martes, 11 de agosto de 2015

Capítulo 51.- El patronus



La noche estaba clara, por lo que se podía ver las estrellas y la luz de luna aún era suficientemente fuerte como para ver por donde se caminaba, el lugar estaba más vacío que nunca, en especial porque los únicos que estaban en ese sitio parado en el tiempo debían de estar terminado una deliciosa cena, pero no Sirius Black quien desde que salió del gran comedor había caminado cabizbajo por los corredores del castillo hasta los jardines del colegio.

No se detuvo su andar hasta que se llegó a un conocido árbol sentándose en su base, el mismo lugar en donde se encontraban antes de ser arrastrados a esas lecturas, con las piernas flexionadas y los brazos sobre las rodillas lo fue recordando todo, las acusaciones, la conversación de las tres escobas del penúltimo capítulo, y más aún las palabras de Harry en el siguiente, todo eso seguía rondando sin tregua por su mente, hasta el punto de asiéndolo dudar de si mismo, sintiéndose por primera vez, como el maldito que todos los del libro creían que era, se preguntaba si en verdad había sido capaz de haber traicionado a sus amigos.

-¿Deprimido?- dijo una voz

-¿Cómo sabias que estaría aquí?, y lo que es más, ¿por qué estás tú aquí?- dijo de manera cortante Sirius al joven que le hablaba.

Se trataba nada más y nada menos que de Regulus, su hermano pequeño de quien se había distanciado desde que entraron a Hogwarts, después de haberlo pensando por un momento había decidido salir justo unos momentos después de que el animago rechaza la compañía de sus amigos.

-Es obvio donde estarías, siempre vienes a sentarte aquí con ellos- le respondió Regulus.

-¿Y a qué has venido?- lo volvió a preguntar sin cambiar su tono.

-Ni siquiera yo sé porque estoy aquí, es una molestia pero mis piernas se movieron solas- respondió.

-Pues dile a tus piernas que regresen y me dejen solo- rebatió mientras escondía el rostro entre sus brazos.

-Muy bien- dijo el joven dando media vuelta, pero antes de dar un paso agrego- por cierto, bienvenido al bando de los mortifagos.

-Yo no soy un mortifago- exclamo levantando un poco la cabeza.

-Sin duda mamá estará feliz que hayas recapacitado- continuo Regulus ignorando la bravata de su hermano.

-¡Que no soy un mortifago!

-Alguien como tu sin duda será muy útil para lord Voldemort.

-¡¡Que no soy un maldito mortifago!!- exclamo por tercera vez poniéndose de pie furioso- ¡yo no soy como ustedes y nunca estaré de acuerdo con esa maldita arpía!- agrego refiriéndose a su madre.

-Entonces ¿por qué entregaste a los Potter?- le respondió Regulus alzando la voz y volteando a verlo- ¿por qué mataste a todos esos inmundos muggles?, niégalo tanto como quieres pero tú eres un Black, eres uno de nosotros- alzo el brazo como pidiéndole que tomara su mano mientras Sirius evitaba verlo bajando la cabeza- ya es tiempo que aceptes quien eres en verdad, hermano- se quedó esperando una respuesta que no tardó en llegar.

-James y Lily, son mis amigos- comenzó a decir mientras lo encaraba por fin- son mi familia, son más mis hermanos de lo que tú nunca has sido- comenzó a levantar la voz- y preferiría mil veces la muerte, preferiría ser torturado hasta la locura antes de traicionarlos, Yo soy un Black, pero nunca seré como ustedes, no despreciare a los muggles ni a nadie que sea diferente, así que mételo en tu maldita cabeza, ¡¡yo no soy un mortifago!!- termino de decir eso tan exaltado, que no hubiera sido extraño que le soltara golpe a su hermano en ese momento.

Regulus miro con deteniendo a Sirius, como analizando sus palabras, su mirada, como analizando cada parte que le fuera posible, después de un instante en el rostro serio e inmutable del joven, apareció una sonrisa.

-Y no es tiempo de que te lo digas a ti mismo- fue su respuesta, una que dejo impactado al oji gris- por eso estas aquí no, porque dudas de las mismas palabras que me has dicho, dudas que seas una buena persona, aun cuando ese tal James confía en ti con los ojos cerrados. Y lo que acabas de decir, no lo pensaste, esas palabras salieron desde el fondo de ti, así que ya deja de dudar de ti mismo- Regulus se dio media vuelta y agrego- nunca lo he dicho, pero siempre he admirado esa determinación tuya, aun cuando atrajera la ira de nuestra madre.

Dicho esas palabras el joven comenzó a caminar lentamente de regreso al castillo, durante un corto periodo de tiempo, Sirius recordó aquellos días que compartieron, como protegía a su hermano de loca de su madre, de esas ocasiones cuando fueron castigados por su culpa, y como aun después de sufrir tanto este le decía que había valido la pena lo habían hecho… el Regulus que le acababa de hablar era ese mismo de sus recuerdos, el mismo que el de la época en que eran verdaderamente hermanos

-¡¡Regulus!!- le grito al chico que se detuvo un momento- gracias- y sin decir más, continuo su camino.

Sirius se quedó un rato más junto al árbol pensando, no sabían con certeza que había pasado, y si en verdad fuera el monstruo que dicen que es, Harry no lo trataría con el afecto y cariño que le había demostrado, algo debió de haber ocurrido para que todo terminara así, como le había dicho Regulus, era tiempo de que creyera en sus propias palabras, se armara de fuerza para soportar lo que siguiera, hasta que la verdad por fin saliera a la luz, y después, aprovecharían esa oportunidad para cambiar todo lo malo que tanto los había marcado. Aun con una gran depresión, pero con su determinación renovada, egreso al castillo.

Caminando por los oscuros corredores en los que más de una vez transito se dirigía a su destino, para esas horas todos debían de estar ya en sus habitaciones, y por primera vez se alegraba que podía pasear por ahí sin la presión de ser atrapado por algún profesor o él consigue. Llego al gran comedor que como se suponía debía de estar completamente solo, pero no estaba solo, una chica rubia estaba sentada en una mesa esperando a que llegara.

-Te perdiste la cena- le dijo la joven en cuanto lo vio.

-Sí, lo sé- respondió el hombre- acaso estabas esperándome- agrego con un sonrisa triste.

-No- respondió poniéndose de pie- ven vamos, te guarde algo de comida, supongo que tendrás hambre.

-Si  bastante, pero…- el joven miro alrededor y a los costados de la chica, las cuatro mesas estaban complemente limpias y vacías y ella no cargaba nada donde pudiera guardar algún tipo de alimento- dime, ¿dónde escondiste mi comida?

-Vamos- le dijo con un ademán de mano para que lo siguiera y comenzó a caminar rumbo a donde se aparecía la puerta de la sala de menesteres.

-Que, ¿acaso me vas a encerrar en tu cuarto?- dijo en broma Sirius, pero no recibió la respuesta esperaba, ya que en lugar de una frase desafiante, la joven se sonrojo de tal manera que era imposible que Sirius no lo notara- espera, ¿acaso en verdad…?

-No te agás ideas equivocadas Black- le dijo McKinnon aun sonrojada- es solo que, después de lo que leímos hoy, no creo que sea buena idea que estés solo- conforme hablaba su voz se hacía más y más tenue- y James y Lily estarían de acuerdo- agregó recuperando su tono inicial.

-Pero ellos no me van a meter en su cama

-No es así Sirius, solo quiero evitar que agás alguna estupidez, como acostumbras- le aseguro- pero si llegas a intentar algo te tirare de la cama.

-Ha, pero estas admitiendo que me vas a llevar a tu cama- resalto el oji gris con una autentica sonrisa traviesa.

-Bueno… pues yo… hay solo cállate y ven- ya sin saber que decir en su defensa lo tomo por la mano y sin volverle a dar la cara lo fue llevando a su habitación.

Sirius solamente se dejó guiar por ella sin pronunciar palabra, sabía que esa noche no tendría nada de eso que usualmente buscaba al ir con una mujer a la cama, pero eso no le molestaba en absoluto, lo que no sabía, era que esa noche sentiría verdaderamente lo que era estar acompañado por alguien que lo amaba profundamente

*********

. El sol comenzaba a salir y los habitantes actuales del catillos se iban despertando uno en uno, algunos repitiendo la misma rutina que acostumbraban por las mañanas, otros visitando a algún compañero en la enfermería para saber cómo están y contarles lo pormenores de la lectura que se habían perdido pro no querer soportar las risas de verlos como se encontraban.

En la sala de menesteres también había mucho movimiento, por una parte una madre y su hija que se habían levantado más temprano de lo habitual porque cierto bebe las había despertado antes de que saliera el sol y se negaba a dormir de nuevo, por lo que optaron por darle un pequeño baño entre las dos, y por otro lado, dos pres de personas que aguardaban expectantes la aparición de dos amigos suyos.

Uno de esos pares se conformaban por James y Remus que se sentían culpables de no haber seguido a su amigo la noche anterior, sabían que debía de sentirse fatal después de los dos últimos capítulos y necesitaba de compañía, pero en su lugar lo habían dejado solo, lo último que esperaban era que esa mañana el hombre saliera de una habitación que no era suya con un brillo especial en los ojos, segundos después una rubia también salió de su propia habitación.

Cual grande fue la sorpresa de Lily y Alice cuando vieron esa escena, ellas sabían, aun cuando la rubia no les hubiera comentado nada, que esperaría a Sirius hasta que este apareciera la noche anterior, pero no esperaban que tuviera el valor o la osadía para llevárselo a su propia habitación, se le podía ver un poco cansada como si no hubiera podido dormir muy bien, eso podía significar algo o muy bueno o simplemente fatal. Sin desperdiciar un solo segundo cada par de personas tomo a su respectivo compañero y se lo llevo a un lado diferente de la sala para interrogarlos.

James y Remus tomaron a Sirius y llevándolo a una esquina de la habitación lo hicieron sentarse en una pequeña silla (que por fortuna apareció a tiempo o de lo contrario habría caído al suelo), con un poco más de brusquedad de la que habían planeado en un principio.

-Sirius, ¿qué hiciste?- le pregunto de inmediato James que además de estar preocupado por él se le sumo la preocupación de que hubiera arruinado todo con Marlene.

-Hola cornamenta, también me da gusto…

-No bromees en este momento Sirius y responde- le detuvo Remus que también estaba preocupado.

-Tú también lunático, ni siquiera un simple saludo…

-Sirius por favor concéntrate- le pidió James- ayer estabas muy mal y no trates de negarlo, era evidente que todo lo leído ayer te afecto.

