Todo
el gran comedor se sumió en murmullarlos y diferentes reacciones, los jóvenes
del pasado no podían creer lo que escuchaban, una cosa era saber del regreso
del legendario torneo, pero otra cosa muy diferente era que esta vez serian
cuatro campeones, y más aún, que fuera ese chico que tantos problemas había
tenido hasta el momento. Los de la segunda generación ya conocían es parte de
la historia, pero aun así esperaban expectantes a que siguieran, pues seguían
sin decir cómo le nombre de Harry llego al cáliz. Por su parte la tercera
generación estaba como la segunda y les tocaba esperar.
-¡¡¿Pero que carajos es eso?!!- grito Sirius
rompiendo el semi silencio que se había instalado en el gran comedor- es
imposible que Harry participe.
-No deben dejar que participe en esa locura es
muy peligroso- prosiguió James.
-No creo que sea lo más prudente- dijo Remus.
- ¡¿Pero que mierda dices lunático?!- espeto
Sirius.
-su nombre salió del cáliz canuto, eso quiere
decir que se formó el contrato- explico el licántropo lo que dejo aún más fríos
a los presentes, en efecto, el joven Potter no tenía alternativa.
-pero las reglas dicen que un menor de edad no
puede participar- salto James.
-me temo que eso es algo nuevo hijo- dijo Charlus
sintiendo pena tanto por su hijo como por su nieto- esa norma no significa nada
para el cáliz.
-pero es que eso es algo que debe investigarse
-sin duda que si- apoyo Dora- es demasiado
extraño lo que ocurrió y debió de ser hecho por alguien muy fuerte, sin
embargo…- vio a James- por mucho que se investigue no creo que eso anule en
contrato vinculante.
-mierda- dijo James hastiado en que le dijeran
lo mismo, volteo a su costado donde se encontraba su novia- ¿Lily? - pregunto
con preocupación.
La pelirroja en ese momento parecía
completamente ida, no decía nada, no maldecía, ni siquiera trataba de reclamar
los argumentos lógicos de que su hijo no tenía otra opción que participar,
solamente estaba sentada ahí, con la vista fija en ningún lugar, sobra decir lo
preocupados que estaban sus seres queridos.
-con permiso- dijo Lily con una inusitada
tranquilidad, se levantó de su asiento y con paso tranquilo salió del comedor.
James tardo unos segundos en reaccionar ante
dicha acción y trato de seguir a la chica cuando alguien lo detuvo.
-no espera- dijo la señora Evans- será mejor
que la dejemos sola un momento.
- ¡¿sola?!, ¿cómo que la dejemos sola? -
exclamo el animago.
-si, sola- reitero la mujer- comprendo de lejos
como debe de sentirse mi hija, con todo lo que nuestro nieto ha pasado y ahora
todo vuelve a ocurrir.
-y ahora puede ser aun peor- intervino Remus- a
pesar de lo ocurrido en aquel sueño en el primer capítulo, nos habíamos hecho a
la idea de que esta vez tendría un año tranquilo, pero…- la señora Evans
asintió al castaño.
-exacto, lo ha estado pasando bastante mal y
ahora debió ser el punto de quiebre, está en shock por lo ocurrido- Agrego la
mujer a lo que muchos quedaron pensando.
-ahora
que lo dicen, Lily ha estado muy regañona- comento Sirius- no me mal interprete
ten, está bien que, si solía reñirnos a veces, pero también se burlaba y se
metía con nosotros como en los últimos capítulos, pero ahora…
-creo, que si ha estado bajo mucha tención-
concedió James después de un momento.
Varios de los presentes bajaron la cabeza
apesadumbrados, no creían que la fuerte Lily Evans hubiera estado tan afectada,
era evidente que le dolía lo que leían, pero nunca se pusieron a recapacitar
hasta que punto, los más preocupados, frustrados y enojados eran James y
Severus, ellos eran los que más conocían a la chica y a su visión debieron de
comprender la situación especialmente difícil que estaba pasando.
-y entonces, ¿que aremos con la pelirroja? -
pregunto Sirius.
-por el momento será mejor dejarla tranquila-
respondió Dumbledore- si es cierto que está en shock entonces es algo que
deberá de solucionar a su tiempo, por el momento esperemos y observemos como
avanza la situación.
Un fuerte golpe se dejó escuchar en ese
momento, había sido James quien golpeo con frustración la mesa con los puños.
-por el momento continuemos con la lectura-
propuso Dumbledore
-pero Lily
-después podremos ponerla al tanto joven Black-
aseguro el director- eso si, tratando de ser lo más sutiles posibles- los
jóvenes asintieron- quien continuara.
-permítame profesor- exclamo Charlus para
después recibir el libro- bien, el capítulo de titula “Los cuatro campeones”
Harry
permaneció sentado, consciente de que todos cuantos estaban en el Gran Comedor
lo miraban. Se sentía aturdido, atontado. Debía de estar soñando. O no había
oído bien.
-que más quisiéramos- comento James- aun no
comprendo que demonios ha ocurrido.
-ya lo sabremos en su momento James, debes de
tratar de serenarte- le dijo Remus.
Nadie
aplaudía. Un zumbido como de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón.
Algunos alumnos se levantaban para ver mejor a Harry, que seguía inmóvil,
sentado en su sitio.
-sin duda los murmullos fueron a más después de
ese incidente- comento Albus.
-de hecho, fue peor- dijo Ron- por un tiempo
fue casi como en el segundo año.
-cuando fastidiaban al cachorro y decían cosas
de él- indago Sirius a lo que ron asintió- cielos, en verdad que no aprenden-
termino dando a entender que estaría dispuesto a impartir su peculiar forma de
justicia si alguien se pasaba del límite, no falta decir que Ron se sintió
entonces un poco preocupado.
En la
mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a
Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente. El profesor Dumbledore
inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo.
-ella también debe de estar preocupada, con lo
que le importan los estudiantes- comento Alice.
-en especial con Harry- agrego Frank- con todo
en lo que le ha pasado y ahora también eso.
Harry se
volvió hacia Ron y Hermione. Más allá de ellos, vio que todos los demás
ocupantes de la larga mesa de Gryffindor lo miraban con la boca abierta.
—Yo no
puse mi nombre —dijo Harry, totalmente confuso—. Vosotros lo sabéis.
Uno y
otro le devolvieron la misma mirada de aturdimiento.
-en esos momentos solo puedes tener el apoyo de
tus amigos- aseguro James- no creo que nadie más crea que tu no hiciste nada.
Hermione volteo a ver a su novio que bajaba la
cabeza, de inmediato lo abraso por los hombros suponiendo lo que debía de estar
pensando, esa fue la primera gran pelea que había tenido con Harry y no dudaba
que se sentía mal, y sin duda James y Sirius no se lo pondrían fácil.
En la
mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la
profesora McGonagall.
—¡Harry
Potter! —llamó—. ¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor!
—Vamos
—le susurró Hermione, dándole a Harry un leve empujón.
-no pueden retrasar lo inevitable- aseguro
Alastor- es mejor que terminen con ese asunto de una vez.
Charlus fue leyendo el tortuoso y aparentemente
eterno recorrido hasta la mesa de profesores ante la mirada de todos los
estudiantes, cuando por fin llego Dumbledore le dijo que siguiera por la puerta
pasando por la mesa donde Hagrid lo veía como el resto del mundo hasta llegar a
una pequeña sala decorada con retratos.
Cuando
entró, las caras de los retratados se volvieron hacia él. Vio que una bruja con
el rostro lleno de arrugas salía precipitadamente de los límites de su marco y
se iba al cuadro vecino, que era el retrato de un mago con bigotes de foca. La
bruja del rostro arrugado empezó a susurrarle algo al oído.
-creo que ya se de quien se trata- comento
Alice.
-si, yo también- agrego Andrómeda- y si estamos
en lo correcto solo será cuestión de tiempo que todos los retratos se enteren.
-al final solo sería cuestión de tiempo-
contino Ted- al final de cuentas todos os estudiantes ya están enterados. -
todos sin excepción asintieron ante sus palabras.
