martes, 17 de noviembre de 2015

Capítulo 65.- Sortilegios Weasley




Con un paso firme, Lily guio a su querido amigo por los corredores del castillo, no se detuvieron hasta llegar a un aula a la que entraron después de verificar que estaba vacía, posteriormente la pelirroja aplico un par de encantamientos para evitar a algún indiscreto que pudiera querer oírlos.

Remus se sentó sobre una mesa encarando lo mejor que podía a la pelirroja, que en ese momento tomaba asiento frente a él mientras le dirigiría una penetrante mirada de sus ojos  verdes. por un segundo no dijeron absolutamente nada, lo cual tensaba al castaño, sabia a la perfección el carácter de la chica y una plática a solas con ella podría ser comparable a un juicio criminal de una corte medieval.

-¿Y bien?- comenzó ella- no diere nada que no le has regalado nada a mi hijo.

-Lily

-Shhh- le silencio ella- comprendo que tu situación no es la mejor y no tienes por qué gastar lo poco que ganas en cosas así- aseguro- tampoco diré nada del hecho que no le has enviado ni una carta, algo que incluso tu podrías hacer, aunque fuera solo una- dijo con cierto tono de reproche

-Lily yo…- trato nuevamente de explicarse o en su caso disculparse por la falta de atención que su yo del futuro tenia para con su hijo, pero ella nuevamente lo silencio.

-Esas son cosas que en nuestro tiempo aun no ocurren, y no creo que sea buena preocuparnos por lo que aún no pasa- continuo con su discurso- así que lo mejor seria que no enfocáramos en lo que está pasando ahora.

-¿Ahora?- dijo extrañado Remus, que era lo que la pelirroja quería decir, en ese momento se encontraban suspendidos en el tiempo, si anochecía y amanecía debía ser para darle algo de normalidad a la situación, pero en ese momento no podían hacer nada para cambiar los devenires que estaban leyendo.

-Sí, lo que está pasando en este momento- aseguro nuevamente Lily- entonces, ¿qué es lo que ocurre entre ti y Dora?- le soltó de golpe

En el momento que Lily le ordeno solicito que hablaran un momento sabía que era posible que hablaran de ese tema, pero por la forma con la que inicio su discurso creyó que su charla seria de una cosa totalmente diferente, por lo que una confrontación tan directa como esa al final lo tomo por sorpresa y tiro por tierra cualquier excusa preparada del castaño para justificar o evadir la charla, en pocas palabras, Lily Evans lo había atrapado sin defensas.

-Entre… ella y yo… Dora y Yo… nada… no ay nada entre… nosotros- le dijo sonrojado.

-Te pones muy nervioso para no ser nada- dijo con suspicacia- además anoche durmieron juntos y…

-Eso tiene una explicación- aseguro de inmediato él relatándole acerca de su apuesta y de lo ocurrido la noche anterior cuando ella se apareció en su habitación- eso es todo, no hay nada entre nosotros.

-Ya veo- comento ella- la situación es un poco diferente a la que pensábamos- acepto- pero esas diferencias no indican que no hay nada entre ustedes.

-¡¿Qué?!- exclamo Remus sorprendido, pensó que por lo menos le había quitado esa absurda idea de su cabeza, pero estaba equivocado.

-Vamos Remus, no me creo que seas tan idiota para no poder verlo- aseguro- ella pudo haberte pedido lo que fuera, pudo pedirte, o mejor dicho, ordenarte a que fueras con ella y su familia pero no, ella quiso que estuvieran ustedes dos solos, eso no te dice nada

-No, claro que no…- respondió.

-Puedes hacerte el ciego todo lo que quieras, pero no pues engañar a nadie, ni siquiera a ti mismo- agrego- tú le gustas Remus y…

-¡Lily por favor basta!- le ordeno al tiempo que se ponía de pie y le daba la espalda- eso… eso es imposible, no puede ser, no deber ser así- dijo- ella… ella tiene un gran potencial , ella no puede estar interesada en una… en alguien como yo- se corrigió, si se atrevía a llamarse a sí  mismo bestia la pagaría caro- en nuestra época es solo una niña y además, ella tendrá a su familia, una en la que yo no me incluyo- aseguro. Lily escuchaba atenta- ella conseguirá a alguien adecuado a alguien que la merezca y yo…- se le quebró un poco la voz en ese momento, y ahí fue donde comprendió, por un momento pensó que era solo Dora la que sentía algo por él, pero no, Remus también tenía ese sentimiento, no podía asegurar que fuera amor, pero si era un sentimiento intenso para él.

-Y veo- intervino Lily- por un momento creí que era solo ella, pero no a ti también te gusta

-¿Cómo dices eso?

-Por la forma en que hablas, reconozco ese dolor que sientes, el ver o pensar que la persona que amas esta con otra que no eres tú, entiendo ese sentimiento muy bien- le dijo ya no en reprimenda o con suspicacia, sino en un tono maternal y amable- Remus, porque no te das una oportunidad para ser feliz, para estar con ella.

-No lo entiendes…

-No, tu eres el que no lo entiende- le interrumpió- el amor no entiende de razones ni lógica, y cuando es algo puro y verdadero no hay forma en que puedas pelear contra él, créeme lo intente- se levantó y tomándole del hombro le obligo a mirarla- por favor, no seas terco ni estúpido, si ella es la indicada para ti y tu para ella, porque pelear contra el destino.

-Pero Lily, yo no creo que pueda haber algo realmente entre nosotros- aseguro más tranquilo bajando la vista.

-No siempre tienes la razón Remus- le aseguro- aún quedan algunos libros, así que tendrás varias noches en compañía para que descubras tu error

-¿Qué? ¿No?- dijo de inmediato  con apuración- ella, ya no podeos volver a dormir como anoche, no podemos.

-Pero cuál es el problema, si en verdad te crees que no hay nada entre ustedes-le ataco con su propio argumento

-Ese no es el punto- aseguro enrojeciendo notablemente.

-Remus, con exactitud ¿qué es lo ocurre?- le interrogo con inmensa curiosidad por la reacción del castaño.

-Es que, bueno, el problema es que ella bueno- en verdad no quería decirlo- ella, duerme un poco ligero- dijo pro Lily puso cara de no entenderle- de ropa

-Oh- compendio- entonces, ella, despierta tu lívido- el licántropo se sonrojo más si es que era posible- y temes hacerle lo que Sirius dices que le haces- el joven bajo la vista nuevamente- bueno, no te preocupes por eso, con lo retraído que eres sin duda será ella la que te lo haga a ti- termina con cierto tono de burla mientras quitaba los hechizos y lo dejaba solo.

Remus se quedó un momento solo en aquella aula, sintiéndose cada vez más acorralado, las burlas e insinuaciones de James o Sirius eran una cosa, las podía manejar, pero Lily podría ser impredecible, ir en contra de una furia pelirroja como ella era casi una declaración de suicidio, por el momento suponía que Lily le brindaría su apoyo incondicional a Dora, y si esta insistía en querer seguir durmiendo con él no había nada que pudiera hacer, esa pequeña ventana de esperanza que tenia de poder evitarlo se había cerrado para nunca volverse a abrir.

Con un poco de pesadez emprendió el camino dieto al gran comedor, sabiendo que todos los que conocía lo empujaban a intentar una relación con la peli rosa, una relación que desde el principio le pareció imposible, pero ahora estaba dudando de esa resolución, por una parte gracias al empeño en que todos ponían para que lo intentara, pero en mayor medida, por la satisfacción que tenía cada vez estaban juntos la noche anterior que no pudo dormir por su cercanía fue de las peores pero a la vez una de las mejores noches de su vida.

La hora de la comida era una de las pocas ocasiones en que se podían relajar desde que comenzaron las lecturas, y Teddy, esperaba ansioso ese momento para hablar con Victoire, quería tener un poco de privacidad para darle los pormenores de la noche anterior y esperaba que por una vez Jame “S” los dejara tranquilos. Pero en esta ocasión fue diferente, esta vez fue su madre la que intervino en su invitación a la chica y le solicito que la acompañara, triste por no poder estar con su novia, pero expectante por lo que su mamá le quería decir, la siguió hasta la sala de menesteres.

-Y bien má que es lo que querías decirme- comenzó Teddy cuando se vieron en una habitación donde no serían interrumpidos ni oídos.

-Bueno, es referente a lo de anoche a tu consejo- comenzó la chica.

