-El
siguiente capítulo se llama “Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta”- dijo
con fuerza Bill.
Era tan absurdo que les costó un rato comprender lo que había dicho.
Luego, Ron dijo lo mismo que Harry pensaba:
—Están ustedes locos.
Varios de
los presentes estaban de acuerdo con dicha declaración, por otra parte, no
creía que pondrían algo como eso en los libros, lo cual aumentaba la
expectativa para que siguiera la lectura.
— ¡Absurdo! —dijo Hermione con voz débil.
— ¡Peter Pettigrew está muerto! ¡Lo mató hace doce años!
Señaló a Black, cuya cara sufría en ese momento un movimiento
espasmódico.
—Tal fue mi intención —explicó, enseñando los dientes amarillos—, pero
el pequeño Peter me venció. ¡Pero esta vez me vengaré!
-Sirius,
no puedes hacer así las cosas- le reclamo Marlene- sé que debes sentir mucha
rabia, pero debes aprender a controlarte.
-Me
gustaría que fuera tan sencillo como eso- exclamo el animago.
Y dejó en el suelo a Crookshanks antes de abalanzarse sobre Scabbers;
Ron gritó de dolor cuando Black cayó sobre su pierna rota.
— ¡Sirius, NO! —Gritó Lupin, corriendo hacia ellos y separando a Black
de Ron—. ¡ESPERA! ¡No puedes hacerlo así! ¡Tienen que comprender! ¡Tenemos que
explicárselo!
-Él tiene
razón- aseguro Teddy- no puedes simplemente atacar y luego hablar, eso
sencillamente no sirve.
—Podemos explicarlo después —gruñó Black, intentando desprenderse de
Lupin y dando un zarpazo al aire para atrapar a Scabbers, que gritaba como un
cochinillo y arañaba a Ron en la cara y en el cuello, tratando de escapar.
-¿Cómo
puedes ser tan bruto?- le acuso Molly.
-Estoy
molesto, no mido lo que hago- alego Sirius- pero descuida, a ron no le pasara
nada porque cuando regresemos juro que…
-No jures
nada Sirius- le interrumpió Marlene- no me importa lo que pase pero te obligare
a pensar antes de hacer cualquier cosa- le aseguro la rubia, sabia de lo que
era capaz si se dejaba guiar por la ira, y también sabía que es muy probable
que después se arrepintiera de sus acciones.
— ¡Tienen derecho... a saberlo... todo! —Jadeó Lupin sujetando a
Black—. ¡Es la mascota de Ron! ¡Hay cosas que ni siquiera yo comprendo! ¡Y
Harry...! ¡Tienes que explicarle la verdad a Harry, Sirius!
Black dejó de forcejear; aunque mantuvo los hundidos ojos fijos en
Scabbers, a la que Ron protegía con sus manos arañadas, mordidas y manchadas de
sangre.
-Oh por
Merlín- exclamo Molly- ojala que valga de algo todo lo que están haciendo-
agrego, no eran heridas grabes, pero aun así le molestaba.
-Tranquila
cariño, no es para tanto- le dijo Arthur.
—De acuerdo, pues —dijo Black, sin apartar la mirada de la rata—.
Explícales lo que quieras, pero date prisa, Remus. Quiero cometer el asesinato
por el que fui encarcelado...
James, Marlene y Andrómeda negaron con la cabeza, era
exasperante que alguien tan querido para ellos actuara de semejante manera, les
preocupaba que pasaría con el sí cumplía con su amenaza, por otro lado, ese
capítulo como el anterior no solo revelaban cosas de Remus, sino también de
Sirius, ya muchos de los presentes no se imaginaban que el joven pudiera ser
tan siniestro.
—Están locos los dos —dijo Ron con voz trémula, mirado a Harry y a
Hermione, en busca de apoyo—. Ya he tenido bastante. Me marcho.
-Con esa
pierna lastimada tendrás que escuchar te guste o no- comento Hugo.
Intentó incorporarse sobre su pierna sana, pero Lupin volvió a
levantar la varita apuntando a Scabbers.
