-El título es “Beauxbatons y Durmstrang”- dijo
el director.
-Tal parece que llegamos a tiempo- comento
Viktor.
-A tiempo- repitió James- en ese caso tu debiste
de asistir a la escuela de Durmstrang.
-¿Por qué tan seguro cornamenta?- curioseo Sirius.
-Porque no tiene mucha facha de francés
evidentemente- aseguro el azabache.
-Entonces así es como se conocieron- resalto
Remus- y he de imaginar que tú eras de Beauxbatons- agrego viendo a Fleur que
asintió con una sonrisa- bien, ya tenemos a los dos primeros campeones, solo
faltaría el campeón de Hogwarts
-Lo dices con mucha seguridad no lunático-
atajo Sirius
-Por supuesto que si, quieres apostar
-Adelante que apostaremos
-Si yo gano te quedaras callado todo un día
-Heee… pensándolo mejor, no apuesto.
-Buen intento Remus, pero te será mucho más
difícil conseguir tu cometido.
Como si
su cerebro se hubiera pasado la noche discurriendo, Harry se levantó temprano a
la mañana siguiente con un plan perfectamente concebido.
-Huy si, eso siempre les resulta de maravilla-
dijo burlonamente Draco.
-Bueno, debía de intentar algo en su momento-
de defendió Harry.
Se vistió
a la pálida luz del alba, salió del dormitorio sin despertar a Ron y bajó a la
sala común, en la que aún no había nadie. Allí cogió un trozo de pergamino de
la mesa en la que todavía estaba su trabajo para la clase de Adivinación, y
escribió en él la siguiente carta:
Querido Sirius:
Creo que lo de que me dolía la cicatriz fue
algo que me imaginé, nada más. Estaba medio dormido la última vez que te
escribí. No tiene sentido que vengas, aquí todo va perfectamente. No te
preocupes por mí, mi cabeza está bien.
Harry
-No servirá de nada hijo- aseguro James- evidentemente
es una respuesta conveniente, ni Sirius es tan tonto como para creer algo así.
-En especial si se mantiene en contacto con
Dumbledore- apoyo Lily.
-Si como dije, tenía que intentarlo- repitió
Harry- solo no quería que se arriesgara innecesariamente.
-pero claro que era necesario cachorro, no
podía darte el apoyo que necesitas a cientos de kilómetros de ti- aseguro
Sirius.
-aunque me preocupe su seguridad él tiene
razón- comentó Dorea- y debo admitir que me alegra ver has madurado un poco-
agrego vendo al oji gris.
-si bueno, eso aún está por verse- termino Marlene
con media sonrisa.
Salió por
el hueco del retrato, subió por la escalera del castillo, que estaba sumido en
el silencio (sólo lo retrasó Peeves, que intentó vaciar un jarrón grande encima
de él, en medio del corredor del cuarto piso), y finalmente llego a la
lechucería, que estaba situada en la parte superior de la torre oeste.
Dumbledore fue describiendo la lechucería.
Le costó
bastante rato persuadirla de que abriera los ojos y, luego, de que los
dirigiera hacia él en vez de caminar de un lado a otro de la percha arrastrando
las garras y dándole la espalda.
-en verdad que era muy orgullosa- comentó James
“S”- se ve que aún no le perdona el desplante de la noche anterior.
-si, como si tu fueras muy diferente- ironizo
Rose- o te recuerdo que no le hablaste a Albus durante todo un mes la primera
vez que se negó a prestarte la capa.
-debo decir que fue el mes más tranquilo que
hemos tenido en la vida- agrego Risueño Scorpius.
-cuando los tres se juntan son en verdad
insoportables- les reclamo James “S”
Evidentemente,
seguía dolida por la falta de gratitud mostrada por Harry la noche anterior. Al
final, Harry sugirió en voz alta que tal vez estuviera demasiado cansada y que
sería mejor pedirle a Ron que le prestara a Pigwidgeon, y fue entonces cuando
Hedwig levantó la pata para que le atara la carta.
-su enojo era grande, pero parece que su
orgullo de lechuza pudo más- comentó Charlie- solo espero que la próxima vez le
des un mejor recibimiento y una buena recompensa.
-es cierto, después de todo tendrá otro largo
viaje- agrego Hagrid.
—Tienes
que encontrarlo, ¿vale? —le dijo Harry, acariciándole la espalda mientras la
llevaba posada en su brazo hasta uno de los agujeros del muro—. Tienes que
encontrarlo antes que los dementores.
-si lo hizo, pero no sirvió de nada- aseguro
Hermione- ya no abra nada que detenga a Sirius de estar cerca de Harry.
Ella le
pellizcó el dedo, quizá más fuerte de lo habitual, pero ululó como siempre,
suavemente, como diciéndole que se quedara tranquilo.
-era muy buena mascota, me pregunto porque papá
no la conservo- comento por lo bajo Albus.
-no lo sé, pero debe de haber una buena razón- respondió
James “S”
Luego extendió
las alas y salió al mismo tiempo que lo hacía el sol. Harry la contempló
mientras se perdía de vista, sintiendo la ya habitual molestia en el estómago.
Había estado demasiado seguro de que la respuesta de Sirius lo aliviaría de las
preocupaciones en vez de incrementárselas.
-no ocurrirá ni lo uno ni lo otro- aseguro
Remus- nada que digas ahora hará que este perro desista de su decisión.
-en parte es agradable- agrego Lily- ya que su
supuesto “tío” ni una carta se digna a enviarle- dijo viendo con una falsa
mirada de reproche al licántropo.
-bueno, tampoco podemos juzgarlo sin razón-
exclamo Tonks completamente a la defensiva viendo desafiante a la pelirroja.
-lo sé- aseguro esta con una sonrisa- solo
quería ver como reaccionabas
Un par de risas tenues se dejaron escuchar
mientras varios pares de ojos observaban a la metamorfomaga que estaba
ligeramente apenada, evidente, para los merodeadores y los padres de Remus no pasó
desapercibida su actitud.
—Le has
dicho una mentira, Harry —le espetó Hermione en el desayuno, después que él les
contó lo que había hecho—. No te imaginaste que la cicatriz te doliera, y lo
sabes.
—¿Y qué?
—repuso Harry—. No quiero que vuelva a Azkabán por culpa mía.
-siempre culpándote por todo lo que ocurre a tu
alrededor- exclamo caninamente Ginny- algún día deberías comprender que cada persona
toma sus propias decisiones.
-pero si yo no le hubiera contado nada…
-se habría enterado tarde o temprano Harry, y
se le sumaria la preocupación de que no se lo dijiste en el momento en que te
ocurrió- aseguro James.
-yo se realmente poco de tu situación, pero es
evidente que cosas como esas no se pueden tomar tan a la ligera- apoyo Charlus.
—Déjalo
—le dijo Ron a Hermione bruscamente, cuando ella abrió la boca para argumentar
contra Harry. Y, por una vez, Hermione le hizo caso y se quedó callada.
-supongo que sería completamente inútil seguir
discutiendo de ese tema- comento Draco.
-además de nada serviría, ya había enviado la
carta de cualquier forma- finalizo Astoria.
Durante
las dos semanas siguientes, Harry intentó no preocuparse por Sirius. La verdad
era que cada mañana, cuando llegaban las lechuzas, no podía dejar de mirar muy
nervioso en busca de Hedwig, y por las noches, antes de ir a dormir, tampoco
podía evitar representarse horribles visiones de Sirius acorralado por los
dementores en alguna oscura calle de Londres; pero, entre una cosa y otra, intentaba
apartar sus pensamientos de su padrino.
-no sé si sentirme alagado por tu preocupación
u ofendido por creer que sería tan fácil que me atraparan.
-si bueno, papá tuvo que rescatarte cuando te
atraparon al final de su tercer año- comento James “S”.
-y momentos antes unos estudiantes menores de
edad también te habían atrapado- agrego Albus.
-pero son cosas muy diferentes- se defendió el
animago- en primera no iba a atacar a Harry y a sus amigos y en segunda si no
hubiera aparecido la maldita luna no… auch- se detuvo al sentir que algo
golpeaba su cuerpo.
- ¡Sirius!- le recriminó Dora apuntando con la
cabeza a Remus que tenía la mirada baja en evidente signo de culpabilidad.
-ya tranquilo lunático, no quise decir que era
tu…
-sé que fue mi culpa canuto- le interrumpió el
castaño- si tan solo yo no… ¡auch!- guardo silencio al sentir un pisotón.
-tu tampoco te puedes culpar de todo y mucho
menos debes de sentirte mal de lo que eres- le aseguro la peli rosa
-pero si yo no… ¡auch! - volvió a gritar- en serio
no creo que la violencia sea muy necesaria.
-pues si con eso consigo educarte entonces será
útil.
-ojalá y tu si puedas ayudas a este tonto con
su problema peludo- agrego James- porque en siete años de escuela parece que
hemos avanzado muy poco, profesor, por favor continúe- le solicito el joven.
Hubiera
querido poder jugar al quidditch para distraerse. Nada le iba mejor a una mente
atribulada que una buena sesión de entrenamiento.
-pero lastimosamente eso no se podría realizar
por lo del torneo- agrego Charlus- pero no creo que sea malo que pudieran volar
para relajarse un poco.
-seria genial, pero no creo que los profesores
aceptaran eso- dijo James.
-en especial cuando se persiguen y pelean sobre
las escobas- agrego Hermione viendo significativamente a Harry y Draco
recordando lo ocurrido en su primera clase de vuelo.