-¿Que ocurre con él?, no lo pusiste en práctica o…

-No, si lo puse en práctica ese es el problema- aseguro- la verdad no sé cómo me convenciste para que compartiera la misma cama que Remus.

-Bueno, creo que fue mejor a que durmieran en camas separadas como pensabas- aseguro él con media sonrisa en el rostro- además solo te sugerí, no hice absolutamente nada para convencerte, al final fue tu definición.

-Pues ahora no estoy segura si fue algo bueno- aseguro.

-Pero ¿Por qué?, ustedes se llevan muy bien y…

-Sí, pero nunca me había mirado como anoche- le interrumpió Dora, y ante la ignorancia de su hijo tuvo que explicarse con mas detenimiento- el problema fue que anoche, fui a un baño para cambiarme, y como aquí hace calor como en la primavera o el verano pues, me gusta ir algo ligera y bueno, cuando salí Remus,  él me miro de una forma que me hizo sentir rara.

-¿Rara?, ¿cómo es eso?

-Si tú sabes, lo que los muggles llaman las flores y las abejas

-Ha ya, ya comprendí, no hace falta explicar más- se apresuró a decir Teddy, no quería iniciar una plática de sexo ahí con su madre.

-Sí, y la verdad, creo que Remus pudo haber estado en las mismas- agrego- y, creo que podría ser algo peligroso.

-Bueno, viéndolo objetivamente- comenzó Teddy- en estas circunstancias es más probable que tú lo ataques a él que el a ti.

-¡Teddy!- le reprendió dora- no es momento para bromas.

-No pero es en serio, la verdad es que si quieres que pase algo entre ustedes deberás ser tu quien tome la iniciativa- aseguro.

-Que… pero… quien dijo que yo… rayos…- en ese momento su cara y cabello debían estar más rojos que la misma sangre.

-En último caso, puedes cambiar los términos de tu victoria, o desistir y regresar a la habitación con mis abuelos.

-No, eso no opción- aseguro con seguridad la joven- después de la escena de la noche anterior ya no puedo retractarme.

-No puedes retractarte por eso, o porque en verdad quieres que así sean las cosas- le pico el metamorfomago- solo piénsalo- y cerrando con eso salió de la habitación.

Cuando Dora salió de la sala de mesteres ya había aparecido la comida, pero más importante, Lily ya había regresado pero Remus no, y Teddy de seguro había salido con Victoire como el día anterior, su tardanza en salir se debió al tiempo que le llevo recomponerse, con todas las palabrerías de Sirius  los comentaros recién recibidos de su propio hijo, no pudo evitar imaginar un par de situaciones donde ella y Remus tenían un encuentro que podría ser de todo menos casto, lo que quería con esa charla era liberar su conciencia y relajarse pero en lugar de eso su hijo se encargó de ponerla más nerviosa.

Cuando se sentó recibió a su bebe de brazos de su madre mineras que su tío devoraba lo que tenía en frente, con cuidado acerco las cosas para darle de comer a Teddy y también lo que ella misma iba a comer, pensó en guardar algo también para Remus pero por fortuna para el chico, este entro por la puertas del gran comedor poco después que ella llegara, tomo asiento a su asiento a su lado sin hacer contacto visual y con lo que la joven le pareció un leve sonrojo, si Sirius no hubiera estado tan concentrado en su palto de seguro ya habría hecho alguna broma al respecto.

Ya había pasado un rato de que la comida desapareció y todos los que habían salido ya  estaban de regreso, sentados en sus respectivas mesas, solo esperaban el momento de que retomaran la lectura.

-Muy bien, hablo Dumbledore- ¿quién se ofrece a leer el siguiente capítulo?

-Yo lo are profesor- salto de inmediato George tomando el libro, no le fue difícil pues nadie lo había movido de donde su gemelo lo dejo- muy el siguiente se llama- su sonrisa se ensancho- “Sortilegios Weasley”

-Sí, nuestros primeros pasos para alcanzar nuestro sueño- aseguro Fred lo cual divirtió y deprimió un poco a sus hermanos, ya que Fred fue uno de los que no sobrevivió a la guerra y no pudo disfrutar por mucho tiempo de su sueño hecho realidad.

Harry dio vueltas cada vez más rápido con los codos pegados al cuerpo. Borrosas chimeneas pasaban ante él a la velocidad del rayo, hasta que se sintió mareado y cerró los ojos. Cuando por fin le pareció que su velocidad aminoraba, estiró los brazos, a tiempo para evitar darse de bruces contra el suelo de la cocina de los Weasley al salir de la chimenea.

-Sigues teniendo esos problemas- comento Lily.

-Bueno, solo ha usado la red flu un par de veces en toda su vida, toma un poco más acostumbrarse- comento James.

— ¿Se lo comió? —preguntó Fred ansioso mientras le tendía a Harry la mano para ayudarlo a levantarse.

-En verdad están muy ansiosos por saber que paso- comentó Alice- ni siquiera le preguntaron si estaba bien por la caída.

-Pero no creo que a Harry le importara, debe estar esperando saber que hicieron- agrego Frank

—Sí —respondió Harry poniéndose en pie—. ¿Qué era?

—Caramelo longuilinguo —explicó Fred, muy contento—. Los hemos inventado George y yo, y nos hemos pasado el verano buscando a alguien en quien probarlos...

-Debió ser una lástima que no pudieran sus resultados con sus propios ojos- se lamentó Gideon.

-No, pero cuando los comenzamos a vender el colegio pudimos ver como…-

-¡¿Vendieron esas cosas en el colegio?!- exclamo Molly viendo con seriedad a George.

-Bueno mamá, hablando como empresarios, que mejor lugar para probarlos que con nuestros compradores potenciales- salió a defensa Fred.

-¡Eso no justica nada!- arremetió la señora Weasley.

-Si así se pone por eso, no me imagino que dirá cuando se enteren de su apuesta con Bagman- comento por lo bajo Harry.

-Querrá darles una tunda- aseguro Ron- tanto a ellos como a papá que los dejo hacerla- agrego.

Todos prorrumpieron en carcajadas en la pequeña cocina; Harry miró a su alrededor, y vio que Ron y George estaban sentados a una mesa de madera desgastada de tanto restregarla, con dos pelirrojos a los que Harry no había visto nunca, aunque no tardó en suponer quiénes serían: Bill y Charlie, los dos hermanos mayores Weasley.

-Me pregunto como fue que llegaste a esa conclusión- ironizo Sirius- será por su parecido físico o por los pelos color zanahoria

-¡Hey!- reclamaron todos los pelirrojos a la vez, incluso los que no eran Weasley.

-Hay Sirius, solo a ti se te ocurre hacerte enemigo de una familia tan numerosa- comento Marlene- luego no pidas ayuda si te hacen alguna broma.

-¿Qué? ¿Ellos?, imposible, no podrán bromear a un bromista nunca- aseguro el animago, pero eso más que una declaración, fue recibido como un reto de parte de los bromistas tanto del pasado como los del futuro.

— ¿Qué tal te va, Harry? —preguntó el más cercano a él, dirigiéndole una amplia sonrisa y tendiéndole una mano grande que Harry estrechó. Estaba llena de callos y ampollas.

-Ahí hago mi primera aparición- cometo Charlie, para la mayoría era obvio que se trataría de él, después de todo, quien más podría tener esas manos.

Aquél tenía que ser Charlie, que trabajaba en Rumania con dragones. Su constitución era igual a la de los gemelos, y diferente de la de Percy y Ron, que eran más altos y delgados. Tenía una cara ancha de expresión bonachona, con la piel curtida por el clima de Rumania y tan llena de pecas que parecía bronceada; los brazos eran musculosos, y en uno de ellos se veía una quemadura grande y brillante.

-Hay por Merlín- exclamo de inmediato Molly- de todas las cosa que podrías hacer tenías que ir a cuidar dragones- agrego.


-Ya tranquila mamá- atajo Bill- es cierto que no te gustan nuestros trabajos, pero es lo que a nosotros nos gusta hacer- dijo.

-Es cierto, no todos estamos hechos para trabajar en el ministerio- apoyo Charlie- sin ofender- agrego viendo especialmente a su padre y a Percy.

Bill se levantó sonriendo y también le estrechó la mano a Harry, quien se sorprendió.

