martes, 4 de noviembre de 2014

Capítulo 41.- El error de tía Marge.


A pesar de lo mucho que le agradaba escuchar el parecido que tenía con su padre de tan primera mano, decidió ignorar el comentario, la verdad es que no quería forzar nada entre sus padres, quería que todo en ellos se desarrollara naturalmente, era una de las razones por las que no estaba seguro de ir. Dejando todo eso a un lado abrió el libro y se situó en el capítulo dos.

-Muy bien- hablo con voz firma- el título es “El error de tía Marge”- en cuanto termino de leer se escucharon un par de risas de parte de Ron y los gemelos Weasley, otra menos potente de parte de Ginny y una mirada represiva de parte de Hermione.

-¿Marge?- repitió Lily confunda- me parece  que haber escuchado ese nombre antes, pero no recuerdo…

-No crees que sea pariente de esa morsa sin colmillos- aventuro Remus haciendo conclusiones

-En ese caso será un asco de persona sin duda- espeto Sirius.

Cuando Harry bajó a desayunar a la mañana siguiente, se encontró a los tres Dursley ya sentados a la mesa de la cocina. Veían la televisión en un aparato nuevo, un regalo que le habían hecho a Dudley al volver a casa después de terminar el curso.

-Porque es una verdadera fortuna que ese gordo lograra terminar un curso de estudio- aseguró Gideon.

-Su intelecto debe ser igual a los de esos idiotas de Crabbe y Goyle- agrego Fabián.

Porque se había quejado a gritos del largo camino que tenía que recorrer desde el frigorífico a la tele de la salita. Dudley se había pasado la mayor parte del verano en la cocina, con los ojos de cerdito fijos en la pantalla y sus cinco papadas temblando mientras engullía sin parar.

-Cielos, en verdad que el tío Dudley, bueno, no podría decir algo sin que me castiguen- exclamo Lily “L” produciendo un par de risas.

-Es bueno que seas tan educada- le digo Ginny en tono afable- pero no es malo nombrar las cosas por lo que son.

-¡Ginebra!- le reclamo Molly.

-Pero eso es cierto mamá- se defendió la chica ante la sonrisa divertida de sus tres hijos.

Harry se sentó entre Dudley y tío Vernon, un hombre corpulento, robusto, que tenía el cuello corto y un enorme bigote. Lejos de desearle a Harry un feliz cumpleaños, ninguno de los Dursley dio muestra alguna de haberse percatado de que Harry acababa de entrar en la cocina, pero él estaba demasiado acostumbrado para ofenderse.

Tanto los padres, amigos, hijos del azabache, así como algunos profesores se molestaron por ese párrafo, detestaban la forma de ser de esas personas y la poca importancia que el joven Potter le daba a todo eso, que lo vieron como algo común y corriente.

Se sirvió una tostada y miró al presentador de televisión, que informaba sobre un recluso fugado.

«Tenemos que advertir a los telespectadores de que Black va armado y es muy peligroso.

Todos agudizaron los oídos en ese momento.

Se ha puesto a disposición del público un teléfono con línea directa para que cualquiera que lo vea pueda denunciarlo

-¿Black?- repitió Marlene- están hablando de ti o será algún pariente tuyo- indago la rubia.

-Ni idea- respondió con sinceridad.

-Eso es extraño, alguna relación debe de tener de otra forma no lo mencionarían en el libro- comento Dora.

—No hace falta que nos digan que no es un buen tipo —resopló tío Vernon echando un vistazo al fugitivo por encima del periódico—. ¡Fijaos qué pinta, vago asqueroso! ¡Fijaos qué pelo!

-Pues si se trata de mi más le vale que cuide su boca, o si no será una venganza personal y eso si le dolerá- agrego con cierto tono sombrío- decir semejante blasfemia de mi porte y gala…

-Ya cállate- le dijo Marlene tapándole la boca- alguna vez se le bajo el ego a este tonto.

-No, lo siento pero creo que no- le respondió Harry un tanto divertido.

-Hay por Merlín- se lamentó la rubia.

Lanzó una mirada de asco hacia donde estaba Harry, cuyo pelo desordenado había sido motivo de muchos enfados de tío Vernon.

-Hey- reclamaron los dos James quienes consideraban ese cabello uno de sus mejores atributos.

-Pues a mí me gusta mucho- acepto Ginny, y aunque no lo diera abiertamente Lily opinaba lo mismo.

Sin embargo, comparado con el hombre de la televisión, cuya cara demacrada aparecía circundada por una revuelta cabellera que le llegaba hasta los codos, Harry parecía muy bien arreglado.

El trio no pudo evitar recordad la primera vez que vieron a Sirius de frente, la verdad que su aspecto si era de alguien peligroso, era tan diferente al joven que se encontraba frente a ellos en ese momento.

Volvió a aparecer el presentador.

«El ministro de Agricultura y Pesca anunciará hoy.

-Eso fue todo, no dieron mucha información realmente- comento Ted.

-Si la suposición de Dora es cierta es posible que se trate de alguien del mundo mágico, en tal caso no pueden dar detalles de él- razono Andrómeda preocupada por su primo.

— ¡Un momento! —Ladró tío Vernon, mirando furioso al presentador—. ¡No nos has dicho de dónde se ha escapado ese enfermo! ¿Qué podemos hacer? ¡Ese lunático podría estar acercándose ahora mismo por la calle!

-Pues, si paso algo como eso- les dijo por lo bajo Harry a sus amigos recordado la noche que escapó de la casa.

Tía Petunia, que era huesuda y tenía cara de caballo, se dio la vuelta y escudriñó atentamente por la ventana de la cocina. Harry sabía que a tía Petunia le habría encantado llamar a aquel teléfono directo. Era la mujer más entrometida del mundo, y pasaba la mayor parte del tiempo espiando a sus vecinos, que eran aburridísimos y muy respetuosos con las normas.

-Hay Tuney- exclamo Lily- ¿cómo fue posible que terminaras siendo tan…?

-Tranquila cariño, deja de preocuparte por eso- le hablo James consoladoramente- sé que es tu hermana pero ella eligió ser así- agrego mientras ella negaba con la cabeza.

-Aun así, en ese momento es Harry el que debe soportar esa actitud- razono Remus.

— ¡Cuándo aprenderán —dijo tío Vernon, golpeando la mesa con su puño grande y amoratado— que la horca es la única manera de tratar a esa gente!

-Que no espere un castigo que no recibiría el mismo- espeto con molestia Frank.

-En especial con tanto que castigos que nos debe hasta ahora- agrego Alice observando a los merodeadores, ellos sin duda le darían un fuerte escarmiento a ese.

—Muy cierto —dijo tía Petunia, que seguía espiando las judías verdes del vecino.

-No, tal para cual- ironizo Fabián- con todo respeto pelirroja, pero esa hermana tuya es una…

-Fabián- le detuvo Molly, aun cuando fuera cierto no tenía que hablar así tan a la ligera.

-Pero incluso la pelirroja lo sabe- salió a la defensiva Gideon- incluso ella debió haber deseado hacerle algo por tratar así a su hijo. La aludida por su parte bajo la vista porque era cierto.

Tío Vernon apuró la taza de té, miró el reloj y añadió:

—Tengo que marcharme. El tren de Marge llega a las diez.

-Eso quiere decir que estaban en lo correcto- apunto Teddy- esa mujer es pariente de ese tipo.

Harry, cuya cabeza seguía en la habitación con el equipo de mantenimiento de escobas voladoras, volvió de golpe a la realidad.