Viktor
Krum, Cedric Diggory y Fleur Delacour estaban junto a la chimenea. Con sus
siluetas recortadas contra las llamas, tenían un aspecto curiosamente
imponente. Krum, cabizbajo y siniestro, se apoyaba en la repisa de la chimenea,
ligeramente separado de los otros dos. Cedric, de pie con las manos a la
espalda, observaba el fuego. Fleur Delacour lo miró cuando entró y volvió a
echarse para atrás su largo pelo plateado.
-fue muy sorpresivo que llegaras en ese
momento- acepto Cedric- estábamos esperando a los profesores y no a otro
estudiante.
-y mucho menos a un cuarto campeón- agrego
Viktor.
—¿Qué
pasa? —preguntó, creyendo que había entrado para transmitirles algún mensaje—.
¿«Quieguen» que volvamos al «comedog»?
Harry no
sabía cómo explicar lo que acababa de suceder. Se quedó allí quieto, mirando a
los tres campeones, sorprendido de los altos que parecían.
-por fortuna no tuve que hacerlo- comento
Harry.
Oyó
detrás un ruido de pasos apresurados. Era Ludo, que entraba en la sala. Cogió
del brazo a Harry y lo llevó hacia delante.
—¡Extraordinario!
—susurró, apretándole el brazo—. ¡Absolutamente extraordinario! Caballeros...
señorita —añadió, acercándose al fuego y dirigiéndose a los otros tres—. ¿Puedo
presentarles, por increíble que parezca, al cuarto campeón del Torneo de los
tres magos?
-soy yo, o parece muy emocionado con lo
ocurrido- indago Charlus.
-Así parece- dijo su esposa- pero no puedo
comprender él porque
-bueno, ludo Bagman es alguien un poco extraño
y entusiasta- comento James- ya en los primeros capítulos vimos que le
importaba un bledo ocultarse de los muggles durante el mundial.
-incluso tal vez en ese momento se le ocurrió
aquella pequeña treta- comento por lo bajo Fred a su gemelo.
-si, pero de muy poco le sirvió al ladronzuelo
ese- corroboro George.
Viktor
Krum se enderezó. Su hosca cara se ensombreció al examinar a Harry. Cedric
parecía desconcertado: pasó la vista de Bagman a Harry y de Harry a Bagman como
si estuviera convencido de que había oído mal. Fleur Delacour, sin embargo, se
sacudió el pelo y dijo con una sonrisa:
—¡Oh, un
chiste muy «divegtido», «señog» Bagman!
La rubia se removió incomoda en su asiento, en
ese momento desvalorizo mucho a Harry y se sentía mal.
—¿Un
chiste? —repitió Bagman, desconcertado—. ¡No, no, en absoluto! ¡El nombre de
Harry acaba de salir del cáliz de fuego!
Krum
contrajo levemente sus espesas cejas negras. Cedric seguía teniendo el mismo
aspecto de cortés desconcierto. Fleur frunció el entrecejo.
—«Pego»
es evidente que ha habido un «egog» —le dijo a Bagman con desdén—. Él no puede
«competig». Es demasiado joven.
-bueno, en eso tiene razón- comento dora-
aunque bueno, según entiendo eso de la mayoría de edad es algo reciente.
-si, así son las cosas- corroboro Charlus-
antes cualquier estudiante de cualquier edad se podía postular.
-pero nunca había ocurrido que salieran cuatro
nombres en lugar de tres- agrego Lyall
—Bueno...
esto ha sido muy extraño —reconoció Bagman, frotándose la barbilla
impecablemente afeitada y mirando sonriente a Harry—. Pero, como sabéis, la
restricción es una novedad de este año, impuesta sólo como medida extra de
seguridad. Y como su nombre ha salido del cáliz de fuego... Quiero decir que no
creo que ahora haya ninguna posibilidad de hacer algo para impedirlo. Son las
reglas, Harry, y no tienes más remedio que concursar. Tendrás que hacerlo lo
mejor que puedas...
James bufo con molestia, ya habían dicho eso
con anterioridad, pero el seguir escuchándola y esta vez de parte de quienes
deben impartir la ley en el torneo lo hacía más real si es posible.
-tranquilo cornamenta- le dijo Sirius- el
cachorro es muy fuerte, podrá estar a salvo.
-él tiene razón- apoyo Marlene- además tendrá a
sus amigos para ayudarlo- ella como los demás quería creer en sus propias
palabras.
Detrás de
ellos, la puerta volvió a abrirse para dar paso a un grupo numeroso de gente:
el profesor Dumbledore, seguido de cerca por el señor Crouch, el profesor
Karkarov, Madame Maxime, la profesora McGonagall y el profesor Snape. Antes de
que la profesora McGonagall cerrara la puerta, Harry oyó el rumor de los
cientos de estudiantes que estaban al otro lado del muro.
-para ese momento ya deberían de haberlos
mandado a dormir- comento Remus- esa será una charla muy extenuante.
-y dudo que lleguen a una diferente conclusión-
agrego Teddy- aun así, en lo que lleguen a ese punto habrá muchos gritos.
—¡Madame
Maxime! —dijo Fleur de inmediato, caminando con decisión hacia la directora de
su academia—. ¡Dicen que este niño también va a «competig»!
En medio
de su aturdimiento e incredulidad, Harry sintió una punzada de ira: «¿Niño?»
-ya lo creo yo que no es un niño normal-
aseguro Alastor- ya ha demostrado sus capacidades en más de una ocasión.
-tal vez así sea, pero debes de admitir que aún
le falta muchas cosas por aprender- salto Frank.
-muy cierto, espero que mi yo del futuro
aproveche el tempo que paso con el muchacho.
Harry no sabía que hubiera pasado si el
verdadero Moody hubiera dado clases, bueno, para empezar, no había participado
en el torneo y tampoco sabría si se hubiera interesado en entrenarlo, cosa que,
desde cierto punto, le había hecho de cierta ayuda en sus años siguientes, pero
él hubiera no existe, al menos hasta momento.
Madame
Maxime se había erguido completamente hasta alcanzar toda su considerable
altura. La parte superior de la cabeza rozó en la araña llena de velas, y el
pecho gigantesco, cubierto de satén negro, pareció inflarse.
-sin duda alguna algo
intimidante- comento Bill- aunque debo decir que la razón de su indignación no
sería la correcta.
—¿Qué
significa todo esto, «Dumbledog»? —preguntó imperiosamente.
—Es lo
mismo que quisiera saber yo, Dumbledore —dijo el profesor Karkarov. Mostraba
una tensa sonrisa, y sus azules ojos parecían pedazos de hielo—. ¿Dos
campeones de Hogwarts? No recuerdo que nadie me explicara que el colegio
anfitrión tuviera derecho a dos campeones. ¿O es que no he leído las normas con
el suficiente cuidado?
-eso es lo de menos- aseguro James- es evidente
que no tiene nada que ver con que un colegio tenga ventaja o no.
-el problema es que Karkarov estaba más
enfocado en ganar el torneo que en la seguridad de los demás campeones- aseguro
Viktor.
-tal vez en verdad se pudo haber reivindicado,
pero aun así seguía siendo un miserable- agrego Alastor.
Soltó una
risa breve y desagradable.
—C’est
impossible! —exclamó Madame Maxime, apoyando su enorme mano llena de
soberbias cuentas de ópalo sobre el hombro de Fleur—. «Hogwag» no puede «teneg»
dos campeones. Es absolutamente injusto.
-en getgospectiva- comenzó Fleur- en vegdad no
quisimos veg más allá de lo gelacionado con el simple togneo.
-en nuestro caso era lo más emocionante y creo
que no vimos la magnitud de la situación- Razono Cedric.
—Creíamos
que tu raya de edad rechazaría a los aspirantes más jóvenes, Dumbledore
—añadió Karkarov, sin perder su sonrisa, aunque tenía los ojos más fríos que
nunca—. De no ser así, habríamos traído una más amplia selección de candidatos
de nuestros colegios.
-y eso como porque serviría- aseguro Gideon.
Sin duda hubiera seguido prefiriendo a Krum sobre todos.
-lo único que quiere es estar reclamando por
algo, como ya tiene menos posibilidades que su campeón sea el ganador- agrego
Favian.