Algunos de los pelirrojos vieron con cierta extrañeza a Harry quien puso una leve sonrisa, hasta ahora nunca había mencionado como pensaba que era Bill antes de su primer encuentro, pero estaban a punto de descubrirlo.

Sabía que Bill trabajaba para Gringotts, el banco del mundo mágico, y que había sido Premio Anual de Hogwarts, y siempre se lo había imaginado como una versión crecida de Percy: quisquilloso en cuanto al incumplimiento de las normas e inclinado a mandar a todo el mundo.

-¿Qué?- exclamaron algunos, pero en especial los gemelos Weasley, pareció que ellos se sentían más ofendidos por esa maginen mental que el propio Bill.

-Pero cómo pudiste pensar eso de nuestro hermano Harry- arremetió Fred- afortunadamente solo tenemos a un Percy.

-Ese es el problema de ser prefectos o premios anuales- agregó George- solo lo consiguen y ya andan pensando mal de la gente.

-No sean exagerados- les silencio Bill que sonreía divertido- nunca nos aviamos visto y con lo poco que sabía no podían evitar que penara algo así.

Sin embargo, Bill era (no había otra palabra para definirlo) guay: era alto, tenía el pelo largo y recogido en una coleta, llevaba un colmillo de pendiente e iba vestido de manera apropiada para un concierto de rock, salvo por las botas (que, según reconoció Harry, no eran de cuero sino de piel de dragón).

-Sí, tan hegmosos como siempge- aseguro Fleur abrazando y besando a su esposo.

Antes de que ninguno de ellos pudiera añadir nada, se oyó un pequeño estallido y el señor Weasley apareció de pronto al lado de George. Harry no lo había visto nunca tan enfadado.

-Lo que es ya mucho decir, papá no suele ser el que se enoja de esa manera- comento Bill- pocas veces lo hemos visto así.

-Si, por lo general es mamá la que nos recrimina siempre, incluso a papá- agrego Charlie.

-Es que así son todas las pelirrojas, debería de relajarse mas- dijo Sirius ganándose cuanto miradas severas de Molly, Lily, Ginny y Lily “L

— ¡No ha tenido ninguna gracia, Fred! ¿Qué demonios le diste a ese niño muggle?

—No le di nada —respondió Fred, con otra sonrisa maligna—. Sólo lo dejé caer... Ha sido culpa suya: lo cogió y se lo comió. Yo no le dije que lo hiciera.

-Técnicamente es cierto, nadie obligo a ese gordinflón a que se lo comiera- comento Fabián- la culpa fue de el por meterse todo a la boca.

-Pero dejó caer esos dulces sabiendo que se lo comería- aseguro Molly- eso es suficiente para culparlo.

— ¡Lo dejaste caer a propósito! —Vociferó el señor Weasley—. Sabías que se lo comería porque estaba a dieta...

— ¿Cuánto le creció la lengua? —preguntó George, con mucho interés.

-No creo que sea el momento de preguntar eso- comento Gideon- pero me muero de curiosidad por saber la respuesta.

—Cuando sus padres me permitieron acortársela había alcanzado más de un metro de largo.

Harry y los Weasley prorrumpieron de nuevo en una sonora carcajada.

Los padres de los aludidos negaron seriamente (a excepción claro de James) mientras los chicos sonrían.

-Bueno, con eso fue suficiente para que dejaran que Arthur lo ayudara- comento Frank- aun así, me pregunto si la lengua hubiera continuado creciendo si no le hubieran permitido ayudarle.

-Probablemente, todo depende de que tan fuerte ya sido el encantamiento que usaron- agregó Alice.

— ¡No tiene gracia! —Gritó el señor Weasley—. ¡Ese tipo de comportamiento enturbia muy seriamente las relaciones entre magos y muggles!

-Y volar su chimenea por toda la sala no enturbia las relaciones entre magos y muggles- comento en reprimenda Molly- sinceramente usted señor hace valer la ley cuando no lo involucra a usted- agrego, aun recordaba aquella laguna legal que saco para justificar tener ese auto encantado.

-Bueno no te enfades tanto, de seguro dejo su casa perfectamente antes de regresar- comento Sirius.

-¿Quién sabe?, si dejaron que Arthur ayudara a su hijo era porque no tenían alternativa- aseguro Marlene- pero en cuanto a la chimenea ellos mismos la podrían arreglar, si sería un gasto fuerte pero no dudo que lo pagarían con tal que Arthur se fuera la más rápido posible.

-Eso también sería probable, de casualidad ¿no saben qué fue lo que ocurrió?- les pregunto James a los del futuro que negaron de inmediato, con todo lo que tenían no estaban para preocuparse de la simple reconstrucción de una chimenea.

Me paso la mitad de la vida luchando contra los malos tratos a los muggles, y resulta que mis propios hijos...

— ¡No se lo dimos porque fuera muggle! —respondió Fred, indignado.

—No. Se lo dimos porque es un asqueroso bravucón —explicó George—. ¿No es verdad, Harry?

—Sí, lo es —contestó Harry seriamente.

-Eso podría ser cierto, pero aun así no creo que haya sido de alguna utilidad- comento Ted- para un brabucón muggle lo mejor es una respuesta muggle.

-Les estas sugiriendo que lo golpeen Ted- interrogo Andrómeda.

-No les sugiero que lo hagan- se defendió- pero no le vendría mal que lo pusieran en su lugar- agrego más bajo causando la risa en algunos y una mirada severa de su esposa.

— ¡Ésa no es la cuestión! —Repuso enfadado el señor Weasley—. Ya veréis cuando se lo diga a vuestra madre.

-No es necesario- comentó Molly- ya lo sé todo- aseguró viendo en reprimenda a sus hijos, eso les traería bastantes problemas después.

— ¿Cuando me digas qué? —preguntó una voz tras ellos.

-Huy- exclamaron los gemelos Prewett, James, Sirius y James “S”, como bromistas  han experimentado situaciones así- llego justo a tiempo- agregó James “S”.

La señora Weasley acababa de entrar en la cocina. Era bajita, rechoncha y tenía una cara generalmente muy amable, aunque en aquellos momentos la sospecha le hacía entornar los ojos.

— ¡Ah, hola, Harry! —dijo sonriéndole al advertir que estaba allí.

-Siempre siendo más amables con otros que sus propios hijos- comento James- mi madre era igual.

-Es porque era su deber disciplinarlos- aseguró Lily- ustedes dos tenían muchas cosas que corregir por eso Dorea consentía más a Remus que a ustedes- dijo hablándoles a Sirius y a su novio.

Luego volvió bruscamente la mirada a su mando—. ¿Qué es lo que tienes que decirme?

El señor Weasley dudó.

-No quería decirle a Molly realmente- comento Ted- solo era una amenaza para sus hijos.

-Comprensible, las madres pueden dar mucho más miedo que los padres- aseguro Dora que hablaba por experiencia propia.

Harry se dio cuenta de que, a pesar de estar tan enfadado con Fred y George, no había tenido verdadera intención de contarle a la señora Weasley lo ocurrido. Se hizo un silencio mientras el señor Weasley observaba nervioso a su mujer. Entonces aparecieron dos chicas en la puerta de la cocina, detrás de la señora Weasley: una, de pelo castaño y espeso e incisivos bastante grandes,

-¡Harry!- le reclamo de inmediato Hermione.

-Lo siento- se disculpó de inmediato el azabache- no era mi intención ofender pero es que así eras.

-Quisiera saber quién puso las descripciones en ese libro- agrego la castaña cruzándose de bazos.

Era Hermione Granger, la amiga de Harry y Ron; la otra, menuda y pelirroja, era Ginny, la hermana pequeña de Ron. Las dos sonrieron a Harry, y él les sonrió a su vez, lo que provocó que Ginny se sonrojara: Harry le había gustado desde su primera visita a La Madriguera.

-Y sabiendo eso, aun así…

-Sí, lo sé, ya pueden dejar de recordar lo lento que soy no- comentó el azabache.

-Pero descuida yerna, ya verás que cuando cambiemos todo aremos que Harry se fije en ti cuanto antes- aseguro James.

-¿Y cómo piensan hacerlo?- pregunto Lily “L”

-Podríamos pegarles las manos por un tiempo- propuso Sirius- como lo hicimos con cornamenta y la pelirroja- agrego muy a su pesar.

