A pesar de lo mucho que le agradaba escuchar el parecido que tenía con
su padre de tan primera mano, decidió ignorar el comentario, la verdad es que
no quería forzar nada entre sus padres, quería que todo en ellos se desarrollara
naturalmente, era una de las razones por las que no estaba seguro de ir.
Dejando todo eso a un lado abrió el libro y se situó en el capítulo dos.
-Muy bien- hablo con voz firma- el título es “El error de tía Marge”-
en cuanto termino de leer se escucharon un par de risas de parte de Ron y los
gemelos Weasley, otra menos potente de parte de Ginny y una mirada represiva de
parte de Hermione.
-¿Marge?- repitió Lily confunda- me parece que haber escuchado ese nombre antes, pero no
recuerdo…
-No crees que sea pariente de esa morsa sin colmillos- aventuro Remus haciendo
conclusiones
-En ese caso será un asco de persona sin duda- espeto Sirius.
Cuando Harry bajó a desayunar a la mañana siguiente,
se encontró a los tres Dursley ya sentados a la mesa de la cocina. Veían la televisión
en un aparato nuevo, un regalo que le habían hecho a Dudley al volver a casa
después de terminar el curso.
-Porque es una verdadera fortuna que ese gordo lograra terminar un
curso de estudio- aseguró Gideon.
-Su intelecto debe ser igual a los de esos idiotas de Crabbe y Goyle-
agrego Fabián.
Porque se había quejado a gritos del largo camino
que tenía que recorrer desde el frigorífico a la tele de la salita. Dudley se
había pasado la mayor parte del verano en la cocina, con los ojos de cerdito
fijos en la pantalla y sus cinco papadas temblando mientras engullía sin parar.
-Cielos, en verdad que el tío Dudley, bueno, no podría decir algo sin
que me castiguen- exclamo Lily “L” produciendo un par de risas.
-Es bueno que seas tan educada- le digo Ginny en tono afable- pero no
es malo nombrar las cosas por lo que son.
-¡Ginebra!- le reclamo Molly.
-Pero eso es cierto mamá- se defendió la chica ante la sonrisa
divertida de sus tres hijos.
Harry se sentó entre Dudley y tío Vernon, un hombre
corpulento, robusto, que tenía el cuello corto y un enorme bigote. Lejos de
desearle a Harry un feliz cumpleaños, ninguno de los Dursley dio muestra alguna
de haberse percatado de que Harry acababa de entrar en la cocina, pero él estaba
demasiado acostumbrado para ofenderse.
Tanto los padres, amigos, hijos del azabache, así como algunos
profesores se molestaron por ese párrafo, detestaban la forma de ser de esas
personas y la poca importancia que el joven Potter le daba a todo eso, que lo
vieron como algo común y corriente.
Se sirvió una tostada y miró al presentador de
televisión, que informaba sobre un recluso fugado.
«Tenemos que
advertir a los telespectadores de que Black va armado y es muy peligroso.
Todos agudizaron los oídos en ese momento.
Se ha puesto a disposición del público un teléfono con línea directa
para que cualquiera que lo vea pueda denunciarlo.»
-¿Black?- repitió Marlene- están hablando de ti o será algún pariente
tuyo- indago la rubia.
-Ni idea- respondió con sinceridad.
-Eso es extraño, alguna relación debe de tener de otra forma no lo
mencionarían en el libro- comento Dora.
—No hace falta que nos digan que no es un buen tipo
—resopló tío Vernon echando un vistazo al fugitivo por encima del periódico—.
¡Fijaos qué pinta, vago asqueroso! ¡Fijaos qué pelo!
-Pues si se trata de mi más le vale que cuide su boca, o si no será
una venganza personal y eso si le dolerá- agrego con cierto tono sombrío- decir
semejante blasfemia de mi porte y gala…
-Ya cállate- le dijo Marlene tapándole la boca- alguna vez se le bajo
el ego a este tonto.
-No, lo siento pero creo que no- le respondió Harry un tanto
divertido.
-Hay por Merlín- se lamentó la rubia.
Lanzó una mirada de asco hacia donde estaba Harry,
cuyo pelo desordenado había sido motivo de muchos enfados de tío Vernon.
-Hey- reclamaron los dos James quienes consideraban ese cabello uno de
sus mejores atributos.
-Pues a mí me gusta mucho- acepto Ginny, y aunque no lo diera
abiertamente Lily opinaba lo mismo.
Sin embargo, comparado con el hombre de la
televisión, cuya cara demacrada aparecía circundada por una revuelta cabellera
que le llegaba hasta los codos, Harry parecía muy bien arreglado.
El trio no pudo evitar recordad la primera vez que vieron a Sirius de
frente, la verdad que su aspecto si era de alguien peligroso, era tan diferente
al joven que se encontraba frente a ellos en ese momento.
Volvió a aparecer el presentador.
«El ministro de Agricultura y Pesca anunciará hoy.
-Eso fue todo, no dieron mucha información realmente- comento Ted.
-Si la suposición de Dora es cierta es posible que se trate de alguien
del mundo mágico, en tal caso no pueden dar detalles de él- razono Andrómeda
preocupada por su primo.
— ¡Un momento! —Ladró tío Vernon, mirando furioso al
presentador—. ¡No nos has dicho de dónde se ha escapado ese enfermo! ¿Qué
podemos hacer? ¡Ese lunático podría estar acercándose ahora mismo por la calle!
-Pues, si paso algo como eso- les dijo por lo bajo Harry a sus amigos
recordado la noche que escapó de la casa.
Tía Petunia, que era huesuda y tenía cara de
caballo, se dio la vuelta y escudriñó atentamente por la ventana de la cocina.
Harry sabía que a tía Petunia le habría encantado llamar a aquel teléfono directo.
Era la mujer más entrometida del mundo, y pasaba la mayor parte del tiempo
espiando a sus vecinos, que eran aburridísimos y muy respetuosos con las
normas.
-Hay Tuney- exclamo Lily- ¿cómo fue posible que terminaras siendo
tan…?
-Tranquila cariño, deja de preocuparte por eso- le hablo James
consoladoramente- sé que es tu hermana pero ella eligió ser así- agrego
mientras ella negaba con la cabeza.
-Aun así, en ese momento es Harry el que debe soportar esa actitud-
razono Remus.
— ¡Cuándo aprenderán —dijo tío Vernon, golpeando la
mesa con su puño grande y amoratado— que la horca es la única manera de tratar
a esa gente!
-Que no espere un castigo que no recibiría el mismo- espeto con
molestia Frank.
-En especial con tanto que castigos que nos debe hasta ahora- agrego
Alice observando a los merodeadores, ellos sin duda le darían un fuerte
escarmiento a ese.
—Muy cierto —dijo tía Petunia, que seguía espiando
las judías verdes del vecino.
-No, tal para cual- ironizo Fabián- con todo respeto pelirroja, pero
esa hermana tuya es una…
-Fabián- le detuvo Molly, aun cuando fuera cierto no tenía que hablar
así tan a la ligera.
-Pero incluso la pelirroja lo sabe- salió a la defensiva Gideon-
incluso ella debió haber deseado hacerle algo por tratar así a su hijo. La
aludida por su parte bajo la vista porque era cierto.
Tío Vernon apuró la taza de té, miró el reloj y
añadió:
—Tengo que marcharme. El tren de Marge llega a las
diez.
-Eso quiere decir que estaban en lo correcto- apunto Teddy- esa mujer
es pariente de ese tipo.
Harry, cuya cabeza seguía en la habitación con el equipo
de mantenimiento de escobas voladoras, volvió de golpe a la realidad.