Por otro
lado, las clases se estaban haciendo más difíciles y duras que nunca, en
especial la de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-sin duda, Alastor puede ser muy estricto en la
academia de aurores, y dudo que se menos con ellos aun cuando sean solo niños-
aseguro Frank
Para su
sorpresa, el profesor Moody anunció que les echaría la maldición imperius por
turno, tanto para mostrarles su poder como para ver si podían resistirse a sus
efectos.
-¡en verdad te atreviste a hacer eso!- exclamo
alarmada Alice.
-puede que sea poco ortodoxo, pero aun así es
la mejor si no que la única forma de aprender a defenderse- espeto ojo loco.
Los jóvenes del futuro no podían evitar notar que el verdadero Alastor en
verdad actuaria de esa manera, tal parecía que en verdad conocieron a Moody
pese a que fuera un mortifago disfrazado de él.
—Pero...
pero usted dijo que eso estaba prohibido, profesor —le dijo una vacilante
Hermione, al tiempo que Moody apartaba las mesas con un movimiento de la
varita, dejando un amplio espacio en el medio del aula—. Usted dijo que usarlo
contra otro ser humano estaba...
-normalmente así sería- aseguro Frank- pero
bueno, supongo que deben saber lo que hacen.
-aun así, no creo que el ministerio aceptara
algo como eso- dijo Fudge- entiendo que tanto Moody como Dumbledore son muy
capaces, pero aun así me parece muy extremo.
—Dumbledore
quiere que os enseñe cómo es —la interrumpió Moody, girando hacia Hermione el
ojo mágico y fijándolo sin parpadear en una mirada, pero bueno sobrecogedora
-es un poco difícil de creer- salto James- pero
ya hemos visto como suele hacer las cosas Dumbledore.
—. Si
alguno de vosotros prefiere aprenderlo del modo más duro, cuando alguien le
eche la maldición para controlarlo completamente, por mí de acuerdo. Puede
salir del aula.
Señaló la
puerta con un dedo nudoso. Hermione se puso muy colorada, y murmuró algo de que
no había querido decir que deseara irse. Harry y Ron se sonrieron el uno al
otro. Sabían que Hermione preferiría beber pus de bubotubérculo antes que
perderse una clase tan importante.
-¡hey!, ustedes son unos…
-perdón- dijeron al unísono Ron y Harry viendo
a su novia/amiga- pero ya se ha demostrado muchas veces lo obsesiva, con todo
respeto, que puedes llegar a ser con las clases- continuo el azabache.
-aun así, no deberían de restregárselo en su
cara cada vez que pueden- alego Teddy.
-siendo honestos, eso nunca se lo restregamos
solamente lo pensamos- se defendió Ron.
-es cierto- lo apoyo para sorpresa de todos
Malfoy- por lo menos no fue como en su primer año donde decía abiertamente y en
su cara lo que pensaba.
- ¡¿y tú de que lado estas Malfoy?!- le reclamo
el pelirrojo, mientras el aludido sonreía burlonamente.
-lo siento, pero hasta tú debes admitir que tenía
que decirlo- se defendió el rubio ante la mirada divertid-reprobatoria de su
novia.
Moody
empezó a llamar por señas a los alumnos y a echarles la maldición imperius.
Harry vio cómo sus compañeros de clase, uno tras otro, hacían las cosas más extrañas
bajo su influencia: Dean Thomas dio tres vueltas al aula a la pata coja
cantando el himno nacional, Lavender Brown imitó una ardilla y Neville ejecutó
una serie de movimientos gimnásticos muy sorprendentes, de los que hubiera sido
completamente incapaz en estado normal.
-pese a todo debió de ser una clase muy
divertida- dijo con media sonrisa Sirius
-entonces también podría hacer lo mismo contigo
Black- salto de inmediato Alastor- esa clase no es un juego, es algo vital para
que aprendan a defenderse.
-y si, tal y como se comporta en la academia de
aurores- resalto Frank- incluso creo que está siendo blando.
-¡Merlín! - exclamo Andrómeda- ¿acaso es verdad
lo que dices?- el auror asintió a la interrogante de la mujer- ¿y aun así
quieres entrar a la academia?
-claro que si mamá- dijo Nymphadora con
completa seguridad- si fuera algo fácil no valdría la pena- eso produjo una
sonrisa de apoyo de parte de Alastor los Longbottom y los merodeadores.
-Descuida prima todo estará bien- le aseguro
Sirius- me tendrá a mí para que pueda ayudarla a James para que practique los hechizos
- ¡hey! ¿y por qué yo debo de ser el que reciba
los hechizos?- reclamo el azabache.
-porque yo soy su pariente favorito y Remus se encargará
de quitarle el estrés a mi sobrina en la cama.
-ya me parecía extraño que no me incluyeras
animal- dijo Lupin- y en todo caso aquí el profesor soy yo y sería el más
indicado para educarla.
-y que pretendes que yo termine en su cama,
sabes que eso del incesto no se me da.
-claro que no será así- increpo Dora- Remus
será el que se meta en mi cama y el que me eduque tu solo recibirás las
maldiciones- termino la joven de tal manera que dejo a todos los presentes
impactados impidiendo así cualquier posible replica- profesor podría continuar-
le solicito la alegre joven a Dumbledore que con una sonrisa traviesa regreso a
la lectura.
-no creo que fue buena idea decir eso- le
susurro Remus avergonzado.
-pero si con eso los calle a todos- le respondió
ella en el mismo tono para después darle un casto beso muy cerca de las
comisuras de sus labios- tú no te preocupes si.
Ninguno
de ellos parecía capaz de oponer ninguna resistencia a la maldición, y se
recobraban sólo cuando Moody la anulaba.
-no es de extrañarse- aseguro Lily- no muchos
tienen la resistencia suficiente para recibir la maldición, en especial siendo
la primera vez.
—Potter
—gruñó Moody—, ahora te toca a ti.
James, Lily, Charlus, Dorea y los hijos del
mencionado se tensaron en ese momento, con lo ocurrido con lo de su patronus
sabían que tenía mucho potencial, por lo que era inevitable preguntarse como
reaccionaria ante esa maldición.
Harry se
adelantó hasta el centro del aula, en el espacio despejado de mesas. Moody
levantó la varita mágica, lo apuntó con ella y dijo:
—¡Imperio!
-vamos tú puedes- susurro Charlus expectante a
lo que podría ocurrir.
Fue una
sensación maravillosa. Harry se sintió como flotando cuando toda preocupación y
todo pensamiento desaparecieron de su cabeza, no dejándole otra cosa que una
felicidad vaga que no sabía de dónde procedía. Se quedó allí, inmensamente
relajado, apenas consciente de que todos lo miraban.
-entones esa es la sensación que tienen los que
reciben la maldición- comento Ted.
-si, pero también depende de que tan fuerte sea
la maldición- aseguro Alastor- pero en general las cosas funcionan así.
Y luego
oyó la voz de Ojo loco Moody, retumbando en alguna remota región de su vacío
cerebro: Salta a la mesa... salta a la mesa...
Harry,
obedientemente, flexionó las rodillas, preparado a dar el salto.
Una pequeña exhalación general se dejó escuchar
en ese momento, tal parecía que en esa ocasión Harry sería igual a todos y
tendría que esforzarse para poder controlarse.
Salta a
la mesa...
«Pero
¿por qué?»
-¡¿Qué?!- exclamaron varias voces a la vez- la…
la puede resistir- continuo Lily.
-no completamente me temo- dijo Frank- pero sin
duda es grandioso que pueda presentar algo de resistencia en su primer intento.
-no hay duda de que los Potter nos superamos
con cada nueva generación- exclamo con orgullo Charlus.
Otra voz
susurró desde la parte de atrás de su cerebro. «Qué idiotez, la verdad», dijo
la voz.
Salta a
la mesa...
«No, creo
que no lo haré, gracias —dijo la otra voz, con un poco más de firmeza—. No,
realmente no quiero...»
¡Salta!
¡Ya!
Lo
siguiente que notó Harry fue mucho dolor. Había tratado al mismo tiempo de
saltar y de resistirse a saltar.
-bien, con un poco más de practica sin duda
podrá defenderse de la maldición imperius- alabo Alastor.
El
resultado había sido pegarse de cabeza contra la mesa, que se volcó, y, a
juzgar por el dolor de las piernas, fracturarse las rótulas.
-¡por Merlín!- salto Molly.
-saldrá bastante lastimado de esa clase-
comento Lily.
-pero a pesar de eso es sorprendente que
pudiera resistirse- agrego Ted.
-lo malo es que no creo que Alastor se detenga
solo con eso- siguió Frank- sin duda continuara hasta que pueda resistirse por
completo a la maldición.
A varios de los presentes no les gusta la idea
que sometieran al azabache nuevamente a la maldición imperius tan pronto, pero
no podían hacer nada para evitarlo y aunque no les gustara aceptarlo, en su
caso en particular parecía algo que tarde o temprano necesitaría.
—Bien,
¡por ahí va la cosa! —gruñó la voz de Moody.
De pronto
Harry sintió que la sensación de vacío desaparecía de su cabeza. Recordó
exactamente lo que estaba ocurriendo, y el dolor de las rodillas aumentó.
-consiguió resistirse- comentó Ted- pero no sin
recibir algún daño, es casi como si su cuerpo peleara consigo mismo.
