martes, 8 de diciembre de 2015

Capítulo 68.- Los Mundiales de quidditch




-Hey Remus- hablo James después de que entraron a la sala de menesteres- ¿qué crees que pase con canuto?- le dijo- ¿acaso crees que él…?

-No lo sé James- le dijo suponiendo a donde iban sus pensamientos- pero nada podemos hacer.

-Pero es que en este momento él y Marlene están mejorando su relación, y si ese se va con esas…

-Todo se echara a perder- termino en su lugar el oji miel-  no quisiera que Marlene pasar por un mal trago, pero tampoco podemos estar sobre Sirius cada momento, él debe de aprender a controlarse

-En eso tiene razón- aseguro Lily que llego con ellos- debe de aprender lo valiosa que es Marlene y dejarse de tonterías- aseguró- pero eso si le digo, si hace sufrir a mi amiga yo lo are sufrir a él- una sonrisa triste apareció en ellos, sabían lo que era capaz de hacer esa pelirroja- y tu Remus- lo miro- ¿no crees que ya deberías irte?

La  pelirroja volteo en dirección a donde una peli rosa entraba en su habitación junto con un pequeño bebe, Remus volteo a ver a su amiga tal vez esperando que no continuará con su conversación de la tarde, pero so era claramente imposible, respirando hondo se despidió de sus amigos y se fue.

-¿Me he perdido de algo?- pregunto James con curiosidad.

-Te lo explicare luego, pero ahoga tengo que ir a hablar con Molly, tengo un asunto que tratar con ella- dijo yéndose.



-Bueno, parece que ese incidente aún falta por aparecer- comento Ginny que estaba junto con su novio hermano y amiga.

-Sí, pero al final llegara sin duda- aseguro Harry- no les gustara nada, después de todo, ellos viven en el auge de la marca tenebrosa.

-Aun así no será la peor parte, aun tendremos un poco de tranquilidad- agrego Hermione.

-Buenas noches saludo Lily que había llegado junto con la señora Weasley- ¿podríamos tener unas palabras con ustedes?- le pregunto.

-Si- respondieron los cuatro al tiempo con cierta duda y curiosidad.

-No, solo con Harry y Ginny- especifico Molly.

-Ha genial- exclamo Ron- yo creía que nos iban a regañar por algo, pero si solo son ellos dos…

-¡Ronald!- le reprendió Hermione- lo siento, los dejaremos solos y les avisaremos a sus nietos- agrego la castaña y se llevó a su novio de la mano.

-Y bien, ¿qué es lo que…?- comenzó Ginny.

-Aquí no, vengan con nosotros- le interrumpió Lily a su cuñada, o futura cuñada y las dos mujeres guiaron a los chicos a una habitación aparte.

Harry y Ginny tomaron asiento sobre una banca que había aparecido mientras que sus madres lo hicieron sobre un sofá frente a ello, cada una encarnado a su propio hijo. Tanto el pelinegro como la pelirroja sentían estar frente a un regaño de sus madres, pero no entendían la razón, no habían dicho ni hecho nada fuera de lo común o si

-Bueno, ustedes y nosotras venimos de diferente época comenzó Molly- no sabemos mucho de ustedes o como ha sido su vida, y en especial yo no sé si hemos tenido esta platica Ginny.

-¿Esta platica?- repitió con curiosidad la pequeña pelirroja.

-Sí, es sobre lo que dijeron esta mañana -los jóvenes vieron a Lily sin entender- me refiero a lo que ustedes dos hicieron la noche de ayer.

-¿Lo que hicimos la noche de…? ah- exclamo nuevamente Ginny suponiendo a lo que se referían- de lo que dije de que Harry y yo tuvimos... he pues relaciones- termino ella ante el asentimiento de las madres.

-No fue cierto- aseguro Harry comprendiendo todo y adquiriendo un tono escarlata -solo era para molestar a sus hermanos Ginny y yo no hemos…

-No, pero en algún momento lo harán- le interrumpió Lily- y los tres niños que llegaron aquí son la prueba.

-En serio, no creo que sea…- comenzó Ginny sintiéndose incomoda, viendo de reojo noto que Harry estaba igual, su novio no ha tenido padres y esos tíos suyos no lo apoyarían en lo más mínimo, y ella por su parte ya sea por su corta edad o todo lo de la guerra nunca habían tenido una plática en forma de ese tema.

-Nosotras no creemos eso- aseguro Molly- ustedes ahora son mayores de edad y duermen juntos, así que no descabellado pensar que ustedes dos…

-Si esta ben- interrumpió su hija- pero…

-Pero nada- le interrumpió Lily- Molly y yo estamos de acuerdo en que no podemos dejar pasar esta oportunidad- dijo con firmeza mientras era poyada por la señora Weasley- así que empecemos por lo básico, el acto en si…

Y así los dos jóvenes pasaron una divertida noche ablando de sexo con sus madres, una plática repleta de sonrojos, algunas anécdotas y conejos de las mujeres y por supuesto, varios sentimientos de que la tierra se abriese y se los tragase, cada mujer hablaba de su punto de vista, incluso Lily les conto acerca de medidas anticonceptivas muggles y Molly les comento y le paso la receta a su hija para realizar una poción para el mismo propósito. Los jóvenes por su lado estaban tan avergonzados con las detalladas explicaciones de sus madres que apenas se atrevían a verse entre ellos, al parecer esa plática estaba resultando ser una buena medida anticonceptiva, al menos por un tiempo.



Esta iba a ser otra noche en su compañía, al principio pensó que no sería tan importante pero ahora parecía más difícil, dejo a su pequeño Teddy al cuidado de Remus que había entrado después de ella, mientras el cambaba al bebe ella se dispuso a hacer lo propio en el baño, se veía una y otra vez en el espejo, se preguntaba si debía ir vestida con un poco más de ropa que la noche anterior, pero se sentía realmente incomoda al hacerlo, resignada salió con la misma pijama de ayer y se dispuso a encarar a Remus.

-Ya te cambiaste- comento la joven al salir y notar a Remus con si pijama sentado sobre la cama.

-Sí, incluso tuve tiempo para dormir a Teddy- dijo viendo e dirección a la cuna.

-Es una adoración no lo ces- dijo con ternura- he Remus- le hablo la chica- tu, he… ¿estás de acuerdo en dormir conmigo?

-¿He?- eso extraño al hombre, sería que la metamorfomaga había recapacitado sobre su situación, así parecía, si eso hubiera ocurrido ayer todo se habría resuelto, pero en ese momento Lily sabia de la situación, y si no hacían las cosas bien la podría tomar en contra del castaño. El miedo que le tenía a su amiga era más grande que ese sentimiento de inseguridad o ansiedad que tenía cada vez que esa joven se encontraba tan cerca de él, respuesta “Si”- bueno si, no me diste alternativa verdad- dijo tratando de sonar casual- he porque no mejor me cuentas de eso que dijo Charlie.

-¿Qué?- pregunto ella sin comprender.

-De las travesuras en las que no te descubrieron.

-¿Qué?, pero porque crees que yo…

-Eres metamorfomaga, sería muy fácil acerté pasar por alguien más- le dijo- tal vez para que culparan a un Slytherin- la joven se mordió el labio inferior, lo cual la hacía ver realmente tierna.

-Me prometes que se quedara entre nosotros.

-Te lo prometo.

-Muy bien, por cual debería empezar- dijo emocionada sentándose en la cama junto a él.

Estuvieron hasta tarde platicando de las andanzas de la joven hasta que la fatiga el obligo a costarse. Por esa noche al menos, encontraron una forma de distraerse de esos bajos instintos que el otro les hacía sentir, aun así a la mitad de la noche no pudieron sentir ese aroma a fresas o de chocolate con pergamino que despedía su compañero, una esencia que los impulsaba a tomar al otro entre sus brazos, pero eso aún estaba un poco lejos de ocurrir.



La habitación se encontraba muy oscura, y la rubia se había acostado en su cama sin deseos deber a nadie, ella sabía perfectamente que era lo que esas tipas debieron de estarle diciendo a Sirius, y le molestaba enormemente pensar que ese maldito mujeriego no lo pensaría dos vece para irse con esas. Estaba sumida en el silencio absoluto, por lo que logro escuchar con claridad como la puerta de su habitación se abría.

-¿Quién es?- pregunto de inmediato.

-Soy yo tranquilízate- respondió de inmediato levantado las manos

-Sirius, ¿qué haces aquí?- le interrogo con sorpresa la chica que se recostó de manera que le daba la espalda- pensé que estarías con tus amigas.

-Bueno, estoy durmiendo aquí o no- respondió Sirius- y que eso de “mis amigas”, ¿estas celosa?

-Claro que no- respondió en automático- porque debería de estar celosa de ti.

-Bueno, no lo sé- dijo no pensó que eso estaría tan difícil, creyó que con solo el que llegara demostraría que quería pasar la noche con ella, pero la rubia estaba muy a la defensiva-- tal vez si podría irme con ellas, eran bastante bonitas, y las cosas que podríamos hacer lo tres…- quiso tantear el terreno, pero la forma en que lo hizo no sería efectiva

-¡Entonces porque no te vas de una vez!- le rebatió la rubia un poco molesta, no entendía que era lo que pretendía al estar haciendo eso.

-Vamos, ¿en verdad quiere que me valla?, ¿no preferirías que me quede?-le dijo.

