Todos los
presentes estaban disfrutando de ese pequeño tempo libre que se daban para
poder comer antes de retomar la lectura de los libros, o mejor sería decir casi
todos, por un oji gris salió del gran comedor antes de si quiera probar bocado
y cierto azabache no podía evitar preguntarse porque.
Después
de unos minutos Sirius Black regresaba como si nada al comedor y sin mediar
palabra tomo asiento.
-¿Y
bien?- exclamo James- se puede saber a dónde fuiste
-A ningún
lado cornamenta
-Debiste
de ir a algún lado, así que dinos a donde fuiste
-Y ¿por
qué tanto interés?, solamente salí un momento
-Saliste
después de que aparecieran los alimentos y antes de probar algo- se unió Remus
a la conversación- conocemos tus prioridades canuto, y son muy pocas las cosas
que haces antes de comer
-Se
preocupan demasiado- les acuso el animago- miren lo mas probable es que luego
se enteren de todo así que mejor olvídenlo- aseguro comenzando a llenar su
plato de comida.
-Solo espero
que no hayas hecho algo malo- exclamo Dora mientras alimentaba al bebe Teddy.
-Tranquila
sobrina, que no les haría nada a ti, a tu hijo, o tu condenado lobito- le
respondió- bueno, si este último te hace llorar sí, pero de otra forma podrá
vivir en paz mientras te deshonra
-Mejor ya
ponte a tragar- le rebatió Remus, el lambien quería saber qué fue lo que su
amigo debió estar haciendo, pero aun así prefería que se callara antes de que
comenzara con sus cosas.
La comida
prosiguió con total normalidad, varios compañeros hablaban entre ellos, Sirius
y Ron llenándose la boca con comida sin intercambiar palabras, y Dora que había
terminado de comer y alimentar a su hijo comenzó a jugar con este con su
peluche favorito de lobo, claro está que incuso Remus intervenía en la
diversión de los metamorfomagos.
-Muy
bien- hablo Dumbledore una vez que la comida de los paltos desapareció- creo
que es hora de comenzar la lectura, a quien le gustaría…
-Yo
propongo que sea Regulus quien lea- exclamo con fuerza Sirius interrumpiendo al
profesor y sorprendiendo a más de uno.
-¡¿Qué?!,
pero yo, ¿por qué tendría que leer yo?- le reclamo el joven de los hermanos
Black
-Y que
tiene de malo, hasta yo he tomado uno de esos libros, nada te pasara si lees un
capitulo- aseguro Sirius
-Pero…
-Me
parece una idea genial- dijo Dumbledore poniendo el libro frene a Regulus con
su varita- por favor joven Black- el profesor no podía estar seguro de porque
Sirius había hecho tal propuesta, pero le pareció buena idea que, al menos en
pequeños aspectos, fueran integrando más a la oveja descarriada, y tal vez,
solo tal vez, propician una reconciliación entre los hermanos.
-Que
fastidio- exclamo Regulus tomando el libro- ¿en que capitulo van?
-Acabamos
de leer el 11 así que te corresponde el
capítulo 12- respondió Lily
-Bien- se
situó en la página donde comenzaba el capítulo- el título es “El torneo de los
tres magos”
Varias
exclamaciones de sorpresa y asombro se dejaron escuchar en ese momento, varios
de ellos solo vieron confirmados sus sospechas cuando leyeron el título del
libro.
-¿Torneo
de los tres magos?- repitió Lily sin comprender- no creo haber escuchado de
algo así.
-No lo
dudo Lis- comento James- era un torneo muy importante pero hace muchos años que
no realiza, mi padre me contaba que… ¡¡ha!!- grito de la impresión.
-¿Y a qué
viene ese grito?- le pregunto Lily después de salar de la sorpresa.
-Es que
ya lo recordé- respondió el azabache- en el torneo de los tres magos se utiliza
un artefacto llamado el cáliz de fuego.
-Creo que
te tomo demasiado tempo no lo crees cornamenta- le dijo en burla Sirius.
-No
fastidies canuto
-Y para
que se utiliza ese cáliz- le pregunto Lily.
-Creo que
tarde o temprano nos enteraremos de todo- salto Remus- creo que lo mejor sería
que escucháramos la lectura.
-Sí, creo
que tienes razón- dijo Lily pero con un poco de molestia.
Los carruajes atravesaron las verjas flanqueadas por estatuas de
cerdos alados y luego avanzaron por el ancho camino, balanceándose
peligrosamente bajo lo que empezaba a convertirse en un temporal.
-Dudo que
lleguen secos al castillo, aun cuando se hayan ido en los carruajes- comentó
Dora.
-Además
había otra cosa con la que no contábamos- agrego Ron., y solo aquellos que
sufrieron de la misma broma del poltergeist saben lo que quería decir.
Pegando la cara a la ventanilla, Harry podía ver cada vez más próximo
el castillo de Hogwarts, con sus numerosos ventanales iluminados reluciendo
borrosamente tras la cortina de lluvia. Los rayos cruzaban el cielo cuando su
carruaje se detuvo ante la gran puerta principal de roble, que se alzaba al
final de una breve escalinata de piedra.
-Tan
majestuoso como siempre- comento Ted con cierta nostalgia, como muchos
estudiantes, esas primeras imágenes del castillo eran recuerdos que siempre
valorarían.
Los que ocupaban los carruajes de delante corrían ya subiendo los
escalones para entrar en el castillo.
-Aun así
no creo que se libren del agua n fácilmente- comento Andrómeda- les serviría
que aprendieran a utilizar un poco más su varita.
-Es
cierto- aseguró James- además hay hechizos que no enseñan, como ese que pueden
usar para secarse lo tuvimos que aprender por nuestra cuenta.
-¿En
serio?, investigaban como hacer hechizos-
pregunto James “S”, por lo que sabía y había visto de su abuelo, no era
de los que tomaban un libro por propia voluntad
-Bueno,
siempre estábamos buscando nuevos hechizos que pudiéramos utilizar, en especial
si era para alguna broma- salto Sirius
-Pero en
ocasiones eso no es nada bueno- aseguro con seriedad y molestia Harry
recordando aquella burla que vio en el recuerdo de Snape, entonces recordó que
tenía algunas cosas de las cuales hablar con su padre, pero ya habría tiempo
para ello.
También Harry, Ron, Hermione y Neville saltaron del carruaje y subieron
la escalinata a toda prisa, y sólo levantaron la vista cuando se hallaron a
cubierto en el interior del cavernoso vestíbulo alumbrado con antorchas y ante
la majestuosa escalinata de mármol.
-Bueno,
al menos ya están cubiertos de la lluvia- comentó Gideon.
-Eso aún
no ha terminado- exclamo una joven del futuro que también fue víctima de aquel
ataque como Ron.
— ¡Caray! —Exclamó Ron, sacudiendo la cabeza y poniéndolo todo perdido
de agua—. Si esto sigue así, va a terminar desbordándose el lago. Estoy empapado...
¡Ay!
-¿Qué
paso?- pregunto Molly de inmediato.
-Nada
malo, pero ya lo veras- respondió el Ron
Un globo grande y rojo lleno de agua acababa de estallarle en la
cabeza.
-¿Un
globo?- repitieron varios a la vez.
-Algún
ataque de un miembro de la otra casa- salto Sirius.
-Lo más
probable es que se tratara de Peeves- contradijo Remus- ni siquiera nosotros
utilizaríamos algo como eso.
-Yo
coincido- apoyo Teddy- yo incluso tuve que soportar una broma similar de ese
maldito- aseguro.
-¿También
te lanzo un globo de agua?- le pregunto Dora.
-Bueno,
si le lanzo un globo, pero no era agua- respondió en su lugar Victoire- a Teddy
no le gusta hablar de eso- agrego mientras Teddy hacia ciertas muecas extrañas-
tardo un tiempo en quitarse el mal olor
-Ya
Victoire- le dijo el metamorfomago.
-Creo que
tendré que hacer algo con ese desgraciado- termino Dora pensando en hacerle una
venganza anticipada por su hijo.
Empapado y farfullando de indignación, Ron se tambaleó y cayó contra
Harry, al mismo tiempo que un segundo globo lleno de agua caía... rozando a
Hermione. Estalló a los pies de Harry, y una ola de agua fría le mojó las
zapatillas y los calcetines. A su alrededor, todos chillaban y se empujaban en
un intento de huir de la línea de fuego.
-Ese condenado
solo se la pasa causando problemas- escupo Alice- como me gustaría que lo
pusieran en su lugar.
-Lo se
cariño- dijo Frank con precaución por el evidente enojo de su esposa- pero
bueno, Peeves solo obedece a Dumbledore y al barón sanguinario.
Harry levantó la vista y vio, flotando a seis o siete metros por
encima de ellos, a Peeves el poltergeist, una especie de hombrecillo con un
gorro lleno de cascabeles y pajarita de color naranja. Su cara, ancha y
maliciosa, estaba contraída por la concentración mientras se preparaba para
apuntar a un nuevo blanco.
-Siempre
con las descripciones- comento Sirius- no entiendo porque después de tantos
libros retoman las mismas descripciones.
-En esta
ocasión solo hablaron del poltergeis nada más, deja de ser tan exagerado- le
reclamo Marlene.
-No solo
describió a Peeves sino también la entrada al castillo- dijo el animago- yo
solo digo que podríamos avanzar más si omitiéramos esos detalles.
-También
avanzaríamos más sin comentarios fuera de lugar Sirius- le respondió Marlene.
— ¡PEEVES! —gritó una voz irritada—. ¡Peeves, baja aquí AHORA MISMO!
Acababa de entrar apresuradamente desde el Gran Comedor la profesora
McGonagall, que era la subdirectora del colegio y jefa de la casa de
Gryffindor. Resbaló en el suelo mojado y para no caerse tuvo que agarrarse al
cuello de Hermione.
-Auch-
dijeron algunos- antes no te estrangularon castaña- comentó Fabián- pero por lo
menos la profesora no toco suelo.
— ¡Ay! Perdón, señorita Granger.
— ¡No se preocupe, profesora! —dijo Hermione jadeado y frotándose la
garganta.
-Eres muy
amable mamá- comentó con cierta sorna Hugo
-No podía
ser de otra forma- aseguro Hermione- la profesora no lo hizo por accidente no
por intención.
-Además
el hecho que se tratara de una profesora ayudaría a que no le reclamara nada-
comento Fred.
-Sí,
nadie pensaría que ella fuera grosera o dijera algo en contra de un profesor-
apoyo George
-Eso no
es completamente cierto- aseguro Frank- o acaso ya se olvidaron de la
“profesora” Trelawney- agrego poniendo énfasis en profesora.
-Él tiene
razón- exclamo Ron-aunque se podría considerar una situación especial.
— ¡Peeves, baja aquí AHORA! —bramó la profesora McGonagall,
enderezando su sombrero puntiagudo y mirando hacia arriba a través de sus gafas
de montura cuadrada.
-Es muy
noble que quiera controlarlo profesora- comentó Albus- pero incluso en nuestra
época Peeves no la obedece completamente- reveló omitiendo el hecho de que en
su tiempo ella era la directora.
-No lo
dudo joven Potter, pero aun así no podemos dejar de intentar que deje de
molestar a los estudiantes- aseguro McGonagall.
— ¡No estoy haciendo nada! —Contestó Peeves entre risas, arrojando un
nuevo globo lleno de agua a varias chicas de quinto, que gritaron y corrieron
hacia el Gran Comedor—. ¿No estaban ya mojadas? ¡Esto son unos chorritos! ¡Ja,
ja, ja! —Y dirigió otro globo hacia un grupo de segundo curso que acababa de
llegar.
