miércoles, 16 de diciembre de 2015

Capítulo 69.- La Marca Tenebrosa




-Muy bien, pues vamos a continuar- comento Sirius tomando el libro de las manos de su amigo y situándose en la siguiente página, de inmediato la sonrisa del oji gris se borró notablemente cuando leyó el título del capítulo, algo que no pasó desapercibido por nade.

-Sirius ¿qué es lo que ocurre?- pregunto Remus.

-Pues el título del capítulo es “La Marca Tenebrosa”

Inmediatamente todos reaccionaron como era presumible que ocurriría, los que demostraron más tención ante lo leído eran los de la primera generación, ellos eran los que estaba padeciendo en el momento, los de la segunda generación no tenían tanta tención, pero aun así les afectaba, después de todo muchos de ellos la sufrieron la noche en que Albus Dumbledore falleció. En cuanto a los de la tercera generación no significaba gran cosa ya que ellos solo han escuchado acerca de lo ocurrido.

-¡Pero qué demonios!- espeto James- se suponía que ese debería ser un buen día, como es que siempre tienen que ocurrir algo.

-No lo sabeos James, mejor deja que Sirius comience a leer para enterarnos que ocurrió- razono Remus.

—No le digáis a vuestra madre que habéis apostado —imploró a Fred y George el señor Weasley, bajando despacio por la escalera alfombrada de púrpura.

-Que sigo sin creer que lo hayan hecho para empezar- les reprendió Molly.

A los gemelos les hubiera gustado decir algo para defenderse, pero ni aunque Ludo hubiera sido legal y les pagar sus galeones aun así no habían palabras existentes que pudieran relajar a su madre, al contraria, todas esas palabras existentes solo acrecentaban la posibilidad de un castigo

—No te preocupes, papá —respondió Fred muy alegre—. Tenemos grandes planes para este dinero, y no queremos que nos lo confisquen.

Por un momento dio la impresión de que el señor Weasley iba a preguntar qué grandes planes eran aquéllos; pero, tras reflexionar un poco, pareció decidir que prefería no saberlo.

-Es para su tienda de bromas no es verdad- aventuro James “S”.

-En efecto sobrino en ese tiempo todo lo hacíamos enfocándonos en nuestra tienda de bromas- aseguró Fred inflando el pecho

-Aunque ese dinero no sería suficiente como para conseguir abrirla- razono Albus.

-No, pero eso se suponía que serviría para seguir financiando nuestros inventos- aseguro George.

-Por  Merlín- volvió a exclamar Molly exasperada, tal parecía que sus gemelos no dejarían ese tema por más que ella quisiera.

Pronto se vieron rodeados por la multitud que abandonaba el estadio para regresar a las tiendas de campaña. El aire de la noche llevaba hasta ellos estridentes cantos mientras volvían por el camino iluminado de farolas, y los leprechauns no paraban de moverse velozmente por encima de sus cabezas, riéndose a carcajadas y agitando sus faroles.

-La celebración será muy grande eso es evidente- comento Alice- ahora por más que lo intenten no podrán ocultárselo a los muggles.

-Me temo que ese era el menor de sus males- pensó Frank, al igual que muchos más de los presentes, si este capítulo involucraba a los mortifagos no se podía esperar menos.

Cuando por fin llegaron a las tiendas, nadie tenía sueño y, dada la algarabía que había en torno a ellos, el señor Weasley consintió en que tomaran todos juntos una última taza de chocolate con leche antes de acostarse.

-Deben de estar muy exaltados en ese momento- comento Lily- y con el alboroto que seguramente tendrán afuera será aún más difícil conciliar le sueño.

No tardaron en enzarzarse en una agradable discusión sobre el partido. El señor Weasley se mostró en desacuerdo con Charlie en lo referente al comportamiento violento,

-Es algo inevitable pero sin duda ese tipo de violencia no es algo que se debería ver en tan noble deporte- exclamo su opinión James.

-Cierto, pero si lo ve desde un punto de vista…

-Charlie por favor no lo agás hablar de quidditch o ya no podremos callarlo- le solicito Lily suponiendo que era lo que seguía.

Y no dio por finalizado el análisis del partido hasta que Ginny se cayó dormida sobre la pequeña mesa, derramando el chocolate por el suelo.

-Pobre de la pelirroja- comento Sirius interrumpiendo su lectura- y pobre de los Lupin, ellos adoran el chóclate- dijo viendo en dirección al castaño.

-Oye a mí también me gusta el chocolate- dijo Dora omitiendo la insinuación del parentesco entre Remus y Teddy.

-Por eso sobrina si tu también estabas incluida- aseguro Sirius- que no ves que cuando te cases serás Nymphadora de “Lupin”- resalto la última palabra

-Sirius, continua leyendo- le ordeno Remus.

-No te enojes lunático esos son los hechos- se defendió el castaño retomando la lectura.

Entonces los mandó a todos a dormir. Hermione y Ginny se metieron en su tienda, y Harry y el resto de los Weasley se pusieron el pijama y se subieron cada uno a su litera. Desde el otro lado del campamento llegaba aún el eco de cánticos y de ruidos extraños.

—¡Cómo me alegro de haber librado hoy! —murmuró el señor Weasley ya medio dormido—. No me haría ninguna gracia tener que decirles a los irlandeses que se acabó la fiesta.

Todos sonrieron levemente ante las palabras del pelirrojo, era cierto que esa debía de ser la preocupación más grande que todos ellos debieron de tener esa noche.

Sirius leyó como como Harry se recostó en su litera mientras repasaba algunas de las espectaculares jugada de Krum, ansioso de subir en su escoba para probarla e marginándose a sí mismo como un jugador famoso entrando a un estadio, siendo aclamado por miles de aficionados.

A James se le dibujo una sonrisa en el rostro al imaginarse a su hijo en semejante escena, y Severus soltó un leve resoplido, esa actitud era la que esperaría de un hijo de Potter, sin embargo eran de las pocas veces que demostraba su parentesco.

-Y al final fue mamá la que vivió esa experiencia en persona- cometo Lily “L” sonriendo.

Harry no llegaría a saber a ciencia cierta si se había dormido o no (sus fantasías de vuelos en escoba al estilo de Krum podrían muy bien haber acabado siendo auténticos sueños); lo único que supo fue que, de repente, el señor Weasley estaba gritando.

En ese momento todos se tensaron, suponían que ese momento tranquilo del que gozaban se había acabado y empezarían los problemas, los de la segunda generación además de recordar lo que ellos mismo pasaron, se preguntaban que había ocurrido con esos tres en dio momento.

— ¡Levantaos! ¡Ron, Harry... deprisa, levantaos, es urgente!

Harry se incorporó de un salto y se golpeó la cabeza con la lona del techo.

—¿Qué pasa? —preguntó.

Intuyó que algo malo ocurría, porque los ruidos del campamento parecían distintos. Los cánticos habían cesado. Se oían gritos, y gente que corría.

-Muy bien joven- exclamo Alastor- nuevamente demuestras tener un ben instinto chico, con un poco más de trabajo…

-Alastor, creo que podríamos tratar eso en otro momento- intervino Kingsley tomando especial atención en Lily que más que molesta parecía tener una mirada resignada.

Bajó de la litera y cogió su ropa, pero el señor Weasley, que se había puesto los vaqueros sobre el pijama, le dijo:

—No hay tiempo, Harry... Coge sólo tu chaqueta y sal... ¡rápido!

Harry obedeció y salió a toda prisa de la tienda, delante de Ron.

A la luz de los escasos fuegos que aún ardían, pudo ver a gente que corría hacia el bosque, huyendo de algo que se acercaba detrás, por el campo, algo que emitía extraños destellos de luz y hacía un ruido como de disparos de pistola.

-¿Disparos de qué?- preguntaron algunos.

-Es un arma muggle- respondió Ted con cierto tono de mal humor, era como diciéndoles que no era momento para ese tipo de preguntas.

Llegaban hasta ellos abucheos escandalosos, carcajadas estridentes y gritos de borrachos. A continuación, apareció una fuerte luz de color verde que iluminó la escena.

Lucius inevitablemente pensó en algunos de sus “colegas” que en verdad se pondrían ebrios a hacer semejante cosa, el dudaba estar bebido pero lo más probable es que estaría con ellos acompañándolos.

A través del campo marchaba una multitud de magos, que iban muy apretados y se movían todos juntos apuntando hacia arriba con las varitas. Harry entornó los ojos para distinguirlos mejor. Parecía que no tuvieran rostro, pero luego comprendió que iban tapados con capuchas y máscaras.

-Mortifagos- dijeron varias voces al tiempo.

Sirius inevitablemente comenzó a pensar en su hermano, hasta el momento no se había mencionado nada de él, no era un secreto que Regulus se quería unir a las filas de Voldemort, que pasaría si en ese momento Regulus estuviera entre ese grupo. Levanto la vista en dirección a su hermano topándose con la su mirada, el mismo Regulus lo había buscado con la mirada y las mismas dudas en la mente que el tenia.

-Canuto ¿estás bien?- le hablo James al ver que su amigo no continuaba leyendo, entonces se percató las miradas conectadas de los dos Black- Sirius si quieres que alguien continúe- comenzó el azabache imaginado que su amigo estaba en un mal momento.

-No ya continuo cornamenta- le dijo el oji gris concentrándose en el libro nuevamente.

Por encima de ellos, en lo alto, flotando en medio del aire, había cuatro figuras que se debatían y contorsionaban adoptando formas grotescas. Era como si los magos enmascarados que iban por el campo fueran titiriteros y los que flotaban en el aire fueran sus marionetas, manejadas mediante hilos invisibles que surgían de las varitas. Dos de las figuras eran muy pequeñas.

-Repugnante- espeto  Marlene apretando los puños molesta, tratándose de mortifagos se imaginaba que podrían ser esas figuras. Mientras que Sirius narraba como avanzaban derribando y quitando e incendiando las casas de campaña por donde pasaban.

Las personas que flotaban en el aire resultaron repentinamente iluminadas al pasar por encima de una tienda de campaña que estaba en llamas, y Harry reconoció a una de ellas: era el señor Roberts, el gerente del cámping.

-Pobre hombre- exclamo Alice- son unos desgraciados infelices.

Los otros tres bien podían ser su mujer y sus hijos.

Muchos soltaron exclamación de terror mientras otros apoyaban la molestia ante tal espectáculo, una parte de ellos esperaban que esas figuras de las que hablaban no se trataran de niños, pero sí.

Con la varita, uno de los de la multitud hizo girar a la señora Roberts hasta que quedó cabeza abajo: su camisón cayó entonces para revelar unas grandes bragas. Ella hizo lo que pudo para taparse mientras la multitud, abajo, chillaba y abucheaba alegremente.

Todas las mujeres se sintieron mal por la vergüenza que la pobre mujer estaba pasando, pero tomando en cuenta su situación la vergüenza que pudiera sufrir era el menor de sus males.

—Dan ganas de vomitar —susurró Ron, observando al más pequeño de los niños muggles, que había empezado a dar vueltas como una peonza, a veinte metros de altura, con la cabeza caída y balanceándose de lado a lado como si estuviera muerto—. Dan verdaderas ganas de vomitar...

-Esos malditos infelices- espeto Marlene- ojala les puedan dar un verdadero escarmentó por lo que hacen.

-Pasaron algunos años pero al final si, recibieron lo que se merecían- comento por lo bajo Charlie.

Hermione y Ginny llegaron a toda prisa, poniéndose la bata sobre el camisón, con el señor Weasley detrás. Al mismo tiempo salieron de la tienda de los chicos Bill, Charlie y Percy, completamente vestidos, arremangados y con las varitas en la mano.

-Van a intentag ayudag a esos muggles- dijo Fleur abrazando a Bill por la cintura.

-Espero que tengan mucho cuidado- dijo con preocupación la señora Weasley, aun cando sus hijos estaban ya crecidos en ese momento, pero entonces pensó- me pregunto cómo estarán Bill y Charlie.

-Estamos bien mamá, no nos ocurrió nada- le dijo el mayor de los hermanos Weasley.

-No me refiero a los niños que son ustedes en nuestro tiempo- se explicó la señora Wesley- apenas los había acostado a dormir cuando llegamos aquí.

-Y apenas te acuerdas de eso- exclamo Sirius.

-Yo ayudas Sirius- le reclamo Lily- tranquila Molly, ellos deberán estar bien, sin duda cuando regreses lo aras en el mismo momento, será como si nunca te hubieras ido.

-Gracias querida- le respondió la señora Weasley más tranquila.

—Vamos a ayudar al Ministerio —gritó el señor Weasley por encima de todo aquel ruido, arremangándose él también—. Vosotros id al bosque, y no os separéis. ¡Cuando hayamos solucionado esto iré a buscaros!

-Que al final nos terminaos separando – susurro Fred a su hermano- no comprendo cómo fue de lo hicimos.

-De no haberlo hecho posiblemente nosotros también hubiéramos visto que paso esa noche- agrego George.

Bill, Charlie y Percy se precipitaron al encuentro de la multitud. El señor Weasley corrió tras ellos. Desde todos los puntos, los magos del Ministerio se dirigían a la fuente del problema.

-Y aun así los malditos lograron escapar de nosotros- espeto por lo bajo Percy.