— ¿Tía Marge? —barbotó—. No... No vendrá aquí, ¿verdad?

Teddy fue relatando acerca de la hermana de Vernon, desde que obligaba a Harry a decirle tía hasta que pocas veces iba a visitarlos.

Pero sus visitas habían quedado vívidamente grabadas en la mente de Harry.

En la fiesta que celebró Dudley al cumplir cinco años, tía Marge golpeó a Harry en las espinillas con el bastón para impedir que ganara a Dudley en el juego de las estatuas musicales.

-¡¿Que esa maldita hizo que?!- increpo Lily con la furia llameando de sus ojos verdes- ya vera cuando la tenga enfrente- agrego con malignidad.

Mientras tanto Sirius volvía a sacar el ya extenso pergamino donde estaban escribiendo los castigos que tenían pendientes por hacer, en esta ocasión agregando a esa tal Marge.

Unos años después, por Navidad, apareció con un robot automático para Dudley y una caja de galletas de perro para Harry.

-¡Es una desgraciada!- espeto esta vez Molly- solo por esta vez les dejare la rienda suelta a ustedes entiendes- les dijo a sus hermanos e hijos gemelos que se sorprendieron mucho pero que de forma solamente le prometieron hacer su mejor esfuerzo.

En su última visita, el año anterior a su ingreso en Hogwarts, Harry le había pisado una pata sin querer a su perro favorito. Ripper persiguió a Harry, obligándole a salir al jardín y a subirse a un árbol, y tía Marge no había querido llamar al perro hasta pasada la medianoche.

Ya no hubo más exclamaciones pero el odia recorrió el cuerpo de más de algún oyente, conocieran o no al azabache.

El recuerdo de aquel incidente todavía hacía llorar a Dudley de la risa.

-¡Qué familia tan maldita!- increpo Albus “S”- nunca imagine que tu tuvieras que soportar a ese tipo de bestias- agrego viendo a su padre.

-No me gustan estas partes de la historia- acepto la pequeña Lily “L” quien fue abrazada por su abuela que se encontraba más cerca.

-Descuida Lis, aquí entre los abuelos y yo estamos preparando algo- dijo James “S” que estaba participando en la redacción del pergamino.

—Marge pasará aquí una semana —gruñó tío Vernon—. Y ya que hablamos de esto —y señaló a Harry con un dedo amenazador—, quiero dejar claras algunas cosas antes de ir a recogerla.

Dudley sonrió y apartó la vista de la tele. Su entretenimiento favorito era contemplar a Harry cuando tío Vernon lo reprendía.

Los jóvenes del futuro no podían creer que ese Dudley fue el que alguna vez fue a visitarlos para navidad, la verdad existía demasiada diferencia entre ellos dos.

—Primero —gruñó tío Vernon—, usarás un lenguaje educado cuando te dirijas a tía Marge.

—De acuerdo —contestó Harry con resentimiento—, si ella lo usa también conmigo.

-Insolente- espeto de inmediato Severus.

-Ya quisiera verte en esa situación- le rebatió de inmediato James.

-A pesar de eso, ya está demostrando en algo la actitud de James- agrego Remus.

-Y también un poco de la pelirroja, no olvides como se ponía cuando James la invitaba a salir- agrego Sirius, y muy a su pesar los dos aludidos debían aceptar que era cierto.

—Segundo —prosiguió el tío Vernon, como si no hubiera oído la puntualización de Harry—: como Marge no sabe nada de tu anormalidad, no quiero ninguna exhibición extraña mientras esté aquí. Compórtate, ¿entendido?

-Aunque quisiera no puede- aseguro Hermione- al menos no que lo haga de forma consiente- agrego viendo con cierta acusación a Harry.

-Ya Hermione, ¿hasta cuándo me estarás reclamando eso?- le pregunto cansinamente el azabache.

-Pues si nos cuentas tal vez nosotros te podríamos decir- le aseguro Albus lleno de curiosidad.

—Me comportaré si ella se comporta —contestó Harry apretando los dientes.

-Sip toda la actitud de sus padres sin duda- comento Sirius.

-Ya cállate- le reclamo Lily.

-Pero ¿por qué te molestas pelirroja?- indago-  creí que te gustaría saber lo mucho que su hijo se parece a ustedes no- ante eso ya no hubo replica.

—Y tercero —siguió tío Vernon, casi cerrando los ojos pequeños y mezquinos, en medio de su rostro colorado—: le hemos dicho a Marge que acudes al Centro de Seguridad San Bruto para Delincuentes Juveniles Incurables.

— ¿Qué? —gritó Harry.

-¡¿Qué?!- gritaron varios al mismo tiempo en que lo leían.

-Eso es una felonía- increpo la profesora McGonagall- un colegio tan importante y con tanta tradición como este tratado como un…

-Tranquilízate Minerva- le hablo el profesor Dumbledore quien también se sintió ofendido- para nadie es de agrado la actitud de esas personas, pero no vale la pena molestarnos por eso ahora- y con una mueca le indico a Teddy que continuara.

—Y eso es lo que dirás tú también, si no quieres tener problemas —soltó tío Vernon.

Harry permaneció sentado en su sitio, con la cara blanca de ira, mirando a tío Vernon, casi incapaz de creer lo que oía. Que tía Marge se presentase para pasar toda una semana era el peor regalo de cumpleaños que los Dursley le habían hecho nunca, incluido el par de calcetines viejos de tío Vernon.

-Estúpidos malnacidos,- increpo por lo bajo James apretando los puños, el siempre tuvo una fiestas grandiosas de cumpleaños, y que su hijo tuviera que soportar eso lo llenaba de rabia, no importa que tuviera que hacer pero por lo menos se aseguraría que Lily y Harry sobrevivan a toda esa guerra.

—Bueno, Petunia —dijo tío Vernon, levantándose con dificultad—, me marcho a la estación. ¿Quieres venir; Dudders?

-Si por supuesto, claro que va a ir- ironizo Fred.

-Solo denle media hora para levantar su inmenso cuerpo de ballena- continuo George en el mismo tono.

-Eso si puede levantarse- termino Fred.

—No —respondió Dudley, que había vuelto a fijarse en la tele en cuanto tío Vernon acabó de reprender a Harry

-Estúpido- dijeron varios susurros a la vez.

—Duddy tiene que ponerse elegante para recibir a su tía —dijo tía Petunia alisando el espeso pelo rubio de Dudley—. Mamá le ha comprado una preciosa pajarita nueva.

-Y una hermosa manzana roja para su boca, eso le dará el toque final- agrego Gideon.

Tío Vernon dio a Dudley una palmadita en su hombro porcino.

Una sonrisa malvada aprecio en los rostros de los bromistas.

—Vuelvo enseguida —dijo, y salió de la cocina. Harry, que había quedado en una especie de trance causado por el terror; tuvo de repente una idea. Dejó la tostada, se puso de pie rápidamente y siguió a tío Vernon hasta la puerta.

-¿Qué?, acaso pretendías ir con esa bestia a recoger a esa maldita arpía- exclamo sorprendido Sirius.

-Claro que no, solo escucha lo que sigue a continuación- le dijo el azabache.

Tío Vernon se ponía la chaqueta que usaba para conducir:

—No te voy a llevar —gruñó, volviéndose hacia Harry; que lo estaba mirando.

-Si como no, solo ese estúpido estaría feliz de ir por esa arpía- espeto Gideon.