-Bueno,
eso en parte es cierto- comento James- pero aun así es muy molesto que los esté
mojando aún más de lo que están.
-Pero
también debes de estar de acuerdo que es algo leve comparado con algunas de sus
otras bromas cornamenta- aseguró Sirius.
— ¡Llamaré al director! —gritó la profesora McGonagall—. Te lo
advierto, Peeves...
Peeves le sacó la lengua, tiró al aire los últimos globos y salió
zumbando escaleras arriba, riéndose como loco.
-Por lo
menos ya los dejara en paz- comento Alice- aunque no creo que sirva de mucho
después de mojar a quien sabe cuántos estudiantes.
— ¡Bueno, vamos! —Ordenó bruscamente la profesora McGonagall a la
empapada multitud—. ¡Vamos, al Gran Comedor!
Harry, Ron y Hermione cruzaron el vestíbulo entre resbalones y
atravesaron la puerta doble de la derecha. Ron murmuraba entre dientes y se
apartaba el pelo empapado de la cara.
-Primero
lo que ocurrió con Draco en el tren, y ahora el ataque de agua de Peeves-
menciono Fabián- ese en verdad no fue tu día,
-En
cuanto coma y duerma un poco bastara para que se recupere- aseguro Hermione.
Regulus
fue leyendo la descripción de la asombrosa decoración del gran comedor, de cómo
las mesas de las casas estaban llenas de estudiantes y de cómo los chicos
avanzaron entre estudiantes de las demás casas hasta sentarse en su propia mesa
junto a Nick casi decapitado, así como una leve descripción de este y su
clásico atuendo
—Buenas noches —dijo sonriéndoles.
— ¡Pues cómo serán las malas! —contestó Harry, quitándose las
zapatillas y vaciándolas de agua
-Pude ser
que para ellos si sea una buena noche- comento Sirius- recuerda lo que ocurrió
en su cumpleaños de muerte.
-es obvio
suponer que sus gustos pueden ser un tanto diferente al de las personas vivas-
apoyo Marlene.
—. Espero que se den prisa con la Ceremonia de Selección, porque me
muero de hambre.
La selección de los nuevos estudiantes para asignarles casa tenía
lugar al comienzo de cada curso; pero, por una infortunada combinación de
circunstancias, Harry no había estado presente más que en la suya propia.
-En
segundo año con el incidente “uno genial por cierto” del auto volador y en el
tercero lo ocurrido con lo del dementor- enlisto Fred.
-La
verdad es que ni siquiera nosotros nos han ocurrido algo para perder una
selección- agrego George
Estaba deseando que empezara.
Justo en aquel momento, una voz entrecortada y muy excitada lo llamó:
— ¡Eh, Harry!
Era Colín Creevey, un alumno de tercero para quien Harry era una
especie de héroe.
El joven
sonrió con cierta pena, en ese momento que leían como se comportaba le parecía
que si podía llegar a ser un poco sofocante.
-Y pensar
que unos años después todos te verían de esa forma- le dijo por lo bajo Ron a
su amigo.
-Pues eso
es algo que me gustaría que cambiara- aseguro el azabache que no le agradaba
recibir tanta atención
—Hola, Colín —respondió con poco entusiasmo.
—Harry, ¿a que no sabes qué? ¿A que no sabes qué, Harry? ¡Mi hermano
empieza este año! ¡Mi hermano Dennis!
—Eh... bien —dijo Harry.
-Si es
como Colín ya me imagino cómo será la vida del joven Potter- comentó Fabián.
-No lo
envidio en lo más mínimo te lo aseguro hermanito- agrego Gideon.
— ¡Está muy nervioso! —Explicó Colín, casi saltando arriba y abajo en
su asiento—. ¡Espero que le toque Gryffindor! Cruza los dedos, ¿eh, Harry?
-Sin duda
sería más tranquilizante para el terminar en la misma casa que su hermano
mayor- comento Ted.
—Sí, vale —accedió Harry. Se volvió hacia Hermione, Ron y Nick Casi
Decapitado—. Los hermanos generalmente van a la misma casa, ¿no? —comentó.
Estaba pensando en los Weasley, que eran siete y todos habían pertenecido a
Gryffindor.
-Y nosotros
también hemos estado en Gryffindor todos- salto James “S”- creo que lo extraño
es cuando los hermanos van a diferentes casas.
-Tampoco
es tan extraño James- aseguro Rose- aun entre los hermanos pueden tener
cualidades para ir a diferentes casas.
-Además
de aquellos pocos que deciden ir a una casa por su propia cuenta- agrego Albus,
recordando las palabras de su padre ates de comenzar su primer año.
-En eso
le tengo que dar la razón al pequeño- dijo de ultimo Sirius, ya que fue el
mismo caso que le ocurrió a él y su hermano Regulus.
—No, no necesariamente —repuso Hermione—. La hermana gemela de Parvati
Patil está en Ravenclaw, y son idénticas. Uno pensaría que tenían que estar
juntas, ¿verdad?
-Siempre
habíamos estado juntas hasta esa ocasión- comento Parvati
-Nos
hubiera gustado estar juntas, pero ninguna de nosotras se arrepiente de ir a
nuestra respectiva casa- aseguro Padma.
Harry miró la mesa de los profesores. Había más asientos vacíos de lo
normal. Hagrid, por supuesto, estaría todavía abriéndose camino entre las aguas
del lago con los de primero; la profesora McGonagall se encontraría seguramente
supervisando el secado del suelo del vestíbulo; pero había además otra silla
vacía, y no caía en la cuenta de quién era el que faltaba.
-Sí, el
asiento de ojo loco- aseguro Sirius.
-Aun no
estamos seguro de eso Sirius- aseguro Marlene.
-Y que
aras si yo tengo razón y el nuevo profesor es ojo loco- salto el animago.
-Nada de
lo que se pueda ocurrir, eso tenlo por seguro- le aseguro la rubia.
— ¿Dónde está el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras?
—preguntó Hermione, que también miraba la mesa de los profesores.
Nunca habían tenido un profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras
que les durara más de un curso. Con diferencia, el favorito de Harry había sido
el profesor Lupin, que había dimitido el curso anterior.
-Para
todos siempre fue el mejor profesor que pudimos tener- aseguro Neville ante la
aprobación de todos sus compañeros- en verdad fue una desgracia que no
regresara
-Fue una
desgracia que hubiera ido para empezar- agrego Seamus.
-Ya
veremos cómo cambiar eso- aseguro Sirius- el será su profesor si o sí.
-No creo
que sea la mejor idea- aseguro Remus que a pesar de lo que decía, se le
dibujaba una sonrisa de alegría ante la declaraciones de los que en algún
momento fueron sus estudiantes- sería muy peligroso si…
-¿Cual
peligro?, has estado siete años en el colegio y nada ha pasado- le interrumpió
el oji gris- el único peligro de que seas profesor seria que embarazaras a mi
sobrina cuando fuera tu estudiante
-¡¡Sirius!!-
le reclamo el oji miel- como crees que…
-Hazte el
santo todo lo que quieras lunático, pero tu terminaras mancillando a mi
sobrino, y ahí estaré pera restregártelo en la cara.
-¿Estarás
presente cuando me mancille?- exclamo Dora- pero que sucio eres tío
-No me
refería a eso- salto de inmediato- lo que quise decir es que cuando me entere
que lo hizo se lo recordare- trato de arreglar su frase.
-Y que te
hace pensar que te diremos cuando eso pase
-¿Que ya
lo hicieron?- pregunto con cierta impresión.
-Claro
que no, pero serias el ultimo al que le diríamos- aseguro la joven- bueno que
continúe ya la lectura- apremio la metamorfomaga.
-Crees
que sea buena idea hacer esos comentarios- le pregunto por lo bajo Remus cuando
las miradas se apartaron de ellos.
-No ha
servido de nada callarlo, tal vez sea buena idea cambiar de táctica- respondió
la peli rosa, quien cada vez le molestaba menos esas insinuaciones de su tío.
Recorrió la mesa de los profesores de un lado a otro: no había ninguna
cara nueva.
— ¡A lo mejor no han podido encontrar a nadie! —dijo Hermione,
preocupada.
-No dudo
que sea difícil conseguir un profesor para la clase -comento McGonagall- pero
dudo que comenzáramos un año escolar sin encontrar a nadie.
-O en un
caso más extremo alguno de nosotros daría la clase provisionalmente- comento
Flitwick.
-Mientras
no se tratara de quejicus todo estaría bien- aseguro Sirius, los del futuro se
vieron entre ellos preguntándose que pasara cuando lleguen al sexto año del
chico.
Harry examinó la mesa con más cuidado. El pequeño profesor Flitwick,
que impartía la clase de Encantamientos, estaba sentado sobre un montón de
cojines al lado de la profesora Sprout, que daba Herbología y que en aquellos
momentos llevaba el sombrero ladeado sobre el lacio pelo gris. Hablaba con la
profesora Sinistra, del departamento de Astronomía.
-Falto la
profesora Vector de aritmancia—comento Hermione- o la profesora Burbage de
estudios muggles.
-Si
bueno, pero a ellas no las conocía- comentó Harry- tu si porque tomaste sus
clases.
-Aun así
no deberías de omitir a algunos profesores- aseguró la castaña.
Al otro lado de la profesora Sinistra estaba Snape, el profesor de
Pociones, con su pelo grasiento, su nariz ganchuda y su rostro cetrino: la
persona a la que Harry tenía menos aprecio en todo Hogwarts.
-Es algo
general- exclamo Deán- solo los de Slytherin sentirían algo de simpatía por él,
pero el resto de nosotros no- todos los de su época asintieron.
El odio que Harry le profesaba sólo tenía parangón con el que Snape le
profesaba a él, un odio que, si eso era posible, parecía haberse intensificado
el curso anterior después de que Harry había ayudado a huir a Sirius ante las
desmesuradas narices de Snape.
-No lo
dudo, aunque no se pudo demostrar nada, él estaba seguro que fueron ustedes
quienes lo ayudaron a escapar- comento Kingsley.
-Creo que
el hecho de que nadie mas pueda creer que lo hizo es una de las cosas que más
le molesta- agrego Frank.
Snape y Sirius habían sido enemigos desde que eran estudiantes.
-Desde el
primer momento en que nos conocimos- aseguro James recordando su primer
encuentro en el tren.
Al otro lado de Snape había un asiento vacío que Harry adivinó que era
el de la profesora McGonagall. En la silla contigua, y en el mismo centro de la
mesa, estaba sentado el profesor Dumbledore, el director: su abundante pelo
plateado y su barba brillaban a la luz de las velas, y llevaba una majestuosa
túnica de color verde oscuro bordada con multitud de estrellas y lunas.
Dumbledore había juntado las yemas de sus largos y delgados dedos, y apoyaba
sobre ellas la barbilla, mirando al techo a través de sus gafas de media luna,
como absorto en sus pensamientos.
-Jeje, el
profesor también esta aburrido- dijo con sorna Sirius consiguiendo la risa de
los dos pares de gemelos presentes y de algunos más, pero estos últimos,
ocultando su tenia risa.
-Sirius
comportante- le reprendió Marlene, que dicho sea de paso, trataba de ocultar
una sonrisa
.Harry también miró al techo. Por obra de encantamiento, tenía
exactamente el mismo aspecto que el cielo al aire libre, aunque nunca lo había
visto tan tormentoso como aquel día. Se arremolinaban en él nubes de color
negro y morado. Después de oír un trueno, Harry vio que un rayo dibujaba en el
techo su forma ahorquillada.