-Me da igual lo que hagas- dijo para después tomar un periódico que había aparecido en ese momento- pero si te quedas sabes bien donde dormir- agrego arrojándole el periódico.

Un segundo después la chica se arrepintió de todo, su enojo había podido más que su buen juicio, él había ido ahí con ella en vez de meterse  con esas zorras, pero ella prácticamente lo estaba aventando a sus brazos (o patas si le seguimos diciendo zorras), esperaba escuchar en cualquier momento el sonido de la puerta se volvía a abrir, pero esta vez para que el joven saliera, si eso pasaba que aria, se tragaría su orgullo e iría tras él, o este la superaría y se quedaría ahí perdiéndolo.

Los segundo pasaban pero la puerta no daba señales de ser movida, en su lugar el silencio de la habitación era roto por el ruido de papel moviéndose, extrañada por eso se removió en la cama y con el rabillo del ojo y la poca luz pudo ver como en efecto Sirius sacaba las hojas del periódico una por una y la colocaba en una de las esquinas del cuarto, después se recostó sobre estas pero no en su forma animago de perro, sino así como hombre, incluso tuvo la delicadeza de dejar una sección del periódico para cubrirse como si fuera una manta.

Marlene no podía creer lo que estaba ocurriendo, en verdad estaba pensando dormir sobre ese lugar toda noche, se habría equivocado con las intenciones de esas tipas, no, eso era imposible, lo sabía, pero entonces que era lo que estaba intentando hacer. Seguía escuchando el movimiento del papel mientras que Sirius trataba de acomodare en “su cama” cosa que la hacía sentir más y más culpable.

-Ho está bien- dijo después de un rato ya rendida- puedes entrar en la cama pero…- no había terminado la oración cuando el oji gris ya se encontraba debajo de las sabanas de esta

-Sabía que no podías ser tan mala- le dijo el animago.

-Sirius, ¿qué haces?- le interrogo mientras la abrazaba por la cintura desde su espalda- suéltame- ordeno

-No lo are- seguro- paralízame y aviéntame al periódico si quieres, porque solo así te soltare- dijo.

-Si alguna de tus manos sube o baja de donde están…

-Se lo que me ocurrirá- le interrumpió- buenas noches.

Marlene seguía sin entender que era lo que estaba ocurriendo, tenía al joven que amaba más cerca de lo que alguna vez había pensado, tenía dudas, pero más que eso, sentía un gran felicidad.



Ya  había amanecido y casi todos los jóvenes habían llegado al gran comedor, para sorpresa de muchos James Potter fue de los primeros en aparecerse por ahí, ya hace rato tenía el libro entre las manos pues quera leer el siguiente capítulo donde suponía aparecería el partido de quidditch, pero se reusaba a comenzar  que su amigo llegara, pues él y Marlene aun no salían, aunque claro, aun faltaba de que algunos terminaran de desayunar, y solo para aclarar, en esa mañana Harry y Ginny aún tenían muy presente la charla anterior por lo que estaban un poco distantes por la vergüenza, incluso en la noche anterior durmieron dándose la espalda mutuamente.

Después a medio desayuna la puerta de la sala de menesteres se abrió por última vez esa mañana y la pareja apareció por ella.

-Bonita hora de llegar canuto- le reprendió James- que te perdiste en el camino o que.

-Ya tranquilízate cornamenta- se defendió el oji gris- cielos, solo estas así porque el siguiente capítulo habla de quidditch, de otra forma estarías encamado con la pelirroja…

-¡¡Sirius!!- le reprendió Lily- mejor siéntate a desayunar de una vez, no quiero que interrumpas con tus “tengo hambre”- le aseguro, la verdad es que preferiría ir a hablar con su amiga de lo ocurrido la noche anterior, pues la ausencia del animago en la mañana daba a entender que rechazo a esas “jóvenes”, lo que hasta cierto punto era difícil de creer.

-Muy bien- comento Dumbledore cuando todos terminaron su desayuno- señor Potter, ya tiene permiso para leer.

-Por fin- exclamo abriendo el libro

-La única forma en que lee por propia voluntad- comentó McGonagall provocando varias risas de los presentes.

-Muy bien- continúo el azabache omitiendo la broma de su profesora. El siguiente capítulo es “Los Mundiales de quidditch”- leyó con emoción.

Cogieron todo lo que habían comprado y, siguiendo al señor Weasley, se internaron a toda prisa en el bosque por el camino que marcaban los faroles. Oían los gritos, las risas, los retazos de canciones de los miles de personas que iban con ellos. La atmósfera de febril emoción se contagiaba fácilmente, y Harry no podía dejar de sonreír. Caminaron por el bosque hablando y bromeando en voz alta unos veinte minutos, hasta que al salir por el otro lado se hallaron a la sombra de un estadio colosal. Aunque Harry sólo podía ver una parte de los inmensos muros dorados que rodeaban el campo de juego, calculaba que dentro podrían haber cabido, sin apretujones, diez catedrales.

—Hay asientos para cien mil personas —explicó el señor Weasley, observando la expresión de sobrecogimiento de Harry

-Wuau, esos son más de la vez que papá Charlus nos llevó- comento Sirius- cuanto habrán tardado en hacer el estadio.

-No creo que sea de mucha relevancia- comento Marlene- James continua- solicito

-¡James oye!- exclamo Lily arrebatándole el libro a su novio que ya le estaba dando vuelta a la página- se supone que la lectura es para todos, no solo para ti.

-Tranquila cariño, lo leeré en voz alta cuando llegue lo emociónate- le aseguro..

-James o la haces como se debe u otro lo lera por ti.

-Hay está bien- dijo rendido el azabache recibiendo el libro nuevamente.

—. Quinientos funcionarios han estado trabajando durante todo el año para levantarlo. Cada centímetro del edificio tiene un repelente mágico de muggles. Cada vez que los muggles se acercan hasta aquí, recuerdan de repente que tenían una cita en otro lugar y salen pitando... ¡Dios los bendiga! —añadió en tono cariñoso, encaminándose delante de los demás hacia la entrada más cercana, que ya estaba rodeada de un enjambre de bulliciosos magos y brujas.

-Han trabajado bastante para preparar el juego- observo Alice- pero me pregunto que pasara con el lugar cuando terminen los mundiales.

-Tendrán que desmantelarlo, un estadio tan grande no se podría utilizar para otros juegos de menor importancia- opino Frank.

— ¡Asientos de primera! —Dijo la bruja del Ministerio apostada ante la puerta, al comprobar sus entradas—. ¡Tribuna principal! Todo recto escaleras arriba, Arthur, arriba de todo.

-Unos buen buenos asiento sin duda alguna- aseguro Sirius- pero llegar hasta arriba sin duda será agotador.

James fue leyendo el ascenso del grupo por el estadio mientras describían lo veían hasta llegar a unas butacas rojas y doradas a la mitad de los postes de gol, así mismo leyó las observaciones de Harry desde la misteriosa luz dorada que parecía provenir del mismo estadio hasta el panel gigante frente a ellos en donde salían una gran variedad de anuncio de productos.

Harry apartó los ojos de los anuncios y miró por encima del hombro para ver con quiénes compartían la tribuna. Hasta entonces no había llegado nadie, salvo una criatura diminuta que estaba sentada en la antepenúltima butaca de la fila de atrás.

En ese momento Hermione bufo molesta recordando  la pobre criatura, y lo que tuvo que pasar.

-Una criatura, quien podrá ser- comento James “S”- pensaba que los únicos que estarán ahí serian magos.

-Ya verás sobrino, pero ten cuidado con lo que digas sobre ella- atajo ron, suponía que su novia no se contendría ni con su sobrino si decía algo ofensivo con respecto a los elfos.

La criatura, cuyas piernas eran tan cortas que apenas sobresalían del asiento, llevaba puesto a modo de toga un paño de cocina y se tapaba la cara con las manos. Aquellas orejas largas como de murciélago le resultaron curiosamente familiares...

— ¿Dobby? —preguntó Harry, extrañado.

-¡¿Dobby?!- repitieron varios a la vez.

-El elfo domestico que casi te mata en segundo año porque según él quería protegerte- dijo Sirius.

-Sí y no- respondió Harry- Dobby si actuó de esa manera, pero no era quien se encontraba en la tribuna.

-En ese caso debe de tratarse de otro elfo domestico- razono Lily.

La diminuta figura levantó la cara y separó los dedos, mostrando unos enormes ojos castaños y una nariz que tenía la misma forma y tamaño que un tomate grande. No era Dobby... pero no cabía duda de que se trataba de un elfo doméstico, como había sido Dobby, el amigo de Harry, hasta que éste lo liberó de sus dueños, la familia Malfoy.


-Incluso después de todo lo que hizo lo consideras un amigo tuyo- dijo con cierta impresión Draco.

-Si bueno, me hizo pasar por unos momentos dolorosos, pero no tenía la intención de dañarme- respondió el azabache.

-Pero al final el resultado fue el mismo- aseguro James “S”- digo terminaste con un brazo sin huesos y eso.

-Bueno en teoría, lo del brazo sin huesos fue culpa de Lockhart no de Dobby- razono Albus- Dobby solo le habría roto un hueso.

-¿Y eso es mejor?- ironizo Scorpius.

-La señora Pomfrey habría curado un hueso roto mucho más rápido que uno sin huesos- aseguro el joven.

