimo lo que digas- propuso James

-o en su defecto sujetarte los pantalones y realizar “verdaderas” entrevistas a “verdaderos” reporteros- agrego Lily

-pero querida eso de que serviría- interrogo james- además sabes que nuestro hijo no le gusta esas cosas.

-eso es cierto pero hasta cierto punto lo que dijo Lily tiene lógica- intervino Remus- ya sea que esté presente o no todo parece que Skeeter publicara sus artículos, el que Harry diera su verdadero punto de vista a otras revistas ayudaría a contradecirla, pero claro, antes Harry debería de perder su timidez para esas cosas

-así habría más versiones de la historia y sería más fácil para el después negar las cosas que dice Skeeter- agrego Dora.

-la verdad, nunca pensamos en eso, estábamos más preocupados por lo de las pruebas- comento Harry queriendo dar por terminada la discusión, más que nada porque en efecto le desgradaba la idea de dar entrevistas por propia voluntad.

—No mires a la pluma, Harry —le dijo con firmeza Rita Skeeter. De mala gana, Harry la miró a ella—. Bien, ¿qué te decidió a participar en el Torneo?

—Yo no decidí participar —repuso Harry—. No sé cómo llegó mi nombre al cáliz de fuego. Yo no lo puse.

-esa respuesta no vendería ningún ejemplar, sin duda es algo que nunca publicaran- aseguro Ted.

Frank prosiguió leyendo la entrevista desde lo más básico que seria que pensaba Harry acerca de las pruebas del torneo y las muertes que suscitaron hasta lo inapropiado de cómo le afectado sus anteriores experiencias mortales hasta el tema de cómo se sentirían sus padres si estuvieran vivos.

-muy bien, es maldita ya se está extralimitando- exclamo James.

-oh por Merlín- se escuchó que dijo Frank.

- ¿Qué? - preguntaron varios en ese momento

-solo escuchen esto

Harry estaba ya realmente enojado. ¿Cómo demonio iba a saber lo que sentirían sus padres si estuvieran vivos? Podía notar la atenta mirada de Rita Skeeter. Frunciendo el entrecejo, evitó sus ojos y miró las palabras que acababa de escribir la pluma.

Las lágrimas empañan sus ojos, de un verde intenso, cuando nuestra conversación aborda el tema de sus padres, a los que él a duras penas puede recordar.

- ¡¿pero qué?!- exclamaron varios al mismo tiempo.

-y falta lo peor, solo esperen a que salga el artículo que termino publicado- aseguro Hermione.

-bueno, con eso me convence, vamos a hacerle pasar y rapto muy divertido que le hagan desear no volver a tocar una pluma- aseguro Sirius.

-Sirius relájate- intervino Marlene- no creo que…

-he, lo siento Marlene pero en esta ocasión si deberías de soltarle la correa- interrumpió Hermione- el problema de esa mujer que para ella no hay nada sagrado y se mete con todo el mundo, y para colmo hay muchos que le creen lo que dice.

-no estoy segura

-tu solo espera y ustedes- señal a los merodeadores- mas es ale pensar en algo bueno- Sirius asintió con orgullo mientras James y Remus lo hiero mucho más modesto, pero como Hermione decía, dentro de un par de capítulos todos los alborotadores se unirían en un plan en común, igual que con los Dursley.

—¡Yo no tengo lágrimas en los ojos! —dijo casi gritando.

Antes de que Rita pudiera responder una palabra, la puerta del armario de la limpieza volvió a abrirse. Harry miró hacia fuera, parpadeando ante la brillante luz. Albus Dumbledore estaba ante ellos, observándolos a ambos, allí, apretujados en el armario.

-bueno, por lo menos esa maldita farsa por fin ha terminado, ya podremos avanzar en la historia- aseguro Lily.

—¡Dumbledore! —exclamó Rita Skeeter, aparentemen­te encantada.

Pero Harry se dio cuenta de que la pluma y el pergamino habían desaparecido de repente de la caja de quitamanchas mágico, y los dedos como garras de Rita se apresuraban a cerrar el bolso de piel de cocodrilo.

