martes, 21 de octubre de 2014

Capítulo 38.- La recompensa de Dobby

En otro momento tiempo espacial.

Después de varios días de planeación y preparación había llegado el momento de actuar, un grupo de magos adultos estaban reunidos en una habitación de una antigua casa, el sitio se enconaba iluminado con velas suficientes para que pudieran trabajar, justamente en el centro se encontraba pintado en el suelo un símbolo un poco extraño, había varias runas escritas en forma circular, formando varios cirulos concéntricos.

Todos estaban repasando cada una de las cosas que deberían hacer mientras que en el muro un retrato de un anciano de barba paletada los observaba. Su contribución para realizar el hechizo era nula, pero aun así gustaba de estar presente viendo lo mucho que habían crecido sus estudiantes. Algunos estaba terminado de escribir algunos símbolos con una poción especial que hicieron, otros releían los libros que utilizaron, y el resto parecía estar viendo cosas en lo que se asemejaba a un enorme pensadero.
Del otro lado de la puerta un grupo de magos más jóvenes que esperaban ansiosos el momento de entrar, en esos últimos días terminaron en tiempo record la lectura de dos libros, hace apenas un día que terminaron de leer el ultimo capitulo y aun no procesaban de todo la gran cantidad de información que habían obtenido. Se habían revelado muchas cosas que ansiaban conocer, pero también se crearon más preguntas que anhelaban ser contestadas.

Estaban en sus propios pensamientos cuando de pronto la puerta se abrió y una mujer castaña les dio el paso, los jóvenes entraron lo más rápido posible a la habitación, ya antes habían estado en ese ligar, pero no desde que comenzaron a alistar todo para realizar el hechizo.

-Muy bien, ya todo está listo- comentó la muer castaña cerrado la puerta- aún estamos a tiempo, podríamos…

-Ya mamá, todo saldrá bien-le aseguro una de las chicas- además ninguno de nosotros daremos marcha atrás.

-Exacto, nadie dará marcha atrás- aseguro la joven rubia impidiendo que su compañero peli azul dijera algo.

-Si no hay más remedio- hablo una mujer pelirroja- recuerdan lo que les dijimos que no debían hacer.

-Si - todos los chicos de forma monótona.

-No se olviden de obedecer a sus mayores, no importa que ahí tengan la misma edad que ustedes- les recordó un azabache- especialmente tu- se dirigió a su hijo mayor.

-Ya papá, está bien-exclamo él.

-Le mandan un saludo a mi yo pasado- les dijo el retrato.

-De su parte profesor- le dijo el chico de cabello azul turquesa con evidente respeto.

-Bien, ya tenemos ubicados los que hacían falta- les informó un rubio que dejo de enfocar su atención en lo que parecía un pensadero.

-Solo faltan ustedes- comento una chica rubia- solo quiero que estén seguros de lo que están a punto de hacer- todos asintieron.

-Ya que- exclamo la castaña- todos deben de entrar en el círculo- le informo a los jóvenes que obedecieron de inmediato.

-Bueno, aquí vamos, que tengan un buen viaje- dijo un hombre de cara redonda.

Los más jóvenes esperaban impacientes en el centro de la habitación, mientras sus mayores se situaban en el contorno de la circunferencia superior., alzaron sus varitas y comenzaron a recitar casi de forma monótona un hechizo que evidentemente era bastante complicado. Las runas y símbolos sobre el suelo se comenzaron a iluminar uno por uno hasta que la habitación se llenó de luz, poco a poco esa luz comenzó a envolver a los jóvenes y unos segundos después todo desapareció.

-Muy bien ya está hecho- comento el rubio- esto es muy cansado.

-Lo se querido- le aseguro su esposa- nos podemos quedar aquí esta noche- le pregunto a la mujer pelirroja.

-Si claro, pero si piensan hacer algo pongan un hechizo silenciador- le aseguro- verdad hermanito- agrego de forma acusadora

-Hay ya, no es para tanto- reclamo el pelirrojo cuya caray la de su esposa habían adquirido un notable color rojo intenso.

-Bueno ya, lo mejor es que subamos- intervino el azabache- y si es para tato colega, nosotros siempre tenemos esa cortesía con ustedes- dijo señalándose a sí mismo y a su esposa que salieron con una enigmática y traviesa sonrisa.


En el gran comedor.

-Alastor permíteme le hablo Frank solicitando el libro.

-¡¿Qué?, ¿otra vez vas a leer tú?!- pregunto de inmediato Sirius viendo al auror.

-Cielos Sirius, quien te viera- atajo Remus- comúnmente pagas para no tener que tomar un libro- se burló el castaño provocando algunas risas, y una mirada severa por parte del aludido.

-Eso no es cierto- le reclamo.

-Claro que si canuto- aseguro James- pero Lupin tiene razón, aprovecha que otros quieran leer en tu lugar.

-Bueno si ya terminaron de discutir- hablo el señor Longbottom habiendo el libro- el ultimo capitulo se titula, “La recompensa de Dobby”

-¿Cómo?- exclamaron algunos de los presentes.

-Sí, hay que recompensarlo porque no los dejo pasar a la estación y casi los expulsan- respondió Fabián con cierto toque de ironía.

-O por romperle el brazo en el partido de quidditch, eso sin duda merece una recompensa- agrego Gideon en el mismo tono.

-Oh, y también porque gracias a él lo castigaron encerrándolo en su cuarto y una reprimenda por parte del ministerio- atajo Fred.

-Y que por gracias a él Harry se quedó solo como un perro todo el verano sin recibir noticias de sus amigos- termino George.

-Dobby solamente intentaba cuidar de Harry, no tienen por qué ponerse tan pesados- lo defendió Hermione.

-No es su culpa que no supiera como hacerlo sin dañarlo- secundo Marlene.

-Cielos, ustedes se parecen mucho, incluso tienen esas ideas locas de los elfos domésticos- comento Ron como quien no quiere la cosa.

-Huy hermanito, en tu lugar me disculparía con Hermione- le dijo Fred notando la mirada asesina de la castaña.

-De otra forma esta noche no tendrás acción con tu novia-le pico siguiéndole el juego a su gemelo.

-Creo que lo mejor será que comience a leer- hablo Frank previniendo una pelea que les podría quitar bastante tiempo.

Hubo un momento de silencio cuando Harry, Ron, Ginny y Lockhart aparecieron en la puerta, llenos de barro, suciedad y, en el caso de Harry, sangre.

-Siempre es igual- exclamo Ginny- no entiendo porque pero siempre debe estar sangrando.

-Después de un tiempo se vuelve costumbre- aseguró Ron apoyando a su hermana.

Luego alguien gritó:

— ¡Ginny!

Era la señora Weasley, que estaba llorando delante de la chimenea.

-Debió de estar aún más preocupada que nuestra Molly- aseguro Lily poniéndose en el lugar de la pelirroja- por lo menos la Molly de aquí tenia a Ginny junto a ella, pero la del libro, debió estar desconsolada- todos estuvieron de acuerdo con ella.
Se puso en pie de un salto, seguida por su marido, y se abalanzaron sobre su hija.

Harry, sin embargo, miraba detrás de ellos. El profesor Dumbledore estaba ante la repisa de la chimenea, sonriendo, junto a la profesora McGonagall, que respiraba con dificultad y se llevaba una mano al pecho.

-Debió ser una verdadera sorpresa el verlos llegar a su oficina con Ginny- comentó James- y más aún con lo mal trechos que debían de estar después de su aventura.

-Además que debió de estar muy preocupada, ella se interesa mucho por los estudiantes- aseguro Alice.

Fawkes pasó zumbando cerca de Harry para posarse en el hombro de Dumbledore.

El grupo de Harry sonrió por la mención del ave, la verdad es que fue una verdadera fortuna que llegara con Harry en el momento en que lo hizo.

Sin apenas darse cuenta, Harry y Ron se encontraron atrapados en el abrazo de la señora Weasley

— ¡La habéis salvado! ¡La habéis salvado! ¿Cómo lo hicisteis?

-No fue nada fácil, pero es una fortuna que lo hayan hecho- aseguro Marlene.

-Hubiera sido mejor si el cachorro se hubiera dando cuente del peligro desde un principio, pero no estuvo mal- atajo Sirius.

-Vas a seguir terco con eso Sirius- le acuso Harry por volver a sacar el tema.

-No, creo que eso es suficiente, que sigan la lectura- dijo sin darle mucha importancia al reclamo del azabache.

—Creo que a todos nos encantaría enterarnos —dijo con un hilo de voz la profesora McGonagall.

La señora Weasley soltó a Harry, que dudó un instante, luego se acercó a la mesa y depositó encima el Sombrero Seleccionador, la espada con rubíes incrustados y lo que quedaba del diario de Ryddle.

-¿Es posible que puedan usar el diario como una prueba?- pregunto Dora.

-Tal vez-respondió Remus- pero ahora que está destruido que sus “propiedades” mágicas desaparecieron será difícil

-Pero Dumbledore está ahí con ellos- atajo James- no creo que él se ponga en plan pesado con eso.

-Eso es cierto, es una fortuna que haya regresado- apoyo Lily.

Harry empezó a contarlo todo. Habló durante casi un cuarto de hora, mientras los demás lo escuchaban absortos y en silencio.

-¿Le contaste toda la historia?- le pregunto Neville curioso.

-Sí, creí que sería lo mejor, así entendían todo lo que paso para encontrar la cámara- respondió Harry.
-Increíble, en casi cualquier circunstancia cualquiera de las cosas que hicieron los habrían expulsado- comento Neville.

-Pero después de haber salvado a Ginny creo que fue suficiente para disculparlos- agrego Luna.

Contó lo de la voz que no salía de ningún sitio; que Hermione había comprendido que lo que él oía era un basilisco que se movía por las tuberías; que él y Ron siguieron a las arañas por el bosque; que Aragog les había dicho dónde había matado a su víctima el basilisco; que había adivinado que Myrtle la Llorona había sido la víctima, y que la entrada a la Cámara de los Secretos podía encontrarse en los aseos...