— ¿El señor acaba de llamarme Dobby? —chilló el elfo de forma extraña, por el resquicio de los dedos. Tenía una voz aún más aguda que la de Dobby, apenas un chillido flojo y tembloroso que le hizo suponer a Harry (aunque era difícil asegurarlo tratándose de un elfo doméstico) que era hembra.

-Son muy similares entre ellos- aseguro Fred- siempre me preguntado cómo logran reconocerse entre ellos.

-Y eso es lo mismo para los gnomos del jardín y los duendes del banco- agrego George- la verdad es que todos son muy feos.

-Sin duda más de alguno de ellos piensan lo mismo de los humanos- aseguro Alicia.

Ron y Hermione se volvieron en sus asientos para mirar.

Aunque Harry les había hablado mucho de Dobby, nunca habían llegado a verlo personalmente. Incluso el señor Weasley se mostró interesado.

-Bueno, no siempre se puede ver un elfo domestico- comento el señor Weasley.

-En especial con su condición económica- agrego ácidamente Lucius de inmediato.

-Pues veremos que tanto te sirve esa posición cuanto te metamos a Azkabán- increpo Sirius.

—Disculpe —le dijo Harry a la elfina—, la he confundido con un conocido.

— ¡Yo también conozco a Dobby, señor! —chilló la elfina. Se tapaba la cara como si la luz la cegara, a pesar de que la tribuna principal no estaba excesivamente iluminada—. Me llamo Winky, señor... y usted, señor... —En ese momento reconoció la cicatriz de Harry, y los ojos se le abrieron hasta adquirir el tamaño de dos platos pequeños—. ¡Usted es, sin duda, Harry Potter!

-No se comportara igual que Dobby ¿verdad?- atajo Albus.

-Pues no- respondió Harry- la verdad es que Dobby es un elfo un poco particular.

-Ósea que era extraño incluso para ser un elfo

-¡Ron!- le reprendió Hermione.

—Sí, lo soy —contestó Harry.

— ¡Dobby habla todo el tiempo de usted, señor! —dijo ella, bajando las manos un poco pero conservando su expresión de miedo.

-Pero que es lo que le ocurre- interrogo rose.

-Más de lo que se ve a simple vista- respondió Hermione pensando en lo que tuvo que pasar la pobre criatura, y el hecho de estar cuidar a ese mortifago junto a él.

— ¿Cómo se encuentra? —Preguntó Harry—. ¿Qué tal le sienta la libertad?

— ¡Ah, señor! —Respondió Winky, moviendo la cabeza de un lado a otro—, no quisiera faltarle al respeto, señor, pero no estoy segura de que le hiciera un favor a Dobby al liberarlo, señor.

-¿Por qué no?, sin duda es mejor a que siguiera viviendo con esos malditos desgraciados de los Malfoy- exclamo Fabián.

-¡Hey!- reclamo de inmediato Scorpius.

-Hablamos de tu abuelo y en parte de tu padre no te ti relájate- aclaro Gideon.

-Pero eso…

-Tranquilízate Scorpius- le interrumpió Draco- no importa lo que digan- pero aunque dijera eso era evidente por su expresión que si le afectaba lo que dijeran.

— ¿Por qué? —Se extrañó Harry—. ¿Qué le pasa?

—La libertad se le ha subido a la cabeza, señor —dijo Winky con tristeza—. Tiene raras ideas sobre su condición, señor. No encuentra dónde colocarse, señor.

— ¿Por qué no? —inquirió Harry.

Winky bajó el tono de su voz media octava para susurrar:

—Pretende que le paguen por trabajar, señor.

La gran mayoría de los nacidos de padres magos se sorprendieron ante tal declaración, que un mago le pagase a un elfo domestico era una idea que nadie consideraba posible, por otra parte aquellos que no comprendan mucho de la forma de vida de los elfos no sabían muy  bien cómo reaccionar ante la idea.

-No conozco a nadie dispuesto a pagarle un elfo- comento Sirius- no me extraña que no encuentre trabajo

-Hey, tengo una idea- comento James

-¡¡Milagro!!- dijeron al tiempo y con sumo dramatismo Remus y Sirius, consiguiendo algunas risas.

-¡Cállense!- le rebatió- pero en serio, si quiere que alguien le page podría ir con Harry, no dudo que él lo aria, además tiene oro suficiente y Dobby estaría feliz de servirle.

-Pero James, con esos malditos muggles con los que vive no le permitieran hacer nada, ni siquiera lo aceptarían en su casa- aseguro Frank.

-Pero no necesita trabaja con esos muggles- dijo el azabache- Harry podría enviar a Dobby a trabajar con Molly a la madriguera o incluso a Hogwarts, ya después cuando consiga su propia casa podría vivir ahí- de hecho fue algo que Harry nunca se le ocurrió.

-No sería mala idea, sin duda viviría mejor con Harry que con Lucius- acepto Sirius

Los jóvenes del futuro se preguntaron que había sido de ese elfo doméstico, ya que en su tiempo no lo conocen y claro, que no trabaja en la casa de Harry.

— ¿Que le paguen? —repitió Harry, sin entender—. Bueno... ¿por qué no tendrían que pagarle?

-Estas juzgando a los elfos con el concepto que tienes de las personas Harry- comento Marlene- la situación que ellos viven más que trabajo se le podría llamar esclavitud.

-Lo sé, y eso me molesta bastante- apoyo Hermione.

La idea pareció espeluznar a Winky, que cerró los dedos un poco para volver a ocultar parcialmente el rostro.

— ¡A los elfos domésticos no se nos paga, señor! —explicó en un chillido amortiguado—. No, no, no. Le he dicho a Dobby, se lo he dicho, ve a buscar una buena familia y asiéntate, Dobby. Se está volviendo un juerguista, señor, y eso es muy indecoroso en un elfo doméstico. Si sigues así, Dobby, le digo, lo próximo que oiré de ti es que te han llevado ante el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas, como a un vulgar duende.

-Podrían hacer algo como eso- pregunto Albus.

-Su comportamiento no es usual, pero no considero que deberían de llegar a algo como eso- dijo Hermione.

—Bueno, ya era hora de que se divirtiera un poco —opinó Harry.

Creo que te vendría bien que conocieras más de las criaturas mágicas Harry- comento Bill, recordando específicamente lo que ocurrió con aquel duende de Gringotts

—La diversión no es para los elfos domésticos, Harry Potter —repuso Winky con firmeza desde detrás de las manos que le ocultaban el rostro—. Los elfos domésticos obedecen. No soporto las alturas, Harry Potter... —Miró hacia el borde de la tribuna y tragó saliva—. Pero mi amo me manda venir a la tribuna principal, y vengo, señor.

-Solo para cuidar su lugar- dijo Andrómeda con cierta impresión.

-No de hecho estaba ahí por otra razón, pero eso aparecerá hasta mucho después- explico Hermione.

— ¿Por qué te manda venir tu amo si sabe que no soportas las alturas? —preguntó Harry, frunciendo el entrecejo.

—Mi amo... mi amo quiere que le guarde una butaca, Harry Potter, porque está muy ocupado —dijo Winky, inclinando la cabeza hacia la butaca vacía que tenía a su lado

El trio no pudo evitar pensar lo cerca que estuvieron en ese momento de Barty Crouch Jr. se joven que causo todo ese año.

-Cuidar una butaca- exclamo Alice- pero para ese momento los asientos ya están apartados para quien, si no son unas tribunas en la que cualquiera pudiera acceder.

—. Winky está deseando volver a la tienda de su amo, Harry Potter, pero Winky hace lo que le mandan, porque Winky es una buena elfina doméstica.

Aterrorizada, echó otro vistazo al borde de la tribuna, y volvió a taparse los ojos completamente. Harry se volvió a los otros.

— ¿Así que eso es un elfo doméstico? —Murmuró Ron—. Son extraños, ¿verdad?

—Dobby era aún más extraño —aseguró Harry.
-Incluso entre los demás elfos debe de ser alguien extraño- comentó Sirius- pero no está mal, me está agrando ese elfo, al menos no será como Kreacher.

-¿Kreacher?- repito Marlene sin entender.

-No importa, con suerte no lo conocerás- le dijo el animago, mientras que Harry se imaginaba la reacción de su padrino en los últimos libros cuando apareciera.

Ron sacó los omniculares y comenzó a probarlos, mirando con ellos a la multitud que había abajo, al otro lado del estadio.

— ¡Sensacional! —Exclamó, girando el botón de retroceso que tenía a un lado—. Puedo hacer que aquel viejo se vuelva a meter el dedo en la nariz una vez... y otra... y otra...

Los gemelos Prewet soltaron unas risas que fueron secundadas por varios más de lo presentes.

-Hay sobrino, en verdad estas sacándole provecho a tu regalito- dijo Fabián.

Hermione, mientras tanto, leía con interés su programa forrado de terciopelo y adornado con borlas.

-Algo clásico de ti- comento Gideon- en verdad que eres un poco diferente a nuestro sobrino.

—Antes de que empiece el partido habrá una exhibición de las mascotas de los equipos —leyó en voz alta.

—Eso siempre es digno de ver —dijo el señor Weasley

-Fue bastante divertido- comento Ginny- Harry incluso quiso volar en ese momento- agrego en tono de burla.

-Te diste cuenta de eso… dijo Harry con un leve sonrojo, mientas su novia solo sonreía divertida.

—. Las selecciones nacionales traen criaturas de su tierra para que hagan una pequeña exhibición.