-¡¡¿Que ustedes qué?!!- grito con fuerza Lily asustando a más de un presente- ya sabía yo que eso no fue accidente, como se atrevieron ustedes dos a…

-También Remus estuvo en eso-  atajo Sirius- él nos ayudó a hacer esa cosa con la que se pegaron

-Sí, pero solo porque dijimos que los usaríamos con unos Slytherin, fueron ustedes dos quienes lo usaron con Lily- se defendió el castaño.

-He disculpen pero, de que están hablando- pregunto Dora entre curiosa y divertida.

-Sí, suena algo interesante- apoyo Fred.

-Bueno verán- comenzó Remus- en nuestro quinto año durante la clase de pociones hubo un “accidente”- dijo entre comillas- y bueno para resumir Lily y James quedaron pegados de la mano por una semana.

-La peor semana de mi vida- espeto Lily

-Pero al final fui yo al que peor le fue, o ya olvidaste que la primera noche me arrojaste un petrificus totalus- dijo James

-Y la segunda y tercera y cuarta noche también- agrego Sirius.

-¿Ustedes durmieron untos?- pregunto Harry

-No- respondió Remus- ellos durmieron en camas separadas en la enfermería- explico- y siempre estaban la señora Pomfrey o algún fantasma vigilándolos.

-Pero, ¿ustedes no se quieren?- pregunto Rose sin comprender.

-Sí, ya en ese tiempo se atraían- dijo Alice- pero en ese tiempo James  era aún más inmaduro de lo que es ahora y Lily seguía negándose a lo que sentía por lo que aun actuaba como si lo odiara.

-En ese caso ¡¿qué les hizo pensar que sería una buena idea hacerlo?!- les reclamo Rose.

-Evidentemente no lo pensaron- respondió Hermione- y ahora tendrán que pagar por eso.

-Mas, acaso no saben lo que nos hizo después la pelirroja- aclamo Sirius con un deje de temor en la voz.

-Evidentemente no Sirius- hablo Marlene- pero no creo sea momento, ya nos desviamos bastante de la lectura, así que por favor- le pidió al pelirrojo que continuara con la lectura.

— ¿Qué tienes que decirme, Arthur? —repitió la señora Weasley en un tono de voz que daba miedo.

—Nada, Molly —farfulló el señor Weasley—. Fred y George sólo... He tenido unas palabras con ellos...

— ¿Qué han hecho esta vez? —Preguntó la señora Weasley—. Si tiene que ver con los «Sortilegios Weasley»...

-En ese tiempo casi todo lo que hacían tenía que ver con Sortilegios Weasley- comentó Ron.

— ¿Por qué no le enseñas a Harry dónde va a dormir, Ron? —propuso Hermione desde la puerta.

—Ya lo sabe —respondió Ron—. En mi habitación. Durmió allí la última...

-Hay- dijeron muchos al mismo tiempo, exasperados por la falta de precepción del pelirrojo.

-Es obvio que ella solo quiere una salida para irse de ahí, para no estar en medio del regaño- comento Frank.

-Hasta yo me pude dar cuenta de eso- agrego Hugo.

-Si ya lo sé, fue solo un error menor, no hagan tanto drama- dijo el pelirrojo cura cara estaba casi del mismo tono que su cabello.

—Podemos ir todos —dijo Hermione, con una significativa mirada.

— ¡Ah! —Exclamó Ron, cayendo en la cuenta—. De acuerdo.

—Sí, nosotros también vamos —dijo George.

-Si claro, como si nuestra hermanita los dejara escapar con tanta facilidad- comento Gideon.

-Tendrían demasiada suerte, pero no albergaría muchas esperanzas- continuo Fabián.

— ¡Vosotros os quedáis donde estáis! —gruñó la señora Weasley.

Harry y Ron salieron despacio de la cocina y, acompañados por Hermione y Ginny, emprendieron el camino por el estrecho pasillo y subieron por la desvencijada escalera que zigzagueaba hacia los pisos superiores.

— ¿Qué es eso de los «Sortilegios Weasley»? —preguntó Harry mientras subían.

Ron y Ginny se rieron, pero Hermione no.

-No deberías ser tan amargada- le dijo Sirius a Hermione- tienes que aceptar que sus trucos son muy buenos, no hay duda que tienen habilidad.

-Nunca he dicho que no la tuvieran- aseguro- pero lo enfocas en esas bromas

-Algunas de sus cosas son buenas- salto Ron- siempre y cuando se las vendan a gente correcta- agrego en reprimenda viendo de reojo a Draco.

-En verdad que eres alguien rencoroso- aseguro el rubio que capto la mirada del pelirrojo

-Sí, o ya olvidaste lo que ocurrió después

-Bueno ya, no es momentos para ponernos a discutir de eso- ordeno Harry, quien además no tenía muchos ánimos de recodar esa noche- Fred continúa.

—Mi madre ha encontrado un montón de cupones de pedido cuando limpiaba la habitación de Fred y George —explicó Ron en voz baja—. Largas listas de precios de cosas que ellos han inventado. Artículos de broma, ya sabes: varitas falsas y caramelos con truco, montones de cosas. Es estupendo: nunca me imaginé que hubieran estado inventando todo eso...

-Entonces ¿qué creías que hacíamos en nuestra habitación?- le interrogo desafiante Fred.

-Bueno, ya que nunca no dijeron nada y solo escuchábamos explosiones- menciono Ginny- mejor dinos tu ¿qué era lo que debimos haber pensado?

-Bueno, puede que tengas razón pecas- le concedió George- pero teníamos que guardarlo en secreto por mamá.

-Que al final no sirvió de nada porque los descubrieron- aseguro Fabián- debieron ocultar mejor sus cosas.

-Aunque incuso nuestra hermanita debe admitir que el que ellos inventen bromas es más seguro que el trabajo de sus hijos mayores- agrego Gideon.

-Cuando participen en algún experimento para probar un nuevo producto hablaremos- les aseguro Ron, no sabía que tan peligroso era lo que hacían, pero aun así, para haber inventado su propia pomada para golpes.

—Hace mucho tiempo que escuchamos explosiones en su habitación, pero nunca supusimos que estuvieran fabricando algo —dijo Ginny—. Creíamos que simplemente les gustaba el ruido.

-Espera un minuto- exclamo James- estas hablando con Harry presente- dijo viendo a la pelirroja- ese es un gran avance, ahora solo debes acercarte a él para que sean novios- dijo olvidando los años que faltan para eso.

-En el caso de Harry, la única forma de conseguir un avance como ese tan rápido, sería que Ginny le saltara encima- comento Hermione ganándose una mirada ofendida de su amigo.

-Es decir, con la misma sutileza que este idiota tenía con migo- agrego Lily señalando a James.

-¡Mamá!- le reclamo Harry.

-Lo siento cariño, pero la comparación es adecuada- se defendió la pelirroja.

—Lo que pasa es que la mayor parte de los inventos... bueno, todos, en realidad... son algo peligrosos y, ¿sabes?, pensaban venderlos en Hogwarts para sacar dinero. Mi madre se ha puesto furiosa con ellos. Les ha prohibido seguir fabricando nada y ha quemado todos los cupones de pedido... Además está enfadada con ellos porque no han conseguido tan buenas notas como esperaba...

-Pero aun así terminaran saliéndose con la suya- comento ron- aunque con un poco de ayuda- agrego viendo de reojo a Harry.

-En nuestra defensa nosotros no queríamos aceptar la ayuda en un principio- comento Fred.

-Pero al final nos no dejo alternativa, nuestra vida estaba en juego si no aceptábamos- agrego George.

-Pero dudo que después se arrepintieran o se sintieran mal- aseguro Hermione mientras los gemelos sonreían en complicidad.

-¡No es justo!, nosotros si les explicamos nuestras travesuras y andanzas- reclamo Sirius- y ustedes siempre se ponen a hablar en clave.

-Pero qué más da, al final todo lo que dicen termina estado en los libros, no es como si se quedaran con la duda- aseguro Albus

-Es fácil para ti decirlo- le reclamo el oji gris.

-Claro que no- dijeron los Potter, Weasley y Malfoy del futuro- nuestros padres nunca nos han contado casi nada de su pasado- continuo Scorpius- nosotros también nos estamos enterando de muchas cosas, en especial ellos- aseguro dirigiéndose a James “S” Albus y Lily “L”

-Ya vez idiota, si fueras más sensible pensarías en ellos también- exclamo Marlene.