—¡Mirad
esto, todos vosotros... Potter se ha resistido! Se ha resistido, ¡y el
condenado casi lo logra! Lo volveremos a intentar, Potter, y todos los demás
prestad atención. Miradlo a los ojos, ahí es donde podéis verlo. ¡Muy bien,
Potter, de verdad que muy bien! ¡No les resultará fácil controlarte!
-por supuesto que no, llevan cuatro años
intentándolo y siempre se está saliendo con la suya
-¡¡Sirius!!- exclamo Marlene.
-¿Qué?, es cierto preciosa
-pero tu comentario es innecesario y ¿que hay
con eso de preciosa?- le dijo
-pues es un sobrenombre para llamar a mi novia-
la joven se sonrojo levemente al mismo tiempo que una parte de ella se extrañaba
(al igual que muchos más de los presentes) que aceptara que tenía novia- pero
si no te gusta te puedo decir cachorrita.
-tu eres el perro además no siento que se
escuche bien
-¿y que tal Marlinqui?
-ese es peor
-gordita
-¡me dices así y te castro!- pero más que
sentirse amenazado el animago soltó una tremenda carcajada.
-bueno ya después solucionan eso, quiero saber
que pasa con mi hijo- dijo Lily divertida y feliz por su amiga, nunca creyó que
vería a ese par actuando de esa manera, pero era muy gratificante que eso
hubiera pasado.
-está bien pelirroja.
—Por la
manera en que habla —murmuró Harry una hora más tarde, cuando salía cojeando
del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras (Moody se había empeñado en
hacerle repetir cuatro veces la experiencia, hasta que logró resistirse
completamente a la maldición imperius)
Varios de los presentes se sorprendieron ante
lo leído, incluso Severus admitía que el joven tenía potencial, pero aún tenía
mucho para poder defenderse adecuadamente ante alguien como Voldemort, mientras
por su parte Frank sonreía pues él había predicho que eso ocurriría.
—, se
diría que estamos a punto de ser atacados de un momento a otro.
-bueno, en su caso es practicante así.
-¡James!- le reclama de inmediato Rose.
-pero es cierto, nuestros padres siempre se andan
metiendo en esas cosas, para ellos esa paranoia es justificable.
-pues, en esta ocasión deberíamos darle la
razón.
-Scorpius por favor no lo alientes.
-no digo que me guste darle la razón, pero
incluso este inútil puede acertar en algo de vez en cuando- se defendió el
rubio.
-quita lo de inútil y te doy las gracias
-en tus sueños Potter.
—Sí, es
verdad —dijo Ron, dando alternativamente un paso y un brinco: había tenido
muchas más dificultades con la maldición que Harry, aunque Moody le aseguró que
los efectos se habrían pasado para la hora de la comida
-por suerte así fue, no me hubiera gustado estar
saltando mientras comía- aseguro Ron.
-y más si comías sopa, hubieras terminado
empapado- aseguro George.
-aunque podría servir para un nuevo artículo,
algo que te hiciera saltar sin control- agrego Fred.
-o y que le salga orejas de conejo
-y también los dientes
-tienen que ponerse a hablar de sus tonterías
en este momento- les acuso Molly
-no son tonterías mamá son negocios-le aseguro George
-pero si, sería mejor hacer la planeación en
otro lado- contino Fred, y es que si para algo eran paranoicos los gemelos era
para que no supieran como hacer sus artículos.
—. Hablando
de paranoias... —Ron echó una mirada nerviosa por encima del hombro para
comprobar que Moody no estaba en ningún lugar en que pudiera oírlo, y
prosiguió—, no me extraña que en el Ministerio estuvieran tan contentos de desembarazarse
de él:
Ron se encogió en su lugar al sentir la
penetrante mirada de Alastor sobre él, evidentemente ofendido por el comentario
del chico, pero no le dijo nada.
¿no le
oíste contarle a Seamus lo que le hizo a la bruja que le gritó «¡bu!» por
detrás el día de los inocentes? ¿Y cuándo se supone que vamos a ponernos al
tanto de la maldición imperius con todas las otras cosas que tenemos que hacer?
-maldición imperius o no, claramente tendríamos
que sobrellevar todos los deberes del colegio- aseguro Hermione.
Todos los
alumnos de cuarto habían apreciado un evidente incremento en la cantidad de
trabajo para aquel trimestre. La profesora McGonagall les explicó a qué se
debía, cuando la clase recibió con quejas los deberes de Transformaciones que
ella acababa de ponerles.
—¡Estáis
entrando en una fase muy importante de vuestra educación mágica! —declaró con ojos centelleantes—. Se acercan
los exámenes para el TIMO.
-pero si les falta un año, no creo que deberían
de preocuparse- aseguro James “S”
-eso dices tu -le rebatió Teddy- pero esos exámenes son muy importantes,
incluso los he sentido más importantes que los EXTASIS.
-eso es porque los segundos ya se especializan
para la propia carrera de cada estudiante y los TIMO son más generales y por lo
tanto hay más que estudiar- dijo Charlus
-no hay estudiante que no se haya estresado de
alguna forma por los exámenes, y eso viene desde varias generaciones atrás-
apoyo Lyall
-y entre menos preparados se encuentren más difícil
y estresante será para ustedes superar los exámenes- siguió Lupin
-y más importante aún si necesitas
calificaciones perfectas para ciertos trabajos- termino Ted.
-no sé porque- dijo Dora- pero siento que el comentario
fue para mí- agrego- y no entiendo porque, si yo pase muy bien mis TIMO
-pero has estado muy floja en cuanto a los
EXTASIs- salto Andrómeda- y además esta lo de la clase de historia de la magia.
-hay mamá no exageres
-que no exagere, si sacaste la peor nota
posible
-en serio sobrina- dijo Sirius divertido-
sacaste una T de troglodita (o Troll como ustedes lo conozcan)
-no es mi culpa, me desvele para sacar un
Extraordinario en otras clases y tenía que dormirme en alguna parte
Todos los bromistas se pusieron a reír en ese
momento, incluso Remus sonreía divertido mientras negaba con la cabeza, esa
chica en verdad era especial.
—¡Pero si
no tendremos el TIMO hasta el quinto curso! —objetó Dean Thomas.
—Es
verdad, Thomas, pero créeme: ¡tenéis que prepararos lo más posible! La señorita
Granger sigue siendo la única persona de la clase que ha logrado convertir un
erizo en un alfiletero como Dios manda. ¡Permíteme recordarte que el tuyo,
Thomas, aún se hace una pelota cada vez que alguien se le acerca con un
alfiler!
Hermione,
que se había ruborizado, trató de no parecer demasiado satisfecha de sí misma.
-te fue muy difícil disimularlo- aseguro Dean
-es inevitable sentirse superior cuando haces
las cosas mejor que los demás- aseguro Remus.
-valla cuanta modestia lunático- ironizo James
divertido
A Harry y
Ron les costó contener la risa en la siguiente clase de Adivinación cuando la
profesora Trelawney les dijo que les había puesto sobresaliente en los
trabajos. Leyó pasajes enteros de sus predicciones, elogiándolos por la indiferencia
con que aceptaban los horrores que les deparaba el futuro inmediato.
-jajaja- las carcajadas no se hicieron esperar,
incluso Lily reía más abiertamente que otras ocasiones, eso solo demostraba el
poco profesionalismo de la profesora, por su parte Lavender y Parvati no podían
estar más rojas, les hubiera gustado callar todas esas risas, pero como hacerlo
si la propia profesora se había creído esas sartas de mentiras que eran sus
trabajos.
Pero no
les hizo tanta gracia cuando ella les mandó repetir el trabajo para el mes
siguiente: a los dos se les había agotado el repertorio de desgracias.
-maldita bruja- espeto Sirius- y ustedes no deberían
de reírse o les recuerdo que tanto le fascinaron sus mentiras- les rebatió a Lavender
y Parvati
-bueno, según las predicciones de papá el
morirá al mes así que se podría decir que está exento del trabajo- comento
James “S”- no puede predecir nada porque estaría muerto.
-no creo que las cosas sean tan fáciles-
comento Rose- pero bueno, ya se les ocurrirá como salir de esa.
-deberían de seguir el ejemplo de tu madre y
dejar la asignatura- aventuro Scorpius- después de todo no creo que siquiera
aprueben los TIMO
-pues efectivamente así fue- aseguro Hermione-
por surte para ellos esa clase no les aportaba nada.
El
profesor Binns, el fantasma que enseñaba Historia de la Magia les mandaba redacciones
todas las semanas sobre las revueltas de los duendes en el siglo XVIII; el
profesor Snape los obligaba a descubrir antídotos, y se lo tomaron muy en serio
porque había dado a entender que envenenaría a uno de ellos antes de Navidad
para ver si el antídoto funcionaba;
-Si claro, ya lo quiero ver tratando de hacer
algo así frente a Dumbledore- aseguro
James sin creer que Severus llegaría hasta tal extremo.
y el
profesor Flitwick les había ordenado leer tres libros más como preparación a su
clase de encantamientos convocadores.
Hermione sonrió divertida y miro de reojo a su
amigo, cuanto tuvieron que practicar ese encantamiento en particular.
Hasta
Hagrid los cargaba con un montón de trabajo. Los escregutos de cola explosiva
crecían a un ritmo sorprendente, aunque nadie había descubierto todavía qué
comían. Hagrid estaba encantado y, como parte del proyecto, les sugirió ir a la
cabaña una tarde de cada dos para observar los escregutos y tomar notas sobre
su extraordinario comportamiento.