-Saben, contándolo de esa forma suena sorprendente y hasta un poco genial- comento Sirius.

-Las cosas siempre suenan genial cuando las cuentas pero no cuando las vives- comento Ron recordando lo ocurrido con lo del relicario.

-Pero aun así no deja de ser sorprendente, ni siquiera nosotros logramos hacer tantas cosas en un solo año- volvió a hablar Sirius.

-Pero ustedes solo vagabundeaban y hacían bromas, ellos casi perdieron la vida en más de una ocasión- atajo Marlene- siendo sincera yo no puedo ver lo sorprendente- agrego con asentimientos de Lily y Molly, ellas más que nadie detestaron todas las “aventuras” por las que pasaron sus hijos.

—Muy bien —señaló la profesora McGonagall, cuando Harry hizo una pausa—, así que averiguasteis dónde estaba la entrada, quebrantando un centenar de normas, añadiría yo.

-Y falto que le dijeran lo de la poción multijugos y haber irrumpido en otra sala común, pero supongo que eso no venia al caso- comento Draco.

-Aunque tampoco creo que importara mucho- agrego Astoria- sería solo un grano de arena más en la playa.

Pero ¿cómo demonios conseguisteis salir con vida, Potter?

-Casi fue un milagro me atrevería a decir- comento Frank interrumpiendo su propia lectura.

Así que Harry, con la voz ronca de tanto hablar, les relató la oportuna llegada de Fawkes y del Sombrero Seleccionador, que le proporcionó la espada. Pero luego titubeó. Había evitado hablar sobre la relación entre el diario de Ryddle y Ginny.

-Hay Harry, que bueno que cuidas a tu novia de esa forma- le aseguro James con evidente orgullo.

-Sí, bueno- el aludido se sonrojo un poco- en esa época no éramos…

-Pero la tratabas de cuidar, eso es lo que importa- le interrumpió el azabache mayor- incluso eso monigotes que tienes por cuñados deben de entenderlo.

-Pues sí, nos agrada que el cuide de ella tanto como nosotros- aseguro Fred.

-Lo que no nos gusta es que mancille a nuestra hermanita-atajo George.

-Como ustedes lo hacen con sus novias- le reclamo la joven Weasley provocando que los gemelos se sonrojaran levemente, y en una mayor medida Angelina y Alicia que cojeaban de esa misma pierna- además lo que haga o deje de hacer con Harry es solo asunto nuestro- dijo terminantemente.

Ella apoyaba la cabeza en el hombro de su madre, y seguía derramando silenciosas lágrimas por las mejillas. ¿Y si la expulsaban?, pensó Harry aterrorizado. El diario de Ryddle no serviría ya como prueba, pues había quedado inservible... ¿cómo podrían demostrar que era el causante de todo?

-Lo mismo que dijo Remus- comento Dora.

-Por lo menos así demuestra que no es tan impulsivo como su padre- comento Lily.

-Oye- le reclamo el hombre

-Sabes que aun así los quiero- le dijo dándole un beso para relajarlo.

Instintivamente, Harry miró a Dumbledore, y éste esbozó una leve sonrisa. La hoguera de la chimenea hacía brillar sus lentes de media luna.

—Lo que más me intriga —dijo Dumbledore amablemente—, es cómo se las arregló lord Voldemort para embrujar a Ginny, cuando mis fuentes me indican que actualmente se halla oculto en los bosques de Albania.

-Bien, con Dumbledore ahí nada le pasara a la mini pelirroja- aseguro Sirius.

-No creo que muchos traten de contradecir al director- agrego Marlene.

-Yo estoy intrigado- hablo Frank-el profesor sabe dónde se encuentra oculto Voldemort- unos cuantos sintieron escalofríos por el nombre.

-Puede ser- respondió Alastor- o tal vez solo lo dice para ayudar a esa chiquilla, lo cierto es que tratándose de Dumbledore es muy difícil estar seguro- agrego el auror.

-En otras palabras- comenzó Gideon-no debemos tratar de comprender a un loco verdad.

-¡Gideon!- le reclamo Molly de inmediato.

-¿Por qué te molestas hermanita?- salto Fabián a la defensiva- al profesor no le molesta, incluso hasta se divierte- aseguro viendo la afable sonrisa de Albus.

-Aun así, eso no les da derecho de ser tan irrespetuosos.- exclamo la pelirroja a sus hermanos.

Harry se sintió maravillosamente aliviado.

— ¿Qué... qué? —Preguntó el señor Weasley con voz atónita—. ¿Sabe qui-quién? ¿Ginny embrujada? Pero Ginny no ha... Ginny no ha sido... ¿verdad?

—Fue el diario —dijo inmediatamente Harry, cogiéndolo y enseñándoselo a Dumbledore—. Ryddle lo escribió cuando tenía dieciséis años.

-Lo que no deja de ser sorprendente- exclamo Ted- lograr hacer algo como eso, no creo que muchos magos consiguieran tal cosa.

-Que estas insinuando- le dijo con represión Sirius-lo dices como si fuera algo admirable.

-No me refiero a eso- se defendió el hombre.

-No deberías de ser tan sensitivo Black- le acuso Alastor- nunca es malo reconocer a tu enemigo, entre más comprensión tengas de él más fácil será combatirlo, es algo básico que aparentemente no comprendes- rebatió con su clásico mal genio.

Dumbledore cogió el diario que sostenía Harry y examinó minuciosamente sus páginas quemadas y mojadas.

El Dumbledore que escuchaba eso le hubiera gustado tener ese objeto en sus manos, la verdad es que una examinación de esa cosa tal vez podría revelar muchos detalles que aún no alcanzaba a comprender.

—Soberbio —dijo con suavidad—. Por supuesto, él ha sido probablemente el alumno más inteligente que ha tenido nunca Hogwarts

Varios de los mejores estudiantes bufaron molestos por dicha afirmación.

Se volvió hacia los Weasley, que lo miraban perplejos—. Muy pocos saben que lord Voldemort se llamó antes Tom Ryddle. Yo mismo le di clase, hace cincuenta años, en Hogwarts. Desapareció tras abandonar el colegio...

-Y debió de permanecer así el muy maldito- increpo Fabián.

Recorrió el mundo..., profundizó en las Artes Oscuras, tuvo trato con los peores de entre los nuestros, acometió peligros, transformaciones mágicas, hasta tal punto que cuando resurgió como lord Voldemort resultaba irreconocible.

-Sí, con esa maldita cara sin nariz de mierda- agrego Gideon.

Prácticamente nadie relacionó a lord Voldemort con el muchacho inteligente y encantador que recibió aquí el Premio Anual.

-Lo recibió por detener los ataques que el inicio- espeto James- y nuestro Hagrid tuvo que pagar el precio, eso me pone tan…- apretó los puños tratando de calmar su cólera.

-Ya tranquilízate James- le dijo Lily pasando el brazo por los hombros de su novio.

—Pero Ginny —dijo la señora Weasley—. ¿Qué tiene que ver nuestra Ginny con él?

— ¡Su... su diario! —Dijo Ginny entre sollozos—. He estado escribiendo en él, y me ha estado contestando durante todo el curso...

-Lo que fue un gran error de tu parte- aseguro Arthur-fue muy imprudente, y debiste contárnoslo a mi o a tu madre- la joven bajo la vista.

 -Lo siento- se disculpó Ginny- pero era solo una niña, no creí que eso fuera ser así de peligroso- exclamo la joven.

-Hay mi pobre niña- exclamo Molly- aun así debiste tener la confianza de platicarnos eso.

-Lo siento- repitió la joven con cierta pena

— ¡Ginny! —exclamó su padre, atónito—. ¿No te he enseñado una cosa? ¿Qué te he dicho siempre? No confíes en cosas que tengan la capacidad de pensar pero de las cuales no sepas dónde tienen el cerebro.

-Eso nos lo comenzó a decir después de un caso un tanto extraño que tuvo que atender en el ministerio- comento Bill.

-Y bueno, es cierto lo que dice- aseguro Charlie- pero nos costó un par de años entender lo que significaba porque éramos solo niños.

¿Por qué no me enseñaste el diario a mí o a tu madre? Un objeto tan sospechoso como ése, ¡tenía que ser cosa de magia negra!

—No..., no lo sabía —sollozó Ginny—. Lo encontré dentro de uno de los libros que me había comprado mamá. Pensé que alguien lo había dejado allí y se le había olvidado...

-Muy curioso-comento Alastor- ¿dicen que los libros los compraron en una tienda de segunda mano?- le pregunto a la joven que asintió- muy curioso.

-¿Qué es eso tan curioso ojo loco?- le pregunto Fabián.

-Que un objeto como ese perteneciente al mismo Voldemort estuviera en un simple tienda como esa- resalto Harry.

-Eso sería demasiada coincidencia- comento Dora- la verdad no ceo que sea algo tan simple.

—La señorita Weasley debería ir directamente a la enfermería —terció Dumbledore con voz firme—. Para ella ha sido una experiencia terrible.

-Sin duda fue más que terrible- aseguro Fred.

No habrá castigo.

-Sería el colmo que lo hubiera- agrego George.

Lord Voldemort ha engañado a magos más viejos y más sabios. —Fue a abrir la puerta—. Reposo en cama y tal vez un tazón de chocolate caliente.

-Eso sería grandioso- dijeron en perfecta sincronía Remus y Tonks.

-Si lo digo, son tal para cual- exclamo un sonriente y burlón Sirius- hasta tienen los mismo gustos, bueno no, a Remus le gustan jóvenes y Dora prefiere a los maduros.

-¡Ya cállate Sirius!- le reclamo le licántropo ligeramente sonrojado y molesto.

-Además el chocolate tiene muchas propiedades y sirve para levantar el ánimo en momento como esos- agrego Dora tratando de cambiar el tema.