Durante la siguiente media hora se fue llenando lentamente la tribuna. El señor Weasley no paró de estrechar la mano a personas que obviamente eran magos importantes. Percy se levantaba de un salto tan a menudo que parecía que tuviera un erizo en el asiento.

Nuevas risas se dejaron escuchar en ese momento.

-En serio Harry, eras divertido, porque nunca lo demostraste con nosotros he- le dijo Fred.

-Tal vez cuando crezcas con tu padre te nos unas en las bromas- comento George.

-Eso ya lo veremos- dijo con cierta seriedad Lily, la verdad es que le gustaba algunas actitudes de su hijo, y le gustaría no cambiar eso de él.

Cuando llegó Cornelius Fudge, el mismísimo ministro de Magia, la reverencia de Percy fue tan exagerada que se le cayeron las gafas y se le rompieron.

Fred, George, Gideon y Fabián se solaron a reír nuevamente mientras que Percy se sonrojaba por la pena.

Muy embarazado, las reparó con un golpe de la varita y a partir de ese
momento se quedó en el asiento, echando miradas de envidia a Harry, a quien Cornelius Fudge saludó como si se tratara de un viejo amigo.

-Bueno, ya se conocieron con anterioridad- comento Hugo- y fue bastante amable.

-Si, por ahora, pero ya verás cómo es con nosotros en el siguiente libro- aseguro Ron- y el que lo sustituyo no fue mejor- agregó para sorpresa de Fudge, eso quería decir que lo sustituirían en algún momento.

-Valla, ustedes no se llevaron con ningún ministro hasta que llegó él- dijo Draco teniendo cuidado de no nombrar a Kingsley, pues tal vez el aun no sabía lo que seria.

-Bueno, a él lo conocimos desde antes y no puedes decir que sea alguien malo- aseguro Hermione, y era cierto, ya que fue el mismo quien se encargó que se le diera un juicio justo a su familia.

-En serio siempre tienen que estar hablando de esa manera- les reclamo Sirius.

Ya se conocían, y Fudge le estrechó la mano con ademán paternal, le preguntó cómo estaba y le presentó a los magos que lo acompañaban.

—Ya sabe, Harry Potter —le dijo muy alto al ministro de Bulgaria, que llevaba una espléndida túnica de terciopelo negro con adornos de oro y parecía que no entendía una palabra de inglés—. ¡Harry Potter...! Seguro que lo conoce: el niño que sobrevivió a Quien-usted-sabe... Tiene que saber quién es...

-Seguro lo conoce- comento Albus- y para no perder la costumbre vera directo a su cicatriz.

El búlgaro vio de pronto la cicatriz de Harry y, señalándola, se puso a decir en voz alta y visiblemente emocionado cosas que nadie entendía.

-Pero cualquiera podría suponer que es lo que decía- comento James “S”- no es como si su discurso fuera muy diferente a lo que dice el resto.

—Sabía que al final lo conseguiríamos —le dijo Fudge a Harry cansinamente—. No soy muy bueno en idiomas; para estas cosas tengo que echar mano de Barty Crouch.

-Deberían de hacer algo respecto a eso- comento Ted- no me parece diligente que dependan de un solo hombre para todo.

-Por lo menos deberían tener más personas que pudieran servir de intérpretes a los directores de departamentos-  apoyo Andrómeda- aunque tampoco veo mucha cooperación de parte de los búlgaros.

Ah, ya veo que su elfina doméstica le está guardando el asiento. Ha hecho bien, porque estos búlgaros quieren quedarse los mejores sitios para ellos solos...

Hermione negó con la cabeza, esa mentalidad de los magos de tomar en cuenta a esas criaturas le molestaba.

-Y pesar que si entendía todo- comento por lo bajo Ron a Harry que sonrió.

¡Ah, ahí está Lucius!

-Eso pude ser problemático- comento Remus- hay mucha tensión entre él y los chicos.

-Y no solo de ellos- apoyo Dora- la última vez que Arthur y ese se encontraron terminaron peleando.

-Seria un gran escándalo si lo hicieran- comento alce- no creo que sea algo que Lucius quiera algo como eso.

-Aun así no perderá la oportunidad de molestarlos- aseguro Frank- lo mejor será que se concentren en el juego.

Harry, Ron y Hermione se volvieron rápidamente. Los que se encaminaban hacia tres asientos aún vacíos de la segunda fila, justo detrás del padre de Ron, no eran otros que los antiguos amos de Dobby: Lucius Malfoy, su hijo Draco y una mujer que Harry supuso que sería la madre de Draco.

-Por fin apareces prima- comentó Sirius- es una lástima que sea en ese momento cuando debes tener la misma actitud de mierda que este

-¡Sirius!- le reprendió Marlene aunque no estaba tan segura que fuera mentira.

Harry y Draco Malfoy habían sido enemigos desde su primer día en Hogwarts.

-Para ser justos, fue desde el expreso de Hogwarts- comento el rubio con cierta diversión.

De piel pálida, cara afilada y pelo rubio platino, Draco se parecía mucho a su padre. También su madre era rubia, alta y delgada, y habría parecido guapa si no hubiera sido por el gesto de asco de su cara, que daba la impresión de que, justo debajo de la nariz, tenía algo que olía a demonios.

Sirius y Andrómeda bajaron la mirada con tristeza por su pariente, aunque venían de diferentes épocas, se lamentaban que esa chica que era tan buen terminara casada por ese tipo, y todo porque nunca fue tan asertiva como para evitar que influenciaran.

Por su parte Scorpius nunca había visto así a abuela paterna, y comparándola con la mujer que estaba ahí, con la abuela que los visita en el futuro, no podía evitarse preguntarse qué paso en ese intermedio donde su actitud cambio de esa manera

— ¡Ah, Fudge! —Dijo el señor Malfoy, tendiendo la mano al llegar ante el ministro de Magia—. ¿Cómo estás? Me parece que no conoces a mi mujer, Narcisa, ni a nuestro hijo, Draco.

— ¿Cómo está usted?, ¿cómo estás? —Saludó Fudge, sonriendo e inclinándose ante la señora Malfoy—. Permítanme presentarles al señor Oblansk... Obalonsk... al señor... Bueno, es el ministro búlgaro de Magia, y, como no entiende ni jota de lo que digo, da lo mismo.

Los gemelos Weasley sonrieron divertidos, porque recordaban claramente que el ministro búlgaro si sabía hablar y entender todo lo que decían.

Veamos quién más... Supongo que conoces a Arthur Weasley.

Fue un momento muy tenso. El señor Weasley y el señor Malfoy se miraron el uno al otro, y Harry recordó claramente la última ocasión en que se habían visto: había sido en la librería Flourish y Blotts, y se habían peleado. Los fríos ojos del señor Malfoy recorrieron al señor Weasley y luego la fila en que estaba sentado.

—Por Dios, Arthur —dijo con suavidad—, ¿qué has tenido que vender para comprar entradas en la tribuna principal? Me imagino que no te ha llegado sólo con la casa.

Todos los pelirrojos familiares y amigos de la familia Weasley apretaron los puños para contenerse, Lucius no dudaba e defender su posición, pero aun así no podía evita sentir el peligro, lo cierto es que no tenía ni un solo aliado, pues ni su esposa y su ho parecía que le brindarían ayuda si alguno de los presentes se levantaba para atacarlo.

Fudge, que no escuchaba, dijo:

—Lucius acaba de aportar una generosa contribución para el Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, Arthur. Ha venido aquí como invitado mío.

-Y después que tipos de aportaciones les ofrecía- espeto Ron.

-De todo tipo, cualquier cosa era excusa para sobornarlo- respondió Draco. Para ese punto Lucius no se sorprendía que su propio hijo hablara con tanta severidad de él, incluso se podría decir que comenzaba a tener una sensación como de dolor cada vez que lo hacía.

— ¡Ah... qué bien! —dijo el señor Weasley, con una sonrisa muy tensa.

El señor Malfoy observó a Hermione, que se puso algo colorada pero le devolvió la mirada con determinación.

-Deberías verlo de una forma más desafiante- aseguro Marlene- demostrarle que no le temes a ese idiota.

-Aún era muy joven, y si me sentía un poco intimidada- acepto Hermione.

-Pero por lo menos debes fingir que no le temes, cualquier cosa para molestar a ese infeliz- agrego Sirius.

Harry comprendió qué era lo que provocaba aquella mueca de desprecio en los labios del señor Malfoy: los Malfoy se enorgullecían de ser de sangre limpia; lo que quería decir que consideraban de segunda clase a cualquiera que procediera de familia muggle, como Hermione. Sin embargo, el señor Malfoy no se atrevió a decir nada delante del ministro de Magia.

-Claro que no, debe de mantener su imagen como buen benefactor, es lo que más le importa- aseguro Remus.

Con la cabeza hizo un gesto desdeñoso al señor Weasley, y continuó caminando hasta llegar a sus asientos. También Draco lanzó a Harry, Ron y Hermione una mirada de desprecio, y luego se sentó entre sus padres.

Incluso los presentes podían sentir un poco de la atención que debieron de sentir todos ellos en ese momento, era una suerte que los demás presentes influyeran para que nada malo ocurriese.

—Asquerosos —murmuró Ron cuando él, Harry y Hermione se volvieron de nuevo hacia el campo de juego.

Un segundo más tarde, Ludo Bagman llegaba a la tribuna principal como si fuera un indio lanzándose al ataque de un fuerte.

-¿Y cómo es eso?- preguntaron Gideon y Fabián.