— ¿Tía Marge? —barbotó—. No... No vendrá aquí, ¿verdad?
Teddy fue relatando acerca de la hermana de Vernon, desde que obligaba
a Harry a decirle tía hasta que pocas veces iba a visitarlos.
Pero sus visitas habían quedado vívidamente grabadas
en la mente de Harry.
En la fiesta que celebró Dudley al cumplir cinco
años, tía Marge golpeó a Harry en las espinillas con el bastón para impedir que
ganara a Dudley en el juego de las estatuas musicales.
-¡¿Que esa maldita hizo que?!- increpo Lily con la furia llameando de
sus ojos verdes- ya vera cuando la tenga enfrente- agrego con malignidad.
Mientras tanto Sirius volvía a sacar el ya extenso pergamino donde
estaban escribiendo los castigos que tenían pendientes por hacer, en esta
ocasión agregando a esa tal Marge.
Unos años después, por Navidad, apareció con un
robot automático para Dudley y una caja de galletas de perro para Harry.
-¡Es una desgraciada!- espeto esta vez Molly- solo por esta vez les
dejare la rienda suelta a ustedes entiendes- les dijo a sus hermanos e hijos
gemelos que se sorprendieron mucho pero que de forma solamente le prometieron
hacer su mejor esfuerzo.
En su última visita, el año anterior a su ingreso en
Hogwarts, Harry le había pisado una pata sin querer a su perro favorito. Ripper
persiguió a Harry, obligándole a salir al jardín y a subirse a un árbol, y tía
Marge no había querido llamar al perro hasta pasada la medianoche.
Ya no hubo más exclamaciones pero el odia recorrió el cuerpo de más de
algún oyente, conocieran o no al azabache.
El recuerdo de aquel incidente todavía hacía llorar
a Dudley de la risa.
-¡Qué familia tan maldita!- increpo Albus “S”- nunca imagine que tu
tuvieras que soportar a ese tipo de bestias- agrego viendo a su padre.
-No me gustan estas partes de la historia- acepto la pequeña Lily “L”
quien fue abrazada por su abuela que se encontraba más cerca.
-Descuida Lis, aquí entre los abuelos y yo estamos preparando algo-
dijo James “S” que estaba participando en la redacción del pergamino.
—Marge pasará aquí una semana —gruñó tío Vernon—. Y
ya que hablamos de esto —y señaló a Harry con un dedo amenazador—, quiero dejar
claras algunas cosas antes de ir a recogerla.
Dudley sonrió y apartó la vista de la tele. Su
entretenimiento favorito era contemplar a Harry cuando tío Vernon lo reprendía.
Los jóvenes del futuro no podían creer que ese Dudley fue el que
alguna vez fue a visitarlos para navidad, la verdad existía demasiada
diferencia entre ellos dos.
—Primero —gruñó tío Vernon—, usarás un lenguaje
educado cuando te dirijas a tía Marge.
—De acuerdo —contestó Harry con resentimiento—, si
ella lo usa también conmigo.
-Insolente- espeto de inmediato Severus.
-Ya quisiera verte en esa situación- le rebatió de inmediato James.
-A pesar de eso, ya está demostrando en algo la actitud de James-
agrego Remus.
-Y también un poco de la pelirroja, no olvides como se ponía cuando
James la invitaba a salir- agrego Sirius, y muy a su pesar los dos aludidos
debían aceptar que era cierto.
—Segundo —prosiguió el tío Vernon, como si no
hubiera oído la puntualización de Harry—: como Marge no sabe nada de tu
anormalidad, no quiero ninguna exhibición extraña mientras esté aquí.
Compórtate, ¿entendido?
-Aunque quisiera no puede- aseguro Hermione- al menos no que lo haga
de forma consiente- agrego viendo con cierta acusación a Harry.
-Ya Hermione, ¿hasta cuándo me estarás reclamando eso?- le pregunto
cansinamente el azabache.
-Pues si nos cuentas tal vez nosotros te podríamos decir- le aseguro
Albus lleno de curiosidad.
—Me comportaré si ella se comporta —contestó Harry
apretando los dientes.
-Sip toda la actitud de sus padres sin duda- comento Sirius.
-Ya cállate- le reclamo Lily.
-Pero ¿por qué te molestas pelirroja?- indago- creí que te gustaría saber lo mucho que su
hijo se parece a ustedes no- ante eso ya no hubo replica.
—Y tercero —siguió tío Vernon, casi cerrando los
ojos pequeños y mezquinos, en medio de su rostro colorado—: le hemos dicho a
Marge que acudes al Centro de Seguridad San Bruto para Delincuentes Juveniles
Incurables.
— ¿Qué? —gritó Harry.
-¡¿Qué?!- gritaron varios al mismo tiempo en que lo leían.
-Eso es una felonía- increpo la profesora McGonagall- un colegio tan
importante y con tanta tradición como este tratado como un…
-Tranquilízate Minerva- le hablo el profesor Dumbledore quien también
se sintió ofendido- para nadie es de agrado la actitud de esas personas, pero
no vale la pena molestarnos por eso ahora- y con una mueca le indico a Teddy
que continuara.
—Y eso es lo que dirás tú también, si no quieres
tener problemas —soltó tío Vernon.
Harry permaneció sentado en su sitio, con la cara
blanca de ira, mirando a tío Vernon, casi incapaz de creer lo que oía. Que tía
Marge se presentase para pasar toda una semana era el peor regalo de cumpleaños
que los Dursley le habían hecho nunca, incluido el par de calcetines viejos de
tío Vernon.
-Estúpidos malnacidos,- increpo por lo bajo James apretando los puños,
el siempre tuvo una fiestas grandiosas de cumpleaños, y que su hijo tuviera que
soportar eso lo llenaba de rabia, no importa que tuviera que hacer pero por lo
menos se aseguraría que Lily y Harry sobrevivan a toda esa guerra.
—Bueno, Petunia —dijo tío Vernon, levantándose con
dificultad—, me marcho a la estación. ¿Quieres venir; Dudders?
-Si por supuesto, claro que va a ir- ironizo Fred.
-Solo denle media hora para levantar su inmenso cuerpo de ballena-
continuo George en el mismo tono.
-Eso si puede levantarse- termino Fred.
—No —respondió Dudley, que había vuelto a fijarse en
la tele en cuanto tío Vernon acabó de reprender a Harry
-Estúpido- dijeron varios susurros a la vez.
—Duddy tiene que ponerse elegante para recibir a su
tía —dijo tía Petunia alisando el espeso pelo rubio de Dudley—. Mamá le ha
comprado una preciosa pajarita nueva.
-Y una hermosa manzana roja para su boca, eso le dará el toque final-
agrego Gideon.
Tío Vernon dio a Dudley una palmadita en su hombro
porcino.
Una sonrisa malvada aprecio en los rostros de los bromistas.
—Vuelvo enseguida —dijo, y salió de la cocina.
Harry, que había quedado en una especie de trance causado por el terror; tuvo
de repente una idea. Dejó la tostada, se puso de pie rápidamente y siguió a tío
Vernon hasta la puerta.
-¿Qué?, acaso pretendías ir con esa bestia a recoger a esa maldita
arpía- exclamo sorprendido Sirius.
-Claro que no, solo escucha lo que sigue a continuación- le dijo el
azabache.
Tío Vernon se ponía la chaqueta que usaba para conducir:
—No te voy a llevar —gruñó, volviéndose hacia Harry;
que lo estaba mirando.
-Si como no, solo ese estúpido estaría feliz de ir por esa arpía-
espeto Gideon.