—Me vas a escuchar hasta el final, Ron —dijo en voz baja—. Pero sujeta
bien a Peter mientras escuchas.
— ¡NO ES PETER, ES SCABBERS! —gritó Ron, obligando a la rata a meterse
en su bolsillo delantero, aunque se resistía demasiado.
-Aunque
aun así debemos de aceptar que está demostrando más resistencia de la habitual
para escapar- comento Kingsley.
-Es
evidente que quiere escapar, la pregunta sería ¿Por qué?- agrego Alastor que no
consideraba que los jóvenes del libro solo dijeran locuras.
Ron perdió el equilibrio. Harry lo cogió y lo tendió en la cama. Sin
hacer caso de Black, Harry se volvió hacia Lupin.
—Hubo testigos que vieron morir a Pettigrew —dijo—. Toda una calle
llena de testigos.
— ¡No vieron, creyeron ver! —respondió Black con furia, vigilando a
Scabbers, que se debatía en las manos de Ron.
No podían
evitar preguntarse qué tan cierto era lo que decía el oji gris, si lo fuera
entonces demostraría un pésimo actuar del ministerio. Mientras que Remus James
y Sirius se preguntaban como él pudo habérselas arreglado para escapar del
animago con aparentemente tanta facilidad.
—Todo el mundo creyó que Sirius mató a Peter —confirmó Lupin—. Yo
mismo lo creía hasta que he visto el mapa esta noche. Porque el mapa del
merodeador nunca miente... Peter está vivo. Ron lo tiene entre las manos,
Harry.
-Fue
bueno que lo hiciéramos a prueba de animago- comento Sirius con molestia- de
otra forma tal vez Remus nunca habría dejado de sospechar de mí.
Harry bajó la mirada hacia Ron, y al encontrarse sus ojos, se
entendieron sin palabras: indudablemente, Black y Lupin estaban locos. Nada de lo
que decían tenía sentido. ¿Cómo iba Scabbers a ser Peter Pettigrew? Azkabán
debía de haber trastornado a Black, después de todo. Pero ¿por qué Lupin le
seguía la corriente?
-Su apodo
será lunático- comenzó James- pero él nunca perdería la cordura de semejante
forma- aseguro el azabache.
-En tal
caso solo queda una posibilidad, que ellos están diciendo la verdad como es-
agrego Teddy.
Entonces habló Hermione, con una voz temblorosa que pretendía parecer
calmada, como si quisiera que el profesor Lupin recobrara la sensatez.
—Pero profesor Lupin: Scabbers no puede ser Pettigrew... Sencillamente
es imposible, usted lo sabe.
-Es justo
porque lo sabe que lo dice- comento Harry- el problema es que muy pocos sabían
lo que él era.
-Eso es
lo único malo de que fuéramos ilegales- comento por lo bajo James- de otra
forma todos sabrían de ese maldito.
— ¿Por qué no puede serlo? —preguntó Lupin tranquilamente, como si
estuvieran en clase y Hermione se limitara a plantear un problema en un
experimento con grindylows.
—Porque si Peter Pettigrew hubiera sido un animago, la gente lo habría
sabido. Estudiamos a los animagos con la profesora McGonagall. Y yo los estudié
en la enciclopedia cuando preparaba el trabajo. El Ministerio vigila a los
magos que pueden convertirse en animales. Hay un registro que indica en qué
animal se convierten y las señales que tienen.
-Eso
mismo- aseguro la joven de Ravenclaw- cualquiera sabría quiénes son o no
animagos.
-Y como
explicas lo de Sirius- aseguro Marlene- lo que pasa es que ustedes no los
conocen.
Yo busqué «Profesora McGonagall» en el registro, y vi que en este
siglo sólo ha habido siete animagos. El nombre de Peter Pettigrew no figuraba
en la lista.
-Y
supongo que tampoco figurara el nombre de Sirius Black- comento Rose- pero ya
dijeron que era animago, no viste ese detalle- le pregunto a su madre.