-esos animales me siguen resultando realmente
extraños- comentó Lily, y es que estaba preocupada de que su enorme amigo se
metiera en problemas.
-tranquila Lily todo estará bien- le aseguro
James
—No lo
haré —se negó rotundamente Malfoy cuando Hagrid les propuso aquello con el aire
de un Papá Noel que sacara de su saco un nuevo juguete—. Ya tengo bastante con
ver esos bichos durante las clases, gracias.
-pues quiera o no, esa es una actividad de
clase que debería de acatar- aseguro Frank- aunque lo más probable es que solo
quiera fastidiar, me pregunto porque tomo esa clase.
-la verdad es que esa clase la elegí al azar y
Crabbe u Goyle me siguieron- confeso Draco.
-tomaste esa clase por mera suerte- exclamo
Ron- pensé que solo querías fastidiarnos.
-yo no podía saber que clases tomarían- expreso
el rubio- además ya sabemos que ustedes no suelen tener la mejor de las
suertes- arios de os presentes con cierto desgano le concedieron la razón al
joven.
De la
cara de Hagrid desapareció la sonrisa.
—Harás lo
que te digo —gruñó—, o seguiré el ejemplo del profesor Moody... Me han dicho
que eres un hurón magnifico, Malfoy.
Los de
Gryffindor estallaron en carcajadas. Malfoy enrojeció de cólera, pero dio la
impresión de que el recuerdo del castigo que le había infligido Moody era lo bastante
doloroso para impedirle replicar.
-doloroso y humillante- aseguro Draco- aun me
dan escalofríos al recordarlo.
-hay, pobre Draco- exclamo Astoria con ternura mientras
agarraba del brazo a su novio.
-Muy bien, el rubio menor ya consiguió algo de
acción para esta noche
-¡¡Sirius!!- reclamaron varias voces a la vez.
Harry,
Ron y Hermione volvieron al castillo al final de la clase de muy buen humor:
haber visto que Hagrid ponía en su sitio a Malfoy era especialmente
gratificante, sobre todo porque éste había hecho todo lo posible el año
anterior para que despidieran a Hagrid.
-por fortuna no sirvió de nada- dijo con alivio
James- lo malo es que el pobre hipogrifo salió como culpable de todo.
-bueno, la situación tampoco es tan complicada-
aseguro Charlie- solo tienen que esperar un tiempo y cambiarle el nombre, no
creo que los del ministerio les interese mucho el caso de Buckbeak
-¡¡no!!- grito Sirius con dramatismo- yo quiero
mi hipogrifo como mascota.
-¿sigues con eso?- le rebatió Marlene.
-vamos, en esos momentos ya tengo un tiempo cuidando
a Buckbeak, eso quiere decir que, si sería capaz de cuidarlo yo solo y quien
sabe, tal vez asta tú le termines tomando cariño.
-puede que así sea- le concedió Lily- pero no
quiero pensar como controlarían a sus hijos para que no se le acercaran, podría
ser peligroso- Sirius formo una media sonrisa cómica ante el comentario de la
pelirroja mientras que Marlene se sonrojo levemente por la mención de sus
hipotéticos hijos.
Cuando
llegaron al vestíbulo, no pudieron pasar debido a la multitud de estudiantes
que estaban arremolinados al pie de la escalinata de mármol, alrededor de un
gran letrero. Ron, el más alto de los tres, se puso de puntillas para echar un
vistazo por encima de las cabezas de la multitud, y leyó en voz alta el cartel:
TORNEO DE LOS TRES MAGOS
-eso explica el alboroto- aseguro Albus- sin
duda todos querrán saber cualquier detalle acerca del torneo.
-pero no creo que digan mucho, a lo mucho
informaría de la llegada de los demás colegios- agrego Rose.
Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang
llegarán a las seis en punto del viernes 30 de octubre. Las clases se
interrumpirán media hora antes.
-siempre es agradable salir de la clase un poco
antes de tiempo- aseguró James “S”.
—¡Estupendo!
—dijo Harry—. ¡La última clase del viernes es Pociones! ¡A Snape no le dará
tiempo de envenenarnos a todos!
-aun sin el veneno estarían felices porque se
interrumpiera esa clase- dijo Scorpius.
Los estudiantes deberán llevar sus libros y
mochilas a los dormitorios y reunirse a la salida del castillo para recibir a
nuestros huéspedes antes del banquete de bienvenida.
-supongo que un par de días después sería la
selección de los campeones- dijo Lily- ya sabemos quiénes serán los campeones
de las otras dos escuelas, pero cuál será el de Hogwarts.
-mientras no sea de Slytherin todo estará bien-
aseguro Sirius.
-hay Sirius no seas pesado- le reclamo Marlene
- ella tiene razón canuto- apoyo James- lo
importante es que nuestro campeón les parta el trasero a los otros dos
-¡hey!- reclamaron de inmediato Fleur y Viktor
-perdón, es la emoción del momento- se disculpó
el azabache.
—¡Sólo
falta una semana! —dijo emocionado Ernie Macmillan, un alumno de Hufflepuff,
saliendo de la aglomeración—. Me pregunto si Cedric estará enterado. Me parece
que voy a decírselo...
-aunque no me lo dijera directamente igual me
enteraría- comento Cedric- no es como si se pudiera guardar el secreto.
—¿Cedric?
—dijo Ron sin comprender, mientras Ernie se iba a toda prisa.
—Diggory
—explicó Harry—. Querrá participar en el Torneo.
-ya te han mencionado varias veces- comentó
Remus- no será que tú seas el campeón de Hogwarts- la sonrisa traviesa del
joven fue respuesta suficiente.
Por otra parte, Remus, Lily y hasta Severus se
preguntaban en donde cabía en esto Harry, por cómo iban la lectura parecía que
el que tendría más participación seria Cedric pues Harry no podía participar.
—¿Ese
idiota, campeón de Hogwarts? —gruñó Ron mientras se abrían camino hacia la
escalera por entre la bulliciosa multitud.
—No es idiota.
Lo que pasa es que no te gusta porque venció al equipo de Gryffindor en el
partido de quidditch —repuso Hermione—. He oído que es un estudiante realmente
bueno. Y es prefecto.
-huy- dijeron los bromistas.
-eso sin
duda le fascinara a nuestro querido sobrino- comento Gideon.
-con lo difícil que ustedes se ponen a pelear-
continuo Favian.
Lo dijo
como si eso zanjara la cuestión.
—Sólo te
gusta porque es guapo —dijo Ron mordazmente.
—Perdona,
a mí no me gusta la gente sólo porque sea guapa —repuso Hermione indignada.
Ron
fingió que tosía, y su tos sonó algo así como: «¡Lockhart!»
-eso es un buen punto cuñada- aseguro Fred- la
verdad en esa ocasión nos defraudaste al fijarte en ese imbécil.
-le diste mucha importancia a la apariencia y
hasta defendías su incompetencia- continuo George.
-¡ya está
bien!- exclamo Hermione- en primera si era muy impresionable pero luego madure,
en segunda siendo objetiva Cedric no era el idiota que Ron decía y en tercera,
Ron también se llevaba mucho por las apariencias, solo hay que recordar lo que
pasaría en unos meses- dijo recordado lo ocurrido en el baile de navidad.
- ¡hey!, y ¿por qué me incluyes a mi si esta
vez yo no te reclame nada?- le recalco Ron.
-perdón, es la costumbre supongo- respondió la
castaña dándole un beso en la mejilla a su novio para relajarlo.
Dumbledore leyó como la semana siguiente el
único tema de conversación era el torneo, de quien sería el campeón o cuales serían
las pruebas, además de la evidente y exhaustiva limpieza que se estaba llevando
en todo el colegio.
Los
profesores también parecían algo nerviosos.
—¡Longbottom,
ten la amabilidad de no decir delante de nadie de Durmstrang que no eres capaz
de llevar a cabo un sencillo encantamiento permutador! —gritó la profesora
McGonagall al final de una clase especialmente difícil en la que Neville se
había equivocado y le había injertado a un cactus sus propias orejas.
-no me extraña- exclamo Viktor- querían dar su
mejor cara frente a los invitados que tendrías, incluso nuestro director nos
hizo infinidad de advertencias de cómo comportarnos y la imagen que debíamos
dar.
-lo mismo ocurrió con Madame Maxime - apoyo
Fleur- la verdad es que nos exigió mucho por esos días.
-por más que se digan que es algo amistoso la
confrontación entre las escuelas siempre será una constante en el evento-
aseguro Alastor.
Dumbledore narro la decoración del gran comedor
el 30 de octubre con los grandes estandartes de cada casa y del propio colegio más
grande que los anteriores.
Harry,
Ron y Hermione vieron a Fred y George en la mesa de Gryffindor. Una vez más, y
contra lo que había sido siempre su costumbre, estaban apartados y conversaban
en voz baja. Ron fue hacia ellos, seguido de los demás.
—Es un
peñazo de verdad —le decía George a Fred con tristeza—. Pero si no nos habla
personalmente, tendremos que enviarle la carta. O metérsela en la mano. No nos
puede evitar eternamente.
-Eso es muy sospechoso- comento Draco- en
verdad parecería que están haciendo algo malo.
-no era nada malo, solamente es un asunto entre
nosotros- aseguro Fred.
-y de cualquier forma no somos nosotros los que
actuamos mal- agrego George.
- ¿y dices que eso no se involucra con la
historia en concreto?- pregunto el rubio viendo a Hermione.