—Como si yo quisiera ir —repuso Harry—. Quiero pedirte algo. —Tío Vernon lo miró con suspicacia—. A los de tercero, en Hog... en mi colegio, a veces los dejan ir al pueblo.

-Intentaras obtener la autorización en ese momento- se impresiono Ted- no sé si será la mejor o la peor hora para hacerlo.

-Todo dependerá de cómo tome el tema- aseguro Alastor con un poco de interés.

— ¿Y qué? —le soltó tío Vernon, cogiendo las llaves de un gancho que había junto a la puerta.

-¿Cómo qué y qué?, acaso toda esa grasa ya ni siquiera lo deja pensar con lógica- espeto de inmediato Sirius.

—Necesito que me firmes la autorización —dijo Harry apresuradamente.

— ¿Y por qué habría de hacerlo? —preguntó tío Vernon con desdén.

-Porque si no conocerías a unas personas muy buenas que pueden hacerte cosas muy malas- aseguro James de inmediato.

-Y por cómo va la cuenta seria el equivalente a un pequeño ejército- agrego Remus suponiendo que no solo serían ellos tres, sin duda Lily y los dos pares de gemelos se unirían a la causa, y quien sabe cuántos más se propondrían a dicha cruzada.

—Bueno —repuso Harry, eligiendo cuidadosamente las palabras—, será difícil simular ante tía Marge que voy a ese Centro... ¿cómo se llamaba?

Fred y George sonrieron divertidos entendiendo cual sería la táctica de Harry, después le siguieron los merodeares su hijo y los gemelos Prewett.

-Es una estrategia un poco arriesgada- comento Astoria- deberá de ser muy cuidadoso para que no le hagan nada.

-Pues por su bien más le vale que no le pase nada a mi hijo- aseguro con firmeza Lily.

— ¡Centro de Seguridad San Bruto para Delincuentes Juveniles Incurables!           —bramó tío Vernon.

Y a Harry le encantó percibir una nota de terror en la voz de tío Vernon.

-Esa es una buena señal cuñado- aseguro Fred- ahora solo tienes que presionar un poco para conseguirlo.

-Pero que no sea demasiado- agrego George- cuantas veces terminamos castigados por no saber cuándo detenernos.

—Ajá —dijo Harry mirando a tío Vernon a la cara, tranquilo

Esa tranquilidad que mostraba le fue de agrado a muchos, en partículas a sus padres y a Alastor.

—Es demasiado largo para recordarlo. Tendré que decirlo de manera convincente, ¿no? ¿Qué pasaría si me equivocara?

—Te lo haría recordar a golpes —rugió tío Vernon, abalanzándose contra Harry con el puño en alto.

-Que ni siquiera se atreva- espeto James lleno de rabia.

-Además eso no servirá de nada- espeto Lily igual de molesta- si Harry habla nada podrá hacer olvidar lo que diga.

Pero Harry no retrocedió.

-Eso papá, plántale cara a ese estúpido- exclamo James “S”.

-¡Hey ¿qué leguaje es ese?!- le reprendió Harry.

-Mamá dijo que no era malo llamar a las cosas por su nombre- se defendió el chico, en una circunstancia normal la pelirroja había reclamado algo, pero el hecho de que la llamara mamá la dejo bastante atónita como para no poder decir nada.

—Eso no le hará olvidar a tía Marge lo que yo le haya dicho —dijo Harry en tono serio.

-Eso es cierto- dijo con superioridad Lily- no hay motivos para borrarle la memoria a esa tipo por algo tan simple.

Tío Vernon se detuvo con el puño aún levantado y el rostro desagradablemente amoratado.

—Pero si firmas la autorización, te juro que recordaré el colegio al que se supone que voy, y que actuaré como un mug... como una persona normal, y todo eso.

-Puede que resulte- hablo Dora- ya puso a la morsa entre la espada y la pared, si quiere guardar las apariencias no tiene de otra más que aceptar.

-Aunque sería desastroso pasar todo ese tiempo de esa forma- aseguro Sirius.

-Lamentablemente las vacaciones no serían mejores- intervino Marlene- así al menos conseguiría obtener algo bueno para cuando regresara al colegio.

Harry vio que tío Vernon meditaba lo que le acababa de decir; aunque enseñaba los dientes, y le palpitaba la vena de la sien.

—De acuerdo —atajó de manera brusca—, te vigilaré muy atentamente durante la estancia de Marge. Si al final te has sabido comportar y no has desmentido la historia, firmaré esa cochina autorización.

-Eso puede ser un problema- intervino Remus- con lo infame que esa maldita será muy difícil que Harry mantenga la calma.

-Y ahora que lo pienso ya dijo que no consigue la firma verdad- recordó Dora- entonces que pasó en esos días.

-Ya verás- respondió para cualquier cosa el azabache.

Dio media vuelta, abrió la puerta de la casa y la cerró con un golpe tan fuerte que se cayó uno de los cristales de arriba.

Harry no volvió a la cocina. Regresó por las escaleras a su habitación. Si tenía que obrar como un auténtico muggle, mejor empezar en aquel momento. Muy despacio y con tristeza, fue recogiendo todos los regalos y tarjetas de cumpleaños y los escondió debajo de la tabla suelta, junto con sus deberes.

-Cielos, que poco te duro la alegría de tu cumpleaños cachorro- comento Sirius como quien no quiere la cosa- y es pero porque no conseguiste la maldita autorización.

-Que considerado que resaltes esos puntos Sirius- le acuso Marlene de inmediato.

Se dirigió a la jaula de Hedwig. Parecía que Errol se había recuperado. Hedwig y él estaban dormidos, con la cabeza bajo el ala. Suspiró. Los despertó con un golpecito.

-No creo que les agrade mucho.

—Hedwig —dijo un poco triste—, tendrás que desaparecer una semana. Vete con Errol. Ron cuidará de ti.

-De hecho, hubiéramos sido yo o mi mamá quienes cuidáramos de ella- atajo Ginny- pero Hedwig nunca llego con nosotros.

-¿No?, yo creía que…

-Pues no compañero- le interrumpió Ron- la verdad que solo Errol regreso.

-Oh, supongo que no se quedó muy lejos de donde yo estaba- razono el azabache recordando su llegada al caldero chorreante.

Voy a escribirle una nota para darle una explicación. Y no me mires así.

Hedwig lo miraba con sus grandes ojos ambarinos, con reproche.

-¿Te está mirando feo porque le dijiste que se largara, o porque los despertaste de su sueño?- pregunto Fred.

-Quien sabes hermano, pero que bueno que no llego, no hubiéramos soportado su mal carácter picoteándonos como aquella vez- agrego George.

—No es culpa mía. No hay otra manera de que me permitan visitar Hogsmeade con Ron y Hermione.

Diez minutos más tarde, Errol y Hedwig (ésta con una nota para Ron atada a la pata) salieron por la ventana y volaron hasta perderse de vista.

-La primera entrega que nunca realizo al parecer- comentó Harry.

-Y ahora ya te quedaste completamente solo- exclamo con tristeza Lily.

Harry, muy triste, cogió la jaula y la escondió en el armario.

Pero no tuvo mucho tiempo para entristecerse. Enseguida tía Petunia le empezó a gritar para que bajara y se preparase para recibir a la invitada.

-Si claro, si le diéramos la clase de bienvenida que se merece esa maldita- exclamo Fabián.

-Es cierto, no la conocemos pero sabemos muy bien lo que se merece- agrego Gideon.

— ¡Péinate bien! —le dijo imperiosamente tía Petunia en cuanto llegó al vestíbulo.

