martes, 15 de septiembre de 2015

Capítulo 56.- El perro, el gato y la rata



Tal como Remus lo había previsto cuando los dos regresaron al gran comedor las mesas ya estaban llenas de comida, aunque faltaban algunas personas pero sin duda podrían comer después cuando regresaran. Avanzaron hacia sus respectivos asientos donde sus amigos y familiares los esperaban, en cuando llegaron Sirius les mando una mirada divertida, pero gracias al trozo de carne que tenía en la boca en ese momento sus comentarios y burlas no llegaron por esa noche.

A la hora en que se fueron a  dormir todos estaban mucho más relajados, Teddy (bebe) incluso se durmió en los brazos de su abuela que con mucho cuidado lo llevo consigo a la sala de menesteres.

Todos entraron a sus respectivas habitaciones, pero en esta ocasión hubo algunas diferencias, por ejemplo Neville que hasta el momento había dormido con sus padres, y dese que llego su hija, también compartían la habitación con ella y luna, pero en esa ocasión el joven da cara redonda decidió ir a una habitación separa de sus padres con luna y su hija, quería platicar a solas con ella para tomar una decisión. Por otra parte, Remus que había acostumbrado dormir junto con los Tonks ahora regreso a su propia habitación sin importarle lo que los demás decían.

-Ese maldito lunático- exclamo por debajo Sirius cuando su amigo se fue.

-¿Qué te pasa?- le pregunto Marlene que estaba junto a él.

-Es lunático- aseguro- algo trae y me apuesto mis pulgas a que tiene que ver con su maldita autoestima.

-Ya aceptas que si tienes pulgas- dijo la rubia mientras el oji gris la veía feo- en cuanto a Remus tal vez sea así, pero siempre encuentran la forma de animarlo o no.

-Sí, pero me frustra que caiga tan fácilmente en depresión- dijo con preocupación.

Marlene pudo ver una expresión que rara vez aparecía en su rostro, se veía incluso más maduro de lo que era, ese instinto protector que demostraba era una de las cosas que le atraían de él, se acercó un poco más y cerciorándose que nadie la veía le dio un beso en la mejilla.

Tranquilo, estará bien- le aseguro con una dulce sonrisa.

-Hey Marlene- le llamo con una sonrisa traviesa- esta noche también dormiremos juntos.

-No, ya no estas triste como…

-Claro que si mira- realizo un sollozo que hizo reír a la joven- vamos solo una noche sí.

-Bien- le concedió por fin mientras la cara del joven se iluminaba- pero si intentas algo, no solo te cortare la razón por la que eres hombre, también les diré a todos que la noche anterior estuviste llorando como una nena hasta la madrugada.

-Entendido- aseguro el hombre, aunque sabía que si cumpliría su amenaza, tenía una sonrisa que sería imposible borrar.


A la mañana siguiente todo indicaba que sería un buen día, las personas que estaban en la enfermera por la broma de los merodeadores ya casi se recuperaban, muy probable se les unirían para escuchar el final del libro. Por otro lado en la sala de menesteres todos se alistaban para salir.

Después de una buena noche de sueño James y Sirius estaban listos, para varias se levantaron temprano para encontrarse con Remus, pero este aun no había aparecido, no fue extraño que ante su ausencia tomaran a Nymphadora el brazo en cuanto salió de su habitación.

-Hey, ¿qué les pasa a ustedes dos?- les reclamo la joven, en especial porque traía al pequeño Teddy en brazos y ellos la jalaron con muy poca delicadeza.

-Lo sentimos, es que queríamos preguntarte algo- dijo James.

-¿Qué cosa?

-Ayer que seguiste a lunático, ¿averiguaste lo que le pasaba?- le pregunto Sirius. Dora no estaba muy segura de contestar, pero al final termino relatándole lo que hablaron, de los miedos del castaño y omitiendo lo de la apuesta.

-Sabía que tenía que ser algo como eso- aseguro Sirius.

-Esperemos que no sea igual que con esa maldita.

-¿Maldita?- pregunto Dora. Los dos amigos se vieron entre ellos, habían comenzando a hablar entre ellos sin percatarse que había alguien más.

-Bueno sobrina, no te vayas a molestar, pero hace un tiempo Remus tuvo una novia- la peli rosa sintió un estremecimiento- y bueno, Remus la quería mucho, estuvieron vario tiempo juntos y todo eso

-Sirius, creo que no quiero saber la historia- aseguro la joven.

-Espera a que terminemos el relato- le solicito James dándole paso a su amigo para que continuara.

-Bueno, después de un tiempo de noviazgo Remus le revelo su secreto, que él era un licántropo, y fue ahí donde todo se derrumbó.

-Esa maldita lo acuso se ser una bestia, un maldito, un… bueno, ya te imaginaras que más, la verdad no quiera repetirlo- agrego James, en ese momento la incomodidad e la chica se convirtió en furia- obviamente cortaron después de eso, y Remus, bueno, él siempre se deja caer muy fácilmente y eso lo deprimió más de lo que pensábamos.

-Tardamos mucho tiempo para que volviera a ser el mismo de antes, aunque todavía le duele lo que ocurrió.

-Es una desgraciada- espeto la peli rosa- y ¿qué paso después?.

-Se largó- respondió James- tal vez porque sabía lo de Remus.

-O tal vez por nosotros- intervino Sirius- ella tuvo la intención de contarle a todo el colegio lo de Remus, pero antes de eso llegamos nosotros dos y bueno, le hicimos algunas de las bromas más crueles de lo que acostumbrábamos.

-Claro que cuando se enteraron Remus y Lily nos reprendieron muy fuerte.

-Pero después cuando le explicamos la situación a la pelirroja se disculpó con nosotros e incluso nos apoyó.

-Pero no creen que eso ocurra nuevamente o si- les pregunto- bueno, él no tiene…

-No, él no tiene novia, después ese incidente ya no quiso saber del tema.

-Pero eso no quiere decir que no lo puedas conquistar- le aseguro Sirius- lo importante ahora es.

-Shhh ahí viene- le interrumpió Jame que había divisado a su amigo.

-Remus amigo, como te encuentras- le saludo con efusividad Sirius.

En cuanto el castaño se acercó a ellos noto de inmediato que Dora estaba con ellos, fue inevitable que sacara sus concusiones al respecto.

-Espero que no la estén molestando he- les aseguro a sus amigo cando llegó con ellos.

-¿Pero de que estas…?

-Yo también los conozco- les aseguro Remus- mejor vallamos a desayunar.

El de desayuno avanzo normalmente, con la única novedad de que los chicos por de la enfermería por fin habían regresado, aún tenían unos manchones multicolores en la piel pero nada comparado a como habían estado en un principio.

-Muy bien- exclamo Dumbledore cuando la comida despareció- es momento que retomemos la lectura, quien comenzara.

-Yo me ofrezco- dijo Arthur recibiendo el libro- el título es “El perro, el gato y la rata”

A Harry se le quedó la mente en blanco a causa de la impresión. Los tres se habían quedado paralizados bajo la capa invisible.

-No deben quedarse ahí- atajo Andrómeda- deberían irse antes que ellos regresen.

Los últimos rayos del sol arrojaron una luz sanguinolenta sobre los terrenos, en los que las sombras se dibujaban muy alargadas. Detrás de ellos oyeron un aullido salvaje.

— ¡Hagrid! —susurró Harry. Sin pensar en lo que hacía, fue a darse la vuelta, pero Ron y Hermione lo cogieron por los brazos.

-Harry comprendo cómo te debes sentir- comenzó Lily- pero no debes perder la perspectiva, no pueden estar ahí y no pueden regresar.

-Es cierto, ya tendrán tiempo después para acompañar y apoyar a Hagrid-apoyo James

—No podemos —dijo Ron, blanco como una pared—. Se verá en un problema más serio si se descubre que lo hemos ido a visitar...

