viernes, 18 de julio de 2014

Capítulo 20.- Una noche y un amanecer.

Después de que terminaron de cenar los estudiantes comenzaron a salir del gran comedor, por petición de Lily Marlene pasaría a ocupar un lugar en la sala de menesteres como lo demás, fue bastante impresionante para ella descubrir tan fascinante lugar.
La habitación ahora era parecida al del principio donde había una sala común y una gran variedad de habitaciones, caso de inmediato varios de ellos se fueron a sus habitaciones para descansar, pero con sus excepciones.
-Hola chicas- saludo Dora a Ginny y Hermione.
-Hola, que es lo que pasa- pregunto Hermione
-Bueno, les traje a Teddy para que lo duerman- les explico.
-Oh está bien pásamelo- le dijo Ginny que estrió los brazos para recibirlo, pero en cuanto la peli rosa intento separarlo de ella el pequeño comenzó a oponer resistencia sujetándose con sus manitas.
-¡Mam…á… mam…á!- repetía el niño sin soltar a la joven.
-¿Qué te pasa pequeño?- le pregunto la joven extrañada, pero entonces Hermione tuvo una idea.
-¿Y por qué no te llevas a Teddy para dormir contigo?- propuso la castaña.
-¿Qué?
-No es una mala idea- la apoyo Ginny.
-Pero chicas no se- las vio dudosa, pero después de velo a los ojitos no pudo negarse- ¿pero que tendría que hace?.
-Pues mira para empezar necesitaras una cuna, pero la sala de menesteres te la puede dar, cuando lo acuestes hazlo boca a arriba y puedes usar unas almohadas pequeñas para que se quede en su lugar- comenzó la pelirroja
-Si se despierta a mitad de la noche es posible que tenga hambre, solamente le preparas algo de formula cono las otras veces y listo, a y no olvides sacarle el aire- continuo la castaña.
-Por cualquier cosa puedes ir a buscarnos
-O le puedes pedir ayuda a tu madre, ya que también está aquí.
-Y por último, si se despierta en la noche y no es por hambre entonces puede ser que se haya ensuciado por lo que le tendrías que cambiar el pañal. -La chica se acercó a Teddy- aunque deberías empezar por eso.
-Y exactamente ¿cuándo se le puede empezar a enseñar a un niño a ir al baño?- pregunto la peli rosa.
-Aun no es tiempo, así que toma- le paso la bolsa donde tenía todo lo de Teddy.
-Esto va a ser… ¡Remus!- el joven estaba pasando cerca de ella- ¿puedes venir por favor?- le pidió ante la diversión de las chicas que ya se imaginaban lo que iba a ocurrir.
-¿Qué ocurre?- pregunto el castaño.
-Ten- le dijo de inmediato dándole a Teddy que ya no se resistió- te toca cambiarle el pañal.
-¡¿Qué?!- se extrañó-¿por qué yo?
-Ya oíste a mi madre, hoy casi todo el día lo tuviste tú, así que te toca.
-Eso no es cierto, únicamente no quieres limpiarlo tú- aseguro este.
-Vamos Remus, hazme este pequeño favor si- puso los ojitos de borrego tierno
-Está bien, pero que no se haga costumbre.
-¡Sí!- festejo la chica- ven acompáñame, hoy Teddy se quedara con migo y mis padres.
Sin más remedio el castaño siguió a la metamorfomaga a la habitación que compartiría con sus padres en ese momento, mientras las otras dos se alejaban de ahí.
-Cuanto crees que tarden en darse cuenta de que se quieren y que Teddy es su hijo- pregunto Ginny
-No mucho creo, pero sería útil que ocurriera antes del quinto libro- comentó Hermione.
-Hermie, me podría hacer un favor.
-¿Qué cosa?

Harry, James Sirius, Ron y los gemelos Weasley estaban platicando en una parte de la sala, habían pasado muchos cosas y querían aligerar el ambiente antes de irse a dormir, estaba entretenidos en su cosas con algo calo justo en el centro del lugar, un segundo después un gran humo morado los cubrió por completo, el primero en alejarse del lugar fue ron que era el tenia los mejores reflejos, y poco después los demás lo siguieron casi a gatas, ninguno se percató de que alguien había llegado segundos después de que eso explotara y se había llevado a uno de ellos consigo.
