-Muy
bien, pues vamos a continuar- comento Sirius tomando el libro de las manos de
su amigo y situándose en la siguiente página, de inmediato la sonrisa del oji
gris se borró notablemente cuando leyó el título del capítulo, algo que no pasó
desapercibido por nade.
-Sirius ¿qué
es lo que ocurre?- pregunto Remus.
-Pues el
título del capítulo es “La Marca Tenebrosa”
Inmediatamente
todos reaccionaron como era presumible que ocurriría, los que demostraron más
tención ante lo leído eran los de la primera generación, ellos eran los que
estaba padeciendo en el momento, los de la segunda generación no tenían tanta
tención, pero aun así les afectaba, después de todo muchos de ellos la
sufrieron la noche en que Albus Dumbledore falleció. En cuanto a los de la
tercera generación no significaba gran cosa ya que ellos solo han escuchado
acerca de lo ocurrido.
-¡Pero
qué demonios!- espeto James- se suponía que ese debería ser un buen día, como
es que siempre tienen que ocurrir algo.
-No lo
sabeos James, mejor deja que Sirius comience a leer para enterarnos que
ocurrió- razono Remus.
—No le digáis a vuestra madre que habéis apostado —imploró a Fred y
George el señor Weasley, bajando despacio por la escalera alfombrada de
púrpura.
-Que sigo
sin creer que lo hayan hecho para empezar- les reprendió Molly.
A los
gemelos les hubiera gustado decir algo para defenderse, pero ni aunque Ludo
hubiera sido legal y les pagar sus galeones aun así no habían palabras
existentes que pudieran relajar a su madre, al contraria, todas esas palabras
existentes solo acrecentaban la posibilidad de un castigo
—No te preocupes, papá —respondió Fred muy alegre—. Tenemos grandes
planes para este dinero, y no queremos que nos lo confisquen.
Por un momento dio la impresión de que el señor Weasley iba a
preguntar qué grandes planes eran aquéllos; pero, tras reflexionar un poco,
pareció decidir que prefería no saberlo.
-Es para
su tienda de bromas no es verdad- aventuro James “S”.
-En
efecto sobrino en ese tiempo todo lo hacíamos enfocándonos en nuestra tienda de
bromas- aseguró Fred inflando el pecho
-Aunque
ese dinero no sería suficiente como para conseguir abrirla- razono Albus.
-No, pero
eso se suponía que serviría para seguir financiando nuestros inventos- aseguro
George.
-Por Merlín- volvió a exclamar Molly exasperada,
tal parecía que sus gemelos no dejarían ese tema por más que ella quisiera.
Pronto se vieron rodeados por la multitud que abandonaba el estadio
para regresar a las tiendas de campaña. El aire de la noche llevaba hasta ellos
estridentes cantos mientras volvían por el camino iluminado de farolas, y los
leprechauns no paraban de moverse velozmente por encima de sus cabezas,
riéndose a carcajadas y agitando sus faroles.
-La
celebración será muy grande eso es evidente- comento Alice- ahora por más que
lo intenten no podrán ocultárselo a los muggles.
-Me temo
que ese era el menor de sus males- pensó Frank, al igual que muchos más de los
presentes, si este capítulo involucraba a los mortifagos no se podía esperar
menos.
Cuando por fin llegaron a las tiendas, nadie tenía sueño y, dada la
algarabía que había en torno a ellos, el señor Weasley consintió en que tomaran
todos juntos una última taza de chocolate con leche antes de acostarse.
-Deben de
estar muy exaltados en ese momento- comento Lily- y con el alboroto que
seguramente tendrán afuera será aún más difícil conciliar le sueño.
No tardaron en enzarzarse en una agradable discusión sobre el partido.
El señor Weasley se mostró en desacuerdo con Charlie en lo referente al
comportamiento violento,
-Es algo
inevitable pero sin duda ese tipo de violencia no es algo que se debería ver en
tan noble deporte- exclamo su opinión James.
-Cierto,
pero si lo ve desde un punto de vista…
-Charlie
por favor no lo agás hablar de quidditch o ya no podremos callarlo- le solicito
Lily suponiendo que era lo que seguía.
Y no dio por finalizado el análisis del partido hasta que Ginny se
cayó dormida sobre la pequeña mesa, derramando el chocolate por el suelo.
-Pobre de
la pelirroja- comento Sirius interrumpiendo su lectura- y pobre de los Lupin,
ellos adoran el chóclate- dijo viendo en dirección al castaño.
-Oye a mí
también me gusta el chocolate- dijo Dora omitiendo la insinuación del
parentesco entre Remus y Teddy.
-Por eso
sobrina si tu también estabas incluida- aseguro Sirius- que no ves que cuando
te cases serás Nymphadora de “Lupin”- resalto la última palabra
-Sirius,
continua leyendo- le ordeno Remus.
-No te
enojes lunático esos son los hechos- se defendió el castaño retomando la
lectura.
Entonces los mandó a todos a dormir. Hermione y Ginny se metieron en
su tienda, y Harry y el resto de los Weasley se pusieron el pijama y se
subieron cada uno a su litera. Desde el otro lado del campamento llegaba aún el
eco de cánticos y de ruidos extraños.
—¡Cómo me alegro de haber librado hoy! —murmuró el señor Weasley ya
medio dormido—. No me haría ninguna gracia tener que decirles a los irlandeses
que se acabó la fiesta.
Todos
sonrieron levemente ante las palabras del pelirrojo, era cierto que esa debía
de ser la preocupación más grande que todos ellos debieron de tener esa noche.
Sirius
leyó como como Harry se recostó en su litera mientras repasaba algunas de las
espectaculares jugada de Krum, ansioso de subir en su escoba para probarla e
marginándose a sí mismo como un jugador famoso entrando a un estadio, siendo
aclamado por miles de aficionados.
A James
se le dibujo una sonrisa en el rostro al imaginarse a su hijo en semejante
escena, y Severus soltó un leve resoplido, esa actitud era la que esperaría de
un hijo de Potter, sin embargo eran de las pocas veces que demostraba su
parentesco.
-Y al
final fue mamá la que vivió esa experiencia en persona- cometo Lily “L”
sonriendo.
Harry no llegaría a saber a ciencia cierta si se había dormido o no
(sus fantasías de vuelos en escoba al estilo de Krum podrían muy bien haber
acabado siendo auténticos sueños); lo único que supo fue que, de repente, el
señor Weasley estaba gritando.
En ese
momento todos se tensaron, suponían que ese momento tranquilo del que gozaban
se había acabado y empezarían los problemas, los de la segunda generación
además de recordar lo que ellos mismo pasaron, se preguntaban que había
ocurrido con esos tres en dio momento.
— ¡Levantaos! ¡Ron, Harry... deprisa, levantaos, es urgente!
Harry se incorporó de un salto y se golpeó la cabeza con la lona del
techo.
—¿Qué pasa? —preguntó.
Intuyó que algo malo ocurría, porque los ruidos del campamento
parecían distintos. Los cánticos habían cesado. Se oían gritos, y gente que
corría.
-Muy bien
joven- exclamo Alastor- nuevamente demuestras tener un ben instinto chico, con
un poco más de trabajo…
-Alastor,
creo que podríamos tratar eso en otro momento- intervino Kingsley tomando
especial atención en Lily que más que molesta parecía tener una mirada
resignada.
Bajó de la litera y cogió su ropa, pero el señor Weasley, que se había
puesto los vaqueros sobre el pijama, le dijo:
—No hay tiempo, Harry... Coge sólo tu chaqueta y sal... ¡rápido!
Harry obedeció y salió a toda prisa de la tienda, delante de Ron.
A la luz de los escasos fuegos que aún ardían, pudo ver a gente que
corría hacia el bosque, huyendo de algo que se acercaba detrás, por el campo,
algo que emitía extraños destellos de luz y hacía un ruido como de disparos de
pistola.
-¿Disparos
de qué?- preguntaron algunos.
-Es un
arma muggle- respondió Ted con cierto tono de mal humor, era como diciéndoles
que no era momento para ese tipo de preguntas.
Llegaban hasta ellos abucheos escandalosos, carcajadas estridentes y
gritos de borrachos. A continuación, apareció una fuerte luz de color verde que
iluminó la escena.
Lucius
inevitablemente pensó en algunos de sus “colegas” que en verdad se pondrían
ebrios a hacer semejante cosa, el dudaba estar bebido pero lo más probable es
que estaría con ellos acompañándolos.
A través del campo marchaba una multitud de magos, que iban muy
apretados y se movían todos juntos apuntando hacia arriba con las varitas.
Harry entornó los ojos para distinguirlos mejor. Parecía que no tuvieran
rostro, pero luego comprendió que iban tapados con capuchas y máscaras.
-Mortifagos-
dijeron varias voces al tiempo.
Sirius
inevitablemente comenzó a pensar en su hermano, hasta el momento no se había
mencionado nada de él, no era un secreto que Regulus se quería unir a las filas
de Voldemort, que pasaría si en ese momento Regulus estuviera entre ese grupo.
Levanto la vista en dirección a su hermano topándose con la su mirada, el mismo
Regulus lo había buscado con la mirada y las mismas dudas en la mente que el
tenia.
-Canuto ¿estás
bien?- le hablo James al ver que su amigo no continuaba leyendo, entonces se
percató las miradas conectadas de los dos Black- Sirius si quieres que alguien
continúe- comenzó el azabache imaginado que su amigo estaba en un mal momento.
-No ya
continuo cornamenta- le dijo el oji gris concentrándose en el libro nuevamente.
Por encima de ellos, en lo alto, flotando en medio del aire, había
cuatro figuras que se debatían y contorsionaban adoptando formas grotescas. Era
como si los magos enmascarados que iban por el campo fueran titiriteros y los
que flotaban en el aire fueran sus marionetas, manejadas mediante hilos
invisibles que surgían de las varitas. Dos de las figuras eran muy pequeñas.
-Repugnante-
espeto Marlene apretando los puños
molesta, tratándose de mortifagos se imaginaba que podrían ser esas figuras.
Mientras que Sirius narraba como avanzaban derribando y quitando e incendiando
las casas de campaña por donde pasaban.
Las personas que flotaban en el aire resultaron repentinamente
iluminadas al pasar por encima de una tienda de campaña que estaba en llamas, y
Harry reconoció a una de ellas: era el señor Roberts, el gerente del cámping.
-Pobre
hombre- exclamo Alice- son unos desgraciados infelices.
Los otros tres bien podían ser su mujer y sus hijos.
Muchos
soltaron exclamación de terror mientras otros apoyaban la molestia ante tal
espectáculo, una parte de ellos esperaban que esas figuras de las que hablaban
no se trataran de niños, pero sí.
Con la varita, uno de los de la multitud hizo girar a la señora
Roberts hasta que quedó cabeza abajo: su camisón cayó entonces para revelar
unas grandes bragas. Ella hizo lo que pudo para taparse mientras la multitud,
abajo, chillaba y abucheaba alegremente.
Todas las
mujeres se sintieron mal por la vergüenza que la pobre mujer estaba pasando,
pero tomando en cuenta su situación la vergüenza que pudiera sufrir era el
menor de sus males.
—Dan ganas de vomitar —susurró Ron, observando al más pequeño de los
niños muggles, que había empezado a dar vueltas como una peonza, a veinte
metros de altura, con la cabeza caída y balanceándose de lado a lado como si
estuviera muerto—. Dan verdaderas ganas de vomitar...
-Esos
malditos infelices- espeto Marlene- ojala les puedan dar un verdadero
escarmentó por lo que hacen.
-Pasaron
algunos años pero al final si, recibieron lo que se merecían- comento por lo
bajo Charlie.
Hermione y Ginny llegaron a toda prisa, poniéndose la bata sobre el
camisón, con el señor Weasley detrás. Al mismo tiempo salieron de la tienda de
los chicos Bill, Charlie y Percy, completamente vestidos, arremangados y con
las varitas en la mano.
-Van a
intentag ayudag a esos muggles- dijo Fleur abrazando a Bill por la cintura.
-Espero
que tengan mucho cuidado- dijo con preocupación la señora Weasley, aun cando
sus hijos estaban ya crecidos en ese momento, pero entonces pensó- me pregunto
cómo estarán Bill y Charlie.
-Estamos
bien mamá, no nos ocurrió nada- le dijo el mayor de los hermanos Weasley.
-No me
refiero a los niños que son ustedes en nuestro tiempo- se explicó la señora
Wesley- apenas los había acostado a dormir cuando llegamos aquí.
-Y apenas
te acuerdas de eso- exclamo Sirius.
-Yo
ayudas Sirius- le reclamo Lily- tranquila Molly, ellos deberán estar bien, sin
duda cuando regreses lo aras en el mismo momento, será como si nunca te
hubieras ido.
-Gracias
querida- le respondió la señora Weasley más tranquila.
—Vamos a ayudar al Ministerio —gritó el señor Weasley por encima de
todo aquel ruido, arremangándose él también—. Vosotros id al bosque, y no os
separéis. ¡Cuando hayamos solucionado esto iré a buscaros!
-Que al
final nos terminaos separando – susurro Fred a su hermano- no comprendo cómo
fue de lo hicimos.
-De no
haberlo hecho posiblemente nosotros también hubiéramos visto que paso esa
noche- agrego George.
Bill, Charlie y Percy se precipitaron al encuentro de la multitud. El
señor Weasley corrió tras ellos. Desde todos los puntos, los magos del
Ministerio se dirigían a la fuente del problema.
-Y aun
así los malditos lograron escapar de nosotros- espeto por lo bajo Percy.