Hermione respiraba floja e irregularmente.

— ¿Cómo... han podido...? —preguntó jadeando, como si se ahogase—. ¿Cómo han podido?

-En verdad les afecto mucho su muerte- comento Charlie.

-Todos terminamos sintiendo algo de efecto por Buckbeak- aseguro Bill.

—Vamos —dijo Ron, tiritando.

Reemprendieron el camino hacia el castillo, andando muy despacio para no descubrirse. La luz se apagaba. Cuando llegaron a campo abierto, la oscuridad se cernía sobre ellos como un embrujo.

-Un ambiente muy adecuado me atrevería a decir- comento Charlie- no es que me agrade, pero sin duda está acorde a su situación.

-Bien hermano, pero si quieres aligerar el amiente- comenzó Fred.

-Intenta decir algún chiste, es lo que nosotros hacemos- termino George

-Pero no es la única manera- les aseguro Charlie.

—Scabbers, estate quieta —susurró Ron, llevándose la mano al pecho. La rata se retorcía como loca. Ron se detuvo, obligando a Scabbers a que se metiera del todo en el bolsillo—. ¿Qué te ocurre, tonta? Quédate quieta... ¡AY! ¡Me ha mordido!

-Pero qué demonios le pasa a esa rata- exclamo Gideon.

-Quien sabe, pero si no la callan todo se ira al infierno- apoyo Gideon.

— ¡Ron, cállate! —Susurró Hermione—. Fudge se presentará aquí dentro de un minuto...

—No hay manera.

Scabbers estaba aterrorizada. Se retorcía con todas sus fuerzas, intentando soltarse de Ron.

Ahora más que nunca la atención estaba sobre esa rata, y más ahora que James esperaba que la suposición de su amigo fuera un error.

— ¿Qué le ocurre?

Pero Harry acababa de ver a Crookshanks acercándose a ellos sigilosamente, arrastrándose y con los grandes ojos amarillos destellando pavorosamente en la oscuridad.

-¡Demonios!- exclamo Frank- ahora si será imposible que logren contener a esa rata

Harry no sabía si el gato los veía o se orientaba por los chillidos de Scabbers.

—¡Crookshanks! —gimió Hermione—. ¡No, vete, Crookshanks! ¡Vete!

Pero el gato se acercaba más...

-Es evidente que ese gato se trae algo- aseguró Dora- no los dejara fácilmente.

—Scabbers... ¡NO!

Demasiado tarde... La rata escapó por entre los dedos de Ron, se echó al suelo y huyó a toda prisa. De un salto, Crookshanks se lanzó tras el roedor; y antes de que Harry y Hermione pudieran detenerlo, Ron se salió de la capa y se internó en la oscuridad.

-¡Ronald!- exclamo su madre- no pueden verlos afuera del castillo a esas horas, si alguien los descubre.

-Sé que aprecias a esa rata, pero en ese momento tienen otras prioridades en mente- apoyo Arthur.

-Además ya te habías hecho a la idea de no tener a la rata, que más daba que se la comieran

-¡Fred!- le recamo su madre.

-Sí, sé que estuvo mal- aseguró Ron- pero creo que eso fue lo mejor- agrego ante la incredulidad de los presente.

Harry y Hermione estaban de acuerdo con el pelirrojo, después de todo, si este no hubiera perseguido a la rata ellos no lo habrían seguido, y tal vez no se habrían enterado de la verdad, aunque claro, descubrir eso le llevaron algunos golpes.

— ¡Ron! —gimió Hermione.

Ella y Harry se miraron y lo siguieron a la carrera. Era imposible correr a toda velocidad debajo de la capa, así que se la quitaron y la llevaron al vuelo, ondeando como un estandarte mientras seguían a Ron.

-Eso es malo, cualquiera podría verlos en esa situación- Exclamo Albus.

-Lo sorprendente es que nadie los haya visto aun- agrego Scorpius.

Oían delante de ellos el ruido de sus pasos y los gritos que dirigía a Crookshanks.

—Aléjate de él..., aléjate... Scabbers, ven aquí...

Oyeron un golpe seco.

— ¡Te he atrapado! Vete, gato asqueroso.

-Bien, ahora tienen que esconderse e irse antes de que algo más pase- exclame Ted.

-Ojala fuera tan fácil- intervino James “S”, por lo que había visto, su padre y sus tíos siempre terminaban inmiscuidos en más de lo que deberían pasar.

Harry y Hermione casi chocaron contra Ron. Estaba tendido en el suelo. Scabbers había vuelto a su bolsillo y Ron sujetaba con ambas manos el tembloroso bulto.

—Vamos, Ron, volvamos a cubrirnos —dijo Hermione jadeando—. Dumbledore y el ministro saldrán dentro de un minuto.

Pero antes de que pudieran volver a taparse, antes incluso de que pudieran recuperar el aliento, oyeron los pasos de unas patas gigantes.

Todos los oyentes se tensaron en ese momento, en esa situación cualquier mago o criatura que estuviera cerca de ellos significaba problemas para los chicos.

Algo se acercaba a ellos en la oscuridad: un enorme perro negro de ojos claros.

Remus, Lily y James voltearon a ver inmediatamente a Sirius, debía de tratarse de él, pero no sabían que tan problemática seria su presencia en ese momento.

Harry quiso coger la varita, pero era ya demasiado tarde. El perro había dado un gran salto y sus patas delanteras le golpearon el pecho. Harry cayó de espaldas, con un fardo de pelo.

-Sirius, ¿qué forma es esa de tratar a mi hijo?- le reclamo de inmediato Lily.

-Lo siento pelirroja, pero eso aun ocurre- se defendió el oji gris. Por su parte la gran mayoría de los oyentes (los que ignoraban de su forma animaga) se sorprendieron de sobre manera por el reclamo de la pelirroja, y más cuando el joven se disculpó con esta.

Sintió el cálido aliento del fardo, sus dientes de tres centímetros de longitud...

Pero el empujón lo había llevado demasiado lejos. Se apartó rodando. Aturdido, sintiendo como si le hubieran roto las costillas.


Lily miro con recriminación a Sirius mientras este se disculpaba con la mirada, tanto con ella como con Harry, que no le dio la mayor importancia.

Trató de ponerse en pie; oyó rugir al animal, preparándose para un nuevo ataque.

Ron se levantó. Cuando el perro volvió a saltar contra ellos, Ron empujó a Harry hacia un lado y el perro mordió el brazo estirado de Ron. Harry embistió y agarró al animal por el pelo, pero éste arrastraba a Ron con tanta facilidad como si fuera un muñeco de trapo.

Molly comenzaba a alterarse conforme avanzaba el párrafo, por qué razón su hijo y sus amigos tenían que enfrentarse a ese tipo de cosas, no le parecía para nada justo.

Entonces, algo surgido de no se sabía dónde golpeó a Harry tan fuerte en la cara que volvió a derribarlo.

-¿Pero qué…?- exclamo de inmediato Lily preocupada, por cuantas cosas más tenían que pasar los chicos esa noche.

Oyó a Hermione chillar de dolor y caer también. Harry manoteó en busca de la varita, parpadeando para quitarse la sangre de los ojos.

— ¡Lumos! —susurró.

La luz de la varita iluminó un grueso árbol. Habían perseguido a Scabbers hasta el sauce boxeador

Maldita sea- fe la exclamación principal.

-De entre todos los lugares ¿por qué tenían que llegar precisamente ahí?- continúo Alice

-El túnel- respondo Dora- debe de tener algo que ver el túnel que está en la base del árbol.

-Eso tiene sentido- aseguro James

Y sus ramas crujían como azotadas por un fortísimo viento y oscilaban de atrás adelante para impedir que se aproximaran.

Al pie del árbol estaba el perro, arrastrando a Ron y metiéndolo por un hueco que había en las raíces. Ron luchaba denodadamente, pero su cabeza y su torso se estaban perdiendo de vista.