-parce que ha tenido sus problemas con nuestro director- comento Ted- de que otra forma habría reaccionado de esa forma.

-si lo que dijo Draco es cierto sin duda se debió de haber ganado más de algún enemigo- aseguro Andrómeda.

—¿Cómo estás? —saludó ella, levantándose y tendién­dole a Dumbledore una mano grande y varonil—. Supongo que verías mi artículo del verano sobre el Congreso de la Confederación Internacional de Magos, ¿no?

—Francamente repugnante —contestó Dumbledore, echando chispas por los ojos—. Disfruté en especial la des­cripción que hiciste de mi como un imbécil obsoleto.

-creo que ya estoy comprendiendo un poco lo que decías- comento Marlene dirigiéndose a Hermione- a este ritmo inclusive hasta yo me podría unir a estos tontos.

-así se habla mi hermosa rubia- festejo Sirius abrasando y besando a la chica- créeme que es el camino correcto, solo debes dejarte llevar por el lado oscuro.

-ya déjate de idioteces quieres- dijo Marlene con una sonrisa- Fran continua.

Rita Skeeter no pareció avergonzarse lo más mínimo.

—Sólo me refería a que algunas de tus ideas son un poco anticuadas, Dumbledore, y que muchos magos de la calle...

—Me encantaría oír los razonamientos que justifican tus modales, Rita —la interrumpió Dumbledore, con una cortés inclinación y una sonrisa—, pero me temo que ten­dremos que dejarlo para más tarde. Está a punto de empe­zar la comprobación de las varitas, y no puede tener lugar si uno de los campeones está escondido en un armario de la limpieza.

Frank leyó como con mucha alegría Harry regreso al aula donde los demás campeones donde el resto del tribunal y los campeones.

—Permitidme que os presente al señor Ollivander —dijo Dumbledore, ocupando su sitio en la mesa del tribunal y di­rigiéndose a los campeones—. Se encargará de comprobar vuestras varitas para asegurarse de que se hallan en buenas condiciones antes del Torneo.

Harry miró hacia donde señalaba Dumbledore, y dio un respingo de sorpresa al ver al anciano mago de grandes ojos claros que aguardaba en silencio al lado de la venta­na. Ya conocía al señor Ollivander. Se trataba de un fabri­cante de varitas mágicas al que hacía más de tres años, en el callejón Diagon, le había comprado la varita que aún poseía.

-claro, es el mejor fabricante de varitas de nuestro país, sin duda será la mejor opción para analizar las varitas- aseguro Alice

-pues a mí no me agrada que vallan a realizar la inspección a la vista de todos- aseguro Alastor- en especial frente a Karkarov.

-tranquilízate Alastor, no creo que sea para tanto, solo vera si están bien cuidadas y…

-y seria grandiosos que se enteraran por ejemplo que la varita de Harry es la gemela de la de Voldemort- exclamo el ex auror lo que tenso a más de uno- sin mencionar que podrían tratar de hacer algún sabotaje al saber el tipo de varita del oponente.

-bueno, nada podemos hacer por eso, mejor seguiré leyendo, ya casi se termina el capítulo.

—Mademoiselle Delacour, ¿le importaría a usted venir en primer lugar? —dijo el señor Ollivander, avanzando ha­cia el espacio vacío que había en medio del aula.

Fleur Delacour fue a su encuentro y le entregó su varita.

Como si fuera una batuta, el anciano mago la hizo girar entre sus largos dedos, y de ella brotaron unas chispas de color oro y rosa. Luego se la acercó a los ojos y la examinó detenidamente.

—Sí —murmuró—, veinticinco centímetros... rígida... palisandro... y contiene... ¡Dios mío!...

—Un pelo de la cabeza de una veela —dijo Fleur—, una de mis abuelas.

-valla, en verdad se pueden hacer varitas de casi cualquier cosa- comento Sirius- además me parece impresionante que pueda reconocer los detalles de las varitas con solo verlas.

-la creación de varitas es un arte muy complejo y no muchos tiene la capacidad para ello- comento Dumbledore.

De forma que Fleur tenía realmente algo de veela, se dijo Harry, pensando que debía contárselo a Ron... Luego recordó que no se hablaba con él.

