El sol brillaba y el
aire era fresco por lo que era un buen momento para estar afuera, fue buena
idea de parte de Teddy invitar a Victoire a salir, claro que antes de hacerlo
pasaron a las cocinas por algo para comer, siempre disfrutaban pasar el tiempo
juntos desde que eran amigos, aunque claro, era mejor cuando podían evitar las
bromas, comentarios y la intromisión de sus queridos amigos y familiares.
-Fue lindo que me
invitaras- dijo después de un rato Victoire.
-Bueno, como dijo Lis,
no hemos pasado mucho tiempo juntos- respondió Teddy.
-Es inevitable, la
principal prioridad de traerte fue que pudieras estar con tus padres- comento
la joven. Pero Teddy solo sonrió con cierta melancolía y bajo la mirada- Teddy,
¿qué pasa?- le pregunto preocupada.
-Nada, es solo que-
suspiro- papá- dijo- él no sabe y no tengo idea de que él sepa que es mi padre,
y bueno, hemos convivido bastante pero, no sé, siento como que hay un muro que
un me separa de él.
-Y porque no le dices-
le propuso- porque no le cuentas que eres su hijo, Harry y los demás te
apoyarían si no te cree.
-Ese no es el punto
Vic- le aseguro- claro que quiero que se entere que soy su hijo, pero, no
quiero que por algo como eso se sienta forzado a estar con mamá, quiero que
ellos se enamoren por su cuenta.
-Bueno si, pero no
sería tan malo que forzáramos un poco la situación no lo crees- exclamo para
sorpresa del chico- no digo que los amenacemos o los encerremos en una
habitación ni mucho menos, pero, tal vez deberíamos de tratar de hacer que su
relación avance más rápido.
-No lo sé- dijo dudoso
-Recuerda todo lo que
te ha dicho tu abuela, Hermione y Ginny- atajo- de todos los problemas que paso
tu madre para que Remus la aceptara, todo eso tardo más de un año y aquí solo
tendríamos unos cuantos días.
-Nosotros tardamos más
en ser novios
-Sí, pero la situación
es diferente- se defendió- además no creo que sea tan difícil, no sé tú, pero
yo he notado que tu mamá ya está sintiendo algo por él, es tu padre con el que
tenemos que trabajar.
-No lo sé.
-Mira, no vendría mal
que lo intentáramos, además de que aquí tienes a tu padrino a sus amigos e
incluso a los amigos de tu papá James, Sirius y Lily que ayudarían con gusto
para abrirle los ojos.
Tenía que aceptar que la chica tenía razón en
muchas cosas, según lo que le contaban de la vida de sus padres, ellos se
enamoraron y casaron en situaciones muy complicadas, además que el joven que
estaba ahí parecía más alegre que el hombre del que le relataban, tal vez
porque aún no pasaba doce años solo y repudiado por la sociedad mágica, tal vez
ese podría ser el mejor momento para hacer crecer el amor entre ellos.
-Bien- dijo después de
meditarlo- por lo pronto continuemos observando y después decidiremos si- la
joven sonrió- bien, por lo pronto, ¿quieres postre?
-Adivino, chocolate
-Yo sí, pero para ti
traje algunas fresas.
-Huy, me conoce bien
señor Edward- dijo divertida tomando una de las fresas y llevándosela a la
boca.
Cuando la pareja
regresaba y todos habían terminado de comer también, solo faltaban que algunos
cuantos de los presentes regresaran al comedor para seguir con la lectura,
Teddy vio con suma alegría como su yo de un año no se había separado de Remus
en todo ese tiempo y ahora estaba jugando con él, pero claro, también se sentía
un poco avergonzado.
Sin embargo, mientras
avanzaba entre las mesas pudo notar como algunos estudiantes del pasaba
hablaban muy quedamente entre ellos viendo de vez en cuando en dirección de
Remus, ya se imaginaban cual era tema de su conversación, pero al menos de
tener la certeza no se atrevería a hacerles algo, pero claro, dudaba que su
madre y Sirius se contuvieran tan bien como él.
Cuando los que hacían
falta legaron pro fin e prepararon para leer los capítulos restantes.
-Bien, dijo Ted
tomando el libro- el siguiente capítulo se titula- enmudeció por un segundo-
el… “el Beso del dementor”
Eso arruino todo el
momento de relajación y esparcimiento que habían tenido, ese título fue sucinte
para que todos se tensaran y en el caso de algunos, como Lily “L”, se sujetaran
a alguien con miedo y/o preocupación.
-Con un carajo,
pareces un ave de mal agüero- exclamo Sirius en dirección a Scorpius.
-¿Qué?- exclamaron
varios sin entender.
-O bueno que solo trae
problemas
-Eso es mentira.- se
defendió el rubio-no es mi culpa que la situación cambie de una buena a una
mala, esa es la naturaleza de las cosas.
-No conseguiremos nada
con esta discusión, mejor drenaje continuar- le solicito Ted
Harry no había formado nunca parte de un grupo tan extraño. Crookshanks
bajaba las escaleras en cabeza de la comitiva. Lupin, Pettigrew y Ron lo
seguían, como si participaran en una carrera. Detrás iba el profesor Snape,
flotando de manera fantasmal, tocando cada peldaño con los dedos de los pies y
sostenido en el aire por su propia varita, con la que Sirius le apuntaba. Harry
y Hermione cerraban la marcha.
Fue difícil volver a entrar en el túnel. Lupin, Pettigrew y Ron tuvieron
que ladearse para conseguirlo.
-El túnel es bastante
estrecho, bien pudieron haberlo hecho un poco más amplio- comento Sirius.
-El túnel no se había
ideado para que más de una persona cruzara a la vez- comento con tranquilidad Dumbledore.
Lupin seguía apuntando a Pettigrew con su varita. Harry los veía avanzar de
lado, poco a poco, en hilera. Crookshanks seguía en cabeza. Harry iba
inmediatamente detrás de Sirius, que continuaba dirigiendo a Snape con la
varita. Éste, de vez en cuando, se golpeaba la cabeza en el techo, y Harry tuvo
la impresión de que Sirius no hacía nada por evitarlo.
Severus vio con gran
rencor al animago quien en ese momento sonreía de forma divertida y un poco
macabra, al igual que James que no podía evitar sonreír.
-Y te sorprende que te
tenga rencor- le reclamo Marlene- sé que nunca serán amigos pero por lo menos
deberían tratar de evitarse entre ustedes.
-Vamos, él también se
busca lo que le pasa- se defendió el animago- y lo que hacíamos por nuestra cuenta
era por diversión
-Y Harry termino
pagando por todo eso- agrego con tristeza James- tanto lo justificado como
injustificado.
— ¿Sabes lo que significa entregar a Pettigrew? —le dijo Sirius a Harry
bruscamente, mientras avanzaban por el túnel.
—Que tú quedarás libre —respondió Harry
—Sí... —dijo Sirius—. No sé si te lo ha dicho alguien, pero yo también soy
tu padrino.
-No, nunca se lo
dijeron- comento Frank- termino descubriéndolo por su propia cuenta.
-Y en la peor
circunstancia posible- agrego Alice.
-Yo creo que sí pudo
haber una situación aún peor en la que se pudo haber enterado- comento James
“S”.
-Pero eso no viene al
caso hermano, deja que sigan leyendo- atajo Albus.
—Sí, ya lo sabía —respondió Harry
—Bueno, tus padres me nombraron tutor tuyo —dijo Sirius solemnemente—, por
si les sucedía algo a ellos... —Harry esperó. ¿Quería decir Sirius lo que él se
imaginaba?— Por supuesto —prosiguió Black—, comprendo que prefieras seguir con
tus tíos. Pero... medítalo. Cuando mi nombre quede limpio... si quisieras
cambiar de casa...
-Harry estará
encantado con la idea- comento Fred- es lo que debió haber querido desde hace
mucho.
-Vivirá mejor con
Sirius que con mi hermana- comento Lily- pero me aterra los malos hábitos que
pudiera aprender de Sirius si vivieran juntos- varios sonrieron ante eso.
-Tal vez se hubiera
vuelto un bromista como su padre o como nosotros- aventuro George- habría sido
genial.
-Sería divertido- les
concedió Harry- pero prefiero dejarles las bromas a los profesionales- ente esa
frase James, Sirius y lo dos pares de gemelos hicieron una reverencia hacia el
chico.
-Nos honra que
reconozcas nuestras capacidades- aseguro Gideon.
-Con eso ya debes
tener el permiso de estos dos para salir con su hermana- agregó Fabián.
-Pues…- dijeron al
tiempo los gemelos Weasley.
-Ustedes cállense- les
detuvo Ginny- Ted, por favor continua- le solicito la pelirroja mientras
abrazaba a su hija, todo eso era muy divertido, pero todo eso cambiaria muy
pronto.
A Harry se le encogió el estómago.
— ¿Qué? ¿Vivir contigo? —Preguntó, golpeándose accidentalmente la cabeza
contra una piedra que sobresalía del techo—. ¿Abandonar a los Dursley?
—Claro, ya me imaginaba que no querrías —dijo inmediatamente Sirius—. Lo
comprendo. Sólo pensaba que...
-Eso es muy estúpido
de tu parte canuto-le acuso James.
-No tenía idea la
clase de bestias eran sus tíos en ese momento- se defendió el oji gris- de
haberlo sabido te aseguro que habría escapado desde mucho antes.
—Pero ¿qué dices? —exclamó Harry; con voz tan chirriante como la de
Sirius—. ¡Por supuesto que quiero abandonar a los Dursley! ¿Tienes casa?
¿Cuándo me puedo mudar?
-No creo que tenga una
casa, pero supongo que tendría el dinero suficiente para conseguir algo.
En ese momento tanto
Sirius como Regulus se preguntaban qué habría pasado con la casa de los Black
en esos tiempos, si su madre estuviera muerta por lógica la casa pasaría al
mayor de ellos, pero Sirius no tenía muchos ánimos de volver a ese endemoniado lugar,
y por otra parte Regulus, además de preguntarse el destino de la casa, se
comenzó a interrogar de cuál había sido su propio destino, o si en algún
momento aparcería.
Sirius se volvió hacia él. La cabeza de Snape rascó el techo, pero a Sirius
no le importó.
Nuevamente Severus
puso una cara de repudio por el joven que se aprovechaba que estaba
inconsciente para dejar que se golpeara.
— ¿Quieres? ¿Lo dices en serio?
— ¡Sí, muy en serio!
En el rostro demacrado de Sirius se dibujó la primera sonrisa auténtica que
Harry había visto en él. La diferencia era asombrosa, como si una persona diez
años más joven se perfilase bajo la máscara del consumido. Durante un momento
se pudo reconocer en él al hombre que sonreía en la boda de los padres de
Harry.
Marlene también sonrió
con gusto y de forma automática tomo entre sus brazos al joven junto a ella,
después de todo por fin tenía un momento de verdadera felicidad, y a la vez se
etnia fatal porque el título del capítulo no vaticinaba nada bueno.
No volvieron a hablar hasta que llegaron al final del túnel. Crookshanks
salió el primero, disparado. Evidentemente había apretado con la zarpa el nudo
del tronco, porque Lupin, Pettigrew y Ron salieron sin que se produjera ningún
rumor de ramas enfurecidas.
-Al final Crookshanks
fue de una gran utilidad- comentó Rose con evidente tono de reprimenda, claro
está, dirigida a su padre.
-Si lo entiendo-
aseguro Ron entiendo la indirecta de la pelirroja
Sirius hizo salir a Snape por el agujero y luego se detuvo para ceder el
paso a Harry y a Hermione. No quedó nadie dentro. Los terrenos estaban muy
oscuros. La única luz venía de las ventanas distantes del castillo. Sin decir
una palabra, emprendieron el camino.
-No se encontraran a
esas cosas por el camino ¿verdad?- pregunto con preocupación Lily.
-Ojala- dijo sin
pensar Ron.
-¡¿Como que ojala?!-
repitió su madre- ¿cómo exactamente se toparon con esas monstruosidades?-
pregunto con aprensión.
-Ron, no crees que
deberías aprender que hay ciertas ocasiones en las que simplemente no debes
hablar- le reclamo Bill.
-Perdón, se me salió-
se disculpó el pelirrojo.
Pettigrew seguía jadeando y gimiendo de vez en cuando.
-No estaría mal que le
beso se lo dieran a él
-¡Sirius!- le reclamo
Marlene.
-¿Qué?, no estaría
muerto
-Pero la opción es
muchísimo peor, y tu deberías saberlo- al final el joven tuvo aceptar que ella
tenía razón, no era el indicado para pedir ese tipo de castigo.
A Harry le zumbaba la cabeza. Iba a dejar a los Dursley, iría a vivir con
Sirius Black, el mejor amigo de sus padres... Estaba aturdido. ¡Cuando dijera a
los Dursley que se iba a vivir con el presidiario que habían visto en la
tele...!
-Hubiera pagado para
ver cómo reaccionarían cuando se lo diera- comento Fred.
-Sería algo épico y
divertido- le apoyo George a los que muchos sintieron.
—Un paso en falso, Peter; y... —dijo Lupin delante de ellos, amenazador;
apuntando con la varita al pecho de Pettigrew.
-No creo que se
atreva- exclamo dora- es demasiado cobarde para notarlo.
-Pero que queda mal
que lo mantenga vigilado- aseguro Alastor.
Atravesaron los terrenos del colegio en silencio, con pesadez. Las luces
del castillo se dilataban poco a poco. Snape seguía inconsciente, fantasmalmente
transportado por Sirius, la barbilla rebotándole en el pecho. Y entonces...
Varios levantaron la
cabeza poniendo más atención a la lectura, incluso muchos supusieron que ahí es
donde se estropearía todo.
Una nube se desplazó. De repente, aparecieron en el suelo unas sombras
oscuras.
-Hay mierda- exclamo
de repente Teddy al recordar algo.
-¡Teddy ese lenguaje!-
le reclamo Andrómeda- y tú ¿por qué no le dices nada?- le interrogó a su hija.
-Porque ya lo hiciste
tu mama- le respondió Dora- ¿qué pasa cariño?- le pregunto a su hijo que parecía alterado.
-Es que, esa… esa es
noche de luna llena
-¡¡¿Qué?!!- exclamaron
varios a la vez, mientras que el color en el rostro de Remus se esfumaba con
inusual rapidez.
-Pero, ¿cómo sabes
eso?- le interrogo Sirius.
-Cuando Snape
apareció, dijo que vio el mapa cuando le llevaba una copa de posión mata lobos.
-Eso quiere decir que
esa noche será peligroso porque no se la ha tomado- concluyo Lily notando de
inmediato el error de sus palabras, pues Remus se puso aun peor si era posible.
-Tranquilo Remus, no
pasó nada esa noche- atajo de inmediato Hermione- no atacaste a nadie.
-Solo fue algo
sorprendente- agregó Ron- en especial para mí que estaba atado a Pettigrew
junto a ti- Molly lanzo una exclamación de terror- pero como ya dijo, no nos
pasó nada- agrego al notar la mirada preocupada de su madre mientras sus
hermanos, su novia, sus amigos y sus hijos negaban con la cabeza por revelar
información tan innecesaria.
La luz de la luna caía sobre el grupo.
Snape tropezó con Lupin, Pettigrew y Ron, que se habían detenido de
repente. Sirius se quedó inmóvil. Con un brazo indicó a Harry y a Hermione que
no avanzaran.
Harry vio la silueta de Lupin. Se puso rígido y empezó a temblar.
-Mierda, mierda,
mierda- exclamo James.
-Por eso no hay que
tener a un mal…
-¡No has aprendido la
lección!- espeto Dora a la joven de Gryffindor, era la misma chica que había
insultado a Remus capítulos anteriores, ya estaba recuperada pero aun recordaba
lo que esa mujer le hizo, por lo que termino cerrando la boca.
-Ya Dora
tranquilízate- le dijo Remus abrazándola, aunque claro, en ese momento era él
quien necesitaba apoyo.
— ¡Dios mío! —dijo Hermione con voz entrecortada—. ¡No se ha tomado la
poción esta noche! ¡Es peligroso!
—Corred —gritó Sirius—. ¡Corred! ¡Ya!
Pero Harry no podía correr. Ron estaba encadenado a Pettigrew y a Lupin.
-Hay por Merlín mi
hijo- grito desesperada la señora Weasley.
-Tranquila, cariño,
Sirius no dejara que le pase nada- le trato de reconfortar Arthur abrasando a
su esposa.
Saltó hacia delante, pero Sirius lo
agarró por el pecho y lo echó hacia atrás.
—Dejádmelo a mí. ¡CORRED!
-No puedes hacerlo
hijo- exclamo Lily- sé que los quieres cuidar pero debes pensar bien las cosas
antes de actuar.
-Lamentablemente eso
parece que nunca se le ha quitado- se lamentó Hermione.