-Esos no entienden, este cabello no nació para ser peinado- exclamo James “S”

-Muy cierto nieto mío, este cabello debe volar libre en el viento- agrego James con su tono característico.

Harry no entendía por qué tenía que aplastarse el pelo contra el cuero cabelludo. A tía Marge le encantaba criticarle, así que cuanto menos se arreglara, más contenta estaría ella.

-Nuevamente ahijado, no sé si reír o llorar por esas bromas tuyas- le dijo con sinceridad.

-Concuerdo, es un tanto perturbador que sea precisamente en eso momentos cuando salga tu lado divertido- aseguro Marlene.

Oyó crujir la gravilla bajo las ruedas del coche de tío Vernon. Luego, los golpes de las puertas del coche y pasos por el camino del jardín.

-Los sonidos del desastre sin duda- aseguro Ted-

— ¡Abre la puerta! —susurró tía Petunia a Harry

Harry abrió la puerta con un sentimiento de pesadumbre.

En el umbral de la puerta estaba tía Marge. Se parecía mucho a tío Vernon: era grande, robusta y tenía la cara colorada.

-Pero…

-Que…

-¡Horror!- dijeron al mismo tiempo los gemelos Prewett

-¿En verdad eran tan similares?- pregunto Neville ante el asentimiento de su amigo.

-Los genes en ocasiones hacen burlas muy pesadas- dijo con cierta diferencia Alice “P”, produciendo varias risas.

Incluso tenía bigote, aunque no tan poblado como el de tío Vernon.

Una nueva tanda de risas se dejó escuchar.

-De seguro es una solterona huraña como la tía Muriel- aventuro Fred.

-Lo único lamentable de cuando la familia se reúne- agrego George.

-¡Fred, George, que modales son esos!- les reprendió Molly.

-Pero mamá, ni siquiera a ti agrada Muriel, la única diferencia es que nosotros lo decimos abiertamente- se defendió Fred.

-¿La tía Muriel?- dijo extrañado Hugo- ¿la que critica a todo el mundo?

-¿No me digas que aun en su época sigue con vida?- exclamo con sorpresa George.

-Pues de hecho no- respondió el joven Weasley- pero mis papás y nuestros tíos nos cuentan mucho de ella, por lo general cuando quieren asustarnos con algo.

-Apuesto que esa idea salió de uno de estaos- aseguró Ginny señalando a sus hermanos gemelos que sonreían con complicidad.

En una mano llevaba una maleta enorme; y debajo de la otra se hallaba un perro viejo y con malas pulgas.

-Bien dicen los muggles que todas las coas se parecen a su dueño- agregó Sirius.

— ¿Dónde está mi Dudders? —Rugió tía Marge—. ¿Dónde está mi sobrinito querido?

Unos cuantos resoplaron con cierta molestia pero otros más realizaron sonoras carcajadas falsas como si les dieran asco sus palabras.

Dudley se acercó andando como un pato, con el pelo rubio totalmente pegado al gordo cráneo y una pajarita que apenas se veía debajo de las múltiples papadas.

-No hace falta ser tan descriptivo en esos momentos he- comento con cierta ironía Dora.

-Eso sería bueno pero no creo que deje de hacerlo- agrego Remus con media sonrisa.

Tía Marge tiró la maleta contra el estómago de Harry (y le cortó la respiración), estrechó a Dudley fuertemente con un solo brazo, y le plantó en la mejilla un beso sonoro.

-Pudo abrazar a tu primo con un solo brazo- dijo con exagerada impresión de sorpresa Fabián.

-Que tan enorme debía de estar esa arpía para lograrlo- agrego Gideon en el mismo tomo.

Harry sabía bien que Dudley soportaba los abrazos de tía Marge sólo porque le pagaba muy bien por ello, y con toda seguridad, al separarse después del abrazo, Dudley encontraría un billete de veinte libras en el interior de su manaza.

-No sería mala idea, apuesto que incluso su tía Muriel mejoraría con eso no- aventuro James “S”.

-Mmm, no lo creo- respondió Ginny- no hay suficiente oro en Gringotts como para soportar sus constantes quejas y críticas.

-¡Ginebra!- le reprimió Molly por su forma de hablar.

-Sí gracias, con un poco de agua mineral y hielos.

-¡Sirius!- le grito la pelirroja acompañada de una mirada asesina de parte de Ginny- ¡estoy disciplinando a mi hija no preparando un coctel!

-Lo siento Molly, pero ya tenía tiempo queriendo hacer esa broma- se defendió el animago que pese al miedo sonreía divertido al igual que muchos otros que se ocultaron para que no les tocara parte de su cólera.

-En serio, tu nunca aprendes verdad- le recrimino Hollie que aunque no lo dijera también le había parecido divertido.

-Pues no, eso me permite seguir insistiendo aun cuando me rechacen, pero ya verás que un día lo conseguiré- termino en tono más suave como insinuando algo. Ella simplemente fingió no darle importancia y espero a que continuaran leyendo.

— ¡Petunia! —gritó tía Marge pasando junto a Harry sin mirarlo, como si fuera un perchero.

Tía Marge y tía Petunia se dieron un beso, o más bien tía Marge golpeó con su prominente mandíbula el huesudo pómulo de tía Petunia.

-Las dos igual de falsas y aprovechadas, no entiendo como ella puede ser hermana de Lily- espeto con molestia Alice.

Entró tío Vernon sonriendo jovialmente mientras cerraba la puerta.

— ¿Un té, Marge? —preguntó—. ¿Y qué tomará Ripper?

—Ripper sorberá el té que se me derrame en el plato —dijo tía Marge mientras entraban todos en tropel en la cocina.

-Aparte de mal educada una cerda, que forma de responder es esa por Merlín- exclamo Andrómeda que ni en su familia actuaban así.

Dejando a Harry solo en el vestíbulo con la maleta.

-Probablemente sea lo mejor- aseguro Albus- sin duda es mejor que estar con esos.

-Opino lo mismo mi querido nieto- aseguro en su momento James.

Pero Harry no lo lamentó; cualquier cosa era mejor que estar con tía Marge.

-Sin duda eres un Potter chico- aseguro Sirius dirigiéndose a Albus- tienen la misma retorcida mente los tres- pese al tono de burla que había utilizado, los tres sonrieron con bastante alegría.

Subió la maleta por las escaleras hasta la habitación de invitados lo más despacio que pudo.

Cuando regresó a la cocina, a tía Marge le habían servido té y pastel de frutas, y Ripper lamía té en un rincón, haciendo mucho ruido. Harry notó que tía Petunia se estremecía al ver a Ripper manchando el suelo de té y babas. Tía Petunia odiaba a los animales.

-Bueno, por lo menos no será solo Harry el que se disguste porque esa arpía este de visita- comento James.

-Odiar a los animales- comento Charlie- tal vez deberíamos mostrarle algunas de las mascotas de Hagrid.

-Hay Charls, tu siempre tan tranquilo pero solo mencionan a los animales y te sale lo tétrico- comento divertida Dora.

— ¿Has dejado a alguien al cuidado de los otros perros, Marge? —inquirió tío Vernon.

—El coronel Fubster los cuida —dijo tía Marge con voz de trueno—. Está jubilado. Le viene bien tener algo que hacer. Pero no podría dejar al viejo y pobre Ripper. ¡Sufre tanto si no está conmigo...!

Ripper volvió a gruñir cuando se sentó Harry.