-pues no, al menos no muy directamente-
respondió ella- pero de cualquier forma parece que tendremos que soportarla.
—¿Quién
os evita? —quiso saber Ron, sentándose a su lado.
—Me
gustaría que fueras tú —contestó Fred, molesto por la interrupción.
-ciertamente es un defecto del que pecan más de
alguno de los presentes- aseguro en reproche la Profesora McGonagall viendo en
particular al trio y a los merodeadores.
—¿Qué te
parece un peñazo? —preguntó Ron a George.
—Tener de
hermano a un imbécil entrometido como tú —respondió George.
—¿Ya se
os ha ocurrido algo para participar en el Torneo de los tres magos? —inquirió Harry—. ¿Habéis pensado
alguna otra cosa para entrar?
-si, sería bueno que cambiaran el tema a que se
pusieran a pelear- comento Remus.
-por otra parte, no creo que descubrieran nada,
ni siquiera saben cómo se hará la selección de los campeones- salto Dora.
-y dudo que algún profesor les diga algo-
agrego Teddy- en especial a ese par de alborotadores.
—Le
pregunté a McGonagall cómo escogían a los campeones, pero no me lo dijo —repuso
George con amargura—. Me mandó callar y seguir con la transformación del
mapache.
Teddy sonrió con suficiencia en ese momento.
-otro que le acaba de crecer el ego- comento
James- ya le paso a Remus y ahora a Teddy, ¿quién será la siguiente víctima?
-de seguro será mi sobrina, así todo queda en
familia no- agrego Sirius viendo a Remus que solo se sobaba el puente de la
nariz- que, no hay replica lunático.
-la verdad Sirius, es que ya has hecho tantas
insinuaciones parecidas que…
-ya te lo estas creyendo- le interrumpió el oji
gris.
-ya era hora que aceptaras tu paternidad
lunático, no sabes lo bien que se siente- agrego James.
-pero claro no creo que se sienta mejor que la
forma en que conviven a los hijos.
-ya cállense brutos- les silencio el castaño- además
en nuestro tiempo Harry aun no nace así que no puedes decir que se siente la
paternidad.
-tal vez no le cambie los pañales “gracias a
Merlín” pero si lo he tenido conmigo todo el tiempo y es muy gratificante
-si, y tú ya le cambiaste los pañales y has
convivido con él, solo te falta encamarte con mi sobrina- agrego Sirius- ahora
que lo pienso lo has hecho todo al revés lunático.
-en serio ustedes son unos…- comenzó a decir sobándose
nuevamente el puente de la nariz.
-ya Remus no les hagas caso a estos idiotas- le
dijo dulcemente dora colgándose del brazo del licántropo acariciándoselo- mejor
dejemos que el profesor continúe leyendo, ya en la noche nosotros decidiremos-
termino la joven nuevamente dándole la razón, al menos en apariencia, a las
palabras de su tío.
—Me
gustaría saber cuáles serán las pruebas —comentó Ron pensativo—. Porque yo creo
que nosotros podríamos hacerlo, Harry. Hemos hecho antes cosas muy peligrosas.
-si, pero lo han hecho para salvar su vida y no
tenían alternativa- comentó Charlus- otra cosa muy distinta es ponerse en
peligro solo para demostrar algo.
-esa imagen del torneo que manejan en verdad
suena algo preocupante- comentó el señor Evans.
-todo depende de las circunstancias, sin duda sería
mucho más fácil para un estudiante mayor que para alguien de cuarto año- agrego
Dorea.
—No
delante de un tribunal —replicó Fred—. McGonagall dice que puntuarán a los
campeones según cómo lleven a cabo las pruebas.
—¿Quiénes
son los jueces? —preguntó Harry.
—Bueno,
los directores de los colegios participantes deben de formar parte del tribunal
—declaró Hermione, y todos se volvieron hacia ella, bastante sorprendidos
-pero debería de haber más jueces además de los
directores- comento Frank- porque con todo respeto, no creo que ellos puedan
ser muy imparciales.
-puede ser, pero de ser así supongo que serían
personas del ministerio de magia- continuo Alice- y aun así no se aseguraría
que fueran imparciales.
—, porque
los tres resultaron heridos durante el torneo de mil setecientos noventa y dos,
cuando se soltó un basilisco que tenían que atrapar los campeones.
-en serio esas pruebas parecen en extremo
peligrosas- comento el señor Evans recordando lo que les había dicho el
director del segundo año de Harry y más concretamente la explicación del
basilisco.
-bueno eran otros tiempos, no creo que en esa
ocasión pongan cosas tan peligrosas- dijo Charlus- o por lo menos no creo que
los directores dejen que algo les ocurra a los estudiantes.
-aun así, las pruebas deberían de ser pruebas
muy desafiantes para que valiera la pena- agrego Lyall
Ella
advirtió cómo la miraban y, con su acostumbrado aire de impaciencia cuando veía
que nadie había leído los libros que ella conocía, explicó:
—Está
todo en Historia de Hogwarts.
-ese vendito libro, cuantas veces lo han
mencionado en los libros- comento Scorpius- no sé porque les fascina tanto.
-pues si lo leyeras lo sabrías y así no tendría
que explicarles ciertas cosas- rebatió Rose.
Aunque,
desde luego, ese libro no es muy de fiar. Un título más adecuado sería
«Historia censurada de Hogwarts», o bien «Historia tendenciosa y selectiva de
Hogwarts, que pasa por alto los aspectos menos favorecedores del colegio».
—¿De qué
hablas? —preguntó Ron, aunque Harry creyó saber a qué se refería.
-los elfos- dijeron varios a la vez.
-se está poniendo muy intensa con ese tema-
continuo Sirius- y no creo que lo deje por la paz.
-no, aun en nuestro tiempo sique terca con el
pedo… ya se… es P.E.D.D.O.- dijo Ron sabiendo el reclamo de su novia- pero en
verdad deberías de calmarte un poco.
—¡De los
elfos domésticos! —dijo Hermione en voz alta, lo que le confirmó a Harry que no
se había equivocado—. ¡Ni una sola vez, en más de mil páginas, hace la Historia
de Hogwarts una sola mención a que somos cómplices de la opresión de un
centenar de esclavos!
Albus leyó el poco entusiasmo de Ron y Harry
por el movimiento y solo le seguían el juego para que no molestara, pero eso
solo la ínsito a seguir hasta llegar al punto de emboscar a sus compañeros en
la sala común.
—¿Sois
conscientes de que son criaturas mágicas que no perciben sueldo y trabajan en
condiciones de esclavitud las que os cambian las sábanas, os encienden el
fuego, os limpian las aulas y os preparan la comida? —les decía furiosa.
-yo apoyo tus buenas intenciones, pero sigo
creyendo que estar abordando el tema de la forma equivocada- aseguro Marlene.
-pero deberíamos de hacer algo al respecto y no
solo quedarnos mirando- aseguro Hermione.
-no dije eso, pero si insistes en imponerles un
sueldo los primeros que se pondrán en tu contra son los mismos elfos domésticos-
argumento la rubia- el cambio debe de ser poco a poco y no de un día para el
otro.
-en otras palabras, deberías de tranquilizarte
un poco- apoyo Sirius, quería agregar que debería dejar de molestar a sus compañeros,
pero eso solo aria que la castaña lo regañara.
Algunos,
como Neville, habían pagado sólo para que Hermione dejara de mirarlo con el
entrecejo fruncido.
-no se me puede culpar por ello- comentó
Neville
-nadie lo hizo compañero, cualquiera en tu
situación actuaria igual- aseguro Seamus.
Había
quien parecía moderadamente interesado en lo que ella decía, pero se negaba a
asumir un papel más activo en la campaña.
-es que nadie quisiera llevar una insignia como
esa colgada del pecho- argumento Dean- además solo éramos estudiantes eso no
serviría de nada.
-entonces ahora estará mejor ya que llevara su
proyecto al ministerio- comento Luna- y sin duda ayudara que sea una miembro
del trio- agrego- pero tal vez debería cambiarle el nombre.
-un nuevo nombre sería bueno, aunque no
entiendo que tiene que ver eso de ser “parte del trio”- dijo James.
-he ya lo sabrás después- dijo Harry con un
poco de nerviosismo,
A muchos
todo aquello les parecía una broma.
Ron alzó
los ojos al techo, donde brillaba la luz de un sol otoñal, y Fred se mostró enormemente
interesado en su trozo de tocino (los gemelos se habían negado a adquirir su insignia
de la P.E.D.D.O.). George, sin embargo, se aproximó a Hermione un poco.
—Escucha,
Hermione, ¿has estado alguna vez en las cocinas?
—No,
claro que no —dijo Hermione de manera cortante—. Se supone que los alumnos
no...
-no deberían de estar en las cocinas si lo
sabemos- termino George- eso es algo de una mente muy aburrida.
-considerando todas las normas que han roto el
ir a las cocinas no significa nada- prosiguió Fred.
-en parte es cierto, incluso Lily ha irrumpido
en la cocina- aseguro Marlene
-¿tú también pelirroja?
-eso es por culpa de James
-¿y yo por qué?- reclamo el azabache
-¿Cuantas veces me quede sin comer porque
escapaba de ti?
-solo dos, esas las tengo muy clara pelirroja-
aseguro este consiguiendo un sonrojo en la pelirroja, se sobreentendía que
había hecho eso varias veces, pero esperaba que su mentira fuera creíble-
exactamente cuántas veces fuiste a las cocinas.