Oyeron un terrible gruñido. La cabeza de Lupin se alargaba, igual que su
cuerpo. Los hombros le sobresalían. El pelo le brotaba en el rostro y las
manos, que se retorcían hasta convertirse en garras.
Todos habían estudiado
de alguna manera a los hombres lobo, pero solo unos pocos habían sido testigos
de cómo era una verdadera transformación, y si bien no lo estaban viendo, la
descripción era suficiente como para sentir algo de terror mientras meditaban
en lo mucho que eso debía de doler
En ese instante Dora
recordó lo que vivió la otra noche, abrazo al castaño con fuerza, no se merecía
pasar por eso cada mes.
A Crookshanks se le volvió a erizar el pelo. Retrocedió.
Mientras el licántropo retrocedía, abriendo y cerrando las fauces, Sirius
desapareció del lado de Harry. Se había transformado. El perro grande como un
oso saltó hacia delante. Cuando el licántropo se liberó de las esposas que lo
sujetaban, el perro lo atrapó por el cuello y lo arrastró hacia atrás,
alejándolo de Ron y de Pettigrew.
Molly sintió un poco
de alivio en ese momento, pero no demasiado, pues el peligro aún estaba muy
cerca de esos niños.
Estaban enzarzados, mandíbula con mandíbula, rasgándose el uno al otro con
las zarpas.
Tanto Marlene como
Dora se imaginaban esa lucha entre ellos, cada una tenía en ese momento a su
respectivo hombre y en ciertos momento comenzaban a acariciarlos imaginado las
heridas que sin duda se harían en ese momento.
-Perdón por ser tan
rudo Lunático- se disculpó Sirius.
-No, era necesario que
lo hicieras- le aseguro el castaño, uno de sus grandes miedos era que atacara a
un inocente cuando estaba si, por lo que un par de lesiones no importaban
siempre que su amigo evitara que le hiciera daño a alguien.
Harry se quedó como hipnotizado. Estaba demasiado atento a la batalla para
darse cuenta de nada más. Fue el grito de Hermione lo que lo alertó.
-¿Ahora qué?- se
lamentó Lily.
Pettigrew había saltado para coger la varita caída de Lupin. Ron, inestable
a causa de la pierna vendada, se desplomó en el suelo. Se oyó un estallido, se
vio un relámpago y Ron quedó inmóvil en tierra. Otro estallido: Crookshanks
saltó por el aire y volvió a caer al suelo.
-Ese maldito- espeto
Frank
— ¡Expeliarmo! —exclamó Harry, apuntando a Pettigrew con su varita. La
varita de Lupin salió volando y se perdió de vista—. ¡Quédate donde estás!
—gritó Harry mientras corría.
-Es inútil- seguro
Alastor- ya debió de comenzar a transformarse para escapar- aseguro.
Demasiado tarde. Pettigrew también se había transformado. Harry vio su cola
pelona azotar el antebrazo de Ron a través de las esposas, y lo oyó huir a toda
prisa por la hierba.
Había sido exactamente
como la profesora Trelawney había dicho, Lavender y Parvati lo recordaron en
seguida, y por el regreso del señor tenebroso el año siguiente era evidente que
la profecía se había cumplido, pero no tenían el ánimo para resaltar ese punto,
la situación era muy difícil como para ponerse a discutir por esas cosas.
Oyeron un aullido y un gruñido sordo. Al volverse, Harry vio al hombre lobo
adentrándose en el bosque a la carrera.
-Al menos ya no podre
lastimarlos- comento Remus- pero por mi culpa ese maldito de Peter escapara.
-No te culpes
lunático- le solicito James- pasaron muchas cosas y no es culpa de nadie- pero
por más que lo dijera, eso no alejaría completamente la culpabilidad que
sentía.
—Sirius, ha escapado. ¡Pettigrew se ha transformado! —gritó Harry.
-Pero él debe de estar
muy herido- comento Andrómeda preocupada- aunque quisiera no ceo que pudiera
hacer nada.
-Lo que es aún peor,
la prueba de su inocencia escapa con ese maldito- agrego Albus.
Sirius sangraba. Tenía heridas en el hocico y en la espalda, pero al oír
las palabras de Harry volvió a salir velozmente y al cabo de un instante el
rumor de sus patas se perdió.
Harry y Hermione se acercaron aprisa a Ron.
— ¿Qué le ha hecho? —preguntó Hermione.
Ron tenía los ojos entornados, la boca abierta. Estaba vivo. Oían su
respiración. Pero no parecía reconocerlos.
-Un hechizo de
confusión- dijo Kingsley- debió de ser algo como eso, no es algo grabe sin duda
se recuperara rápido.
—No sé.
Harry miró desesperado a su alrededor. Black y Lupin habían desaparecido...
No había nadie cerca salvo Snape, que seguía flotando en el aire, inconsciente.
—Será mejor que los llevemos al castillo y se lo digamos a alguien —dijo
Harry, apartándose el pelo de los ojos y tratando de pensar
-Es lo as lógico que
pueden hacer- comento Rose-antes de que algo más pase.
Varios voltearon a ver
a la pelirroja, con lo habían leído, y con lo que conocen de ellos, parecía
casi imposible que no se metieran en más problemas de los debidos.
—. Vamos...
Oyeron un aullido que venía de la oscuridad: un perro dolorido.
—Sirius —murmuró Harry, mirando hacia la negrura.
Tuvo un momento de indecisión, pero no podían hacer nada por Ron en aquel
momento, y a juzgar por sus gemidos, Black se hallaba en apuros.
-No creo que sea
bueno- dio el propio Sirius- deben de irse, no hay mucho que ustedes puedan
hacer.
-Aun así lo aran- dijo
con pena James “S”- el nunca dejaría a alguien así.
Harry echó a correr; seguido por Hermione. El aullido parecía proceder de
los alrededores del lago. Corrieron en aquella dirección y Harry notó un frío
intenso sin darse cuenta de lo que podía suponer.
-Hay no, hay no-
exclamo preocupada Lily Eso era la peor señal de todas, se imaginaba lo peor
mientras se prendaba del cuerpo de su novio buscando un poco de seguridad.
El aullido se detuvo. Al llegar al lago vieron por qué: Sirius había vuelto
a transformarse en hombre. Estaba en cuclillas, con las manos en la cabeza.
— ¡Noooo! —gemía—. ¡Noooooo, por favor!
Y entonces los vio Harry. Eran los dementores. Al menos cien, y se
acercaban a ellos como una masa negra.
-¡¡Cien!!- exclamaron
varias voces.
Ni siquiera los
jóvenes del futuro sabían que eso le había ocurrido, sabían que Harry fue el
primero en poder conjurar un patronus y fue él quien se los enseño, pero nunca
pensaron que se enfrentaría a tal número de dementores.
Se dio la vuelta. Aquel frío ya conocido penetró en su interior y la niebla
empezó a oscurecerle la visión. Por cada lado surgían de la oscuridad más y más
dementores. Los estaban rodeando...
-O por todos los
cielos- incluso Fudge vio eso más que excesivo, en especial porque dos simples
estudiantes de trece años se vieran involucrados.
El silencio se apodero
de todo el lugar, solo la vos de Ted que trataba de leer con la mayor
compostura que le era posible, era casi como si una parte del efecto e los
dementores salieran del libro y se apoderara de todos los presentes.
— ¡Hermione, piensa en algo alegre! —gritó Harry levantando la varita y
parpadeando con rapidez para aclararse la visión, sacudiendo la cabeza para
alejar el débil grito que había empezado a oír por dentro...
Todos aguardaron
impacientes para saber qué sucedería, con Sirius muy probablemente desarmado y
Hermione que nunca ha realizado ese hechizo, el único que podía hacer era
Harry, pero su débil patronus que había conseguido no serviría de nada contra
más de una centenar de esas cosas, necesitaban ayuda, y pronto.
«Voy a vivir con mi padrino. Voy a dejar a los Dursley.»
Se obligó a no pensar más que en Sirius y comenzó a repetir a gritos:
— ¡Expecto patronum! ¡Expecto patronum!
Black se estremeció. Rodó por el suelo y se quedó inmóvil, pálido como la
muerte.
«Todo saldrá bien. Me iré a vivir con él.»
— ¡Expecto patronum! ¡Ayúdame, Hermione! ¡Expecto patronum!
— ¡Expecto...! —Susurró Hermione—. ¡Expecto... expecto!
-Ella no ha practicado
el hechizo- dijo con pesadez Arthur– no creo que lo consiga sin importan lo
buena estudiantes que es.
-Además es un tipo de
hechizo que siempre se me ha dificultado- acepto la propia castaña.
Ron anqué sabia lo ocurrido por su relato, nunca
se puso a imaginar como había sido esa experiencia de la chica, por otro lado
Rose y Hugo estaban cayendo en la desesperación como James “S”, Albus y LilY
”L” su madre y padre respectivamente estaban en un grabe peligro.
Pero no era capaz. Los dementores se aproximaban y ya estaban a tres metros
escasos de ellos. Formaban una sólida barrera en torno a Harry y Hermione, y
seguían acercándose...
— ¡EXPECTO PATRONUM! —Gritó Harry, intentando rechazar los gritos de sus
oídos—. ¡EXPECTO PATRONUM!
-Vamos hijo vamos- le
animaba James por lo bajo, sabía que sus posibilidades eran muy pocas pero aun
así tenía una oportunidad, si conseguía conjurar un patronus lo suficientemente
fuerte podría librarse de esa, en pie hasta el último segundo, ese era su
estilo, y por lo visto, también el de su hijo.
Un delgado hilo de plata salió de su varita y bailoteó delante de él, como
si fuera niebla. En ese instante, Harry notó que Hermione se desmayaba a su
lado.
Tanto Ron como sus
hijos se acercaron a la joven, como pudieron los tres la rodearon con sus
brazos mientras esta se estremecía levemente, recordaba muy la sensación de
aquella vez, la inmensa desesperación que sintió antes de perder la conciencia.
Estaba solo, completamente solo...
Nuevamente Lily sintió
cólera combinada con su apuración, porque su hijo siempre tenía que estar solo,
que pasaba con las personas que se suponían debía de encargarse de todo eso.
— ¡Expecto...! ¡Expecto patronum!
Harry sintió que sus rodillas golpeaban la hierba fría. La niebla le
nublaba los ojos. Haciendo un enorme esfuerzo, intentó recordar. Sirius era
inocente, inocente... «Todo saldrá bien. Voy a vivir con él.»
— ¡Expecto patronum! —dijo entrecortadamente.
Sirius se sentía más
impotente que nunca, básicamente había
arrastrado a Harry hasta ese lugar, y no podía hacer nada, no era capaz de
ayudarse a sí mismo y mucho menos a su ahijado, le disgustaba el pensar que
volvería a pasar, que fracasaría al proteger a Harry como fracaso en proteger a
Lily y James.
A la débil luz de su informe patronus, vio detenerse un dementor muy cerca
de él. No podía atravesar la niebla plateada que Harry había hecho aparecer,
pero sacaba por debajo de la capa una mano viscosa y pútrida. Hizo un ademán
como para apartar al patronus.
— ¡No... no! —exclamó Harry entrecortadamente—. Es inocente. ¡Expecto
patronum!
Dumbledore escuchaba
atento mientras su odio hacia los dementores crecía, eso era más de lo que
podía soportar, por obvia razón se peguntaba que demonios estaba haciendo en
ese momento, en verdad no tenía ni idea de lo que pasaba, o estaba poniendo a
ese chico en un trance innecesario, le torturaba pensar que actuaría de una
forma tan fría como esa, otra vez.
Sentía sus miradas y oía su ruidosa respiración como un viento demoníaco.
El dementor más cercano parecía haberse fijado en él. Levantó sus dos manos
putrefactas y se bajó la capucha.
Todos sabían
perfectamente lo que eso significaba.
En el lugar de los ojos había una membrana escamosa y gris que se extendía
por las cuencas. Pero tenía boca: un agujero informe que aspiraba el aire con
un estertor de muerte.
Muchos de los
presentes, hombres y mujeres sofocaron un grito ante la descripción, varios incluso
temblaban en ese instante, no se podían imaginar cómo ese hico, como el
compañero que tuvieron por seis años, lograba resistir todo eso.
-Pude haber pasado el
resto de mi vida sin saber eso- comento Dora que se refugiaba en Remus para
serenare.
-Lo mismo digo- apoyo
Ginny aterrada mientras abrazaba protectoramente a Lily “L” que tiritaba, esa
parte de la lectura estaba siendo particularmente fuerte para ella.
Un terror de muerte se apoderó de Harry, impidiéndole moverse y hablar. Su
patronus tembló y desapareció. La niebla blanca lo cegaba. Tenía que luchar...
Expecto patronum... No podía ver..., a lo lejos oyó un grito conocido...,
expecto patronum... Palpó en la niebla en busca de Sirius y encontró su brazo.
No se lo llevarían...
Lily abrazaba con
todas sus fuerzas a James que no se perdonaba haberlo dejado solo, haría
cualquier cosa para garantizar que su hijo estuviera bien y fuera de peligro,
pero no podía hacer nada, no por ahora, su hijo frente a él ya había pasado por
todo eso y no podía hacer más que aceptarlo.
Pero, de repente, un par de manos fuertes y frías rodearon el cuello de
Harry. Lo obligaron a levantar el rostro. Sintió su aliento..., iban a
eliminarlo primero a él... Sintió su aliento corrupto..., su madre le gritaba
en los oídos..., sería lo último que oyera en la vida.
Lágrimas de dolor,
tristeza e impotencia inundaban los ojos de Lily, la lectura era terrible, lo
único que la mantenía en pie, lo único que evitaba que se desmayara, era el
tenerlo en frente de ella, su hijo estaba en frente de ella con sus amigos
vivos y a salvo, algo debía de pasar, algo debía de ocurrir para que se
salvaran, esa era la única idea que evitaba que se derrumbara.
Severus veía con pena
a esa pelirroja al borde del colapso, podía sentir como si un cuchillo
incandescente lo atravesara, por primera vez se preguntó ¿dónde estaba él?,
¿por qué no hacía nada para proteger al chico?, aunque su odio contra James
fuera grande, no concebía que fuera capaz de dejar que el hijo de su Lily
tuviera semejante final.
Y entonces, a través de la niebla que lo ahogaba, le pareció ver una luz
plateada que adquiría brillo. Se sintió caer de bruces en la hierba.
Todos aguardaban eso,
que por fin saliera a la luz esa pequeña esperanza que les permitió salir a
salvo de ese lugar.
Boca abajo, demasiado débil para moverse, sintiéndose mal y temblando,
Harry abrió los ojos. Una luz cegadora iluminaba la hierba... Habían cesado los
gritos, el frío se iba...
Algo hacía retroceder a los dementores... algo que daba vueltas en torno a
él, a Sirius y a Hermione. Los estertores dejaban de oírse. Se iban. Volvía a
hacer calor.
La respiración de los
presentes se comenzaba a normalizar, varios de ellos ni siquiera notaron cuando
su respiración se comenzó a entrecortar y la pesadez del ambiente se aligeraba
poco a poco, eso debía ser efecto de un patronus, un verdadero patronus, aunque
aún predominaba la duda de quién podría ser el que lo conjuro.
Haciendo acopio de todas sus fuerzas, Harry levantó la cabeza unos
centímetros y vio entre la luz a un animal que galopaba por el lago.
Severus pensó en su
propio patronus, una cierva al igual a la de Lily, que por desgracia había
cambiado por su encuentro con Potter, él era quien estaba más cerca de ellos,
sin embargo, ¿su patronus tendría la suficiente fuerza para alejarlos?
Con la visión empañada por el sudor, Harry trató de distinguir de qué se
trataba. Era brillante como un unicornio.
-¿Quién podría
estarlos ayudando?- pegunto Gideon
-Tal vez Dumbledore-
propuso Fabián
-No, su patronus es un
fénix- les corrigió Bill
-Eso no importa, lo
importante es que los están ayudando- aseguro Andrómeda.
Haciendo un esfuerzo por conservar el sentido, Harry lo vio detenerse al
llegar a la otra orilla. Durante un instante vio también, junto al brillo, a
alguien que daba la bienvenida al animal y levantaba la mano para acariciarlo.
Alguien que le resultaba familiar. Pero no podía ser...
Todos vieron en
dirección a Harry preguntándose a quien había visto y porque sería tan difícil
creer que estuviera ahí, querían saberlo, pero supusieron que tendrían que
esperar hasta el siguiente capítulo, al fin y al cabo, solo faltaban dos para
terminar el libro
Harry no lo entendía. No podía pensar en nada. Sus últimas fuerzas lo
abandonaron y al desmayarse dio con la cabeza en el suelo.
-Es el final- informo Ted. En cuanto lo dijo varios suspiraron aliviados de
que esa parte llegara a su fin.
-¿Es todo?- pegunto
Sirius.
-¡¿Te parece poco
animal?!- le rebatió Lily.
-No, no me refiero a
eso- exclamo el joven- lo que quiero decir, es que los capítulos suelen ser
mucho más largos.