—Como si yo quisiera ir —repuso Harry—. Quiero pedirte
algo. —Tío Vernon lo miró con suspicacia—. A los de tercero, en Hog... en mi
colegio, a veces los dejan ir al pueblo.
-Intentaras obtener la autorización en ese momento- se impresiono Ted-
no sé si será la mejor o la peor hora para hacerlo.
-Todo dependerá de cómo tome el tema- aseguro Alastor con un poco de
interés.
— ¿Y qué? —le soltó tío Vernon, cogiendo las llaves
de un gancho que había junto a la puerta.
-¿Cómo qué y qué?, acaso toda esa grasa ya ni siquiera lo deja pensar
con lógica- espeto de inmediato Sirius.
—Necesito que me firmes la autorización —dijo Harry
apresuradamente.
— ¿Y por qué habría de hacerlo? —preguntó tío Vernon
con desdén.
-Porque si no conocerías a unas personas muy buenas que pueden hacerte
cosas muy malas- aseguro James de inmediato.
-Y por cómo va la cuenta seria el equivalente a un pequeño ejército-
agrego Remus suponiendo que no solo serían ellos tres, sin duda Lily y los dos
pares de gemelos se unirían a la causa, y quien sabe cuántos más se propondrían
a dicha cruzada.
—Bueno —repuso Harry, eligiendo cuidadosamente las
palabras—, será difícil simular ante tía Marge que voy a ese Centro... ¿cómo se
llamaba?
Fred y George sonrieron divertidos entendiendo cual sería la táctica
de Harry, después le siguieron los merodeares su hijo y los gemelos Prewett.
-Es una estrategia un poco arriesgada- comento Astoria- deberá de ser
muy cuidadoso para que no le hagan nada.
-Pues por su bien más le vale que no le pase nada a mi hijo- aseguro
con firmeza Lily.
— ¡Centro de Seguridad San Bruto para Delincuentes
Juveniles Incurables! —bramó tío Vernon.
Y a Harry le encantó percibir una nota de terror en
la voz de tío Vernon.
-Esa es una buena señal cuñado- aseguro Fred- ahora solo tienes que
presionar un poco para conseguirlo.
-Pero que no sea demasiado- agrego George- cuantas veces terminamos
castigados por no saber cuándo detenernos.
—Ajá —dijo Harry mirando a tío Vernon a la cara,
tranquilo
Esa tranquilidad que mostraba le fue de agrado a muchos, en partículas
a sus padres y a Alastor.
—Es demasiado largo para recordarlo. Tendré que
decirlo de manera convincente, ¿no? ¿Qué pasaría si me equivocara?
—Te lo haría recordar a golpes —rugió tío Vernon,
abalanzándose contra Harry con el puño en alto.
-Que ni siquiera se atreva- espeto James lleno de rabia.
-Además eso no servirá de nada- espeto Lily igual de molesta- si Harry
habla nada podrá hacer olvidar lo que diga.
Pero Harry no retrocedió.
-Eso papá, plántale cara a ese estúpido- exclamo James “S”.
-¡Hey ¿qué leguaje es ese?!- le reprendió Harry.
-Mamá dijo que no era malo llamar a las cosas por su nombre- se
defendió el chico, en una circunstancia normal la pelirroja había reclamado
algo, pero el hecho de que la llamara mamá la dejo bastante atónita como para
no poder decir nada.
—Eso no le hará olvidar a tía Marge lo que yo le
haya dicho —dijo Harry en tono serio.
-Eso es cierto- dijo con superioridad Lily- no hay motivos para
borrarle la memoria a esa tipo por algo tan simple.
Tío Vernon se detuvo con el puño aún levantado y el
rostro desagradablemente amoratado.
—Pero si firmas la autorización, te juro que
recordaré el colegio al que se supone que voy, y que actuaré como un mug...
como una persona normal, y todo eso.
-Puede que resulte- hablo Dora- ya puso a la morsa entre la espada y
la pared, si quiere guardar las apariencias no tiene de otra más que aceptar.
-Aunque sería desastroso pasar todo ese tiempo de esa forma- aseguro
Sirius.
-Lamentablemente las vacaciones no serían mejores- intervino Marlene-
así al menos conseguiría obtener algo bueno para cuando regresara al colegio.
Harry vio que tío Vernon meditaba lo que le acababa
de decir; aunque enseñaba los dientes, y le palpitaba la vena de la sien.
—De acuerdo —atajó de manera brusca—, te vigilaré
muy atentamente durante la estancia de Marge. Si al final te has sabido
comportar y no has desmentido la historia, firmaré esa cochina autorización.
-Eso puede ser un problema- intervino Remus- con lo infame que esa
maldita será muy difícil que Harry mantenga la calma.
-Y ahora que lo pienso ya dijo que no consigue la firma verdad-
recordó Dora- entonces que pasó en esos días.
-Ya verás- respondió para cualquier cosa el azabache.
Dio media vuelta, abrió la puerta de la casa y la
cerró con un golpe tan fuerte que se cayó uno de los cristales de arriba.
Harry no volvió a la cocina. Regresó por las
escaleras a su habitación. Si tenía que obrar como un auténtico muggle, mejor
empezar en aquel momento. Muy despacio y con tristeza, fue recogiendo todos los
regalos y tarjetas de cumpleaños y los escondió debajo de la tabla suelta,
junto con sus deberes.
-Cielos, que poco te duro la alegría de tu cumpleaños cachorro-
comento Sirius como quien no quiere la cosa- y es pero porque no conseguiste la
maldita autorización.
-Que considerado que resaltes esos puntos Sirius- le acuso Marlene de
inmediato.
Se dirigió a la jaula de Hedwig. Parecía que Errol
se había recuperado. Hedwig y él estaban dormidos, con la cabeza bajo el ala.
Suspiró. Los despertó con un golpecito.
-No creo que les agrade mucho.
—Hedwig —dijo un poco triste—, tendrás que desaparecer
una semana. Vete con Errol. Ron cuidará de ti.
-De hecho, hubiéramos sido yo o mi mamá quienes cuidáramos de ella-
atajo Ginny- pero Hedwig nunca llego con nosotros.
-¿No?, yo creía que…
-Pues no compañero- le interrumpió Ron- la verdad que solo Errol
regreso.
-Oh, supongo que no se quedó muy lejos de donde yo estaba- razono el
azabache recordando su llegada al caldero chorreante.
Voy a escribirle una nota para darle una
explicación. Y no me mires así.
Hedwig lo miraba con sus grandes ojos ambarinos, con
reproche.
-¿Te está mirando feo porque le dijiste que se largara, o porque los
despertaste de su sueño?- pregunto Fred.
-Quien sabes hermano, pero que bueno que no llego, no hubiéramos
soportado su mal carácter picoteándonos como aquella vez- agrego George.
—No es culpa mía. No hay otra manera de que me permitan
visitar Hogsmeade con Ron y Hermione.
Diez minutos más tarde, Errol y Hedwig (ésta con una
nota para Ron atada a la pata) salieron por la ventana y volaron hasta perderse
de vista.
-La primera entrega que nunca realizo al parecer- comentó Harry.
-Y ahora ya te quedaste completamente solo- exclamo con tristeza Lily.
Harry, muy triste, cogió la jaula y la escondió en
el armario.
Pero no tuvo mucho tiempo para entristecerse.
Enseguida tía Petunia le empezó a gritar para que bajara y se preparase para
recibir a la invitada.
-Si claro, si le diéramos la clase de bienvenida que se merece esa
maldita- exclamo Fabián.
-Es cierto, no la conocemos pero sabemos muy bien lo que se merece-
agrego Gideon.
— ¡Péinate bien! —le dijo imperiosamente tía Petunia
en cuanto llegó al vestíbulo.