-¿Pero qué diablos era eso?- grito Sirius molesto.
-No lo sé, pero sin duda fue una gran broma- comentó Fred.
-¿Pero quién sería capaz de bromear a los bromistas?- interrogo George.
-Oigan no estaba Harry con nosotros- comentó Ron cuando se ercato de su ausencia
-Es cierto- hablo James- Harry, ¡Harry!- le llamo.
-Él está bien no se preocupen- le dijo una joven que se acercó a ellos.
-Hermione, ¿qué pasa? ¿en dónde esta?- le pregunto Ron.
-Él está bien, ya se los dije.
-Pero donde esta y que fue ese humo-exigió saber Sirius.
-¡Ya dinos que paso!-exigió Fred
-De cualquier forma lo vamos a descubrir- aseguro George.
-Está bien- dijo la chica- fue una distracción porque Ginny quería pasar un momento a solas con Harry, ella llego cuando los cubrió, y se lo llevo a una habitación aparte.
-¡¿Qué?!- Gritaron los pelirrojos- ¡¿dónde está esa habitación?!
-La puerta ya desaprecio, de esa forma no podrán molestarla.
-Pues ni creas que nos quedaremos sin… hacer…- Fred se estaba comenzando a sentir cansado.
-Otra cosa, el humo tenía una poción somnífera, solo un seguro de mi parte para que la dejaran tranquila.
-Muy buena esa Hermione- la felicito Sirius antes de caer dormido al igual que el resto, a excepción de Ron.
-¿Ese es el proyecto en el que dijiste que estabas trabajando?- le pregunto Ron curioso.
-Sí, era para sortilegios Weasley, ya que tú estabas ayudando a George a atenderla, pensé que se les haría interesante.
-¿Pero por qué yo no me he dormido?
-Porque tú estuviste menos expuesto al gas, eso solo te dejara algo somnoliento.
-Eso no es… justo- le dijo después de un bostezo.
-Vamos, en esa condición no podrás hacer nada- dijo tomando de la mano para llevárselo.

Harry y Ginny.
Estaba desorientado, de alguna forma un extraño humo los envolvió y después pudo sentir como alguien lo estaba jalando, no entendía que pasaba hasta que después de atravesar una puerta hacia una habitación. Tardo un poco en recuperase de la sorpresa y entonces pudo examinar mejor el lugar y a la persona que lo había jalado, se trataba nada menos que de Ginny Weasley.
-Ginny, ¿qué paso?- le pregunto de inmediato.
-Lo siento mucho Harry, pero necesitaba una distracción- se justifico.
-¿Era una broma?- indago el azabache.
-Pues no, es que solo quería estar a solas contigo- le confeso.
-A solas, ¿para qué?- él chico se comenzó a poner nervioso.
-Para habar- entonces el azabache respiro aliviado, ciertamente debía juntarse menos con su padre y con Sirius.
-Pero, ¿hablar sobre qué?
-Pues de tú vida- tomo asiento en un sillón que estaba ahí- mira, sé que en los libros aparecerá todo pero, quiera escucharlo de ti primero, que me contaras lo que pensabas y sentías.
-Creo que eso también vendrá en los libros- comento el chico acercándose a ella y sentándose a su lado- desde cuando quieres saber. Le pregunto con media sonrisa.
-Empecemos por tu tercer año- le pidió.
Sabían que todo lo que platicaran en ese momento seria del dominio público muy pronto, pero no les importaba, de esa forma querían sentirse más unidos, mas especiales, actuar como si no hubieran sido arrastrados a ese lugar y simplemente compartir ese momento especial en que abrían sus almas al otro, solo querían eso, un momento para ellos.

Hermione y Ron.
A pesar de que el pelirrojo estaba somnolienta, seguía peleando en su intento de ir a buscar a su hermana, lo que estaba siendo una verdadera molestia para la castaña que estaba tratando de reprimirlo, sin más remedio la chica tuvo que pedir una habitación aparte donde termino metiendo a Ron, era una habitación modesta pero tenía una cama u un sillón en donde logro arrojar al pelirrojo.