-Pues no importa lo que diga el pelirrojo- atajo Sirius- hay perros muy buenos pero ese es un desgraciado.

-Pero no es culpa del perro sino de su dueña- aseguro Charlie.

-Claro, tu siempre ablando en pro de los animales- aseguro Dora- tal parece que nunca cambiaste.

-Lo conoces muy bien cierto- le dijo Remus con un tono un tanto extraño, como de tristeza, cosa que sus amigos y que Teddy notaron de inmediato.

-Sip, fue mi mejor amigo en el colegio- le aseguró la peli rosa.

-Pero no te deprimas lunático, ya te dije que al final tu terminaras con mi sobrina- el oji miel le lanzo una mirada sombría aunque por dentro se sintió un poco mejor, aunque no comprendía porque.

Tía Marge se fijó en él por primera vez.

—Conque todavía estás por aquí, ¿eh? —bramó.

—Sí —respondió Harry

—No digas sí en ese tono maleducado —gruñó tía Marge—. Demasiado bien te tratan Vernon y Petunia teniéndote aquí con ellos.

-Bien, que se cree esa estúpida al decir que lo tratan bien- grito con furia Lily poniéndose de pie y asustando a más de uno.

-Lily, cariño relájate- le pidió con mucho cuidado James, si bien él también estaba molesto, no era ni la mitad de peligroso que su novia cuando se enfurecía así- sé que es una molestia que pase eso, pero estas asustando mucho a nuestra nieta.

Y en efecto, la pequeña Lily Luna veía a su abuela en ese estado con los ojos bien abiertos y la boca abierta, respirando profundo la pelirroja mayor se sereno un poco, se volvió a sentar y abrazo a su nieta para que tranquilizarla, está por su parte había visto que su abuela paterna era igual o más intimidante que su otra abuela, y hasta cierto punto se preguntó si ella podría ser igual a ellas.

Yo en su lugar no lo hubiera hecho. Si te hubieran abandonado a la puerta de mi casa te habría enviado directamente al orfanato.

-Lamento decirlo, pero tal vez ahí hubiera estado mejor- aventuro Bill.

-Puede seg, pego según dicen hay una gazón paga que este ahí no- recordó Fleur- ojala que valga todo pog lo que tiene que pasag.

Harry estuvo a punto de decir que hubiera preferido un orfanato a vivir con los Dursley, pero se contuvo al recordar la autorización para ir a Hogsmeade.

-Debió costarte mucho poder controlar tu carácter en ese momento- comento Remus, después de convivir con sus padres y según lo leído hasta el momento sabía muy bien lo que decía- pero me supongo que al final hubo algo que no pudiste soportar cierto- el joven asintió en conformidad.

Se le dibujó en la cara una triste sonrisa.

— ¡No pongas esa cara! —Rugió tía Marge—. Ya veo que no has mejorado desde la última vez que te vi. Esperaba que el colegio te hubiera enseñado modales. —Tomó un largo sorbo de té, se limpió el bigote y preguntó—: ¿Adónde me has dicho que lo enviáis, Vernon?

-Si supiera a donde asiste le daría un infarto a la vieja maldita- espero Gideon.

-Esa es una opción, pero si no hay muchas muertes que se pueden ver como accidentes- agrego Fabián.

—Al colegio San Bruto —dijo con prontitud tío Vernon—. Es una institución de primera categoría para casos desesperados.

—Bien —dijo tía Marge—. ¿Utilizan la vara en San Bruto, chico? —dijo, orientando la boca hacia el otro lado de la mesa.

-Es una desgraciada- espeto llena de rabia la profesora McGonagall- esos castigos barbáricos nunca han funcionado y nunca funcionaran- aseguro ella al tiempo que muchos chicos del futuro recordaron su quinto año.

-De seguro esa maldita arpía se llevaría de maravilla con ese maldito conserje suyo, son tal para cual- agregó Sirius

—Bueeenooo...

Tío Vernon asentía detrás de tía Marge.

—Sí —dijo Harry, y luego, pensando que era mejor hacer las cosas bien, añadió—: sin parar.

-Cielos, todo eso para que al final no obtuviera nada- exclamo Rose- la verdad parece una 0perdida de tiempo.

-Pero aun así debía de intentarlo no- razono Scorpius- habría sido pero darse por vencido antes de tiempo.

—Excelente —dijo tía Marge—. No comprendo esas ñoñerías de no pegar a los que se lo merecen. Una buena paliza es lo que haría falta en el noventa y nueve por ciento de los casos. ¿Te han sacudido con frecuencia?

—Ya lo creo —respondió Harry—, muchísimas veces.

-Bueno si ha tenido muchas sacudidas- comento Frank- pero ninguna tuvo que ver con cosas de la escuela, o bueno, relacionado a su educación mágica.

-Y lo que les hace falta saber- susurro Draco a los demás, y era cierto, no habían leído ni la mitad de todas sus hazañas.

Tía Marge arrugó el entrecejo.

—Sigue sin gustarme tu tono, muchacho. Si puedes hablar tan tranquilamente de los azotes que te dan, es que no te sacuden bastante fuerte. Petunia, yo en tu lugar escribiría. Explica con claridad que con este chico admites la utilización de los métodos más enérgicos.

-¡Esa maldita!- espeto Lily- cuando terminemos con esto juro que la are sentir mucho más dolor del le desea a los demás, la muy hija de…

-Si Lily, todos nos encargaremos de ella te lo aseguro- dijo James antes de que dijera algo de lo que después se pudiera arrepentir.

Tal vez a tío Vernon le preocupara que Harry pudiera olvidar el trato que acababan de hacer; de cualquier forma, cambió abruptamente de tema:

-Imposible, a él le importa mucho como para dejar que todo se desmoronara tan fácilmente- aseguro Marlene- aun así que bueno que dejaran ese tema por la paz.

— ¿Has oído las noticias esta mañana, Marge? ¿Qué te parece lo de ese preso que ha escapado?

-El prófugo- atajo Sirius- es cierto, tiene alguna relación con migo o mi familia- le pregunto a Harry y a sus amigos, estos se vieron entre ellos pero no dijeron nada, ese libro sería muy fuerte para él y sus amigos como el anterior lo fue para Ginny- no me van a responder nada cierto, pues ojala eso se aclare rápido.

-Créeme que yo también espero lo mismo- aseguro el azabache generando más dudas.

Teddy fue leyendo como Harry extraña los viejos días en esa maldita casa, ya que a diferencia de sus tíos Marge no quería que se perdiera de vista mientras hacía comentarios hacia él, haciendo sus malditas recomendaciones y tratando de hacerlo sentir menos con los regalos que le daba a su primo.

—No debes culparte por cómo ha salido el chico, Vernon —dijo el tercer día, a la hora de la comida—. Si está podrido por dentro, no hay nada que hacer.

La furia comenzó a hervir en el interior de aquellos que sentían aprecio por Harry, quien era esa tipa para decir semejante cosa de alguien como Harry.

Harry intentaba pensar en la comida, pero le temblaban las manos y el rostro le ardía de ira.

«Tengo que recordar la autorización, tengo que pensar en Hogsmeade, no debo decir nada, no debo levantarme.»

-Hay hijo, no entiendo como soportaste esa maldita situación, en verdad me compadezco- le dijo James.

-Pero ya cuando cambiemos todo no tendrás que verlos nunca mas cachorro, eso te lo aseguro- agrego Sirius más que nada para darle ánimos a Jame y a Lily, por lo que había visto a su ahijado ya no le importaban tanto esas cosas pasadas.

