Con un
paso firme, Lily guio a su querido amigo por los corredores del castillo, no se
detuvieron hasta llegar a un aula a la que entraron después de verificar que
estaba vacía, posteriormente la pelirroja aplico un par de encantamientos para
evitar a algún indiscreto que pudiera querer oírlos.
Remus se
sentó sobre una mesa encarando lo mejor que podía a la pelirroja, que en ese
momento tomaba asiento frente a él mientras le dirigiría una penetrante mirada
de sus ojos verdes. por un segundo no
dijeron absolutamente nada, lo cual tensaba al castaño, sabia a la perfección
el carácter de la chica y una plática a solas con ella podría ser comparable a
un juicio criminal de una corte medieval.
-¿Y bien?-
comenzó ella- no diere nada que no le has regalado nada a mi hijo.
-Lily
-Shhh- le
silencio ella- comprendo que tu situación no es la mejor y no tienes por qué
gastar lo poco que ganas en cosas así- aseguro- tampoco diré nada del hecho que
no le has enviado ni una carta, algo que incluso tu podrías hacer, aunque fuera
solo una- dijo con cierto tono de reproche
-Lily
yo…- trato nuevamente de explicarse o en su caso disculparse por la falta de
atención que su yo del futuro tenia para con su hijo, pero ella nuevamente lo
silencio.
-Esas son
cosas que en nuestro tiempo aun no ocurren, y no creo que sea buena
preocuparnos por lo que aún no pasa- continuo con su discurso- así que lo mejor
seria que no enfocáramos en lo que está pasando ahora.
-¿Ahora?-
dijo extrañado Remus, que era lo que la pelirroja quería decir, en ese momento se
encontraban suspendidos en el tiempo, si anochecía y amanecía debía ser para
darle algo de normalidad a la situación, pero en ese momento no podían hacer
nada para cambiar los devenires que estaban leyendo.
-Sí, lo
que está pasando en este momento- aseguro nuevamente Lily- entonces, ¿qué es lo
que ocurre entre ti y Dora?- le soltó de golpe
En el
momento que Lily le ordeno solicito que hablaran un momento sabía que
era posible que hablaran de ese tema, pero por la forma con la que inicio su discurso
creyó que su charla seria de una cosa totalmente diferente, por lo que una
confrontación tan directa como esa al final lo tomo por sorpresa y tiro por tierra
cualquier excusa preparada del castaño para justificar o evadir la charla, en
pocas palabras, Lily Evans lo había atrapado sin defensas.
-Entre…
ella y yo… Dora y Yo… nada… no ay nada entre… nosotros- le dijo sonrojado.
-Te pones
muy nervioso para no ser nada- dijo con suspicacia- además anoche durmieron juntos
y…
-Eso
tiene una explicación- aseguro de inmediato él relatándole acerca de su apuesta
y de lo ocurrido la noche anterior cuando ella se apareció en su habitación-
eso es todo, no hay nada entre nosotros.
-Ya veo-
comento ella- la situación es un poco diferente a la que pensábamos- acepto-
pero esas diferencias no indican que no hay nada entre ustedes.
-¡¿Qué?!-
exclamo Remus sorprendido, pensó que por lo menos le había quitado esa absurda
idea de su cabeza, pero estaba equivocado.
-Vamos
Remus, no me creo que seas tan idiota para no poder verlo- aseguro- ella pudo
haberte pedido lo que fuera, pudo pedirte, o mejor dicho, ordenarte a que
fueras con ella y su familia pero no, ella quiso que estuvieran ustedes dos
solos, eso no te dice nada
-No,
claro que no…- respondió.
-Puedes
hacerte el ciego todo lo que quieras, pero no pues engañar a nadie, ni siquiera
a ti mismo- agrego- tú le gustas Remus y…
-¡Lily
por favor basta!- le ordeno al tiempo que se ponía de pie y le daba la espalda-
eso… eso es imposible, no puede ser, no deber ser así- dijo- ella… ella tiene
un gran potencial , ella no puede estar interesada en una… en alguien como yo-
se corrigió, si se atrevía a llamarse a sí
mismo bestia la pagaría caro- en nuestra época es solo una niña y
además, ella tendrá a su familia, una en la que yo no me incluyo- aseguro. Lily
escuchaba atenta- ella conseguirá a alguien adecuado a alguien que la merezca y
yo…- se le quebró un poco la voz en ese momento, y ahí fue donde comprendió,
por un momento pensó que era solo Dora la que sentía algo por él, pero no,
Remus también tenía ese sentimiento, no podía asegurar que fuera amor, pero si
era un sentimiento intenso para él.
-Y veo- intervino
Lily- por un momento creí que era solo ella, pero no a ti también te gusta
-¿Cómo
dices eso?
-Por la
forma en que hablas, reconozco ese dolor que sientes, el ver o pensar que la
persona que amas esta con otra que no eres tú, entiendo ese sentimiento muy
bien- le dijo ya no en reprimenda o con suspicacia, sino en un tono maternal y
amable- Remus, porque no te das una oportunidad para ser feliz, para estar con
ella.
-No lo
entiendes…
-No, tu
eres el que no lo entiende- le interrumpió- el amor no entiende de razones ni
lógica, y cuando es algo puro y verdadero no hay forma en que puedas pelear
contra él, créeme lo intente- se levantó y tomándole del hombro le obligo a
mirarla- por favor, no seas terco ni estúpido, si ella es la indicada para ti y
tu para ella, porque pelear contra el destino.
-Pero
Lily, yo no creo que pueda haber algo realmente entre nosotros- aseguro más
tranquilo bajando la vista.
-No
siempre tienes la razón Remus- le aseguro- aún quedan algunos libros, así que tendrás
varias noches en compañía para que descubras tu error
-¿Qué? ¿No?-
dijo de inmediato con apuración- ella,
ya no podeos volver a dormir como anoche, no podemos.
-Pero cuál
es el problema, si en verdad te crees que no hay nada entre ustedes-le ataco
con su propio argumento
-Ese no
es el punto- aseguro enrojeciendo notablemente.
-Remus,
con exactitud ¿qué es lo ocurre?- le interrogo con inmensa curiosidad por la reacción
del castaño.
-Es que,
bueno, el problema es que ella bueno- en verdad no quería decirlo- ella, duerme
un poco ligero- dijo pro Lily puso cara de no entenderle- de ropa
-Oh-
compendio- entonces, ella, despierta tu lívido- el licántropo se sonrojo más si
es que era posible- y temes hacerle lo que Sirius dices que le haces- el joven
bajo la vista nuevamente- bueno, no te preocupes por eso, con lo retraído que
eres sin duda será ella la que te lo haga a ti- termina con cierto tono de
burla mientras quitaba los hechizos y lo dejaba solo.
Remus se
quedó un momento solo en aquella aula, sintiéndose cada vez más acorralado, las
burlas e insinuaciones de James o Sirius eran una cosa, las podía manejar, pero
Lily podría ser impredecible, ir en contra de una furia pelirroja como ella era
casi una declaración de suicidio, por el momento suponía que Lily le brindaría
su apoyo incondicional a Dora, y si esta insistía en querer seguir durmiendo
con él no había nada que pudiera hacer, esa pequeña ventana de esperanza que
tenia de poder evitarlo se había cerrado para nunca volverse a abrir.
Con un
poco de pesadez emprendió el camino dieto al gran comedor, sabiendo que todos
los que conocía lo empujaban a intentar una relación con la peli rosa, una
relación que desde el principio le pareció imposible, pero ahora estaba dudando
de esa resolución, por una parte gracias al empeño en que todos ponían para que
lo intentara, pero en mayor medida, por la satisfacción que tenía cada vez
estaban juntos la noche anterior que no pudo dormir por su cercanía fue de las
peores pero a la vez una de las mejores noches de su vida.
La hora
de la comida era una de las pocas ocasiones en que se podían relajar desde que
comenzaron las lecturas, y Teddy, esperaba ansioso ese momento para hablar con
Victoire, quería tener un poco de privacidad para darle los pormenores de la
noche anterior y esperaba que por una vez Jame “S” los dejara tranquilos. Pero
en esta ocasión fue diferente, esta vez fue su madre la que intervino en su invitación
a la chica y le solicito que la acompañara, triste por no poder estar con su
novia, pero expectante por lo que su mamá le quería decir, la siguió hasta la
sala de menesteres.
-Y bien
má que es lo que querías decirme- comenzó Teddy cuando se vieron en una habitación
donde no serían interrumpidos ni oídos.
-Bueno,
es referente a lo de anoche a tu consejo- comenzó la chica.