-Y hoy acabas de salir de la misma habitación que Marlene así que dinos de una buena vez que paso- hablo esta vez Remus- y no te atrevas a decir que nada- agrego.

-Bueno que quieren que les diga, si estaba algo deprimido, pero no tiene que preocuparse por eso, porque no mejor vamos a buscar algo para comer o…

-¡Siéntate Sirius!- le ordenó James cuando su amigo hizo el intento de levantarse- lo de tu depresión es una parte, pero, ¿y que hay con Marlene?

-¿Qué con ella?

-Estabas en su habitación- recalco Remus.

-¿Y?, eso no quiere decir nada o si- exclamo el oji gris, pero sus dos amigos le clavaron la vista y sin necesidad de palabras se entendieron, el mujeriego por excelencia de todo Hogwarts, triste, en la habitación de una hermosa chica, todo dicaba que algo forzosamente debía de pasar- de acuerdo, entiendo lo que quieren decir, pero no ocurrió nada.

-¿En serio?

-Si Remus- le aseguro- miren no pasó nada con ella, y si quiera hacerle algo que no quisiera ella misma se encargaría de matarme en el momento y lo saben.

Remus y James se vieron entre ellos, era muy cierto que Marlene podía ser una chica muy dulce y cariñosa, pero también podía extremadamente peligrosa, pues tenía un carácter bastante fuerte cuando lo requería.

-Entonces, si no pasó nada, ¿qué hacías dentro de su habitación?- le interrogo James.

-No hay nada que decir

-Sirius por favor

-No chicos- dijo con firmeza poniéndose de pie- miren, no pasó nada de lo que deban preocuparse, y no les diré nada con respecto a Marlene- y dicho eso se deshizo de ellos y salió de la habitación.

Los dos amigos se quedaron viendo por donde salía impresionados por todo eso, no era común que él fuera tan discreto, tanto James como Sirius siempre platicaban lo que les pasaba,  en especial si involucraba a una chica, pero claro el primero de ellos rompió la regla de platicar sus noches cuando comenzó a salir con Lily, sería posible que en verdad no habría pasado nada en esa habitación, o quizás, solo quizás, haya pasado algo más de lo que pudieran adivinar, sería posible que el mujeriego indomable hubiera caído en las manos de una chica, sería posible, que por fin haya descubierto lo que era el amor..

Por su parte las chicas habían hecho lo propio con su amiga llevándola al extremo opuesto a donde se encontraban los jóvenes y sentándola pro fin frente a ellas, pero a diferencia del otro extremo de la habitación el interrogatorio no comenzó de inmediato, sino que se quedaron viéndose entre ellas por un rato, era como si cada una estuviera pensando de sobremanera como empezar la conversación.

-¿Y bien?- pegunto en cierto momento Lily

-¿Y bien?- respondió Marlene sin saber que decir

-¿Cómo terminaron en la misma habitación?- pregunto Alice.

-Y más importante ¿qué paso cuando estuvieron juntos?- agrego Lily.

-E bueno, no creo que sea relevante

-Claro que si- le interrumpió Alice- esto que paso puede cambar completamente el trato que había entre ustedes tanto para bien como para mal.

-Y también hay mucha diferencia entre que él se haya metido a tu cama, o que tú lo hayas metido en tu cama.

-Pero Lily, que tiene que ver mi cama con…

-No nacimos ayer Marlene-  le interrumpió Alice- los conocemos a los dos y estamos seguras que todo termino ahí, por eso queremos saber que paso.

-No pasó nada- las dos mujeres la vieron inquisitoriamente, no le creían en lo más mínimo- miren, se lo que quieren que les diga, pero con todo respeto no es su asunto, no, ha cambiado nada está bien- esto último lo dijo con poca seguridad y algo de tristeza- miren, solo dejen este tema, si las necesito yo las buscare.

-Espera- le detuvo Lily antes de que ella se pusiera de pie- antes de huir quiero que nos respondas una cosa de forma directa.

-Lo mismo digo- apoyo Alice- ¿quién de ust…?

-Yo- respondió Marlene antes de que terminara la pregunta, se conocían lo suficiente entre ellas como para intuir de que iba esa pregunta- yo fui quien, lo llevo a mi cama anoche- completo su respuesta sonrojándose un poco y alejándose casi corriendo de ahí.

Lily y Alice e quedaron pensativas y preocupadas, no era un misterio para ella lo sentimientos de la rubia, pero el cao de Sirius era muy diferente, ya muchas veces ella se había decepcionado por las acciones del oji gris, pero si su relación avanzaba y algo ocurría, sería algo catastrófico para ella.

Las jóvenes voltearon la vista y pudieron ver que Sirius también se había fugado del interrogatorio, por lo cual al estar los cuatro solos se acercaron y con miradas  silenciosas comenzaron a penar, a todos les preocupaba como podría resultar todo, y sabían que sería inútil y prejudicial presionar a alguno de los involucrados más de la cuenta, solo les restaba esperar y observar a como avanzaba todo, y más aún, rezar por que nada malo ocurriese.

El desayuno transcurrió normalmente, como ya se había hecho costumbre Remus y Dora se había sentado juntos y se turnaban para darle de comer al Teddy bebe que en esta ocasión insistió en quedarse en las piernas del castaño, mientras que el Teddy más grande lo contemplaba y platicaba con ellos de su tiempo en el castillo. Por otra parte la mayoría de los hermanos Weasley turnaban su tiempo entre comer, hacer alguna que otra broma, platicas, y mandar miradas severas a cierto azabache que estaba muy cerca de su hermanita, no les agradaba que pasaran la noche juntos, aun cuando lo hicieran con sus futuros hijos, todo indicaba que esa sería una escena que repetiría muchas veces en un futuro.

-Muy bien, ya que hemos descansado y nos recuperamos de la lectura anterior- dijo Dumbledore viendo especialmente a Sirius que se veía más animado- propongo que retomemos la lectura, algún se ofrece a comenzar.

-Sí, yo lo are profesor- respondió Kingsley quien poco después recibió el libro y comenzó a buscar el capítulo que seguía, cuando por fin lo encontró leyó el titulo para si mismo, y no pudo ocultar su expresión de sorpresa lo que llamo la atención de los presentes- bien, sigue el capítulo es el 12, y se titula, “el patronus”.

Los del pasado que conocían ese hechizo pusieron la misma cara de sorpresa que el auror, pero en cambio los del futuro (la mayoría miembros del E.D.) sonrieron un poco, ahora descubrirían como es que Harry logro aprender ese hechizo tan complicado a tan joven edad.

-Entonces si planeas enseñarle al cachorro he Remus- le dijo Sirius.

-Así parece- respondió este.

-Pues yo no sé cómo sentirme- exclamo James- por una parte aprendería algo grandioso- comentó- pero por el otro, eso sería equivalente a tomar clases extra y eso la verdad…

-¡No hay nada de malo  en tomar clase extras James!- le reclamo de inmediato Lily

-Es verdad, de hecho hay algunos a los que les hizo falta- apoyo Hermione viendo a su amigo y porque no, también a los gemelos Weasley

-Hey no nos vean a nosotros cuñada- se defendió Fred- además el señor Potter tiene razón cierto George

-Muy cierto Fred, ya tenemos mucho con la clase normales como para querer más- apoyo.

-Pero que las sesiones que teníamos con el E.D. no sería lo mismo que tomar clases- razono Ginny- al fin y al cabo es exactamente lo mismo que va a hacer Harry en el libro- ante tal afirmación el par de pelirrojo no supieron que responder.

-¿El E.D?- dijo curiosa Lily.

-Ya lo vean- respondió la pequeña pelirroja.

Harry sabía que la intención de Hermione había sido buena, pero eso no le impidió enfadarse con ella.

-Hay Harry- se lamentó Lily- siempre con esa maldita obsesión de los Potter.

-Hey, que no solo los Potter somos así- se defendió James.

-Eso no es una justificación, deberían de comprender que hay cosas más importantes.

Había sido propietario de la mejor escoba del mundo durante unas horas y, por culpa de Hermione, ya no sabía si la volvería a ver.

-Nuevamente demuestra su enorme dramatismo hereditario ante esas situaciones- comentó burlón Gideon, para ese momento muchas concordaron con dichas palabra, excepto los Potter que se molestaron un poco.

Estaba seguro de que no le ocurría nada a la Saeta de Fuego, pero ¿en qué estado se encontraría después de pasar todas las pruebas antihechizos?

-Me parece que se preocupa de más joven Potter- exclamo Flitwick con un leve tono de estar disgustado- estoy seguro de que podremos dejar la escoba como nueva después de terminar de examinarla.

-Lo sabemos profesor, pero en esos momentos no pida que piense con claridad las cosas- argumento Fabián.

-Lo dices como si fueras el mago más centrado del mundo- le reclamo Harry.

-Bueno, ahí si te atrapo hermanito- le dijo Gideon.

Ron también estaba enfadado con Hermione.

-Pero eso ya no es sorpresa, parece que solo así puede expresar que la quiere- comento George.

En su opinión, desmontar una Saeta de Fuego completamente nueva era un crimen.

-Y pensar que será un auror que imponga la ley mágica, que miedo- agrego Fred

Hermione, que seguía convencida de que había hecho lo que debía, comenzó a evitar la sala común.

-Lógico- dijeron al unísono los gemelos Weasley.

-No creen que ya han interrumpido suficiente la lectura- le reclamo Hermione que se comenzaba a impacientar.

-Tranquila, solo quieren hacer la lectura más amena- los defendió Sirius ganándose la gratitud de los pelirrojos.

Harry y Ron supusieron que se había refugiado en la biblioteca y no intentaron persuadirla de que saliera de allí.

Las madres de los respectivos chicos los vieron con mucha severidad, ni Lily ni Molly consentían que se pelearan por algo tan insignificante como una escoba, o al menos era así a su forma de ver, por su parte los aludidos simplemente escondieron sus rostros sin atreverse a verlas de frente.

Se alegraron de que el resto del colegio regresara poco después de Año Nuevo y la torre de Gryffindor volviera a estar abarrotada de gente y de bullicio.

Wood buscó a Harry la noche anterior al comienzo de las clases.

—¿Qué tal las Navidades? —preguntó. Y luego, sin esperar respuesta, se sentó, bajó la voz y dijo—: He estado meditando durante las vacaciones, Harry. Después del último partido, ¿sabes? Si los dementores acuden al siguiente... no nos podemos permitir que tú... bueno...

-Valla, por fin le das más prioridad a algo que no sea ese maldito juego- exclamo Lily, quien siempre que mencionaban a Wood recordaba aquel partido del segundo año de su hijo.