-Pues…
-tu guarda silencio Marlene- le silencio la
Lily mientras su novio la abrasaba con una sonrisa en el rostro.
-finge ser buena, pero se nota que es de
cuidado- comento por lo bajo Charlus- me recuerda un poco a ti.
-lo sé, me alegra que nuestro pequeño la haya
encontrado- le respondió Dorea.
—Bueno,
pues nosotros sí —la interrumpió George, señalando a Fred—, un montón de veces,
para mangar comida. Y los conocemos, y sabemos que son felices. Piensan que
tienen el mejor trabajo del mundo.
-pues si, se podría decir que es uno de los
mejores lugares donde trabajar- comento Rose- no tienen interacción con magos
molestos y en última estancia solo le deben responder al director en curso.
-y en nuestras épocas con Dumbledore como
drector debe de ser aún mejor- agrego Alice hablando de su generación y la de
Harry.
—¡Eso es
porque no están educados! Les han lavado el cerebro y... —comenzó a decir
Hermione acaloradamente, pero las siguientes palabras quedaron ahogadas por el
ruido de batir de alas encima de sus cabezas que anunciaba la llegada de las
lechuzas mensajeras.
Harry
levantó la vista inmediatamente, y vio a Hedwig, que volaba hacia él. Hermione
se calló de repente.
-bien ya llego la respuesta de canuto- exclamo
James- solo espero que no se preocupen porque supongo que ya no estará tan
lejos del colegio.
-posiblemente lo aran- aseguro Lily- pero por
primera vez me alegra que sea tan cabeza dura y lo haya hecho caso a Harry.
-solo espero que tenga cuidado, la seguridad en
el colegio debe ser grande por el torneo y no ayudaría que alguien lo
consiguiera ver,
-descuida preciosa, solo tengo que ser un
perrito educado y ya- aseguro Sirius.
-pues espero que tengas razón- termino con
verdadera preocupación la pelirroja.
Ella y
Ron miraron nerviosos a Hedwig, que revoloteó hasta el hombro de Harry, plegó
las alas y levantó la pata con cansancio.
-evidentemente, debió de ser un viaje
exhaustivo- dijo Charlie
Harry le
desprendió la respuesta de Sirius de la pata y le ofreció a Hedwig los restos
de su tocino, que comió agradecida. Luego, tras asegurarse de que Fred y George
habían vuelto a sumergirse en nuevas discusiones sobre el Torneo de los tres
magos, Harry les leyó a Ron y a Hermione la carta de Sirius en un susurro:
Esa mentira te honra, Harry.
Ya he vuelto al país y estoy bien escondido.
Quiero que me envíes lechuzas contándome cuanto sucede en Hogwarts. No uses a
Hedwig. Emplea diferentes lechuzas, y no te preocupes por mí: cuida de ti
mismo. No olvides lo que te dije de la cicatriz.
Sirius
—¿Por qué
tienes que usar diferentes lechuzas? —preguntó Ron en voz baja.
-eso es muy evidente chico- espeto Alastor- esa
lechuza llama mucho la atención, ya de por si sería sospechoso ver lechuzas ir
y venir a cualquier parte de donde se esconda.
—Porque
Hedwig atrae demasiado la atención —respondió Hermione de inmediato—. Es muy
llamativa. Una lechuza blanca yendo y viniendo a donde quiera que se haya
ocultado... Como no es un ave autóctona...
Alastor sonrió con superioridad, esa manera de
razonar es muy buena, lástima que no estuviera interesada en ser una de sus
aurores.
-sin duda sería una precaución justa- aseguro
Frank- pero creo que su lechuza este muy contenta con eso.
-es verdad, no querrá que otra lechuza como Pig
por ejemplo envié una carta de su amo- apoyo Charlie- es algo posesiva.
-aunque ahora que lo pienso, sería una mejor
alternativa que aprendiera a enviar mensajes con su patronus- recapacito
Alastor- después de todo sabe crear un patronus corpóreo.
-no sería mala idea, no es algo fácil, pero con
la practica podría conseguirlo- comentó Remus.
-pues tal vez si el idiota de su profesor no
hubiera renunciado el año pasado se lo hubiera podido haber enseñado- atajo
James.
-sabes porque tenía que hacerlo- se defendió el
licántropo.
-son idioteces lunático- le espeto Sirius- a
ninguno de los chicos les importo tu condición y a todos les gustaría que
volvieras a dar clases.
-bueno, tal vez ellos, pero los padres…
-son unos idiotas- espeto el animago consiguiendo
que muchos de los de su época (que serían los padres del futuro) se sintieran
ofendidos- tus clases fueron de las mejoras y mira que para que alguien como yo
lo diga…
-eres mi amigo así que es muy creíble, pero los
demás…
-en serio lunático en ocasiones me gustaría
darte un buen golpe por lo terco que eres
-yo opino lo mismo- apoyo James- siempre le
tienes que sacar un pero a todo
-bueno ya está bien no lo creen- salto Dora.
-mira, tu más que nadie debería de apoyarnos, créeme
que te convendría que le quitáramos las inseguridades a tu hombre.
-bueno, creo que deberíamos de continuar con la
lectura- intervino Dumbledore poniéndole fin a la discusión.
Harry
enrolló la carta y se la metió en la túnica, preguntándose si se sentía más o
menos preocupado que antes. Consideró que ya era algo que Sirius hubiera conseguido
entrar en el país sin que lo atraparan. Tampoco podía negarse que la idea de
que Sirius estuviera mucho más cerca era tranquilizadora. Por lo menos, no
tendría que esperar la respuesta tanto tiempo cada vez que le escribiera.
-por lo menos tomo mucho mejor la llegada de
Sirius de lo que había pensado- comento Ted.
-se sentirá mejor al sentir que hay alguien
cerca que pueda ayudarlo- apoyo Andrómeda.
—Gracias,
Hedwig —dijo acariciándola. Ella ululó medio dormida, metió el pico un instante
en la copa de zumo de naranja de Harry, y se fue, evidentemente ansiosa de
echar una larga siesta en la lechucería.
Dumbledore fue narrando como transcurrió el día
de la llegada hasta que salieron recibirlos.
Los jefes
de las casas colocaban a sus alumnos en filas.
—Weasley,
ponte bien el sombrero —le ordenó la profesora McGonagall a Ron—. Patil,
quítate esa cosa ridícula del pelo.
-Potter péinate ese pelo- arremedo James
-imposible- respondieron Sirius, Remus y Lily a
modo de juego.
-supongo que es una de sus muchas
características- comento Ginny alborotando un poco más el cabello de su novio.
-ha de ser molesto que no puedan peinarse bien,
pero aun así se ven lindos con ese cabello- comento con simpleza Angela.
-Albus, no te pongas rojo compañero… ¡auch!…-
fue la queja de Scorpius después de sentir una patada por debajo de la mesa.
-cierra la maldita boca- le dijo por lo bajo
Albus, maldiciendo el hecho de gracias a su amigo todos podían ver que en
efecto estaba unas tonalidades de rojo un poco más elevado de lo usual.
Parvati
frunció el entrecejo y se quitó una enorme mariposa de adorno del extremo de la
trenza.
—Seguidme,
por favor —dijo la profesora McGonagall—. Los de primero delante. Sin
empujar...
Bajaron
en fila por la escalinata de la entrada y se alinearon delante del castillo. Era
una noche fría y clara. Oscurecía, y una luna pálida brillaba ya sobre el
bosque prohibido. Harry, de pie entre Ron y Hermione en la cuarta fila, vio a
Dennis Creevey temblando de emoción entre otros alumnos de primer curso.
—Son casi
las seis —anunció Ron, consultando el reloj y mirando el camino que iba a la
verja de entrada—. ¿Cómo pensáis que llegarán? ¿En el tren?
-dudoso, sin duda cada quien querrá llegar con
su propio medio- comento Alice- además que vienen de partes diferentes del
país.
—No creo
—contestó Hermione.
—¿Entonces
cómo? ¿En escoba? —dijo Harry, levantando la vista al cielo estrellado.
-seria divertido al principio, pero es poco recomendable
para viajes largos, se congelarían antes de llegar a la mitad del camino-
aseguro James.
—No creo
tampoco... no desde tan lejos...
—¿En
traslador? —sugirió Ron
-sería poco práctico- aseguro Frank- tendrían
que usar uno muy grande o utilizar varios lo que sería un poco difícil de
coordinar.
—.
¿Pueden aparecerse? A lo mejor en sus países está permitido aparecerse antes de
los diecisiete años.
—Nadie
puede aparecerse dentro de los terrenos de Hogwarts. ¿Cuántas veces os lo tengo
que decir? —exclamó Hermione perdiendo la paciencia.
-normalmente seria cierto- comenzó Lily- pero
aun así si van a llegar por su propio medio deberían de aligerarse algunas
defensas para que pudieran legar al castillo.
Escudriñaron
nerviosos los terrenos del colegio, que se oscurecían cada vez más. No se movía
nada por allí. Todo estaba en calma, silencioso y exactamente igual que siempre.
Harry empezaba a tener un poco de frío, y confió en que se dieran prisa. Quizá
los extranjeros preparaban una llegada espectacular... Recordó lo que había
dicho el señor Weasley en el cámping, antes de los Mundiales: «Siempre es
igual. No podemos resistirnos a la ostentación cada vez que nos juntamos...»
-y tratándose de un evento que no se había
efectuado desde hace varios años sin duda querrán impresionar- aseguro Charlus.