-Si bueno, está bien lo siento- se disculpó el animago- pelirrojo continua.

—Y también ha habido broncas porque mi madre quiere que entren en el Ministerio de Magia como nuestro padre, y ellos le han dicho que lo único que quieren es abrir una tienda de artículos de broma —añadió Ginny.

-Ya me imagino que pasaría si ese par entrara al ministerio- comento Percy- no es por desmeritarlos, pero en definitiva ese o es su sitio.

-En eso estamos de acuerdo hermanito- le concedió Fred.

Entonces se abrió una puerta en el segundo rellano y asomó por ella una cara con gafas de montura de hueso y expresión de enfado.

—Hola, Percy —saludó Harry.

—Ah, hola, Harry —contestó Percy—. Me preguntaba quién estaría armando tanto jaleo. Intento trabajar, ¿sabéis? Tengo que terminar un informe para la oficina, y resulta muy difícil concentrarse cuando la gente no para de subir y bajar la escalera haciendo tanto ruido.

-Que, tanto ruido- exclamo Sirius- solo están subiendo las escaleras, en serio que eres un pesado de lo peor- le aseguró- digo, ni siquiera lunático fue tan obsesivo como tú.

-Y tú ¿por qué siempre me usas de punto de comparación?- le reclamo el castaño.

-Eso te gana por ser el estudioso el grupo colega- respondió oji gris.

—No hacemos tanto ruido —replicó Ron, enfadado—. Estamos subiendo con paso normal. Lamentamos haber entorpecido los asuntos reservados del Ministerio.

— ¿En qué estás trabajando? —quiso saber Harry.

-Fue lo primero que te advertí Harry- le reclamo Ron- en serio tu curiosidad o cortesía en ocasiones son molestas.

—Es un informe para el Departamento de Cooperación Mágica Internacional—respondió Percy con aires de suficiencia—. Estamos intentando estandarizar el grosor de los calderos. Algunos de los calderos importados son algo delgados, y el goteo se ha incrementado en una proporción cercana al tres por ciento anual...

-Pero qué clase de trabajo es ese- comento James- digo, si importa que los calderos no se rompan en especial haciendo alguna poción importante, pero no como para darle tanta importancia.

-Estaba emocionado con su nuevo trabajo-lo justifico Lily- además si apenas comienza no le pueden dar responsabilidades muy grandes para su propia experiencia.

—Eso cambiará el mundo —intervino Ron—. Ese informe será un bombazo. Ya me lo imagino en la primera página de El Profeta: «Calderos con agujeros.»

Varios comenzaron a reír por el comentario de ron mientras que Percy se sonrojaba un poco por día acción, algo similar a lo que ocurrió en ese momento.

Percy se sonrojó ligeramente.

—Puede que te parezca una tontería, Ron —repuso acaloradamente—, pero si no se aprueba una ley internacional bien podríamos encontrar el mercado inundado de productos endebles y de culo demasiado delgado que pondrían seriamente en peligro...

-Creo que te pones muy intenso con ese tema no lo crees sobrino- comento Gideon- por más que sea tu trabajo deberías relajarte.

-Eso se ve difícil- agregó Fabián- estará difícil que alguien como él pueda clamarse, es más ambicioso de lo que le conviene.

—Sí, sí, de acuerdo —interrumpió Ron, y siguió subiendo.

Percy cerró la puerta de su habitación dando un portazo. Mientras Harry, Hermione y Ginny seguían a Ron otros tres tramos, les llegaban ecos de gritos procedentes de la cocina. El señor Weasley debía de haberle contado a su mujer lo de los caramelos.

-Si lo hizo- aseguro George- no quería hacerlo pero al final término cediendo- agrego, pero sin intención de culparlo, después de todo ellos tampoco hubieran resistido su interrogatorio.

George fue leyendo la descripción del cuarto de Ron que era igual que antes, la nica diferencia es que en el lugar donde solía estar Scabbers ahora se encontraba una pequeña lechuza dando saltos en su jaula.

— ¡Cállate, Pig! —Le dijo Ron, abriéndose paso entre dos de las cuatro camas que apenas cabían en la habitación—. Fred y George duermen con nosotros porque Bill y Charlie ocupan su cuarto —le explicó a Harry—. Percy se queda la habitación toda para él porque tiene que trabajar.

-Bueno si te incomoda tanta compañía Harry se podría a ir a dormir con Ginny- propuso James.

-No, ella dormirá junto con Hermione- aclaro Harry.

-En ese caso la castaña estaría haciendo mal tercio- comento Sirius- amenos claro que ellos hicieran un…

-Ya cierra la boca animal- le interrumpió Marlene suponiendo a donde iban sus pensamientos-

— ¿Por qué llamas Pig a la lechuza? —Le preguntó —Harry a Ron.

—Porque es tonto —dijo Ginny—. Su verdadero nombre es Pigwidgeon.

-¿Le pusiste ese nombre?- pregunto Frank.

-No fui yo, fue Ginny quien la nombro, yo no tuve otra alternativa que resignarme- contesto el pelirrojo.

—Sí, y ése no es un nombre tonto —contestó sarcásticamente Ron

-Pues hay algunos peores- comento Dora- pero tampoco creo que sea tan malo.

—. Ginny lo bautizó. Le parece un nombre adorable. Yo intenté cambiarlo, pero era demasiado tarde: ya no responde a ningún otro. Así que ahora se ha quedado con Pig. Tengo que tenerlo aquí porque no gusta a Errol ni a Hermes.

-Valla, en verdad es algo generalizado de las lechuzas, una actitud muy curiosa- comento Charlie.

En realidad, a mí también me molesta.

-Si claro- dijeron algunos a la vez, sobre todo los hermanos del pelirrojo- lo mismo decías de esa maldita rata, y ya vez lo que paso- continúo Bill mientras ron bajaba la cabeza apenado.

Pigwidgeon revoloteaba veloz y alegremente por la jaula, gorjeando de forma estridente. Harry conocía demasiado a Ron para tomar en serio sus palabras: siempre se había quejado de su vieja rata Scabbers, pero cuando creyó que Crookshanks, el gato de Hermione, se la había comido, se disgustó muchísimo.

-Es que a Ron siempre se le ha complicado demostrar sus sentimientos- comento Hermione.

-Además de que es muy fácil hacer que se deprima y entonces se vuelve un desastre andante- continúo Fred.

-Y cuando se enoja se vuelve insufrible, no creo que nadie lo pueda aguantar- agrego George.

-Bueno ya, se la pasarán enlistado mis defectos o que- les reclamo a sus humanos mientras recibía un abrazo de Hermione.

— ¿Dónde está Crookshanks? —preguntó Harry a Hermione.

—Fuera, en el jardín, supongo. Le gusta perseguir a los gnomos; nunca los había visto.

—Entonces, ¿Percy está contento con el trabajo? —inquirió Harry, sentándose en una de las camas y observando a los Chudley Cannons, que entraban y salían como balas de los pósters colgados en el techo.

Algunos de los presentes soltaron una risa algo irónica, para la mayoría fue bastante evidente que Percy estaba muy metido en su trabajo, tal vez más de lo que debería.

— ¿Contento? —Dijo Ron con desagrado—. Creo que no habría vuelto a casa si mi padre no lo hubiera obligado. Está obsesionado. Pero no le menciones a su jefe. «Según el señor Crouch... Como le iba diciendo al señor Crouch... El señor Crouch opina... El señor Crouch me ha dicho...» Un día de éstos anunciarán su compromiso matrimonial.

-Y para lo que sirvió esa devoción- aseguró Ron- ese idiota ni siquiera recordaba su nombre.

-Hay alguien a quien no le guardes rencor- le interrogo Draco- siempre que mencionan a alguien con el que tuvieron desacuerdos los atacas.

-Contigo tuvimos más que desacuerdos- aseguro el pelirrojo.

-Ha ya tranquilícense- exclamo James “S”- deberían de tratar de llevarse bien no lo creen- agrego impresionando a sus hermanos y amigos, era extraño que reaccionara con cierta madures- se imaginan lo difícil que serán las reuniones familiares cuando Rose y Scorpius se casen

-¡¡James!!- le reclamaron los dos aludidos, ya se les hacía muy extraño que el joven no saliera con una de las suyas.

— ¿Has pasado un buen verano, Harry? —Quiso saber Hermione—. ¿Recibiste nuestros paquetes de comida y todo lo demás?