-Pero
solo será por el momento, después esos malditos terminaron donde se merecían-
le dijo Charlie en el mismo tono.
La multitud que había bajo la familia Roberts se acercaba cada vez
más.
-Deben
irse inmediatamente- apremio Molly preocupada.
—Vamos —dijo Fred, cogiendo a Ginny de la mano y tirando de ella hacia
el bosque.
Harry, Ron, Hermione y George los siguieron. Al llegar a los primeros
árboles volvieron la vista atrás. La multitud seguía creciendo. Distinguieron a
los magos del Ministerio, que intentaban introducirse por entre el numeroso
grupo para llegar hasta los encapuchados que iban en el centro: les estaba
costando trabajo. Debían de tener miedo de lanzar algún embrujo que tuviera
como consecuencia la caída al suelo de la familia Roberts.
-No
podíamos dejarlos inconscientes simplemente, no si esos muggles corrían algún
peligro- asevero Arthur.
-Antes
que nada deben buscar la forma de liberarlos para después preocuparse de esos
mal nacidos- agregó Kingsley.
Las farolas de colores que habían iluminado el camino al estadio
estaban apagadas. Oscuras siluetas daban tumbos entre los árboles, y se oía el
llanto de niños; a su alrededor, en el frío aire de la noche, resonaban gritos
de ansiedad y voces aterrorizadas. Harry avanzaba con dificultad, empujado de
un lado y de otro por personas cuyos rostros no podía distinguir. De pronto oyó
a Ron gritar de dolor.
-Oh por
Merlín- exclamo Molly alterada.
-Tranquila
mamá, no nos pasó nada esa noche- le tato de tranquilizar Ron- solamente me
tropecé por la oscuridad, eso es todo.
-Entonces
ya se lo que pasara- comentó Draco, esa sería otra de sus brillantes
apariciones.
— ¿Qué ha sucedido? —preguntó Hermione nerviosa, deteniéndose tan de
repente que Harry chocó con ella—. ¿Dónde estás, Ron? Qué idiotez... ¡Lumos!
La varita se encendió, y su haz de luz se proyectó en el camino.
-eso es
buen idea, nunca se nos ocurrió iluminar el camino con las varitas- comento
Fred.
-bueno,
aun eran menores de edad, no es como si pudieran usarla- agregó Fabián.
-si, como
si en verdad les molestara- dijo Ginny- además con todo ese escándalo el que
usaran varitas seria lo de menos.
-es
cierto, bien podríamos tener un duelo entre nosotros y nadie lo sabría- aseguro
George.
Ron estaba echado en el suelo.
—He tropezado con la raíz de un árbol —dijo de malhumor, volviendo a
ponerse en pie.
—Bueno, con pies de ese tamaño, lo difícil sería no tropezar —dijo
detrás de ellos una voz que arrastraba las palabras.
-ese eras
tú verdad- comento por lo bajo Scorpius a su padre que aeta levemente.
Harry, Ron y Hermione se volvieron con brusquedad. Draco Malfoy estaba
solo, cerca de ellos, apoyado tranquilamente en un árbol. Tenía los brazos
cruzados y parecía que había estado contemplando todo lo sucedido desde un
hueco entre los árboles.
-eso es
bastante curioso- comentó Alastor suspicazmente- no creo que muchos de los
presentes se encuentren tan clamados.
Ron mandó a Malfoy a hacer algo que, como bien sabía Harry, nunca
habría dicho delante de su madre.
La señora
Weasley miro a su hijo represivamente imaginado que tipo de lenguaje pudo haber
utilizado su hijo en ese momento, pero debido a las circunstancias decidió no
decir nada al respecto.
—Cuida esa lengua, Weasley —le respondió Malfoy, con un brillo en los
ojos—. ¿No sería mejor que echarais a correr? No os gustaría que la vieran,
supongo...
Señaló a Hermione con un gesto de la cabeza, al mismo tiempo que desde
el cámping llegaba un sonido como de una bomba y un destello de luz verde
iluminaba por un momento los árboles que había a su alrededor.
—¿Qué quieres decir? —le preguntó Hermione desafiante.
-Es obvio
lo que quería decir- dijo rose con el ceño fruncido, en verdad ese chico era
muy diferente al padre de su amigo que conocía en el futuro.
—Que van detrás de los muggles, Granger —explicó Malfoy—. ¿Quieres ir
por el aire enseñando las bragas? No tienes más que darte una vuelta... Vienen
hacia aquí, y les divertiría muchísimo.
-Huy, si
sigues con eso te vas ganar el odio de
tu hijo e rubiecito- le dijo de inmediato Fred viendo a su hermano.
-Es muy
cierto, insultar a la madre de su novia puede ser algo grabe- secundo George
tratando de relajar un poco el ambiente.
-¡Ya cállense!-
les rebatió Scorpius un poco sonrojado.
-Ahora
que lo pienso – intervino Sirius- cuando Scorpius y Rose se casen ustedes serán
consuegros- exclamo señalando a Hermione y Draco que pusieron un gesto difícil
de descifrar, a diferencia de Ron a quien evidentemente no le gradaba mucho la
idea- no es tan divertido como que lunático se vuelva mi sobrino por estar con
Dora pero…
-Sirius,
ponte a leer de una buena vez- le ordeno el castaño, ya se e estaba haciendo
costumbre hacer el ataque a dos bandas.
— ¡Hermione es bruja! —exclamó Harry.
—Sigue tu camino, Potter —dijo Malfoy sonriendo maliciosamente—. Pero
si crees que no pueden distinguir a un “sangre
sucia”, quédate aquí.
Sirius
dijo esa manera despectiva de hablar de los nacidos muggles con coraje y algo
de asco, pero era lo que venía escrito y tenía que leerlo, pero aun así le
desagradaba al igual que muchos de los presentes, entre ellos Severus que
seguía odiándose a si mismo por haberle espetado esas palabras a su amiga.
— ¡Te voy a lavar la boca! —gritó Ron. Todos los presentes sabían que
sangre sucia era una denominación muy ofensiva para referirse a un mago o bruja
que tenía padres muggles.
—No importa, Ron —dijo Hermione rápidamente, agarrándolo del brazo
para impedirle que se acercara a Malfoy.
-Lo
último que necesitan en ese momento es ponerse a pelear con él- aseguro Ted-
deben tratar de ignorarlo y seguir su camino.
-Lamentablemente
eso es más fácil decirlo que hacerlo- agrego Andrómeda conociendo a los chicos.
Desde el otro lado de los árboles llegó otra explosión, más fuerte que
cualquiera de las anteriores. Cerca de ellos gritaron algunas personas.
Malfoy soltó una risita.
Scorpius
se daba cuenta con cada nueva aparición de su padre por qué nunca le contaba
acerca de su vida, porque decía que se avergonzaba de muchas de las cosas que
había hecho de joven, por más que quería impedirlo, no evitar cierta decepción
de su padre.
—Qué fácil es asustarlos, ¿verdad? —dijo con calma—. Supongo que papá
os dijo que os escondierais. ¿Qué pretende? ¿Rescatar a los muggles?
—¿Dónde están tus padres? —preguntó Harry, a quien le hervía la
sangre—. Tendrán una máscara puesta, ¿no?
-Solo uno
de ellos- asevero Draco viendo en dirección a su madre, ella estaba dentro de
su tienda, ella nunca siempre se mantuvo lo más alejada que podía de esos
asuntos.
Malfoy se volvió hacia Harry, sin dejar de sonreír.
—Bueno, si así fuera, me temo que no te lo diría, Potter.
-Sería lo
mismo que dijera directamente que su padre era estaba entre ellos- comento Frank.
—Venga, vámonos —los apremió Hermione, arrojándole a Malfoy una mirada
de asco—. Tenemos que buscar a los otros.
-¿Como
que buscar a los otros?- pregunto Molly, viendo a sus hijos, los gemelos
simplemente bajaron la vista suponiendo lo que venía.
—Mantén agachada tu cabezota, Granger —dijo Malfoy con desprecio.
—Vámonos —repitió Hermione, y arrastró a Ron y a Harry de nuevo al
camino.
—¡Os apuesto lo que queráis a que su padre es uno de los
enmascarados! —exclamó Ron,
furioso.
-Evidentemente
si es- aseguro Alice- no podía perder la oportunidad de molestar a los demás-
agrego aunque en el fondo no estaba tan segura, la verdad en comparación a
algunos mortifago Lucius no le precia del tipo que haría eso por estar
embriagado.
— ¡Bueno, con un poco de suerte, el Ministerio lo atrapará! —repuso
Hermione enfáticamente—. ¿Dónde están los otros?
Fred, George y Ginny habían desaparecido,
-¡Los
dejaron solos?- grito la señora Weasley- como es posible, ustedes eran los
mayores en ese momento, debieron de estarlos cuidado mejor.
-Perdón
mamá, no nos dimos cuenta que Ron se había tropezado- se disculpó Fred- había
mucho alboroto y no lo escuchamos.
-Además
estábamos más enfocados en cuidar a Ginny- agrego George- si los comparamos,
esos tres sabrían cómo defenderse
-Eso no
es justificante George- le aseguro Molly mientras que Ginny los miraba ofendida
-Siempre
tratando de protegerme como si fuera una inútil- dijo por lo bajo la pequeña
pelirroja.
-No eres
una inútil- le dijo en el mismo tono Harry que la había escuchado- por mi parte
me alego que esos idiotas te mantuvieran a salvo- agrego abrasándola por la
cintura y besándole la mejilla, por fin la vergüenza de la noche anterior había
disminuido lo suficiente para volver a tener contacto con ella.
-Ustedes
que están cuchucheando- les pico en forma burlona Sirius.
-Discutimos
la mejor forma de castigarte si no continuas leyendo- le respondió Harry sin
inmutarse, ya estaba aprendiendo a defenderse de sus burlas.
Aunque el camino estaba abarrotado de gente que huía sin dejar de
echar nerviosas miradas por encima del hombro hacia el campamento.
-por
alguna razón siempre tienen que quedarse solo ustedes tres cierto comento
Neville viendo a sus amigos.
-sí, es
casi como una maldición- acepto Ron.
Un grupo de adolescentes en pijama discutía a voces, un poco apartados
del camino. Al ver a Harry, Ron y Hermione, una muchacha de pelo espeso y
rizado se volvió y les preguntó rápidamente:
—Où est Madame Maxime? Nous l’avons perdue...
Sirius
leyó esta oración con un poco de
dificultad.
-¿Qué
dijo?- pregunto enseguida Albus.
-Ella
estaba pgeguntando pog Madame Maxime, pogque se pegdiegon- explicó Fleur.
-¿Madame
Maxime?
-Ella es
la digectoga de nuestga escuela
Beauxbatons en Fgancia- respondió nuevamente la rubia.
—Eh... ¿qué? —preguntó Ron.
—¡Oh...!
La muchacha que acababa de hablar le dio la espalda, y, cuando
reemprendieron la marcha, la oyeron decir claramente:
—«Ogwarts.»
—Beauxbatons —murmuró Hermione.
-Como que
se siente un poco de tención no lo creen- comento Albus.
-Supongo
que tienen su historia, y con el evento que se aproximaba aún mas- aseguró
Percy.
—¿Cómo? —dijo Harry.
—Que deben de ser de Beauxbatons —susurró Hermione—. Ya sabéis: la
Academia de Magia Beauxbatons...
-si, como
si ese par de amigos tuyos supieran algo de otras escuelas- ataco dora.
-hey-
reclamaron al unísono Ron y Harry.
-hay,
solo díganme que estoy mintiendo- les devolvió la peli rosa- no se molesten por
las cosas que son verdad- agrego.
He leído algunas cosas sobre ella en Evaluación de la educación mágica
en Europa.
—Ah... Ya... —respondió Harry.
—Fred y George no pueden haber ido muy lejos —dijo Ron, que sacó la
varita mágica, la encendió como la de Hermione y entrecerró los ojos para ver
mejor a lo largo del camino.
-nosotros
pensamos lo mismo, pero al final no pudimos encontrarlos- dijo Ginny.
Harry buscó la suya en los bolsillos de la chaqueta, pero no la
encontró. Lo único que había en ellos eran los omniculares.
—No, no lo puedo creer... ¡He perdido la varita!
-¡¿Qué?!-
gritaron varios a la vez. En especial James cuyo nerviosismo era mayor al saber
eso, otro que puso una atención especial l tema fue Alastor.
— ¿Bromeas?
Ron y Hermione levantaron las suyas lo suficiente para iluminar el terreno
a cierta distancia. Harry miró a su alrededor, pero no había ni rastro de la
varita.
—A lo mejor te la has dejado en la tienda —dijo Ron.
—O tal vez se te ha caído del bolsillo mientras corríamos —sugirió
Hermione, nerviosa.
—Sí —respondió Harry—, tal vez...
-Eso no
es posible, cómo pudiste perder tu varita- se lamentaba James.
-A pesar
de tu buen instinto sigues siendo joven- comento ojo loco- la seguridad
elemental de la varita es de suma importancia.
-Tranquilízate
Alastor- le recomendó Kingsley.
No solía separarse de su varita cuando estaba en el mundo mágico, y
hallarse sin ella en aquella situación lo hacía sentirse muy vulnerable.
-No es
para menos- aseguro James- espero que la puedas recuperar rápido.
En ese
momento Harry pensó en la importancia de su varita, esa varita más que
cualquier otra cosa fue se mucha importancia para que pudiera salir con vida de
aquel cementerio y de otras situaciones similares contra su adversario.