Y
entonces, desde la última fila, en la que estaban todos los profesores,
Dumbledore gritó:
—¡Ajá!
¡Si no me equivoco, se acercan los representantes de Beauxbatons!
—¿Por
dónde? —preguntaron muchos con impaciencia, mirando en diferentes direcciones.
-eso les fanisanaga- comento Fleur- madame
Máxime planeo muy bien nuestga llegada.
-algo similar hizo Igor, aunque al final todo
lo teníamos que hacer nosotros- agrego
Viktor.
—¡Por
allí! —gritó uno de sexto, señalando hacia el bosque.
Una cosa
larga, mucho más larga que una escoba (y, de hecho, que cien escobas), se
acercaba al castillo por el cielo azul oscuro, haciéndose cada vez más grande.
—¡Es un
dragón! —gritó uno de los de primero, perdiendo los estribos por completo.
-eso es ridículo- aseguro Charlie- los dragones
no se pueden domesticar al punto de usarlos de esa manera.
—No seas
idiota... ¡es una casa volante! —le dijo Dennis Creevey.
-eso suena igual de loco, pero podría estar más
cerca de la realidad- comento Gideon.
-si se pueden encantar autos para volar bien
podrían hacer algo similar a una casa, pero no sé cómo se movería- agrego
Favian
-ya descubrirán como son las cosas solo dejen
que continúe la lectura- aseguro Hermione.
La
suposición de Dennis estaba más cerca de la realidad. Cuando la gigantesca
forma negra pasó por encima de las copas de los árboles del bosque prohibido
casi rozándolas, y la luz que provenía del castillo la iluminó, vieron que se
trataba de un carruaje colosal, de color azul pálido y del tamaño de una casa
grande, que volaba hacia ellos tirado por una docena de caballos alados de
color tostado, pero con la crin y la cola blancas, cada uno del tamaño de un
elefante.
-ho- exclamaron varias personas a la vez.
-sin duda una visión espectacular- comento Andrómeda-
y sin duda en su interior será aún más espacioso.
-un poco es así, después de todo tendgíamos que
vivig en ese lugag dugante nuestga estancia en Hogwagts- explico Fleur.
Las tres
filas delanteras de alumnos se echaron para atrás cuando el carruaje descendió
precipitadamente y aterrizó a tremenda velocidad. Entonces golpearon el suelo
los cascos de los caballos, que eran más grandes que platos, metiendo tal ruido
que Neville dio un salto y pisó a un alumno de Slytherin de quinto curso. Un
segundo más tarde el carruaje se posó en tierra, rebotando sobre las enormes
ruedas, mientras los caballos sacudían su enorme cabeza y movían unos grandes
ojos rojos.
-esos caballos en verdad que son enormes-
aseguro Charlie- no sabía que se podrían criar de semejante tamaño.
-incluso Hagrid tendría problemas para
cuidarlos a todos, espero que no sean muy violentos- agrego Ted.
-nuestro gigante amigo siempre se las arregla
para descubrir cómo cuidar a los animales, estará bien- aseguro Sirius.
Antes de
que la puerta del carruaje se abriera, Harry vio que llevaba un escudo: dos
varitas mágicas doradas cruzadas, con tres estrellas que surgían de cada una.
Dumbledore fue leyendo a la visión de Harry de
como del carruaje salía la mujer más grande que había visto ante la impresión y
el susto de algunos, pasando después a la descripción de la mujer, de su hermoso
rostro de piel morena, unos ojos cristalinos grandes y negros, y una nariz afilada,
así como la forma en que iba vestida.
-parece que a nuestro Hagrid le salió novia-
comento Sirius ante el evidente sonrojo del semi gigante.
-tú quieres buscarle pareja a todo el mundo no-
comento Marlene
-¿Qué?, no creo que este mal, todos deberían de
tener a alguien junto a él o ella
-vaya y desde cuando esos ideales tuyos de la
vida en pareja canuto- le interrogo James.
-si, hasta hace poco seguías siendo un maldito
mujeriego- apoyo Remus.
-¿y qué?, ahora se están quejando
-no nos quejamos- aseguraron sus dos amigos-
pero es impresionante hasta que punto Marlene te apretó la correa- continuo
Remus.
-sin duda es un logo monumental.
-prefiero cuanto te unes a mí para molestar a
lunático cornamenta- comento el animago.
Dumbledore
comenzó a aplaudir. Los estudiantes, imitando a su director, aplaudieron
también, muchos de ellos de puntillas para ver mejor a la mujer.
Sonriendo
graciosamente, ella avanzó hacia Dumbledore y extendió una mano reluciente.
Aunque Dumbledore era alto, apenas tuvo que inclinarse para besársela.
—Mi
querida Madame Maxime —dijo—, bienvenida a Hogwarts.
—«Dumbledog»
—repuso Madame Maxime, con una voz profunda—, «espego» que esté bien.
—En
excelente forma, gracias —respondió Dumbledore.
—Mis alumnos
—dijo Madame Maxime, señalando tras ella con gesto lánguido.
Harry,
que no se había fijado en otra cosa que en Madame Maxime, notó que unos doce
alumnos, chicos y chicas, todos los cuales parecían hallarse cerca de los
veinte años, habían salido del carruaje y se encontraban detrás de ella.
Estaban tiritando, lo que no era nada extraño dado que las túnicas que llevaban
parecían de seda fina, y ninguno de ellos tenía capa.
-ese sin duda debió de ser un problema- comento
Alice- el clima entre Francia y Londres es distinto, sin duda deben de estarse
congelando.
-de hecho, así fue- aseguro Fleur- nos costó
acostúmbganos a ese clima
-para nosotros no fue un gran problema el frio-
agrego Viktor.
Algunos
se habían puesto bufandas o chales por la cabeza. Por lo que alcanzaba a
distinguir Harry (ya que los tapaba la enorme sombra proyectada por Madame
Maxime), todos miraban el castillo de Hogwarts con aprensión.
-los colegios son diferentes sin mencionar el
orgullo que deben de tener por su propio colegio- aseguro Frank
-es muy probable que por ser franceses se
sientes los muy elegantes y refinados
-eso es muy estereotipado Sirius- le recrimino
Marlene sin notar la sonrisa aprensiva que ponía Fleur pues en verdad apreciaba
algo así la primera vez que llego a Hogwarts.
—¿Ha
llegado ya «Kagkagov»? —preguntó Madame Maxime.
-Karkagov, Igor Karkagov, el mortifago- espeto
Alastor- ¿cómo ese bastardo termino como director de un colegio?
-debe de haber un buen motivo Alastor- dijo de
forma conciliadora Dumbledore- todos tienen derecho para enderezar sus caminos.
-grrr bien- gruño el auror- solo espero que aproveche
esa oportunidad- dijo aprensivamente.
—Se
presentará de un momento a otro —aseguró Dumbledore—. ¿Prefieren esperar aquí
para saludarlo o pasar a calentarse un poco?
—Lo
segundo, me «paguece» —respondió Madame Maxime—. «Pego» los caballos...
—Nuestro
profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas se encargará de ellos encantado
—declaró Dumbledore
-nadie más que él podría encargarse de tales
animales- aseguro Charlie- pero no le caería mal algún tipo de ayuda.
-pues solo que fuera madame Maxime la que fuera
quien lo ayudara, no creo que nadie más pueda controlarlos- aseguro Dora.
-¿quién los cuida en su colegio?- pregunto
Remus
-es la misma madame Maxime quien los ha criado-
respondió Fleur.
—, en
cuanto vuelva de solucionar una pequeña dificultad que le ha surgido con alguna
de sus otras... obligaciones.
-si, nos imaginaos cual es esa pequeña
dificultad- aseguro Favian.
—Con los
escregutos —le susurró Ron a Harry.
Todos sonrieron ante el comentario del
pelirrojo, era innecesario ponerlo en palabras pues fácil deducir que se
trataran de esos extraños animales.
—Mis
«cogceles guequieguen»... eh... una mano «podegosa» —dijo Madame Maxime, como
si dudara que un simple profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas fuera capaz de
hacer el trabajo—. Son muy «fuegtes»...
-nuestro Hagrid también es alguien muy fuerte,
pero no le quedaría mal que esa mujer le ayudara- dijo Sirius.
-en verdad es demasiado extraño verte actuar de
cupido- aseguro Marlene.
-no exageres si lo he estado haciendo con
lunático y mi sobrina desde hacía varios días.
-te la estado pasado jugando y bromeando acerca
de nuestra supuesta relación- exclamo Remus.
-ya hasta perdimos la cuenta de cuantas veces
has insinuado que hemos tenido un contrato indecoroso entre él y yo- agregó
Dora.
- ¿y le dices a eso actuar de cupido? -
terminaron de forma sincronizada
-si- dijo con superioridad el animago- y no tiene
porque agradecerme- termino el joven mientras los otros dos negaban la cabeza
un poco divertidos.
—Le
aseguro que Hagrid podrá hacerlo —dijo Dumbledore, sonriendo.
—Muy bien
—asintió Madame Maxime, haciendo una leve inclinación—. Y, «pog favog», dígale
a ese «pgofesog Haggid» que estos caballos solamente beben whisky de malta
«pugo».
-Valla, pero que finos resultaron ser esos
caballos- dijo irónicamente Gideon.
—Descuide
—dijo Dumbledore, inclinándose a su vez.
—Allons-y!
—les dijo imperiosamente Madame Maxime a sus estudiantes, y los alumnos de
Hogwarts se apartaron para dejarlos pasar y subir la escalinata de piedra.