-¿Que
ocurre con él?, no lo pusiste en práctica o…
-No, si
lo puse en práctica ese es el problema- aseguro- la verdad no sé cómo me convenciste
para que compartiera la misma cama que Remus.
-Bueno,
creo que fue mejor a que durmieran en camas separadas como pensabas- aseguro él
con media sonrisa en el rostro- además solo te sugerí, no hice absolutamente
nada para convencerte, al final fue tu definición.
-Pues
ahora no estoy segura si fue algo bueno- aseguro.
-Pero ¿Por
qué?, ustedes se llevan muy bien y…
-Sí, pero
nunca me había mirado como anoche- le interrumpió Dora, y ante la ignorancia de
su hijo tuvo que explicarse con mas detenimiento- el problema fue que anoche,
fui a un baño para cambiarme, y como aquí hace calor como en la primavera o el
verano pues, me gusta ir algo ligera y bueno, cuando salí Remus, él me miro de una forma que me hizo sentir
rara.
-¿Rara?, ¿cómo
es eso?
-Si tú
sabes, lo que los muggles llaman las flores y las abejas
-Ha ya,
ya comprendí, no hace falta explicar más- se apresuró a decir Teddy, no quería
iniciar una plática de sexo ahí con su madre.
-Sí, y la
verdad, creo que Remus pudo haber estado en las mismas- agrego- y, creo que podría
ser algo peligroso.
-Bueno,
viéndolo objetivamente- comenzó Teddy- en estas circunstancias es más probable
que tú lo ataques a él que el a ti.
-¡Teddy!-
le reprendió dora- no es momento para bromas.
-No pero
es en serio, la verdad es que si quieres que pase algo entre ustedes deberás
ser tu quien tome la iniciativa- aseguro.
-Que…
pero… quien dijo que yo… rayos…- en ese momento su cara y cabello debían estar más
rojos que la misma sangre.
-En último
caso, puedes cambiar los términos de tu victoria, o desistir y regresar a la
habitación con mis abuelos.
-No, eso
no opción- aseguro con seguridad la joven- después de la escena de la noche
anterior ya no puedo retractarme.
-No
puedes retractarte por eso, o porque en verdad quieres que así sean las cosas-
le pico el metamorfomago- solo piénsalo- y cerrando con eso salió de la
habitación.
Cuando
Dora salió de la sala de mesteres ya había aparecido la comida, pero más
importante, Lily ya había regresado pero Remus no, y Teddy de seguro había salido
con Victoire como el día anterior, su tardanza en salir se debió al tiempo que
le llevo recomponerse, con todas las palabrerías de Sirius los comentaros recién recibidos de su propio
hijo, no pudo evitar imaginar un par de situaciones donde ella y Remus tenían
un encuentro que podría ser de todo menos casto, lo que quería con esa charla
era liberar su conciencia y relajarse pero en lugar de eso su hijo se encargó
de ponerla más nerviosa.
Cuando se
sentó recibió a su bebe de brazos de su madre mineras que su tío devoraba lo
que tenía en frente, con cuidado acerco las cosas para darle de comer a Teddy y
también lo que ella misma iba a comer, pensó en guardar algo también para Remus
pero por fortuna para el chico, este entro por la puertas del gran comedor poco
después que ella llegara, tomo asiento a su asiento a su lado sin hacer
contacto visual y con lo que la joven le pareció un leve sonrojo, si Sirius no
hubiera estado tan concentrado en su palto de seguro ya habría hecho alguna
broma al respecto.
Ya había
pasado un rato de que la comida desapareció y todos los que habían salido
ya estaban de regreso, sentados en sus
respectivas mesas, solo esperaban el momento de que retomaran la lectura.
-Muy
bien, hablo Dumbledore- ¿quién se ofrece a leer el siguiente capítulo?
-Yo lo
are profesor- salto de inmediato George tomando el libro, no le fue difícil
pues nadie lo había movido de donde su gemelo lo dejo- muy el siguiente se
llama- su sonrisa se ensancho- “Sortilegios Weasley”
-Sí,
nuestros primeros pasos para alcanzar nuestro sueño- aseguro Fred lo cual
divirtió y deprimió un poco a sus hermanos, ya que Fred fue uno de los que no
sobrevivió a la guerra y no pudo disfrutar por mucho tiempo de su sueño hecho
realidad.
Harry dio vueltas cada vez más rápido con los codos pegados al cuerpo.
Borrosas chimeneas pasaban ante él a la velocidad del rayo, hasta que se sintió
mareado y cerró los ojos. Cuando por fin le pareció que su velocidad aminoraba,
estiró los brazos, a tiempo para evitar darse de bruces contra el suelo de la
cocina de los Weasley al salir de la chimenea.
-Sigues
teniendo esos problemas- comento Lily.
-Bueno,
solo ha usado la red flu un par de veces en toda su vida, toma un poco más
acostumbrarse- comento James.
— ¿Se lo comió? —preguntó Fred ansioso mientras le tendía a Harry la
mano para ayudarlo a levantarse.
-En
verdad están muy ansiosos por saber que paso- comentó Alice- ni siquiera le
preguntaron si estaba bien por la caída.
-Pero no
creo que a Harry le importara, debe estar esperando saber que hicieron- agrego
Frank
—Sí —respondió Harry poniéndose en pie—. ¿Qué era?
—Caramelo longuilinguo —explicó Fred, muy contento—. Los hemos
inventado George y yo, y nos hemos pasado el verano buscando a alguien en quien
probarlos...
-Debió
ser una lástima que no pudieran sus resultados con sus propios ojos- se lamentó
Gideon.
-No, pero
cuando los comenzamos a vender el colegio pudimos ver como…-
-¡¿Vendieron
esas cosas en el colegio?!- exclamo Molly viendo con seriedad a George.
-Bueno
mamá, hablando como empresarios, que mejor lugar para probarlos que con nuestros
compradores potenciales- salió a defensa Fred.
-¡Eso no justica
nada!- arremetió la señora Weasley.
-Si así
se pone por eso, no me imagino que dirá cuando se enteren de su apuesta con
Bagman- comento por lo bajo Harry.
-Querrá
darles una tunda- aseguro Ron- tanto a ellos como a papá que los dejo hacerla-
agrego.
Todos prorrumpieron en carcajadas en la pequeña cocina; Harry miró a
su alrededor, y vio que Ron y George estaban sentados a una mesa de madera
desgastada de tanto restregarla, con dos pelirrojos a los que Harry no había
visto nunca, aunque no tardó en suponer quiénes serían: Bill y Charlie, los dos
hermanos mayores Weasley.
-Me pregunto
como fue que llegaste a esa conclusión- ironizo Sirius- será por su parecido
físico o por los pelos color zanahoria
-¡Hey!-
reclamaron todos los pelirrojos a la vez, incluso los que no eran Weasley.
-Hay
Sirius, solo a ti se te ocurre hacerte enemigo de una familia tan numerosa-
comento Marlene- luego no pidas ayuda si te hacen alguna broma.
-¿Qué? ¿Ellos?,
imposible, no podrán bromear a un bromista nunca- aseguro el animago, pero eso más
que una declaración, fue recibido como un reto de parte de los bromistas tanto
del pasado como los del futuro.
— ¿Qué tal te va, Harry? —preguntó el más cercano a él, dirigiéndole
una amplia sonrisa y tendiéndole una mano grande que Harry estrechó. Estaba
llena de callos y ampollas.
-Ahí hago
mi primera aparición- cometo Charlie, para la mayoría era obvio que se trataría
de él, después de todo, quien más podría tener esas manos.
Aquél tenía que ser Charlie, que trabajaba en Rumania con dragones. Su
constitución era igual a la de los gemelos, y diferente de la de Percy y Ron,
que eran más altos y delgados. Tenía una cara ancha de expresión bonachona, con
la piel curtida por el clima de Rumania y tan llena de pecas que parecía
bronceada; los brazos eran musculosos, y en uno de ellos se veía una quemadura
grande y brillante.
-Hay por
Merlín- exclamo de inmediato Molly- de todas las cosa que podrías hacer tenías
que ir a cuidar dragones- agrego.
-Ya
tranquila mamá- atajo Bill- es cierto que no te gustan nuestros trabajos, pero
es lo que a nosotros nos gusta hacer- dijo.
-Es cierto,
no todos estamos hechos para trabajar en el ministerio- apoyo Charlie- sin
ofender- agrego viendo especialmente a su padre y a Percy.
Bill se levantó sonriendo y también le estrechó la mano a Harry, quien
se sorprendió.