-Pero solo será por el momento, después esos malditos terminaron donde se merecían- le dijo Charlie en el mismo tono.

La multitud que había bajo la familia Roberts se acercaba cada vez más.

-Deben irse inmediatamente- apremio Molly preocupada.

—Vamos —dijo Fred, cogiendo a Ginny de la mano y tirando de ella hacia el bosque.

Harry, Ron, Hermione y George los siguieron. Al llegar a los primeros árboles volvieron la vista atrás. La multitud seguía creciendo. Distinguieron a los magos del Ministerio, que intentaban introducirse por entre el numeroso grupo para llegar hasta los encapuchados que iban en el centro: les estaba costando trabajo. Debían de tener miedo de lanzar algún embrujo que tuviera como consecuencia la caída al suelo de la familia Roberts.

-No podíamos dejarlos inconscientes simplemente, no si esos muggles corrían algún peligro- asevero Arthur.

-Antes que nada deben buscar la forma de liberarlos para después preocuparse de esos mal nacidos- agregó Kingsley.

Las farolas de colores que habían iluminado el camino al estadio estaban apagadas. Oscuras siluetas daban tumbos entre los árboles, y se oía el llanto de niños; a su alrededor, en el frío aire de la noche, resonaban gritos de ansiedad y voces aterrorizadas. Harry avanzaba con dificultad, empujado de un lado y de otro por personas cuyos rostros no podía distinguir. De pronto oyó a Ron gritar de dolor.

-Oh por Merlín- exclamo Molly alterada.

-Tranquila mamá, no nos pasó nada esa noche- le tato de tranquilizar Ron- solamente me tropecé por la oscuridad, eso es todo.

-Entonces ya se lo que pasara- comentó Draco, esa sería otra de sus brillantes apariciones.

— ¿Qué ha sucedido? —preguntó Hermione nerviosa, deteniéndose tan de repente que Harry chocó con ella—. ¿Dónde estás, Ron? Qué idiotez... ¡Lumos!

La varita se encendió, y su haz de luz se proyectó en el camino.

-eso es buen idea, nunca se nos ocurrió iluminar el camino con las varitas- comento Fred.

-bueno, aun eran menores de edad, no es como si pudieran usarla- agregó Fabián.

-si, como si en verdad les molestara- dijo Ginny- además con todo ese escándalo el que usaran varitas seria lo de menos.

-es cierto, bien podríamos tener un duelo entre nosotros y nadie lo sabría- aseguro George.

Ron estaba echado en el suelo.

—He tropezado con la raíz de un árbol —dijo de malhumor, volviendo a ponerse en pie.

—Bueno, con pies de ese tamaño, lo difícil sería no tropezar —dijo detrás de ellos una voz que arrastraba las palabras.

-ese eras tú verdad- comento por lo bajo Scorpius a su padre que aeta levemente.

Harry, Ron y Hermione se volvieron con brusquedad. Draco Malfoy estaba solo, cerca de ellos, apoyado tranquilamente en un árbol. Tenía los brazos cruzados y parecía que había estado contemplando todo lo sucedido desde un hueco entre los árboles.

-eso es bastante curioso- comentó Alastor suspicazmente- no creo que muchos de los presentes se encuentren tan clamados.

Ron mandó a Malfoy a hacer algo que, como bien sabía Harry, nunca habría dicho delante de su madre.

La señora Weasley miro a su hijo represivamente imaginado que tipo de lenguaje pudo haber utilizado su hijo en ese momento, pero debido a las circunstancias decidió no decir nada al respecto.

—Cuida esa lengua, Weasley —le respondió Malfoy, con un brillo en los ojos—. ¿No sería mejor que echarais a correr? No os gustaría que la vieran, supongo...

Señaló a Hermione con un gesto de la cabeza, al mismo tiempo que desde el cámping llegaba un sonido como de una bomba y un destello de luz verde iluminaba por un momento los árboles que había a su alrededor.

—¿Qué quieres decir? —le preguntó Hermione desafiante.

-Es obvio lo que quería decir- dijo rose con el ceño fruncido, en verdad ese chico era muy diferente al padre de su amigo que conocía en el futuro.

—Que van detrás de los muggles, Granger —explicó Malfoy—. ¿Quieres ir por el aire enseñando las bragas? No tienes más que darte una vuelta... Vienen hacia aquí, y les divertiría muchísimo.

-Huy, si sigues con eso te vas  ganar el odio de tu hijo e rubiecito- le dijo de inmediato Fred viendo a su hermano.

-Es muy cierto, insultar a la madre de su novia puede ser algo grabe- secundo George tratando de relajar un poco el ambiente.

-¡Ya cállense!- les rebatió Scorpius un poco sonrojado.

-Ahora que lo pienso – intervino Sirius- cuando Scorpius y Rose se casen ustedes serán consuegros- exclamo señalando a Hermione y Draco que pusieron un gesto difícil de descifrar, a diferencia de Ron a quien evidentemente no le gradaba mucho la idea- no es tan divertido como que lunático se vuelva mi sobrino por estar con Dora pero…

-Sirius, ponte a leer de una buena vez- le ordeno el castaño, ya se e estaba haciendo costumbre hacer el ataque a dos bandas.

— ¡Hermione es bruja! —exclamó Harry.

—Sigue tu camino, Potter —dijo Malfoy sonriendo maliciosamente—. Pero si crees que no pueden distinguir a un “sangre sucia”, quédate aquí.


Sirius dijo esa manera despectiva de hablar de los nacidos muggles con coraje y algo de asco, pero era lo que venía escrito y tenía que leerlo, pero aun así le desagradaba al igual que muchos de los presentes, entre ellos Severus que seguía odiándose a si mismo por haberle espetado esas palabras a su amiga.

— ¡Te voy a lavar la boca! —gritó Ron. Todos los presentes sabían que sangre sucia era una denominación muy ofensiva para referirse a un mago o bruja que tenía padres muggles.

—No importa, Ron —dijo Hermione rápidamente, agarrándolo del brazo para impedirle que se acercara a Malfoy.

-Lo último que necesitan en ese momento es ponerse a pelear con él- aseguro Ted- deben tratar de ignorarlo y seguir su camino.

-Lamentablemente eso es más fácil decirlo que hacerlo- agrego Andrómeda conociendo a los chicos.

Desde el otro lado de los árboles llegó otra explosión, más fuerte que cualquiera de las anteriores. Cerca de ellos gritaron algunas personas.

Malfoy soltó una risita.

Scorpius se daba cuenta con cada nueva aparición de su padre por qué nunca le contaba acerca de su vida, porque decía que se avergonzaba de muchas de las cosas que había hecho de joven, por más que quería impedirlo, no evitar cierta decepción de su padre.

—Qué fácil es asustarlos, ¿verdad? —dijo con calma—. Supongo que papá os dijo que os escondierais. ¿Qué pretende? ¿Rescatar a los muggles?

—¿Dónde están tus padres? —preguntó Harry, a quien le hervía la sangre—. Tendrán una máscara puesta, ¿no?

-Solo uno de ellos- asevero Draco viendo en dirección a su madre, ella estaba dentro de su tienda, ella nunca siempre se mantuvo lo más alejada que podía de esos asuntos.

Malfoy se volvió hacia Harry, sin dejar de sonreír.

—Bueno, si así fuera, me temo que no te lo diría, Potter.

-Sería lo mismo que dijera directamente que su padre era estaba entre ellos- comento Frank.

—Venga, vámonos —los apremió Hermione, arrojándole a Malfoy una mirada de asco—. Tenemos que buscar a los otros.

-¿Como que buscar a los otros?- pregunto Molly, viendo a sus hijos, los gemelos simplemente bajaron la vista suponiendo lo que venía.

—Mantén agachada tu cabezota, Granger —dijo Malfoy con desprecio.

—Vámonos —repitió Hermione, y arrastró a Ron y a Harry de nuevo al camino.

—¡Os apuesto lo que queráis a que su padre es uno de los enmascarados!              —exclamó Ron, furioso.

-Evidentemente si es- aseguro Alice- no podía perder la oportunidad de molestar a los demás- agrego aunque en el fondo no estaba tan segura, la verdad en comparación a algunos mortifago Lucius no le precia del tipo que haría eso por estar embriagado.

— ¡Bueno, con un poco de suerte, el Ministerio lo atrapará! —repuso Hermione enfáticamente—. ¿Dónde están los otros?

Fred, George y Ginny habían desaparecido,

-¡Los dejaron solos?- grito la señora Weasley- como es posible, ustedes eran los mayores en ese momento, debieron de estarlos cuidado mejor.

-Perdón mamá, no nos dimos cuenta que Ron se había tropezado- se disculpó Fred- había mucho alboroto y no lo escuchamos.

-Además estábamos más enfocados en cuidar a Ginny- agrego George- si los comparamos, esos tres sabrían cómo defenderse

-Eso no es justificante George- le aseguro Molly mientras que Ginny los miraba ofendida

-Siempre tratando de protegerme como si fuera una inútil- dijo por lo bajo la pequeña pelirroja.

-No eres una inútil- le dijo en el mismo tono Harry que la había escuchado- por mi parte me alego que esos idiotas te mantuvieran a salvo- agrego abrasándola por la cintura y besándole la mejilla, por fin la vergüenza de la noche anterior había disminuido lo suficiente para volver a tener contacto con ella.

-Ustedes que están cuchucheando- les pico en forma burlona Sirius.

-Discutimos la mejor forma de castigarte si no continuas leyendo- le respondió Harry sin inmutarse, ya estaba aprendiendo a defenderse de sus burlas.

Aunque el camino estaba abarrotado de gente que huía sin dejar de echar nerviosas miradas por encima del hombro hacia el campamento.

-por alguna razón siempre tienen que quedarse solo ustedes tres cierto comento Neville viendo a sus amigos.

-sí, es casi como una maldición- acepto Ron.

Un grupo de adolescentes en pijama discutía a voces, un poco apartados del camino. Al ver a Harry, Ron y Hermione, una muchacha de pelo espeso y rizado se volvió y les preguntó rápidamente:

—Où est Madame Maxime? Nous l’avons perdue...

Sirius leyó esta oración con un  poco de dificultad.

-¿Qué dijo?- pregunto enseguida Albus.

-Ella estaba pgeguntando pog Madame Maxime, pogque se pegdiegon- explicó Fleur.

-¿Madame Maxime?

-Ella es la digectoga de nuestga escuela Beauxbatons en Fgancia- respondió nuevamente la rubia.

—Eh... ¿qué? —preguntó Ron.

—¡Oh...!

La muchacha que acababa de hablar le dio la espalda, y, cuando reemprendieron la marcha, la oyeron decir claramente:

—«Ogwarts.»

—Beauxbatons —murmuró Hermione.

-Como que se siente un poco de tención no lo creen- comento Albus.

-Supongo que tienen su historia, y con el evento que se aproximaba aún mas- aseguró Percy.

—¿Cómo? —dijo Harry.

—Que deben de ser de Beauxbatons —susurró Hermione—. Ya sabéis: la Academia de Magia Beauxbatons...

-si, como si ese par de amigos tuyos supieran algo de otras escuelas- ataco dora.

-hey- reclamaron al unísono Ron y Harry.

-hay, solo díganme que estoy mintiendo- les devolvió la peli rosa- no se molesten por las cosas que son verdad- agrego.

He leído algunas cosas sobre ella en Evaluación de la educación mágica en Europa.

—Ah... Ya... —respondió Harry.

—Fred y George no pueden haber ido muy lejos —dijo Ron, que sacó la varita mágica, la encendió como la de Hermione y entrecerró los ojos para ver mejor a lo largo del camino.

-nosotros pensamos lo mismo, pero al final no pudimos encontrarlos- dijo Ginny.

Harry buscó la suya en los bolsillos de la chaqueta, pero no la encontró. Lo único que había en ellos eran los omniculares.

—No, no lo puedo creer... ¡He perdido la varita!

-¡¿Qué?!- gritaron varios a la vez. En especial James cuyo nerviosismo era mayor al saber eso, otro que puso una atención especial l tema fue Alastor.

— ¿Bromeas?

Ron y Hermione levantaron las suyas lo suficiente para iluminar el terreno a cierta distancia. Harry miró a su alrededor, pero no había ni rastro de la varita.

—A lo mejor te la has dejado en la tienda —dijo Ron.

—O tal vez se te ha caído del bolsillo mientras corríamos —sugirió Hermione, nerviosa.

—Sí —respondió Harry—, tal vez...

-Eso no es posible, cómo pudiste perder tu varita- se lamentaba James.

-A pesar de tu buen instinto sigues siendo joven- comento ojo loco- la seguridad elemental de la varita es de suma importancia.

-Tranquilízate Alastor- le recomendó Kingsley.

No solía separarse de su varita cuando estaba en el mundo mágico, y hallarse sin ella en aquella situación lo hacía sentirse muy vulnerable.

-No es para menos- aseguro James- espero que la puedas recuperar rápido.

En ese momento Harry pensó en la importancia de su varita, esa varita más que cualquier otra cosa fue se mucha importancia para que pudiera salir con vida de aquel cementerio y de otras situaciones similares contra su adversario.