—No es
culpa de nadie más que de Potter, Karkarov —intervino Snape con voz melosa. La
malicia daba un brillo especial a sus negros ojos—. No hay que culpar a Dumbledore
del empeño de Potter en quebrantar las normas. Desde que llegó aquí no ha hecho
otra cosa que traspasar límites...
-Severus en serio, tan difícil es para ti
cuidar a Harry, sabes bien que no solo es mi hijo sino el de Lily.
-si no pareciera tanto…
-se parece a mí físicamente, pero tiene los
ojos y la actitud de Lily, y sé muy bien que ya lo has notado.
-supongo, que el dolor es más grande- dijo de
ultimo Snape, en efecto había notado lo que su némesis decía.
-eso se nota, pero al menos en un futuro
podrías intentar tratarlo de forma más normal- eso era lo mínimo que quería.
Para todos los del pasado y algunos de los
presentes (pero sobre todo a los de la primera generación) estaban
sorprendidos, una plática como esa, por muy sin sentido como pareciera, era
algo que nadie nunca creyó que podría ocurrir. Mas que nadie Sirius estaba
impactado por la carencia de hostilidad con lo que su amigo hablo con aquel con
quien tanto han peleado.
—Gracias,
Severus —dijo con firmeza Dumbledore, y Snape se calló, aunque sus ojos
siguieron lanzando destellos malévolos entre la cortina de grasiento pelo
negro.
El
profesor Dumbledore miró a Harry, y éste le devolvió la mirada, intentando
descifrar la expresión de los ojos tras las gafas de media luna.
—¿Echaste
tu nombre en el cáliz de fuego, Harry? —le preguntó Dumbledore con tono
calmado.
-eso hubiera sido imposible- aseguro
McGonagall- es simplemente imposible que el haya podido pasar por la línea de
Dumbledore.
-aun así, debía de preguntárselo- aseguro el
anciano director.
-pero dudo mucho que los demás presentes le
crean- dijo con tristeza James.
—No
—contestó Harry, muy consciente de que todos lo observaban con gran atención.
Semioculto en la sombra, Snape profirió una suave exclamación de incredulidad.
-no dudo que fuera el primero en desconfiar-
aseguro Frank- y ese tal Karkarov no dudo que no se quedaría atrás.
—¿Le
pediste a algún alumno mayor que echara tu nombre en el cáliz de fuego? —inquirió el director, sin hacer caso a
Snape.
- ¿Qué?, era así de fácil poner el nombre
dentro del cáliz- dijo con impresión George
-puede ser joven Weasley, no sé que tan
meticuloso fui al realizar el hechizó- respondió Dumbledore.
-de haberlo sabido nos habríamos ahorrado la
afeitada- comento Fred.
-deberían que ponerse un poco más serios- les
rebatió Molly- no creo que comprendan la complejidad de un torneo como ese.
-claro que lo hacemos mamá, pero debes de
aceptar que sería fascinante concursar- salto George.
-acaso pensaron poder superar fácilmente las
pruebas que tuvimos- indago Harry.
-bueno, la primera fue una sorpresa, y en
cuanto a la segunda sería cuestión de rapidez- continuo Fred
- ¿y que hay con la tercera? - pregunto Cedric
con un poco de curiosidad, aunque no lo dijeran abiertamente, suponía que tal
vez podría deducir un poco el cómo sería la prueba.
-bueno, no sabemos mucho de esa prueba- dijo
George.
-si, tendrás que descubrirlo cuando lleguemos a
ella- continuo Fred.
—No
—respondió Harry con vehemencia.
—¡Ah,
«pog» supuesto está mintiendo! —gritó Madame Maxime.
-en efecto nadie le creería- concedió Rose- la
verdad es más que la extraña situación y el potencial peligro lo que más les
importa es el premio.
-tienen la misma mentalidad que los tíos Fred y
George- apoyo Albus “S”.
-sin duda deberían de ordenar mejor sus
prioridades- aseguro Hermione.
-si, la que prefiere la muerte a reprobar una
materia tiene razón
- ¡eso fue en mi primer año así que no fastidies
Sirius! - reclamo la castaña ante la broma del animago.
Snape
agitaba la cabeza de un lado a otro, con un rictus en los labios.
—Él no
pudo cruzar la raya de edad —dijo severamente la profesora McGonagall—. Supongo
que todos estamos de acuerdo en ese punto...
La profesora presente afirmo rotundamente ante
tal afirmación, en su opinión Harry no tenía nada que ver con lo ocurrido.
—«Dumbledog»
pudo «habed» cometido algún «egog» —replicó Madame Maxime, encogiéndose de
hombros.
—Por
supuesto, eso es posible —admitió Dumbledore por cortesía.
-en ocasiones creo que es demasiado modesto
profesor- comento Frank.
-tal vez señor Longbottom- concedió el
director- pero no me creo tan infalible como para acertar en todo, incluso yo
puedo cometer errores- aseguro.
—¡Sabes
perfectamente que no has cometido error alguno, Dumbledore! —repuso airada la
profesora McGonagall—. ¡Por Dios, qué absurdo! ¡Harry no pudo traspasar por sí
mismo la raya! Y, puesto que el profesor Dumbledore está seguro de que Harry no
convenció a ningún alumno mayor para que lo hiciera por él, mi parecer es que
eso debería bastarnos a los demás.
Y le
dirigió al profesor Snape una mirada encolerizada.
-es bueno que siempre este ahí para velar por
sus alumnos profesora- comento Alice.
-la verdad es que muy pocos profesores los que
no tratan con imparcialidad a todos los alumnos sin importar la casa a la que
pertenecen- agrego dora.
-huy creo que la pedrada fue para ti quejicus-
exclamo Sirius.
-tu pedazo de…
-¡¡ya es suficiente!!- exclamo Remus- Severus
no es el momento para discutir y Sirius, deja de estarle buscando pelea- los
dos aludidos voltearon la vista con molestia- y tu no deberías darles pie a que
discutan- agrego en un susurro a dora.
-yo solo expresaba una opinión- le respondió
ella en el mismo tono- no es mi culpa que le quedara el saco- termino dándole
un fugas beso en la mejilla.
—Señor
Crouch... señor Bagman —dijo Karkarov, de nuevo con voz afectada—, ustedes son
nuestros jueces imparciales. Supongo que estarán de acuerdo en que esto es
completamente irregular.
-bueno, hay que aceptar que en ese comentario
fue bastante acertado de su parte- comento Scorpius.
-si lo fue- concedió Fred- pero eso de decir
que son jueces imparciales pues…- todos se le quedaron viendo.
- ¿que quieres decir exactamente con eso? -
pregunto el rubio.
-ya lo verán todo en su momento, por lo pronto
hay que continuar.
Bagman se
pasó un pañuelo por la cara, redonda e infantil, y miró al señor Crouch, que
estaba fuera del círculo iluminado por el fuego de la chimenea y tenía el
rostro medio oculto en la sombra. Su aspecto era vagamente misterioso, y la
semioscuridad lo hacía parecer mucho más viejo, dándole una apariencia casi de
calavera. Pero, al hablar, su voz fue tan cortante como siempre:
—Hay que
seguir las reglas, y las reglas establecen claramente que aquellas personas
cuyos nombres salgan del cáliz de fuego estarán obligadas a competir en el
Torneo.
-y una mierda- exclamo James- entonces no hay
alternativa- dijo viendo a su hijo- espero que te esfuerces en estar a salvo.
-bueno, tanto como esforzarse
- ¡Hermione! - le reclamo Harry a su amigo.
- ¿Qué?, solo digo que no te tomaste con la
suficiente seriedad los preparativos para la segunda prueba.
- ¿es enserio? - indago Alastor.
-bueno si, pero al final todo termino bien
-algo tendré que hacer contigo, no se pueden
dejar tantas cosas a la suerte- aseguró.
Efectivamente, su “yo del futuro” estuvo
demasiado involucrado en todo para que llegara a la copa de los tres magos,
aunque claro, dudaba que el verdadero Alastor se esforzara hasta tal nivel.
—Bien,
Barty conoce el reglamento de cabo a rabo —dijo Bagman, sonriendo y volviéndose
hacia Karkarov y Madame Maxime, como si el asunto estuviera cerrado.