-La
verdad no- respondió la castaña- tal vez debí de haberlo visto.
No pasa
nada- le restó importancia Ron- ya has hecho mucho por nosotros como para que
exijamos que sepas cada pequeño detalle.
Iba a asombrarse Harry de la escrupulosidad con que Hermione hacía los
deberes cuando Lupin se echó a reír.
— ¡Bien otra vez, Hermione! —dijo—. Pero el Ministerio ignora la
existencia de otros tres animagos en Hogwarts.
La
expresión de sorpresa de todos fue mas que evidente, mientras que James y
Sirius sonreían con algo de suficiencia.
-Esperen,
exactamente eso ¿qué quiere decir?- pegunto un joven de Gryffindor.
-Ilegales-
exclamo en lo alto Marlene sonriendo con superioridad- ellos se convirtieron en
animagos ilegales, por eso el ministerio no conoce nada de eso
-Pero eso
es muy peligroso- aseguro Fudge- he de decir que hicieron algo muy
irresponsable, ese tipo de transformación es muy problemática, si algo malo
hubiera pasado, debieron haberlo informado…
-Si
claro, sin duda confiarían en los que fomentaban los prejuicios contra su
amigo- exclamo Teddy- no les contarían nada, en especial si no querían poner en
riesgo el secreto de mi… de Remus- se corrigió- la única forma de hacerlo era
de forma clandestina.
-Gracias
por tu poyo pequeño- le agradeció Sirius, sin duda alguna en una parte de él
tenía sangre de alborotador- además así es mucho más divertido que andando
pidiendo permisos inútiles.
—Si se lo vas a contar; date prisa, Remus —gruñó Black, que seguía
vigilando cada uno de los frenéticos movimientos de Scabbers—. He esperado doce
años. No voy a esperar más.
Nuevamente
muchos negaron por la impaciencia y actitud del animago, en especial porque
muchos de ellos ya habían tomado interés a la historia que Remus quería
relatar.
—De acuerdo, pero tendrás que ayudarme, Sirius —dijo Lupin—. Yo sólo
sé cómo comenzó...
Lupin se detuvo en seco. Había oído un crujido tras él. La puerta de
la habitación acababa de abrirse.
La
mayoría vio ese detalle sin importancia, pero por su parte los tres
merodeadores les resulto un poco extraño, más que nada porque ellos sabían con
certeza que la casa no estaba embrujada como todos aun deberían suponerlo.
Los cinco se volvieron hacia ella. Lupin se acercó y observó el
rellano.
—No hay nadie.
— ¡Este lugar está encantado! —dijo Ron.
—No lo está —dijo Lupin, que seguía mirando a la puerta, intrigado—.
La Casa de los Gritos nunca ha estado embrujada. Los gritos y aullidos que oían
los del pueblo los producía yo. —Se apartó el ceniciento pelo de los ojos.
-¡¿Tu
producías todos esos ruidos?!- dijo con impresión Dora expresando lo que muchos
pensaban- entonces toda esa leyenda de la casa de los gritos se originó por ti.
-Pero
aguarden, si no eran espectros, ¿cómo es que los fantasmas no se acercaban a la
casa?- pregunto Fred curioso.
-Por una
petición mía- Respondió Dumbledore- solo unos cuantos fantasmas como Sir
Nicolás saben lo que pasaba en la casa, a los demás les solicite que no se
aproximaran a la casa ni que halaran de mi petición.
-Pero
¿Por qué?, el profesor Lupin no lo lastimaría, ya están muertos- interrogo
George.
-Así
evitábamos que les preguntaran algo al respecto, además, eso favorecía la
historia de que la casa estaba embrujada- volvió a responder el director.
Meditó un instante y añadió—: Con eso empezó todo... cuando me
convertí en hombre lobo. Nada de esto habría sucedido si no me hubieran
mordido... y si no hubiera sido yo tan temerario.
-La misma
historia de cada mes- comentó Sirius- bueno sobrina y Teddy, supongo que
escucharan toda la historia se su amado y su papi de su propia boca.