-hubiera sido agradable haber sabido esa información antes- comento Ron recordando aquel incidente cuando la “invito” a salir.

-oh, hablas de lo que paso en el coggedog- dijo Fleur soltando una risa cantarina

-eso no fue divertido- murmuro el pelirrojo.

-tal vez para ti no hermanito, pero para nosotros fue más que hilarante- aseguro Fred.

—Sí —confirmó el señor Ollivander—, sí. Nunca he usado pelo de veela. Me parece que da como resultado unas varitas muy temperamentales. Pero a cada uno la suya, y si ésta le viene bien a usted...

-considerando lo visto en el mundial de quidditch seria comprensible pensar eso- comento Andrómeda.

Pasó los dedos por la varita, según parecía en busca de golpes o arañazos. Luego murmuró:

¡Orchideous! —Y de la punta de la varita brotó un ramo de flores—. Bien, muy bien, está en perfectas condi­ciones de uso —declaró, recogiendo las flores y ofreciéndoselas a Fleur junto con la varita—. Señor Diggory, ahora usted.

-esa será fácil, practicante todos los magos de Londres le compran su varita a Ollivander- aseguro Ted- solo sería ver si está en buenas condiciones

-y en caso de que no lo estuviera, se podrían reparar- pegunto el señor Evans con curiosidad.

-si el daño no es muy extenso si se podría hacer algo- aseguro Charlus- pero siempre es mejor cuidarlas para que nada les ocurra.

Fleur se volvió a su asiento, sonriendo a Cedric cuando se cruzaron.

—¡Ah!, veamos, ésta la hice yo, ¿verdad? —dijo el señor Ollivander con mucho más entusiasmo, cuando Cedric le entregó la suya—. Sí, la recuerdo bien. Contiene un solo pelo de la cola de un excelente ejemplar de unicornio macho. Debía de medir diecisiete palmos. Casi me clava el cuerno cuando le corté la cola. Treinta centímetros y medio... ma­dera de fresno... agradablemente flexible. Está en muy bue­nas condiciones... ¿La trata usted con regularidad?

—Le di brillo anoche —repuso Cedric con una sonrisa.

Harry miró su propia varita. Estaba llena de marcas de dedos. Con la tela de la túnica intentó frotarla un poco, con disimulo, pero de la punta saltaron unas chispas dora­das. Fleur Delacour le dirigió una mirada de desdén, y de­sistió.

-Pegdón pog eso- se disculpó la rubia.

-no hay problema- le restó importancia Harry.

-de cualquier forma, el que le saques brillo a una varita no importa tanto, es más importante la conexión que tengas con ella y que no la rompas- aseguro Lily.

El señor Ollivander hizo salir de la varita de Cedric una serie de anillos de humo plateado, se declaró satisfecho y luego dijo:

—Señor Krum, si tiene usted la bondad...

Viktor Krum se levantó y avanzó hasta el señor Olli­vander desgarbadamente, con la cabeza gacha y un andar torpe. Sacó la varita y se quedó allí con el entrecejo fruncido y las manos en los bolsillos de la túnica.

—Mmm —dijo el señor Ollivander—, ésta es una ma­nufactura Gregorovitch,

Inevitablemente los ojos de Harry, Ron y Hermione hicieron contacto, evidentemente recordando su búsqueda de los horrocrux y la relevancia que el fabricante de varita tuvo en su momento.

si no me equivoco. Un excelente fa­bricante, aunque su estilo no acaba de ser lo que yo... Sin embargo...

Levantó la varita para examinarla minuciosamente, sin parar de darle vueltas ante los ojos.

—Sí... ¿Madera de carpe y fibra sensible de dragón? —le preguntó a Krum, que asintió con la cabeza—. Bastan­te más gruesa de lo usual... bastante rígida... veintiséis cen­tímetros... ¡Avis!

-una varita gruesa para una persona robusta- aseguro George- Hermione, en verdad Krum es tan grande como ¡¡¡haaa!!!- de pronto el pelirrojo había quedado colgado del tobillo

-ya cállate idiota- espeto Ron con varita en mano.