Un crujido los asustó a los tres. Winky, la elfina doméstica, intentaba abrirse paso entre unos matorrales. Se movía de manera muy rara, con mucha dificultad, como si una mano invisible la sujetara por la espalda.

-Eso suena algo extraño- comento Dora- porque razón no podía correr con normalidad en ese momento.

-Podría haber muchas razones por las que la pobre elfina actué de esa manera- menciono Remus- creo que perderíamos tiempo tratando de debatirlo.

-Creo que tienes razón- le concedió Dora- además si se molestaron en mencionar ese incidente tal vez después aparezca algo más acerca de lo que le pasa.

— ¡Hay magos malos por ahí! —chilló como loca, mientras se inclinaba hacia delante y trataba de seguir corriendo—. ¡Gente en lo alto! ¡En lo alto del aire! ¡Winky prefiere desaparecer de la vista!

Y se metió entre los árboles del otro lado del camino, jadeando y chillando como si tratara de vencer la fuerza que la empujaba hacia atrás.

El trio no dejaba de pensar en lo cerca que estuvieron de ese maldito mortifago, y en los que les pudo haber hecho si hubiera querido.

—Pero ¿qué le pasa? —preguntó Ron, mirando con curiosidad a Winky mientras ella escapaba—. ¿Por qué no puede correr con normalidad?

-Guau sobrino, no es común que seas tú el que se percate o se preocupe por esos detalles- comento Fabián, a lo que el chico le envió una mirada severa.

—Me imagino que no le dieron permiso para esconderse —explicó Harry. Se acordó de Dobby: cada vez que intentaba hacer algo que a los Malfoy no les hubiera gustado, se veía obligado a golpearse.

-Eso podría ser cierto- intervino Gideon- pero no dice que era como si la arrastrara una fuerza.

-Aunque sea molesto lunático tiene razón, no nos servirá de nada discutir sobre eso- aseguro Sirius- mejor sigo leyendo, quiero saber qué pasa con mi ahijado.

-Al menos en esto si te comportas con seriedad- dijo Marlene sin poder evitarlo.

-Por supuesto, se trata de nuestro ahijado- aseguro el oji gris- porque cuando estemos juntos por derecho el seria tu ahijado- agregó al notar la mirada interrogativa e la rubia.

— ¿Sabéis? ¡Los elfos domésticos llevan una vida muy dura! —dijo, indignada, Hermione—. ¡Es esclavitud, eso es lo que es! Ese señor Crouch la hizo subir a lo alto del estadio, aunque a ella la aterrorizara, ¡y la ha embrujado para que ni siquiera pueda correr cuando aquéllos están arrasando las tiendas de campaña! ¿Por qué nadie hace nada al respecto?

-No a muchos les importa lo que ocurre con otros seres- comento Marlene.

—Bueno, los elfos son felices así, ¿no? —observó Ron—. Ya oíste a Winky antes del partido: «La diversión no es para los elfos domésticos...» Eso es lo que le gusta, que la manden.

-Cielos Ron- se lamentó Bill- es evidente que ese tema le esta apasionando, un comentario como eso solo lograras que te comience a atacar.

—Es gente como tú, Ron —replicó Hermione, acalorada—, la que mantiene estos sistemas injustos y podridos, simplemente porque son demasiado perezosos para...

-Me temo que es solo una parte del problema- comento Marlene- yo he hablado con los elfos de las cocinas, y la mayoría piensa de la misma forma que Winky, son siglos de vivir así, no se puede cambiar su modo de pensar tan fácilmente.

-Pero algo se podría hacer al respecto- intervino Hermione.

-Por su parte Harry recordaba la renuencia de los elfos por limpiar su torre cuando Hermione escondía esos gorros en ella, él quería decir algo al respeto, pero pronto ella sabría lo ocurrido.

Oyeron otra fuerte explosión proveniente del otro lado del bosque.

—¿Qué tal si seguimos? —propuso Ron.

Harry lo vio dirigir una mirada inquieta a Hermione.

-Tanto te preocupabas por ella y aun así tardaste siete años en decidirse hacerse novios- comento Charlie- en verdad que eres lento Ronie.

-Si ya lo sé- agrego Ron sonrojado- pero además tú no puedes decirme nada, ni siquiera novia tienes.

-Pero comparado contigo en mis tiempos de escuela estoy mejor- le rebatió.

-Claro que no

-Claro que si- aseguro el pelirrojo mayor- por ejemplo antes de salir de Hogwarts era novio de Nymphadora- soltó el chico provocando una reacción de disgusto de parte de Remus y una sonrisa burlona de Sirius que noto dicha reacción.

-ha ¿es que éramos novios?- interrogo la metamorfomaga- hasta hoy me entero que lo éramos- agrego queriendo molestar a su amigo provocando unas tremendas risas de los gemelos.

-¿Cómo puedes decir eso?- le pregunto Charlie, medio en broma y medio ofendido

-Tal vez porque el 80 o 90 por ciento del tiempo siempre hablabas de tu fascinación por los dragones y los estudiaos que arias al salir del colegio.

-Si bueno, ahora estoy muy enfocado en mi trabajo, es lo que más me gusta- acepto el chico dando sus motivos por los cuales ya no tenía citas plasmando una sonrisa alegre en el rostro- pero en eso días también hacíamos otras cosas, como paseos y hasta nos besábamos, eso el algo- se defendió, sin borrar su sonrisa.

-Sí, pero tampoco era mucho- le aseguro- no es para herir tu ego masculino, pero si lo comparo he llegado más lejos con Remus en un par de días que contigo en esos meses de “noviazgo”

Esa declaración dejo petrificados a más de uno de los presentes, Remus se sonrojo notablemente sintiendo las miras de docenas de los presentes sobre él, si bien era cierto que su relación parecía ser un poco más cercana que las de él (ya que dormían en la misma cama), esas palabras sin duda sacarían todo de proporción y harían que pensaran más de la cuenta. Sirius alternaba la vista entre su amigo  su sobrina pensando justo lo que el castaño temía que pensaran, por otro lado algunas chicas y la propia madre de Nymphadora la observaban sin poder creerlo que oían.

-¿Qué?- pregunto la peli rosa aun sin darse cuenta aun de su desliz verbal.

Nymphadora- comenzó Andrómeda- con exactitud ¿qué tan lejos han llegado tú y Remus?- le pregunto.

-Pero que…- comenzó la metamorfomaga reflexionando sobre la pregunta de su madre y recordando lo que acababa de decir, en cuanto noto lo que podría significar su rostro y cabello se volvieron de un rojo muy intenso- ha no, no es lo que crees madre- respondió de inmediato- no es lo que quise decir… es que bueno…  yo…  hay no me haga caso madre, solo estoy de habladora-pero esa respuesta no convenció a muchos

-Pues yo no creo que solo estés de hablador- le pico Charlie sorprendido.

-Pues así es- le aseguro la  joven sin saber que más agregar a su defensa.- Sirius continua

-A mí me gusta molestarlos, pero siempre es mejor cuando  ponen la cuerda en el cuello ustedes solos

-¡Sirius!- dijeron Dora y Remus, este último recuperando el habla después de la impresión intentando que su amigo dejara de atizar el fuego.

-Ya voy… ya voy…- dijo el animago, por lo menos eso ayuda a que se relajara un poco la tensión.

Tal vez fuera cierto lo que Malfoy les había dicho. Tal vez Hermione corría más peligro que ellos. Reemprendieron la marcha. Harry seguía revolviendo en los bolsillos, aunque sabía que la varita no estaba allí.

Siguieron el oscuro camino internándose en el bosque más y más, todavía tratando de encontrar a Fred, George y Ginny. Pasaron junto a unos duendes que se reían a carcajadas, reunidos alrededor de una bolsa de monedas de oro que sin duda habían ganado apostando en el partido,

-Sí, nuestro dinero que ese infeliz de ludo nos robó- dijo por lo bajo Fred a su hermano que asentía disimuladamente.

Y que no parecían dar ninguna importancia a lo que ocurría en el cámping.

 -Por supuesto que no, a ellos no les interesaría algo si no es afecta directamente- aseguro Bill.

Poco después llegaron a una zona iluminada por una luz plateada, y al mirar por entre los árboles vieron a tres veelas altas y hermosas de pie en un claro del bosque, rodeadas por un grupo de jóvenes magos que hablaban a voces.

-Me imagino que es lo que estagá pasando- comento Fleur, suponía que esas veelas estaban encantando a esos tipos como ella había hecho en alguna ocasión con alguien que le interesaba.

—Yo gano cien bolsas de galeones al año —gritaba uno de ellos—. Me dedico a matar dragones a cuenta de la Comisión para las Criaturas Peligrosas.

-Si claro, como si fuera tan fácil matar a un dragón- escupió Charlie- si se necesita media doce de ellos solo para aturdirlos.

—De eso nada —le gritó su amigo—: tú te dedicas a lavar platos en el Caldero Chorreante. Pero yo soy cazador de vampiros. Hasta ahora he matado a unos noventa...

-Eso es tal ilógico como lo que dijo el primero- aseguro Deán- en verdad esas veelas sí que lo están alterando

Un tercer joven, cuyos granos eran visibles incluso a la tenue luz plateada que emitían las veelas, lo cortó:

—Yo estoy a punto de convertirme en el ministro de Magia más joven de todos los tiempos.

-Y ese de plano se fue hasta los extremos- exclamo George- cielos, como es nosotros no vimos a esos idiotas- agrego haciendo que Ron bajara la cabeza, pues él también había participado en la extraña puja.

A Harry le hizo mucha gracia porque reconoció al de los granos. Se llamaba Stan Shunpike, y en realidad era cobrador en un autobús de tres pisos llamado autobús noctámbulo.

-Ese mocoso- exclamo Gideon- si el daría un brazo porque algo interesante le ocurriera.

-El diría cualquier cosa en cualquier momento solo para hacerse el importante- agregó Fabián mientras que Harry le concedía la razón absoluta, justamente gracias a  eso es por lo que termino recluido en Azkabán.

Se volvió para decírselo a Ron, pero vio que éste había adoptado una extraña expresión relajada, y un segundo después su amigo decía en voz muy alta:

—¿Os he contado que he inventado una escoba para ir a Júpiter?

Los dos pares de gemelos y los bromistas soltaron carcajadas por la intervención del pelirrojo (que tenía el rostro totalmente rojo) mientras que sus hijos lo veían entre divertidos y asombrados.

-Parece que esas veelas te afectaron más a ti que a Harry- comento Ted.

— ¡Lo que hay que oír! —exclamó Hermione con un resoplido, y entre ella y Harry agarraron firmemente a Ron de los brazos, le dieron media vuelta y siguieron caminando. Para cuando las voces de las veelas y sus tres admiradores se habían apagado, se encontraban en lo más profundo del bosque. Estaban solos, y todo parecía mucho más silencioso.

Harry miró a su alrededor.

—Creo que podríamos aguardar aquí. Podemos oír a cualquiera a un kilómetro de distancia.

-Bien, eso les permitiría poder reaccionar ante algún peligro, o  al menos lo podrías hacer si tuvieras tu varita- les alabo/reclamo Alastor por su decisión.

-No creo que sea momento de recriminarles nada- atajo Lily quien como James aún estaba un tanto preocupada de que su hijo no tuviera con que defenderse.

Apenas había acabado de decirlo cuando Ludo Bagman salió de detrás de un árbol, justo delante de ellos.

Incluso a la débil luz de las dos varitas, Harry pudo apreciar que Bagman estaba muy cambiado. Había perdido su aspecto alegre, su rostro ya no tenía aquel color sonrosado y parecía como si le hubieran quitado los muelles de los pies. Se lo veía pálido y tenso.

-Después de taparse con ese par de duendes lo extraño es que estuviera tranquilo- comentó por lo bajo George.

-No es extraño que se fugara cuando perdió la puesta el torneo- agrego Fred.

— ¿Quién está ahí? —dijo pestañeando y tratando de distinguir sus rostros—. ¿Qué hacéis aquí solos?

Se miraron unos a otros, sorprendidos.

-No tiene idea de lo que está pasando- dijo con impresión Alice-pues que se supone que estaba haciendo es tipo

-Digamos que tenía otras preocupaciones personales- respondió Harry.

—Bueno, en el campamento hay una especie de disturbio —explicó Ron.

Bagman lo miró.

—¿Qué?

—El cámping. Unos cuantos han atrapado a una familia de muggles...

Bagman lanzó un juramento.

—¡Maldición! —dijo, muy preocupado, y sin otra palabra desapareció haciendo « ¡plin!».

-Valla, sí que es valiente- ironizo Frank- sin duda aparecerá después sin tener idea siquiera de cuál es la situación.

—No se puede decir que el señor Bagman esté a la última, ¿verdad? —observó Hermione frunciendo el entrecejo.

—Pero fue un gran golpeador —puntualizó Ron, que salió del camino para dirigirse a un pequeño claro; se sentó en la hierba seca, al pie de un árbol—. Las Avispas de Wimbourne ganaron la liga tres veces consecutivas estando él en el equipo.

-Pero no al final no le fue de gran ayuda- comento Bill- la verdad es que tenía muchos defectos de personalidad.

Sirius narro como Ron sacaba su miniatura Krum mientras Harry prestaba atención a los ruidos del camping, todo parecía tranquilo.

—Espero que los otros estén bien —dijo Hermione después de un rato.