-Él no era inconsciente- lo defendió angelina - si, podía ser demasiado apasionado y algo obsesivo, pero en general siempre un buen chico.

-¿Un buen chico?- resalto George.

-No te pongas celoso hermanito- bromeo Fred recibiendo un codazo de su gemelo.

Wood se quedó callado, con cara de sentirse incómodo.

—Estoy trabajando en ello —dijo Harry rápidamente—. El profesor Lupin me dijo que me daría unas clases para ahuyentar a los dementores. Comenzaremos esta semana. Dijo que después de Navidades estaría menos atareado.

-Pese a los motivos, espero que en verdad pueda dominar el hechizo, la verdad es que es algo complicado- comento Ted.

-Él lo lograra- aseguro Dora- tiene buenas cualidades, pero sobre todo, tiene a un muy buen maestro que le enseñara- agrego viendo de reojo a Remus.

-Hay sobrina, se un poco menos evidente con tus coqueteos- atajo Sirius recibiendo un golpe del castaño.

-Veo que ya te sientes bien, he animal- le dijo Remus a un sonriente oji gris.

—Ya —dijo Wood. Su rostro se animó—. Bueno, en ese caso... Realmente no quería perderte como buscador; Harry. ¿Has comprado ya otra escoba?

-No creo que sea bueno contarle de lo ocurrido a él en ese momento- comento Alice suponiendo el rumo que tomarían las cosas.

—No —contestó Harry.

—¿Cómo? Pues será mejor que te des prisa. No puedes montar en esa Estrella Fugaz en el partido contra Ravenclaw.

—Le regalaron una Saeta de Fuego en Navidad —dijo Ron.

-Hay profesora- exclamo Marlene volteando en la dirección donde se encontraba McGonagall- lo que le depara los siguientes días con ese Wood molestándola con eso de la escoba.

-Si, ya me pedo hacer una idea joven McKinnon.- acepto la mujer.

—¿Una Saeta de Fuego? ¡No! ¿En serio? ¿Una Saeta de Fuego de verdad?

—No te emociones, Oliver —dijo Harry con tristeza—. Ya no la tengo. Me la confiscaron. —Y explicó que estaban revisando la Saeta de Fuego en aquellos instantes.

—¿Hechizada? ¿Por qué podría estar hechizada?

—Sirius Black —explicó Harry sin entusiasmo—. Parece que va detrás de mí. Así que McGonagall piensa que él me la podría haber enviado.

Desechando la idea de que un famoso asesino estuviera interesado por la vida de su buscador; Wood dijo:

-Jeje, valla tipo, hasta ahí llego su la preocupación por su buscador- bromeo Sirius mientras Lily resoplaba molesta.

-Ya tranquila cariño, sabes que Sirius no es peligroso- le trato de serenar James.

-Lo que me molesta no es eso, sino lo perdidas que están las prioridades de ese chico- exclamo ella- en eso se parece mucho a ti.

-Pero…

-Mejor no digas nada cornamenta, que de ahí puede sacar tela como para vestir a todo Hogwarts.

—¡Pero Black no podría haber comprado una Saeta de Fuego! Es un fugitivo. Todo el país lo está buscando. ¿Cómo podría entrar en la tienda de Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch y comprar una escoba?

-Esa es una buena pregunta- exclamo Scorpius.

-Ya dijeron que pudo haberlo con algún mensajero, aparte claro el poco interés de los gnomos de Gringotts de un mago prófugo use su dinero- exclamo Rose.

-Pareces que eres un poco obstinado al defender tu punto de vista verdad hijo- le dijo Astoria mientras acariciaba su cabello.

-Si en verdad lo es- aseguro James “S”- Rose la tendrá difícil cuando sean novios.

-¡¡James!!- le reclamaron de inmediato los dos aludidos (que tenían un leve sonrojo).

-Ha si es cierto lo olvide, ustedes dos ya son…

-¡Ya cállate o tendré que sacar mi lado malévolo contigo!- le advirtió Scorpius.

-¡Lo mismo digo!- apoyo Rosy.

-Dicen que no son pareja, pero aun así están muy bien coordinados- comento por lo bajo Albus a su hermana Lily “L” que asintió.

—Ya lo sé. Pero aun así, McGonagall quiere desmontarla.

Wood se puso pálido.

Algunas resoplaron molestas por la infantil reacción de chico, mientras algunos rieron por lo bajo por exactamente el mismo motivo.

—Iré a hablar con ella, Harry —le prometió—. La haré entrar en razón... Una Saeta de Fuego... ¡una auténtica Saeta de Fuego en nuestro equipo! Ella tiene tantos deseos como nosotros de que gane Gryffindor... La haré entrar en razón... ¡Una Saeta de Fuego...!

-Como si un estudiante lograra convencer a la profesora McGonagall de cambiar su opinión sobre algo- aseguro James que muchas veces intento hacerlo.

-Pues Lily tenía muchas oportunidades para lograrlo-  comento Alice- de hecho logro hacerla cambiar de opinión en un par de ocasiones- agrego pese a la señas de la pelirroja para que cerrara la boca.

-¡¡ ¿Qué?, ¿pero cómo?, ¿por qué ella si podía hacerlo y nosotros no?!!- exclamo el azabache- ¡¿cómo es que ella adquirió tal habilidad?!

-Con seis años de un comportamiento ejemplar como estudiante del colegio y de una actitud nada egocéntrica como usted señor Potter- le aseguro la profesora McGonagall.

-Pero lograr eso es muy difícil- exclamo de forma infantil James- ¿y cuáles fueron esas ocasiones que la convenciste de cavar su opinión?- pregunto curioso a su novia.

-He…

-Un par de ocasiones en que intercedía para que sus castigos no fueran tan severos

-¡Alice ya cierra la boca de una buena vez!- le grito sonrojada Lily.

-Tu, en verdad hacías eso- le pregunto impresionado a la un sonrojada pelirroja.

Aun sin una respuesta formal él supo que era cierto, por lo que el cariño que sentía por ella se incrementó, lo que le motiva a traerla así si mismo con un tierno abrazo para darle un dulce beso en los labios a su novia y futura esposa, provocando el contento de algunos y el resentimiento de otros.

-Oigan si se van a poner cariñosos mejor váyanse a su habitación- les interrumpió Sirius.

-No molestes perro- le devolvió James antes de regresar a lo suyo.

Las clases comenzaron al día siguiente. Lo último que deseaba nadie una mañana de enero era pasar dos horas en una fila en el patio, pero Hagrid había encendido una hoguera de salamandras, para su propio disfrute, y pasaron una clase inusualmente agradable recogiendo leña seca y hojarasca para mantener vivo el fuego, mientras las salamandras, a las que les gustaban las llamas, correteaban de un lado para otro de los troncos incandescentes que se iban desmoronando.

-No está mal, sin duda Hagrid se aseguraría que no pasaran frio- comento Charlie- aunque hubiera estado mejor si les hubiera platicado algunos datos acerca de las salamandras, no son dragones pero también son criaturas interesante.

-De casualidad te gusta algún animal que no pueda provocar una quemadura profunda hermanito- ironizo Bill.

-Sí, pero algunos de ellos tienen garras que…

-Por dios- exclamo Molly interrumpiéndolo, no quería escuchar el resto de su conversación.

La primera clase de Adivinación del nuevo trimestre fue mucho menos divertida.

-Con la ojos de búho no lo dudo- exclamo Sirius molestando a la jóvenes que la consideraban como la mejor profesora.

-¿Qué?, ¿ya le pusiste un apodo?- dijo su prima.

-De hecho Andrómeda, creo que ya había tardado en hacerlo- aclaro Remus.

La profesora Trelawney les enseñaba ahora quiromancia y se apresuró a informar a Harry de que tenía la línea de la vida más corta que había visto nunca.

-Esa tipa ya lo tomo contra papá- exclamo Albus un poco molesto.

-Supongo que es fácil para ella inventarse todos esos cuentos por lo que paso al tío- agrego Hugo.

-Y justamente por eso mismo piensa que será más creíble- termino Rose.

-Esa farsante, en definitiva no voy a tomar esa clase- aseguro Albus.

A la que Harry tenía más ganas de acudir era a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Después de la conversación con Wood, quería comenzar las clases contra los dementores tan pronto como fuera posible.

—Ah, sí —dijo Lupin, cuando Harry le recordó su promesa al final de la clase

-Jaja ya se te había olvidado la promesa lunático- dijo Sirius entre risas- se ve que el amor te tiene muy afectado.

-Ya cállate animal que eso no es cierto- le rebatió Remus.

-Claro que sí, si mi sobrina te trae como un idio…

-Dudo que en ese momento ella siquiera recuerde que existo- le interrumpió el castaño, por su parte Dora pensó que de cierto modo siempre recordó a Remus, aunque claro, solo era por esos recuerdos lejanos del amigo de su primo, pero si decía algo al respecto eso solo atizaría el fuego de Sirius.

-Ha es verdad, ¿ustedes no saben hasta cuando se conocen?- les pregunto al animago a los chicos del futuro.

-Hasta el quinto libro, o al menos fue hasta nuestro quinto año que los vimos juntos- respondió Hermione.

-¡¿Hasta el quinto?! pero eso es mucho tiempo.

-Pero solo faltarían dos libros más canuto- le dijo James- aunque no creo que sepamos mucho de cómo se enamoran, sin duda la lectura tendrá otras prioridades.

-Pues es un desperdicio, yo quiero saber qué pasa con ellos

-ya Sirius, mejor hazte a la idea que no sabrás cómo se desarrolla su amor.

-Lily- le reclamo Remus, ya tenía mucho con sus amigos como para que ella les siguiera el juego.

—. Veamos... ¿qué te parece el jueves a las ocho de la tarde? El aula de Historia de la Magia será bastante grande... Tendré que pensar detenidamente en esto... No podemos traer a un dementor de verdad al castillo para practicar...

—Aún parece enfermo, ¿verdad? —dijo Ron por el pasillo, camino del Gran Comedor—. ¿Qué crees que le pasa?

-¿No puedes recuperarte de esas noches?- le pregunto por lo bajo Dora con un poco de preocupación.

-No siempre es igual, hay noches que son peores que otras, y en ocasiones es más tardado- le respondió él.

Oyeron un «chist» de impaciencia detrás de ellos. Era Hermione, que había estado sentada a los pies de una armadura, ordenando la mochila, tan llena de libros que no se cerraba.

—¿Por qué nos chistas? —le preguntó Ron irritado.

-Hay Ronald- se lamentó Molly negando con la cabeza, ese hijo suyo en verdad que podría tener una pésima actitud.

—Por nada —dijo Hermione con altivez, echándose la mochila al hombro.