- ¿Ronald que hiciste? - exclamo Molly- ya baja a tu hermano

-pero mamá

-después pueden arreglar sus problemas en otro lado, en este momento solo interrumpen la lectura.

-mmm, está bien- dijo ron recitando el contra hechizo ocasionado que George se diera un fuerte golpe al caer.

-creo que no fue tan buena idea picar a Ron por ese lado- comentó Fred.

-sí, ya me di cuanto hermano- dijo sobando el lugar donde se había golpeado.

La varita de carpe produjo un estallido semejante a un disparo, y un montón de pajarillos salieron piando de la punta y se fueron por la ventana abierta hacia la pálida luz del sol.

—Bien —dijo el viejo mago, devolviéndole la varita a Krum—. Ahora queda... el señor Potter.

Harry se levantó y fue hasta el señor Ollivander cru­zándose con Krum. Le entregó su varita.

—¡Aaaah, sí! —exclamó el señor Ollivander con ojos brillantes de entusiasmo—. Sí, sí, sí. La recuerdo perfecta­mente.

Harry también se acordaba. Lo recordaba como si hu­biera sido el día anterior.

Frank fue leyendo el recuerdo de Harry de cuando a comprar su varita hace cuatro años atrás, la explicación del núcleo de su varita y la de Voldemort, así como el evidente cariño que Harry le tenía a su varita, sin poder evitar aquel parentesco con la de Voldemort, de la misma manera que no podía evitar el suyo con tía Petunia. Terminando con el deseo de que Ollivander no dijera ese detalle en especial con Rita Skeeter.

-sin duda sería el escándalo que ella hubiera deseado-aseguro Frank- no sería muy agradable que todo el mundo lo supiera.

En ese momento Harry pensó en lo diferente que habría sido la historia si eso hubiera ocurrido, sin duda Voldemort se habría enterado de eso y el duelo que tuvo con él en el cementerio no hubiera terminado de la misma forma, y tal vez incluso hubiera muerto en ese lugar.

El anciano mago se pasó mucho más rato examinando la varita de Harry que la de ningún otro. Pero al final hizo manar de ella un chorro de vino y se la devolvió a Harry, de­clarando que estaba en perfectas condiciones.

-bien no dijo nada- celebro Alice- aunque tal vez pudo haber sido por alguna petición de Dumbledore, ya vimos que estaban juntos antes de llegar al aula.

—Gracias a todos —dijo Dumbledore, levantándose—. Ya podéis regresar a clase. O tal vez sería más práctico ir di­rectamente a cenar, porque falta poco para que terminen...

Harry se levantó para irse, con la sensación de que al fi­nal no todo había ido mal aquel día,

-olvidando las mentiras que esa arpía había escrito de ti hasta ese momento y lo que podría escribir después- comento James- pero supongo que no pensaste en eso.

pero el hombre de la cá­mara de fotos negra se levantó de un salto y se aclaró la garganta.

-al final el pequeño Colin también tuvo razón- aseguro Sirius- pero claro, era evidente que sacarían fotos llevando un fotógrafo.

-valla, yo pensaba que reclamarían porque los retrasarían para ir a cenar- comento Marlene.

—¡Las fotos, Dumbledore, las fotos! —gritó Bagman—. Todos los campeones y los miembros del tribunal. ¿Qué te parece, Rita?

-no creo que ese Bagman sea consciente de la clase de tima que es Rita- comento Ted.

-bueno, ya vimos que no es muy serio en casi nada y se toma las cosas muy a la ligera- comento Hermione

—Eh... sí, ésas primero —dijo Rita Skeeter, poniendo los ojos de nuevo en Harry—. Y luego tal vez podríamos sa­car unas individuales.

Frank fue leyendo como continuo la sesión de fotos siendo el tamaño de Maxime un problema y el acomodo de los demás, así como las fotos individuales.

-valla, poniendo al famoso campeón más joven y a la bella campeona al frente- comento Bill- sin duda estaban muy interesados en vender diarios.

Harry bajó a cenar. Vio que Hermione no estaba en el Gran Comedor, e imaginó que seguía en la enfermería por lo de los dientes. Cenó solo a un extremo de la mesa, y luego volvió a la torre de Gryffindor pensando en todos los debe­res extra que tendría que hacer sobre los encantamientos convocadores. Arriba, en el dormitorio, se encontró con Ron.