Tía Marge alargó el brazo para coger la copa de vino.

—Es una de las normas básicas de la crianza, se ve claramente en los perros: de tal palo, tal astilla.

-Eso no es bueno- aseguro Remus- tal vez soporte que hable mal de él, pero dudo que sea lo mismo si empieza a decir maldiciones de James o Lily.

-No tendría que soportar ninguna de esas dos cosas para empezar- espeto Dora- esa familia es tan podrida como la mayoría de los Malfoy.

-Hey- reclamaron de inmediato Draco y Scorpius.

-Dije la mayoría no todos- aclaro- y tú en algún momento fuiste así no lo niegues.- agrego viendo a Draco, y por desgracia para él no la pudo contradecir.

En aquel momento estalló la copa de vino que tía Marge tenía en la mano. En todas direcciones salieron volando fragmentos de cristal, y tía Marge parpadeó y farfulló algo. De su cara grande y encarnada caían gotas de vino.

-Magia accidental- comento Alice- a esa edad esas explosiones de magia son un poco raras después de entrenarse, debio estar muy enojado o en verdad tiene mucha magia.

¡Marge! —Chilló tía Petunia—. ¡Marge!, ¿te encuentras bien?

—No te preocupes —gruñó tía Marge secándose la cara con la servilleta—. Debo de haber apretado la copa demasiado fuerte. Me pasó lo mismo el otro día, en casa del coronel Fubster. No tiene importancia, Petunia, es que cojo las cosas con demasiada fuerza...

-Bueno, por lo menos eso no le acarreara problemas serios- hablo Frank- pero si vuelven a tocar ese tema dudo que se pueda controlar como es debido.

-Lo mas probable es que así haya sido- aseguro Neville, el reaccionaba igual cuando hablaban mal de sus padres- sería muy malo pues ya tiene una amonestación de parte del ministerio.

-Pero en esa ocasión lo le paso nada o si, o al menos yo nunca me entere- dijo esta vez Luna.

 -No, de hecho esa vez el ministerio fue muy amable con él- comento con ironía Ron- muy diferente a un par de años después.

-Ya Ron, deja eso y permite que Teddy continúe- le solicito Hermione.

Pero tanto tía Petunia como tío Vernon miraban a Harry suspicazmente, de forma que éste decidió quedarse sin tomar el pudín y levantarse de la mesa lo antes posible.

-Es la mejor decisión sin duda-comento Rose.

-Entre menor sea el tiempo que deba estar con ellos será mejor para todos- agrego Scorpius.

Se apoyó en la pared del vestíbulo, respirando hondo. Hacía mucho tiempo que no perdía el control de aquella manera, haciendo estallar algo. No podía permitirse que aquello se repitiera. La autorización para ir a Hogsmeade no era lo único que estaba en juego... Si continuaba así, tendría problemas con el Ministerio de Magia.

-Sí, pero es como dijo Ron, en esa ocasión no hubo problemas con ellos- dijo Harry.

-¿Pero por qué razón?, ya descubrimos lo ineficiente que es el maldito ministerio- exclamo James produciendo cierta incomodidad en Fudge, se acababa de enterar que sería el quien se volviera ministro de magia, y como tal era su obligación que todo fuera bien y que el ministerio diera una buena imagen a la comunidad.

-Apuesto a que tendrá que ver con lo del preso que se escapó- aseguro Lily.

-Yo apostaría, pero ya no tengo dinero para hacerlo pelirroja- comento Sirius.

-Además que perderías como siempre- agrego Remus con cierta burla.

Teddy narro los pensamientos de Harry de como ya había recibido una amonestación el verano pasado y de cómo lo amenazaron con expulsarlo del colegio si volvía a pasar algo.

-Pero eso no fue culpa de Harry, fue ese elfo- atajo de inmediato Sirius.

-Ya lo sabemos canuto, así que deja de interrumpir- le rebatió Remus.

El oji gris estaba a punto de decir algo relacionado a cuanto cuidaba a su hijo, pero un golpe  y una mueca de parte de Marlene le hicieron guardar silencio.

Oyó a los Dursley levantarse de la mesa y se apresuró a desaparecer escaleras arriba.

Harry soportó los tres días siguientes obligándose a pensar en el Manual de mantenimiento de la escoba voladora cada vez que tía Marge se metía con él. El truco funcionó bastante bien, aunque debía de darle aspecto de atontado y tía Marge había empezado a decir que era subnormal.

-Al menos mi regalo sirvió más que para mantener tu escoba- expreso Hermione no muy feliz por la situación.

Por fin llegó la última noche que había de pasar tía Marge en la casa.

-No puede ser, soportaste todo para perder la compostura el ultimo día- atajo de inmediato James “S”.

-Ya verás que fue lo que paso es ultimo día- se defendió el azabache.

Fueron relatando como la cena transcurrió sin mayores problemas con varias botellas de vino y con una de brandy al final, y el aburrido discurso de Vernon acerca de su trabajo.

— ¿Puedo tentarte, Marge?

Tía Marge había bebido ya bastante vino. Su rostro grande estaba muy colorado.

-Pese a todo debió ser una imagen divertida la de esa ballena con cabeza colorada- comento Gideon.

—Sólo un poquito —dijo con una sonrisita—. Bueno, un poquito más... un poco más... ya vale.

-Y a parte de todo, alcohólica- dijo Fabián- es un desastre de ser humano sin duda.

Dudley se comía su cuarta ración de pastel.

-En algún momento dejo de comer como cerdo- exclamo Fred- cuando nosotros nos tapamos se lleva todo a la boca.

-Sí, la verdad es que contábamos con ello- agrego George- pero ciertamente se hubiera comido cualquier cosa que encontrara.

-Ya después verán de que hablan- informó Harry ante aquellos que los veían sin comprender- y no, no tengo idea de cuando se compuso- dijo recordando lo que sus habían contado hace poco.

Tía Petunia sorbía el café con el dedo meñique estirado. Harry habría querido subir a su habitación, pero tropezó con los ojos pequeños e iracundos de tío Vernon y supo que debía quedarse allí.

-Otra vestía, no comprende que lo mejor es que no estén cerca- se exaspero Ted.

-Con gusto lo habría mandado a su habitación, pero no si eso incomoda a esa mal nacida, ya oímos cómo se comporta- aseguró Andrómeda.

— ¡Aaah! —Dijo tía Marge lamiéndose los labios y dejando la copa vacía en la mesa—. Una comilona estupenda, Petunia. Por las noches me contento con cualquier frito. Con doce perros que cuidar... —Eructó a sus anchas y se dio una palmada en la voluminosa barriga
-
Pero que asquerosa- espeto Remus quien como muchos más sintieron asco por el comportamiento de esa arpía- ni siquiera Sirius en sus peores borracheras hizo cosas como esas.

-Cierto, hey, ¿cómo que en mis borracheras?- le pregunto el oji gris.

-Después te explicare eso, pero por ahora no interrumpas- le dijo Marlene.

-Está bien, en la noche iré a tu habitación- le dijo recibiendo una mirada severa de la rubia- es para que me lo expliques, ya que si después…

-Después no pasara nada- le aseguro ella.

—. Perdón. Pero me gusta ver a un buen mozo —prosiguió guiñándole el ojo a Dudley—. Serás un hombre de buen tamaño, Dudders, como tu padre.

-Eso no es bueno es trágico- aseguro Ted con sorna.

Sí, tomaré una gota más de brandy, Vernon... En cuanto a éste...