-No te pongas pesada Hermione- le acuso el chico.
-Yo pesada, tu eres el de los celos injustificados- le rebatió.
-¡Injustificados!, ella es mi hermanita, como podría dejarla sola ante…
-¡Ante que Ronald Billius Weasley!- había usado su nombre completo, eso solo significaba problemas- ella ya no es una niña, ya es mayor de edad y puede tomar sus propias decisiones. Además, no es con cualquiera, sino con Harry, tu mejor amigo, en verdad crees que se atrevería hacerle algo a Ginny, es mucho más probable que ella le haga algo a él.
-Pero Hermione…
-Pero nada, no puedes seguir comportándote de forma tan infantil Ron, ellos se quieren y son responsables, déjalos tranquilos y que ellos se arreglen.
-Si claro, a ver si cuando tengamos a nuestros hijos sigues pensando igual- le rebatió el pelirrojo sin pensar. De pronto noto como un pequeño rubor aparecía en el rostro de la chica- ¿qué sucede Hermione?
-Nu… nuestros hijos- repitió, y hora fue el turno del pelirrojo de sonrojarse.
-Si bueno tu sabes, tus hijos… mis hijos…- no sabía que decir.
-Ron- dio con más tranquilidad tensando el ambiente- no es algo extraño que no lo hayamos hablado- comenzó- digo, del beso que nos dimos.
-Bueno, más bien tú me lo diste a mí- comentó sin saber que responder, mientras ella le enviaba una mirada severa- que quieres te diga Hermione.
-Podrías empezar por decir lo que sientes, hacia… hacia a mi…- dijo con la duda.
La somnolencia de la que había sido presa ya no existía, de hecho estaba mas despierto que nunca, es cierto que esa chica le había gustado desde hacía ya mucho tiempo, pero decírselo en ese momento era demasiado, no podría hacerlo. Entonces de súbito le llegaron a lamente Harry y Ginny nuevamente, cuantas veces había platicado con sus hermanos lo lento que era el chico para decidirse a ir por Ginny, ahora que lo pensaba, él era el menos indicado para reclamarle algo, esta era una oportunidad única, y si la desperdiciaba, sabrá Merlín cuando la volvería a tener.
-Te quiero- le sonto de golpe, sin pena ni gloria- eso es lo que siento Hermione, te he querido desde hace mucho tiempo- acepto rojo como un tomate- solo no me preguntes desde cuándo porque no lo sé- la chica estaba igual de roja que él.
-Ha bueno, entonces lo de Lavender.
-Estaba molesto, Ginny me había molestado y luego que escuche que tú te besaste con Krum- dijo con cierta rabia- no sé, simplemente me aproveche de la situación.
-Y después se te fue de las manos, no es así won-won- recordó con media sonrisa
-No me lo recuerdes.
-Tú también me gustas Ron- le confesor al final la castaña.
-Her… Hermione yo… yo quiero decir… este… antes de que continuará balbuceando la joven se acercó de un movimiento y le planto un beso en los labios tan parecido al de aquella batalla- después sabrá cuanto tiempo se separaron- sí, justo eso quería decir.
-Mi tonto y querido pelirrojo- nuevamente unieron a sus labios al mismo tiempo.
Ya nada existía en el mundo, solo ellos, no se preocupara ninguna otra cosa, ni siquiera se percataron del momento en que se quedaron profundamente dormidos abrazados el uno del otro en la cama que hace unos momento era un cómodo sofá.

Remus y los Tonks.
Ted y Andrómeda se estaban alistando para dormir, cundo de repente escucharon que tocaban a su puerta, extrañados dieron permisos para entrar y la puerta se abrió y por ella entro la cabeza la cabeza de su hija Nymphadora.
-¿Se puede?- les pregunto a sus padre.
-Claro que sí, ¿pero por qué preguntas?- le respondió Ted.
-Es que no vengo sola- dijo entrando llevando consigo a Remus que cargaba a Teddy.
-Remus, ¿qué haces aquí?- le pregunto Andrómeda curiosa.