-Después se los explicamos- les respondo para cualquier cosa Harry, que si bien algunos más también les intrigo la declaración no era algo realmente importante.

— ¿Todos listos? —preguntó. Su redonda cara relucía de emoción como un queso de bola grande—. Señor ministro, ¿qué le parece si empezamos?

—Cuando tú quieras, Ludo —respondió Fudge complacido.

Ludo sacó la varita, se apuntó con ella a la garganta y dijo:

— ¡Sonorus! —Su voz se alzó por encima del estruendo de la multitud que abarrotaba ya el estadio y retumbó en cada rincón de las tribunas—. Damas y caballeros... ¡bienvenidos! ¡Bienvenidos a la cuadringentésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de quidditch!

-Bien, por fin James estará dejara de molestar con el tema del capítulo- comento Alice.

-No estará complacido hasta que lea el inicio del partido- aseguro Lily, pues suponía que primero hablarían de la presentación de mascota.

Los espectadores gritaron y aplaudieron. Ondearon miles de banderas, y los discordantes himnos de sus naciones se sumaron al jaleo de la multitud. El enorme panel que tenían enfrente borró su último anuncio (Grageas multisabores de Bertie Bott: ¡un peligro en cada bocado!)

-Y aun cuando ellos mismo lo advierten le continúan comprando cintos de cajas, es impresionante- comento Fabián.

-Sí, pero debes de admitir que es la emoción de encontrarte o evadir ciertos sabores- agrego Gideon.

Y mostró a continuación: BULGARIA: 0; IRLANDA: 0.

—Y ahora, sin más dilación, permítanme que les presente a... ¡las mascotas del equipo de Bulgaria!

Las tribunas del lado derecho, que eran un sólido bloque de color escarlata, bramaron su aprobación.

—Me pregunto qué habrán traído —dijo el señor Weasley, inclinándose en el asiento hacia delante. ¡Aaah! —De pronto se quitó las gafas y se las limpió a toda prisa en la tela de la túnica—. ¡Son veelas!

-Valla truco de los búlgaros para recibir apoyo a su equipo- comento Sirius- después de eso cualquiera apoyaría a Bulgaria.

-Pero solo será por un momento, el efecto de veelas desaparear después de un rato- comento Bill.

— ¿Qué son vee...?

Pero un centenar de veelas acababan de salir al campo de juego, y la pregunta de Harry quedó respondida. Las veelas eran mujeres, las mujeres más hermosas que Harry hubiera visto nunca... pero no eran (no podían ser) humanas.

-Bueno se podgían considegag seges semi-humanas con ciegtas cualidades mágicas- exclamo Fleur.

-Sí, pueden atraer fuertemente a casi todos los hombres- comento Victoire.

-Pero entiendo que también pueden ser peligrosos no- intervino Charlie.

-Claro, si una veela se enoja su rostros se convierten en algo parecido a la cabeza de un ave con picos largos y también pueden lanzar bolas de fuego de sus manos- respondió Victoire.

-Huy Bill, ahí te van a tener pero que bien cortito, no quiero imaginar cómo te las arreglas- comento Fred.

-Y el joven Teddy también deberá tener cuidado, que peligrosas parejas escogieron- apoyo George.

-Eso no es ciegto- aseguro un poco ofendida Fleur- nuestra similitud con mi abuela se limita a nuestga habilidad paga seducirga los hombges- se explicó.

-Lo sabemos querida, ya sabes cómo ese par de molestos- medio Bill, su esposa no se convertía en una especie de arpía, pero si se enojaba, sin duda podría ser tan peligrosa como su madre.

Esto lo desconcertó por un momento, mientras trataba de averiguar qué eran realmente: qué podía hacer brillar su piel de aquel modo, con un resplandor plateado; o qué era lo que hacía que, sin que hubiera viento, el pelo dorado se les abriera en abanico detrás de la cabeza.

James fue leyendo como la música comenzó y las veelas comenzaron a aislar atrayendo la atención de todos.

A medida que las veelas aumentaban la velocidad de su danza, unos pensamientos desenfrenados, aún indefinidos, se iban apoderando de la aturdida mente de Harry.

-Huy eso puede ser peligrosos- exclamo Sirius- imagínense que el cachorro empiece a desfogar sus instintos salvajes con la pelirroja en medio de…

-¡¡Sirius cierra la boca!!- gritaron Harry, Ginny y los hermanos de esta.

-Pero es que dice que tuvo pensamientos…

-Pero no de ese tipo- le grito nuevamente Harry.

Quería hacer algo muy impresionante, y tenía que ser en aquel mismo instante. Saltar desde la tribuna al estadio parecía una buena idea... pero ¿sería suficiente?

—Harry, ¿qué haces? —le llegó la voz de Hermione desde muy lejos.

Cesó la música. Harry cerró los ojos y volvió a abrirlos. Se había levantado del asiento, y tenía un pie sobre la pared de la tribuna principal.

El pequeño Potter en verdad iba a saltar de las tribunas- comento Fabián.

A su lado, Ron permanecía inmóvil, en la postura que habría adoptado si hubiera pretendido saltar desde un trampolín.

-Yo creo que ron no estaba en mejores circunstancias- agrego Gideon.

-No creo que ningún varón en el estadio se haya librado de sentir algo similar aseguro Victoire.

El estadio se sumió en gritos de protesta. La multitud no quería que las veelas se fueran, y lo mismo le pasaba a Harry. Por supuesto, apoyaría a Bulgaria, y apenas acertaba a comprender qué hacía en su pecho aquel trébol grande y verde.

-Comprendo perfectamente- dijo Seamus- yo recibí un fuerte regaño de mi madre por mi desvió en el apoyo de nuestro equipo.

-No creo que haya sido justo, después de todo no fue tu culpa verte influenciado- comento Neville

Ron, mientras tanto, hacía trizas, sin darse cuenta, los tréboles de su sombrero. El señor Weasley, sonriendo, se inclinó hacia él para quitárselo de las manos.

—Lamentarás haberlos roto en cuanto veas a las mascotas de Irlanda —le dijo.

-Puede ser, además que ya no estará bajo la influencia de las veelas- comento Luna.

— ¿Eh? —musitó Ron, mirando con la boca abierta a las veelas, que acababan de alinearse a un lado del terreno de juego.

Hermione chasqueó fuerte la lengua y tiró de Harry para que se volviera a sentar.

— ¡Lo que hay que ver! —exclamó.

-Es que lo hombres pueden ser muy idiotas- aseguro Hermione.

-Unos más que otros, y aunque traten de negarlo siempre terminan demostrando que es cierto- apoya Andrómeda.

-Por suerte se pueden moldear un poco, no mucho, pero siempre es mejor que nada- aseguro Lily- solo se requiere a la mujer indicada- agrego viendo de reojo a Marlene.

-Bueno, ¿hasta cuándo van a estar atacando a nuestro genero he?- exclamo Sirius- porque ustedes no son precisamente

-Solo ignóralas Sirius-le interrumpió Remus- será peor si te pones a discutir con ellas, mejor deja las cosas como están.

-Eso demuestra que no todos los hombres son tan idiotas- agrego Dora abrasando al castaño.

-Tu solo conócelo un poco y luego nos cuentas sobrina.

-Ahora las estas apoyando canuto ¿quién te entiende?- le recrimino en burla James antes de retomar la lectura.

—Y ahora —bramó la voz de Ludo Bagman— tengan la bondad de alzar sus varitas para recibir a... ¡las mascotas del equipo nacional de Irlanda!

En aquel momento, lo que parecía ser un cometa de color oro y verde entró en el estadio como disparado, dio una vuelta al terreno de juego y se dividió en dos cometas más pequeños que se dirigieron a toda velocidad hacia los postes de gol. Repentinamente se formó un arco iris que se extendió de un lado a otro del campo de juego, conectando las dos bolas de luz.

-El color verde y el arcoíris- comento Frank- algo muy característico de Irlanda, solo falta la olla de oro.

-Creo que ya se cuáles son las mascotas del equipo de Irlanda- comento Charlie, sería casi obvio penando en el comentario del auror

La multitud exclamaba « ¡oooooooh!» y luego « ¡aaaaaaah!», como si estuviera contemplando un castillo de fuegos de artificio. A continuación se desvaneció el arco iris, y las dos bolas de luz volvieron a juntarse y se abrieron: formaron un trébol enorme y reluciente que se levantó en el aire y empezó a elevarse sobre las tribunas.

-El trébol era algo que simplemente no podía faltar- comento Seamus.

-No se puede hablar de Irlanda sin que llegue a la mente la imagen de un trébol apoyo Deán

De él caía algo que parecía una lluvia de oro.

— ¡Maravilloso! —exclamó Ron cuando el trébol se elevó sobre el estadio dejando caer pesadas monedas de oro que rebotaban al dar en los asientos y en las cabezas de la multitud.

-Si, a mí me cayeron dos directo en la cabeza- comento Neville sobándose la zona donde impactaron- fue algo dolorosos- agrego provocado la risa de varios.

-Pero eso puede pasar, después de todo son monedas de oro- comento un joven de Gryffindor.

-Unas los seducen y otros los sobornan, valla forma de atraer apoyo a sus equipos- bromeo Gideon.

Entornando los ojos para ver mejor el trébol, Harry apreció que estaba compuesto de miles de hombrecitos diminutos con barba y chalecos rojos, cada uno de los cuales llevaba una diminuta lámpara de color oro o verde.