—Insisto
en que se vuelva a proponer a consideración el nombre del resto de mis alumnos
—dijo Karkarov. La sonrisa y el tono afectado habían desaparecido. De hecho,
la expresión de su rostro no era nada agradable—. Vuelve a sacar el cáliz de
fuego, y continuaremos añadiendo nombres hasta que cada colegio cuente con dos
campeones. No pido más que lo justo, Dumbledore.
—Pero,
Karkarov, no es así como funciona el cáliz de fuego —objetó Bagman—. El cáliz
acaba de apagarse y no volverá a arder hasta el comienzo del próximo Torneo.
-eso tal vez aria más difícil que descubrieran
que fue lo que ocurrió exactamente con el cáliz- comento Lyall.
-pero eso demuestra que lo modificaron para que
saliera un cuarto nombre y tal vez no precisamente de alguno de los colegios-
agrego Remus
- ¿qué quieres decir con eso?
-que debieron de hacer algo para que el cáliz
creyera que son cuatro y no tres colegios los que participan- aseguro Alastor-
y con el nombre del chico siendo el único seria evidente que saldría
seleccionado.
—¡En el
que, desde luego, Durmstrang no participará! —estalló Karkarov—. ¡Después de
todos nuestros encuentros, negociaciones y compromisos, no esperaba que ocurriera
algo de esta naturaleza! ¡Estoy tentado de irme ahora mismo!
-son falas amenazas- aseguro Charlus- el
contrato vinculante obliga a su alumno a participar en el torneo le guste o no.
-querido, ¿en verdad es necesario que
interrumpas tu propia lectura? - le pregunto Dorea.
-lo siento querida, pero tenía que hacer el
comentario- dijo el hombre.
-me recuerda a cuando ese par quería contarle
un cuento para dormir a Dora- dijo Andrómeda señalando a James y Sirius- les
gusta mucho desviarse del tema.
—Ésa es
una falsa amenaza, Karkarov —gruñó una voz, junto a la puerta—. Ahora no puedes
retirar a tu campeón. Está obligado a competir. Como dijo Dumbledore, ha
firmado un contrato mágico vinculante. Te conviene, ¿eh?
Dorea vio fijamente a su esposo evidenciando
que su comentario fue completamente innecesario pues ya la misma lectura lo
diría, Charlus no aparto la vista del libro, pero sabia y sentía la clase de
mirada que su esposa le estaba dando en ese momento.
Moody
acababa de entrar en la sala. Se acercó al fuego cojeando, y, a cada paso que
daba, retumbaba la pata de palo.
—¿Que si
me conviene? —repitió Karkarov—. Me temo que no te comprendo, Moody.
A Harry
le pareció que Karkarov intentaba adoptar un tono de desdén, como si ni
siquiera mereciera la pena escuchar lo que Moody decía, pero las manos
traicionaban sus sentimientos. Estaban apretadas en sendos puños.
-un encuentro entre un ex mortifago y un ex
auror- comento Sirius- en verdad que el ambiente se debió de tensar mucho.
-ya se venía esperando algo así desde su primer
encuentro- agrego Marlene- espero que Alastor se pueda controlar
—¿No me
entiendes? —dijo Moody en voz baja—. Pues es muy sencillo, Karkarov. Tan
sencillo como que alguien eche el nombre de Potter en ese cáliz sabiendo que si
sale se verá forzado a participar.
—¡Evidentemente,
alguien tenía mucho empeño en que «Hogwag tuviega» el doble de «opogiunidades»!
—declaró Madame Maxime.
-dudo que sea el verdadero motivo- comento
Frank- pero no podemos saber cuál es la su verdadera intención, ni siquiera
sabemos quién podría ser.
-pues creo que Alastor está sospechando de
Karkarov, es evidente que no creería en que se pudo haber arrepentido- comento
Alice.
—Estoy
completamente de acuerdo, Madame Máxime —asintió Karkarov, haciendo ante ella
una leve reverencia—. Voy a presentar mi queja ante el Ministerio de Magia y
la Confederación Internacional de Magos...
-algo completamente inútil- aseguro Teddy- nada
conseguirá con quejarse con todo el mundo.
-pues no, solo quiere estar fastidiando- apoyo
Victorie- no entiendo porque tanta obsesión con el torneo.
-deberían de haber pasado por algo similar para
poder comprenderlo- argumento Remus.
—Si
alguien tiene motivos para quejarse es Potter —gruñó Moody—, y, sin embargo, es
curioso... No le oigo decir ni medio...
—¿Y «pog»
qué «tendgía» que «quejagse»? —estalló Fleur Delacour, dando una patada en el
suelo—. Va a «podeg pagticipag», ¿no? ¡Todos hemos soñado «dugante» semanas y
semanas con «seg» elegidos! Mil galeones en metálico... ¡es una «opogtunidad
pog» la que muchos «moguiguían»!
Fleur sonrió tristemente, en verdad en ese
momento no podía entender la situación tan particular en la que el chico se
encontraba, la visión del premio del torneo los tenía muy segados.
—Tal vez
alguien espera que Potter muera por ella —replicó Moody, con un levísimo matiz
de exasperación en la voz.
A estas
palabras les siguió un silencio extremadamente tenso.
-Una declaración muy fuerte- aseguro Ted-
cualquiera diría que es una completa exageración.
-lamentablemente en el caso de Harry no podemos
decir lo mismo- se lamentó James- tendremos mucho que hacer para que eso no
vuelva a ocurrir.
Ludo
Bagman, que parecía muy nervioso, se alzaba sobre las puntas de los pies y
volvía apoyarse sobre las plantas.
—Pero
hombre, Moody... ¡vaya cosas dices! —protestó.
Para todos fue comprensible que el hombre se
sintierra impresionado por lo dicho por el auror, pero como James había dicho
anteriormente, la situación de Harry era demasiado particular
—Como
todo el mundo sabe, el profesor Moody da la mañana por perdida si no ha
descubierto antes de la comida media docena de intentos de asesinato —dijo en
voz alta Karkarov—. Por lo que parece, ahora les está enseñando a sus alumnos a
hacer lo mismo. Una rara cualidad en un profesor de Defensa Contra las Artes
Oscuras, Dumbledore, pero no dudo que tenías tus motivos para contratarlo.
-eso no ayudara en nada a que tomen en serio lo
ocurrido- comento Marlene- y bueno, nadie que no conociera por lo que han
pasado podrían tomarle importancia.
-no más de la anormalidad de que hubiera un
cuarto campeón- comento Andrómeda- supongo que llegaron a conocer quien fue el
responsable- les pregunto a los jóvenes de la segunda generación.
-si, lo hicimos- respondió Harry- aunque no
precisamente por una investigación.
- ¿no investigaron nada acerca de que fue lo
que ocurrió? - se extrañó Frank- con Alastor ahí me sorprende que no…
-no importaba que lo hicieran- aseguro Harry-
además había otras cosas en las que pensar en ese momento.
-si supongo que tienes razón- le concedió el
auror.
Por su parte Alastor continúo pesando en las
palabras de su colega, si bien tratara de ayudar al chico Potter le parecía
extraño que no tratara de indagar, aunque fuera solo un poco, le parecía un
poco extraño, pero decidió no darle demasiada importancia por el momento.
—Conque
imagino cosas, ¿eh? —gruñó Moody—. Conque veo cosas, ¿eh? Fue una bruja o un
mago competente el que echó el nombre del muchacho en el cáliz.
—¡Ah!,
¿qué prueba hay de eso? —preguntó Madame Maxime, alzando sus enormes manos.
-bueno, además de que un chico de esa edad no
sería capaz de realizar un encantamiento de tal potencia- comento Ted
-creo que incluso a nosotros nos hubiera sido
demasiado complicado conseguir algo como eso- acepto Viktor.
—¡Que
consiguió engañar a un objeto mágico extraordinario! —replicó Moody—. Para
hacerle olvidar al cáliz de fuego que sólo compiten tres colegios tuvo que
usarse un encantamiento confundidor excepcionalmente fuerte... Porque creo
estar en lo cierto al suponer que propuso el nombre de Potter como
representante de un cuarto colegio, para asegurarse de que era el único en su
grupo...