—Por algo será —dijo Ron—. Dije que no sabía qué le ocurría a Lupin y tú...

—Bueno, ¿no es evidente? —dijo Hermione con una mirada de superioridad exasperante.

-Solo para alguien como ella- aseguro Ted- dudo que algún otro haya descubierto lo que en verdad sucede.

—Si no nos lo quieres decir, no lo hagas —dijo Ron con brusquedad.

—Vale —respondió Hermione, y se marchó altivamente.

—No lo sabe —dijo Ron, siguiéndola con los ojos y resentido—. Sólo quiere que le volvamos a hablar.

-No, yo creo que si lo sabe- aseguro Remus un poco apesadumbrado, ella debió ser la única que realizo aquel trabajo de Snape y supo relacionar las señales.

-Tranquilo Remus, no pasara nada malo- le trato de consolar Dora que no le gustaba verlo asa de decaído, mientras ponía la mano sobre su brazo, él puso su mano sobre el de la joven y le agradeció sus palabras con una tenue sonrisa.

A las ocho de la tarde del jueves, Harry salió de la torre de Gryffindor para acudir al aula de Historia de la Magia. Cuando llegó estaba a oscuras y vacía, pero encendió las luces con la varita mágica y al cabo de cinco minutos apareció el profesor Lupin, llevando una gran caja de embalar que puso encima de la mesa del profesor Binn.

—¿Qué es? —preguntó Harry.

—Otro boggart —dijo Lupin, quitándose la capa

-Entonces estábamos en lo correcto, usaran al boggart para practicar el patronus- exclamo Lily.

—. He estado buscando por el castillo desde el martes y he tenido la suerte de encontrar éste escondido dentro del archivador del señor Filch.

-Cielos, no pudiste haberlo dejado ahí y buscar en algún otro lugar- exclamo Sirius.

-Si no es como ir a una tienda a copar algo- dijo Remus- además, no podía dejar al boggart en ese lugar, recuerda que en ese momento soy un profesor.

Es lo más parecido que podemos encontrar a un auténtico dementor. El boggart se convertirá en dementor cuando te vea, de forma que podrás practicar con él. Puedo guardarlo en mi despacho cuando no lo utilicemos, bajo mi mesa hay un armario que le gustará.

-En ese caso yo quiero un hipogrifo- dijo de la nada Sirius para la confusión de todos.

-¿Pero de que estas hablando?- le pregunto Marlene

-Pues que si Remus va a tener un boggart de mascota yo quiero un hipogrifo- se explicó el animago produciendo la risa de sus amigos y varios más.

-¿Cómo demonios piensas tener un hipogrifo?- le rebatió Marlene.

-Pues necesitamos de una casa grande, que no esté en un lugar muy concurrido, con un gran jardín…

-No me refería a eso, y cómo es eso de que “necesitamos”- le interrogo. El joven solo le envió una sonrisa pícara que quería decir todo, ella pareció comprenderlo pues se sonrojo bastante y desvió la mirada.

—De acuerdo —dijo Harry, haciendo como que no era aprensivo y satisfecho de que Lupin hubiera encontrado un sustituto de un dementor de verdad.

-Supongo que es el precio por querer aprender algo tan avanzado tan pronto- comento Ginny abrazando a Harry- pero lamentablemente es la mejor forma para ti

-Es cierto- le concedió Hermione desviando la mirada extrañada del azabache- la verdad es tu no aprendes con el estudio, siempre tienes que hacerlo con algo que implica algún riesgo.

-Supongo que es algo que no se puede evitar- aseguro Lily preocupada por todas las cosas que su hijo había tenido que pasar y todo lo que seguramente le hacía falta.

-Digan lo que digan, esa es la mejor forma de aprender- increpo Alastor- un estudio o entrenamiento no es nada comparado a una situación real.

—Así pues... —el profesor Lupin sacó su varita mágica e indicó a Harry que hiciera lo mismo—. El hechizo que trataré de enseñarte es magia muy avanzada... Bueno, muy por encima del Nivel Corriente de Embrujo. Se llama «encantamiento patronus».

— ¿Cómo es? —preguntó Harry, nervioso.

—Bueno, cuando sale bien invoca a un patronus para que se aparezca —explicó Lupin— y que es una especie de antidementor; un guardián que hace de escudo entre el dementor y tú.

-También se puede utilizar de otras formas si se logra hacer correctamente- agrego Kingsley, no por nada era la forma en que se comunicaban los miembros de la orden del fénix.

Harry se imaginó de pronto agachado tras alguien del tamaño de Hagrid que empuñaba una porra gigantesca.

Varias risas se dejaron escuchar cuando leyeron los pensamientos del joven,

El profesor Lupin continuó:

—El patronus es una especie de fuerza positiva, una proyección de las mismas cosas de las que el dementor se alimenta: esperanza, alegría, deseo de vivir... y no puede sentir desesperación como los seres humanos, de forma que los dementores no lo pueden herir. Pero tengo que advertirte, Harry, de que el hechizo podría resultarte excesivamente avanzado. Muchos magos cualificados tienen dificultades con él.

— ¿Qué aspecto tiene un patronus? —dijo Harry con curiosidad.

—Es según el mago que lo invoca.

-Por lo general es un reflejo de la personalidad de cada mago que lo conjura- comento Frank interrumpiendo la lectura- o como en el caso de la profesora McGonagall que toma la figura de su forma animaga.

-Y en ocasiones estos camban por circunstancias especiales como en el caso de Lily- agrego Alice viendo de reojo a su pelirroja amiga.

-O igual que Tonks que su patronus cabio a un lobo cuando…- un codazo hizo callar a Fred Weasley, fue su gemelo quien le detuvo.

-¡¿Un lobo?!- exclamo curioso Sirius- ósea igual que…

-Ni siquiera lo digas Sirius- le detuvo de inmediato Remus, sabía por dónde iría su comentario y quería evitarlo. Por su parte Nymphadora estaba muy curiosa, no hace mucho había conseguido realizar un patronus corpóreo, que resultó ser una liebre, pero ellos decían que en el futuro su patronus cambiaria a ser un lobo lo cual llamo su atención, que cosa podría hacer que un patronus cambiara tan radicalmente.

— ¿Y cómo se invoca?

—Con un encantamiento que sólo funcionará si te concentras con todas tus fuerzas en un solo recuerdo de mucha alegría.

-Eso va a ser un problema- comento Draco- no creo que te sea fácil encontrar uno de esos recuerdos.

-No, la verdad es que me costó varios intentos- acepto Harry- aunque después tuve otro problema apare de eso- agrego bajando la mirada, mientras Ginny lo rodeaba por sus hombros.

Harry intentó recordar algo alegre. Desde luego, nada de lo que le había ocurrido en casa de los Dursley le serviría. Al final recordó el instante en que por primera vez montó en una escoba.

-No creo que ese recuerdo sea suficiente- comento Lily- tal vez en ese momento si, pero cuando lo intente con el boggart.

—Ya —dijo, intentando recordar lo más exactamente posible la maravillosa sensación de vértigo que había notado en el estómago.

-Es una buena sensación- dijo James- pero hay otras cosas mejores, creo que podrías escoger otro recuerdo.

—El encantamiento es así —Lupin se aclaró la garganta—: ¡Expecto patronum!

— ¡Expecto patronum! —Repitió Harry entre dientes—. ¡Expecto patronum!

— ¿Te estás concentrando con fuerza en el recuerdo feliz?

—Sí... —contestó Harry, obligando a su mente a que retrocediese hasta aquel primer viaje en escoba—. Expecto patrono, no, patronum... perdón... ¡Expecto patronum! ¡Expecto patronum!

-Con tranquilidad Harry- le dijo Lily- tienes que recitar el hechizo con claridad, pero también debes de concentrase en tu recuerdo.

-En serio se escucha un poco complicado- aseguro Albus- y no creo que sea más fácil cuando se corre peligro.

-Es cierto, pero si lo consigue será un buen hechizo en su arsenal- aseguro James.

De repente, como un chorro, surgió algo del extremo de su varita. Era como un gas plateado.

-Bien ahijado- le festejo Sirius.

-No está mal, pero eso solo es el principió- agrego Marlene.

-Ya pero no hay porque ser pesimista.

— ¿Lo ha visto? —preguntó Harry entusiasmado—. ¡Algo ha ocurrido!

—Muy bien —dijo Lupin sonriendo—. Bien, entonces... ¿estás preparado para probarlo en un dementor?

-¿Tan pronto?- exclamo Lily volteando a ver a Remus.

-Bueno, tal vez en ese momento pienso lo mismo que ellas- se defendió el castaño señalando a Ginny y Hermione.

Para su disgusto Lily tuvo que aceptar que tenían razón, si quería que su hijo aprendiera a realizar ese hechizo tenía que aceptar que esa era la mejor manera para él, aun cuando le acareara ciertos problemas.

—Sí —dijo Harry, empuñando la varita con fuerza y yendo hasta el centro del aula vacía. Intentó mantener su pensamiento en el vuelo con la escoba, pero en su mente había otra cosa que trataba de introducirse... Tal vez en cualquier instante volviera a oír a su madre... Pero no debía pensar en ello o volvería a oírla realmente, y no quería... ¿o sí quería?

James y Lily se sorprendieron, al igual que sus amigos y Molly, por los pensamientos de Harry, cualquiera pensaría que eso sería algo que le disgustara, pero parecía que algo más complejo ocurría en la mente del azabache.

Lupin cogió la tapa de la caja de embalaje y tiró de ella. Un dementor se elevó despacio de la caja, volviendo hacia Harry su rostro encapuchado. Una mano viscosa y llena de pústulas sujetaba la capa.

Lily “L” se tomó de inmediato del brazo de su madre, aun cuando fuera solo una imitación de un verdadero dementor, la descripción era muy exacta y la imagen que se formaba en su cabeza era meramente aterradora.

Las luces que había en el aula parpadearon hasta apagarse. El dementor salió de la caja y se dirigió silenciosamente hacia Harry, exhalando un aliento profundo y vibrante. Una ola de intenso frío se extendió sobre él.

Fue evidente para todos que el boggart en verdad reaccionaba como un dementor real, los cercanos al chico y los miembros del E.D. esperaban impacientes escuchar cómo se desarrollaría su primer intento.

— ¡Expecto patronum! —Gritó Harry—. ¡Expecto patronum! ¡Expecto...!

Pero el aula y el dementor desaparecían. Harry cayó de nuevo a través de una niebla blanca y espesa, y la voz de su madre resonó en su cabeza, más fuerte que nunca...

—¡A Harry no! ¡A Harry no! Por favor... haré cualquier cosa...