Un crujido los asustó a los tres. Winky, la elfina doméstica,
intentaba abrirse paso entre unos matorrales. Se movía de manera muy rara, con
mucha dificultad, como si una mano invisible la sujetara por la espalda.
-Eso
suena algo extraño- comento Dora- porque razón no podía correr con normalidad
en ese momento.
-Podría
haber muchas razones por las que la pobre elfina actué de esa manera- menciono
Remus- creo que perderíamos tiempo tratando de debatirlo.
-Creo que
tienes razón- le concedió Dora- además si se molestaron en mencionar ese
incidente tal vez después aparezca algo más acerca de lo que le pasa.
— ¡Hay magos malos por ahí! —chilló como loca, mientras se inclinaba
hacia delante y trataba de seguir corriendo—. ¡Gente en lo alto! ¡En lo alto
del aire! ¡Winky prefiere desaparecer de la vista!
Y se metió entre los árboles del otro lado del camino, jadeando y
chillando como si tratara de vencer la fuerza que la empujaba hacia atrás.
El trio
no dejaba de pensar en lo cerca que estuvieron de ese maldito mortifago, y en
los que les pudo haber hecho si hubiera querido.
—Pero ¿qué le pasa? —preguntó Ron, mirando con curiosidad a Winky
mientras ella escapaba—. ¿Por qué no puede correr con normalidad?
-Guau
sobrino, no es común que seas tú el que se percate o se preocupe por esos
detalles- comento Fabián, a lo que el chico le envió una mirada severa.
—Me imagino que no le dieron permiso para esconderse —explicó Harry.
Se acordó de Dobby: cada vez que intentaba hacer algo que a los Malfoy no les
hubiera gustado, se veía obligado a golpearse.
-Eso
podría ser cierto- intervino Gideon- pero no dice que era como si la arrastrara
una fuerza.
-Aunque
sea molesto lunático tiene razón, no nos servirá de nada discutir sobre eso-
aseguro Sirius- mejor sigo leyendo, quiero saber qué pasa con mi ahijado.
-Al menos
en esto si te comportas con seriedad- dijo Marlene sin poder evitarlo.
-Por
supuesto, se trata de nuestro ahijado- aseguro el oji gris- porque cuando
estemos juntos por derecho el seria tu ahijado- agregó al notar la mirada
interrogativa e la rubia.
— ¿Sabéis? ¡Los elfos domésticos llevan una vida muy dura! —dijo,
indignada, Hermione—. ¡Es esclavitud, eso es lo que es! Ese señor Crouch la
hizo subir a lo alto del estadio, aunque a ella la aterrorizara, ¡y la ha
embrujado para que ni siquiera pueda correr cuando aquéllos están arrasando las
tiendas de campaña! ¿Por qué nadie hace nada al respecto?
-No a
muchos les importa lo que ocurre con otros seres- comento Marlene.
—Bueno, los elfos son felices así, ¿no? —observó Ron—. Ya oíste a
Winky antes del partido: «La diversión no es para los elfos domésticos...» Eso
es lo que le gusta, que la manden.
-Cielos
Ron- se lamentó Bill- es evidente que ese tema le esta apasionando, un
comentario como eso solo lograras que te comience a atacar.
—Es gente como tú, Ron —replicó Hermione, acalorada—, la que mantiene
estos sistemas injustos y podridos, simplemente porque son demasiado perezosos
para...
-Me temo
que es solo una parte del problema- comento Marlene- yo he hablado con los
elfos de las cocinas, y la mayoría piensa de la misma forma que Winky, son
siglos de vivir así, no se puede cambiar su modo de pensar tan fácilmente.
-Pero
algo se podría hacer al respecto- intervino Hermione.
-Por su
parte Harry recordaba la renuencia de los elfos por limpiar su torre cuando
Hermione escondía esos gorros en ella, él quería decir algo al respeto, pero
pronto ella sabría lo ocurrido.
Oyeron otra fuerte explosión proveniente del otro lado del bosque.
—¿Qué tal si seguimos? —propuso Ron.
Harry lo vio dirigir una mirada inquieta a Hermione.
-Tanto te
preocupabas por ella y aun así tardaste siete años en decidirse hacerse novios-
comento Charlie- en verdad que eres lento Ronie.
-Si ya lo
sé- agrego Ron sonrojado- pero además tú no puedes decirme nada, ni siquiera
novia tienes.
-Pero comparado
contigo en mis tiempos de escuela estoy mejor- le rebatió.
-Claro
que no
-Claro
que si- aseguro el pelirrojo mayor- por ejemplo antes de salir de Hogwarts era
novio de Nymphadora- soltó el chico provocando una reacción de disgusto de
parte de Remus y una sonrisa burlona de Sirius que noto dicha reacción.
-ha ¿es
que éramos novios?- interrogo la metamorfomaga- hasta hoy me entero que lo
éramos- agrego queriendo molestar a su amigo provocando unas tremendas risas de
los gemelos.
-¿Cómo
puedes decir eso?- le pregunto Charlie, medio en broma y medio ofendido
-Tal vez
porque el 80 o 90 por ciento del tiempo siempre hablabas de tu fascinación por
los dragones y los estudiaos que arias al salir del colegio.
-Si
bueno, ahora estoy muy enfocado en mi trabajo, es lo que más me gusta- acepto
el chico dando sus motivos por los cuales ya no tenía citas plasmando una
sonrisa alegre en el rostro- pero en eso días también hacíamos otras cosas,
como paseos y hasta nos besábamos, eso el algo- se defendió, sin borrar su
sonrisa.
-Sí, pero
tampoco era mucho- le aseguro- no es para herir tu ego masculino, pero si lo
comparo he llegado más lejos con Remus en un par de días que contigo en esos
meses de “noviazgo”
Esa
declaración dejo petrificados a más de uno de los presentes, Remus se sonrojo
notablemente sintiendo las miras de docenas de los presentes sobre él, si bien
era cierto que su relación parecía ser un poco más cercana que las de él (ya
que dormían en la misma cama), esas palabras sin duda sacarían todo de proporción
y harían que pensaran más de la cuenta. Sirius alternaba la vista entre su
amigo su sobrina pensando justo lo que
el castaño temía que pensaran, por otro lado algunas chicas y la propia madre
de Nymphadora la observaban sin poder creerlo que oían.
-¿Qué?-
pregunto la peli rosa aun sin darse cuenta aun de su desliz verbal.
Nymphadora-
comenzó Andrómeda- con exactitud ¿qué tan lejos han llegado tú y Remus?- le
pregunto.
-Pero
que…- comenzó la metamorfomaga reflexionando sobre la pregunta de su madre y
recordando lo que acababa de decir, en cuanto noto lo que podría significar su
rostro y cabello se volvieron de un rojo muy intenso- ha no, no es lo que crees
madre- respondió de inmediato- no es lo que quise decir… es que bueno… yo…
hay no me haga caso madre, solo estoy de habladora-pero esa respuesta no
convenció a muchos
-Pues yo
no creo que solo estés de hablador- le pico Charlie sorprendido.
-Pues así
es- le aseguro la joven sin saber que
más agregar a su defensa.- Sirius continua
-A mí me
gusta molestarlos, pero siempre es mejor cuando
ponen la cuerda en el cuello ustedes solos
-¡Sirius!-
dijeron Dora y Remus, este último recuperando el habla después de la impresión
intentando que su amigo dejara de atizar el fuego.
-Ya voy…
ya voy…- dijo el animago, por lo menos eso ayuda a que se relajara un poco la
tensión.
Tal vez fuera cierto lo que Malfoy les había dicho. Tal vez Hermione
corría más peligro que ellos. Reemprendieron la marcha. Harry seguía
revolviendo en los bolsillos, aunque sabía que la varita no estaba allí.
Siguieron el oscuro camino internándose en el bosque más y más,
todavía tratando de encontrar a Fred, George y Ginny. Pasaron junto a unos
duendes que se reían a carcajadas, reunidos alrededor de una bolsa de monedas
de oro que sin duda habían ganado apostando en el partido,
-Sí,
nuestro dinero que ese infeliz de ludo nos robó- dijo por lo bajo Fred a su
hermano que asentía disimuladamente.
Y que no parecían dar ninguna importancia a lo que ocurría en el
cámping.
-Por supuesto que no, a ellos no les
interesaría algo si no es afecta directamente- aseguro Bill.
Poco después llegaron a una zona iluminada por una luz plateada, y al
mirar por entre los árboles vieron a tres veelas altas y hermosas de pie en un
claro del bosque, rodeadas por un grupo de jóvenes magos que hablaban a voces.
-Me
imagino que es lo que estagá pasando- comento Fleur, suponía que esas veelas
estaban encantando a esos tipos como ella había hecho en alguna ocasión con
alguien que le interesaba.
—Yo gano cien bolsas de galeones al año —gritaba uno de ellos—. Me
dedico a matar dragones a cuenta de la Comisión para las Criaturas Peligrosas.
-Si
claro, como si fuera tan fácil matar a un dragón- escupió Charlie- si se
necesita media doce de ellos solo para aturdirlos.
—De eso nada —le gritó su amigo—: tú te dedicas a lavar platos en el
Caldero Chorreante. Pero yo soy cazador de vampiros. Hasta ahora he matado a
unos noventa...
-Eso es
tal ilógico como lo que dijo el primero- aseguro Deán- en verdad esas veelas sí
que lo están alterando
Un tercer joven, cuyos granos eran visibles incluso a la tenue luz
plateada que emitían las veelas, lo cortó:
—Yo estoy a punto de convertirme en el ministro de Magia más joven de
todos los tiempos.
-Y ese de
plano se fue hasta los extremos- exclamo George- cielos, como es nosotros no
vimos a esos idiotas- agrego haciendo que Ron bajara la cabeza, pues él también
había participado en la extraña puja.
A Harry le hizo mucha gracia porque reconoció al de los granos. Se llamaba
Stan Shunpike, y en realidad era cobrador en un autobús de tres pisos llamado
autobús noctámbulo.
-Ese
mocoso- exclamo Gideon- si el daría un brazo porque algo interesante le
ocurriera.
-El diría
cualquier cosa en cualquier momento solo para hacerse el importante- agregó
Fabián mientras que Harry le concedía la razón absoluta, justamente gracias
a eso es por lo que termino recluido en
Azkabán.
Se volvió para decírselo a Ron, pero vio que éste había adoptado una
extraña expresión relajada, y un segundo después su amigo decía en voz muy
alta:
—¿Os he contado que he inventado una escoba para ir a Júpiter?
Los dos
pares de gemelos y los bromistas soltaron carcajadas por la intervención del
pelirrojo (que tenía el rostro totalmente rojo) mientras que sus hijos lo veían
entre divertidos y asombrados.
-Parece
que esas veelas te afectaron más a ti que a Harry- comento Ted.
— ¡Lo que hay que oír! —exclamó Hermione con un resoplido, y entre
ella y Harry agarraron firmemente a Ron de los brazos, le dieron media vuelta y
siguieron caminando. Para cuando las voces de las veelas y sus tres admiradores
se habían apagado, se encontraban en lo más profundo del bosque. Estaban solos,
y todo parecía mucho más silencioso.
Harry miró a su alrededor.
—Creo que podríamos aguardar aquí. Podemos oír a cualquiera a un
kilómetro de distancia.
-Bien,
eso les permitiría poder reaccionar ante algún peligro, o al menos lo podrías hacer si tuvieras tu
varita- les alabo/reclamo Alastor por su decisión.
-No creo
que sea momento de recriminarles nada- atajo Lily quien como James aún estaba
un tanto preocupada de que su hijo no tuviera con que defenderse.
Apenas había acabado de decirlo cuando Ludo Bagman salió de detrás de
un árbol, justo delante de ellos.
Incluso a la débil luz de las dos varitas, Harry pudo apreciar que
Bagman estaba muy cambiado. Había perdido su aspecto alegre, su rostro ya no
tenía aquel color sonrosado y parecía como si le hubieran quitado los muelles
de los pies. Se lo veía pálido y tenso.
-Después de taparse con ese par de duendes lo extraño es que estuviera tranquilo- comentó por lo bajo
George.
-No es
extraño que se fugara cuando perdió la puesta el torneo- agrego Fred.
— ¿Quién está ahí? —dijo pestañeando y tratando de distinguir sus
rostros—. ¿Qué hacéis aquí solos?
Se miraron unos a otros, sorprendidos.
-No tiene
idea de lo que está pasando- dijo con impresión Alice-pues que se supone que
estaba haciendo es tipo
-Digamos
que tenía otras preocupaciones personales- respondió Harry.
—Bueno, en el campamento hay una especie de disturbio —explicó Ron.
Bagman lo miró.
—¿Qué?
—El cámping. Unos cuantos han atrapado a una familia de muggles...
Bagman lanzó un juramento.
—¡Maldición! —dijo, muy preocupado, y sin otra palabra desapareció
haciendo « ¡plin!».
-Valla,
sí que es valiente- ironizo Frank- sin duda aparecerá después sin tener idea
siquiera de cuál es la situación.
—No se puede decir que el señor Bagman esté a la última, ¿verdad?
—observó Hermione frunciendo el entrecejo.
—Pero fue un gran golpeador —puntualizó Ron, que salió del camino para
dirigirse a un pequeño claro; se sentó en la hierba seca, al pie de un árbol—.
Las Avispas de Wimbourne ganaron la liga tres veces consecutivas estando él en
el equipo.
-Pero no
al final no le fue de gran ayuda- comento Bill- la verdad es que tenía muchos
defectos de personalidad.
Sirius
narro como Ron sacaba su miniatura Krum mientras Harry prestaba atención a los
ruidos del camping, todo parecía tranquilo.