-Ahí comienza lo malo- aseguro Andrómeda peguntándose que pasaría ahora.

Señaló a Harry con la cabeza. El muchacho sintió que se le encogía el estómago.

«El manual», pensó con rapidez.

—Éste no tiene buena planta, ha salido pequeñajo.

-No porque un joven tenga una obesidad subnormal signifique que sea sano- espeto para sorpresa de muchos McGonagall- más bien es exactamente lo contrario.

-Cielos profesora, que manera tan refinada de hablar de la gordura extrema- comento un tanto divertido James “S”.

Pasa también con los perros. El año pasado tuve que pedirle al coronel Fubster que asfixiara a uno, porque era raquítico. Débil. De mala raza.

-Está presionando donde no debe- aseguro Remus- a este paso dudo que Harry logre contener su carácter lo suficiente.

Harry intentó recordar la página 12 de su libro: «Encantamiento para los que van al revés.»

-Eso servirá, pero solo será poco tiempo- dijo Dora pensando en las palabras de Remus- pero como ya sabemos que algo pasara, ojala y sea un buen escarmiento para esa maldita- agrego ante la sonrisa de su tío y del licántropo.

—Como decía el otro día, todo se hereda. La mala sangre prevalece. No digo nada contra tu familia, Petunia. —Con su mano de pala dio una palmadita sobre la mano huesuda de tía Petunia

-Más le vale que no diga nada sobre ella, o ya se las verá con migo- aseguro James tomando la mano de Lily.

-Si sabe que referirá a su lado de la familia- le pregunto por lo bajo Sirius a Marlene.

-Tal vez no- respondió ella- pero sería pero si se metiera con su adorada Lily, sin duda se enojaría aún más.

-Sí, es verdad, su amor por ella es mayor a su amor propio, y eso ya es mucho decir- agrego provocando una risa modesta entre ellos. Aunque desde afuera la escena se veía muy comprometedora, lo cual no le agrado a las chicas que querían algo con él.

—. Pero tu hermana era la oveja negra. Siempre hay alguna, hasta en las mejores familias. Y se escapó con un gandul. Aquí tenemos el resultado.

-¡Como se atreve, James y Lily son dos de las mejores personas que nunca han existido!- aseguro Hagrid repitiendo en cierta medida lo que dijo su yo futuro en el primer libro, por su parte los aludidos y los amigos de esos vieron con cariño al semi gigante y asintieron en conformidad.

Harry miraba su plato, sintiendo un extraño zumbido en los oídos. «Sujétese la escoba por el palo.» No podía recordar cómo seguía. La voz de tía Marge parecía perforar su cabeza como un taladro de tío Vernon.

-No tardará mucho en estallar- aseguro Albus suponiendo como debía sentirse su padre- porque debía de sacar ese tema, en especial ese último día.

-No creo que se pudiera evitar que dijera eso sobre tus abuelos Al- razono Rose- pero concuerdo en que fue una desgracia que todo se fuera a demonio en el último segundo.

—Ese Potter —dijo tía Marge en voz alta, cogiendo la botella de brandy y vertiendo más en su copa y en el mantel—, nunca me dijisteis a qué se dedicaba.

-Yo estudie para ser auror, el mejor de mi época- aseguro James- pero por lo que leímos me parece que no pude ejercer mi profesión- Lily lo abrazo con ternura, era obvio que con el nacimiento de Harry y su prematura muerte ninguno pudo aprovechar sus estudios como era debido, pero lo que más se recriminaban no era eso, sino su propia muerte.

Tío Vernon y tía Petunia estaban completamente tensos. Incluso Dudley había retirado los ojos del pastel y miraba a sus padres boquiabierto.

—No... No trabajaba —dijo tío Vernon, mirando a Harry de reojo—. Estaba parado.

— ¡Lo que me imaginaba! —Comentó tía Marge echándose un buen trago de brandy y limpiándose la barbilla con la manga—. Un inútil, un vago y un gorrón que...

-James nunca fue algo como eso- increpo Sirius- tal vez en ocasiones si fue un inútil, pero nunca fue vago.

-Sí, oye- le reclamo el azabache.

-Además, con toda esa fortuna de sus padrea y abuelos podría no trabajar en toda su vida- aseguro Lily.

—No era nada de eso —interrumpió Harry de repente. Todos se callaron. Harry temblaba de arriba abajo. Nunca había estado tan enfadado.

-Eso fue la gota que derramo el vaso- comento Remus- ya lo ha provocado demasiado.

-Pero aun así no creo que se detenga con eso, es especial ahora que Harry le plantó cara a la maldita- agrego Dora

— ¡MÁS BRANDY! —gritó tío Vernon, que se había puesto pálido. Vació la botella en la copa de tía Marge—. Tú, chico —gruñó a Harry—, vete a la cama.

—No, Vernon —dijo entre hipidos tía Marge, levantando una mano.

-Esa maldita está buscando que la castiguen- aseguro Draco- asta yo estoy deseado que le agás algo, pero no creo que puedas hacer algo lo suficientemente malo- dijo sorprendiendo a muchos, entre ellos a su propio hijo.

-Tu solo aguarda sobrino, que nosotros tenemos algo muy maquiavélico planeado- aseguro en tono sombrío Sirius.

-Eso demuestra la parte Slytherin de cada uno- comento sin importancia Andrómeda, pero solo a uno le de ellos le fue de cierto agrado la comparación.

Fijó en los de Harry sus ojos pequeños y enrojecidos—. Sigue, muchacho, sigue. Conque estás orgulloso de tus padres, ¿eh? Van y se matan en un accidente de coche... borrachos, me imagino...

-¿Cómo puede haber alguien como ella?- exclamó McGonagall impulsada por el aprecio que les tenia- hablar de semejante forma de los que ya no están.

—No murieron en ningún accidente de coche —repuso Harry, que sin darse cuenta se había levantado.

-No creo que sea bueno hablar de eso- comento Alice “P”- si bien es cierto, esa historia es para ocultar el hecho de que eran magos.

-Pero no creo que eso importe mucho- le dijo conciliatoriamente Neville- dudo que esa ves solo estalle un simple vaso.

— ¡Murieron en un accidente de coche, sucio embustero, y te dejaron para que fueras una carga para tus decentes y trabajadores tíos! —Gritó tía Marge, inflándose de ira—. Eres un niño insolente, desagradecido y...


La lectura fue interrumpida nuevamente, pero esta vez las maldiciones espetadas fueron acompañadas por un fuerte golpe sobre la mesa y un par de vasos de vidrio que estrellaron completamente y otros dos que se rompieron.

-Tra… tranquila Lily- le dijo James- no tienen porque hacer tantos destrozos.

-Yo no hice nada- le rebatió aun molesta por lo que escuchaban.

-Pero y eso- señalo los vasos que estaban frente a ella y su pequeña nieta pelirroja.

-Yo solo golpe la mesa pero no tengo idea de que paso con…

-He bueno- le interrumpió la pequeña Lily “L”- creo, creo que eso lo hice yo- dijo la pequeña un poco apenada.

-¿Tú le hiciste esos a los vasos soborna?- le interrogo Fred, y ella asintió levemente- sin duda eres hija de este greñudo- dijo señalando a Harry.

-Sí, aunque es claro que eres más fuerte que tu padre, mira que romper dos vasos y estrellar otros tres- agrego George.

-Por supuesto que es más fuerte, recuerden que también es mi hija- dijo con suficiencia Ginny ganándose un abrazo y un beso del azabache.