-Pero que tan bruto puedes ser- espeto Lily molesta mientras Molly frotaba sus manos preocupada- y más aún ese maldito árbol puede lastimar de gravedad a Harry o Hermione.

-No si tocan el nudo del árbol- exclamo Sirius tratando de defenderse mientras los demás lo veían extrañados.

-¿Y cómo sugieres que se enteren de eso?- aseguro la pelirroja.

— ¡Ron! —gritó Harry, intentando seguirlo, pero una gruesa rama le propinó un restallante y terrible trallazo que lo obligó a retroceder.

Lo único que podían ver ya de Ron era la pierna con la que el muchacho se había enganchado en una rama para impedir que el perro lo arrastrase. Un horrible crujido cortó el aire como un pistoletazo. La pierna de Ron se había roto y el pie desapareció en aquel momento.

-¡Por Merlín!- exclamo Molly.

-Tranquila mamá- le dijo Ron- no fue algo tan grabe, y la señora Pomfrey consiguió curarme sin problemas.

-Eso no debió de haber pasado para empezar- aseguro la señora Weasley.

—Harry, tenemos que pedir ayuda —gritó Hermione. Ella también sangraba. El sauce le había hecho un corte en el hombro.

-Eso podría ser muy malo dependiendo de a quien le pidan ayuda- comento Remus con cierta preocupación.

— ¡No! ¡Este ser es lo bastante grande para comérselo! ¡No tenemos tiempo!

Sirius no pudo evitar sonreír divertido ante la aseveración de su ahijado, si había atrapado y comido algún pájaro o algo así, pero tanto como para comerse a un chico le parecía graciosos.

-¿Cuál es la parte divertida?- le interrogo por lo bajo Marlene que no entendía su reacción.

-Por nada en especial- le respondió oji gris.

—No conseguiremos pasar sin ayuda.

Otra rama les lanzó otro latigazo, con las ramitas enroscadas como puños.

—Si ese perro ha podido entrar, nosotros también —jadeó Harry.

-La comparación no es nada justa- aseguro Charlie- no es lo mismo pasar como un pero a como una persona.

-Además ese árbol fue puesto para que ningún estudiante pudiera entrar el túnel- aseguro Remus con pesadez y un poco de culpa.

Corriendo y zigzagueando, tratando de encontrar un camino a través de las ramas que daban trallazos al aire, pero era imposible acercarse un centímetro más sin ser golpeados por el árbol.

-Docenas de estudiantes ha intentado acercarse por años- comento Frank- y solo han conseguido muy feas heridas.

— ¡Socorro, socorro! —gritó Hermione, como una histérica, dando brincos sin moverse del sitio

-Supongo que ya no importa que los castigaran en cuanto los vean fuera del castillo- comento Rose preocupada.

-La principal preocupación era ir con Ron, ya después afrontarían el castigo—agrego Scorpius.

—. ¡Por favor...!

Crookshanks dio un salto al frente. Se deslizó como una serpiente por entre las ramas que azotaban el aire y se agarró con las zarpas a un nudo del tronco.

De repente, como si el árbol se hubiera vuelto de piedra, dejó de moverse.

Las miradas de todos se posaron sobre Sirius en ese momento, era justo lo que él había dicho.

-¿Cómo demonios descubrieron eso?- le pregunto Andrómeda, tenía la imagen de su primo corriendo hacia el árbol sin cuidado alguno

-Te lo contare después  prima- le respondió Sirius.

— ¡Crookshanks! —gritó Hermione, dubitativa. Cogió a Harry por el brazo tan fuerte que le hizo daño—. ¿Cómo sabía...?

—Es amigo del perro —dijo Harry con tristeza—. Los he visto juntos... Vamos. Ten la varita a punto.

Arthur fue narrando como entraron en el túnel justo después que Crookshanks, la plática entre ellos de a dónde podría ir el pasadizo que salía de los terrenos del colegio, y por consiente del mapa del merodeador. Continuo con el trayecto casi interminable por el túnel, viendo ocasionalmente a Crookshanks de vez en cuando mientras se preocupaban por lo que le podría pasar a ron y al perro.

Y entonces el túnel empezó a elevarse, y luego a serpentear; y Crookshanks había desaparecido. En vez de ver al gato, Harry veía una tenue luz que penetraba por una pequeña abertura.

Se detuvieron jadeando, para coger aire. Avanzaron con cautela hasta la abertura. Levantaron las varitas para ver lo que había al otro lado.

Había una habitación, muy desordenada y llena de polvo. El papel se despegaba de las paredes. El suelo estaba lleno de manchas. Todos los muebles estaban rotos, como si alguien los hubiera destrozado. Las ventanas estaban todas cegadas con maderas.

-Eso- comenzó a decir una joven de Ravenclaw- eso no parece haber sido hecho por fantasmas- varios concordaron con esa idea.

 -Pero por otro lado la casa está más destruida de lo que me imaginaba- comento Dora para desviar un poco el tema- aunque sería un poco divertido llegar hasta ahí.

-Oye, tú y lunático podrían tener una sita en ese lugar- comento Sirius- es un lugar donde asegura privacidad, solo faltaría que llevaran una cama, y no será necesario poner hechizos silenciadores si es que gritan

-Sirius, como es posible que cada vez que hables la boca salen puras estupideces- le reclamo Remus.

-Eres un ingrato lunático, después de que te doy ideas para sorprender a mi sobrina

-¿Y cómo la puedo sorprender si ella también escucho tu propuesta?

-El punto es para Remus- exclamo James divertido, en parte se divertía por su discusión, y en parte porque aun cuando su castaño amigo no lo viera, no descarto la idea de tener una cita con Dora.

Harry miró a Hermione, que parecía muy asustada, pero asintió con la cabeza.

Harry salió por la abertura mirando a su alrededor. La habitación estaba desierta, pero a la derecha había una puerta abierta que daba a un vestíbulo en sombras. Hermione volvió a cogerse del brazo de Harry. Miraba de un lado a otro con los ojos muy abiertos, observando las ventanas tapadas.

Varios escucharon eso con una ligera sorpresa, mas alguna vez se preguntaron cómo sería el interior de la casa, claro que también se preguntaban que paso ahí para que atuviera tan embrujada o porque estaba ahí. Por lo pronto una de sus dudas se estaba aclarando, y aunque no lo supieran pronto descubrirían la verdad de esa casa.

—Harry —susurró—. Creo que estamos en la Casa de los Gritos.

-Buena deducción- comento Kingsley.

-De seguro Sirius debió de haber estado escondido ahí todo el tiempo- propuso Marlene- al menos que anduviera vagando por el bosque.

-Tratándose de Sirius podría hacer cualquier cosa- agrego Andrómeda.

-El problema será si los chicos piensan que los llevo ahí para una trampa- agrego Kingsley.

-En su situación seria lógico que lo pensaran.

Harry miró a su alrededor. Posó la mirada en una silla de madera que estaba cerca de ellos. Le habían arrancado varios trozos y una pata.

—Eso no lo han hecho los fantasmas —observó.

-No, eso fue hecho por unos animales un poco  maniáticas e cornamenta- comento por lo bajo Sirius a James que asentía divertido.

En ese momento oyeron un crujido en lo alto. Algo se había movido en la parte de arriba. Miraron al techo. Hermione le cogía el brazo con tal fuerza que perdía sensibilidad en los dedos. La miró. Hermione volvió a asentir con la cabeza y lo soltó.

-Estas aterrada y aun quieres continuar- exclamo con sorpresa Rose.

-No había otra cosa que pudiéramos hacer- respondió la castaña sin darle la mayor importancia.

Por su parte Hugo y rose se sorprendían como cada vez que su madre o padre se veían inmiscuidos en algo como eso y se preguntaban por cuanto más harían de pasar.