Algunos
de los pelirrojos vieron con cierta extrañeza a Harry quien puso una leve sonrisa,
hasta ahora nunca había mencionado como pensaba que era Bill antes de su primer
encuentro, pero estaban a punto de descubrirlo.
Sabía que Bill trabajaba para Gringotts, el banco del mundo mágico, y
que había sido Premio Anual de Hogwarts, y siempre se lo había imaginado como
una versión crecida de Percy: quisquilloso en cuanto al incumplimiento de las
normas e inclinado a mandar a todo el mundo.
-¿Qué?-
exclamaron algunos, pero en especial los gemelos Weasley, pareció que ellos se
sentían más ofendidos por esa maginen mental que el propio Bill.
-Pero cómo
pudiste pensar eso de nuestro hermano Harry- arremetió Fred- afortunadamente
solo tenemos a un Percy.
-Ese es
el problema de ser prefectos o premios anuales- agregó George- solo lo
consiguen y ya andan pensando mal de la gente.
-No sean
exagerados- les silencio Bill que sonreía divertido- nunca nos aviamos visto y
con lo poco que sabía no podían evitar que penara algo así.
Sin embargo, Bill era (no había otra palabra para definirlo) guay: era
alto, tenía el pelo largo y recogido en una coleta, llevaba un colmillo de
pendiente e iba vestido de manera apropiada para un concierto de rock, salvo
por las botas (que, según reconoció Harry, no eran de cuero sino de piel de
dragón).
-Sí, tan
hegmosos como siempge- aseguro Fleur abrazando y besando a su esposo.
Antes de que ninguno de ellos pudiera añadir nada, se oyó un pequeño
estallido y el señor Weasley apareció de pronto al lado de George. Harry no lo
había visto nunca tan enfadado.
-Lo que
es ya mucho decir, papá no suele ser el que se enoja de esa manera- comento Bill-
pocas veces lo hemos visto así.
-Si, por
lo general es mamá la que nos recrimina siempre, incluso a papá- agrego
Charlie.
-Es que así
son todas las pelirrojas, debería de relajarse mas- dijo Sirius ganándose
cuanto miradas severas de Molly, Lily, Ginny y Lily “L
— ¡No ha tenido ninguna gracia, Fred! ¿Qué demonios le diste a ese
niño muggle?
—No le di nada —respondió Fred, con otra sonrisa maligna—. Sólo lo
dejé caer... Ha sido culpa suya: lo cogió y se lo comió. Yo no le dije que lo
hiciera.
-Técnicamente
es cierto, nadie obligo a ese gordinflón a que se lo comiera- comento Fabián-
la culpa fue de el por meterse todo a la boca.
-Pero dejó
caer esos dulces sabiendo que se lo comería- aseguro Molly- eso es suficiente
para culparlo.
— ¡Lo dejaste caer a propósito! —Vociferó el señor Weasley—. Sabías
que se lo comería porque estaba a dieta...
— ¿Cuánto le creció la lengua? —preguntó George, con mucho interés.
-No creo
que sea el momento de preguntar eso- comento Gideon- pero me muero de
curiosidad por saber la respuesta.
—Cuando sus padres me permitieron acortársela había alcanzado más de
un metro de largo.
Harry y los Weasley prorrumpieron de nuevo en una sonora carcajada.
Los
padres de los aludidos negaron seriamente (a excepción claro de James) mientras
los chicos sonrían.
-Bueno,
con eso fue suficiente para que dejaran que Arthur lo ayudara- comento Frank-
aun así, me pregunto si la lengua hubiera continuado creciendo si no le hubieran
permitido ayudarle.
-Probablemente,
todo depende de que tan fuerte ya sido el encantamiento que usaron- agregó Alice.
— ¡No tiene gracia! —Gritó el señor Weasley—. ¡Ese tipo de
comportamiento enturbia muy seriamente las relaciones entre magos y muggles!
-Y volar
su chimenea por toda la sala no enturbia las relaciones entre magos y muggles-
comento en reprimenda Molly- sinceramente usted señor hace valer la ley cuando
no lo involucra a usted- agrego, aun recordaba aquella laguna legal que saco
para justificar tener ese auto encantado.
-Bueno no
te enfades tanto, de seguro dejo su casa perfectamente antes de regresar-
comento Sirius.
-¿Quién
sabe?, si dejaron que Arthur ayudara a su hijo era porque no tenían
alternativa- aseguro Marlene- pero en cuanto a la chimenea ellos mismos la
podrían arreglar, si sería un gasto fuerte pero no dudo que lo pagarían con tal
que Arthur se fuera la más rápido posible.
-Eso también
sería probable, de casualidad ¿no saben qué fue lo que ocurrió?- les pregunto
James a los del futuro que negaron de inmediato, con todo lo que tenían no
estaban para preocuparse de la simple reconstrucción de una chimenea.
Me paso la mitad de la vida luchando contra los malos tratos a los
muggles, y resulta que mis propios hijos...
— ¡No se lo dimos porque fuera muggle! —respondió Fred, indignado.
—No. Se lo dimos porque es un asqueroso bravucón —explicó George—. ¿No
es verdad, Harry?
—Sí, lo es —contestó Harry seriamente.
-Eso podría ser cierto, pero aun así no creo que haya sido de alguna
utilidad- comento Ted- para un brabucón muggle lo mejor es una respuesta
muggle.
-Les estas sugiriendo que lo golpeen Ted- interrogo Andrómeda.
-No les sugiero que lo hagan- se defendió- pero no le vendría mal que
lo pusieran en su lugar- agrego más bajo causando la risa en algunos y una
mirada severa de su esposa.
— ¡Ésa no es la cuestión! —Repuso enfadado el señor Weasley—. Ya
veréis cuando se lo diga a vuestra madre.
-No es
necesario- comentó Molly- ya lo sé todo- aseguró viendo en reprimenda a sus
hijos, eso les traería bastantes problemas después.
— ¿Cuando me digas qué? —preguntó una voz tras ellos.
-Huy-
exclamaron los gemelos Prewett, James, Sirius y James “S”, como bromistas han experimentado situaciones así- llego
justo a tiempo- agregó James “S”.
La señora Weasley acababa de entrar en la cocina. Era bajita,
rechoncha y tenía una cara generalmente muy amable, aunque en aquellos momentos
la sospecha le hacía entornar los ojos.
— ¡Ah, hola, Harry! —dijo sonriéndole al advertir que estaba allí.
-Siempre
siendo más amables con otros que sus propios hijos- comento James- mi madre era
igual.
-Es
porque era su deber disciplinarlos- aseguró Lily- ustedes dos tenían muchas
cosas que corregir por eso Dorea consentía más a Remus que a ustedes- dijo
hablándoles a Sirius y a su novio.
Luego volvió bruscamente la mirada a su mando—. ¿Qué es lo que tienes
que decirme?
El señor Weasley dudó.
-No
quería decirle a Molly realmente- comento Ted- solo era una amenaza para sus
hijos.
-Comprensible,
las madres pueden dar mucho más miedo que los padres- aseguro Dora que hablaba
por experiencia propia.
Harry se dio cuenta de que, a pesar de estar tan enfadado con Fred y
George, no había tenido verdadera intención de contarle a la señora Weasley lo
ocurrido. Se hizo un silencio mientras el señor Weasley observaba nervioso a su
mujer. Entonces aparecieron dos chicas en la puerta de la cocina, detrás de la
señora Weasley: una, de pelo castaño y espeso e incisivos bastante grandes,
-¡Harry!-
le reclamo de inmediato Hermione.
-Lo
siento- se disculpó de inmediato el azabache- no era mi intención ofender pero
es que así eras.
-Quisiera
saber quién puso las descripciones en ese libro- agrego la castaña cruzándose
de bazos.
Era Hermione Granger, la amiga de Harry y Ron; la otra, menuda y
pelirroja, era Ginny, la hermana pequeña de Ron. Las dos sonrieron a Harry, y
él les sonrió a su vez, lo que provocó que Ginny se sonrojara: Harry le había
gustado desde su primera visita a La Madriguera.
-Y
sabiendo eso, aun así…
-Sí, lo sé,
ya pueden dejar de recordar lo lento que soy no- comentó el azabache.
-Pero
descuida yerna, ya verás que cuando cambiemos todo aremos que Harry se fije en
ti cuanto antes- aseguro James.
-¿Y cómo piensan
hacerlo?- pregunto Lily “L”
-Podríamos
pegarles las manos por un tiempo- propuso Sirius- como lo hicimos con
cornamenta y la pelirroja- agrego muy a su pesar.