Estaba tranquilo pero fatigado. Iba Ron a interrumpirle cuando
Hermione, que observaba a Lupin muy atentamente, se llevó el dedo a la boca.
— ¡Chitón!
—Era muy pequeño cuando me mordieron —prosiguió Lupin—. Mis padres lo
intentaron todo, pero en aquellos días no había cura.
-Un niño,
¿cuantos años tenías?- le pregunto Dora entristecida.
-Estaba
por cumplir cinco años- respondió Remus para sorpresa de la gran mayoría.
-¡Cinco!,
pero ¿cómo fue que te mordieron?- pregunto sin poder contenerse, después se
sintió mal, eso podía ser algo difícil de recordar para el joven.
-Mi
padre, trabajaba en una comisión para la regulación y control de las criaturas
mágicas- respondió Lupin- él dijo algo que molesto a un licántropo y en
venganza, me ataco.
-Lo
siento Remus- se disculpó la joven cuyo cabello se tornó opaco- él, sabía mucho
de esas cosas.
-No, su
especialidad eran los boggarts- esta vez fue Dumbledore quien respondió- aun
así, Lyall Lupin fue el único que reconoció al licántropo que ataco a Remus,
cuando los demás solo lo consideraban un muggle vagabundo.
-Un grupo
de idiotas- despotrico Sirius molesto- otro error más del bendito ministerio.
Como la
conversación no llegaría a un ben término Bill decidió seguir leyendo la
historia de Remus.
La poción que me ha estado dando el profesor Snape es un
descubrimiento muy reciente. Me vuelve inofensivo, ¿os dais cuenta? Si la tomo
la semana anterior a la luna llena, conservo mi personalidad al
transformarme... Me encojo en mi despacho, convertido en un lobo inofensivo, y
aguardo a que la luna vuelva a menguar. Sin embargo, antes de que se
descubriera la poción de matalobos, me convertía una vez al mes en un peligroso
lobo adulto. Parecía imposible que pudiera venir a Hogwarts. No era probable
que los padres quisieran que sus hijos estuvieran a mi merced.
Varios de
los presentes estaban de acuerdo con la
declaración del castaño, ni a ellos ni mucho menos a sus padres les hubiera
gustado saber que estarían conviviendo con un licántropo, olvidando
completamente el buen compañero con el que convivieron durante siete años, no
obstante, nadie se atrevió a decir nada, la amenaza inminente de ser atacados
por la metamorfomaga o alguno de los merodeadores los mantenía a raya.
Bill
continuo narrando de como Dumbledore dijo que podría asistir al colegio con
ciertas precauciones, de que la razón de plantar el sauce boxeador (plantando
el año que entro como se lo recordó a Harry) fue para no entraran por el túnel
que como la casa había sido construida para él, y de cómo lo sacaban una vez al
mes. Además de como Harry escuchaba todo atentamente aun sin saber que tenía
todo eso que ver y de los incesantes chillidos de la rata.
—En aquella época mis transformaciones eran... eran terribles. Es muy
doloroso convertirse en licántropo.
Dora
abrazo con fuerza a Remus, ella no sabía cuál doloroso era, pero había
presenciado su transformación la otra noche, y nadie que lo hiciera podría
decir que es algo fácil para pasar, en ese sentido tanto los merodeadores como
el trio compartían el sentimiento, pues también han sido testigos de lo que era
una transformación.
Se me aislaba de los humanos para que no los mordiera, de forma que me
arañaba y mordía a mí mismo. En el pueblo oían los ruidos y los gritos, y
creían que se trataba de espíritus especialmente violentos. Dumbledore alentó
los rumores... Ni siquiera ahora que la casa lleva años en silencio se atreven
los del pueblo a acercarse. Pero aparte de eso, yo era más feliz que nunca. Por
primera vez tenía amigos.
-Algo muy
preciado para usted- interrumpió Dumbledore- aún recuerdo cuando les dije que
podrías venir a Hogwarts, tú saltabas de alegría mientras tu madre me comentaba
que tu mayor sueño era tener amigos y compañeros de juego.