-Duro lo justo-
aseguro Teddy- no creo que soportaríamos que fuera más extenso- quieren que
continúe
-Si Ted, continua- le
dijo su esposa de inmediato.
El secreto de Hermione
-muy bien- prosigue
Ted- el siguiente capítulo se llama “El secreto de Hermione”.
-¿Cual secreto?-
pregunto James “S”.
-El que tiene que ver
con la forma en que ha asistido a clases todo el año- respondió Albus.
-Bien, al final
sabremos cómo diablos lo hacía- exclamo Fred.
-¿Ósea que ustedes no
lo saben?- pregunto Sirius.
-Claro que no, esa es
de las cosas que guardaron para ellos- explico George.
-Bueno, ceo que es
momento de que sigamos la lectura- comento Marlene- quiero saber que ocurrió
cuando se salvaron de esas cosas- apremio.
-Más bien quieres
saber que le pasara a Sirius- agrego Alice
-Cállate- le silencio
la rubia- Ted- le solicito.
—Asombroso. Verdaderamente asombroso. Fue un milagro que quedaran todos con
vida. No he oído nunca nada parecido. Menos mal que se encontraba usted allí,
Snape...
-¡¿Qué?!- exclamo
Sirius- el inútil pelos grasientos no hizo nada
-Black- le reprimió
Severus.
-Y además que clase de
conversación es esa
-La que pude escuchar cuando recobraba el conocimiento- explico
Harry.
—Gracias, señor ministro.
—Orden de Merlín, de segunda clase, diría yo. ¡Primera, si estuviese en mi
mano!
Severus no evito
soltar una sonrisa arrogante mientras algunos bufaban con un poco de molestia,
pero al menos por parte de los jóvenes del futuro sabían perfectamente que
Snape no gano ese tipo de reconocimiento, no hasta después de su muerte por lo
menos.
—Muchísimas gracias, señor ministro.
—Tiene ahí una herida bastante fea. Supongo que fue Black.
—En realidad fueron Potter; Weasley y Granger, señor ministro.
-Ojala hubiera sido
más grande
-¡James!- le reprimió
Lily.
-Perdón cariño, pero
no puedes esperar que desaparezca nuestro odio en un par de días- se justificó
el azabache ante un leve asentimiento de cabeza de parte de Snape.
-Pero aun así deberías
de cambiar un poco
-Hey, desde el final
del primer libro deje de llamarlo quejicus- exclamo- no es mucho pero eso es
algo- ahora que lo decía muchos se percataron en ese detalle.
-Ya hablaremos
después- aseguro la pelirroja haciéndole un ademan a Ted para que continuara.
— ¡No!
—Black los había encantado. Me di cuenta enseguida. A juzgar por su
comportamiento, debió de ser un hechizo para confundir. Me parece que creían
que existía una posibilidad de que fuera inocente.
-¡Porque lo es!-
exclamo Marlene, cabe decir que a Sirius le gustaba como la chica estaba
defendiéndolo.
No eran responsables de lo que hacían. Por otro lado, su intromisión pudo
haber permitido que Black escapara... Obviamente, creyeron que podían atrapar a
Black ellos solos.
-No está ni cerca en
acertar- comento Gideon- solo está haciendo conjeturas erróneas.
Han salido impunes en tantas ocasiones anteriores que me temo que se les ha
subido a la cabeza...
-A, ahí va a insultar-
agrego Fabián- no puede estar feliz sin atacar a alguien.
-Él ha transgredido
varias reglas del colegio- espeto Severus.
-Igual que tú
sobrepasándote con tu poder de profesor con los estudiantes- le contradijo
Frank recordando cómo había tratado a su hijo.
Y naturalmente, el director ha consentido siempre que Potter goce de una
libertad excesiva.
-Me atrevería a decir-
comento Dumbledore- que la situación del joven Potter es muy particular a la de
muchos estudiantes.
—Bien, Snape. ¿Sabe? Todos hacemos un poco la vista gorda en lo que se
refiere a Potter.
-Solo cuando les
conviene- espeto Ron- ya verán dentro de dos libros lo “agradables” que eran
con Harry.
—Ya. Pero ¿es bueno para él que se le conceda un trato tan especial?
Personalmente, intento tratarlo como a cualquier otro.
-Idiota- exclamo esta
vez Lily- tratas a “mi hijo” peor que a cualquier otro- agrego poniendo
especial énfasis en mi hijo.
Y cualquier otro sería expulsado, al menos temporalmente, por exponer a sus
amigos a un peligro semejante. Fíjese, señor ministro: contra todas las normas
del colegio... después de todas las precauciones que se han tomado para
protegerlo... Fuera de los límites permitidos, en plena noche, en compañía de
un licántropo y un asesino... y tengo indicios de que también ha visitado Hogsmeade,
pese a la prohibición.
—Bien, bien..., ya veremos, Snape. El muchacho ha sido travieso, sin duda.
Lily miro con
represión a su hijo, si bien había trasgredido las nomas del colegia en varias
ocasiones desde que entro a Hogwarts, ese fue la primera vez que lo había hecho
sin tener una intención más profunda, en esta ocasión su hijo no desobedeció
las norma la intención de ayudar a alguien, por lo que ahora la pelirroja podía
molestarse con su hijo en plenitud.
Harry escuchaba acostado, con los ojos cerrados. Estaba completamente
aturdido. Las palabras que oía parecían viajar muy despacio hasta su cerebro,
de forma que le costaba un gran esfuerzo entenderlas. Sentía los miembros como
si fueran de plomo. Sus párpados eran demasiado pesados para levantarlos.
Quería quedarse allí acostado, en aquella cómoda cama, para siempre...
-Pero nunca se queda
en la cama- comento Ron- las señora Pomfrey también lo dice, nunca se pone a
reposar.
-Como en el libro
anterior que te despertó después de lo de araña- agrego Fred
-Gracias por
recodarlo- le acuso ron con un leve escalofrió.
-Aunque en esa
situación seria mejor que despertara- aventuro James “S”- no creo que la
situación sea muy buena.
-Aunque no es mucho lo
que en verdad puedan hacer- agrego Rose- digo, ahí son solo niños.
-Ya lo veremos-
termino Alastor después de un leve bufido, en momentos como esos ellos habían
demostrado que no eran simples niños
como todos decían.
—Lo que más me sorprende es el comportamiento de los dementores...
¿Realmente no sospecha qué pudo ser lo que los hizo retroceder; Snape?
—No, señor ministro. Cuando llegué, volvían a sus posiciones, en las
entradas.
-Bueno, eso descarta a
Snape- resalto George- aun así no sabemos quién fue el que los ayudo.
-Tú solo espera y lo
averiguaras- le aseguro Hermione.
—Extraordinario. Y sin embargo, Black, Harry y la chica...
—Todos estaban inconscientes cuando llegué allí. Até y amordacé a Black,
hice aparecer por arte de magia unas camillas y los traje a todos al castillo.
Marlene abrazo a
Sirius preocupada, parecía que se habían salvado de los dementores, pero en ese
momento Sirius debería de estar encerrado o peor, en verdad que solo fuera lo
primero, no le gustaría averiguar que ya estaba muerto o si ya lo habían
besado.
-Tranquila, todo
estará bien- le susurro el animago para tranquilizarla, aunque claro, él
también quería saber que le había pasado.
Hubo una pausa. El cerebro de Harry parecía funcionar un poco más aprisa, y
al hacerlo, una sensación punzante se acentuaba en su estómago.
Abrió los ojos.
Ted fue narrando como
Harry examinaba la enfermería con su borrosa vista por no tener sus gafas, de
cómo logro ver a la señora Pomfrey que atendía a Ron, a Hermione en la cama de
la derecha quien al ver a Harry despierto señaló la puerta entreabierta de
dónde venían las voces que oían.
La señora Pomfrey llegó entonces caminando enérgicamente por la oscura sala
hasta la cama de Harry Se volvió para mirarla. Llevaba el trozo de chocolate
más grande que había visto en su vida. Parecía un pedrusco.
-El remedio favorito
de Remus- comento Sirius.
-Para ese caso es de
los mejores remedios- le aseguro Remus.
— ¡Ah, estás despierto! —dijo con voz animada. Dejó el chocolate en la
mesilla de Harry y empezó a trocearlo con un pequeño martillo.
— ¿Cómo está Ron? —preguntaron al mismo tiempo Hermione y Harry.
-Podría estar mejor,
pero no me quejo- comento Ron con media sonrisa.
-Ciertamente no se
puede quejar, esta inconsciente verdad- agrego Hugo demostrando una falta de
sensibilidad igual a la de su padre.
—Sobrevivirá —dijo la señora Pomfrey con seriedad—. En cuanto a vosotros
dos, permaneceréis aquí hasta que yo esté bien segura de que estáis... ¿Qué
haces, Potter?
Harry se había incorporado, se ponía las gafas y cogió su varita.
-Eso no será de agrado
para ella- comento Dora- ella querrá que guarde rasposo al menos hasta la
mañana siguiente.
-Cierto, pero Harry
tiene otras cosas más en la cabeza- agrego Frank- sin duda intentara ayudar a
Sirius, aunque no sé cómo podría.
-Debería de hablar con
Dumbledore, el sin duda escuchara al chico- atajo Andrómeda.
-Sí, pero ni siquiera
Dumbledore podría hacer mucho, no creo que consiga evitar que quieran pues…- se
detuvo volteando a ver al oji gris.
-Evitar que me maten-
termino en su lugar Sirius antes de indicarle a Ted para que continuara.
—Tengo que ver al director —explicó.
Varios sonrieron ante
eso, la verdad es que todos los presentes tanto de la primera como de la
segunda generación, consideraban que su dirección era la mejor opción para
pedir ayuda en situaciones como esa. Por su parte los de la tercera generación
sabían del gran mago que era, pero solo por relatos de los mayores.
—Potter —dijo con dulzura la señora Pomfrey—, todo se ha solucionado. Han
cogido a Black. Lo han encerrado arriba. Los dementores le darán el Beso en
cualquier momento.
-Eso solo empeorara su
condición- comento James
-En ese momento no
tenía ni idea de eso- se justificó la señora Pomfrey.
— ¿QUÉ?
Harry saltó de la cama. Hermione hizo lo mismo. Pero su grito se había oído
en el pasillo de fuera. Un segundo después, entraron en la enfermería Cornelius
Fudge y Snape.
— ¿Qué es esto, Harry? —preguntó Fudge, con aspecto agitado—. Tendrías que
estar en la cama... ¿Ha tomado chocolate? —le preguntó nervioso a la señora
Pomfrey
-Es difícil creer que
se tratara del mismo tipo que del quinto año no- susurro Draco a sus
compañeros.
-Siempre ha sido
idiota- espeto Ron en el mismo tono.
-Estaba obsesionado
con su puesto, y el miedo lo llevo a actuar como lo hizo- agregó Hermione.
-Y no dudo que mi
padre no contribuyera con eso- término Draco antes de retomar la atención a la
lectura.
—Escuche, señor ministro —dijo Harry—. ¡Sirius Black es inocente! ¡Peter
Pettigrew fingió su propia muerte! ¡Lo hemos visto esta noche! No puede
permitir que los dementores le hagan eso a Sirius, es...
-No servirá para nada-
aseguro Kingsley- en su modo de pensar tienen al correcto y no conseguirán
siquiera que los escuche.
-Es molesto que aunque
digan la verdad no les crean porque son niños- dijo con exasperación James “S”.
Pero Fudge movía la cabeza en sentido negativo, sonriendo ligeramente.
—Harry, Harry; estás confuso. Has vivido una terrible experiencia. Vuelve a
acostarte. Está todo bajo control.
-Ha pasado por muchas
más cosas- espeto Alastor provocando molestia en Lily y Molly por recordar
dichos incidentes- algo como eso no es suficiente para hacerle perder el
juicio.
— ¡NADA DE ESO! —Gritó Harry—. ¡HAN ATRAPADO AL QUE NO ES!
—Señor ministro, por favor; escuche —rogó Hermione. Se había acercado a
Harry y miraba a Fudge implorante—. Yo también lo vi. Era la rata de Ron. Es un
animago. Pettigrew, quiero decir. Y…
— ¿Lo ve, señor ministro? —Preguntó Snape—. Los dos tienen confundidas las
ideas. Black ha hecho un buen trabajo con ellos...
-Y para variar él solo
hará las cosas más difíciles para ellos- aseguro Fabián.
-Entre el odio que le
tiene a Sirius y el poco afecto que les tiene sería sorprendente que no
quisiera empeorar aún más su situación- aseguro Frank
— ¡NO ESTAMOS CONFUNDIDOS! —gritó Harry.
— ¡Señor ministro! ¡Profesor! —Dijo enfadada la señora Pomfrey—. He de
insistir en que se vayan. ¡Potter es un paciente y no hay que fatigarlo!
-Y tampoco creo que
ella ayude mucho a su situación- dijo Gideon.
-Pero es diferente,
ella solo quiere cuidarlos después de ataque de esas malditas cosas- Agrego
Alice.
-Por un lado está
bien- comento Marlene- pero por el otro eso solo empeora la situación de
Sirius.
-Tranquila- le dijo
James- no dudo que verán la forma de ayudar a mi hermano- aseguro, aunque
claro, no estaba tan convencido de eso como sus palabras lo hacían ver
— ¡No estoy fatigado, estoy intentando explicarles lo ocurrido! —dijo Harry
furioso—. Si me escuchan...
Pero la señora Pomfrey le introdujo de repente un trozo grande de chocolate
en la boca. Harry se atragantó y la mujer aprovechó la oportunidad para
obligarle a volver a la cama.
-Pues para querer que
se recupere está siendo un poco ruda no lo creen- comento Albus haciendo una
mueca curiosa.
-Bueno, tu papá
tampoco es un paciente muy dócil que digamos- atajo Scorpius, y varios le
dieron la razón.
—Ahora, por favor; señor ministro... Estos niños necesitan cuidados. Les
ruego que salgan.
Volvió a abrirse la puerta. Era Dumbledore. Harry tragó con dificultad el
trozo de chocolate y volvió a levantarse.
-Eso no será de agrado
para la señora Pomfrey- comento Remus que conocía a la mujer- solo espero que
tenga una forma de ayudar a Sirius.
-Ojala, porque la
situación se ve muy complicada- concedió Teddy.
-Oh, estoy seguro que
algo se podremos hacer- concedió Dumbledore que comenzó a hacer algunas
conjeturas, pero claro, sin la información clara no sabía que tan efectivas
podrían ser.
—Profesor Dumbledore, Sirius Black...
— ¡Por Dios santo! ¿Es esto una enfermería o qué? Señor director; he de
insistir en que...
—Te pido mil perdones, Poppy, pero necesito cambiar unas palabras con el
señor Potter y la señorita Granger. He estado hablando con Sirius Black.
-Bien, ha tenido el
tiempo para descubrir la verdad- concedió Marlene.
-Si lo hubieran hecho
desde el inicio no estarían en esa situación.
-¡James!- le reclamo
Lily- ya expresaste tu molestia respecto a ese punto así que por favor.
-Sí, lo se lo siento
querida.
—Supongo que le ha contado el mismo cuento de hadas que metió en la cabeza
de Potter —espetó Snape—. ¿Algo sobre una rata y sobre que Pettigrew está vivo?
—Eso es efectivamente lo que dice Black —dijo Dumbledore, examinando
detenidamente a Snape por sus gafas de media luna.
— ¿Y acaso mi testimonio no cuenta para nada? —gruñó Snape
-No es como si su
testimonio fuera muy imparcial- aseguro Albus.
—. Peter Pettigrew no estaba en la Casa de los Gritos ni vi señal alguna de
él por allí.
-Si no hubieras estado
sumido en tu maldita ira lo habrías visto- Aseguro Lily con un deje de
molestia.
Severus por su parte
no quiso decir nada, según lo leído había sido Peter el que lo traiciono y fue
de los principales causantes de la muere de la pelirroja, en ese momento
comenzó a pensar algo que no se le había ocurrido, en ese momento donde estaría
él, era cierto que ya estaba casi seguro de unirse a los mortifagos, de ser así
no habría hecho nada para impedir la muerte de Lily, o tal vez, algo peor.
— ¡Eso es porque usted estaba inconsciente, profesor! —Dijo con seriedad
Hermione—. No llegó con tiempo para oír...
— ¡Señorita Granger! ¡CIERRE LA BOCA!
-En serio ya se está
ganando una buena- exclamo Hugo molesto ante la aprobación de su hermana y de
Ron, consideraban que ya le había gritado mucho a Hermione por una noche.
—Vamos, Snape —dijo Fudge—. La muchacha está trastornada, hay que ser
comprensivos.
—Me gustaría hablar con Harry y con Hermione a solas —dijo Dumbledore
bruscamente—. Cornelius, Severus, Poppy Se lo ruego, déjennos.