-Por lo que entendí, Dora acepto que Teddy que quedara a dormir con ella, vino con ustedes porque creo que le quería pedir ayuda para cuidarlo y a mí me trajo para que le cambie el pañal a Teddy.
-Bueno, esa es una buena explicación- exclamo Ted
-Pero ¿por qué tú le tendrías que cambiar el pañal?- pegunto Dromeda.
-Hoy él tuvo todo el día a Teddy, y tú dijiste…- respondió la metamorfomaga
-Sí, ya recuerdo lo que dije Nymphadora- la interrumpió la mujer- bueno, no puedo discutir ante mi propia lógica, lamento que te hayas metido en este problema Remus.
-No te preocupes mujer, por lo que vi Remus tiene más estomago para esta tarea que nuestra hija.
-¡Oye!- le reclamo la metamorfomaga.
-Bien, te daré una mano- se ofreció el señor Tonks.
Cuando ellos empezaron a cambiarle el pañal a Teddy Andrómeda decidió que era momento de hablar de frente con su hija, tomándola de la mano la llevo a una habitación que había pedido para hablar con ella, la joven se sintió muy extrañada de la actitud de su madre pero la siguió sin rechistar.
-Muy bien, ahora podemos hablar tranquilamente- dijo después de que cerró la puerta y todos los ruidos del exterior se apagaron, suponiendo a su vez que nada de lo dijeran ahora tampoco sería oído.
-¿Qué sucede madre?, ¿por qué tanto misterio?- le pregunto la joven.
-Nymphadora ¿no lo has notado?- le dijo a su hija.
-¿Notar que?
-Teddy, esa conexión especial que parece tener contigo y tú con él.
-Bueno, si, a él le gusta pasar el tiempo con migo y yo con él, pero eso que tiene que…
-En serio Nymphadora, no lo vez o no lo quieres ver- le dijo con cierta desesperación- él es tu hijo- le soltó a fin.
-¿Qué?, no eso no es…
-El viene del fututo, es idéntico a cuando tú eras pequeña, lleva el mismo nombre que tu padre y es un metamorfomago, por Merlín, cuántas pruebas necesitas.
-Bueno, ciertamente no hay muchos metamorfomagos en el mundo, pero, en verdad lo crees.
-Estoy segura, y no solo es Teddy, también tú has cambiado desde el momento que lo tuviste en tus manos, o acaso me dirás que no es cierto.
-No, no lo puedo negar, desde el primer momento he sentido algo especial por él, me hace sentir feliz y cálida, y tengo el impulso de cuidarlo y que no le pase nada- confeso la chica- creo que simplemente no quería ver cómo eran las cosas.
Andrómeda se acercó a ella y le acaricio el rostro, ya había hace pato que ese niño era su hijo, y a decir verdad como hubiera podido negarlo, cuando todo era tan obvio.
-Eres la única que lo sabe.
-De nuestra época creo que sí, ellos tienen otras cosas en que enfocarse que en conocer los orígenes de Teddy-le respondió Andrómeda- Dora- llamo suavemente su atención- sabes quienes el padre.
-¿Qué?, pero como voy a saberlo- le dijo con cierta apuración y el cabello rojo.
-Es simple hija, recuerdas nuestra platica entre chicas, cuando dijeron que el padre de Teddy estaba aquí escuchando los libros- ella lo recordó- pues bien, eso quiere decir que tuviste algo que ve con alguien que está aquí, no se puede ocurrir quien pueda ser.
La metamorfomaga se puso a pensar, a los que más conocía sin duda eran Bill y Charlie Weasley ya que estuvieron juntos en Hogwarts, pero Bill estaba ahí con su esposa, por lo que podía ser descartado, y Charlie bueno, era más fácil verlo llegar al altar con un dragón hembra que con una mujer, divertida la imaginen, pero a menos que dejara un poco su obsesión por esos animales también estaba fuera. De pronto se puso a pensar que había otra persona con la que se entendía de maravilla, se llevaban bien, bromeaban juntos y todo, pero no, él era mayor que ella, para el momento en que tuvo a Teddy él ya debía de estar casado y con su propia familia, no podía visualizar que ese joven se quedara soltero hasta que ella fuera mayor de edad.