—A un lado... hazte a un lado, muchacha...

— ¡Harry!

-No lo consiguió- exclamo Lily.

-Pero  bueno, solo fue el primer intento, tampoco podemos pedir mucho- agrego James.

-Pero después podrá hacerlo mejor que muchos- agregó Neville por lo bajo a sus amigos del E.D.

Por un lado se sintieron sorprendidos de que no pudiera lograrlo, pero al mismo tiempo era como si supieran que eso pasaría. Sin embargo, Severus y Dumbledore vieron algo curioso en ese recuerdo reprimido del joven, porque alguien tan malvado como Voldemort, quiso apartar a esa maga hija de muggles de Harry y no simplemente la mato a sangre fría como debió haberlo hecho tantas veces ya, debía de haber algún motivo para eso.

Harry volvió de pronto a la realidad. Estaba boca arriba, tendido en el suelo. Las luces del aula habían vuelto a encenderse. No necesitó preguntar qué era lo que había ocurrido.

—Lo siento —musitó, incorporándose y notando un sudor frío que le corría por detrás de las gafas.

— ¿Te encuentras bien? —le preguntó Lupin.

—Sí...

Para levantarse, Harry se apoyó primero en un pupitre y luego en Lupin.

—Toma. —Lupin le ofreció una rana de chocolate—. Cómetela antes de que volvamos a intentarlo. No esperaba que lo consiguieras la primera vez. Me habría impresionado mucho que lo hubieras hecho.

-Todos lo habríamos estado- acepto Ted.

—Cada vez es peor —musitó Harry, mordiendo la cabeza de la rana—. Esta vez la he oído más alto aún. Y a él... a Voldemort...

-No dijeron que el efecto del boggart no sería igual que el de uno real- exclamo Andrómeda- porque sería peor en se momento.

-Debe ser porque el joven Potter ha pasado muchas veces por el mismo transe- explico Dumbledore- esa podría ser la razón por la que es más fácil sacar a flote esos recuerdos bloqueados, incluso por tratarse de un boggart.

Lupin estaba más pálido de lo habitual.

—Harry, si no quieres continuar; lo comprenderé perfectamente...

James y Lily negaron con la cabeza, les gustaba que su amigo tratara de cuidar a su hijo, pero era evidente que este no se rendiría tan fácilmente, el continuaría.

— ¡Sí quiero! —Dijo Harry con energía, metiéndose en la boca el resto de la rana—. ¡Tengo que hacerlo! ¿Y si los dementores vuelven a presentarse en el partido contra Ravenclaw? No puedo caer de nuevo. ¡Si perdemos este partido, habremos perdido la copa de quidditch!

-Hay Harry- exclamo Lily con una sonrisa triste- bueno, al menos esa obsesión por el quidditch te servirá para algo bueno.

—De acuerdo, entonces... —dijo Lupin—. Tal vez quieras seleccionar otro recuerdo feliz. Quiero decir; para concentrarte. Ése no parece haber sido bastante poderoso...

-Sabes, si estuvieras saliendo con Ginny tendrías muchos recuerdos de los cuales elegir- le dijo James con cierto tono acusador.

-Suponiendo que Harry superara su impasividad y que la mini pelirroja superara su timidez- argumento Sirius.

-Jeje, sería divertido ver una cita entre ellos es esa época- comento George- los dos rojos caminado por el pasillo sin siquiera tomarse las manos y tumbando todo.

-O sentados en algún lugar, por horas, sin decir una sola palabra ni mucho menos viéndose a los ojo.

-Si claro- exclamo Ginny un poco molesta- pero si no quieren traumare más les vale que no vean nuestras sitas actuales- eso dejo a sus hermanos mudos.

-¿Qué quieres decir con eso Ginebra?- preguntaron al unísono los gemelos, pero ella no les dijo nada y solo se acurruco en el pecho de Harry.

-Leyendo entre líneas, diría que sus citas involucran una cama en algún momento

-¡¡Cállate Sirius!!- le gritaron los gemelos a un muy sonriente joven.

Harry pensó intensamente y recordó que se había sentido muy contento cuando, el año anterior; Gryffindor había ganado la Copa de las Casas. Empuñó otra vez la varita mágica y volvió a su puesto en mitad del aula.

-Bueno, ese  es un mejor recuerdo, esperemos que esta vez sea más efectivo- atajo Marlene.

— ¿Preparado? —preguntó Lupin, cogiendo la tapa de la caja.

—Preparado —dijo Harry, haciendo un gran esfuerzo por llenarse la cabeza de pensamientos alegres sobre la victoria de Gryffindor; y no con pensamientos oscuros sobre lo que iba a ocurrir cuando la caja se abriera.

— ¡Ya! —dijo Lupin, levantando la tapa.

El aula volvió a enfriarse y a quedarse a oscuras. El dementor avanzó con su violenta respiración, abriendo una mano putrefacta en dirección a Harry.

— ¡Expecto patronum! —Gritó Harry—. ¡Expecto patronum! ¡Expecto pat...!

-No lo conseguirá- expreso Lily apretando sus manos, la práctica de ese hechizo es muy complicado, en especial de la forma que él lo estaba haciendo, lo sabía, pero en verdad esperaba que pudiera conseguirlo rápido, no quería que lo hiciera perfecto, solo lo suficiente como para que pudiera defenderse.

Una niebla blanca le oscureció el sentido. En tomo a él se movieron unas formas grandes y borrosas... Luego oyó una voz nueva, de hombre, que gritaba aterrorizado:

— ¡Lily, coge a Harry y vete! ¡Es él! ¡Vete! ¡Corre! Yo lo detendré.

Lo supieron, en ese momento, todos supieron que ese era la voz de James, este por su parte se impresiono, y comenzó a sentirse un poco triste, al menos en ese momento trato de defender a esas dos personas que más amaba, pero al final no lo consiguió.

El ruido de alguien dentro de una habitación, una puerta que se abría de golpe, una carcajada estridente.

— ¡Harry! Harry, despierta...

-No me gusta que pueda recordar todo eso- exclamo Molly molesta.

-A nadie querida, pero es algo que no se puede evitar- atajo Arthur.

Lupin le abofeteaba las mejillas. Esta vez le costó un minuto comprender por qué estaba tendido en el suelo polvoriento del aula.

-Es verdad, si fuera mi sobrina seria obvia por qué estaría en el suelo debajo de Remus, pero Harry…

-Sirius, ¿por qué siempre diriges las situaciones por ese lado?- le reclamo Remus.

-No siempre lo hago lunático- se defendió- y si lo hago es porque es divertido ver como se sonrojan- soltó una leve risa- pero cuando acepten que estarán juntos.

-Seguirás haciendo los mismo comentarios canuto- le interrumpió James- pero esta vez tendré que estar de acuerdo con Remus, no es momento para hablar de vida sex…

-¡James!- le callo el castaño.

—He oído a mi padre —balbuceó Harry—. Es la primera vez que lo oigo. Quería enfrentarse a Voldemort para que a mi madre le diera tiempo de escapar.

Harry notó que en su rostro había lágrimas mezcladas con el sudor.

Varios de los presentes sintieron un poco de pena por el chico, no se podían imaginar cómo se sentiría en esos momentos. Por otra parte Severus tenía un conflicto, ya que el odiaba a Potter, mas sin embargo trato de defender a Lily, más de lo que el había parecido haber hecho.

Bajó la cabeza todo lo que pudo para limpiarse las lágrimas con la túnica, haciendo como que se ataba el cordón del zapato, para que Lupin no se diera cuenta de que había llorado.

— ¿Has oído a James? —preguntó Lupin con voz extraña.

-Eso podría ser malo- comento Marlene- si hablas de tu relación con James, inevitablemente sabrá tu relación con Sirius.

-Sería bueno, si la situación fuera diferente- concedió Alice.

—Sí... —Con la cara ya seca, volvió a levantar la vista—. ¿Por qué? Usted no conocía a mi padre, ¿o sí?

—Lo... lo conocí, sí —contestó Lupin—. Fuimos amigos en Hogwarts.

-Ya no le dirás más cierto- comento James viendo  su amigo, suponía que lo contaría más porque no se podía comprobar la inocencia de Sirius en ese momento, y eso llevaría a que perdiera la confianza de su hijo.

Escucha, Harry. Tal vez deberíamos dejarlo por hoy Este encantamiento es demasiado avanzado... No debería haberte puesto en este trance...

-Ya es muy tarde- alego Lily- él es demasiado terco, no se rendirá con tanta facilidad- volteo a ver a su novio- si será igual a su padre.

-No solo como yo querida, no es solo como yo- respondió James abrazando a su pelirroja.

—No —repuso Harry. Se volvió a levantar—. ¡Lo volveré a intentar! No pienso en cosas bastante alegres, por eso... ¡espere!

Hizo un gran esfuerzo para pensar. Un recuerdo muy feliz..., un recuerdo que pudiera transformarse en un patronus bueno y fuerte...

Todos se comenzaron a penar cual podría ser el recuerdo que elegiría esa vez, pues como ya había comentado anteriormente Draco, muchos de los recuerdos del chico no eran precisamente alegres.

¡El momento en que se enteró de que era un mago y de que tenía que dejar la casa de los Dursley para ir a Hogwarts! Si eso no era un recuerdo feliz, entonces no sabía qué podía serlo. Concentrado en los sentimientos que lo habían embargado al enterarse de que se iría de Privet Drive, Harry se levantó y se puso de nuevo frente a la caja de embalaje.

-Buena suerte- dijo por lo bajo Lily “L” pero solo Ginny consiguió oírla, ante eso le acaricio la cabeza a su pequeña pelirroja.

— ¿Preparado? —dijo Lupin, como si fuera a obrar en contra de su criterio

-Posiblemente así era- atajo Dora.

—. ¿Te estás concentrando bien? De acuerdo. ¡Ya!
Levantó la tapa de la caja por tercera vez y el dementor volvió a salir de ella. El aula volvió a enfriarse y a oscurecerse.

— ¡EXPECTO PATRONUM! —Gritó Harry—. ¡EXPECTO PATRONUM! ¡EXPECTO PATRONUM!

De nuevo comenzaron los gritos en la mente de Harry, salvo que esta vez sonaban como si procedieran de una radio mal sintonizada. El sonido bajó, subió y volvió a bajar... Todavía seguía viendo al dementor. Se había detenido... Y luego, una enorme sombra plateada salió con fuerza del extremo de la varita de Harry y se mantuvo entre él y el dementor; y aunque Harry sentía sus piernas como de mantequilla, seguía de pie, sin saber cuánto tiempo podría aguantar.