-Esos no entienden, este cabello no nació para ser peinado- exclamo
James “S”
-Muy cierto nieto mío, este cabello debe volar libre en el viento-
agrego James con su tono característico.
Harry no entendía por qué tenía que aplastarse el
pelo contra el cuero cabelludo. A tía Marge le encantaba criticarle, así que
cuanto menos se arreglara, más contenta estaría ella.
-Nuevamente ahijado, no sé si reír o llorar por esas bromas tuyas- le
dijo con sinceridad.
-Concuerdo, es un tanto perturbador que sea precisamente en eso
momentos cuando salga tu lado divertido- aseguro Marlene.
Oyó crujir la gravilla bajo las ruedas del coche de
tío Vernon. Luego, los golpes de las puertas del coche y pasos por el camino
del jardín.
-Los sonidos del desastre sin duda- aseguro Ted-
— ¡Abre la puerta! —susurró tía Petunia a Harry
Harry abrió la puerta con un sentimiento de
pesadumbre.
En el umbral de la puerta estaba tía Marge. Se
parecía mucho a tío Vernon: era grande, robusta y tenía la cara colorada.
-Pero…
-Que…
-¡Horror!- dijeron al mismo tiempo los gemelos Prewett
-¿En verdad eran tan similares?- pregunto Neville ante el asentimiento
de su amigo.
-Los genes en ocasiones hacen burlas muy pesadas- dijo con cierta
diferencia Alice “P”, produciendo varias risas.
Incluso tenía bigote, aunque no tan poblado como el
de tío Vernon.
Una nueva tanda de risas se dejó escuchar.
-De seguro es una solterona huraña como la tía Muriel- aventuro Fred.
-Lo único lamentable de cuando la familia se reúne- agrego George.
-¡Fred, George, que modales son esos!- les reprendió Molly.
-Pero mamá, ni siquiera a ti agrada Muriel, la única diferencia es que
nosotros lo decimos abiertamente- se defendió Fred.
-¿La tía Muriel?- dijo extrañado Hugo- ¿la que critica a todo el
mundo?
-¿No me digas que aun en su época sigue con vida?- exclamo con
sorpresa George.
-Pues de hecho no- respondió el joven Weasley- pero mis papás y
nuestros tíos nos cuentan mucho de ella, por lo general cuando quieren
asustarnos con algo.
-Apuesto que esa idea salió de uno de estaos- aseguró Ginny señalando
a sus hermanos gemelos que sonreían con complicidad.
En una mano llevaba una maleta enorme; y debajo de
la otra se hallaba un perro viejo y con malas pulgas.
-Bien dicen los muggles que todas las coas se parecen a su dueño-
agregó Sirius.
— ¿Dónde está mi Dudders? —Rugió tía Marge—. ¿Dónde
está mi sobrinito querido?
Unos cuantos resoplaron con cierta molestia pero otros más realizaron
sonoras carcajadas falsas como si les dieran asco sus palabras.
Dudley se acercó andando como un pato, con el pelo
rubio totalmente pegado al gordo cráneo y una pajarita que apenas se veía
debajo de las múltiples papadas.
-No hace falta ser tan descriptivo en esos momentos he- comento con
cierta ironía Dora.
-Eso sería bueno pero no creo que deje de hacerlo- agrego Remus con
media sonrisa.
Tía Marge tiró la maleta contra el estómago de Harry
(y le cortó la respiración), estrechó a Dudley fuertemente con un solo brazo, y
le plantó en la mejilla un beso sonoro.
-Pudo abrazar a tu primo con un solo brazo- dijo con exagerada
impresión de sorpresa Fabián.
-Que tan enorme debía de estar esa arpía para lograrlo- agrego Gideon
en el mismo tomo.
Harry sabía bien que Dudley soportaba los abrazos de
tía Marge sólo porque le pagaba muy bien por ello, y con toda seguridad, al
separarse después del abrazo, Dudley encontraría un billete de veinte libras en
el interior de su manaza.
-No sería mala idea, apuesto que incluso su tía Muriel mejoraría con
eso no- aventuro James “S”.
-Mmm, no lo creo- respondió Ginny- no hay suficiente oro en Gringotts
como para soportar sus constantes quejas y críticas.
-¡Ginebra!- le reprimió Molly por su forma de hablar.
-Sí gracias, con un poco de agua mineral y hielos.
-¡Sirius!- le grito la pelirroja acompañada de una mirada asesina de
parte de Ginny- ¡estoy disciplinando a mi hija no preparando un coctel!
-Lo siento Molly, pero ya tenía tiempo queriendo hacer esa broma- se
defendió el animago que pese al miedo sonreía divertido al igual que muchos
otros que se ocultaron para que no les tocara parte de su cólera.
-En serio, tu nunca aprendes verdad- le recrimino Hollie que aunque no
lo dijera también le había parecido divertido.
-Pues no, eso me permite seguir insistiendo aun cuando me rechacen,
pero ya verás que un día lo conseguiré- termino en tono más suave como
insinuando algo. Ella simplemente fingió no darle importancia y espero a que
continuaran leyendo.
— ¡Petunia! —gritó tía Marge pasando junto a Harry
sin mirarlo, como si fuera un perchero.
Tía Marge y tía Petunia se dieron un beso, o más
bien tía Marge golpeó con su prominente mandíbula el huesudo pómulo de tía Petunia.
-Las dos igual de falsas y aprovechadas, no entiendo como ella puede
ser hermana de Lily- espeto con molestia Alice.
Entró tío Vernon sonriendo jovialmente mientras
cerraba la puerta.
— ¿Un té, Marge? —preguntó—. ¿Y qué tomará Ripper?
—Ripper sorberá el té que se me derrame en el plato
—dijo tía Marge mientras entraban todos en tropel en la cocina.
-Aparte de mal educada una cerda, que forma de responder es esa por
Merlín- exclamo Andrómeda que ni en su familia actuaban así.
Dejando a Harry solo en el vestíbulo con la maleta.
-Probablemente sea lo mejor- aseguro Albus- sin duda es mejor que
estar con esos.
-Opino lo mismo mi querido nieto- aseguro en su momento James.
Pero Harry no lo lamentó; cualquier cosa era mejor
que estar con tía Marge.
-Sin duda eres un Potter chico- aseguro Sirius dirigiéndose a Albus-
tienen la misma retorcida mente los tres- pese al tono de burla que había
utilizado, los tres sonrieron con bastante alegría.
Subió la maleta por las escaleras hasta la habitación
de invitados lo más despacio que pudo.
Cuando regresó a la cocina, a tía Marge le habían
servido té y pastel de frutas, y Ripper lamía té en un rincón, haciendo mucho
ruido. Harry notó que tía Petunia se estremecía al ver a Ripper manchando el
suelo de té y babas. Tía Petunia odiaba a los animales.
-Bueno, por lo menos no será solo Harry el que se disguste porque esa
arpía este de visita- comento James.
-Odiar a los animales- comento Charlie- tal vez deberíamos mostrarle
algunas de las mascotas de Hagrid.
-Hay Charls, tu siempre tan tranquilo pero solo mencionan a los
animales y te sale lo tétrico- comento divertida Dora.
— ¿Has dejado a alguien al cuidado de los otros
perros, Marge? —inquirió tío Vernon.
—El coronel Fubster los cuida —dijo tía Marge con
voz de trueno—. Está jubilado. Le viene bien tener algo que hacer. Pero no
podría dejar al viejo y pobre Ripper. ¡Sufre tanto si no está conmigo...!
Ripper volvió a gruñir cuando se sentó Harry.
-Pues no importa lo que diga el pelirrojo- atajo Sirius- hay perros
muy buenos pero ese es un desgraciado.