-Incluso nos dices el mismo sermón que nos daba Remus- atajo James del mismo modo que el oji gris-

Remus y Dora voltearon a verse a los ojos notando la inusual cercanía entre ellos, bajaron la mirada y se alejaron un poco siendo un inusual frio aquellas partes de ellos que se tocaban entre sí. Mientras tanto los merodeadores y Lily los veían sonrientes, sin duda se veían muy bien juntos. Y a ninguno le parecía molestar estar con el otro.

A mí siempre me anima —añadió, guiñándole un ojo bondadosamente—. La señora Pomfrey estará todavía despierta. Debe de estar dando zumo de mandrágora a las víctimas del basilisco. Seguramente despertarán de un momento a otro.

-Es un alivio- comento Alice- por fin todos ellos se recuperaran.

-Y como obsequio por despertar- comenzó Gideon.

-Tendrán unos hermosos exámenes- término Fabián.

-Es cierto- atajo Sirius- yo pienso que deberían suspenderlos, en especial después de lo que tuvieron que pasar mi ahijado, su amigo y la mini pelirroja.

-Ya Sirius, deja tus cosas a un lado por favor- le reclamo Marlene.

-Ha, me dijiste Sirius y no Black, eso un buen avance-exclamo recibiendo un golpe en las costillas por parte de la rubia.

— ¡Así que Hermione está bien! —dijo Ron con alegría.

-Aw, el buen Ronnie se alegra porque su amiguita está bien.

-Fred- le reclamo el joven pelirrojo.

-¿Qué?, él dijo que era tu amiga- lo defendió su gemelo- no dijo que fuera tu novia o tu amante.

-¡George!- le reclamo la castaña con la cara roja.

—No les han causado un daño irreversible —dijo Dumbledore.

La señora Weasley salió con Ginny, y el padre iba detrás, todavía muy impresionado.

-No lo dudo- aseguro Frank- fue una experiencia muy fuerte para todos, en especial sabiendo cómo fue que ocurrió.

— ¿Sabes, Minerva? —dijo pensativamente el profesor Dumbledore a la profesora McGonagall—, creo que esto se merece un buen banquete. ¿Te puedo pedir que vayas a avisar a los de la cocina?

-Eso sería fabuloso- exclamo con emoción James- pero yo creo que lo que en verdad quiere es estar a solas con los chicos.

-Es muy probable- aseguro Sirius- pero yo tengo mi visión plantada en el banquete

-¡Sirius!- les reclamaron Marlene y Lily- en esos momentos hay cosas más importantes que la comida- continuo la pelirroja preguntándose que seguiría ahora.

—Bien —dijo resueltamente la profesora McGonagall, encaminándose también hacia la puerta—, te dejaré para que ajustes cuentas con Potter y Weasley.

-Parece que si entendió la indirecta- comentó Dora- pero esa última parte de seguro les alterara un poco, tal vez pensaran que quieren castigarlos o algo así.

-Tal vez- hablo Remus- pero descuida no creo que Dumbledore haga semejante cosa, en especial después de lo ocurrido.

—Eso es —dijo Dumbledore.

Salió, y Harry y Ron miraron a Dumbledore dubitativos. ¿Qué había querido decir exactamente la profesora McGonagall con aquello de «ajustar cuentas»? ¿Acaso los iban a castigar?

-Hay vamos, después de todo lo que pasaron y aún tiene tiempo de penar en tragedias- dijo con cierta exasperación Sirius- aunque bueno, viniendo de Harry es normal, eso lo lleva por herencia.

-Pero es comprensible, recuerden que al inicio del año el profesor les advirtió lo que pasaría si rompían alguna norma- recordó Charlie- y bueno, no solo rompieron una cierto, es lógico que estén nerviosos.

-Pero hablamos de Dumbledore, en serio parece que aún no lo conocen lo suficiente- aseguro Sirius sin preocupación alguna.

—Creo recordar que os dije que tendría que expulsaros si volvíais a quebrantar alguna norma del colegio —dijo Dumbledore.

Ron abrió la boca horrorizado.

Por su parte los merodeadores sonrieron entre divertidos y cansado por la actitud de su director, eso era algo clásico de él

—Lo cual demuestra que todos tenemos que tragarnos nuestras palabras alguna vez —prosiguió Dumbledore, sonriendo—. Recibiréis ambos el Premio por Servicios Especiales al Colegio y... veamos..., sí, creo que doscientos puntos para Gryffindor por cada uno.
-
¡Estupendo!- gritaron de inmediato James y Sirius, quienes fueron coreados por todos los miembros de la casa de Gryffindor, aun los del futuro, cuatrocientos puntos en una sola noche, y lo que es más, en algo que podría bien haberes causado la expulsión.

-Aun así creo que son muy pocos puntos- agrego Sirius cuando la algarabía disminuyo.

-Pero eso fue suficiente para asegurar la copa de las casas ese año- aseguro Neville.

-Bueno, creo que eso está bien- dijo James- si no consiguieron la copa de quidditch por lo menos obtendrán la copa de las casas.

-Hay James, ya decía yo que era extraño que no hablaras de ese “bendito” juego por tanto tiempo- comento Lily sonriendo, por fin podía respirar tranquila al ver que todo había salido bien para su hijo.

Ron se puso tan sonrosado como las flores de San Valentín de Lockhart, y volvió a cerrar la boca.

—Pero hay alguien que parece que no dice nada sobre su participación en la peligrosa aventura —añadió Dumbledore—. ¿Por qué esa modestia, Gilderoy?

-Es cierto, si fuera el de siempre ya nos había aburrido con sus “grandes” historias- comento Fabián.

-Creo que así está mejor-  aseguro Gideon- en lo personal ya se me había olvidado que estaba ahí.

Harry dio un respingo. Se había olvidado por completo de Lockhart.

-No fuete el único- le aseguro Ron viendo de reojo a los gemelos Prewett- yo también olvide por completo.

-Y más después de escuchar que Hermione estaría bien, no es así- le dijo Bill viéndolo de reojo.

-¿Qué, tú también?- le reclamo Ron ante las sonrisas de sus compañeros.

Se volvió y vio que estaba en un rincón del despacho, con una vaga sonrisa en el rostro. Cuando Dumbledore se dirigió a él, Lockhart miró con indiferencia para ver quién le hablaba.

Varias risas, especialmente de los bromistas, se escucharon en ese momento, y es que la actitud de ese Lockhart les inspiraba eso.

—Profesor Dumbledore —dijo Ron enseguida—, hubo un accidente en la Cámara de los Secretos. El profesor Lockhart.

— ¿Soy profesor? —preguntó sorprendido—. ¡Dios mío! Supongo que seré un inútil, ¿no?

-¡Por fin!- gritaron varios en ese momento.

-Todo el año fanfarroneando con un puesto que no se merece, y por fin está actuando como verdaderamente es- espeto Remus a quien siempre le molesto que fuera profesor.

-Tal vez para la próxima te pongan a ti en ese puesto- aventuro una sonriente Dora.

-No creo que sea muy posible- exclamo ante la sonrisa de los del futuro. Por su parte el castaño con gusto tomaría el puesto de profesor, pero dudaba que aceptaran que un licántropo obtuviera dicho puesto.

—... intentó hacer un embrujo desmemorizante y el tiro le salió por la culata—explicó Ron a Dumbledore tranquilamente.

—Hay que ver —dijo Dumbledore, moviendo la cabeza de forma que le temblaba el largo bigote plateado—, ¡herido con su propia espada, Gilderoy!

-Muy irónico, pero creo que así fue mejor-comento Alice.

— ¿Espada? —dijo Lockhart con voz tenue—. No, no tengo espada. Pero este chico sí tiene una. —Señaló a Harry—. Él se la podrá prestar.

-Ya ni si quiera entiende lo que es una metáfora- comento Ted para sí mismo.

-Una espada- dijo James con emoción en su voz- una grandiosa espada, prueba inequívoca que mi hijo es un león

-Arrogante- exclamo Severus.

-¡Sí, y que!- le respondió el azabache sin que la emoción en su voz menguara.

— ¿Te importaría llevar también al profesor Lockhart a la enfermería? —Dijo Dumbledore a Ron—. Quisiera tener unas palabras con Harry.

-Esperemos que con eso logre que se sienta mejor, ha pasado por muchas cosas- comento Lily pensando en su hijo.

-De seguro que si Lily- aseguro Marlene- le vez pasada le fue de mucha utilidad la conversación que Harry tuvo con Dumbledore- resalto la joven.

Lockhart salió. Ron miró con curiosidad a Harry y Dumbledore mientras cerraba la puerta.

-Es porque siempre terminan hablando de algo- aseguro Ron- y a decir verdad siempre me he preguntado que hacían.

-Pero ahora podrás saber lo que hablaban- seguro Luna- todos nos podremos enterar.

Dumbledore fue hacia una de las sillas que había junto al fuego.

—Siéntate, Harry —dijo, y Harry tomó asiento, incomprensiblemente azorado—. Antes que nada, Harry, quiero darte las gracias —dijo Dumbledore, parpadeando de nuevo—. Debes de haber demostrado verdadera lealtad hacia mí en la cámara. Sólo eso puede hacer que acuda Fawkes.

-Entonces se debió a eso- comento James- cielos, siempre tiene que haber una trampa, nunca nada puede ser tan fácil.

-Pero fue una fortuna que haya pasado- dijo Harry- gracias a él pude salir con bien de esa situación-agrego sonriendo.

Acarició al fénix, que agitaba las alas posado sobre una de sus rodillas. Harry sonrió con embarazo cuando Dumbledore lo miró directamente a los ojos.

—Así que has conocido a Tom Ryddle —dijo Dumbledore pensativo—. Imagino que tendría mucho interés en verte.

-Demasiada- espeto Lily- ese maldito infeliz, ojala y hubiera muerto aquella noche- agrego con rabia.

-Tranquila cielo, no vale la pena molestarse por eso en este momento- le hablo James, él se sentía igual que ella, pero en ese momento debía comportase como el hombre madura que nunca creyó ser.

-Si lo sé, es que me da rabia toda esa situación.