—¿Qué
tamaño calculáis que tendrán los caballos de Durmstrang? —dijo Seamus Finnigan,
inclinándose para dirigirse a Harry y Ron entre Lavender y Parvati.
-no creo que lleguen de la misma forma- comento
Lily- después de todo nosotros no iríamos de la misma forma si fuéramos a
alguna de las otras dos escuelas.
-sería interesante pensar como podríamos ir a Beauxbatons
o Durmstrang- comento Ginny.
-podría ser algo parecido al autobús noctambulo
solo que un poco más grande- comento Angela.
-podría ser, pero ese medio de transporte es
muy deficiente, lo más seguro es que irían en tren.
-en ese caso tendrían que darles asilo dentro
de escuela y por como se ve preferirían tener su propio lugar para tener
privacidad- expreso Albus.
-además de esa forma no podrían ser ostentosos
ni hacer una entrada espectacular- aseguro Scorpius.
-además Dumbledore no se fijaría mucho en eso,
el preferiría la practicidad a lo ostentoso- razono rose.
-si, y McGonagall actuaria de la misma manera-
termino Angela.
-oigan, ¿y en su época no se continuó haciendo
el torneo?- pregunto James omitiendo el comentario de la pelirroja acerca de
Minerva.
-he bueno, primero terminemos el libro y después
hablamos- intervino Teddy viendo con cierta preocupación a sus compañeros de
época, para explicar que fue del torneo deberían de relatar lo que ocurrió con
Cedric, y aun era pronto para hacerlo.
—Si son
más grandes que éstos, ni siquiera Hagrid podrá manejarlos —contestó Harry—. Y
eso si no lo han atacado los escregutos. Me pregunto qué le habrá ocurrido.
—A lo
mejor han escapado —dijo Ron, esperanzado.
Varias expresiones de miedo se escucharon en
ese momento, a nadie le agradaba le idea de que esas criaturas anduvieran
corriendo con total libertad por ahí.
—¡Ah, no
digas eso! —repuso Hermione, con un escalofrío—. Me imagino a todos esos
sueltos por ahí...
-no solo tú te sentirías nerviosa por pensar
eso- aseguro Andrómeda- no sé que aran con esas cosas los próximos años.
-bueno, podríamos decir que se extinguieron ese
año- comento Hermione ante la impresión de casi todos, el alivio de algunos y
la tristeza de Hagrid.
Para
entonces ya tiritaban de frío esperando la llegada de la representación de
Durmstrang. La mayoría miraba al cielo esperando ver algo. Durante unos
minutos, el silencio sólo fue roto por los bufidos y el piafar de los enormes
caballos de Madame Maxime. Pero entonces...
—¿No oyes
algo? —preguntó Ron repentinamente.
-debe de ser la llegada del colegio Durmstrang-
aseguro Frank- veamos como eligieron llegar.
Harry
escuchó. Un ruido misterioso, fuerte y extraño llegaba a ellos desde las tinieblas.
Era un rumor amortiguado y un sonido de succión, como si una inmensa aspiradora
pasara por el lecho de un río...
—¡El
lago! —gritó Lee Jordan, señalando hacia él—. ¡Mirad el lago!
Todos esperaban expectantes mientras Dumbledore
como algo comenzaba a surgir algo en medio del lago a través de un remolino,
fue leyendo como lentamente un barco emergió completamente del lago, así como
anclaban y desembarcaban varias siluetas robustas.
-parece que ese tal Igor eligió la fuerza por
encima de cualquier otra cualidad- comento James.
-pero no importa porque prácticamente trataba a
Krum como si ya fuera el campeón- dijo Fred.
-si, a mí me parecía que solo trajo a los demás
para tener a alguien para apoyar a Krum- prosiguió George.
—¡Dumbledore!
—gritó efusivamente mientras subía la ladera—. ¿Cómo estás, mi viejo compañero,
cómo estás?
—¡Estupendamente,
gracias, profesor Karkarov! —respondió Dumbledore.
-no me extrañaría que Dumbledore tuviera algo
que ver con que ese tipo haya librado la cárcel- exclamo Albus.
-pues no fue tanto así- comento Harry.
-entonces tu sabes como el tipo se libró de
prisión- comentó Alastor viendo el oji verde.
-si, de hecho, aparecerá más adelante- confeso
el chico- ya lo escucharas cuando llegamos a eso.
Karkarov
tenía una voz pastosa y afectada. Cuando llegó a una zona bien iluminada,
vieron que era alto y delgado como Dumbledore, pero llevaba corto el blanco
cabello, y la perilla (que terminaba en un pequeño rizo) no ocultaba del todo
el mentón poco pronunciado. Al llegar ante Dumbledore, le estrechó la mano.
—El viejo
Hogwarts —dijo, levantando la vista hacia el castillo y sonriendo.
-era algo un poco impresionante- comento Krum- en
especial el hecho que el castillo es más grande que el nuestro.
-pero supongo que no podrían decir ese tipo de
cosas con tanta simpleza- comento Frank- después de todo debían de mostrar su
mejor cara- el asentimiento de Viktor fue respuesta suficiente.
Tenía los
dientes bastante amarillos, y Harry observó que la sonrisa no incluía los ojos,
que mantenían su expresión de astucia y frialdad
-no se veían muy amistosos, a decir verdad- comentó
Fred
-y después de conocer a Karkarov lo
confirmamos- continuo Fred.
-lo dicen por su participación como juez no es así-
comento Hermione.
-ahí si no puedes decirnos nada, es evidente
que le daba mucha ventaja a Viktor, incluso Maxime era mucho más justa- argumento
Ron.
Hermione solamente se pudo encoger de hombros
ya que en cierto modo era cierto lo que decía, paso algo similar con Krum que
se sentía incómodo por la forma en hablaban de su antiguo director y Fleur con
algo de orgullo por el comentario a favor de su querida exdirectora.
—. Es
estupendo estar aquí, es estupendo... Viktor, ve para allá, al calor... ¿No te
importa, Dumbledore? Es que Viktor tiene un leve resfriado...
-pues debo decir que si le está mostrando algo
de favoritismo a Krum- comento Sirius.
-eso solo es el principio ya verás lo que
sigue- aseguro Ron, aun recordaba algunas de esas demostraciones.
Karkarov
indicó por señas a uno de sus estudiantes que se adelantara. Cuando el muchacho
pasó, Harry vio su nariz, prominente y curva, y las espesas cejas negras. Para
reconocer aquel perfil no necesitaba el golpe que Ron le dio en el brazo, ni
tampoco que le murmurara al oído:
—¡Harry...!
¡Es Krum!
-es el final- comento el director dejando el
libro en la mesa.
-en ese momento sin duda estabas ilusionado
querido sobrino- comento Favian
-pero todo cambio cuando comenzó a buscar a tu
chica- continuo Gideon.
-y aun así no se animó a hacer nada hasta su
séptimo año- siguió Ginny- aunque en verdad no hizo nada, fue Hermione quien
dio el primer paso.
-¡hey!, creo que eso es muy injusto- se
defendió el pelirrojo.
-pero es que ni Harry se tardó tanto- continuo
Ginny ganándose una mirada ofendida de su novio- además que no se ponía tan
celoso como tú.
-bueno…- comenzó Hermione- esperemos a llegar
al sexto libro y luego habanos- si bien Harry no demostró mucho sus celos
durante todo ese año ella pudo notar los cambios de su amigo.
-¿de que está hablando?- pregunto por la bajo
la pelirroja
-luego lo leeremos- le respondió el azabache,
esa parte de su vida aún no se la contaba a ella.
-bueno, lo mejor será que continuemos-
interrumpió Dumbledore.
Hola a todos y a todas, si llegaron hasta aquí
solo tengo un comentario que se olvidó colocar en el capítulo anterior, sé que
los padres de James se llamaban Fleamont y Euphemia Potter, pero ya que he
cambiado algunas cosas, porque son los primeros a los que relaciones como sus
padres, y porque es más fácil escribir sus nombres, decidí dejar a Charlus y
Dorea.
Sin más que decir, nos veremos después.
oh...genial..me ha encantado!!!
ResponderEliminarMe alegra que te gustara.
EliminarEstuvo geniaaal, muy bueno!
ResponderEliminarMuchas gracias.
Eliminarque bueno que volviste!!!. te extrañe muchísimo, gracias por seguir!!.
ResponderEliminarya quiero ver la reacción de todos cuando sepan que harry es un participante del torneo
No tienes que agradecer.
EliminarCreo que tendrás que esperar un poco para ver lo que quieres, es que preparo algo especial con Lily.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Cuando subes el proximo?
ResponderEliminarYa lo actualizo.
EliminarAdemás, dejare una nota el siguiente capítulo para explicar de las actualizaciones.
Realmente me encanta tu historia, es sin duda genial.
ResponderEliminarGracias por compartila, espero con ansias el próximo capítulo
Me alegra que te gusta.
EliminarY gracias a ti también por tomarte el tiempo de leerla.
Volviste!!! Me encanto!!
ResponderEliminarEspero que pronto vuelvas a escribir.
Saludos!!
Si aquí estoy, ya continuo la historia.
EliminarMe alegro que volvieras a actualizar!! Que ganas de que continúes🤗🤗
ResponderEliminarEs bueno estar de vuelta, ya continuo la historia.
EliminarYo también prefiero llamarlos Charlus y Dorea en mis fics
ResponderEliminarjeje, pues si, muchos los conocimos así
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