-No, no se me ocurre nadie- le dijo al fin.
Andrómeda vio con un poco de duda a su hija, esperaba que ella pudiera confirmar o descartar su teoría, después de todo lo que había pasado tenía una fuerte idea de quién podía ser el padre, pero una parte de ella se negaba a aceptarlo, no quería ser alguien prejuiciosa, pero aun así no podía dejar de  sentir cierta apuración.
-Muy bien hija- acepto al final- ahora salgamos.
Las mujeres salieron de la habitación, lo primero que vieron fue a Ted que están sentados en el borde de la cama con el pequeño Teddy sentado en sus rodillas mientras reía y aplaudía por las luces que el hombre estaba convocando para él.
-¿Te estas divirtiendo?- pregunto a Andrómeda, pero si saber si se dirigía al adulto o la niño.
-Si mucho- respondió el señor Tonks- es un pequeño muy alegre- acepto sonriente. Al parecer se había encariñado con el peli azul con mucha facilidad.
-¿Y dónde está Remus?- pregunto Dora.
-Terminamos de cambiar a Teddy y se fue, me pidió que les deseara buenas noches, me sigue pareciendo increíble que alguien tan educado como el fuera amigo de Sirius.
-Bueno, ya descubrimos que también era un bromista no- comentó la peli rosa.
Después de arreglar el asunto de donde dormiría Teddy y de que ellos mismo se alistaran para acostarse se dispusieron hacerlo, en los momentos en que Dora cargaba al niño lo veía sin estar totalmente convencida que fuera su hijo, peor a la vez se sentía bien al pensar que así era, tener a esa cosita en sus brazos la hacía sentir completa, al final sé que dormida en su cama mientras veía con su hijo descansaba.
********
A la mañana siguiente ya todos habían repuesto sus energías, en dos habitación escondidas se despertaban don parejas de jóvenes con cierto desconcierto, aunque estaban felices de estar juntos, les preocupaba lo que pasaría si se enteraran otras personas que ya estaban despiertas y listas para iniciar su día eran Remus y Lily. Que miraban con muncha curiosidad a los dos pares de bromistas tirados en el suelo profundamente dormidos, estaban en varias posiciones extrañas que lo harían estar adoloridos todo el día e incluyendo más de uno estaba con la boca abierta tirando la baba.
-Buenos días- saludo Marlene que se acercó a ellos.
-Buenos días amiga- saludo Lily.
-¿Qué paso aquí?- pregunto cuando llego
-No lo sabemos-acepto Remus- cuando despertamos ya estaban así.
-Buenos días- saludo Molly que salía con su esposo de su habitación- ¿qué paso aquí?- pregunto cuando vio a dos de sus hijos tirados en el suelo profundamente dormidos.
-No lo sabemos- respondieron los Tres.
-Pero algo debió pasar o no- hablo Arthur.
-Pues sí, pero al parecer todos nos fuimos adormir antes- exclamo Remus.
-Buenos días, ¿qué están viendo?- les pregunto Andrómeda que llegaba con Ted- ¿qué paso aquí?
-No lo sabemos- dijeron en sincronía todos los demás.
-¿Siempre duermen así?- pregunto Ted al ver sus extrañas posturas.
-Pues estos dos han despertado en peor estado, aunque claro, eso ha ocurrido después de una noche de embriagues.
-Por su bien espero que eso no haya pasado- intervino Molly con molestia.
-No lo creo querida, no huele a alcohol- los defendió Arthur.
-Creo que lo mejor es despertarlos- sugirió Remus- de otra forma no sabremos que ocurrió, y además se nos ara tarde.
-Si tiñes razón Remus- acepto Lily- ¿aguamenti?- propuso.
-Si es así ¡yo pido a Sirius!- intervino alegre Marlene sacando su varita.
-¡Y yo pido a James!- atajo de inmediato la pelirroja.
-Bueno, pues si Molly acepta, yo pido al gemelo de la izquierda- comentó Ted viendo a la susodicha.
-No hay problema, no dudo que ellos actuarían de forma diferente- acepto la señora Weasley.