-que mejor forma de terminar tan fatídico da- comento Dora- llegar con alguien que ni siquiera se digna a verte- ron bajo la vista

-en parte es cierto, pero podría haber sido peor sobrina- aseguró Sirius.

-valla, en verdad lograron sobornarte con idea de Marlene en lencería he, perro faldero- le pico Remus

-ya cállate lunático- reclamo con un pequeño rubor- claro, como tú ya has visto a tu mujer con poca ropa tanto como quisiste.

-eso no ha ocurrido Sirius y no tengo una mente tan sucia como…

-¡¡JA!!- exclamo con fuerza Lily- mente sucia, quieres que te recuerde de lo que hablamos la primera vez que tú y ella durmieron juntos- el color del rostro de Remus se fue en ese momento.

-ósea que nuestro querido lunático se puso “calientito” cuando durmió con mi sobrina- exclamo divertido Sirius con su clásica sonrisa traviesa.

-bueno, la verdad…

-Lily ya guarda silencio- le reprendió el licántropo no queriendo que eso se supiera.

Pero ya era tarde, pues cualquiera que pensara un poquito podría sacer sus propias conclusiones, en especial la metamorfomaga que se sonrojo fuertemente al pensar que Remus se había sentido igual que ella esa noche, y no pudo evitar pensar que hubiera pasado si alguno de los dos hubiera tenido algún contacto en ese instante, sobre decir que tono rojo de la joven fue en aumento después de eso.

—Has recibido una lechuza —le informó éste con brus­quedad, señalando la almohada de Harry. La lechuza del colegio lo aguardaba allí.

-bien, ya tiene mi respuesta, es bueno que esta tan cerca, así nos podemos comunicar más rápidamente- comento Sirius.

-pero tampoco es que se puedan decir mucho en cartas- agrego James

-ademas de no deja de ser algo insegura comunicarse con ese medio- agrego Alastor.

—Ah, bien —dijo Harry.

—Y tenemos que cumplir el castigo mañana por la no­che, en la mazmorra de Snape —añadió Ron.

Entonces salió del dormitorio sin mirar a Harry. Por un momento, Harry pensó en seguirlo, sin saber muy bien si quería hablar con él o pegarle, porque tanto una cosa como otra le resultaban tentadoras.

-bueno, solo quería darte espacio- comento Ron- suponía que era carta de Sirius, porque bueno, no es como si muchas personas te escribieran.

-aun así creo que debieron de hacer algo aseguro Frank- y se fuera que hablaran o se agarraran a golpes eso ayudaría a que se reconciliaran más rápido.

-sigues con eso, que acaso no puedes solucionar los problemas entre amigos sin llegar a los golpes-  exclamo Alice.

-los hombres son unos idiotas, ya deberías de saberlo amiga- aseguro Lily.

-claro que podemos resolver los problemas dialogando- aseguro Frank.

-por supuesto, nos cuesta más y es más tardado pero si podemos- apoyo Sirius.

-con eso no apoyas a tu genero animal- exclamo Remus- mejor sique leyendo Frank- le pidió al auror.

Pero la carta de Sirius era más urgente, así que fue hacia la lechuza, le quitó la carta de la pata y la desenrolló:


Harry:

No puedo decir en una carta todo lo que qui­siera, porque sería demasiado arriesgado si inter­ceptaran la lechuza. Tenemos que hablar cara a cara. ¿Podrías asegurarte de estar solo junto a la chimenea de la torre de Gryffindor a la una de la noche del 22 de noviembre?

-entonces piensas utilizar la red flu para hablar con él- comento Marlene- pero como conseguirás una chimenea si estas escondido cerca del colegio.

-debí encontrar una forma, de otra forma no le habría pedido estar cerca de la chimenea- dijo Sirius

-bueno, también podrías primero pedirle que se vieran y después ver si podrías cumplir con la reunión- comento Dora.

-claro que no, con algo tan importante como lo que le ocurre a Harry no sería tan imprudente- aseguro con suma seriedad el animago, lo cual fue de agrado para James y Lily.