-Lo sabemos pelirroja- hablo esta vez Sirius- pero ya nos ocuparemos de ese maldito sin nariz, y te aseguro que le aremos pagar todo lo que le hizo a mi ahijado- le aseguro con meda sonrisa.

Después de que se calmara un poco, continuaron con la lectura.

De pronto, Harry mencionó algo que le reconcomía:

—Profesor Dumbledore... Ryddle dijo que yo soy como él. Una extraña afinidad, dijo...

-¡Eso no es cierto, de ninguna forma!- aseguro Ginny de inmediato.

-Ella tiene razón hijo, no tienes ninguna semejanza con él- le apoyo Lily de inmediato. El aludido solo sonrió y espero a que continuaran leyendo.

— ¿De verdad? —Preguntó Dumbledore, mirando a un Harry pensativo, por debajo de sus espesas cejas plateadas—. ¿Y a ti qué te parece, Harry?

— ¡Me parece que no soy como él! —contestó Harry, más alto de lo que pretendía—. Quiero decir que yo..., yo soy de Gryffindor, yo soy...

Pero calló. Resurgía una duda que le acechaba.

-Simplemente no puedes permanecer tranquilo ¿verdad?- hablo Dora.

-Es lógico, eso es algo muy importante para él y que pongan en duda de alguna forma le afecta demasiado- argumento Remus.

-Sí, supongo que tienes razón, además el sigue un niño después de todo- agrego Dora.

—Profesor —añadió después de un instante—, el Sombrero Seleccionador me dijo que yo... haría un buen papel en Slytherin. Todos creyeron un tiempo que yo era el heredero de Slytherin, porque sé hablar pársel...

-Eso no tiene absolutamente nada que ver con lo que eres- le aseguro Lily- y lo que crean esos ignorantes de tus compañeros tiene mucho menos que ver- agrego produciendo un sentimiento de culpa y miedo en dichos estudiantes.

—Tú sabes hablar pársel, Harry —dijo tranquilamente Dumbledore—, porque lord Voldemort, que es el último descendiente de Salazar Slytherin, habla pársel. Si no estoy muy equivocado, él te transfirió algunos de sus poderes la noche en que te hizo esa cicatriz. No era su intención, seguro...

-¡¿Qué?!

-¡¿Cómo?!- gritaron varios a la vez.

-¡¿Cómo es que tiene algo de ese maldito?!- increpo James- ¿cómo puede ser eso posible?- pregunto viendo rumbo al director.

-No podría asegurarlo- respondió Albus haciendo sus conjeturas- la verdad, con la poca información que tenemos hasta ahora sería muy difícil o casi imposible averiguar qué es lo que ocurre- aseguro- me temo que tendremos que esperar a la lectura avance.

-Maldita sea- increpo Moody quien detestaba eso de no entender lo que pasa, y lo que era peor, no poder hacer absolutamente para averiguarlo.

-Tranquilízate Alastor- le pidió Dumbledore- señor Longbottom, podría continuar por favor- le solicito.

— ¿Voldemort puso algo de él en mí? —preguntó Harry, atónito.

—Eso parece.

—Así que yo debería estar en Slytherin

-¡Claro que no, tú eres un verdadero Gryffindor!- aseguro James.

-Pero no hay que desmeritar que también tiene cualidades de un Slytherin- se aventuró Draco arriesgándose  la ira del azabache mayor.

-Oye tú…

-¡Ya papá, tranquilízate!- le detuvo Harry, ya se esperaba ese berrinche de su parte.

-Pero hijo...

-Pero nada- agrego con firmeza- ya mate a un basilisco, así que tranquilízate o tendré que obligarte- después de un rato y con cierto disgusto decidió guardar silencio.

Dijo Harry, mirando con desesperación a Dumbledore—. El Sombrero Seleccionador distinguió en mí poderes de Slytherin y...

—Te puso en Gryffindor —dijo Dumbledore reposadamente—. Escúchame, Harry. Resulta que tú tienes muchas de las cualidades que Slytherin apreciaba en sus alumnos, que eran cuidadosamente escogidos.

-Pero esas cualidades las pueden tener todos, sin importar en que casas estén- aseguro Ted.

-Pero a esa edad eso no importa- aseguro Andrómeda- cuando somos jóvenes poco nos importa eso y le damos mucho ms valor a que casas pertenecemos- todos sin excepción estuvieron de acuerdo con ella.

Su propio y rarísimo don, la lengua pársel..., inventiva..., determinación..., un cierto desdén por las normas —añadió, mientras le volvía a temblar el bigote

-Aunque eso último también tiene que ver con su padre- aseguro Lily un tanto divertida, aunque claro, no lo demostró en ese momento.

-Lo dice la que salía en las noches y sacaba libros de la sección prohibida sin permiso- se defendió el azabache, pero después de recibir la mirada de represión de la pelirroja deseo n haber dicho nada- y por eso y muchas cosas más es por lo que te quiero tanto- trato de redimir su error.

-Shuwisp!- Sirius imito el chasquido de un látigo, con eso daba entender el grado en que la pelirroja lo tenía controlado. Y claro, con eso logro sacar varias risas de sus compañeros.

Pero aun así, el sombrero te colocó en Gryffindor. Y tú sabes por qué. Piensa.

—Me colocó en Gryffindor —dijo Harry con voz de derrota— solamente porque yo le pedí no ir a Slytherin...

—Exacto —dijo Dumbledore, volviendo a sonreír—. Eso es lo que te diferencia de Tom Ryddle. Son nuestras elecciones, Harry, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades.

-Eso es cierto- aseguro el profesor Dumbledore- Tom decidió utilizar su habilidad para controlar al basilisco y atacar a sus compañeros, pero tú la utilizaste para salvar a la joven Weasley,

-Porque no me sorprende que el profesor este de acuerdo con su yo del futuro- bromeo Fabián.

-Pero hay que aceptar que es cierto o no- agrego Gideon- pero no creo que eso sirva para convencer al chico.

Harry estaba en su silla, atónito e inmóvil—. Si quieres una prueba de que perteneces a Gryffindor, te sugiero que mires esto con más detenimiento.

Una enorme sonrisa arrogante se posó en los labios de James, cuantas veces le hubiera gustado tener esa espada en sus manos, por lo que se sentía orgulloso de que su hijo la pidiera empuñar.

Dumbledore se acercó al escritorio de la profesora McGonagall, cogió la espada ensangrentada y se la pasó a Harry. Sin mucho ánimo, Harry le dio la vuelta y vio brillar los rubíes a la luz del fuego. Y luego vio el nombre grabado debajo de la empuñadura: Godric Gryffindor:

-Sí, lo sabía- grito con efusividad James- la inconfundible espada del gran Gryffindor- agrego.

Muchos otros que también se suponían que se trataba de dicha espada no pudieron dejar de sorprenderse de que ese chico hubiera logrado sacarla del sombrero.

—Sólo un verdadero miembro de Gryffindor podría haber sacado esto del sombrero, Harry —dijo simplemente Dumbledore.

-Creo que eso debería de ser suficiente para que Harry deje ese tema por zanjado- exclamo Remus.

-Ojalá y sea así- comento Lily.

Durante un minuto, ninguno de los dos dijo nada. Luego Dumbledore abrió uno de los cajones del escritorio de la profesora McGonagall y sacó de él una pluma y un tintero.

-Hay nuestro profesor tan despreocupado verdad- hablo Sirius- y más aún, tomando las cosas de la profesora McGonagall.

-Solo está tomando prestado un poco de tinta, eso no es malo- le aseguro Marlene- además me apuesto que tú has hecho cosas peores.

-Peores no sé, pero si ha hecho algunas cosas suicidas- le comento James- la última vez fue cuando visitábamos a Andrómeda- recordó- el muy idiota les quito el chocolate de Remus y la pequeña Dora, y entre los dos casi lo destrozan.

-Fue la primera vez que iba a visitarla con ellos- confeso Lily- y he de admitir que eso fue muy divertido jeje- se rio modestamente.

-Qué bueno que te divirtieras pelirroja, yo aún sueño de vez en cuando con eso- le dijo con cierta ironía.

—Lo que necesitas, Harry, es comer algo y dormir. Te sugiero que bajes al banquete, mientras escribo a Azkaban: necesitamos que vuelva nuestro guarda. Y tengo que redactar un anuncio para El Profeta, además —añadió pensativo—. Necesitamos un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Vaya, parece que no nos duran nada, ¿verdad?

-Pues si son como esos dos anteriores es mejor que no duren- aseguro con frialdad Lupin.

-¡Pero Remus!- atajo Dora un tanto sorprendida y con cierta represión.

-Pero es cierto sobina, el primero era maniático mortifago, y el otro no podía realizar un hechizo aunque su vida dependiera de eso- aseguro Sirius- sus clases de seguro no servirán de nada.

-Habría que tomar eso en consideración- atajo Marlene con una sonrisa traviesa- en especial viniendo de alguien que es tan revoltoso y holgazán.

-Hey, lo de revoltoso es cierto pero lo de holgazán es injustificado- le reclamo el oji gris ante la risa divertida de la rubia.

Harry se levantó y se dispuso a salir. Pero apenas tocó el pomo de la puerta, ésta se abrió tan bruscamente que pego contra la pared y rebotó.

-Eso es muy mal educado, de quien se puede tratar- comento Gideon.

Lucius Malfoy estaba allí, con el semblante furioso; y también Dobby, encogido de miedo y cubierto de vendas.

-¡¿Qué?!- se escucharon varias voces.

-Entonces los Malfoy son los dueños de Dobby- exclamo Alice.

-Son unos malditos desgraciados, tratar así a un pobre elfo, es enfermizo- espero Marlene perdiendo su hasta ahora buen humor.

-Esto no será bueno para mi padre- comento Draco por lo bajo.

-Descuida- le respondió Astoria- nos aseguraremos que no lo maten hasta después de que nazcas- le dijo con media sonrisa logrando que el joven también sonriera.