-En ese caso me toca el gemelo de la derecha- acepto Remus.
Los cuatro levantaron sus varitas y apuntaron a su respectivo objetivo, convocaron el hechizo y cuatro chorros de agua salieron disparados despertando abruptamente a los bellos durmientes. Cuando salieron de su mundo comenzaron a hablar y gritar al mismo tiempo y una gran cantidad de cosas, algunas de las que se lograron entender fueron:
-¡¿Qué quién?! ¡no salpiquen!, ¡un salvavidas que me ahogo!, ¡¿desde cuando llueve dentro de casa?!, ¡¿quién abrió el rio?! y la mejor de todas, ¡Por favor que no sea orina de hipogrifo!
-¡¡Silencio!!- grito Lily trayendo la clama- se puede saber ¿qué está pasando aquí?, ¿por qué estaban dormidos en el suelo?
-¿Dormidos?, ha si, fue Hermione- dijo Sirius que fue el primero en reaccionar.
-¡Ginny!- gritaron al mismo tiempo los gemelos, que comenzaron a hablar sin sentido nuevamente.
-¡¡Ya guarden silencio!!- reclamo Molly- ¿qué les pasa y que tiene que ver Ginny?
-Es que la mini pelirroja quería estar sola con Harry- comenzó Sirius.
-Y le pidió ayuda Hermione que nos arrojó algo que nos dejó dormidos- continuo James.
-Y ahora tenemos que buscar a ese infeliz para romperle la…
-¡Hey!- reclamaron el par de merodeadores.
-Ustedes no harán nada- les reclamo Molly.
-Pero mamá es que…
Pero no pudo terminar de hablar porque de repente escucharon como se habría una puerta y de ella estaban saliendo Harry y Ginny esperando que nadie los viera, pero oh sorpresa, prácticamente todo el mundo y su abuelita estaban en frente viéndolos salir.
-Esto no es lo que parece- dijo Harry lo primero que se le vino a la mente.
Los gemelos estaban a punto de gritarle de cosas cuando una segunda puerta se abrió del lado opuesto, y Hermione y Ron comenzaron salir por ella en el mismo estado que los dos primeros.
-Esto no es lo que parece- hablo Ron, no por nada eso dos eran amigos.
Todo cayó en un profundo silencio.
-¡Tú maldito!- grito Fred en dirección a Harry sorprendiéndolos a todos.
-¡Silencio Fred!- lo reprendió Molly.
-Pero mamá, no entiendes que ellos…
-Lo entiendo perfectamente Fred- le rebatió ella- yo no, no puedo decir que este muy de acuerdo con lo que hicieron, pero ellos ya son mayores de edad y pueden tomar sus decisiones.
-No, señora Weasley- interrumpió Harry entre avergonzado y asustado- ella y yo solo estuvimos platicando hasta muy noche y después nos quedamos dormidos, nada más.
-Sí, y paso lo mismo con Hermione y yo- aprovecho Ron.
-¡¿Y quieres que te creamos semejante cosa cuatro ojos?!- increpo George.
-Si no es así, yo los puedo obligar a lo que lo hagan- respondió Ginny a la defensiva lista para sacar la varita.
-Bueno, por otra parte no tenemos fundamentos para pensar mal de él, cierto George.
-Muy cierto Fred- apoyo su gemelo, el enojo de ellos era grande, pero aun no eran tan estúpidos como para desafiar a su hermanita- y tu Hermione, más te vale nos cuentes en detalle de esa cosa que usaste, sería perfecto para Sortilegios Weasley- agrego.
-Y entonces ¿qué paso con ustedes?- le pregunto a Arthur a su hijo menor.
-Fue lo que dijeron, solo platicamos hasta tarde y, arreglamos unas cosas- explicó Hermione.
-¿Entonces ya son novios?- les pregunto la menor de los Weasley a lo que ellos se sonrojaron levemente- ¡felicidades amiga!- le dijo- por el fin el lento de mi hermano se atrevió a actuar.
-Que va, de seguro Hermione tomo la iniciativa como siempre- comento Fred.
-Bueno ya, si no les molestia quisiera ir a comer ahora, ahí podemos hablar les parece.