—Señor director —farfulló la señora Pomfrey—. Necesitan tratamiento,
necesitan descanso.
-No creo que consiga
hacerlos descansar- comento Luna- no hasta que hablaran con el director
Dumbledore por lo menos.
-Y la amenaza de que
me den el beso a Sirius no ayudara a que se relajen- agregó Neville- solo hasta
que este a salvo se calmaran- agrego.
—Esto no puede esperar —dijo Dumbledore—. Insisto.
La señora Pomfrey frunció la boca, se fue con paso firme a su despacho, que
estaba al final de la sala, y dio un portazo al cerrar. Fudge consultó la gran
saboneta de oro que le colgaba del chaleco.
—Los dementores deberían de haber llegado ya. Iré a recibirlos. Dumbledore,
nos veremos arriba.
Sirius perdió el color
considerablemente, si fueran a hacer algo para salvarlo esperaba que lo
hicieran rápido, no le gustaba para nada pensar que moriría en esas
circunstancias.
Fue hacia la puerta y la mantuvo abierta para que pasara Snape. Pero Snape
no se movió.
—No creerá una palabra de lo que dice Black, ¿verdad? —susurró con los ojos
fijos en Dumbledore.
-El no tienes los
mismos prejuicios que tu- aseguro Alice- además debe de tener sus métodos para
descubrir la verdad.
—Quiero hablar a solas con Harry y con Hermione —repitió Dumbledore.
Snape avanzó un paso hacia Dumbledore.
—Sirius Black demostró ser capaz de matar cuando tenía dieciséis años —dijo
Snape en voz baja—. No lo habrá olvidado. No habrá olvidado que intentó
matarme.
-Esas son las
consecuencias de tus acciones- alego Andrómeda.
-Hey, acaso estas defendiendo a este- le reclamo
Sirius señalando a Severus.
-Claro que no- aseguro
la mujer- ya lo dijo Lily, el eligió hacerle caso a tu estúpida broma, pero tú
no debiste de hacerla para empezar, ya deberías de saber que en todo hay
límites Sirius.
-Pero prima…
-No te esfuerces
canuto- le aconsejo James- nadie te apoyara diciendo que fue una “buena Broma”-
termino.
Ante tal situación el
animago simplemente rodeo la cintura de Marlene que lo mantenía abrazado, lo
único que aparentemente podía hacer en ese momento, era refugiarse en ella.
—Mi memoria sigue siendo tan buena como siempre, Severus —respondió
Dumbledore con tranquilidad.
Ted leyó la salida de
Snape y la avalancha de explicaciones de los chicos hasta que Dumbledore los
detuvo y comenzó a hablar.
—Ahora tenéis que escuchar vosotros y os ruego que no me interrumpáis,
porque tenemos muy poco tiempo —dijo con tranquilidad—. Black no tiene ninguna
prueba de lo que dice, salvo vuestra palabra. Y la palabra de dos brujos de
trece años no convencerá a nadie. Una calle llena de testigos juró haber visto
a Sirius matando a Pettigrew. Yo mismo di testimonio al Ministerio de que
Sirius era el guardián secreto de los Potter.
-Bueno, eso confirma
que solo nosotros tres sabíamos del cambio de guardián- comentó Sirius- por ese
maldito hijo de…
-Ya tranquilo- le
interrumpió Marlene.
-Pero aun así hay
formas de descubrir la verdad- aseguro James- no entiendo cómo se creyeron la
historia así como así.
-Bueno no te molestes
James, pero era lo que querían- aseguro Remus- que todos pensaran que Sirius
era el guardia- James lo vio con un poco de rencor, pero no podía reclamar nada
porque estaba en lo correcto.
-Pero pudieron hacer
algo después de que lo arrestaran o no, porque no lo hicieron- atajo Dora, pero
ninguno de los del futuro supieron responder.
-Bueno, por lo menos
ahora que lo saben podrán evitarlo- aseguro Andrómeda- además de que podrán
depositar su confianza en alguien de fiar- varios asintieron ante eso.
—El profesor Lupin también puede testificarlo —dijo Harry, incapaz de
mantenerse callado.
-En ese momento no
creo que pueda hacer mucho- comento Remus imaginándose a el mismo rondando el
bosque prohibido como lobo.
—El profesor Lupin se encuentra en estos momentos en la espesura del
bosque, incapaz de contarle nada a nadie. Cuando vuelva a ser humano, ya será
demasiado tarde. Sirius estará más que muerto.
Sirius trago en seco.
Y además, la gente confía tan poco en los licántropos que su declaración
tendrá muy poco peso.
-Son unos idiotas-
espeto Teddy de inmediato.
-Lo sabemos- aseguro
Dora acariciándole la espalda a su hijo.
Y el hecho de que él y Sirius sean viejos amigos...
-De ese punto de vista
se podría decir que tampoco sería objetivo-comento Hermione gana doce una
mirada seria de Teddy, ellos nunca se habían peleado en el futuro, pero ese
comentario no de mucho agrado para él- bueno, lo es- se justificó la castaña al
notar su mirada.
-Pero Remus seguiría
siendo mucho más objetivo de Snape- aseguro el metamorfomago.
-Ya Teddy, no tienes
que molestarte por eso- le hablo Remus poniéndole la mano sobre su hombro,
después de una leve respiración del peli azul pudieron continuar la lectura.
—Pero...
—Escúchame, Harry. Es demasiado tarde, ¿lo entiendes? Tienes que comprender
que la versión del profesor Snape es mucho más convincente que la vuestra.
-Entonces- comenzó
Sirius- entonces ahí, yo… yo mu…
-¡No!- se apresuró a
responder Harry suponiendo que era lo que intentaba preguntar- espera a que la
lectura continúe.
—Él odia a Sirius —dijo Hermione con desesperación—. Por una broma tonta
que le gastó.
—Sirius no ha obrado como un inocente. La agresión contra la señora
gorda..., entrar con un cuchillo en la torre de Gryffindor...
-Debiste ser mucho más
prudente que eso- exclamo Marlene apoyando la cabeza sobre el hombro del joven,
por esa razón, y por el ligero miedo de lo que pudiera pasar en el libro,
impidió que hiciera una repica al comentario de la rubia.
Si no encontramos a Pettigrew, vivo o muerto, no tendremos ninguna
posibilidad de cambiar la sentencia.
—Pero usted nos cree.
—Sí, yo sí —respondió en voz baja—. Pero no puedo convencer a los demás ni
desautorizar al ministro de Magia.
-Si, como si el
ministro fuera tan bueno- exclamo James ofendiendo en cierta medida a Fudge.
-La verdad es que Dumbledore
debería ser el ministro- comento un joven de Hufflepuff- muchos dices lo mismo.
-Oh me honra que
piensen así- intervino Dumbledore- pero no es un trabajo que despierte mi
interés, prefiero estar aquí instruyendo a las nuevas brujas y magos que nos
precederán- aseguro.
Harry no pudo evitar
aquella ultima (y peculiar) platica que tuvo con el viejo director,
inevitablemente se puso a recordar también todos los sucesos del que sería el
séptimo libro, ya le había recomendado a Neville que hablara con sus padres
antes del siguiente libro, pero, sería
prudente que él también se tomara un tiempo para contarle al director lo que
ocurrirá, no tenía duda que le perturbaría que todos conocieran y que el
recordara esa parte de su vida.
Harry miró fijamente el rostro serio de Dumbledore y sintió como si se
hundiera el suelo bajo sus pies. Siempre había tenido la idea de que Dumbledore
lo podía arreglar todo.
-Un error fácil de
cometer me temo- comento McGonagall- pero hay cosas muy difíciles de resolver
para cualquiera.
Creía que podía sacar del sombrero una solución asombrosa. Pero no: su
última esperanza se había esfumado.
—Lo que necesitamos es ganar tiempo —dijo Dumbledore despacio.
-¡¿Qué?1- exclamaron
varios a la vez sin entender.
Sus ojos azul claro pasaban de Harry a Hermione.
—Pero... —empezó Hermione, poniendo los ojos muy redondos—. ¡AH!
-Parece que le
director tiene un plan- comento Frank- y Hermione ya debió de haberlo
entendido.
-Tiene que ver con lo
de su secreto verdad- atajo Albus volteando en su dirección, recibiendo a
cambio un asentimiento de parte de la castaña.
—Ahora prestadme atención —dijo Dumbledore, hablando muy bajo y muy claro—.
Sirius está encerrado en el despacho del profesor Flitwick, en el séptimo piso.
Torre oeste, ventana número trece por la derecha. Si todo va bien, esta noche
podréis salvar más de una vida inocente. Pero recordadlo los dos: no os pueden
ver. Señorita Granger, ya conoces las normas. Sabes lo que está en juego. No
deben veros.
Harry no entendía nada.
-Y no es el único-
comento Fred- porque siempre tiene que hablar como en clave- pregunto.
-Es un poco frustrante
tener que adivinar lo que quería decir- apoyo George.
-De esa forma es más
seguro- exclamo Hermione- además ustedes de que se quejan, fuimos nosotros los
que tuvimos que resolver sus enigmas no ustedes.
-Pero en este momento
queremos saber que va a pasar- aseguro Fred.
-Pero solo tiene que
esperar un párrafo, capitulo o a lo mucho uno o dos libros y se enteraran de
todo.
-Y nosotros tuvimos
que hacerlo todo sin sabes cómo resultarían las cosas- apoyo Ron a su novia.
-Bueno ya entendimos,
ustedes la tuvieron más difícil que nosotros, felices- dijo George.
-No- respondieron al
unísono Ron, Hermione y Harry que se unió a la respuesta
Dumbledore se alejó y al llegar a la puerta se volvió.
—Os voy a cerrar con llave. Son —consultó su reloj— las doce menos cinco.
Señorita Granger; tres vueltas deberían bastar. Buena suerte.
— ¿Buena suerte? —Repitió Harry, cuando la puerta se hubo cerrado tras
Dumbledore—. ¿Tres vueltas? ¿Qué quiere decir? ¿Qué es lo que tenemos que
hacer?
-Supongo que lo
descubrirán en cuanto empiecen a hacerlo- comento Frank- aunque sería mejor que
supieran desde antes para planearlo y…
-Si, como si nuestros
planes siempre funcionaran- ironizo Ron- no importa cuánto planeamos las cosas,
siempre terminamos improvisando.- eso no parecía gran cosa, pero viniendo de un
miembro de ese trio que se veía involucrado en tantas catástrofes, era una
señal poco alentadora para sus padres y seres queridos.
Pero Hermione rebuscaba en el cuello de su túnica y sacó una cadena de oro
muy larga y fina.
—Ven aquí, Harry —dijo perentoriamente—. ¡Rápido!—Harry, perplejo, se
acercó a ella. Hermione estiró la cadena por fuera de la túnica y Harry pudo
ver un pequeño reloj de arena que pendía de ella
-¡Un gira tiempo!-
exclamo por todo lo alto Marlene sorprendiendo a más de uno. Por su parte ella
volteo a ver en dirección a Lily, ella ya había visto algo así antes, y estaba
colgando del cuello de su amiga.
-¿Un gira que…?-
pregunto Hugo.
-Es un artefacto
mágico que te permite regresar el tiempo y volver a repetirlo, es como estar en
os lugares al mismo tiempo- explico Hermione ante el asombro de muchos de los
presentes que comprendían de que se trataba el artefacto.
-Eso suena fantástico-
exclamaron los gemelos Weasley.
-Sí, pero es una lástima
que ustedes una podrán tener uno- les dijo Ron haciéndolos enojar, si Hermione lo
tubo, solo fue por ser una magnifica estudiante, dudaba que alguien le diera a
ese par algo tan valiosos potencialmente
peligroso
-Pero ¿cómo lo
obtuviste?- le pregunto Rose
-Eso aparecerá
después- respondió la castaña.
—. Así. —Puso la cadena también alrededor del cuello de Harry
-De las pocas veces
que no estamos los tres- comento Ron.
-Bueno, tú estabas herido
e inconsciente, así que…- comenzó Hermione.
-Descuida, no hay
problema- le aseguro Ron a su novia- además creo que habría sido más difícil si
hubiéramos ido los tres- agrego.
—. ¿Preparado? —dijo jadeante.
— ¿Qué hacemos? —preguntó Harry sin comprender.
Hermione dio tres vueltas al reloj de arena.
Ted fue leyendo la
sensación y las visiones borrosas que comenzaron a ver, hasta que sintió el
suelo firme y se vio solo con Hermione en el vacío vestíbulo.
Miró a Hermione con la cadena clavándosele en el cuello.
—Hermione, ¿qué...?
— ¡Ahí dentro! —Hermione cogió a Harry del brazo y lo arrastró por el
vestíbulo hasta la puerta del armario de la limpieza. Lo abrió, empujó a Harry
entre los cubos y las fregonas, entró ella tras él y cerró la puerta.
-¡Espera!- grito Fred
sorprendido a muchos- Ron, no te pongas celoso, después tú te puedes encerar en
el armario con Hermione
-¡Cállate Fred!- le
reclamo el pelirrojo mientras el gemelo reía.
-Lo mismo cuenta para
Ginny no- comento Luna ganándose la atención de los pelirrojos que dejaron de
reír- entonces ella también se puede encerar con…
-¡¡No!!- dijeron los
hermanos Weasley- eso no ayuda Luna- continuo Ron reclamándole.
-Eso es cierto Luna-
le concedió Ginny- nosotros tenemos habitaciones
-¡Hey!- reclamaron los
pelirrojos.
— ¿Qué..., cómo...? Hermione, ¿qué ha pasado?
—Hemos retrocedido en el tiempo —susurró Hermione, quitándole a Harry, a
oscuras, la cadena del cuello—. Tres horas.
Harry se palpó la pierna y se dio un fuerte pellizco. Le dolió mucho, lo
que en principio descartaba la posibilidad de que estuviera soñando.
-Seria compresible-
comento McGonagall- esos artefactos son muy difíciles de conseguir.
-Además no creo que el
chico hubiera escuchado de ellos antes- agrego Ted antes de retomar la lectura.
—Pero...
— ¡Chist! ¡Escucha! ¡Alguien viene! ¡Creo que somos nosotros! —Hermione
había pegado el oído a la puerta del armario—. Pasos por el vestíbulo... Sí,
creo que somos nosotros yendo hacia la cabaña de Hagrid.
-Estuvieron bastante
cerca- comento Lily, por poco y se verían a sí mismos.
— ¿Quieres decir que estamos aquí en este armario y que también estamos ahí
fuera?
—Sí —respondió Hermione, con el oído aún pegado a la puerta del armario
-Eso es algo extraño-
comento Sirius- en verdad a ustedes les pasaron cosas más locas que nosotros.
-Pero lamentablemente
es peor- agrego Marlene- las situaciones son completamente diferentes.
-Sí, ustedes nunca
estuvieron en peligro como ellos- termino Lily con algo de preocupación.
—. Estoy segura de que somos nosotros. No parecen más de tres personas.
Y... vamos despacio porque vamos ocultos por la capa invisible. —Dejó de
hablar; pero siguió escuchando
-Sin mencionar que
nadie más debería de estar en el vestíbulo a esa hora- atajo James- pero me siento
mal porque no tienes tu capa, en ese momento sería más que útil.
-¿Que no la traían en
ese momento?- le pregunto George.
-No, Remus la tenía
cuando se transformó recuerdan- contesto Harry- fue hasta el día siguiente que
la recupere.
—. Acabamos de bajar la escalera principal...
Hermione se sentó en un cubo puesto boca abajo. Harry estaba impaciente y
quería que Hermione le respondiera a algunas preguntas.
— ¿De dónde has sacado ese reloj de arena?
—Se llama giratiempo —explicó Hermione—. Me lo dio la profesora McGonagall
el día que volvimos de vacaciones. Lo he utilizado durante el curso para poder
asistir a todas las clases. La profesora McGonagall me hizo jurar que no se lo
contaría a nadie. Tuvo que escribir un montón de cartas al Ministerio de Magia
para que me dejaran tener uno. Les dijo que era una estudiante modelo y que no
lo utilizaría nunca para otro fin. Le doy vuelta para volver a disponer de la
hora de clase. Gracias a él he podido asistir a varias clases que tenían lugar
al mismo tiempo, ¿te das cuenta?
Todos se quedaron
impresionados por esa explicación, algunos incluso exclamaron un oh, y todo lo
que habían leído comenzaba a tomar sentido.
-Eso explica muchas
cosas- acepto Alice- la forma en que aparecías y desaparecías, pero más que
nada tu extremo cansancio.
-Sí, no es fácil estar
tratar de hacer tantas cosas a la vez- aseguro Lily.
-¿Tu sabes cómo
sabes?- le pregunto Harry a lo que la mujer asintió- como
-Yo también tengo un
giratiempo- le respondió a su hijo- pero claro, la profesora McGonagall me lo
dio en mi cuarto curso, no en el tercero.