-¡¡¿Que
ustedes qué?!!- grito con fuerza Lily asustando a más de un presente- ya sabía
yo que eso no fue accidente, como se atrevieron ustedes dos a…
-También Remus
estuvo en eso- atajo Sirius- él nos ayudó
a hacer esa cosa con la que se pegaron
-Sí, pero
solo porque dijimos que los usaríamos con unos Slytherin, fueron ustedes dos
quienes lo usaron con Lily- se defendió el castaño.
-He
disculpen pero, de que están hablando- pregunto Dora entre curiosa y divertida.
-Sí,
suena algo interesante- apoyo Fred.
-Bueno
verán- comenzó Remus- en nuestro quinto año durante la clase de pociones hubo
un “accidente”- dijo entre comillas- y bueno para resumir Lily y James quedaron
pegados de la mano por una semana.
-La peor
semana de mi vida- espeto Lily
-Pero al
final fui yo al que peor le fue, o ya olvidaste que la primera noche me
arrojaste un petrificus totalus- dijo James
-Y la
segunda y tercera y cuarta noche también- agrego Sirius.
-¿Ustedes
durmieron untos?- pregunto Harry
-No-
respondió Remus- ellos durmieron en camas separadas en la enfermería- explico-
y siempre estaban la señora Pomfrey o algún fantasma vigilándolos.
-Pero, ¿ustedes
no se quieren?- pregunto Rose sin comprender.
-Sí, ya en
ese tiempo se atraían- dijo Alice- pero en ese tiempo James era aún más inmaduro de lo que es ahora y
Lily seguía negándose a lo que sentía por lo que aun actuaba como si lo odiara.
-En ese
caso ¡¿qué les hizo pensar que sería una buena idea hacerlo?!- les reclamo
Rose.
-Evidentemente
no lo pensaron- respondió Hermione- y ahora tendrán que pagar por eso.
-Mas, acaso
no saben lo que nos hizo después la pelirroja- aclamo Sirius con un deje de
temor en la voz.
-Evidentemente
no Sirius- hablo Marlene- pero no creo sea momento, ya nos desviamos bastante
de la lectura, así que por favor- le pidió al pelirrojo que continuara con la
lectura.
— ¿Qué tienes que decirme, Arthur? —repitió la señora Weasley en un
tono de voz que daba miedo.
—Nada, Molly —farfulló el señor Weasley—. Fred y George sólo... He
tenido unas palabras con ellos...
— ¿Qué han hecho esta vez? —Preguntó la señora Weasley—. Si tiene que
ver con los «Sortilegios Weasley»...
-En ese
tiempo casi todo lo que hacían tenía que ver con Sortilegios Weasley- comentó
Ron.
— ¿Por qué no le enseñas a Harry dónde va a dormir, Ron? —propuso
Hermione desde la puerta.
—Ya lo sabe —respondió Ron—. En mi habitación. Durmió allí la
última...
-Hay-
dijeron muchos al mismo tiempo, exasperados por la falta de precepción del
pelirrojo.
-Es obvio
que ella solo quiere una salida para irse de ahí, para no estar en medio del
regaño- comento Frank.
-Hasta yo
me pude dar cuenta de eso- agrego Hugo.
-Si ya lo
sé, fue solo un error menor, no hagan tanto drama- dijo el pelirrojo cura cara
estaba casi del mismo tono que su cabello.
—Podemos ir todos —dijo Hermione, con una significativa mirada.
— ¡Ah! —Exclamó Ron, cayendo en la cuenta—. De acuerdo.
—Sí, nosotros también vamos —dijo George.
-Si
claro, como si nuestra hermanita los dejara escapar con tanta facilidad-
comento Gideon.
-Tendrían
demasiada suerte, pero no albergaría muchas esperanzas- continuo Fabián.
— ¡Vosotros os quedáis donde estáis! —gruñó la señora Weasley.
Harry y Ron salieron despacio de la cocina y, acompañados por Hermione
y Ginny, emprendieron el camino por el estrecho pasillo y subieron por la
desvencijada escalera que zigzagueaba hacia los pisos superiores.
— ¿Qué es eso de los «Sortilegios Weasley»? —preguntó Harry mientras
subían.
Ron y Ginny se rieron, pero Hermione no.
-No deberías
ser tan amargada- le dijo Sirius a Hermione- tienes que aceptar que sus trucos
son muy buenos, no hay duda que tienen habilidad.
-Nunca he
dicho que no la tuvieran- aseguro- pero lo enfocas en esas bromas
-Algunas
de sus cosas son buenas- salto Ron- siempre y cuando se las vendan a gente
correcta- agrego en reprimenda viendo de reojo a Draco.
-En
verdad que eres alguien rencoroso- aseguro el rubio que capto la mirada del
pelirrojo
-Sí, o ya
olvidaste lo que ocurrió después
-Bueno
ya, no es momentos para ponernos a discutir de eso- ordeno Harry, quien además
no tenía muchos ánimos de recodar esa noche- Fred continúa.
—Mi madre ha encontrado un montón de cupones de pedido cuando limpiaba
la habitación de Fred y George —explicó Ron en voz baja—. Largas listas de
precios de cosas que ellos han inventado. Artículos de broma, ya sabes: varitas
falsas y caramelos con truco, montones de cosas. Es estupendo: nunca me imaginé
que hubieran estado inventando todo eso...
-Entonces
¿qué creías que hacíamos en nuestra habitación?- le interrogo desafiante Fred.
-Bueno,
ya que nunca no dijeron nada y solo escuchábamos explosiones- menciono Ginny-
mejor dinos tu ¿qué era lo que debimos haber pensado?
-Bueno,
puede que tengas razón pecas- le concedió George- pero teníamos que guardarlo
en secreto por mamá.
-Que al
final no sirvió de nada porque los descubrieron- aseguro Fabián- debieron
ocultar mejor sus cosas.
-Aunque
incuso nuestra hermanita debe admitir que el que ellos inventen bromas es más
seguro que el trabajo de sus hijos mayores- agrego Gideon.
-Cuando
participen en algún experimento para probar un nuevo producto hablaremos- les
aseguro Ron, no sabía que tan peligroso era lo que hacían, pero aun así, para
haber inventado su propia pomada para golpes.
—Hace mucho tiempo que escuchamos explosiones en su habitación, pero
nunca supusimos que estuvieran fabricando algo —dijo Ginny—. Creíamos que
simplemente les gustaba el ruido.
-Espera
un minuto- exclamo James- estas hablando con Harry presente- dijo viendo a la
pelirroja- ese es un gran avance, ahora solo debes acercarte a él para que sean
novios- dijo olvidando los años que faltan para eso.
-En el
caso de Harry, la única forma de conseguir un avance como ese tan rápido, sería
que Ginny le saltara encima- comento Hermione ganándose una mirada ofendida de
su amigo.
-Es
decir, con la misma sutileza que este idiota tenía con migo- agrego Lily
señalando a James.
-¡Mamá!-
le reclamo Harry.
-Lo
siento cariño, pero la comparación es adecuada- se defendió la pelirroja.
—Lo que pasa es que la mayor parte de los inventos... bueno, todos, en
realidad... son algo peligrosos y, ¿sabes?, pensaban venderlos en Hogwarts para
sacar dinero. Mi madre se ha puesto furiosa con ellos. Les ha prohibido seguir
fabricando nada y ha quemado todos los cupones de pedido... Además está enfadada
con ellos porque no han conseguido tan buenas notas como esperaba...
-Pero aun
así terminaran saliéndose con la suya- comento ron- aunque con un poco de
ayuda- agrego viendo de reojo a Harry.
-En
nuestra defensa nosotros no queríamos aceptar la ayuda en un principio- comento
Fred.
-Pero al
final nos no dejo alternativa, nuestra vida estaba en juego si no aceptábamos-
agrego George.
-Pero
dudo que después se arrepintieran o se sintieran mal- aseguro Hermione mientras
los gemelos sonreían en complicidad.
-¡No es
justo!, nosotros si les explicamos nuestras travesuras y andanzas- reclamo
Sirius- y ustedes siempre se ponen a hablar en clave.
-Pero qué
más da, al final todo lo que dicen termina estado en los libros, no es como si
se quedaran con la duda- aseguro Albus
-Es fácil
para ti decirlo- le reclamo el oji gris.
-Claro
que no- dijeron los Potter, Weasley y Malfoy del futuro- nuestros padres nunca
nos han contado casi nada de su pasado- continuo Scorpius- nosotros también nos
estamos enterando de muchas cosas, en especial ellos- aseguro dirigiéndose a
James “S” Albus y Lily “L”
-Ya vez
idiota, si fueras más sensible pensarías en ellos también- exclamo Marlene.