Todos escucharon atentamente mientras Arthur leía como los jóvenes subieron las escaleras por donde el polvo que cubra había dejado una estela de que arrastraron algo, de cómo al llegar arriba apagaron sus varitas y se dirigían hacia una puerta abierta.

Sosteniendo la varita ante sí, Harry abrió la puerta de una patada.

Crookshanks estaba acostado en una magnífica cama con dosel y colgaduras polvorientas. Ronroneó al verlos. En el suelo, a su lado, sujetándose la pierna que sobresalía en un ángulo anormal, estaba Ron. Harry y Hermione se le acercaron rápidamente.

— ¡Ron!, ¿te encuentras bien?

— ¿Dónde está el perro?

—No hay perro —gimió Ron. El dolor le hacía apretar los dientes—. Harry, esto es una trampa...

— ¿Qué...?

—Él es el perro. Es un animago...

Varias exclamaciones de sorpresa se escucharon ese momento.

-Pero, eso es imposible- exclamo una joven Ravenclaw- se supone que se trata de Sirius, y no hay registro de que él sea una animago.

-Si lo dices es porque en verdad no los conoces bien- aseguro Marlene, para ella estaba más que claro que si los merodeadores harían algo como volverse animagos, sin duda lo harían de forma ilegal.

Ron miraba por encima del hombro de Harry. Harry se dio la vuelta. El hombre oculto en las sombras cerró la puerta tras ellos.

Una masa de pelo sucio y revuelto le caía hasta los codos. Si no le hubieran brillado los ojos en las cuencas profundas y oscuras, habría creído que se trataba de un cadáver. La piel de cera estaba tan estirada sobre los huesos de la cara que parecía una calavera. Una mueca dejaba al descubierto sus dientes amarillos. Era Sirius Black.

— ¡Expeliarmo! —exclamó, dirigiendo hacia ellos la varita de Ron.

-¡¿Que estás haciendo animal?!- le reprocho James- de esa forma pensaran que si quieres matarlo.

-Pero si no les quita las varitas ellos lo atacaran antes de pueda decir algo- agrego Albus.

-Bueno, eso sí es cierto- le concedió James.

-Todo depende de lo que haga ahora- aseguro Dora- si se mantiene calmado y no hace o dice una estupidez todo estará bien- varios de los presentes voltearon a verla sorprendidos- sí, no pensé lo que dije, es Sirius, sin duda ara una estupidez.

-¡Hey!- reclamo de inmediato Sirius.

-Lo siento tío, pero todo tu pasado apoya lo que acabo de decir- se defendió la peli rosa.

Las varitas que empuñaban Harry y Hermione saltaron de sus manos, y Black las recogió. Dio un paso hacia ellos, con los ojos fijos en Harry.

—Pensé que vendrías a ayudar a tu amigo —dijo con voz ronca. Su voz sonaba como si no la hubiera empleado en mucho tiempo—. Tu padre habría hecho lo mismo por mí. Habéis sido muy valientes por no salir corriendo en busca de un profesor. Muchas gracias. Esto lo hará todo mucho más fácil...

-Por dios, ¿no puedes decir algo más confuso animal?- le recrimino nuevamente James.

-Ya no me regañes, ni siquiera sé de qué estoy hablando- se defendió el oji gris.

-Ni ahora ni en el futuro por lo que se ve- agrego Marlene- de esa forma no conseguirás nada más que te crean un criminal.

Harry oyó la burla sobre su padre como si Black la hubiera proferido a voces.

Ni james ni Sirius pensaron que eso fuero una burla, pero desde el punto de vista de Harry eso debió de haber parecido.

Notó la quemazón del odio, que no dejaba lugar al miedo. Por primera vez en su vida habría querido volver a tener en su mano la varita, no para defenderse, sino para atacar... para matar.

James, Lily, Ginny, Molly y los hijos de Harry sintieron un estremecimiento por los pensamientos del chico, los demás lo veían con extrañeza e impresionados, aunque los del futuro sabían que su compañero acabo con Voldemort, y que incluso (o eso suponían) estaba destinado a hacerlo desde hacía mucho, nunca imaginaron que se llegara a sentir de esa forma.

Sin saber lo que hacía, se adelantó, pero algo se movió a sus costados, y dos pares de manos lo sujetaron y lo hicieron retroceder.

-Debes mantenerte controlado chico- aseguro Alastor.

— ¡No, Harry! —exclamó Hermione, petrificada.

Ron, sin embargo, se dirigió a Black:

—Si quiere matar a Harry, tendrá que matarnos también a nosotros —dijo con fiereza, aunque el esfuerzo que había hecho para levantarse lo había dejado aún más pálido, y oscilaba al hablar.

Arthur y Molly escucharon eso con un escalofrió en la espalda, les preocupaba la idea de que su hijo estuviera en esa situación incluso dispuesto a morir, pero por otra parte se sentían orgulloso de él, eso sin duda demostraba la lealtad y compañerismo del que era capaz.

Algo titiló en los ojos sombríos de Black.

—Échate —le dijo a Ron en voz baja— o será peor para tu pierna.

Marlene y Lily negaron con la cabeza, está bien que le pidiera que no se moviera para evitar lastimase, pero la forma en que lo dijo “échate”, como si le hablara a un perro, siempre algo alusivo a su condición de animago.

— ¿Me ha oído? —Dijo Ron débilmente, apoyándose en Harry para mantenerse en pie—. Tendrá que matarnos a los tres.

—Sólo habrá un asesinato esta noche —respondió Black, acentuando la mueca.

Hubo varias exclamaciones de exasperación al leer la declaración del animago, con frases como ese solo empeoraba cada vez su precaria situación.

-Pero entonces- comenzó Dora- eso quiere decir ¿que si tiene la intención de matar a alguien?- pregunto preocupada, a pesar de que si logra hacerse auror podría arrebatarle la vida a alguien, le parecía que sería muy diferente hacerlo por defensa personas, y hacerlo a sangre fría como parcia que estaba preparado.

-Así parece- respondió Remus pensando en su teoría de la rata- pero hay que escuchar el resto antes de juzgar.

— ¿Por qué? —Preguntó Harry, tratando de soltarse de Ron y de Hermione—. No le importó la última vez, ¿a qué no? No le importó matar a todos aquellos muggles al mismo tiempo que a Pettigrew... ¿Qué ocurre, se ha ablandado usted en Azkabán?

-Hay Harry- exclamo de inmediato Lily- pero qué demonios piensas que estás haciendo, no reflexionaste para nada en tu situación.

-Concuerdo con ella- aseguro Alastor- eso no es valentía, es estupidez, si te dejas guiar por la ira solo terminaras matándote.

-Era joven- se defendió Harry- es obvio que no pensaba con claridad, lo siento.

— ¡Harry! —Sollozó Hermione—. ¡Cállate!

— ¡ÉL MATÓ A MIS PADRES! —gritó Harry.

Y haciendo un último esfuerzo se liberó de Ron y de Hermione, y se lanzó.

Había olvidado la magia. Había olvidado que era bajito y poca cosa y que tenía trece años, mientras que Black era un hombre adulto y alto. Lo único que sabía Harry era que quería hacerle a Black todo el daño posible, y que no le importaba el que recibiera a cambio.

Lily, James y Alastor negaron con la cabeza en desaprobación, ese tipo de reacciones impulsivas nunca dejaban nada bueno detrás.

Tal vez fuera por la impresión que le produjo ver a Harry cometiendo aquella necedad, pero Black no levantó a tiempo las varitas.

-Además dudo que quisiera utilizar la varita con ellos- comento Ted.

-De cualquier forma una pelea será inevitable- agrego Frank- solo espero que no pase nada que lamentar- el hecho de que lo dijera le dio escalofrío a más de uno.