-¿Por qué no me lo
dijiste antes?- le pregunto James con
cara de ofendido, Lily se sintió un poco mal por su reacción, o al menos lo
hizo antes de que el azabache agregara- sabes los momentos pudimos tener con tu
giratiempo, mi capa y la sala de menesteres, podríamos estar en la clase y al
mismo tiempo estar en una habitación muy íntima…
-¡James cállate!- le
reclamo sonrojada la joven, no quería saber hasta dónde llegaría si lo dejaba
terminar.
-Señor Potter, esos
artefactos no son juguetes y no deben de ser usados para banalidades como esa-
le aseguro McGonagall.
-No es malo conseguir
algo de tiempo para disfrutar de nuestro amor profesora- aseguró James- no
sería nada malo y tampoco seriamos tan impudentes como para quedar embara…
-¡Ya basta James!- le
detuvo nuevamente la pelirroja- Ted, continua leyendo- le dijo al hombre
querido que la sacara de esa situación.
Pero, Harry, me temo que no entiendo qué es lo que quiere Dumbledore que
hagamos. ¿Por qué nos ha dicho que retrocedamos tres horas? ¿En qué va a ayudar
eso a Sirius?
-Podrían ir a abrirle
la puerta cuando nadie estuviera cerca- propuso un Hufflepuff- no sospecharían
de ellos porque están en la enfermería.
-No, sería claro que
alguien lo ayudo a escapar- contradijo Teddy- además podrían sospechar de
Dumbledore, además, tres horas parasen
demasiadas para algo así.
-Además que sin la
capa alguien los podrían ver merodeando cerca- apoyo James- les dijo la
ubicación desde afuera de la torre, podrían ir volando en una escoba y sacarlo.
-El problema sería
como escapar después, tendrían que robar la escoba de alguien para conseguirlo-
resalto Remus- tal vez, pero sería arriesgado…- agrego pero sin terminar la
oración
-Ya suéltalo lunático,
que es lo que piensas- le pregunto Sirius
-Espera- dijo en su
lugar James- el director dijo, más de un inocente- volteo en dirección a Remus
que asintió suponiendo por donde iba sus ideas- o Sirius, esto seguro te
fascinara
-¿Qué cosa?- le
interrogo comenzando a casarse de tanto secretismo
-Ya veras, Ted
continua- le solicito al hombre.
Harry la miró en la oscuridad.
—Quizás ocurriera algo que podemos cambiar ahora —dijo pensativo—. ¿Qué
puede ser? Hace tres horas nos dirigíamos a la cabaña de Hagrid...
—Ya estamos tres horas antes, nos dirigimos a la cabaña —explicó Hermione—.
Acabamos de oírnos salir.
-Tendrán que pasar
nuevamente por la ejecución de Buckbeak- se lamentó Charlie al mismo tiempo que
Hagrid, la idea no era de su agrado.
Harry frunció el entrecejo. Estaba estrujándose el cerebro.
—Dumbledore dijo simplemente... dijo simplemente que podíamos salvar más de
una vida inocente... —Y entonces se le ocurrió—: ¡Hermione, vamos a salvar a
Buckbeak!
Que exclamaron
impresionados, Charlie y Hagrid levantaron la cabeza viendo fijamente a la
castaña y el peli negro, será posible que lo hayan salvado.
—Pero... ¿en qué ayudará eso a Sirius?
—Dumbledore nos dijo dónde está la ventana del despacho de Flitwick, donde
tienen encerrado a Sirius con llave. Tenemos que volar con Buckbeak hasta la
ventana y rescatar a Sirius. Sirius puede escapar montado en Buckbeak. ¡Pueden
escapar juntos!
-¡Eso, seria
grandioso!- exclamo Sirius con cierta ilusión en los ojos- así que en verdad
tendré a un hipogrifo como mascota.
-Hay por Merlín- dijo
Marlene
-Ya tranquila, tu no
tendrás problemas, yo lo cuidare, le daré de comer y limpiare lo que ensucie
-Pareces un niño
rogándole a su madre para tener una mascota- comento divertida Lily produciendo
un par de risas leves.
Hermione parecía aterrorizada.
— ¡Si conseguimos hacerlo sin que nos vean será un milagro!
-Pero no fue algo
imposible cierto- comento por lo bajo Draco, quien como sus compañeros de
época, suponían que sí lograron con su cometido.
—Bueno, tenemos que intentarlo, ¿no crees? —dijo Harry. Se levantó y pegó
el oído a la puerta—. No parece que haya nadie. Vamos...
-Ya estas más animado
hijo- le dijo James viéndolo con ternura, por fin podía hacer algo para ayudar
no solo a Sirius sino también el pobre hipogrifo.
Harry empujó y abrió la puerta del armario. El vestíbulo estaba desierto.
Tan en silencio y tan rápido como pudieron, salieron del armario y bajaron
corriendo los escalones. Las sombras se alargaban. Las copas de los árboles del
bosque prohibido volvían a brillar con un fulgor dorado.
— ¡Si alguien se asomara a la ventana...! —chilló Hermione, mirando hacia
atrás, hacia el castillo.
—Huiremos —dijo Harry con determinación—. Nos internaremos en el bosque.
Tendremos que ocultarnos detrás de un árbol o algo así, y estar atentos.
-Es la regla más
básica al usar un giratiempo- comento Lily- supongo que tuviste demasiados
problemas con mi hijo cierto- agrego viendo a Hermione.
-No tiene una idea- le
concedió la castaña suponiendo de lo que hablaba.
-Claro, el carácter de
Harry no es bueno en ese tipo de situaciones
-¿De qué hablas
pelirroja?- le interrogo Sirius.
-Ya lo veras-
respondió mientras el animago suspiraba
-No solo a Dumbledore
le gusta hablar en clave- sentencio el joven esperando a que Ted continuara.
— ¡De acuerdo, pero iremos por detrás de los invernaderos! —Dijo Hermione,
sin aliento—. ¡Tenemos que apartarnos de la puerta principal de la cabaña de
Hagrid o de lo contrario nos veremos a nosotros mismos! Ya debemos de estar
llegando a la cabaña.
Ted fue leyendo como
los jóvenes se echaron a correr atrás de los invernaderos rodeando el sauce
boxeador hasta llegar al bosque y después de estar escondidos, continuaron en
dirección a la cabaña de Hagrid, llegaron justo a tiempo cuando ellos mismos
tocaban la puerta.
—Somos nosotros. Llevamos la capa invisible. Si nos dejas pasar; nos la
quitaremos.
—No deberíais haber venido —susurró Hagrid.
Se hizo a un lado y cerró rápidamente la puerta.
—Esto es lo más raro en que me he metido en mi vida —dijo Harry con
entusiasmo.
-Ya lo creo- comento
Fabián- y eso que han estado metidos en cosas muy extrañas.
-Y lamento decirlo,
pero no creo que dejen de meterse en cosas igual de raras- agrego Gideon.
-Pues si continúas
hablando sin duda lo lamentaras- le dijo Bill notando la cara de pocos amigos
de su madre, no le agradaba que los chicos siguieran metidos en esas cosas, y
más aún, porque parecía inevitable que lo hicieran.
—Vamos a adelantarnos un poco —susurró Hermione—. ¡Tenemos que acercarnos
más a Buckbeak!
Avanzaron sigilosamente hasta que vieron al nervioso hipogrifo atado a la
valla que circundaba la plantación de calabazas de Hagrid.
-Bien, ahora solo
deben liberarlo cuanto antes- comenzó Sirius pero
-No- le detuvo Remus-
deben de esperar a que ellos salgan y que Fudge y el tipo de la comisión lo
vean atado.
-Solo tendrán unos
segundos para llevárselo- Resalto Charlie- y eso si Buckbeak copera con ellos.
-Ellos podrán
lograrlo, estoy seguro- les apoyo James.
— ¿Ahora? —susurró Harry
— ¡No! —Dijo Hermione—. Si nos lo llevamos ahora, los hombres de la
comisión creerán que Hagrid lo ha liberado. ¡Tenemos que esperar hasta que lo
vean atado!
-En serio Teddy, estas
seguro que Hermione no es tu hermana- le interrogo Sirius- los dos son iguales
a Remus
-Que no Sirius, yo no
tengo relación sanguínea con los Lupin- respondió la castaña.
-¡Ahí está!, la chica
no negó que Teddy es un Lupin
-¡Ya Sirius!- le
reclamo el oji miel- no es momento para escuchar tus supuestas teorías- agrego.
-Creo que cometiste un
pequeño error no- le susurro Ron a su novia.
-La verdad no- aseguro
Hermione, ella también había analizado la situación por su cuenta, y
consideraba que sería bueno comenzar a tentar el terreno, prepara al castaño
para que supiera y sobre todo, aceptara la verdad.
—Eso supone unos sesenta segundos —dijo Harry. Les empezaba a parecer
irrealizable.
-Es difícil más no
imposible- comento –Frank- ojala puedan conseguirlo.
En ese momento oyeron romperse una pieza de porcelana.
—Ya se le ha caído a Hagrid la jarra de leche —dijo Hermione—. Dentro de un
momento encontraré a Scabbers.
Los merodeadores
apretaron los puños a igual que las personas cercabas a ellos, incluso Severus
sintió molestia por la mención del traidor.
Efectivamente, minutos después oyeron el chillido de sorpresa de Hermione.
—Hermione —dijo Harry de repente—, ¿y si entráramos en la cabaña y nos
apoderásemos de Pettigrew?
-Sería la peor cosa
que podría hacer señor Potter- dijo enérgicamente McGonagall- no comprende los
peligros de encontrarse con usted mismo, sin mencionar el riesgo de alterar la
línea temporal.
-Ella tiene razón, no
pueden intervenir en lo absoluto- le apoyo Lily.
-Pero eso dejaría que
esa maldita rata escape- atajo Sirius.
-No hay alternativa
Sirius
-Estás de acuerdo con
que escape cornamenta.
-No me agrada- le
aseguro- pero no tienen otra alternativa, Lily, Remus, Dumbledore, McGonagall y
Hermione, todos aseguran lo mismo, dime, ¿cuál es la posibilidad que estén
equivocados?- le pregunto al animago, y este no pudo rebatir nada.
— ¡No! —Exclamó Hermione con temor—. ¿No lo entiendes? ¡Estamos rompiendo
una de las leyes más importantes de la brujería! ¡Nadie puede cambiar lo
ocurrido, nadie! Ya has oído a Dumbledore... Si nos ven...
—Sólo nos verían Hagrid y nosotros mismos.
—Harry, ¿qué crees que pasaría si te vieras a ti mismo entrando en la
cabaña de Hagrid? —dijo Hermione.
-Sería una verdadera
locura- comento Albus- y tu yo del pasado no creería en lo más mínimo que
vienen del futuro- Harry le sonrió a su hijo dándole la razón.
—Creería... creería que me había vuelto loco —dijo Harry—. O que había
magia oscura por medio.
—Exactamente. No lo comprenderías. Incluso puede que te atacaras a ti
mismo. La profesora McGonagall me dijo que han sucedido cosas terribles cuando
los brujos se han inmiscuido con el tiempo. ¡Muchos terminaron matando por
error su propio yo, pasado o futuro!
-Me parece que los
riesgos para usar los giratiempo es algo alta no- comento Rose.
-Sin duda es peligrosos-
apoyo Scorpius- pero bien utilizado podría ser de mucha utilidad.
-Pero también podrían
usarse para hacer cosas malas- alego
nuevamente Rose.
-Por eso el ministerio
regula muy estrictamente la autorización de dichos objetos- aseguro Kingsley-
si se lo dieron fue sin duda porque McGonagall intercedió por ella, y tal vez
incluso Dumbledore.
-Eso explicaría porque
él conocía que la tía Hermione tuviera el giratiempo- agrego Albus.
—Vale —dijo Harry—, sólo era una idea. Yo pensaba nada más que...
Pero Hermione le dio un codazo y señaló hacia el castillo. Harry movió la
cabeza unos centímetros para tener una visión más clara de la puerta central.
Dumbledore, Fudge, el anciano de la comisión y Macnair, el verdugo, bajaban los
escalones.
-Ya casi es momento-
comento James “S”- deben de permanecer atentos para que no se les escape la
ventana de oportunidad.
-Siempre actúas de esa
manera seria cuando haces una broma o piensas hacer algo malo- le aseguro
Scorpius.
-Es bueno saber eso-
comento Ginny viendo con seriedad a su hijo que le mando una mirada similar a
su hermano.
— ¡Estamos a punto de salir! —dijo Hermione en voz baja.
Efectivamente, un momento después se abrió la puerta trasera de la cabaña
de Hagrid y Harry se vio a sí mismo con Ron y con Hermione saliendo por ella
con Hagrid. Sin duda era la situación más rara en que se había visto,
permanecer detrás del árbol y verse a sí mismo en el huerto de las calabazas.
-En ese momento debieron
desear haberse ido más rápido no- comentó Deán.
-Habríamos tenido un
poco de tiempo extra- concedió Harry- pero el problema es que el resto también
podrían vernos
Ted narro nuevamente
la conversación entre Hagrid y los chicos para que estos últimos se fueran
cuanto antes y como se escondían bajo la capa.
Llamaron a la puerta principal de la cabaña de Hagrid. El grupo de la
ejecución había llegado. Hagrid dio media vuelta y se metió en la cabaña,
dejando entreabierta la puerta de atrás. Harry vio que la hierba se aplastaba a
trechos alrededor de la cabaña y oyó alejarse tres pares de pies.
-Bueno, ya se fueron-
comento Seamus- y ahora ¿qué van a hacer?- pregunto.
-Solo podíamos
esperar, aun no era el momento- respondió Hermione.
Él, Ron y Hermione se habían marchado, pero el Harry y la Hermione que se
ocultaban entre los árboles podían ahora escuchar por la puerta trasera lo que
sucedía dentro de la cabaña.
— ¿Dónde está la bestia? —preguntó la voz fría de Macnair.
—Fu... fuera contestó Hagrid.
Harry escondió la cabeza cuando Macnair apareció en la ventana de Hagrid
para mirar a Buckbeak.
-Ya vieron a Buckbeak-
comento Charlie- ya no podrán acusar a Hagrid,
-Pero eso es solo es
la parte más fácil de todo- agrego Bill.
Luego oyó a Fudge.
—Tenemos que leer la sentencia, Hagrid. Lo haré rápido. Y luego tú y
Macnair tendréis que firmar. Macnair, tú también debes escuchar. Es el
procedimiento.
El rostro de Macnair desapareció de la ventana. Tendría que ser en ese
momento o nunca.
—Espera aquí —susurró Harry a Hermione—. Yo lo haré.
-Necesitara repetir
todo el proceso de la misma ocasión- pregunto Hugo.
-creo que si-
respondió Charlie- se necesita más tiempo para formar un vínculo con esos
animales, para ganase su confianza.
-Yo cuide de él casi
desde que nació pero con otros hipogrifos fue más difícil conseguir su
confianza- apoyo Hagrid- pero después de conseguirlo no será fácil encontrar a
alguien más fiel.
-Es bueno saberlo-
comento Sirius- deberé tener cuidado después de que escapemos- agrego, ya había
dado por hecho que lo lograrían.
Mientras Fudge volvía a hablar; Harry salió disparado de detrás del árbol,
saltó la valla del huerto de calabazas y se acercó a Buckbeak.
—«La Comisión para las Criaturas Peligrosas ha decidido que el hipogrifo
Buckbeak, en adelante el condenado, sea ejecutado el día seis de junio a la
puesta del sol...»
-Esperemos que ese
proceso sea bastante largo- comento
Sirius.
-Yo no me confiaría-
aseguro Dora- solo están leyendo una sentencia, no tardaran lo suficiente
-No me complace pero
es cierto- concedió Teddy sobándose las manos- deben de darse prisa.
Guardándose de parpadear; Harry volvió a mirar fijamente los feroces ojos
naranja de Buckbeak e inclinó la cabeza. Buckbeak dobló las escamosas rodillas
y volvió a enderezarse. Harry soltó la cuerda que ataba a Buckbeak a la valla.
-Has aprendido muy
bien la lección- comento Hagrid con un poco de orgullo.
-Gracias- le respondió
el joven azabache.
—«... sentenciado a muerte por decapitación, que será llevada a cabo por el
verdugo nombrado por la Comisión, Walden Macnair...»
—Vamos, Buckbeak —murmuró Harry—, ven, vamos a salvarte. Sin hacer ruido,
sin hacer ruido...
-Vamos, vamos, se
están quedando sin tiempo- apremio ames comenzando a ponerse nervioso.
—«... por los abajo firmantes.» Firma aquí, Hagrid.
Harry tiró de la cuerda con todas sus fuerzas, pero Buckbeak había clavado
en el suelo las patas delanteras.
Todos se comenzaron a
estresar en ese momento, tenían un tiempo demasiado limitado y para colmo el
hipogrifo no parecía querer facilitar las cosas.