El viejo auror asintió en conformidad, era
reconfortante que su astucia no hubiera disminuido en esos años de inactividad.
—Parece
que has pensado mucho en ello, Moody —apuntó Karkarov con frialdad—, y la
verdad es que te ha quedado una teoría muy ingeniosa... aunque he oído que
recientemente se te metió en la cabeza que uno de tus regalos de cumpleaños
contenía un huevo de basilisco astutamente disimulado, y lo hiciste trizas
antes de darte cuenta de que era un reloj de mesa. Así que nos disculparás si
no te tomamos demasiado en serio...
-es evidente que no le creería nada y no solo
se trata del torneo- comento Frank- tienen una historia demasiado complicada.
-ya lo creo- agrego James- se tienen un gran
rencor mutuo- para más de uno le pareció que hablaba por experiencia propia.
—Hay
gente que puede aprovecharse de las situaciones más inocentes —contestó Moody
con voz amenazante—. Mi trabajo consiste en pensar cómo obran los magos tenebrosos,
Karkarov, como deberías recordar.
—¡Alastor!
—dijo Dumbledore en tono de advertencia.
-era evidente que le echaría en cara su pasado-
aseguro Alice- por fortuna Dumbledore está ahí para impedir una discusión
mayor.
Por un
momento, Harry se preguntó a quién se estaba dirigiendo, pero luego comprendió
que Ojoloco no podía ser el verdadero nombre de Moody. Éste se calló, aunque
siguió mirando con satisfacción a Karkarov, que tenía el rostro encendido de
cólera.
-aunque me gustaría ver como Alastor sigue
fastidiando a ese idiota, me importa más saber que es lo que ocurrirá con mi
hijo- comento James resignado.
-yo estoy igual- apoyo Sirius- sería bueno
saber de que se tratara la primera prueba y en que es en lo que debe de
prepararse.
—No
sabemos cómo se ha originado esta situación —continuó Dumbledore dirigiéndose a
todos los reunidos en la sala—. Pero me parece que no nos queda más remedio que
aceptar las cosas tal como están. Tanto Cedric como Harry han sido
seleccionados para competir en el Torneo. Y eso es lo que tendrán que hacer.
—Ah,
«pego, Dumbledog» ...
—Mi
querida Madame Maxime, si se le ha ocurrido a usted una alternativa, estaré
encantado de escucharla.
-no dijo nada- aseguro Fleur- en esa situación
teníamos las manos atadas y sin altegnativas.
-por lo menos ya dejaras esa discusión que no
llevaba a ningún lado- apoyo Victoire.
Dumbledore
aguardó, pero Madame Maxime no dijo nada; se limitó a mirarlo duramente. Y no
era la única: Snape parecía furioso, Karkarov estaba lívido. Bagman, en
cambio, parecía bastante entusiasmado.
-cada vez Bagman me parece más extraño- comento
James curioso- pero no entiendo porque el enojo de Severus.
-si creyera que Potter lo hizo
intencionalmente, el que participara sería tanto como decir que se había salido
con la suya- comento Snape, que para sus adentros se preguntaba si en verdad
había pensado de esa manera.
-pero el cachorro no hizo nada- salto Sirius-
si pensó en lo genial que sería ganar, pero no creo que no haya había alumno
que no lo pensara al menos una vez.
-ya tranquilízate Sirius- intervino Marlene
ante la exaltación de su novio- no vale la pena que te alteres, lo importante
como ya dijiste, es saber lo mejor que podrá hacer a partir de ahora- razono la
rubia dándole un tierno beso en la mejilla tranquilizándolo un poco.
—Bueno,
¿nos ponemos a ello, entonces? —dijo frotándose las manos y sonriendo a todo
el mundo—. Tenemos que darles las instrucciones a nuestros campeones, ¿no?
Barty, ¿quieres hacer el honor?
El señor
Crouch pareció salir de un profundo ensueño.
—Sí
—respondió—, las instrucciones. Sí... la primera prueba...
A varios de los presentes les pareció un poco
extraño ese titubeo de Barty, por lo poco o lo mucho que podían conocer a ese
hombre les pareció que esa forma de hablar era muy poco propia de aquel hombre
tan frio y serio. Percy por su parte suponía que para ese momento su antiguo
jefe ya estaba siendo controlado por Voldemort, si hubiera estado más atento
tal vez su situación hubiera sido diferente.
Fue hacia
la zona iluminada por el fuego. De cerca, a Harry le pareció que se encontraba
enfermo. Se lo veía ojeroso, y la piel, arrugada y reseca, mostraba un aspecto
que no era el que tenía durante los Mundiales de quidditch.
-wau, como que está muy desmejorado no lo
creen- comento Teddy- me pregunto que le habrá ocurrido.
-posiblemente ha trabajado mucho- propuso James
“S”.
-no, imposible- aseguro de inmediato Frank- si
algo representa a Barty es el trabajo, creo que pasa más tiempo en el
ministerio que en su casa, créeme que por más trabajo que tuviera no terminaría
de esa manera.
-pero entonces ¿que paso?, no creo que sea
alguna coincidencia- comento Teddy, si bien venia del futuro y sabía que
moriría, no tenía ni idea de los detalles de lo ocurrido.
-lo mejor será que continuemos leyendo- aseguro
Charlus retomando la lectura.
—La
primera prueba está pensada para medir vuestro coraje —les explicó a Harry,
Cedric, Fleur y Krum—, así que no os vamos a decir en qué consiste. El coraje
para afrontar lo desconocido es una cualidad muy importante en un mago, muy
importante...
- ¡¿pero qué demonios?!- increpo Sirius- ¿cómo
que no les dirán?, en verdad los mandarán a ciegas a la prueba.
-de seguro es para poner a prueba sus
conocimientos y como reaccionaran ante una situación desconocida- aseguro Marlene.
- y un cuerno- espeto nuevamente el animago- el
cachorro tiene la capa, él puede indagar por las noches para saber de que se
tratara- agrego. Involuntariamente volteo la vista hasta el lugar donde
acostumbraba sentarse Lily para las lecturas encontrándose solo con aire, de
estar ahí tal vez le hubiera reñido por incitar a su hijo o según la situación,
hasta los abría apoyado.
-tranquilo ella estará bien- le aseguro en un
susurro Marlene suponiendo los pensamientos del joven.
-pero en algo tienes razón Black, los engaños y
las tretas son algo inevitable en el torneo, y aunque Dumbledore quiera jugar
limpio no dudo que los otros dos no lo dudaran- aseguro Alastor a lo que Fleur
y Krum se removieron en sus asientos, pues lo que decía era verdad.
-y supongo que tú con gusto continuarías
también con esa tradición- comento medio en burla james a lo que el auror
sonrió, si no podía evitar que participara por lo menos era reconfortante que
alguien capaz estuviera cuidándolo.
» La
primera prueba se llevará a cabo el veinticuatro de noviembre, ante los demás
estudiantes y el tribunal.
» A los
campeones no les está permitido solicitar ni aceptar ayuda de ningún tipo por
parte de sus profesores para llevar a cabo las pruebas del Torneo.
-eso descartaría cualquier ayuda que pudiera
darle ojo loco- comento Alice.
-siempre puedo guiarlo por el camino correcto-
aseguro el auror
-Alastor
- ¿qué Dumbledore?, ya te dije que los otros
dos, en especial Karkarov, no dudaran en apoyar a su campeón, además no
contrataste para ser solo una cara bonita, algo debo de hacer para cuidar a tu
alumno favorito.
-jaja- se escuchó una risa cuando termino de
hablar- lo siento- se disculpó cierta peli rosa- pero no me pude contener por
lo de la “cara bonita”
-muy bien, pero más te vale que aprendas a
respetar a tus mayores cuando estés bajo mi tutela en el ministerio Nymphadora-
exclamo Moody
-por supuesto, siempre que no me llames
Nymphadora o en verdad tendremos problemas
-bueno, lo importante aquí es que no les
prohibieron recibir ayuda de otros alumnos, entonces Ron y Hermione aun lo
pueden ayudar- intervino Remus de forma conciliadora viendo que el auror aun
quería seguir discutiendo.