—Estarán bien —afirmó Ron.

—¿Te imaginas que tu padre atrapa a Lucius Malfoy? —dijo Harry, sentándose al lado de Ron y contemplando la desgarbada miniatura de Krum sobre las hojas caídas en el suelo—. Siempre ha dicho que le gustaría pillarlo.

-Aunque resultaría difícil tomando en cuenta el trabajo que tenía el abuelo en ese tiempo- comento Hugo.

-Aun así hay muchas otras forma en que podría conseguirlo- aseguro Rose.

Lucius por su parte tenía el impulso de soltar un comentario despectivo en contra del señor Weasley, pero aún tenía muy presente los ataques que sufrió cuando apenas comenzaban los libros, el miedo de que la escena se volviera a repetir era lo que mantenía su lengua bajo control, por ahora.

—Eso borraría la sonrisa de satisfacción de la cara de Draco —comentó Ron.

-Pero eso no sería tan simple- dijo Draco, en ese tiempo el que su padre logro escapar era motivo de orgullo, pero ahora se pregunta si eso fue lo mejor que pudo pasar.

—Pero esos pobres muggles... —dijo Hermione con nerviosismo—. ¿Y si no pueden bajarlos?

—Podrán —le aseguró Ron—. Hallarán la manera.

—Es una idiotez hacer algo así cuando todo el Ministerio de Magia está por allí   —declaró Hermione—. Lo que quiero decir es que ¿cómo esperan salirse con la suya? ¿Creéis que habrán bebido, o simplemente...?

-Ciertamente no pensaban claramente lo que hacían- dijo Frank- los riesgos son muchos solo para crear desastre sin sentido.

-Podrían tener algún tipo de plan detrás de sus acciones- pregunto Alice un tanto preocupada después de reflexionar en las palabras de su esposo.

-No parece posible- aseguro Kingsley- no sin su maestro que los dirija, no sería prudente para ellos actuar.

Pero de repente dejó de hablar y miró por encima del hombro. Harry y Ron se apresuraron a mirar también. Parecía que alguien se acercaba hacia ellos dando tumbos. Esperaron, escuchando el sonido de los pasos descompasados tras los árboles. Pero los pasos se detuvieron de repente.

La tensión que se había relajado hace unos momento regreso de golpe, entre la situación que Vivian, y la suerte de eso jóvenes de estar presentes en esos incidentes, se esperaban lo peor al escuchar a un individuo que se encontraba cerca de ellos.

— ¿Quién es? —llamó Harry.

Sólo se oyó el silencio. Harry se puso en pie y miró hacia el árbol. Estaba demasiado oscuro para ver muy lejos, pero tenía la sensación de que había alguien justo un poco más allá de donde llegaba su visión.

Todos aguardaban impacientes, esperaban verdaderamente que nada malo ocurriera, sobre todo porque la marca tenebrosa se había vuelto un sinónimo de muerte en el tiempo de la primera generación.

— ¿Quién está ahí? —preguntó.

Y entonces, sin previo aviso, una voz diferente de cualquier otra que hubieran escuchado en el bosque desgarró el silencio. Y no lanzó un grito de terror, sino algo que parecía más bien un conjuro:

— ¡MORSMORDRE!

-Es él- exclamo Lily lo que todos habían descubierto en ese momento- fue el quien invoco la marca tenebrosa.

-siempre son ustedes- dijo la profesora McGonagall por sobre los murmullos- no importa lo que ocurra siempre tienen que estar ustedes tres presentes.

Algo grande, verde y brillante salió de la oscuridad que los ojos de Harry habían intentado penetrar en vano, y se levantó hacia el cielo por encima de las copas de los árboles.

Sirius leyó a aparición de la marca tenebrosa que se levantaba por encima de las copas de los aboles, mientras Harry iba describiéndola.

De pronto, el bosque se llenó de gritos. Harry no comprendía por qué, pero la única causa posible era la repentina aparición de la calavera,

-No solo es por eso- aseguro James- hay toda una historia detrás de esa calavera- aseguro.

Que ya se había elevado lo suficiente para iluminar el bosque entero como un horrendo anuncio de neón. Buscó en la oscuridad a la persona que había hecho aparecer la calavera, pero no vio a nadie.

-Solo un idiota se quedaría después de haber invocado la marca de esa manera- aseguro Alice.

— ¿Quién está ahí? —gritó de nuevo.

—¡Harry, vamos, muévete! —Hermione lo había agarrado por la parte de atrás de la chaqueta, y tiraba de él.

-No sabías nada hacer de esa marca verdad papá- dijo Albus.

-No, nunca me preocupe de investigar de algo así- le dijo Harry.

-Siendo alguien que esta tan metido en todo ese alboroto me parecería obvio que investigaras más sobre el tema- dijo Seamus.

-Que puedo decir, no es mucho mi estilo- dijo sin darle mayor importancia el azabache.

— ¿Qué pasa? —preguntó Harry, sobresaltándose al ver la cara de ella tan pálida y aterrorizada.

—¡Es la Marca Tenebrosa, Harry! —gimió Hermione, tirando de él con toda su fuerza—. ¡El signo de Quien-tú-sabes!

—¿El de Voldemort?

—¡Vamos, Harry!

-deben de irse de ahí cuanto antes- aseguro Andrómeda- pronto ese lugar se llenara de magos del ministerio, y podría ser peligroso para ustedes- apremio la mujer.

Harry se volvió, mientras Ron recogía a toda prisa su miniatura de Krum, y los tres se dispusieron a cruzar el claro. Pero tan sólo habían dado unos pocos pasos, cuando una serie de ruiditos anunció la repentina aparición, de la nada, de una veintena de magos que los rodearon.

-o maldita sea- exclamaron Lily y Molly, ya fueran los mortifagos u hombres del ministerio eso solo les traería problemas a los pobres chicos que nada tenían que ver en todo eso.

Harry paseó la mirada por los magos y tardó menos de un segundo en darse cuenta de que todos habían sacado la varita mágica y que las veinte varitas los apuntaban.

-Muy hábil jovencito, no por nada has logrado salir victorioso de tantas situaciones mortales- aseguro Alastor mostrando nuevamente su completa falta de tacto al tocar un tema tan delicado para las madres de los chicos.

Sin pensarlo más, gritó:

— ¡AL SUELO! —y, agarrando a sus dos amigos, los arrastró con él sobre la hierba.

—¡Desmaius! —gritaron las veinte voces.

Hubo una serie de destellos cegadores, y Harry sintió que el pelo se le agitaba como si un viento formidable acabara de barrer el claro. Al levantar la cabeza un centímetro, vio unos chorros de luz roja que salían de las varitas de los magos, pasaban por encima de ellos, cruzándose, rebotaban en los troncos de los árboles y se perdían luego en la oscuridad.

-Se libraron por muy poco- dijo con cierto alivio James- ya verán esos malditos si los llego a ver.

-Pero ni siquiera sabeos quienes los atacaron- dijo Sirius uniéndose a la supuesta vendetta del pelinegro.

-Eso no importa Sirius, después lo averiguaremos- le dijo sin importar lo incoherente que se escuchaba.

— ¡Alto! —gritó una voz familiar—. ¡ALTO! ¡Es mi hijo!

-Gracias a dios ya los encontraste- dijo la señora Weasley sintiendo alivio, ese debía de ser su marido.

El pelo de Harry volvió a asentarse. Levantó un poco más la cabeza. El mago que tenía delante acababa de bajar la varita. Al darse la vuelta vio al señor Weasley, que avanzaba hacia ellos a zancadas, aterrorizado.

—Ron... Harry... —Su voz sonaba temblorosa—. Hermione... ¿Estáis bien?

-Falto muy poco, pero fortuna si, están bien- dijo James “S”- deberían de tener más cuidado.

—Apártate, Arthur —dijo una voz fría y cortante.

Era el señor Crouch. Él y los otros magos del Ministerio estaban acercándose. Harry se puso en pie de cara a ellos. Crouch tenía el rostro crispado de rabia.

—¿Quién de vosotros lo ha hecho? —dijo bruscamente, fulminándolos con la mirada—. ¿Quién de vosotros ha invocado la Marca Tenebrosa?

-pero que se cree ese idiota- espeto de inmediato James- como se le puede ocurrir que alguno de ellos pudiera invocar la marca tenebrosa.

-Crouch solía ser muy eficiente en el ministerio- comento Kingsley- pero fuera de ahí su personalidad dejaba mucho que desear, pocos magos se acercaban a él sin que tuviera la necesidad de pedirle algo.

-ya verán un poco más de cómo es en verdad Crouch conforme avancemos- sentencio Hermione, si bien no solía hablar mal de los muertos, el recordar aquel día y como trato a Winky revivo momentáneamente ese enojo.

— ¡Nosotros no hemos invocado eso! —exclamó Harry, señalando la calavera.

—¡No hemos hecho nada! —añadió Ron, frotándose el codo y mirando a su padre con expresión indignada—. ¿Por qué nos atacáis?

-Por desesperación, sin duda fue lo primero que pensaron- dijo Frank.

-Si es que pensaron- agrego Alice- ellos solo atacaron sin sabes siquiera lo que ocurrió en verdad.
— ¡No mienta, señor Potter! —gritó el señor Crouch. Seguía apuntando a Ron con la varita, y los ojos casi se le salían de las órbitas: parecía enloquecido—. ¡Lo hemos descubierto en el lugar del crimen!

—Barty... —susurró una bruja vestida con una bata larga de lana—. Son niños, Barty. Nunca podrían haberlo hecho...

-Bueno, al menos hay alguien con lógica en ese grupo- comento James.

-De hecho nadie pensaba que nosotros fuimos quienes invocamos la marca- le aseguro Harry- solo Crouch lo hizo, a y solo por un momento alguien más lo pensó pero es algo sin importancia- agrego recordando al padre de Cedric mientras le mandaba una mirada disimulada.

—Decidme, ¿de dónde ha salido la Marca Tenebrosa? —preguntó apresuradamente el señor Weasley.

—De allí —respondió Hermione temblorosa, señalando el lugar del que había partido la voz—. Estaban detrás de los árboles. Gritaron unas palabras... un conjuro.

—¿Conque estaban allí? —dijo el señor Crouch, volviendo sus desorbitados ojos hacia Hermione, con la desconfianza impresa en cada rasgó del rostro—. ¿Conque pronunciaron un conjuro? Usted parece muy bien informada de la manera en que se invoca la Marca Tenebrosa, señorita.

-Pero que hombre más idiota- exclamo Bill- como fue que tú lo seguías tan ciegamente Percy.

-Yo, no lo sé, en verdad no lo sé- aseguró el pelirrojo con evidente pesadez, para todos parecía evidente que ahí había una historia de fondo, algo más profundo.

Pero, aparte del señor Crouch, ningún otro mago del Ministerio parecía creer ni remotamente que Harry, Ron y Hermione pudieran haber invocado la calavera.

-Solo eso faltaría- exclamo Ted- pero me temo que para ese momento no podrán encontrar al responsable.

Por el contrario, después de oír a Hermione habían vuelto a alzar las varitas y apuntaban a la dirección a la que ella había señalado, tratando de ver algo entre los árboles.

—Demasiado tarde —dijo sacudiendo la cabeza la bruja vestida con la bata larga de lana—. Se han desaparecido.

Todos hicieron una mueca de disgusto, aun cuando sabían que se trataba de un mortifago esperaban descubrir quien era, y más importante aún, que lo pudieran atrapar de una vez por todo, algo que esperaban hubieran logrado con los otros mencionados.

—No lo creo —declaró un mago de barba escasa de color castaño. Era Amos Diggory, el padre de Cedric—. Nuestros rayos aturdidores penetraron en aquella dirección, así que hay muchas posibilidades de que los hayamos atrapado...

-bueno, al menos ya dejo sus comentarios a un lado- comento Cedric esperando ya o pasar más vergüenzas con su padre, por otro lado los miembros del trio solo vieron al chico imaginando su reacción cando su padre volviera a las andadas.

— ¡Ten cuidado, Amos! —le advirtieron algunos de los magos cuando el señor Diggory alzó la varita, fue hacia el borde del claro y desapareció en la oscuridad.

Hermione se llevó las manos a la boca cuando lo vio desaparecer.

Al cabo de unos segundos lo oyeron gritar:

—¡Sí! ¡Los hemos capturado! ¡Aquí hay alguien! ¡Está inconsciente! Es... Pero... ¡caray!

—¿Has atrapado a alguien? —le gritó el señor Crouch, con tono de incredulidad—. ¿A quién? ¿Quién es?

Todos los presentes (a excepción los que conocían la historia) aguardaban expectantes que en verdad pudieran haber atrapado al responsable y que pronto sabrían su identidad, grande seria su decepción.

Oyeron chasquear ramas, crujir hojas y luego unos pasos sonoros hasta que el señor Diggory salió de entre los árboles. Llevaba en los brazos a un ser pequeño, desmayado. Harry reconoció enseguida el paño de cocina. Era Winky.

El señor Crouch no se movió ni dijo nada mientras el señor Diggory depositaba a la elfina en el suelo, a sus pies. Los otros magos del Ministerio miraban al señor Crouch, que se quedó paralizado durante unos segundos, muy pálido, con los ojos fijos en Winky.