Por su parte Lucius no dejaba de pensar en ese libro que su señor le había entregado hace poco para que lo guardada, le dio indicaciones muy claras referentes a ese objeto, no entendía que era lo que haya pasado, pero lo que si sabía era que a su señor no le agradaría nada que lo hubiera desobedecido, y eso lo llenaba de miedo.

—Buenas noches, Lucius —dijo Dumbledore amablemente.

El señor Malfoy casi derriba a Harry al entrar en el despacho. Dobby lo seguía detrás, pegado a su capa, con una expresión de terror.

Maldito idiota- espeto Sirius.

— ¡Vaya! —Dijo Lucius Malfoy, fijos en Dumbledore sus fríos ojos—. Ha vuelto. El consejo escolar lo ha suspendido de sus funciones, pero aun así, usted ha considerado conveniente volver.

-Eso es porque es el mejor para el puesto- aseguro Fabián- sin ofender a la profesora McGonagall.

—Bueno, Lucius, verá —dijo Dumbledore, sonriendo serenamente—, he recibido una petición de los otros once representantes.

-Ese maldito de Lucius es el único que quería sacar a Dumbledore-aseguro James.

Aquello parecía un criadero de lechuzas, para serle sincero. Cuando recibieron la noticia de que la hija de Arthur Weasley había sido asesinada, me pidieron que volviera inmediatamente.

-Idiotas, solo cuando ocurre algo se atreven a actuar realmente- espeto con evidente molesto ojo loco.
-Tal vez ese maldito de Lucius los tenía amenazados- Razono Frank.

-Y que esos imbéciles no son magos, o son tan incompetentes como para no poder defenderse- espeto nuevamente el consumado auror

Pensaron que, a pesar de todo, yo era el hombre más adecuado para el cargo. Además, me contaron cosas muy curiosas. Algunos incluso decían que usted les había amenazado con echar una maldición sobre sus familias si no accedían a destituirme.

-Lógico, pero es como dice Alastor, es como si esos estúpidos n se pudieran defender de el- aseguro Sirius.

El señor Malfoy se puso aún más pálido de lo habitual, pero seguía con los ojos cargados de furia.

— ¿Así que... ha puesto fin a los ataques? —dijo con aire despectivo—. ¿Ha encontrado al culpable?

-Como si le importará- espeto la señora Weasley abrazando a su hija.

Tranquila querida, no vale la pena que te alteres por ese infeliz- le trato de tranquilizar Arthur.

—Lo hemos encontrado —contestó Dumbledore, con una sonrisa.

— ¿Y bien? —Preguntó bruscamente Malfoy—. ¿Quién es?

-Tengo un mal presentimiento- le confeso Remus a Tonks- sea lo que sea que haya pasado, esto será algo muy malo para él- agrego volteando a ver al rubio.

-No le vendría mal otra tanda de castigos si me lo peguntas- le aseguro la peli rosa.

-Y luego me reclamas a mí por decir cosas despiadadas- le acuso el castaño con una media sonrisa que a la chica le pareció encantador.

-Si bueno, perdón por eso- le aseguro poniendo una sonrisa muy similar.

—El mismo que la última vez, Lucius —dijo Dumbledore—. Pero esta vez lord Voldemort actuaba a través de otra persona, por medio de este diario.

Levantó el cuaderno negro agujereado en el centro, y miró a Malfoy atentamente. Harry, por el contrario, no apartaba los ojos de Dobby.

El elfo hacia cosas muy raras.

-Más de las habituales- comento Fabián por lo bajo a su gemelo.

-Pues yo creo que si- respondió Gideon. Ambos sabían que lo mejor sería no hablar en vos alta, o se arriesgarían a la furia de algunas personas del gran comedor.

Miraba fijamente a Harry, señalando el diario, y luego al señor Malfoy. A continuación se daba puñetazos en la cabeza.

-Por su bien más vale que no sea lo que pienso- dijo Sirius viendo con rencor al rubio.

—Ya veo... —dijo despacio Malfoy a Dumbledore.

—Un plan inteligente —dijo Dumbledore con voz desapasionada, sin dejar de mirar a Malfoy directamente a los ojos—. Porque si Harry, aquí presente —el señor Malfoy dirigió a Harry una incisiva mirada de soslayo—, y su amigo Ron no hubieran descubierto este cuaderno..., Ginny Weasley habría aparecido como culpable. Nadie habría podido demostrar que ella no había actuado libremente...

-Aun así, no creo que Dumbledore permitiera que se cometiera semejante injusticia- aseguró Lily.

-Pero aun así que bueno que Harry la salvo- agrego James- no solo mostro su valor sino que protegía a su amada.

-¡Papá!- le recrimino Harry en voz baja.

El señor Malfoy no dijo nada. Su cara se había vuelto de repente como de piedra.

—E imagine —prosiguió Dumbledore— lo que podría haber ocurrido entonces... Los Weasley son una de las familias de sangre limpia más distinguidas.

-Mucho más que esos malditos Malfoy, o bueno, que la gran mayoría de ellos- aseguro Andrómeda teniendo cuidado de excluir al Draco que estaba presente.

-Y lo mismo va para los Black- agrego Sirius- son muy pocos los magos medianamente decentes que tienen esas familias- ese comentario molesto de cierta forma a su hermano Regulus.

Imagine el efecto que habría tenido sobre Arthur Weasley y su Ley de defensa de los muggles, si se descubriera que su propia hija había atacado y asesinado a personas de origen muggle.

-¿Qué?, pero no, entonces ese maldito…- dijo entrecortadamente Bill mientras sentía como su furia aumentaba,

-Por su bien espero que no- aseguro Charlie de igual forma que su hermano mayor viendo con cólera a Lucius.

Afortunadamente apareció el diario, con los recuerdos de Ryddle borrados de él. Quién sabe lo que podría haber pasado si no hubiera sido así.

El señor Malfoy hizo un esfuerzo por hablar.

—Ha sido una suerte —dijo fríamente.

-No creo que lo maten o si- le pregunto Draco a Astoria con la duda si es que debía ayudar a su padre o no hacer nada, por mucho rencor que le tuviera no podía negar que seguía siendo su padre.

-Lo intentaran, pero no creo que lo hagan- respondió la chica- mejor deja que escarmiente un poco más, le hace falta- le aconsejo.

Pero Dobby seguía, a su espalda, señalando primero al diario, después a Lucius Malfoy, y luego pegándose en la cabeza.

Y Harry comprendió de pronto. Hizo un gesto a Dobby con la cabeza, y éste se retiró a un rincón, retorciéndose las orejas para castigarse.

-En serio, me siento triste por ese elfo y furiosa por el maldito de Malfoy- exclamo Marlene- como me gustaría que sintiera en persona lo que le obliga a pasar a Dobby.

-Seria lo indicado- comento Sirius frotándole el brazo tratando de calmarla- pero por lo pronto ya veremos qué podemos hacer-agregó por lo bajo con su sonrisa siniestra- palabra de merodeador.

— ¿Sabe cómo llegó ese diario a Ginny, señor Malfoy? —le preguntó Harry.

-Es una gran pregunta- aseguro James.

Lucius Malfoy se volvió hacia él.

— ¿Por qué iba a saber yo de dónde lo cogió esa tonta? —preguntó.

Todos los Weasley y los amigos de la chica apretaron los puños por el atrevimiento de Malfoy de insultarla, en especial después de lo que había pasado.

—Porque usted se lo dio —respondió Harry—. En Flourish y Blotts. Usted le cogió su libro de transformación y metió el diario dentro, ¿a que sí?

Vio que el señor Malfoy abría y cerraba las manos.

-¡¡Eres un maldito infeliz!!- increpo por fin Arthur fuera de sí, esto mientras se ponía de pie y desafiaba a Lucius con la varita.

El rubio por su parte también se puso de pie pero retrocedió hasta la pared opuesta, tenía la varita en la mano y estaba completamente lívido, y es que no solo era Arthur, sino que también Bill, Charlie, Percy, Fred y George se pusieron de pie encarando al hombre que se mantenía en pie de por puro milagro.

-¡Arthur, chicos!- hablo la señora Weasley, ella también estaba furiosa con Lucius, pero aun así no quería que su esposo o alguno de sus hijos cometiera una imprudencia.

-¡No mamá- ese infeliz se lo merece, casi mata a nuestra hermanita por sus malditas ambiciones!- le grito Bill listo para arrojar la primera maldición que se le viniera a la mente.

-¡Bill, hazle caso a tu madge!- le reclamo de inmediato Fleur- ¡este no es momento paga que te pongas a pelag!

-Ellas tienen mucha razón- hablo el profesor Dumbledore de forma tranquila, pero listo para intervenir en caso de ser necesario- no imagino la bien merecida furia que deben tener, pero como ya he dicho anteriormente no es momento para arreglar sus diferencias, así que les ruego que se tranquilicen.

Después de un rato que tardaron en calmarse, y después de que confirmaron que ya no intentaría matar al rubio, Frank continuo con la lectura del ultimo capitulo.

—Demuéstralo —dijo, furioso.

—Nadie puede demostrarlo —dijo Dumbledore, y sonrió a Harry—, puesto que ha desaparecido del libro todo rastro de Ryddle. Por otro lado, le aconsejo, Lucius, que deje de repartir viejos recuerdos escolares de lord Voldemort. Si algún otro cayera en manos inocentes, Arthur Weasley se asegurará de que le sea devuelto a usted...

-El profesor también está de acuerdo que en ese maldito fue el culpable- aseguro Alice.

-Además no creo que sea solo Arthur, más de alguno le gustaría ajustar cuentas con él- agrego Ted viendo de reojo a su esposa y a su primo, sabe muy bien que desde hacía bastante tiempo tenían ganas de vérselas con ese imbécil.

Lucius Malfoy se quedó un momento quieto, y Harry vio claramente que su mano derecha se agitaba como si quisiera empuñar la varita. Pero en vez de hacerlo, se volvió a su elfo doméstico.

— ¡Nos vamos, Dobby!