-Si
bueno, está bien lo siento- se disculpó el animago- pelirrojo continua.
—Y también ha habido broncas porque mi madre quiere que entren en el
Ministerio de Magia como nuestro padre, y ellos le han dicho que lo único que
quieren es abrir una tienda de artículos de broma —añadió Ginny.
-Ya me
imagino que pasaría si ese par entrara al ministerio- comento Percy- no es por desmeritarlos,
pero en definitiva ese o es su sitio.
-En eso
estamos de acuerdo hermanito- le concedió Fred.
Entonces se abrió una puerta en el segundo rellano y asomó por ella
una cara con gafas de montura de hueso y expresión de enfado.
—Hola, Percy —saludó Harry.
—Ah, hola, Harry —contestó Percy—. Me preguntaba quién estaría armando
tanto jaleo. Intento trabajar, ¿sabéis? Tengo que terminar un informe para la
oficina, y resulta muy difícil concentrarse cuando la gente no para de subir y
bajar la escalera haciendo tanto ruido.
-Que,
tanto ruido- exclamo Sirius- solo están subiendo las escaleras, en serio que
eres un pesado de lo peor- le aseguró- digo, ni siquiera lunático fue tan obsesivo
como tú.
-Y tú ¿por
qué siempre me usas de punto de comparación?- le reclamo el castaño.
-Eso te
gana por ser el estudioso el grupo colega- respondió oji gris.
—No hacemos tanto ruido —replicó Ron, enfadado—. Estamos subiendo con
paso normal. Lamentamos haber entorpecido los asuntos reservados del
Ministerio.
— ¿En qué estás trabajando? —quiso saber Harry.
-Fue lo primero
que te advertí Harry- le reclamo Ron- en serio tu curiosidad o cortesía en
ocasiones son molestas.
—Es un informe para el Departamento de Cooperación Mágica
Internacional—respondió Percy con aires de suficiencia—. Estamos intentando
estandarizar el grosor de los calderos. Algunos de los calderos importados son
algo delgados, y el goteo se ha incrementado en una proporción cercana al tres
por ciento anual...
-Pero qué
clase de trabajo es ese- comento James- digo, si importa que los calderos no se
rompan en especial haciendo alguna poción importante, pero no como para darle
tanta importancia.
-Estaba emocionado
con su nuevo trabajo-lo justifico Lily- además si apenas comienza no le pueden
dar responsabilidades muy grandes para su propia experiencia.
—Eso cambiará el mundo —intervino Ron—. Ese informe será un bombazo.
Ya me lo imagino en la primera página de El Profeta: «Calderos con agujeros.»
Varios comenzaron
a reír por el comentario de ron mientras que Percy se sonrojaba un poco por día
acción, algo similar a lo que ocurrió en ese momento.
Percy se sonrojó ligeramente.
—Puede que te parezca una tontería, Ron —repuso acaloradamente—, pero
si no se aprueba una ley internacional bien podríamos encontrar el mercado
inundado de productos endebles y de culo demasiado delgado que pondrían seriamente
en peligro...
-Creo que
te pones muy intenso con ese tema no lo crees sobrino- comento Gideon- por más
que sea tu trabajo deberías relajarte.
-Eso se
ve difícil- agregó Fabián- estará difícil que alguien como él pueda clamarse,
es más ambicioso de lo que le conviene.
—Sí, sí, de acuerdo —interrumpió Ron, y siguió subiendo.
Percy cerró la puerta de su habitación dando un portazo. Mientras
Harry, Hermione y Ginny seguían a Ron otros tres tramos, les llegaban ecos de
gritos procedentes de la cocina. El señor Weasley debía de haberle contado a su
mujer lo de los caramelos.
-Si lo
hizo- aseguro George- no quería hacerlo pero al final término cediendo- agrego,
pero sin intención de culparlo, después de todo ellos tampoco hubieran resistido
su interrogatorio.
George
fue leyendo la descripción del cuarto de Ron que era igual que antes, la nica
diferencia es que en el lugar donde solía estar Scabbers ahora se encontraba
una pequeña lechuza dando saltos en su jaula.
— ¡Cállate, Pig! —Le dijo Ron, abriéndose paso entre dos de las cuatro
camas que apenas cabían en la habitación—. Fred y George duermen con nosotros
porque Bill y Charlie ocupan su cuarto —le explicó a Harry—. Percy se queda la
habitación toda para él porque tiene que trabajar.
-Bueno si
te incomoda tanta compañía Harry se podría a ir a dormir con Ginny- propuso
James.
-No, ella
dormirá junto con Hermione- aclaro Harry.
-En ese
caso la castaña estaría haciendo mal tercio- comento Sirius- amenos claro que
ellos hicieran un…
-Ya
cierra la boca animal- le interrumpió Marlene suponiendo a donde iban sus
pensamientos-
— ¿Por qué llamas Pig a la lechuza? —Le preguntó —Harry a Ron.
—Porque es tonto —dijo Ginny—. Su verdadero nombre es Pigwidgeon.
-¿Le
pusiste ese nombre?- pregunto Frank.
-No fui
yo, fue Ginny quien la nombro, yo no tuve otra alternativa que resignarme- contesto
el pelirrojo.
—Sí, y ése no es un nombre tonto —contestó sarcásticamente Ron
-Pues hay
algunos peores- comento Dora- pero tampoco creo que sea tan malo.
—. Ginny lo bautizó. Le parece un nombre adorable. Yo intenté
cambiarlo, pero era demasiado tarde: ya no responde a ningún otro. Así que
ahora se ha quedado con Pig. Tengo que tenerlo aquí porque no gusta a Errol ni
a Hermes.
-Valla,
en verdad es algo generalizado de las lechuzas, una actitud muy curiosa-
comento Charlie.
En realidad, a mí también me molesta.
-Si
claro- dijeron algunos a la vez, sobre todo los hermanos del pelirrojo- lo
mismo decías de esa maldita rata, y ya vez lo que paso- continúo Bill mientras
ron bajaba la cabeza apenado.
Pigwidgeon revoloteaba veloz y alegremente por la jaula, gorjeando de
forma estridente. Harry conocía demasiado a Ron para tomar en serio sus
palabras: siempre se había quejado de su vieja rata Scabbers, pero cuando creyó
que Crookshanks, el gato de Hermione, se la había comido, se disgustó
muchísimo.
-Es que a
Ron siempre se le ha complicado demostrar sus sentimientos- comento Hermione.
-Además
de que es muy fácil hacer que se deprima y entonces se vuelve un desastre
andante- continúo Fred.
-Y cuando
se enoja se vuelve insufrible, no creo que nadie lo pueda aguantar- agrego
George.
-Bueno
ya, se la pasarán enlistado mis defectos o que- les reclamo a sus humanos
mientras recibía un abrazo de Hermione.
— ¿Dónde está Crookshanks? —preguntó Harry a Hermione.
—Fuera, en el jardín, supongo. Le gusta perseguir a los gnomos; nunca
los había visto.
—Entonces, ¿Percy está contento con el trabajo? —inquirió Harry,
sentándose en una de las camas y observando a los Chudley Cannons, que entraban
y salían como balas de los pósters colgados en el techo.
Algunos
de los presentes soltaron una risa algo irónica, para la mayoría fue bastante
evidente que Percy estaba muy metido en su trabajo, tal vez más de lo que
debería.
— ¿Contento? —Dijo Ron con desagrado—. Creo que no habría vuelto a
casa si mi padre no lo hubiera obligado. Está obsesionado. Pero no le menciones
a su jefe. «Según el señor Crouch... Como le iba diciendo al señor Crouch... El
señor Crouch opina... El señor Crouch me ha dicho...» Un día de éstos
anunciarán su compromiso matrimonial.
-Y para
lo que sirvió esa devoción- aseguró Ron- ese idiota ni siquiera recordaba su
nombre.
-Hay alguien
a quien no le guardes rencor- le interrogo Draco- siempre que mencionan a alguien
con el que tuvieron desacuerdos los atacas.
-Contigo
tuvimos más que desacuerdos- aseguro el pelirrojo.
-Ha ya
tranquilícense- exclamo James “S”- deberían de tratar de llevarse bien no lo
creen- agrego impresionando a sus hermanos y amigos, era extraño que
reaccionara con cierta madures- se imaginan lo difícil que serán las reuniones
familiares cuando Rose y Scorpius se casen
-¡¡James!!-
le reclamaron los dos aludidos, ya se les hacía muy extraño que el joven no
saliera con una de las suyas.
— ¿Has pasado un buen verano, Harry? —Quiso saber Hermione—.
¿Recibiste nuestros paquetes de comida y todo lo demás?