—Sí, muchas gracias —contestó Harry—. Esos pasteles me salvaron la vida.

— ¿Y has tenido noticias de...? —comenzó Ron, pero se calló en respuesta a la mirada de Hermione.

-Estabas a punto de preguntar sobre Sirius cierto- dijo Alice-

Harry se dio cuenta de que Ron quería preguntarle por Sirius. Ron y Hermione se habían involucrado tanto en la fuga de Sirius que estaban casi tan preocupados por él como Harry. Sin embargo, no era prudente hablar de él delante de Ginny. A excepción de ellos y del profesor Dumbledore, nadie sabía cómo había escapado Sirius ni creía en su inocencia.

En ese momento Ginny chasqueo la lengua en completa desaprobación.

-Ya no te molestes, en ese momento ustedes no sabían nada- se trató de justificar Harry.

-Y creen que no entendería si me lo explicaban- rebatió la pelirroja- es molesto que siempre te dejen de lado.

-Sí, pero es difícil hacer que ellos compartan algo con alguien más- agrego Neville- en especial Harry- agrego recordando su encontró en la sala de menesteres.

—Creo que han dejado de discutir —dijo Hermione para disimular aquel instante de apuro, porque Ginny miraba con curiosidad tan pronto a Ron como a Harry—. ¿Qué tal si bajamos y ayudamos a vuestra madre con la cena?

-Debiste de molestarte mucho- comento James- es evidente que te diste cuenta de que había algo de lo que no querían hablar en frente de ti.

-Ya lo ceo- aseguro la pelirroja.

—De acuerdo —aceptó Ron.

Los cuatro salieron de la habitación de Ron, bajaron la escalera y encontraron a la señora Weasley sola en la cocina, con aspecto de enfado.

-Deberían de comportarse mejor con su madre- exclamó el señor Weasley en forma de reprimenda.

-Pero al final fuiste tú el que les conto lo del dulce o me equivoco- dijo en su defensa Sirius.

-Si lo hizo- apoyo Remus- de la misma forma en que tú nos delataste después del interrogatorio intensivo de Lily.

-He que solo fueron un par de veces- se defendió él- además el que más cedía ante Lily era cornamenta, el si nos vendió más de un par de veces.

-No puedes salir del lodo sin ensuciar a otros canuto- le reprendió James.

—Vamos a comer en el jardín —les dijo en cuanto entraron—. Aquí no cabemos once personas. ¿Podríais sacar los platos, chicas? Bill y Charlie están colocando las mesas. Vosotros dos, llevad los cubiertos —les dijo a Ron y a Harry. Con más fuerza de la debida, apuntó con la varita a un montón de patatas que había en el fregadero, y éstas salieron de sus mondas tan velozmente que fueron a dar en las paredes y el techo

-En esos momentos mamá era más peligrosa que tener a Tonks en la cocina tratando de ayudar- comento Charlie.

-Hey- reclamo de inmediato la metamorfomaga cambiando el color de su cabello a uno rojo similar al de él- exactamente que quieres decir.

-Nada especial- respondió- solamente que eres un poquito torpe y no sería seguro darte un cuchillo o…

-Mejor cierra la boca- le aconsejo antes de que se decidiera  alanzarle algún encantamiento.

—. ¡Dios mío! —Exclamó, apuntando con la varita al recogedor, que saltó de su lugar y empezó a moverse por el suelo recogiendo las patatas—. ¡Esos dos! —estalló de pronto, mientras sacaba cazuelas del armario. Harry comprendió que se refería a Fred y a George—. No sé qué va a ser de ellos, de verdad que no lo sé. No tienen ninguna ambición, a menos que se considere ambición dar tantos problemas como pueden.

-Bueno, eso ya es algo o no- trato de bornear Gideon, por la penetrante mirada que recibió de su hermana segundos después era su advertencia para que no continuara.

Depositó ruidosamente en la mesa de la cocina una cazuela grande de cobre y comenzó a dar vueltas a la varita dentro de la cazuela. De la punta salía una salsa cremosa conforme iba removiendo.

—No es que no tengan cerebro —prosiguió irritada, mientras llevaba la cazuela a la cocina y encendía el fuego con otro toque de la varita—, pero lo desperdician, y si no cambian pronto, se van a ver metidos en problemas de verdad.

-Nunca nos ha pasado nada por lo de nuestra bromas- aseguró Fred.

-Si, como ya dijiste tenemos suficiente cerebro para saber hasta dónde podemos ir- apoyo George.

He recibido más lechuzas de Hogwarts por causa de ellos que de todos los demás juntos. Si continúan así terminarán en el Departamento Contra el Uso Indebido de la Magia.

-Ellos trabajarían en cualquier otro lugar que no fura el ministerio de magia- comento Charlie- la verdad es que tuvieron mucha suerte por haber conseguido su tienda.

La señora Weasley tocó con la varita el cajón de los cubiertos, que se abrió de golpe. Harry y Ron se quitaron de en medio de un salto cuando algunos de los cuchillos salieron del cajón, atravesaron volando la cocina y se pusieron a cortar las patatas que el recogedor acababa de devolver al fregadero.

-En verdad que es peligroso estar en la cocina en ese momento- comento James- si no se relaja podría haber algún herido.

-Lo mejor será que le hieran caso y fueran a ayudar a poner la mesa- comento Remus- además no convendría hacerla enojar más- agrego. Molly por  su lado tenía un leve sonrojo por todos los comentarios que hacían.

—No sé en qué nos equivocamos con ellos —dijo la señora Weasley posando la varita y sacando más cazuelas—. Llevamos años así, una cosa detrás de otra, y no hay manera de que entiendan... ¡OH, NO, OTRA VEZ!

Al coger la varita de la mesa, ésta lanzó un fuerte chillido y se convirtió en un ratón de goma gigante.

-Esa es una de sus varitas de broma cierto- dijo Sirius viendo a los gemelos que asentían.

-Deberían de tener más cuidado de donde dejan eso- aseguro Marlene- no creo que sea buena idea que sigan haciendo enojar  su madre.

— ¡Otra de sus varitas falsas! —gritó—. ¿Cuántas veces les he dicho a esos dos que no las dejen por ahí?

Cogió su varita auténtica, y al darse la vuelta descubrió que la salsa humeaba en el fuego.

—Vamos —le dijo Ron a Harry apresuradamente, cogiendo un puñado de cubiertos del cajón—. Vamos a echarles una mano a Bill y a Charlie.

-Bueno, nosotros no necesitábamos ayuda, pero tal vez lo mejor es que salieran de la cocina- comento Bill.

Dejaron sola a la señora Weasley y salieron al patio por la puerta de atrás.

George continuo leyendo como en cuanto dieron unos pasos Crookshanks salió del jardín persiguiendo a un gnomo que se metió en un hoyo mientras el gato seguía tratando de atraparlo con la pata, así como el tremendo ruido que hacían Bill y Charlie al hacer chochar un par de mesas en el aire tratando de hacer retroceder a la otra mientras los gemelos gritaban entusiasmados, Ginny se reía y Hermione estaba vida entre la diversión y la preocupación.

-Pero preocupada ¿Por qué?- pregunto Sirius.

-La situación era algo tensa con la señora Weasley, por todo lo de los gemelos, y tal vez se podría molestar por su pequeño juego- explicó la chica.

-Pero al final les terminaría gritando a sus hijos no a ti- aseguro el oji gris.

La mesa de Bill se estrelló contra la de Charlie con un enorme estruendo y le rompió una de las patas. Se oyó entonces un traqueteo, y, al mirar todos hacia arriba, vieron a Percy asomando la cabeza por la ventana del segundo piso.

— ¿Queréis hacer menos ruido? —gritó.

-Bueno, en ese caso si es algo justificado- comento Alice.

-Pero aun así no se le quita lo temperamental- agrego Frank

—Lo siento, Percy —se disculpó Bill con una risita—. ¿Cómo van los culos de los calderos?

—Muy mal —respondió Percy malhumorado, y volvió a cerrar la ventana dando un golpe. Riéndose por lo bajo, Bill y Charlie posaron las mesas en el césped, una pegada a la otra, y luego, con un toquecito de la varita mágica, Bill volvió a pegar la pata rota e hizo aparecer por arte de magia unos manteles.

-Tal parece que a nadie le interesaba mi trabajo en ese momento- comento Percy.