-No se
escucha tan mal- comento Scorpius- la verdad es seria una vista estupenda desde
ahí donde no se pueden mojar
-Puede
ser pero nosotros teníamos otras cosas en las que pensar- comentó Ron.
-Si como
en la comida- sentencio Hermione.
— ¡Que se den prisa! —Gimió Ron, al lado de Harry—. Podría comerme un
hipogrifo.
Esta vez
las risas fueron más generalizadas y para nada disimuladas, era justo lo que la
castaña acaba de decir de su novio, la verdad era que el ella lo conociera tan
bien, o el que fuera tan predecible, les provocaba un poco de hilaridad.
No había acabado de pronunciar aquellas palabras cuando se abrieron
las puertas del Gran Comedor y se hizo el silencio. La profesora McGonagall
marchaba a la cabeza de una larga fila de alumnos de primero, a los que condujo
hasta la parte superior del Gran Comedor, donde se encontraba la mesa de los
profesores. Si Harry, Ron y Hermione estaban mojados, lo suyo no era nada
comparado con lo de aquellos alumnos de primero.
-Oh
pobrecillos- exclamo Alice- deben de estarse muriendo del frio, no debieron de
llevarlos por el lago negro.
-Por lo
menos deberían de tratar de hacer algo ahora que terminaron en ese estado-
agrego Lily.
Regulus
continuo leyendo como los chicos parecía que habían llegado nadando al colegio,
y de cómo el único niño que no temblaba era un pequeño chico cierto casi por
completo con el abrigo de Hagrid y que levanto los dos pulgares al ver a Colín
y articulaba con los labios ¡Me he caído
en el lago! mientras parecía encantado por el accidente.
-Como no
estaría feliz, si gracias a ello es el único que esta completamente abrigado-
comento Gideon.
-Aunque
el abrigo de Hagrid bien podría cubrir a unos cinco estudiantes al mismo
tiempo- agrego Fabián.
Entonces la profesora McGonagall colocó un taburete de cuatro patas en
el suelo ante los alumnos de primero y, encima de él, un sombrero
extremadamente viejo, sucio y remendado. Los de primero lo miraban, y también
el resto de la concurrencia. Por un momento el Gran Comedor quedó en silencio.
Entonces se abrió un desgarrón que el sombrero tenía cerca del ala, formando
como una boca, y empezó a cantar:
Regulus
leyó toda la nueva canción del sombrero seleccionador.
-Siempre
me ha fascinado como siempre se le ocurren nueva formas de componer su canción-
comento Lily- además de que siempre las consigue rimar.
-Y hasta
ahora no he sabido de que haya repetido alguna frase o canción alguna vez
agrego Marlene.
En el Gran Comedor resonaron los aplausos cuando terminó de cantar el
Sombrero Seleccionador.
—No es la misma canción de cuando nos seleccionó a nosotros —comentó
Harry, aplaudiendo con los demás.
-Creo que
sería un poco aburrido si siempre cantara la misma canción- comentó James “S”.
-Además
no es como si el sombrero tuviera muchas cosas que hacer como para no pensar en
una nueva canción- agregó Hugo.
—Canta una canción diferente cada año —dijo Ron—. Tiene que ser
bastante aburrido ser un sombrero, ¿verdad? Supongo que se pasa el año
preparando la próxima canción.
Varios
esbozaron un sonrisa en ese momento y varios ojos se posaron sobre el pelirrojo
de la tercera generación, sin duda demostraba que era hijo de Ronald Weasley.
La profesora McGonagall desplegaba en aquel momento un rollo grande de
pergamino.
—Cuando pronuncie vuestro nombre, os pondréis el sombrero y os
sentaréis en el taburete —dijo dirigiéndose a los de primero—. Cuando el
sombrero anuncie la casa a la que pertenecéis, iréis a sentaros en la mesa
correspondiente.
-Igual
que todos los años- comento Sirius la verdad es que no se perdieron de mucho al
no llegar en tus años pasados cachorro.
-Pero las
razones por las que paso eso no fueron mejores opciones- agrego Remus.
¡Ackerley, Stewart!
Un chico se adelantó, temblando claramente de la cabeza a los pies,
cogió el Sombrero Seleccionador, se lo puso y se sentó en el taburete.
—¡Ravenclaw! —gritó el sombrero.
Stewart Ackerley se quitó el sombrero y se fue a toda prisa a sentarse
a la mesa de Ravenclaw, donde todos lo estaban aplaudiendo. Harry vislumbró a
Cho, la buscadora del equipo de Ravenclaw, que recibía con vítores a Stewart
Ackerley cuando se sentaba. Durante un fugaz segundo, Harry sintió el extraño
deseo de ponerse en la mesa de Ravenclaw.
Ginny
resoplo con cierta molestia mientras Harry la abrazaba por la cintura.
-Todas
las pelirrojas son iguales- sentencio Sirius- no importa que ya los tengan bien
amarrados, se siguen encelando de sus ex novias.
-Aunque
en el caso de James eso es igual a odiar
a casi todo el cuerpo femenino del castillo- agrego Remus.
-A muchas
gracias lunático- ironizo el azabache mientras que Lily reía modestamente.
-El único
que correrá con suerte será Albus- agrego nuevamente Sirius señalando al
pequeño Potter- por lo que sabemos el ira directamente por su pelirroja sin
tener más novias- el mencionado se sonrojo en ese momento- aunque de seguro
encontrara alguna razón para molestarse- entonces las pelirrojas vieron al
joven con severidad.
-En lo
personal me parece un desperdicio- aseguro James “S”- debería de socializar más
con las chicas así como yo
-Por
fortuna él no es como tú- le increpo Rose- y no hay nada de malo de que Al solo
quiera tener a Ángela como novia
-¡Rose!-
le reclamo Albus que continuaba rojo.
-No te
molestes Al, todos sabemos que te gusta- dijo esta vez Scorpius- pero debes de
darte prisa antes de que te la ganen.
-Tu
deberías de hacer lo mismo, pues Rose es muy popular entre los chicos- le
reclamo Albus sin pensar lo que decía
-¡¿Qué?!-
exclamo de inmediato Ron- ¿cómo que popular entre los chicos?- pregunto
mostrando sus característicos celos.
-No es lo
que piensas papá, ya después te lo explicare- dijo a la defensiva Rose, y en
verdad era una situación algo especial, ya que muchos chicos se querían acercar
a ella por ser la hija de dos de los héroes de la segunda guerra mágica.
-¿Creen
que pueda continuar con la lectura?- pregunto con cierta ironía Regulus.
-No seas
amargado Regulus- le acuso Sirius, su hermano solo lo vio por un segundo antes
de regresar a la lectura.
— ¡Baddock, Malcolm!
— ¡Slytherin!
La mesa del otro extremo del Gran Comedor estalló en vítores. Harry
vio cómo aplaudía Malfoy cuando Malcolm se reunió con ellos. Harry se preguntó
si Baddock tendría idea de que la casa de Slytherin había dado más brujos y
brujas oscuros que ninguna otra.
-Si ha
crecido cerca del mundo mágico es muy probable que así sea- comento Frank
-Claro
que ha estado cerca del mundo mágico- espeto Lucius- solo los sangre pura
pueden entrar a la casa
-No
puedes ser más idiota- le interrumpió con molestia Alice- incluso tu maldito
amo heredero de Slytherin es un mestizo recuerdas- le escupió la mujer haciendo
que el rubio cerrara la boca con evidente molestia.
Fred y George silbaron a Malcolm Baddock mientras tomaba asiento.
Los gemelos Prewet sonrieron y levantaron sus pulgares en
aprobación por la actitud de sus sobrinos.
—¡Branstone, Eleanor!
—¡Hufflepuff!
—¡Cauldwell, Owen!
— ¡Hufflepuff!
— ¡Creevey, Dennis!
El pequeño Dennis Creevey avanzó tambaleándose y se tropezó en el
abrigo de piel de topo de Hagrid al mismo tiempo que éste entraba furtivamente
en el Gran Comedor a través de una puerta situada detrás de la mesa de los
profesores.
-Aunque
claro, no es como si pudiera pasar desapercibido- comentó Gideon.
-Sin importar
cuanto lo intente nuestro Hagrid no evitara que notemos cuando entra en una
habitación- apoyo Fabián.
Hagrid
por su parte sonrió y se sonrojo un poco por el comentario de los bromistas.
Unas dos veces más alto que un hombre normal y al menos tres veces más
ancho, Hagrid, con su pelo y barba largos, enmarañados y renegridos, daba un
poco de miedo.
-Yo
recuerdo que le tuve miedo los primeros cuatro meses cuando ente al colegio-
comento Ted- pero al final termino siendo un buen amigo.
-Aunque
nunca interactuamos tanto con el como ustedes- agrego Andrómeda refiriéndose a
los merodeadores y al trio- pero aun así no me puedo imaginar Hogwarts sin
Hagrid.
Varios de
los presentes sonrieron antes dichas palabras, tanto ellos como muchos otros le
han tomado cierto aprecio al gran hombre, aunque claro, también están los del
lado opuesto.
Una impresión falsa, porque Harry, Ron y Hermione sabían que Hagrid
tenía un carácter muy bondadoso. Les guiñó un ojo mientras se sentaba a un
extremo de la mesa de los profesores, y observó cómo Dennis Creevey se ponía el
Sombrero Seleccionador.
-Quede
muy impresionado cuando el sombrero me comenzó a halar en mi cabeza- comento
Dennis- aun después de que mi hermano me lo conto
-Lo sé,
no es lo mismo que te lo cuenten a que te ocurra- aseguro Colín.
El desgarrón que tenía el sombrero cerca del ala volvió a abrirse.
— ¡Gryffindor! —gritó el sombrero.
-Pues sí,
efectivamente quedaran en la misma casa- comentó Dora- creo que se sentirá
mejor teniendo a su hermano cerca.
-Aunque
no creo que le afectara mucho- agrego
Remus- parece que es un joven muy sociable.
-Ojala no
sea tan, “animado” con Harry como lo era su hermano- termino la metamorfomaga.
Harry aplaudió con los demás de la mesa de Gryffindor cuando Dennis
Creevey, sonriendo de oreja a oreja, se quitó el sombrero, lo volvió a poner en
el taburete y se fue a toda prisa junto a su hermano.
— ¡Colín, me caí! —dijo de modo estridente, arrojándose sobre un
asiento vacío—. ¡Fue estupendo! ¡Y algo en el agua me agarró y me devolvió a la
barca!
-El
calamar gigante- dijeron varios a la vez.
-Pues si
es bastante animado- comentó Teddy que conocía al joven Dennis en su tiempo-
cualquiera pensaría que estará asustado, pero la verdad es muy diferente
-La
verdad es que no había cosa que no me impresionara- acepto el joven Dennis
-Es
compresible siendo la primera vez que llegas al mundo mágico- aseguro Ted,
quien como todos los hijos de pares muggles comprendía perfectamente la chico
— ¡Tranqui! —repuso Colín, igual de emocionado—. ¡Seguramente fue el
calamar gigante, Dennis!
— ¡Vaya! —exclamó Dennis, como si nadie, en sus mejores sueños,
pudiera imaginar nada mejor que ser arrojado al agua en un lago de varias
brazas de profundidad, por una sacudida en medio de una tormenta, y ser sacado
por un monstruo marino gigante.
-En
verdad que tienes unos amigos muy peculiares he- comento con cierta diversión
Draco.