— ¡Son leprechauns! —explicó el señor Weasley, alzando la voz por encima del tumultuoso aplauso de los espectadores, muchos de los cuales estaban todavía buscando monedas de oro debajo de los asientos.

-Se llevaran una gran sorpresa después- comentó Percy, tal parecía que muchos de las personas no sabían que en un par de horas todas esas odas que juntaron se desvanecerían.

— ¡Aquí tienes! —Dijo Ron muy contento, poniéndole a Harry un montón de monedas de oro en la mano—. ¡Por los omniculares! ¡Ahora me tendrás que comprar un regalo de Navidad, je, je!

-He Ron, ¿no sabías que el oro de leprechauns…?-comenzó Bill

-Se desaparecen es pues de un tiempo- termino Ron interrumpiendo a su hermano sorprendiendo (y decepcionando) a los presentes que no lo sabían- no, lo supe hasta bastante tiempo después.

-Y de seguro cuando lo descubriste te sentiste mal porque no le pagaste nada- aseguro Charlie conociendo la actitud de su hermano.

El enorme trébol se disolvió, los leprechauns se fueron hacia el lado opuesto al que ocupaban las veelas, y se sentaron con las piernas cruzadas para contemplar el partido.

—Y ahora, damas y caballeros, ¡demos una calurosa bienvenida a la selección nacional de quidditch de Bulgaria! Con ustedes... ¡Dimitrov!

James fue leyendo la presentación y aparición de los miembros del equipo de Bulgaria, desde Dimitrov pasando Ivanova Zograf, Levski, Vulchanov! Volkov hasta llegar a  Krum

— ¡Es él, es él! —gritó Ron, siguiendo a Krum con los omniculares. Harry se apresuró a enfocar los suyos.

Viktor Krum era delgado, moreno y de piel cetrina, con una nariz grande y curva y cejas negras y muy pobladas. Semejaba una enorme ave de presa. Costaba creer que sólo tuviera dieciocho años.

-Un tipo mayor, famoso, de cuerpo bien formado- comento Sirius- entonces como lo cambiaste a él por un pelirrojo sin chiste.

-¡¡Sirius!!- reclamaron Hermione y ron el mismo tiempo.

-Solo digo que de ser yo...

-Tú cambiabas de novia más rápido que de calzones- le acuso Marlene.

-¿Y tú como sabes cada cuando me cambio de calzones?, me has estado espiando o…

-Mejor deja de fastidiar de una vez- rebatió Ron.

—Y recibamos ahora con un cordial saludo ¡a la selección nacional de quidditch de Irlanda! —Bramó Bagman—. Les presento a... ¡Connolly!, ¡Ryan!, ¡Troy!, ¡Mullet!, ¡Moran!, ¡Quigley! yyyyyyyyy... ¡Lynch!

Leyeron la aparición de los siete integrantes del equipo que entraron al estadio con sus flamantes saetas de fuego.

—Y ya por fin, llegado desde Egipto, nuestro árbitro, el aclamado Presimago de la Asociación Internacional de Quidditch: ¡Hasán Mustafá!

James leyó la aparición y descripción del árbitro Mustafá quien termino abriendo la caja de las bolas liberando las bludgers, la quaffle y la snitch.

-Muy bien aquí comienza lo bueno- dijo de inmediato James mientras el y su nieto James “S” se acomodaban en sus asiento a las espera a que comenzara a leer el partido.

—¡Comieeeeeeeeenza el partido! —Gritó Bagman—. Todos despegan en sus escobas y ¡Mullet tiene la quaffle! ¡Troy! ¡Moran! ¡Dimitrov! ¡Mullet de nuevo! ¡Troy! ¡Levski! ¡Moran!

Aquello era quidditch como Harry no había visto nunca.

-Lo mismo pensé yo cuando papá y mamá nos llevaron a unos mundiales- comentó James “S”- era completamente diferente a como lo jugamos en el colegio.

-Por supuesto, esto es quidditch a un nivel superior- comento James- se requiera mucha practica para poder llegar a estar en ese nivel- aseguro.

Se apretaba tanto los omniculares contra los cristales de las gafas que se hacía daño con el puente. La velocidad de los jugadores era increíble: los cazadores se arrojaban la quaffle unos a otros tan rápidamente que Bagman apenas tenía tiempo de decir los nombres. Harry volvió a poner la ruedecilla en posición de «lento», apretó el botón de «jugada a jugada» que había en la parte de arriba y empezó a ver el juego a cámara lenta, mientras los letreros de color púrpura brillaban a través de las lentes y el griterío de la multitud le golpeaba los tímpanos.

-Son muy eficientes esas cosas- comento Albus- pero no podrás segur el juego como se debe, digo, en tiempo real.

James fue narrando la formación cabeza de halcón que el equipo irlandés ejecutaba y las demás jugadas del resto de los integrantes de los equipos, claro, esto con el juagada a jugada del aparato asta que

—¡TROY MARCA! —Bramó Bagman, y el estadio entero vibró entre vítores y aplausos—. ¡Diez a cero a favor de Irlanda!

—¿Qué? —Gritó Harry, mirando a un lado y a otro como loco a través de los omniculares—. ¡Pero si Levski acaba de coger la quaffle!

—¡Harry, si no ves el partido a velocidad normal, te vas a perder un montón de jugadas! —le gritó Hermione, que botaba en su asiento moviendo los brazos en el aire mientras Troy daba una vuelta de honor al campo de juego.

-Es lo mismo que yo estaba diciendo- comento Albus.

-Si ya sabemos que siempre tienes el apoyo de la tía Hermione, podrías dejar de recordarlo- pidió con tono cansado James “S”.

Harry miró por encima de los omniculares, y vio que los leprechauns, que observaban el partido desde las líneas de banda, habían vuelto a elevarse y a formar el brillante y enorme trébol. Desde el otro lado del campo, las veelas los miraban mal encaradas.

Enfadado consigo mismo, Harry volvió a poner la ruedecilla en velocidad normal antes de que el juego se reanudara.

James sigue comentado el partido junto a la observación de su hijo que pensaba que los cazadores estaban perfectamente coordinados marcando otros dos tantos más. Continua leyendo encomiando como el juego se volvía más rápido brutal, por fin después de un rato los golpeadores de Bulgaria lograron dispersar a sus oponentes para anotar su primer tanto.

—¡Meteos los dedos en las orejas! —les gritó el señor Weasley cuando las veelas empezaron a bailar para celebrarlo.

-Es el momento de la celebración de veelas- concluyo Luna- no creo que sea una gran idea tener a esas criaturas en el estadio.

Harry además cerró los ojos: no quería que su mente se evadiera del juego. Tras unos segundos, se atrevió a echar una mirada al terreno de juego: las veelas ya habían dejado de bailar, y Bulgaria volvía a estar en posesión de la quaffle.

—¡Dimitrov! ¡Levski! ¡Dimitrov! Ivanova... ¡ ¡eh!! —bramó Bagman.

Cien mil magos y brujas ahogaron un grito cuando los dos buscadores, Krum y Lynch, cayeron en picado por en medio de los cazadores, tan veloces como si se hubieran tirado de un avión sin paracaídas.

-Impresionante,- comento Ted- pero no creo que juego pueda terminar tan rápido- agrego suponiendo que estaban persiguiendo la snitch.

-No, Harry aún no puede ver la snitch dijo James- lo más probable es que sea una finta.

-¿Y tú como sabes eso cornamenta?- le interrogo Sirius.

-Lo deduje por lo que sigue en la lectura- respondió señalando el libro.

-James, ¿te estas adelantando otra vez?- exclamo Lily.

-Solo un poco querida, si leeré todo lo viene solamente estoy esperando a que dejen de hablar- se justificó el azabache continuando desde el punto en que Ted hizo su intervención.

Harry siguió su descenso con los omniculares, entrecerrando los ojos para tratar de ver dónde estaba la snitch...

—¡Se van a estrellar! —gritó Hermione a su lado.

Y así parecía... hasta que en el último segundo Viktor Krum frenó su descenso y se elevó con un movimiento de espiral. Lynch, sin embargo, chocó contra el suelo con un golpe sordo que se oyó en todo el estadio. Un gemido brotó de la afición irlandesa.

—¡Tonto! —Se lamentó el señor Weasley—. ¡Krum lo ha engañado!

-Fue similar a lo que Harry en un partido pasado- comentó Frank- claro que en su caso su adversario no término estrellándose en el suelo.
.
-No creo que él pudiera llegar tan lejos aun cuando se trata de quidditch- comento Alice viendo al azabache.

-Yo creo que si- aseguro Draco- pero siempre y cuando yo o alguno de mi casa estuviera en la otra escoba.

—¡Tiempo muerto! —Gritó la voz de Bagman—. ¡Expertos medimagos tienen que salir al campo para examinar a Aidan Lynch!

—Estará bien, ¡sólo ha sido un castañazo! —Le dijo Charlie en tono tranquilizador a Ginny, que se asomaba por encima de la pared de la tribuna principal, horrorizada—. Que es lo que andaba buscando Krum, claro...

-Qué bueno que mamá era cazadora comento Albus por lo bajo hablándole a sus hermanos.

-No lo sé, ella tenía que enfrentarse a las bludger- respondió Lily “L" en el mismo tono de voz.

Harry se apresuró a apretar el botón de retroceso y luego el de «jugada a jugada» en sus omniculares, giró la ruedecilla de velocidad, y se los puso otra vez en los ojos.