—Bueno, acabemos ya —dijo la voz atiplada del anciano de la Comisión en el
interior de la cabaña de Hagrid—. Hagrid, tal vez fuera mejor que te quedaras
aquí dentro.
—No, quiero estar con él... No quiero que esté solo.
Se oyeron pasos dentro de la cabaña.
—Muévete, Buckbeak —susurró Harry
-¡Vamos Buckbeak
muévete!- dijo Hagrid como si estuviera ahí, se había sumido en el libro más
que en cualquier otro momento de la lectura.
Harry tiró de la cuerda con más fuerza. El hipogrifo echó a andar agitando
un poco las alas con talante irritado. Aún se hallaban a tres metros del bosque
y se les podía ver perfectamente desde la puerta trasera de la cabaña de
Hagrid.
Varios de los
presentes contuvieron el aliento en ese momento, ya habían conseguido que el
hipogrifo caminara, pero no era suficiente, solo tendrían que voltear la cabeza
y descubrirían todo, y estarán en muy serios problemas.
—Un momento, Macnair; por favor —dijo la voz de Dumbledore—. Usted también
tiene que firmar. —Los pasos se detuvieron. Buckbeak dio un picotazo al aire y
anduvo algo más aprisa.
Los jóvenes que
contuvieron el aliento pudieron exhalar con tranquilidad.
-¿Usted sabia eso
profesor?- pregunto Frank- sabía que ellos estaban ahí, que venían de tres
horas en el futuro.
-No sabría responderle
joven Longbottom- respondió Dumbledore- como eso aún no ha ocurrido, no podría
asegurar que tanto conocía de la situación en cuestión.
La cara pálida de Hermione asomaba por detrás de un árbol.
— ¡Harry; date prisa! —dijo.
-Bueno, no es como si
estuviera holgazaneado verdad- comento George.
-Estaba nerviosa y
asustada, que esperas que dijera- le reclamo Hermione.
Harry aún oía la voz de Dumbledore en la cabaña. Dio otro tirón a la
cuerda. Buckbeak se puso a trotar a regañadientes. Llegaron a los árboles...
— ¡Rápido, rápido! —gritó Hermione, saliendo como una flecha de detrás del
árbol, asiendo también la cuerda y tirando con Harry para que Buckbeak avanzara
más aprisa. Harry miró por encima del hombro. Ya estaban fuera del alcance de
las miradas. Desde allí no veían el huerto de Hagrid.
— ¡Para! —le dijo a Hermione—. Podrían oírnos.
-Solo esperemos que no
quieran ir a buscarlo- comentó Sirius.
-Dumbledore está ahí,
si sabe o intuye lo que pasa tratara de hacer algo- concedió Marlene.
-Pero oigan- halo
Seamus- anteriormente mencionaron como escuchaban el hacha caer y luego un
gemido no, ¿qué paso con eso?
-Ya lo veras-
respondió Harry
La puerta trasera de la cabaña de Hagrid se había abierto de golpe. Harry
Hermione y Buckbeak se quedaron inmóviles. Incluso el hipogrifo parecía
escuchar con atención.
Silencio. Luego...
— ¿Dónde está? —Dijo la voz atiplada del anciano de la comisión—. ¿Dónde
está la bestia?
— ¡Estaba atada aquí! —Dijo con furia el verdugo—. Yo la vi. ¡Exactamente
aquí!
— ¡Qué extraordinario! —dijo Dumbledore. Había en su voz un dejo de
desenfado.
— ¡Buckbeak! —exclamó Hagrid con voz ronca.
-¡No!- gritaron los
merodeadores al unísono- si lo llamas
podría regresar y aprovecharían para matarlo.
-¡James!- exclamo
Lily- se un poco más sensible.
-Perdón- se disculpó
el azabache.
-Descuida- le restó
importancia Hagrid- supongo que tienes razón en lo que dices- le concedió
sintiéndose un poco apenado.
Se oyó un sonido silbante y a continuación el golpe de un hacha. El
verdugo, furioso, la había lanzado contra la valla. Luego se oyó el aullido y
en esta ocasión pudieron oír también las palabras de Hagrid entre sollozos:
-Entonces eso fue lo
que escucharon- comento Seamus.
-Sí, no pudimos
comprender lo que decía en ese momento, pero por el contexto pensamos que sería
algo malo- dijo Hermione.
— ¡Se ha ido!, ¡se ha ido! Alabado sea, ¡ha escapado! Debe de haberse
soltado solo. Buckbeak, qué listo eres.
-No tanto- exclamo
Fabián- de serlo no les habría complicado tanto el que lo sacaran de ahí.
Buckbeak empezó a tirar de la cuerda, deseoso de volver con Hagrid.
-Y mucho menos que
quisiera regresar a donde hay peligro- apoyo Gideon.
-Era la mascota de
Hagrid y lo quería, como esperaban que reaccionara- les critico Charlie con
firmeza.
-No me extraña que
defiendas tanto al animal- comento Dora- creo que los quieres más que cualquier
persona.
-Eso explicaría porque
nuestro hermanito sigue soltero- comento George.
-Aunque claro no es la
única explicación, pero no es momento de hablar de eso- dijo Fred que vio
impedida su burla por la severa mirada que su madre les mandaba en ese momento.
Harry y Hermione la sujetaron con más fuerza, hundiendo los talones en
tierra.
— ¡Lo han soltado! —Gruñía el verdugo—. Deberíamos rastrear los terrenos y
el bosque.
—Macnair; si alguien ha cogido realmente a Buckbeak, ¿crees que se lo habrá
llevado a pie? —le preguntó Dumbledore, que seguía hablando con desenfado
-Viéndolo así sería
muy lógico- concedió Andrómeda- eso deberá bastar para que desistan de
buscarlo.
—. Rastrea el cielo, si quieres... Hagrid, no me iría mal un té. O una
buena copa de brandy.
-Y en la casa de
Hagrid no encontraran un solo baso pequeño- exclamo Sirius- no sería mala idea
de que compartieran con nosotros.
-¡Sirius!- le reclamo
Marlene
-¿Qué?, solo será una
copita de brandy
-Seguida de una
botella de whiskey de fuego- agrego la rubia- si ustedes no conocen moderación
con eso.
-¡Hey!- reclamaron
James y Remus- yo solo me embriagaba así por los rechazos de Lily- continuo el
azabache.
-Y en mi caso podrían
contar con una mano las veces que he perdido la conciencia- agrego Remus.
-Entonces el único
ebrio soy yo
-Si- respondieron sus
dos amigos.
-Ho, que dura es la
traición de mis amigos- dramatizo el ojí gris- Marlene abrázame- la joven con
una sonrisa divertida le hizo caso, palmeándole la espalda según ella, para
reconfortarlo.
—Por... por supuesto, profesor —dijo Hagrid, al que la alegría parecía
haber dejado flojo—. Entre, entre...
Harry y Hermione escuchaban con atención: oyeron pasos, la leve maldición
del verdugo, el golpe de la puerta y de nuevo el silencio.
-Bien, ya consiguieron
liberar a Buckbeak- comento Bill- peor el momento al menos.
-Muy reconfortante
hermano- le reclamo Charlie- en fin ahora solo tienen que esperar no.
-Pero es más fácil
decirlo que hacerlo- aseguró Lily- deberán observar de cerca el momento
oportuno, y Harry…- dejo la oración al aire negando con la cabeza.
-Valla, solo un par de
días y ya te conoce perfectamente- le dijo por lo bajo ron a su amigo.
-Lo sé, da un poco de
miedo- le respondió Harry.
— ¿Y ahora qué? —susurró Harry, mirando a su alrededor.
—Tendremos que quedarnos aquí escondidos —dijo Hermione con miedo—. Tenemos
que esperar a que vuelvan al castillo. Luego aguardaremos a que pase el peligro
y nos acercaremos a la ventana de Sirius volando con Buckbeak. No volverá por
allí hasta dentro de dos horas... Esto va a resultar difícil...
Miró por encima del hombro, a la espesura del bosque. El sol se ponía en
aquel momento.
—Habrá que moverse —dijo Harry, pensando—. Tenemos que ir donde podamos ver
el sauce boxeador o no nos enteraremos de lo que ocurre.
-Eso sería buena idea-
comentó Alastor- siempre y cuando recuerden que no pueden intervenir.
—De acuerdo —dijo Hermione, sujetando la cuerda de Buckbeak aún más firme—.
Pero hemos de seguir ocultos, Harry, recuérdalo.
Ted leyó como se
movieron por el borde del bosque hasta que lograron identificar a Ron que
estaba atrapando a Scabbers y trataba de ahuyentar a Crookshanks
— ¡Ahí está Sirius! —dijo Harry. El perrazo había surgido de las raíces del
sauce. Lo vieron derribar a Harry y sujetar a Ron—. Desde aquí parece incluso
más horrible, ¿verdad? —añadió mientras el perro arrastraba a Ron hasta meterlo
entre las raíces
-Si eso piensas
entonces que bueno que no estuviste en mi posición- ironizó Ron.
-Lo siento- se
disculpó el chico
-Descuida no importa-
le aseguro.
-¿Por qué a ustedes
siempre les sale lo gracioso cuando están en esas situaciones?- les pregunto
Fred.
-Saben lo bien que nos
llevaríamos si hubieran sido más relajados- continuo George.
-Teníamos otras cosas
en la mente- aseguro Harry- además, yo prefiero tener una vida sin problemas.
-No creo que esas
palabras tengan fundamentos- comentó Lily llevándose varias miradas curiosas,
en especial de Harry que no creía lo que su madre decía.
-Es cierto, no me
gusta meterme en problemas, me gustaría algo tranquilo y…
-Y sin embargo serás
un auror- le interrumpió su madre- no creas que eso trabajo no te traerá
dificultades, aunque me disguste, tu trabajo no será muy diferente a todo lo
que has hecho en el colegio.
-En eso tiene razón-
comento Hermione dándole la razón a su lógica
-Sí, así lo creo-
prosiguió Ron- hey, Fred, George, no les interesaría que les ayudara en su tienda
de bromas
-No lo sé hermanito,
deja lo discutimos y luego te diremos- le respondió George con media sonrisa,
en su época con su gemelo muerto sería buena idea, pero si logaban cambiar la
historia, lo mejor sería esperar a que las cosas ocurrieran.
—. ¡Eh, mira! El árbol acaba de pegarme. Y también a ti. ¡Qué situación más
rara!
Y lo que faltaba-
pensó Harry, no tenía ni idea de cómo reaccionarían cuando supieran que fue él
quien realizo el patronus que los salo, no creía que sus compañeros de época y
sus hijos hieran gran revuelo, pero no tenían ni idea de que harían sus padres
cuando se enteraran.
El sauce boxeador crujía y largaba puñetazos con sus ramas más bajas.
Podían verse a sí mismos corriendo de un lado para otro en su intento de
alcanzar el tronco. Y de repente el árbol se quedó quieto.
—Crookshanks ya ha apretado el nudo —explicó Hermione.
—Allá vamos... —murmuró Harry—. Ya hemos entrado.
-Ahora solo deben
esperar- comento Lily.
-Cierto, aunque serán
poco más de dos horas- comento Alice.
-Pero es inevitable,
devén esperar a que lleven a Sirius al despacho de Flitwick- volvió a decir
Lily.
-En ese caso deberán
moverse en cuanto sus otros dos yo salgan, desde ahí no podrán ver cuando se
los lleven- comento Teddy.
-Entonces es posible
que vean quien lanzo el patronus- dijo Dora, ya algunos habían olvidado ese
misterio, pero ahora que lo mencionaban la expectación regreso a los presentes.
En cuanto desaparecieron, el árbol volvió a agitarse. Unos segundos
después, oyeron pasos cercanos. Dumbledore, Macnair, Fudge y el anciano de la
Comisión se dirigían al castillo.
— ¡En cuanto bajamos por el pasadizo! —Dijo Hermione—. ¡Ojalá Dumbledore
hubiera venido con nosotros...!
-No si Fudge y ese
malito de Macnair lo acompañaban- atajo James- no creo que se lo pensaran mucho
para matar a mi hermano- aseguro.
—Macnair y Fudge habrían venido también —dijo Harry con tristeza—. Te
apuesto lo que quieras a que Fudge habría ordenado a Macnair que matara a
Sirius allí mismo.
Mientras James sonreía
complacido con su hijo Fudge se preguntaba si en verdad hubiera seguido a los
chicos, y de hacerlo, en verdad le habría pedido a un verdugo que acabara con
la vida de un preso de esa manera.
Vieron a los cuatro hombres subir por la escalera de entrada del castillo y
perderse de vista. Durante unos minutos el lugar quedó vacío. Luego...
— ¡Aquí viene Lupin! —dijo Harry al ver a otra persona que bajaba la
escalera y se dirigía corriendo hacia el sauce. Harry miró al cielo. Las nubes
ocultaban la luna.
-Si hubiera visto la
capa de Harry- comentó por lo bajo Remus.
-No era una buena
noche para ti colega- le aseguro James- la aparición de Sirius, la sorpresa de
la aparición de Peter en el mapa
-Sin mencionar que
había luna llena- apoyo Sirius- que tampoco te costaba nada recoger la capa
pero…
-Sirius, queríamos
animarlo recuerdas- le reclamo James.
-Es inútil lamentarse
por las cosas que ya pasaron- aseguro Andrómeda.
-Aunque en teoría eso
no ha pasado aun- atajo James “S”.
-En ese caso tienen la
posibilidad de corregir los errores en su mismo transcurso de tiempo- aseguro
en definitiva Andrómeda- tú no tienes por qué sentirte mal Remus, Ted, por
favor- le solicito a su esposo que continuara.
Vieron que Lupin cogía del suelo una rama rota y apretaba con ella el nudo
del tronco. El árbol dejó de dar golpes y también Lupin desapareció por el
hueco que había entre las raíces.
— ¡Ojalá hubiera cogido la capa! —Dijo Harry—. Está ahí... —Se volvió a
Hermione—. Si saliera ahora corriendo y me la llevara, no la podría coger
Snape.
-¡No Harry!- se
apresuró a decir Lily- no debes arriesgarte a que te vean y tampoco puedes
cambiar el curso del tiempo, eso podría ser muy peligroso.
— ¡Harry, no nos deben ver!
— ¿Cómo puedes soportarlo? —le preguntó a Hermione con irritación—. ¿Estar
aquí y ver lo que sucede sin hacer nada? —Dudó—. ¡Voy a coger la capa!
-Ya entendí lo que
quisiste decir cariño- le dijo James a su pelirroja.
-¿Algo en específico?-
pregunto Frank.
-Que Harry no tiene la
actitud para una situación como esa- explicó James, pero la mayoría no entendía
que quería decir.
--Harry no se puede
quedar quieto- exclamo Ginny- siempre tiene el impulso de hacer algo o de
buscar la forma de solucionar algún problema, no puede simplemente sentarte y
no hacer nada.
-Ha- dijeron algunos
comprendiendo.
-Es algo que deberá
modificar- aseguro Alastor- hay misiones donde se necesita tener mucha
paciencia.
-Sí, ya lo sé- aseguro
Harry, después de todo, ya había averiguado como seria su entrenamiento en la
academia de aurores.
— ¡Harry, no!
Hermione sujetó a Harry a tiempo por la parte trasera de la túnica. En ese
momento oyeron cantar a alguien. Era Hagrid, que se dirigía hacia el castillo,
cantando a voz en grito y oscilando ligeramente al caminar. Llevaba una botella
grande en la mano.
-Ya tan pronto estas
ebrio Hagrid- comento Fabián- debió ser una gran celebración.
-No creo que
Dumbledore este igual de tomado
-¡Gideon!- le reclamo
Molly.
-¿Qué?, si utilizo un
vaso de Hagrid.
-Oh, no creo que pueda
embriagarme con una copa de brandy- comento Dumbledore sin darle la mayor
importancia- ni siquiera en una copa de nuestro querido guardabosques- algunos
soltaron una leve risa antes de que retomaran la lectura.
— ¿Lo ves? —Susurró Hermione—. ¿Ves lo que habría ocurrido? ¡Tenemos que
estar donde nadie nos pueda ver! ¡No, Buckbeak!
El hipogrifo hacia intentos desesperados por ir hacia Hagrid. Harry aferró
también la cuerda para sujetar a Buckbeak. Observaron a Hagrid, que iba
haciendo eses hacia el castillo. Desapareció. Buckbeak cejó en sus intentos de
escapar. Abatió la cabeza con tristeza.
-Oh, pobrecillo-
comento Hagrid
-Tranquilo Hagrid- le
dijo Sirius- te prometo que cuidare mucho de Buckbeak- le aseguró.
-Y tal vez algún día
pueda regresar contigo- comento Marlene.
-¿Y cómo podría ser?-
le interrogo el oji gris.
-Podían esperar un par
de años, cambiarle el nombre, no creo que los del ministerio les preocupe mucho
darle seguimiento al caso.
-Aja, simplemente no
quieres que no tenga un hipogrifo como mascota, se honesta.