Por su parte la pequeña Lily “L” se relajó un poco, por un momento pensó que su madre la castigaría, pero al contrario parecía sentir un poco de orgullo por ella, al igual que sus abuelos y tíos. Cuando lo considero prudente Teddy continúo con la lectura.

Pero tía Marge se cortó en seco. Por un momento fue como si le faltasen las palabras. Se hinchaba con una ira indescriptible... Pero la hinchazón no se detenía.

Todos se quedaron impresionados por lo que leía el peli azul, esa última parte no tenía mucho sentido por lo que prestaron más atención mientras Teddy leía como la mujer se inflaba como globo haciendo saltar todos los botones de su chaqueta.

— ¡MARGE! —gritaron a la vez tío Vernon y tía Petunia, cuando el cuerpo de tía Marge comenzó a elevarse de la silla hacia el techo.

En esta ocasión las maldiciones e improperios fueron sustituidos por tremendas carcajadas, incluso Severus disfrutaba lo que le pasaba a esa tipa, en parte por lo que dijo referente a Lily y en parte porque esa maldita le recordó en cierta medida la actitud de su maldito padre.

-Así que inflaste a esa maldita, eso fue soberbio- aseguro James “S” viendo con orgullo a su padre.

-Pero déjame decirte papá- le hablo Albus- que según lo le preguntaste a tía Hermione de cuando terminaría de reclamarte “eso”- le recordó el joven- la verdad es que incluso al año pasado te lo seguía recordando.

-¡Después de tanto tiempo!- exclamaron Harry y Ron al mismo tiempo- cielos, más le vale que no hagas nada malo Ron, o sería capaz de recordarlo en tu elegía- continuo el azabache medio en broma.

Estaba completamente redonda, como un inmenso globo con ojos de cerdito. Ascendía emitiendo leves ruidos como de estallidos.

-Te  imaginas si eso hubiera pasado con la tía Muriel- le susurro Fred a su gemelo.

-Seria grandioso, pero de seguro nuestra madre nos mataría en el momento- le respondió George también en un susurro.

Ripper entró en la habitación ladrando sin parar.

— ¡NOOOOOOO!

Tío Vernon cogió a Marge por un pie y trató de bajarla, pero faltó poco para que se elevara también con ella.

-Sería fantástico que también se lo llevara volando a él- comento Gideon divertido.

-Y también a ese fastidioso perro, pero creo que ya sería mucho pedir- agrego Fabián.

Un instante después, Ripper dio un salto y hundió los colmillos en la pierna de tío Vernon.

-Bueno, con eso se congracia un poco el animal ese-hablo Sirius- pero aun así sigue siendo un maldito.

-Hasta con los perros eres rencorosos- le acuso Marlene.

-Ya sabes que yo no depongo las armas- le recordó su discusión anterior- ya verás que hasta tú terminaras sediento ante mis encantos algún día- se le insinuó.

-No si antes yo te doblego a ti- le regreso sonriente la rubia, en esa ocasión no le dio el beneplácito de verla sonrojada, en su lugar le devolvió la insinuación a su propio estilo, lo que lejos de molestar al oji gris le agrado de sobre manera.

Harry salió corriendo del comedor, antes de que nadie lo pudiera detener; y se dirigió al armario que había debajo de las escaleras.

-Hay no Harry- exclamo de inmediato James que suponía lo que ocurría ahora.

-¿Que ocurre cornamenta?- le pregunto Sirius que como los chicos del futuro y algunos mas no comprendían.

-Pues que Harry se parece a mí, que creen que aria yo en un momento como ese- dijo como si fuera lo más obvio.

-Pues de ser tú de seguro… o mierda- exclamo Lily cuando comprendió que era lo que quería decir- se va a fugar de casa.

-¡¿Qué?!- dijeron los hijos del azabache, les resultaba impresionante que su padre alguna vez fue tan imprudente como cualquiera de ellos.

Por arte de magia, la puerta del armario se abrió de golpe cuando llegó ante ella.

-Bueno, hay que aceptar que tiene mucha magia para poder hacer sin una varita- comento Frank.

-Además que sería difícil controlarlo después de ponerse en ese estado- agrego Alice suponiendo que sería igual que con sus padres.

En unos segundos arrastró el baúl hasta la puerta de la casa. Subió las escaleras rápidamente, se echó bajo la cama, levantó la tabla suelta y sacó la funda de almohada llena de libros y regalos de cumpleaños. Salió de debajo de la cama, cogió la jaula vacía de Hedwig, bajó las escaleras corriendo y llegó al baúl en el instante en que tío Vernon salía del comedor con la pernera del pantalón hecha jirones.

— ¡VEN AQUÍ! —bramó—. ¡REGRESA Y ARREGLA LO QUE HAS HECHO!

-Aunque lo pudiera hacer dudo que lo haya hecho- comento Scorpius- no habrá sido intencional pero sin duda se lo merecía.

-Sí, creo que tienes razón- le concedió Rose- pero aun así no me parece apropiado lo que ocurrió.

-Obviamente, siendo hija de Hermione- dijo con ironía Harry recibiendo una mirada reprobatoria de la castaña.

Pero una rabia imprudente se había apoderado de Harry. Abrió el baúl de una patada, sacó la varita y apuntó con ella a tío Vernon.

-No debes de usar magia Harry, te meterás en más problemas- le aseguro Lily preocupada.

-Tranquila Lily- le solicito Remus-será muy imprudente en ese momento, pero no hará nada más, solo quiere amenazarlo eso es todo.

-Además que ese maldito gordo le tiene demasiado miedo a Harry, en especial si tiene la varita en la mano- aseguro Dora.

—Tía Marge se lo merecía —dijo Harry jadeando—. Se merecía lo que le ha pasado. No te acerques.

Tentó a sus espaldas buscando el tirador de la puerta.

—Me voy —añadió—. Ya he tenido bastante.

-Cualquiega había tenido suficiente- aseguro Fleur- es una lástima que tengas que volveg a vivig con ellos.

-¿Después de eso regreso con esas bestias?- exclamo Sirius.

-Sí, vivió con ellos hasta los 17 años- le respuesta Bill- nos hubiera gustado sacarlo antes, sin duda nuestra madre le daría asilo en casa, pero había algunas circunstancias que nos lo impedían.

-Pues ojala que sea una muy importante- dijo con exasperación James mientras volteaba a ver a Dumbledore con severidad, lo que más deseaba en ese momento es que su hijo no tuviera que volver a ver esa familia.

Momentos después arrastraba el pesado baúl, con la jaula de Hedwig debajo del brazo, por la oscura y silenciosa calle.

-Es el final del capítulo- les informo Teddy.

-Y no conseguiste la autorización- exclamo Draco- pero oye, ya que lo tenías amenazado tal vez lo pudiste obligar a que firmara.

-¡Draco!

-¡Papá!- le reclamaron Astoria y Scorpius al mismo tiempo.

-¿Qué?, ya no tenía nada que perder, que más daba que lo intentara- se defendió el rubio.

-En ese momento solo quería irme de ahí lo más rápido posible-acepto el azabache.

-Solo, lo más probable es que sin dinero y en medio de la noche- enlisto Sirius- se parece a la ocasión que deje la casa de mis padres- acepto.

-¿Y qué aras ahora?- le pregunto Lily “L” a su padre.

-Hay que leer el siguiente capítulo- respondió simplemente.


-¿Y por qué no les tu colega?- le propuso en ese momento Ron.

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