-Si
bueno, no me puedo quejar, después de todo hay casos mucho peores- el rubio
sintió una insinuación a sus amistades, y la verdad no podía decir mucho al
respecto para defenderlos.
— ¡Dennis!, ¡Dennis!, ¿has visto a ese chico? ¡El del pelo negro y las
gafas!, ¿lo ves? ¿A que no sabes quién es, Dennis?
Algunos
sonrieron divertidos por la actitud de Colín, otros voltearon los ojos pensando
que si eso provocaba que Dennis se volviera como su hermano, en tal caso se
volvería una pesadilla para Harry, lo que el más temía.
Harry miró para otro lado y se fijó en el Sombrero Seleccionador, que
en aquel instante estaba ocupándose de Emma Dobbs.
La Selección continuó. Chicos y chicas con diferente grado de
nerviosismo en la cara se iban acercando, uno a uno, al taburete de cuatro
patas, y la fila se acortaba considerablemente conforme la profesora McGonagall
iba llamando a los de la “L”.
-Eso está
bien, pero supongo que ustedes ya se estarán muriendo de hambre- comentó
Sirius.
-Y si son
similares a ti se pondrán insoportables- agregó Marlene- nunca te quedabas
quieto durante las selecciones.
-Valla
que si me has estado observando, es lo mismo que hacia cornamenta con la
pelirroja, te debo de gustar mucho.
-Sigue
soñando animal.
-Eso no
es una negativa- termino el oji gris mientras recibía una sonrisa divertida de
la rubia.
— ¡Vamos, deprisa! —gimió Ron, frotándose el estómago.
— ¡Por favor, Ron! Recordad que la Selección es mucho más importante
que la comida —le dijo Nick Casi Decapitado, al tiempo que « ¡Madley, Laura!»
se convertía en miembro de la casa Hufflepuff.
—Por supuesto que sí, si uno está muerto —replicó Ron.
-Hay
Ronald, que no podrías ser un poco más sensible con los demás- le reprendió la
señora Weasley.
-No creo
que eso sea muy posible- aseguro Hermione.
-Incluso
en nuestro tiempo es algo que le siguen
pidiendo a papá- aseguro Rose.
—Espero que la remesa de este año en nuestra casa cumpla con los
requisitos—comentó Nick Casi Decapitado, aplaudiendo cuando « ¡McDonald,
Natalie!» llegó a la mesa de Gryffindor—. No queremos romper nuestra racha
ganadora, ¿verdad?
Gryffindor había ganado los tres últimos años la Copa de las Casas.
-Después
de tantos años por fin comenzamos a ganar- aseguro James recodando que en el
primer libro tenían muchos años sin hacerlo- no pueden dejar que Slytherin gane
la copa, debe de ser Gryffindor quien la obtenga.
-Sería
bueno, pero también estaría bien que alguna otra casa también ganara la copa-
aseguro Remus- como por ejemplo Hufflepuff
-Ahu, la
casa en la que está tú amada lunático- ataco de inmediato Sirius- si cuando
quieres puedes ser muy tierno
-Cállate
animal- le rebatió el castaño.
Los
jóvenes del futuro se miraban entre ellos, la verdad era que ese año (y los que
siguieron) poco les importaba cuál de las casas acumula más puntos para ganar
la copa.
—¡Pritchard, Graham!
—¡Slytherin!
—¡Quirke, Orla!
— ¡Ravenclaw!
Por último, con « ¡Whitby, Kevin!» (« ¡Hufflepuff!»), la Ceremonia de
Selección dio fin. La profesora McGonagall cogió el sombrero y el taburete, y
se los llevó.
—Se acerca el momento —dijo Ron cogiendo el tenedor y el cuchillo y
mirando ansioso su plato de oro.
-En serio
parece que solo piensas en la comida- comentó Bill- deberías de tener mejores
prioridades que esa.
Tanto Ron
como Harry no pudieron evitar pensar en aquella temporada en que comenzaron su
viaje en busca de los horrocrux, la falta de comida fue una fuente de problemas
recurrente, aunque fue menor después de que el pelirrojo regresara y destruyera
el relicario.
El profesor Dumbledore se puso en pie. Sonreía a los alumnos, con los
brazos abiertos en señal de bienvenida.
—Tengo sólo dos palabras que deciros —dijo, y su profunda voz resonó
en el Gran Comedor—: ¡A comer!
Varios
sonrieron por lo dicho el profesor.
-El nunca
habla mucho antes de que todos cenemos- comento Frank- sus discursos, anuncios
o cualquier cosa que quiera decirnos siempre lo hace después.
-Y
estamos muy agradecidos por eso- aseguro ron.
— ¡Obedecemos! —dijeron Harry y Ron en voz alta, cuando por arte de
magia las fuentes vacías de repente aparecieron llenas ante sus ojos.
Nick Casi Decapitado observó con tristeza cómo Harry, Ron y Hermione
llenaban sus platos de comida.
-Me da un
poco de pena que pase por eso- comento Lily- debe de ser algo desagradable
estar en su situación.
— ¡Ah, «esdo esdá me’or»! —dijo Ron con la boca llena de puré de
patata.
-¡¡Ronald!!,
por lo menos deberías de tener el tacto de tragar lo que tienes en la boca
antes de hablar- le reprendió Molly- que ejemplo le darás a tus hijos con ese
comportamiento..
-Pues
papá siempre reprende a Hugo cuando habla con la boca llena- dijo rose- y ahora
entiendo porque mamá sonríe divertida cuando lo dice.
-Me
reprende por cosas que el también hacia cuando tenía mi edad- agrego Hugo.
-A decir
verdad Ron era aun mayor a lo que eres tu- resalto Arthur.
-En otras
palabras eras mucho más infantil de lo que deberías- salto George.
-Lo dicen
tu que parces que nunca maduraste- le rebatió Ron.
-Tenemos
un espíritu infantil pro eso no nos hace inmaduros- se defendió Fred a los que
muchos volearon los ojos-
—Tenéis suerte de que haya banquete esta noche, ¿sabéis? —Comentó Nick
Casi Decapitado—. Antes ha habido problemas en las cocinas.
— ¿«Po’ gué»? ¿«Gué ha sudedido»? —dijo Harry, con la boca llena con
un buen pedazo de carne.
-Ustedes
dos son tan parecidos- se lamentó Lily- solo espero que no se ahoguen por estar
haciendo eso, cuantas veces le ocurrió eso a este par- dijo viendo a James y
Sirius que sonrieron divertidos.
—Peeves, por supuesto —explicó Nick Casi Decapitado, moviendo la
cabeza, que se tambaleó peligrosamente. Se subió la gorguera un poco más—. Lo
de siempre, ya sabéis. Quería asistir al banquete.
-Imposible,
ni siquiera el profesor Dumbledore le permitiría asistir al banquete sabiendo
todo lo que hace- aseguro Alice.
-Sería un
desastre completamente y una pésima impresión para los nuevos estudiantes-
agrego Andrómeda imaginando el pandemónium que se armaría.
Bueno, eso está completamente fuera de cuestión, porque ya lo
conocéis: es un salvaje; no puede ver un plato de comida y resistir el impulso
de tirárselo a alguien. Celebramos una reunión de fantasmas al respecto. El
Fraile Gordo estaba a favor de darle una oportunidad,
-Él
siempre ha sido así- aseguro Dora- siempre hablando y aconsejándonos que
fuéramos personas buenas y cosas por el estilo, no por nada era un monje.
-Es muy
loable que quiera ser tan bueno con todos- comento Remus- pero me temo que en
el caso de Peeves no es muy aconsejable su actitud.
Pero el Barón Sanguinario... más prudentemente, a mí parecer... se
mantuvo en sus trece.
-Es bueno
que a pesar de todo ese fantasma no tenga las mismas aficiones de Peeves a
causar problemas- comento Frank.
El Barón Sanguinario era el fantasma de Slytherin, un espectro adusto
y mudo cubierto de manchas de sangre de color plateado. Era el único en
Hogwarts que realmente podía controlar a Peeves.
—Sí, ya nos pareció que Peeves estaba enfadado por algo —dijo Ron en
tono enigmático
-Bueno,
no es como que necesite de mucho para ponerse a molestar a los demás- razono
James.
—. ¿Qué hizo en las cocinas?
-Tumbar y
romper cosas, tirando la comida, molestando a todos los que pueda, mojando el
suelo, quemando la comida, es casi lo único que hace siempre- comento Sirius.
— ¡Oh, lo normal! —Respondió Nick Casi Decapitado, encogiéndose
de hombros—. Alborotó y rompió cosas.
Tiró cazuelas y sartenes. Lo encontraron nadando en la sopa. A los elfos
domésticos los sacó de sus casillas...
¡Paf!
Hermione acababa de golpear su copa de oro.
-Oh no- exclamaron varios de los presentes, con
lo poco habían visto de como reaccionaba con el tema de los elfos se imaginaban
como se pondría en ese momento.
El zumo de calabaza se extendió rápidamente por el mantel, manchando
de color naranja una amplia superficie de tela blanca, pero Hermione no se
inmutó por ello.
— ¿Aquí hay elfos domésticos? —Preguntó, clavando los ojos en Nick
Casi Decapitado, con expresión horrorizada—. ¿Aquí, en Hogwarts?
-Por
supuesto que sí, o acaso piensas que ese condenado conserje suyo que no puede
usar magia se encargaba de limpiar todo- comentó Gideon.
-Además
que es mucha mejor opción tener a los elfos limpiando nutras salas comunes que
a ese tipo- agrego Gideon.
-Sería
muy terrorífico despertar a media noche y toparse con Filch en nuestra sala
común- apoyo Fred.
-Un
material digno de una gran y terrible pesadilla sin duda- Termino George.
—Claro que sí —respondió Nick Casi Decapitado, sorprendido de la
reacción de Hermione—. Más que en ninguna otra morada de Gran Bretaña, según
creo. Más de un centenar.
-Es
sorprendente que tú, que siempre lo sabes todo, no supieras que había elfos
domésticos en Hogwarts- comento Sirius
— ¡Si nunca he visto a ninguno! —objetó Hermione.
—Bueno, apenas abandonan las cocinas durante el día —explicó Nick Casi
Decapitado—. Salen de noche para hacer un poco de limpieza... atender los
fuegos y esas cosas... Se supone que no hay que verlos. Eso es lo que distingue
a un buen elfo doméstico, que nadie sabe que está ahí.
Hermione lo miró fijamente.
—Pero ¿les pagan? —preguntó—. Tendrán vacaciones, ¿no? Y... y baja por
enfermedad, pensiones y todo eso...
-Insisto,
lo estás viendo desde el puno de vista equivocado- aseguro Marlene- está bien
que quieras que tengan mejores condiciones, pero piensas en ellos como personas
comunes y no es así, debes aprender más de ellos para poder buscar una forma de
ayudarlos.
-Genial,
ahora tendrá a una aliada en todo eso de los elfos- aseguro por lo bajo Ron, si
bien ya no era como en esos días, por lo poco que había visto le haca pensar
que dichos esfuerzos serían muy infructuosos y prácticamente una pérdida de
tiempo.
Nick Casi Decapitado se rió con tantas ganas que la gorguera se le
bajó y la cabeza se le cayó y quedó colgando del fantasmal trocito de piel y
músculo que todavía la mantenía unida al cuello.
-Dudo que
muchos magos lleguen a tener esas ideas- comento Kingsley- y no creo que sea
muy fácil tratar de hacer algo al respecto, hay muchos problemas de promedio.
— ¿Baja por enfermedad y pensiones? —Repitió, volviendo a colocarse la
cabeza sobre los hombros y asegurándola de nuevo con la gorguera—. ¡Los elfos domésticos
no quieren bajas por enfermedad ni pensiones!