-Pero no es culpa del perro sino de su dueña- aseguro Charlie.
-Claro, tu siempre ablando en pro de los animales- aseguro Dora- tal
parece que nunca cambiaste.
-Lo conoces muy bien cierto- le dijo Remus con un tono un tanto
extraño, como de tristeza, cosa que sus amigos y que Teddy notaron de
inmediato.
-Sip, fue mi mejor amigo en el colegio- le aseguró la peli rosa.
-Pero no te deprimas lunático, ya te dije que al final tu terminaras
con mi sobrina- el oji miel le lanzo una mirada sombría aunque por dentro se
sintió un poco mejor, aunque no comprendía porque.
Tía Marge se fijó en él por primera vez.
—Conque todavía estás por aquí, ¿eh? —bramó.
—Sí —respondió Harry
—No digas sí en ese tono maleducado —gruñó tía
Marge—. Demasiado bien te tratan Vernon y Petunia teniéndote aquí con ellos.
-Bien, que se cree esa estúpida al decir que lo tratan bien- grito con
furia Lily poniéndose de pie y asustando a más de uno.
-Lily, cariño relájate- le pidió con mucho cuidado James, si bien él
también estaba molesto, no era ni la mitad de peligroso que su novia cuando se
enfurecía así- sé que es una molestia que pase eso, pero estas asustando mucho
a nuestra nieta.
Y en efecto, la pequeña Lily Luna veía a su abuela en ese estado con
los ojos bien abiertos y la boca abierta, respirando profundo la pelirroja
mayor se sereno un poco, se volvió a sentar y abrazo a su nieta para que
tranquilizarla, está por su parte había visto que su abuela paterna era igual o
más intimidante que su otra abuela, y hasta cierto punto se preguntó si ella
podría ser igual a ellas.
Yo en su lugar no lo hubiera hecho. Si te hubieran
abandonado a la puerta de mi casa te habría enviado directamente al orfanato.
-Lamento decirlo, pero tal vez ahí hubiera estado mejor- aventuro
Bill.
-Puede seg, pego según dicen hay una gazón paga que este ahí no-
recordó Fleur- ojala que valga todo pog lo que tiene que pasag.
Harry estuvo a punto de decir que hubiera preferido
un orfanato a vivir con los Dursley, pero se contuvo al recordar la
autorización para ir a Hogsmeade.
-Debió costarte mucho poder controlar tu carácter en ese momento-
comento Remus, después de convivir con sus padres y según lo leído hasta el
momento sabía muy bien lo que decía- pero me supongo que al final hubo algo que
no pudiste soportar cierto- el joven asintió en conformidad.
Se le dibujó en la cara una triste sonrisa.
— ¡No pongas esa cara! —Rugió tía Marge—. Ya veo que
no has mejorado desde la última vez que te vi. Esperaba que el colegio te
hubiera enseñado modales. —Tomó un largo sorbo de té, se limpió el bigote y
preguntó—: ¿Adónde me has dicho que lo enviáis, Vernon?
-Si supiera a donde asiste le daría un infarto a la vieja maldita-
espero Gideon.
-Esa es una opción, pero si no hay muchas muertes que se pueden ver
como accidentes- agrego Fabián.
—Al colegio San Bruto —dijo con prontitud tío
Vernon—. Es una institución de primera categoría para casos desesperados.
—Bien —dijo tía Marge—. ¿Utilizan la vara en San Bruto,
chico? —dijo, orientando la boca hacia el otro lado de la mesa.
-Es una desgraciada- espeto llena de rabia la profesora McGonagall-
esos castigos barbáricos nunca han funcionado y nunca funcionaran- aseguro ella
al tiempo que muchos chicos del futuro recordaron su quinto año.
-De seguro esa maldita arpía se llevaría de maravilla con ese maldito
conserje suyo, son tal para cual- agregó Sirius
—Bueeenooo...
Tío Vernon asentía detrás de tía Marge.
—Sí —dijo Harry, y luego, pensando que era mejor
hacer las cosas bien, añadió—: sin parar.
-Cielos, todo eso para que al final no obtuviera nada- exclamo Rose-
la verdad parece una 0perdida de tiempo.
-Pero aun así debía de intentarlo no- razono Scorpius- habría sido
pero darse por vencido antes de tiempo.
—Excelente —dijo tía Marge—. No comprendo esas ñoñerías
de no pegar a los que se lo merecen. Una buena paliza es lo que haría falta en
el noventa y nueve por ciento de los casos. ¿Te han sacudido con frecuencia?
—Ya lo creo —respondió Harry—, muchísimas veces.
-Bueno si ha tenido muchas sacudidas- comento Frank- pero ninguna tuvo
que ver con cosas de la escuela, o bueno, relacionado a su educación mágica.
-Y lo que les hace falta saber- susurro Draco a los demás, y era
cierto, no habían leído ni la mitad de todas sus hazañas.
Tía Marge arrugó el entrecejo.
—Sigue sin gustarme tu tono, muchacho. Si puedes hablar
tan tranquilamente de los azotes que te dan, es que no te sacuden bastante
fuerte. Petunia, yo en tu lugar escribiría. Explica con claridad que con este
chico admites la utilización de los métodos más enérgicos.
-¡Esa maldita!- espeto Lily- cuando terminemos con esto juro que la
are sentir mucho más dolor del le desea a los demás, la muy hija de…
-Si Lily, todos nos encargaremos de ella te lo aseguro- dijo James
antes de que dijera algo de lo que después se pudiera arrepentir.
Tal vez a tío Vernon le preocupara que Harry pudiera
olvidar el trato que acababan de hacer; de cualquier forma, cambió abruptamente
de tema:
-Imposible, a él le importa mucho como para dejar que todo se
desmoronara tan fácilmente- aseguro Marlene- aun así que bueno que dejaran ese
tema por la paz.
— ¿Has oído las noticias esta mañana, Marge? ¿Qué te
parece lo de ese preso que ha escapado?
-El prófugo- atajo Sirius- es cierto, tiene alguna relación con migo o
mi familia- le pregunto a Harry y a sus amigos, estos se vieron entre ellos
pero no dijeron nada, ese libro sería muy fuerte para él y sus amigos como el
anterior lo fue para Ginny- no me van a responder nada cierto, pues ojala eso
se aclare rápido.
-Créeme que yo también espero lo mismo- aseguro el azabache generando
más dudas.
Teddy fue leyendo como Harry extraña los viejos días en esa maldita
casa, ya que a diferencia de sus tíos Marge no quería que se perdiera de vista
mientras hacía comentarios hacia él, haciendo sus malditas recomendaciones y
tratando de hacerlo sentir menos con los regalos que le daba a su primo.
—No debes culparte por cómo ha salido el chico,
Vernon —dijo el tercer día, a la hora de la comida—. Si está podrido por
dentro, no hay nada que hacer.
La furia comenzó a hervir en el interior de aquellos que sentían
aprecio por Harry, quien era esa tipa para decir semejante cosa de alguien como
Harry.
Harry intentaba pensar en la comida, pero le temblaban
las manos y el rostro le ardía de ira.
«Tengo que recordar la autorización, tengo que
pensar en Hogsmeade, no debo decir nada, no debo levantarme.»
-Hay hijo, no entiendo como soportaste esa maldita situación, en
verdad me compadezco- le dijo James.
-Pero ya cuando cambiemos todo no tendrás que verlos nunca mas
cachorro, eso te lo aseguro- agrego Sirius más que nada para darle ánimos a
Jame y a Lily, por lo que había visto a su ahijado ya no le importaban tanto
esas cosas pasadas.