-Oh vamos- exclamo Marlene- ahora la tomaran contra ella, es mucho más ilógico pensar que Winky fue la que invoco la marca.

-Los del ministerio son unos idiotas- aseguro Sirius apoyándola.

-¿Lo dieces porque en verdad lo piensas, o solo porque quieres quedar bien con Marlene?- le interrogo Remus.

-Digamos que cincuenta a cincuenta- respondió Sirius- solo espero que Winky pueda darles información importante, que quizás haya visto al responsable- los miembros de trio se vieron entre ellos.

Luego pareció despertar.

—Esto... es... imposible —balbuceó—. No...

Rodeó al señor Diggory y se dirigió a zancadas al lugar en que éste había encontrado a Winky.

—¡Es inútil, señor Crouch! —dijo el señor Diggory—. No hay nadie más.

-Eso es lo que cree- exclamo Ron sin contenerse, lo que solo aviva la curiosidad de los oyentes que suponían que no recibirían una respuesta directa s les preguntaban que quería decir con eso.

Pero el señor Crouch no parecía dispuesto a creerle. Lo oyeron moverse por allí, rebuscando entre los arbustos.

Los del trio no podían dejar de pensar en esos detalles ocultos que después Barty Crouch Jr. le confeso en presencia de Harry y después les platico a sus amigos, haber estado tan cerca de todo y no haber podido hacer nada, era lo que pensaban.

—Es un poco embarazoso —declaró con gravedad el señor Diggory, bajando la vista hacia la inconsciente Winky—. La elfina doméstica de Barty Crouch... Lo que quiero decir...

—Déjalo, Amos —le dijo el señor Weasley en voz baja—. ¡No creerás de verdad que fue la elfina! La Marca Tenebrosa es una señal de mago. Se necesita una varita.

-Eso es verdad-apoyo Albus- demás debería de saber cuál es el conjuro, y dudo que muchas personas lo conozcan.

-Solo están perdiendo el tempo con todo eso- agrego Rose.

—Sí —admitió el señor Diggory—. Y ella tenía una varita.

—¿Qué? —exclamó el señor Weasley.

—Aquí, mira. —El señor Diggory cogió una varita y se la mostró—. La tenía en la mano. De forma que, para empezar, se ha quebrantado la cláusula tercera del Código de Usó de la Varita Mágica: «El uso de la varita mágica no está permitido a ninguna criatura no humana.»

-Pero  como pueden estar seguros de que fue quien la uso- salto de inmediato rose- el que tuviera la varita en verdad no quiere decir absolutamente nada.

-No, pero lo que sí es innegable es que eres una digna hija de tu madre- le dijo ron consiguiendo un leve sonrojo de en su hija, esa declaración era tan parecida a la Hermione pudiera utilizar

Entonces oyeron otro «¡plin!», y Ludo Bagman se apareció justo al lado del padre de Ron. Parecía despistado y sin aliento. Giró sobre sí mismo, observando con los ojos desorbitados la calavera verde.

— ¡La Marca Tenebrosa! —Dijo, jadeando, y casi pisa a Winky al volverse hacia sus colegas con expresión interrogante—. ¿Quién ha sido? ¿Los habéis atrapado? ¡Barty! ¿Qué sucede?

-En buen momento aparece- comento Frank- y como supuse, ni siquiera sabe lo que ha ocurrido.

-La verdad no creo que alguien como él sea útil en ese momento- aseguro Alice.

-Aun así me pregunto a donde habrá ido después de desaparecer- dijo Marlene- no creo que fuera en un lugar cercano.

-Vamos, no pensaras que fue el que invoco la marca- atajo Sirius.

-No, la verdad no creo que tenga la capacidad para hacerlo- aseguro la rubia- pero es más que evidente que se trae algo misterioso e inclusive turbio.

El señor Crouch había vuelto con las manos vacías. Su cara seguía estando espectralmente pálida, y se le había erizado el bigote de cepillo.

—¿Dónde has estado, Barty? —le preguntó Bagman—. ¿Por qué no estuviste en el partido? Tu elfina te estaba guardando una butaca...

-Su asiento- exclamo Deán- no cree que hay cosas más importantes que arreglar que eso.

¡Gárgolas tragonas! —Bagman acababa de ver a Winky, tendida a sus pies—. ¿Qué le ha pasado?
—He estado ocupado, Ludo —respondió el señor Crouch, hablando aún como a trompicones y sin apenas mover los labios—. Hemos dejado sin sentido a mi elfina.

-pobre criatura, estaba en un mal lugar en el peor momento- comento Angelina.

— ¿Sin sentido? ¿Vosotros? ¿Qué quieres decir? Pero ¿por qué...?

De repente, Bagman comprendió lo que sucedía. Levantó la vista hacia la calavera, luego la bajó hacia Winky y terminó dirigiéndola al señor Crouch.

-bueno, por lo menor logro percibir algo del problema- comento Andrómeda- aunque al final de cuentas eso no arregla nada.

— ¡No! —dijo—. ¿Winky? ¿Winky invocando la Marca Tenebrosa? ¡Ni siquiera sabría cómo hacerlo! ¡Para empezar, necesitaría una varita mágica!

—Y tenía una —explicó el señor Diggory—. La encontré con una varita en la mano, Ludo. Si le parece bien, señor Crouch, creó que deberíamos oír lo que ella tenga que decir.

-bueno, eso podría esclarecer algunas cosas siempre y cuando lo hagan bien- aseguro Charlie- porque no creo que culpándola de cosas sea el mejor método.

-los magos en ocasiones pueden ser muy injustos con esas pobres criaturas- apoyo Hagrid teniendo el recuerdo del hipogrifo de la vez anterior.
Crouch no dio muestra de haber oído al señor Diggory, pero éste interpretó su silencio como conformidad. Levantó la varita, apuntó a Winky con ella y dijo:

—¡Enervate!

-Espero que mi padre no se exceda en su interrogatorio- dijo Cedric, nunca le importo mucho la forma en que su padre desempeñaba su trabajo, peo en ese momento estaba muy cerca de muchos que verían con malos ojos la forma en que trataban a los elfos.

Sirius leyó como Winky se incorporó frente a todos sentándose en el suelo, solo para levantar la vista al rostro del señor Diggory y después a la calavera para terminar viendo a la multitud asustada y  estallando en sollozos de terror.

— ¡Elfina! —dijo severamente el señor Diggory—. ¿Sabes quién soy? ¡Soy miembro del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas!

-Eso la pondrá  aún más nerviosa- comento Sirius recordando las palabras de la elfina en el capítulo anterior.

Winky se balanceó de atrás adelante sobre la hierba, respirando entrecortadamente. Harry no pudo menos que acordarse de Dobby en sus momentos de aterrorizada desobediencia.

—Como ves, elfina, la Marca Tenebrosa ha sido conjurada en este lugar hace tan sólo un instante —explicó el señor Diggory—. ¡Y a ti te hemos descubierto un poco después, justo debajo! ¡Si eres tan amable de darnos una explicación...!

-pues su tono de voz no parecía darle a ella la amabilidad que él solicitaba- aseguro Hermione en reproche.

— ¡Yo... yo... yo no lo he hecho, señor! —repuso Winky jadeando—. ¡Ni siquiera hubiera sabido cómo hacerlo, señor!

— ¡Te hemos encontrado con una varita en la mano! —gritó el señor Diggory, blandiéndola ante ella.

-Y hasta ahí llego la buena imagen- agrego Rose- en verdad que no sabe tratar bien a los demás.

-Bueno, en parte diría que si- comento Scorpius- digo, esa no es forma de presentarse para un elfo doméstico, pero tal vez sea necesario para un duende o alguna criatura similar.

-Sí, esos condenados son tan crueles como los que más- apoyo Sirius.

Cuando la luz verde que iluminaba el claro del bosque procedente de la calavera dio de lleno en la varita, Harry la reconoció.

—¡Eh... es la mía! —exclamo.

-¡¿Qué?!- exclamaron varias voces a la vez sorprendidos.

-Ósea que es tipo utilizo tu varita para invocar la marca- exclamo James- pero cómo fue posible, no se suponía que se te había caído en algún lado.

-Tal vez ese mago la encontró tirada y decidió utilizarla en lugar de la suya- trato de explicar Sirius.

-También está la posibilidad de que se la hayan quitado en algún momento- intervino Alastor- muy astuto al no utilizar su propia varita.

-Pero eso no es un poco excesivo Alastor- intervino Frank- digo, seria demasiada coincidencia que de entre tantos magos haya sido a Harry a quien se la robo, y sobre todo en qué momento.

-En qué momento, en cualquier momento en que no estuvieran alerta- alego el auror- y además hablas como si esos chicos no vivan entre coincidencias de ese tipo todo el tempo.

-En eso tiene razón papá- concedió Neville- parece que las cosas siempre ocurren de la forma precisa para involucrarlos.

-Pero eso solo complica las cosas intervino Lily- ahora será más difícil saber quién fue el que invoco la marca, pero por lo menos Harry pudo recuperar su varita.

-Si es que se la regresan.

-Verdaderamente no se cometió un crimen con ella- salto Arthur- no tendrá por qué retenerle la varita y mucho menos dejaría que se la quedaran.

-Gracias- dijeron James, Lily y Harry al mismo tiempo.

Todo el mundo lo miró.

—¿Cómo has dicho? —preguntó el señor Diggory, sin dar crédito a sus oídos.

—¡Que es mi varita! —dijo Harry—. ¡Se me cayó!

—¿Que se te cayó? —Repitió el señor Diggory, extrañado—. ¿Es eso una confesión? ¿La tiraste después de haber invocado la Marca?

-Hay papá- exclamo de inmediato Cedric mientras varios de los presentes volteaban los ojos., en verdad que en ocasiones su padre se sobrepasaba con sus cosas- Harry, en verdad lo siento, es que mi padre es muy…- no supo que más agregar.

-Descuida, no hay problema- le restó importancia Harry.

— ¡Amos, recuerda con quién hablas! —Intervino el señor Weasley, muy enojado—. ¿Te parece posible que Harry Potter invocara la Marca Tenebrosa?

—Eh... no, por supuesto —farfulló el señor Diggory—. Lo siento... Me he dejado llevar.

Todos vetearon los ojos con cierta exasperación por la actitud del hombre.

—De todas formas, no fue ahí donde se me cayó —añadió Harry, señalando con el pulgar hacia los árboles que había justo debajo de la calavera—. La eché en falta nada más internarnos en el bosque.

-Pero verdaderamente no sabe el momento exacto en que dejo de tenerla en su poder- alego Alastor.

-¿Aun piensas que se la pudieron haber robado?- comento Dora viendo al hombre.

-Por supuesto que sí, nunca se puede ser demasiado precavido, más vale que aprendas eso- le dijo como si fuera su alumna en la academia de aurores.

—Así que —dijo el señor Diggory, mirando con severidad a Winky, que se había encogido de miedo— la encontraste tú, ¿eh, elfina? Y la cogiste y quisiste divertirte un rato con ella, ¿eh?

-Con esa mentalidad tan reducida no me sorprende que aun haya mortifagos sueltos por ahí espeto Alastor.

-Y al mismo tiempo algunos inocentes tienen que soportar las consecuencias de sus errores agrego con molestia Sirius, obviamente refiriendo a su sentencia en Azkabán.

-Ya olvídalo, no dejaremos que nada de eso ocurra- le aseguro Marlene pasando un brazo por su cintura.

— ¡Yo no he hecho magia con ella, señor! —chilló Winky, mientras las lágrimas le resbalaban por ambos lados de su nariz, aplastada y bulbosa—.Yo... yo... yo sólo la cogí, señor! ¡Yo no he conjurado la Marca Tenebrosa, señor, ni siquiera sabría cómo hacerlo!

—¡No fue ella! —intervino Hermione. Estaba muy nerviosa por tener que hablar delante de todos aquellos magos del Ministerio, pero lo hacía con determinación—. ¡Winky tiene una vocecita chillona, y la voz que oímos pronunciar el conjuro era mucho más grave! —Miró a Ron y Harry, en busca de apoyo—. No se parecía en nada a la de Winky, ¿a qué no?

—No —confirmó Harry, negando con la cabeza—. Sin lugar a dudas, no era la de un elfo.

—No, era una voz humana —dijo Ron.

-Ni siquiera deberían de estarla defendiendo, es más que evidente que no podía ser ella quien conjurara la marca- aseguro Ted.

—Bueno, pronto lo veremos —gruñó el señor Diggory, sin darles mucho crédito—. Hay una manera muy sencilla de averiguar cuál ha sido el último conjuro efectuado con una varita mágica. ¿Sabías eso, elfina?

-Sí, para saber cuáles hechizos se utilizaron, pero no a aquellos que la utilizaron- aseguro con molestia Lily.

Sirius leyó como la elfina sacudía la cabeza de un lado para el otro mientras Amos recitaba el hechizo Prior Incantato uniendo la punta de la varita con la de Harry haciendo aparecer un reflejo de la calavera de un espeso humo gris.

Inevitablemente a Harry se le vinieron recuerdo de aquella figuras incorpóreas que surgieron durante su duelo contra Voldemort en el cementerio, lo que le hizo derramar una lagrima que fue rápidamente limpiada por su puño, pero no con la velocidad suficiente como para que Ginny no lo viera y tratar de darle animo rodeándolo con sus brazos.