-Ese sin
duda será el principal problema de todo- aseguro Teddy- no importa que tano
queras cambiar desde afuera, si son ellos quienes eligen vivir así no hay mucho
que se pueda hacer.
-Pero no
podemos simplemente dejar de intentar hacer algo por ellos- aseguro Hermione
medio a la defensiva.
Hermione miró su plato, que estaba casi intacto, puso encima el
tenedor y el cuchillo y lo apartó de ella.
—«Vabos, He’mione» —dijo Ron, rociando sin querer a Harry con trocitos
de budín de Yorkshire—. «Va’a», lo siento, «Adry». —Tragó—. ¡Porque te mueras
de hambre no vas a conseguir que tengan bajas por enfermedad!
-Además,
recuerda que Dumbledore es el director de Hogwarts- aseguro James- la vida de
los elfos ahí no son como las de Dobby o Winky, ahí de seguro los elfos son
libres de tener todo lo que ellos quieran.
-En eso
si deberías de aceptar que tiene razón- comentó Harry, ya que el director no
dudo en darle a Dobby las condiciones que él quería para trabajar.
—Esclavitud —dijo Hermione, respirando con dificultad—. Así es como se
hizo esta cena: mediante la esclavitud.
Y se negó a probar otro bocado.
Varios
negaron la cabeza por la tremenda obstinación de la castaña, al parecer ese
será un tema muy recurrente durante ese libro, y por la actitud de sus demás
compañeros de época, se extendería mas haya de dicho libro.
Regulus
continúo leyendo como la tormenta continuaba cayendo, iluminando los platos que
se vaciaron de comida para ser reemplazados por los postres, y de los intentos
sin sentido de Ron para que Hermione comiera algo.
-Será
completamente inútil que quieras conseguirlo de esa manera- aseguro Bill- y no
dudo que te hubieras ganado algún golpe de haber continuado.
-Yo no lo
hubiera golpeado- exclamo Hermione.
-Pues yo
no estoy tan seguro de eso- aseguro Ron recibiendo una mirada severa de la
castaña.
Una vez terminados los postres y cuando los últimos restos
desaparecieron de los platos, dejándolos completamente limpios, Albus
Dumbledore volvió a levantarse.
-Es el
momento de los anuncios- comento James- sin duda hablara algo referente al
torneo de los tres magos.
-Además
no dudo que les dará una explicación
El rumor de charla que llenaba el Gran Comedor se apagó al instante, y
sólo se oyó el silbido del viento y la lluvia golpeando contra los ventanales.
— ¡Bien! —dijo Dumbledore, sonriéndoles a todos—. Ahora que todos
estamos bien comidos —Hermione lanzó un gruñido
-Si no
hubieras sido tan obstinada no te habría pasado eso- aseguro Ron.
-Mejor no
digas nada- le respondió Hermione molesta, no era momento para escuchar sus
cosas.
—, debo una vez más rogar vuestra atención mientras os comunico
algunas noticias:
»El señor Filch, el conserje, me ha pedido que os comunique que la
lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año
con la inclusión de los yoyós gritadores, los discos voladores con colmillos y
los bumeranes-porrazo.
-Esos
últimos se oyen muy divertidos- comento con emoción Gideon- quisiera ver que es
lo que hacen.
-Sería
divertido, pero los discos voladores con colmillos también deben de tener lo
suyo- agrego Fabián.
-Todos
los artículos que Filch prohíbe tienen lo suyo- aseguro George.
-Y solo
algunos se atreven a tenerlos en la escuela- termino Fred.
La lista completa comprende ya cuatrocientos treinta y siete
artículos, según creo, y puede consultarse en la conserjería del señor Filch.
-Si, como
si alguien estuviera verdaderamente intereso en revisar semejante cosa- exclamo
James “S”
La boca de Dumbledore se crispó un poco en las comisuras. Luego
prosiguió:
—Como cada año, quiero recordaros que el bosque que está dentro de los
terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes.
-Cosa que
algunos de los presentes deberían recordar- comento McGonagall viendo a varios
chicos en epecifico.
-¡Hey!,
que nosotros entrabamos al bosque para acompañar a Remus en sus noches de luna
llena- salto James.
-Sí,
porque era muy cruel y deprimente quedarnos todo el tiempo encerrados en la
casa de los gritos- apoyo Sirius.
-Y
nosotros lo hicimos por un castigo y por cuestiones que involucraban a seres
queridos nuestros- alego Harry.
-Cierto,
los únicos que no tienen justificación para entrar son estos dos- agrego Ron
señalando a su hermanos.
-¡Hey!-
reclamaron de inmediato los gemelos.
-Sea cuál
sea la situación, es un lugar muy peligrosos para los estudiantes y eso ha
quedado más que demostrado- reitero la profesora.
Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de
primero y de segundo.
-Y a los
que no les dan permiso o que castigan- agrego Neville-no son muy comunes, pero
aun así suele pasar.
-Bueno,
estaban las veces que prohibían que saliéramos- agrego Deán.
-¿Por qué
les prohibirían salir al pueblo de Hogsmeade?- interrogo James.
-Ya lo
veras en su momento- le respondió Harry.
»Es también mi doloroso deber informaros de que la Copa de quidditch
no se celebrará este curso.
— ¿Qué? —dijo Harry sin aliento.
-Debió de
ser un choque muy fuere para ti- comento Lily.
-No solo
fui yo, todos los del equipo estaban igual que yo- dijo Harry ante la
confirmación de varios compañeros.
-Es una
lástima que no podrán jugar quidditch- acepto James- es una de las cosas que
más te gusta, pero si ocurre lo que pienso, serás un espectador de algo
impresionante- Harry vio en direcciona su padre y sonrió de una forma forzada,
si tan solo hubiera sido un espectador.
Miró a Fred y George, sus compañeros del equipo de quidditch. Le
decían algo a Dumbledore moviendo sólo los labios, sin pronunciar ningún
sonido, porque debían de estar demasiado consternados para poder hablar.
-No eran
los únicos- comento Cedric- mis compañeros de equipo se encontraban igual de
impactados que ustedes.
Dumbledore continuó:
—Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y
continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y
la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutaréis
enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...
Pero en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas
del Gran Comedor se abrieron de golpe.
Todos
prestaron suma atención en ese momento. Regulus fue narrando como el recién
llegado se apoyaba en un largo bastón, se quitó la capucha (mientras se
alumbraba con un rayo) y comenzaba a caminar a la mesa de profesores,
específicamente a donde se encontraba Dumbledore
-Creo que
ya se de quien se trata- dijo Sirius.
El resplandor de otro rayo cruzó el techo. Hermione ahogó un grito.
Regulus
fue leyendo la descripción del rostro, desde sus cicatrices hasta el trozo
faltante de su nariz.
-Sí, creo
que es evidente de quien se trata- comento Kingsley, quien como varios veían en
dirección de Alastor que era muy similar a lo que describan, el Moody que
tenían en frente aun no perdía aquel roso de la nariz que habían descrió,
seguramente esa herida la obtendría después.
Pero lo que lo hacía
verdaderamente terrorífico eran los ojos.
Uno de ellos era pequeño, oscuro y brillante. El otro era grande,
redondo como una moneda y de un azul vívido, eléctrico. El ojo azul se movía
sin cesar, sin parpadear, girando para arriba y para abajo, a un lado y a otro,
completamente independiente del ojo normal... y luego se quedaba en blanco,
como si mirara al interior de la cabeza.
-No solo
puedo ver el interior de mi cabeza- espeto Alastor- el perder mi ojo fue algo
doloroso, pero obtuve un buen provecho de ese incidente.
-Entonces
ya es un hecho que se trata de ti verdad- comento Dora.
-Claro
que si sobrina, si yo mismo lo dije- dijo Sirius inflando el pecho- cielos,
debí de haber apostado algo.
-Nadie te
discutió que se tratara de Alastor Sirius, y sin eso no podrías apostar con
nadie- le dijo Remus- además, ¿Qué tienes que apostar?
-No lo
sé, pero siempre se puede apostar algo- aseguro.
-Si, como
favores o peticiones por ejemplo- intervino dora con una enorme sonrisa viendo
al oji miel que sabía perfectamente a que venía ese comentario.
-¿Acaso
ya lo has hecho sobrina?
-Sí, una vez, y fui la ganadora,
-y ¿a
quien le ganaste? y ¿qué le pediste?- ahora incluso Lily y James vieron al
licántropo, ellos sabían las respuestas a tales preguntas.
-Eso no
es tu incumbencia tío, mejor sigamos leyendo- solicito para dejar el tema
atrás.
El extraño llegó hasta Dumbledore. Le tendió una mano tan toscamente
formada como su cara, y Dumbledore la estrechó, murmurando palabras que Harry
no consiguió oír. Parecía estar haciéndole preguntas al extraño, que negaba con
la cabeza, sin sonreír, y contestaba en voz muy baja.
-Preguntándole
de su viaje, la razón por la que se retrasó y el incidente por lo que llamaron
a Arthur en la mañana- comento Frank- la verdad es que hay muchas coas de las
pueden hablar.
Dumbledore asintió también con la cabeza, y le mostró al hombre el
asiento vacío que había a su derecha.
El extraño se sentó y sacudió su melena para apartarse el pelo
entrecano de la cara; se acercó un plato de salchichas, lo levantó hacia lo que
le quedaba de nariz y lo olfateó.
-En
verdad crees que alguien podría ponerle algo a su comida en ese lugar- pregunto
Charlie.
-Nunca se
puede ser demasiado precavido- aseguro ojo loco- quien sabe el tipo de personas
que pueden rodar el castillo.
Esa
declaración parecía inicialmente algo en extremo paranoico, pero Harry y sus
amigos sabían que no se podría decir que fuera tan paranoica, tenían por
ejemplo a Voldemort dentro del cuerpo de Quirrel, el mortifago que tomo el
lugar de Alastor, y claro está, la infiltración de los mortifagos en el seto
libro dando desencadenado la batalla en la torre de astronomía, la verdad es
que viéndolo de esa forma Hogwarts no era el lugar seguro que muchos llegaban a
creer que era.
A continuación se sacó del bolsillo una pequeña navaja, pinchó una de
las salchichas por un extremo y empezó a comérsela. Su ojo normal estaba fijo
en la salchicha, pero el azul seguía yendo de un lado para otro sin descanso,
moviéndose en su cuenca, fijándose tanto en el Gran Comedor como en los
estudiantes.
-Tengo
una pregunta- exclamo dijo Dora- el ojo ¿se mueve solo, o tú decides moverlo?
-Ambos-
respondió Alastor- el ojo se mueve por si solo en varias direcciones a menos
que yo quiera fijarlo en algún punto- explico el auror.
—Os presento a nuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes
Oscuras —dijo animadamente Dumbledore, ante el silencio de la sala—: el
profesor Moody.
-Evidentemente.
-Por
todos los cielos Sirius, ya sabemos que tenías razón y que eso no ocurre muy
seguido, pero podrías dejarlo por la paz- le solicito Marlene
-Nunca-
respondió de inmediato el animago.
-En serio
tu nunca cambiaras.
-Pero aun
así te gusto- la rubia negó con la cabeza, pero fue evidente que aun así no
relego de dicha declaración.
Lo normal era que los nuevos profesores fueran recibidos con saludos y
aplausos, pero nadie aplaudió aquella vez, ni entre los profesores ni entre los
alumnos, a excepción de Hagrid y Dumbledore.