—Espero que los otros estén bien —dijo Hermione después de un rato.
—Estarán bien —afirmó Ron.
—¿Te imaginas que tu padre atrapa a Lucius Malfoy? —dijo Harry,
sentándose al lado de Ron y contemplando la desgarbada miniatura de Krum sobre
las hojas caídas en el suelo—. Siempre ha dicho que le gustaría pillarlo.
-Aunque
resultaría difícil tomando en cuenta el trabajo que tenía el abuelo en ese
tiempo- comento Hugo.
-Aun así
hay muchas otras forma en que podría conseguirlo- aseguro Rose.
Lucius
por su parte tenía el impulso de soltar un comentario despectivo en contra del
señor Weasley, pero aún tenía muy presente los ataques que sufrió cuando apenas
comenzaban los libros, el miedo de que la escena se volviera a repetir era lo
que mantenía su lengua bajo control, por ahora.
—Eso borraría la sonrisa de satisfacción de la cara de Draco —comentó
Ron.
-Pero eso
no sería tan simple- dijo Draco, en ese tiempo el que su padre logro escapar
era motivo de orgullo, pero ahora se pregunta si eso fue lo mejor que pudo
pasar.
—Pero esos pobres muggles... —dijo Hermione con nerviosismo—. ¿Y si no
pueden bajarlos?
—Podrán —le aseguró Ron—. Hallarán la manera.
—Es una idiotez hacer algo así cuando todo el Ministerio de Magia está
por allí —declaró Hermione—. Lo que
quiero decir es que ¿cómo esperan salirse con la suya? ¿Creéis que habrán
bebido, o simplemente...?
-Ciertamente
no pensaban claramente lo que hacían- dijo Frank- los riesgos son muchos solo
para crear desastre sin sentido.
-Podrían
tener algún tipo de plan detrás de sus acciones- pregunto Alice un tanto
preocupada después de reflexionar en las palabras de su esposo.
-No
parece posible- aseguro Kingsley- no sin su maestro que los dirija, no sería
prudente para ellos actuar.
Pero de repente dejó de hablar y miró por encima del hombro. Harry y
Ron se apresuraron a mirar también. Parecía que alguien se acercaba hacia ellos
dando tumbos. Esperaron, escuchando el sonido de los pasos descompasados tras
los árboles. Pero los pasos se detuvieron de repente.
La
tensión que se había relajado hace unos momento regreso de golpe, entre la
situación que Vivian, y la suerte de eso jóvenes de estar presentes en esos
incidentes, se esperaban lo peor al escuchar a un individuo que se encontraba
cerca de ellos.
— ¿Quién es? —llamó Harry.
Sólo se oyó el silencio. Harry se puso en pie y miró hacia el árbol.
Estaba demasiado oscuro para ver muy lejos, pero tenía la sensación de que
había alguien justo un poco más allá de donde llegaba su visión.
Todos
aguardaban impacientes, esperaban verdaderamente que nada malo ocurriera, sobre
todo porque la marca tenebrosa se había vuelto un sinónimo de muerte en el
tiempo de la primera generación.
— ¿Quién está ahí? —preguntó.
Y entonces, sin previo aviso, una voz diferente de cualquier otra que
hubieran escuchado en el bosque desgarró el silencio. Y no lanzó un grito de
terror, sino algo que parecía más bien un conjuro:
— ¡MORSMORDRE!
-Es él-
exclamo Lily lo que todos habían descubierto en ese momento- fue el quien
invoco la marca tenebrosa.
-siempre
son ustedes- dijo la profesora McGonagall por sobre los murmullos- no importa
lo que ocurra siempre tienen que estar ustedes tres presentes.
Algo grande, verde y brillante salió de la oscuridad que los ojos de
Harry habían intentado penetrar en vano, y se levantó hacia el cielo por encima
de las copas de los árboles.
Sirius
leyó a aparición de la marca tenebrosa que se levantaba por encima de las copas
de los aboles, mientras Harry iba describiéndola.
De pronto, el bosque se llenó de gritos. Harry no comprendía por qué,
pero la única causa posible era la repentina aparición de la calavera,
-No solo
es por eso- aseguro James- hay toda una historia detrás de esa calavera-
aseguro.
Que ya se había elevado lo suficiente para iluminar el bosque entero
como un horrendo anuncio de neón. Buscó en la oscuridad a la persona que había
hecho aparecer la calavera, pero no vio a nadie.
-Solo un
idiota se quedaría después de haber invocado la marca de esa manera- aseguro
Alice.
— ¿Quién está ahí? —gritó de nuevo.
—¡Harry, vamos, muévete! —Hermione lo había agarrado por la parte de
atrás de la chaqueta, y tiraba de él.
-No
sabías nada hacer de esa marca verdad papá- dijo Albus.
-No,
nunca me preocupe de investigar de algo así- le dijo Harry.
-Siendo
alguien que esta tan metido en todo ese alboroto me parecería obvio que
investigaras más sobre el tema- dijo Seamus.
-Que
puedo decir, no es mucho mi estilo- dijo sin darle mayor importancia el
azabache.
— ¿Qué pasa? —preguntó Harry, sobresaltándose al ver la cara de ella
tan pálida y aterrorizada.
—¡Es la Marca Tenebrosa, Harry! —gimió Hermione, tirando de él con
toda su fuerza—. ¡El signo de Quien-tú-sabes!
—¿El de Voldemort?
—¡Vamos, Harry!
-deben de
irse de ahí cuanto antes- aseguro Andrómeda- pronto ese lugar se llenara de
magos del ministerio, y podría ser peligroso para ustedes- apremio la mujer.
Harry se volvió, mientras Ron recogía a toda prisa su miniatura de
Krum, y los tres se dispusieron a cruzar el claro. Pero tan sólo habían dado
unos pocos pasos, cuando una serie de ruiditos anunció la repentina aparición,
de la nada, de una veintena de magos que los rodearon.
-o
maldita sea- exclamaron Lily y Molly, ya fueran los mortifagos u hombres del
ministerio eso solo les traería problemas a los pobres chicos que nada tenían
que ver en todo eso.
Harry paseó la mirada por los magos y tardó menos de un segundo en
darse cuenta de que todos habían sacado la varita mágica y que las veinte
varitas los apuntaban.
-Muy
hábil jovencito, no por nada has logrado salir victorioso de tantas situaciones
mortales- aseguro Alastor mostrando nuevamente su completa falta de tacto al
tocar un tema tan delicado para las madres de los chicos.
Sin pensarlo más, gritó:
— ¡AL SUELO! —y, agarrando a sus dos amigos, los arrastró con él sobre
la hierba.
—¡Desmaius! —gritaron las veinte voces.
Hubo una serie de destellos cegadores, y Harry sintió que el pelo se
le agitaba como si un viento formidable acabara de barrer el claro. Al levantar
la cabeza un centímetro, vio unos chorros de luz roja que salían de las varitas
de los magos, pasaban por encima de ellos, cruzándose, rebotaban en los troncos
de los árboles y se perdían luego en la oscuridad.
-Se
libraron por muy poco- dijo con cierto alivio James- ya verán esos malditos si
los llego a ver.
-Pero ni
siquiera sabeos quienes los atacaron- dijo Sirius uniéndose a la supuesta
vendetta del pelinegro.
-Eso no
importa Sirius, después lo averiguaremos- le dijo sin importar lo incoherente
que se escuchaba.
— ¡Alto! —gritó una voz familiar—. ¡ALTO! ¡Es mi hijo!
-Gracias
a dios ya los encontraste- dijo la señora Weasley sintiendo alivio, ese debía
de ser su marido.
El pelo de Harry volvió a asentarse. Levantó un poco más la cabeza. El
mago que tenía delante acababa de bajar la varita. Al darse la vuelta vio al
señor Weasley, que avanzaba hacia ellos a zancadas, aterrorizado.
—Ron... Harry... —Su voz sonaba temblorosa—. Hermione... ¿Estáis bien?
-Falto
muy poco, pero fortuna si, están bien- dijo James “S”- deberían de tener más
cuidado.
—Apártate, Arthur —dijo una voz fría y cortante.
Era el señor Crouch. Él y los otros magos del Ministerio estaban
acercándose. Harry se puso en pie de cara a ellos. Crouch tenía el rostro
crispado de rabia.
—¿Quién de vosotros lo ha hecho? —dijo bruscamente, fulminándolos con
la mirada—. ¿Quién de vosotros ha invocado la Marca Tenebrosa?
-pero que
se cree ese idiota- espeto de inmediato James- como se le puede ocurrir que
alguno de ellos pudiera invocar la marca tenebrosa.
-Crouch
solía ser muy eficiente en el ministerio- comento Kingsley- pero fuera de ahí
su personalidad dejaba mucho que desear, pocos magos se acercaban a él sin que
tuviera la necesidad de pedirle algo.
-ya verán
un poco más de cómo es en verdad Crouch conforme avancemos- sentencio Hermione,
si bien no solía hablar mal de los muertos, el recordar aquel día y como trato
a Winky revivo momentáneamente ese enojo.
— ¡Nosotros no hemos invocado eso! —exclamó Harry, señalando la
calavera.
—¡No hemos hecho nada! —añadió Ron, frotándose el codo y mirando a su
padre con expresión indignada—. ¿Por qué nos atacáis?
-Por
desesperación, sin duda fue lo primero que pensaron- dijo Frank.
-Si es
que pensaron- agrego Alice- ellos solo atacaron sin sabes siquiera lo que
ocurrió en verdad.
— ¡No mienta, señor Potter! —gritó el señor Crouch. Seguía apuntando a
Ron con la varita, y los ojos casi se le salían de las órbitas: parecía
enloquecido—. ¡Lo hemos descubierto en el lugar del crimen!
—Barty... —susurró una bruja vestida con una bata larga de lana—. Son
niños, Barty. Nunca podrían haberlo hecho...
-Bueno,
al menos hay alguien con lógica en ese grupo- comento James.
-De hecho
nadie pensaba que nosotros fuimos quienes invocamos la marca- le aseguro Harry-
solo Crouch lo hizo, a y solo por un momento alguien más lo pensó pero es algo
sin importancia- agrego recordando al padre de Cedric mientras le mandaba una
mirada disimulada.
—Decidme, ¿de dónde ha salido la Marca Tenebrosa? —preguntó
apresuradamente el señor Weasley.
—De allí —respondió Hermione temblorosa, señalando el lugar del que
había partido la voz—. Estaban detrás de los árboles. Gritaron unas palabras...
un conjuro.
—¿Conque estaban allí? —dijo el señor Crouch, volviendo sus
desorbitados ojos hacia Hermione, con la desconfianza impresa en cada rasgó del
rostro—. ¿Conque pronunciaron un conjuro? Usted parece muy bien informada de la
manera en que se invoca la Marca Tenebrosa, señorita.
-Pero que
hombre más idiota- exclamo Bill- como fue que tú lo seguías tan ciegamente
Percy.
-Yo, no
lo sé, en verdad no lo sé- aseguró el pelirrojo con evidente pesadez, para
todos parecía evidente que ahí había una historia de fondo, algo más profundo.
Pero, aparte del señor Crouch, ningún otro mago del Ministerio parecía
creer ni remotamente que Harry, Ron y Hermione pudieran haber invocado la
calavera.
-Solo eso
faltaría- exclamo Ted- pero me temo que para ese momento no podrán encontrar al
responsable.
Por el contrario, después de oír a Hermione habían vuelto a alzar las
varitas y apuntaban a la dirección a la que ella había señalado, tratando de
ver algo entre los árboles.
—Demasiado tarde —dijo sacudiendo la cabeza la bruja vestida con la
bata larga de lana—. Se han desaparecido.
Todos
hicieron una mueca de disgusto, aun cuando sabían que se trataba de un
mortifago esperaban descubrir quien era, y más importante aún, que lo pudieran
atrapar de una vez por todo, algo que esperaban hubieran logrado con los otros
mencionados.
—No lo creo —declaró un mago de barba escasa de color castaño. Era
Amos Diggory, el padre de Cedric—. Nuestros rayos aturdidores penetraron en
aquella dirección, así que hay muchas posibilidades de que los hayamos
atrapado...
-bueno,
al menos ya dejo sus comentarios a un lado- comento Cedric esperando ya o pasar
más vergüenzas con su padre, por otro lado los miembros del trio solo vieron al
chico imaginando su reacción cando su padre volviera a las andadas.
— ¡Ten cuidado, Amos! —le advirtieron algunos de los magos cuando el
señor Diggory alzó la varita, fue hacia el borde del claro y desapareció en la
oscuridad.
Hermione se llevó las manos a la boca cuando lo vio desaparecer.
Al cabo de unos segundos lo oyeron gritar:
—¡Sí! ¡Los hemos capturado! ¡Aquí hay alguien! ¡Está inconsciente!
Es... Pero... ¡caray!
—¿Has atrapado a alguien? —le gritó el señor Crouch, con tono de
incredulidad—. ¿A quién? ¿Quién es?
Todos los
presentes (a excepción los que conocían la historia) aguardaban expectantes que
en verdad pudieran haber atrapado al responsable y que pronto sabrían su
identidad, grande seria su decepción.
Oyeron chasquear ramas, crujir hojas y luego unos pasos sonoros hasta
que el señor Diggory salió de entre los árboles. Llevaba en los brazos a un ser
pequeño, desmayado. Harry reconoció enseguida el paño de cocina. Era Winky.