-Cobarde- espeto Frank- es obvio que no se atrevería a encarar a Albus de ninguna forma.

-Solo se mete con los que son más débiles- espeto Marlene imaginando que sería Dobby el que lo pagara- es un repugnante cobarde.

Tiró de la puerta, y cuando el elfo se acercó corriendo, le dio una patada que lo envió fuera.

A más de uno le molesto eso, pero no más que Marlene y a Hermione, quienes detestaban demasiado que trataran así a esas y a muchas más criaturas.

Oyeron a Dobby gritar de dolor por todo el pasillo. Harry reflexionó un momento, y entonces tuvo una idea.

-Una idea- repitieron James y Lily- ¿qué clase de idea se te ocurrió?- continuo la pelirroja.

-Ya lo veras mamá- le respondió- es de los pocos de mis planes que salen como deben- bromeo el azabache a lo que solo algunos sonrieron.

—Profesor Dumbledore —dijo deprisa—, ¿me permite que le devuelva el diario al señor Malfoy?

—Claro, Harry —dijo Dumbledore con calma—. Pero date prisa. Recuerda el banquete.

-Siempre es entretenido hablar con el profesor- comento Fred divertido por la despreocupación con la que hablaba.

-Pienso igual- secundo George- pero pregunto que pretende Harry con ese diario.

Harry cogió el diario y salió del despacho corriendo. Aún se oían alejándose los gritos de dolor de Dobby, que ya había doblado la esquina del corredor. Rápidamente, preguntándose si sería posible que su plan tuviera éxito, Harry se quitó un zapato, se sacó el calcetín sucio y embarrado, y metió el diario dentro. Luego se puso a correr por el oscuro corredor.

-Tratas de engañarlo para que libere al elfo- se impresiono James comprendiendo por donde iba la cosa- ¡estupendo Harry, ese el espíritu!- le apoyo de inmediato.

Sirius Remus e incluso Lily sonrieron en apoyo con las palabras del azabache, esa es la actitud que esos tres locos tenían, y por parte de Lily, le alegraba que su hijo usara esa astucia para ayudar a otros y no solo para molestar y hacer bromas como lo hacía su padre.

Los alcanzó al pie de las escaleras.

—Señor Malfoy —dijo jadeando y patinando al detenerse—, tengo algo para usted.

Y le puso a Lucius Malfoy en la mano el calcetín maloliente.

-Eso de seguro le debió de haber fascinado- exclamo Sirius de manera burlona- me hubiera fascinado ver su cara.

— ¿Qué diablos...?

El señor Malfoy extrajo el diario del calcetín, tiró éste al suelo y luego pasó la vista, furioso, del diario a Harry.

-Funciono, exclamo Lily contenta- se dejó guiar por su cólera y el muy idiota ni se dio cuenta.

-También a simple vista su intención parecía otra- comento Dora con una sonrisa burlona- la verdad es que para variar su plan salió bien.

-Bueno, no siempre todo le tiene que resultar mal verdad- apoyo Remus con la misma sonrisa burlona.

—Harry Potter, vas a terminar como tus padres uno de estos días —dijo bajando la voz.

A James y a Lily les disgusto demasiado ese comentario, pero no dijeron nada, él tendría su castigo en su momento, por lo pronto quería disfrutar del ridículo que aria gracias a su hijo.

—También ellos eran unos idiotas entrometidos. —Y se volvió para irse—. Ven, Dobby. ¡He dicho que vengas!

-No lo hará- aseguró Marlene con alegría- ya no tiene por qué obedecer a ese maldito infeliz.

Pero Dobby no se movió. Sostenía el calcetín sucio y embarrado de Harry, contemplándolo como si fuera un tesoro de valor incalculable.

Harry sonrió al recordar al elfo, de hecho la siguiente vez que lo vio después de eso tenía puesto ese mismo calcetín con el que lo había liberado, sin duda para él era un tesoro.

—Mi amo le ha dado a Dobby un calcetín —dijo el elfo asombrado—. Mi amo se lo ha dado a Dobby.

— ¿Qué? —Escupió el señor Malfoy—. ¿Qué has dicho?

Lucius frunció el ceño y apretó los puños, se podía decir que estaba igual de molesto que el del libro, haber sido burlado con esa facilidad era algo humíllate para él.

—Dobby tiene un calcetín —dijo Dobby aún sin poder creérselo—. Mi amo lo tiró, y Dobby lo cogió, y ahora Dobby... Dobby es libre.

Lucius Malfoy se quedó de piedra, mirando al elfo.

-¡En tu cara estúpido!- festejo Sirius mientras era coreado por varios más, especialmente los Weasley que tenían una razón más para detestas a ese tipo.

Luego embistió a Harry.

-Más le vale que no le haga nada- increpo Lily sacando su carácter.

— ¡Por tu culpa he perdido a mi criado, mocoso!

Pero Dobby gritó:

— ¡Usted no hará daño a Harry Potter!

Se oyó un fuerte golpe, y el señor Malfoy cayó de espaldas.

-Al parecer el que salió castigado fue ese maldito de Malfoy- comento Fred risueño.

-Ojala le haya dolido mucho-agrego George- ¿por qué siempre que pasa algo así estamos ausentes?

Bajó las escaleras de tres en tres y aterrizó hecho una masa de arrugas. Se levantó, lívido, y sacó la varita, pero Dobby le levantó un dedo amenazador.

—Usted se va a ir ahora —dijo con fiereza, señalando al señor Malfoy—. Usted no tocará a Harry Potter. Váyase ahora mismo.

-Los elfos tiene mucho poder mágico- aseguro Hermione- lo que hizo Dobby aquella vez lo demuestra.

-No hay duda que la idea que tienen los magos con esas criaturas es muy equivocada- seguro Marlene.

Lucius Malfoy no tuvo elección. Dirigiéndoles una última mirada de odio, se cubrió por completo con la capa y salió apresuradamente.

-Lógico, ese elfo demostró ser muy superior- aseguró Andrómeda-y ahora que es libre puede defender a Harry con todo su poder.

-Siempre y cuando eso no lo haga como las otras veces, todo estará bien- agrego Sirius.

— ¡Harry Potter ha liberado a Dobby! —chilló el elfo, mirando a Harry. La luz de la luna se reflejaba, a través de una ventana cercana, en sus ojos esféricos—. ¡Harry Potter ha liberado a Dobby!

—Es lo menos que podía hacer, Dobby —dijo Harry, sonriendo—. Pero prométame que no volverá a intentar salvarme la vida.

Nuevamente una tanda de risa se dejó escuchar en ese momento.

-Es comprensible, después de todo casi muere por que trato de salvarle la vida-comento Gideon.

Una sonrisa amplia, con todos los dientes a la vista, cruzó la fea cara cetrina del elfo.

—Sólo tengo una pregunta, Dobby —dijo Harry, mientras Dobby se ponía el calcetín de Harry con manos temblorosas—. Usted me dijo que esto no tenía nada que ver con El-que-no-debe-ser-nombrado, ¿recuerda? Bueno...

-¿En serio?, ¿de verdad paso eso?- pregunto Fabián.

-Fue cuando se encontró a Dobby en su habitación en la casa de sus tíos- respondió Ted- fue lo primero que le pregunto.

-A claro, pero entonces mintió o ¿no?, porque si se trataba de él- volvió a hablar Fabián.

-No creo que se trate de eso hermano- comento Gideon quien tampoco entendía- mejor deja que lean.

—Era una pista, señor —dijo Dobby, con los ojos muy abiertos, como si resultara obvio—. Dobby le daba una pista. Antes de que cambiara de nombre, el Señor Tenebroso podía ser nombrado tranquilamente, ¿se da cuenta?

-Es que no fue una clave tan sencilla- comento Remus- en especial si se la dicen a alguien como James o Harry que no comprenden de ese tipo de cosas.

-Es cierto, hasta yo me di cuenta- aseguro Tonks- serán muy hábiles en muchas cosas, pero si no le dicen las cosas directamente simplemente no entienden verdad.

-¡Hey!- reclamaron los dos azabaches al mismo tiempo.

-Pero ellos tienen razón cariño- le aseguro Lily a James.

-Medio Hogwarts se pudo dar cuenta que me gustabas menos tu- le reclamo Ginny a Harry.

-Y como esos, debe haber docenas de ejemplos más, pero mejor continuemos con los libros- propuso Remus.

—Bien —dijo Harry con voz débil—. Será mejor que me vaya. Hay un banquete, y mi amiga Hermione ya estará recobrada...

Dobby le echó los brazos a Harry en la cintura y lo abrazó con fuerza.

— ¡Harry Potter es mucho más grande de lo que Dobby suponía! —sollozó—. ¡Adiós, Harry Potter!

-Ese elfo me cae muy bien- comento James- me pegunto donde estará ahora.

-Recientemente comenzó a trabajar en nuestra casa- hablo Narcisa sorprendiendo a todos- es joven y un poco raro como lo el del libro- aseguro.

-Ha es bueno saberlo, ya después veremos como quitárselo- comento como si nada Sirius.

-Solo inténtalo Black y yo…

-¿Qué?, te acobardaras como siempre- espeto James viendo con desafío a Malfoy- ese elfo vivirá mejor con nosotros que contigo infeliz.

-Como sea, no desperdiciare mi tiempo con un simple elfo- espeto Lucius cruzándose de brazos.

Y dando un sonoro chasquido, Dobby desapareció.

Harry había estado presente en varios banquetes de Hogwarts, pero en ninguno como aquél. Todos iban en pijama, y la celebración duró toda la noche.

-¡¿Por qué?! si nosotros nos desvelábamos hasta doce de la noche nos castigaban y…

-Ya deja de reclamar Sirius- le interrumpió Marlene- además recuerda bien que sus “fiestas” nada tenían que ver con lo que ellos están haciendo, ustedes se merecían el castigo.-aseguro la rubia deshaciendo el abrazo que el hombre tenía sobre ella.

-Pero ¿por qué te molestas tanto?- exclamo el oji gris.