-Bueno,
tampoco podríamos decir que se tratara de un profesor común y corriente no es
así- comentó Gideon.
-Nadie
que lo viera pensaría que fuera un profesor, la verdad es que se ve muy
intimidante- agrego Fabián.
-Sin
mencionar la forma tan teatral en la que llego tan intempestivamente al gran
comedor- dijo Teddy- diría que fue una entrada digna para él- agrego ante el
asentimiento de varios de los presentes.
El sonido de las palmadas de ambos resonó tan tristemente en medio del
silencio que enseguida dejaron de aplaudir. Todos los demás parecían demasiado
impresionados por la extraña apariencia de Moody para hacer algo más que
mirarlo.
-Tendrán
mucho tiempo después para verlo de mucho más cerca- comento Ted- me pregunto
cómo dará sus clases.
-Yo
también me pregunto eso- apoyo Andrómeda- espero que sea un buen maestro- y en
verdad esperaba que lo fuera, pues ya había quedado claro que él terminaría
siendo el mentor de su querida hija.
—¿Moody? —le susurró Harry a Ron—. ¿Ojo loco Moody? ¿Al que tu padre ha ido a ayudar esta mañana?
-Fue
justo como lo dijo papá- salto Albus- no tenían que ver con ese incidente, pero
si se verían involucrados.
—Debe de ser él —dijo Ron, con voz asustada.
— ¿Qué le ha ocurrido? —Preguntó Hermione en voz muy baja—. ¿Qué le
pasó en la cara?
-La
guerra es lo que me ha ocurrido- respondió Alastor.
-Aunque
hay que señalar que no todos los aurores terminan tan lastimados como el-
comento Kingsley.
-Además
que las heridas no son solo gajes del oficio de lo aurores- comento Charlie- ya
ven al profesor de cuidado de criaturas mágicas que perdió varios miembros-
dijo hablando del antecesor de Hagrid.
-O las
quemaduras de cierto loco fanático de los dragones- agrego Bill.
—No lo sé —contestó Ron, observando a Moody con fascinación.
Moody parecía totalmente indiferente a aquella fría acogida.
-No lo
dudo- aseguro Alice- a Alastor nunca le ha importado lo que los demás piensen o
crean de él.
Haciendo caso omiso de la jarra de zumo de calabaza que tenía delante,
volvió a buscar en su capa de viaje, sacó una petaca y echó un largo trago de
su contenido.
La gran
mayoría pensaron que el que trajera su propia bebida tenía que ver con esa
misma paranoia de que su comida tuviera algo extraño, pero Harry y los que
conocían la historia suponían que se trataba de la poción multijugos.
Al levantar el brazo para beber, la capa se alzó unos centímetros del
suelo, y Harry vio, por debajo de la mesa, parte de una pata de palo que
terminaba en una garra.
-Valla,
espero que Kingsley tenga razón y papá no termine de la misma manera- comento
James “S”.
-Papá ya
ha tenido muchas misiones difíciles y está muy bien, no deberás de preocuparte
tanto- dijo Albus.
Dumbledore volvió a aclararse la garganta.
—Cómo iba diciendo —siguió, sonriendo a la multitud de estudiantes que
tenía delante, todos los cuales seguían con la mirada fija en Ojo loco Moody—,
tenemos el honor de ser la sede de un emocionante evento que tendrá lugar
durante los próximos meses, un evento que no se celebraba desde hacía más de un
siglo. Es un gran placer para mí informaros de que este curso tendrá lugar en
Hogwarts el Torneo de los tres magos.
Las
suposiciones habían sido confirmadas, en verdad que el torneo de los tres magos
volvería a realizarse en la época de los chicos.
-Es
fantástico- exclamo Sirius- aunque estoy un poco celoso de que esas cosas solo
pasen en su tiempo.
-Tuvimos
suerte en ciertos aspectos supongo- dijo Ron, aunque claro el que el torneo se
volviera a realizar no fue precisamente algo tan agradable para ellos.
— ¡Se está quedando con nosotros! —dijo Fred en voz alta.
Repentinamente se quebró la tensión que se había apoderado del Gran
Comedor desde la entrada de Moody. Casi todo el mundo se rió, y Dumbledore
también, como apreciando la intervención de Fred.
-Sin duda
fue un gran alivio que el gran comedor recuperara la alegría que tenían desde
el principio- comento Dumbledore evidentemente complacido.
—No me estoy quedando con nadie, señor Weasley —repuso—, aunque,
hablando de quedarse con la gente, este verano me han contado un chiste
buenísimo sobre un trol, una bruja y un leprechaun que entran en un bar...
Varios de
los presentes, en especial los bromistas, rieron un poco por el comentario del
director, prácticamente todos los de la primera y segunda generación estaban
muy complacidos de que Dumbledore fuera el director en sus tiempos, dudaban que
algún director pasado o futuro tuviera una actitud tan especial como él.
La profesora McGonagall se aclaró ruidosamente la garganta.
—Eh... bueno, quizá no sea éste el momento más apropiado... No, es
verdad —dijo Dumbledore
-Hay,
nosotros si queríamos saber cómo terminaba el chiste- exclamaron al unísono los
gemelos Prewet.
—. ¿Dónde estaba? ¡Ah, sí, el Torneo de los tres magos! Bien, algunos
de vosotros seguramente no sabéis qué es el Torneo de los tres magos, así que
espero que los que lo saben me perdonen por dar una breve explicación mientras
piensan en otra cosa.
»EI Torneo de los tres magos tuvo su origen hace unos setecientos
años, y fue creado como una competición amistosa entre las tres escuelas de
magia más importantes de Europa: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang.
-Tal vez
esa fuera su intención, pero he escuchado de mi padre que se generó una gran
rivalidad entre ellos- comento James- y después de tantos años no dudo que las
otras escuelas deseen ganar.
-No dudo
que algunos de ellos traten de hacer algo para obtener alguna ventaja- aseguro
alazor de inmediato, claro está que Fleur no se sintió cómoda con el
comentario, pero tampoco podía decir nada, pues su directora le conto acerca de
los dragones.
-Alastor
por favor- le dijo Dumbledore.
-Di lo
quieras Albus, pero estoy seguro de que será así- aseguro ojo loco, Harry se
sintió sorprendido pues fue similar a lo que el falso Mody le dijo, al parecer
si se tomó la molestia de aprender la forma de ser del verdadero Alastor.
Para representar a cada una de estas escuelas se elegía un campeón, y
los tres campeones participaban en tres pruebas mágicas. Las escuelas se
turnaban para ser la sede del Torneo, que tenía lugar cada cinco años, y se
consideraba un medio excelente de establecer lazos entre jóvenes magos y brujas
de diferentes nacionalidades...
-Y
algunos en verdad aprovecharon esa oportunidad de “establecer lazos” con otros
magos- comento Fred viendo al mayor de sus hermanos.
-O en
este caso con brujas de diferente nacionalidad, verdad hermanito- apoyo George.
-Pues
aunque lo digan en ese tono, fue una de las mejores cosas que podrían ocurrir-
aseguro Bill.
-Y no
cambiagía eso pog nada del mundo- apoyo Fleur apoyándose en el pecho del
pelirrojo, aun cuando no sabían la historia suponían que era lo que querían
decir
Hasta que el número de muertes creció tanto que decidieron interrumpir
la celebración del Torneo.
-Muertes-
repitió Lily entre sorprendida y asustada- ¿eso es cierto?- le pregunto a su
novio.
-Me temo
que si- respondió James- he escuchado de muchas pruebas muy peligrosas y además
no tiene un límite de edad establecido así que prácticamente todos tenían
posibilidad para participar y es que ser el ganador de dicho torneo se
consideraba como un grandioso honor.
-Entonces
permitían a menores de edad a que participarán en el torneo- exclamo Lily- como
es posible que permitieran eso.
-Las
normas originales el torneo se establecieron hace mucho tiempo atrás- exclamo
Dumbledore- era otra época y otra mentalidad, además que el cáliz es un
artefacto mágico muy poderoso y una vez que selecciona a un represente está
obligado a participar.
-Ya no
estoy muy segura de estar tan emocionada.
-Descuida
Lily- le dijo Remus- recuerda lo que dijo Molly cuando se despidió de los
chicos- varios ojos se posaron sobre el castaño- recuerda cambiaron lagunas
reglas para este torneo, y no creo que Dumbledore permita que le pase algo malo
a algún alumno de cualquier escuela.
-Sí, creo
que tienes razón Remus- dijo Lily ya más relajada y con una sonrisa, aunque eso
cambiara drásticamente cuando el nombre de Harry salga del cáliz.
— ¿El número de muertes? —susurró Hermione, algo asustada.
Pero la mayoría de los alumnos que había en el Gran Comedor no
parecían compartir aquel miedo: muchos de ellos cuchicheaban emocionados, y el
mismo Harry estaba más interesado en seguir oyendo detalles sobre el Torneo que
en preocuparse por unas muertes que habían ocurrido hacía más de cien años.
Harry
sonrió con cierta tristeza, ya que en esa reinauguración del torneo de los tres
magos lo hizo con la muerte de uno de sus compañeros y el inicio de una época
bastante oscura.
—En todo este tiempo ha habido varios intentos de volver a celebrar el
Torneo —prosiguió Dumbledore—,
ninguno de los cuales tuvo mucho éxito. Sin embargo, nuestros departamentos de
Cooperación Mágica Internacional y de Deportes y Juegos Mágicos han decidido
que éste es un buen momento para volver a intentarlo. Hemos trabajado a fondo
este verano para asegurarnos de que esta vez ningún campeón se encuentre en
peligro mortal.
-Aun así
no creo que las pruebas sean cosas fáciles- comento Dora- de seguro tendrán que
hacer muchas cosas y probarse de muchas maneras.
-no
deberán ser en su facultad para hacer hechizos, sino también para medir su
habilidad tanto física como mental, además de su carácter- apoyo Remus.
-pues sí,
supongo que sería algo parecido a el examen que les hiciste el año pasado-
agrego James viendo al oji miel- aunque mucho más difícil, pero será algo
divertido- termo el azabache.
»En octubre llegarán los directores de Beauxbatons y de Durmstrang con
su lista de candidatos, y la selección de los tres campeones tendrá lugar en
Halloween. Un juez imparcial decidirá qué estudiantes reúnen más méritos para
competir por la Copa de los tres magos, la gloria de su colegio y el premio en
metálico de mil galeones.
Regulus
era quien leía los sucesos de cosas que aún no pasaban, pero aun así a más de
uno de los presentes se sintió emocionado e incluso motivado a participar en
dicho torneo, claro está que era algo imposible para ellos.
-¿Un
juez?- dijo Lily con curiosidad.
-Sí, esa
es la función del cáliz- exclamo James- de alguna forma evaluar a los
estudiantes que se postulan y elige a uno para competir.
-Ha, ya
comprendo- salto la pelirroja.
-Eso es
cierto- acepto Harry- pero creo que acabas de adelantarte un poco en la
lectura- su padre sonrió con cierta disculpa.
-Pero
tampoco es como si fuera algo muy importante- agrego Hermione restándole
importancia.
— ¡Yo voy a intentarlo! —dijo entre dientes Fred Weasley, con la cara
iluminada de entusiasmo ante la perspectiva de semejante gloria y riqueza.
-¡Fred!-
le reclamo de inmediato Molly- como puedes pensar eso, sabes lo peligrosos que
podría ser eso.
-Pero ya
Dumbledore dijo que tomarían medidas para nadie saliera herido- se defendió
Fred- además estabas muy emocionada cuando nos despediste.