El señor Crouch no se movió ni dijo nada mientras el señor Diggory
depositaba a la elfina en el suelo, a sus pies. Los otros magos del Ministerio
miraban al señor Crouch, que se quedó paralizado durante unos segundos, muy
pálido, con los ojos fijos en Winky.
-Oh
vamos- exclamo Marlene- ahora la tomaran contra ella, es mucho más ilógico
pensar que Winky fue la que invoco la marca.
-Los del
ministerio son unos idiotas- aseguro Sirius apoyándola.
-¿Lo
dieces porque en verdad lo piensas, o solo porque quieres quedar bien con Marlene?-
le interrogo Remus.
-Digamos
que cincuenta a cincuenta- respondió Sirius- solo espero que Winky pueda darles
información importante, que quizás haya visto al responsable- los miembros de
trio se vieron entre ellos.
Luego pareció despertar.
—Esto... es... imposible —balbuceó—. No...
Rodeó al señor Diggory y se dirigió a zancadas al lugar en que éste
había encontrado a Winky.
—¡Es inútil, señor Crouch! —dijo el señor Diggory—. No hay nadie más.
-Eso es
lo que cree- exclamo Ron sin contenerse, lo que solo aviva la curiosidad de los
oyentes que suponían que no recibirían una respuesta directa s les preguntaban
que quería decir con eso.
Pero el señor Crouch no parecía dispuesto a creerle. Lo oyeron moverse
por allí, rebuscando entre los arbustos.
Los del
trio no podían dejar de pensar en esos detalles ocultos que después Barty
Crouch Jr. le confeso en presencia de Harry y después les platico a sus amigos,
haber estado tan cerca de todo y no haber podido hacer nada, era lo que
pensaban.
—Es un poco embarazoso —declaró con gravedad el señor Diggory, bajando
la vista hacia la inconsciente Winky—. La elfina doméstica de Barty Crouch...
Lo que quiero decir...
—Déjalo, Amos —le dijo el señor Weasley en voz baja—. ¡No creerás de
verdad que fue la elfina! La Marca Tenebrosa es una señal de mago. Se necesita
una varita.
-Eso es
verdad-apoyo Albus- demás debería de saber cuál es el conjuro, y dudo que
muchas personas lo conozcan.
-Solo
están perdiendo el tempo con todo eso- agrego Rose.
—Sí —admitió el señor Diggory—. Y ella tenía una varita.
—¿Qué? —exclamó el señor Weasley.
—Aquí, mira. —El señor Diggory cogió una varita y se la mostró—. La
tenía en la mano. De forma que, para empezar, se ha quebrantado la cláusula
tercera del Código de Usó de la Varita Mágica: «El uso de la varita mágica no
está permitido a ninguna criatura no humana.»
-Pero como pueden estar seguros de que fue quien la
uso- salto de inmediato rose- el que tuviera la varita en verdad no quiere
decir absolutamente nada.
-No, pero
lo que sí es innegable es que eres una digna hija de tu madre- le dijo ron
consiguiendo un leve sonrojo de en su hija, esa declaración era tan parecida a
la Hermione pudiera utilizar
Entonces oyeron otro «¡plin!», y Ludo Bagman se apareció justo al lado
del padre de Ron. Parecía despistado y sin aliento. Giró sobre sí mismo,
observando con los ojos desorbitados la calavera verde.
— ¡La Marca Tenebrosa! —Dijo, jadeando, y casi pisa a Winky al
volverse hacia sus colegas con expresión interrogante—. ¿Quién ha sido? ¿Los
habéis atrapado? ¡Barty! ¿Qué sucede?
-En buen
momento aparece- comento Frank- y como supuse, ni siquiera sabe lo que ha
ocurrido.
-La
verdad no creo que alguien como él sea útil en ese momento- aseguro Alice.
-Aun así
me pregunto a donde habrá ido después de desaparecer- dijo Marlene- no creo que
fuera en un lugar cercano.
-Vamos,
no pensaras que fue el que invoco la marca- atajo Sirius.
-No, la
verdad no creo que tenga la capacidad para hacerlo- aseguro la rubia- pero es
más que evidente que se trae algo misterioso e inclusive turbio.
El señor Crouch había vuelto con las manos vacías. Su cara seguía
estando espectralmente pálida, y se le había erizado el bigote de cepillo.
—¿Dónde has estado, Barty? —le preguntó Bagman—. ¿Por qué no estuviste
en el partido? Tu elfina te estaba guardando una butaca...
-Su
asiento- exclamo Deán- no cree que hay cosas más importantes que arreglar que
eso.
¡Gárgolas tragonas! —Bagman acababa de ver a Winky, tendida a sus
pies—. ¿Qué le ha pasado?
—He estado ocupado, Ludo —respondió el señor Crouch, hablando aún como
a trompicones y sin apenas mover los labios—. Hemos dejado sin sentido a mi
elfina.
-pobre
criatura, estaba en un mal lugar en el peor momento- comento Angelina.
— ¿Sin sentido? ¿Vosotros? ¿Qué quieres decir? Pero ¿por qué...?
De repente, Bagman comprendió lo que sucedía. Levantó la vista hacia
la calavera, luego la bajó hacia Winky y terminó dirigiéndola al señor Crouch.
-bueno,
por lo menor logro percibir algo del problema- comento Andrómeda- aunque al
final de cuentas eso no arregla nada.
— ¡No! —dijo—. ¿Winky? ¿Winky invocando la Marca Tenebrosa? ¡Ni
siquiera sabría cómo hacerlo! ¡Para empezar, necesitaría una varita mágica!
—Y tenía una —explicó el señor Diggory—. La encontré con una varita en
la mano, Ludo. Si le parece bien, señor Crouch, creó que deberíamos oír lo que
ella tenga que decir.
-bueno,
eso podría esclarecer algunas cosas siempre y cuando lo hagan bien- aseguro
Charlie- porque no creo que culpándola de cosas sea el mejor método.
-los
magos en ocasiones pueden ser muy injustos con esas pobres criaturas- apoyo
Hagrid teniendo el recuerdo del hipogrifo de la vez anterior.
Crouch no dio muestra de haber oído al señor Diggory, pero éste
interpretó su silencio como conformidad. Levantó la varita, apuntó a Winky con
ella y dijo:
—¡Enervate!
-Espero
que mi padre no se exceda en su interrogatorio- dijo Cedric, nunca le importo
mucho la forma en que su padre desempeñaba su trabajo, peo en ese momento
estaba muy cerca de muchos que verían con malos ojos la forma en que trataban a
los elfos.
Sirius
leyó como Winky se incorporó frente a todos sentándose en el suelo, solo para
levantar la vista al rostro del señor Diggory y después a la calavera para
terminar viendo a la multitud asustada y
estallando en sollozos de terror.
— ¡Elfina! —dijo severamente el señor Diggory—. ¿Sabes quién soy? ¡Soy
miembro del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas!
-Eso la
pondrá aún más nerviosa- comento Sirius
recordando las palabras de la elfina en el capítulo anterior.
Winky se balanceó de atrás adelante sobre la hierba, respirando
entrecortadamente. Harry no pudo menos que acordarse de Dobby en sus momentos
de aterrorizada desobediencia.
—Como ves, elfina, la Marca Tenebrosa ha sido conjurada en este lugar
hace tan sólo un instante —explicó el señor Diggory—. ¡Y a ti te hemos
descubierto un poco después, justo debajo! ¡Si eres tan amable de darnos una
explicación...!
-pues su
tono de voz no parecía darle a ella la amabilidad que él solicitaba- aseguro
Hermione en reproche.
— ¡Yo... yo... yo no lo he hecho, señor! —repuso Winky jadeando—. ¡Ni
siquiera hubiera sabido cómo hacerlo, señor!
— ¡Te hemos encontrado con una varita en la mano! —gritó el señor
Diggory, blandiéndola ante ella.
-Y hasta ahí llego la buena imagen-
agrego Rose- en verdad que no sabe tratar bien a los demás.
-Bueno,
en parte diría que si- comento Scorpius- digo, esa no es forma de presentarse
para un elfo doméstico, pero tal vez sea necesario para un duende o alguna
criatura similar.
-Sí, esos
condenados son tan crueles como los que más- apoyo Sirius.
Cuando la luz verde que iluminaba el claro del bosque procedente de la
calavera dio de lleno en la varita, Harry la reconoció.
—¡Eh... es la mía! —exclamo.
-¡¿Qué?!-
exclamaron varias voces a la vez sorprendidos.
-Ósea que
es tipo utilizo tu varita para invocar la marca- exclamo James- pero cómo fue
posible, no se suponía que se te había caído en algún lado.
-Tal vez
ese mago la encontró tirada y decidió utilizarla en lugar de la suya- trato de
explicar Sirius.
-También
está la posibilidad de que se la hayan quitado en algún momento- intervino
Alastor- muy astuto al no utilizar su propia varita.
-Pero eso
no es un poco excesivo Alastor- intervino Frank- digo, seria demasiada
coincidencia que de entre tantos magos haya sido a Harry a quien se la robo, y
sobre todo en qué momento.
-En qué
momento, en cualquier momento en que no estuvieran alerta- alego el auror- y
además hablas como si esos chicos no vivan entre coincidencias de ese tipo todo
el tempo.
-En eso
tiene razón papá- concedió Neville- parece que las cosas siempre ocurren de la
forma precisa para involucrarlos.
-Pero eso
solo complica las cosas intervino Lily- ahora será más difícil saber quién fue
el que invoco la marca, pero por lo menos Harry pudo recuperar su varita.
-Si es
que se la regresan.
-Verdaderamente
no se cometió un crimen con ella- salto Arthur- no tendrá por qué retenerle la
varita y mucho menos dejaría que se la quedaran.
-Gracias-
dijeron James, Lily y Harry al mismo tiempo.
Todo el mundo lo miró.
—¿Cómo has dicho? —preguntó el señor Diggory, sin dar crédito a sus
oídos.
—¡Que es mi varita! —dijo Harry—. ¡Se me cayó!
—¿Que se te cayó? —Repitió el señor Diggory, extrañado—. ¿Es eso una
confesión? ¿La tiraste después de haber invocado la Marca?
-Hay
papá- exclamo de inmediato Cedric mientras varios de los presentes volteaban
los ojos., en verdad que en ocasiones su padre se sobrepasaba con sus cosas-
Harry, en verdad lo siento, es que mi padre es muy…- no supo que más agregar.
-Descuida,
no hay problema- le restó importancia Harry.
— ¡Amos, recuerda con quién hablas! —Intervino el señor Weasley, muy
enojado—. ¿Te parece posible que Harry Potter invocara la Marca Tenebrosa?
—Eh... no, por supuesto —farfulló el señor Diggory—. Lo siento... Me
he dejado llevar.
Todos
vetearon los ojos con cierta exasperación por la actitud del hombre.
—De todas formas, no fue ahí donde se me cayó —añadió Harry, señalando
con el pulgar hacia los árboles que había justo debajo de la calavera—. La eché
en falta nada más internarnos en el bosque.
-Pero
verdaderamente no sabe el momento exacto en que dejo de tenerla en su poder-
alego Alastor.
-¿Aun
piensas que se la pudieron haber robado?- comento Dora viendo al hombre.
-Por
supuesto que sí, nunca se puede ser demasiado precavido, más vale que aprendas
eso- le dijo como si fuera su alumna en la academia de aurores.
—Así que —dijo el señor Diggory, mirando con severidad a Winky, que se
había encogido de miedo— la encontraste tú, ¿eh, elfina? Y la cogiste y
quisiste divertirte un rato con ella, ¿eh?
-Con esa
mentalidad tan reducida no me sorprende que aun haya mortifagos sueltos por ahí
espeto Alastor.
-Y al
mismo tiempo algunos inocentes tienen que soportar las consecuencias de sus
errores agrego con molestia Sirius, obviamente refiriendo a su sentencia en
Azkabán.
-Ya
olvídalo, no dejaremos que nada de eso ocurra- le aseguro Marlene pasando un
brazo por su cintura.
— ¡Yo no he hecho magia con ella, señor! —chilló Winky, mientras las
lágrimas le resbalaban por ambos lados de su nariz, aplastada y bulbosa—.Yo...
yo... yo sólo la cogí, señor! ¡Yo no he conjurado la Marca Tenebrosa, señor, ni
siquiera sabría cómo hacerlo!
—¡No fue ella! —intervino Hermione. Estaba muy nerviosa por tener que
hablar delante de todos aquellos magos del Ministerio, pero lo hacía con
determinación—. ¡Winky tiene una vocecita chillona, y la voz que oímos
pronunciar el conjuro era mucho más grave! —Miró a Ron y Harry, en busca de
apoyo—. No se parecía en nada a la de Winky, ¿a qué no?
—No —confirmó Harry, negando con la cabeza—. Sin lugar a dudas, no era
la de un elfo.
—No, era una voz humana —dijo Ron.
-Ni
siquiera deberían de estarla defendiendo, es más que evidente que no podía ser
ella quien conjurara la marca- aseguro Ted.
—Bueno, pronto lo veremos —gruñó el señor Diggory, sin darles mucho
crédito—. Hay una manera muy sencilla de averiguar cuál ha sido el último
conjuro efectuado con una varita mágica. ¿Sabías eso, elfina?
-Sí, para
saber cuáles hechizos se utilizaron, pero no a aquellos que la utilizaron-
aseguro con molestia Lily.
Sirius
leyó como la elfina sacudía la cabeza de un lado para el otro mientras Amos
recitaba el hechizo Prior Incantato uniendo la punta de la varita con la de
Harry haciendo aparecer un reflejo de la calavera de un espeso humo gris.