-Tu sabes muy bien porque animal- espeto

-Hablas de lo de aquella vez-dijo- pero por favor…

-Ya Sirius, después se pueden pelear en privado pero por ahora dejen eso.- les interrumpió James suponiendo por donde iba la situación.

Harry no sabía si lo mejor había sido cuando Hermione corrió hacia él gritando: « ¡Lo has conseguido! ¡Lo has conseguido!»

-Él no fue el único sabes- comento Ron.

-Ya Ronnie no te enceles, tu terminaste con ella o no- atajo Fred.

-Y Harry se llevó a nuestra hermanita, que ahora que lo pienso no es el mejor de mis argumentos- agrego George.

O cuando Justin se levantó de la mesa de Hufflepuff y se le acercó veloz para estrecharle la mano y disculparse infinitamente por haber sospechado de él

-Era lo mínimo que podía hacer- espeto Sirius- aunque lo de haber sido petrificado le da puntos para librarse de nosotros- agrego por lo bajo.

O cuando Hagrid llegó, a las tres y media, y dio a Harry y a Ron unas palmadas tan fuertes en los hombros que los tiró contra el postre; o cuando dieron a Gryffindor los cuatrocientos puntos ganados por él y Ron, con lo que se aseguraron la copa de las casas por segundo año consecutivo.

-Si Gryffindor- grito James feliz- se siente grandioso cuando ganamos la copa, aun claro, también es maravilloso cuando Ravenclaw o Hufflepuff lo hacen, cualquiera es mejor que Slytherin.

-¡Hey!-reclamaron de inmediato los integrantes de la casa verde plata.

O cuando la profesora McGonagall se levantó para anunciar que el colegio, como obsequio a los alumnos, había decidido prescindir de los exámenes

-¡Si!- grito Sirius a todo pulmón golpeando el aire con el puño.

(« ¡Oh, no!», exclamó Hermione).

-¡¿Qué?!- dijeron de inmediato los dos pares de gemelos.

-Era lógico que Hermione se comportaría de esa forma, no sé porque se sorprenden-dijo con cansancio Charlie.

O cuando Dumbledore anunció que, por desgracia, el profesor Lockhart no podría volver el curso siguiente, debido a que tenía que ingresar en un sanatorio para recuperar la memoria. Algunos de los profesores se unieron al grito de júbilo con el que los alumnos recibieron estas noticias.

-Ni siquiera ellos pudieron ocultar la alegría de no tener que soportar a Lockhart otro año- comento Sirius.

-De verdad fue una gran noche, y no solo para ti- aseguro James- incluso ese mal humorado conserje debía de estar feliz por recuperar a esa maldita gata.

— ¡Qué pena! —Dijo Ron, cogiendo una rosquilla rellena de mermelada—. Estaba empezando a caerme bien.

-Hay Ron- comento Bill viendo divertido a su hermano mientras Fred y George reían y levantaban sus pulgares en aprobación.

Frank fue describiendo la normalidad con la que avanzo lo que quedaba de ultimo trimestre, las clases de DCAO se habían suspendido, de cómo los ánimos de Draco disminuyeron y de cómo Lucius fue echado del consejo escolar, lo que fue algo aclamado por casi todos los presentes y al final de como Ginny se había respuesta y se encontraba feliz.

-Hay mi pobre niña- exclamo Molly abrazando con ternura a la joven.

Muy pronto llegó el momento de volver a casa en el expreso de Hogwarts. Harry, Ron, Hermione, Fred, George y Ginny tuvieron todo un compartimento para ellos. Aprovecharon al máximo las últimas horas en que les estaba permitido hacer magia antes de que comenzaran las vacaciones.

-Y pensar que nosotros siempre pudimos hacer magia siempre y cuando nuestros padres no nos vieran- comento Ron.

-Lo sabemos Ron, ¿te imaginas que había pasado si hubiéramos podido hacer magia?- comento Fred.

-Hubiéramos podido sacar los productos de sortilegios Weasley antes de tiempo, hubiera sido fabuloso- aseguro George.

-Pero si nuestra madre los hubiera atrapado sería mejor estar en manos del ministerio- agrego Ginny enfocando la vista en la penétrate mirada que la señora Weasley tenía puesta sobre los gemelos.

Jugaron al snap explosivo, encendieron las últimas bengalas del doctor Filibuster de George y Fred, y jugaron a desarmarse unos a otros mediante la magia.

-Un juego he- exclamo Alastor- me desagrada que tomen ese hechizo como un juego, pero supongo que servirá de práctica.

Harry estaba adquiriendo en esto gran habilidad.

Los cercanos al azabache sonrieron.

-Es un buen hechizo, pero estaría mal aprender algunos otros, ya vimos que tienes habilidad para eso- comento Remus.

Estaban llegando a Kings Cross cuando Harry recordó algo.

—Ginny.., ¿qué es lo que le viste hacer a Percy, que no quería que se lo dijeras a nadie?

-Les dijiste- exclamo el pelirrojo sonrojándose un poco.

-No es para tanto- le restó importancia la joven.

-Es porque tú no soportaste las burlas de este par todo el verano- se defendió.

-Y las burlan que han hecho porque me gusta Harry- le contradijo- y no quiero hablar de esos malditos celos de todos ustedes, en serio no tienen idea que cuantas veces he querido maldecirlos por ello- les revelo.

— ¡Ah, eso! —Dijo Ginny con una risita—. Bueno, es que Percy tiene novia.

A Fred se le cayeron los libros que llevaba en el brazo.

— ¿Qué?

—Es esa prefecta de Ravenclaw, Penélope Clearwater —dijo Ginny—. Es a ella a quien estuvo escribiendo todo el verano pasado. Se han estado viendo en secreto por todo el colegio. Un día los descubrí besándose en un aula vacía.

-Ya vez hermanito no era para hacer tanto escándalo- le aseguro George.

-Recuerda lo que dijeron nuestros tíos, siempre y cuando estuvieran vestidos no es nada malo- agrego Fred.

-¡Ya cállense!- les reclamo Percy aún más rojo de lo que ya estaba.

Le afectó mucho cuando ella fue..., ya sabéis..., atacada. No os reiréis de él, ¿verdad? —añadió.

—Ni se me pasaría por la cabeza —dijo Fred, que ponía una cara como si faltase muy poco para su cumpleaños.

—Por supuesto que no —corroboró George con una risita.

-Es obvio que no lo harían- aseguro Sirius- la pero cosa que puedes hacer frente a un bromista es dejar en evidencia aquello que te vergüenza.

-Es verdad- aseguro James- si les hubiera dicho de frente se burlarían un poco, pero no pasaría de un par de días y no todo el verano- hablaron los maestros.

El expreso de Hogwarts aminoró la marcha y al final se detuvo.

Harry sacó la pluma y un trozo de pergamino y se volvió a Ron y Hermione.

—Esto es lo que se llama un número de teléfono —dijo Harry, escribiéndolo dos veces y partiendo el pergamino en dos para darles un número a cada uno—. Tu padre ya sabe cómo se usa el teléfono, porque el verano pasado se lo expliqué.

-Y aun así no supo cómo utilizarlo- atajo Ginny mirando con acusación a su hermano.

-¿Cómo iba a saber que no debía gritar en esa cosa?- se defendió el chico, y aquellos que eran hijos de muggles o vivían con ellos se rieron por su comentario.

Llamadme a casa de los Dursley, ¿vale? No podría aguantar otros dos meses sin hablar con nadie más que con Dudley...

-Si es que acaso hablábamos- agrego el propio Harry.

—Pero tus tíos estarán muy orgullosos de ti, ¿no? —dijo Hermione cuando salían del tren y se metían entre la multitud que iba en tropel hacia la barrera encantada—. ¿Y cuándo se enteren de lo que has hecho este curso?

-Si claro, como si les importara algo que le pudiera pasar- espeto Dora con molestia.

— ¿Orgullosos? —Dijo Harry—. ¿Estás loca? ¿Con todas las oportunidades que tuve de morir, y no lo logré? Estarán furiosos...

-Me alegra que tengas momentos de diversión entre tantos desastres- comenzó Lily- pero la verdad ese humor tuyo me parece que es demasiado turbio.

Y juntos atravesaron la verja hacia el mundo muggle.

-Es el final- le informo Frank cerrando el libro.

-Genial, entonces vamos al siguiente-dijo emocionado.

-Espera Sirius- le detuvo Alice- recuerda que van a llegar más personas para leer los libros que faltan.

-Ella tiene razón- dijo el profesor Dumbledore poniéndose de pie- y creo que terminamos justo a tiempo- dijo señalando la puerta de la sala de menesteres que acaba de aparecer- según la carta, llegaran unas personas de nuestro tiempo y después llegarían los del futuro más lejano- el profesor comenzó a caminar- iré a hablar con esas personas, mientras tanto los demás pueden descansar, y no podrán tocar el siguiente libro- dijo especialmente  viendo a Sirius.

El profesor avanzo calmadamente por el gran comedor y se adentró a la habitación  por la puerta que recién había aparecido.

-Es un desperdicio de tiempo si me lo preguntan- volvió a hablar Sirius.

-Pues aun así te esperas- le aseguro Andrómeda- mira si tan impaciente estas mejor ven con migo- le dijo.

-¿A dónde?

-Quiero hablar contigo de algo,  debe ser en privado- le explico- así que muévete de una vez- y sin atreverse a contradecirla el oji gris se levantó de su asiento y siguió a su prima.


Andrómeda camino por todo el comer hasta que salió del mismo, muy cerca de ella su primo Sirius la seguía tal como se lo había pedido, y además también Ted Tonks se puso de pie, si bien los primos quería platicar a solas creía que el tema de la conversación también lo involucraría, cuando los tres se cercioraron que no los escucharían comenzaron a hablar.

-Y bien Dromeda, ¿por qué quería que viniera?- le pregunto el oji gris.

-¿Anoche tu James y Remus estuvieron juntos?- pregunto, y es que por más que recordaba la noche anterior, estaba segura que eso tres se habían estado todo el tiempo juntos.