Algunos jóvenes del pasado se quedaron impresionados ante eso, algunos habían practicado el encantamiento sin lograr lo que había conseguido Harry en esos tres intentos, o que lo habían hecho pero después de mucho más tiempo que él, por su parte los del futuro celebraron silenciosamente o realizaron algún además de victoria. Por ultimo James y Lily se sentían aliviados y orgullosos por el logro de su hijo.

— ¡Riddíkulo! —gritó Lupin, saltando hacia delante.

Se oyó un fuerte crujido y el nebuloso patronus se desvaneció junto con el dementor. Harry se derrumbó en una silla, con las piernas temblando, tan cansado como si acabara de correr varios kilómetros.

-No fue un mal inicio chico- exclamo ojo loco- pero deberás de practicar mucho más para que puedas perfeccionarlo, o de lo contrario…

-No seas muy severo Alastor- le interrumpió Kingsley.

Por el rabillo del ojo vio al profesor Lupin obligando con la varita al boggart a volver a la caja de embalaje. Se había vuelto a convertir en una esfera plateada.

Dora acaricio la mano de Remus por debajo de la mesa, ahora ella ya comprendía que significaba esa esfera plateada.

— ¡Estupendo! —dijo Lupin, yendo hacia donde estaba Harry sentado—. ¡Estupendo, Harry! Ha sido un buen principio.

— ¿Podemos volver a probar? Sólo una vez más.

—Ahora no —dijo Lupin con firmeza—. Ya has tenido bastante por una noche. Ten...

Ofreció a Harry una tableta del mejor chocolate de Honeydukes.

-Eso es tener muy buen gusto- intervino Teddy.

-Lunático siempre lo tiene con lo referente a chocolates- aseguro Sirius.

—Cómetelo todo o la señora Pomfrey me matará.

-Yo creo que te mataría solo por lo que has hecho- le dijo Dora con media sonrisa- en especial por tratarse de alguien que de por si pasaba tanto tiempo en la enfermería.

-Supongo que tu tendrás mucha experiencia respecto a eso verdad- le devolvió el licántropo dándole un dulce sonrisa.

Sirius hizo el intento de decir algo, pero Marlene le dio golpe en las costillas para que guardara silencio.

¿El jueves que viene a la misma hora?

—Vale —dijo Harry. Dio un mordisco al chocolate y vio que Lupin apagaba las luces que se habían encendido con la desaparición del dementor. Se le acababa de ocurrir algo—: ¿Profesor Lupin? —preguntó—. Si conoció a mi padre, también conocería a Sirius Black.

Lupin se volvió con rapidez:

— ¿Qué te hace pensar eso? —dijo severamente.

—Nada. Quiero decir... me he enterado de que eran amigos en Hogwarts.

El rostro de Lupin se calmó.

—Sí, lo conocí —dijo lacónicamente—. O creía que lo conocía. Será mejor que te vayas, Harry. Se hace tarde.

-¿Creíste que me conocías?- repitió Sirius- ósea que piensas que soy culpable, hay Remus, me has herido en lo profundo de mi corazón- agrego con una sobreactuación muy evidente.

-No creo que sea algo divertido- le recrimino Marlene.

-Digo lo mismo- apoyo James- como puedes penar que Sirius…

-Pasaron muchas cosas en ese tiempo- le interrumpió Harry- ya lo verán en su momento.

Kingsley leyó como Harry se centró cerca de una armadura para terminar el chocolate y lamentarse de mencionar a Black frente a Lupin.

Luego volvió a pensar en sus padres.

Se sentía extrañamente vacío, a pesar de haber comido tanto chocolate. Aunque era terrible oír dentro de su cabeza los últimos instantes de vida de sus padres, eran las únicas ocasiones en que había oído sus voces, desde que era muy pequeño. Nunca sería capaz de crear un patronus de verdad si en parte deseaba volver a oír la voz de sus padres...

Los aludidos se sintieron fatales por saber lo que su hijo pensaba, otros que sentían así eran Molly, Arthur, Andrómeda  que sentían empatía con el chico y claro, el mismo Teddy quien por mucho tiempo se sintió igual que su padrino.

—Están muertos —se dijo con firmeza—. Están muertos y volver a oír el eco de su voz no los traerá a la vida. Será mejor que me controle si quiero la copa de quidditch.

Harry bajo la vista con pesadez, si bien sus palabras eran ciertas, nunca pensó que sus padres lo escucharían diciéndolas.

-Tranquilo cariño- le aseguro Lily- lo mejor es, que saques esa idea de tu cabeza y te concentres en las prácticas.

Kingsley continuo leyendo como Harry regreso a la sala común, y del partido de quidditch donde Slytherin gano con poco margen y de cómo Wood entusiasmado aumento las sesiones de entrenamiento, y de cómo esto sumado a las clases con Lupin a Harry le quedaba mucho tiempo, pero eso no tenía nada que ver con todo el trabajo que tenía Hermione con tantas clases.

— ¿Cómo lo hará? —le preguntó Ron a Harry una tarde, mientras el segundo terminaba un insoportable trabajo para Snape sobre Venenos indetectables. Harry alzó la vista. A Hermione casi no se la veía detrás de la torre de libros.

-No es mucha carga para ti mamá- le pregunto Hugo viendo a Hermione.

-Si fue demasiado pesado- acepto la castaña- y más en ese momento, pero todas eran clase muy interesantes.

-Pero no necesita asistir a estudios muggles- salto Fabián

-Y no congenias en lo más mínimo con la clase de adivinación- agrego Gideon.

-Si bueno,  pero aun así quería intentar seguir en esas clases- se defendió.

— ¿Cómo hará qué?

—Ir a todas las clases —dijo Ron—. Esta mañana la oí hablar con la profesora Vector, la bruja que da Aritmancia. Hablaban de la clase de ayer. Pero Hermione no pudo ir, porque estaba con nosotros en Cuidado de Criaturas Mágicas. Y Ernie McMillan me dijo que no ha faltado nunca a una clase de Estudios Muggles. Pero la mitad de esas clases coinciden con Adivinación y tampoco ha faltado nunca a éstas.

-A pesar de tu odio a esa clase- agrego Ron.

-No la odio, solo digo que es muy criticable- se defendió la castaña.

Harry no tenía tiempo en aquel momento para indagar el misterio del horario imposible de Hermione. Tenía que seguir con el trabajo para Snape. Dos segundos más tarde volvió a ser interrumpido, esta vez por Wood.

—Malas noticias, Harry. Acabo de ver a la profesora McGonagall por lo de la Saeta de Fuego. Ella... se ha puesto algo antipática conmigo.

-Más bien ya estaba más que fastidiada con que la estuviera molestando tanto tiempo- aseguro alce.

Me ha dicho que mis prioridades están mal. Piensa que me preocupa más ganar la copa que tu vida. Sólo porque le dije que no me importaba que la escoba te tirase al suelo, siempre que cogieras la snitch. —Wood sacudió la cabeza con incredulidad.

-En verdad no tiene idea porque le dijo eso- reclamo Lily molesta.

-Ya no parece tan buen chico verdad

-Ya Georgy, no tienes porque ponerte celoso auch- exclamo Fred recibiendo un golpe.

Realmente, por su forma de gritarme... cualquiera habría pensado que le había dicho algo terrible.

-En verdad no comprendo que maldita cosa tienen en la cabeza ustedes- dijo Lily viendo de reojo a su novio.

-Hey, que yo nunca actué de esa forma- se defendió el azabache.

-No, y que hay con aquella vez que le gritaste a Sirius “no me importa que mates a alguien, así que pégale con fuerza a la bluddger”

-¿En verdad dije eso?

-Si- respondieron Remus y Sirius mientras que vario de los presentes asintieron en confirmación a la respuesta de los jóvenes.

Luego le pregunté cuánto tiempo la tendría todavía. —Hizo una mueca e imitó la voz de la profesora McGonagall—: «El tiempo que haga falta, Wood.»

-Creo que tendré algunas cosas que decirle a ese joven en el futuro- exclamo McGonagall.

Me parece que tendrás que pedir otra escoba, Harry. Hay un cupón de pedido en la última página de El mundo de la escoba. Podrías comprar una Nimbus 2.001 como la que tiene Malfoy.

—No voy a comprar nada que le guste a Malfoy —dijo taxativamente.

-Lógico- dijeron algunos al unísono.

-Pero aun así usaste la bendita escoba en el siguiente partido- agrego Draco.

-Lo que hace que tu enojo contra mamá fue completamente inútil y solo la hicieron pasar un mal momento- dijo acusadoramente Rose.

-Sí, está bien, lo siento- dijo el azabache.

Kingsley continuo leyendo como los días avanzaban, y de cómo Harry le preguntaba a la profesora McGonagall después de terminar su clase de transformaciones acerca de su saeta de fuego, y la respuesta exasperada de está diciéndole que ella le diría cuando terminaran de examinarla.

-Con Wood y Harry molestando por la bendita escoba cada dos por tres debió de acabar con la paciencia de la profesora- comento Andrómeda.

Para empeorar aún más las cosas, las clases antidementores de Harry no iban tan bien como esperaba, ni mucho menos.

-Harry debes de tener más paciencia- exclamo Lily- si eso no es como tus deberes habituales, es un encantamiento muy difícil de controlar.

-Lo sabemos pelirroja, pero recuerda que su motivación es el quidditch, y la fecha del partido está cada vez más cerca.

Después de varias sesiones, era capaz de crear una sombra poco precisa cada vez que el dementor se le acercaba, pero su patronus era demasiado débil para ahuyentar al dementor. Lo único que hacía era mantenerse en el aire como una nube semitransparente, vaciando de energía a Harry mientras éste se esforzaba por mantenerlo. Harry estaba enfadado consigo mismo. Se sentía culpable por su secreto deseo de volver a oír las voces de sus padres.

-Tu avance ha sido bastante bueno- exclamo Remus- pero no podría negar que esos sentimientos el enfado y la culpabilidad no te ayudarían para progresar.

-Le tomo más tiempo en dominarlo del que pensé - exclamo Deán por lo bajo.

-Es muy comprensible- aseguro Neville, su vida no había sido tan diferente que la su amigo, por lo que comprendía los problemas que tuvo para realizar su patronus.

—Esperas demasiado de ti mismo —le dijo severamente el profesor Lupin en la cuarta semana de prácticas—. Para un brujo de trece años, incluso un patronus como éste es una hazaña enorme. Ya no te desmayas, ¿a qué no?

—Creí que el patronus embestiría contra los dementores —dijo Harry desalentado—, que los haría desaparecer...