Harry sujetó por la muñeca la mano libre de Black, desviando la orientación de las varitas. Tras propinarle un puñetazo en el pómulo, los dos cayeron hacia atrás, contra la pared.

Hermione y Ron gritaron. Vieron un resplandor cegador cuando las varitas que Black tenía en la mano lanzaron un chorro de chispas

Varios apretaron las manos en ese momento, si bien no atacaron a nadie, que las varitas empiecen a lanzar hechizos de esa manera podrías ser muy peligroso, en especial porque casi siempre no saben que clase de hechizo se utilizó.

 Que por unos centímetros no dieron a Harry en la cara.

Lily suspiro aliviada.

Harry sintió retorcerse bajo sus dedos el brazo de Black, pero no lo soltó y golpeó con la otra mano.

Pero Black aferró con su mano libre el cuello de Harry.

—No —susurró—. He esperado demasiado tiempo.

Nuevas exclamaciones de exasperación se escucharon pro el nuevo comentario de Sirius. No entendía o aun no comprobaban lo que pretendía hacer, pero de lo que si estaban seguros es que nada de lo que había hecho hasta el momento era correcto.

Apretó los dedos. Harry se ahogaba. Las gafas se le habían caído hacia un lado.

Entonces vio el pie de Hermione, salido de no se sabía dónde. Black soltó a Harry profiriendo un alarido de dolor. Ron se arrojó sobre la mano con que Black sujetaba la varita y Harry oyó un débil tintineo.

-¡Con un demonio!- espeto James- ¡eso solo está empeorando, es que no fuiste capaz de hacer algo con sentido!

-Hey, no crees que me has atacando mucho

-Si han llegado hasta ahí es porque no has sabido manejar la situación Sirius- le critico Marlene- y dudo que en cuanto recuperen sus varitas tengas más posibilidades- agrego preocupada.

Se soltó del nudo de cuerpos y vio su propia varita en el suelo. Se tiró hacia ella, pero...

— ¡Ah!

Crookshanks se había unido a la lucha, clavándole las zarpas delanteras en el brazo. Harry se lo sacudió de encima, pero Crookshanks se dirigió como una flecha hacia la varita de Harry.

— ¡NO! —exclamó Harry, y propinó a Crookshanks un puntapié que lo tiró a un lado bufando. Harry recogió la varita y se dio la vuelta.

— ¡Apartaos! —gritó a Ron y a Hermione.

Cielos, debo de estar muy mal si tres críos me vencieron tan fácil ahí- grito Sirius después de recibir un golpe particularmente fuerte.

-No es momento para esos comentarios animal- le recrimino Marlene, estaba muy preocupada por lo que estaba pasando y le molestara que el joven tomara el asunto con tanta simpleza.

No necesitaron oírlo dos veces. Hermione, sin aliento y con sangre en el labio, se hizo a un lado, recogiendo su varita y la de Ron. Ron se arrastró hasta la cama y se derrumbó sobre ella, jadeando y con la cara ya casi verde, asiéndose la pierna rota con las manos.

Black yacía de cualquier manera junto a la pared. Su estrecho tórax subía y bajaba con rapidez mientras veía a Harry aproximarse muy despacio, apuntándole directamente al corazón con la varita.

La atención de la situación se incrementó, en especial para los padres, los hijos del azabache y la novia, esta última preocupada por cómo se debió sentir, y los primeros porque no es gustaba que su hijo o padre se atreviera a arrebatarle la vida en ese momento.

— ¿Vas a matarme, Harry? —preguntó.

-¿En verdad crees que provocarlo es la mejor manera de actuar en ese momento?- le recrimino James.

Con cada nueva reprimenda Sirius se sentía aun peor, no era solo la pelea y las lesiones que les había ocasionado a los chicos, era el saber que en verdad los reproches eran bien fundados y claro, por poner a su ahijado en una posición en donde podría hacer de lo que se arrepentiría.

Harry se paró delante de él, sin dejar de apuntarle con la varita, y bajando la vista para observarle la cara. El ojo izquierdo se le estaba hinchando y le sangraba la nariz.

—Usted mató a mis padres —dijo Harry con voz algo temblorosa, pero con la mano firme.

Black lo miró fijamente con aquellos ojos hundidos.

—No lo niego —dijo en voz baja

-¡¡¿Quieres que te maten idiota?!!- espeto James- ¿cómo crees que mi hijo reaccionaria ante esa declaración?

-Eso parece una confesión- comento Fudge.

-¡¡Usted mejor cierre la boca!!- le espeto de inmediato James- que si hubieran hecho bien su trabajo no estarían en esa situación.

-James relájate, no sirve de nada que dirijas tu molestia hacia a él- le aseguro Lily.

—. Pero si supieras toda la historia...

— ¿Toda la historia? —Repitió Harry, con un furioso martilleo en los oídos—. Los entregó a Voldemort, eso es todo lo que necesito saber.

-En eso tiene razón- aseguró Kingsley- verdad o mentira siempre es importante escuchar y analizar lo que te dicen.

-Pero papá no está pensando claro, solo está furioso eso es todo- se lamentó James “S”.

—Tienes que escucharme —dijo Black con un dejo de apremio en la voz—. Lo lamentarás si no... Si no comprendes...

—Comprendo más de lo que cree —dijo Harry con la voz cada vez más temblorosa—. Usted no la ha oído nunca, ¿verdad? A mi madre, impidiendo que Voldemort me matara... Y usted lo hizo. Lo hizo...

Esa frase cayó sobre Sirius y Severus como una enorme roca, ninguno de los dos le gustaba la idea que algo así le pasara a ella, y en cuanto al primero, se preocupaba por lo que su yo del futuro había dicho, no había negado haber matado a sus amigos, pero aun así James seguía confiando en él por la forma en que la hablo a Fudge, espera que tuviera una buena explicación para sus palabras.

Antes de que nadie pudiera decir nada más, algo canela pasó por delante de Harry como un rayo. Crookshanks saltó sobre el pecho de Black y se quedó allí, sobre su corazón. Black cerró los ojos y los volvió a abrir mirando al gato.

—Vete —ordenó Black, tratando de quitarse de encima al animal.

-Es un gato muy particular- comento por lo bajo Alice, pero con el silencio que se había formado varios que estaban junto a ella consiguieron escucharla.

Pero Crookshanks le hundió las garras en la túnica. Volvió a Harry su cara fea y aplastada, y lo miró con sus grandes ojos amarillos. Hermione, que estaba a su derecha, lanzó un sollozo.

Harry miró a Black y a Crookshanks, sujetando la varita aún con más fuerza. ¿Y qué si tenía que matar también al gato? Era un aliado de Black... Si estaba dispuesto a morir defendiéndolo, no era asunto suyo. Si Black quería salvarlo, eso sólo demostraría que le importaba más Crookshanks que los padres de Harry...

Harry levantó la varita. Había llegado el momento de vengar a sus padres. Iba a matar a Black. Tenía que matarlo. Era su oportunidad...

La tensión en los familiares el chico era extrema, no querían saber que se atreviera a atacar a alguien de esa forma tan fría. Sus padres más que sus hijos, sabían que aun cuando no supiera aquella maldición imperdonable, un hechizo a tan corta distancia y directo al corazón tenía un potencial trágico, al igual que un golpe fuerte dado en el lugar adecuado.

Otro que también aguardaba expectante y preocupado era Dumbledore. Desde el inicio de los libros pudo notar lo buen chico que era, aunque fue su encuentro con el espejo de oesed lo que le confirmo la pureza de su corazón, le disgustaba y deprimía que cometiera semejante acto de maldad, aunque una parte de él, le decía que el chico no se atrevería a hacerle daño, esperaba que esa corazonada, al igual que muchas otras que ha tenido, fuera acertada.

Pasaron unos segundos y Harry seguía inmóvil, con la varita en alto.

Esa esperaba los tensaba tanto como los relajaba, por su parte Dumbledore sonto una leve sonrisa, pensaba que si en verdad deseara hacerlo, ya lo habría hecho.