James fue leyendo la  descripción de la jugada vito en cámara lenta mientras tenía el letrero del Amago de Wronski, y de cómo después enfoco a Krum que en ese momento estaba en las alturas volteando a todas partes deduciendo que estaba buscado la snitch.

-Bien pudo haber hecho eso para tener ese tiempo libro y buscar tranquilamente- comento Ted.

-Es posible, algunos jugadores o entrenadores utilizan estrategias como esa- comentó James- y les hace falta porque como se ve Irlanda será el ganador.

Finalmente Lynch se incorporó, en medio de los vítores de la afición del equipo de Irlanda, montó en la Saeta de Fuego y, dando una patada en la hierba, levantó el vuelo. Su recuperación pareció otorgar un nuevo empuje al equipo de Irlanda. Cuando Mustafá volvió a pitar, los cazadores se pusieron a jugar con una destreza que Harry no había visto nunca.

En otros quince minutos trepidantes, Irlanda consiguió marcar diez veces más. Ganaban por ciento treinta puntos a diez, y los jugadores comenzaban a jugar de manera más sucia.

-Al parecer era algo característico para todos no solo para los de Slytherin- comento Draco.

-Es lamentable, pero cuando se llegan a puntos de desesperación como ese parecen olvidad la nobleza del deporta- aseguro James

-Pero ustedes lo hacían incluso cuando llevaban ventaja- se defendió Fred.

-Si, por mucho que te hayas regenerado debes de admitirlo- agrego George.

James continuó narrando el juego hasta que el árbitro reprendió al guardián búlgaro por juego violento y concedió un penalti para Irlanda.

Cuando Mullet, una vez más, salió disparada hacia los postes de gol

Los leprechauns, que se habían elevado en el aire, enojados como un enjambre de avispas cuando Mullet había sufrido la falta, se apresuraron en aquel momento a formar las palabras: «¡JA, JA, JA!» Las veelas, al otro lado del campo, se pusieron de pie de un salto, agitaron de enfado sus melenas y volvieron a bailar.

-Las mascotas ya se están peleando entre ellos- comento Dora- ese partido se está poniendo muy intenso.

-Ojala y no se arme un alboroto más grande, sería desastroso que eso ocurriera- apoyo Remus.

Todos a una, los chicos Weasley y Harry se metieron los dedos en los oídos; pero Hermione, que no se había tomado la molestia de hacerlo, no tardó en tirar a Harry del brazo.

-Claro, las mujeres no se ven afectadas por las habilidades de la veelas- comento Victoire.

Él se volvió hacia ella, y Hermione, con un gesto de impaciencia, le quitó los dedos de las orejas.

—¡Fíjate en el árbitro! —le dijo riéndose.

Harry miró el terreno de juego. Hasán Mustafá había aterrizado justo delante de las veelas y se comportaba de una manera muy extraña: flexionaba los músculos y se atusaba nerviosamente el bigote.

-Deberían de sacar a las mascotas del estadio- comento James- están armando un gran alboroto y además distraen al árbitro e incluso le podría dar una vetaba injusta a Bulgaria.
-Oye querido- comento Lily- estas seguro que no prefieres trabajar en el departamento de deportes en lugar de ser auror- pregunto- por mi parte no me preocuparía tanto por tu seguridad.

-Si lo he pensado querida, pero sería muy emociónate convertirse en un auror y…

-Hmm, estas seguro- dijo melosamente.

-He… este… bueno…

-Ya te está convenciendo- comento Remus con media sonrisa.

-Eso pasa- apoyo Sirius- es inevitable, hasta mi sobrina te ha hecho cambiar a ti lunático.

-La primera insinuación del día- dijo con cansancio Remus

-Ha, ya llevas el registro, dime, cuantas veces lo hice ayer

-Mejor cállate y deja que James continúe-lo ignoro el castaño-

—¡No, esto sí que no! —Dijo Ludo Bagman, aunque parecía que le hacía mucha gracia—. ¡Por favor, que alguien le dé una palmada al árbitro!

Un medimago cruzó a toda prisa el campo, tapándose los oídos con los dedos, y le dio una patada a Mustafá en la espinilla.

Varios se soltaron a reír por la forma que hicieron reaccionar al árbitro.

Mustafá volvió en sí. Harry, mirando por los omniculares, advirtió que parecía muy embarazado y que les estaba gritando a las veelas, que habían dejado de bailar y adoptaban ademanes rebeldes.

—Y, si no me equivoco, ¡Mustafá está tratando de expulsar a las mascotas del equipo búlgaro! —Explicó la voz de Bagman—. Esto es algo que no habíamos visto nunca... ¡Ah, la cosa podría ponerse fea...!

-No, pero tendría motivos para hacerlo, están causando bastantes distracciones- comento Frank.

-Pero también debería hacer lo mismo con los leprechauns solo para ser justos- agrego Alice.

Y, desde luego, se puso fea: los golpeadores del equipo de Bulgaria, Volkov y Vulchanov, habían tomado tierra uno a cada lado de Mustafá, y discutían con él furiosamente señalando hacia los leprechauns, que acababan de formar las palabras: «¡JE, JE, JE!»

-Esas criaturas tienen un buen sentido del humor- comentó George divertido.

-No podían perder la oportunidad de burlarse de su regaño- agrego Fred.

-Sí, son muy similares a ustedes- comedio Ginny.

Pero a Mustafá no lo cohibían los búlgaros: señalaba al aire con el dedo, claramente pidiéndoles que volvieran al juego, y, como ellos no le hacían caso, dio dos breves soplidos al silbato.

—¡Dos penaltis a favor de Irlanda! —gritó Bagman, y la afición del equipo búlgaro vociferó de rabia

-Eso les pasa por ardidos- aseguro Sirius- solo era una pequeña broma, no era para ponerse a reclamar.

-Si claro, como si tú fueras tan tolerante en esos casos- le recrimino Marlene de inmediato.

—. Será mejor que Volkov y Vulchanov regresen a sus escobas... Sí... ahí van... Troy toma la quaffle...

James fue narrando como el juego alcanzo nuevo nivel de ferocidad al punto en el los golpeadores golpeaban a los jugados en lugar que las bludger lo que llevo que le marcaran una falta contra el equipo de Irlanda con lo que los leprechauns hicieron la forma de una mano con un ademan grosero, lo cual a su vez provoco que las velas adquirieran su aspecto como de arpías con alas escamosas desde los hombros y lanzándoles fuego, cosa que Harry vio con claridad con sus omniculares

-En serio las cosas se están poniendo muy serios con relación a las mascotas- aseguro Andrómeda- yo también creo que deberían sacarlas del estadio.

—¡Por eso, muchachos —gritó el señor Weasley para hacerse oír por encima del tumulto—, es por lo que no hay que fijarse sólo en la belleza!
-Para lo que le sirvió ese consejo a Ron- aseguro Hermione recordando su plática cuando estaban buscando pareja para el baile.

-Bueno ya, no había madurara en ese entonces- se defendió el pelirrojo.

-¡Entonces ¿en alguna momento maduraste?!- dijeron en burla y al mismo tiempo los gemelos Weasley.

-Ya cállense- es rebatió Ron.

Los magos del Ministerio se lanzaron en tropel al terreno de juego para separar a las veelas y los leprechauns, pero con poco éxito. Y la batalla que tenía lugar en el suelo no era nada comparada con la del aire. Harry movía los omniculares de un lado para otro sin parar porque la quaffle cambiaba de manos a la velocidad de una bala.

-Es una pena que esas cosas ocurran en un juego del mundial como ese- se lamentó James.

-Si tan solo así de serio fueras para todo amor- comento Lily dándole un beso en la mejilla su novio.

—Levski... Dimitrov... Moran... Troy... Mullet... Ivanova... De nuevo Moran... Moran... ¡Y MORAN CONSIGUE MARCAR!

-Se tardaba más en nombrar a los jugadores que la quaffle en pasar de manos- comento Deán.

Pero apenas se pudieron oír los vítores de la afición irlandesa, tapados por los gritos de las veelas, los disparos de las varitas de los funcionarios y los bramidos de furia de los búlgaros. El juego se reanudó enseguida: primero Levski se hizo con la quaffle, luego Dimitrov...

-La verdad veo muy difícil que los búlgaros consigan ganar en ese momento- aseguro Ted- al parecer ese Krum no era suficiente para asegurar su victoria.

James leyó como el partido continuaba y como un golpeador de Irlanda arrojo una bludger que le dio a Krum en el rostro y presumiblemente le rompió la nariz por el sangrado, pero ese hecho paso desapercibido por el árbitro pues su escoba estaba en llamas por el ataque de una veela.

Harry estaba deseando que alguien interrumpiera el partido para que pudieran atender a Krum.

-Igual que tu cuando te rompiste el brazo en el segundo año- comento Ginny con cierto tono de reprimenda.

Aunque estuviera de parte de Irlanda, Krum le seguía pareciendo el mejor jugador del partido. Obviamente, Ron pensaba lo mismo.

—¡Esto tiene que ser tiempo muerto! No puede jugar en esas condiciones, míralo...

-Pero eso no importo, incluso Krum continuo jugando sin importe eso- comentó Seamus- aunque no es como si le sirviera mucho- comento por lo bajo para sus amigos que estaba cerca.

—¡Mira a Lynch! —le contestó Harry.

El buscador irlandés había empezado a caer repentinamente, y Harry comprendió que no se trataba del «Amago de Wronski»: aquello era de verdad.