-Pero no
es lo mismo saber que verían el torneo a que participarían en él- respondió
Andrómeda- sería muy preocupante para cualquier madre.
No debía de ser el único que se estaba imaginando a sí mismo como
campeón de Hogwarts.
-Sin duda
usarían el dinero para la su tienda de bromas- comento James “S”
-Eso
tenlo por seguro sobrino- aseguro George
-Sí, pero
no creo que puedan participar con tanta facilidad en el toreo- aseguro Albus-
Dumbledore no los dejaría.
-Hay
hermanito, no seas tan pesimista- le reclamo James “S”.
En cada una de las mesas, Harry veía a estudiantes que miraban a
Dumbledore con expresión de arrebato, o que cuchicheaban con los vecinos
completamente emocionados.
-Ahora
comprendo lo que querías decir- comento Lily- creo que a muy pocos les interesa
lo de las muertes.
-Han
pasado mucho tiempo en paz, es lógico que lo más jóvenes no consigan capar la gravedad de las cosas que han
ocurrido en el pasado- agrego Dumbledore.
Pero Dumbledore volvió a hablar, y en el Gran Comedor se hizo otra vez
el silencio.
—Aunque me imagino que todos estaréis deseando llevaros la Copa del
Torneo de los tres magos —dijo—, los directores de los tres colegios
participantes, de común acuerdo con el Ministerio de Magia, hemos decidido
establecer una restricción de edad para los contendientes de este año. Sólo los
estudiantes que tengan la edad requerida (es decir, diecisiete años o más)
podrán proponerse a consideración.
-Bueno,
eso es algo relajante- comento Molly.
-Aunque
después de todo lo que les conto el director no creo que los jóvenes se tomen
bien la noticia- comento Ted.
-Pues sí,
muchos reclamamos ante tal noticia- aseguró Deán.
Ésta —Dumbledore levantó ligeramente la voz debido a que algunos
hacían ruidos de protesta en respuesta a sus últimas palabras, especialmente
los gemelos Weasley, que parecían de repente furiosos— es una medida que
estimamos necesaria dado que las tareas del Torneo serán difíciles y
peligrosas, por muchas precauciones que tomemos, y resulta muy improbable que
los alumnos de cursos inferiores a sexto y séptimo sean capaces de enfrentarse
a ellas.
El trio
sonrió con cierta complicidad mientras algunos compañeros pensaban que eso no
era precisamente cierto.
-Pero no
fue papá quien lo gano- comento por lo bajo Lily “L” recordando algunas de las
cosas que sus hermanos y primos habían averiguado y le han platicado.
-Sí, pero
no creo que debamos mencionarlo aun- le respondió Albus.
Me aseguraré personalmente de que ningún estudiante menor de esa edad
engañe a nuestro juez imparcial para convertirse en campeón de Hogwarts. —Sus
ojos de color azul claro brillaron especialmente cuando los guiñó hacia los
rostros de Fred y George, que mostraban una expresión de desafío
-En
verdad intentaran participar cierto- comento James “S”- y cómo fue que resulto.
-Bueno,
no conseguimos postularnos para ser seleccionados- comento George.
-Pero al
final fue algo, divertido- acepto Fred- pero ya verás lo que ocurrió.
—. Así pues, os ruego que no perdáis el tiempo presentándoos si no
habéis cumplido los diecisiete años.
-Aunque
lo diga eso no ocurrirá- dijo Neville- la verdad es que hubo varios que lo
intentaron.
-No lo
dudo- apoyo Frank- pero dudo que cualquiera de los estudiantes pueda engañar
cualquier método que utilice para impedir que participen.
-Sí,
sería lo más lógico pensar eso- aseguro Hermione viendo con burla a los
gemelos.
»Las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang llegarán en octubre y
permanecerán con nosotros la mayor parte del curso. Sé que todos trataréis a
nuestros huéspedes extranjeros con extremada cortesía mientras están con
nosotros, y que daréis vuestro apoyo al campeón de Hogwarts cuando sea elegido
o elegida.
-Siempre
que no sea de Slytherin- comento Sirius- dudo que la mayoría de los estudiantes
acepen a un campeón de esa casa.
-Es una
pena pero en esa ocasión creo que Sirius tiene razón- comento Marlene- la
enemistad entre nuestras propias casas pesaría demasiado.
-Lo cual
es una verdadera lástima- aseguro Dumbledore, nunca le gustado mucho esa
rivalidad entre casas, en especial la que sentían contra la casa de Slytherin.
Y ya se va haciendo tarde y sé lo importante que es para todos
vosotros estar despiertos y descansados para empezar las clases mañana por la
mañana. ¡Hora de dormir! ¡Andando!
-Irse a
dormir para comenzar la clases al día siguiente- comento James “S”- no es una
perspectiva muy agradable.
-Comparto
tu punto de vista joven Potter- apoyo Sirius.
-Ustedes
son unos holgazanes- les acuso Marlene.
-Eso no
es cierto- rebatió Sirius- recuerda que nosotros estábamos muy activos por las
noches.
-Merodeando
el castillo, no en otro tipo de actividades- agrego James viendo a su novia.
-Si, como
si fuera a creerte eso- le dijo la Lily medio en reprimenda con media sonrisa
en el rostro.
-Pero no
tienes que molestarte por eso pelirroja- aseguro Sirius- ahora es contigo con
quien pasa las noches, me sorprende que no tengan más hijos.
-¡¡Sirius!!-
le reprendió Lily, ese comentario ya estaba fuera de lugar.
Dumbledore volvió a sentarse y siguió hablando con Ojo loco Moody. Los
estudiantes hicieron mucho ruido al ponerse en pie y dirigirse hacia la doble
puerta del vestíbulo.
-De
seguro que tiene muchas cosas de que hablar con el- aseguro Frank.
-Sobre
todo para enseñarle las normas que debe de seguir como profesor- agrego Alice.
— ¡No pueden hacer eso! —protestó George Weasley, que no se había
unido a la multitud que avanzaba hacia la salida sino que se había quedado
quieto, de pie y mirando a Dumbledore—. Nosotros cumpliremos los diecisiete en
abril: ¿por qué no podemos tener una oportunidad?
-Porque
no están lo suficientemente preparados- aseguro Molly.
-Pero no
somos unos inútiles- aseguro George- tenemos mucho talento
-Pero
todo ese talento lo enfocan en esas bromas- aseguro Hermione- son muy buenas
pero no podrían pasar las pruebas con uno de sus caramelos salta clases.
-¿Caramelos
salta clases?- repitieron los gemelos Prewet.
-Ya lo
verán, en los siguientes libros aparecerán mucho al respecto- aseguro Fred.
-Tal vez
más de lo piensan- termino Ron recordando que usaron algunas de sus bromas
cuando irrumpieron en el ministerio.
—No me van a impedir que entre —aseguró Fred con testarudez, mirando a
la mesa de profesores con el entrecejo fruncido—. Los campeones tendrán que
hacer un montón de cosas que en condiciones normales nunca nos permitirían. ¡Y
hay mil galeones de premio!
-Bueno en
eso tenía razón- comento Neville- las pruebas requerían hacer muchas cosas que
practicante nadie ha hecho en su vida- agrego viendo a Harry, pelear con
monstruos, explorar en lugares peligrosos y superar obstáculos como esos, la
verdad es que él tenía más practica en todos esos asuntos que la mayoría de los
magos y más aún, de cualquier estudiante.
—Sí —asintió Ron, con expresión soñadora—. Sí, mil galeones...
-El
dinero no es todo hermanito- le dijo Bill- deberías de preocuparte menos por la
falta de dinero.
-en
especial si tienes que meterte en una situación tan riesgosa como esa- apoyo
Charlie.
-Si lo
sé- exclamo Ron- pero si a esas vamos ustedes dos tiene muchas situaciones
riesgosas en sus propios trabajos o no- los dos pelirrojos mayores se vieron
entre ellos sin saber cómo responder.
-es
relajante que en ocasiones en verdad puedas utilizar el celebro hermanito- le
¿alabo? George a su hermano por su respuesta.
—Vamos —dijo Hermione—, si no nos movemos nos vamos a quedar aquí
solos.
Harry, Ron, Hermione, Fred y George salieron por el vestíbulo; los
gemelos iban hablando de lo que Dumbledore podía hacer para impedir que
participaran en el Torneo los menores de diecisiete años.
-Será
algún hechizo bastante fuerte- comento Alice- posiblemente algo para que no
puedan acerarse al cáliz a menos que sean mayores de edad.
-Además
que debe de detectar la utilización de pócimas envejecedoras- agrego Lily-
supongo que utilizaran algo como eso- agrego viendo a los gemelos que sonreían
divertidos.
— ¿Quién es ese juez imparcial que va a decidir quiénes serán los
campeones? —preguntó Harry.
—No lo sé —respondió Fred—, pero es a él a quien tenemos que engañar.
Supongo que un par de gotas de poción envejecedora podrían bastar, George...
-Es
impresionante que no pensaran que Dumbledore ya había contemplado esa
posibilidad- comento Rose.
—Pero Dumbledore sabe que no tienes la edad —dijo Ron.
—Ya, pero él no es el que decide quién será el campeón, ¿no? —dijo
Fred astutamente—. Me da la impresión de que cuando ese juez sepa quién quiere
participar escogerá al mejor de cada colegio y no le importará mucho la edad.
Dumbledore pretende que no lleguemos a presentarnos.
-Piensan
que se trata de una persona quien decide quien participa verdad- comento James
ante el asentimiento de casi todos.
-No
supimos del cáliz hasta que llegaron los de
Beauxbatons y Durmstrang- respondió Harry- y después de lo vimos estos
pensaron que sería mucho más fácil de lo que habían pensado
-Claramente
se equivocaron- agrego Hermione.
— ¡Pero ha habido muertos! —señaló Hermione con voz preocupada
mientras atravesaban una puerta oculta tras un tapiz y comenzaban a subir otra
escalera más estrecha.
—Sí —admitió Fred, sin darle importancia—, pero eso fue hace años,
¿no?
-Me
parece que se están tomando todo el tema muy a la ligera- comento Andrómeda- el
que eso haya pasado hace años no quiere decir sea algo seguro.
-En eso
es verdad- apoyo Ted- además aunque no haya peligro mortal eso no quiere decir
que puedan recibir algún daño.
Además, ¿es que puede haber diversión sin un poco de riesgo? ¡Eh,
Ron!, y si averiguamos cómo engañar a Dumbledore, ¿no te gustaría participar?
-Por
suerte no lo hice o hubiera terminado como ustedes- aseguro Ron con una sonrisa
recordando las barbas que le salieron a sus hermanos.
— ¿Qué te parece? —Le preguntó Ron a Harry—. Estaría bien participar,
¿no? Pero supongo que elegirán a alguien mayor... No sé si estamos
preparados...
-No dudo
que sería una experiencia única, y más si llegaban a ganar- comento James- pero
la verdad no creo que estén lo suficientemente preparados, y lo mejor sería que
fueran solo espectadores.
-¿En
serio?- dijo Lily con cierta impresión.
-Claro
que si- respondió James- o caso piensas que apoyaría que participarán.
-Bueno,
cualquiera que te conozca pensaría que esa seria tu primera reacción- se
defendió la chica.
-La pelirroja
tiene razón, hasta yo me sorprendí de que dijeras eso- comento Sirius.
-Pues ya
ven que no, si Harry fuera mayor y nos hubiera tenido para enseñarle cosas
sería una historia diferente, pero en esas circunstancias no parece buena idea-
se explicó el azabache ante la mirada tierna de su novia que lo termino
abrazando y dándole un dulce beso en la mejilla.