-bien lunático, así se protege a tu mujer-
exclamo Sirius- pero es cierto, por lo menos Harry recibirá ayuda de sus
amigos, sin duda es mejor que estar solo.
Harán
frente al primero de los retos armados sólo con su varita. Cuando la primera
prueba haya dado fin, recibirán información sobre la segunda. Debido a que el
Torneo exige una gran dedicación a los campeones, éstos quedarán exentos de los
exámenes de fin de año.
-al menos tendrán algo bueno de todo eso-
comento Sirius
-todo con tal de evitar el trabajo no- agrego
Marlene.
El señor
Crouch se volvió hacia Dumbledore.
—Eso es
todo, ¿no, Albus?
—Creo que
sí —respondió Dumbledore, que observaba al señor Crouch con algo de
preocupación—. ¿Estás seguro de que no quieres pasar la noche en Hogwarts,
Barty?
—No,
Dumbledore, tengo que volver al Ministerio—contestó el señor Crouch—. Es un momento
muy difícil, tenemos mucho trabajo. He dejado a cargo al joven Weatherby... Es
muy entusiasta; a decir verdad, quizá sea demasiado entusiasta...
Un par de risas se escucharon en ese momento
mientras que Percy se sonrojaba levemente.
-y sigue sin aprenderse tu nombre, en serio
hermanito, esta vez si fallaste y por mucho- aseguro Fred.
-si, no me imagino la clase de mujer que se
quiera casar contigo si sigues de esa manera- continuo George.
- ¡hey!, que he cambiado bastante desde esos
días- les reclamo de inmediato Percy
-además la tía Audrey es muy simpática y según
mamá tiene al tío muy controlado- comento como si nada Rose
- ¡¿Qué?!- exclamaron varios a la vez- entonces
en verdad Percy conoció a una chica- prosiguió George.
-ya quiero conocerla, me pregunto quién podría
estar tan loca- agrego Fred.
- ¡ha ya cállense y dejen que continúe la lectura!
- exigió Percy sonrojado, pero no por las burlas de sus hermanos, sino por las
palabras de su futura sobrina, y es que hace relativamente poco una nueva chica
había entrado al ministerio, y aunque no fuera en su mismo departamento sin
duda tendría algún contacto con ella, y coincidentemente se llamaba Audrey.
—Al menos
tomarás algo de beber antes de irte... —insistió Dumbledore.
—Vamos,
Barty. ¡Yo me voy a quedar! —dijo Bagman muy animado—. Ahora es en Hogwarts
donde ocurren las cosas, ya lo sabes. ¡Es mucho más emocionante que la
oficina!
-tal vez por eso se quiere ir, ya sabemos que
no es el tipo más divertido del mundo- exclamo Sirius.
Pero por su parte los de la segunda generación
suponían o sabían que había otra razón por la que Barty rechazara con tanta
vehemencia el quedarse en el castillo.
—Creo que
no, Ludo —contestó Crouch, con algo de su sempiterna impaciencia.
—Profesor
Karkarov, Madame Maxime, ¿una bebida antes de que nos retiremos a descansar?
—ofreció Dumbledore.
Pero
Madame Maxime ya le había pasado a Fleur un brazo por los hombros y la sacaba
rápidamente de la sala. Harry las oyó hablar muy rápido en francés al salir al
Gran Comedor. Karkarov le hizo a Krum una seña, y ellos también salieron,
aunque en silencio.
-huy, pero cuanta amabilidad de parte de sus
directores he- exclamo Gideon.
-si, ni siquiera aun buenas noches de su parte-
apoyo Favian.
-si, ahoga lo sé- dijo Fleur- pego en ese
momento estaba muy ofuscada y un poco molesta pog las cigcunstancias del
togneo.
-y dudo que Karkarov hubiera actuado de forma
diferente aun cuando no hubiera ocurrido lo de Harry- secundo Viktor.
—Harry,
Cedric, os recomiendo que subáis a los dormitorios —les dijo Dumbledore,
sonriéndoles—. Estoy seguro de que las casas de Hufflepuff y Gryffindor os
aguardan para celebrarlo con vosotros, y no estaría bien privarlas de esta
excelente excusa para armar jaleo.
-o por Merlín- se lamentó la profesora
McGonagall, ya se suponía como se pondría la sala común en ese momento.
-ya no se preocupe profesora- dijo Sirius- si
es de las pocas cosas buenas que puede ocurrir por que el cachorro fuera
elegido.
-si, aunque dudo que Harry tenga ánimos de
celebrar algo como eso- aseguro James.
-si tienes razón, en ocasiones debería de
parecerse más a nosotros- continuo Sirius.
-no gracias, a mí me gusta mucho el cómo es
ahora- aseguro Ginny abrasando a su novio para recibir un beso de parte de
este.
Harry miró
a Cedric, que asintió con la cabeza, y salieron juntos.
El Gran
Comedor se hallaba desierto. Las velas, casi consumidas ya, conferían a las
dentadas sonrisas de las calabazas un aspecto misterioso y titilante.
—O sea
—comentó Cedric con una sutil sonrisa— ¡que volvemos a jugar el uno contra el
otro!
-aunque hubiera sido mejor que la revancha se
diera en el campo de quidditch que en el torneo- comento James- sería más
seguro para ellos.
-además que, aunque vallan entre ellos, ambos
representan al mismo colegio- agrego Remus.
—Eso
parece —repuso Harry. No se le ocurría nada que decir. En su cabeza reinaba una
confusión total, como si le hubieran robado el cerebro.
—Bueno,
cuéntame —le dijo Cedric cuando entraban en el vestíbulo, pálidamente iluminado
por las antorchas—. ¿Cómo hiciste para dejar tu nombre?
—No lo
hice —le contestó Harry levantando la mirada hacia él—. Yo no lo puse. He dicho
la verdad.
—Ah...
vale —respondió Cedric. Era evidente que no le creía—. Bueno... hasta mañana,
pues.
-además debo admitir que estaba un poco molesto
por saber que no era el único campeón del colegio- se sinceró Cedric- pero debo
admitir que fue bueno que ocurriera- agrego recordando la ayuda que recibió de
el para la primera prueba.
En vez de
continuar por la escalinata de mármol, Cedric se metió por una puerta que
quedaba a su derecha. Harry lo oyó bajar por la escalera de piedra y luego,
despacio, comenzó él mismo a subir por la de mármol.
¿Iba a
creerle alguien aparte de Ron y Hermione, o pensarían todos que él mismo se
había apuntado para el Torneo?
Ron se incomodó nuevamente, ya pronto sabría el
poco apoyo que le dio a su amigo durante esos días, y aunque se arrepintió de
ello poco después eso no quita que más por orgullo que por otra cosa no se
reconcilio de inmediato después de que lo hizo.
-tranquilo todo estará bien- le susurro
Hermione notando su actitud.
-dilo por ti- respondió el pelirrojo- y pensar
que aún falta lo peor de lo que hice.
Con mucha dulzura la castaña abraso al joven,
evidentemente aún se sentía mal por haberlos abandonado en aquella ocasión,
solo podía estar ahí para darle apoyo cuando James y Sirius comenzaran a
atacarlo, tanto por no creerle a Harry como lo ocurrido en la búsqueda de los
horrocrux.
Pero
¿cómo podía creer eso nadie, cuando iba a enfrentarse a tres competidores que
habían recibido tres años más de educación mágica que él, cuando tendría que
enfrentarse a unas pruebas que no sólo serían muy peligrosas, sino que debían
ser realizadas ante cientos de personas?
-poniéndolo de esa manera suena lógico- comento
Neville- pero creo que nos dejamos llevar por el momento.
-además nosotros no actuamos tan mal- agrego
Dean- los que actuaron peor fueron los de las otras casas- los aludidos se
sintieron incomodos.
-fue de las pocas veces que concordamos con los
Hufflepuff con respecto de molestar a Potter- acepto Draco.
-hay papá- reclamo Scorpius.
- ¿Qué?, de cualquier forma, se enterarán de
eso en cualquier momento- se justificó el rubio.
Sí, es
verdad que había pensado en ser campeón: había dejado volar la imaginación.
Pero había sido una locura, realmente, una especie de sueño. En ningún momento
había considerado seriamente la posibilidad de entrar...