-Tu ten todas las
mascotas que quieras- le rebatió- pero ni creas que ellos entraran a mi casa-
agrego por lo bajo
-A nuestra- le
corrigió en el mismo tono- pero después hablaremos de eso.
Apenas dos minutos después las puertas del castillo volvieron a abrirse y
Snape apareció corriendo hacia el sauce, en pos de ellos.
Harry cerró fuertemente los puños al ver que Snape se detenía cerca del
árbol, mirando a su alrededor. Cogió la capa y la sostuvo en alto.
—Aparta de ella tus asquerosas manos —murmuró Harry entre dientes.
James y Sirius se les
formo una sonrisa un poco siniestra, también les disgustaba que Severus hubiera
tomado y utilizado la capa, pero también se sentían complacidos porque Harry
reaccionara de la misma manera.
-Wau, en verdad esa
capa significa mucho para papá- comento James “S”.
-Y en verdad tenia
coraje a Snape- agrego Albus, hasta el momento no haba visto más que el rencor
que ellos parecían tenerse, conforme avanzaban las lecturas se preguntaba que
pudo haber pasado para que su padre decidiera ponerle su nombre.
— ¡Chist!
Snape cogió la rama que había usado Lupin para inmovilizar el árbol, apretó
el nudo con ella y, cubriéndose con la capa, se perdió de vista.
—Ya está —dijo Hermione en voz baja—. Ahora ya estamos todos dentro. Y
ahora sólo tenemos que esperar a que volvamos a salir...
-Al menos ya no
tendrán que retenerlo para que no haga nada- comento Lily- al menos por un
tiempo- agrego con una sonrisa un poco triste.
Cogió el extremo de la cuerda de Buckbeak y lo amarró firmemente al árbol
más cercano.
-Debieron de haber
hecho eso un poco antes- comento Victoire- habría sido más fácil sujetarlo para
para que no alcanzará a Hagrid.
Luego se sentó en el suelo seco, rodeándose las rodillas con los brazos.
—Harry, hay algo que no comprendo... ¿Por qué no atraparon a Sirius los
dementores? Recuerdo que se aproximaban a él antes de que yo me desmayara.
Ted fe leyendo la
explicación de Harry hasta la parte del gran animal plateado.
Cuando terminó Harry de explicarlo, Hermione tenía la boca abierta.
—Pero ¿qué era?
—Sólo hay una cosa que puede hacer retroceder a los dementores —dijo
Harry—. Un verdadero patronus, un patronus poderoso.
—Pero ¿quién lo hizo aparecer?
-Esa es la incógnita-
comento Dora- dijo que había visto a alguien, pero que no era posible de que
fuera él, quien quiera que fuera.
-Pero no ha dejado
claro de quien se trataba- comento Deán- será alguien nuevo en la historia o
alguien conocido.
-Creo que la única
forma de averiguarlos es que sigamos leyendo- comento Remus.
-No es la única-
intervino Sirius- ellos nos podrían decir, pero no creo que lo hagan- señalo a
los jóvenes del futuro.
Harry no dijo nada. Volvió a pensar en la persona que había visto en la
otra orilla del lago. Imaginaba quién podía ser... Pero ¿cómo era posible?
— ¿No viste qué aspecto tenía? —Preguntó Hermione con impaciencia—. ¿Era
uno de los profesores?
—No.
-Evidentemente –
comento Kingsley- de otra forma tendría la seguridad de contar de quien se
trataba- varios asintieron.
—Pero tuvo que ser un brujo muy poderoso para alejar a todos los
dementores...
Hermione sonrió para
sí misma mientras veía de reojo a su amigo, no creía que estuviera hablando de
él, pero no podía decir que no fuera un gran mago.
Si el patronus brillaba tanto, ¿no lo iluminó? ¿No pudiste ver...?
—Sí que lo vi —dijo Harry pensativo—. Aunque tal vez lo imaginase. No
pensaba con claridad. Me desmayé inmediatamente después...
-Pues si nos dijeras a
quien se parecía podríamos pensar que tan posible era no lo crees- comentó
Fabián
-No entiendo porque
siempre se tienen que hacer los interesantes- dijo en apoyo Gideon.
— ¿Quién te pareció que era?
—Me pareció —Harry tragó saliva, consciente de lo raro que iba a sonar
aquello—, me pareció mi padre.
Las miradas se posaron
inmediatamente sobre James, quien como el resto no podía dar crédito a lo que
oían.
-Yo- dijo el azabache-
pero… pero si yo estoy… estoy muerto no- dijo viendo a los jóvenes del futuro
que bajaron la vista con pesadez.
-Entonces debió de
tratarse de alguien más, alguien que tal vez uso la imagen de James- comento
Sirius.
-¿Por qué alguien
quería parecerse a James para hacer algo como eso?- pregunto Remus.
-Podría tratarse de su
fantasma- comento un Gryffindor- ¿ellos podrían invocar un patronus?
-No lo creo- respondió
James- además, yo no regresaría como un fantasma, no me quedaría arraigado en
este mundo- aseguro con firmeza.
-Y en verdad está
muerto- pregunto una Hufflepuff - digo, también creían que Peter estaba muerto,
pero…
-Es diferente- le
interrumpió Harry- él, él en verdad murió- respondió el joven con un dudo en la
garganta. Ginny abrazo con ternura a su novio que debía sentirse fatal al
decirlo en vos alta con su padre en frente de él
-La explicación de
Harry parece la más aceptable- aventuro Frank- que solamente alucino que se
trataba de James.
Miró a Hermione y vio que estaba con la boca abierta. La muchacha lo miraba
con una mezcla de inquietud y pena.
—Harry, tu padre está..., bueno..., está muerto —dijo en voz baja.
-No soy el único
insensible- comento Ron abrazando a la joven
por la cintura mientras sonreía.
-Bueno, no había otra
forma de decirlo- se defendió la castaña.
-Descuida, no hay
problema- le aseguro James para relajar a la castaña, esta vio en dirección a
Harry que con una mueca le confirmo lo que le había dicho su padre.
—Lo sé —dijo Harry rápidamente.
— ¿Crees que era su fantasma?
James negó con la
cabeza, ya lo había dicho anteriormente, él nunca se quedaría como fantasma, el
habría continuado.
—No lo sé. No... Parecía sólido.
—Pero entonces...
—Quizá tuviera alucinaciones —dijo Harry—. Pero a juzgar por lo que vi, se
parecía a él. Tengo fotos suyas... —Hermione seguía mirándolo como preocupada
por su salud mental—. Sé que parece una locura —añadió Harry con determinación.
Se volvió para echar un vistazo a Buckbeak, que metía el pico en la tierra,
buscando lombrices. Pero no miraba realmente al hipogrifo.
-Debe de estar muy
afectado- aseguro Alice- pensar que su padre podría estar ahí ayudándolo.
-No importa cuánto
reclame, pero él siempre es muy sensible con lo que se refiere a sus padres-
aseguró Ginny recibiendo una mirada ofendida por la utilización de la palabra
sensible.
Pensaba en su padre y en sus tres amigos de toda la vida. Lunático,
Colagusano, Canuto y Cornamenta... ¿No habrían estado aquella noche los cuatro
en los terrenos del castillo? Colagusano había vuelto a aparecer aquella noche,
cuando todo el mundo pensaba que estaba muerto. ¿Era imposible que su padre
hubiera hecho lo mismo? ¿Había visto visiones en el lago? La figura había
estado demasiado lejos para distinguirla bien, y sin embargo, antes de perder
el sentido, había estado seguro de lo que veía.
James sonrió con
tristeza mientras abrazaba a Lily, le gustaría poder decir que era cierto, le
gustaría saber que protegió a su hijo, que estaba ahí para cuando él lo
necesitaba, pero era imposible, en ese momento estaba murto y le dolía saber
que no había posibilidad que ayudara a su hijo solo una vez.
Lily se sentía de
igual manera que su novio, lo comprendía mejor que nadie, en esos momentos solo
podían apoyarse entre ellos cuando su hijo tenía que pasar por esos trances tan
riesgosos.
Las hojas de los árboles susurraban movidas por la brisa. La luna aparecía
y desaparecía tras las nubes. Hermione se sentó de cara al sauce, esperando.
Y entonces, después de una hora...
— ¡Ya salen! —exclamó Hermione. Se pusieron en pie. Buckbeak levantó la
cabeza. Vieron a Lupin, Ron y Pettigrew saliendo con dificultad del agujero de
las raíces. Luego salió Hermione. Luego Snape, inconsciente, flotando. A
continuación iban Harry y Black. Todos echaron a andar hacia el castillo. El
corazón de Harry comenzaba a latir muy fuerte. Levantó la vista al cielo. De un
momento a otro pasaría la nube y la luna quedaría al descubierto...
-De seguro tendrás
otro ataque en ese momento verdad- comento Lily viendo a su hijo que con una
mueca de disculpa asentía levemente- eres tan impulsivo como tu padre.
-Eso no es
necesariamente malo- se defendió el azabache a los que la pelirroja negó con la
cabeza.
—Harry —musitó Hermione, como si adivinara lo que pensaba él—, tenemos que
quedarnos aquí. No nos deben ver. No podemos hacer nada.
— ¿Y vamos a consentir que Pettigrew vuelva a escaparse? —dijo Harry en voz
baja.
Sirius se sentía de la
misma manera que el chico, pero sabía que si decía alguna cosa seria acallada
de inmediato, sabía que no podían hacer nada, pero eso no aminoraba su
desesperación y cólera al permitir que ese traidor se saliera con la suya.
— ¿Y cómo esperas encontrar una rata en la oscuridad? —Le atajó Hermione—.
No podemos hacer nada. Si hemos regresado es sólo para ayudar a Sirius. ¡No
debes hacer nada más!
—Está bien.
La luna salió de detrás de la nube.
Remus se lamentó
silenciosamente mientas instantemente abrazaba a la metamorfomaga a su lado con
uno de sus brazos, esa maldita luna que tanto temía volvió a opacar lo que
debió ser un bonito final.
-No fue tu culpa
Remus- le dijo de inmediato Harry al notar que bajaba la mirada- gracias a ti
pudimos escuchar toda la verdad- agrego mientras el castaño asentía con una
pequeña sonrisa.
Vieron las pequeñas siluetas detenerse en medio del césped. Luego las
vieron moverse.
— ¡Mira a Lupin! —Susurró Hermione—. Se está transformando.
-Algo muy difícil ver- comento Dora sorprendiendo a más de uno,
según su tono y la forma posesiva con la que tomaba a Remus, parecía indicar
que lo decía por experiencia.
— ¡Hermione! —Dijo Harry de repente—. ¡Tenemos que hacer algo!
Varios de los
presentes soplaron con cierto agotamiento, y en cuanto a Severus se le dibujo
una sonrisa burlona, ya le habían dicho que no debía de intervenir pero al
parecer el simplemente no compendia.
Harry supuso lo que
todos debían de estar pensando en ese momento, en especial después de notar las
caras de sus hijos y sobrinos, pero decidió no decir nada, era obvio que
pensaran de esa manera y además, pronto descubrirían lo que en verdad quería
decir.
—No podemos. Te lo estoy diciendo todo el tiempo.
— ¡No hablo de intervenir! ¡Es que Lupin se va a adentrar en el bosque y
vendrá hacia aquí!
Hermione ahogó un grito.
Al mismo tiempo el
color en el rostro de Remus decayó notablemente.
-Tranquilo Remus- le
dijo Dora- recuerda que ya dijeron que no atacaste a nadie- le recordó.
-Lo sé, pero aun así
sigue siendo algo muy riesgoso- aseguro el castaño.
— ¡Rápido! —Gimió, apresurándose a desatar a Buckbeak—. ¡Rápido! ¿Dónde
vamos? ¿Dónde nos ocultamos? ¡Los dementores llegarán de un momento a otro!
— ¡Volvamos a la cabaña de Hagrid! —Dijo Harry—. Ahora está vacía. ¡Vamos!
-Fue bueno que
salieras a celebrar- comento Sirius- de otra forma no tendrían donde
esconderse.
-Aun así no nos
pudimos quedar mucho tiempo ahí- comento Hermione.
Corrieron todo lo aprisa que pudieron. Buckbeak iba detrás de ellos a medio
galope. Oyeron aullar al hombre lobo a sus espaldas.
Vieron la cabaña. Harry derrapó al llegar a la puerta. La abrió de un tirón
y dejó pasar a Hermione y a Buckbeak, que entraron como un rayo. Harry entró
detrás de ellos y echó el cerrojo. Fang, el perro jabalinero, ladró muy fuerte.
-Eso podría llamar la
atención de alguien- comento Frank
-Pero tendría que ser
un ladrido muy fuerte no- comento James ·S·- porque bueno, la casa de Hagrid
está a mitad del territorio.
— ¡Silencio, Fang, somos nosotros! —dijo Hermione, avanzando rápidamente
hacia él y acariciándole las orejas para que callara—. ¡Nos hemos salvado por
poco! —dijo a Harry.
—Sí...
Harry miró por la ventana. Desde allí era mucho más difícil ver lo que
ocurría.
-Sera difícil que
consigan saber el momento en el que deban ir por Sirius- comento Kingsley.
-Pero sería muy
arriesgado que salieran- comento Alice- aparte de Remus pronto todo el lugar
estará lleno de dementores.
-Aun así dudo que se
queden- aseguró Victoire- en especial…- no continuo hablando pero fue más que
evidente para todos que dirigió la vista hacia Harry.
Buckbeak parecía muy contento de volver a casa de Hagrid. Se echó delante
del fuego, plegó las alas con satisfacción y se dispuso a echar un buen
sueñecito.
-Bendito sea- comentó
Sirius- incluso en ese momento se toma su tiempo para descansar.
-Él no compren a
plenitud la situación Sirius- le reclamo Charlie.
-Lo sé, tranquilo
pelirrojo- le dijo el oji gris- cielos, no me extraña que estés soltero, con
esa obsesión por los animales…
-Eso no significa
nada- aseguro Marlene- James temen una obsesión que muchos calificaran como
poco sana hacia el quidditch y aun así engatuso a mi amiga.
-¡Hey!- le reclamo de
inmediato el azabache- en primero yo no tengo una obsesión insana hacia el
quidditch- algunos voltearon los ojos sin creerlo a plenitud- y en segundo no
engatuse a nadie, la conquiste que es diferente.
-Si claro, eso ya lo
veremos- le dijo la rubia mientras le pedía a Ted que continuara.
—Será mejor que salga —dijo Harry pensativo—. Desde aquí no veo lo que
ocurre. No sabremos cuándo llega el momento. —Hermione levantó los ojos para
mirarlo. Tenía expresión de recelo—. No voy a intervenir —añadió Harry de
inmediato
-Si claro- comento en
un susurro la castaña para que solo los cercanos la escucharan mientras ponía
media sonrisa en el rostro.
—. Pero si no vemos lo que ocurre, ¿cómo sabremos cuál es el momento de
rescatar a Sirius?
—Bueno, de acuerdo. Aguardaré aquí con Buckbeak... Pero ten cuidado, Harry.
Ahí fuera hay un licántropo y multitud de dementores.
Lily se sujetaba y
frotaba sus manos preocupada, esperaba que no tuviera que revivir en carne
propia la misma experiencia que había sufrido hace pocas horas antes. James
acariciaba a la pelirroja en la espalda y los brazos tratando de relajarla.
Harry salió y bordeó la cabaña. Oyó gritos distantes. Aquello quería decir
que los dementores se acercaban a Sirius... El otro Harry y la otra Hermione
irían hacia él en cualquier momento...
Miró hacia el lago, con el corazón redoblando como un tambor. Quienquiera
que hubiese enviado al patronus, haría aparición enseguida.
Si antes sentían algo
de curiosidad de quien invoco el
patronus, ahora, después del testimonio de Harry, su expectación creció
preguntándose de quien se podría tratar, lo único que podían tener claro es que
se trataba de un mago.
Durante una fracción de segundo se quedó ante la puerta de la cabaña de
Hagrid sin saber qué hacer. «No deben verte.» Pero no quería que lo vieran,
quería ver él. Tenía que enterarse...
Las miradas de los
cercanos a Harry lo vieron con curiosidad mientras este bajaba la cabeza, tanto
le había afectado el pensar que su padre fallecido pudiera estar en ese momento
frente a él.
Ya estaban allí los dementores. Surgían de la oscuridad, llegaban de todas
partes. Se deslizaban por las orillas del lago. Se alejaban de Harry hacia la
orilla opuesta... No tendría que acercarse a ellos.
Echó a correr. No pensaba más que en su padre... Si era él, si era él
realmente, tenía que saberlo, tenía que averiguarlo.
-Hay Harry- exclamo
James con un tono de lamentación que nadie había escuchado antes- me gustaría
poder… pero… es imposible que yo…
-Lo sé- le dijo su
hijo- al menos ahora lo sé, no tienes que explicarte- le dijo, presentía que le
era difícil decir tales cosas.