Black lo miraba fijamente, con Crookshanks sobre el pecho. En la cama en la que estaba tendido Ron se oía una respiración jadeante. Hermione permanecía en silencio.

Y entonces oyeron algo que no habían oído hasta entonces.

Unos pasos amortiguados. Alguien caminaba por el piso inferior.

-Eso puede ser problemático- comento Frank- podría ocurrir cualquier cosa dependiendo de quién sea el que haya llegado.

-Yo me pregunto quién sabría que están en ese lugar- agrego Alastor- no creo que piensen que alguien pueda estar viviendo ahí.

— ¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! —gritó Hermione de pronto—. ¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! ¡SIRIUS BLACK! ¡DENSE PRISA!

Black sufrió tal sobresalto que Crookshanks estuvo a punto de caerse. Harry apretó la varita con una fuerza irracional. ¡Mátalo ya!, dijo una voz en su cabeza.

Todos aguardaban expectantes, incluso los del futuro que sabían que Sirius no había muerto hasta un par de años después esperaban saber cómo concluiría esa lucha interna del chico.

Pero los pasos que subían las escaleras se oían cada vez más fuertes, y Harry seguía sin moverse.

La puerta de la habitación se abrió de golpe entre una lluvia de chispas rojas y Harry se volvió cuando el profesor Lupin entró en la habitación como un rayo.

-Bien, él vera la forma de arreglar todo ese problema- exclamo James.

-Pero él piensa que es culpable no- agrego Albus- no hay forma en que pudiera haber averiguado que es inocente o si- esa satisfacción que sintieron por el comentario de James decayó ante ese nuevo argumento.

El profesor Lupin tenía la cara exangüe, y la varita levantada y dispuesta. Miró a Ron, que yacía en la cama; a Hermione, encogida de miedo junto a la puerta; a Harry, que no dejaba de apuntar a Black con la varita; y al mismo Black, desplomado a los pies de Harry y sangrando.

— ¡Expeliarmo! —gritó Lupin.

La varita de Harry salió volando de su mano. También lo hicieron las dos que sujetaba Hermione.

-Bueno, eso quiere decir que si cree en mi inocencia o no- comentó Sirius.

-O tal vez quería evitar que ellos hicieran algo grabe- agrego Rose.

-Lo que a mí me preocupa es que los chicos lleguen a pensar que esta confabulado con Sirius- termino Teddy- el que supuestamente quiere matar a Harry- especifico.

Lupin las cogió todas hábilmente y luego penetró en la habitación, mirando a Black, que todavía tenía a Crookshanks protectoramente encaramado en el pecho.

Harry se sintió de pronto como vacío. No lo había matado. Le había faltado valor.

-El matar a alguien de esa forma no es valor, es maldad- expreso Lily provocando un vacío dentro de él- Harry -dijo en tono de duda al ver como su hijo bajo la cabeza. Este negó con la cabeza haciéndole entender que no pasaba nada, pues lo que dijo tenía algo de verdad.

Black volvería a manos de los dementores.

Entonces habló Lupin, con una voz extraña que temblaba de emoción contenida:

— ¿Dónde está, Sirius?

-Lo sabe- aseguro James- sabe que Sirius es inocente.

-¿Pero cómo?- pregunto Scorpius- no es que sea malo, pero no veo como podría averiguarlo- agregó, pero nadie pudo dar una respuesta.

Harry miró a Lupin. No comprendía qué quería decir. ¿De quién hablaba? Se volvió para mirar de nuevo a Black, cuyo rostro carecía completamente de expresión. Durante unos segundos no se movió. Luego, muy despacio, levantó la mano y señaló a Ron. Desconcertado, Harry se volvió hacia el sorprendido Ron.

-Pero que tiene que ver Ron en todo esto- exclamo de inmediato la señora Weasley preocupada.

-No creo que se trate de él Molly- le aseguro Remus, solo deja que continúe la lectura.

—Pero entonces... —murmuró Lupin, mirando tan intensamente a Black que parecía leer sus pensamientos—, ¿por qué no se ha manifestado antes? A menos que... —De repente, los ojos de Lupin se dilataron como si viera algo más allá de Black, algo que no podía ver ninguno de los presentes— ... a menos que fuera él quien... a menos que te transmutaras... sin decírmelo...

Remus si pudiera explicarlo para todos los presentes sería mejor no lo crees- ironizo Lily- porque les es tan difícil decir lo que pasa de una vez.

Muy despacio, sin apartar los hundidos ojos de Lupin, Black asintió con la cabeza.

—Profesor Lupin, ¿qué pasa? —Interrumpió Harry en voz alta—. ¿Qué...?

Pero no terminó la pregunta, porque lo que vio lo dejó mudo. Lupin bajaba la varita. Un instante después, se acercó a Black, le cogió la mano, tiró de él para incorporarlo y para que Crookshanks cayese al suelo, y abrazó a Black  como a un hermano.

.-Mal momento para ponerse sentimentales- aseguro Marlene- será como dijo, pensaran que estaba confabulado contra ellos.

-Pero eso no es lógico- exclamo de inmediato Dora- digo, no ha hecho otra cosa que ayudarlo, si quisiera hacerle algo malo lo habría hecho hace mucho.

-Pero en ese momento no lo pensaran- aseguro Remus- es muy comprensible.

Harry se sintió como si le hubieran agujereado el fondo del estómago.

— ¡NO LO PUEDO CREER! —gritó Hermione.

Lupin soltó a Black y se volvió hacia ella. Hermione se había levantado del suelo y señalaba a Lupin con ojos espantados.

—Usted... usted...

—Hermione...

— ¡... usted y él!

—Tranquilízate, Hermione.

— ¡No se lo dije a nadie! —Gritó Hermione—. ¡Lo he estado encubriendo!

Prácticamente todos los del pasado no entendían en lo más mínimo la reacción y la aseveración que la joven acababa de hacer, por su parte Remus vio sus sospechas comprobadas, ese día todos se enterarían de su condición.

— ¡Hermione, escúchame, por favor! —Exclamó Lupin—. Puedo explicarlo...

Harry temblaba, no de miedo, sino de una ira renovada.

—Yo confié en usted —gritó a Lupin, flaqueándole la voz— y en realidad era amigo de él.

—Estáis en un error —explicó Lupin—. No he sido amigo suyo durante estos doce años, pero ahora sí... Dejadme que os lo explique...

— ¡NO! —gritó Hermione

-Estas actuando un poco irracional no- comento Rose.

-Si- acepto la castaña- estaba asustada no podía pensar con claridad.

-Aunque con lo que había visto sería extraño que no callera en desesperación- agrego Luna.

—. Harry, no te fíes de él. Ha ayudado a Black a entrar en el castillo. También él quiere matarte. ¡Es...!

Arthur dejo la oración a medias, de inmediato vio en dirección a Remus, no sabiendo si debía continuar o no, después de todo era su secreto, en cuanto al castaño, el entendió perfectamente que el momento había llegado, con un asentimiento de resignación le indico al pelirrojo que continuará, después de todo, dudaba que pudieran omitir ese detalle.

¡Es Un hombre lobo!

Todos los jóvenes el pasado quedaron impresionados por semejante revelación, veían a Remus sin poder creer lo que decía mientras que el joven solo esperaba el momento, James y Sirius se preparaban para gritar o atacar a cualquiera que se atreviera a decir alguna idiotez, y por su parte Severus puso una sonrisa arrogante en su rostro, ahora por fin todos descubrían la verdad, algo que el no pudo conseguir en su momento.

-Jeje eso, eso no es cierto- dijo una chica de Gryffindor con una risa nerviosa- digo, Remus no puede ser…- volteo a ver al castaño.

-Es cierto- exclamo Remus- soy un licántropo desde hace mucho tiempo...