—Sí, muchas gracias —contestó Harry—. Esos pasteles me salvaron la
vida.
— ¿Y has tenido noticias de...? —comenzó Ron, pero se calló en
respuesta a la mirada de Hermione.
-Estabas
a punto de preguntar sobre Sirius cierto- dijo Alice-
Harry se dio cuenta de que Ron quería preguntarle por Sirius. Ron y
Hermione se habían involucrado tanto en la fuga de Sirius que estaban casi tan
preocupados por él como Harry. Sin embargo, no era prudente hablar de él
delante de Ginny. A excepción de ellos y del profesor Dumbledore, nadie sabía
cómo había escapado Sirius ni creía en su inocencia.
En ese
momento Ginny chasqueo la lengua en completa desaprobación.
-Ya no te
molestes, en ese momento ustedes no sabían nada- se trató de justificar Harry.
-Y creen
que no entendería si me lo explicaban- rebatió la pelirroja- es molesto que siempre
te dejen de lado.
-Sí, pero
es difícil hacer que ellos compartan algo con alguien más- agrego Neville- en
especial Harry- agrego recordando su encontró en la sala de menesteres.
—Creo que han dejado de discutir —dijo Hermione para disimular aquel
instante de apuro, porque Ginny miraba con curiosidad tan pronto a Ron como a
Harry—. ¿Qué tal si bajamos y ayudamos a vuestra madre con la cena?
-Debiste
de molestarte mucho- comento James- es evidente que te diste cuenta de que había
algo de lo que no querían hablar en frente de ti.
-Ya lo
ceo- aseguro la pelirroja.
—De acuerdo —aceptó Ron.
Los cuatro salieron de la habitación de Ron, bajaron la escalera y
encontraron a la señora Weasley sola en la cocina, con aspecto de enfado.
-Deberían
de comportarse mejor con su madre- exclamó el señor Weasley en forma de
reprimenda.
-Pero al
final fuiste tú el que les conto lo del dulce o me equivoco- dijo en su defensa
Sirius.
-Si lo
hizo- apoyo Remus- de la misma forma en que tú nos delataste después del
interrogatorio intensivo de Lily.
-He que
solo fueron un par de veces- se defendió él- además el que más cedía ante Lily
era cornamenta, el si nos vendió más de un par de veces.
-No
puedes salir del lodo sin ensuciar a otros canuto- le reprendió James.
—Vamos a comer en el jardín —les dijo en cuanto entraron—. Aquí no
cabemos once personas. ¿Podríais sacar los platos, chicas? Bill y Charlie están
colocando las mesas. Vosotros dos, llevad los cubiertos —les dijo a Ron y a
Harry. Con más fuerza de la debida, apuntó con la varita a un montón de patatas
que había en el fregadero, y éstas salieron de sus mondas tan velozmente que
fueron a dar en las paredes y el techo
-En esos
momentos mamá era más peligrosa que tener a Tonks en la cocina tratando de
ayudar- comento Charlie.
-Hey-
reclamo de inmediato la metamorfomaga cambiando el color de su cabello a uno
rojo similar al de él- exactamente que quieres decir.
-Nada
especial- respondió- solamente que eres un poquito torpe y no sería seguro
darte un cuchillo o…
-Mejor
cierra la boca- le aconsejo antes de que se decidiera alanzarle algún encantamiento.
—. ¡Dios mío! —Exclamó, apuntando con la varita al recogedor, que
saltó de su lugar y empezó a moverse por el suelo recogiendo las patatas—.
¡Esos dos! —estalló de pronto, mientras sacaba cazuelas del armario. Harry comprendió
que se refería a Fred y a George—. No sé qué va a ser de ellos, de verdad que
no lo sé. No tienen ninguna ambición, a menos que se considere ambición dar
tantos problemas como pueden.
-Bueno,
eso ya es algo o no- trato de bornear Gideon, por la penetrante mirada que recibió
de su hermana segundos después era su advertencia para que no continuara.
Depositó ruidosamente en la mesa de la cocina una cazuela grande de
cobre y comenzó a dar vueltas a la varita dentro de la cazuela. De la punta
salía una salsa cremosa conforme iba removiendo.
—No es que no tengan cerebro —prosiguió irritada, mientras llevaba la
cazuela a la cocina y encendía el fuego con otro toque de la varita—, pero lo
desperdician, y si no cambian pronto, se van a ver metidos en problemas de
verdad.
-Nunca
nos ha pasado nada por lo de nuestra bromas- aseguró Fred.
-Si, como
ya dijiste tenemos suficiente cerebro para saber hasta dónde podemos ir- apoyo George.
He recibido más lechuzas de Hogwarts por causa de ellos que de todos
los demás juntos. Si continúan así terminarán en el Departamento Contra el Uso
Indebido de la Magia.
-Ellos
trabajarían en cualquier otro lugar que no fura el ministerio de magia- comento
Charlie- la verdad es que tuvieron mucha suerte por haber conseguido su tienda.
La señora Weasley tocó con la varita el cajón de los cubiertos, que se
abrió de golpe. Harry y Ron se quitaron de en medio de un salto cuando algunos
de los cuchillos salieron del cajón, atravesaron volando la cocina y se
pusieron a cortar las patatas que el recogedor acababa de devolver al fregadero.
-En
verdad que es peligroso estar en la cocina en ese momento- comento James- si no
se relaja podría haber algún herido.
-Lo mejor
será que le hieran caso y fueran a ayudar a poner la mesa- comento Remus- además
no convendría hacerla enojar más- agrego. Molly por su lado tenía un leve sonrojo por todos los
comentarios que hacían.
—No sé en qué nos equivocamos con ellos —dijo la señora Weasley
posando la varita y sacando más cazuelas—. Llevamos años así, una cosa detrás
de otra, y no hay manera de que entiendan... ¡OH, NO, OTRA VEZ!
Al coger la varita de la mesa, ésta lanzó un fuerte chillido y se
convirtió en un ratón de goma gigante.
-Esa es
una de sus varitas de broma cierto- dijo Sirius viendo a los gemelos que
asentían.
-Deberían
de tener más cuidado de donde dejan eso- aseguro Marlene- no creo que sea buena
idea que sigan haciendo enojar su madre.
— ¡Otra de sus varitas falsas! —gritó—. ¿Cuántas veces les he dicho a
esos dos que no las dejen por ahí?
Cogió su varita auténtica, y al darse la vuelta descubrió que la salsa
humeaba en el fuego.
—Vamos —le dijo Ron a Harry apresuradamente, cogiendo un puñado de
cubiertos del cajón—. Vamos a echarles una mano a Bill y a Charlie.
-Bueno,
nosotros no necesitábamos ayuda, pero tal vez lo mejor es que salieran de la cocina-
comento Bill.
Dejaron sola a la señora Weasley y salieron al patio por la puerta de
atrás.
George
continuo leyendo como en cuanto dieron unos pasos Crookshanks salió del jardín
persiguiendo a un gnomo que se metió en un hoyo mientras el gato seguía
tratando de atraparlo con la pata, así como el tremendo ruido que hacían Bill y
Charlie al hacer chochar un par de mesas en el aire tratando de hacer
retroceder a la otra mientras los gemelos gritaban entusiasmados, Ginny se reía
y Hermione estaba vida entre la diversión y la preocupación.
-Pero
preocupada ¿Por qué?- pregunto Sirius.
-La situación
era algo tensa con la señora Weasley, por todo lo de los gemelos, y tal vez se podría
molestar por su pequeño juego- explicó la chica.
-Pero al
final les terminaría gritando a sus hijos no a ti- aseguro el oji gris.
La mesa de Bill se estrelló contra la de Charlie con un enorme
estruendo y le rompió una de las patas. Se oyó entonces un traqueteo, y, al
mirar todos hacia arriba, vieron a Percy asomando la cabeza por la ventana del
segundo piso.
— ¿Queréis hacer menos ruido? —gritó.
-Bueno,
en ese caso si es algo justificado- comento Alice.
-Pero aun
así no se le quita lo temperamental- agrego Frank
—Lo siento, Percy —se disculpó Bill con una risita—. ¿Cómo van los
culos de los calderos?
—Muy mal —respondió Percy malhumorado, y volvió a cerrar la ventana
dando un golpe. Riéndose por lo bajo, Bill y Charlie posaron las mesas en el
césped, una pegada a la otra, y luego, con un toquecito de la varita mágica, Bill
volvió a pegar la pata rota e hizo aparecer por arte de magia unos manteles.
-Tal
parece que a nadie le interesaba mi trabajo en ese momento- comento Percy.