Inevitablemente
a Harry se le vinieron recuerdo de aquella figuras incorpóreas que surgieron
durante su duelo contra Voldemort en el cementerio, lo que le hizo derramar una
lagrima que fue rápidamente limpiada por su puño, pero no con la velocidad
suficiente como para que Ginny no lo viera y tratar de darle animo rodeándolo
con sus brazos.
— ¡Deletrius! —gritó el señor Diggory, y la calavera se desvaneció en
una voluta de humo—. ¡Bien! —exclamó con una expresión incontenible de triunfo,
bajando la vista hacia Winky, que seguía agitándose convulsivamente.
—¡Yo no lo he hecho! —chilló la elfina, moviendo los ojos
aterrorizada—. ¡No he sido, no he sido, yo ni siquiera sabría cómo hacerlo!
¡Soy una elfina buena, no uso varita, no sé cómo se hace!
— ¡Te hemos atrapado con las manos en la masa, elfina! —gritó el
señor Diggory—. ¡Te hemos cogido con la
varita que ha obrado el conjuro!
Para ese
momento varios de los presentes ya estaban cansados de la insistencia del señor
Diggory, ya fuera por lo que habían estado escuchando las pruebas, porque no
consideraran que los elfos pudiera hacer un hechizo semejante o que eran como
Hermione que buscaban defenderlos, para nadie de los presentes parecía que
sirviera acusar a Winky de tan absurda forma.
—Amos —dijo en voz alta el señor Weasley—, piensa en lo que dices. Son
poquísimos los magos que saben llevar a cabo ese conjuro... ¿Quién se lo podría
haber enseñado?
-En ese
sentido solo el mismo Crouch- respondió Percy- y me parece que no estará feliz
cuando se percate de eso.
-Bueno,
tú lo conocías lo suficiente como para saber cómo reaccionaría- aseguro Gideon.
-Pero no
lo suficiente como para que pensaras mejor las cosas- agrego Fabián, pues en
ese tiempo los del trio parecían conocer más de Crouch que el pelirrojo que
trabajaba con él.
—Quizá Amos quiere sugerir que yo tengo por costumbre enseñar a mis
sirvientes a invocar la Marca Tenebrosa. —El señor Crouch había hablado
impregnando cada sílaba de una cólera fría.
Se hizo un silencio muy tenso. Amos Diggory se asustó.
-ahora si
le pondrán un freno a todas sus incoherencias- aseguro James con una media
sonrisa traviesa.
—No... no... señor Crouch, en absoluto...
—Te ha faltado muy poco para acusar a las dos personas de entre los
presentes que son menos sospechosas de invocar la Marca Tenebrosa: a Harry
Potter... ¡y a mí mismo! Supongo que conoces la historia del niño, Amos.
-Pero que
tipo- exclamó Cedric- no es por defender la locura de mi padre, pero fue él
quien trato de acusarlo en primer lugar.
-La
verdad es que ese Crouch no parece ser tan eficiente como todos dice- agrego en
apoyo James- la verdad es que esa forma en que esta reaccionado es muy sospechosa,
y no lo digo solo porque la tomo en contra de Harry.
-Opino lo
mismo, es muy curioso el cambio de actitud de Crouch- apoyo Remus.
—Por supuesto... Todo el mundo la conoce... —musitó el señor Diggory,
desconcertado.
—¡Y yo espero que recuerdes las muchas pruebas que he dado, a lo largo
de mi prolongada trayectoria profesional, de que desprecio y detesto las Artes
Oscuras y a cuantos las practican! —gritó el señor Crouch, con los ojos de
nuevo desorbitados.
-Si, en
un futuro todos sabrán hasta qué punto es capaz de llegar con tal de que su
imagen- aseguro Ron.
—Señor Crouch, yo... ¡yo nunca sugeriría que usted tuviera la más
remota relación con este incidente! —farfulló Amos Diggory. Su rala barba de
color castaño conseguía en parte disimular su sonrojo.
—¡Si acusas a mi elfina me acusas a mí, Diggory! —vociferó el señor
Crouch—. ¿Dónde podría haber aprendido la invocación?
-Se pone
así por esas estúpidas acusaciones sin sentido- comento Sirius- siento pena por
las personas que deban tenerlo como padre
esposo- argumento.
Unos
pocos el futuro se vieron entre ellos, en su época toda la familia directa de
Barty (esposa e hijo) estaba prácticamente muerta, pero sin duda, los tres
miembros de dicha familia tuvieron finales terribles.
—Po... podría haberla aprendido... en cualquier sitio...
—Eso es, Amos... —repuso el señor Weasley—. En cualquier sitio. Winky
—añadió en tono amable, dirigiéndose a la elfina, pero ella se estremeció como
si él también le estuviera gritando—, ¿dónde exactamente encontraste la varita
mágica?
-Una
forma completamente diferente para hablar con ella- comento Frank.
-Sin duda
ustedes si cuidarían como se debe a un elfo domestico- aseguro Alice.
-Si, como
si esos…
-Mejor no
digas nada- interrumpió Draco a su padre, y justo a tiempo pues los pelirrojos
solo esperaban que el rubio mayor terminara la oración.
Winky retorcía el dobladillo del paño de cocina tan violentamente que
se le deshilachaba entre los dedos.
—Yo... yo la he encontrado... la he encontrado ahí, señor... —susurró— Ahí... entre los árboles, señor.
— ¿Te das cuenta, Amos? —dijo el señor Weasley—. Quienesquiera que
invocaran la Marca podrían haberse desaparecido justo después de haberlo hecho,
dejando tras ellos la varita de Harry. Una buena idea, no usar su propia
varita, que luego podría delatarlos. Y Winky tuvo la desgracia de encontrársela
un poco después y de haberla cogido.
-Sería la
explicación más coherente de todas- aseguro Kingsley- aunque a pesar de eso
ella bien podría haber visto al culpable.
-Sí, pero
no dirá absolutamente nada- dijo por lo bajo Hermione.
— ¡Pero entonces ella tuvo que estar muy cerca del verdadero culpable!
—exclamó el señor Diggory, impaciente—. ¿Viste a alguien, elfina?
Winky comenzó a temblar más que antes. Sus enormes ojos pasaron
vacilantes del señor Diggory a Ludo Bagman, y luego al señor Crouch.
Ese acto
de la elfina resulto muy curioso para los más perspicaces, y si se le añadía
todo lo que los chicos del futuro hablaban sobre él era claro que tenía un
misterio más grade del que se veía a simple vista.
Tragó saliva y dijo:
—No he visto a nadie, señor... A nadie.
—Amos —dijo secamente el señor Crouch—, soy plenamente consciente de
que lo normal, en este caso, sería que te llevaras a Winky a tu departamento
para interrogarla. Sin embargo, te ruego que dejes que sea yo quien trate con
ella.
-No es
para hablar mal de tu padre- dijo Sirius viendo en dirección a Cedric- pero por
como lo veo ese Amos se acobardara.
-Si
bueno, sus posiciones en el ministerio son bastantes diferentes- acepto el
chico.
-En serio
tu ere hijo de Amos, tu actitud no se parece mucho a la de tu padre- comento
James.
-Sí, la
verdad es que dicen que me parezco mas a mi madre- respondió Cedric
-Igual
que Harry con la pelirroja, es curioso cómo pasan las cosas- aseguró Sirius
antes de retomar la lectura.
El señor Diggory no pareció tomar en consideración aquella sugerencia,
pero para Harry era evidente que el señor Crouch era un miembro del Ministerio
demasiado importante para decirle que no.
-La verdad
no se con quién le iría peor- comento Marlene, tanto uno como el otro serian
bastantes severos con la pobre elfina.
—Puedes estar seguro de que será castigada —agregó el señor Crouch
fríamente.
—A... a... amo... —tartamudeó Winky, mirando al señor Crouch con los
ojos bañados en lágrimas—. A... a... amo, se lo ruego...
El señor Crouch bajó la mirada, con el rostro tan tenso que todas sus
arrugas se le marcaban profundamente. No había ni un asomo de piedad en su
mirada.
-Tal vez
diga que pelear contra las artes oscuras- comenzó Ted- pero aun así me parece
que es una persona despreciable- termino.
Algunos
de los presentes (los que venían de padres magos principalmente) no podían
ver a los elfos domésticos mas como
simples sirvientes sin mayor importancia, sintieron algo de empatía con las
palabras del hombre.
—Winky se ha portado esta noche de una manera que yo nunca hubiera
creído posible —dijo despacio—. Le mandé que permaneciera en la tienda. Le
mandé permanecer allí mientras yo solucionaba el problema. Y me ha
desobedecido. Esto merece la prenda.
Hermione
apretó los puños molesta, en especial porque lo que le había ordenado era que
cuidara a su maldito hijo, alguien como Winky nunca usaría su poder en contra
de un mago como lo hizo Dobby con Lucius, es por eso que se vio arrastrada a
ese lugar y no se merecía el castigo.
— ¡No! —gritó Winky, postrándose a los pies del señor Crouch—. ¡No,
amo! ¡La prenda no, la prenda no!
Harry sabía que la única manera de liberar a un elfo doméstico era que
su amo le regalara una prenda de su propiedad. Daba pena ver la manera en que
Winky se aferraba a su paño de cocina sollozando a los pies de su amo.
-Es
asquerosos- exclamo de inmediato Hermione con molestia, ron la tomo por los
hombros para tranquilizarla, lo que no se le ocurrió hacer en su tiempo.
— ¡Pero estaba aterrorizada! —saltó Hermione indignada, mirando al
señor Crouch—. ¡Su elfina siente terror a las alturas, y los magos enmascarados
estaban haciendo levitar a la gente! ¡Usted no le puede reprochar que huyera!
-Ahí
perdiste el medo que sentías hace un momento- comento rose.
-Mi
molestia superaba a mi miedo con creses -respondió la castaña a su hija.
-Es
admirable chica, pero no creo que sirva de nada, sin duda ni siquiera se
molestara en escuchar tu reclamo- argumento Sirius mientras leía como se liberó
de forma grosera de Winky y e como no le servía para un sirviente que le
desobedecía mientras esta lloraba incontrolablemente.
Se hizo un silencio muy desagradable al que puso fin el señor Weasley
diciendo con suavidad:
—Bien, creo que me llevaré a los míos a la tienda, si no hay nada que
objetar.
-Creo que
será lo mejor, la verdad es que no servirá de nada que se queden ahí por más
tiempo- comento Ted.
-Además
deberían descansar para ir rápido a la madriguera- agregó Andrómeda- sin duda
cuando Molly se entere estará muy ansiosa.
Amos, esa varita ya no nos puede decir nada más. Si eres tan amable de
devolvérsela a Harry...
El señor Diggory se la devolvió a Harry, y éste se la guardó en el bolsillo.
-Y esta
vez procura tener mucho más cuidado con ella- le espeto de inmediato Alastor.
-Si lo
sé- aseguro el azabache.
—Vamos, vosotros tres —les dijo en voz baja el señor Weasley. Pero
Hermione no quería moverse. No apartaba la vista de la elfina, que seguía
sollozando—. ¡Hermione! —la apremió el señor Weasley. Ella se volvió y siguió a
Harry y a Ron, que dejaban el claro para internarse entre los árboles.
—¿Qué le va a pasar a Winky? —preguntó Hermione, en cuanto salieron
del claro.
-Sin duda
será despedida- comento Albus- al parecer eso le afectara demasiado, pero si se
recupera seria más fácil para ella buscar trabajo que Dobby.
-Sí, ella
no pediría que le dieran un pago, pero aun así no será algo tan fácil- agrego
Scorpius.
-Tal vez
Harry podría…
-No lo
creo cornamenta- le interrumpió Sirius- está bien que Harry la podría
contratar, pero la verdad creo que a mi ahijado le convendría tener a elfos que
se parezcan a Dobby, es mucho más su estilo.
-He
gracias- dijo Harry sin saber si su padrino insinuaba que era alguien aro o no.
—No lo sé —respondió el padre de Ron.
—¡Qué manera de tratarla! —dijo Hermione furiosa—. El señor Diggory,
sin dejar de llamarla «elfina»... ¡y el señor Crouch! ¡Sabe que no lo hizo y
aun así la va a despedir! Le da igual que estuviera aterrorizada, o alterada...
¡Es como si no fuera humana!
—Es que no lo es —repuso Ron.
-Hay Ron,
en verdad no sabes leer la situación o solo quieres excusas para discutir con
ella- exclamo Bill.
-Bueno,
pero es no son humanos- se defendió el pelirrojo.
-Pero
siempre hay una forma de decir las cosas, no puedes soltarte a decir cada
pensamiento de esa forma, es insensible- reitero Bill.
Hermione se le enfrentó.
—Eso no quiere decir que no tenga sentimientos, Ron. Da asco la
manera...
—Estoy de acuerdo contigo, Hermione —se apresuró a decir el señor
Weasley, haciéndole señas de que siguiera adelante—, pero no es el momento de
discutir los derechos de los elfos. Me gustaría que estuviéramos de vuelta en
la tienda lo antes posible. ¿Qué ocurrió con los otros?
—Los perdimos en la oscuridad —explicó Ron—. Papá, ¿por qué le
preocupaba tanto a todo el mundo aquella cosa en forma de calavera?
—Os lo explicaré en la tienda —contestó el señor Weasley con cierto
nerviosismo.
-No será
una conversación agradable- comento el señor Weasley.
Sirius
leyó como al llegar al final del bosque una gran cantidad de personas se
acercaron al pelirrojo preguntando gran cantidad de coas, mientras el decía que
no pudieron atrapar al que invoco la marca y asegurar que no se trataba de
Voldemort. continuo narrando como se abrieron paso por la multitud hasta llegar
al camping que ya estaba en calma, pero claro, con algunas tiendas destruidas.