En ese punto hasta Severus podía empatizar con
los pensamientos del chico, acaso seria porque en los libros podría saber sin
impedimento los pensamientos de Harry que tenía la disposición de creerle, o su
oscuridad había crecido tanto durante los años siguientes para mostrar tal
desprecio por hijo de Lily, no lo sabía, pero de lo que, si estaba seguro, era
que comenzaba a ver de diferente manera al joven plotter.
Pero
había alguien que sí lo había considerado, alguien que quería que participara
en el Torneo, y se había asegurado de que entraba. ¿Por qué? ¿Para darle un
gusto? No sabía por qué, pero le parecía que no. ¿Para verlo hacer el ridículo?
Bueno, seguramente quedaría complacido. ¿O lo había hecho para que muriera?
¿Moody había estado simplemente dando sus habituales muestras de paranoia?
Cuantos de los presentes deseaban que solo se
tratara de alguna paranoia de parte del auror, pero lamentablemente sabían que
era solo una vana esperanza.
¿No podía
haber puesto alguien su nombre en el cáliz de fuego para hacerle una gracia,
como parte de un juego? ¿De verdad había alguien que deseaba que muriera?
Todos los presentes conocían a la perfección la
respuesta a esa última pregunta, y estaban seguros de que el propio Harry
también la conocía.
A Harry
no le costó responderse esa última pregunta. Sí, había alguien que deseaba que
muriera, había alguien que quería matarlo desde antes de que cumpliera un año:
lord Voldemort. Pero ¿cómo podía Voldemort haber echado el nombre de Harry en
el cáliz de fuego? Se suponía que estaba muy lejos, en algún país distante,
solo, oculto, débil e impotente...
-no tan solo- dijo con asco Sirius- tiene a esa
maldita rata rastrera junto a él.
-y no es el único- las miradas se posaron sobre
Remus- recordando aquel capítulo, Voldemort también hablaba de un tercer
secuas.
-es cierto lunático- exclamo Sirius- pero
entonces alguien logro infiltrarse en el castillo, o ya está dentro de él-
agrego viendo e dirección a Severus.
-no sabemos si se tratara de Snape- salto
Marlene sabiendo que era él a quien acusaba- también debes recordar que Karkarov
era un mortifago.
-pero Voldemort describió al tercer secuas como
el más fiel- intervino Dora recordando aquel capitulo- en tal caso no podrían
ser ninguno de los dos pues tuvieron que traicionarlo para librar la cárcel.
-exacto, y no creo que ese maldito sea muy
amable con ellos- apoyo Remus.
-demonios, nos toca volver a esperar para
descubrir la verdad- maldijo James.
Pero, en
aquel sueño que había tenido justo antes de despertarse con el dolor en la
cicatriz, Voldemort no se hallaba solo: hablaba con Colagusano, tramaba con él
el asesinato de Harry...
-hijo, en verdad creo que sería el mejor
momento para contarle a Dumbledore acerca de tu sueño- salto James- ya no
puedes considerarlo como algo tan simple como eso.
-aun así, no le dijo nada- aseguro Hermione- y
si se lo dijo fue hasta mucho tiempo después.
-gracias por el apoyo amiga- ironizó el
azabache.
Harry se
llevó una sorpresa al encontrarse de pronto delante de la Señora Gorda, porque
apenas se había percatado de adónde lo llevaban los pies. Fue también
sorprendente ver que la Señora Gorda no estaba sola dentro de su marco: la
bruja del rostro arrugado —la que se había metido en el cuadro de su vecino
cuando él había entrado en la sala donde aguardaban los campeones— se hallaba
en aquel momento sentada, muy orgullosa, al lado de la Señora Gorda. Tenía que
haber pasado a toda prisa de cuadro en cuadro a través de siete tramos de
escalera para llegar allí antes que él. Tanto ella como la Señora Gorda lo
miraban con el más vivo interés.
-cómo lo suponía- aseguro Alice- la bruja de
ese retrato es una verdadera chismosa- aseguro ante el asentimiento de varias
compañeras.
—Bien,
bien —dijo la Señora Gorda—, Violeta acaba de contármelo todo. ¿A quién han
escogido al final como campeón?
-a los dos, no era como si tuvieran muchas
alternativas- dijo Ted.
—«Tonterías»
—repuso Harry desanimado.
—¡Cómo
que son tonterías! —exclamó indignada la bruja del rostro arrugado.
—No, no,
Violeta, ésa es la contraseña —dijo en tono apaciguador la Señora Gorda,
girando sobre sus goznes para dejarlo pasar a la sala común.
-una muy apropiada para ese momento debo decir-
comento con media sonrisa Sirius.
El jaleo
que estalló ante Harry al abrirse el retrato casi lo hace retroceder. Al
segundo siguiente se vio arrastrado dentro de la sala común por doce pares de
manos y rodeado por todos los integrantes de la casa de Gryffindor, que gritaban,
aplaudían y silbaban.
-tal y como cuando llegaron en el auto volador
en su segundo año- comento James “S”- no entiendo porque nunca nos han contado
acerca de eso.
-bueno, no eran precisamente cosas que
hubiéramos deseado o propiciado- se justificó Harry.
-además, imagino que lo último que ustedes
necesitaban era que les metieran ideas de querer imitarlos- agrego Hermione.
—¡Tendrías
que habernos dicho que ibas a participar! —gritó Fred. Parecía en parte
enfadado y en parte impresionado.
-pues si, en efecto así se me sentía- aseguro
Fred- aunque más impresionado que enojado.
—¿Cómo te
las arreglaste para que no te saliera barba? ¡Increíble! —gritó George.
-hubiera sido genial sábelo- comento George- al
menos en su momento, pero con eso que bastaba pedirle a alguien mayor que lo
hiciera le quito la magia.
—No lo
hice —respondió Harry—. No sé cómo...
-aunque en verdad creo que será inútil que
intestes explicarte- se lamentó Andrómeda.
-pues si, pero no podía responde otra cosa.
Pero
Angelina se abalanzaba en aquel momento hacia él.
—¡Ah, ya
que no soy yo, me alegro de que por lo menos sea alguien de Gryffindor...!
—¡Ahora
podrás tomarte la revancha contra Diggory por lo del último partido de
quidditch, Harry! —le dijo chillando Katie Bell, otra de las cazadoras del
equipo de Gryffindor.
—Tenemos
algo de comida, Harry. Ven a tomar algo...
—No tengo
hambre. Ya comí bastante en el banquete.
-solo quiere salir de ahí- aseguro James-
aunque se estuviera muriendo de hambre saldría de todo ese ajetreo, ha sido un
día duro para él.
-y los que le faltan- agrego Sirius.
-gracias por tu apoyo, es bueno que seas mi
amigo- ironizo el azabache.
Charlus fue leyendo como ningún miembro de la
casa de Gryffindor dejaba que Harry se retirara del lugar, siempre haciéndolo
comer alguna botana, tomar una cerveza de mantequilla, queriendo ponerle un
estandarte de Gryffindor como capa y queriendo saber cómo cruzo la línea de
edad de Dumbledore.
—No lo
hice —repetía una y otra vez—. No sé cómo ha ocurrido.
Pero,
para el caso que le hacían, lo mismo le hubiera dado no abrir la boca.
-creo que están siendo mus asfixiantes no lo
creen- le reprendió Remus.
-bueno, estábamos felices porque uno de
nosotros podría participar en el torneo- se defendió Fred.
-además que case de fiesta seria si el
festejado principal estaba ausente- apoyo George.
-aun así, ustedes más que nadie debería de saber
que toda esa atención no era de su agrado- reitero Remus- aunque también
creyeron que fue el quien puso su nombre así que ya no sé que tanto lo conocen.
Los gemelos sonrieron con cierta incomodidad.
-es increíble como Teddy se parece a su padre-
comento por lo bajo James “S” a sus amigos- él también consigue hacer sentirnos
culpables con mucha facilidad- sus hermanos y amigos asintieron en conformidad.
—¡Estoy
cansado! —gritó al fin, después de casi media hora—. No, George, en serio... Me
voy a la cama.