-Bueno,
tienes que admitir que ese informe que hacías no era tan importante como querías
hacerlo ver- comento Bill- claro que podía ser útil pero aun así estabas muy obsesionado
con eso.
-Bueno,
estaba algo emocionado con mi nuevo trabajo- acepto el chico.
A las siete de la tarde, las dos mesas crujían bajo el peso de un
sinfín de platos que contenían la excelente comida de la señora Weasley, y los
nueve Weasley, Harry y Hermione tomaban asiento para cenar bajo el cielo claro,
de un azul intenso. Para alguien que había estado alimentándose todo el verano
de tartas cada vez más pasadas, aquello era un paraíso, y al principio Harry
escuchó más que habló mientras se servía empanada de pollo con jamón, patatas
cocidas y ensalada.
-Exacto,
en esos momentos la comida es mucho más importante- aseguro Sirius- ahora
aprovecha para llenarte de comida.
-Pero no
tanta como para tener que vomitar después- agrego Lily- tampoco es bueno que
coma de más como otros.
-Hey, que
yo como lo necesario.
-En ese
caso no queremos saber lo que es para ti comer en eso- se burló Marlene.
Al otro extremo de la mesa, Percy ponía a su padre al corriente de
todo lo relativo a su informe sobre el grosor de los calderos.
—Le he dicho al señor Crouch que lo tendrá listo el martes —explicaba
Percy dándose aires—. Eso es algo antes de lo que él mismo esperaba, pero me
gusta hacer las cosas aún mejor de lo que se espera de mí. Creo que me
agradecerá que haya terminado antes de tiempo.
-Si claro,
podrá agradecértelo aprendiéndose tu nombre por lo menos- aseguro Ron.
-Eso es
algo que me intriga- atajo Ted- es verdad que nunca aprendió tu nombre- le
pregunto a Percy.
-Bueno,
siempre trataba de llamarme por mi apellido, pero, no lo decía correctamente-
explico el chico.
-Lo
justificaba diciendo que era un hombre muy ocupado como para preocuparse de
coas irrelevantes, o algo así decía- comento Charlie.
-Pues eso
me parece una descortesía de Crouch, y de ti bueno- agrego vendo al pelirrojo-
creo que apreciabas demás tu trabajo con él.
Percy
bajo la mirada apenado, la verdad que su traba en verdad peso mucho más para
que su propia familia, dudaba que eso alguna vez dejara de atormentarlo.
Quiero decir que, como ahora hay tanto que hacer en nuestro
departamento con todos los preparativos para los Mundiales, y la verdad es que
no contamos con el apoyo que necesitaríamos del Departamento de Deportes y
Juegos Mágicos... Ludo Bagman...
-¿Ludo
Bagman? ¿El golpeador de las Avispas de Wimbourne?- pregunto James ante el asentimiento
del señor Weasley- valla, entonces al final término trabajando en el
departamento de deportes.
-De hecho
llego ser el jefe del departamento hasta ese año- comento Bill.
-Hasta
ese año- dijo Frank notando las palabras del joven- es que después de ese año
dejo de ser el jefe del departamento.
-Pues sí.
-Fue por
algo que paso en los mundiales- pregunto James- hubo algún accidente, espero
que Harry no estuviera involucrado- agrego con preocupación.
-No, su
dimisión del departamento no tiene que ver con un asunto completamente
diferente- explicó Bill.
-Ya lo
vean, de seguro aparecerá algo de eso en el libro- dijo Ron.
-Entonces
ustedes se vieron involucrados- pregunto Lily.
-Realmente
no- respondió Hermione- de hecho- agrego- bien podríamos contarles lo ocurrido
en cualquier momento, no es algo verdaderamente relevante para la historia.
-Por el
momento lo mejor será que continuamos con la lectura- intervino el profesor
Dumbledore- señor Weasley continua- le solicito a George.
—Ludo me cae muy bien —dijo el señor Weasley en un tono afable—. Es el
que nos ha conseguido las entradas para la Copa. Yo le hice un pequeño favor:
su hermano, Otto, se vio metido en un aprieto a causa de una segadora con poderes
sobrenaturales, y arreglé todo el asunto...
—Desde luego, Bagman es una persona muy agradable —repuso Percy
desdeñosamente
-Pero cuál
es la molestia sobrino- le pregunto Gideon.
-Bueno,
la actitud de ludo de ludo era completamente diferente a la de Crouch- comento
Harry- era más despreocupado y menos serio.
-Sin duda
alguien tan indisciplinado no recibiría la admiración de nuestro querido
sobrino- aseguro Fabián.
—, pero no entiendo cómo pudo llegar a director de departamento.
¡Cuando lo comparo con el señor Crouch...! Desde luego, si se perdiera un
miembro de nuestro departamento, el señor Crouch intentaría averiguar qué ha
sucedido. ¿Sabes que Bertha Jorkins lleva desaparecida ya más de un mes? Se fue
a Albania de vacaciones y no ha vuelto...
-Ni
volverá- exclamo Alice- no después de encontrarse con ese maldito- espeto.
Al
parecer se incidente tendría mucha más importancia de la que pensaron originalmente.
—Sí, le he preguntado a Ludo —dijo el señor Weasley, frunciendo el
entrecejo—. Dice que Bertha se ha perdido ya un montón de veces. Aunque, si
fuera alguien de mi departamento, me preocuparía...
-No
tienen ni idea de lo que le ocurrió a la pobre- comento Lily
—Por supuesto, Bertha es un caso perdido —siguió Percy—. Creo que se
la han estado pasando de un departamento a otro durante años: da más problemas
de los que resuelve.
Eso les
resulto curioso a los que conocieron a la chica, si bien nunca fue la mejor en
lo que hacían, tampoco fue una persona desastrosa.
Pero, aun así, Ludo debería intentar encontrarla. El señor Crouch se
ha interesado personalmente...
-Claro,
no quería que su pequeño secreto se revelara- comento por lo bajo Ron a sus
amigos- es una lástima que lo hicieran.
Ya sabes que ella trabajó en otro tiempo en nuestro departamento, y
creo que el señor Crouch le tiene estima.
-Eso no
suena mucho a Crouch- aseguro Frank- al menos no el que conocemos en nuestro
tiempo, en lo personal me parece que lo le importa nadie más que si mismo.
-Lo mismo
digo- aseguro ojo loco, desconfiaba de él desde que trato de autorizar el uso
de maldiciones imperdonables para pelear con los mortifagos.
Pero Bagman no hace más que reírse y decir que ella seguramente interpretó
mal el mapa y llegó hasta Australia en vez de Albania. En fin —Percy lanzó un
impresionante suspiro y bebió un largo trago de vino de saúco—, tenemos ya
bastantes problemas en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional para
que intentemos encontrar al personal de otros departamentos.
-Nuevamente
dándole importancia a los asuntos de tu departamento sobrino- comento Fabián.
-No, en
esa ocasión si se trataba de algo importante- concedió Ron- pero nunca le dimos
importancia a lo que decía pues porque, era Percy.
Como sabes, hemos de organizar otro gran evento después de los
Mundiales. —Se aclaró la garganta como para llamar la atención de todos, y miró
al otro extremo de la mesa, donde estaban sentados Harry, Ron y Hermione, antes
de continuar—: Ya sabes de qué hablo, papá —levantó ligeramente la voz—: el
asunto ultrasecreto.
Es
evidente que quieren que le pregunten- aseguro Fabián- no puedes simplemente
decirles y ya, no hay porque complicarse tanto.
-Quería
darse importancia eso era todo- aseguro George antes de retomar la lectura.
Ron puso cara de resignación y les susurró a Harry y a Hermione:
—Ha estado intentando que le preguntemos de qué se trata desde que
empezó a trabajar. Seguramente es una exposición de calderos de culo delgado.
-Pues te equivocaste,
en realidad era algo mucho más importante que eso- dijo Percy con tono ufano.
-Pero con
la forma en que tratas todos los asuntos que caen en tus manos no los puedes
culpar por pensarlo- aseguro Sirius.
En el medio de la mesa, la señora Weasley discutía con Bill a
propósito de su pendiente, que parecía ser una adquisición reciente.
—... con ese colmillazo horroroso ahí colgando... Pero ¿qué dicen en
el banco?
-Si no
les importa que un prófugo de la justicia saque dinero de su cámara no creo que
les importe como se vea un mago- exclamo Scorpius.
—Mamá, en el banco a nadie le importa un comino lo que me ponga
mientras ganen dinero conmigo —explicó Bill con paciencia.
-Y es
cierto, cualquier que trate con ellos se darían cuenta- aseguro Bill.