Ante tal
declaración Remus se sonrojo notablemente por la vergüenza, nunca le había
comentado eso a nadie, Dora por su parte sintió cariño por el joven al cual
abrazo con más fuerza enternecida, James y Sirius sonrieron divertidos, pero
nada que ver con su sonrisa de burla, oros como Teddy, Lily y demás lo vieron
con comprensión mientras que otros más lo observaron con lastima, eso les aba
una imagen en que pensar además del de prodigioso estudiante y la del
licántropo.
Tres estupendos amigos: Sirius Black, Peter Pettigrew y tu padre,
Harry, James Potter. Mis tres amigos no podían dejar de darse cuenta de mis
desapariciones mensuales. Yo inventaba historias de todo tipo.
-Y
bastantes estúpidas debo añadir- aseguro Sirius sonriendo.
-Al menos
las ultimas, porque las primeras fueron un poco más creíbles- agrego James.
Les dije que mi madre estaba enferma y que tenía que ir a casa a verla...
-Esa fue
de tus mentiras más decentes- hablo nuevamente Sirius- pero después de la
quinta vez comenzó a perder credibilidad.
Me aterrorizaba que pudieran abandonarme cuando descubrieran lo que yo
era. Pero al igual que tú, Hermione, averiguaron la verdad. Y no me
abandonaron. Por el contrario, convirtieron mis metamorfosis no sólo en
soportables, sino en los mejores momentos de mi vida. Se hicieron animagos.
— ¿Mi padre también? —preguntó Harry atónito.
-La duda
ofende hijo mío- aseguró James sonriendo.
—Sí, claro —respondió Lupin—. Les costó tres años averiguar cómo
hacerlo. Tu padre y Sirius eran los alumnos más inteligentes del colegio y
tuvieron suerte porque la transformación en animago puede salir fatal. Es la
razón por la que el Ministerio vigila estrechamente a los que lo intentan.
-Pero aun
así, ¿por qué el que se volvieran animagos lo ayudaría?- pregunto una joven de
Hufflepuff.
-Eso
aparece en el libro, Bill continua- le solicito Hermione.
Peter necesitaba toda la ayuda que pudiera obtener de James y Sirius.
Finalmente, en quinto, lo lograron.
-Peter
siempre me pareció muy diferentes a ustedes- comento Marlene- como fue que se
hicieron amigos.
-Fue por
Remus- aseguro Sirius.
-Él
siempre fue muy protector con chicos como él, tal vez por eso defendió a
Neville en su primera clase- aseguro James- lástima que nada de eso le pareció
importar a Peter- escupió al final.
-Ya
James, te enfermaras si continuas así- le hablo Lily sobándole la espalda a su novio.
Cada cual tuvo la posibilidad de convertirse a voluntad en un animal
diferente.
—Pero ¿en qué le benefició a usted eso? —preguntó Hermione con
perplejidad.
—No podían hacerme compañía como seres humanos, así que me la hacían
como animales —explicó Lupin—. Un licántropo sólo es peligroso para las
personas. Cada mes abandonaban a hurtadillas el castillo, bajo la capa
invisible de James. Peter, como era el más pequeño, podía deslizarse bajo las
ramas del sauce y tocar el nudo que las deja inmóviles. Entonces pasaban por el
túnel y se reunían conmigo. Bajo su influencia yo me volvía menos peligroso. Mi
cuerpo seguía siendo de lobo, pero mi mente parecía más humana mientras estaba
con ellos.
-Siempre
juntos, no importara que- comento Lily con media sonrisa, ella eventualmente
averiguo lo que intentaban, aunque no estuvo seguro si lo lograron hasta hace
poco que se lo confesaron, y más aun cando le dijeron sus motivos, tal vez
podían estar muy locos, pero eran nobles, de eso no había duda.
—Date prisa, Remus —gritó Black, que seguía mirando a Scabbers con una
horrible expresión de avidez.
-Y el
siempre igual de impaciente- aseguro Marlene- todo debe de hacerlo a su tiempo.