-Sí, estuvimos con él- respondió con simpleza poniendo a pensar al matrimonio Tonks- pero no entiendo la pregunta, siempre estamos juntos en luna llena.

-¿Luna llena?- preguntaron sorprendidos.

-Sí, ¿no supieron?, anoche en nuestro tiempo seria luna llena.

-¿Pero no se supone que el tiempo estaba detenido?- interrumpió Ted.

-Eso mismo dije, pero aun así la “bendita” luna apareció y James y yo acompañamos a Remus a una habitación especial.

-Y no sabes nada de Dora- le pregunto Andrómeda con cierta preocupación- anoche encontró una nota en la cama que la guiaba fuera de la habitación.

-¿En serio?, que raro- se extrañó- justamente anoche Dora llego a la habitación donde estábamos, y justo cuando Remus se comenzó a trasformar.

-¡¿Qué?!- grito Ted.

-Pues eso, James y yo nos petrificamos cuando la vimos llegar, por surte del futuro le enviaron una poción del futuro para hacer que Remus se volviera inofensivo.

-La poción mata lobos- comento Ted ante el asentimiento de Black- he escuchado algunas cosas de esa poción, así que en verdad funciona.

-Pues sí, incluso parecía tenerle más miedo a Dora que ella a él.

-¿Cómo es eso?- quiso saber Andrómeda.

-Bueno, es que esa hija tuya se le acerco cuando dejo de transformarse, y Remus en lugar de acercarse a ella se alejaba, al final mi sobina lo convenció y hasta le dio un abrazo, en verdad que estaba muy mansito.

-¡¿Y tú la dejaste?!- dijo Ted con cierta acusación en la voz.

-Trate de sacarla del cuarto, pero ustedes la conocen mejor que nadie, cuando se le mete algo en la cabeza no hay nada que se lo saque, es obvio que tiene sangre Black en las venas- los Tonks tuvieron que aceptar que era cierto.

-¿Y qué paso después?- le instó a continuar la mujer.

-Pues dijo que se iba a quedar toda la noche con él y así fue, le curo como pudo un par de heridas que se había hecho, nosotros apenas nos pudimos acercar a ellos, por una parte para no molestar a dora y por la otra porque lunático nos gruñía cuando nos acercábamos- dijo eso ultimo con una sonrisa antes de agregar- incluso creo que le cepillo el cabello al lobito, eso fue muy divertido jeje- se rio modestamente- ya temprano en la mañana me fui dar un baño y James fue a buscar a la pelirroja, cuando regrese solo estaba Remus sentado en el suelo un poco pálido y alterado, y por más que le pregunte que había pasado él muy ingrato no me dijo nada.

-¿Y eso fue todo?- le pregunto Ted.

-Si- respondió- no quedaron mucho tiempo solos no creo que haya pasado nada.

-Si bueno- dijo por lo bajo Andrómeda haciendo una mueca extraña que no pasó desapercibida por Sirius.

-¿Qué quieres decir con eso?- imito la mueca de su prima- no me digas que paso entre ellos- tanteo el hombre. Mientras el matrimonio se veía entre ellos.

-La verdad, es que en la mañana comencé a buscar a Nymphadora, y creo que llegue a la habitación donde estaban y…- guardo silencio, la verdad no quería continuar con esa explicación.

-¡Hay prima no dejes la historia así!- se impaciento Sirius por su silencio- solo dime si lo que hacían era consentido o no, por en esos momento los licántropos se vuelven más fogosos- Dromeda no dijo nada, pero la acción de vergüenza que topo parecía decirlo todo- ¡¡LO SABÍA!!- grito con fuerza.

-Cállate animal, se supone que la conversación es privada- le recrimino Andrómeda.

-Pero es justo como yo lo dije prima, ahora si le podre restregar en la cara que…

-¡No vas a hacer eso!- le detuvo Ted- mira Sirius, sé que en el fondo tus intensiones son  buenas, pero no creo que con esas constantes bromas estés ayudando.

-Ted tiene razón, deberías de tranquilarte con ese tema y por supuesto no le puedes decir nada acerca de lo que hablamos.

-Está bien prima, como ustedes quieran, pero cuando se descubra la verdad nadie me impedirá restregárselos en la cara entendieron- les advirtió.

-Creo que no lo podemos evitar- Ted sintió pena por Remus- entonces nuestra hija ya sabe de la condición de Remus.

-Y por cómo ha actuado en las lecturas de hoy no parece desagradarle- dijo Andrómeda que aún tenía muy clara la imagen de ellos dos besándose tan apasionadamente en el suelo.

-Oigan sé que no es lo que han pensado, pero les aseguro que mi amigo es una buena persona, moriría antes de permitir que algo malo le pasara a Dora, aunque será difícil que lunático acepte tener una relación verdadera por sus propios prejuicios, pero bueno, eso es otra cosa, lo importante, es que no deben de estar nerviosos por eso.

-Lo sabemos Sirius, y créenos que estamos trabajando en eso- le aseguro Ted- lo mejor será que regresamos.

Lentamente os tres volvieron a sus respectivos asientos a esperar a que Dumbledore saliera de la habitación, no pudieron evitar ver como en su lugar Remus hacia aparecer algunas cosas con sus varitas para que el pequeño Teddy jugara y se divirtiera.


Por primera vez la sonrisa de Sirius no era de burla, ahora más que nunca estaba seguro que ellos terminarían juntos, y le agradaba saber que por fin haya encontrado a la mujer correcta. Sin poderlo evitar volvió la vista a Marlene, y comenzó a plantearse preguntas que nunca se hizo, con respecto a cómo sería su vida cuando terminaran todo eso.

15 comentarios:

  1. me encanta ya casi estamos en el tercer libro, ¿habrá sorpresas con los personajes o serán los mismos?, espero que no cambien mucho
    , ademas no se que tengas planeado pero seria estupendo que lily y scorpius estén juntos, así los malfoy y los potter se unirán aun mas, espero, bueno nos leemos después

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    1. Si, ya casi comenzamos el tercero, ya iras descubriendo como se desarrollan los personajes, y en cuanto a sus relaciones, solo diré que hay que esperar a que pase el tiempo.
      Hasta pronto.

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  2. Me ha gustado muchísimo sobretodo este final tan lindo y las ultimas reflexiones. Por lo que hace a las parejas de la TG te lo dejo a tu mando aunque me gustaría Scorpius y Lily o James y Rose (leí que entre primos no se puede considerar incesto porque el incesto es en primer y segundo grado y los primos lo son en tercer). E incluso me haría gracia que hubiera alguna pareja homosexual o asi. Pero tu hazlo a tu antojo porque es tu historia.
    Besos.

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    1. A mi tambien me gustan esas perejas

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    2. Qué bueno que te gustara, pues si, en este libro tratare que las relaciones de Sirius vayan mejorando poco a poco, pues ya en el transcurso de la historia veremos que pasaran con la tercera generación, solo hay que tener paciencia.
      Hasta pronto.

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  3. Megustaria que estuvieran un lily/scorpius y un james.s./rose

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  4. Veo por aquí que la gente pide parejas. Yo también quiero.... yo quiero yaoi!!
    ¡Por fin! ¡Gracias Zeus! Tras siglos por fin tengo a la terecera generación. Tras siglos esperando por fin están aquí. No puedo esperar ni un capitulo más. Ni. Un. Capítulo. Más. *mirada asesina*

    PD: No voy a decir nada, pero me gustaría cierta pareja. Pero no voy a decir nada.
    ...
    ...
    .
    .
    .
    .
    Tosjamestosscorpiustos

    Pos eso :3

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    1. Si, ya vamos a comenzar el tercer libro por fin, y he de decir que me sorprendió tu petición de parejas he, jeje, por lo pronto les dejare el siguiente capítulo.

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  5. Hola!
    Merlín! Ya al tercero! Me encanta la forma en que narras y las reacciones de todos, y hablando de eso espero leer la forma en que toman lo que pasa en el siguiente libro, oh! Y al conocer a la tercera generación también!
    Espero con muchas ansias el siguiente! :D

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    1. Me complace que digas eso, y si, en este libro ocurrirán unas cosas un poco duras para algunas, desde lo del Sirius hasta lo del dementor, en verdad espero no decepcionarlos. En cuanto a la tercera generación tratare que su relación se vaya desarrollando conforme continúen con la lectura.
      Hasta pronto.

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  6. ¡Hola! Al fin tengo tiempo de comentar... Escribiste un capitulo excepcional como siempre, me ha encantado y en especial la última parte.
    En cuanto a las parejas de la Tercera Generación... *suspiro* Pues es tu fic y tu decides, pero a diferencia de los que han comentado antes yo soy una fiel fan del Scorpius-Rose y me pone un poco incomoda todo lo Lily-Scorp o aun mas grave: Rose-JamesS, en serio, me dan un poco de cosa. Ha estos últimos siempre me los he imaginado como primos y nada mas, y con Rose y Scorp me parece natural, representando los papeles de Ron y Herms un poco cambiados en el Trío de Plata.
    Como sea, aveces olvido que no todos imaginan como yo y tomo esto como un tipo de canon, lo siento por eso. Sin mas que decir que dejo la decisión en tus manos (donde pertenece) me despido,
    saludos de
    Lunática.

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    1. P.D.: ¿Sabes? Con todo esto del nuevo blog casi olvido que tu vienes de Potterfics y por consiguiente, estas tan loco (o loca) como nosotros.

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    2. Qué bueno que te guste, tu comentarios siempre son muy bien recibidos, pues que te puedo decir, argumentalmente hablando se le puede sacar mucho jugo a esas parejas, en especial con los celos de cierto pelirrojo y su aversión a los sangre limpia, pero ya veremos cómo se desarrolla todo, y gracias por tu comentario.

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    3. Jeje, bueno, para ser honesto no sé qué tiene que ver que venga de potterfics, pero mentiría si dijera que estoy cuerdo, la verdad la locura es más advertida jeje.
      Hasta pronto.

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