— ¡Deletrius! —gritó el señor Diggory, y la calavera se desvaneció en una voluta de humo—. ¡Bien! —exclamó con una expresión incontenible de triunfo, bajando la vista hacia Winky, que seguía agitándose convulsivamente.

—¡Yo no lo he hecho! —chilló la elfina, moviendo los ojos aterrorizada—. ¡No he sido, no he sido, yo ni siquiera sabría cómo hacerlo! ¡Soy una elfina buena, no uso varita, no sé cómo se hace!

— ¡Te hemos atrapado con las manos en la masa, elfina! —gritó el señor  Diggory—. ¡Te hemos cogido con la varita que ha obrado el conjuro!

Para ese momento varios de los presentes ya estaban cansados de la insistencia del señor Diggory, ya fuera por lo que habían estado escuchando las pruebas, porque no consideraran que los elfos pudiera hacer un hechizo semejante o que eran como Hermione que buscaban defenderlos, para nadie de los presentes parecía que sirviera acusar a Winky de tan absurda forma.

—Amos —dijo en voz alta el señor Weasley—, piensa en lo que dices. Son poquísimos los magos que saben llevar a cabo ese conjuro... ¿Quién se lo podría haber enseñado?

-En ese sentido solo el mismo Crouch- respondió Percy- y me parece que no estará feliz cuando se percate de eso.

-Bueno, tú lo conocías lo suficiente como para saber cómo reaccionaría- aseguro Gideon.

-Pero no lo suficiente como para que pensaras mejor las cosas- agrego Fabián, pues en ese tiempo los del trio parecían conocer más de Crouch que el pelirrojo que trabajaba con él.

—Quizá Amos quiere sugerir que yo tengo por costumbre enseñar a mis sirvientes a invocar la Marca Tenebrosa. —El señor Crouch había hablado impregnando cada sílaba de una cólera fría.

Se hizo un silencio muy tenso. Amos Diggory se asustó.

-ahora si le pondrán un freno a todas sus incoherencias- aseguro James con una media sonrisa traviesa.

—No... no... señor Crouch, en absoluto...

—Te ha faltado muy poco para acusar a las dos personas de entre los presentes que son menos sospechosas de invocar la Marca Tenebrosa: a Harry Potter... ¡y a mí mismo! Supongo que conoces la historia del niño, Amos.

-Pero que tipo- exclamó Cedric- no es por defender la locura de mi padre, pero fue él quien trato de acusarlo en primer lugar.

-La verdad es que ese Crouch no parece ser tan eficiente como todos dice- agrego en apoyo James- la verdad es que esa forma en que esta reaccionado es muy sospechosa, y no lo digo solo porque la tomo en contra de Harry.

-Opino lo mismo, es muy curioso el cambio de actitud de Crouch- apoyo  Remus.

—Por supuesto... Todo el mundo la conoce... —musitó el señor Diggory, desconcertado.

—¡Y yo espero que recuerdes las muchas pruebas que he dado, a lo largo de mi prolongada trayectoria profesional, de que desprecio y detesto las Artes Oscuras y a cuantos las practican! —gritó el señor Crouch, con los ojos de nuevo desorbitados.

-Si, en un futuro todos sabrán hasta qué punto es capaz de llegar con tal de que su imagen- aseguro Ron.

—Señor Crouch, yo... ¡yo nunca sugeriría que usted tuviera la más remota relación con este incidente! —farfulló Amos Diggory. Su rala barba de color castaño conseguía en parte disimular su sonrojo.

—¡Si acusas a mi elfina me acusas a mí, Diggory! —vociferó el señor Crouch—. ¿Dónde podría haber aprendido la invocación?

-Se pone así por esas estúpidas acusaciones sin sentido- comento Sirius- siento pena por las personas que deban tenerlo como padre  esposo- argumento.

Unos pocos el futuro se vieron entre ellos, en su época toda la familia directa de Barty (esposa e hijo) estaba prácticamente muerta, pero sin duda, los tres miembros de dicha familia tuvieron finales terribles.

—Po... podría haberla aprendido... en cualquier sitio...

—Eso es, Amos... —repuso el señor Weasley—. En cualquier sitio. Winky —añadió en tono amable, dirigiéndose a la elfina, pero ella se estremeció como si él también le estuviera gritando—, ¿dónde exactamente encontraste la varita mágica?

-Una forma completamente diferente para hablar con ella- comento Frank.

-Sin duda ustedes si cuidarían como se debe a un elfo domestico- aseguro Alice.

-Si, como si esos…

-Mejor no digas nada- interrumpió Draco a su padre, y justo a tiempo pues los pelirrojos solo esperaban que el rubio mayor terminara la oración.

Winky retorcía el dobladillo del paño de cocina tan violentamente que se le deshilachaba entre los dedos.

—Yo... yo la he encontrado... la he encontrado ahí, señor... —susurró—  Ahí... entre los árboles, señor.

— ¿Te das cuenta, Amos? —dijo el señor Weasley—. Quienesquiera que invocaran la Marca podrían haberse desaparecido justo después de haberlo hecho, dejando tras ellos la varita de Harry. Una buena idea, no usar su propia varita, que luego podría delatarlos. Y Winky tuvo la desgracia de encontrársela un poco después y de haberla cogido.

-Sería la explicación más coherente de todas- aseguro Kingsley- aunque a pesar de eso ella bien podría haber visto al culpable.

-Sí, pero no dirá absolutamente nada- dijo por lo bajo Hermione.

— ¡Pero entonces ella tuvo que estar muy cerca del verdadero culpable! —exclamó el señor Diggory, impaciente—. ¿Viste a alguien, elfina?

Winky comenzó a temblar más que antes. Sus enormes ojos pasaron vacilantes del señor Diggory a Ludo Bagman, y luego al señor Crouch.

Ese acto de la elfina resulto muy curioso para los más perspicaces, y si se le añadía todo lo que los chicos del futuro hablaban sobre él era claro que tenía un misterio más grade del que se veía a simple vista.

Tragó saliva y dijo:

—No he visto a nadie, señor... A nadie.

—Amos —dijo secamente el señor Crouch—, soy plenamente consciente de que lo normal, en este caso, sería que te llevaras a Winky a tu departamento para interrogarla. Sin embargo, te ruego que dejes que sea yo quien trate con ella.

-No es para hablar mal de tu padre- dijo Sirius viendo en dirección a Cedric- pero por como lo veo ese Amos se acobardara.

-Si bueno, sus posiciones en el ministerio son bastantes diferentes- acepto el chico.

-En serio tu ere hijo de Amos, tu actitud no se parece mucho a la de tu padre- comento James.

-Sí, la verdad es que dicen que me parezco mas a mi madre- respondió Cedric

-Igual que Harry con la pelirroja, es curioso cómo pasan las cosas- aseguró Sirius antes de retomar la lectura.

El señor Diggory no pareció tomar en consideración aquella sugerencia, pero para Harry era evidente que el señor Crouch era un miembro del Ministerio demasiado importante para decirle que no.

-La verdad no se con quién le iría peor- comento Marlene, tanto uno como el otro serian bastantes severos con la pobre elfina.

—Puedes estar seguro de que será castigada —agregó el señor Crouch fríamente.

—A... a... amo... —tartamudeó Winky, mirando al señor Crouch con los ojos bañados en lágrimas—. A... a... amo, se lo ruego...

El señor Crouch bajó la mirada, con el rostro tan tenso que todas sus arrugas se le marcaban profundamente. No había ni un asomo de piedad en su mirada.

-Tal vez diga que pelear contra las artes oscuras- comenzó Ted- pero aun así me parece que es una persona despreciable- termino.

Algunos de los presentes (los que venían de padres magos principalmente) no podían ver  a los elfos domésticos mas como simples sirvientes sin mayor importancia, sintieron algo de empatía con las palabras del hombre.

—Winky se ha portado esta noche de una manera que yo nunca hubiera creído posible —dijo despacio—. Le mandé que permaneciera en la tienda. Le mandé permanecer allí mientras yo solucionaba el problema. Y me ha desobedecido. Esto merece la prenda.

Hermione apretó los puños molesta, en especial porque lo que le había ordenado era que cuidara a su maldito hijo, alguien como Winky nunca usaría su poder en contra de un mago como lo hizo Dobby con Lucius, es por eso que se vio arrastrada a ese lugar y no se merecía el castigo.

— ¡No! —gritó Winky, postrándose a los pies del señor Crouch—. ¡No, amo! ¡La prenda no, la prenda no!

Harry sabía que la única manera de liberar a un elfo doméstico era que su amo le regalara una prenda de su propiedad. Daba pena ver la manera en que Winky se aferraba a su paño de cocina sollozando a los pies de su amo.

-Es asquerosos- exclamo de inmediato Hermione con molestia, ron la tomo por los hombros para tranquilizarla, lo que no se le ocurrió hacer en su tiempo.

— ¡Pero estaba aterrorizada! —saltó Hermione indignada, mirando al señor Crouch—. ¡Su elfina siente terror a las alturas, y los magos enmascarados estaban haciendo levitar a la gente! ¡Usted no le puede reprochar que huyera!

-Ahí perdiste el medo que sentías hace un momento- comento rose.

-Mi molestia superaba a mi miedo con creses -respondió la castaña a su hija.

-Es admirable chica, pero no creo que sirva de nada, sin duda ni siquiera se molestara en escuchar tu reclamo- argumento Sirius mientras leía como se liberó de forma grosera de Winky y e como no le servía para un sirviente que le desobedecía mientras esta lloraba incontrolablemente.

Se hizo un silencio muy desagradable al que puso fin el señor Weasley diciendo con suavidad:

—Bien, creo que me llevaré a los míos a la tienda, si no hay nada que objetar.

-Creo que será lo mejor, la verdad es que no servirá de nada que se queden ahí por más tiempo- comento Ted.

-Además deberían descansar para ir rápido a la madriguera- agregó Andrómeda- sin duda cuando Molly se entere estará muy ansiosa.

Amos, esa varita ya no nos puede decir nada más. Si eres tan amable de devolvérsela a Harry...
El señor Diggory se la devolvió a Harry, y éste se la guardó en el bolsillo.

-Y esta vez procura tener mucho más cuidado con ella- le espeto de inmediato Alastor.

-Si lo sé- aseguro el azabache.

—Vamos, vosotros tres —les dijo en voz baja el señor Weasley. Pero Hermione no quería moverse. No apartaba la vista de la elfina, que seguía sollozando—. ¡Hermione! —la apremió el señor Weasley. Ella se volvió y siguió a Harry y a Ron, que dejaban el claro para internarse entre los árboles.

—¿Qué le va a pasar a Winky? —preguntó Hermione, en cuanto salieron del claro.

-Sin duda será despedida- comento Albus- al parecer eso le afectara demasiado, pero si se recupera seria más fácil para ella buscar trabajo que Dobby.

-Sí, ella no pediría que le dieran un pago, pero aun así no será algo tan fácil- agrego Scorpius.

-Tal vez Harry podría…

-No lo creo cornamenta- le interrumpió Sirius- está bien que Harry la podría contratar, pero la verdad creo que a mi ahijado le convendría tener a elfos que se parezcan a Dobby, es mucho más su estilo.

-He gracias- dijo Harry sin saber si su padrino insinuaba que era alguien aro o no.

—No lo sé —respondió el padre de Ron.

—¡Qué manera de tratarla! —dijo Hermione furiosa—. El señor Diggory, sin dejar de llamarla «elfina»... ¡y el señor Crouch! ¡Sabe que no lo hizo y aun así la va a despedir! Le da igual que estuviera aterrorizada, o alterada... ¡Es como si no fuera humana!

—Es que no lo es —repuso Ron.

-Hay Ron, en verdad no sabes leer la situación o solo quieres excusas para discutir con ella- exclamo Bill.

-Bueno, pero es no son humanos- se defendió el pelirrojo.

-Pero siempre hay una forma de decir las cosas, no puedes soltarte a decir cada pensamiento de esa forma, es insensible- reitero Bill.

Hermione se le enfrentó.

—Eso no quiere decir que no tenga sentimientos, Ron. Da asco la manera...

—Estoy de acuerdo contigo, Hermione —se apresuró a decir el señor Weasley, haciéndole señas de que siguiera adelante—, pero no es el momento de discutir los derechos de los elfos. Me gustaría que estuviéramos de vuelta en la tienda lo antes posible. ¿Qué ocurrió con los otros?

—Los perdimos en la oscuridad —explicó Ron—. Papá, ¿por qué le preocupaba tanto a todo el mundo aquella cosa en forma de calavera?

—Os lo explicaré en la tienda —contestó el señor Weasley con cierto nerviosismo.

-No será una conversación agradable- comento el señor Weasley.

Sirius leyó como al llegar al final del bosque una gran cantidad de personas se acercaron al pelirrojo preguntando gran cantidad de coas, mientras el decía que no pudieron atrapar al que invoco la marca y asegurar que no se trataba de Voldemort. continuo narrando como se abrieron paso por la multitud hasta llegar al camping que ya estaba en calma, pero claro, con algunas tiendas destruidas.

Charlie asomaba la cabeza fuera de la tienda de los chicos.