-No creas
que es tan fácil cambiarme- le aseguro Sirius.
—Ya llego, Sirius, ya llego... Al transformarnos se nos abrían
posibilidades emocionantes. Abandonábamos la Casa de los Gritos y vagábamos de
noche por los terrenos del colegio y por el pueblo. Sirius y James se
transformaban en animales tan grandes que eran capaces de tener a raya a un
licántropo. Dudo que ningún alumno de Hogwarts haya descubierto nunca tantas
cosas sobre el colegio como nosotros.
-Al menos
hasta su época me atrevería a decir- comento Dumbledore viendo sonriente al
trio del futuro.
Y de esa manera llegamos a trazar el mapa del merodeador y lo firmamos
con nuestros apodos: Sirius era Canuto, Peter Colagusano y James Cornamenta.
— ¿Qué animal...? —comenzó Harry, pero Hermione lo interrumpió:
-No creo
que sea momento para hablar de eso- aseguro James- aunque me gustaría que supieras
un poco más de mí.
— ¡Aun así, era peligroso! ¡Andar por ahí, en la oscuridad, con un
licántropo! ¿Qué habría ocurrido si les hubiera dado esquinazo a los otros y
mordido a alguien?
Varios de
los presentes asintieron vigorosamente, era lo único que podían hacer, algunos
sintieron un leve escalofrió al pensar que un licántropo y tres animales se
ponían a correr en los terrenos cuando ellos dormían.
—Ése es un pensamiento que aún me reconcome —respondió Lupin en tono
de lamentación—. Estuve a punto de hacerlo muchas veces. Luego nos reíamos.
Éramos jóvenes e irreflexivos. Nos dejábamos llevar por nuestras ocurrencias. A
menudo me sentía culpable por haber traicionado la confianza de Dumbledore.
-Siempre
se ponía si después de cada luna llena- comento Sirius recordando a su amigo
diciéndoles que eso ya no podía pasar y que ya no podían acompañarlo el mes
siguiente.
-Y muchas
de esas veces terminaron hablando de eso en la enfermería- aseguró Lily.
-Fue algo
muy estúpido- aseguro una joven de Gryffindor- si en una de esas los hubiera
mordido ustedes pudieron…
-No
atacaba animales que no oíste- le reclamo James- demás Remus no es tan salvaje
como ustedes creen- agrego.
Me había admitido en Hogwarts cuando ningún otro director lo habría
hecho, y no se imaginaba que yo estuviera rompiendo las normas que había
establecido para mi propia seguridad y la de otros. Nunca supo que por mi culpa
tres de mis compañeros se convirtieron ilegalmente en animagos.
Pero el
anciano en lugar de sentirse ofendido sonrió afablemente, si bien le precio
algo realmente riesgoso no podía decir que le disgusta mucho, en parte porque
en verdad lo consiguieron y por el punto al que se atrevieron a llegar para
apoyar su compañero, esa clase de
lealtad era muy difícil de conseguir.
Pero olvidaba mis remordimientos cada vez que nos sentábamos a planear
la aventura del mes siguiente. Y no he cambiado... —Las facciones de Lupin se
habían tensado y se le notaba en la voz que estaba disgustado consigo mismo—.
Todo este curso he estado pensando si debería decirle a Dumbledore que Sirius
es un animago. Pero no lo he hecho.
-Y tal
vez fue lo mejor- comento Teddy- de otra forma es posible que no terminan en
esa circunstancias.
-Bueno,
si atrapaban a Sirius por esa razón no reo que hayan tenido oportunidad de
explicar su historia- le apoyo Albus.
¿Por qué? Porque soy demasiado cobarde. Decírselo habría supuesto
confesar que yo traicionaba su confianza mientras estaba en el colegio, habría
supuesto admitir que arrastraba a otros conmigo... y la confianza de Dumbledore
ha sido muy importante para mí.
Remus
bajo la vista con melancolía, su yo del libro sin duda pensaba de la misma
forma que él.
-No te
deprimas lunático- le hablo Sirius- no eres cobarde ni mucho menos.