-Incluso
nosotros lo estamos descubriendo sin conocerlos- agrego Albus.
—Y tu pelo da risa, cielo —dijo la señora Weasley, acariciando su
varita—. Si me dejaras darle un corte...
-No lo cgeo-
atajo Fleur- la vegdad es que a mí me gusta como lo tiene.
—A mí me gusta —declaró Ginny, que estaba sentada al lado de Bill—. Tú
estás muy anticuada, mamá. Además, no tienes más que mirar el pelo del profesor
Dumbledore...
-Oh me
alaga que considere que estoy a la moda joven Weasley- comento Dumbledore sin
signo de molestia provocando la risa de varios de los presentes y el sonrojo de
Ginny.
Junto a la señora Weasley, Fred, George y Charlie hablaban
animadamente sobre los Mundiales.
—Va a ganar Irlanda —pronosticó Charlie con la boca llena de patata—.
En las semifinales le dieron una paliza a Perú.
—Ya, pero Bulgaria tiene a Viktor Krum —repuso Fred.
-Que al
final no fue tan bueno- aseguro Ron.
-Eso
dices ahora, pero antes de que pretendiera a Hermione casi besaban el suelo que
pisaba
-¡¡Ginny!!-
le reclamo el pelirrojo completamente rojo, aunque no sabían si era por furia o
por vergüenza.
-¡¿Viktor
Krum te pretendía?!- escamaron con impresión Rose y Hugo, ellos sabían de Krum
y tuvieron oportunidad de conocerlo en una ocasión, él era famoso incluso en
ese tiempo por lo que les parecía sorprendente.
-Bueno,
digamos que era algo así- respondió con pena Hermione.
-Increíble
que dejara a un jugador mundial y famoso por su padre cierto
-¡George!-
le gritaron Ron y Hermione- por tu bien mejor sigue leyendo- continúo la
castaña.
—Krum es un buen jugador, pero Irlanda tiene siete estupendos
jugadores —sentenció Charlie—.
Ojalá Inglaterra hubiera pasado a la final. Fue vergonzoso, eso es lo que fue.
— ¿Qué ocurrió? —preguntó interesado Harry, lamentando más que nunca
su aislamiento del mundo mágico mientras estaba en Privet Drive. Harry era un
apasionado del quidditch. Jugaba de buscador en el equipo de Gryffindor desde
el primer curso, y tenía una Saeta de Fuego, una de las mejores escobas de
carreras del mundo.
-Por lo
menos no llega a los mismos extremos que su padre- comentó Lily.
George
leyó la respuesta de Charlie de como Inglaterra perdió contra Transilvania trescientos
noventa a diez, así de como avanzo la cena mientras que Crookshanks seguía
jugando son los gnomos.
Ron observó con atención al resto de su familia para asegurarse de que
estaban todos distraídos hablando y le preguntó a Harry en voz muy baja:
— ¿Has tenido últimamente noticias de Sirius?
Hermione vigilaba a los demás mientras no se perdía palabra.
-Nos hubiera
servido conocer el mufliato en ese entonces
-¿Mufli
que?- pregunto Sirius.
-Ya lo
verán- respondió Harry. Pero ese comentario dejo a Severus un poco intrigado,
que acaso ese no es el hechizo que escribió en su libro de pociones, como es
posible esos chicos lo conocieran.
—Sí —dijo Harry también en voz baja—, dos veces. Parece que está muy
bien. Anteayer le escribí. Es probable que envíe la contestación mientras
estamos aquí.
-Todo
depende que tan lejos este escondido- comento Marlene- solo espero que no sea
tan idiota como para ir a los mundiales.
-Hey,
acaso me crees capas- le reclamo Sirius.
-Contigo
nunca se puede estar seguro de nada- aseguro la rubia.
Recordó de pronto el motivo por el que había escrito a Sirius y, por
un instante, estuvo a punto de contarles a Ron y a Hermione que la cicatriz le
había vuelto a doler y el sueño que había tenido... pero no quiso preocuparlos
precisamente en aquel momento en que él mismo se sentía tan tranquilo y feliz.
-Es muy
comprensible joven Potter- aseguro Dumbledore, sin poder evitarlo Harry recordó
aquella plática de su quinto año, ese era justo el error que el anciano había
dicho que cometió.
—Mirad qué hora es —dijo de pronto la señora Weasley, consultando su
reloj de pulsera—. Ya tendríais que estar todos en la cama, porque mañana os
tendréis que levantar con el alba para llegar a la Copa. Harry, si me dejas la
lista de la escuela, te puedo comprar las cosas mañana en el callejón Diagon.
-No creo
que sea necesario- comento James “S”- dijo serán las mismas cosas que llevaran
tío Ron y tía Hermione.
-No
exactamente- contradijo Albus- recuerda que tía Hermione tiene clases
diferentes a las de papá y Ron.
-Bueno,
pero en esencia es lo mismo- dijo James “S”
Voy a comprar las de todos los demás porque a lo mejor no queda tiempo
después de la Copa. La última vez el partido duró cinco días.
— ¡Jo! ¡Espero que esta vez sea igual! —dijo Harry entusiasmado.
-Digno
hijo de tu padre- comento Lily- pero no creo que dure tanto.
-Quien
sabe- alego James- en el mundial de mil novecientos…
-James, por
favor no comiences si- le solicito su novia- ya sabemos que eres una enciclopedia
ambulante de quidditch, pero no tenemos tiempo para una cátedra.
—Bueno, pues yo no —replicó Percy en tono moralista—. Me horroriza
pensar cómo estaría mi bandeja de asuntos pendientes si faltara cinco días del
trabajo.
—Desde luego, alguien podría volver a ponerte una caca de dragón, ¿eh,
Percy? —dijo Fred.
Varios de
los presentes comenzaron a reír con fuerza imaginándose semejante cosa en un
escritorio del ministerio de magia, en especial en el lugar de una persona como
lo era Percy.
— ¡Era una muestra de fertilizante proveniente de Noruega! —respondió
Percy, poniéndose muy colorado—. ¡No era nada personal!
—Sí que lo era —le susurró Fred a Harry, cuando se levantaban de la
mesa—. Se la enviamos nosotros.
-¡¡¿Qué?!!-
exploto Percy- fueron ustedes los que enviaron eso, peor como es que, Charly-
se dirigió a su otro hermano- acaso tú los ayudaste
-¿Por qué
lo piensas?- dijo a la defensiva Charlie.
-Entonces
de donde pudo sacar este par una, muestra fecal de dragón- algunos rieron por
lo que dijo pero nadie dio una respuesta.
-Bueno,
este es el final del capítulo- dijo George tratando de evadir el tema.
Me encanto amo este capitulo ..... (sigo sin superar a percy) jajajajajaja casi no puedo esperar al siguiente martes para el capitulo muchas gracias por seguir
ResponderEliminarMe alegra que te gustara.
EliminarPues ya no esperes ya actualizo.
Gracias por comentar.
Que bueno estuvo el capitulo, la platica entre Lily y Remus me encanto. También estuvo muy buena la historia de las manos unidas de Lily y James, pobre James le fue muy mal. Tambien me gustaron las intervenciones de Harry y Ginny. Sigue escribiendo así y con respecto a la relación Remus/Tonks, creo que esta muy bien lograda, me gusta el hecho de que se conozcan en otras circunstancias y que todos sus amigos y familiares pongan de su parte para juntarlos, ya quiero ver como sigue avanzando su relación y ver como se siguen enamorando; no dejes de poner momentos de ellos.
ResponderEliminarLa historia va muy bien, ojala que ya sea martes para leer un nuevo capitulo.
Hasta luego.
Qué bueno que te gustara, la plática de Lily y Remus estaba esperando ponerla desde hacía algún tempo y me pareció divertido revelar otra historia o mejor dicho desventura de James jeje.
EliminarMe agrada que consideres eso de la relación entre Remus y Dora, la verdad siempre he sentido que ese tipo de relaciones amorosas se me complican un poco al momento de plasmarla, y descuida, seguirán apareciendo momentos entre ellos.
Ya es martes y a actualizo.
Gracias por tu comentario.
Que le hizo Draco a Ron? No lo recuerdo :-(
ResponderEliminarBueno, no es que le haya hecho algo a Ron, en la primera reclamación que le hace quise hacer referencia a la vez que Draco metió a los mortifagos al castillo y uso el polvo de oscuridad instantánea de los gemelos para esconderse, y claro, todo lo que ocurrió después, desde lo de Dumbledore hasta las heridas que sufrió Bill en batalla, y en la segunda solo es d los pleitos que han tenido desde que se conocieron.
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