-Bueno, tienes que admitir que ese informe que hacías no era tan importante como querías hacerlo ver- comento Bill- claro que podía ser útil pero aun así estabas muy obsesionado con eso.

-Bueno, estaba algo emocionado con mi nuevo trabajo- acepto el chico.

A las siete de la tarde, las dos mesas crujían bajo el peso de un sinfín de platos que contenían la excelente comida de la señora Weasley, y los nueve Weasley, Harry y Hermione tomaban asiento para cenar bajo el cielo claro, de un azul intenso. Para alguien que había estado alimentándose todo el verano de tartas cada vez más pasadas, aquello era un paraíso, y al principio Harry escuchó más que habló mientras se servía empanada de pollo con jamón, patatas cocidas y ensalada.

-Exacto, en esos momentos la comida es mucho más importante- aseguro Sirius- ahora aprovecha para llenarte de comida.

-Pero no tanta como para tener que vomitar después- agrego Lily- tampoco es bueno que coma de más como otros.

-Hey, que yo como lo necesario.

-En ese caso no queremos saber lo que es para ti comer en eso- se burló Marlene.

Al otro extremo de la mesa, Percy ponía a su padre al corriente de todo lo relativo a su informe sobre el grosor de los calderos.

—Le he dicho al señor Crouch que lo tendrá listo el martes —explicaba Percy dándose aires—. Eso es algo antes de lo que él mismo esperaba, pero me gusta hacer las cosas aún mejor de lo que se espera de mí. Creo que me agradecerá que haya terminado antes de tiempo.

-Si claro, podrá agradecértelo aprendiéndose tu nombre por lo menos- aseguro Ron.

-Eso es algo que me intriga- atajo Ted- es verdad que nunca aprendió tu nombre- le pregunto a Percy.

-Bueno, siempre trataba de llamarme por mi apellido, pero, no lo decía correctamente- explico el chico.

-Lo justificaba diciendo que era un hombre muy ocupado como para preocuparse de coas irrelevantes, o algo así decía- comento Charlie.

-Pues eso me parece una descortesía de Crouch, y de ti bueno- agrego vendo al pelirrojo- creo que apreciabas demás tu trabajo con él.

Percy bajo la mirada apenado, la verdad que su traba en verdad peso mucho más para que su propia familia, dudaba que eso alguna vez dejara de atormentarlo.

Quiero decir que, como ahora hay tanto que hacer en nuestro departamento con todos los preparativos para los Mundiales, y la verdad es que no contamos con el apoyo que necesitaríamos del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos... Ludo Bagman...

-¿Ludo Bagman? ¿El golpeador de las Avispas de Wimbourne?- pregunto James ante el asentimiento del señor Weasley- valla, entonces al final término trabajando en el departamento de deportes.

-De hecho llego ser el jefe del departamento hasta ese año- comento Bill.

-Hasta ese año- dijo Frank notando las palabras del joven- es que después de ese año dejo de ser el jefe del departamento.

-Pues sí.

-Fue por algo que paso en los mundiales- pregunto James- hubo algún accidente, espero que Harry no estuviera involucrado- agrego con preocupación.

-No, su dimisión del departamento no tiene que ver con un asunto completamente diferente- explicó Bill.

-Ya lo vean, de seguro aparecerá algo de eso en el libro- dijo Ron.

-Entonces ustedes se vieron involucrados- pregunto Lily.

-Realmente no- respondió Hermione- de hecho- agrego- bien podríamos contarles lo ocurrido en cualquier momento, no es algo verdaderamente relevante para la historia.

-Por el momento lo mejor será que continuamos con la lectura- intervino el profesor Dumbledore- señor Weasley continua- le solicito a George.

—Ludo me cae muy bien —dijo el señor Weasley en un tono afable—. Es el que nos ha conseguido las entradas para la Copa. Yo le hice un pequeño favor: su hermano, Otto, se vio metido en un aprieto a causa de una segadora con poderes sobrenaturales, y arreglé todo el asunto...

—Desde luego, Bagman es una persona muy agradable —repuso Percy desdeñosamente

-Pero cuál es la molestia sobrino- le pregunto Gideon.

-Bueno, la actitud de ludo de ludo era completamente diferente a la de Crouch- comento Harry- era más despreocupado y menos serio.

-Sin duda alguien tan indisciplinado no recibiría la admiración de nuestro querido sobrino- aseguro Fabián.

—, pero no entiendo cómo pudo llegar a director de departamento. ¡Cuando lo comparo con el señor Crouch...! Desde luego, si se perdiera un miembro de nuestro departamento, el señor Crouch intentaría averiguar qué ha sucedido. ¿Sabes que Bertha Jorkins lleva desaparecida ya más de un mes? Se fue a Albania de vacaciones y no ha vuelto...

-Ni volverá- exclamo Alice- no después de encontrarse con ese maldito- espeto.

Al parecer se incidente tendría mucha más importancia de la que pensaron originalmente.

—Sí, le he preguntado a Ludo —dijo el señor Weasley, frunciendo el entrecejo—. Dice que Bertha se ha perdido ya un montón de veces. Aunque, si fuera alguien de mi departamento, me preocuparía...

-No tienen ni idea de lo que le ocurrió a la pobre- comento Lily

—Por supuesto, Bertha es un caso perdido —siguió Percy—. Creo que se la han estado pasando de un departamento a otro durante años: da más problemas de los que resuelve.

Eso les resulto curioso a los que conocieron a la chica, si bien nunca fue la mejor en lo que hacían, tampoco fue una persona desastrosa.

Pero, aun así, Ludo debería intentar encontrarla. El señor Crouch se ha interesado personalmente...

-Claro, no quería que su pequeño secreto se revelara- comento por lo bajo Ron a sus amigos- es una lástima que lo hicieran.

Ya sabes que ella trabajó en otro tiempo en nuestro departamento, y creo que el señor Crouch le tiene estima.

-Eso no suena mucho a Crouch- aseguro Frank- al menos no el que conocemos en nuestro tiempo, en lo personal me parece que lo le importa nadie más que si mismo.

-Lo mismo digo- aseguro ojo loco, desconfiaba de él desde que trato de autorizar el uso de maldiciones imperdonables para pelear con los mortifagos.

Pero Bagman no hace más que reírse y decir que ella seguramente interpretó mal el mapa y llegó hasta Australia en vez de Albania. En fin —Percy lanzó un impresionante suspiro y bebió un largo trago de vino de saúco—, tenemos ya bastantes problemas en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional para que intentemos encontrar al personal de otros departamentos.

-Nuevamente dándole importancia a los asuntos de tu departamento sobrino- comento Fabián.

-No, en esa ocasión si se trataba de algo importante- concedió Ron- pero nunca le dimos importancia a lo que decía pues porque, era Percy.

Como sabes, hemos de organizar otro gran evento después de los Mundiales. —Se aclaró la garganta como para llamar la atención de todos, y miró al otro extremo de la mesa, donde estaban sentados Harry, Ron y Hermione, antes de continuar—: Ya sabes de qué hablo, papá —levantó ligeramente la voz—: el asunto ultrasecreto.

Es evidente que quieren que le pregunten- aseguro Fabián- no puedes simplemente decirles y ya, no hay porque complicarse tanto.

-Quería darse importancia eso era todo- aseguro George antes de retomar la lectura.

Ron puso cara de resignación y les susurró a Harry y a Hermione:

—Ha estado intentando que le preguntemos de qué se trata desde que empezó a trabajar. Seguramente es una exposición de calderos de culo delgado.

-Pues te equivocaste, en realidad era algo mucho más importante que eso- dijo Percy con tono ufano.

-Pero con la forma en que tratas todos los asuntos que caen en tus manos no los puedes culpar por pensarlo- aseguro Sirius.

En el medio de la mesa, la señora Weasley discutía con Bill a propósito de su pendiente, que parecía ser una adquisición reciente.

—... con ese colmillazo horroroso ahí colgando... Pero ¿qué dicen en el banco?

-Si no les importa que un prófugo de la justicia saque dinero de su cámara no creo que les importe como se vea un mago- exclamo Scorpius.

—Mamá, en el banco a nadie le importa un comino lo que me ponga mientras ganen dinero conmigo —explicó Bill con paciencia.

-Y es cierto, cualquier que trate con ellos se darían cuenta- aseguro Bill.

-Incluso nosotros lo estamos descubriendo sin conocerlos- agrego Albus.