-¡¡Pero qué demonios!!- grito la joven.

-¡Jovencita!- exclamo Dumbledore, sabía que los amigos del joven lo defenderían por cualquier medio, y no serían los únicos que lo harían, y en verdad quería evitar que algo así pasara- pro favor guarde la calma y….

-¡Calma!, usted puso a una bestia ente nosotros…- alego la chica hasta que un fuerte trueno resonó en todo el gran comedor y la joven quedo de espalas muy adolorida, inconsciente y con la lengua tan hinchada que le llenaba casi toda la boca.

-Alguien tiene algún otro comentario interesante- dijo Dora con firmeza con el cabello de un rojo sangre muy intenso y sosteniendo la varita en dirección a la chica desmayada y sosteniendo a Teddy con el otro brazo.

-He Dora, pásame a Teddy- le dijo con cuidado Remus, el súbito de movimiento de la joven más el estado de ira completa en la que estaba había  provocado que él bebe se sintiera inquieto, que su cabello fuera de un gris opaco y que incluso pareciera que quería soltarse a llorar.

La sorpresa que sintieron, y la reacción ante la revelación del castaño seguían ahí, había algunas cosas y comentarios que querían hacer, pero no se atrevían a decir ni una sola palabra porque el miedo a la ira de la metamorfomaga se los impedía, y ahora que lo pensaban un poco, no dudaban que el resto de los merodeadores se negaran a apoyar a la joven en su vendetta contra todo aquel que tratara o halara mal de Remus.

-Muy ben señorita Tonks- hablo Dumbledore en parte triste por no haber conseguido impedir ese ataque, y complacido por las personas dispuestas a apoyar al joven- le pediré que tome asiento para que Arthur continúe con la lectura.

Lentamente Dora guardo su varita y regreso a su asiento, no sin antes mandarles una mirada amenazante a los del pasado para que no se confiaran demasiado, por un momento pensó en pedir que le devolvieran a su hijo, pero ente juegos y arrullos Remus había logrado clamar a Teddy cuyo cabello volvía a ser azul eléctrico, no le pareció romper ese lindo momento que estaban compartiendo por lo que decidió dejárselo.

Se hizo un vibrante silencio. Todos miraban a Lupin, que parecía tranquilo, aunque estaba muy pálido.

—Estás acertando mucho menos que de costumbre, Hermione —dijo—. Me temo que sólo una de tres. No es verdad que haya ayudado a Sirius a entrar en el castillo, y te aseguro que no quiero matar a Harry... —Se estremeció visiblemente—. Pero no negaré que soy un hombre lobo.

Ron hizo un esfuerzo por volver a levantarse, pero se cayó con un gemido de dolor. Lupin se le acercó preocupado, pero Ron exclamó:

— ¡Aléjate de mí, licántropo!

Remus bajo la vista entristecido mientras que Dora y Teddy le mandaban un par de miradas siniestras.

-Lo siento Remus- se disculpó de inmediato Ron sin siquiera notar la mirada de los metamorfomagos- fue solo la impresión del momento, no es que lo sienta de verdad.

-Descuida, no hay problema- le aseguro el castaño.

Lupin se paró en seco. Y entonces, con un esfuerzo evidente, se volvió a Hermione y le dijo:

— ¿Cuánto hace que lo sabes?

—Siglos —contestó Hermione—. Desde que hice el trabajo para el profesor Snape.

Los jóvenes del futuro se sorprendieron por esa declaración, entonces ese había sido el motivo para que Snape les pusiera el trabajo, y no solo para querer molestarlos a ellos y de su entonces profesor.

—Estará encantado —dijo Lupin con poco entusiasmo—. Os puso ese trabajo para que alguno de vosotros se percatara de mis síntomas. ¿Comprobaste el mapa lunar y te diste cuenta de que yo siempre estaba enfermo en luna llena? ¿Te diste cuenta de que el boggart se transformaba en luna al verme?

-Ahora que lo menciona hasta parece algo obvio- comento Neville.

-Pues sí, pero nosotros estábamos más enfocados en como daba las clases que en su ausencia- agrego Deán.

—Las dos cosas —respondió Hermione en voz baja.

Lupin lanzó una risa forzada.

—Nunca he conocido una bruja de tu edad tan inteligente, Hermione.

-Eres un maldito mujeriego y asaltacunas- le acuso Sirius- ya tienes a mi sobrina y le andas coqueteando a Hermione- esperaba reducir un poco más la tención que se produjo por la revelación de la licantropía de su amigo.

-No coqueteo con nadie Sirius- le reclamo Remus- además como puedes bromear en esta situación.

El animago solamente sonrió divertido, y mas porque de nuevo, omitió el hecho de negar una relación con Tonks.

—No soy tan inteligente —susurró Hermione—. ¡Si lo fuera, le habría dicho a todo el mundo lo que es usted!

—Ya lo saben —dijo Lupin—. Al menos, el personal docente lo sabe.

— ¿Dumbledore lo contrató sabiendo que era usted un licántropo? —preguntó Ron con voz ahogada

El pelirrojo le envió una mirada de disculpa al castaño.

—. ¿Está loco?

-Demasiado- espeto un chico del pasado.

-¡Dora alto!- dijo con firmeza Remus impidiendo que la metamorfomaga sacara su varita y atacara a alguien más.

-Pero…

-Nada, Dora, no vale la pena- en cuanto la varita de la joven regreso a su bolsillo Remus paso el brazo que tenía libre para abrazar la joven, tal vez así podría impedir un nuevo exabrupto de ella, mientras que las chica de su club de fans, aunque decepcionadas por saber que era un licántropo, volvieron a sentir un poco de incomodidad por la cercanía entre ellos dos- Sirius, tu también guarda la varita- aseguró sin voltear a verlo.

-Pero que de hablas lunático, yo no pensaba hacer nada- aseguro el oji gris pero más de alguno pudo ver como regresaba algo al interior de su bolsillo.

—Hay profesores que opinan que sí —admitió Lupin—. Le costó convencer a ciertos profesores de que yo era de fiar.

-Snape

-Quejicus- dijeron James y Sirius al tiempo.

— ¡Y ESTABA EN UN ERROR! —Gritó Harry—. ¡HA ESTADO AYUDÁNDOLO TODO ESTE TIEMPO!

Señalaba a Black, que se había dirigido hacia la cama adoselada y se había echado encima, ocultando el rostro con mano temblorosa. Crookshanks saltó a su lado y se subió en sus rodillas ronroneando. Ron se alejó, arrastrando la pierna.

—No he ayudado a Sirius —dijo Lupin—. Si me dejáis, os lo explicaré. Mirad...  —Separó las varitas de Harry, Ron y Hermione y las lanzó hacia sus respectivos dueños. Harry cogió la suya asombrado—. Ya veis —prosiguió Lupin, guardándose su propia varita en el cinto—. Ahora vosotros estáis armados y nosotros no. ¿Queréis escucharme?

-Por fin alguien actúa con un poco de cordura- exclamo Andrómeda.

-Pero eso solo es el principio- aseguro Ted- deberán de conversarlos con eso que dirán, y eso podría ser un poco difícil.

-Por lo menos por fin sabremos la verdad- agregó James no muy feliz, lo cual confundió a algunos. Si le gustaba que supieran de una vez por todas que Sirius era inocente, pero todo indicaba que su inocencia dependía de la culpabilidad de otro amigo, o que al menos creía que era.

Harry no sabía qué pensar. ¿Sería un truco?

—Si no lo ha estado ayudando —dijo mirando furiosamente a Black—, ¿cómo sabía que se encontraba aquí?

-Esa es una buena pregunta- comento Scorpius.

—Por el mapa —explicó Lupin—. Por el mapa del merodeador. Estaba en mi despacho examinándolo...

— ¿Sabe utilizarlo? —le preguntó Harry con suspicacia.