—Yo, desde luego, no lo estoy —dijo desde detrás de Fred y George la
voz triste de Neville—. Supongo que a mi abuela le gustaría que lo intentara.
Siempre me dice que debería mantener alto el honor de la familia.
-Esa
madre mía- exclamo Frank con evidente molestia- en verdad tendré un par de
cosas con ella cuando regresemos.
-Bastara
con que se cuiden y todo estará bien- aseguro Neville, y era cierto, si sus
padres estaban bien no habría necesidad de ser criado por su abuela y tener que
soportar tales excentricidades, pero obviamente solo los padres del chico y
aquellos que conocían su situación comprendieron sus palabras.
Tendré que... ¡Ay!
-¿Que
paso?- pregunto Alice.
-Nada,
fue solo ese maldito escalón- respondió el joven.
Neville acababa de hundir un pie en un peldaño a mitad de la escalera.
En Hogwarts había muchos escalones falsos como aquél.
-Yo
siempre me he preguntado porque existen esos escalones y porque no han
intentado algo para repararlos o reemplazarlos- comento Remus.
-Yo lo
apoyo- aseguro Dora- yo sufrí mucho por esos malditos escalones.
-Pues
claro, aun sin esos escalones estabas casi todo el tiempo en la enfermería por
tu torpeza- se burló Charlie, Molly vio con cierta reprimenda a su hijo, pero
el que reclamo fue otra persona.
-Lunático
defiende a tu mujer
-¡Sirius
cállate!- le rebatió Remus- y Charlie, no creo que esos comentarios vengan al
caso- agrego con una voz más agradable pero con firmeza.
-Bien
lunático, yo esperaba que gritaras o que soltaras algún golpe, pero al menos
defendiste lo que es tuyo.
-En
verdad no te puedes contener verdad animal- para toda respuesta el oji gris le
sonrió divertido a su amigo.
Para la mayor parte de los estudiantes que llevaban cierto tiempo en
Hogwarts, saltar aquellos escalones especiales se había convertido en un acto
inconsciente
-Eso es
verdad, por lo general son los estudiantes de los primeros cursos los que
terminan atorados- aseguro Teddy
-Aunque
en ocasiones también les pasa a los demás- comento Victoire- como le paso a
Teddy- el metamorfomago vio a la joven sin entender que pretendía con relatar
esa historia- se quedó atorado y hasta se lastimo el pie, pero estaba más preocupado
porque estaba llegando tarde a su siguiente clase.
-Igual de
torpe que Dora y tan obsesivo para las clases como Remus- Exclamo James- no se
podría esperar menos de su querido hijo.
-James
por favor- le solicito el oji miel- en serio con ustedes no se puede- agrego
mientras Dora le sobaba la espalda al joven para reconfortarlo.
Pero la memoria de Neville era nefasta. Entre Harry y Ron lo agarraron
por las axilas y le liberaron el pie, mientras una armadura que había al final
de la escalera se reía con un tintineo de sus piezas de metal.
-Esa fue
una gran descortesía de su pare- comento Rose.
-Debieron
de haberlo pateado o tirarlo por las escaleras para desquitarse- propuso James
“S”.
-Entonces
los habrían castigado por eso- aseguro Albus- tu que pasas tanto tiempo
castigado deberías de saber que así terminarían las cosas.
-La
verdad yo siempre he pensado que el nunca piensas más allá de las cosas que
hace en el momento, y que por eso siempre está castigado- aseguro Scorpius.
-Pues esa
sería una buena teoría- agregó Rose.
-Sí, ya
sabía que lo apoyarías- aseguro James “S”
— ¡Cállate! —le dijo Ron, bajándole la visera al pasar.
Fueron hasta la entrada de la torre de Gryffindor, que estaba oculta
tras el enorme retrato de una señora gorda con un vestido de seda rosa.
— ¿La contraseña? —preguntó cuándo los vio aproximarse.
—« ¡Tonterías!» —Respondió George—. Es lo que me ha dicho abajo un
prefecto.
Regulus
fue leyendo como entraron a la sala común, de cómo Hermione se despidió de
ellos después de murmurar esclavitud al ver el juego encendido, y de cómo los
chicos subieron a su propia habitación donde sus compañeros ya estaban en la
cama y que habían puestos unos poster de sus equipos de quidditch.
—Está pirado —comentó Ron suspirando y moviendo la cabeza de lado a
lado ante los futbolistas de papel.
Harry, Ron y Neville se pusieron el pijama y se metieron en la cama.
Alguien (un elfo doméstico, sin duda) había colocado calentadores entre las
sábanas. Era muy placentero estar allí, en la cama, y escuchar la tormenta que
azotaba fuera.
-Me
imagino como debe de encontrarse Hermione en ese momento- comento Marlene.
-No fue
la noche más cómoda del mundo para serte franca- acepto la castaña- estuve
pensando en todo esas cosas durante la noche.
—Podría presentarme —dijo Ron en la oscuridad, medio dormido—, si Fred
y George descubren cómo hacerlo... El Torneo... nunca se sabe, ¿verdad?
—Supongo que no... —Harry se dio la vuelta en la cama y una serie de
nuevas imágenes deslumbrantes se le formaron en la mente: engañaba a aquel juez
imparcial y le hacía creer que tenía diecisiete años... Lo elegían campeón de
Hogwarts...
Los
jóvenes de su generación sonrieron, no todos sabían bien las circunstancias de
lo ocurrido, pero todos sabían que al final si fue uno de los campeones en ese
torneo.
Se hallaba en el campo, con los brazos alzados delante de todo el
colegio, y sus compañeros lo ovacionaban...
Severus
soltó un resoplido, esa era justa la actitud que esperaría de un Potter, en
esta ocasión James no relamo nada al respeto, pero no hacía falta, hasta Snape
sabía que los momento en que actuaba y pensaba como lo hacía su padre era muy
pocas.
Acababa de ganar el Torneo de los tres magos, y de entre la borrosa
multitud se destacaba claramente el rostro de Cho, resplandeciente de
admiración...
-Auch- se
escuchó el quejido de Harry cuando su novia le dio con el codo en las
costillas.
-¿Qué
paso hijo?- le pregunto James.
-Nada
papá- respondió el azabache- pero creo que cambiare de lugar en ciertos capítulos-
agrego penando específicamente en aquella cita que tuvo con Cho.
Harry sonrió a la almohada, contento de que Ron no pudiera ver lo que
él veía.
-Era algo
muy similar a lo que yo veía en mi cabeza- acepto Ron.
-Bien es
el final del capítulo- informo Regulus dejando el libro sobre la mesa- y no lo
volveré a hacer.
-Hay
vamos Regulus, no sea tan aguafiestas- exclamo Sirius- si no es algo tan malo
-Pues si
eso crees entonces ponte a leer tu otra vez- exclamo el chico arrojándole el
libro con su varita.
-Eh
bueno- dijo el animago después de que el libro callera justo en frente de él.
-Tal vez
así no andes tan hablador- le dijo Marlene tomado el libro- yo leeré el
siguiente.
-Mi
heroína- exclamo Sirius abrazando a la rubia.
-Ya
basta- le dijo solándose, aun cuando le hubiera agradado estar así por un rato
más.
Me
tarde un poco más de lo previsto, pero aquí esta, espero que lo disfruten.
Ahhh por finn lo estaba esperando con entusiasmo el capitulo :D no importa que tardaras lo importante es que publicaras ya que la mayoria lo dejan abandonado sin explicaciones.
ResponderEliminarMe gusto mucho mucho el capitulo y estoy impaciente por leer la parte en que Harry es elegido para el torneo ya que quiero ver las reaciones de sus padres. Sigue asi y no lo abandones me entristeceria mucho
Pues que puedo decir, ya no tengo tanto tiempo para escribir, aun así te agradezco que sigas la historia y estoy pensando mucho en como reaccionaran ante la selección de Harry.
EliminarCréeme que no quiero abandonar la historia.
Ya actualizo.
Siiiiiiii al fin subiste otro capitulo no sabes como los extrañaaba he estdo muy estresada x la u y revisaba el blog a cd rato para ver si ya habias actualizadoo
ResponderEliminarOjala te haya ayudado a relajarte, ya subiré otro capítulo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMe encanta!! Todavía no se aclara lo de sirius pero bueno... Hablando de sirius¿ cuando harás que el y marlene sean novios? Ya quiero ver la reaccion de todos al saber que harry participa en el torneo :) Como siempre merece la pena esperar si los capítulos son así.
ResponderEliminarQué bueno que te guste.
EliminarTodo se aclara en su momento, y en cuanto a Sirius y Marlene ya aparecerá en algunos capítulos más, así como la reacción de los presentes ante la participación de Harry.
Ya actualizo.
Que emoción!! ya quiero que lleguen a la parte en donde Harry es escogido y ver la reacción de todos. No importa si tardas en actualizar, el chiste es que no abandones la historia. Ojala subas pronto el próximo capítulo y gracias por seguir incluyendo intervenciones de Sirius molestando a Remus con lo de Tonks.
ResponderEliminarNos leemos luego.
Jeje, si, ya todos queremos que llegue esa parte.
EliminarLamento haberme tardado tanto pero no he podido ponerme a escribir como me gustaría. No creo que Sirius deje en paz a Remus con el tema, por lo tanto, seguirán apareciendo en cierta medida.
Tengo en el navegador de mi celular permanentemente abierta esta página y la actualizo por lo menos tres veces cada martes! Jajaja. Re emoción!
ResponderEliminarJaja, en serio, bueno, lamento que las últimas semanas no haya habido cambios, pero ya subo el siguiente capítulo.
EliminarMe alegro que lo hayas continuado, de verda me gusta tu fic. Lo sigo desde hace bastante tiempo. Me encanta re leer los libros junto con los comentarios de los demás personajes. Espero que lo continúes pronto. Besos y abrazos
ResponderEliminarGracias por seguir mis locuras dese hace tiempo, y perdón por la tardanza, pero ya subiré el siguiente capitulo.
EliminarPorfavor deseo todo el tiempo que cuando vuelva a recargar la pag este un capitulo nuevo... se que seguro estas ocupada pero te lo pido no dejes el fic
ResponderEliminarCréeme que lo último que quiero es dejar el fic, pero he encontrado muy poco tiempo para escribir entre todas las cosas que tengo que hacer, y tampoco quisiera sacar un nuevo capítulo muy al aventón.
EliminarSiento no poder prometer que actualizare pronto, pero por lo pronto aquí les dejare otro capítulo.
Ya a pasado un mes :(
ResponderEliminarSi lo sé, ya actualizo.
EliminarWOOOOOOOO VOLVISTESSSSS, VOLVIO, SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII me alegra tanto haber revisado si actualizabas ya extrañaba esto, pero mejor tarde que nunca :D
ResponderEliminarAmeeee el cap siempre muero de la risa con sirius casi despierto a mi familia (son las 2:16am aqui) presiento que me voy a reir muchicimi en este libro
No comento mas por que me estoy muriendo de sueño do me voy a dormir
Pregunta ¿vas a volver a actualizar perioficamente o cuando puedas? No importa cuando actualizes ya sabes que igual lo voy a leer
Me alegra recibir tu comentario.
EliminarQué bueno que te gustara y te divirtiera, aunque tal vez no deberías de leerlo tan tarde jeje.
Pues sí, ya deberías de estar dormida en ese momento jeje.
Lamentablemente no me he acomodado con mis tiempos para poder actualizar de forma periódica como me gustaría, procurare no tardarme tanto, es lo único que puedo prometer.
Ya actualizo.