—¡Ha visto la snitch! —Gritó Harry—. ¡La ha visto! ¡Míralo!

James narro la dramática escena entre los dos buscadores por conseguir la snitch.

—¡Van a estrellarse! —gritó Hermione.

—¡Nada de eso! —negó Ron.

—¡Lynch sí! —gritó Harry.

-Esta vez sí va tras la snitch pero el final le resultado fue el mismo- comento Lily.

Y acertó. Por segunda vez, Lynch chocó contra el suelo con una fuerza tremenda, y una horda de veelas furiosas empezó a darle patadas.
-Tienen una pésima actitud- aseguro Frank- creo que eso debería quedar como precedente para futuros juegos de ese calibre.

—La snitch, ¿dónde está la snitch? —gritó Charlie, desde su lugar en la fila.

La tiene...! ¡Krum la tiene...! ¡Ha terminado! —gritó Harry.
Krum, que tenía la túnica roja manchada con la sangre que le caía de la nariz, se elevaba suavemente en el aire, con el puño en alto y un destello de oro dentro de la mano.

-Ahora podrán atenerle la herida- comentó Alice

El tablero anunció «BULGARIA: 160; IRLANDA: 170» a la multitud, que no parecía haber comprendido lo ocurrido.

-Por supuesto, de nada sirvió que atrapara la snitch, la ventaja que tenía no era suficiente para ganar- comento un joven de Gryffindor.

-De hecho fue una buena decisión- aseguro James- el esquipo de Irlanda estaba muy bien organizo se veía muy difícil que pudieran superarlo si continuaba el juego, por lo menos así su derrota fue solo de 10 puntos.

Luego, despacio, como si acelerara un enorme Jumbo, un bramido se alzó entre la afición del equipo de Irlanda, y fue creciendo más y más hasta convertirse en gritos de alegría.

—¡IRLANDA HA GANADO! —voceó Bagman, que, como los mismos irlandeses, parecía desconcertado por el repentino final del juego—. ¡KRUM HA COGIDO LA SNITCH, PERO IRLANDA HA GANADO! ¡Dios Santo, no creo que nadie se lo esperara!

-Nosotros si- aseguraron los gemelos inflando el pecho.

-No entiendo- comento Draco- el partido termino como ustedes predijeron, pero aun así les salió mal apuesta, no entiendo.

-Bueno si, nosotros ganamos todas las apuestas- comenzó Fred.

-Pero digamos que Bagman no era tan bueno quería parecer- termino George, después de todo tarde o temprano sabrían todo de sus trucos sucios.

No era necesario decir más, tanto para Draco como para mucho mas era evidente que Bagman de alguna forma se escapó con todo el dinero sin pagarles.

—¿Y para qué ha cogido la snitch? —exclamó Ron, al mismo tiempo que daba saltos en su asiento, aplaudiendo con las manos elevadas por encima de la cabeza—. ¡El muy idiota ha dado por finalizado el juego cuando Irlanda les sacaba ciento sesenta puntos de ventaja!

—Sabía que nunca conseguirían alcanzarlos —le respondió Harry, gritando para hacerse oír por encima del estruendo, y aplaudiendo con todas sus fuerzas—: los cazadores del equipo de Irlanda son demasiado buenos. Quiso terminar lo mejor posible, eso es todo...

-Eso es muy cierto hijo mío- aseguró con orgullo James- no fuiste muy analítico pero me alegra que tengas el mismo instinto para el juego que yo.

-Y también tu suerte para terminar lesionado por el quidditch- acuso Lily.

-Bueno, si los comparamos, las veces que Harry ha estado en la enfermetria por culpa del quidditch son menores a la de James.- razono Remus.

-Valla forma de apoyarme colega- le ácueo el azabache.

-Pero resulto o no- le regreso el oji miel notando más tranquila  a la pelirroja.

—Ha estado magnífico, ¿verdad? —dijo Hermione, inclinándose hacia delante para verlo aterrizar, mientras un enjambre de medimagos se abría camino hacia él entre los leprechauns y las veelas, que seguían peleándose—. Está hecho una pena...

-Oye, se me acaba de ocurrir algo- comentó Gideon- si él es de Bulgaria, ¿cómo y cuándo es que se conocieron ustedes?- pregunto a la futura esposa de su sobrino.

-Es cierto, no es como si ese famoso jugador valla de paseo por Hogwarts  o algo por el estilo- apoyo Fabián

-Ya lo verán en su momento- les dijo Hermione- de hecho su respuesta deberá estar en algunos cuantos capítulos más.

James leyó como era difícil distinguir lo que ocurrió incluso con los omniculares, de cono Krum no dejaba que lo atendieran y las mascotas de Irlanda festejaban (al igual que todos sus seguidores) y las de Bulgaria se deprimían y recuperaban su aspecto anterior.

—«Vueno», hemos luchado «vrravamente» —dijo detrás de Harry una voz lúgubre. Miró hacia atrás: era el ministro búlgaro de Magia.

—¡Usted habla nuestro idioma! —dijo Fudge, ofendido—. ¡Y me ha tenido todo el día comunicándome por gestos!

—«Vueno», eso fue muy «divertida» —dijo el ministro búlgaro, encogiéndose de hombros.

Varios de los presentes se rieron por ocurrencia del primer ministro Búlgaro, entonces recordaron todo lo que decía Fudge creyendo que lo entendía, y el ismo Fudge se sentía avergonzado por no haber sabido comportarse con su homólogo de otro país.

—¡Y mientras la selección irlandesa da una vuelta de honor al campo, escoltada por sus mascotas, llega a la tribuna principal la Copa del Mundo de quidditch! —voceó Bagman.

James narro la llegada de la enorme copa de oro que fue entregada a Fudge (contrariado por la revelación del ministro Búlgaro) mientras que con un aplauso el equipo búlgaro iba pasando uno en uno para llegar a los primeros ministros y recibir un saludo de parte de ellos.

Krum, que estaba en último lugar, tenía realmente muy mal aspecto. Los ojos negros relucían en medio del rostro ensangrentado. Todavía agarraba la snitch. Harry percibió que en tierra sus movimientos parecían menos ágiles. Era un poco patoso y caminaba cabizbajo.

-Claro, no es lo mismo estar en suelo que sobre una escoba- comento Ted.

-Y de seguro estará deprimido porque no pudieron ganar- apoyo Andrómeda.

Pero, cuando Bagman pronunció el nombre de Krum, el estadio entero le dedicó una ovación ensordecedora.

La lectura continua con la llegada del equipo ganador de Irlanda que recibieron la brillante copa para dar una segunda vuelta de honor por el estadio Bagman se apuntó con la varita a la garganta y susurró: ¡Quietus!

—Se hablará de esto durante años —dijo con la voz ronca—. Ha sido un giro verdaderamente inesperado. Es una pena que no haya durado más... Ah, ya... ya... ¿Cuánto os debo?

Fred y George acababan de subirse sobre los respaldos de sus butacas y permanecían frente a Ludo Bagman con una amplia sonrisa y la mano tendida hacia él.

-Bueno, es el final- informo James- fue un gran partido sin duda alguna, ojalá podremos verlo en su tiempo- dijo con ilusión de ser él y no Arthur el que llevara a su hijo al partido.

-Por lo menos ya te calmaras un poco- comento Lily- al menos hasta que lleguen los partido de la escuela.

Los jóvenes del futuro se vieron entre ellos, ese año no habría partidos de quidditch, pero claro, la opción no estuvo nada mal, al menos para la mayoría, pues pensaba que ni a James ni a Lily les alegraría saber que su hijo estuvo involucrado en algo tan problemático.

9 comentarios:

  1. Estuvo increibleeee el capitulo.
    Fuera bueno que apareciera angela la q le gusta a albus

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    1. Me alegra que te gustara. sin duda sería algo divertido, bueno, no tanto para Albus que tendría que soportar a los bromistas.
      Ya actualizó.

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  2. Como siempre super fantastico. Me encanto la parte de sirius y merlene me dio full ternura son super cute ¿cuando van hacer novios? Que risa harry y ginny (pobrecitos).
    Nos leemos el proximo martes (espero)

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    1. Gracias por pensar eso.
      Qué bueno que te gusto la parte de Sirius y Marlene, y descuida, no falta mucho para que sean novios.
      Quería agregar esa arte de Harry y Ginny desde hacía varios capítulos, y por fin lo pudo agregar.
      No es martes pero ya actualizo.

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  3. Otro capitulo increible. Lo que mas me gusto fue la relación cada vez mas cercana y estrecha de Dora y Remus,la forma en como escribiste que esa platica los ayudo a controlar sus instintos me encanto;la plática bochornosa de Harry y Ginny con sus madres y la interacción entre Sirius y Marlene, como dijeron arriba ¿cuando van a ser novios?
    Nos leemos el proximo martes.

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    1. Gracias alguien me apoya con eso jajaja

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    2. Gracias.
      Pues si, es que Remus y dora deben comenzar a sentirse más cómodos de estar así de cerca, ya después podrán tener alguna interacción más intensa.
      en particular pensé que Harry no había experimentado algo así de común, y además bochornosos, y que mejor forma de intensificarlo todo que teniendo a su novia al lado jeje.
      Si, concuerdo que su juego del gato y el ratón ha durado bastante, ya pronto formalizaran lo suyo.
      Ya actualizo.

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  4. Hay q hacer algo justo cada vez q usted se demore tiene que subir 2 capitulos :)

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