—¿Qué pasa, papá? —le dijo en la oscuridad—. Fred, George y Ginny volvieron bien, pero los otros...

-Regresamos en cuando escuchamos que todo se había calmado- comento Fred.

-Y no penaron en buscar a los otros- exclamo Molly.

-Si lo hicimos mamá- exclamo George- pero en medio del bosque oscuro no teníamos muchas opciones, y afrontémoslo, de entre todos ellos tres sabrían cómo defenderse.

-Pero aun así estábamos muy preocupados por ellos- agrego Ginny.

-Como no, si tu amado y futuro padre de tus hijos estaba solo en medio de semejante alboroto- comento Sirius.

—Aquí los traigo —respondió el señor Weasley, agachándose para entrar en la tienda. Harry, Ron y Hermione entraron detrás.

Bill estaba sentado a la pequeña mesa de la cocina, aplicándose una sábana al brazo, que sangraba profusamente. Charlie tenía un desgarrón muy grande en la camisa, y Percy hacía ostentación de su nariz ensangrentada.

-Hay mis pequeños- exclamo de inmediato la señora Weasley.

-Tranquila mamá, no fueron lesiones realmente grabes, nos recuperamos con mucha facilidad- le relajo Bill.

-Sí, yo he sufrido peores heridas trabajando con los dragones

-¡Charlie!- reclamaron varis voces al tiempo, esa declaración no servía de nada para tranquilizar a su madre.

Fred, George y Ginny parecían incólumes pero asustados.

—¿Los habéis atrapado, papá? —preguntó Bill de inmediato—. ¿Quién invocó la Marca?

—No, no los hemos atrapado —repuso el señor Weasley—. Hemos encontrado a la elfina del señor Crouch con la varita de Harry, pero no hemos conseguido averiguar quién hizo realmente aparecer la Marca.

-En resuenen fue una noche completamente perdida- comento Bill.

-Bueno, al menos pudieron ayudar a esos muggles- exclamo Ron

— ¿Qué? —preguntaron a un tiempo Bill, Charlie y Percy.

—¿La varita de Harry? —dijo Fred.

—¿La elfina del señor Crouch? —inquirió Percy, atónito.

Con ayuda de Harry, Ron y Hermione, el señor Weasley les explicó todo lo sucedido en el bosque. Al finalizar el relato, Percy se mostraba indignado.

—¡Bueno, el señor Crouch tiene toda la razón en querer deshacerse de semejante elfina! —dijo

-Tal parece que tú tampoco sabes de que cosas no hablar frente a la castaña he sobrino- comento Gideon.

-Bueno, yo no sabía que eso le molestaría a ella- se defendió Percy.

—. Escapar cuando él le mandó expresamente que se quedara... Avergonzarlo ante todo el Ministerio... ¿En qué situación habría quedado él si la hubieran llevado ante el Departamento de Regulación y Control...?

-Estoy de acuerdo que no sabías que se molestaría- comento Fabián- pero tus palabras no son precisamente amables.

-Y más defendiendo a ese infeliz de Crouch- agrego Rose.

—Ella no hizo nada... —lo interrumpió Hermione con brusquedad—. ¡Sólo estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado!

Percy se quedó desconcertado. Hermione siempre se había llevado muy bien con él... Mejor, de hecho, que cualquiera de los demás.

-Es evidente, hasta ese momento no debieron tener puntos de vistas tan diferentes de un mismo tema- comento Frank.

— ¡Hermione, un mago que ocupa una posición cómo la del señor Crouch no puede permitirse tener una elfina doméstica que hace tonterías con una varita mágica!—declaró Percy pomposamente, recuperando el aplomo.

-Y sigues defendiendo a ese tipo, en verdad deberías de revisar mejor tus lealtades pelirrojo- dijo Sirius viendo fugazmente en dirección de su hermano- antes de que termines mal- agrego con un tono pesado nada característico de él.

Para ese punto James, Lily, Remus  hasta Marlene se percataron de la reacción del oji gris y a quien estaba dirigida, él siempre era muy alegre y extrovertido, pero tenía grandes problemas que les gustaría que pudiera resolver para bien. con eso en mente Lily se acercó a su novio susurrándole algunas palabras.

— ¡No hizo tonterías con la varita! —gritó Hermione—. ¡Sólo la recogió del suelo!

—Bueno, ¿puede explicar alguien qué era esa cosa en forma de calavera? —pidió Ron, impaciente—. No le ha hecho daño a nadie... ¿Por qué le dais tanta importancia?

-Es que no solo es la aparición de la marca, sino el significado que se le ha estado dando durante nuestra guerra- comento James.

-Pero es compresible que piensen así, después de todo ustedes no tuvieron que vivir por eso- agrego Lily.

Y era algo que los de la segunda generación les hubiera gustado no averiguar por propia experiencia, ellos tuvieron que enfrentar su propia guerra que en cierto modo, fue diferente a la primera.

—Ya te lo dije, Ron, es el símbolo de Quien-tú-sabes —explicó Hermione, antes de que pudiera contestar ningún otro—. He leído sobre el tema en Auge y caída de las Artes Oscuras.

—Y no se la había vuelto a ver desde hacía trece años —añadió en voz baja el señor Weasley—. Es natural que la gente se aterrorizara... Ha sido casi cómo volver a ver a Quien-tú-sabes.

-Pocas cosas pueden ser tan contagiosas como el miedo- comentó Dumbledore- no es de extrañar que la marca reavivara viejos traumas.

—Sigo sin entenderlo —dijo Ron, frunciendo el entrecejo—. Quiero decir que no deja de ser simplemente una señal en el cielo...

—Ron, Quien-tú-sabes y sus seguidores mostraban la Marca Tenebrosa en el cielo cada vez que cometían un asesinato —repuso el señor Weasley—. El terror que inspiraba... No puedes ni imaginártelo: eres demasiado joven. Imagínate que vuelves a casa y ves la Marca Tenebrosa flotando justo encima, y comprendes lo que estás a punto de encontrar dentro... —El señor Weasley se estremeció—. Era lo que más temía todo el mundo... lo peor...

Varios de los presentes sintieron un escalofrió recorrer su espina, algunos de ellos incluso tuvieron la desgracia de experimentar ese sentimiento con la muerte de un familiar o amigo que cayó ante esos malditos.

Se hizo el silencio. Luego Bill, quitándose la sábana del brazo para comprobar el estado de su herida, dijo:

—Bueno, quienquiera que la hiciera aparecer esta noche, a nosotros nos fastidió, porque los mortifagos echaron a correr en cuanto la vieron.

-¡¿Qué?!- exclamaron varios a la vez, como era posible que siendo mortifagos escaparan al ver eso, no se suponía que debía ser algo que loa impulsara a seguir.


Todos se desaparecieron antes de que nosotros hubiéramos llegado lo bastante cerca para desenmascarar a ninguno de ellos. Afortunadamente, pudimos coger a la familia Roberts antes de que dieran contra el suelo. En estos momentos les están modificando la memoria.

-Al menos esa pobre familia está a salvo- comento Molly- espero en verdad que puedan hacerlos olvidar esa horrible experiencia.

— ¿Mortifagos? —repitió Harry—. ¿Qué son los mortifagos?

—Es como se llaman a sí mismos los partidarios de Quien-tú-sabes —explicó Bill—. Creo que esta noche hemos visto lo que queda de ellos; quiero decir, los que se libraron de Azkabán.

Nuevamente los pensamiento del oji gris se dirigieron a su hermano, no se había dicho nada de su hermano y debía de tener alguna importancia o de lo contrario estaría ahí escuchado las lecturas. Esperaba averiguar algo sobre él, pero con lo que sabía de él hasta ahora solo podía pensar en tres posibilidades de su paradero en los libros, podía, se encontraba con los que cometieron los disturbios, en Azkabán o muerto.

—Pero no tenemos pruebas de eso, Bill —observó el señor Weasley—, aunque es probable que tengas razón —agregó, desesperanzado.

—Apuesto a que sí —dijo Ron de pronto—. ¡Papá, encontramos a Draco Malfoy en el bosque, y prácticamente admitió que su padre era uno de aquellos chalados de las máscaras! ¡Y todos sabemos lo bien que se llevaban los Malfoy con Quien-tú-sabes!

Ppero aun así le libro de prisión- comento Kingsley- y al menos de tener una verdadera razón o confesión no podemos actuar en su contra- agrego con pesadez.

—Pero ¿qué pretendían los partidarios de Voldemort...? —empezó a decir Harry.

Todos se estremecieron. Como la mayoría de los magos, los Weasley evitaban siempre pronunciar el nombre de Voldemort.

-Es difícil deshacerse de un mal habito como ese- comento Bill que aun en su época el nombre le sacaba cierto escalofrió.

—Lo siento —añadió apresuradamente Harry—. ¿Qué pretendían los partidarios de Quien-vosotros-sabéis, haciendo levitar a los muggles? Quiero decir, ¿para qué lo hicieron?

-Porque son unos malditos cobardes de mierda

-¡Sirius!- le reclamo Marlene.

-Pero es cierto, esos que parecieron son los más cobardes de todos- aseguro el oji gris.

— ¿Para qué? —dijo el señor Weasley, con una risa forzada—. Harry, ésa es su idea de la diversión. La mitad de los asesinatos de muggles que tuvieron lugar bajo el poder de Quien-tú-sabes se cometieron nada más que por diversión.

Para la gran mayoría esa declaración fue simplemente repugnante, a algunos incluso atizo el fuego de su hijo, haciéndoles considerar por primera vez, la posibilidad de tratar de hacer algo para que la guerra no fuera tan cruel como podría llegar a ser.

Me imagino que anoche bebieron bastante y no pudieron aguantar las ganas de recordarnos que todavía están ahí y son unos cuantos. Una encantadora reunión para ellos —terminó, haciendo un gesto de asco.

—Pero, si eran mortifagos, ¿por qué se desaparecieron al ver la Marca Tenebrosa? —preguntó Ron—. Tendrían que haber estado encantados de verla, ¿no?

-Simple, porque por más que digan ser sus partidarios, el miedo que le tienen a ese maldito es superior a su lealtad- espeto Alastor- no dudo que disfrutaría torturando a aquellos que flaquearon en su lealtad.

—Piensa un poco, Ron —dijo Bill—. Si de verdad eran mortifagos, hicieron lo indecible para no entrar en Azkabán cuando cayó Quien-tú-sabes, y dijeron todo tipo de mentiras sobre que él los había obligado a matar y a torturar a la gente. Estoy seguro de que ellos tendrían aún más miedo que nosotros si volviera. Cuando perdió sus poderes, negaron haber tenido relación con él y se apresuraron a regresar a su vida cotidiana. Imagino que no les guarda mucho aprecio, ¿no crees?

Todos a los que les había extrañado que escaparan al ver la marca comprendieron el porqué de su actitud, la verdad después de pensarlo un poco parecía lo más lógico del mundo.

-Pero eso solo nos da más preguntas que respuestas- dijo Alice- en tal caso el que invoco la marca no podía ser uno de ellos.

-Pero todo aquel que invocaría la marca con verdadera lealtad estaría encerrado en Azkabán- agrego Frank.

-Sí, eso es lo que se supondría- dijo Harry.

-Pero entonces, estás diciendo que hay alguien leal a Voldemort, afuera- razono Ted
-Tendría sentido- intervino Scorpius- en el libro anterior dijeron que hubo una fuga de Azkabán anterior a la de Sirius, una fuga de la que nadie se enteró.

-Es cierto Scor- le apoyo Rose- eso cierra esta parte de la discusión pero aun así no nos sirve para descubrir su identidad.

-En tal caso mejor sigo leyendo- exclamo Sirius regresando la vista al libro.

—Entonces... los que hicieron aparecer la Marca Tenebrosa... —dijo Hermione pensativamente— ¿lo hicieron para mostrar su apoyo a los mortifagos o para espantarlos?

—Puede ser cualquier cosa, Hermione —admitió el señor Weasley—. Pero te diré algo: sólo los mortifagos sabían formar la Marca. Me sorprendería mucho que la persona que lo hizo no hubiera sido en otro tiempo un mortifago, aunque no lo sea ahora...

-Una lista muy larga e imposible de verificar- comento Gideon.

Escuchad: es muy tarde, y si vuestra madre se entera de lo sucedido se preocupará muchísimo. Lo que vamos a hacer es dormir unas cuantas horas y luego intentaremos irnos de aquí en uno de los primeros trasladores.

-será lo mejor, pero será muy difícil conseguirlo, con ese incidente sin duda todos querrán irse lo antes posible- comento Andrómeda.

A Harry le zumbaba la cabeza cuando regresó a la litera. Tenía motivos para estar reventado de cansancio, porque eran casi las tres de la madrugada; sin embargo, se sentía completamente despejado... y preocupado.

-Lógico, él más que nadie está muy involucrado en todo lo que refiere a Voldemort- dijo Remus.

-Y con el sueño que había tenido reciéntenme- agrego Dora- la verdad es que son muchas coincidencias para no tener alguna relación.

-Todo esto me está dando un muy mal presentimiento- revelo Lily sobándose las manos.