Cada vez estaba más cerca del lago, pero no se veía a nadie. En la orilla
opuesta veía leves destellos de plata: eran sus propios intentos de conseguir
un patronus.
Había un arbusto en la misma orilla del agua. Harry se agachó detrás de él
y miró por entre las hojas. En la otra orilla los destellos de plata se
extinguieron de repente. Sintió emoción y terror: faltaba muy poco.
— ¡Vamos! —murmuró, mirando a su alrededor—. ¿Dónde estás? Vamos, papá.
Todos sentían
apuración recordando la situación tan apremiante del capítulo anterior,
sabiendo lo cerca que están de recibir el beso de esas cosas, y junto a eso
también sentían pena por el chico que esperaba la ayuda de su padre que sabían
no llegaría, tan absortos estaban en la lectura que a nadie pareció ocurrírsele
quien fue en verdad el que los salvo en ese momento.
James por su parte le
seguía afectando lo que ocurría, incluso Severus pudo notar que le dolía no
poder hacer nada por su hijo, tenía una expresión que él nunca creyó ver en él.
Pero nadie acudió. Harry levantó la cabeza para mirar el círculo de los
dementores del otro lado del lago. Uno de ellos se bajaba la capucha. Era el
momento de que apareciera el salvador. Pero no veía a nadie.
Todos se sentían
apurados, que pasaba en ese momento que nada ocurría, el tiempo del chicho su
amiga y padrino se acababa y el vendido salvador no daba signos de aparecer.
Y entonces lo comprendió. No había visto a su padre, se había visto a sí mismo.
Varios de los
presentes levantaron la cabeza y escucharon.
Harry salió de detrás del arbusto y sacó la varita.
— ¡EXPECTO PATRONUM! —exclamó.
Y de la punta de su varita surgió, no una nube informe, sino un animal
plateado, deslumbrante y cegador. Frunció el entrecejo tratando de distinguir
lo que era. Parecía un caballo. Galopaba en silencio, alejándose de él por la
superficie negra del lago. Lo vio bajar la cabeza y cargar contra los
dementores... En ese momento galopaba en torno a las formas negras que estaban
tendidas en el suelo, y los dementores retrocedían, se dispersaban y huían en
la oscuridad. Y se fueron.
Los jóvenes del pasado
escuchaban con inmensa sorpresa, lo que había logrado hasta el momento
resultaba sorprendente para un chico de 13 años, pero el que pudiera formar un
patronus corpóreo, y más aún, capas de ahuyentar a un centenar de dementores a
la vez era más de lo que hubieran esperado. De la misma manera los profesores
se impresionaron por el inmenso poder que estaba demostrando el chico.
Los de la segunda
generación también se sintieron sorprendidos, pero esto duró menos que con los
de la primera, ellos ya sabían que su compañero había logrado invocar un
patronus corpóreo desde mucho antes que cualquiera de ellos, y por su parte los
de la tercera generación, que crecieron con la imagen del Harry adulto,
sintieron una sorpresa incluso menor, pero de parte de Teddy y sobre todo, los
hijos del azabache, sonrieron con orgullo de su padre o padrino.
El patronus dio media vuelta. Volvía hacia Harry a medio galope, cruzando
la calma superficie del agua. No era un caballo. Tampoco un unicornio. Era un
ciervo. Brillaba tanto como la luna... Regresaba hacia él.
-Un… un ciervo-
repitió entrecortadamente James, la emoción que sentía solo se pudo incrementar
al saber ese detalle, tanto así que comenzó a soltar algunas lágrimas- hay
Harry- exclamo- estoy… estoy tan orgulloso de ti- agrego mientras Lily abrazaba
a su novio que escondió la cara su hombro, ella también había derramado unas
pocas lagrimas por su orgullo por su hijo y tenía una sonrisa divertida por su
novio.
Se detuvo en la orilla. Sus pezuñas no dejaban huellas en la orilla. Miraba
a Harry con sus ojos grandes y plateados. Lentamente reclinó la cornamenta. Y
Harry comprendió:
—Cornamenta —susurró.
-En… cierta forma-
comento nuevamente James- de cierta forma tenías razón hijo, los cuatro
merodeadores nos encontramos esa noche- término con una sonrisa- y Remus,
gracias por enseñarle el encantamiento.
-No hay porque
agradecer James- le aseguro con una sonrisa.
Pero se desvaneció cuando alargó hacia él las temblorosas yemas de sus
dedos.
Harry se quedó así, con la mano extendida. Luego, con un vuelco del
corazón, oyó tras él un ruido de cascos. Se dio la vuelta y vio a Hermione, que
se acercaba a toda prisa, tirando de Buckbeak.
— ¿Qué has hecho? —dijo enfadada—. Dijiste que no intervendrías.
-Qué bueno que no
obedeció- comento Sirius- gracias a él pudimos escapar de eso.
-Sí, pero eso no lo
sabía hasta que me lo explico- atajo Hermione.
—Sólo he salvado nuestra vida... Ven aquí, detrás de este arbusto: te lo
explicaré.
Hermione escuchó con la boca abierta el relato de lo ocurrido.
— ¿Te ha visto alguien?
—Sí. ¿No me has oído? ¡Me vi a mí mismo, pero creí que era mi padre!
-Lógico- comento
Victoire- sería fácil confundirlos, ellos dos al igual que Albus se parecen
mucho entre sí- los tres aludidos sonrieron.
—No puedo creerlo... ¡Hiciste aparecer un patronus capaz de ahuyentar a
todos los dementores! ¡Eso es magia avanzadísima!
—Sabía que lo podía hacer —dijo Harry—, porque ya lo había hecho... ¿No es
absurdo?
-Sería muy difícil
darle una explicación racional a toda esa situación – comento Teddy- lo mejor
es dar gracias a que haya ocurrido así.
-Bueno, si Teddy
el lógico lo dice- comento con sorna
James “S”
—No lo sé... ¡Harry, mira a Snape!
Ted leyó como Severus
llego a donde estaban, d como apareció tres camillas con las que se los llevaba
—Bueno, ya es casi el momento —dijo Hermione, nerviosa, mirando el reloj—.
Disponemos de unos 45 minutos antes de que Dumbledore cierre con llave la
puerta de la enfermería. Tenemos que rescatar a Sirius y volver a la enfermería
antes de que nadie note nuestra ausencia.
Ted continuo leyendo
como fue pasando el tiempo mientras los chicos se preguntaban si Sirius ya
estaba arriba en la torre cuando.
— ¡Mira! —Susurró Hermione—. ¿Quién es? ¡Alguien vuelve a salir del
castillo!
Harry miró en la oscuridad. El hombre se apresuraba por los terrenos del
colegio hacia una de las entradas. Algo brillaba en su cinturón.
— ¡Macnair! —Dijo Harry—. ¡El verdugo! ¡Va a buscar a los dementores!
-Sirius ya debe de
estar encerrado- comento Marlene
-Entonces tienen que
montar en Buckbeak- comento Rose con cierta preocupación- ¿eso es seguro?
-Tanto como podría ser
posible- respondió Hermione- no fue algo que fuera de mi agrado- agrego la
joven.
Hermione puso las manos en el lomo de Buckbeak y Harry la ayudó a montar.
Luego apoyó el pie en una rama baja del arbusto y montó delante de ella. Pasó
la cuerda por el cuello de Buckbeak y la ató también al otro lado, como unas
riendas.
— ¿Preparada? —Susurró a Hermione—. Será mejor que te sujetes a mí.
-Más te vale cuidarla
he- le dijo Ron, el sabia tan bien como Harry lo poco agradable que le era para
ella volar.
-Si Ron- dijo
monótonamente Harry.
-Bien, aunque debe ser
más fácil que montar un Thestrals- comento sin pensar.
-¿Y tú cuando montaste
un Thestrals?- le pregunto de inmediato Molly viendo inquisitoriamente a su
hijo.
-Fue en su quinto año-
respondió como si nada Luna- fue cuando queríamos…
-He Luna- le
interrumpió Neville- creo que eso lo leeremos en su momento- comento, no creía
que la información exacta de lo ocurrido sea de agrado para las madres de Ron y
Harry, y no creía que sus padres reaccionaran de la mejor manera.
-Oh, está bien- dijo
sin darle mayor importancia.
Espoleó a Buckbeak con los talones.
Buckbeak emprendió el vuelo hacia el oscuro cielo. Harry le presionó los
costados con las rodillas y notó que levantaba las alas. Hermione se sujetaba
con fuerza a la cintura de Harry, que la oía murmurar:
—Ay, ay, qué poco me gusta esto, ay, ay, qué poco me gusta.
Algunos sonrieron
divertidos al escuchar la reacción de la castaña mientras que algunos se
peguntaban que se sentiría volar sobre un hipogrifo, y si eso tiene algo que
ver con la reacción de la chica.
Planeaban silenciosamente hacia los pisos más altos del castillo. Harry
tiró de la rienda de la izquierda y Buckbeak viró. Harry trataba de contar las
ventanas que pasaban como relámpagos.
— ¡Sooo! —dijo, tirando de las riendas todo lo que pudo.
Buckbeak redujo la velocidad y se detuvieron.
-Has entrenado muy
bien a Buckbeak Hagrid- le alabo Charlie- parece que sabe obedecer las órdenes
básicas.
-Así parece verdad-
comento Hagrid con una sonrisa de orgullo, aunque claro, el entrenamiento de
los hipogrifos apenas estaba comenzando, pero le daba ánimos al semi gigante
para continuar.
Pasando por alto el hecho de que subían y bajaban casi un metro cada vez
que Buckbeak batía las alas, podía decirse que estaban inmóviles.
— ¡Ahí está! —dijo Harry, localizando a Sirius mientras ascendían junto a
la ventana. Sacó la mano y en el momento en que Buckbeak bajaba las alas,
golpeó en el cristal.
Black levantó la mirada. Harry vio que se quedaba boquiabierto.
-Debió ser sorprende
verlos afuera de la ventana- comento Marlene- solo espero que la ventana no
tenga algún hechizo protector.
-No creo- comentó
Andrómeda- dudo que piensen que pueda salir por una ventana que está en un
séptimo piso.
-Y no podría hacerlo
de no ser por ellos- agrego Frank viendo a Harry y Hermione.
Saltó de la silla, fue aprisa hacia la ventana y trató de abrirla, pero
estaba cerrada con llave.
— ¡Échate hacia atrás! —le gritó Hermione, y sacó su varita, sin dejar de
sujetarse con la mano izquierda a la túnica de Harry.
— ¡Alohomora!
La ventana se abrió de golpe.
— ¿Cómo... cómo...? —preguntó Black casi sin voz, mirando al hipogrifo.
-Como te pones a
preguntar eso animal- dijo James- no preguntes solo vete- apremio.
-Ya tranquilo
cornamenta, entiende que es sorprendente verlos ahí con el hipogrifo- aseguro
Sirius.
-Sí, pero esas
preguntas les quitarían tiempo y ellos deben darse prisa para regresar la enfermería a tiempo- aseguro Lily.
—Monta, no hay mucho tiempo —dijo Harry, abrazándose al cuello liso y
brillante de Buckbeak, para impedir que se moviera—. Tienes que huir, los
dementores están a punto de llegar. Macnair ha ido a buscarlos.
Black se sujetó al marco de la ventana y asomó la cabeza y los hombros. Fue
una suerte que estuviera tan delgado.
-Pero después recupero
mi escultural figura ¿no?- pegunto Sirius viendo a los del futuro.
-Pues, tu aspecto si
mejor un poco- respondió Harry- ya comes mejor, al menos por un tiempo- eso
último lo dijo más bajo.
-En otras palabras,
no, no recuperas tu forma pero tampoco te quedas demacrado- dijo James.
-Ha, muchas gracias
por el ánimo he- ironizo el oji gris
En unos segundos pasó una pierna por el lomo de Buckbeak y montó detrás de
Hermione.
— ¡Arriba, Buckbeak! —Dijo Harry, sacudiendo las riendas—. Arriba, a la
torre. ¡Vamos!
-¿Ese no es mucho peso
para él o si?- pregunto Dora.
-No lo creo- respondió
Hagrid- la manada de hipogrifos que tenemos son bastantes fuertes resistentes, aunque claro, yo sería demasiado
para cualquiera- bromeo el semi gigante consiguiendo algunas risas.
-Entonces no creo que
hayan problemas de que escapen juntos- comento Marlene.
El hipogrifo batió las alas y volvió a emprender el vuelo. Navegaron a la
altura del techo de la torre oeste. Buckbeak aterrizó tras las almenas con
mucho alboroto, y Harry y Hermione se bajaron inmediatamente.
—Será mejor que escapes rápido, Sirius —dijo Harry jadeando—. No tardarán
en llegar al despacho de Flitwick. Descubrirán tu huida.
Buckbeak dio una coz en el suelo, sacudiendo la afilada cabeza.
— ¿Qué le ocurrió al otro chico? A Ron —preguntó Sirius.
-¡Ahora te pones a
hablar!- dijo James exasperado- tuviste mil oportunidades antes de que mi hijo
y sus amigo te amenazaran con las varitas y eliges ese instante para conversar.
-Hey, solo estaba
siendo cortes
-¡Estas siendo
idiota!, tienes que escapar no ponerte a platicar, ya después podrás enterarte
de la situación.
-Está bien ya
comprendí- exclamo Sirius- cielos, se supone que el que está en peligro de
muerte soy yo, no entiendo porque tú te pones así.
-Porque tú pareces no
darle la importancia debida- le aseguró Marlene.
—Se pondrá bien. Está todavía inconsciente, pero la señora Pomfrey dice que
se curará. ¡Rápido, vete!
Pero Black seguía mirando a Harry.
— ¿Cómo te lo puedo agradecer?
-¡Largándote animal!- reclamo nuevamente si amigo.
-Ya tranquilízate
James- le solcito Lily- nosotros también estamos ansiosos para que escape y que
lo chicos no pierdan mas tiempo para regresar a la enfermería.
— ¡VETE! —gritaron a un tiempo Harry y Hermione.
Black dio la vuelta a Buckbeak, orientándolo hacia el cielo abierto.
— ¡Nos volveremos a ver! —dijo—. ¡Verdaderamente, Harry, te pareces a tu
padre!
Presionó los flancos de Buckbeak con los talones. Harry y Hermione se
echaron atrás cuando las enormes alas volvieron a batir. El hipogrifo emprendió
el vuelo... Animal y jinete empequeñecieron conforme Harry los miraba... Luego,
una nube pasó ante la luna... y se perdieron de vista.
-Es el fin- informo
Ted dejando el libro sobre la mesa.
-Al fin- exclamo
Marlene- pero es una lástima que siga creyendo que es un criminal, eso le
complicara interactuar con Harry.
Pero no me quedare
quieto, ya veré la forma de estar al tanto de él- comento Sirius.
-Pero tendrás que
mantenerte bien oculto- comento Frank- y no estaría mal que también mantuvieras
algún contacto con Dumbledore.
-Bueno, ya solo queda
un capitulo para terminar el libro- creo que deberíamos seguir- comento Albus.
-Es verdad comento Andrómeda
tomando el libro.- supongo que este será más tranquilo, solo resumirán lo que
ha ocurrido.
Esta increíble, y fabuloso !FELICITACIONES! Muchas buenas vibras para el siguiente, te salio estupendo :D
ResponderEliminarMe complace que te haya gustado, ya subo el último capítulo del tercer libro.
EliminarEs increíblee, genial estoy deseando que empieces el 4 libro
ResponderEliminarQué bueno que te guste, si ya casi entramos en el cuarto libro.
EliminarYa actualizo.
Me ENCANTO el capitulo. Te salió muy bien. Para el otro podrías hacer el último capítulo del tercero y el primero del cuarto????
ResponderEliminarMe alegra que te gustara.
EliminarLo siento, pero no creo que sea posible, en el siguiente capítulo expondré mis razones.
Ya actualizo.
Porfa porfa, en el siguiente pon el ultimo de este y el primero del 4
ResponderEliminarMe encanta!!!
Lo siento, en el siguiente capítulo expondré mis razones
EliminarYa actualizo.
Si pon el último capitulo del tercer libro y el primero del cuarto Porfa!!!
ResponderEliminarY tambien ya quiero ver como intervienen Teddy y Victoire en la relación de Remus y Tonks
Lo siento, pero antes me gustaría hacer otras cosas, en cuanto a Teddy y Victoire, ya verás lo que pasara, será un inicio lento pero seguro.
EliminarYa actualizo.
Sii al fin pude leerlo de verdad que estoy full sigue cuanfo puedas pls me facina
ResponderEliminarSi, por fin llegamos hasta aquí jeje.
EliminarYa actualizo.
Hola!! Saludos!! te he nominado para un premio entre Bloggers!!
ResponderEliminaraquí te dejo el link: http://cazadoradelibro.blogspot.com/2015/10/premio-liebster-award.html
Sigue adelante!!