Sé mejor que nadie que eres capaz de cuidar de ti mismo, y mientras estés cerca de Dumbledore y de Moody no creo que nadie te pueda hacer daño alguno.

El trio pensó lo errado que estaba Sirius, si bien Dumbledore era de fiar, el Moody que estaba en el colegio en ese momento era justamente el causante de todo.

Sin embargo, parece que alguien está hacien­do intentos bastante acertados. El que te presentó al Torneo tuvo que arriesgarse bastante, especialmente con Dumbledore tan cerca.

-eso es cierto, pero aun así quedan más cabos sueltos- aseguro Alastor.

Estate al acecho, Harry. Sigo queriendo que me informes de cualquier cosa anormal. En cuanto puedas, hazme saber si te viene bien el 22 de noviembre.

Sirius

-es el final- dijo Frank

-fue aquella noche verdad- dijo Ron a su amigo que asintió- siento la interrupción.

-adivino, ya lo veremos en su momento- aventuro Sirius- bueno, tal vez será mejor que continuemos, Frank- dijo extendiendo la mano para que le pasaran el libro- ahora veamos que sigue








Hola, un poquito más tarde de lo esperado pero aquí esta, espero les guste.

20 comentarios:

  1. http://leyendoharrypotter5al7.blogspot.com.es/?m=1 miradlo

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    1. Mmm, interesante, no he visto muchas historias donde aparezca el buen Salazar, y los demás fundadores, espero ver como continuas.

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  2. de verdad agradezco que hayas retomado la historia, no se que pasaria conmigo si lo dejaras.
    el cap ha estado precioso, me ha encantado, espero con ansias el sgte cap!!!

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    1. Pues si la deje un tiempo, pero ya volví y es muy agradable, aunque a veces me estreso un poquito, pero nada del otro mundo, ya subiré el siguiente capitulo.

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  3. Siiii volviste!!

    Ahora me pondré seria, como la chica de 22 años que soy... me encanta tu fic, creo que ya lo había dicho en otra oportunidad, no había comentado nada aún porque cuando vi que retomaste la historia, volví a leer desde el primer capítulo (lo cual me llevo tiempo ya que en el horario de trabajo no puedo leer).

    Bien eso es todo creo... saludos! Y me alegra que volvieras :)

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    1. si volví jeje.
      comprendo, creo que ya lo dije, pero yo también tuve que releer mi propia historia para saber en que me quede.
      me alegra que sigas leyendo y animo con tu trabajo.
      Es bueno estar de vuelta.

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  4. Esas semanas para atualización tardan tanto a pasar :(

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    1. Jeje, tal vez para ustedes, pero ya un par de veces estuve contra reloj para terminar a tiempo jeje.
      Bueno, no importa, ya actualizo.

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  5. Esperando un capitulo tuyo el tiempo pasa más lento, que ganas de seguir leyendo!

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    1. jeje, me parece conocido el sentimiento.
      Y descuida, ya actualizo.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Como empezare....
    Gracias por continuarlo, de verdad no te imaginas la cantidad de veces que revisaba el blog desde el capitulo de las imperdonables, diario me metía, mi navegador ya hasta se lo sabia de memoria :P y justo cuando tengo un trimestre pesado que me absorbe hasta el alma, el cual comenzó en julio, justo cuando dejo de revisar actualizas... jajajaja me lo "tuve" que leer de nuevo tooodo, que sacrificada yo. Pero mil gracias por volver , espero que lo actualices pronto.
    Pd Mis ilusiones de que airuna actualice Leyendo Harry Potter en Hogwarts regresan ahora que tu también actualizaste.
    Así que ahora en espera de uno nuevo. Saludos :)

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    1. Si, siendo haberlos abandonado tanto tiempo, espero que haya sido una grata sorpresa cuando revisaste y viste que actualice.
      Entiendo, yo también me tuve que poner al tanto de la historia jeje.
      Entiendo el sentimiento de ver un fin a la mitad, ojala que airuna pueda actualizar también su historia.
      ya actualizo.

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  8. Ya falta menos, ya veras lo que tengo planeado.

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