-Tranquila mamá, todo estará bien- le dijo Harry, pero no importaba lo que diga eso solo sería un placebo, sabia lo alterada que estría su madre cuando lo peor comenzara, y el hecho de que esta junto a ella abrasándola solo conseguirá calmarla un poco.

Hacía tres días (parecía mucho más, pero realmente eran sólo tres días) que había despertado con la cicatriz ardiéndole. Y aquella noche, por primera vez en trece años, había aparecido en el cielo la Marca de lord Voldemort. ¿Qué significaba todo aquello?

Era una pregunta generalizada en los de la primera generación, no sería posible que fueran solo incidentes aislados, por su parte los de la segunda (y en cierta medida los de la tercera) desconocían todo el proceso que ocurriría, pero que llevaría como resultado el resurgimiento de Voldemort y el inicio de la segunda guerra.

Pensó en la carta que le había escrito a Sirius antes de dejar Privet Drive. ¿La habría recibido ya? ¿Cuándo contestaría? Harry estaba acostado de cara a la lona, pero ya no tenía fantasías de escobas voladoras que lo fueran introduciendo en el sueño paulatinamente, y pasó mucho tiempo desde que comenzaron los ronquidos de Charlie hasta que, finalmente, él también cayó dormido.

-Es el final- informo Sirius.

-Muy bien, Sirius pásame el libro- le ordenó Lily antes de que el hombre cerrara el libro, y con prontitud se puso a inspeccionar la siguiente hoja.

-Sirius, ¿estás bien?- le dijo por lo bajo James- si quieres puedes ir a hablar con tu hermano- agrego sorprendiendo al animago.

-¿Por qué aria algo así?- le interrogo en el mismo tono.

-Has estado viendo en su dirección desde hacía variaos párrafos- agrego Remus que alcazaba a escuchar

-¡¿Y tú que te metes lunático?!

-Es porque nos importas animal- le rebatió James- anda ve ya aclara tu mente.

-Pero y la lectura

-No parece que sea un capitulo muy trascendental- dijo Lily después de leer con rapidez la primera hoja- ve y luego te aremos un resumen

-Pero…

-Vamos Sirius, solo ve- le dijo Marlene uniéndose a la conversación.

Eso impresiono un poco al oji gris, y por extraño que pareciera,  ella no podía negarle nada en ese momento, así que rendido se dispuso a ir a hablar con su hermano, la primera vez desde aquella discusión cerca del lago que lo hizo recapacitar.







Hola a todos.
Si, sé que me tarde un poquito en actualizar, pero es que tenido varias cosas que hacer por acá y no me alcanzo el tiempo.
Bueno, sé que esto les molestara a muchos, pero como deben saber la próxima semana será navidad, y bueno, con todo eso de los adornos, la cena, las posadas (unas fiestas populares aquí en México y otros pises países en américa latina)  y cosas así es posible que la próxima semana no pueda actualizar.
Comprendo que algunos de ustedes quieran lanzarme alguna maldición y espero comprendan mi necesidad de ocultarme bien para que no me lleguen jeje.
En fin, si el próximo martes no subo capitulo entonces ya conocen la razón, y en tal caso quisiera adelantarles mis mejores deseos para estas fiestas y espero que pasen una muy...

Feliz Navidad

Y si de casualidad alguno no participe en esta celebración,  de igual forma les deseo que sean unos días muy felices para ustedes.
Hasta pronto

20 comentarios:

  1. Hola primero igual para ti (aunque yo no celebre navidad) , segundo tranquili son cosas que pasan solo tendre que esperar un poquitico mas para leerte y tercero gran capitulooo como sienpre increibleeee de verdad que amo sirius merlene lo amo con todo mi corazon que bueno que vi si habias actualizafo hoy por que si no pfff hasta el proximo martes.
    Bueno solo me queda esperar a que publiques jajaja

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    1. Muchas gracias y gracias por comprender.
      Me alegra que te guste la pareja, en la próxima vez anochezca tengo pensando algo especial para ellos.
      Que te puedo decir, no pude actualizar antes, que bueno que lo pudiste ver.
      Ya actualizo.

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  2. Felices fiestas tambien para ti.
    Ame el cap, como todos los otros, aunque tal vez no actualizes la semana qur viene, si o si lo tendras que hacer la otra porque si no te enviare un crucio.
    Nah, mentira, lo decia con cariño.
    Espero que Rose y Scorp terminen juntos y que hayan mas escenas de Sirius y Marlene, ahora si, ¡Saludos!

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    1. Gracias.
      Un crucio, pues qué clase de cariño es ese jeje, no te preocupes ya actualizo.
      Y si, pondré más escenas con Sirius y Marlene, como dije arriba, tengo algo penado para cuando se vallan a dormir y ya veré como hacer avanzar a Rose y Scorpius.
      Ya actualizo.

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  3. Jajaja fresca...
    desde que no abandones la historia es perfectamente comprensible que quieras disfrutar de las fiestas.
    Espero sigas hasta el final, desafortunadamente no he encontrado ni una historia donde hagan todos los libros, después del 3 o 4 la dejan. Por eso me gusta esta historia, parece que quieres llevarla hasta el fin ojalá...
    Sea como fuere, te deseo una felices fiestas y estar atento esperando el siguiente capitulo que espero alcance a ser antes del 31 de Dic :3!!!
    un abrazo desde Colombia
    Exitos

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    1. Gracias, recibí tu abraso hasta aquí en México.
      Créeme que no quiero abandonar la historia, como tú y probablemente todos los que leemos estos fics, yo me he quedado con la insertable por alguna historia similar sin terminar, por esa razón quiero llegar hasta la última oración de la saga.
      Descuida ya actualizó.

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  4. Feliz Navidad, también pásalo muy bien y los mejores deseos para la noche buena, rodeado de los que mas quieren y sobretodo los que te valoran.
    Una pena esperar una semana mas pero se como siempre valdrá la pena.

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    1. Muchas gracias por tus buenos deseos y espero que tu cambien hayas tenido unas buenas fiestas.
      Pues espero que el capítulo sea tu agrado, ya actualizó.

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  5. Hola! Hace bastante que leo tu historia, pero es la primera vez que escribo.. Creí que este sería un buen momento

    Bueno, primero que nada amo totalmente tu fic, concuerdo con otros comentarios sobre el hecho de que es uno de los pocos fics que llegaron a esta altura de los libros y eso me encanta
    Amo de sobremanera a Remus y a Tonks.. Así que podrás ver que adoro lo que escribes de ellos... También me gustan las demás parejas!
    No se que más decir jaja solo que felices fiestas y saludos desde Uruguay, entiendo perfectamente lo de los tiempos, ya que yo me estoy volviendo loca ya y aún no es navidad jaja

    Eso es todo, saludos y espero ansiosa el próximo capítulo :D

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    1. Me alegra que sigas mis locuras desde hace tiempo, y gracias por tu primer comentario.
      Pues sí, no muchas historias han llegado hasta este puno, y hay muchas de esas historia que en verdad quisiera que continúen.
      Jeje, si, en cuanto vi tu nombre de usuario pensé que te gustaría la pareja de Remus y Tonks
      Te mando muchos agradecimientos desde México y si, los últimos día antes de navidad fueron una locura con los preparativos.
      Ya actualizo.

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  6. hola!!! a ti también te deseo una FELIZ NAVIDAD y que la pases bien con tus amigos y familiares. pero te estoy escribiendo para hacerte una sugerencia que se trata:
    incluye a Victor Krum y como es un amigo de Harry que hagan un partido; ademas de que su padre y padrino ven como juega. ademas Ron puede estar celoso.

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    1. Muchas gracias por tus buenos deseos.
      Pues si podría ser interesante tener a Krum, aunque no sé cómo lo incluiría en… no espera, ya se me ocurrió una forma para incluirlo jeje.
      Gracias por tu recomendación y si tienes otra siéntete en libread de decírmela por favor.
      Por lo pronto, el siguiente capítulo.

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  7. Holaaaaaaaa!! Primero que nada FELIZ NAVIDAD a ti también y espero que me recuerdes, soy una gran admiradora de tus historias y normalmente comentaba muy seguido, pero por circunstancias de la vida (específicamente la escuela) no tenía mucho tiempo, además que tuve que dejar de leerte cuando iniciaste el cuarto libro, porque era el único que no había podido leer y entre la escuela y otros asuntos de mi vida como una muggle normal, me fue imposible terminarlo hasta hace poco y luego tuve que ponerme al corriente con tu fic, que por cierto es genial, me encanta, me fascina, realmente no quiero que dejes de escribirlo; sobretodo de Remus y Dora, ellos son, sin duda alguna, mi pareja favorita, los amo a los dos... Claro que también me gustan las demás parejas, pero ellos son mis predilectos y amo cada momento en los que escribes sobre ellos...
    En alguno de los capítulos anteriores leí un comentario que me hizo reflexionar un poco, bueno, más bien, preguntarme con más certeza cómo serían los personajes con una vida diferente y muchas veces he pensado que se puede perder la esencia de cada uno, pero admito que aveces me gustaría cambiar un poco la historia, por esos personajes que creo que nunca deberían haber muerto, en fin, eso es un poco más aparte.
    Por último y no menos importante, tu tenías una cuenta es otra página de Harry Potter, potterfics, para ser más exactos y ahí tenías una historia que yo amo con todo mi corazón: "Hasta el destino necesita ayuda" por favor continua escribiéndola o al menos dime que sí las vas continuar, por favor, es que realmente me encanta la historia.
    Ahora sí me despido,
    Besos y hasta la próxima

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    1. Muchas gracias por tus buenos deseos.
      Claro que te recuerdo, si he recibido tus comentarios desde que comencé a escribir mis locuras. Es muy comprensible que no hayas podido comentar, las cosas de la vida diaria nos pueden consumir mucho tiempo, fue una de las razones por las que deje de escribir un Tiempo. ¿En serio no habías leído el cuarto libro?, bueno, es razonable que quisieras leerlo antes de continuar con el fic, es que eso de los Spoilers es algo serio jeje.
      Me alegra que mis ocurrencia sigan siendo de tu agrado, y créeme que n quiero dejarlo, en especial si tengo cosas pendientes que poner con Remus y Dora.
      Pues sí, es un detalle que pensé incluso antes de publicar mi primer capítulo, pero tengo una idea para evitar un cambio muy drástico en sus personalidades, pero eso lo estaría poniendo cundo terminaran los siete libros.
      Si, recuerdo muy bien mi historia pendiente en potterfics, y te digo que en verdad quiero continuarla pero he tenido un bloqueo bárbaro con ella, la verdad viéndolo como un todo, creo que el mejor meno para terminar de escribirla es cuando se cumplan los dos años, ya sabes que el caso central de la trama era la renuncia de Remus y Tonks a estar casados, pero ya que lo están y Teddy está próximo a nacer creo que explote lo suficiente esa idea, pero si lo termino en ese momento quedarían pendientes algunas cosas como el nacimiento del hijo (a) de Sirius, por lo que he querido pensar en un nuevo conflicto lo suficientemente jugoso para hacer una especie de continuación y comenzar una nueva historia, pero la musa está un poco ausente, ¿de casualidad no tendrás alguna sugerencia para una nueva historia?, bueno, de cualquier forma si terminare esa historia será algo que les informare en algún capitulo, y espero también poder informales de una continuación.
      Hasta la próxima.

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  8. Antes que todo felices fiestas a ti tambien!!! Me encanto este capitulo todo lo que escribiste sobre Remus y Tonks fue simplemente perfecto, lo demás también me gusto y como dijeron en algunos comentarios de arriba Remus y Tonks tambien son mi pareja favorita, me encantan esos dos, claro las demás parejas tambien me gustan sobre todo Lily y James, Harry y Ginny, Ron y Hermione, pero algo tienen Remus y Tonks que me fascinan.
    Y aunque no puedas actualizar el fic yo esperaré pacientemente. Sigue escribiendo así y qe tengas una feliz navidad.
    Nos leemos pronto, cuidate.

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    1. Muchas gracias por tus buenos deseos.
      Me alegra que te guste como va lo Remus y Tonks y si, por lo visto aquí hay muchos que les gusta esta parejita jeje.
      Pues no tendrás que esperar mucho, ya acuatizo.

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  9. Me encanto el capitulo y como incluiste a regulus eres la mejor

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    1. Me alegra que te gustara.
      También quería incluir la plática de Sirius con Regulus, pero el tiempo no me alcanzo y no quería precipitarme, en algunos capítulos más Regulus volverá a aparecer.
      Ya actualizo.

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  10. Oye con respecto a la relación de Remus y Tonks, siempre he tenido la curiosidad de lo que opinarian los padres de Remus, porque sabemos lo que piensan Ted y Andrómeda de Remus, pero ¿que pensarían Lyall y Hope Lupin de Tonks?; ojala pudieras incluirlos en la historia, o hacer otra historia en donde aparezcan y den su opinión.
    De nuevo muchas felicidades, que te la pases bonito con tus seres queridos y que tus sueños se cumplan.
    Nos leemos pronto.

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    1. Sabes, hasta ese momento no había pensando en Lyall y Hope, no sería tan descabellado escribir un fic incluyéndolos activamente, pero lo prono verte la posibilidad de incluirlos en esta historia, y es que tendré que pensar qué tipo de personas serán y como se llevarían con los demás
      Hasta la próxima.

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