Tía Marge alargó el brazo para coger la copa de
vino.
—Es una de las normas básicas de la crianza, se ve
claramente en los perros: de tal palo, tal astilla.
-Eso no es bueno- aseguro Remus- tal vez soporte que hable mal de él,
pero dudo que sea lo mismo si empieza a decir maldiciones de James o Lily.
-No tendría que soportar ninguna de esas dos cosas para empezar-
espeto Dora- esa familia es tan podrida como la mayoría de los Malfoy.
-Hey- reclamaron de inmediato Draco y Scorpius.
-Dije la mayoría no todos- aclaro- y tú en algún momento fuiste así no
lo niegues.- agrego viendo a Draco, y por desgracia para él no la pudo
contradecir.
En aquel momento estalló la copa de vino que tía
Marge tenía en la mano. En todas direcciones salieron volando fragmentos de
cristal, y tía Marge parpadeó y farfulló algo. De su cara grande y encarnada
caían gotas de vino.
-Magia accidental- comento Alice- a esa edad esas explosiones de magia
son un poco raras después de entrenarse, debio estar muy enojado o en verdad
tiene mucha magia.
¡Marge! —Chilló tía Petunia—. ¡Marge!, ¿te encuentras
bien?
—No te preocupes —gruñó tía Marge secándose la cara
con la servilleta—. Debo de haber apretado la copa demasiado fuerte. Me pasó lo
mismo el otro día, en casa del coronel Fubster. No tiene importancia, Petunia,
es que cojo las cosas con demasiada fuerza...
-Bueno, por lo menos eso no le acarreara problemas serios- hablo
Frank- pero si vuelven a tocar ese tema dudo que se pueda controlar como es
debido.
-Lo mas probable es que así haya sido- aseguro Neville, el reaccionaba
igual cuando hablaban mal de sus padres- sería muy malo pues ya tiene una
amonestación de parte del ministerio.
-Pero en esa ocasión lo le paso nada o si, o al menos yo nunca me
entere- dijo esta vez Luna.
-No, de hecho esa vez el
ministerio fue muy amable con él- comento con ironía Ron- muy diferente a un
par de años después.
-Ya Ron, deja eso y permite que Teddy continúe- le solicito Hermione.
Pero tanto tía Petunia como tío Vernon miraban a
Harry suspicazmente, de forma que éste decidió quedarse sin tomar el pudín y
levantarse de la mesa lo antes posible.
-Es la mejor decisión sin duda-comento Rose.
-Entre menor sea el tiempo que deba estar con ellos será mejor para
todos- agrego Scorpius.
Se apoyó en la pared del vestíbulo, respirando
hondo. Hacía mucho tiempo que no perdía el control de aquella manera, haciendo
estallar algo. No podía permitirse que aquello se repitiera. La autorización
para ir a Hogsmeade no era lo único que estaba en juego... Si continuaba así,
tendría problemas con el Ministerio de Magia.
-Sí, pero es como dijo Ron, en esa ocasión no hubo problemas con
ellos- dijo Harry.
-¿Pero por qué razón?, ya descubrimos lo ineficiente que es el maldito
ministerio- exclamo James produciendo cierta incomodidad en Fudge, se acababa
de enterar que sería el quien se volviera ministro de magia, y como tal era su
obligación que todo fuera bien y que el ministerio diera una buena imagen a la
comunidad.
-Apuesto a que tendrá que ver con lo del preso que se escapó- aseguro
Lily.
-Yo apostaría, pero ya no tengo dinero para hacerlo pelirroja- comento
Sirius.
-Además que perderías como siempre- agrego Remus con cierta burla.
Teddy narro los pensamientos de Harry de como ya había recibido una
amonestación el verano pasado y de cómo lo amenazaron con expulsarlo del
colegio si volvía a pasar algo.
-Pero eso no fue culpa de Harry, fue ese elfo- atajo de inmediato
Sirius.
-Ya lo sabemos canuto, así que deja de interrumpir- le rebatió Remus.
El oji gris estaba a punto de decir algo relacionado a cuanto cuidaba
a su hijo, pero un golpe y una mueca de
parte de Marlene le hicieron guardar silencio.
Oyó a los Dursley levantarse de la mesa y se
apresuró a desaparecer escaleras arriba.
Harry soportó los tres días siguientes obligándose a
pensar en el Manual de mantenimiento de la escoba voladora cada vez que tía
Marge se metía con él. El truco funcionó bastante bien, aunque debía de darle
aspecto de atontado y tía Marge había empezado a decir que era subnormal.
-Al menos mi regalo sirvió más que para mantener tu escoba- expreso
Hermione no muy feliz por la situación.
Por fin llegó la última noche que había de pasar tía
Marge en la casa.
-No puede ser, soportaste todo para perder la compostura el ultimo
día- atajo de inmediato James “S”.
-Ya verás que fue lo que paso es ultimo día- se defendió el azabache.
Fueron relatando como la cena transcurrió sin mayores problemas con
varias botellas de vino y con una de brandy al final, y el aburrido discurso de
Vernon acerca de su trabajo.
— ¿Puedo tentarte, Marge?
Tía Marge había bebido ya bastante vino. Su rostro
grande estaba muy colorado.
-Pese a todo debió ser una imagen divertida la de esa ballena con
cabeza colorada- comento Gideon.
—Sólo un poquito —dijo con una sonrisita—. Bueno, un
poquito más... un poco más... ya vale.
-Y a parte de todo, alcohólica- dijo Fabián- es un desastre de ser
humano sin duda.
Dudley se comía su cuarta ración de pastel.
-En algún momento dejo de comer como cerdo- exclamo Fred- cuando
nosotros nos tapamos se lleva todo a la boca.
-Sí, la verdad es que contábamos con ello- agrego George- pero
ciertamente se hubiera comido cualquier cosa que encontrara.
-Ya después verán de que hablan- informó Harry ante aquellos que los
veían sin comprender- y no, no tengo idea de cuando se compuso- dijo recordando
lo que sus habían contado hace poco.
Tía Petunia sorbía el café con el dedo meñique
estirado. Harry habría querido subir a su habitación, pero tropezó con los ojos
pequeños e iracundos de tío Vernon y supo que debía quedarse allí.
-Otra vestía, no comprende que lo mejor es que no estén cerca- se
exaspero Ted.
-Con gusto lo habría mandado a su habitación, pero no si eso incomoda
a esa mal nacida, ya oímos cómo se comporta- aseguró Andrómeda.
— ¡Aaah! —Dijo tía Marge lamiéndose los labios y
dejando la copa vacía en la mesa—. Una comilona estupenda, Petunia. Por las
noches me contento con cualquier frito. Con doce perros que cuidar... —Eructó a
sus anchas y se dio una palmada en la voluminosa barriga
-
Pero que asquerosa- espeto Remus quien como muchos más sintieron asco
por el comportamiento de esa arpía- ni siquiera Sirius en sus peores
borracheras hizo cosas como esas.
-Cierto, hey, ¿cómo que en mis borracheras?- le pregunto el oji gris.
-Después te explicare eso, pero por ahora no interrumpas- le dijo
Marlene.
-Está bien, en la noche iré a tu habitación- le dijo recibiendo una
mirada severa de la rubia- es para que me lo expliques, ya que si después…
-Después no pasara nada- le aseguro ella.
—. Perdón. Pero me gusta ver a un buen mozo —prosiguió
guiñándole el ojo a Dudley—. Serás un hombre de buen tamaño, Dudders, como tu
padre.
-Eso no es bueno es trágico- aseguro Ted con sorna.
Sí, tomaré una gota más de brandy, Vernon... En
cuanto a éste...