-Eso
dices- le respondió el castaño- la verdad es que sigo siendo yo, y los
pensamientos que expresa los he sentido mas de una vez.
Me dejó entrar en Hogwarts de niño y me ha dado un trabajo cuando
durante toda mi vida adulta me han rehuido y he sido incapaz de encontrar un
empleo remunerado debido a mi condición. Y por eso supe que Sirius entraba en
el colegio utilizando artes oscuras aprendidas de Voldemort y de que su
condición de animago no tenía nada que ver...
-Aun así
al final resulto ser algo bueno- comento Andrómeda- como dijo mi nieto, de esa
forma por lo menos podrán saber la verdad de las cosas.
Así que, de alguna manera, Snape tenía razón en lo que decía de mí.
— ¿Snape? —dijo Black bruscamente, apartando los ojos de Scabbers por
primera vez desde hacía varios minutos, y mirando a Lupin—. ¿Qué pinta Snape?
—Está aquí, Sirius —dijo Lupin con disgusto—. También da clases en
Hogwarts. —Miró a Harry, a Ron y a Hermione
-Para
desgracia de la gran mayoría de estudiantes- aseguro Fred- la verdad nunca
debió de tener un puesto en el colegio, el conocía la historia de Snape como
todos los que sobrevivieron la última
batalla, pero aun así le guardaba algo de antipatía por todos esos años.
-Podrían
echarlo a cualquier otra parte menos al colegio dando clase, todos nosotros
estriamos agradecidos- agrego George.
—. El profesor Snape era compañero nuestro. —Se volvió otra vez hacia
Black—: Ha intentado por todos los medios impedir que me dieran el puesto de
profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Le ha estado diciendo a
Dumbledore durante todo el curso que no soy de fiar. Tiene motivos... Sirius le
gastó una broma que casi lo mató, una broma en la que me vi envuelto.
Snape
bufo molesto, como le hubiera gustado revelar la verdad de su condición y
fastidiar ese maldito grupo, si no fuera por Dumbledore.
-Tu no
tuviste nada que ver- aseguro James- no tiene ningún motivo más que el rencor
injustificado que tiene- obviamente
Severus estaba en completo desacuerdo.
—Le estuvo bien empleado. —Black se rió con una mueca—. Siempre
husmeando, siempre queriendo saber lo que tramábamos... para ver si nos
expulsaban.
-Aun así
nunca deviene hacer algo como eso- seguro el azabache.
-Por lo
visto un no me perdonas por eso e cornamenta- respondió el animago.
—Severus estaba muy interesado por averiguar adónde iba yo cada mes
—explicó Lupin a los tres jóvenes—. Estábamos en el mismo curso, ¿sabéis? Y no
nos caíamos bien. En especial, le tenía inquina a James. Creo que era envidia
por lo bien que se le daba el quidditch...
-Y en
especial por Lily- seguro Alice- siempre estando atrás de ella gritando lo que
sentía.
-Y sin
duda fue peor cuando ella comenzó a sentir cariño por él- añadió Marlene- lo
fue más y más evidente conforme pasaba el tiempo- termino logrando que la
pelirroja se sonrojara levemente.
De todas formas, Snape me había visto atravesar los terrenos del
colegio con la señora Pomfrey cierta tarde que me llevaba hacia el sauce
boxeador para mi transformación. Sirius pensó que sería divertido contarle a
Snape que para entrar detrás de mí bastaba con apretar el nudo del árbol con un
palo largo. Bueno, Snape, como es lógico, lo hizo.
-¿En
verdad?- exclamo Andrómeda- eso va más allá de una simple broma Sirius- agrego
en reproche la mujer.
-No es de
extrañar que incluso James y Remus estén molestos contigo por eso- agrego Ted.
Si hubiera llegado hasta aquí, se habría encontrado con un licántropo
completamente transformado. Pero tu padre, que había oído a Sirius, fue tras
Snape y lo obligó a volver, arriesgando su propia vida.