Charlie asomaba la cabeza fuera de la tienda de los chicos.
—¿Qué pasa, papá? —le dijo en la oscuridad—. Fred, George y Ginny
volvieron bien, pero los otros...
-Regresamos
en cuando escuchamos que todo se había calmado- comento Fred.
-Y no
penaron en buscar a los otros- exclamo Molly.
-Si lo
hicimos mamá- exclamo George- pero en medio del bosque oscuro no teníamos
muchas opciones, y afrontémoslo, de entre todos ellos tres sabrían cómo
defenderse.
-Pero aun
así estábamos muy preocupados por ellos- agrego Ginny.
-Como no,
si tu amado y futuro padre de tus hijos estaba solo en medio de semejante
alboroto- comento Sirius.
—Aquí los traigo —respondió el señor Weasley, agachándose para entrar
en la tienda. Harry, Ron y Hermione entraron detrás.
Bill estaba sentado a la pequeña mesa de la cocina, aplicándose una
sábana al brazo, que sangraba profusamente. Charlie tenía un desgarrón muy
grande en la camisa, y Percy hacía ostentación de su nariz ensangrentada.
-Hay mis
pequeños- exclamo de inmediato la señora Weasley.
-Tranquila
mamá, no fueron lesiones realmente grabes, nos recuperamos con mucha facilidad-
le relajo Bill.
-Sí, yo
he sufrido peores heridas trabajando con los dragones
-¡Charlie!-
reclamaron varis voces al tiempo, esa declaración no servía de nada para
tranquilizar a su madre.
Fred, George y Ginny parecían incólumes pero asustados.
—¿Los habéis atrapado, papá? —preguntó Bill de inmediato—. ¿Quién
invocó la Marca?
—No, no los hemos atrapado —repuso el señor Weasley—. Hemos encontrado
a la elfina del señor Crouch con la varita de Harry, pero no hemos conseguido
averiguar quién hizo realmente aparecer la Marca.
-En
resuenen fue una noche completamente perdida- comento Bill.
-Bueno,
al menos pudieron ayudar a esos muggles- exclamo Ron
— ¿Qué? —preguntaron a un tiempo Bill, Charlie y Percy.
—¿La varita de Harry? —dijo Fred.
—¿La elfina del señor Crouch? —inquirió Percy, atónito.
Con ayuda de Harry, Ron y Hermione, el señor Weasley les explicó todo
lo sucedido en el bosque. Al finalizar el relato, Percy se mostraba indignado.
—¡Bueno, el señor Crouch tiene toda la razón en querer deshacerse de
semejante elfina! —dijo
-Tal
parece que tú tampoco sabes de que cosas no hablar frente a la castaña he
sobrino- comento Gideon.
-Bueno,
yo no sabía que eso le molestaría a ella- se defendió Percy.
—. Escapar cuando él le mandó expresamente que se quedara...
Avergonzarlo ante todo el Ministerio... ¿En qué situación habría quedado él si
la hubieran llevado ante el Departamento de Regulación y Control...?
-Estoy de
acuerdo que no sabías que se molestaría- comento Fabián- pero tus palabras no
son precisamente amables.
-Y más
defendiendo a ese infeliz de Crouch- agrego Rose.
—Ella no hizo nada... —lo interrumpió Hermione con brusquedad—. ¡Sólo
estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado!
Percy se quedó desconcertado. Hermione siempre se había llevado muy
bien con él... Mejor, de hecho, que cualquiera de los demás.
-Es
evidente, hasta ese momento no debieron tener puntos de vistas tan diferentes
de un mismo tema- comento Frank.
— ¡Hermione, un mago que ocupa una posición cómo la del señor Crouch
no puede permitirse tener una elfina doméstica que hace tonterías con una
varita mágica!—declaró Percy pomposamente, recuperando el aplomo.
-Y sigues
defendiendo a ese tipo, en verdad deberías de revisar mejor tus lealtades
pelirrojo- dijo Sirius viendo fugazmente en dirección de su hermano- antes de
que termines mal- agrego con un tono pesado nada característico de él.
Para ese
punto James, Lily, Remus hasta Marlene
se percataron de la reacción del oji gris y a quien estaba dirigida, él siempre
era muy alegre y extrovertido, pero tenía grandes problemas que les gustaría
que pudiera resolver para bien. con eso en mente Lily se acercó a su novio
susurrándole algunas palabras.
— ¡No hizo tonterías con la varita! —gritó Hermione—. ¡Sólo la recogió
del suelo!
—Bueno, ¿puede explicar alguien qué era esa cosa en forma de calavera?
—pidió Ron, impaciente—. No le ha hecho daño a nadie... ¿Por qué le dais tanta
importancia?
-Es que
no solo es la aparición de la marca, sino el significado que se le ha estado
dando durante nuestra guerra- comento James.
-Pero es
compresible que piensen así, después de todo ustedes no tuvieron que vivir por
eso- agrego Lily.
Y era
algo que los de la segunda generación les hubiera gustado no averiguar por
propia experiencia, ellos tuvieron que enfrentar su propia guerra que en cierto
modo, fue diferente a la primera.
—Ya te lo dije, Ron, es el símbolo de Quien-tú-sabes —explicó
Hermione, antes de que pudiera contestar ningún otro—. He leído sobre el tema
en Auge y caída de las Artes Oscuras.
—Y no se la había vuelto a ver desde hacía trece años —añadió en voz
baja el señor Weasley—. Es natural que la gente se aterrorizara... Ha sido casi
cómo volver a ver a Quien-tú-sabes.
-Pocas
cosas pueden ser tan contagiosas como el miedo- comentó Dumbledore- no es de
extrañar que la marca reavivara viejos traumas.
—Sigo sin entenderlo —dijo Ron, frunciendo el entrecejo—. Quiero decir
que no deja de ser simplemente una señal en el cielo...
—Ron, Quien-tú-sabes y sus seguidores mostraban la Marca Tenebrosa en
el cielo cada vez que cometían un asesinato —repuso el señor Weasley—. El
terror que inspiraba... No puedes ni imaginártelo: eres demasiado joven.
Imagínate que vuelves a casa y ves la Marca Tenebrosa flotando justo encima, y
comprendes lo que estás a punto de encontrar dentro... —El señor Weasley se
estremeció—. Era lo que más temía todo el mundo... lo peor...
Varios de
los presentes sintieron un escalofrió recorrer su espina, algunos de ellos
incluso tuvieron la desgracia de experimentar ese sentimiento con la muerte de
un familiar o amigo que cayó ante esos malditos.
Se hizo el silencio. Luego Bill, quitándose la sábana del brazo para
comprobar el estado de su herida, dijo:
—Bueno, quienquiera que la hiciera aparecer esta noche, a nosotros nos
fastidió, porque los mortifagos echaron a correr en cuanto la vieron.
-¡¿Qué?!-
exclamaron varios a la vez, como era posible que siendo mortifagos escaparan al
ver eso, no se suponía que debía ser algo que loa impulsara a seguir.
Todos se desaparecieron antes de que nosotros hubiéramos llegado lo
bastante cerca para desenmascarar a ninguno de ellos. Afortunadamente, pudimos
coger a la familia Roberts antes de que dieran contra el suelo. En estos
momentos les están modificando la memoria.
-Al menos
esa pobre familia está a salvo- comento Molly- espero en verdad que puedan
hacerlos olvidar esa horrible experiencia.
— ¿Mortifagos? —repitió Harry—. ¿Qué son los mortifagos?
—Es como se llaman a sí mismos los partidarios de Quien-tú-sabes
—explicó Bill—. Creo que esta noche hemos visto lo que queda de ellos; quiero
decir, los que se libraron de Azkabán.
Nuevamente
los pensamiento del oji gris se dirigieron a su hermano, no se había dicho nada
de su hermano y debía de tener alguna importancia o de lo contrario estaría ahí
escuchado las lecturas. Esperaba averiguar algo sobre él, pero con lo que sabía
de él hasta ahora solo podía pensar en tres posibilidades de su paradero en los
libros, podía, se encontraba con los que cometieron los disturbios, en Azkabán
o muerto.
—Pero no tenemos pruebas de eso, Bill —observó el señor Weasley—,
aunque es probable que tengas razón —agregó, desesperanzado.
—Apuesto a que sí —dijo Ron de pronto—. ¡Papá, encontramos a Draco
Malfoy en el bosque, y prácticamente admitió que su padre era uno de aquellos
chalados de las máscaras! ¡Y todos sabemos lo bien que se llevaban los Malfoy
con Quien-tú-sabes!
Ppero aun
así le libro de prisión- comento Kingsley- y al menos de tener una verdadera
razón o confesión no podemos actuar en su contra- agrego con pesadez.
—Pero ¿qué pretendían los partidarios de Voldemort...? —empezó a decir
Harry.
Todos se estremecieron. Como la mayoría de los magos, los Weasley
evitaban siempre pronunciar el nombre de Voldemort.
-Es
difícil deshacerse de un mal habito como ese- comento Bill que aun en su época
el nombre le sacaba cierto escalofrió.
—Lo siento —añadió apresuradamente Harry—. ¿Qué pretendían los
partidarios de Quien-vosotros-sabéis, haciendo levitar a los muggles? Quiero
decir, ¿para qué lo hicieron?
-Porque
son unos malditos cobardes de mierda
-¡Sirius!-
le reclamo Marlene.
-Pero es
cierto, esos que parecieron son los más cobardes de todos- aseguro el oji gris.
— ¿Para qué? —dijo el señor Weasley, con una risa forzada—. Harry, ésa
es su idea de la diversión. La mitad de los asesinatos de muggles que tuvieron
lugar bajo el poder de Quien-tú-sabes se cometieron nada más que por diversión.
Para la
gran mayoría esa declaración fue simplemente repugnante, a algunos incluso
atizo el fuego de su hijo, haciéndoles considerar por primera vez, la
posibilidad de tratar de hacer algo para que la guerra no fuera tan cruel como
podría llegar a ser.
Me imagino que anoche bebieron bastante y no pudieron aguantar las
ganas de recordarnos que todavía están ahí y son unos cuantos. Una encantadora
reunión para ellos —terminó, haciendo un gesto de asco.
—Pero, si eran mortifagos, ¿por qué se desaparecieron al ver la Marca
Tenebrosa? —preguntó Ron—. Tendrían que haber estado encantados de verla, ¿no?
-Simple,
porque por más que digan ser sus partidarios, el miedo que le tienen a ese
maldito es superior a su lealtad- espeto Alastor- no dudo que disfrutaría
torturando a aquellos que flaquearon en su lealtad.
—Piensa un poco, Ron —dijo Bill—. Si de verdad eran mortifagos,
hicieron lo indecible para no entrar en Azkabán cuando cayó Quien-tú-sabes, y
dijeron todo tipo de mentiras sobre que él los había obligado a matar y a
torturar a la gente. Estoy seguro de que ellos tendrían aún más miedo que
nosotros si volviera. Cuando perdió sus poderes, negaron haber tenido relación
con él y se apresuraron a regresar a su vida cotidiana. Imagino que no les
guarda mucho aprecio, ¿no crees?
Todos a
los que les había extrañado que escaparan al ver la marca comprendieron el
porqué de su actitud, la verdad después de pensarlo un poco parecía lo más
lógico del mundo.
-Pero eso
solo nos da más preguntas que respuestas- dijo Alice- en tal caso el que invoco
la marca no podía ser uno de ellos.
-Pero
todo aquel que invocaría la marca con verdadera lealtad estaría encerrado en
Azkabán- agrego Frank.
-Sí, eso
es lo que se supondría- dijo Harry.
-Pero
entonces, estás diciendo que hay alguien leal a Voldemort, afuera- razono Ted
-Tendría
sentido- intervino Scorpius- en el libro anterior dijeron que hubo una fuga de
Azkabán anterior a la de Sirius, una fuga de la que nadie se enteró.
-Es
cierto Scor- le apoyo Rose- eso cierra esta parte de la discusión pero aun así
no nos sirve para descubrir su identidad.
-En tal
caso mejor sigo leyendo- exclamo Sirius regresando la vista al libro.
—Entonces... los que hicieron aparecer la Marca Tenebrosa... —dijo
Hermione pensativamente— ¿lo hicieron para mostrar su apoyo a los mortifagos o
para espantarlos?
—Puede ser cualquier cosa, Hermione —admitió el señor Weasley—. Pero
te diré algo: sólo los mortifagos sabían formar la Marca. Me sorprendería mucho
que la persona que lo hizo no hubiera sido en otro tiempo un mortifago, aunque
no lo sea ahora...
-Una
lista muy larga e imposible de verificar- comento Gideon.
Escuchad: es muy tarde, y si vuestra madre se entera de lo sucedido se
preocupará muchísimo. Lo que vamos a hacer es dormir unas cuantas horas y luego
intentaremos irnos de aquí en uno de los primeros trasladores.
-será lo
mejor, pero será muy difícil conseguirlo, con ese incidente sin duda todos
querrán irse lo antes posible- comento Andrómeda.
A Harry le zumbaba la cabeza cuando regresó a la litera. Tenía motivos
para estar reventado de cansancio, porque eran casi las tres de la madrugada;
sin embargo, se sentía completamente despejado... y preocupado.
-Lógico,
él más que nadie está muy involucrado en todo lo que refiere a Voldemort- dijo
Remus.