-Ahí comienza lo malo- aseguro Andrómeda peguntándose que pasaría
ahora.
Señaló a Harry con la cabeza. El muchacho sintió que
se le encogía el estómago.
«El manual», pensó con rapidez.
—Éste no tiene buena planta, ha salido pequeñajo.
-No porque un joven tenga una obesidad subnormal signifique que sea sano-
espeto para sorpresa de muchos McGonagall- más bien es exactamente lo
contrario.
-Cielos profesora, que manera tan refinada de hablar de la gordura
extrema- comento un tanto divertido James “S”.
Pasa también con los perros. El año pasado tuve que
pedirle al coronel Fubster que asfixiara a uno, porque era raquítico. Débil. De
mala raza.
-Está presionando donde no debe- aseguro Remus- a este paso dudo que
Harry logre contener su carácter lo suficiente.
Harry intentó recordar la página 12 de su libro: «Encantamiento
para los que van al revés.»
-Eso servirá, pero solo será poco tiempo- dijo Dora pensando en las
palabras de Remus- pero como ya sabemos que algo pasara, ojala y sea un buen
escarmiento para esa maldita- agrego ante la sonrisa de su tío y del licántropo.
—Como decía el otro día, todo se hereda. La mala
sangre prevalece. No digo nada contra tu familia, Petunia. —Con su mano de pala
dio una palmadita sobre la mano huesuda de tía Petunia
-Más le vale que no diga nada sobre ella, o ya se las verá con migo-
aseguro James tomando la mano de Lily.
-Si sabe que referirá a su lado de la familia- le pregunto por lo bajo
Sirius a Marlene.
-Tal vez no- respondió ella- pero sería pero si se metiera con su
adorada Lily, sin duda se enojaría aún más.
-Sí, es verdad, su amor por ella es mayor a su amor propio, y eso ya
es mucho decir- agrego provocando una risa modesta entre ellos. Aunque desde
afuera la escena se veía muy comprometedora, lo cual no le agrado a las chicas
que querían algo con él.
—. Pero tu hermana era la oveja negra. Siempre hay
alguna, hasta en las mejores familias. Y se escapó con un gandul. Aquí tenemos
el resultado.
-¡Como se atreve, James y Lily son dos de las mejores personas que
nunca han existido!- aseguro Hagrid repitiendo en cierta medida lo que dijo su
yo futuro en el primer libro, por su parte los aludidos y los amigos de esos
vieron con cariño al semi gigante y asintieron en conformidad.
Harry miraba su plato, sintiendo un extraño zumbido
en los oídos. «Sujétese la escoba por el palo.» No podía recordar cómo seguía.
La voz de tía Marge parecía perforar su cabeza como un taladro de tío Vernon.
-No tardará mucho en estallar- aseguro Albus suponiendo como debía
sentirse su padre- porque debía de sacar ese tema, en especial ese último día.
-No creo que se pudiera evitar que dijera eso sobre tus abuelos Al-
razono Rose- pero concuerdo en que fue una desgracia que todo se fuera a
demonio en el último segundo.
—Ese Potter —dijo tía Marge en voz alta, cogiendo la
botella de brandy y vertiendo más en su copa y en el mantel—, nunca me
dijisteis a qué se dedicaba.
-Yo estudie para ser auror, el mejor de mi época- aseguro James- pero
por lo que leímos me parece que no pude ejercer mi profesión- Lily lo abrazo
con ternura, era obvio que con el nacimiento de Harry y su prematura muerte
ninguno pudo aprovechar sus estudios como era debido, pero lo que más se
recriminaban no era eso, sino su propia muerte.
Tío Vernon y tía Petunia estaban completamente tensos.
Incluso Dudley había retirado los ojos del pastel y miraba a sus padres
boquiabierto.
—No... No trabajaba —dijo tío Vernon, mirando a
Harry de reojo—. Estaba parado.
— ¡Lo que me imaginaba! —Comentó tía Marge echándose
un buen trago de brandy y limpiándose la barbilla con la manga—. Un inútil, un
vago y un gorrón que...
-James nunca fue algo como eso- increpo Sirius- tal vez en ocasiones
si fue un inútil, pero nunca fue vago.
-Sí, oye- le reclamo el azabache.
-Además, con toda esa fortuna de sus padrea y abuelos podría no
trabajar en toda su vida- aseguro Lily.
—No era nada de eso —interrumpió Harry de repente.
Todos se callaron. Harry temblaba de arriba abajo. Nunca había estado tan
enfadado.
-Eso fue la gota que derramo el vaso- comento Remus- ya lo ha
provocado demasiado.
-Pero aun así no creo que se detenga con eso, es especial ahora que
Harry le plantó cara a la maldita- agrego Dora
— ¡MÁS BRANDY! —gritó tío Vernon, que se había
puesto pálido. Vació la botella en la copa de tía Marge—. Tú, chico —gruñó a
Harry—, vete a la cama.
—No, Vernon —dijo entre hipidos tía Marge,
levantando una mano.
-Esa maldita está buscando que la castiguen- aseguro Draco- asta yo
estoy deseado que le agás algo, pero no creo que puedas hacer algo lo
suficientemente malo- dijo sorprendiendo a muchos, entre ellos a su propio
hijo.
-Tu solo aguarda sobrino, que nosotros tenemos algo muy maquiavélico
planeado- aseguro en tono sombrío Sirius.
-Eso demuestra la parte Slytherin de cada uno- comento sin importancia
Andrómeda, pero solo a uno le de ellos le fue de cierto agrado la comparación.
Fijó en los de Harry sus ojos pequeños y enrojecidos—.
Sigue, muchacho, sigue. Conque estás orgulloso de tus padres, ¿eh? Van y se
matan en un accidente de coche... borrachos, me imagino...
-¿Cómo puede haber alguien como ella?- exclamó McGonagall impulsada
por el aprecio que les tenia- hablar de semejante forma de los que ya no están.
—No murieron en ningún accidente de coche —repuso
Harry, que sin darse cuenta se había levantado.
-No creo que sea bueno hablar de eso- comento Alice “P”- si bien es
cierto, esa historia es para ocultar el hecho de que eran magos.
-Pero no creo que eso importe mucho- le dijo conciliatoriamente
Neville- dudo que esa ves solo estalle un simple vaso.
— ¡Murieron en un accidente de coche, sucio
embustero, y te dejaron para que fueras una carga para tus decentes y
trabajadores tíos! —Gritó tía Marge, inflándose de ira—. Eres un niño
insolente, desagradecido y...
La lectura fue interrumpida nuevamente, pero esta vez las maldiciones
espetadas fueron acompañadas por un fuerte golpe sobre la mesa y un par de
vasos de vidrio que estrellaron completamente y otros dos que se rompieron.
-Tra… tranquila Lily- le dijo James- no tienen porque hacer tantos
destrozos.
-Yo no hice nada- le rebatió aun molesta por lo que escuchaban.
-Pero y eso- señalo los vasos que estaban frente a ella y su pequeña
nieta pelirroja.
-Yo solo golpe la mesa pero no tengo idea de que paso con…
-He bueno- le interrumpió la pequeña Lily “L”- creo, creo que eso lo
hice yo- dijo la pequeña un poco apenada.
-¿Tú le hiciste esos a los vasos soborna?- le interrogo Fred, y ella
asintió levemente- sin duda eres hija de este greñudo- dijo señalando a Harry.
-Sí, aunque es claro que eres más fuerte que tu padre, mira que romper
dos vasos y estrellar otros tres- agrego George.
-Por supuesto que es más fuerte, recuerden que también es mi hija-
dijo con suficiencia Ginny ganándose un abrazo y un beso del azabache.