-Hay cariño- se le salió decir a Lily de una forma tierna, esa era una forma infantil de ver las cosas, recordándole que su hijo aún era solo un niño en esos momentos. No obstante eso provocó un rubor en el rostro de Harry que alcanzaba a oír las tenues risitas de sus amigos.

—El verdadero patronus los hace desaparecer —contestó Lupin—. Pero tú has logrado mucho en poco tiempo. Si los dementores hacen aparición en tu próximo partido de quidditch, serás capaz de tenerlos a raya el tiempo necesario para volver al juego.

—Usted dijo que es más difícil cuando hay muchos —repuso Harry

-Sí, pero no tienes que enfrentarte a ellos si es que aparecen- dijo Dora- ahí estará Dumbledore por lo que solo es preciso mantenerlos a raya el tiempo suficiente.

—Tengo total confianza en ti —aseguró Lupin sonriendo—. Toma, te has ganado una bebida. Esto es de Las Tres Escobas y supongo que no lo habrás probado antes...

-¿Qué cosa le llevaste lunático?- le pregunto James- espero no sea nada malo he- bromeo.

-Como botellas de whiskey de fuego para los menores de edad- dijo en reprimenda Lily.

-Nunca se comprobó que fuimos nosotros quienes hicieron eso- salto de inmediato el azabache- está bien que en ocasiones nos embriagábamos e vez en cuando, pero solo eso.

Sacó dos botellas de su maletín.

— ¡Cerveza de mantequilla! —exclamó Harry irreflexivamente—. Sí, me encanta. —Lupin alzó una ceja

-Peligro ahijado, estas a punto de revelar tus travesuras- exclamo Sirius- si fuera el Remus normal no importaría, pro como profesor.

—. Bueno... Ron y Hermione me trajeron algunas cosas de Hogsmeade —mintió Harry a toda prisa.

—Ya veo —dijo Lupin, aunque parecía algo suspicaz

-No creo que te haya creído la historia- exclamo Teddy- pero tampoco tiene pruebas de eso, así que por el momento no pasara nada.

—. Bien, bebamos por la victoria de Gryffindor contra Ravenclaw. Aunque en teoría, como profesor no debo tomar partido —añadió inmediatamente.

-Así debería de ser- exclamo McGonagall.

-No se moleste profesora, tampoco es como si hiciera algo malo- le dijo Frank

Bebieron en silencio la cerveza de mantequilla, hasta que Harry mencionó algo en lo que llevaba algún tiempo meditando.

— ¿Qué hay debajo de la capucha de un dementor?

Pregunta inesperada para la mayoría de los presentes, después de todo, a muy pocos les interesaba aprender más de los dementores.

-No debiste preguntar eso- le aseguro Lily- la respuesta no te gustara en los más mínimo.

El profesor Lupin, pensativo, dejó la botella.

—Mmm..., bueno, los únicos que lo saben no pueden decimos nada.

Después del terminar el libro, muchos abrían como son los dementores debajo de la capucha les gustase o no, pensó Harry, aquel momento en el que estuvo a punto de perder su alma estaba claro en su mente, y no dudaba que eso vendría en el libro.

El dementor sólo se baja la capucha para utilizar su última arma.

— ¿Cuál es?

—Lo llaman «Beso del dementor» —dijo Lupin con una amarga sonrisa—. Es lo que hacen los dementores a aquellos a los que quieren destruir completamente. Supongo que tendrán algo parecido a una boca, porque pegan las mandíbulas a la boca de la víctima y... le sorben el alma.

-¡¡¿Qué?!!- gritaron con fuerza varios de los presentes, especialmente los de la tercera generación, Lily “L” y Hugo se abrazaron a sus respectivas madres, y alguna chica se abalanzo a su novio o alguien cercano, no conocían ese detalle de esas malditas criaturas.

Harry escupió, sin querer; un poco de cerveza de mantequilla.

— ¿Las matan?

—No —dijo Lupin—. Mucho peor que eso. Se puede vivir sin alma, mientras sigan funcionando el cerebro y el corazón. Pero no se puede tener conciencia de uno mismo, ni memoria, ni nada. No hay ninguna posibilidad de recuperarse. Uno se limita a existir. Como una concha vacía. Sin alma, perdido para siempre. —Lupin bebió otro trago de cerveza de mantequilla y siguió diciendo—: Es el destino que le espera a Sirius Black.

-¡¿Qué?!- increpo de inmediato Sirius, una cosa era estar encerrado en Azkabán, pero otra muy diferente es el dejarlo a merced de esas cosas.

-Tranquilo canuto, eso no va a pasar- le aseguro James con un deje de esperanza.

Lo decía El Profeta esta mañana. El Ministerio ha dado permiso a los dementores para besarlo cuando lo encuentren.

-Como si a malditas cosas necesitaran su permiso para hacerlo- espeto enojada Andrómeda.

Harry se quedó abstraído unos instantes, pensando en la posibilidad de sorber el alma por la boca de una persona. Pero luego pensó en Black.

—Se lo merece —dijo de pronto.

Todas las miradas se posaron sobre el azabache, James, Lily, Los Weasley, Hermione, los hijos de Harry se sorprendieron enormemente al escuchar eso, incluso Draco quedó pasmado por esa declaración de su enemigo, como es posible que él, quien testifico a favor de él y de su madre, se comportara de esa manera.

— ¿Eso piensas? —Dijo, como sin darle importancia—. ¿De verdad crees que alguien se merece eso?

—Sí —dijo Harry con altivez—. Por varios motivos.

-Pero Harry- exclamo Lily un poco decepcionada por la actitud de su hijo.

-Tranquila pelirroja, solo está molesto, ya se le pasara- le dijo Sirius bajando un poco la mirada.

-Tú estás bien- le pregunto Lily al hombre.

-Sí, estoy bien- le dijo el oji gris, y por debajo de la mesa alcanzo la mano de Marlene quien se la sujeto, ella sería su sustento en esos momentos.

Le habría gustado hablar con Lupin sobre la conversación que había oído en Las Tres Escobas, sobre Black traicionando a sus padres, aunque aquello habría supuesto revelar que había ido a Hogsmeade sin permiso. Y sabía que a Lupin no le haría gracia.

-Él ya debería de conocer esa historia, o mejor dicho esa versión de la historia- comento Ted- pero aun así habría sido una verdadera locura haberle comentado algo.

-Con la cantidad de prohibiciones que tienes para salir del castillo te habrían castigado severamente- agrego Andrómeda.

-Y peor aún, te habrías perdido el partido de quidditch- dijo James “S”- aunque si no te devuelven la escoba.

-Ese comentario es innecesario James- le reclamo Teddy.

De forma que terminó su cerveza de mantequilla, dio a Lupin las gracias y salió del aula de Historia de la Magia.

Harry casi se arrepentía de haberle preguntado qué había debajo de la capucha de un dementor. La respuesta había sido tan horrible y lo había sumido hasta tal punto en horribles pensamientos sobre almas sorbidas que se dio de bruces con la profesora McGonagall mientras subía por las escaleras.

-En verdad no debiste de preguntarlo- aseguro Lily- en especial con las practicas del patronus, esa ideas solo te dificultaran concentrarte en tu recuerdo feliz.

—Mira por dónde vas, Potter.

—Lo siento, profesora.

—Fui a buscarte a la sala común de Gryffindor. Bueno, aquí la tienes. Hemos hecho todas las comprobaciones y parece que está bien. En algún lugar tienes un buen amigo, Potter.

Harry se quedó con la boca abierta. La profesora McGonagall sostenía su Saeta de Fuego, que tenía un aspecto tan magnífico como siempre.

El profesor Flitwick y la señora Hook sonrieron con superioridad, era evidente que ellos serían capaces de dejar esa escoba como nueva después de su examinación.

— ¿Puedo quedármela? —dijo Harry con voz desmayada—. ¿De verdad?

—De verdad —dijo sonriendo la profesora McGonagall—. Tendrás que familiarizarte con ella antes del partido del sábado, ¿no?

-Él lo conseguirá profesora- exclamo James emocionado- ya sabía que usted también era una gran fanática del juego.

-Pero para nada es igual a ti y a ese Wood- le recrimino Lily.

Haz todo lo posible por ganar; porque si no quedaremos eliminados por octavo año consecutivo, como me acaba de recordar muy amablemente el profesor Snape.

-Solo te la pasas fastidiando a todo el mundo e Quejicus- espeto Sirius.

-¡Cállate Black!- le reclamo este.

Harry subió por las escaleras hacia la torre de Gryffindor; sin habla, llevando la Saeta de Fuego. Al doblar una esquina, vio a Ron, que se precipitaba hacia él con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Te la ha dado? ¡Estupendo! ¿Me dejarás que monte en ella? ¿Mañana?

—Sí, por supuesto —respondió Harry con un entusiasmo que no había experimentado desde hacía un mes—. Tendríamos que hacer las paces con Hermione. Sólo quería ayudar...

Lily bufo notablemente cundo leyeron eso.

-¿Qué pasa?- pregunto con cuidado, pues era evidente que ella estaba molesta por algo- ya íbamos  reconciliarnos con…

-Sí, cuando se salieron con la suya y te regresaron la escoba- le interrumpió su madre- muy conveniente debería decir.

-Ya abemos que hicimos mal, no tienes por qué castigarme por lo que paso.

-Claro que puedo, porque soy tu madre- le aseguro, James, Sirius y Remus conocían ese tono de voz de la pelirroja, eso les indico que iba en serio.

-Pero ya soy mayor de edad

-No me interesa- aseguro- y si es necesario, cuando cambiemos la historia te voy a estar vigilando día y noche si es necesario para corregirte.

-Pero…

-Kingsley, sique leyendo- ordeno.

Era evidente que estaba molesta, pero no tanto como en otras ocasiones anteriores, nuevamente se descubría un poco de como seria la vida del joven si lograban sobrevivir sus padres, por otro lado los amigos de Harry y los bromistas comenzaron a hacer señas de tal forma en que solo él pudiera verlos, riéndose de su situación.

—Sí, de acuerdo. Está en la sala común, trabajando, para variar.

De la misma forma Molly vio con seriedad a su hijo, con el intercambio de palabras anteriores supo que a ella tampoco le agrava que hicieran las pases en esas circunstancias, y la verdad no sabía cómo reaccionaría cuando supiera que la pelea continuo por culpa de esa maldita rata.

Llegaron al corredor que llevaba a la torre de Gryffindor; y vieron a Neville Longbottom que suplicaba a sir Cadogan que lo dejara entrar.

—Las escribí, pero se me deben de haber caído en alguna parte.

-¿Las contraseñas?- pregunto Frank a su hijo que asentía.

-Eso pude ser malo hijo- exclamo Alice- así cualquiera podría entrar a su sala común.