-Pero antes debemos cambiarnos de ropa canuto.
Sin más los cuatro jóvenes se fueron al baño para arreglarse y salir del gran comedor, todos ellos comenzaron a salir de la sala de menesteres pues no tenía pensado esperar a que salieran. Excepto Andrómeda que se quedó un poco retrasada para hablar con alguien.
-Remus- le hablo al castaño que se dirigía a la entrada.
-Si Andrómeda- le respondió este.
-Tú ya te bañaste y te alistaste para empezar el día ¿cierto? - el joven asintió- en ese caso me podrías hacer un favor.
-Claro, ¿de qué se trata?
 -Podrías ir por Nymphadora, se quedó en la habitación dándole un baño a Teddy, ella dijo que no creía que fuera tan difícil pero.
-Entiendo, iré a ver.
Cambiando de rumbo, Remus llego a la puerta donde se suponía debía de estar Dora, toco la puerta y al no recibir contestación decidió abrir y entrar, lo primero que vio es como buena parte del piso se encontrada cubierto de  agua, miro hacia el frente y pudo ver a una chica con el pelo azul obscuro con casi toda su ropa mojada mientras secaba al sonriente niño de una pequeña tina.
-¿De quién se suponía que era el baño?- pregunto risueño sorprendiendo a la joven.
-Remus- dijo boletando a verlo cambiando el color de su cabello a rosa sin notarlo- ¿qué haces aquí?
-Tu madre me mando a verte- le dijo acercándose a ella- aunque por lo visto debía estar preocupada de que no nos inundáramos.
-Jajá, muy graciosos- dijo con sarcasmo- lo que pasa es que Teddy se despertó muy tranquilo, y quise aprovechar para asearlo un poco, pero después de meterlo en tina se puso a jugar y chapotear, al final termine así- explico ella sentando al niño en una mesita para cambiarlo.
-¿Quieres que te ayude?- se ofreció el castaño.
-No, ya lo tengo todo bajo cont…- se dio la vuelta para responder, pero su torpeza innata no combinaba bien con el piso mojado, por lo que termino resbalando y cayendo sobre Remus.
-Entonces, lo tenías bajo control- comento Remus después de un rato.
-Lo siento- se disculpó la joven mientras el niño se reía- no es graciosos Teddy, mira nada más, ya te moje la ropa.
-Descuida no hay problema- le aseguro el hombre, poniéndose de pie saco la varita y con un movimiento de esta dejo tanto su ropa como la de la chica perfectamente seca.
-Valla, ese hechizo es muy útil, me lo podrías enseñar.
-Después, por el momento seca a Teddy para cambiarlo y yo me deshago de toda esta agua. No queremos que te vuelvas a caer- bromeo.
Después de eso pusieron manos a la obra, cuando tanto el piso como el niño estuvieron secos, buscaron entre la bolsa un cambio de ropa, cuando lo consiguieron (gracias a la utilización de un accio) se dispusieron a una nueva faena, vestir al inquieto metamorfomago.
-Es un niño muy activo- comento Remus.
-Si es cierto- respondió la chica- quieres que te diga algo curioso.
-¿Qué cosa?
-Pues, que mi madre piensa que puede ser mi hijo- dijo con una risita, pero al hombre lo le parecía divertido.
-Eso sería lógico- comentó para impresión de la joven- ya había notado que se parece mucho a ti, no solo en el rostro en forma de corazón, sino también de tu alegría, y tu energía- agrego después de que el pequeño la arrojara la camisa mientras la atrapaba en el aire- sin mencionar que son metamorfomagos.
-Bueno, si lo ves así- dijo- aunque es un poco difícil de creer.
-No tanto, él es un niño tan hermoso como tú- le aseguro el dándole una palmada en su espalda.
-Pap…á… mam…á- balbuceo el niño atrayendo su atención.

Sin más regresaron a lo que estaban haciendo y sin poderlo evitar vio al pequeño con todo el amor que una puede sentir hacia un hijo. Cuando por fin terminaron y de que Dora se arreglará un poco el cabello salieron de la sala de menesteres descubriendo que eran los últimos en salir.

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