-Sabía que se trataba de un mapa con solo verlo- comento Albus- sería lógico que también supiera utilizarlo.

-Huy, eso es si es muy fuerte verdad George

-Mucho Fred- dijeron los gemelos- para que tu propio hijo diga que eres un tarado.

-Yo nunca dije eso- aseguró de inmediato Albus con un poco de nerviosismo- yo solo dije, bueno…

-No te preocupes- le interrumpió Harry- ya deberías saber cómo son, no se puede tomar todo lo que dicen en serio- termino con una afable sonrisa logrando tranquilizar a su hijo.

—Por supuesto —contestó Lupin, haciendo con la mano un ademán de impaciencia—. Yo colaboré en su elaboración. Yo soy Lunático... Es el apodo que me pusieron mis amigos en el colegio.

— ¿Usted hizo...?

—Lo importante es que esta tarde lo estaba examinando porque tenía la idea de que tú, Ron y Hermione intentaríais salir furtivamente del castillo para visitar a Hagrid antes de que su hipogrifo fuera ejecutado. Y estaba en lo cierto, ¿a que sí? —Comenzó a pasear sin dejar de mirarlos, levantando el polvo con los pies

-Te tomase tu tiempo para conocerlos verdad- comento Frank.

-No creo que fuera tan difícil- respondió Remus- ellos tres son muy parecidos a nosotros- se señaló a él, Sirius y James-demasiados parecidos para su propio bien-  agrego consiguiendo la risa de sus amigos.

—.Supuse que os cubriríais con la vieja capa de tu padre, Harry.

— ¿Cómo sabe lo de la capa?

— ¡La de veces que vi a James desaparecer bajo ella! —dijo Lupin, repitiendo el ademán de impaciencia

-Tantas que sería imposible contarlas- agrego James con media sonrisa.

—. Que llevéis una capa invisible no os impide aparecer en el mapa del merodeador. Os vi cruzar los terrenos del colegio y entrar en la cabaña de Hagrid.

-Eso demuestra lo útil que puede ser ese mapa- aseguro Alastor- y lo peligrosos que sería en manos equivocadas.

Veinte minutos más tarde dejasteis a Hagrid y volvisteis hacia el castillo. Pero en aquella ocasión os acompañaba alguien.

En ese instante la sonrisa de James se borró completamente y apretaba los puños mientras la cólera comenzaba a aumentar dentro de él, y Remus conocía la razón, el mapa del merodeador nunca se equivocaba de eso estaban seguros, y los chicos solo tenían llevaban una cosa más cuando salieron que cuando entraron.

— ¿Qué dice? —Interrumpió Harry—. Nada de eso. No nos acompañaba nadie.

—No podía creer lo que veía —prosiguió Lupin, todavía paseando, sin escuchar a Harry—. Creía que el mapa estaría estropeado. ¿Cómo podía estar con vosotros?

-¿Es posible que el mapa se estropee?- pregunto Dora a lo que tres cabezas negaron inmediatamente, una con total arrogancia, y dos de manera sombría.

— ¡No había nadie con nosotros!

—Y entonces vi otro punto que se os acercaba rápidamente, con la inscripción «Sirius Black». Vi que chocaba con vosotros, vi que arrastraba a dos de vosotros hasta el interior del sauce boxeador.

— ¡A uno de nosotros! —dijo Ron enfadado.

—No, Ron —dijo Lupin—. A dos.

-¡¡ese maldito infeliz!!- espeto james que ya no pudo contener su irá mientras se ponía de pie- ¡¡todo lo que hicimos por ese maldito bastardo, juro que…!!

-¡¡James Charlus Potter cálmate- le grito Lily de inmediato!!

-Pero

-¡He dicho que te calmes!- le interrumpió- siéntate y relájate.

-¿Pero qué te ocurre cornamenta?, ¿de quién estás hablando?- le interrogo Sirius

-De Pettigrew, esa maldita alimaña- increpo en respuesta sorprendiendo al comedor, hasta donde ellos sabían por lo que había leído, él había muerto hacía mucho tiempo, y no entendían donde encajaba en todo lo que ocurría.

-Peter, ¿pero que tendría que ver Peter en…? oh- lo razono por un segundo- no, no puede… pero como… ese maldito se atrevería- sus palabras no tenían sentido más que para ellos que suponían lo que en verdad paso, pero ahora Sirius estaba al tanto de la situación.

Dejó de pasearse y miró a Ron.

— ¿Me dejas echarle un vistazo a la rata? —dijo con amabilidad.

— ¿Qué? —Preguntó Ron—. ¿Qué tiene que ver Scabbers en todo esto?

—Todo —respondió Lupin—. ¿Podría echarle un vistazo, por favor?

Ron dudó. Metió la mano en la túnica. Scabbers salió agitándose como loca. Ron tuvo que agarrarla por la larga cola sin pelo para impedirle escapar. Crookshanks, todavía en las rodillas de Black, se levantó y dio un suave bufido.

Nadie entendía todavía que era todo lo que estaban diciendo, y cuál era la importancia de esa rata.

Lupin se acercó más a Ron. Contuvo el aliento mientras examinaba detenidamente a Scabbers.

— ¿Qué? —Volvió a preguntar Ron, con cara de asustado y manteniendo a Scabbers junto a él—. ¿Qué tiene que ver la rata en todo esto?

—No es una rata —graznó de repente Sirius Black.

— ¿Qué quiere decir? ¡Claro que es una rata!

—No lo es —dijo Lupin en voz baja—. Es un mago.

—Un animago —aclaró Black— llamado Peter Pettigrew.

Todos se impresionaron ante la declaración, en especial porque se suponía que Pettigrew debería de estar muerto, y también porque parecía poco probable que en verdad consiguiera volverse un animago suponiendo la dificultad que eso representaba.

Pero para los que más pesaba esa confirmación, eran al resto de merodeadores, tal vez más a Sirius porque practicante se acababa de enterar mientras que os otros dos solo tenían una teoría muy probable que tenía que comprobare.

-¡Maldita sea!- increpo Sirius golpeado en la mesa con fuerza- eso era en lo pensabas el otro di cierto- interrogo a Remus que asintió- ese maldito hijo de perra- grito con más fuerza.

-Sirius tranquilízate- le ordeno Marlene.

-¡¿Cómo quieres que…?!

-He dicho que te tranquilices- le volvió a ordenar- no pude hacer nada así que siéntate y deja que continúen leyendo- a regañadientes el hombre acepto retomando su asiento mientras que Marlene le pasaba los brazos por su pecho, los siguientes capítulos serian fuerte pero de una forma diferente a las anteriores.

-Bueno, este fue el final del capítulo- informo Arthur

-Entonces continuemos con el siguiente- dijo de inmediato Bill tomando el libro de las manos de su padre.

16 comentarios:

  1. Me encanta!!! Espero que publiques pronto el proximo capitulo y que asi se sepa toda la verdad.

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  2. este capitulo siempre me impresiona cuando lo leo

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  3. Amo este cap ... estaba esperando que lo escribieras desde que empezastes el tercero gracias por seguirlo en verdad esto seriamente obsrcionada con este fic MUY seriamente gracias gracias gracia gracia gracias gracias gracias gracias gracias sigue cuando puedas.

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    1. Pues creo que te hice esperar mucho verdad. Pero al menos por fin logre continuar.
      Bueno, lo de tu obsesión no sé si pedir disculpas o no jeje.
      Ya actualizo.

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  4. Que capitulo tan increible, me gusto mucho como Tonks defendio a Remus, es genial ver como se va desarrollando su relación. Actualiza pronto porque viene la parte más intensa.

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    1. Gracias, la verdad es que me gusta bastante escribir sobre ellos.
      Ya actualizo

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  5. Continua, no nos dejes asi, es genial!!!!!

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  6. Ya quiero leer el suguente cap va a ser muy... interesante

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