Lo que
quería por encima de todo era encontrar a Ron y Hermione para comentar las
cosas con algo de sensatez, pero ninguno de ellos parecía hallarse en la sala
común.
-bueno, ya era un poco tarde y con todo ese
ajetreo no podríamos hablar de nada así que me fui a mi habitación y…- volteo a
ver a Ron, recordaba que ese día el chico no dijo ni nunca sola palabra y de
inmediato se subía a los dormitorios.
- ¿y que? - pregunto Sirius, pues todos notaron
como la castaña se detuvo a media oración.
-ya lo verán- respondió Ron queriendo dilatar
un poco más el incómodo momento.
Insistiendo
en que necesitaba dormir, y casi pasando por encima de los pequeños hermanos
Creevey, que intentaron detenerlo al pie de la escalera, Harry consiguió
desprenderse de todo el mundo y subir al dormitorio tan rápido como pudo.
Para su
alivio, vio a Ron tendido en su cama, completamente vestido; no había nadie
más en el dormitorio. Miró a Harry cuando éste cerró la puerta tras él.
—¿Dónde
has estado? —le preguntó Harry.
—Ah, hola
—contestó Ron.
-oh, eso no me gusta- comento Sirius- esa
respuesta del pelirrojo no se escucha para nada bien.
Le
sonreía, pero era una sonrisa muy rara, muy tensa. De pronto Harry se dio
cuenta de que todavía llevaba el estandarte de Gryffindor que le había puesto
Lee Jordan. Se apresuró a quitárselo, pero lo tenía muy bien atado. Ron
permaneció quieto en la cama, observando los forcejeos de Harry para aflojar
los nudos.
-bueno tal vez si no hubieras intentado
quitártelo en su momento no habría sido necesario apretarla tan fuerte- comentó
Gideon.
—Bueno
—dijo, cuando por fin Harry se desprendió el estandarte y lo tiró a un rincón—,
enhorabuena.
—¿Qué
quieres decir con eso de «enhorabuena»? —preguntó Harry, mirando a Ron.
Decididamente había algo raro en la manera en que sonreía su amigo. Era más
bien una mueca.
-creo que ya sé que es lo que está pasando, y
no será bueno para ninguno de los dos- agrego por lo bajo Favian a su gemelo
que asintió.
—Bueno...
eres el único que logró cruzar la raya de edad —repuso Ron—. Ni siquiera lo
lograron Fred y George. ¿Qué usaste, la capa invisible?
-sería imposible- aseguro Charlus- la capa no
lo ocultaría hasta ese nivel- aseguro con cierto orgullo por su reliquia
familiar.
—La capa
invisible no me hubiera permitido cruzar la línea —respondió Harry.
—Ah,
bien. Pensé que, si había sido con la capa, podrías habérmelo dicho... porque
podría habernos tapado a los dos, ¿no? Pero encontraste otra manera, ¿verdad?
-espera un endemoniado segundo- exclamo Sirius-
estas celoso de eso, te vas a molestar con el cachorro por algo como eso.
-bueno, tienen que comprender, me sentí
desplazado, aun cuando era mejor que en mi primer año había ocasiones en que me
sentía como un segundón detrás de Harry- se defendió el pelirrojo a lo que sus
compañeros se sintieron un poco mal, después de todo la atención por lo general
quedaba en Harry- sé que es absurdo, pero no podía evitarlo.
-pero se trata de tu amigo
-ya tranquilízate Sirius- le silencio Remus- te
recuerdo que no importa que tan amigos sean siempre habrá diferencias, o
quieres que te recuerde que incluso james y tu han tenido temporadas peleados.
-bueno si, pero…
-pero nada Sirius, eso es algo que no se puede
cambiar, así que por favor deja de molestar- el animago se cruzó de brazos,
pero guardo silencio tal como se lo ordeno.
—Escucha
—dijo Harry—. Yo no eché mi nombre en el cáliz de fuego. Ha tenido que hacerlo
alguien, no sé quién.
Ron alzó
las cejas.
—¿Y por
qué se supone que lo ha hecho?
—No lo sé
—dijo Harry. Le pareció que sonaría demasiado melodramático contestar «para
verme muerto».
-lamentablemente eso lo descubrí tiempo
después- exclamo Ron- pero tarde mucho en pedir disculpas.
- ¿y eso por qué? - interrogo Sirius.
-por orgulloso
-además creo yo no fui de mucha ayuda en ese
momento- agregó Harry que tampoco daba pie a que pudieran reconciliarse.
Ron
levantó las cejas tanto que casi quedan ocultas bajo el flequillo.
—Vale,
bien. A mí puedes decirme la verdad —repuso—. Si no quieres que lo sepa nadie
más, estupendo, pero no entiendo por qué te molestas en mentirme a mí. No te
vas a ver envuelto en ningún lío por decirme la verdad. Esa amiga de la Señora
Gorda, esa tal Violeta, nos ha contado a todos que Dumbledore te ha permitido
entrar. Un premio de mil galeones, ¿eh? Y te vas a librar de los exámenes finales...
—¡No eché
mi nombre en el cáliz! —exclamó Harry, comenzando a enfadarse.
—Vale,
tío —contestó Ron, empleando exactamente el mismo tono escéptico de Cedric—.
Pero esta mañana dijiste que lo habrías hecho de noche, para que nadie te
viera... No soy tan tonto, ¿sabes?
-pues déjame dudarlo- dijo Sirius
-ya tranquilízate- le solicito Marlene- es
evidente que él también se siente mal por haber juzgado a Harry, de nada sirve
que se lo restriegues.
-claro que si, es un escarmiento para que no
vuelva a repetirlo
-Sirius- dijo la rubia con más firmeza.
-está bien, lo intentare- era más de lo que
podían esperar de él.
—Pues
nadie lo diría.
—¿Sí?
—Del rostro de Ron se borró todo asomo de sonrisa, ya fuera forzada o de otro
tipo—. Supongo que querrás acostarte ya, Harry. Mañana tendrás que levantarte
temprano para alguna sesión de fotos o algo así.
Tiró de
las colgaduras del dosel de su cama para cerrarlas, dejando a Harry allí, de
pie junto a la puerta, mirando las cortinas de terciopelo rojo que en aquel
momento ocultaban a una de las pocas personas de las que nunca habría pensado
que no le creería.
-lo siento por eso colega- le dijo Ron.
-tranquilo eso ya no importa- le respondió
Harry.
-aun así, quiero decirlo
-bien es el final del capítulo- informa Charlus
dejando el libro sobre la mesa.
-bien, creo que ha llegado el momento de tomar
un pequeño descanso- dijo Dumbledore- pueden estirarse un poco y en unos
momentos aparecerá la comida.
Para varios fue un alivio saber que ya podrían
saciar el hambre que comenzaba a molestarlos, pero para otros era todo lo
contraria.
Ya habían terminado un nuevo capítulo y Lily no
daba señales de querer volver, y aunque no lo demostrara, James estaba muy
atento y preocupado con respecto a su novia, en verdad era tortura estar ahí
sentado sin poder hacer nada para ayudarla. Y el hecho de que la deliciosa
comida hizo por fin su acto de presencia logro distraerlo, de hecho, ni
siquiera hizo el intento de tomar algo para comer.
Decidió que esperaría solo un poco más, pero si
cuando terminaba la hora de la comida la pelirroja no hacia acto de presencia
le importaría un demonio lo que le dijeran, iría a buscar a su Lily por cada
rincón del castillo si fuera necesario.
¡Por favor sube otro capitulo rápido! Muero de ganas por seguir leyendo de tu historia, me encanta *-*
ResponderEliminarCréeme, los subo tan rápido como puedo, pero bueno, ya está listo otro.
EliminarMe encanto!!
ResponderEliminarMe alegro-
Eliminar2 semanas...lloro de la impaciencia....están encantadores los capítulos!!!
ResponderEliminarSube pronto los capituloss....!!!
O un poquito más, bueno relájate, ya subiré el siguiente.
EliminarAhora comienza el infierno de Ron... Sirius no lo dejará por la paz
ResponderEliminarJeje pues sí, aunque el tormento tal vez no solo venga de Sirius.
EliminarGeeenial me encanta Sirius
ResponderEliminarQué bueno que te guste
Eliminar