-Sí, ahora lo sé- acepto el chico- pero no tenía muchas opciones, ya me costaba recordar una sola- volteo a ver a su hija- ojala que a ti no ocurra los mismo- agrego acariciándole la cabeza.

-No lo creo, según mamá yo herede otras cosas de ti- exclamó sin preocupación la niña.

— ¡Id a otro con ese cuento! —vociferaba sir Cadogan.

Luego, viendo a Ron y Harry—: ¡Voto a bríos, mis valientes y jóvenes vasallos! ¡Venid a atar a este demente que trata de forzar la entrada!

—Cierra la boca —dijo Ron al llegar junto a Neville.

-Es una verdadera molestia- exclamo James “S”- ya no me molesta por las horribles prácticas de canto de la señora gorda.

—He perdido las contraseñas —les confesó Neville abatido—. Le pedí que me dijera las contraseñas de esta semana, porque las está cambiando continuamente, y ahora no sé dónde las tengo.

-Todo eso por el animal de Sirius- exclamo Marlene viéndolo acusadoramente- pero aun así porque diablos intentarías entrar a la sala común.

-Supongo que lo averiguaremos después- respondió el oji gris encogiéndose de hombros.

—«Rompetechos» —dijo Harry a sir Cadogan, que parecía muy decepcionado y reacio a dejarlos pasar.

-Hasta cree que lo obedecerían y le harían eso a su amigo- comento Albus.

-Ustedes me han hecho coas peores, como cuando me arrojaron al lago- exclamo James.

-Sí, pero te lo merecías por hablador- exclamo Scorpius- además por tus estúpidas bromas.

-Cierto- apoyaron Rose y Albus.

-Cielos, cundo ustedes tres se juntan son peligrosos- termino James “S”

Hubo murmullos repentinos y emocionados cuando todos se dieron la  vuelta y rodearon a Harry para admirar su Saeta de Fuego.

— ¿Cómo la has conseguido, Harry?

-Fue un regalo de una espectacular y grandiosa persona- dijo Sirius inflando el pecho.

-O de un perro pulgoso con exceso de ego- agrego Marlene.

— ¿Me dejarás dar una vuelta?

— ¿Ya la has probado, Harry?

-Aun no, pero no dudo que lo ara lo más pronto posible- aseguro Dora.

-En cuanto Wood y el resto del equipo deje de contemplarla durante la práctica- agrego Remus.

—Ravenclaw no tiene nada que hacer. Todos van montados en Barredoras 7.

-No deberían confiarse- exclamó James- una mejor escoba es buena pero no define un partido.

-Sí, eso me quedo demasiado claro- intervino Draco recordando aquel partido en segundo año.

— ¿Puedo cogerla, Harry?

Después de unos diez minutos en que la Saeta de Fuego fue pasando de mano en mano y admirada desde cada ángulo, la multitud se dispersó y Harry y Ron pudieron ver a Hermione, la única que no había corrido hacia ellos y había seguido estudiando.

No podían esperar que hiciera otra cosa- espeto Molly- les correspondía a ustedes acercarse a ella- agrego viéndolos con reproche.

Harry y Ron se acercaron a su mesa y la muchacha levantó la vista.

—Me la han devuelto —le dijo Harry sonriendo y levantando la Saeta de Fuego.

— ¿Lo ves, Hermione? ¡No había nada malo en ella!

—Bueno... Podía haberlo —repuso Hermione—. Por lo menos ahora sabes que es segura.

-Siempre tienen que estar en el lado opuesto de un debate cierto- exclamo Fred- en serio deberían buscar cosas mejores para expresar su amor.

-Si lo hicieron hermano- le corrigió George- solo mira lo rápido que tuvieron a sus hijos, y eso sin contar los intentos para su tercero.

-¡Ya cállate George!- le paro Hermione.

—Sí, supongo que sí —dijo Harry—. Será mejor que la deje arriba.

— ¡Yo la llevaré! —Se ofreció Ron con entusiasmo—. Tengo que darle a Scabbers el tónico para ratas.

-Y aprovecharas para tocar un poco más de tiempo la saeta de fuego, a que si sobrino- le proco Fabián.

-Será lo mejor supongo, si nuestro sobrino se quedara tal vez no se podrían reconciliar con Hermione- agrego Gideon.

Cogió la Saeta de Fuego y, sujetándola como si fuera de cristal, la subió hasta el dormitorio de los chicos.

— ¿Me puedo sentar? —preguntó Harry a Hermione.

—Supongo que sí —contestó Hermione, retirando un montón de pergaminos que había sobre la silla.

Harry echó un vistazo a la mesa abarrotada, al largo trabajo de Aritmancia, cuya tinta todavía estaba fresca, al todavía más largo trabajo para la asignatura de Estudios Muggles («Explicad por qué los muggles necesitan la electricidad»), y a la traducción rúnica en que Hermione se hallaba enfrascada.

— ¿Qué tal lo llevas? —preguntó Harry

-Cielos, igual a tu padre- exclamo Lily- puedes decir muchas cosas pero nunca puede salir de tus labios un discúlpame o un lo siento- Harry no podía decir nada para defenderse, no era bueno para hablar de esas cosas.

-Hey, que yo si he dicho algo así- se defendió James.

-Y solo te costó seis años conseguirlo- le devolvió la pelirroja.

—Bien. Ya sabes, trabajando duro —respondió Hermione. Harry vio que de cerca parecía casi tan agotada como Lupin.

-Se debe a que es demasiado trabajo- aseguro Remus- creo que te estas exigiendo demasiado con tantas clases.

— ¿Por qué no dejas un par de asignaturas? —preguntó Harry, viéndola revolver entre libros en busca del diccionario de runas.

— ¡No podría! —respondió Hermione escandalizada.

-Pero es algo excesivo, no creo que yo pudiera hacer lo mismo que tu- aseguró Rose.

-Claro que no sobrina, después de todo también tienes sangre de Ronnie- exclamo Fred.

-¿Y que se supone que significa eso?- le reclamo el pelirrojo.

-Lo que todos sabemos hermanito- respondió George- puede que seas medianamente bueno en algunas coas, pero no en el estudio.

-O cállense.

—La Aritmancia parece horrible —observó Harry, cogiendo una tabla de números particularmente abstrusa.

—No, es maravillosa —dijo Hermione con sinceridad—. Es mi asignatura favorita. Es...

-En serio,- exclamo Bill- genial, en ese caso podrías trabajar en Gringotts rompiendo maldiciones- agregó.

-No lo creo- respondió la castaña- pero no creo que sea lo mío.

Pero Harry no llegó a enterarse de qué tenía de maravilloso la Aritmancia. En aquel preciso instante resonó un grito ahogado en la escalera de los chicos. Todos los de la sala común se quedaron en silencio, petrificados, mirando hacia la entrada. Se acercaban unos pasos apresurados que se oían cada vez más fuerte. Y entonces apareció Ron arrastrando una sábana.

-Hay Ron, como se te ocurre- le acuso divertido Sirius- como pueden hacerlo ahí en frente de todos perver…

-Tu eres el pervertido animal- le detuvo Marlene antes de que Ron comprendiera y tratara que de tirarle algo- deja de decir estupideces y deja continuar la lectura.

— ¡MIRA! —Gritó, acercándose a zancadas a la mesa de Hermione—. ¡MIRA!    —repitió, sacudiendo la sábana delante de su cara.

— ¿Qué pasa, Ron?

— ¡SCABBERS! ¡MIRA! ¡SCABBERS!

Hermione se apartó de Ron, echándose hacia atrás, muy asombrada. Harry observó la sábana que sostenía Ron. Había algo rojo en ella. Algo que se parecía mucho a...

— ¡SANGRE! —Exclamó Ron en medio del silencio—. ¡NO ESTÁ! ¿Y SABES LO QUE HABÍA EN EL SUELO?

-Eso no se ve nada bien para Hermione- exclamó Alce y muchos asintieron a su declaración, sabían que eso significaba una nueva pelea entre ellos.

—No, no —dijo Hermione con voz temblorosa. Ron tiró algo encima de la traducción rúnica de Hermione. Ella y Harry se inclinaron hacia delante. Sobre las inscripciones extrañas y espigadas había unos pelos de gato, largos y de color canela.

-Es todo- les informó el auror.

-Entonces el gato de Hermione tuvo éxito y se lo comió- dijo Dora entre realizando una declaración o una pregunta.

-Sí, supongo- agrego Remus, pero aun así él se estaba formando una idea desde hacía algún tiempo, que tal si se trataba de, no, no era posible, pero que el aria algo como eso, además no creía que se dejaría devorar por un gato, pero aun así algo dentro de él no estaba convencido, lo mejor sería esperar un poco más.

-Lo que sí se puede decir, es que ahí quedaron las posibilidades de reconciliación- aseguro Charlie- tus días de soledad no han terminado aún- agrego viendo a Hermione

Por su parte ron bajo la cabeza, ahora que sabía lo que en verdad paso se sentía terrible, la forma en que la tato esa vez.

-Ya tranquilo- le dijo por lo bajo la castaña abrazándolo por los hombros.

-Pero esa vez…

-Fue igual o incluso menor a otras cosas que me hiciste en años posteriores

-¿Acaso quieres reanimarme?- interrogo, ella simplemente se remitió a darle un beso en la mejilla.


5 comentarios:

  1. genial capitulo
    espero pronto puedas actualizar y veremos que pasa en el partido con Ravenclaw, uuy ya quiero que llegue el capitulo donde le pegan a Malfoy... descubren la verdad de Sirius y obvio salvan al hipogrifo y al propio Sirius

    saludos

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    1. Me alegra que te gustara.
      Si, quedan varios capítulos, en lo personal ya quiero llegar a la parte de los dementores en el lago y lo del giratiempos.
      Ya actualizo.

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  2. Holaaaa volvi .... estaba de vacaciones por eso no pude ver cuando subistes pero gracias por seguir y gracias por respondetme todos mis comentarios se que aveces me pongo un poquitin fastidiosa pero bueno tecnicamente es tu culpa por escribir tan increiblemente fabulosamente y espectacularmente bien
    Por fa sigue ptonto y cuando puedas (sin precion) y pues tratare de no molestarte mucho

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    1. Descuida no importa, lo que importante es que sigues aquí.
      Sí, siempre trato de responder a todos los comentarios aunque sea solo sea una respuesta algo modesta.
      Y en cuanto a tu insistencia, he decir que por el momento me resulta algo divierto, tratare de no tardar tanto y me alegra que te guste la historia.
      Ya actualizo.

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    2. Gracias me caes bien no a todos les gusta mi insistencia

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