—Y tu pelo da risa, cielo —dijo la señora Weasley, acariciando su varita—. Si me dejaras darle un corte...

-No lo cgeo- atajo Fleur- la vegdad es que a mí me gusta como lo tiene.

—A mí me gusta —declaró Ginny, que estaba sentada al lado de Bill—. Tú estás muy anticuada, mamá. Además, no tienes más que mirar el pelo del profesor Dumbledore...

-Oh me alaga que considere que estoy a la moda joven Weasley- comento Dumbledore sin signo de molestia provocando la risa de varios de los presentes y el sonrojo de Ginny.

Junto a la señora Weasley, Fred, George y Charlie hablaban animadamente sobre los Mundiales.

—Va a ganar Irlanda —pronosticó Charlie con la boca llena de patata—. En las semifinales le dieron una paliza a Perú.

—Ya, pero Bulgaria tiene a Viktor Krum —repuso Fred.

-Que al final no fue tan bueno- aseguro Ron.

-Eso dices ahora, pero antes de que pretendiera a Hermione casi besaban el suelo que pisaba

-¡¡Ginny!!- le reclamo el pelirrojo completamente rojo, aunque no sabían si era por furia o por vergüenza.

-¡¿Viktor Krum te pretendía?!- escamaron con impresión Rose y Hugo, ellos sabían de Krum y tuvieron oportunidad de conocerlo en una ocasión, él era famoso incluso en ese tiempo por lo que les parecía sorprendente.

-Bueno, digamos que era algo así- respondió con pena Hermione.

-Increíble que dejara a un jugador mundial y famoso por su padre cierto

-¡George!- le gritaron Ron y Hermione- por tu bien mejor sigue leyendo- continúo la castaña.

—Krum es un buen jugador, pero Irlanda tiene siete estupendos jugadores            —sentenció Charlie—. Ojalá Inglaterra hubiera pasado a la final. Fue vergonzoso, eso es lo que fue.

— ¿Qué ocurrió? —preguntó interesado Harry, lamentando más que nunca su aislamiento del mundo mágico mientras estaba en Privet Drive. Harry era un apasionado del quidditch. Jugaba de buscador en el equipo de Gryffindor desde el primer curso, y tenía una Saeta de Fuego, una de las mejores escobas de carreras del mundo.

-Por lo menos no llega a los mismos extremos que su padre- comentó Lily.

George leyó la respuesta de Charlie de como Inglaterra perdió contra Transilvania trescientos noventa a diez, así de como avanzo la cena mientras que Crookshanks seguía jugando son los gnomos.

Ron observó con atención al resto de su familia para asegurarse de que estaban todos distraídos hablando y le preguntó a Harry en voz muy baja:

— ¿Has tenido últimamente noticias de Sirius?

Hermione vigilaba a los demás mientras no se perdía palabra.

-Nos hubiera servido conocer el mufliato en ese entonces

-¿Mufli que?- pregunto Sirius.

-Ya lo verán- respondió Harry. Pero ese comentario dejo a Severus un poco intrigado, que acaso ese no es el hechizo que escribió en su libro de pociones, como es posible esos chicos lo conocieran.

—Sí —dijo Harry también en voz baja—, dos veces. Parece que está muy bien. Anteayer le escribí. Es probable que envíe la contestación mientras estamos aquí.

-Todo depende que tan lejos este escondido- comento Marlene- solo espero que no sea tan idiota como para ir a los mundiales.

-Hey, acaso me crees capas- le reclamo Sirius.

-Contigo nunca se puede estar seguro de nada- aseguro la rubia.

Recordó de pronto el motivo por el que había escrito a Sirius y, por un instante, estuvo a punto de contarles a Ron y a Hermione que la cicatriz le había vuelto a doler y el sueño que había tenido... pero no quiso preocuparlos precisamente en aquel momento en que él mismo se sentía tan tranquilo y feliz.

-Es muy comprensible joven Potter- aseguro Dumbledore, sin poder evitarlo Harry recordó aquella plática de su quinto año, ese era justo el error que el anciano había dicho que cometió.

—Mirad qué hora es —dijo de pronto la señora Weasley, consultando su reloj de pulsera—. Ya tendríais que estar todos en la cama, porque mañana os tendréis que levantar con el alba para llegar a la Copa. Harry, si me dejas la lista de la escuela, te puedo comprar las cosas mañana en el callejón Diagon.

-No creo que sea necesario- comento James “S”- dijo serán las mismas cosas que llevaran tío Ron y tía Hermione.

-No exactamente- contradijo Albus- recuerda que tía Hermione tiene clases diferentes a las de papá y Ron.

-Bueno, pero en esencia es lo mismo- dijo James “S”

Voy a comprar las de todos los demás porque a lo mejor no queda tiempo después de la Copa. La última vez el partido duró cinco días.

— ¡Jo! ¡Espero que esta vez sea igual! —dijo Harry entusiasmado.

-Digno hijo de tu padre- comento Lily- pero no creo que dure tanto.

-Quien sabe- alego James- en el mundial de mil novecientos…

-James, por favor no comiences si- le solicito su novia- ya sabemos que eres una enciclopedia ambulante de quidditch, pero no tenemos tiempo para una cátedra.

—Bueno, pues yo no —replicó Percy en tono moralista—. Me horroriza pensar cómo estaría mi bandeja de asuntos pendientes si faltara cinco días del trabajo.

—Desde luego, alguien podría volver a ponerte una caca de dragón, ¿eh, Percy?    —dijo Fred.

Varios de los presentes comenzaron a reír con fuerza imaginándose semejante cosa en un escritorio del ministerio de magia, en especial en el lugar de una persona como lo era Percy.

— ¡Era una muestra de fertilizante proveniente de Noruega! —respondió Percy, poniéndose muy colorado—. ¡No era nada personal!

—Sí que lo era —le susurró Fred a Harry, cuando se levantaban de la mesa—. Se la enviamos nosotros.

-¡¡¿Qué?!!- exploto Percy- fueron ustedes los que enviaron eso, peor como es que, Charly- se dirigió a su otro hermano- acaso tú los ayudaste

-¿Por qué lo piensas?- dijo a la defensiva Charlie.

-Entonces de donde pudo sacar este par una, muestra fecal de dragón- algunos rieron por lo que dijo pero nadie dio una respuesta.

-Bueno, este es el final del capítulo- dijo George tratando de evadir el tema.

6 comentarios:

  1. Me encanto amo este capitulo ..... (sigo sin superar a percy) jajajajajaja casi no puedo esperar al siguiente martes para el capitulo muchas gracias por seguir

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    1. Me alegra que te gustara.
      Pues ya no esperes ya actualizo.
      Gracias por comentar.

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  2. Que bueno estuvo el capitulo, la platica entre Lily y Remus me encanto. También estuvo muy buena la historia de las manos unidas de Lily y James, pobre James le fue muy mal. Tambien me gustaron las intervenciones de Harry y Ginny. Sigue escribiendo así y con respecto a la relación Remus/Tonks, creo que esta muy bien lograda, me gusta el hecho de que se conozcan en otras circunstancias y que todos sus amigos y familiares pongan de su parte para juntarlos, ya quiero ver como sigue avanzando su relación y ver como se siguen enamorando; no dejes de poner momentos de ellos.
    La historia va muy bien, ojala que ya sea martes para leer un nuevo capitulo.
    Hasta luego.

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    1. Qué bueno que te gustara, la plática de Lily y Remus estaba esperando ponerla desde hacía algún tempo y me pareció divertido revelar otra historia o mejor dicho desventura de James jeje.
      Me agrada que consideres eso de la relación entre Remus y Dora, la verdad siempre he sentido que ese tipo de relaciones amorosas se me complican un poco al momento de plasmarla, y descuida, seguirán apareciendo momentos entre ellos.
      Ya es martes y a actualizo.
      Gracias por tu comentario.

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  3. Que le hizo Draco a Ron? No lo recuerdo :-(

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    1. Bueno, no es que le haya hecho algo a Ron, en la primera reclamación que le hace quise hacer referencia a la vez que Draco metió a los mortifagos al castillo y uso el polvo de oscuridad instantánea de los gemelos para esconderse, y claro, todo lo que ocurrió después, desde lo de Dumbledore hasta las heridas que sufrió Bill en batalla, y en la segunda solo es d los pleitos que han tenido desde que se conocieron.

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