Por su parte la pequeña Lily “L” se relajó un poco, por un momento
pensó que su madre la castigaría, pero al contrario parecía sentir un poco de
orgullo por ella, al igual que sus abuelos y tíos. Cuando lo considero prudente
Teddy continúo con la lectura.
Pero tía Marge se cortó en seco. Por un momento fue
como si le faltasen las palabras. Se hinchaba con una ira indescriptible...
Pero la hinchazón no se detenía.
Todos se quedaron impresionados por lo que leía el peli azul, esa
última parte no tenía mucho sentido por lo que prestaron más atención mientras
Teddy leía como la mujer se inflaba como globo haciendo saltar todos los
botones de su chaqueta.
— ¡MARGE! —gritaron a la vez tío Vernon y tía
Petunia, cuando el cuerpo de tía Marge comenzó a elevarse de la silla hacia el
techo.
En esta ocasión las maldiciones e improperios fueron sustituidos por
tremendas carcajadas, incluso Severus disfrutaba lo que le pasaba a esa tipa,
en parte por lo que dijo referente a Lily y en parte porque esa maldita le
recordó en cierta medida la actitud de su maldito padre.
-Así que inflaste a esa maldita, eso fue soberbio- aseguro James “S”
viendo con orgullo a su padre.
-Pero déjame decirte papá- le hablo Albus- que según lo le preguntaste
a tía Hermione de cuando terminaría de reclamarte “eso”- le recordó el joven-
la verdad es que incluso al año pasado te lo seguía recordando.
-¡Después de tanto tiempo!- exclamaron Harry y Ron al mismo tiempo-
cielos, más le vale que no hagas nada malo Ron, o sería capaz de recordarlo en
tu elegía- continuo el azabache medio en broma.
Estaba completamente redonda, como un inmenso globo
con ojos de cerdito. Ascendía emitiendo leves ruidos como de estallidos.
-Te imaginas si eso hubiera
pasado con la tía Muriel- le susurro Fred a su gemelo.
-Seria grandioso, pero de seguro nuestra madre nos mataría en el
momento- le respondió George también en un susurro.
Ripper entró en la habitación ladrando sin parar.
— ¡NOOOOOOO!
Tío Vernon cogió a Marge por un pie y trató de
bajarla, pero faltó poco para que se elevara también con ella.
-Sería fantástico que también se lo llevara volando a él- comento
Gideon divertido.
-Y también a ese fastidioso perro, pero creo que ya sería mucho pedir-
agrego Fabián.
Un instante después, Ripper dio un salto y hundió
los colmillos en la pierna de tío Vernon.
-Bueno, con eso se congracia un poco el animal ese-hablo Sirius- pero aun
así sigue siendo un maldito.
-Hasta con los perros eres rencorosos- le acuso Marlene.
-Ya sabes que yo no depongo las armas- le recordó su discusión
anterior- ya verás que hasta tú terminaras sediento ante mis encantos algún
día- se le insinuó.
-No si antes yo te doblego a ti- le regreso sonriente la rubia, en esa
ocasión no le dio el beneplácito de verla sonrojada, en su lugar le devolvió la
insinuación a su propio estilo, lo que lejos de molestar al oji gris le agrado
de sobre manera.
Harry salió corriendo del comedor, antes de que
nadie lo pudiera detener; y se dirigió al armario que había debajo de las
escaleras.
-Hay no Harry- exclamo de inmediato James que suponía lo que ocurría
ahora.
-¿Que ocurre cornamenta?- le pregunto Sirius que como los chicos del
futuro y algunos mas no comprendían.
-Pues que Harry se parece a mí, que creen que aria yo en un momento
como ese- dijo como si fuera lo más obvio.
-Pues de ser tú de seguro… o mierda- exclamo Lily cuando comprendió
que era lo que quería decir- se va a fugar de casa.
-¡¿Qué?!- dijeron los hijos del azabache, les resultaba impresionante
que su padre alguna vez fue tan imprudente como cualquiera de ellos.
Por arte de magia, la puerta del armario se abrió de
golpe cuando llegó ante ella.
-Bueno, hay que aceptar que tiene mucha magia para poder hacer sin una
varita- comento Frank.
-Además que sería difícil controlarlo después de ponerse en ese
estado- agrego Alice suponiendo que sería igual que con sus padres.
En unos segundos arrastró el baúl hasta la puerta de
la casa. Subió las escaleras rápidamente, se echó bajo la cama, levantó la
tabla suelta y sacó la funda de almohada llena de libros y regalos de
cumpleaños. Salió de debajo de la cama, cogió la jaula vacía de Hedwig, bajó
las escaleras corriendo y llegó al baúl en el instante en que tío Vernon salía
del comedor con la pernera del pantalón hecha jirones.
— ¡VEN AQUÍ! —bramó—. ¡REGRESA Y ARREGLA LO QUE HAS
HECHO!
-Aunque lo pudiera hacer dudo que lo haya hecho- comento Scorpius- no
habrá sido intencional pero sin duda se lo merecía.
-Sí, creo que tienes razón- le concedió Rose- pero aun así no me
parece apropiado lo que ocurrió.
-Obviamente, siendo hija de Hermione- dijo con ironía Harry recibiendo
una mirada reprobatoria de la castaña.
Pero una rabia imprudente se había apoderado de
Harry. Abrió el baúl de una patada, sacó la varita y apuntó con ella a tío
Vernon.
-No debes de usar magia Harry, te meterás en más problemas- le aseguro
Lily preocupada.
-Tranquila Lily- le solicito Remus-será muy imprudente en ese momento,
pero no hará nada más, solo quiere amenazarlo eso es todo.
-Además que ese maldito gordo le tiene demasiado miedo a Harry, en
especial si tiene la varita en la mano- aseguro Dora.
—Tía Marge se lo merecía —dijo Harry jadeando—. Se
merecía lo que le ha pasado. No te acerques.
Tentó a sus espaldas buscando el tirador de la
puerta.
—Me voy —añadió—. Ya he tenido bastante.
-Cualquiega había tenido suficiente- aseguro Fleur- es una lástima que
tengas que volveg a vivig con ellos.
-¿Después de eso regreso con esas bestias?- exclamo Sirius.
-Sí, vivió con ellos hasta los 17 años- le respuesta Bill- nos hubiera
gustado sacarlo antes, sin duda nuestra madre le daría asilo en casa, pero
había algunas circunstancias que nos lo impedían.
-Pues ojala que sea una muy importante- dijo con exasperación James
mientras volteaba a ver a Dumbledore con severidad, lo que más deseaba en ese
momento es que su hijo no tuviera que volver a ver esa familia.
Momentos después arrastraba el pesado baúl, con la
jaula de Hedwig debajo del brazo, por la oscura y silenciosa calle.
-Es el final del capítulo- les informo Teddy.
-Y no conseguiste la autorización- exclamo Draco- pero oye, ya que lo
tenías amenazado tal vez lo pudiste obligar a que firmara.
-¡Draco!
-¡Papá!- le reclamaron Astoria y Scorpius al mismo tiempo.
-¿Qué?, ya no tenía nada que perder, que más daba que lo intentara- se
defendió el rubio.
-En ese momento solo quería irme de ahí lo más rápido posible-acepto
el azabache.
-Solo, lo más probable es que sin dinero y en medio de la noche-
enlisto Sirius- se parece a la ocasión que deje la casa de mis padres- acepto.
-¿Y qué aras ahora?- le pregunto Lily “L” a su padre.
-Hay que leer el siguiente capítulo- respondió simplemente.
-¿Y por qué no les tu colega?- le propuso en ese momento Ron.
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