-Salvando
su maldito pellejo- espeto de inmediato Snape
-Eso lo
dices por tu maldito rencor- Le reclamo James.
-Arrogante
como siempre, siempre actuando como un héroe cuando no lo eres- aseguro.- es
·"broma” es prueba de...
-Ni yo ni Remus consideramos eso como un
broma, nosotros nunca…
-¡Nunca!-
le interrumpió- y ¿qué hay de Mulciber?
-¡Ese fue
un castigo porque prácticamente estaba torturando a Mary!- esta vez fue James
el que interrumpió, varios de los presentes recordaban ese incidente, incluida
la propia Mary- nosotros no éramos santos pero nunca actuamos como tus
mortifagos amigos cuando solo para divertirnos- eso era tan similar a lo que
Lily le había dicho hace tiempo que no pudo evitar sentirse molesto.
.-Aun
así, fueron ustedes…
-Tú
también fuiste el culpable, pero eres tan irracional e idiota que no lo vez- en
esta ocasión fue Lily quien le interrumpió.
-Pero
Lily…
-Ustedes
siempre estuvieron peleando y aun si decidiste hacer todo lo que Sirius te
dijo, fueron tus acciones las que te pusieron en riesgo, las que casi te matan,
pero eres incapaz de ver tus propios errores como siempre- agrego con frialdad,
eso fue suficiente para poder desarmarlo.
Aunque Snape me entrevió al final del túnel. Dumbledore le prohibió
contárselo a nadie, pero desde aquel momento supo lo que yo era...
—Entonces, por eso lo odia Snape —dijo Harry—. ¿Pensó que estaba usted
metido en la broma?
—Exactamente —admitió una voz fría y burlona que provenía de la pared,
a espaldas de Lupin.
Severus Snape se desprendió de la capa invisible y apuntó a Lupin con
la varita.
-Con un
demonio- espeto Sirius- no pudo haber llegado en peor momento.
-Es el
final del capítulo- informo Bill.
-Lógico-
aseguro Marlene solicitándole el libro al pelirrojo- fue buena idea del
profesor haber pospuesto la lectura, no creo haber soportado la incertidumbre
de habernos quedado aquí.
-Y yo soy
el impaciente
-Cállate
animal- le recrimino la rubia a Sirius mientras le daba vuelta a la hoja para
continuar.
Ya casi se acaba este libro no se si estar truste o feliz por eso.... si creo que estoy un poquis obcesionada con esto pero no importa es tu culpa por escribir tan jopidamente bien.... sigue cuando puedas por favor
ResponderEliminarSí, ya casi llegamos al final del libro, pero solo apenas estamos llegando a la mitad de la saga, tristeza cuando terminemos.
EliminarMe alegra que te guste como escribo.
Ya actualizo.
Wow... como dice Dany, ya estamos en la recta final solo faltan 4 capítulos para finalizar este libro, y la verdad, ya quiero ver como reaccionan ante el giratiempo de Mionie, así como que dice Lily sobre el torneo de los "4" magos, ajajajaja
ResponderEliminarLa verdad es que el proximo libro se me hizo muy emocionante, pero sufri mucho con la muerte de Diggory, fue horrible, y obviamente por el regreso de Voldy... pero veamos como entras en el tema y lo haces tuyo, veamos pues en el futuro como narras lo que pasó con c/u de ellos, y espero que Teddy (mayor) ya le diga a Remus que él es su padre.
Ahhh
Si, solo un par de capítulos más y terminamos.
EliminarLa reacción a lo el giratiempo pronto aparecerá, pero en cuanto a lo de Lily bueno, sería muy fuerte para ella cuando el nombre de Harry salga del cáliz. ni que decir de su encuentro contra Voldemort en el cementerio.
Y lo del pobre Cedric, cuando se entere de su propia muerte.
Espero con ansias llegar a esos capítulos tan intensos.
Busco el mejor momento para que Remus se entere de la vedad, espero que sea de su agrado lo que se ocurra.
Ya actualizo.
Continua please
ResponderEliminarYa actualizo.
Eliminar