-Y con el
sueño que había tenido reciéntenme- agrego Dora- la verdad es que son muchas
coincidencias para no tener alguna relación.
-Todo
esto me está dando un muy mal presentimiento- revelo Lily sobándose las manos.
-Tranquila
mamá, todo estará bien- le dijo Harry, pero no importaba lo que diga eso solo
sería un placebo, sabia lo alterada que estría su madre cuando lo peor
comenzara, y el hecho de que esta junto a ella abrasándola solo conseguirá
calmarla un poco.
Hacía tres días (parecía mucho más, pero realmente eran sólo tres
días) que había despertado con la cicatriz ardiéndole. Y aquella noche, por
primera vez en trece años, había aparecido en el cielo la Marca de lord
Voldemort. ¿Qué significaba todo aquello?
Era una
pregunta generalizada en los de la primera generación, no sería posible que fueran
solo incidentes aislados, por su parte los de la segunda (y en cierta medida
los de la tercera) desconocían todo el proceso que ocurriría, pero que llevaría
como resultado el resurgimiento de Voldemort y el inicio de la segunda guerra.
Pensó en la carta que le había escrito a Sirius antes de dejar Privet
Drive. ¿La habría recibido ya? ¿Cuándo contestaría? Harry estaba acostado de
cara a la lona, pero ya no tenía fantasías de escobas voladoras que lo fueran
introduciendo en el sueño paulatinamente, y pasó mucho tiempo desde que
comenzaron los ronquidos de Charlie hasta que, finalmente, él también cayó
dormido.
-Es el
final- informo Sirius.
-Muy
bien, Sirius pásame el libro- le ordenó Lily antes de que el hombre cerrara el
libro, y con prontitud se puso a inspeccionar la siguiente hoja.
-Sirius, ¿estás
bien?- le dijo por lo bajo James- si quieres puedes ir a hablar con tu hermano-
agrego sorprendiendo al animago.
-¿Por qué
aria algo así?- le interrogo en el mismo tono.
-Has
estado viendo en su dirección desde hacía variaos párrafos- agrego Remus que
alcazaba a escuchar
-¡¿Y tú
que te metes lunático?!
-Es
porque nos importas animal- le rebatió James- anda ve ya aclara tu mente.
-Pero y
la lectura
-No
parece que sea un capitulo muy trascendental- dijo Lily después de leer con
rapidez la primera hoja- ve y luego te aremos un resumen
-Pero…
-Vamos
Sirius, solo ve- le dijo Marlene uniéndose a la conversación.
Eso
impresiono un poco al oji gris, y por extraño que pareciera, ella no podía negarle nada en ese momento,
así que rendido se dispuso a ir a hablar con su hermano, la primera vez desde
aquella discusión cerca del lago que lo hizo recapacitar.
Hola a
todos.
Si, sé
que me tarde un poquito en actualizar, pero es que tenido varias cosas que
hacer por acá y no me alcanzo el tiempo.
Bueno, sé
que esto les molestara a muchos, pero como deben saber la próxima semana será
navidad, y bueno, con todo eso de los adornos, la cena, las posadas (unas
fiestas populares aquí en México y otros pises países en américa latina) y cosas así es posible que la próxima semana
no pueda actualizar.
Comprendo
que algunos de ustedes quieran lanzarme alguna maldición y espero comprendan mi
necesidad de ocultarme bien para que no me lleguen jeje.
En fin,
si el próximo martes no subo capitulo entonces ya conocen la razón, y en tal
caso quisiera adelantarles mis mejores deseos para estas fiestas y espero que
pasen una muy...
Feliz Navidad
Y si de
casualidad alguno no participe en esta celebración, de igual forma les deseo que sean unos días
muy felices para ustedes.
Hasta
pronto
Hola primero igual para ti (aunque yo no celebre navidad) , segundo tranquili son cosas que pasan solo tendre que esperar un poquitico mas para leerte y tercero gran capitulooo como sienpre increibleeee de verdad que amo sirius merlene lo amo con todo mi corazon que bueno que vi si habias actualizafo hoy por que si no pfff hasta el proximo martes.
ResponderEliminarBueno solo me queda esperar a que publiques jajaja
Muchas gracias y gracias por comprender.
EliminarMe alegra que te guste la pareja, en la próxima vez anochezca tengo pensando algo especial para ellos.
Que te puedo decir, no pude actualizar antes, que bueno que lo pudiste ver.
Ya actualizo.
Felices fiestas tambien para ti.
ResponderEliminarAme el cap, como todos los otros, aunque tal vez no actualizes la semana qur viene, si o si lo tendras que hacer la otra porque si no te enviare un crucio.
Nah, mentira, lo decia con cariño.
Espero que Rose y Scorp terminen juntos y que hayan mas escenas de Sirius y Marlene, ahora si, ¡Saludos!
Gracias.
EliminarUn crucio, pues qué clase de cariño es ese jeje, no te preocupes ya actualizo.
Y si, pondré más escenas con Sirius y Marlene, como dije arriba, tengo algo penado para cuando se vallan a dormir y ya veré como hacer avanzar a Rose y Scorpius.
Ya actualizo.
Jajaja fresca...
ResponderEliminardesde que no abandones la historia es perfectamente comprensible que quieras disfrutar de las fiestas.
Espero sigas hasta el final, desafortunadamente no he encontrado ni una historia donde hagan todos los libros, después del 3 o 4 la dejan. Por eso me gusta esta historia, parece que quieres llevarla hasta el fin ojalá...
Sea como fuere, te deseo una felices fiestas y estar atento esperando el siguiente capitulo que espero alcance a ser antes del 31 de Dic :3!!!
un abrazo desde Colombia
Exitos
Gracias, recibí tu abraso hasta aquí en México.
EliminarCréeme que no quiero abandonar la historia, como tú y probablemente todos los que leemos estos fics, yo me he quedado con la insertable por alguna historia similar sin terminar, por esa razón quiero llegar hasta la última oración de la saga.
Descuida ya actualizó.
Feliz Navidad, también pásalo muy bien y los mejores deseos para la noche buena, rodeado de los que mas quieren y sobretodo los que te valoran.
ResponderEliminarUna pena esperar una semana mas pero se como siempre valdrá la pena.
Muchas gracias por tus buenos deseos y espero que tu cambien hayas tenido unas buenas fiestas.
EliminarPues espero que el capítulo sea tu agrado, ya actualizó.
Hola! Hace bastante que leo tu historia, pero es la primera vez que escribo.. Creí que este sería un buen momento
ResponderEliminarBueno, primero que nada amo totalmente tu fic, concuerdo con otros comentarios sobre el hecho de que es uno de los pocos fics que llegaron a esta altura de los libros y eso me encanta
Amo de sobremanera a Remus y a Tonks.. Así que podrás ver que adoro lo que escribes de ellos... También me gustan las demás parejas!
No se que más decir jaja solo que felices fiestas y saludos desde Uruguay, entiendo perfectamente lo de los tiempos, ya que yo me estoy volviendo loca ya y aún no es navidad jaja
Eso es todo, saludos y espero ansiosa el próximo capítulo :D
Me alegra que sigas mis locuras desde hace tiempo, y gracias por tu primer comentario.
EliminarPues sí, no muchas historias han llegado hasta este puno, y hay muchas de esas historia que en verdad quisiera que continúen.
Jeje, si, en cuanto vi tu nombre de usuario pensé que te gustaría la pareja de Remus y Tonks
Te mando muchos agradecimientos desde México y si, los últimos día antes de navidad fueron una locura con los preparativos.
Ya actualizo.
hola!!! a ti también te deseo una FELIZ NAVIDAD y que la pases bien con tus amigos y familiares. pero te estoy escribiendo para hacerte una sugerencia que se trata:
ResponderEliminarincluye a Victor Krum y como es un amigo de Harry que hagan un partido; ademas de que su padre y padrino ven como juega. ademas Ron puede estar celoso.
Muchas gracias por tus buenos deseos.
EliminarPues si podría ser interesante tener a Krum, aunque no sé cómo lo incluiría en… no espera, ya se me ocurrió una forma para incluirlo jeje.
Gracias por tu recomendación y si tienes otra siéntete en libread de decírmela por favor.
Por lo pronto, el siguiente capítulo.
Holaaaaaaaa!! Primero que nada FELIZ NAVIDAD a ti también y espero que me recuerdes, soy una gran admiradora de tus historias y normalmente comentaba muy seguido, pero por circunstancias de la vida (específicamente la escuela) no tenía mucho tiempo, además que tuve que dejar de leerte cuando iniciaste el cuarto libro, porque era el único que no había podido leer y entre la escuela y otros asuntos de mi vida como una muggle normal, me fue imposible terminarlo hasta hace poco y luego tuve que ponerme al corriente con tu fic, que por cierto es genial, me encanta, me fascina, realmente no quiero que dejes de escribirlo; sobretodo de Remus y Dora, ellos son, sin duda alguna, mi pareja favorita, los amo a los dos... Claro que también me gustan las demás parejas, pero ellos son mis predilectos y amo cada momento en los que escribes sobre ellos...
ResponderEliminarEn alguno de los capítulos anteriores leí un comentario que me hizo reflexionar un poco, bueno, más bien, preguntarme con más certeza cómo serían los personajes con una vida diferente y muchas veces he pensado que se puede perder la esencia de cada uno, pero admito que aveces me gustaría cambiar un poco la historia, por esos personajes que creo que nunca deberían haber muerto, en fin, eso es un poco más aparte.
Por último y no menos importante, tu tenías una cuenta es otra página de Harry Potter, potterfics, para ser más exactos y ahí tenías una historia que yo amo con todo mi corazón: "Hasta el destino necesita ayuda" por favor continua escribiéndola o al menos dime que sí las vas continuar, por favor, es que realmente me encanta la historia.
Ahora sí me despido,
Besos y hasta la próxima
Muchas gracias por tus buenos deseos.
EliminarClaro que te recuerdo, si he recibido tus comentarios desde que comencé a escribir mis locuras. Es muy comprensible que no hayas podido comentar, las cosas de la vida diaria nos pueden consumir mucho tiempo, fue una de las razones por las que deje de escribir un Tiempo. ¿En serio no habías leído el cuarto libro?, bueno, es razonable que quisieras leerlo antes de continuar con el fic, es que eso de los Spoilers es algo serio jeje.
Me alegra que mis ocurrencia sigan siendo de tu agrado, y créeme que n quiero dejarlo, en especial si tengo cosas pendientes que poner con Remus y Dora.
Pues sí, es un detalle que pensé incluso antes de publicar mi primer capítulo, pero tengo una idea para evitar un cambio muy drástico en sus personalidades, pero eso lo estaría poniendo cundo terminaran los siete libros.
Si, recuerdo muy bien mi historia pendiente en potterfics, y te digo que en verdad quiero continuarla pero he tenido un bloqueo bárbaro con ella, la verdad viéndolo como un todo, creo que el mejor meno para terminar de escribirla es cuando se cumplan los dos años, ya sabes que el caso central de la trama era la renuncia de Remus y Tonks a estar casados, pero ya que lo están y Teddy está próximo a nacer creo que explote lo suficiente esa idea, pero si lo termino en ese momento quedarían pendientes algunas cosas como el nacimiento del hijo (a) de Sirius, por lo que he querido pensar en un nuevo conflicto lo suficientemente jugoso para hacer una especie de continuación y comenzar una nueva historia, pero la musa está un poco ausente, ¿de casualidad no tendrás alguna sugerencia para una nueva historia?, bueno, de cualquier forma si terminare esa historia será algo que les informare en algún capitulo, y espero también poder informales de una continuación.
Hasta la próxima.
Antes que todo felices fiestas a ti tambien!!! Me encanto este capitulo todo lo que escribiste sobre Remus y Tonks fue simplemente perfecto, lo demás también me gusto y como dijeron en algunos comentarios de arriba Remus y Tonks tambien son mi pareja favorita, me encantan esos dos, claro las demás parejas tambien me gustan sobre todo Lily y James, Harry y Ginny, Ron y Hermione, pero algo tienen Remus y Tonks que me fascinan.
ResponderEliminarY aunque no puedas actualizar el fic yo esperaré pacientemente. Sigue escribiendo así y qe tengas una feliz navidad.
Nos leemos pronto, cuidate.
Muchas gracias por tus buenos deseos.
EliminarMe alegra que te guste como va lo Remus y Tonks y si, por lo visto aquí hay muchos que les gusta esta parejita jeje.
Pues no tendrás que esperar mucho, ya acuatizo.
Me encanto el capitulo y como incluiste a regulus eres la mejor
ResponderEliminarMe alegra que te gustara.
EliminarTambién quería incluir la plática de Sirius con Regulus, pero el tiempo no me alcanzo y no quería precipitarme, en algunos capítulos más Regulus volverá a aparecer.
Ya actualizo.
Oye con respecto a la relación de Remus y Tonks, siempre he tenido la curiosidad de lo que opinarian los padres de Remus, porque sabemos lo que piensan Ted y Andrómeda de Remus, pero ¿que pensarían Lyall y Hope Lupin de Tonks?; ojala pudieras incluirlos en la historia, o hacer otra historia en donde aparezcan y den su opinión.
ResponderEliminarDe nuevo muchas felicidades, que te la pases bonito con tus seres queridos y que tus sueños se cumplan.
Nos leemos pronto.
Sabes, hasta ese momento no había pensando en Lyall y Hope, no sería tan descabellado escribir un fic incluyéndolos activamente, pero lo prono verte la posibilidad de incluirlos en esta historia, y es que tendré que pensar qué tipo de personas serán y como se llevarían con los demás
EliminarHasta la próxima.